Aplicación Del Art 275 LCTTemeridad y Malicia
Aplicación Del Art 275 LCTTemeridad y Malicia
Aplicación Del Art 275 LCTTemeridad y Malicia
Con las palabras que siguen intento reflexionar acerca de la aplicación del art. 275 de
la LCT.
Por una parte, la temeridad es la conducta de quien afirma hechos o se conduce sin
fundamentos o motivos con conciencia de su propia sinrazón. La sola falta de razón no es
motivo de temeridad. Pero sí lo es, cuando lo hace a sabiendas o debiendo saber que no le asiste
razón. Podemos encontrar algunas formas de temeridad como la connivencia fraudulenta,
efectuar imputaciones falsas, dar información errónea o que condujeren a error a la parte
contraria.
Los jueces suelen aplicar de manera sumamente restrictiva este instituto, pues deben
tener certeza o al menos indicios de la existencia de conocimiento o deber de conocimiento de
la falta de razón de la parte. Ello, toda vez que debe hacer respetar la garantía constitucional
del derecho de defensa en juicio (art. 18 CN).
Por otra parte, la conducta maliciosa responde a un proceder de mala fe, mediante el
cual echando mano a determinadas herramientas procesales se causa daño y se perjudica a la
contraparte. La obstrucción, provocando la dilación inexcusable del proceso es la forma más
habitual de la malicia.
Aquí podemos mencionar a modo ejemplificatorio algunas “artimañas” a las que suele
recurrir la accionada a efectos de dilatar el procedimiento obstruyéndolo. En mi experiencia
personal he visto que muy habitualmente y con cotidianeidad el demandado se niega a recibir
la notificación de la demanda manifestando que no es la persona requerida, que ya no vive allí,
que se murió, etc. También es muy común el planteamiento de nulidades por la nulidad misma.
La presentación de escritos irrelevantes que no instan ni enriquecen el proceso; sino que sólo
se presentan con el objeto de obstruir y dilatar innecesariamente el procedimiento.
Dadas alguna o algunas e incluso todas las situaciones descriptas, tenemos que el art.
275 de la LCT - en la regulación del instituto - autoriza al juez a fijar una tasa de hasta dos
veces y media de la que fijan los bancos oficiales para operaciones corrientes de descuentos
comerciales. Pero no lo es de la misma manera en todos los casos que cita el art.
Por eso, es importante discernir la distinta naturaleza de las causales del primer y
segundo párrafo del artículo en análisis respecto del tercero.
En el primer y segundo párrafo, las causales son amplias y queda al libre albedrío del
Juez determinar si existió o no temeridad y/o malicia. Tienen carácter subjetivo, quedando el
análisis de la causal y la valoración de la sanción a criterio del Magistrado, ya que éste puede
reducirla o rechazarla.
Si bien parte de la doctrina estima que la tasa debe fijarse hasta la fecha en que finaliza
el proceso de conocimiento, es decir, hasta que quede firme o ejecutoriada la sentencia,
entiendo que debe extenderse hasta el efectivo pago del capital adeudado incluyendo al
eventual proceso de ejecución. De otra manera, el crédito del trabajador, por la depreciación
monetaria, y realidad económica fluctuante e incierta de nuestro país, tornaría meramente
ilusoria.
Por ello, es sumamente importante, que al detectar una conducta como temeraria y/o
maliciosa de la contraparte sea solicitada su declaración.
Ésta, además de ser una herramienta sancionatoria de conductas indebidas e
indeseables, es muy útil para compensar el desbalance por depreciación pecuniaria que se
produce por el transcurso del tiempo durante todo el proceso.
O sea, que encontramos en esta norma, que poco se aplica en el ámbito nacional, una
doble utilidad para el trabajador de corresponder.
Asimismo, considero que debería ser aplicada con mayor asiduidad, evitando excesiva
rigidez en todos los procesos.
Es necesaria su aplicación tanto en los procesos de despido como así también en los de
accidentes y/o enfermedad laboral.
Atento la naturaleza alimentaria de los reclamos por despido, esta sanción debe ser más
frecuentemente solicitada por los letrados y concedida por los Magistrados sin la extrema
rigidez actual (en muchos casos).
Como es posible apreciar, en la práctica, los jueces son remisos a aplicar la sanción
prevista en el art. 275 de la LCT. Pero, es un instrumento muy importante y de suma utilidad
para los operadores jurídicos en la rama del derecho laboral. No debería dejarse de utilizar en
el caso de que se den los presupuestos que establece la norma.
Tenemos una herramienta clara, concreta y precisa, cuya utilización más frecuente
evitaría dilaciones indeseadas y en general, conductas indebidas. Pues, entonces, echemos
mano a ella.