El Hilo Conductor

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EL HILO CONDUCTOR

José Enrique García Sevillano (www.siguenadando.com)


Hemos llegado a la clave de mi método. Puede que sea un tanto precipitado anunciarlo a tan
solo unas páginas de haber comenzado pero, bajo mi punto de vista, es la realidad y un
aspecto fundamental para la construcción de cualquier programación didáctica.

Recuerdo el día que fui a buscar asesoramiento para la celebración de mi boda a una
empresa que organiza eventos en Sevilla. Nada más entrar, me atendió una chica pequeña que
luego resultó ser un gigante y alguien fundamental en mi vida. Le contamos que queríamos
una boda “diferente”. Habíamos pensado en celebrarla en torno a un cabaret al que se
accediera por una alfombra roja que diera a un photocall y donde, mientras los invitados
cenaban, distintas actuaciones de amigos fueran pasando por un escenario. Inmediatamente,
la chica/gigante levantó su mano y dijo a sus compañeras: “Esta boda es para mí”. Hoy en día
existen muchas bodas temáticas. En el 2011 eran casi un descubrimiento.

Algo muy similar hago con mis programaciones. Elijo un concepto, una metáfora, una
temática potente que permita al opositor jugar con las distintas partes de su desarrollo, de
cara a “venderla” mejor y de no aburrir al tribunal que tendrá que escuchar la exposición de
unas cuantas más y debe quedarse con la tuya. Este “hilo conductor” te servirá para presentar
las distintas partes de la programación, sin tener que pasar por ellas de una en una como si
fueran bloques estancos, y para favorecer la lectura o escucha atenta de quien tiene que
evaluarte después. Ahora bien, para que esta actitud se prolongue a lo largo de toda tu
defensa, debes procurar que el hilo conductor esté presente en cada una de las partes que
expongas, ya sea por escrito u oralmente.

En cualquier evento, el ambiente, los elementos decorativos y las emociones que se


susciten son la base para que este genere un impacto positivo en los asistentes. No es más que
ponerse a trabajar hasta que aparezca la creatividad que enlace todos los ingredientes allí
presentes y que sirva para reforzar el mensaje que se quiere transmitir.

Lo primero que te aconsejo hacer es buscar en ti mismo. Busca algo que te defina
realmente. Si no lo encuentras, puedes preguntar a tus padres, a tus hijos, a tu pareja, a tus
amigos… por aquello que ellos dirían que asocian más a tu personalidad. Lo segundo es que
olvides la frase “yo es que no tengo imaginación”. La imaginación se trabaja, como siempre lo
has hecho para eso en lo que te sientes cómodo. Pues ahora igual, pero pensando en tu grupo
de alumnos.

De todas formas, como este libro pretende facilitarte ese camino, voy a darte algunos
ejemplos que no debes tomar al pie de la letra, sino que deberían servirte de inspiración para
crear tu propio hilo conductor que vertebre tu programación didáctica (y solo la tuya).

Mucho antes de exponer mi programación didáctica yo ya sabía que mi hilo conductor


sería el Teatro. Para ello, lo reuní todo en torno a un espacio escénico (mayormente la clase,
pero también los pasillos, el salón de actos e incluso el patio) en el que actuaría un grupo de 28
actores y actrices, todos ellos relacionados con los personajes de la Comedia del Arte. ¿Quién
no ha tenido en su clase a dos enamorados, a un rey, a un bufón…? El atrezzo estaría
compuesto principalmente por una pizarra digital, una biblioteca de aula y una “performing
corner” que nos serviría para representar role plays, por ejemplo. Toda la acción se
desarrollaría en tres actos (trimestres) y cada acto tendría una serie de cuadros (unidades
didácticas) divididos, a su vez, en escenas (sesiones).

El alumno más aventajado que he tenido como preparador (que hoy día es mi
compañero y, principalmente, mi amigo) lo hiló todo en torno a la música. Cada unidad
didáctica llevaba el nombre de una canción relacionada con una temática y un punto
gramatical concreto. Estas unidades compondrían las distintas “tracks” de un disco final. Nos
hizo imaginar un mando a distancia y, cuando le daba al botón “power”, seleccionaba la
unidad y procedía a pulsar el “play” para pasar al desarrollo de la misma. Al principio, era
normal darle al “backward” para recordar algo explicado anteriormente. Una vez que el
profesor se aseguraba de que todos sus alumnos podían seguirle, llegaba el momento de darle
al “pause”, para aquellos que necesitaban algún tipo de refuerzo, y al “forward” (o incluso
“fast forward”), para aquellos de un nivel de competencia más elevado. Una obra de arte.

Un hilo conductor que considero muy socorrido es el de los viajes. Para viajar también
necesitamos planificar. Uno se establece unos objetivos, unos contenidos que ver y, a la vuelta,
siempre podrá usar un foro o una página web de viajes para dar su valoración (evaluación) del
mismo. No es difícil usar cada unidad didáctica como un destino diferente en el que aprender
la temática específica que queramos enseñar: ya sea un periodo de la historia, un aspecto
científico o un artista o deportista de ese país en cuestión.

A lo largo de mi vida como preparador/inspirador, otros ejemplos de hilos conductores


para distintas asignaturas han sido:

- El recorrido por una galería de arte para explicar la Historia de la Filosofía.


- El Latín a través de la mitología.
- La creación de un canal educativo llamado “Eduflix” para el aprendizaje de Lengua
castellana y Literatura a la carta.
- Las Matemáticas mediante las funciones y aplicaciones de un teléfono móvil.
- Etcétera (pon aquí el tuyo: _____________________________________________).

Siento si tu asignatura no ha sido directamente representada en ninguno de los ejemplos


que he propuesto en este capítulo. Lo importante es que la mecha ya está encendida. El sitio
donde tienes que buscar no está lejos de ti. Encuentra lo que mejor te defina (que luego será
lo que mejor sepas defender) y, sobre todo, no pierdas el hilo.

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