Módulo VI Cooperativismo Escolar 2023

Módulo VI: Cooperativismo Escolar https://moodle.ices.com.ar/mod/book/tool/print/index....
Sitio: Aula Virtual de ICES
Curso Superior en Cooperativismo - 12°

Curso:
Cohorte 2023
Libro: Módulo VI: Cooperativismo Escolar
Imprimido
Claudio A. Revello
por:
domingo, 30 de julio de 2023,

Día:
10:34
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Contenidos del módulo 6
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2.1. El cooperativismo en el Proyecto Educativo Institucional (PEI).

2.2. ¿Qué es un Proyecto Educativo Institucional?
2.3. El cooperativismo en el P.E.I.
2.4. Paradigmas educativos en relación con la cooperación escolar
2.5. Paradigmas educativos en relación con la cooperación escolar (Parte II)
3.1. Escuela y Cooperativismo: Una Propuesta Participativa

3.2. Escuela y Cooperación: Realidad Áulica Cotidiana
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“Una de las grandes tareas políticas que hay que
cumplir es la persecución constante de hacer
posible mañana el imposible de hoy.”
Paulo Freire. 1992
Antes de comenzar a desarrollar los aspectos especí�cos de este Módulo es pertinente re�exionar con
ustedes cuestiones que merecen ser tenidas en cuentaen este mes donde hemos celebradoel Día
Internacional de las Cooperativas que nuevamente nos interpela a pensar en qué mundo estamos y
cuál es hoy el objetivo que ofrece el modelo transformador del cooperativismo.
Sabemos que hoy, en el mundo, gran cantidad de personas se caen del sistema y cómo nunca la
inequidad y la exclusión nos muestran signos de dolorosa marginalidad.
El cooperativismo como modelo transformador muestra resultados que ponen en valor una
propuesta diferente donde los valores se vuelven tangibles a partir de logros y haceres a través de
pequeñas, medianas y grandes cooperativas, dispersas en todo el planeta.
El reelecto Presidente de la Alianza Cooperativa Internacional, Dr. Ariel Guarco manifestaba en una
conferencia de prensa que:
Si pensamos en el lema de la ACI para la celebración del Día Internacional de las Cooperativas “Las
Cooperativas contribuyen al desarrollo sostenible” y que el cooperativismo es una propuesta
transformadora hacia un modelo de gestión solidaria, caben algunos interrogantes para el tema que
nos ocupa en este
En esta difícil y dura etapa del mundo, partimos de nuestro reconocimiento a la labor de los/as
docentes que realizan esfuerzos increíbles por mantener vigente la valoración de la educación como
forma de romper con el círculo vicioso de la pobreza, posibilitando el circulo virtuoso de la promoción
humana.
Recordemos que “La pandemia de coronavirus tiene y seguirá teniendo efectos catastró�cos no sólo
en términos de salud física y mortalidad, sino también en las áreas de salud mental y economía, con
consecuencias sociales, políticas y culturales que son difíciles de calcular. Ya se puede decir que la
escala de sufrimiento y destrucción se acerca a la de una guerra mundial” (Pierre Levy, 2020).
En esta interrupción que nos planteó la pandemia, este hiato que alteró nuestra cotidianeidad, nos
trajo contradicciones en la valoración del tiempo, apareciendo como polos contradictorios: acelerado
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– lento; veloz – detenido; intenso – suspendido.
Las contradicciones que quedaron visibles y que también nos ubican en el espacio educativo nos
ponen de cara a un primer interrogante: ¿Se moverán las estructuras académicas frente a situaciones
diferentes que afectan lo institucional? ¿Es posible migrar en este contexto a la digitalización para
todos/as? La respuesta no se puede generalizar por sí o por no. Cada espacio tiene sus
particularidades, pero las estadísticas de carencias asustan.
El desafío es pensar en los actuales contextos familiares con altos niveles de pobreza, con
desnutrición, situaciones de violencia, falta de asistencia sanitaria, vivienda, abandono, carencias, de
“brechas digitales”, exclusión y desesperanza.
Frente a esta realidad que nos excede, los/as docentes debemos pensar/nos y plani�car/nos no sólo
en el hoy de nuestro espacio de acción inmediata, sino mirando visionariamente:
· ¿Cómo pensar la educación cooperativa y el cooperativismo escolar como forma de contribuir a
la tarea de educar? ¿Es posible hacerlo?
· ¿Cómo colabora la propuesta cooperativa para permear los nuevos vínculos, las relaciones que
se han construido y entramado en este tiempo de emergencia no sólo social, sino económica y de
salud?
· ¿De qué forma ayudamos a construir la escuela actual y su transmisión tan necesaria, en estos
tiempos y los venideros?
· ¿Cómo contribuimos a recuperar las experiencias que vinculan el pasado con el presente?
· ¿Cómo se organiza la propuesta educativa teniendo en cuenta la multiplicidad de experiencias

que traen los actores de la comunidad educativa?
En estos nuevos escenarios, debemos generar la capacidad de adaptación para pensar hoy, el
pasado, encontrando oportunidades para el futuro.
No podemos soslayar, ni ver, ni no sentir que existe la desigualdad al derecho a la educación. Desde
pensar la identidad institucional del sistema educativo, dice Adriana Puiggrós que: “en su conjunto, la
educación latinoamericana recibió la pandemia debilitada y retrasada en la realización de los cambios
que requería de manera inminente, al mismo tiempo que se veri�caba un voraz avance del mercado.”
Frente a esto, lo peor que puede pasarnos es negarnos a ver la realidad y quedarnos encerrados en
un desconocimiento de lo transitado y a transitar.
¿Cómo construimos ese puente que facilite que todos/as lo puedan transitar? ¿Será un puente que lo
caminen todos/todas quienes pudieron tener acceso a la tecnología y los que no?
Nos quedan interrogantes e hipótesis. Si acordamos, al decir de Enrique Pichon Riviere que “la
comunicación es el riel por el que transcurre el aprendizaje” , ese abismo que transitamos debe ser
tenido en cuenta como difícil y el cooperativismo escolar debe ser una propuesta para la construcción,
evitando la desconexión y el fracaso del proceso de aprendizaje grupal.
La acción cotidiana debe ser reparadora para los/as aprendientes y también para las subjetividades de
la docencia. El cooperativismo y su propuesta deben estar presentes en los desafíos que plantean
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diálogos, que generan puentes entre lo aprendido y las nuevas experiencias. Desafíos que proponen
articulaciones y transversalizaciones, democratizando los saberes e incluyendo. Trabajar en lo
experiencial, desde lo local, en el territorio, pensar lo pertinente para este momento.
Hablamos de una escuela desde el ideario cooperativo, orientada desde y hacia los valores, una
organización justa, inclusiva, con respeto a las diversidades, con las reprogramaciones necesarias.
Dice Nicolás Arata que “No es fácil de�nir qué se requiere para la construcción de una escuela
orientada a una sociedad más justa, rica y libre. No se trata solo de aquella que produce aprendizajes
igualitarios, esos que pueden medirse con cierta facilidad mediante pruebas y evaluaciones. Una
escuela es justa, también, cuando respeta los derechos de los niños y los adolescentes, valora las
diferencias, desarrolla la solidaridad, cuando no mira al mundo social como regido por un orden
natural que se desarrolla conforme a leyes inmutables, sino como resultado de una dialéctica de
relaciones de fuerza entre actores colectivos que tienen diferentes intereses, proyectos y visiones del
mundo. Y, sobre todo, es la que enseña que la verdad es objeto de lucha. Que las ideas no se imponen
solo por sus cualidades intrínsecas (su coherencia lógica, por ejemplo), sino también por la fuerza que
tienen sus portadores... Este tipo de establecimientos debe formar individuos capaces de cuestionar
el mundo en que vivimos y no simplemente tomarlo como dado. No se trata solo de formar seres
humanos adaptados a los imperativos actuales, sino de que también sean capaces de constituirse
como constructores de la sociedad.”
Ya hemos mencionado en el Módulo 2 el contenido del Quinto Principio Cooperativo y hemos

abordado la connotación de su observancia como posibilitadora del cumplimiento de los demás
Principios Cooperativos.
A ese análisis queremos adicionar el contenido del Objetivo 4 de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) de la agenda 2030 para transformar nuestro mundo que solicita “Garantizar una
educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la
vida para todos.”
Frente a este Objetivo se proponen 10 metas a ser logradas en el 2030 que se sintetizan en entender
que “una educación de calidad es la base para mejorar la vida de las personas y el desarrollo
sostenible” (ODS. ONU).
En la “La encrucijada de la educación en América Latina y el Caribe. Informe regional de monitoreo

ODS4-Educación 2030” se a�rma que “El informe identi�ca las tendencias educativas del período, y
destaca que, incluso antes de la pandemia de la COVID-19. el cumplimiento de las metas previstas
para el 2030 no estaba asegurado, y mucho menos lo está en el presente tan difícil que atraviesa la
región y el mundo. Concluye que, para lograr un avance signi�cativo hacia el ODS4, es necesario
encarar transformaciones profundas para modi�car el rumbo de las políticas y de la asignación de
recursos para la educación.”
Con estas bases de introducción vamos a abordar la temática de Cooperativismo Escolar. Nos parece
pertinente anclar el tema en la realidad, pero a pesar de ello, desarrollar diversos aspectos que hacen
al encuadre teórico de la Educación Cooperativa en las organizaciones educativas. Dejamos abiertos
interrogantes que ampliaremos en los Foros con las experiencias de los/as cursantes.
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“¿Te acuerdas de cuando eras niño y mirabas

la vida con asombro? La vida era mágica y
emocionante, y hasta las pequeñas cosas te
entusiasmaban... ¡Tu corazón estaba lleno de
alegría, tu imaginación no tenía límites y creías
que la vida era mágica!”
The Magic, Rhonda Byrne
El abordaje de la cooperación en la escuela se propone desde el optimismo y la posibilidad porque, al

decir de Enrique Agilda “consideramos que optimista es el que no cierra sus ojos y tapa sus oídos a la
realidad”.
A nivel mundial y en forma especial en nuestro país, el cooperativismo escolar ha ocupado un

importante espacio en la vida de muchas organizaciones escolares y, sin temor a
equivocarnos, podemos a�rmar que es imposible suponer una organización escolar sin
cooperación.
No obstante ello hay varias líneas y propuestas en esta temática. La nuestra es el abordaje de la
cooperación en la escuela desarrollado desde tres dimensiones:
• El cooperativismo como eje transversal en el PEI.

• La cooperación en el aula.
• Las cooperativas escolares.
Esto se fundamenta en la necesidad de entender al cooperativismo escolar desde la idea de proceso y

como tal debe tener secuencia, continuidad e integración, como manifestáramos en el Módulo 2, al
desarrollar la temática de la educación cooperativa.
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“El hombre es un ser de necesidades que sólo se satisfacen

socialmente en relaciones que lo determinan”.
Si partimos, como dice José Bleger (3), que “toda tarea debe ser emprendida y comprendida en
función de la unidad y la totalidad de la institución”, surge inmediatamente la necesidad de centrar el
Proyecto Educativo Institucional en abarcar las necesidades de las personas que directa o
indirectamente quedan involucradas en él.
La propuesta de incorporar al cooperativismo en el Proyecto Educativo Institucional (PEI)

presupone consenso de los estamentos de conducción y docentes ya que de esta forma “la
cooperación” no queda recortada a espacios y/o tiempos limitados, sino que se instituye como
eje transversal del aprendizaje.
Resulta necesario acordar algunos conceptos –seguramente no nuevos para ustedes– que
acompañarán el desarrollo de esta simple y compleja temática.
Para relacionar PEI y Cooperativismo Escolar, recorreremos los conceptos adecuados a esta temática,
surgiendo a priori un interrogante insoslayable:
Si una institución es “un modo de captar la realidad” (Eduardo Balestena), estamos hablando
de: Un cuerpo vivo, dinámico, donde el pasado se reformula permanentemente. Penetrar,
internarse en el espacio institucional presupone miradas múltiples, descubridoras de
realidades y con�ictos. El tejido organizacional, esa trama vincular es un estado de tensión
optimizadora de los procesos humanos que van construyendo la historia.
Dice Lucía Garay “Si el análisis institucional quiere dar cuenta de fenómenos reales de la sociedad
como son las instituciones, los procesos humanos y las transformaciones que se producen en su
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interior, tiene que reconocer que la identidad de esta especie de fenómenos es el resultado de un
largo proceso de interrelaciones, conexiones, oposiciones y transformaciones…” y “…siempre
encontramos una triple dialéctica: la del objeto mismo - por la cual se va construyendo la realidad - la
de los conceptos con que se piensan las instituciones, la del sujeto que las piensa, el lenguaje y las
condiciones histórico sociales en que ese conocimiento es producido.” (4)
Si profundizamos cómo se fortalecen las instituciones y qué acciones debemos llevar adelante para
consolidarlas surge inmediatamente el interjuego fundamental que debe existir entre
Supone:
• Mejorar la cooperación, coordinación y comunicación entre los miembros que la forman.
• Profundizar la relación de la institución con la comunidad, intentando lograr su apoyo.
• Elevar la capacidad de acción sobre la realidad.
Una ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL ha surgido voluntariamente cuando la comunidad

reconoce la necesidad de mejorar o satisfacer sus intereses educativos. Si la pensamos de esta
forma, debemos entender a dicha organización como un espacio que se le ha ganado al
individualismo, a la indiferencia y a la descon�anza.
No obstante, debemos reconocer que los resultados �nales, si bien los suponemos plenos de
posibilidades, pueden ser inciertos, ya que la buena voluntad y las buenas intenciones no garantizan
el éxito. La ESCUELA, es un PROYECTO con ideas, sentimientos y esperanzas compartidas, pero,como
toda organización debe ser capaz de sortear los problemas y di�cultades de la vida cotidiana.
Las citas se encuentran en la sección �nal: citas bibliográ�cas
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En el lenguaje cotidiano, cuando hablamos de PROYECTO nos estamos re�riendo al deseo de hacer
algo. Podemos re�exionar que es una previsión, ordenamiento o premeditación que nos proponemos
para realizar o ejecutar algo.
Es un “conjunto de actividades concretas, interrelacionadas y coordinadas entre sí, que se

realizan con el �n de producir determinados bienes y servicios capaces de satisfacer
necesidades o resolver problemas” (Ander Egg)
Un PROYECTO:
▪ Reúne una serie de actividades de duración determinada.

▪ Se interrelacionan las competencias del Potencial Humano (5), recursos técnicos,
�nancieros y materiales.
▪ Debe alcanzar resultados de acuerdo con los objetivos formulados.
▪ Se realiza dentro de los límites de un presupuesto y en un período determinado.
Recreados los conceptos anteriores, nos interrogamos entonces:
La COOPERACION, a través de los pilares básicos: ESFUERZO PROPIO y AYUDA MUTUA es una
alternativa en la que la ORGANIZACIÓN ESCOLAR encuentra una metodología para que sus
integrantes tengan la con�anza y las competencias necesarias que ayuden a enfrentar los
problemas que surgen diariamente. Importante es recordar que el marco axiológico ofrecido
por el movimiento solidario se basa en los valores de: ayuda mutua, responsabilidad,
democracia, igualdad, equidad y solidaridad. Sumamos también los valores éticos de
honestidad, transparencia, responsabilidad social y preocupación por los demás. Y, a la vez,
contienen a la libertad y a la justicia.
Pensemos el resultado del interjuego de estas palabras en las acciones diarias. Pero de no
ser jugadas en la realidad cotidiana y sólo dichas en el discurso, corremos el riesgo de la incoherencia
entre el decir y el hacer. Por eso son tan importantes las palabras de George Lasèrre, cuando dice:
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“…las palabras altisonantes como justicia, solidaridad, libertad, cansan pronto, mientras que no cansa
ver hombres verdaderamente justos, verdaderamente libres, verdaderamente solidarios.” (5)
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Si dentro de la organización escolar hablamos de nos estamos

re�riendo a una propuesta que aúna los esfuerzos de la comunidad escolar en relación con
ciertos objetivos que ese mismo proyecto establece. Así visto,
entre los miembros de la escuela a la vez
.
Esta dimensión del PROYECTO nos remite a las relaciones interpersonales, atendiendo los derechos
de las personas involucradas, pero también a sus responsabilidades.
Podríamos decir que hay un ejercicio de la autonomía y el compromiso para la toma de decisiones y
aquí nuevamente estamos hablando del sustento de la cooperación. En este punto se da el interjuego
entre el esfuerzo propio y la ayuda mutua. En el proyecto institucional aparece como valor básico y
fundante, la SOLIDARIDAD.
Un estructurado en base a la cooperación

iniciando la tarea desde la �jación de objetivos en
común,
. La planeación estratégica es una construcción colectiva, basada en el trabajo
colaborativo.
Hablamos entonces de una educación cooperativa como forma de lograr el desarrollo humano,
centrándonos en que: “La Educación Humanista es aquella en la cual todas las facetas del proceso de
desarrollo humano dan un énfasis especial a las siguientes realidades: unicidad de cada ser humano,
tendencia hacia su autorrealización, libertad y autodeterminación, integración de los aspectos
cognoscitivos con el área afectiva, conciencia y apertura solidaria con los demás seres humanos,
capacidad de originalidad y creatividad y jerarquía de valores y dignidad personales. La Educación
Humanista, entendida y practicada con esta riqueza de la dotación (mirada) del ser humano, será
capaz de formar las generaciones del futuro, mejor equipadas en sus cabezas y más honestamente
sensibilizadas en sus corazones.” (6)
En esta propuesta del Proyecto Educativo Institucional (PEI) transversalizado por el cooperativismo
analizaremos ahora algunos de los nuevos paradigmas educativos en relación con la cooperación
escolar.
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Dijimos en el segundo Módulo que en este mundo actual, la educación debe jugar un rol fundante y
que esta a�rmación nos lleva a rede�nir y/o recrear los paradigmas educativos.
La propuesta del cooperativismo para la política educativa y por ende para las organizaciones
escolares es:
Cuando hablamos de la construcción de desarrollo sostenible con equidad social, desde el

cooperativismo, lo hacemos sabiendo la potencialidad de la educación como posibilidad de romper el
círculo vicioso de la pobreza, desde entender la necesidad de la igualdad y la equidad de
oportunidades.
Ese se debe dar junto a pares basado en el intercambio de experiencias, ideas y

prácticas concretas, lo que redundará en un crecimiento compartido de quienes integran la entidad o
la experiencia en cooperación.
Esas personas, como integrantes de la sociedad, a través del proceso constante de

trasmitirán en la retroalimentación, sus experiencias de vida a la comunidad a la cual
pertenecen.
Si analizamos todo lo expuesto con detenimiento vamos a coincidir que el proceso de educar debe ser
esencialmente dinámico y alejarse de la pura transmisión teórica de conocimientos, fundándose en un
aprendizaje permanente de teorización sobre la práctica.
Capítulo II – Artículo 90º: “El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología promoverá, a través
del Consejo Federal de Educación, la incorporación de los principios y valores del
cooperativismo y del mutualismo en los procesos de enseñanza-aprendizaje y la capacitación
docente correspondiente en concordancia con los principios y valores establecidos en la ley
16.583 y sus reglamentaciones. Asimismo, se promoverá el cooperativismo y el mutualismo
escolar.
La propuesta que siempre ha realizado el cooperativismo a la Institución Educativa (en términos

generales) -desde la incidencia en las políticas públicas- ha estado cimentada en el logro de las
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competencias, es decir un saber hacer, con saber, con conciencia, compromiso y enmarcado en la
propuesta axiológica de los valores.
Volvemos al planteamiento del tema que no es un saber hacer cerrado, absoluto, terminado,
mecánico, sino dinámico y en constante movimiento con la realidad, como posibilitadora del
interjuego práctica – teoría – práctica.
Esto no puede lograrse sólo con un cambio de programas, requiere mucho más. En primer lugar,
decisiones políticas claras y contundentes dentro de un Proyecto Educativo Integral. En la
implementación concreta, la apertura de la conducción de la organización escolar, el compromiso
docente y cambios en las metodologías sugeridas.
La propuesta aparece claramente desde entender que, en el aprendizaje, todos los actores están
impactados, desde el saber y el aprender.
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De esta forma, a la calidad de la educación se le suma la equidad en educación, evitando las

desigualdades y asumiendo el juego de las diferencias y las demodiversidades para ser y hacer. Y esto
nos pone de cara a pensar:
¿Qué comunidad educativa queremos?¿Cómo la construimos? ¿Generamos participación

entendiéndola como forma de modi�car la realidad? Reconocemos y asumimos que todas/os
los/as niños, niñas y adolescentes son diferentes y que debemos ofrecer formas de aprender
diferentes, en relación con las necesidades? ¿Asumimos que tenemos la generosa posibilidad
de ayudar y acompañar la formación de emprendedores solidarios en nuestras escuelas? ¿Es
decir, somos capaces de proponer diversas respuestas centradas en la equidad y la igualdad
de y para los y las aprendientes?
En este inmenso universo de cambios que impacta en las organizaciones escolares, aparece también
el tema de las TICs (nuevas tecnologías). Hoy no hay resistencia que pueda sostenerse, tanto desde las
autoridades como desde los docentes, ante el avance del saber tecnológico. Ese saber no debe ser
parte de las desigualdades en educación, sino que debe abrirse como posibilitador de la inclusión, con
una mirada global, pero con un hacer local. Debe ser una herramienta para ayudar al humanismo
tecnológico.
Existen muchas experiencias (especialmente en Argentina) donde, en forma integrada,

trabajan en estos temas las organizaciones escolares y las cooperativas de servicios públicos o
esenciales locales, quienes ceden el uso de Internet gratuitamente, porque, como decíamos en
el Módulo de Educación Cooperativa, la educación hace posible la ruptura del círculo vicioso de
la pobreza y el saber tecnológico ayuda a la sociedad del conocimiento que, facilitado por
docentes, posibilita dar respuestas a la curiosidad de aprendientes, a tener capacidad de
asombro, a indagar, a investigar.
En cuanto a la cooperación escolar y el trabajo, tema que dejamos planteado para un posterior
debate, sostiene la Lic. Inés Aguerrondo que “hay que tener en cuenta que las transformaciones
socioeconómicas ocurridas en las últimas décadas obligan a rede�nir la relación entre educación y
trabajo.” Desde el cooperativismo, la propuesta es que las organizaciones escolares sean espacios de
formación de emprendedores solidarios, comprometidos con su comunidad, con el desarrollo
sostenible, con lo local.
“El niño no es un vaso que hay que llenar, sino una antorcha que hay que encender”.
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"El arte más importante de un maestro es saber despertar en sus alumnos la alegría de
conocer y crear".
En cuanto a resigni�car la idea de la universalidad de la educación, este paradigma va más allá de lo

sostenido por las leyes. Es intrínseco al ser humano como tal y se transversaliza con los valores de la
cooperación, especialmente desde la igualdad y la solidaridad. La inclusión sostenida en la a�rmación
no debe quedarse en lo declamativo del valor de la democracia, sino que debe partir y atender a las
necesidades de cada integrante de la cadena de la comunidad educativa. Tiene que ver con el respeto
a las culturas de las distintas comunidades desde lo local.
Debemos reconocer que este es un viejo paradigma que se va rede�niniendo en forma dinámica.
Decir educación para todos es también reconocer qué educación, con qué calidad y cómo educamos.
Recordamos lo que manifestábamos en el segundo Módulo en relación a lo sostenido por la Alianza

Cooperativa Internacional en cuanto a que la educación “es un proceso que dura toda la vida.”
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Decíamos ut supra que la propuesta que siempre ha realizado el cooperativismo a la Institución

Educativa ha estado cimentada en el logro de las competencias, es decir un saber hacer, con saber,
con conciencia y enmarcado en la propuesta axiológica de los valores.
Reiteramos que hablamos de un saber hacer no cerrado, ni absoluto, tampoco terminado o

mecánico, sino dinámico y en constante movimiento con la realidad, como posibilitadora del
interjuego práctica – teoría – práctica.
Por ello no puede lograrse sólo con un cambio de programas, requiere mucho más. Políticas públicas
contenedoras de las necesidades y las realidades de los territorios, posibilitantes de apertura de la
conducción de la organización, el compromiso docente y cambios en las metodologías sugeridas. La
propuesta aparece claramente desde entender que en el aprendizaje, todos los actores están
impactados, desde el saber y el aprender.
Volvamos a interpelarnos:
• ¿Qué comunidad educativa queremos?

• ¿Cómo la construimos?
• ¿Generamos participación entendiéndola como parte del proceso de modi�car la realidad?
• ¿Reconocemos y asumimos que existen públicos diferentes y que debemos ofrecer formas de
aprender diferentes, en relación con las necesidades?
• ¿Asumimos que tenemos la generosa posibilidad de ayudar y acompañar la formación de
emprendedores solidarios en nuestras escuelas?
• Es decir, ¿somos capaces de proponer diversas respuestas centradas en la equidad y la igualdad
de y para los/as aprendientes?
No podemos olvidarnos de mencionar que la cooperación introduce aspectos de la inteligencia

emocional o afectiva, de la pedagogía solidaria generados por la propia interacción con los
demás, transformándose así en colaborativa. Se adquieren y trabajan los valores como la
empatía, la integración, la solidaridad o la compresión, que en un aprendizaje convencional
–en innumerables ocasiones– no son posibles de alcanzar. Cuando el trabajo en cooperación
está motivado, los aprendientes aprovechan mucho más el talento de todos y cada uno.
• Mantienen redes informales de trabajo extensas.

• Buscan relaciones que bene�cian a todas las partes involucradas.
• Construyen lazos afectivos y se mantienen conectadas con los otros.
• Hacen y mantienen amistades personales entre los/as compañeros/as.”
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“La educación como previsora del futuro, debe estimular más la imaginación y la creatividad
que la memorización de enseñanzas”
Para abordar la temática de las cooperativas escolares insertas en la comunidad escolar, partiremos
de su análisis desde distintas conceptualizaciones. Aclaramos que aspectos especí�cos del orden de lo
organizativo institucional lo trataremos en el que acompaña al presente.
En relación con las Cooperativas Escolares son muchas las de�niciones que podemos citar.
Vamos a repasarlas.
“Son sociedades de alumnos administradas por ellos con el concurso de los maestros y con
vistas a actividades comunes, inspiradas por un ideal de progreso humano basado en la
educación moral, cívica e intelectual de los pequeños cooperadores por medio de la gestión de
la sociedad y el trabajo de sus miembros”.
“Las cooperativas escolares son entidades organizadas dentro del ámbito escolar integradas y
administradas por alumnos de nivel primario o medio que actúan con orientación y
asesoramiento de docentes de su establecimiento; se fundan en el esfuerzo propio y la ayuda
mutua de los asociados para proporcionar servicios, con �nes de educación intelectual, moral,
social, cívica, económica cooperativa de los educandos”.
“Una pequeña asociación de alumnos, promovida y sugerida por el maestro, pero dirigida por
los alumnos, ya que por este medio va a despertarse en ellos la visión clara de las
responsabilidades cívicas, sociales, morales y económicas”.
“Asociaciones de niños que, independientemente en algunos casos, y en otros discretamente

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orientados por sus profesores, conducen colectivamente una empresa cuyo objetivo
económico está relacionado con las exigencias materiales y culturales de la comunidad, así
como con las de la escuela misma”.
Todos estos conceptos - a los que podemos agregar muchos más de cooperativistas y/o pedagogos -
nos llevan al interrogante que gira alrededor de cómo se enlaza, se concatena, se interrelaciona el
objetivo educativo y de integración del cooperativismo con el enfoque pedagógico.
Indudablemente que, para hacer este análisis no podemos separar a la cooperativa escolar de la
comunidad educativa, sino todo lo contrario, tenemos que insertarla en ella para poder visualizarla,
visibilizarla, analizarla y entenderla. Esta apreciación nos lleva a preguntarnos si realmente cumplen su
objetivo aquellas cooperativas escolares que se insertan en la escuela sin ser sentidas como una
necesidad por los estamentos que conforman la comunidad educativa.
Pueden cumplir parcialmente esos objetivos, pero si nos planteamos a las cooperativas escolares
como escuelas de democracias, éstas deben desarrollarse en un ambiente propicio que genere, desde
los distintos estamentos, un clima donde los/las aprendientes se sientan partícipes reales de la
experiencia, libres para crear, para disentir responsablemente, para valorar, porque son valorados. En
este desafío, el educador y el educando son partícipes del proyecto y
, acercando teoría y práctica de la
cooperación. no ya dueño/a del saber sino
.
En una escuela donde cotidianamente se vive en democracia, la cooperativa escolar es un camino

hacia la vida por el que transitan los/as aprendientes que en lugar de almacenar conocimientos,
priorizan críticas responsables, creatividad, innovación, competencias, ejercitando sus propios
derechos y responsabilidades.
Para que la cooperativa escolar tenga éxito será necesario que sus destinatarios/as hayan
interpretado y asumido la idea de la cooperación.
Lo importante es ir acercándonos al concepto de la cooperación y la cooperativa escolar desde

la práctica, donde indudablemente debe existir coherencia entre el sentir, el pensar y el hacer.
No podemos dejar de destacar y recalcar que en la mayoría de los casos la actitud del/a
alumno/a es positiva frente a esta propuesta de aprendizaje. Por supuesto que debe ser una
propuesta clara, con objetivos comprendidos, con resultados esperados, con tiempos
asignados. No puede ser signi�cada como laissez faire.
Esto nos lleva a interrogarnos por el rol del/a docente. Y hacerlo nos deja planteada una a�rmación
necesaria de internalizar: . Deja de ser el centro del saber y genera las
condiciones para que ese hermoso acto de aprender se realice en las mejores condiciones que se
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puedan generar. También la experiencia pone su voz en esto ya que hemos observado cómo se
estrecha el vínculo educandos – docente, favoreciendo que �uya el saber desde las competencias para
ser y hacer con compromiso responsable.
la necesidad de “un docente que no sea más el capitán del

equipo, sino que sea un ‘director técnico’. Es decir, no está dentro del campo de juego como un
jugador más (aunque lo esté con un rol diferenciado) sino que está afuera aconsejando,
entrenando, orientando. Alguien que sabe reconocer las capacidades potenciales de cada uno
y le ayuda a desarrollarlas, que puede proponer y acordar actividades diferenciadas para cada
jugador para balancear su formación e incrementar sus competencias.”
Por todo lo dicho ut-supra cerramos este punto diciendo que si bien las cooperativas escolares
deben estar contenidas por la comunidad educativa y mejor aún si están explicitadas como
parte del Proyecto Educativo Institucional (PEI), los mejores y mayores logros dependen que el
o los proyectos que lleven adelante surjan de las necesidades de los propios alumnos, de los
niñas, niños y adolescentes que conocen sus propias fortalezas y también sus carencias y
debilidades. Recordemos que las cooperativas nacen para satisfacer necesidades, por carácter
transitivo las cooperativas escolares nacen para satisfacer las necesidades de aprendientes
que se transforman en constructores/as de su propia historia.
Para esto, los adultos debemos entender y aceptar que los/as niños/as y jóvenes no son el futuro, son
el HOY.
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“El aula constituye un complejo álbum de imágenes y metáforas donde se suceden múltiples
interacciones que conforman un entorno de aprendizaje”.
Incorporar al concepto de aula la noción de ambiente social nos remite a un conjunto de

características de naturaleza psicosocial que pueden ejercer una importante función dinamizadora o
inhibidora en las actitudes y valores de los componentes del grupo.
El entorno social debe ser un entorno afectivo pero puede ser un entorno que facilita o di�culta.
Asumir que el aula es un contexto afectivo es un progreso muy importante porque nos permite
entender y atender a los mecanismos sociales a través de los cuales un/a alumno/a puede desarrollar
o inhibir sus actitudes personales ante los demás y hacia las actividades que se le proponen.
Si pensamos en la propuesta cooperativa para la vida cotidiana en el aula, donde lo importante es la

valorización que se haga tanto del alumno como del/a docente por su condición de persona, cobran
sentido las palabras: respeto, solidaridad, justicia, igualdad, responsabilidad.
▪ El grupo de clase no es un simple conglomerado de alumnos, sino una entidad

psicológica, una compleja red vincular articulada por las relaciones que se dan entre
sus componentes.
▪ Los grupos áulicos desarrollan - por su dinámica y su historia - su propia identidad.
▪ Todo grupo genera, a partir del trabajo áulico, una dinámica que in�uencia sobre
cada uno de sus miembros.
▪ La dinámica grupal incide en el ámbito de las relaciones sociales y en los valores, en
el desarrollo efectivo de conocimientos y habilidades.
▪ La in�uencia positiva del grupo sobre cada uno de sus componentes depende del
estilo de liderazgo, la modalidad de conducción, dado que el aula no es un espacio
abierto, sino una organización.
▪ El conocimiento preciso de los fenómenos grupales permite al docente intervenir
educativamente en los/as alumnos/as de manera más relevante.
profesor del Departamento de Pedagogía Aplicada de la Facultad de Educación

de la Universidad Autónoma de Barcelona “el trabajo cooperativo es la forma más humana de
aprender”. Y amplía este concepto diciendo que se debe lograr “Trabajar juntos para conseguir
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un objetivo común. Ésta es la principal �nalidad del aprendizaje cooperativo, una metodología
pedagógica que contrasta con las tradicionales formas de aprender, basadas en la
competitividad entre alumnos y el individualismo. Es una superación del trabajo en grupo, va
más allá". El profesor Rué, fue pionero en España en el análisis y profundización de esta forma
de aprendizaje; a su criterio apta y pertinente para todos los niveles educativos, agregando
además que "es positiva con todos los estudiantes, con los de mayor y los de menor
rendimiento".
Acordamos con el Profesor Rué cuando a�rma que la cooperación es una superación del trabajo en
grupo, que va más allá. “Es una forma de trabajar más elaborada y exige una mayor orientación del
docente. Por una parte, requiere que se le asigne al grupo una tarea con cierto nivel de complejidad,
que no sea más fácil de resolver por cuenta propia y que necesite de todos los miembros para
solucionarla.”
Asimismo existe otro valor agregado a este trabajo en cooperación, que es lo posibilitante de la
heterogeneidad y de aprender todos/as la enorme importancia del juego de las diferencias, de la
tolerancia ante otros pensamientos y otras formas de ser.
El trabajo con jóvenes nos ha demostrado a lo largo de los años que los/as docentes se muestran
asombrados de cursantes silenciosos que en el trabajo en cooperación aportan, se esfuerzan. Hemos
observado cómo las caras de los/as talleristas se iluminan cuando sienten que pueden, que es posible
aprender jugando, y que en ese acto está la alegría y la esperanza presente, que se los respeta como
personas, desde sus propias necesidades.
Planteado esto, surgen como interrogantes para compartir que, aunque parezcan obvios, recuerden
que a las obviedades tenemos que analizarlas porque esconden aspectos implícitos y latentes:
▪ ¿De qué forma hemos organizado el grupo?

▪ ¿Qué modelo de relaciones sociales y de trabajo hemos desarrollado?
▪ ¿Evaluamos los efectos que generan?
▪ ¿Qué lugar le damos al aprendiente que se aísla?
▪ ¿Qué dinámica de relaciones privilegiamos?
▪ ¿Reconocemos en el aula situaciones de arbitrariedad, rigidez o di�cultad de
participación?
▪ ¿Qué grado de autonomía profesional tenemos para manejarnos?
▪ ¿Entendemos a los procesos cognitivos individuales mediatizados por los efectos
psicodinámicos que genera el ambiente social áulico?
▪ En nuestra tarea diaria: ¿el aula es un contexto explícitamente organizado, creativo,
innovador, original y variable?
▪ ¿Potenciamos el trabajo cooperativo?
▪ ¿Re�exionamos sobre la realidad docente frente a la organización y gestión del
proceso de enseñanza-aprendizaje cotidiano?
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En la vida áulica cotidiana aparecen diversos registros comunicativos: la palabra, el gesto y la

mirada. Estos se potencian cuando las relaciones entre docente y alumno/a son más �uidas y
horizontales facilitando aprendizajes cooperativos, a partir del cooperar, operar con, trabajar
con.
La cooperación en la realidad escolar nos interpela no sólo a re�exionar sino a actuar desde entender
que cada uno/a - desde distintos roles - es importante en el grupo y que tiene una tarea que cumplir,
como derecho y como responsabilidad.
Potenciamos así nuevas ciudadanías, conscientes del basamento del cooperativismo, donde el
sustento de la democracia representativa tiene su anclaje en la democracia participativa.
Así se potencia la capacidad de ayudar a las personas a ser ciudadanos comprometidos con su
entorno, con su territorio. Agentes del cambio del “actuar localmente y pensar globalmente”.
Ciudadanos constructores de la sostenibilidad social, económica y ambiental.
: Material elaborado por los docentes Lic. Liliana González y Lic. Juan Carlos San
Bartolomé.
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(1) Material inédito del libro “ ” de

Liliana González y Juan Carlos San Bartolomé. 2da. Edición (en edición).
(2) BLEGER, José:
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Para la realización de este módulo se utilizó:
• de la Alianza Cooperativa Internacional de 1995.

• .
• “La calidad de la educación, ejes para su de�nición y evaluación”, La
educación. Revista Interamericana de Desarrollo Educativo, Nº116, III, 1993, OEA, Wash. DC
• “¿Es posible impartir educación de calidad con menores costos?” ,
en Perspectivas, Revista trimestral de Educación Comparada , Vol XXVII, nº2, junio 1997.
• : “El nuevo pacto educativo”, Grupo Anaya SA, Madrid, 1995
• Alianza Cooperativa Internacional de las Américas

• UNESCO
• OIT
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Módulo VI: Cooperativismo Escolar https://moodle.ices.com.ar/mod/book/tool/print/index....

Sitio: Aula Virtual de ICES

Curso Superior en Cooperativismo - 12°

Libro: Módulo VI: Cooperativismo Escolar

domingo, 30 de julio de 2023,

Contenidos del módulo 6

2.1. El cooperativismo en el Proyecto Educativo Institucional (PEI).

3.1. Escuela y Cooperativismo: Una Propuesta Participativa

“Una de las grandes tareas políticas que hay que

cumplir es la persecución constante de hacer

posible mañana el imposible de hoy.”

Paulo Freire. 1992

· ¿Cómo se organiza la propuesta educativa teniendo en cuenta la multiplicidad de experiencias

Ya hemos mencionado en el Módulo 2 el contenido del Quinto Principio Cooperativo y hemos

En la “La encrucijada de la educación en América Latina y el Caribe. Informe regional de monitoreo

“¿Te acuerdas de cuando eras niño y mirabas

The Magic, Rhonda Byrne

El abordaje de la cooperación en la escuela se propone desde el optimismo y la posibilidad porque, al

A nivel mundial y en forma especial en nuestro país, el cooperativismo escolar ha ocupado un

• El cooperativismo como eje transversal en el PEI.

Esto se fundamenta en la necesidad de entender al cooperativismo escolar desde la idea de proceso y

“El hombre es un ser de necesidades que sólo se satisfacen

La propuesta de incorporar al cooperativismo en el Proyecto Educativo Institucional (PEI)

Una ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL ha surgido voluntariamente cuando la comunidad

Las citas se encuentran en la sección �nal: citas bibliográ�cas

Es un “conjunto de actividades concretas, interrelacionadas y coordinadas entre sí, que se

▪ Reúne una serie de actividades de duración determinada.

Recreados los conceptos anteriores, nos interrogamos entonces:

Si dentro de la organización escolar hablamos de nos estamos

Un estructurado en base a la cooperación

Cuando hablamos de la construcción de desarrollo sostenible con equidad social, desde el

Ese se debe dar junto a pares basado en el intercambio de experiencias, ideas y

Esas personas, como integrantes de la sociedad, a través del proceso constante de

La propuesta que siempre ha realizado el cooperativismo a la Institución Educativa (en términos

De esta forma, a la calidad de la educación se le suma la equidad en educación, evitando las

¿Qué comunidad educativa queremos?¿Cómo la construimos? ¿Generamos participación

Existen muchas experiencias (especialmente en Argentina) donde, en forma integrada,

En cuanto a resigni�car la idea de la universalidad de la educación, este paradigma va más allá de lo

Recordamos lo que manifestábamos en el segundo Módulo en relación a lo sostenido por la Alianza

Decíamos ut supra que la propuesta que siempre ha realizado el cooperativismo a la Institución

Reiteramos que hablamos de un saber hacer no cerrado, ni absoluto, tampoco terminado o

• ¿Qué comunidad educativa queremos?

No podemos olvidarnos de mencionar que la cooperación introduce aspectos de la inteligencia

• Mantienen redes informales de trabajo extensas.

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En una escuela donde cotidianamente se vive en democracia, la cooperativa escolar es un camino

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Incorporar al concepto de aula la noción de ambiente social nos remite a un conjunto de

Si pensamos en la propuesta cooperativa para la vida cotidiana en el aula, donde lo importante es la

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profesor del Departamento de Pedagogía Aplicada de la Facultad de Educación

▪ ¿De qué forma hemos organizado el grupo?

En la vida áulica cotidiana aparecen diversos registros comunicativos: la palabra, el gesto y la

(1) Material inédito del libro “ ” de

(2) BLEGER, José:

Para la realización de este módulo se utilizó:

• de la Alianza Cooperativa Internacional de 1995.

• Alianza Cooperativa Internacional de las Américas