Servicio Bíblico Latinoamericano: Diciembre de 2015 - Ciclo C

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Servicio Bíblico Latinoamericano

Diciembre de 2015 – Ciclo C

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Martes 1 de diciembre de 2015
Eloy

Is 11,1-10: Sobre él se posará el espíritu del Señor


Salmo 71: Que todos los pueblos de la tierra se postren ante ti, Señor
Lc 10,21-24: ¡Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven!

J esús ayuda a los 72 discípulos a hacer una revisión y evaluación de su trabajo


misionero, distinguiendo entre lo que es más importante y lo que no lo es tanto. Jesús
se muestra alegre y agradece al Padre porque los sencillos han entendido y atendido el
mensaje del reinado de Dios, mientras los sabios y doctores no han comprendido un
ápice. Lucas muestra una clara predilección de Jesús por los pobres y pequeños,
excluidos de una sociedad aparentemente “bien organizada”. Los 72 discípulos son los
sencillos que han comprendido la clave del mensaje y el anuncio de Jesús, mientras los
sabios y los doctores deben inscribirse en la escuela de vida de los sencillos para
comprender como ellos los misterios del reino.
La acción del Espíritu Santo mueve a Jesús a agradecer, desde el reverso de la
historia, por un modelo de sociedad alternativa y plenamente humana basada en el
“ser” y no en el “tener”. Los conocimientos, la sabiduría adquirida en los claustros, no
son condición necesaria y absoluta para comprender el mensaje de Jesús. Se necesita
humildad, que sólo se enseña en la cotidianidad y la práctica de vida con la gente
sencilla y pobre por la que Jesús hace una opción comprometida.
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Miércoles 2 de diciembre de 2015


Bibiana, Paulina

Is 25,6-10a: El Señor enjuga las lágrimas de todos los rostros


Salmo 22: Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo
Mt 15,29-37: Comieron todos hasta quedar satisfechos

E l relato de Mateo subraya la admiración de la gente, que alaba al Dios de Israel, el


liberador de las opresiones del pueblo que manifiesta su salvación en la persona de
Jesús.
Acto seguido aparece el segundo relato de la multiplicación de los panes, con
alusiones y recuerdos del Antiguo Testamento, pero con elementos que ofrecen
novedad y proyección para la nueva comunidad cristiana: Eucaristía, discipulado y
proyección del mensaje a otros pueblos.
Las orillas del lago, donde Jesús curó a tantos enfermos, siguen siendo el
escenario donde él muestra compasión por las necesidades básicas de la gente y anima
a otros a sentir la responsabilidad de ofrecer alternativas de vida. Compartir el pan es el
gran milagro que hace posible una nueva forma de vida para tantos y tantass que son
olvidados por las estructuras injustas de nuestra sociedad. Hoy necesitamos ser
hombres y mujeres que compartamos nuestro pan con quienes no lo tienen; que
seamos solidarios con tantas urgencias de ayuda; que respondamos oportuna y
eficazmente al llamado de quienes sufren a nuestro lado.
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Jueves 3 de diciembre de 2015


Francisco Javier

Is 26,1-6: Que entre un pueblo justo, que observa la lealtad


Salmo 117: Bendito el que viene en nombre del Señor
Mt 7,21.24-27: El hombre prudente construyó sobre roca

E l evangelio nos presenta en palabras bastante fuertes un reproche que debe


confrontar nuestra vida personal, familiar y comunitaria: ¿cuántas veces nos hemos
llamado cristianos, seguidores auténticos de Jesús, hemos rezado y participado en
muchas celebraciones, pero no hemos sido solidarios con las personas que a nuestro
lado nos necesitan? El cristiano de todos los tiempos necesita revisar
permanentemente esta situación, confrontarse con el Evangelio y descubrir cuáles son
las bases de su vida y de su fe, si lo que piensa está de acuerdo con lo que hace, si
existe coherencia entre lo que dice creer y su vivencia de fe.
Es fácil desviarnos del camino de la vida cuando en lo que hacemos nos
quedamos más en las palabras y en los hechos externos, sin profundizar en el sentido
profundo o en las motivaciones que orientan nuestra práctica, o, dicho en palabras del
evangelio de hoy, “no haciendo la voluntad del Padre del cielo”.
Muchos cristianos, de ayer y de hoy, seguimos viviendo nuestra fe más
preocupados de los ritos externos -que muchas veces nos dejan vacíos- que de lo
fundamental para nuestra vivencia de fe, que es si hemos amado de verdad, si hemos
comprendido la centralidad del mensaje del reino que nos enseñó Jesús.
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Viernes 4 de diciembre de 2015


Juan Damasceno, Bárbara

Is 29,17-24: Aquel día, verán los ojos de los ciegos


Salmo 26: El Señor es mi luz y mi salvación
Mt 9,27-31: ¡Hijo de David, ten piedad de nosotros!

E stos dos personajes del evangelio representan a una comunidad que todavía no
reconoce en la presencia de Jesús la acción de Dios. Ellos, destinados a seguir y
anunciar a Jesús, son un signo elocuente de nuestra vivencia de fe enceguecida por
tantos caprichos que nos empobrecen y no nos dejan ser cada día más humanos y
hermanos.
Nosotros podemos ser esos ciegos que van detrás del Maestro suplicando algo de
luz para nuestra vida. El milagro de Dios nos compromete a divulgar su luz en medio
del mundo tan lleno de sombras y muerte. Lo único certero, por lo que deberían
evaluarnos, después del amor, sería nuestra confianza ciega en seguir y actuar
conforme al mensaje del Evangelio en la vida; ser signo de luz que testimonie la
presencia de Jesús en ella. Recobrar la vista es estar destinados a encontrar la Luz y
seguir a Jesús.
La luz, ese símbolo básico de lo humano, permite descubrir y superar nuestra
propia realidad de oscuridad, como paso obligado para crecer en humanidad. Pasar de
la oscuridad a la luz en el campo de la fe, incluye ver por uno mismo, iluminar a
otros y encontrar senderos que alumbren toda vida humana.
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Sábado 5 de diciembre de 2015


Sabas

Is 30,19-21.23-26: El Señor se apiadará a la voz de tu gemido


Salmo 146: Alabemos al Señor nuestro Dios
Mt 9,35–10,1.6-8: Viendo a la multitud, se conmovió por ellos

P odemos encontrar en el evangelio de hoy tres partes: La primera describe las


necesidades del pueblo por las cuales Jesús siente compasión (9,35-38); la segunda
habla del llamado que el Maestro hace a un grupo de personas concretas para que
asuman el compromiso misionero que les va a proponer (10,1-4). La tercera expresa
por boca de Jesús las primeras recomendaciones al grupo de discípulos que ha llamado
para que den testimonio del reino como proyecto de nueva humanidad (10,5-8).
La misión de Jesús y de los futuros misioneros está estrechamente ligada a la
vida de los pobres. El Señor hizo opción abierta por los pobres; a ellos dedicó gran
parte de su misión, hasta convertirlos en ciudadanos privilegiados del reino. Los
pobres, los desheredados de las oportunidades básicas para vivir, deben ser también
para nosotros un referente que nos permita concretar la misión de servir a la causa de
Jesús, y una exigencia de construir con ellos alternativas de dignidad humana. Los
pobres son los mejores maestros de vida en la comprensión del mensaje del Mesías.
Ellos, que son la mayoría de la humanidad, nos indican un camino seguro para
construir el reino.
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Domingo 6 de diciembre de 2015


2º de Adviento
Nicolás de Bari, obispo (350)

Bar 5,1-9: Dios mostrará su esplendor sobre ti


Salmo 125: El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres
Fil 1,4-6.8-11: Que lleguen al día de Cristo limpios e irreprochables
Lc 3,1-6: Todos verán la salvación de Dios

L c 3,1-6: Todos verán la salvación de Dios


El tiempo de adviento es tiempo de esperanza y de apertura al cambio: cambio de
vestido y de nombre (Baruc), cambio de camino (Isaías). Cambiar, para que todos
puedan ver la salvación de Dios.
En un bello poema Baruc canta con fe jubilosa la hora en que el Eterno va a
cumplir las promesas mesiánicas, va a crear la nueva Jerusalén, va a dar su salvación.
Jerusalén es presentada como una “Madre” enlutada por sus hijos expatriados. Dios
regala a Sión, su esposa, la salvación como manto regio, le ciñe como diadema la
“Gloria” del Eterno. La Madre desolada que vio partir a sus hijos, esclavos y
encadenados, los va a ver retornar libres y festejados como un rey cuando va a tomar
posesión de su trono. Le da un nombre nuevo simbólico: “Paz de Justicia-Gloria de
Misericordia”; es decir, Ciudad-Paz por la salvación recibida de Dios. Ciudad-Gloria
por el amor misericordioso que le tiene Dios.
Haciéndose eco de los profetas del destierro, Baruc dice una palabra consoladora
a un pueblo que pasa dificultad: “El Señor se acuerda de ti” (5,5). Ya el segundo Isaías
se había preguntado: “¿Puede una madre olvidarse de su criatura? (...) pues aunque ella
se olvide, yo no me olvidaré” (Is 49,15). El Dios fiel no se olvida de Jerusalén, su
esposa, que es invitada ahora a despojarse del luto y vestir “las galas perpetuas de la
Gloria que Dios te da” (5,1). Es la salvación que Dios ofrece para los que ama, de los
que se acuerda en su amor.
¿Dónde está nuestro profetismo cristiano? El profeta no es un adivino, ni alguien
que pre-dice los acontecimientos futuros. El profeta se enfrenta a todo poderío personal
y social, habla desde el “clamor de los pobres” y pretende siempre que haya justicia.
Obviamente le preocupa el futuro del pueblo, la situación sangrante de los pobres. Los
profetas surgen en los momentos de crisis y de cambios para avizorar una situación
nueva, llena de libertad, de justicia, de solidaridad, de paz.
La misión del profeta cristiano es cuestionar los “sistemas” contrarios al Espíritu,
defender a toda persona atropellada y a todo pueblo amenazado, alentar esperanzas en
situaciones catastróficas y promover la conversión hacia actitudes solidarias. Tiene
experiencia del pueblo (vive encarnado) y contacto con Dios (es un místico), y de ahí
obtiene la fuerza para su misión. Por medio de los profetas, Dios guía a su pueblo “con
su justicia y su misericordia” (Bar 5,9). El profeta “allana los caminos” a seguir.
En el evangelio, al llegar la plenitud de los tiempos, el mismo Dios anuncia la
cercanía del Reino por medio de Juan y asegura con Isaías que “todos verán la
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salvación de Dios” (Lc 3,6). Para el Dios que llega con el don de la salvación debemos
preparar el camino en el hoy de nuestra propia historia.
Juan Bautista, profeta precursor de Jesús, fue hijo de un “mudo” (pueblo en
silencio) que renunció al “sacerdocio” (a los privilegios de la herencia), y de una
“estéril” (fruto del Espíritu). Le “vino la palabra” estando apartado del poder y en el
contacto con la bases, con el pueblo. La palabra siempre llega desde el desierto (donde
sólo hay palabra) y se dirige a los instalados (entre quienes habitan los ídolos) para
desenmascararlos. La palabra profética le costó la vida a Juan. Su deseo profético es
profundo y universal: “todos verán la salvación de Dios”. La salvación viene en la
historia (nuestra historia se hace historia de salvación), con una condición: la
conversión (“preparad el camino del Señor”). ¿Qué debemos hacer para ser todos un
poco profetas?
La invitación de Isaías, repetida por Juan Bautista y corroborada por Baruc, nos
invita a entrar en el dinamismo de la conversión, a ponernos en camino, a cambiar.
Cambiar desde dentro, creciendo en lo fundamental, en el amor para “aquilatar lo
mejor” (Flp 1,10). Con la penetración y sensibilidad del amor escucharemos las
exigencias del Señor que llega y saldremos a su encuentro “llenos de los frutos de
justicia” (1,11).
Esa renovación desde dentro tiene su manifestación externa porque se “abajan los
montes”, se llenan los valles, se endereza lo torcido y se iguala lo escabroso (Bar 5,7).
Se liman asperezas, se suprimen desigualdades y se acortan distancias para que la
salvación llegue a todos. La humanidad transformada es la humanidad reconciliada e
igualada, integrada en familia de fe: “los hijos reunidos de Oriente a Occidente” (Bar
5,5). Convertirse entonces es ensanchar el corazón y dilatar la esperanza para hacerla a
la medida del mundo, a la medida de Dios. Una humanidad más igualitaria y
respetuosa de la dignidad de todos es el mejor camino para que Dios llegue trayendo su
salvación. A cada uno corresponde examinar qué renuncias impone el enderezar lo
torcido o abajar montes o rellenar valles. Nuestros caminos deben ser rectificados para
que llegue Dios.
Adviento es el tiempo litúrgico dedicado por antonomasia a la esperanza. Y
esperar es ser capaz de cambiar, y ser capaz de soñar con la Utopía, y de provocarla,
aun en aquellas situaciones en las que parece imposible.
Dejémonos impregnar por la gracia de este acontecimiento que se nos aproxima,
dejemos que estas celebraciones de la Eucaristía y de la liturgia de estos días nos
ayuden a profundizar el misterio que estamos por celebrar.
Unidos en la esperanza caminamos juntos al encuentro con Dios. Pero al mismo
tiempo, Él camina con nosotros señalando el camino porque “Dios guiará a Israel entre
fiestas, a la luz de su Gloria, con su justicia y su misericordia” (Bar 5,9).

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 3, «Una voz en el desierto», de


la serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil. El guión y su comentario pueden ser
tomados de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1100003 Puede ser
escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap03b.mp3

Para la revisión de vida


Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos... ¿Qué caminos torcidos
hay en mi vida? ¿Qué es lo que El quiere que yo enderece en mi vida personal?
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Y, ¿sobre qué caminos torcidos de la sociedad puedo y debo influir para
enderezarlos?

Para la reunión de grupo


- ¿Cuales son los grandes caminos torcidos hay en la sociedad de hoy, las causas más
influyentes en el malestar de esta sociedad mundial conmocionada por la inseguridad, la
tensión, el terrorismo?
- ¿Qué caminos se puede construir para la esperanza en esta sociedad? ¿Cómo enderezar
caminos para que llegue más expedito el Reinado de Dios?
- ¿Cómo vive este tiempo inmediato a la Navidad el común del pueblo?
- Se dice que "cambió el paradigma", y "ya no es tiempo de profetismo, sino de sabiduría",
ya no es tiempo de denuncias, sino de exilio y de contemplación… ¿Estamos de acuerdo?
¿Por qué?
- Comentar: la misión del Bautista como precursor de Jesús y la misión de los cristianos
hoy como preparadores de los caminos de Dios en un tiempo de pluralismo religioso.
¿Qué ideas u opiniones tenemos acerca de la conversión?

Para la oración de los fieles


- Para que en este tiempo de Adviento, alimentemos nuestra esperanza y la de los demás,
dando testimonio concreto, con nuestro compromiso, de que el mundo puede cambiar y
de que la esperanza es posible, roguemos al Señor.
- Para que no nos falten profetas en este desierto en el que se dice que ya pasó la hora del
profetismo y sólo es hora de "sabiduría silenciosa"...
- Por todos los que tienen vocación de profecía, para que la secunden y no nos priven de
ese don de Dios que a todos nos pertenece...
- Por todos los que gritan y claman proféticamente: para que no se cansen, aunque se
sientan "voz que clama en el desierto"...
- Ante el aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, oremos por la sociedad
civil, para que cada vez cale más en ella una conciencia de su obligatoriedad, su
necesaria observación y cumplimiento, su mundialización…
- Por el mundo entero, para que demos pasos hacia un mundo donde sean efectivos todos
los derechos humanos...

Oración comunitaria
Oh Dios Padre y Madre, que suscitaste a Juan Bautista precediendo a Jesús,
anunciándolo y clamando por la conversión; haz que también nosotros seamos
siempre "precursores" de la Buena Noticia que Jesús anunció, enderezadores de
los caminos por los que cada día estás queriendo venir a nosotros, por Él, que
vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

Oh Dios de todos los pueblos, que has enviado a lo largo de los siglos
mensajeros, profetas y precursores tuyos para todos los pueblos; te pedimos que
nosotros los cristianos reconozcamos tu presencia en todos ellos, y nos
alegremos de tu acción constante y callada en todos los pueblos y en todas las
religiones, hasta el día en que llegue el Adviento de tu Reinado para todos los
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seres humanos. Nosotros te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo, nuestro hermano
mayor. Amén.
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Lunes 7 de diciembre de 2015


Ambrosio

Is 35,1-10: Dios viene y nos salvará


Salmo 84: Nuestro Dios viene a salvarnos
Lc 5,17-26: Hoy hemos visto cosas increíbles

E n el pensamiento religioso tradicional, el ser humano tiene una parte espiritual,


elevada y digna de estima, y otra material de bajos instintos que hay que manejar y
controlar. El signo que realiza Jesús con el paralítico nos quiere mostrar que para Dios
no hay diferencia ni contradicción entre lo material y lo espiritual, pues en el proyecto
de Dios todo el ser humano importa en cuanto a su liberación integral. El paralítico es
dignificado por Jesús a pesar de los prejuicios de quienes observan su práctica; el
perdonar primero su conciencia postrada es un signo elocuente de Jesús frente a los
prejuicios de los que esperan su acción para juzgarlo y condenarlo porque se sale de las
“normas establecidas” y no respeta los límites de lo que no se puede mover. Jesús
actúa libremente ante quienes le observan, y libera la conciencia no sólo del
paralítico, sino también de quienes vemos en su acción un compromiso de Dios por
otorgar a esta persona una vida digna.
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Martes 8 de diciembre de 2015


Inmaculada Concepción

Gn 3,9-15.20: Establezco hostilidad entre ti y la mujer


Salmo 97: Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas
Ef 1,3-6.11-12: Dios nos eligió en la persona de Cristo
Lc 1,26-38: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

E l ángel anuncia de parte de Dios a Zacarías y luego a María el nacimiento de Juan


y de Jesús, respectivamente, que se relacionan con otros nacimientos anunciados en el
Antiguo Testamento. Los anuncios a Zacarías, sin ser mujer, y a María, aunque no es
estéril, dan continuidad al proyecto de Dios en la historia de la salvación. Lucas nos
presenta los personajes y los lugares que preparan la llegada de Jesús: Gabriel,
Zacarías, María, José, Isabel, Juan Bautista, los pastores, Simeón, Ana, Nazaret, el
Templo. Describe lo que está aconteciendo con la ayuda de Dios en cada uno de ellos,
y va mostrando la forma como es recibido Jesús en la vida de cada uno de los
personajes. Aunque todos tienen una importancia dentro del relato, el personaje central
es María: ella recibe la llamada del Señor (1,28), experimenta la certeza de la bondad
de Dios (1,37) y responde con generosidad a la llamada (1,38). María nos presenta
una forma concreta de acoger y hacer vida la Palabra de Dios que se nos manifiesta
en los hechos cotidianos de nuestra vida.
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Miércoles 9 de diciembre de 2015


Leocadia, Valerio

Is 40,25-31: El Señor todopoderoso da fuerza al cansado


Salmo 102: Bendice al Señor, alma mía
Mt 11,28-30: Vengan a mí los que están cansados

L os maestros de la Ley y los fariseos eran los especialistas de la religión oficial,


tanto teórica como práctica. Eran ellos los que enseñaban al pueblo, con largos
discursos y demostraciones de piedad, cómo era necesario vivir la fe, y eran ellos los
que imponían pesadas cargas sobre la vida de la gente. Ellos engañaban al pueblo
manteniéndolo aprisionado en leyes y normas que amarraban las conciencias y no
dejaban vivir la libertad que nace de la fe. Mientras ellos ponen duras cargas sobre los
hombros de otros, Jesús coloca una carga suave y llevadera.
Es preciso liberarnos nosotros mismos y ayudar a liberar al pueblo,
comprendiendo que el Dios verdadero es el que quiere libertad, justicia y vida para
todos. Hay que desconfiar de todos los que enseñen y prediquen en contra de la
libertad y de la vida, porque pueden poner sobre nosotros la carga de la esclavitud y de
la muerte.
La hipocresía de muchas autoridades, en todo tiempo y en todo lugar, necesita ser
denunciada con el testimonio de una vida al servicio de los demás y no de nuestro
propio beneficio. La auténtica autoridad es practicar la justicia y el amor con todos
los seres humanos, sin distinción ni exclusión.
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Jueves 10 de diciembre de 2015


Ntra. Sra. de Loreto, Eulalia de Mérida

Is 41,13-20: Yo soy tu redentor, el Santo de Israel


Salmo 144: El Señor es clemente y misericordioso
Mt 11,11-15: No ha surgido aún alguien mayor que Juan el Bautista

L a figura de Juan Bautista da unidad al texto de donde están tomados los versículos
del evangelio que hoy se nos presenta. Mateo presta mucha atención a Juan, pues ve en
él al precursor de Jesús, teniendo posiblemente presente al grupo de seguidores de Juan
Bautista, integrantes también de las primeras comunidades cristianas de su entorno.
Este texto está precedido por algunas preguntas que hace Jesús sobre Juan: Juan no es
una caña movida por el viento, aludiendo a los predicadores oportunistas, que los había
muchos en su momento; Juan Bautista no es un hombre elegantemente vestido,
aludiendo a los cortesanos de donde Juan no procede; Juan se presenta como un
verdadero profeta y precursor del Mesías liberador del pueblo, tan esperado por todos.
El evangelio de Mateo nos quiere poner en sintonía con un proyecto de sociedad
distinta a la imperante y establecida, que genera violencia y muerte, que deshumaniza
de tantas formas al ser humano. Nos invita a estar abiertos a la escucha de la voz de
Dios en tantos hombres y mujeres que trabajan solidariamente por hacer posible un
mundo más justo y humano, un mundo donde todos podamos ser hermanos.
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Viernes 11 de diciembre de 2015


Dámaso, Sabino

Is 48,17-19: Si hubieras acatado mis mandatos


Salmo 1: Dichoso el que ha puesto su confianza en el Señor
Mt 11,16-19: No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre

E l profetismo israelita había sido una demostración de conciencia crítica frente a los
abusos no sólo de los imperios de turno, sino también de la monarquía y del sistema de
gobierno israelita en general, incluido el sistema religioso. Jesús quería despertar este
profetismo, activando la conciencia crítica de su pueblo. Esta era la única forma de
generar en él un cambio liberador. La respuesta hasta ese momento no sólo había sido
negativa, sino agresiva y amenazante. La voz profética de Juan Bautista había sido
acallada con su asesinato, y se trataba también de silenciar a Jesús, amenazándolo de
muerte.
Jesús hace alusión a este hecho, tomando como base el juego de los muchachos
que se alternaban en dos grupos, cantándose canciones de dolor o de alegría para que el
bando contrario bailara o llorara. Juan Bautista había sido un modelo de profeta cuya
figura convocaba a la penitencia; Jesús era de otro talante: convocaba a la alegría, a la
felicidad plena. A ninguno de los dos les hicieron caso. ¿Qué era, entonces, lo que
querían los jefes? Ellos eran los encargados de calificar o descalificar ante el pueblo a
quienes quisieran. Por lo mismo, ellos eran, en gran parte, los responsables de que el
pueblo anduviera desorientado. Sus intereses impedían que el pueblo se encaminara
por otro lado.
La enseñanza de este día es que dejemos de ser criticones y seamos más bien
críticos de la realidad, estando atentos a los signos de los tiempos.
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Sábado 12 de diciembre de 2015


Nuestra señora de Guadalupe

Is 7,10-14: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo


Salmo 66: Que te alaben, Señor, todos los pueblos
Gál 4,4-7: Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer
Mt 11,16-19: No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre

E l profetismo israelita había sido una demostración de conciencia crítica frente a los
abusos no sólo de los imperios de turno, sino también de la monarquía y del sistema de
gobierno israelita en general, incluido el sistema religioso. Jesús quería despertar este
profetismo, activando la conciencia crítica de su pueblo. Esta era la única forma de
generar en él un cambio liberador. La respuesta hasta ese momento no sólo había sido
negativa, sino agresiva y amenazante. La voz profética de Juan Bautista había sido
acallada con su asesinato, y se trataba también de silenciar a Jesús, amenazándolo de
muerte.
Jesús hace alusión a este hecho, tomando como base el juego de los muchachos
que se alternaban en dos grupos, cantándose canciones de dolor o de alegría para que el
bando contrario bailara o llorara. Juan Bautista había sido un modelo de profeta cuya
figura convocaba a la penitencia; Jesús era de otro talante: convocaba a la alegría, a la
felicidad plena. A ninguno de los dos les hicieron caso. ¿Qué era, entonces, lo que
querían los jefes? Ellos eran los encargados de calificar o descalificar ante el pueblo a
quienes quisieran. Por lo mismo, ellos eran, en gran parte, los responsables de que el
pueblo anduviera desorientado. Sus intereses impedían que el pueblo se encaminara
por otro lado.
La enseñanza de este día es que dejemos de ser criticones y seamos más bien
críticos de la realidad, estando atentos a los signos de los tiempos.
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Domingo 13 de diciembre de 2015


3º de Adviento
Lucía, mártir (304)

Sof 3,14-18a: El Señor se alegra con júbilo en ti


Interleccional Is 12: Griten jubilosos: “¡Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel!”
Fil 4,4-7: El Señor está cerca
Lc 3,10-18: ¿Qué hemos de hacer?

E l texto del profeta Sofonías nos habla de un tiempo poco antes del reinado de
Josías. El país se hallaba sumido en la mayor miseria moral y hacía tiempo se dejaba
sentir la amenaza de Asiria. Sofonías, testigo de los grandes pecados de Israel y del
duro castigo con que Dios va a purificar a su pueblo, preanuncia la restauración y
redención que Dios va a obrar. A los beneficiarios de ella los llama el “resto”. Con este
“resto” creará Dios un pueblo nuevo.
Al final de su libro Sofonías vislumbra algunas luces de esperanza: el rey Josías
se presenta como un gran reformador y Asiria parece aflojar por el momento su cerco.
Es la ocasión para anunciar días mejores para Jerusalén e invitar a la alegría a través de
una gran fiesta en la que todo serán danzas, alegría y regocijo.
Israel rebosa gozo porque el Señor ha cancelado todas sus deudas o el castigo de
sus pecados (la cautividad). El Señor establece su trono en Sión. Con Rey tan poderoso
y Padre tan misericordioso nada tiene que temer nunca más (v.14-15). Ahora ya no es
Israel el que se goza en el Señor; es el mismo Señor quien se goza con su nuevo
pueblo. Es como el “esposo” que se goza en la “esposa”. Muchas veces en los profetas
la “Alianza” es presentada como “Desposorio”: “Yahvé, tu Dios, está en medio de ti;
exulta de gozo por ti y se complace en ti; te ama y se alegra con júbilo; hace fiesta por
ti” (v.16-17).
Los textos de la liturgia de hoy nos invitan a la alegría. Ese es el modo de esperar
al Señor: la auténtica alegría del pueblo de Dios es Cristo, el Mesías largo tiempo
esperado. A los filipenses Pablo les recomienda: “Alegraos siempre en el señor. Otra
vez os digo, alegraos”.
El pasaje de Lucas nos habla del testimonio de Juan Bautista, el precursor. Su
predicación impresiona al pueblo, la gente se acerca para preguntarle: “¿Qué debemos
hacer?” (v.10), es una prueba de que han comprendido el mensaje, perciben que el
bautismo de Juan exige un comportamiento. La respuesta llega enseguida: compartan
lo que tengan: vestido, comida, etc. (vv. 10-11).
No se pregunta lo que hay que pensar, ni siquiera lo que hay que creer. El
Evangelio pretende que el oyente de la Palabra de Dios se convierta, es decir, que su
conducta y su comportamiento estén de acuerdo con la justicia que exige el Reino. La
buena noticia entraña una exigencia nítida: los que tienen bienes o poder deben
compartirlos con los que no tienen nada o son más débiles. Gracias a esta conversión,
los pobres y menesterosos son iguales a los otros. En realidad, los pobres no preguntan,
sino que están en “expectación”. El “¿qué debemos hacer?” lo deberían preguntar
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quienes tienen el dinero, la cultura, el poder... porque la exigencia básica, según la
Biblia, es compartir.
La conversión es un cambio de conducta más que un cambio de ideas; es la
transformación de una situación vieja en una situación nueva. Convertirse es actuar de
manera evangélica. El evangelio nos invita a una “conversión al futuro” que se
despliega en el Reino. No es mirar y volverse atrás. El futuro (que es Dios y su
reinado) es la meta de la llamada a la conversión.
La tentación para no convertirse es quedarse en una búsqueda permanente o
contentarse con preguntar sin escuchar respuestas verdaderas. Según el Bautista, la
conversión exige “aventar la parva” (saber seleccionar o elegir), “reunir el trigo” (ir a
lo más importante y no quedarse en las ramas) y “quemar la paja” (echar por la borda
lo inservible o lo que nos inmoviliza); acoger la Buena Nueva de la venida del Señor
requiere esa conversión. Con nuestros gestos discernimos lo que nos acerca de aquello
que nos aleja de la llegada del Señor. Este día Dios discernirá entre el trigo y la paja
que haya en nuestra conducta.
Este domingo se denominó tradicionalmente domingo “gaudete”, o de alegría.
Por dos veces nos dice Pablo que estemos alegres, alegres por la venida del Señor, por
la celebración próxima de la Navidad, por mantener la esperanza, por situarnos en
proceso de conversión y por compartir con los hermanos la cena del Señor.
En la Biblia, la alegría acompaña todo cumplimiento de las promesas de Dios.
Esta vez el gozo será particularmente profundo: “El Señor está cerca” (Flp 4,5). Toda
petición a Dios debe estar apoyada en la acción de gracias (v. 6). La práctica de la
justicia y la vivencia de la alegría nos llevarán a la paz auténtica, al Shalom (vida,
integridad) de Dios.
¿Qué debemos hacer? Es la pregunta que muchos nos podemos formular hoy. La
respuesta de Juan Bautista no es teoría vacía. Es a través de gestos y acciones concretas
de justicia, respeto, solidaridad, y coherencia cristiana, como demostramos nuestra
voluntad de paz, vamos construyendo un tejido social más digno de hijos de Dios,
vamos conquistando los cambios radicales y profundos que nuestra vida y nuestra
sociedad necesitan. Pero para eso, es necesario purificar el corazón, dejarnos invadir
por el Espíritu de Dios, liberarnos de las ataduras del egoísmo y el acomodamiento, no
temer al cambio y disponernos con alegría, con esperanza y entusiasmo a contribuir en
la construcción de un futuro no remoto más humano, que sea verdadera expresión del
Reino de Dios que Jesús nos trae, y así poder exclamar con alegría: ¡venga a nosotros
tu Reino, Señor!

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 4, «La Justicia de Dios», de la


serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil. El guión y su comentario pueden ser
tomados de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1100004 Puede ser
escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap04b.mp3

Para seguir la exégesis de los textos litúrgicos de la semana que entra, sugerimos
el clásico libro MUÑOZ IGLESIAS, Salvador. Los evangelios de la Infancia. Madrid:
BAC, 1986. También se puede ver una presentación sucinta en DANIÉLOU, Jean. Los
evangelios de la infancia, Herder, Barcelona 1969.
Servicio Bíblico Latinoamericano
Para la revisión de vida
Buen tiempo, éste de adviento, para hacerse la pregunta que se hacía la gente al
escuchar a Juan: "y nosotros, ¿qué debemos hacer?". Pregunta de conversión
que también yo debo hacerme. A la luz de este evangelio, ¿qué respuesta creo
que me daría el radical profeta Juan?, ¿qué debo hacer?

Para la reunión de grupo


- En la próxima Navidad volvemos a recibir la alegría y el alborozo del nacimiento de
Cristo. Pero, preguntémonos: ¿se ven por algún sitio, en nuestro mundo, en nuestra
patria, en nuestra sociedad los signos de la llegada Reinado de Dios? ¿Es Navidad en el
mundo? ¿Dónde nace Jesús? ¿Qué significa realmente ser navidad? ¿Les llega a los
pobres la salud, la vida, el empleo, la justicia... las Buenas Noticias? ¿Qué podemos
hacer para que esta navidad nazca efectivamente Jesús a nuestro alrededor?
- ¿Es la Navidad una celebración muy “occidental” además de cristiana? ¿La celebra
también en nuestra región algún grupo étnico o religioso diferente del nuestro? ¿Sería
coherente con el sentid cristiano de la Navidad el acercarnos y establecer contacto,
diálogo, conocimiento mutuo, posible colaboración?

Para la oración de los fieles


- Para que en este adviento sigamos alimentando nuestra esperanza, chequeándola,
profundizándola y compartiéndola, roguemos al Señor
- Por todos los que en estos días cercanos a la navidad se sienten tristes o nostálgicos, lejos
de sus familias, en soledad... para que la potencia de su amor supere todas esas
distancias y les haga sentirse en comunión universal...
- Para que nos preparemos a la celebración de la navidad con realismo tratando de hacer
que "efectivamente nazca Jesús" a nuestro alrededor...
- Para que la lejanía en que hoy día se ubica la utopía que todos los soñadores buscamos,
no nos conduzca a la resignación o al fatalismo, sino que quede superada en la
constancia, en la fe sin claudicaciones, en la resistencia y el esfuerzo por acercar una y
otra vez la utopía del Reino...
- Para que en estas vísperas de navidad la austeridad de Juan Bautista, el precursor, nos
recuerde que la sobriedad en el gasto motivada por el deseo de compartir con los más
necesitados, es para los pobres una buena noticia que anuncia la efectividad del
nacimiento de Jesús...

Oración comunitaria
Oh Dios y Padre-Madre de todos los seres humanos: al acercarse las
entrañables fiestas de la Navidad te pedimos que hagas aflorar en nuestras vidas
lo mejor de nuestro propio corazón, para que podamos compartir con los
hermanos que nos rodean tu ternura, tu mismo amor, del que nos has hecho
partícipes. Nosotros te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo, hermano nuestro. A Ti
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Lunes 14 de diciembre de 2015


Juan de la Cruz

Nm 24,2-7.15-17a: Avanza la constelación de Jacob


Salmo 24: Descúbrenos, Señor, tus caminos
Mt 21,23-27: Yo tampoco les digo con qué autoridad lo hago

L os líderes religiosos que tenían autoridad ante el pueblo interrogan a Jesús, pues
tenían a su cargo el control y regulación de los asuntos del Templo. Desafiaron a Jesús
para que dijera al pueblo de dónde le venía tal autoridad.
Ellos reconocían la gran influencia que el Maestro tenía con la gente y, sin duda,
querían convencer al pueblo de que Jesús obraba sin autoridad alguna; y como siempre,
le hacían preguntas con la esperanza de que pudieran acusarle de blasfemar.
Jesús no responde directamente la pregunta, sino que a su vez lanza otra a la que
ellos no están listos ni dispuestos a contestar.
No cabe duda de que las autoridades judías buscaron su propia conveniencia.
Jesús les puso en un dilema, y cualquier respuesta que le dieran no les habría servido
bien. “Si decimos que del cielo, nos dirá que por qué no le creímos” lo que dijo acerca
de Cristo. No podían aceptar que Juan fue enviado por Dios, sin admitir lo que Juan
decía acerca de Jesús.
No temieron a Dios, sino solamente al pueblo. La única cosa importante para
ellos era su propia conveniencia. Tenían que defender a toda costa su posición como
líderes del pueblo. Nosotros, ¿qué defendemos?
Servicio Bíblico Latinoamericano

Martes 15 de diciembre de 2015


Valeriano

Sof 3,1-2.9-13: Se promete la salvación a todos los pobres


Salmo 33: El Señor libra de sus angustias a los justos
Mt 21,28-32: Las prostitutas entrarán antes que ustedes en el reino

J esús estaba aplicando esta parábola a los líderes religiosos de su tiempo. Ellos eran
como el segundo hijo: dijeron sí a la voluntad del Padre, pero no la cumplieron. ¿Cuál
es el problema? El de testimonio y autoridad: la estructura de la religión judía estaba
basada en el cumplimiento de la Ley: era primero la Ley antes que el hombre; por
tanto, una ley deshumanizante e injusta. Las autoridades religiosas no han puesto en
obra la voluntad de Dios y, además, no han comprendido que ésta hace al hombre más
justo.
El reino de Dios no es la restauración de una monarquía, sino de una sociedad
regida por la voluntad divina a través de la justicia, la solidaridad y la igualdad. De ahí
que quienes entran al reino de Dios son aquéllos que dicen “sí” a la voluntad del Padre,
sí a la propuesta de Jesús (el reino de justicia); pero un sí hecho acción, puesto en obra.
Sin embargo, como dice el refrán popular“, del dicho al hecho hay mucho trecho”. Es
necesario preguntarnos ¿qué hechos concretos estoy haciendo hoy yo para que la
voluntad de Dios sea posible en medio de esta realidad que nos agobia?
Servicio Bíblico Latinoamericano

Miércoles 16 de diciembre de 2015


Adelaida

Is 45,6-8.18.21-25: Que brote la salvación


Salmo 84: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación
Lc 7,19-23: Vayan a informar a Juan de lo que han visto y oído

J uan ha escuchado de la obra profética de Jesús en Galilea, y envía a preguntarle si es


el Mesías, el esperado. El Mesías esperado por los discípulos de Juan era más que todo
un rey nacionalista que iba a liberar al pueblo de Israel del poder de los romanos; un
Mesías guerrero que vendría a vengar todo el sufrimiento que había sobrellevado el
pueblo. Pero Jesús da señales contrarias a estas pretensiones: no es un rey de guerras y
venganzas, sino de misericordia y de amor.
Jesús, con sus acciones, les da testimonio de que realmente es el Mesías. Para
esto les hace “ver y oír”. Luego los envía a dar testimonio de lo que han visto y oído.
Vale mucho más la experiencia personal con Jesús cuando se transmite a otros, en este
caso a Juan.
El anuncio del reino es testimonial, pasa por las reparaciones de las injusticias, de
las dolencias, del ataque frontal al pecado y a todo aquello que genera desigualdad
entre los hombres. Dar testimonio de Jesús y de su proyecto es nuestra misión hoy.
Jesús es el Mesías y hace una opción concreta: los necesitados; ellos son los primeros
destinatarios de la Buena Noticia. Para nosotros, ¿cuál es nuestra propia experiencia
personal con Jesús? ¿Realmente estamos optando por los necesitados? ¿Y con qué
acciones concretas estamos dando testimonio de lo que vemos y oímos cada día de
Jesús?
Servicio Bíblico Latinoamericano

Jueves 17 de diciembre de 2015


Juan de Mata, Lázaro

Gn 49,2.8-10: No se apartará de Judá el cetro


Salmo 71: Que todos los pueblos de la tierra se postren ante ti, Señor
Mt 1,1-17: Genealogía de Jesús, Mesías, hijo de David

E l evangelio de Mateo pretende convencer a los judíos de que Jesús es el Mesías.


Los judíos, sobre todo después del destierro, dieron gran importancia a las listas de
antepasados (genealogías). De esta manera se pretendía mostrar la pertenencia al
pueblo de Israel, a una tribu y familia determinada. En el caso de Jesús se da especial
importancia al hecho de ser descendiente de Abrahán y, especialmente, de la familia
del rey David, para que así “se cumplieran las Escrituras”.
Dios había hecho a Abrahán promesas de bendición para sus descendientes y
para todas las naciones. La nueva familia de Abrahán salió en busca de una tierra justa
y libre. La obra que comenzó Abrahán la debió completar David, pero éste condujo al
pueblo a una situación que terminó en la división, la esclavitud y el exilio. A Jesús,
descendiente de estas dos nobles figuras, le corresponde llevar la obra de Dios a su
término: el reinado de Dios.
Jesús es el depositario de la acción histórica de Dios para con Israel. Es el Mesías
que creará un cambio de mentalidad en aquéllos que escuchen su palabra. Y nosotros
¿cómo estamos reconociendo la acción liberadora de Dios, a través de Jesús, en
nuestra propia historia?
Servicio Bíblico Latinoamericano

Viernes 18 de diciembre de 2015


Rufo, Zósimo

Jer 23,5-8: Suscitaré a David un vástago legítimo


Salmo 71: Ven, Señor, rey de justicia y de paz
Mt 1,18-24: Dará a luz un hijo, a quien llamarás Jesús

E l primer génesis de Jesús es su genealogía desde Abrahán hasta José, y ahora se


narra el origen de Jesús por obra del Espíritu Santo. La acción divina actúa en la
realidad humana, en su contingencia y fragilidad. Por este motivo el evangelio de
Mateo resalta la imagen de José y María, que en medio de las dificultades dan un “sí”
como respuesta a la voluntad de Dios.
Ayer se nombraban 4 mujeres en la genealogía, y en el evangelio de hoy
precisamente el Espíritu irrumpe en la historia a través de María. El plan salvífico de
Dios rompe con el patriarcalismo e incluye y valora el papel fundamental de la mujer.
Por otra parte, José, bajo su crisis, escucha a Dios que acude a orientar sus decisiones y
le brinda una clave para interpretar los nuevos acontecimientos, lo cual le lleva a una
aceptación consciente de la manera como Dios salva a través suyo.
“Se llamará Jesús porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Jesús es el
Mesías, el esperado por todos, el que traerá la paz a su pueblo. Nosotros hoy
¿realmente estamos dando un sí a su proyecto, a sus planes en nuestra vida?
Servicio Bíblico Latinoamericano

Sábado 19 de diciembre de 2015


Nemesio

Jue 13,2-7.24-25a: El ángel anuncia el nacimiento de Sansón


Salmo 70: Mi boca contará tu salvación, Señor
Lc 1,5-25: Tu mujer Isabel te dará un hijo

L ucas ha interpretado la tradición del nacimiento de Juan presentando a Zacarías e


Isabel con la tonalidad de los matrimonios sin hijos del Antiguo Testamento. Dios, una
vez más, hace lo imposible mediante la realización de sus promesas. Lo importante del
anuncio es la inteligencia y la capacidad con que Diosse muestra a Zacarías, en
contraposición a la respuesta insegura y cuestionante de éste, quién manifiesta los
síntomas de ser un incrédulo frente a lo prometido por Dios. Zacarías e Isabel, dos
personas ancianas con respeto por Dios, apegadas a la Ley del Señor, son los
destinatarios de donde saldrá una nueva oportunidad para que el pueblo de Israel se
disponga a recibir al precursor del Mesías, Juan el Bautista. Ha comenzado la era
mesiánica para el perdón, la esperanza y la salvación. El compromiso que nos deja la
buena noticia de hoy es reconocer la acción de Dios en nuestras vidas. De ese Dios que
puede hacer hasta lo imposible a los ojos del ser humano si de verdad confiamos en
él plenamente.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Domingo 20 de diciembre de 2015


4º de Adviento
Domingo de Silos, abad (1073)

Miq 5,1-4a: De ti saldrá el jefe de Israel


Salmo 79: ¡Oh Dios, restáuranos; que brille tu rostro y nos salve!
Heb 10,5-10: Aquí estoy para hacer tu voluntad
Lc 1,39-45: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

M iqueas, de quien está tomada la primera lectura, vivió en el reinado de


Ezequías. Cuando el modesto profeta llegó a la corte, se encontró con Isaías, de quien
al parecer recibió influjo literario, aunque siempre conservó su estilo personal.
Miqueas atacó sobre todo a los poderosos que abusan del pobre para robar y
oprimir, a los jueces corrompidos, pero compuso también magníficos poemas de
salvación, entre los que sobresale la profecía sobre Belén. El Mesías esperado nacerá
en Belén, pequeña población de Judá y hará que los seres humanos puedan vivir
tranquilos y Él será nuestra paz.
La segunda lectura está tomada de la carta a los Hebreos. Supuestamente Pablo
compara la obra cultual de Cristo con la del Antiguo Testamento, y el sacrificio de
Cristo con los antiguos “sacrificios” religiosos. A través de esta comparación se nos
muestra con profundidad la naturaleza y finalidad de la encarnación. El sacrificio de
Cristo tiene lugar de una vez para siempre y no consiste tanto en la inmolación de una
víctima, cuanto en la comunión con el Padre, a la que todos somos invitados. En lo
sucesivo no habrá una religión de ceremonias y de ritos, sino una religión “en Espíritu
y en Verdad”. La voluntad de Dios no ha sido la muerte del Hijo, sino el hacer partícipe
a su Hijo de la condición humana con el suficiente amor para que todo lo humano
quedara transformado. La sangre del Hijo, más que ofrenda para aplacar a un Dios
justiciero, es don a los seres humanos de un Dios lleno de amor. Nuestra santificación
consiste en vivir “en Espíritu y en Verdad” esa amistad con Dios. Aquí radica la
esencia del Espíritu religioso.
Acercarse a celebrar el nacimiento de Jesús conlleva recordar la condición de
mujer y la fe de María. El episodio llamado de la visitación, del evangelio de Lucas
nos relata el encuentro de dos mujeres madres. María, la galilea, va a Judá, la región en
la que un día el hijo que lleva dentro de ella será rechazado y condenado a muerte (Lc
1,39). Ante el saludo de la joven, el niño que Isabel está a punto de dar a luz “salta de
gozo” (vv. 41 y 44). La madre alude poco después a lo que siente dentro de sí; se trata
de la alegría del niño –el futuro Juan Bautista- alrededor de quien habían girado hasta
el momento los acontecimientos narrados en este primer capítulo de Lucas. Juan cede
ahora el paso a Jesús. El gozo es la primera respuesta a la venida del Mesías.
Experimentar alegría porque nos sabemos amados por Dios es prepararnos para la
navidad.
Isabel pronuncia entonces una doble bendición. Como ocurre siempre en
manifestaciones importantes, Lucas subraya que lo hace “llena del Espíritu Santo” (v.
41). María es declarada “Bendita entre las mujeres”(v. 42), su condición de mujer es
Servicio Bíblico Latinoamericano
destacada; en tanto que tal es considerada amada y privilegiada por Dios. Esto es
ratificado por el segundo motivo del elogio: “Bendito el fruto de tu vientre” (v.42).
Este fruto es Jesús, pero el texto subraya el hecho de que por ahora está en el cuerpo de
una mujer, en sus entrañas, tejido de su tejido. El cuerpo de María deviene así el arca
santa donde se alberga el Espíritu y manifiesta la grandeza de su condición femenina.
En su visitante, Isabel reconoce a la “madre del Señor” (v 43), aquella que dará a luz a
quien debe liberar a su pueblo, según lo anunciaba el profeta Miqueas (5,2-5).
Bendecir (bene-dícere) significa hablar bien, ensalzar, glorificar. Con
anterioridad al nacimiento de Jesús, aparecen en los evangelios bendiciones por parte
de Zacarías, Simeón, Isabel y María. Todos bendicen a Dios por lo que hace. Pero, al
mismo tiempo, Jesús bendice a los niños, a los enfermos, a los discípulos, al Padre.
Toda bendición va dirigida a Dios. La oración de bendición es, sobre todo, alabanza de
acción de gracias. De este modo celebramos la Eucaristía. Pero también la bendición se
extiende a todas las criaturas incluso a las inanimadas: ramos, ceniza, pan y vino. Son
bienaventurados los santos y especialmente “bendita” es María, la madre de Jesús.
El Espíritu Santo ayuda a Isabel a pronunciar una bendición: “¡Bendita eres entre
todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre!”. Desde entonces, millones de
veces lo hemos dicho todos los cristianos en el “Ave María”. Son benditos,
bienaventurados o dichosos los que creen en Dios, los que practican la Palabra, los que
dan frutos, los pobres con los que se identifica Jesús.
María creyó. Ésta fue su grandeza y el fundamento de su felicidad: su fe. María
se convierte en maestra de la fe, aceptando cuanto se le anuncia de parte de Dios
aunque ella no se pudiera explicar el modo como se realizaría aquel plan. Toda la vida
de María se fundamenta en su fe, en la adhesión que ha prestado desde el primer
momento a la revelación que llegó hasta ella.

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 132, «De visita en Ain


Karem», de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil. El guión y su comentario
pueden ser tomados de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1600132 Puede
ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap132b.mp3

Para la revisión de vida


¿Cómo voy a vivir esta semana de adviento-navidad?
¿Cómo voy a acoger el misterio del Dios humanado en Jesús?
¿Cómo vivir y expresar con todos los que me rodean la ternura de Dios hecho
niño para que nosotros vivamos el mismo amor con la misma ternura? (Tomar
decisiones concretas para esta noche de nochebuena: respecto a las personas
con las que convivo, a los parientes, los vecinos, los amigos y conocidos, los
lejanos…).

Para la reunión de grupo


- Navidad: ¿vuelve a nacer Jesús? ¿Qué es lo que realmente celebramos?
- La Navidad y la Nochebuena están cargadas de símbolos, de riqueza cultural, de
tradiciones familiares, de un imaginario social, de una tradición social llena de
publicidad comercial… ¿Se puede distinguir el trigo de la paja? ¿Qué sería lo esencial
cristiano de la Navidad?
Servicio Bíblico Latinoamericano
- ¿Qué quiere decir realmente el hecho del nacimiento «virginal» de Jesús? ¿Es una
afirmación, de qué género: físico, biológico, histórico, teológico...? ¿Cómo conciliar el
nacimiento virginal de Jesús, tan especial, y la voluntad de Dios de encarnarse y
anonadarse, "pasando por uno de tantos"? ¿Están en contradicción?
- El libro de Roger Lenaers, «Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo» (Abya Yala,
Quito 2008, colección Tiempo Axial, cap. 9, pág. 104), presenta un estudio sobre la
necesidad de re-comprender la Navidad: celebramos lo mismo que la cristiandad
medieval celebró, pero no podemos expresarlo ni entenderlo de la misma manera,
cuando estamos actualmente en una visión post-medieval, sin dos pisos, no heterónoma.
Podemos seguir celebrando, no ingenuamente, sino con una «segunda ingenuidad»...

Para la oración de los fieles


- Por todos los hombres y mujeres del mundo, especialmente por los más necesitados, para
que un día acojan la venida del Enmanuel, Dios-con-nosotros, roguemos al Señor
- Para que nuestra vida sea testimonio de la eficacia de la venida de Dios en Jesús...
- Para que el ambiente social navideño vaya acompañado en nuestras vidas por una
vivencia intensa del misterio de la navidad...
- Por todos los que están lejos de sus hogares, o no tienen familia, o están en soledad
obligada o voluntaria; para que experimenten la comunión y el amor por encima del
cerco soledad que les rodea...
- Para que el ambiente de la navidad propicie en nuestros hogares el necesario clima de
amor y ternura que durante la vida diaria tenemos olvidado con frecuencia...

Oración comunitaria
Dios, Padre Nuestro, que en Jesús nos has dado tu Palabra, hecha carne y
sangre, fuerza y ternura, muerte y resurrección; te pedimos nos inspires para
seguir sus pasos por el camino que él nos trazó, abrazando en nuestro caminar
hacia ti a todos los hermanos y hermanas. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Lunes 21 de diciembre de 2015


Pedro Canisio

Cant 2,8-14: Llega mi amado, saltando sobre los montes


Salmo 32: Démos gracias a Dios, al son del arpa
Lc 1,39-45: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

E l anuncio del ángel convierte a María en la primera discípula, evangelizada y


evangelizadora. Es la mujer que se convierte en profetisa de Dios y firme seguidora de
su Hijo. Esta experiencia fundante de Dios en María la posibilita para que se convierta
junto con su prima Isabel en protagonista de las promesas y del plan de Dios en medio
de una sociedad fuertemente machista y patriarcal. María e Isabel, mujeres de la
periferia, mujeres que aprendieron y mostraron con sus vidas y entrañas lo que es
escuchar la Palabra y reconocer que la acción de Dios pasa por la realidad del pobre,
del marginado. María e Isabel son las mujeres de fe y modelos que responden con toda
su humanidad al proyecto salvífico de Dios, siendo las predecesoras de la gente
discriminada y excluida, de mujeres y pecadores de los que nadie esperaría que
respondiesen con gratuidad y compromiso a su revelación histórica. Estas dos mujeres
comprometen a los cristianos desde dos actitudes fundamentales para que el plan de
Dios sea una realidad que germine de la tierra misma; el plan de la confianza en Dios
que hace posible lo imposible, y el de la escucha y puesta por obra de su Palabra.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Martes 22 de diciembre de 2015


Francisca Cabrini

1Sm 1,24-28: Ana da gracias por el nacimiento de Samuel


Interleccional 1Sm 2: Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador
Lc 1,46-56: El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí

E l canto del “Magníficat” origina la reflexión sobre la forma como Dios hace
presencia en la historia de la salvación y especialmente en su revelación más plena, la
de su encarnación histórica. La primera parte de este canto se centra en la personalidad
de María, y la segunda hace universalizable la experiencia de María proyectándola a la
relación de Dios con toda la humanidad. Es el canto que invierte los parámetros de la
historia, mostrando que la acción de Dios se va realizando en los que son considerados
los desechables humanos. El Dios del Evangelio se fija de manera personal y
comunitaria en nosotros, humanos, para vincularnos a su proyecto, presentándonos a
María como la mujer que denuncia la injusticia y la opresión; como la mujer que se
solidariza con los pobres y los reivindica en su lucha por la dignidad. El “Magníficat”
es el canto que muestra su compromiso por un mundo donde reine la vida, por un
mundo totalmente otro: el de la justicia y el derecho divinos. El cántico de María se
hace revolucionario (en su sentido más cabal), porque pone en la palestra las
opciones que Dios hace, aquéllas que asumen la auténtica liberación de las
estructuras injustas que mantienen al pueblo esclavizado por la discriminación, el
hambre, la guerra y el abandono.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Miércoles 23 de diciembre de 2015


Juan de Kety

Mal 3,1-4.23-24: Les enviaré al profeta Elías


Salmo 24: Descúbrenos, Señor, al Salvador
Lc 1,57-66: Su nombre es Juan

E ste pasaje del Evangelio muestra que las promesas de Dios se cumplen. El
cumplimiento de las palabras del ángel a Zacarías se da en el nacimiento de un hijo al
que llamarían Juan, y su consagración por el Espíritu de Dios. Juan es la bisagra
profética que cierra el Antiguo Testamento y abre la irrupción del Nuevo; la irrupción
hecha realidad en el Mesías de Dios por excelencia, Jesús. De nuevo la alegría es la
respuesta a la acción misericordiosa de Dios ante la imposibilidad humana. El que no
creía en las promesas de Dios, Zacarías, ahora las reconoce en su realización. El niño
es don de Dios y no simplemente fruto de un capricho humano. Este niño está
claramente llamado a realizar una misión en un momento crucial de la vida del pueblo
de Dios. Juan ocupa, pues, un momento decisivo en la historia de la salvación. Este
será el que anunciará la venida inexorable del reino y el reinado de Dios. La invitación
que nos propone el evangelio es a reconocer la grandeza y el interés comprometido de
Dios por la salvación de la humanidad, y la consecuente respuesta humana a tal
compromiso. Estamos llamados a mostrar el acontecer de Dios y su reino siendo sus
precursores históricos.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Jueves 24 de diciembre de 2015


Delfín, Herminia, Adela

2Sm 7,1-5.8b-12.14a.16: El reino de David durará por siempre


Salmo 88: Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor
Lc 1,67-79: Bendito el Señor Dios de Israel

E l Cántico de Zacarías se mueve en una triple pieza musical. Comienza alabando a


Dios por lo que ha hecho en favor de Israel; cambiando su tónica anuncia el futuro
papel de Juan Bautista, para finalmente anunciar el papel de Jesús en la historia. El
llamado “Benedictus” canta la proclamación del carácter mesiánico de Jesús, de su ser
ungido por el Espíritu de Dios para la liberación de su pueblo. De nuevo aparece la
fidelidad de Dios a la promesa. Es la fidelidad a la alianza que hace con el ser humano,
donde el primer comprometido es él.
El evangelio nos invita a ser parte de este coro histórico–salvífico, reconociendo
la presencia de Dios en la humanidad. Ejemplo de este reconocimiento es Juan. Este
aparece como el profeta del Altísimo que tendrá la misión de ir delante del Señor y
preparar los caminos para el acontecimiento del reino que traerá justicia, misericordia,
liberación y paz. Será la predicación de la reconciliación y el cambio de mentalidad
exigido al pueblo, la obertura a la salvación de Dios. Se hace fundamental en estos
tiempos que todos los creyentes formemos un coro integral que sea la voz que nos lleve
a la verdadera paz con justicia.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Viernes 25 de diciembre de 2015


Natividad del Señor

Is 52,7-10: Verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios


Salmo 97: Toda la tierra a visto al Salvador
Heb 1,1-6: Dios nos ha hablado por su Hijo
Jn 1,1-18: La Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros

E ste evangelio de Navidad nos presenta dos elementos importantes para la vida del
cristiano: la Palabra y la Luz. La Palabra que nos viene de Dios se encarnó en Jesús
hace más de dos mil años y vino a traernos un mensaje esperanzador. Sus palabras de
vida eterna, como las describió Pedro, promueven vida digna para todos los seres
humanos. Esa Palabra que existía desde la eternidad se manifestó humanamente en la
persona de Jesús, quien habitó entre nosotros y vive hoy presente en medio de la
humanidad sufriente y necesitada. Por medio de la Palabra somos iluminados y
enviados a anunciar el Evangelio a todos los pueblos del planeta. Jesús es esa Luz
verdadera que ilumina a toda persona. El vino al mundo, pero fue rechazado por los
suyos y sigue siendo rechazado hoy por los que no comparten su proyecto de vida.
Nuestra misión como seguidores de Cristo es la de ser testigos de esa Palabra y luz del
mundo. Por eso, acoger la Navidad que hoy celebramos con gozo y esperanza requiere
acoger de verdad el mensaje que vino a traernos el Redentor: “ámense unos a otros
como los he amado Yo”.
Celebramos el misterio de la encarnación. Dios asume la condición humana en
Jesús de Nazaret. Los evangelios enfatizan las condición humilde de su nacimiento y
señalan como condición para ese nacimiento la aceptación profunda y consciente por
parte de José y de María, la lógica del actuar de Dios sucediendo en un pueblo pobre y
sencillo.
Hermanos y hermanas, ser seguidor de Jesús es asumir su mismo camino, el
camino de la encarnación en los retos y desafíos de una cultura y de una época; una
obediencia incondicional a Dios hasta la muerte. Por eso celebrar la Navidad no es solo
un recuerdo, es luchar dentro de nuestros pueblos y nuestras circunstancias para que la
dignidad de hombres y mujeres sea respetada, para que tengamos condiciones dignas
de vida, y por hacer de nuestros países lugares más acordes al sueño de Dios, el Reino.
En este espíritu, esencia del cristianismo, ¡Feliz Navidad para todos!
Servicio Bíblico Latinoamericano

Sábado 26 de diciembre de 2015


Esteban

Hch 6,8-10; 7,54-60: Veo el cielo abierto


Salmo 30: Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu
Mt 10,17-22: El Espíritu de su Padre hablará por ustedes

E l evangelista Mateo nos pone en perspectiva de lo que significa seguir a Jesús. Nos
muestra cuáles son las exigencias y riesgos con los que tiene que contar un auténtico
discípulo de Cristo. La comunidad mateana estaba pasando por situaciones de
sufrimientos y persecuciones, situación que también tuvo que pasar Jesús. Recordemos
que los cristianos fueron expulsados por los judíos en el año 70, por el hecho de
anunciar la Buena Nueva de Jesucristo. Tuvieron que comparecer ante tribunales,
fueron maltratados y ultrajados. Pero no todo es dolor, sufrimientos y contradicciones;
también hay un mensaje de aliento y esperanza para todos aquéllos que se arriesguen
asumir este camino liberador: ¡no se preocupen por lo que van a decir! Esa confianza
fue la que tuvo el santo que celebramos en este día, san Esteban, quien fue el primer
mártir del cristianismo. Anunció incansablemente el Evangelio, fue apresado y lo
llevaron ante el Sanedrín para interrogarlo. Fue calumniado y posteriormente
apedreado por los judíos. Hombres como Esteban que, sin importar las consecuencias,
no se cansan de anunciar la justicia, la verdad, el amor y misericordia de Dios, es lo
que necesita nuestro mundo, tan lleno de injusticias, guerras, hambre, cobardías,
inconsecuencias…
Servicio Bíblico Latinoamericano

Domingo 27 de diciembre de 2015


Juan, apóstol y evangelista (s. I)
Sagrada Familia

Eclo 3,2-6.12-14: El que teme al Señor honra a sus padres


Salmo 127: Dichoso el que respeta al Señor y sigue sus caminos
Col 3,12-21: Sopórtense y perdónense mutuamente
Lc 2,41-52: Los padres de Jesús lo encuentran en el templo en medio de los maestros

C elebramos hoy la fiesta de la Sagrada Familia. Los textos de la liturgia hacen


referencia a temas familiares. En la primera lectura, tomada del libro del Eclesiástico,
escuchamos los consejos que un hombre, Ben Sirac, que vivió varios siglos antes de
Jesucristo, da a sus hijos. El respeto y la veneración de éstos hacia sus padres es cosa
agradable a los ojos de Dios, que éste no dejará sin recompensa. Los hijos que veneren
a sus padres serán venerados a su vez por sus propios hijos. Todos estos consejos, aún
conservando hoy plena validez, parecen insuficientes, puesto que están dados desde
una mentalidad estrictamente rural, en donde otros aspectos de la vida familiar no son
tenidos en cuenta. No sólo importa hablar hoy del respeto que los hijos deber a los
padres, sino de la actitud de éstos con relación a los hijos. Esta insuficiencia resulta
particularmente notable en momentos como los actuales, cuando la familia tiene
planteados problemas de pérdida de sus funciones.
Desde una perspectiva cristiana, la familia continúa teniendo una función
insustituible: ser una comunidad de amor en donde los que la integran puedan abrirse a
los demás con una total sinceridad y confianza. Dejando aparte los consejos que en
último lugar da San Pablo, y que son puramente circunstanciales y muy ligados a las
costumbres y mentalidad de la época, la exhortación a la mansedumbre, a la paciencia,
al perdón y, sobre todo, al amor, es algo realmente básico para la familia de nuestro
tiempo.
El evangelio de Lucas en el que se nos cuenta la pérdida del niño Jesús en el
Templo, fue escrito probablemente unos cincuenta años después de este suceso. Doce
años es, aproximadamente, la época en que los niños comienzan a sentirse
independientes. Para Lucas, esta primera subida de Jesús a Jerusalén es el presagio de
su subida pascual y por ello, estos acontecimientos hay que leerlos a la luz de la muerte
y resurrección del Señor.
La sabiduría de Cristo ha consistido para Lc en entregarse desde su joven edad “a
su Padre”, sin que esto quiera decir que supiera ya adónde le llevaría esa entrega. Pero
en ella va incluida ciertamente la decisión de anteponer su cumplimiento a toda otra
consideración. Sus padres no tienen aún esa sabiduría. María parece que llega a
presentirla. Pero, de todas formas, respetan ya en su hijo una vocación que trasciende
el medio familiar. Y esto es algo muy valioso para cada una de nuestras familias. La
educación de los hijos tiene que comenzar por una actitud de sincero respeto. Si no, es
imposible que surja la compresión y el amor.
Pablo da algunos consejos para la convivencia con otros. Se requiere humildad,
acogida mutua, paciencia. Y si fuese necesario, perdonar. Así procede Dios con
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nosotros. Su actitud debe ser el modelo de la nuestra (v.12-13). Pero, “por encima de
todo”, está el amor, de Él tenemos que revestirnos, dice Pablo empleando una metáfora
frecuente en sus cartas (v.14). De este modo “la paz de Cristo” presidirá en nuestros
corazones (v.15).
Si el amor es el vínculo que une a las personas, la paz se irá construyendo en un
proceso, los desencuentros irán desapareciendo (los enfrentamientos también) y las
relaciones se harán cada vez más trasparentes. En el marco de la familia humana, esos
lazos son detallados en el texto del Eclesiástico (3,3-17).
Lucas nos presenta a la familia de Jesús cumpliendo sus deberes religiosos (vv.
41-42). El niño desconcierta a sus padres quedándose por su cuenta en la ciudad de
Jerusalén. A los tres días, un lapso de tiempo cargado de significación simbólica, lo
encuentran. Sigue un diálogo difícil, suena a desencuentro; comienza con un reproche:
“¿Por qué nos has hecho esto?”. La pregunta surge de la angustia experimentada (v.
48). La respuesta sorprende: “¿Por qué me buscaban?” (v. 49), sorprende porque la
razón parece obvia. Pero el segundo interrogante apunta lejos: “¿No sabían que yo
debía estar en las cosas de mi Padre?”. María y José no comprendieron estas palabras
de inmediato, estaban aprendiendo (v.50).
La fe, la confianza, suponen siempre un itinerario. En cuanto creyentes, María y
José maduran su fe en medio de perplejidades, angustias y gozos. Las cosas se harán
paulatinamente más claras. Lucas hace notar que María “conservaba todas las cosas en
su corazón” (v. 51). La meditación de María le permite profundizar en el sentido de la
misión de Jesús. Su particular cercanía a él no la exime del proceso, por momentos
difícil, que lleva a la comprensión de los designios de Dios. Ella es como primera
discípula, la primera evangelizada por Jesús.
No es fácil entender los planes de Dios. Ni siquiera María “entiende”. Pero hay
tres exigencias fundamentales para entrar en comunión con Dios: 1) Buscarlo (José y
María “se pusieron a buscarlo”); 2) Creer en Él (María es “la que ha creído”); y 3)
Meditar la Palabra de Dios (“María conservaba esto en su corazón”).

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 140, «Perdidos en el Templo»,


de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. López Vigil. El guión y su comentario pueden
ser tomados de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1600140 Puede ser
escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap140b.mp3

Para la revisión de vida


¿Cómo vivo mi vida familiar? ¿Pueden mis familiares estar sufriendo por mí?
¿Tengo un desajuste entre lo que digo en la sociedad pública y lo que vivo en la
familia?
La familia es una realidad estática que pasa por etapas evolutivas muy
diferentes… ¿Cuál es la próxima etapa que vivirá mi familia? ¿Precisa ya de
alguna preparación o previsión?

Para la reunión de grupo


- El tema de la “defensa de al familia” es un área de conflicto entre la Iglesia y la sociedad
actual. Analizar las posturas de ambos lados. Por parte de la Iglesia: ¿será que defiende
no la familia sino un modelo concreto de familia? ¿Cómo quedan ahí las relaciones y
diferencias entre Iglesia y realidades autónomas, fe y cultura, pluralismo legítimo,
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inculturación… Concretamente: ¿qué actitudes nuevas sería bueno que tomara la Iglesia
en este tema?
- Comparar la migración de Jesús (incluso aunque fuese simbólica) con la de los millones
de desplazados y migrantes del mundo actual.
- Jesús no destacó por ser un “defensor de la familia”… Para él, claramente, la familia no
es lo más importante en la vida. Hay valores a los que debe someterse la familia, valores
que uno debe poner también por encima de la relación con su familia… Comentar la
conducta de Jesús.

Para la oración de los fieles


- Por toda la Iglesia, para que los cristianos hagamos de ella una verdadera familia en la
que no haya discriminaciones sino que reinen la justicia, el amor y la fraternidad.
Oremos.
- Por todos cristianos, para que seamos solidarios en la tarea de hacer de este mundo una
única familia humana llena de paz y fraternidad. Oremos.
- Por las familias cristianas, para que estén abiertas a todas las transformaciones positivas
que vive hoy la institución familiar. Oremos.
- Por las familias rotas, los hijos que sufren las consecuencias de una separación, los que
estén alejados de sus familias, los que no aciertan a saber convivir con los suyos.
Oremos.
- Por las familias sin vivienda, sin trabajo, emigrantes. Oremos.
- Por nuestras familias, para que vivamos en coherencia con nuestra fe, trabajando por el
Reino. Oremos.

Oración comunitaria
Oh Dios, Comunidad Trinitaria plena, Padre y Madre de toda la Familia
Humana: haz vibrar en todos nosotros el sentido de pertenencia a la misma y
única Familia Universal, para que el mundo y la humanidad se transformen a la
búsqueda de tu Proyecto de Amor. Tú que vives y haces vivir, por los siglos de los
siglos. Amén.

Señor Jesús que quisiste comenzar tu vida como todo ser humano, en el seno de
una familia, necesitado del calor, el alimento y el apoyo de los más cercanos;
comenzando a aprender a caminar... Danos apreciar las virtudes domésticas y el
valor de autenticidad que da el compromiso en el día-a-día humilde y oculto. Por
Jesucristo Nuestro Señor.

Para un estudio sobre el matrimonio y la familia sugerimos CARAVIAS, José


Luis, Matrimonio y familia a la luz de la Biblia. Cuenca: EDICAY, 1998
(disponible en la biblioteca de Koinonía:
http://servicioskoinonia.org/biblioteca/biblica/CaraviasMatrimonioFamilia.zip).
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Lunes 28 de diciembre de 2015


Santos Inocentes, Abel

1Jn 1,5–2,2: La sangre de Jesús nos limpia los pecados


Salmo 16: Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores
Mt 2,13-18:Herodes mandó matar a todos los niños en Belén

E s importante tener en cuenta en este relato no tanto el hecho histórico, sino más
bien el mensaje teológico que Mateo nos quiere regalar. Jesús es salvado de las manos
del rey Herodes, y su familia tiene que huir hacia Egipto. Con esto se cumple lo que
había dicho el profeta Oseas: “De Egipto llamé a mi hijo”. Moisés fue salvado de las
manos del Faraón. Jesús es el nuevo Moisés, es decir, el que llevará a Israel a una
nueva y definitiva liberación. Este pasaje, unido a la celebración de este día, nos
muestra que a los opresores no les importa el daño que puedan ocasionar, incluso
matando a niños inocentes, con tal de mantener el poder y la dominación. También el
miedo constante que mantienen porque en cualquier momento nacerá la justicia que se
está gestando en los pueblos. Hoy, nuestros inocentes siguen padeciendo: aldeas y
países enteros muriendo de hambre, sufriendo el abandono, la represión por parte de
los que tienen y ejercen el poder. Otro mal de nuestro tiempo es la corrupción que
impide que los bienes sean distribuidos entre todos. Al mismo tiempo tenemos la
esperanza de que el Salvador que nos ha nacido venga en socorro nuestro.
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Martes 29 de diciembre de 2015


Tomas Becket, David

1Jn 2,3-11: Quien ama a su hermano permanece en la luz


Salmo 95: Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones
Lc 2,22-35: Mis ojos han visto a tu salvación

C onforme a la Ley judía, todo primogénito varón debía ser presentado en el


Templo, y Jesús no fue la excepción. María y José se presentan con un par de tórtolas y
dos pichones, según lo previsto por la Ley, dándonos a conocer su situación de
“pobres”. La condición social de la Sagrada Familia de Nazaret no era la mejor, pero
Dios se fijó en esa humilde pareja para hacerse presente en medio de nosotros. Y
todavía hay más. En el momento de la presentación, el que recibe al niño en sus brazos
es un anciano llamado Simeón, que significa “Dios ha escuchado”, pero, como lo dice
el texto, es un “hombre honrado y piadoso que esperaba la liberación de Israel y se
guiaba por el Espíritu Santo”, y nos da a conocer el plan salvífico de Dios en Jesús. Por
eso, Lucas lo que quiere resaltar y pone en boca de Simeón es que Jesús es el
Liberador, es el Salvador que ha venido a instaurar la paz, que ha venido a iluminar no
sólo a los de Israel, sino también a los paganos (extranjeros). Ya podemos morir en paz
porque nosotros también hemos conocido al Salvador y proclamamos su proyecto del
reino.
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Miércoles 30 de diciembre de 2015


Sabino, Rainiero

1Jn 2,12-17: El que hace la voluntad de Dios vive para siempre


Salmo 95: Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones
Lc 2,36-40: El niño crecía y se fortalecía

A yer veíamos al anciano Simeón bendiciendo a Dios por la presencia del Salvador.
Hoy, en el mismo acto de la Presentación, es otra persona muy anciana, Ana, cuyo
significado es “gracia”, la que, al igual que Simeón, personifica la espera del Señor y la
liberación de su pueblo. La pareja formada por Simeón y Ana se relaciona con la
formada por Zacarías e Isabel, los padres de Juan Bautista; y es que Lucas quiere
destacar la importancia que tienen el hombre y la mujer en el proyecto liberador de
Dios.
Jesús, el niño antes presentado en el Templo, de quien hablaban el profeta
Simeón y la profetisa Ana, que nos vino de lo sencillo, lo humilde, lo pobre, lo que no
cuenta, “crecía… y se llenaba de sabiduría y el favor de Dios lo acompañaba”. Así
como Jesús iba creciendo en sabiduría y gracia de Dios, nosotros, como seguidores
suyos, también estamos llamados a continuar nuestro crecimiento como cristianos
auténticos. Crecer en autenticidad cristiana es vivir plenamente en Cristo; y este vivir
se concretiza en la aplicación de su proyecto de vida para que todos tengamos vida en
abundancia. Que nuestra espiritualidad se fundamente en el Espíritu de Jesús y éste nos
inspire a cantar las maravillas del Señor a ejemplo de María.
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Jueves 31 de diciembre de 2015


Silvestre, Paulina

1Jn 2,18-21: Están ungidos por el Santo, y todos ustedes lo conocen


Salmo 95: Alégrense los cielos y la tierra
Jn 1,1-18: Todo existió por medio de la Palabra

E n este fin de año es importante hacer una revisión de nuestra vida. Podemos
preguntarnos: ¿qué hemos hecho para ir formando reino en medio de nuestros
hermanos? ¿Qué hemos dejado de hacer? Son preguntas existenciales que nos invitan a
seguir trabajando para que el reino inaugurado por Jesús llegue a toda la humanidad.
Que seamos testigos del Evangelio en un mundo donde reinan el odio, la discordia, las
injusticias. Que seamos luz en las tinieblas que acechan a nuestra humanidad,
planteando alternativas distintas al orden social injusto que actualmente impera, donde
los pobres son cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos. Que esa Palabra
creadora de Dios nos desafíe a promocionar la vida, la justicia y el amor. El mundo
necesita más que nunca que quienes nos llamamos cristianos demos testimonio de
aquél que nos ha enviado a ser promotores de paz y verdad. Que esa Palabra que se
hizo carne y habita entre nosotros nos dé la gracia de ser fieles discípulos suyos. Que
en este nuevo año el Señor siga suscitando evangelizadores que quieran arriesgar su
propia vida en pro de la Creación. ¡Feliz Año 2016!
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