El Art Nouveau
El Art Nouveau
El Art Nouveau
se prolonga hasta las primeras décadas del XX. Es un estilo decorativo que se desarrolla durante la Belle
Époque. Se caracteriza porque rompe con lo anterior y no sigue ninguna de las tendencias de estilos
anteriores como el barroco, el romanticismo o el renacimiento. Este estilo toma el diseño industrial y lo
dota de especial belleza.
El Art Nouveau toma su nombre de una exposición hecha por Munch en la galería parisina "La maison
del Art Nouveau". Un movimiento que adquiere diferentes nombres: Modernismo en España (con
Antonio Gaudí y su importante obra), Jugendstil en Alemania, Floreale en Italia o Liberty en Inglaterra.
Uno de los exponentes de este estilo es el belga Víctor Horta, su casa de Bruselas es hoy el museo de Art
Nouveau. Un lugar que llama la atención por su fachada y sorprende por su interior. El Art Nouveau se
inspira en la naturaleza y utiliza la línea curva tanto para la arquitectura como para la decoración, sobre
todo en hierro forjado.
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La naturaleza sirve de fuente de inspiración para este estilo que se prodiga en elementos ornamentales de
origen vegetal, por eso, las flores son una de sus apuestas. Combinadas con unos apliques en la pared de
hierro forman un conjunto muy del Art Nouveau.
Alfons Mucha ['alfɔns 'muxa] (Ivančice, Moravia, Imperio austriaco; 24 de julio de 1860 - Praga,
Protectorado de Bohemia y Moravia; 14 de julio de 1939) fue un pintor y artista decorativo checo,
ampliamente reconocido por ser uno de los máximos exponentes del Art Nouveau.
Esto se puede ver reflejado en las obras del artista checo Alfons Maria Mucha (1860-1939), considerado
el padre de esta corriente artística, y en el cuadro El beso del pintor austríaco Gustav Klimt (1898-1908).
La identidad visual del Art Nouveau es básicamente una línea orgánica en forma de planta que ondula y
decora los espacios. Las ramas de las enredaderas, las flores, las aves y la bella forma de la mujer fueron
los motivos recurrentes en esta corriente artística, cuyo indiscutible protagonista fue Alphonse Mucha.
Mucha comenzó su carrera como ilustrador en 1887 tras mudarse a París, donde recibiría una educación
formal. Pocos años después y, gracias a la Fundación Arts and Crafts Exhibition Society en Londres, el
Art Nouveau comenzó a despegar y, por consiguiente, su carrera artística. Sin embargo, cruzarse en el
camino con la popular actriz de la época Sara Bernnhardt fue lo cambió su trayectoria para siempre.
En 1894 recibió el encargo de Gismonda para la actriz, el cartel que anuncaba la película en el Théâtre de
la Renaissance lo que le catapultó del todo convirtiéndose en todo un icono publicitario, firmó un contrato
de seis años con la actriz para la que diseñó varios carteles y, desde entonces, se convirtió en el reclamo
de las grandes marcas de la época como Moët Chandon, Cycles Perfecta etc...
Mucha llegó a ser considerado como el mejor decorador del mundo y se le bautizó con el "estilo Mucha",
en su honor.
Pero Mucha no vivió solo de la publicidad, la decoración, los carteles y las bellas artes, sino que buscó en
la espiritualidad y en la filosofía una nueva perspectiva de vida. Su filosofía, masónica, creía en la
influencia de los poderes invisibles y lo plasmó en diversas joyas, cartas patentes y cálices ceremoniales.
Un artista que quiso y supo difundir con su arte las tres virtudes fundamentales en la evolución del ser
humano: la belleza, la verdad y el amor.
Podéis encontrar muchos más detalles sobre la vida y la obra de Alphonse Mucha en Mucha Foundation,
a nosotros no es que solo nos haya maravillado, simplemente ¡nos fascina!
En la literatura, mejor conocido como modernismo, se considera al nicaragüense Rubén Darío como uno
de sus precursores.
En arquitectura se destacan los belgas Goh ver Wayans y Victor Horta y el catalán Antoni Gaudí. que se
destaca con La Sagrada familia.
El art déco1 (también art decó o incluso art deco) fue un movimiento de diseño popular a partir de
1920 hasta 1939 (cuya influencia se extiende hasta la década de 1950 en algunos países) que influyó a las
artes decorativas mundiales tales como arquitectura, diseño interior y diseño gráfico e industrial; también
a las artes visuales tales como la moda, pintura, grabado, escultura y cinematografía.
Después de la Exposición Universal de 1900 de París, varios artistas franceses (Hector Guimard, Eugène
Grasset, Raoul Lachenal, Paul Follot, Maurice Dufrène y Émile Decour) formaron un colectivo formal
dedicado a las artes decorativas de vanguardia. En 1925 organizaron la Exposition Internationale des Arts
Décoratifs et Industriels Modernes en París, y se llamaron a sí mismos los modernos; en realidad, el
término art déco se acuñó en la retrospectiva titulada «Les Années 25», llevada a cabo en París en el
Musée des Arts Décoratifs (Museo de Artes Decorativas) del 3 de marzo al 16 de mayo de 1966;2 el
término es, por tanto, un apócope de la palabra francesa décoratif. En el ámbito castellanohablante, la
RAE lo ha normalizado como art déco, con la tilde en la «e».
Este movimiento es, en un sentido, una amalgama de muchos estilos y movimientos diversos de
principios del siglo XX y, a diferencia del art nouveau, se inspira en las Primeras Vanguardias. Las
influencias provienen del constructivismo, cubismo, futurismo, del propio art nouveau, del que
evoluciona, y también del estilo racionalista de la escuela Bauhaus. Los progresivos descubrimientos
arqueológicos en el Antiguo Egipto marcaron asimismo su impronta en ciertas líneas duras y la solidez de
las formas del art déco, afín a la monumentalidad y elementos de fuerte presencia en sus composiciones.
Como estilo de la edad de las máquinas, utilizó las innovaciones de la época para sus formas: las líneas
aerodinámicas, producto de la aviación moderna, la iluminación eléctrica, la radio, el revestimiento
marino y los rascacielos. Estas influencias del diseño se expresaron en formas fraccionadas, cristalinas,
con presencia de bloques cubistas o rectángulos y el uso de la simetría. El color se nutrió de las
experiencias del fovismo; trapezoides, facetamientos, vaivenes y una importante geometrización de las
formas son comunes al art déco.
Correspondiendo a sus influencias maquinistas, el art déco se caracteriza también por los materiales que
prefiere y utiliza, tales como aluminio, acero inoxidable, laca, madera embutida, piel de tiburón
(shagreen) y piel de cebra. El uso de tipografía en negrita, sans-serif o palo seco, el facetado y la línea
recta, quebrada o greca (opuesto a las curvas sinuosas y naturalistas del art nouveau), los patrones en
compás (chevrón) y el adorno en forma de rayo de sol son típicos del art déco. Ciertos patrones de
ornamento se vieron en aplicaciones bien disímiles: desde el diseño de zapatos para señora hasta las
parrillas de radiadores, el diseño de interiores para teatros y rascacielos como el Edificio Chrysler o el
Empire State Building.
El estilo art déco no estuvo limitado a la arquitectura; el transatlántico SS Normandie, cuyo viaje
inaugural tuvo lugar en 1935, se diseñó incorporando muchos diseños art déco en su interior, incluyendo
un salón comedor cuyo techo y decoración estaba realizada con vidrio de Lalique. Otros buques con
influencia del art déco en su decoración fueron el Île de France, el Queen Mary y el Nieuw Amsterdam.
El art déco también se aplicó en el ferrocarril, como en el famoso tren Orient Express,4 y en la aviación,
como en el avión 1000E Manhattan.
Simbolismo:
En el ámbito de la pintura, el simbolismo encuentra exponentes como Gustave Moreau (francés que nace
en 1826 y muere en 1898). Sus pinturas más destacadas son "Júpiter y Semele", "Europa y el toro" y "los
unicornios". También está el artista Odilon Redon, otro francés que nace en 1840 y fallece en 1915.
pictóricamente las características más relevantes son las siguientes:
Color: a veces se utilizaban colores fuertes para resaltar el sentido onírico de lo sobrenatural. Del mismo
modo el uso de colores pasteles, por parte de algunos artistas, junto con la difuminación del color,
perseguía el mismo objetivo.
Temática: Pervive un interés por lo subjetivo, lo irracional, al igual que en el romanticismo. No se quedan
en la mera apariencia física del objeto, sino que a través de él se llega a lo sobrenatural, lo cual va unido a
un especial interés por la religión. Los pintores y poetas ya no pretenden plasmar el mundo exterior sino
el de sus sueños y fantasías por medio de la alusión del símbolo. La pintura se propone como medio de
expresión del estado de ánimo, de las emociones y de las ideas del individuo, a través del símbolo o de la
idea.
Una de las novedades más importantes, a nivel temático, es el de la mujer fatal. Surge la unión entre el
Eros y el Thanatos y en ello subyace una nueva relación entre sexos.
A la pintura se la define con conceptos como ideista (de ideas), simbolista, sintética, subjetiva y
decorativa.
Técnicas: Lo que une a los artistas es el deseo de crear una pintura no supeditada a la realidad, en
oposición al realismo, y en donde cada símbolo tiene una concreción propia en la aportación subjetiva del
espectador y del pintor. No hay una lectura única, sino que cada obra puede remitir cosas distintas a cada
individuo. Su originalidad, pues, no estriba en la técnica, sino en el contenido.
Gustave Moreau (París, 6 de abril de 1826-íd., 18 de abril de 1898) fue un pintor francés, precursor del
simbolismo, y célebre por su estética decadente. Se formó en el Romanticismo, y con un profundo
conocimiento de los pintores italianos del Renacimiento, desarrolló un estilo personal con el que se
anticipó al simbolismo francés a finales del siglo XIX.
Gustave Moreau, artista de culto, visionario, precursor del Simbolismo y famoso por su estética
decadente basada en el Renacimiento e incubada durante el Romanticismo. Es uno de esos artistas
inclasificables que influyeron -probablemente sin saberlo- en la historia del arte.
Moreau nació en el seno de una familia burguesa que nunca puso obstáculos a su vocación artística. Se
formó en varios talleres (y también de manera autodidacta) y acabó teniendo un relativo éxito, aunque sus
extrañas temáticas no fueron muy bien aceptadas por varios sectores.
Como en literatura, su simbolismo fue una reacción para evadirse de esa vida social burguesa haciendo
uso de «símbolos» e imágenes recurrentes como adolescentes andróginos, mujeres fatales, criaturas
monstruosas… Su estilo tiende en algunas ocasiones al orientalismo, a la estampa japonesa o la
iconografía india, otras a Ingres, pero siempre con un sello muy personal y reconocible.
Se dice que muchas de sus obras fueron fruto del consumo de opio, que generó alucinaciones en el pintor.
Esta acusación, pese a ser infundada, perdura durante muchos años.
Técnicamente Moureau fue un experimentador que utilizó recursos tradicionales de línea y color, pero
también frotados, rascados, incisiones y todo tipo de técnicas para dotar de una mayor expresividad a su
obra.
Moreau fue también profesor de arte y algunos de sus alumnos fueron gentes como Henri Matisse o
Georges Rouault que disfrutaron de su libre método de enseñanza.
Odilon Redon (Burdeos, 20 de abril de 1840-París, 6 de julio de 1916) fue un pintor simbolista francés.
Perteneciente al postimpresionismo, dentro de la corriente del simbolismo, también está considerado un
precursor del surrealismo.
Recibió formación como escultor, así como en grabados y litografías. En 1870 se unió al ejército para
servir en la guerra franco-prusiana. Después de la guerra, en París, trabajó casi exclusivamente a
carboncillo y litografía. Su primer álbum de litografías fue Dans le Rêve (1879). Mantuvo cierto
anonimato hasta que se publicó una novela de culto en 1884, de Joris-Karl Huysmans, titulada A
contrapelo,1 en la que aparece un aristócrata decadente que colecciona dibujos de Redon.
Admirador de Poe, su relación con la literatura le llevaría a ilustrar varios libros de su amigo Baudelaire.
También mantendría una estrecha relación con científicos como Armand Clavaud (quien le hace estudiar
anatomía, osteología y zoología), o Charles Darwin. Todas estas influencias se reflejarían en su trabajo.
En 1884 fue uno de los fundadores del Salón de artistas independientes, para poder exponer con libertad,
separadamente del Salón oficial de París. En los años 1890 empezó a usar el pastel y el óleo, que
dominaron sus obras durante el resto de su vida.
La obra de Odilon Redon se inicia en curiosa oposición a la corriente impresionista dominante en su
época. Mientras los impresionistas experimentan con el color, Redon trabaja en una extraordinaria serie
de dibujos y litografías que él mismo llamaría "Los Negros".
Así, Redon da rienda suelta a su fantasía, entremezclando mitos paganos con materialismo científico,
animales imaginarios con maquinaria de la Revolución industrial. En su iconografía poética de lo
corriente derivado en extravagante y místico se halla la clave tanto del entusiasmo suscitado por su
trabajo en contemporáneos como los Nabis como de su futura consideración como precursor del
surrealismo.
Hasta 1890 su trabajo fue casi exclusivamente en blanco y negro, pero poco a poco, y rondando ya los
cincuenta años, sus litografías se tornan más luminosas, hasta alcanzar finalmente el color. Es entonces
cuando las litografías y dibujos al carbón son sustituidos por acuarelas y óleos. Sus temas siguen siendo
los mismos: mitos clásicos, orientales, bíblicos, literarios y científicos adaptados a su particular y una
tanto alucinada visión interior.
Pierre Cécile Puvis de Chavannes es el más clásico de los simbolistas. Su arte coincide con el de los
impresionistas, pero nada tendrá que ver con estos pues presenta en su obra una simplicidad y hasta un
cierto academicismo que la hace todavía más desconcertante y hermosa.
Nacido en Lyon, decidió dedicarse por completo a la pintura tras conocer y estudiar a fondo las obras de
maestros como Eugène Delacroix. Tras una estancia en Italia, decidió su destino ya era claro: el arte sería
su vida.
Puvis de Chavannes le dio un impulso al muralismo y decoró varias paredes que le dieron fama y éxito,
no sólo en Francia, sino también en el resto de Europa y los Estados Unidos, donde se puede ver su obra
en algunos edificios públicos. De hecho, muchos de sus óleos parecen frescos
Aunque por supuesto, su inclasificable arte recibió críticas, muchas de ellas por parte de algunos
impresionistas rencorosos que envidiaban que un freak como él lograra el éxito. Otros como Gauguin y el
grupo de los Nabis, por el contrario, admiraron su obra por estar llena de fantasía y por usar el color como
le daba la gana. La libertad era muy importante para Puvis de Chavannes y eso de simplificar tanto el
dibujo y aplicar el color sobre grandes superficies con un mismo tono era algo profético del arte del
futuro.
Para su temática Puvis de Chavannes se inspiró, como buen simbolista, en la mitología, la historia y la
literatura y en sus obras se respira una extraña calma y quietud, un silencio agradable. Son como sueños,
como visiones, como imágenes que se nos aparecen más allá del tiempo y el espacio.
Sus figuras tienen un aspecto atemporal, de un cierto primitivismo que nos puede recordar a antiguas
culturas mediterráneas, y sabiendo que son alegorías, se traducen en imágenes arquetípicas que
multiplican el efecto casi mágico de su pintura.