Caso Fernández Ortega y Otros Vs México - Unlocked

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CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

COUR INTERAMERICAINE DES DROITS DE L'HOMME


CÓRTE INTERAMERICANA DE DIREITOS HUMANOS
INTER-AMERICAN COURT OF HUMAN RIGHTS

CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS”

CASO FERNÁNDEZ ORTEGA Y OTROS VS. MÉXICO

RESUMEN OFICIAL EMITIDO POR LA CORTE INTERAMERICANA

DE LA SENTENCIA DE 30 DE AGOSTO DE 2010


(Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas)

El 30 de agosto de 2010 la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró, por


unanimidad, que el Estado de México resultó internacionalmente responsable por la
violación de los derechos a la integridad personal, a la dignidad, a la vida privada, a las
garantías judiciales y a la protección judicial en perjuicio de la señora Inés Fernández
Ortega. Asimismo, el Estado resultó responsable de la violación de los derechos a la
integridad personal y a la vida privada en perjuicio del señor Prisciliano Sierra y de Noemí,
Ana Luz, Colosio y Nélida, todos ellos de apellidos Prisciliano Fernández, así como por la
violación de la integridad personal de Neftalí Prisciliano Sierra.

Los hechos del presente caso ocurrieron en un contexto de importante presencia militar en
el estado de Guerrero, dirigida a reprimir actividades ilegales como la delincuencia
organizada y, según se ha denunciado, en esa tarea se vulneran derechos fundamentales.
En el estado de Guerrero gran parte de la población pertenece a comunidades indígenas, las
cuales residen en municipios de gran marginación y pobreza y, en general, se encuentran
en una situación de vulnerabilidad, reflejada en diferentes ámbitos como la administración
de justicia y los servicios de salud. Entre las formas de violencia que afectan a las mujeres
en el estado de Guerrero se encuentra la “violencia institucional castrense”. La señora
Fernández Ortega, víctima del presente caso, es una mujer indígena perteneciente a la
comunidad indígena me'paa, quien al momento de los hechos residía en Barranca Tecoani,
estado de Guerrero.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, con base en las declaraciones de la señora


Fernández Ortega y otros elementos de convicción, consideró probado que el 22 de marzo
de 2002, aproximadamente a las tres de la tarde, un grupo de militares se presentó en su
domicilio, donde se encontraba acompañada de sus cuatro hijos. Mientras otros militares
permanecieron en el exterior del domicilio, tres miembros del Ejército entraron a su casa sin
su consentimiento y le apuntaron con sus armas solicitándole cierta información. Fue
entonces, bajo coerción, sola y rodeada de los tres militares armados, cuando uno de ellos

Integrada por los siguientes jueces: Diego Garcia-Sayán, Presidente; Leonardo A. Franco, Vicepresidente;
Manuel E. Ventura Robles, Juez; Margarette May Macaulay, Jueza; Rhadys Abreu Blondet, Jueza; Alberto Pérez
Pérez, Juez; Eduardo Vio Grossi, Juez, y Alejandro Carlos Espinosa, Juez ad hoc. El Secretario del Tribuna! es Pablo
Saavedra Alessandri y la Secretaria Adjunta es Emilia Segares Rodríguez.

Tel.: (506) 2527-1600 / Fax: (506) 2234-0584 » Apdo. 6906-1000 San José, Costa Rica
E-mail: corteidh(Mcorteidh.or.cr - www.corteidh,or.er
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cometió la violación sexual. Los hijos de la señora Fernández Ortega presenciaron lo


ocurrido hasta los momentos inmediatamente previos a la violación sexual.

Como consecuencia de la denuncia penal interpuesta por la señora Fernández Ortega, el


Ministerio Público del Fuero Común de la ciudad de Allende, con residencia en Ayutla de los
Libres, inició una averiguación previa por los delitos de violación sexual, allanamiento de
morada, abuso de autoridad y los que resultaren. En mayo de 2002, cuando se determinó la
posible participación de personal militar en los hechos, la averiguación previa se remitió al
fuero militar. La señora Fernández Ortega intentó, sin éxito, impugnar el sometimiento de
su caso al fuero militar, donde aún se encuentra radicada la averiguación previa. Hasta la
fecha no se han concluido las investigaciones del hecho.

Entre otras consideraciones, la Corte Interamericana señaló que la violencia contra la mujer
no sólo constituye una violación de los derechos humanos, sino que es una ofensa a la
dignidad humana que trasciende todos los sectores de la sociedad y afecta negativamente
sus propias bases; particularmente, la violación sexual constituye una forma paradigmática
de violencia contra las mujeres cuyas consecuencias, incluso, trascienden a la persona de la
víctima. En el caso de la señora Fernández Ortega, la violación sexual vulneró valores y
aspectos esenciales de su vida privada y su integridad personal constituyendo, asimismo, un
acto de tortura.

En cuanto a la intervención de la jurisdicción militar en la investigación de los hechos, la


Corte Interamericana reiteró su jurisprudencia constante que establece que: a) en un
Estado democrático de derecho la jurisdicción penal militar debe tener un alcance restrictivo
y excepcional; b) soto debe juzgar a militares activos por la comisión de delitos o faltas que
por su propia naturaleza atenten contra bienes jurídicos propios del orden militar, y c)
frente a situaciones que vulneren derechos humanos de civiles bajo ninguna circunstancia
puede operar la jurisdicción militar. El Tribunal concluyó que la violación sexual de una
persona por parte de agentes militares no guarda, en ningún caso, relación con la disciplina
o la misión castrense. Por el contrario, el acto cometido por personal militar contra la señora
Fernández Ortega afectó bienes jurídicos tutelados por el derecho penal interno y la
Convención Americana, como la integridad personal y la dignidad de la víctima. Dado que
tal conducta es abiertamente contraria a los deberes de respeto y protección de los
derechos humanos, está excluida de la competencia de la jurisdicción militar.

En relación con ta investigación de los hechos, la Corte Interamericana indicó que ante un
acto de violencia contra una mujer, resulta particularmente importante que las autoridades
a cargo de la investigación la lleven adelante con determinación y eficacia, teniendo en
cuenta el deber de la sociedad de rechazar la violencia contra las mujeres y las obligaciones
del Estado de erradicarla y de brindar confianza a las víctimas en las instituciones estatales
para su protección. Adicionalmente, el Tribunal consideró probado que en la investigación
de los hechos existieron fallas y omisiones, entre otras: la reticencia inicial a recibir ta
denuncia de la víctima; la falta de provisión de un intérprete para la denunciante; la falta de
condiciones de cuidado y privacidad al recibir la denuncia; la no realización de diligencias de
investigación inmediatas sobre la escena del crimen; la omisión de adoptar recaudos
inmediatos sobre otros elementos probatorios, y la falta de protección sobre la prueba
pericial, la cual fue destruida cuando se encontraba en poder del Estado.

En lo que respecta la atención médica, la investigación del hecho y la integridad personal de


la señora Fernández Ortega, el Estado reconoció parcialmente su responsabilidad
internacional en los siguientes términos:
primero, que la falta de atención médica especializada, que debía haber incluido la parte
psicológica y mo sólo la física, a la señora Fernández Ortega, y que debió realizarse sin
dilación, constituye una violación flagrante al artículo 8.1 de la Convención Americana;
segundo, que la extinción de la prueba pericial tomada de la víctima constituye también una
flagrante violación del artículo 8.1 de la Convención Americana, y tercero, que no obstante
los esfuerzos realizados por las autoridades, existen dilación y ausencia de debida diligencia
en las investigaciones y por tanto se configuran diversas violaciones a los artículos 8.1 y 25
de la Convención Americana y, en consecuencia, también al artículo 5.1 del mismo
ordenamiento, por lo que hace a la integridad psicológica de la señora Fernández Ortega.

La Corte Interamericana valoró el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional


realizado por México y consideró que el mismo constituyó una contribución positiva al
desarrollo del proceso, a la vigencia de los principios que inspiran la Convención Americana
y a la conducta a la que están obligados los Estados en esta materia, en virtud de los
compromisos que asumen como parte en los instrumentos internacionales sobre derechos
humanos.

Finalmente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, concluyó que:

1. El Estado es responsable por la violación de los derechos a la integridad personal, a


la dignidad y a la vida privada, consagrados, respectivamente, en los artículos 5.1 y 5.2,
11,1 y 11.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los
artículos 1.1 de la misma y 1, 2 y 6 de ta Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura, e incumplió los deberes derivados del artículo 7.a de la Convención
Interamericana para Prevenir Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, en perjuicio
de la señora Fernández Ortega, por la violación sexual sufrida y por determinadas
afectaciones sufridas como consecuencia de los hechos del caso.

2. El Estado es responsable por la violación del derecho a la integridad personal,


consagrado en el artículo 5.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en
relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Prisciliano Sierra y de Noemí,
Ana Luz, Colosio, Nélida y Neftalí, todos ellos de apellidos Prisciliano Fernández, por
determinadas afectaciones sufridas como consecuencia de los hechos del caso.

3. El Estado es responsable por la violación del derecho a no ser objeto de injerencias


arbitrarias o abusivas en el domicilio, consagrado en el artículo 11.2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en
perjuicio de la señora Fernández Ortega, del señor Prisciliano Sierra y de Noemí, Ana Luz,
Colosio y Nélida, todos ellos de apellidos Prisciliano Fernández, por el ingreso no consentido
de personal militar a su casa familiar.

4, El Estado es responsable por la violación de los derechos a las garantías judiciales y


a la protección judicial, establecidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana
,
en relación con los artículos 1.1 y 2 de la mísma, en perjuicio de la señora Fernández
Ortega por la intervención de la jurisdicción penal militar en la investigación de los hechos
y
la falta de un recurso efectivo para impugnar dicha intervención. Asimismo, el Estado
es
responsable por la violación de los derechos a las garantías judiciales y a la protección
judicial, establecidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana, en
relación
con los artículos 1.1 de la Convención Americana y por el incumplimiento del artículo 7.b
de
la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la
Mujer por las fallas y omisiones en el procesamiento de la denuncia y la falta
de debida
diligencia en las investigaciones. Finalmente, el Estado incumplió la obligación de garantizar,
sin discriminación, el derecho de acceso a la justicia, establecido en los artículos 8.1 y 25
de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos en relación con el artículo 1.1.
del
mismo instrumento, en perjuicio de la señora Fernández Ortega, por la falta de un
intérprete para interponer su denuncia y recibir en su idioma información relativa a la
misma.

5. Por otra parte, la Corte Interamericana no encontró probada la violación al derecho a


la integridad personal de determinados familiares de la señora Fernández Ortega, no
encontró al Estado responsable por el incumplimiento de los artículos 1, 6 y 8 de la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura por investigar los hechos
del caso bajo la figura de violación sexual, y estimó que no correspondía pronunciarse sobre
la alegada violación al derecho de asociación establecido en el artículo 16 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.

Finalmente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dispuso que la Sentencia


constituye una forma de reparación y, adicionalmente, ordenó, entre otras medidas de
reparación, que el Estado debe: a) conducir en el fuero ordinario, eficazmente y dentro de
un plazo razonable, la investigación y, en su caso, el proceso penal que tramiten en relación
con la violación sexual de la señora Fernández Ortega, con el fin de determinar las
correspondientes responsabilidades penales y aplicar, en su caso, las sanciones y demás
consecuencias que la ley prevea; b) adoptar, en un plazo razonable, las reformas
legislativas pertinentes para compatibilizar el artículo 57 del Código de Justicia Militar con
los estándares internacionales en la materia; c) adoptar las reformas pertinentes para
permitir que las personas afectadas por la intervención del fuero militar cuenten con un
recurso efectivo de impugnación de tal competencia; d) realizar un acto público de
reconocimiento de responsabilidad internacional en relación con los hechos del presente
caso; e) realizar determinadas publicaciones de la Sentencia; f) brindar el tratamiento
médico y psicológico que requieran las víctimas; g) continuar con el proceso de
estandarización de un protocolo de actuación, para el ámbito federal y del estado de
Guerrero, respecto de la atención e investigación de violaciones sexuales; h) continuar
implementando programas y cursos permanentes de capacitación sobre investigación
diligente en casos de violencia sexual contra las mujeres, que incluyan una perspectiva de
género y etnicidad; ¡i) implementar un programa o curso permanente y obligatorio de
capacitación y formación en derechos humanos dirigido a los miembros de las Fuerzas
Armadas; j) otorgar becas de estudios en instituciones públicas mexicanas en beneficio de
los hijos de la señora Fernández Ortega; k) facilitar los recursos necesarios para que la
comunidad indígena me'paa de Barranca Tecoani establezca un centro comunitario, que se nn
constituya como un centro de la mujer, en el que se desarrollen actividades educativas en
derechos humanos y derechos de la mujer; l) adoptar medidas para que las niñas de la
comunidad de Barranca Tecoani que actualmente realizan estudios secundarios en la ciudad
de Ayutla de los Libres, cuenten con facilidades de alojamiento y alimentación adecuadas,
de manera que puedan continuar recibiendo educación en las instituciones a las que asisten.
Sin perjuicio de lo anterior, esta medida puede ser cumplida por el Estado optando por la
instalación de una escuela secundaria en la comunidad mencionada; m) asegurar que los
servicios de atención a las mujeres víctimas de violencia sexual sean proporcionados por las
instituciones estatales, entre otras, el Ministerio Público en Ayutla de los Libres, a través de
ta provisión de los recursos materiales y personales, cuyas actividades deberán ser
fortalecidas mediante acciones de capacitación, y n) pagar las cantidades fijadas por
concepto de indemnizaciones por daños materiales e inmateriales, y reintegrar costas y
gastos.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos supervisará el cumplimiento integro de la


Sentencia y dará por concluido el presente caso una vez que el Estado haya dado cabal
cumplimiento a lo dispuesto en la misma.

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