Maitgarc, 161-173
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https://dx.doi.org/10.5209/ciyc.73357
Abstract. Las representaciones culturales que abordan el género conocido como ciencia ficción son
más comunes cada día. La concepción de dicho género nació como tal en el año 1926, cuando el escritor
Hugo Gernsback lo usó y popularizó con la portada de la revista Amazing Stories. Desde entonces, se
conoce a la ciencia ficción como un género narrativo que sitúa la acción en unas coordenadas espacio-
temporales imaginarias y diferentes a las actuales y que, además, ilustra un futuro o un presente
alternativo marcado por la presencia de seres artificiales como los robots o los cyborg y su impacto en
la sociedad.
Palabras clave: Ciencia ficción; literatura; narración; tecnología; futuro; influencias; ética; robótica.
Cómo citar: Cuartero De León, D.; Rietti Monfort, S.; Raspitina, A.; Zoreda, A. J.(2021), La influencia
de la ciencia ficción en la tecnología y la robótica, en CIC. Cuadernos de Información y Comunicación
26, 161-173.
Objetivos
Nuestro objetivo era averiguar si verdaderamente los productos culturales como li-
bros y películas en las que se muestran elementos que no existen todavía pueden
influenciar en su percepción por parte de la sociedad, lo que a su vez afecta la forma
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que toma el progreso. También queríamos comprobar la ética a la que los robots
están sujetos, si las famosas leyes de Asimov serían aplicables en el mundo real y,
en caso contrario, qué otras normas deberían afectar a su comportamiento, además
de las cuestiones morales relacionadas con la creación de una inteligencia artificial.
Hipótesis
Metodología
Nuestro método de trabajo consistió en buena parte en analizar obras de ciencia ficción
de distinta temática y formato, pero en las que la tecnología, los cyborgs y los robots
juegan un papel importante en su mundo. También consultamos textos en los que se
investigaban también la influencia de la cultura en la tecnología, cómo se representa
a la ciencia en la ficción, y la propia evolución dentro de la ciencia ficción, además de
contactar con un experto en robótica al que le planteamos nuestras preguntas.
La palabra “robot” fue usada por primera vez por el dramaturgo Karel Chapek,
que adaptó el término del “rebota” checo para referirse a aquel que está sometido a
una servidumbre involuntaria, es decir, un esclavo. Para diferenciar dicha palabra del
inglés “slave”, usado para referirse a las personas, se mantuvo el término introducido
por Chapek con el objetivo de mantener también la distinción entre humanos y seres
artificiales (Asimov, 1982).
Otra de las concepciones que ha traído la ciencia ficción respecto a las creaciones
tecnológicas de la humanidad es la del “cyborg”, diferente del concepto mencionado
anteriormente. En el caso de los “cyborg” se habla de seres artificiales, pero que
comparten algún elemento humano, como puede ser la apariencia, y que, por tanto,
pasan desapercibidos para los ojos del resto de personas (Merás, 2013).
Ambos conceptos, además de las posibilidades futuras de otras invenciones como
la inteligencia artificial o las computadoras están reflejadas en las obras de ciencia fic-
ción en sus distintos formatos. También cabe mencionar que, a pesar de que el término
de “ciencia ficción” se dio a conocer con la portada de Gernsback, existieron autores
en los años anteriores cuyas obras podrían enmarcarse dentro de este género y que,
incluso, han llegado a marcar el camino a seguir para los investigadores de este campo.
Este es el caso de Julio Verne o H.G. Wells, o, más recientes, como Isaac Asimov o
George Orwell. Además de estos, se puede mencionar a las cada vez más numerosas
producciones cinematográficas que describen paisajes relativos a la ciencia ficción.
De esta manera, este género ha conseguido en todos sus formatos crear escenarios
que dan pie a debates filosóficos, sociales o científicos sobre la naturaleza del hom-
bre y la sociedad, así como las posibles implicaciones que tiene su convivencia con
la maquinaria desarrollada por humanos. En torno a este debate, se puede hablar de
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las tres leyes planteadas por el autor Isaac Asimov en su obra Yo, Robot (1950), que
se refieren a la introducción de un código ético en los robots o seres artificiales para
evitar un conflicto con el hombre.
Los tres postulados mantienen que, en primer lugar, los robots no pueden hacer
daño a los humanos; en segundo lugar, que los robots deben obedecer cualquier nor-
ma humana siempre y cuando no violen la primera ley; y, por último, que los robots
pueden defenderse siempre y cuando no violen ni la primera ni la segunda ley.
A pesar de las aportaciones de Asimov, la ciencia ficción en sus múltiples represen-
taciones presenta escenarios en los que los robots se rebelan contra la humanidad vio-
lentamente e incluso llegan a suponer una amenaza para la supervivencia de la especie
y del planeta. Sin embargo, este relato del género también ha planteado diferentes ca-
minos para que la investigación pueda transcurrir gracias, en parte, a la construcción de
un imaginario cultural y el moldeamiento de las expectativas sociales hacia el futuro.
De esta manera, a través del cine especialmente, las historias de ciencia ficción han
actuado como herramienta que permite leer lo que la humanidad espera del futuro.
Muchas de las invenciones actuales, como los satélites de comunicaciones, proceden
de las expectativas o los conflictos planteados a través de la representación de ciencia
ficción, cuyo elemento clave es la imaginación de los creadores en dichos productos.
Es importante incidir en que la influencia de estas obras se da en el imaginario
cultural, es decir, en una cultura en general y no en un grupo social concreto, a lo que
se refiere el imaginario social (León, 2011).
Las investigaciones han demostrado que el género mencionado ha influido y lo si-
gue haciendo en los avances tecnológicos y científicos, pero también han constatado
un impacto cada vez mayor. Esta influencia se da, principalmente, en tres ámbitos: el
planteamiento teórico, la exploración de otras formas de interacción entre humanos y
máquinas y el estudio acerca de la posibilidad de modificar el cuerpo humano. Ade-
más, el asesoramiento con miras a la ciencia ficción en las empresas y laboratorios
de investigación cada vez es más común, con el objetivo de crear nuevas máquinas
que respondan a un adecuado impacto social (Jordan, Mubin, Obaid, Silva, 2018).
De esta manera, se puede hablar del género de ciencia ficción como una especie
de fijador de expectativas hacia el futuro del diseño y la investigación tecnológica, lo
que implica pensar en las implicaciones éticas de una sociedad en la que la humani-
dad tenga que convivir con seres artificiales. Respecto a las múltiples formas de tra-
tamiento de la robótica en la ciencia ficción, se puede hacer un análisis audiovisual
a partir de los personajes planteados en películas, libros o cómics y de los conflictos
planteados a través de ellos.
A través del siguiente trabajo, se pretende comentar las diferentes visiones más
representativas de la robótica en los productos de ciencia ficción, así como las impli-
caciones éticas planteadas en ellas. Todas las representaciones culturales analizadas
en el trabajo están recogidas en el Anexo 1.
de Blade Runner, basada en la novela corta ¿Sueñan los androides con ovejas eléc-
tricas?, en la que se da un mundo post-apocalíptico posterior a una guerra en la que
la mayoría de especies humanas y animales murieron y en el que los androides son
herramientas al servicio de las personas.
En la película de Blade Runner, dirigida por Ridley Scott, ya se presentaba el
peligro que suponían los replicantes ante la especie humana. Estos cyborgs tenían
una fuerza y agilidad ligeramente superior a la de los humanos y, en un principio,
fueron concebidos como esclavos de las personas. Sin embargo, el conflicto que se
presenta en la película viene por la desobediencia de un grupo de seis replicantes
que han desarrollado emociones y, por tanto, debe ser eliminados. De esta manera,
se presenta una amenaza de las creaciones artificiales al negarse a una subordinación
de la especie humana.
Años después, en 1984, también se presentó también en el cine otra película en la
que la perspectiva de los cyborg como sinónimo de peligro para la sociedad estaba
presente, como se ve en la película The Terminator. En esta se observa como un ser
artificial procede de un futuro devastado por el ataque de estos robots y en el que
los humanos supervivientes luchan contra éstos. La concepción de estos seres en la
película es la de unas creaciones sin sentimientos y capacidad de razonamiento, pro-
gramados para cumplir con su objetivo. Así, en la cinta se observa como el Termina-
tor viaja al pasado con la única misión de matar a una mujer llamada Sarah Connor,
lo que implica que éste arrase con todo lo que encuentre en su camino para cumplir
con su objetivo. Por tanto, aquí la perspectiva de la robótica es la de unas máquinas
sin sentimientos y sin capacidad de razonamiento, lo que supone una amenaza para
la especie humana.
A diferencia de las anteriores, la película Matrix presenta una perspectiva tam-
bién apocalíptica de la robótica, aunque en ésta concepción los seres artificiales to-
davía necesitan de los humanos. La cinta de 1999 de Lilly y Maya Wachowski retrata
un mundo apocalíptico en el que las máquinas se han rebelado contra los humanos,
los seres robóticos han aprovechado a los humanos que han sobrevivido de la gue-
rra entre ambas especies para nutrirse de su energía vital, ante la falta de sol. Para
mantener controlados a las personas que sobrevivieron, estas máquinas crean una
simulación virtual mediante la que parece que éstos viven una vida normal, aunque
en realidad están conectados a una tecnología que aprovecha su energía.
Por tanto, en Matrix ya no se presenta la total destrucción de la especie humana,
puesto que éstos son necesarios para mantener el poder de la tecnología. De esta ma-
nera, la especie humana no quedaría extinguida en su totalidad, sino que se necesita
para suplir la energía solar y, en cierto modo, alimentar a las máquinas.
La realidad de un mundo apocalíptico es un tema frecuente en estas represen-
taciones audiovisuales, tal y como se ve también en películas de animación como
Wall-E. En esta, los altos niveles de toxicidad han reducido a la Tierra a un lugar
inhabitable, lo que ha obligado a los humanos a vivir en una nave espacial, mientras
que un robot encargado de tareas de recogida de residuos habita este deshabitado
planeta.
En la mayoría de las obras que abordan la tecnología robótica se presenta a los
humanos como creadores de estos seres, sin embargo, durante el análisis también se
han encontrado otras representaciones, como en la saga Transformer, en la que los
robots no son creaciones humanas, sino que son alienígenas artificiales que llevan
su batalla a la Tierra. En estas películas se aborda como, entre las diferentes espe-
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cies de seres artificiales (Autobots y Decepticons) existen unos que deciden erigirse
como protectores del planeta frente a otros que buscan la destrucción de éste para su
control.
La realidad de un mundo apocalíptico no se limita únicamente al cine, sino que
también se han encontrado referencias a un futuro incierto marcado por los avances
tecnológicos en la literatura, cómics o mangas. Así, en Crónicas Marcianas se en-
cuentran relatos como Vendrán lluvias suaves en el que la tecnología prosigue sus
tareas cotidianas en medio de un panorama devastado por una guerra.
También se han encontrado referencias a una superioridad de los robots que les
lleva a usurpar el lugar de los humanos en un mundo apocalíptico. Esto se observa en
el análisis de las fábulas de Stanislaw Lem que, marcado por una repulsión al antro-
pocentrismo, refleja un papel predominante de la especie robótica por su curiosidad,
lógica o raciocinio frente a la ignorancia de los humanos.
En cuanto al análisis de mangas de temática robótica, se han encontrado tam-
bién referencias al mundo devastado con presencia de estos seres artificiales. Así
en Gunnm Last Order se presenta una ciudad en la que sus ciudadanos han sido
destruidos por unas máquinas, programadas para ello si se revelaba el secreto de
dicha urbe. Estas tecnologías se caracterizan por su independencia respecto a las
personas y, en ciertos casos, se observa un odio y rechazo a los creadores. Así se ve
en el caso de un personaje llamado Sachumodo, que todavía mantiene la memoria
de su inventor y que llega a declarar que odia el mundo y a los hombres que lo
construyeron.
Los ataques de los robots a los humanos también se ven en otro de los mangas
analizados, Ghost in the Shell. En este, se plantea una realidad en la que la policía
tiene robots que funcionan a través de programas de personalidad incorporados, pero
que carecen de alma. En uno de los capítulos, se observa cómo hay seres artificiales
que atacan y matan a personas, al mismo tiempo que aparecen grupos de defensa por
los robots que protestan contra la policía.
De esta manera, la rebelión robótica viene porque los robots se averían a ellos
mismos para crear permisos mediante los que atacan a la gente, lo que justifican
en que los humanos los abandonan cuando no los necesitan. Cuando se ataca a las
personas, los robots restan importancia a sus muertes, ya que mantienen que las vi-
das humanas carecen de sentido. En este caso, el argumento que persiguen los seres
artificiales es que no se les trate como objetos desechables. Por tanto, Ghost in the
Shell presenta, en cierto modo, una visión peligrosa de los robots en respuesta a un
mal uso por la especie humana.
La visión dada en este apartado a través de un análisis de material escrito, gráfico
y audiovisual permite sacar unas breves conclusiones sobre la perspectiva apoca-
líptica de los robots. En primer lugar, se puede observar una tendencia a asociar la
presencia de robots con un futuro en el que el planeta Tierra muestra claros signos
de devastación, por lo que se podría relacionar la presencia de la robótica con un
perjuicio, en cierta manera, del planeta.
También se observa cómo, en los casos en los que los robots se rebelan contra
la humanidad, esto se da porque desarrollan una capacidad para evaluar que actúan
como siervos de la especie humana, De esta manera, aquellos seres que comienzan
a reflexionar sobre su existencia finalmente terminan por desear adquirir un estatus
superior a sus creadores. Esto se ve, especialmente, en aquellas representaciones en
las que la única finalidad de las tecnologías es la de actuar de siervos a los humanos.
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Así, la perspectiva apocalíptica de los robots se puede relacionar con un uso irres-
ponsable y continuado de los humanos que, además de explotar a sus creaciones
artificiales, ignoran el daño que le puede hacer esa idea de progreso al planeta Tierra.
to. Sin embargo, el doctor engaña al robot, pues le ha hecho jurar que lo ayudará a
matarse. Sony es la pieza clave en la cadena de pistas para que Spooner (el detective
cyborg) resuelva el caso a favor de la humanidad. Sony es un robot bastante humani-
zado, alberga recuerdos y es capaz de experimentar emociones humanas; tiene capa-
cidad para aprender y evolucionar autónomamente y tiene impresas las tres leyes de
la robótica, pero bajo un mecanismo que le permite usarlas discrecionalmente. Sony
desea tener un lugar en el mundo de los humanos y está obsesionado con aprender el
comportamiento humano.
En cuanto a El hombre bicentenario, es patente el deseo del robot Andrew por
hacerse humano, y se muestra el proceso por el cual llega a serlo. Lo que más se
destaca es el desarrollo social y moral de Andrew, como el aprendizaje del lenguaje
coloquial (chistes, vulgaridades e implicaciones) y la asunción de su propia subjeti-
vidad. Esto se revela cuando Andrew, que siempre se refería a sí mismo como «uno»
(«a uno le complace servir»), sin darse cuenta empieza a hablar en primera persona
y habla de sí mismo como yo una vez su dueño (Martín) le concede la libertad. Tam-
bién se destaca el establecimiento de vínculos afectivos con el dueño y su familia,
llegando hasta el enamoramiento y la relación de pareja con Portia.
En Big Hero 6 encontramos a un robot que inicialmente (y puede que durante
toda la película) es un asistente médico de primeras urgencias al que construyen con
intención de que ayude a las personas. No obstante, podemos ver cómo a lo largo del
filme Hiro, el chico protagonista se encariña con Baymax e incluso se le atribuyen
características humanas como gestos (ej. abrazos), los cuidados y el afán por ayudar-
lo siempre. Se presenta a Baymax como lo contrario al mal, es decir, el bien, que a
su vez tiene que luchar contra el primero. Se asemeja así al típico héroe protagonista
que tiene que salvar el mundo, y en este caso es un robot con características de hu-
mano el que lo hace.
Por otro lado, en la literatura analizada también se han encontrado ejemplos de
ciertas capacidades que se escapan de lo artificial en los robots presentados. Un
ejemplo concreto de esto se ve en los mangas como Gunnm Last Order, cuyos seres
artificiales no se limitan a seguir las órdenes de humanos sino que han desarrollado
su propia personalidad, capacidad de autonomía e incluso sentimientos. Algo similar
ocurre con Dimensión W, cuya protagonista es una robot con personalidad y emocio-
nes como el amor o terror.
En las Fábulas de Robots de Stanislaw Lem también se presenta a las tecnologías
como seres que han conseguido un grado de evolución superior al de los humanos
y cuya capacidad de raciocinio y de basarse en la lógica frente a la simplicidad de
la especie humana, algo que se puede justificar en el odio hacia el antropocentrismo
del autor.
Esto también puede observarse, aunque de una manera más infantilizada, en la
película Robots (2005). La cinta de animación presenta una sociedad puramente for-
mada por robots, algo similar a un universo alternativo en el que los humanos no
existen. De esta manera, los personajes presentan una actitud igual a la de una per-
sona y, aunque se trate de una película animada presenta una crítica al capitalismo
personificado en la figura de el Gran Soldador, malvado de la película.
En línea con este desarrollo emocional de los robots en cintas de animación, se
puede mencionar también a la película de animación Wall-E, en la que la tecnología
protagonista se enamora de otro ser artificial e incluso llega a desarrollar un fuerte
apego hacia ésta, lo que se demuestra en su disposición a protegerla en todo momen-
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La obra ‘’Yo, Robot’’ de Isaac Asimov transcurre en un universo que se podría califi-
car de ‘’utópico’’, las guerras ya acabaron y la sociedad empezó a rechazar ideologías
como el nacionalismo, eso llevó a la unificación de todos los continentes en un único
país que se divide en regiones, en donde los robots son vistos como herramientas que
ayudan a los humanos, pero a su vez están dotados de bondad, aunque artificial, pero
al fin y al cabo bondad. Las historias recopiladas se encuentran conectadas entre sí y
son narradas por la robopsicóloga de la U.S., Robot Susan Calvin.
Un aspecto muy importante de la narrativa son las leyes de la robótica, un total
de tres y a partir de estas los robots protagonistas de cada capítulo se verán condi-
cionados a la hora de tomar decisiones debido a que si, por ejemplo, reciben una
orden que no está bien especificada y esta provoca un choque entre dos de las leyes,
la incoherencia hará que el robot no sepa cómo actuar y puede acabar dando vueltas
en círculos o incluso ‘’suicidarse’’.
Pero Asimov no busca hacer una analogía sobre la esclavitud y el uso al que se le
da a las máquinas, sino exponer situaciones que deberán ser solucionadas empleando
las tres leyes de la robótica, de hecho, en los dos últimos capítulos se nos presenta
a un robot humanoide que se camufla y se oculta con la apariencia de un humano
normal. Su objetivo no es liberal a los suyos, sino llegar a ser alcalde de Nueva York
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para así poder ayudar mejor a los humanos que lo rodean, todo esto impulsado por
la primera ley.
Esta es una de las historias de ciencia ficción más relevantes en su campo, da ini-
cio al imaginario colectivo que la sociedad mantendría sobre los robots hasta nues-
tros tiempos. Obviamente, como con cualquier concepto, se le han dado muchos
enfoques con el paso de los años, pero este caso es ante todo curioso. Se plantea
que el progreso humano para llegar a la utopía es junto a los robots, sin ideologías
radicales de por medio.
Por otro lado, dentro de los relatos de Crónicas marcianas obra de Ray
Bradbury, destaca el papel de robot asistente que desempeña la “casa inteligente”
en Vendrán lluvias suaves. Ambientado en la Tierra, sobre agosto de 2026, este
relato narra el transcurso de un día en la devastada ciudad de California, tras la
Gran Guerra nuclear. El único hogar que aún se encuentra en pie, se trata de una
“casa inteligente” que parece no ser consciente de la devastación que la rodea,
y prosigue con su horario programado a pesar de que no hay a quién alimentar
o cuidar.
En este relato Bradbury recurre a una tecnología ciega e ignorante, que ajena a su
entorno y prosigue sus tareas como si nada hubiese cambiado, y como si las únicas 5
manchas antropomórficas que decoran la pared oeste de la casa no existieran.
Las horas del día transcurren sin interrupciones hasta las diez de la noche cuando
el fuego aparece. La “casa inteligente” grita alarmada e intenta salvarse, pero cuando
las reservas de agua se acaban y con las ventanas rotas que permiten la entrada de un
fuerte viento, el fuego solo parece avivarse. Al final la casa queda totalmente calci-
nada y solo queda una pared en pie, que repite “cinco de agosto de 2026”.
El relato nos plantea la existencia de una intrincada casa automática, que realiza
acciones como cocinar, encender la lumbre o llenar la bañera, todo ello de forma
autónoma. Pero carece de consciencia y solo realiza tareas predeterminadas, lo que
choca con la tecnología que Bradbury describe en su cuento Los largos años.
Dentro del mundo audiovisual la percepción del robot como ayudante fiel de los
humanos se puede observar claramente en producciones de animación como Dorae-
mon. Una serie estrenada en 1973, de manga y anime acerca de un gato robot que
proviene del futuro, concretamente del siglo XXII, para ayudar a un niño de cuarto
de primaria, descuidado y perezoso llamado Nobita. Su bisnieto y su familia, ciu-
dadanos del siglo XXI, viven en la pobreza, y con tal de evitar que Nobita cometa
tantos errores, envían a Doraemon al pasado.
El robot se dedicará expresamente a ayudar al joven muchacho y pondrá a su
disposición toda clase de interesantes inventos, los cuales son muy conocidos en
la cultura popular: la puerta mágica, el gorrocóptero, la gelatina traductora o el aro
túnel son algunos de ellos. Con ellos Doraemon intenta salvar a Nobita de su futuro
de fracaso y pobreza.
Otra película de animación con esta temática es WALL-E, una producción cine-
matográfica cuyo personaje principal es un robot que, abandonado en la Tierra, se
dedica a limpiar la toxicidad del planeta.
Wall-E se interesa por la historia de la humanidad y se encuentra fascinado por
los objetos que dejaron los humanos, por lo que los colecciona, desarrollando así una
personalidad propia. Con la llegada de otro robot, EVA (Evaluador de Vegetación
Alienígena), empieza la trama. Y ambos robots, a pesar de no olvidar la razón para
la que fueron programados, desarrollan un lazo de amistad.
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Relación entre el robot del relato de ciencia ficción y el robot de la sociedad del
siglo XXI
Conclusión
Quizá todavía se esté lejos de las concepciones que se han visto en el análisis, aun-
que existe una vía para que los robots asistenciales puedan ganar terreno y acep-
tación social. Las dificultades de programación cognitiva y emocional impiden un
ser artificial que piense y sienta como un humano, tal y como se ha mencionado en
párrafos anteriores. No obstante, es importante profundizar en el terreno legislativo
en cuanto a roboética, más allá de las aportaciones de las obras de Asimov, con tal de
crear la base para un futuro que todavía está por conocer pero en el que no debería
resultar imposible pensar en criaturas artificiales cuya autonomía les haga asemejar-
se a los humanos. Es decir, es necesario que las instituciones hagan esfuerzos por
preparar el terreno para un planeta en el que la convivencia entre robots y humanos
puede plantearse como un escenario muy posible.
Bibliografía y webgrafía
Rincón, B. (21 de febrero de 2020). Cine y robots: un experto explica por qué algunas
cosas no pueden pasar en realidad. ElEconomista.es. Recuperado de: https://www.
eleconomista.es/tecnologia/noticias/10370944/02/20/Cine-y-robots-un-experto-explica-
por-que-algunas-cosas-no-pueden-pasar-en-realidad–.html
Anexo 1
1. Películas analizadas