Maitgarc, 161-173

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VARIA

CIC. Cuadernos de Información y Comunicación


ISSN: 1135-7991

https://dx.doi.org/10.5209/ciyc.73357

La influencia de la ciencia ficción en la tecnología y la robótica


Daniel Cuartero De León1; Sara Rietti Monfort2; Anastasiya Raspitina3; Alberto Jesús Zoreda4

Enviado: 04/02/2021 / Evaluado: 02/02/2021 / Aceptado: 09/03/2021

Abstract. Las representaciones culturales que abordan el género conocido como ciencia ficción son
más comunes cada día. La concepción de dicho género nació como tal en el año 1926, cuando el escritor
Hugo Gernsback lo usó y popularizó con la portada de la revista Amazing Stories. Desde entonces, se
conoce a la ciencia ficción como un género narrativo que sitúa la acción en unas coordenadas espacio-
temporales imaginarias y diferentes a las actuales y que, además, ilustra un futuro o un presente
alternativo marcado por la presencia de seres artificiales como los robots o los cyborg y su impacto en
la sociedad.
Palabras clave: Ciencia ficción; literatura; narración; tecnología; futuro; influencias; ética; robótica.

[en] The influence of sciences fiction in technology and robotics


Abstract. The cultural representations that tackle the genre known as science fiction are more common
each day. The conception of said genre was born in 1926, when writer Hugo Gernsback used and
popularized it with the cover of the Amazing Stories magazine. Since then, science fiction is known as
a narrative genre that places the action in imaginary space-time coordinates that are different from the
current ones and, in addition, illustrates a future or an alternative present marked by the presence of
artificial beings like robots or cyborgs and their impact in society.
Keywords: Science fiction; literature; narration; technology; future; influences; ethics; robotics.

Sumario. Objetivos. Hipótesis. Metodología. Visiones de la robótica en representaciones culturales.


El robot apocalíptico y/o monstruoso. El robot y su capacidad para sentir y razonar. El robot como
asistente. Relación entre el robot del relato de ciencia ficción y el robot de la sociedad del siglo XXI.
Conclusión. Bibliografía y webgrafía

Cómo citar: Cuartero De León, D.; Rietti Monfort, S.; Raspitina, A.; Zoreda, A. J.(2021), La influencia
de la ciencia ficción en la tecnología y la robótica, en CIC. Cuadernos de Información y Comunicación
26, 161-173.

Objetivos

Nuestro objetivo era averiguar si verdaderamente los productos culturales como li-
bros y películas en las que se muestran elementos que no existen todavía pueden
influenciar en su percepción por parte de la sociedad, lo que a su vez afecta la forma

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que toma el progreso. También queríamos comprobar la ética a la que los robots
están sujetos, si las famosas leyes de Asimov serían aplicables en el mundo real y,
en caso contrario, qué otras normas deberían afectar a su comportamiento, además
de las cuestiones morales relacionadas con la creación de una inteligencia artificial.

Hipótesis

Partimos de la idea de que la cultura influye en la tecnología y en cómo es percibida


por el público, que actúan de tal manera que plantean preguntas sobre aspectos futu-
ros que todavía no podemos comprobar de primera mano en el presente. En cuanto
a las cuestiones éticas, consideramos que las leyes de Asimov eran insuficientes y
que era necesario entrar en profundidad en las ramificaciones legales y morales de la
creación de un ser autoconsciente.

Metodología

Nuestro método de trabajo consistió en buena parte en analizar obras de ciencia ficción
de distinta temática y formato, pero en las que la tecnología, los cyborgs y los robots
juegan un papel importante en su mundo. También consultamos textos en los que se
investigaban también la influencia de la cultura en la tecnología, cómo se representa
a la ciencia en la ficción, y la propia evolución dentro de la ciencia ficción, además de
contactar con un experto en robótica al que le planteamos nuestras preguntas.
La palabra “robot” fue usada por primera vez por el dramaturgo Karel Chapek,
que adaptó el término del “rebota” checo para referirse a aquel que está sometido a
una servidumbre involuntaria, es decir, un esclavo. Para diferenciar dicha palabra del
inglés “slave”, usado para referirse a las personas, se mantuvo el término introducido
por Chapek con el objetivo de mantener también la distinción entre humanos y seres
artificiales (Asimov, 1982).
Otra de las concepciones que ha traído la ciencia ficción respecto a las creaciones
tecnológicas de la humanidad es la del “cyborg”, diferente del concepto mencionado
anteriormente. En el caso de los “cyborg” se habla de seres artificiales, pero que
comparten algún elemento humano, como puede ser la apariencia, y que, por tanto,
pasan desapercibidos para los ojos del resto de personas (Merás, 2013).
Ambos conceptos, además de las posibilidades futuras de otras invenciones como
la inteligencia artificial o las computadoras están reflejadas en las obras de ciencia fic-
ción en sus distintos formatos. También cabe mencionar que, a pesar de que el término
de “ciencia ficción” se dio a conocer con la portada de Gernsback, existieron autores
en los años anteriores cuyas obras podrían enmarcarse dentro de este género y que,
incluso, han llegado a marcar el camino a seguir para los investigadores de este campo.
Este es el caso de Julio Verne o H.G. Wells, o, más recientes, como Isaac Asimov o
George Orwell. Además de estos, se puede mencionar a las cada vez más numerosas
producciones cinematográficas que describen paisajes relativos a la ciencia ficción.
De esta manera, este género ha conseguido en todos sus formatos crear escenarios
que dan pie a debates filosóficos, sociales o científicos sobre la naturaleza del hom-
bre y la sociedad, así como las posibles implicaciones que tiene su convivencia con
la maquinaria desarrollada por humanos. En torno a este debate, se puede hablar de
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las tres leyes planteadas por el autor Isaac Asimov en su obra Yo, Robot (1950), que
se refieren a la introducción de un código ético en los robots o seres artificiales para
evitar un conflicto con el hombre.
Los tres postulados mantienen que, en primer lugar, los robots no pueden hacer
daño a los humanos; en segundo lugar, que los robots deben obedecer cualquier nor-
ma humana siempre y cuando no violen la primera ley; y, por último, que los robots
pueden defenderse siempre y cuando no violen ni la primera ni la segunda ley.
A pesar de las aportaciones de Asimov, la ciencia ficción en sus múltiples represen-
taciones presenta escenarios en los que los robots se rebelan contra la humanidad vio-
lentamente e incluso llegan a suponer una amenaza para la supervivencia de la especie
y del planeta. Sin embargo, este relato del género también ha planteado diferentes ca-
minos para que la investigación pueda transcurrir gracias, en parte, a la construcción de
un imaginario cultural y el moldeamiento de las expectativas sociales hacia el futuro.
De esta manera, a través del cine especialmente, las historias de ciencia ficción han
actuado como herramienta que permite leer lo que la humanidad espera del futuro.
Muchas de las invenciones actuales, como los satélites de comunicaciones, proceden
de las expectativas o los conflictos planteados a través de la representación de ciencia
ficción, cuyo elemento clave es la imaginación de los creadores en dichos productos.
Es importante incidir en que la influencia de estas obras se da en el imaginario
cultural, es decir, en una cultura en general y no en un grupo social concreto, a lo que
se refiere el imaginario social (León, 2011).
Las investigaciones han demostrado que el género mencionado ha influido y lo si-
gue haciendo en los avances tecnológicos y científicos, pero también han constatado
un impacto cada vez mayor. Esta influencia se da, principalmente, en tres ámbitos: el
planteamiento teórico, la exploración de otras formas de interacción entre humanos y
máquinas y el estudio acerca de la posibilidad de modificar el cuerpo humano. Ade-
más, el asesoramiento con miras a la ciencia ficción en las empresas y laboratorios
de investigación cada vez es más común, con el objetivo de crear nuevas máquinas
que respondan a un adecuado impacto social (Jordan, Mubin, Obaid, Silva, 2018).
De esta manera, se puede hablar del género de ciencia ficción como una especie
de fijador de expectativas hacia el futuro del diseño y la investigación tecnológica, lo
que implica pensar en las implicaciones éticas de una sociedad en la que la humani-
dad tenga que convivir con seres artificiales. Respecto a las múltiples formas de tra-
tamiento de la robótica en la ciencia ficción, se puede hacer un análisis audiovisual
a partir de los personajes planteados en películas, libros o cómics y de los conflictos
planteados a través de ellos.
A través del siguiente trabajo, se pretende comentar las diferentes visiones más
representativas de la robótica en los productos de ciencia ficción, así como las impli-
caciones éticas planteadas en ellas. Todas las representaciones culturales analizadas
en el trabajo están recogidas en el Anexo 1.

Visiones de la robótica en representaciones culturales

El robot apocalíptico y/o monstruoso

Un primer aspecto que se puede comentar de las representaciones robóticas es que,


en numerosas obras, éstos forman parte de un ambiente apocalíptico. Este es el caso
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de Blade Runner, basada en la novela corta ¿Sueñan los androides con ovejas eléc-
tricas?, en la que se da un mundo post-apocalíptico posterior a una guerra en la que
la mayoría de especies humanas y animales murieron y en el que los androides son
herramientas al servicio de las personas.
En la película de Blade Runner, dirigida por Ridley Scott, ya se presentaba el
peligro que suponían los replicantes ante la especie humana. Estos cyborgs tenían
una fuerza y agilidad ligeramente superior a la de los humanos y, en un principio,
fueron concebidos como esclavos de las personas. Sin embargo, el conflicto que se
presenta en la película viene por la desobediencia de un grupo de seis replicantes
que han desarrollado emociones y, por tanto, debe ser eliminados. De esta manera,
se presenta una amenaza de las creaciones artificiales al negarse a una subordinación
de la especie humana.
Años después, en 1984, también se presentó también en el cine otra película en la
que la perspectiva de los cyborg como sinónimo de peligro para la sociedad estaba
presente, como se ve en la película The Terminator. En esta se observa como un ser
artificial procede de un futuro devastado por el ataque de estos robots y en el que
los humanos supervivientes luchan contra éstos. La concepción de estos seres en la
película es la de unas creaciones sin sentimientos y capacidad de razonamiento, pro-
gramados para cumplir con su objetivo. Así, en la cinta se observa como el Termina-
tor viaja al pasado con la única misión de matar a una mujer llamada Sarah Connor,
lo que implica que éste arrase con todo lo que encuentre en su camino para cumplir
con su objetivo. Por tanto, aquí la perspectiva de la robótica es la de unas máquinas
sin sentimientos y sin capacidad de razonamiento, lo que supone una amenaza para
la especie humana.
A diferencia de las anteriores, la película Matrix presenta una perspectiva tam-
bién apocalíptica de la robótica, aunque en ésta concepción los seres artificiales to-
davía necesitan de los humanos. La cinta de 1999 de Lilly y Maya Wachowski retrata
un mundo apocalíptico en el que las máquinas se han rebelado contra los humanos,
los seres robóticos han aprovechado a los humanos que han sobrevivido de la gue-
rra entre ambas especies para nutrirse de su energía vital, ante la falta de sol. Para
mantener controlados a las personas que sobrevivieron, estas máquinas crean una
simulación virtual mediante la que parece que éstos viven una vida normal, aunque
en realidad están conectados a una tecnología que aprovecha su energía.
Por tanto, en Matrix ya no se presenta la total destrucción de la especie humana,
puesto que éstos son necesarios para mantener el poder de la tecnología. De esta ma-
nera, la especie humana no quedaría extinguida en su totalidad, sino que se necesita
para suplir la energía solar y, en cierto modo, alimentar a las máquinas.
La realidad de un mundo apocalíptico es un tema frecuente en estas represen-
taciones audiovisuales, tal y como se ve también en películas de animación como
Wall-E. En esta, los altos niveles de toxicidad han reducido a la Tierra a un lugar
inhabitable, lo que ha obligado a los humanos a vivir en una nave espacial, mientras
que un robot encargado de tareas de recogida de residuos habita este deshabitado
planeta.
En la mayoría de las obras que abordan la tecnología robótica se presenta a los
humanos como creadores de estos seres, sin embargo, durante el análisis también se
han encontrado otras representaciones, como en la saga Transformer, en la que los
robots no son creaciones humanas, sino que son alienígenas artificiales que llevan
su batalla a la Tierra. En estas películas se aborda como, entre las diferentes espe-
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cies de seres artificiales (Autobots y Decepticons) existen unos que deciden erigirse
como protectores del planeta frente a otros que buscan la destrucción de éste para su
control.
La realidad de un mundo apocalíptico no se limita únicamente al cine, sino que
también se han encontrado referencias a un futuro incierto marcado por los avances
tecnológicos en la literatura, cómics o mangas. Así, en Crónicas Marcianas se en-
cuentran relatos como Vendrán lluvias suaves en el que la tecnología prosigue sus
tareas cotidianas en medio de un panorama devastado por una guerra.
También se han encontrado referencias a una superioridad de los robots que les
lleva a usurpar el lugar de los humanos en un mundo apocalíptico. Esto se observa en
el análisis de las fábulas de Stanislaw Lem que, marcado por una repulsión al antro-
pocentrismo, refleja un papel predominante de la especie robótica por su curiosidad,
lógica o raciocinio frente a la ignorancia de los humanos.
En cuanto al análisis de mangas de temática robótica, se han encontrado tam-
bién referencias al mundo devastado con presencia de estos seres artificiales. Así
en Gunnm Last Order se presenta una ciudad en la que sus ciudadanos han sido
destruidos por unas máquinas, programadas para ello si se revelaba el secreto de
dicha urbe. Estas tecnologías se caracterizan por su independencia respecto a las
personas y, en ciertos casos, se observa un odio y rechazo a los creadores. Así se ve
en el caso de un personaje llamado Sachumodo, que todavía mantiene la memoria
de su inventor y que llega a declarar que odia el mundo y a los hombres que lo
construyeron.
Los ataques de los robots a los humanos también se ven en otro de los mangas
analizados, Ghost in the Shell. En este, se plantea una realidad en la que la policía
tiene robots que funcionan a través de programas de personalidad incorporados, pero
que carecen de alma. En uno de los capítulos, se observa cómo hay seres artificiales
que atacan y matan a personas, al mismo tiempo que aparecen grupos de defensa por
los robots que protestan contra la policía.
De esta manera, la rebelión robótica viene porque los robots se averían a ellos
mismos para crear permisos mediante los que atacan a la gente, lo que justifican
en que los humanos los abandonan cuando no los necesitan. Cuando se ataca a las
personas, los robots restan importancia a sus muertes, ya que mantienen que las vi-
das humanas carecen de sentido. En este caso, el argumento que persiguen los seres
artificiales es que no se les trate como objetos desechables. Por tanto, Ghost in the
Shell presenta, en cierto modo, una visión peligrosa de los robots en respuesta a un
mal uso por la especie humana.
La visión dada en este apartado a través de un análisis de material escrito, gráfico
y audiovisual permite sacar unas breves conclusiones sobre la perspectiva apoca-
líptica de los robots. En primer lugar, se puede observar una tendencia a asociar la
presencia de robots con un futuro en el que el planeta Tierra muestra claros signos
de devastación, por lo que se podría relacionar la presencia de la robótica con un
perjuicio, en cierta manera, del planeta.
También se observa cómo, en los casos en los que los robots se rebelan contra
la humanidad, esto se da porque desarrollan una capacidad para evaluar que actúan
como siervos de la especie humana, De esta manera, aquellos seres que comienzan
a reflexionar sobre su existencia finalmente terminan por desear adquirir un estatus
superior a sus creadores. Esto se ve, especialmente, en aquellas representaciones en
las que la única finalidad de las tecnologías es la de actuar de siervos a los humanos.
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Así, la perspectiva apocalíptica de los robots se puede relacionar con un uso irres-
ponsable y continuado de los humanos que, además de explotar a sus creaciones
artificiales, ignoran el daño que le puede hacer esa idea de progreso al planeta Tierra.

El robot y su capacidad para sentir y razonar

Una de las actitudes más marcadas en cuanto a la representación de la técnica en


la ficción fue el rechazo de las máquinas, sobre todo en el apogeo de la revolución
industrial, ya que éstas se percibieron como amenazas en cuanto aparecían produc-
ciones humanas que podían llegar a oponerse a lo humano. Incluso los robots, en
algunos momentos, han representado ese temor de la era de las máquinas industriales
por su capacidad para actuar con independencia de los hombres.
No obstante, el cambio que se produjo en esa percepción de la técnica y de su
relación con lo humano tuvo como resultado la construcción de una figura tardía
en la historia de la ciencia ficción: la figura del ciborg, que permite borrar todos los
límites entre lo humano y las máquinas y dando lugar a una nueva idea de yo, no
unificado, híbrido.
Asimismo, los hechos históricos han condicionado en cierta manera el género,
agudizando las tensiones hombre-máquina y ciencia–fantasía. Dichas tensiones se
reflejan en las distintas formas de imaginar los robots.
En las representaciones analizadas que se presentan a continuación aparece el
deseo como lo determinante, el deseo como elemento común a la representación del
robot y como rasgo constitutivo de lo humano.
Una de las primeras concepciones de los seres artificiales y su capacidad emo-
cional y cognitivo se observa en Frankenstein de Mary Shelley, en la que un ser
artificial y monstruoso a los ojos humanos busca el amor de las personas, aunque
tan solo recibe odio. Esto le lleva a guiarse por el odio e incluso finalmente llega a
matar a su compañera. Finalmente, presenta una característica tan humana como el
arrepentimiento y se retira a los páramos del Polo Norte para suicidarse y que nadie
pueda crear a otro como él con sus restos.
En Blade Runner el gran tema que marca la diferencia sustancial con respecto a
la novela en la construcción de la figura del androide es el apego a la vida. Lo que
caracteriza a los replicantes (así se denomina a los androides en la película) es justa-
mente su deseo de perseverar en su ser. En el filme los replicantes pertenecen a una
generación muy singular, los Nexus 6, que han sido diseñados atendiendo a las más
deseables cualidades humanas: son bellos, fuertes, ágiles, muy inteligentes (superio-
res a la media humana), son capaces de desarrollar sentimientos humanos (aunque
al principio carezcan de algunos muy elementales, gozan de singularidad y tienen
conciencia de sí). Pero han sido fabricados con una limitación muy importante: sólo
pueden vivir 4 años. La razón de esta limitación está justamente en la capacidad que
tienen de desarrollar sentimientos humanos.
En Yo robot no hay androides y los robots tienen formas apenas humanoides, en
eso coincide con la novela. Pero la diferencia la pone Sony, cuyo cuerpo es metálico
pero quien tiene un rostro expresivo a diferencia de los otros robots. Sony ha sido
creado por el Dr. Lanning para cumplir una misión muy especial en contra de una
conspiración de las máquinas contra la humanidad. Lanning, que le había enseñado
las emociones humanas, le hace prometer que lo va a ayudar a cumplir un propósi-
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to. Sin embargo, el doctor engaña al robot, pues le ha hecho jurar que lo ayudará a
matarse. Sony es la pieza clave en la cadena de pistas para que Spooner (el detective
cyborg) resuelva el caso a favor de la humanidad. Sony es un robot bastante humani-
zado, alberga recuerdos y es capaz de experimentar emociones humanas; tiene capa-
cidad para aprender y evolucionar autónomamente y tiene impresas las tres leyes de
la robótica, pero bajo un mecanismo que le permite usarlas discrecionalmente. Sony
desea tener un lugar en el mundo de los humanos y está obsesionado con aprender el
comportamiento humano.
En cuanto a El hombre bicentenario, es patente el deseo del robot Andrew por
hacerse humano, y se muestra el proceso por el cual llega a serlo. Lo que más se
destaca es el desarrollo social y moral de Andrew, como el aprendizaje del lenguaje
coloquial (chistes, vulgaridades e implicaciones) y la asunción de su propia subjeti-
vidad. Esto se revela cuando Andrew, que siempre se refería a sí mismo como «uno»
(«a uno le complace servir»), sin darse cuenta empieza a hablar en primera persona
y habla de sí mismo como yo una vez su dueño (Martín) le concede la libertad. Tam-
bién se destaca el establecimiento de vínculos afectivos con el dueño y su familia,
llegando hasta el enamoramiento y la relación de pareja con Portia.
En Big Hero 6 encontramos a un robot que inicialmente (y puede que durante
toda la película) es un asistente médico de primeras urgencias al que construyen con
intención de que ayude a las personas. No obstante, podemos ver cómo a lo largo del
filme Hiro, el chico protagonista se encariña con Baymax e incluso se le atribuyen
características humanas como gestos (ej. abrazos), los cuidados y el afán por ayudar-
lo siempre. Se presenta a Baymax como lo contrario al mal, es decir, el bien, que a
su vez tiene que luchar contra el primero. Se asemeja así al típico héroe protagonista
que tiene que salvar el mundo, y en este caso es un robot con características de hu-
mano el que lo hace.
Por otro lado, en la literatura analizada también se han encontrado ejemplos de
ciertas capacidades que se escapan de lo artificial en los robots presentados. Un
ejemplo concreto de esto se ve en los mangas como Gunnm Last Order, cuyos seres
artificiales no se limitan a seguir las órdenes de humanos sino que han desarrollado
su propia personalidad, capacidad de autonomía e incluso sentimientos. Algo similar
ocurre con Dimensión W, cuya protagonista es una robot con personalidad y emocio-
nes como el amor o terror.
En las Fábulas de Robots de Stanislaw Lem también se presenta a las tecnologías
como seres que han conseguido un grado de evolución superior al de los humanos
y cuya capacidad de raciocinio y de basarse en la lógica frente a la simplicidad de
la especie humana, algo que se puede justificar en el odio hacia el antropocentrismo
del autor.
Esto también puede observarse, aunque de una manera más infantilizada, en la
película Robots (2005). La cinta de animación presenta una sociedad puramente for-
mada por robots, algo similar a un universo alternativo en el que los humanos no
existen. De esta manera, los personajes presentan una actitud igual a la de una per-
sona y, aunque se trate de una película animada presenta una crítica al capitalismo
personificado en la figura de el Gran Soldador, malvado de la película.
En línea con este desarrollo emocional de los robots en cintas de animación, se
puede mencionar también a la película de animación Wall-E, en la que la tecnología
protagonista se enamora de otro ser artificial e incluso llega a desarrollar un fuerte
apego hacia ésta, lo que se demuestra en su disposición a protegerla en todo momen-
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to. En cuanto a Doraemon, se observa como un ser que es en realidad un robot de


hojalata desarrolla una capacidad para comunicarse con los humanos y para empati-
zar con ellos como si de una persona más se tratase e incluso llega a formar parte del
grupo de amigos que se presenta en dicho anime.
De esta manera, se observa como, especialmente, las cintas animadas representan
a los robots como un reflejo del comportamiento humano, aunque quizá se deba a su
deseo por conectar con el público infantil a través de personajes que resulten extra-
vagantes. Aun así, estos se pueden enmarcar con la tendencia a presentar los seres
artificiales en las representaciones de ciencia ficción junto a una capacidad de sentir
y razonar.
En las representaciones analizadas, una de las cuestiones que se plantean estas
tecnologías es cuál es su lugar en la sociedad y, en ocasiones, se plantean conflictos
en torno a la consecución de una vida normal en la que poder convivir con humanos,
como se observa en El hombre bicentenario.
Así, se aprecia cómo una de las principales demandas de las criaturas robóticas
es la empatía humana. Es decir, éstas piden a sus creadores o a la otra especie que
les comprendan y les permitan vivir en libertad, sin necesidad de tener que servirles
como si de esclavos se tratasen.
Por tanto, se observa como el desarrollo de cierto grado de humanismo, enten-
diendo esto como un reflejo de capacidades cognitivas y emocionales de humanos,
está presente en la mayor parte de relatos de ciencia ficción. Las creaciones artificia-
les presentan anhelos similares a los de las personas y buscan un orden jurídico y so-
cial que les permita vivir en armonía con ellos. Sin embargo, en ocasiones se observa
cómo estas demandas se expresan a través de la violencia y los combates contra sus
creadores, ya sea porque el diálogo no ha surtido efecto o porque su programación
les lleva a reaccionar por esa vía.

El robot como asistente.

La obra ‘’Yo, Robot’’ de Isaac Asimov transcurre en un universo que se podría califi-
car de ‘’utópico’’, las guerras ya acabaron y la sociedad empezó a rechazar ideologías
como el nacionalismo, eso llevó a la unificación de todos los continentes en un único
país que se divide en regiones, en donde los robots son vistos como herramientas que
ayudan a los humanos, pero a su vez están dotados de bondad, aunque artificial, pero
al fin y al cabo bondad. Las historias recopiladas se encuentran conectadas entre sí y
son narradas por la robopsicóloga de la U.S., Robot Susan Calvin.
Un aspecto muy importante de la narrativa son las leyes de la robótica, un total
de tres y a partir de estas los robots protagonistas de cada capítulo se verán condi-
cionados a la hora de tomar decisiones debido a que si, por ejemplo, reciben una
orden que no está bien especificada y esta provoca un choque entre dos de las leyes,
la incoherencia hará que el robot no sepa cómo actuar y puede acabar dando vueltas
en círculos o incluso ‘’suicidarse’’.
Pero Asimov no busca hacer una analogía sobre la esclavitud y el uso al que se le
da a las máquinas, sino exponer situaciones que deberán ser solucionadas empleando
las tres leyes de la robótica, de hecho, en los dos últimos capítulos se nos presenta
a un robot humanoide que se camufla y se oculta con la apariencia de un humano
normal. Su objetivo no es liberal a los suyos, sino llegar a ser alcalde de Nueva York
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para así poder ayudar mejor a los humanos que lo rodean, todo esto impulsado por
la primera ley.
Esta es una de las historias de ciencia ficción más relevantes en su campo, da ini-
cio al imaginario colectivo que la sociedad mantendría sobre los robots hasta nues-
tros tiempos. Obviamente, como con cualquier concepto, se le han dado muchos
enfoques con el paso de los años, pero este caso es ante todo curioso. Se plantea
que el progreso humano para llegar a la utopía es junto a los robots, sin ideologías
radicales de por medio.
Por otro lado, dentro de los relatos de Crónicas marcianas obra de Ray
Bradbury, destaca el papel de robot asistente que desempeña la “casa inteligente”
en Vendrán lluvias suaves. Ambientado en la Tierra, sobre agosto de 2026, este
relato narra el transcurso de un día en la devastada ciudad de California, tras la
Gran Guerra nuclear. El único hogar que aún se encuentra en pie, se trata de una
“casa inteligente” que parece no ser consciente de la devastación que la rodea,
y prosigue con su horario programado a pesar de que no hay a quién alimentar
o cuidar.
En este relato Bradbury recurre a una tecnología ciega e ignorante, que ajena a su
entorno y prosigue sus tareas como si nada hubiese cambiado, y como si las únicas 5
manchas antropomórficas que decoran la pared oeste de la casa no existieran.
Las horas del día transcurren sin interrupciones hasta las diez de la noche cuando
el fuego aparece. La “casa inteligente” grita alarmada e intenta salvarse, pero cuando
las reservas de agua se acaban y con las ventanas rotas que permiten la entrada de un
fuerte viento, el fuego solo parece avivarse. Al final la casa queda totalmente calci-
nada y solo queda una pared en pie, que repite “cinco de agosto de 2026”.
El relato nos plantea la existencia de una intrincada casa automática, que realiza
acciones como cocinar, encender la lumbre o llenar la bañera, todo ello de forma
autónoma. Pero carece de consciencia y solo realiza tareas predeterminadas, lo que
choca con la tecnología que Bradbury describe en su cuento Los largos años.
Dentro del mundo audiovisual la percepción del robot como ayudante fiel de los
humanos se puede observar claramente en producciones de animación como Dorae-
mon. Una serie estrenada en 1973, de manga y anime acerca de un gato robot que
proviene del futuro, concretamente del siglo XXII, para ayudar a un niño de cuarto
de primaria, descuidado y perezoso llamado Nobita. Su bisnieto y su familia, ciu-
dadanos del siglo XXI, viven en la pobreza, y con tal de evitar que Nobita cometa
tantos errores, envían a Doraemon al pasado.
El robot se dedicará expresamente a ayudar al joven muchacho y pondrá a su
disposición toda clase de interesantes inventos, los cuales son muy conocidos en
la cultura popular: la puerta mágica, el gorrocóptero, la gelatina traductora o el aro
túnel son algunos de ellos. Con ellos Doraemon intenta salvar a Nobita de su futuro
de fracaso y pobreza.
Otra película de animación con esta temática es WALL-E, una producción cine-
matográfica cuyo personaje principal es un robot que, abandonado en la Tierra, se
dedica a limpiar la toxicidad del planeta.
Wall-E se interesa por la historia de la humanidad y se encuentra fascinado por
los objetos que dejaron los humanos, por lo que los colecciona, desarrollando así una
personalidad propia. Con la llegada de otro robot, EVA (Evaluador de Vegetación
Alienígena), empieza la trama. Y ambos robots, a pesar de no olvidar la razón para
la que fueron programados, desarrollan un lazo de amistad.
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Mientras en ‘Axioma’, el crucero espacial que transporta a toda la población


humana de la Tierra evacuada hace más de 700 años, los humanos viven una vida
aislada, constantemente en sus sillas flotantes, dependiendo completamente de los
robots que habitan la nave.
En esta película, los robots, concretamente Wall-E y EVA, poseen algo de huma-
nidad. Aunque siguen obedeciendo su programación ellos toman la mayor parte de
sus decisiones, eso sí, sin suponer una amenaza para la raza humana. Pero debido a
la gran dependencia de la tecnología que presentan los humanos se podría considerar
una visión de un futuro distópico en el que la tecnología acaba dominando al hombre.
En El hombre bicentenario se observa una evolución emocional y cognitiva en
el robot, que fue adquirido exclusivamente para llevar a cabo tareas rutinarias, pero
acaba desarrollando características humanas como la creatividad.
Durante la película se muestra la evolución del robot, llamado Andrew, e incluso
llegando a modificar su aspecto de ser artificial, para tener una apariencia humana, o
experimentando sentimientos humanos, como el amor.
En esta producción cinematográfica la visión de los robots es asistencial, es decir,
unos sirvientes de la especie humana. Sin embargo, se plantea la posibilidad de que
los robots puedan llegar a desarrollar sus propios códigos éticos o puedan aprender
las normas morales humanas para participar en la sociedad. La evolución de Andrew
plantea el dilema de si las máquinas pueden ser programadas para experimentar sen-
timientos como el amor o si pueden llegar a plantearse preguntas como la posibilidad
de ser libres, a pesar de que su interior es puramente artificial.
Un amigo para Frank es una película que plantea la concepción del robot como
un medio de ayuda a personas dependientes, en este caso un anciano con dificultades
para desenvolverse en la ejecución de tareas de la vida cotidiana como son la prepa-
ración de comidas, la higiene o hacer la compra.
El robot cumple con funciones de colaboración a través de la realización de ta-
reas, un trabajo que va más allá de la mera ejecución, pues es incluso capaz de de-
tectar problemas cognitivos y emocionales en su compañero. Como consecuencia
de la compañía de este robot, finalmente ambos desarrollan una relación de amistad,
convirtiéndose el androide en el único compañero del anciano.
Como se observa en las obras y películas analizadas, normalmente la presencia de
un robot asistencial se entremezcla con la posibilidad de crear máquinas humanoides
que repliquen nuestras acciones y sean capaces de sentir, razonar y comprender el
mundo como lo hacemos nosotros.

Relación entre el robot del relato de ciencia ficción y el robot de la sociedad del
siglo XXI

En los apartados anteriores se han comentado diferentes aspectos de la tecnología


robótica planteados en la ciencia ficción. A pesar de que los múltiples avances en el
campo de la investigación pueden hacer pensar lo contrario, existe una diferencia
crucial entre los seres humanos y la robótica: su parte social.
En el cine y la literatura abundan las creaciones artificiales que consiguen desa-
rrollar una capacidad cognitiva y emocional similar a la de las personas. Por ejemplo,
en El hombre bicentenario el protagonista es un robot que evoluciona a través del
aprendizaje del medio y consigue finalmente desarrollar y sentir emociones como el
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amor. Un caso similar se observa en Blade Runner, película en la que la replicante


Rachael se enamora del Blade runner Deckard e incluso existe una escena en la que
el espectador puede comprobar como ésta llora cuando descubre la verdad acerca de
sus recuerdos.
Sin embargo, la actualidad en cuanto a la investigación se encuentra lejos de
estos, puesto que todavía existen limitaciones para los robots en cuanto a cognición,
emoción y capacidad para aprender, según explicaba a Eldiario.es el profesor y doc-
tor en robótica Jordi Albó i Canals.
Las limitaciones para estos seres artificiales están en el poder para percibir un
estado emocional en alguien, lo que es posible entre humanos gracias a la capaci-
dad para deducir una emoción de una expresión facial, verbal e incluso movimiento
corporal.
Además, existen diferencias a su vez entre los robots actuales en sus diferentes
ámbitos de aplicación. Así, cabe diferenciar entre robots industriales o especiali-
zados y los de tipo humanoide con una función puramente social. Estos últimos se
distinguen también de los mostrados en las películas en aspectos técnicos como la
duración de su batería o su apariencia.
En el caso de la batería, ésta ofrece una autonomía más limitada que la vista en
las producciones cinematográficas, por ejemplo. Si se pone atención a esos robots
sociales, que están representados en películas como Un amigo para Frank, la prin-
cipal diferencia está en el rendimiento del robot, que puede estar un día o incluso
más en funcionamiento, mientras que en la actualidad la autonomía se limita a los 20
minutos aproximadamente.
Por otro lado, existen limitaciones todavía en aspectos motores puesto que exis-
ten movimientos que determinados robots son incapaces de llevar a cabo, a pesar
de que en apariencia puedan recordar en gran medida a los humanos. A esto han
contribuido invenciones como las impresoras 3D, tan empleadas por corporacio-
nes que se han introducido recientemente en el campo del mercado robot, como
Amazon o Google.
Sin embargo, la parte que quizá pueda ser llevada a un mayor debate se co-
rresponda con el código ético de estos seres artificiales. En la literatura y en el
cine, es constante la visión apocalíptica de los seres robóticos, que se rebelan
contra la especie humana y la destruyen, es decir, no vacilan en recurrir al uso
de la violencia.
Para que estas tecnologías sean capaces de distinguir entre el bien y el mal, se-
ría necesaria la introducción de un código ético, que estaría relacionado también
con su capacidad para desarrollar un aprendizaje cognitivo y emocional. Ya se han
mencionado antes las tres leyes planteadas por Isaac Asimov que introducían ciertas
regulaciones éticas a las creaciones artificiales.
A pesar de este planteamiento del autor de Yo, robot, lo cierto es que estas tan
solo un planteamiento y no marcan una ley inamovible para la investigación, que se
encarga de programar a los robots para que éstos sigan aquello que les dice el código
que previamente han desarrollado. De esta manera, a pesar de que una tecnología
aprendiese algo malo, no debería llevar a cabo acciones malvadas si su código de
programación prevé la distinción entre el bien y el mal (Eldiario,2019).
Ante el auge de los avances en este ámbito, surge una disciplina que se centra en
las posibles implicaciones positivas y negativas de la robótica para la sociedad y que
se corresponde con la roboética. Entre las cuestiones que concibe dicha disciplina
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se puede distinguir entre adaptar la ética humana a la robótica, incrustar un código


moral en los robots y pensar en la ética futura de una posible conciencia futura de las
creaciones artificiales.
De esta manera, se ha trabajado en dos áreas principales, que se corresponden con
la regulación legal y con la ética para una futura sociedad tecnificada. Así, entre las
regulaciones legales destacan las instituciones como el Parlamento Europeo y sus
trabajos introducir leyes que regulen este futuro todavía incierto. También se puede
mencionar el desarrollo de material escolar, así como oportunidades docentes para
educar en cuanto a roboética.
En cuanto al aspecto ético de esta sociedad en convivencia con robots, se distin-
guen implicaciones en el campo de la privacidad, la responsabilidad legal o la digi-
tal. Los esfuerzos están por establecer los pros y los contras de esta futura sociedad,
cuya única referencia es la ciencia ficción. Así, se plantean cuestiones en torno al
cine y la literatura perteneciente a este campo, con el objetivo de esclarecer cuál debe
ser la línea de investigación y educación a seguir.

Conclusión

Quizá todavía se esté lejos de las concepciones que se han visto en el análisis, aun-
que existe una vía para que los robots asistenciales puedan ganar terreno y acep-
tación social. Las dificultades de programación cognitiva y emocional impiden un
ser artificial que piense y sienta como un humano, tal y como se ha mencionado en
párrafos anteriores. No obstante, es importante profundizar en el terreno legislativo
en cuanto a roboética, más allá de las aportaciones de las obras de Asimov, con tal de
crear la base para un futuro que todavía está por conocer pero en el que no debería
resultar imposible pensar en criaturas artificiales cuya autonomía les haga asemejar-
se a los humanos. Es decir, es necesario que las instituciones hagan esfuerzos por
preparar el terreno para un planeta en el que la convivencia entre robots y humanos
puede plantearse como un escenario muy posible.

Bibliografía y webgrafía

Asimov, I. (1982). Sobre la ciencia ficción. Editorial Sudamericana.


Biblioteca Nacional de España (2010). Novela de ciencia ficción: guía de recursos
bibliográficos.
Icart Isern MT, Pulpón Segura AM, Díaz Membrives M, Icart Isern MC. Un amigo para
Frank(2012) de Jake Schreier: un robot con función sanitaria y social. Rev Med Cine
[Internet] 2019;15(3): 137-145.
Jordan, P., Mubin, O., Obaid, M., Silva, P.A. (2018). Exploring the Referral and Usage of
Science Fiction in HCI Literature.
León, M. (2011). El relato de ciencia ficción como herramienta para el diseño industrial.
Merás, L. (2013). Replicantes o sumisas: El cyborg femenino desde Blade Runner. Universitat
Pompeu Fabra/ Royal Holloway (University of London).
Ramírez, J. (19 de septiembre de 2014). Los robots del cine y los que existen en el S.XXI: tan
cerca y a la vez tan lejos. Eldiario.es. Recuperado de: https://www.eldiario.es/hojaderouter/
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cosas no pueden pasar en realidad. ElEconomista.es. Recuperado de: https://www.
eleconomista.es/tecnologia/noticias/10370944/02/20/Cine-y-robots-un-experto-explica-
por-que-algunas-cosas-no-pueden-pasar-en-realidad–.html

Anexo 1

1. Películas analizadas

Doraemon (1979). Adaptación del manga escrito por Fujiko Fujio.


Blade Runner (1982). Dirigida por Ridley Scott.
The Terminator (1984). Dirigida por James Cameron.
El gigante de hierro (1999). Dirigida por Brad Bird.
El hombre bicentenario (1999). Dirigida por Chris Columbus.
Matrix (1999). Dirigida por Maya Wachowski y Lilly Wachowski.
Yo, Robot (2004). Dirigida por Alex Proyas.
Robots (2005). Dirigida por Chris Wedge.
Transformers (2007). Dirigida por Michael Bay.
Wall-E (2008). Dirigida por Andrew Stanton.
Acero Puro (2011). Dirigida por Shawn Levy.
Un amigo para Frank (2012). Jack Schreier.
Big Hero 6 (2014). Dirigida por Don Hall y Chris Williams.
Ghost in the Shell (2017). Dirigida por Rupert Sanders.
Alita, Ángel de combate (2019). Dirigida por Robert Rodríguez.

2. Literatura y mangas analizados

Frankenstein (1823). Escrito por Mary Shelley.


Crónicas marcianas (1950). Escrito por Ray Bradbury.
Yo, Robot (1950). Escrito por Isaac Asimov.
Fábulas de robots (1964). Escritas por Stanislaw Lem.
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968). Escrito por Philip K. Dick.
Ghost in the Shell (1989). Escrito por Masamune Shirow.
Gunnm Last Order (2000). Escrito por Yukito Kishiro.
Dimensión W (2011). Escrito por Yuji Iwahara.

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