Tema 8
Tema 8
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817
TEMA-7.pdf
Apuntes de Lexicología
Facultad de Filología
Universidad de Sevilla
Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su
totalidad.
TEMA 7. UNIDADES
FRASEOLÓGICAS.
1. DEFINICIÓN.
A lo largo de los años se ha intentado hacer estudios que lleven luz al complicado universo que
ocupa la fraseología, delimitar su frontera, clasificar los tipos que la integran y dar definiciones
precisas que carecieran de cualquier ambigüedad, ha sido objetivos que muchas veces no se
han podido cumplir.
Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su
texto repetido, expresiones fijas, expresiones idiomáticas, expresión pluriverbal, unidad
pluriverbal, unidad pluriverbal lexicalizada y fraseologismo. Algunos autores que han
estudiado sobre este tema son Zuluaga, Corpas Pastor, Julio Casares.
Esta variedad de términos se debe a la controversia que existe entre los mismos autores a la
hora de definirlas y a la hora de clasificarlas. En la actualidad, se recurre al término de unidad o
unidades fraseológicas. Estas unidades constan al menos de dos o más palabras ortográficas
que presentan cierto grado de lexicalización y se caracterizan por su alta frecuencia de uso, de
coaparición en la lengua. También se caracterizan por su estabilidad sintáctico-semántica y por
su idiomaticidad.
Así pues, el proceso de constitución de dichas expresiones tiene como requisito un tipo de
repetición que se hace de uso normal en la comunidad lingüística. Se trata también de una
combinación de palabras que con el tiempo se convierten en fijas, es decir, el orden de los
componentes es inalterable y también por su origen y por su forma material, las expresiones
fijas o unidades fraseológicas se dan como elementos nacidos en el habla, pero por su
funcionamiento actual se consideran como estatus de unidades de la lengua.
Manuel Alvar afirma al respecto: “No me cabe la menor duda de que el hablante aprende las
expresiones fijas en bloque, esto es, las memoriza como una sola unidad, razón por lo que son
un tipo de lexía complejas en la concepción que vengo siguiendo de B. Pottier, una vez que las
ha memorizado el hablante las utiliza. Si se utilizan es porque se han fijado y entonces
habremos de afirmar que son unidades que pertenecen al habla.”
Por su parte, E. Coseriu en su libro Principio de semántica, las llama unidades de discurso
repetido y esto se entiende por el conjunto de todo aquello que en una tradición lingüística
aparece de forma fija, cristalizada, y comprende las unidades formadas por combinaciones fijas
de dos o más palabras.
totalidad.
2. CLASIFICACIÓN DE LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS.
Corpas Pastor (1996), Manual de Fraseología Española, Madrid, Gredos.
La primera clasificación de los fenómenos fraseológicos con aplicación a la lengua española hay
que buscarla en los años 50. Fue llevada a cabo por Julio Casares en 1950. Desde entonces, se
ha ido despertando el interés por estas unidades hasta llegar a nuestros días. Entre otros, se
han dedicado al estudio de este tema: E. Coseriu (1977), Zuluaga (1980), Tristán Pérez (1988),
Corpas Pastor (1996), etc.
De todas las clasificaciones, debemos destacar la realizada por Corpas Castor que las divide en
tres esferas que configuran el universo fraseológico como son las colocaciones, las locuciones y
los enunciados fraseológicos. La clasificación de Corpas Pastor toma como punto de partida la
distinción entre norma, sistema y habla, según la cual las colocaciones serían combinaciones de
unidades fijadas en la norma, las locuciones son unidades del sistema y los enunciados
fraseológicos son elementos establecidos en el habla, son enunciados completos, mientras que
los otros dos poseen el estatus de sintagma.
Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su
Hemos dicho que Corpas Pastor engloba las unidades en tres esferas:
Esfera 1. “Son las unidades fraseológicas solo fijadas en la norma y que no constituyen
enunciados completos, como las colocaciones”. Parque infantil, piso piloto.
Esfera 2. “Son las que están fijadas en el sistema y que tampoco constituyen
enunciados completos, como las locuciones”. Paño de lágrimas.
Esfera 3. “Son las unidades que tienen carácter de enunciado y están fijadas en el habla,
serían los enunciados fraseológicos.” El que no corre, vuela.
Para esta autora, las colocaciones, las locuciones y los enunciados fraseológicos forman la
totalidad de las unidades fraseológicas.
Con respecto a la fijación debemos hacer referencia a Leonor Ruíz Gurillo (1997) Aspectos de
fraseología teórica española, Valencia, Anejo 24 de Cuaderno de Filología, Universidad de
Valencia. Esta autora considera necesario hacer mención del concepto de fijación al hablar de
unidades fraseológicas “ya que es un mecanismo, íntimamente implicado con dicha propiedad”.
En estas unidades, el mecanismo de repetición es fundamental puesto que estas combinaciones
a fuerza de ser repetidas con la misma estructura gramatical y los mismos componentes léxicos,
se congelan como expresiones fijas.
Otro autor que habló mucho de la fijación de las unidades fraseológicas es Zuluaga en su
artículo “La fijación fraseológica”, Revista de Filología Española, 1975, página 226. Por otro lado,
hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de fijación en estas unidades, por
ejemplo, la
totalidad.
Quiere decir con esto que las unidades fraseológicas son cadenas completas y sus características
son su relativa estabilidad y su significado unitario. Esos rasgos que tiene facilita su aprendizaje,
su memorización y reproducción en bloque. La mayor parte de estas unidades tienen además la
cualidad de ser idiomáticas. Esto permite establecer distintos tipos de relaciones entre el
significado de los componentes y el significado global de la expresión. Por lo tanto, las unidades
fraseológicas pueden presentar dos tipos de significado, el significado denotativo literal y el
significado denotativo figurado o traslaticio. Ese significado traslativo viene o bien por una
metáfora, una metonimia o ambas cosas a la vez. Es precisamente este significado traslaticio el
responsable de la idiomaticidad. Estar a dos velas, el significado traslaticio es que no tiene
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dinero.
Sin embargo, no todas las unidades fraseológicas son idiomáticas puesto que se trata de una
característica potencial y no esencial. Con esto queremos decir que los significados traslaticios
son productos de procesos metafóricos o metonímicos y en algunas ocasiones puede haber en
esa expresión un significado traslaticio o no.
Según Corpas Pastor, “una combinación de palabras se explica primero y después cuando se
convierte en una unidad potencial o idiomática, es decir, capaz de modificar su significado”.
Encontrar o hallar uno la horma de su zapato, esta expresión nos la encontramos lexicalizada en
el DRAE y tiene un significado traslaticio, es una frase coloquial que significa “encontrar lo que
se acomoda a lo que se desea”.
Otras características que tienen estas unidades son la frecuencia de coaparición y frecuencia de
uso. Estos dos aspectos son también muy importantes en las unidades fraseológicas. Como
hemos dicho, una de las características más importantes es su fijación, pero tenemos que hacer
hincapié en que puede haber variación léxica con respecto a la fijación de las unidades. Esto
contradice lo que decía Zuluaga de que las unidades debían ser fijas o inalterables. Esto se da
desde el punto de vista diatópico o geográfico, aunque se da en muy pocos casos. Panzá de
comer, pechá de comer y jartá de comer, tres variaciones de la misma expresión, no coincide el
significante, pero sí el significado: “comer mucho”. Venir al pelo, venir de perilla y venir de perla,
lo que cambia es el complemento, “me viene muy bien”. Importar un bledo, importar un
pimiento, importar un pito, importar un huevo… “no importar nada”. No solo hay una variedad
diatópica, sino también una variedad diafásica. Estar hasta las narices, estar hasta el moño,
estar hasta el gorro o estar hasta los huevos.
totalidad.
Asestar un golpe, interponer un recurso, poner en cuestión, ruido infernal son algunos ejemplos
de colocaciones. La mayoría de las personas que estudian este tema dicen que son unidades
fraseológicas pluriverbales ya que están formadas por, al menos, dos palabras gráficas. Lluvia
torrencial. Se llama colocación a una combinación de palabras que aparece en la lengua con más
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frecuencia de la que cabría esperar. Lluvia torrencial es una colocación porque es habitual que
la palabra torrencial siempre vaya acompañada con lluvia.
En las colocaciones, las palabras conservan su sentido original, a diferencia de las locuciones, y
por el hecho de que aparezcan juntas no se combinan sus significados. Tenemos muchos
ejemplos de colocaciones ruido infernal. Se diferencia de los enunciados fraseológicos y las
locuciones puesto que en estos hay un significado unitario y normalmente el significado se
deduce por esa combinación léxica que presentan. Si te he visto no me acuerdo, en su sentido
unitario significa “me he olvidado de ti”.
Según Mª Auxiliadora Castillo Carballo, para caracterizar este tipo de unidades hay que tener
presente que el vocabulario se encuentra dividido en dos tipos fundamentales de palabras. En
primer lugar, las que presentan autonomía semántica y que por tanto pueden ser definidas sin
insertarlas en un contexto habitual de uso lingüístico. En segundo lugar, están las que dependen
semánticamente de otro vocablo, por lo que necesitan de un determinado contexto para
efectuar su concreta definición. Este segundo tipo siempre están supeditado a los que presentan
autonomía semántica. Ruido infernal, en este caso, infernal siempre estará supeditado a la base,
ruido pues esta presenta autonomía semántica.
Según esta autora, la combinación de una palabra autosemántica o base con otra o colocativo
se le llama colocación, lo cual pertenece a la norma entendida como lo que se ha hecho de uso
normal. Sin embargo, debemos decir que, aunque el colocativo depende de la base, la base es
la que elige siempre al colocativo. Tener (base) + hambre, sed, envidia, sueño, ganas…
(colocativos). Podríamos pensar que no se trata de un locativo, pero sí lo es porque es de uso
normal que el verbo tener se anexione estos términos y no el verbo poseer.
En cuanto a la clasificación de los colocativos encontramos muchas, pero vamos a seguir la que
lleva a cabo Corpas Pastor en su obra.
Según Julio Casares, define la locución como “combinación estable de dos o más términos que
funcionan como elemento oracional y cuyo sentido unitario consabido no se justifica sin más
como una suma del significado normal de los componentes”. De esta definición se extraen tres
rasgos fundamentales de las locuciones como son: combinación estable, funcionan como
elemento oracional y sentido unitario.
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verbales, locuciones adjetivales, locuciones adverbiales, locuciones preposicionales y
locuciones conjuntivas.
Las locuciones nominales pueden cumplir las funciones propias de sujeto como
cualquier sustantivo. Mosquita muerta, “la mosquita muerta se lució bien” (sujeto).
o Julio Casares introduce las locuciones de infinitivo dentro de las locuciones de
sujeto, por ejemplo, coser y cantar.
Las locuciones adjetivas funcionan como cualquier adjetivo y pueden funcionar como
atributo. El chico está sano y salvo.
o También existen locuciones adjetivas comparativas construidas con el adverbio
“como”. Se ha quedado blanco como la pared.
o También se da este tipo de comparación con la forma de superioridad “más
que”. Más papista que el Papa, más rojo que un tomate.
Las locuciones verbales poseen una estructura similar a la de los verbos, funcionan
como un verbo. Costar un ojo de la cara, ser la monda, dar de sí, meterse en camisa de
once varas.
Las locuciones adverbiales funcionan al igual que un adverbio, como complemento
circunstancial, pueden expresar circunstancia de tiempo, modo, cantidad… Bebió por un
tubo, se quedó en vilo, a grito pelado, a todas luces…
Las locuciones preposicionales funcionan como un enlace o transpositor de sustantivo
a sintagmas adverbiales. Encima de, delante de.
Las locuciones conjuntivas equivalen a conjunciones simples y funcionan de enlaces
oracionales e introducen una oración subordinada dentro de una principal. Siempre
que, en todos los casos en que…
totalidad.
De acuerdo con su uso en el contexto se establecen dos grupos: las paremias y las fórmulas
rutinarias o fórmulas pragmáticas. Ambos tipos se diferencian en dos aspectos. En primer lugar,
las paremias tienen significado referencial, mientras que las fórmulas rutinarias el significado es
de tipo social, expresivo o discursivo fundamentalmente. En segundo lugar, las paremias gozan
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de autonomía textual mientras que las fórmulas rutinarias vienen determinadas por la situación
y las circunstancias concretas.
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El Diccionario de la Lengua Española (DLE) define el término refrán como “dicho
agudo y sentencioso de uso común”. María Moliner en su Diccionario de Uso
del español dice “sentencia popular, repetida tradicionalmente con forma
invariable”. Sarna con gusto no pica. Siempre se da la misma expresión, pero
hay variantes de los refranes.
El refrán tiene unas características:
Tiene autonomía sintáctica. Esta característica se da cuando una unidad
de sentido por sí misma expresa una coherencia gramatical y puede
funcionar por sí sola, sin necesidad de ningún complemento para que
tenga lugar en el discurso. Funciona, por tanto, como una oración.
Tiene valor comunicativo y su propia entonación.
Autonomía textual. Esto hace referencia a que del refrán podemos
saber su significado completo con solo mencionar la primera parte de
este. Hay infinidad de refranes que son muy conocidos y que a veces no
hace falta mencionarlos completamente.
El refrán, por tanto, puede funcionar como un texto y que tiene un
significado intrínseco que los hablantes conocen. A caballo regalado no
le mires el diente.
La lexicalización es cuando aparece una unidad nueva que es
reconocida por el diccionario y eso es lo que ha ocurrido con la gran
mayoría de los refranes. Están recogidos por diversos diccionarios,
sobre todo en los diccionarios de refranes como Diccionario general
ilustrado de la lengua española de Manuel Alvar.
Carácter anónimo. De los refranes no se conoce el autor, son
combinaciones de palabras que surgen de la experiencia y tienen en su
mayoría una larga tradición sin conocer realmente quién fue su autor,
de transmitieron de forma oral y también de manera escrita.
Los refranes transmiten un consejo moral y este consejo se va forjando
con el paso del tiempo y se da a partir de lo vivido por una comunidad.
Los refranes son parte de la cultura de una nación.
o Además de estas características tienen otras intrínsecas como las
particularidades fónicas, el sentido metafórico, la formación en estructura
totalidad.
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pan duro, diente agudo. Quien más mira, menos ve. Nunca es tarde si la dicha
es buena.) o plurimembre (tiene más de dos secuencias, A bebedor fino, primero
agua y luego vino. La viuda rica, con un ojo llora y con el otro repica .). En muy
pocas ocasiones, también los refranes pueden presentar una estructura
unimembre, es decir, en una sola secuencia (Más vale prevenir que jurar. Una
buena capa todo lo tapa.) Generalmente hay una pausa entre las dos secuencias
y también las dos partes del refrán riman, ya sea asonante o consonante, por
ejemplo: Ave que vuela, a la cazuela. Ante la duda, la más tetuda. El que espera,
desespera.
Los refranes incluyen también infinidades de figuras retóricas, como por
ejemplo la hipérbole (El papel lo aguanta todo), la metáfora (En boca cerrada,
no entran moscas. A palabras necias, oídos sordos), la comparación (No es tan
fiero el león como lo pintan), la anáfora (Tanto tienes, tanto vales).
El refrán tiene un valor de verdad general. Se dice que esta característica es así
porque la mayoría de los refranes tiene un valor atemporal y se pueden usar en
cualquier momento, en cualquier situación para anunciar verdades generales.
En conclusión, un refrán es una frase autónoma, breve y concisa, con una
estructura más o menos general que se usa para transmitir reflexión o consejo
moral que los interlocutores suelen conocer, tiene valor de verdad general y la
naturaleza de este tipo de frase es popular y tradicional, han ido pasando de
generación en generación y algunas veces son característico de una zona
determinada y poseen un carácter anónimo.
Si quieres buena fama, no te dé el sol en la cama. / Si quieres tener
buena fama, no te halle el sol en la cama. Es una estructura bimembre y
hace referencia al sol al hacerse de día y a la cama como símbolo de la
noche. Es decir, para ser para tener buena fama no puedes estar en la
cama todo el día.
De tal palo, tal astilla. Hace referencia fundamentalmente a la
semejanza que hay entre el padre y el hijo al igual que el palo y la astilla.
No hay ningún tipo de rima.
En boca cerrada no entran moscas. Es uno de los refranes más comunes.
El consejo que te da es lo bueno y lo útil que puede ser en algunas
ocasiones estar callado para no meter la pata.
Cuando el río suena, agua lleva. / Cuando el río suena, piedra lleva. /
Cuando la sartén chilla, algo hay en la villa. Tiene rima. Hace referencia
con su significado a dejarse llevar por los rumores que se le atribuyen a
una persona. Se usa normalmente como crítica.
Tras la tempestad, viene la calma.
totalidad.
FÓRMULAS RUTINARIAS. Las fórmulas rutinarias se trata de enunciados fraseológicas
que se caracterizan por la ausencia de autonomía textual, pues la aparición de estas
expresiones están condicionadas por mayor o menor medida por una situación
comunicativa que implica con cierta frecuencia intercambios conversacionales.
o Fórmulas de apertura y cierre. Estas expresiones se dan al comienzo de un
encuentro, de tipo fático. ¿Qué tal? ¿Qué hay? ¿Cómo estás? ¿Puedo ayudarte
en algo? ¿Qué vas a tomar? Para terminar una conversación de forma
satisfactoria se dan expresiones como: hasta luego, hasta la vista, que te
mejores, cuídate mucho, gracias por todo, ha sido un placer…
o Fórmulas de transición. Permiten a los interlocutores tomar la palabra,
mantener el turno, orientar el cambio de este… A eso voy/iba, para que te
enteres…, no sé qué te diga, vamos a ver, qué te digo yo, dicho sea de paso, a
otra cosa mariposa, vaya por Dios, ¿me seguís?
o Fórmulas expresivas. Expresan la actitud del hablante y su sentimiento. Con
perdón, lo siento, ya lo creo, a mí me lo vas a decir, sobre mi cadáver, y un
jamón,
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¿qué? ni que puñetas, tararí que te vi, que Dios te lo pague, allá tú.
o Fórmulas comisivas. Expresan un compromiso del hablante para hacer algo en
el futuro para alguien. Te doy mi palabra, cruz y raya, palabra de honor.
o Fórmulas directivas. El objetivo es que el receptor se comprometa a hacer algo.
Al grano, ¿en qué quedamos?, corta el rollo, ¿qué mosca te ha picado?, no te
pongas así, no es para tanto.
o Fórmulas asertivas. Son para transmitir información que el hablante declara
verdaderas, no se implica ni al receptor ni al emisor. Ni qué decir tiene, palabra
que no, como lo oyes, las cosas no son como son, por mis muertos.
o Fórmulas rituales. Para saludar o despedirse. Buenos días, hasta luego, a seguir
bien, ¿qué es de tu vida?
Responden más bien a una economía del lenguaje y lo que resulta es una reducción de diversos
modos. No se trata de añadir como en la composición, sino de suprimir y eso lo hemos
denominado composición regresiva. Se opone a la formación de compuestos y derivados, pues
son composiciones de palabras extensivas.
Las siglas son el resultado de crear una nueva secuencia constituida por la suma de la letra
inicial de cada uno de los componentes de un sintagma o expresión compleja que forman una
unidad semántica.
totalidad.
En los periódicos, un fenómeno cada vez más abundante son las denominadas siglas
alfanuméricas. Estas siglas se componen de letras y números, por lo general, son sucesos que
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han pasado en una fecha determinada o por denominar algunas organizaciones. Por ejemplo,
EURO-11 se refiere al grupo de ministros de finanzas de países que forman la moneda única.
También suelen aparecer cuando hay conmemoraciones o fechas importantes: 23F, 11S, 11M.
Incluso los programas de televisión cuando se hacen famosos crean sus propias siglas: OT
(Operación Triunfo), GH (Gran Hermano). A las siglas se le puede poner prefijos: Anti-ETA, pro-
ETA.
En principio los acortamientos surgieron con valor estilístico pues dotaban a la palabra de un
carácter expresivo que contrastaba con el valor neutro de la palabra no reducida. Con
frecuencia, estos acortamientos sufren un proceso de lexicalización y son registrados por el
DRAE. Por ejemplo, bocata. Esto se produce por apócope.
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