Lo Que Pudo Ser, y Nunca Fue (1º Capítulo)

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Capítulo 1

Esta es una historia poco casual, de lo que me pasó cuando conocí al que yo
pensaba que sería el amor de mi vida. Mi nombre es Ámbar tengo 15 años y vivo
con mis padres y mi hermana Charlotte en un pequeño pueblo de Estados
Unidos. Charlotte tiene 18 años, y sí, soy la pequeña de las dos, algo que todavía
no se si es bueno o malo. Por un lado, es bueno porque la tengo siempre a mi
lado y me ayuda con todo lo que puede, pero por otro mis padres me comparan
a ella y se quejan de que yo nunca llegaré a nada sino sigo sus pasos. La verdad
es que es una cosa que no es que me guste que me digan casi todo el tiempo
cada vez que hago algo que no les gusta.
Bueno ahora sí, empecemos con esta historia que por raro que parezca me
encanta, pero a la vez la odio.
Todo empezó un sábado tranquilo en casa de una de mis mejores amigas, su
nombre es Erika. Nos conocemos desde pequeñas y siempre estamos juntas
haciendo lo que sea. Estábamos viendo una película de comedia y comiendo un
montón de nuestros dulces favoritos. Todo estaba llendo bien hasta que sonó el
teléfono, eran los padres de Erika, le dijeron que no vendrían hasta mañana por
la noche. Nosotras como no, convencimos a mis padres para que me dejaran
quedarme a dormir en su casa, omitiendo la parte en la que sus padres no iban
a estar. La tarde transcurrió como otra cualquiera, hasta que le llegó un mensaje
a Erika de que habría una fiesta esa noche en una de las mejores discotecas de
la ciudad. Pensamos en ir pero no podríamos entrar ya que solo estaba permitida
la entrada a mayores de 16 años, aun así decidimos probar a ver si entrábamos.
Íbamos a contra reloj, eran las 20:30 h y la fiesta empezaba a las 22:00 h, no nos
daría tiempo a asearnos, elegir que ponernos, arreglarnos y demás, pero aun así
lo hicimos todo lo más rápido posible. ¡¡¡Lo conseguimos!!! A las 22:00 h
estábamos en la puerta de la discoteca, ahora quedaba saber si lo habríamos
conseguido para algo o para volvernos a casa.
La cola iba avanzando, y aunque llegáramos de las primeras ya había bastante
gente. A Erika se la notaba tranquila y a mi se me veía histérica, me iba a dar un
ataque de los nervios que tenía. Tampoco paraba de rezar para que el segurata
de la puerta nos pidiera los carnets o sino ya si es verdad que no entrabamos.
Nuestro turno se acercaba, estábamos a tres personas de que nos tocara y mis
nervios aumentaban. Por fin era nuestro turno, el segurata nos miraba de arriba
abajo, estaba como pensativo, pero al final nos dejó pasar.
No me lo podría creer, estaba dentro de la discoteca siendo menor y no me
pidieron el carnet. Erika se me perdió por unos minutos, pero la encontré, venía
con dos chavales más grandes que nosotras, aparentaban unos 20 años aunque
no sabía los que tenían en verdad. Estuvimos hablando bastante rato hasta que
ellos volvieron con sus amigos, una chica que Erika conocía se nos acercó y se
puso a hablar con ella así que yo aproveche para ir al baño. Al salir me choqué
con alguien, un chico moreno, alto y de unos 19 años pero no conseguí verle
muy bien la cara, le pido disculpas y vuelvo con Erika y su amiga a la mesa donde
estábamos .
La noche iba pasando tranquila hasta que mi queridísima amiga ya iba mas
bebida de la cuenta y le dio porque fuéramos a la pista de baile, al principio me
negaba pero pensé que sino iba sería peor así que accedí a ir con ella. Bailamos
varias canciones pero de repente se me acerca un chico.
- Hola. Dice gritándome debido a lo alto que estaba la música.
- Hola, ¿te conozco? . Le respondo también gritando.
- Soy el chico con el que te chocaste antes al salir del baño.
- Ahh, lo siento de verdad no te ví. Digo avergonzada pensando que vendría
enfadado por algo que le habría manchado o tirado.
- Tranquila no te preocupes, era lo que te quería decir cuando de repente
te fuiste y no te he vuelto a ver hasta ahora. Comenta algo nervioso.
- Si… me río algo tímida. Soy un poco tímida y pensaba que ahora vendrías
enfadado.
- No. Suelta una carcajada. Venía a decirte eso. Bueno tengo que irme,
espero vernos pronto. Me da un beso en la mejilla.
- Esta bien. Contesto toda roja como un tomate debido a su gesto al
despedirse.

Cuando el chico se va me doy cuenta que de lo nerviosa que estaba ni siquiera


le pregunté por su nombre, pero si es verdad eso de que lo volveré a ver pronto
se lo preguntare la próxima vez. Cuando me da por girarme me encuentro a Erika
dando tumbos de un lado a otro de la pista agarrada de ambos brazos por los
chicos que conocí al principio de la fiesta. Me venían buscando para que llevará
a Erika a su casa debido al estado en el que se encontraba, pero les dije que
tendríamos que ir andando y no vivía muy cerca que digamos. Así que se
ofrecieron a llevarnos hasta su casa.
En el trayecto hasta su casa pudo conocer algo a los chicos de 18 años, que yo
pensaba que tenían 20. Se llaman Justin y Jack y van a la universidad aunque
no me enterado muy bien lo que están estudiando, solo que tienen una beca de
futbol. Al llegar a casa de Erika les agradezco por habernos traído y procedo a
entrar dentro de la casa. Cuando por fin lo consigo veo que para subir a su
habitación tengo que subir las escaleras con ella en brazos, por lo que decido
subir a por ropa mas cómoda, unas sábanas y dormir en la sala de estar.
Cuando llego abajo la vuelvo a coger del brazo y la llevo al baño para que se
espabile un poco y se cambie de ropa. Después de media hora Erika ya esta
acostada en el sofá y yo me dispongo a prepararme algo de comer. Cuando
termino de cenar y noto que el sueño me puede, apago la televisión y me tumbo
en el otro sofá, cierro los ojos hasta que me quedo profundamente dormida.