Unidad 1
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Resumen de la unidad
El estudio del marco histórico y evolución de la Psiquiatría, como también conocer datos
epidemiológicos de relevancia, nos permite comprender el contexto actual, el porqué de
la importancia del abordaje de la Salud Mental desde la Atención Primaria y los objetivos
que debemos plantearnos como profesionales intervinientes.
Por último, en lo que respecta a la situación actual, más allá de considerar datos
epidemiológicos, describiremos brevemente las diferentes corrientes de la Psiquiatría y
Psicología que predominan, como también el avance y protagonismo de las
Neurociencias en los últimos años.
A continuación se presenta una infografía que recoge los principales hitos en la historia de la Psiquiatría.
Definiciones
Por otro lado, el origen etimológico de la palabra Psiquiatría proviene del griego, psyche =
alma, iatréia = curación. La Psiquiatría, es definida como “la rama de la medicina que se
ocupa del estudio, prevención, tratamiento y rehabilitación de los trastornos psíquicos,
entendiendo como tales tanto las enfermedades propiamente psiquiátricas como otras
patologías psíquicas, entre las que se incluyen los trastornos de la personalidad” (Vallejo
Ruiloba, 2006, p. 1). La psiquiatría se relaciona con: la patología médica en general, la
neurología, la psicología y la sociología. Se podría decir que es la rama de la medicina
cuyo abordaje es indefectiblemente biopsicosocial, comprendiendo al hombre en estas
tres esferas: biológica, psicológica y social, y considerando al hecho psíquico morboso
siempre de causa multifactorial.
psicológicos y sociales.
Sostenerse en el tiempo.
El término Trastorno Mental Severo o Grave, surgió en los últimos años, y no hay un
criterio unificado acerca de su definición. La más aceptada es la del Instituto Nacional de
Salud Mental de Estados Unidos (NIMH) de 1987, que se centra en las 3 D en inglés:
diagnosis, disability, and duration. En español: diagnóstico, discapacidad y duración. Es
decir, diagnosticables dentro de las clasificaciones actuales, que conlleven un grado
variable de discapacidad y de disfunción social para el individuo, y de duración
prolongada en el tiempo. A su vez, son enfermedades que requieren ser atendidas
mediante diversos recursos sociosanitarios de la red de atención psiquiátrica y social.
La generación de algún grado de discapacidad en muchos lugares fue sustituida por una
puntuación menor o igual a 50, moderada o grave, en la Escala de Evaluación de la
Actividad Global (EEAG) que estudiaremos luego junto a los sistemas de clasificación
actuales. Estas escalas de funcionamiento principalmente consideran el autocuidado, el
grado de autonomía, el autocontrol y las relaciones interpersonales.
En cuanto a la duración, principalmente se toma como corte un período de tratamiento
mayor a dos años.
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Siguiendo con la historia, vemos que el hombre primitivo atribuía un origen sobrenatural
a la enfermedad mental, hecho que aún hoy se puede apreciar en algunas culturas. En la
Prehistoria el concepto de enfermedad se contemplaba en un marco mágico, donde
espíritus malignos eran los causantes de la misma, y quienes asistían a los que la
padecían eran los chamanes, brujos, hechiceros.
Esta concepción reinó hasta la aparición de la cultura griega en el siglo VI a.C. Hipócrates
sus escritos describió a la misma como una patología cerebral que surge del desajuste de
los humores básicos, es decir, un fenómeno que gira en torno a la interacción de los
cuatro humores del cuerpo (sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema).
Platón (429 -347 a.C) consideraba que los trastornos mentales constan de tres esferas,
influencias ambientales.
Con la caída del imperio Romano, las ideas griegas involucionaron. Apareció el
Cristianismo, y con este, una valoración personal del individuo. Se crearon los
monasterios, donde los monjes eran quienes se ocupaban de los enfermos mentales,
dentro del marco religioso, y con los poderes mágicos y sagrados del exorcismo. Surgió la
demonología, que consideraba a los enfermos mentales como poseídos por el diablo.
Hacia fines del siglo XV estas ideas se enfatizaron, atribuyendo al enfermo una alianza
satánica, considerándolo brujo o hereje. Así, aquellos que padecían una enfermedad
mental eran estigmatizados, rechazados y condenados a morir en la hoguera.
En el Renacimiento, el exilio de sabios árabes hacia las universidades de Europa, dio lugar
al humanismo, que sin perder su fuente cristiana hizo lugar a ideas científicas. Weyer
(1515 - 1588) en los Países Bajos, Vives (1492 - 1540) en España y Paracelso (1493 - 1541)
en Italia, cuestionaron el origen sobrenatural de los procesos psíquicos y defendieron
una aproximación humana al enfermo rechazando el destino que les daba la
demonología; verdaderos revolucionarios para la época.
Este desarrollo de la Psiquiatría del siglo XIX, fue acompañado en Alemania, que se
transformó en el núcleo de la psiquiatría académica, con personajes ilustres como
Greisinger, Kalbaum y Kraepelin. Esta época se caracterizó por el interés en la “psiquiatría
pesada”, es decir, en las grandes enfermedades mentales (psicosis), una devoción por la
clínica con descripciones minuciosas de cada cuadro basadas en la observación y
seguimiento del curso natural de la enfermedad por años.
El siglo XX fue protagonizado por Sigmund Freud (1856 - 1939), neurólogo austriaco.
Freud, partiendo de los trabajos sobre la histeria y la hipnosis de Charcot, elaboró la
doctrina psicoanalítica. Nació el método psicoanalítico, como herramienta de estudio y
comprensión de los fenómenos psicológicos y psicopatológicos. Entre sus múltiples
trabajos y teorías, se destacó la teoría topográfica de la personalidad (consciente,
preconsciente, inconsciente) y la teoría estructural de la personalidad (yo, ello, super yo).
Así, el campo de la psiquiatría se amplió más allá de las psicosis y surgieron nuevos
enfoques terapéuticos. A su vez, la aproximación a la psicosis se vio favorecida por el
enfoque psicodinámico, siendo Breuler quien plasma esto en su obra Demencia Precoz
en 1911.
A Freud lo sucedieron diferentes figuras que desarrollaron otras corrientes dentro del
psicoanálisis: Jung con la introducción del concepto del inconsciente colectivo; Klein con
el estudio de las relaciones objetales; Lacan con la incorporación de la lingüística como
herramienta fundamental, entre otros.
Video 2: Los hospitales para los enfermos mentales y la evolución del acercamiento al
enfermo
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Epidemiología y Clasificación
Datos epidemiológicos
La definición de Epidemiología ha mutado con los años. En sus comienzos era el método
o técnica para el estudio de las enfermedades infecciosas y de los procesos epidémicos,
pero con el tiempo se la empezó a concebir como el área de la medicina dedicada al
estudio de la distribución y frecuencia de una enfermedad en una población.
En los últimos años tanto la OMS como la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
han hecho foco en la Salud Mental. Dedicando múltiples publicaciones y estudios. Entre
ellos podemos destacar:
Otras publicaciones de interés son las que surgen cada año en relación a la celebración
del Día Mundial de la Salud Mental cada 10 de Octubre, propulsada por la Federación
Mundial para la Salud Mental en los 90.
La mediana del gasto en los servicios de Salud Mental está a nivel mundial en
2,8% del gasto total destinado a la salud.
Cada cuatro familias en todo el mundo hay por lo menos un integrante que
padece un trastorno mental.
mentales y la carga que ello representa sobre la salud de una población; lo que es
La respuesta del sistema de salud al reto de las enfermedades mentales muestra también
variaciones regionales dentro de América. En este informe la OPS resalta, más allá del
presupuesto con el que cuente cada país, la importancia de dar prioridad al
financiamiento de los servicios de Salud Mental comunitarios y de atención primaria, en
lugar de destinarlo a hospitales especializados:
Este plan apunta a actualizar lo planteado en el 2009 y alinear los planes propuestos por
la OPS y la OMS (Plan Estratégico de la OPS 2014-2019 y Plan de Acción Integral sobre
Salud Mental 2013-2020 de la OMS).
Está centrado en una premisa: “no hay salud si no hay Salud Mental”. Esta premisa
conduce a enfatizar la importancia del abordaje integral y del vínculo entre lo físico y lo
psicosocial en los procesos de salud enfermedad. A modo de ejemplo, la depresión es una
condición que dificulta la búsqueda de ayuda, adherencia al tratamiento, o rehabilitación
de otras enfermedades, influyendo en el pronóstico. Predispone al infarto de miocardio o
diabetes, que a su vez aumentan los riesgos de padecer depresión. La atención
coordinada de los trastornos mentales y otras condiciones físicas puede mejorar
resultados para ambos. Este tipo de atención es posible especialmente en la atención
primaria; algo en lo que se viene trabajando desde la Convención de Caracas:
Visión:
–
Una región en la que se valore, promueva y proteja la salud mental, se prevengan los trastornos
mentales y por uso de sustancias y donde las personas con estos trastornos puedan ejercer sus
derechos humanos, además de acceder a una atención tanto de salud como social, que sea oportuna
y de alta calidad, para alcanzar los más altos niveles posibles de salud y contribuir al bienestar de las
familias y las comunidades. (OMS, OPS, 2014, p. 5)
Fin:
–
Promover el bienestar mental, prevenir los trastornos mentales y por uso de sustancias, ofrecer
atención, intensificar la rehabilitación, enfatizar la recuperación y promover los derechos humanos de
las personas con trastornos mentales y por uso de sustancias para reducir la morbilidad, discapacidad
y mortalidad. (OMS, OPS, 2014, p. 5)
Para diseñar el plan se partió de un análisis de situación del que podríamos resaltar lo
siguiente:
Otros avances que se observaron en los últimos años son: varios países han
continuado con procesos sostenibles de reducción de las camas en hospitales
psiquiátricos, mediante alternativas de servicios ambulatorios
descentralizados, algunos países han elaborado y aprobado leyes de Salud
Mental que incorporan los instrumentos internacionales de derechos
humanos. (OMS, OPS, 2014)
Clasificaciones
Como hemos podido apreciar al comienzo de la unidad, a lo largo de la historia los
diferentes autores protagonistas de la Psiquiatría han intentado establecer clasificaciones
para los trastornos mentales. El proceso de clasificar nos ayuda a ordenar, categorizar y
así, optimizar los procesos diagnósticos y hablar un lenguaje común. Esto,
consecuentemente conducirá a mejoras en los abordajes y tratamientos, como también
podrá contribuir con los trabajos de prevención.
Las clasificaciones en Salud Mental han sido siempre discutidas y controversiales pues las
La desaparición de los ejes diagnósticos asemeja al DSM a los sistemas de diagnóstico del
resto de la medicina. Sin embargo, no deja de contemplar los factores psicosociales
(contemplados en el Capítulo 17 con el código Z del CIE-10, y cuenta con la escala de
discapacidad de la OMS (WHODAS 2.0), a modo de reemplazar la EEAG. Asimismo, el DSM-
V está desarrollado de una manera más amigable que las ediciones anteriores ya que el
orden de los capítulos sigue el ciclo vital.
7 Trastornos de ansiedad.
8 Trastornos somatomorfos.
9 Trastornos ficticios.
10 Trastornos disociativos.
15 Trastornos adaptativos.
16 Trastornos de personalidad.
En el capítulo XXI se encuentran los códigos Z que hacen alusión a los problemas de
relación, y a otros que pueden ser motivo de consulta como problemas laborales,
problemas de aculturación, problemas biográficos y duelo.
Si bien hemos visto los aportes de la psiquiatría alemana, la influencia de los franceses y
la revolución del psicoanálisis de la mano de Freud dentro del marco histórico, esto no
significa que hayan perdido vigencia. La psiquiatría actual se nutre de aquellas
descripciones detallistas de la psiquiatría clásica y el método psicoanalítico ha sido
revolucionario, marcando un antes y un después en la concepción y abordaje de la Salud
Mental.
Hay diferentes tendencias o corrientes que conviven en la psiquiatría actual. Puede haber
profesionales que trabajen de forma rígida y estricta con una corriente en particular. Sin
embargo, lo que predomina y a lo que deberíamos apuntar como profesionales
integrantes de equipos interdisciplinarios de Atención Primaria, es a tener una mirada
ecléctica y poder tomar de cada una lo más pertinente para cada situación y/o caso
particular. Por otro lado, debemos recordar utilizar un lenguaje común, por eso la
importancia de saber utilizar los manuales diagnósticos que vimos anteriormente.
Modelos predominantes
Haremos una breve descripción de los modelos que predominan en la actualidad para el
abordaje de los trastornos mentales.
Modelo Conductista:
–
Este modelo se basa en el condicionamiento. Ya sea este, respondiente o pavloviano, basado en la
asociación temporoespacial de estímulos condicionado e incondicionado; o skinneriano, donde lo
importante es el refuerzo de la respuesta que condiciona su fijación y reiteración. En ambos casos el
cese de la situación gratificante conduce a la reducción o interrupción de la conducta condicionada.
Así la conducta patológica se relaciona con alteraciones en el condicionamiento. A los síntomas se les
niega el contenido simbólico y significante característico del psicoanálisis, y el tratamiento apunta al
desacondicionamiento de la conducta patológica, o el condicionamiento de otra, o ambas.
Este modelo ha evolucionado desde su surgimiento y ha adquirido nuevas técnicas, no
permaneciendo en la simple reducción del psiquismo a una conducta observable. Se han incorporado
modelos cognitivos - conductuales, donde las cogniciones ya no son conductas observables, pero se
rigen por las mismas leyes del aprendizaje. Con ellos surgieron múltiples terapias utilizadas en la
actualidad a nivel global. Ha demostrado especial eficacia en el tratamiento de fobias, tics y rituales
obsesivos entre otros.
De este modelo también ha surgido el Mindfulness, disciplina muy utilizada en la actualidad, aunque
fue introducida en Occidente hace ya treinta años. El mindfullness toma también elementos de la
meditación y se centra en la “atención plena”.
Modelo Psicodinámico:
–
Basado en el psicoanálisis, percibe al desarrollo de la personalidad como la interacción de procesos
biológicos y ambientales. Toma los cinco estadios del desarrollo sexual infantil (etapa oral, anal, fálica,
de latencia y genital) y establece que algún problema en el desarrollo de alguna de ellas implica una
fijación en la misma con el consiguiente cuadro psicopatológico en la adultez. Asimismo, también toma
las tres instancias establecidas por Freud: Yo, Ello y Super Yo, y trabaja con el inconsciente. Se
considera que los síntomas surgen por los esfuerzos de luchar contra la ansiedad.
La psiquiatría actual se identifica de muchas maneras con este modelo. Esta psiquiatría es la que
mejor representa a la mirada integral, contemplando siempre al ser humano dentro de las esferas
biológica, psicológica y social. Es de destacar que no solo contempla al paciente, sino también al
profesional interviniente, y la interacción que se desarrolla entre ambos.
En su libro “Psiquiatría Psicodinámica en la Práctica Clínica”, Gabbard (2002) la define como:
un abordaje del diagnóstico y tratamiento caracterizado por una forma de pensar del
paciente y del terapeuta que incluye la noción del conflicto, déficit y distorsiones de
estructuras intrapsíquicas y relaciones de objeto interno, y que integra estos elementos con
los hallazgos contemporáneos de las neurociencias (p. 4).
Este modelo, puede ser el más congruente para el abordaje en APS. Pues integra la comprensión
psicoanalítica a la biológica, sin descartar los aportes de las neurociencias. Cada paciente es
abordado en su integralidad, pero sin perder la subjetividad. Cada paciente es único en su contexto.
Modelo Sociológico:
–
Este modelo cuenta con diferentes corrientes, desde la Psiquiatría Comunitaria, hasta el Movimiento
Antipsiquiatría. No existe una teoría única, sino que se basan en que los factores socioambientales
son los únicos responsables de los trastornos psíquicos. La antipsiquiatría rechaza toda estructura
que se sustente en la psiquiatría tradicional, y su objetivo final es su desmantelamiento.
Modelo sistémico:
–
El abordaje sistémico subraya la relación entre las partes de un todo complejo (sistema) y las pautas
de relación existente entre sus elementos. El foco de estudio está puesto en las relaciones. Esta teoría
es fundamentalmente aplicada en terapias familiares y de pareja, pues movilizar el sistema puede ser
una forma efectiva de manejar los problemas del individuo.
En APS no se llegará a realizar terapias de familia o pareja, pero seguramente, se hagan más de una
entrevista con familiares, o entrevistas vinculares. Es un ámbito donde el paciente se presenta con un
contexto y dinámica familiar, que es importante tener siempre presente
Neurociencias
La década del noventa ha sido denominada la década del cerebro, abriendo paso a la
evolución de la ciencia, especialmente de las neurociencias. Estudiar y conocer en
profundidad la temática de las neurociencias excede lo que hace a este curso, incluso a
la diplomatura en sí, pero nos detendremos en puntos importantes.
Las neurociencias son todas aquellas disciplinas que estudian el sistema nervioso central
y su relación con el comportamiento humano. Se sustentan en el concepto de que el
comportamiento humano tiene una base orgánica y ésta se encuentra en el cerebro. Las
ramificaciones neuronales y sus conexiones determinan cambios en la conducta, como
también, factores externos psicosociales, tienen influencia sobre lo biológico.
Las combinaciones de genes y sus productos proteicos son determinantes del patrón
de interconexiones entre las neuronas del cerebro y de los detalles de su
funcionamiento, por lo cual ejercen un significativo control sobre el comportamiento.
Entonces, existen componentes genéticos que contribuyen al desarrollo de las
enfermedades mentales.
Así es como Kandel explica ese encuentro entre mente y cerebro, basado en
investigaciones logradas especialmente gracias a las neuroimágenes, la biología
molecular y la genética. Retorna la importancia a lo biológico, especialmente a lo
genético, en las alteraciones conductuales y enfermedades mentales. Sin embargo, el
foco está puesto en la reciprocidad, es decir, cómo los comportamientos individuales y
sociales también influyen sobre lo orgánico.
A comienzos del año 2020, el virus ya había llegado a varios países de Europa. Finalmente
a principios de marzo del 2020, la OMS declara el estado de pandemia.
El 2020 fue un año especial, caracterizado por la pandemia por el virus COVID-19. Ese
año la temática elegida para conmemorar el 10 de octubre fue “Moverse por la Salud
Mental: invirtamos en ella”. Luego de varios años de luchar para que se “hable” de Salud
Mental, ahora el llamado es a “accionar”.
Son cuestiones que en APS debemos tener más que presentes, ya que, si bien en muchos
países han comenzado las campañas de vacunación y con ellas cierta esperanza en
relación al fin de la pandemia, aún hay mucho que no conocemos y las consecuencias
perdurarán unos años.
Nuestro contexto al día de hoy, y a lo largo del 2020, ha girado en torno al COVID 19 y la
pandemia. Por lo que en el video a continuación presentamos algunos aspectos
importantes a tener en cuenta en el abordaje de la Salud Mental en este marco.
Referencias bibliográficas
Henri Ey, P. Bernard y Ch. Brisset. (1978). Tratado de Psiquiatría. (8va Ed.).
Masson.
OMS. (2020). Día Mundial de la Salud Mental: una oportunidad para impulsar en
aumento a gran escala de la inversión en salud mental.
Bibliografía obligatoria
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Zumstein, N. & Riese, F. (2020). Defining Severe and Persistent Mental Illness. A
Pragmatic Utility Concept Analysis.
El siguiente artículo ayudará a profundizar el concepto de Trastornos Mentales
Severos y la razón de su utilización.
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Bibliografía complementaria
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