Prueba Parcial CR CA 1 2023
Prueba Parcial CR CA 1 2023
Prueba Parcial CR CA 1 2023
Universidad Nacional
Facultad de Ciencias Sociales
Escuela de Historia.
Bachillerato en la Enseñanza de los Estudios Sociales y Educación Cívica.
Profesor Dr. Aarón Arguedas
DESARROLLO. 25 puntos
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1. De acuerdo con las lecturas realizadas en este curso, argumente por qué la
conquista de Costa Rica se dilató hasta 1560. Explique por qué no se produjo
como en el resto de Centroamérica. De acuerdo con los autores, ¿cuándo
concluyó la conquista de Costa Rica? ¿Cuáles eventos o acciones facilitaron el
paso de la conquista al asentamiento? Use ejemplos de lo leído. 8.33 puntos.
Meléndez, Cabezas, Castillero, Ibarra, Newson, Fonseca, Matthew, Obando,
Peralta y Solórzano.
La dilación de la conquista de Costa Rica hasta 1560 es un fenómeno histórico
que ha generado un profundo interés entre los historiadores y expertos en la materia.
La explicación de este proceso requiere una evaluación detallada de los factores
históricos y geográficos que distinguen a Costa Rica de otras regiones de América
Central y que influyeron en la duración de su conquista. Uno de los factores cruciales
que ha sido objeto de estudio, es la resistencia indígena. Los grupos indígenas en
Costa Rica, en particular los chorotegas y bruncas, presentaron una resistencia tenaz
frente a los conquistadores españoles. Esta resistencia fue alimentada por su
conocimiento profundo del terreno montañoso y la densa vegetación tropical, que
dificultó en gran medida el avance de los españoles. La documentación histórica y los
relatos de la época dan cuenta de la ferocidad de la resistencia indígena en Costa
Rica, lo que sin duda contribuyó a la prolongación del proceso de conquista.
Otro factor crucial que distingue a Costa Rica de otros sectores de
Centroamérica es la escasez de riquezas minerales significativas. Mientras que en
México se descubrieron grandes depósitos de oro y plata, y en el Perú se encontraron
vastas riquezas minerales, Costa Rica carecía de estos recursos en la misma medida.
Esta ausencia de riquezas minerales disminuyó el atractivo de Costa Rica para los
conquistadores, cuyo principal incentivo era la búsqueda de metales preciosos.
Pedrarias Dávila le escribe al emperador Carlos V, sobre la población de Bruselas en el
pacífico costarricense, al decir:
A diez deste mes de Abril de veinticinco años, llegó aquí á esta ciudad
de Panamá un mensajero de Poniente que mi teniente Francisco Fernandez
me envió, que se dice Sebastian de Benalcázar, que se ha hallado en todo lo
que se ha hecho al Poniente, con el cual me escribió é hizo saber las cosas
siguientes: En el estrecho dudoso (2) se pobló una villa, que se dice
Bruselas, en el asiento de Brutina (3), la cual tiene los llanos por una parte, y
por otra la mar y por otra la sierra, donde están las minas, que será á tres
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leguas. Están los indios pacíficos, y este pueblo está en medio de toda la
gente de aquellas provincias; es muy buena comarca, tiene buenas aguas y
hay res é montería é pesquería en cantidad. Es la tierra frutífera é de buenas
güertas y á propósito de pan de la tierra, que lleva en abundancia.1
Por lo que, los castellanos, miraron a una tierra prospera, con abundantes
recursos, sin embargo, la geografía de Costa Rica también desempeñó un papel crucial
en la dilatación de la conquista. La región se caracteriza por su orografía montañosa,
densa vegetación y pantanos, factores que crearon obstáculos considerables para la
expansión rápida de los conquistadores, estas mismas condiciones geográficas
adversas, dificultaron el avance de los españoles y contribuyeron a la prolongación del
proceso de conquista.
En cuanto a la fecha de conclusión de la conquista de Costa Rica, se situó en
torno a 1560, aunque no existe un evento singular que marque su fin. En lugar de ello,
fue un proceso gradual que se materializó a través de una serie de expediciones
militares y acuerdos con las poblaciones indígenas locales. El paso de la conquista al
asentamiento facilitó con la fundación de ciudades, como Cartago en 1563, que no solo
servían como centros administrativos y militares, sino que también representa un
avance en la consolidación del control español. Además, la implementación de
encomiendas permitió a los españoles establecer un sistema económico basado en el
trabajo forzado de la población indígena, lo que facilitó el asentamiento y la explotación
de los recursos locales.
Las enfermedades que afectaron a los indígenas y su curación entre estos
mismos pueblos, pudo ser un aspecto condicionante de las dinámicas de conquista en
Centroamérica. El aporte de Ibarra al citar a Newson, aludió a que las enfermedades
«no actúan con uniformidad, sino que son afectadas por factores ambientales como la
densidad de la población, los patrones de asentamiento, el tipo de organización
sociopolítica, la intensidad del contacto interpersonal, los hábitos de higiene, los
patrones alimentarios y la inmunidad»2, es decir, entre menor haya sido el número de
1 Manuel de Peralta, Costa-Rica, Nicaragua y Panamá, (Madrid, España: Librería de M. Murillo y París,
Francia: Librería de J.I. Ferrer, 1883), 33.
2 Eugenia Ibarra Rojas, «Las epidemias del Viejo Mundo entre los indígenas de Costa Rica antes de la
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3 Claudia Quirós, «Ciudades del siglo XVI: Marco político-jurídico para el surgimiento de los grupos hispanos
dominantes», en La era de la encomienda, por Claudia Quirós, (San José, Costa Rica: Editorial Universidad
de Costa Rica, 2002, 70.
4 Ibid., 70.
5 Ibid., 70.
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ingresaron con Vázquez de Coronado, la mayoría de ellos había optado por el regreso a
su ciudad de procedencia, y a 22 de los continuaron como vecinos de Cartago o Esparza
se les asignaron un total de 27 encomiendas con 4981 tributarios».6 Por lo que, a partir
de la llegada de Vázquez de Coronado, los nativos americanos, estuvieron bajo el
dominio español. A su vez, la organización comunal de la Costa Rica colonial estuvo
bajo el concepto de pueblo de indios, correspondiente a los asentamientos reducidos y
encomendados, los cuales fueron establecidos como condición necesaria y fundamental
del proceso de estructuración colonial.7
La capital colonial de Costa Rica se diferenció con las demás regiones
centroamericanas, debido a que estas capitales remanentes, fueron rodeadas de barrios
indígenas, en contra posición de Costa Rica, que sus pueblos indios fueron establecidos
en condiciones rurales8 en sus lejanías. El único barrio que existió, considerado como
urbano, era llamado San Juan de Herrera de los Naboríos, fundado en 1590, por el
Licenciado Velázquez Ramiro, en los alrededores de Cartago.9
Las actividades productivas que desempeñaron los indígenas a beneficio de los
vecinos españoles y de la Corona, en lo que denominaron tierras comunales,
enmarcadas por una realidad tradicional y social ya preexistentes, en donde todo el
pueblo gozó de la propiedad en conjunto. Quirós señaló que:
La tierra comunal asignada a cada pueblo de indios comprendía una
superficie circular cuyo radio medía 2.873 varas a partir del centro de la
plaza, y comprendía alrededor de 2.600 manzanas. Es bueno reiterar que
esas tierras eran abundantes, de óptima calidad y excelente ubicación,
condiciones que se evidencian fundamentalmente en los pueblos ubicados en
el Valle Central, por ejemplo Barva, Pacaca, Curriribá, Aserrí, Ujarrás, Cot,
Quircot y Tobosí.10
6 Ibid., 71.
7 Claudia Quirós, «Los pueblos de indios encomendados y su organización como productores directos de
productos autóctonos», en La era de la encomienda, por Claudia Quirós, (San José, Costa Rica: Editorial
Universidad de Costa Rica, 2002), 96.
8 Ibid., 96.
9 Ibid., 96.
10 Ibid., 103.
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Una de estas se denominó parceliada, adjudicar de forma anual a cada familia un lote,
donde el tamaño de este lote dependía de la cantidad de personas del núcleo familiar. La
segunda sección correspondía a la designación de área de pastos comunes para ganado
vacuno y caballar, la recolección de leña y otros. La tercera sección consistió en que los
ejidos indígenas poseían una llamada tierra de uso común, dedicada a las labores
agrícolas comunales.11
Otras de las actividades productivas que fungieron los trabajadores indígenas, fue la
producción familiar, que implicó la siembra de maíz, frijoles y de otros productos para la
subsistencia familiar. Sin embargo, «debido al fuerte control de las autoridades sobre la
producción comunal […] con el excesivo trabajo impuesto por el encomendero, el fraile o
corregidor, no les quedaba tiempo para hacer sus sementeras y que las tenías
abandonadas».12 La producción comunal, a su vez, entendida como la explotación de las
tierras de uso común, se realizó de forma colectiva. Utilizado en favor del tributo en
especie que cada comunidad debía entregar a su encomendero y a la Corona. Además, la
Iglesia local, era beneficiaria de esta producción, puesto que de esta dependía la
manutención del fraile doctrinero, el pago de sus aranceles y otros gastos. 13 Parte de los
resultados en la Costa Rica colonial fue que:
[…] la provincia de Costa Rica vivió una severa crisis económica
durante el siglo XVII, producto entre otros factores de la disminución
demográfica de las poblaciones indígenas y de la consecuente mengua de la
oferta de mano de obra y de la caída d ellos tributos en especie […].14
11 Ibid., 104.
12 Ibid., 104.
13 Ibid., 104.
14 Rina Cáceres, Negros, mulatos, esclavos y libertos en la Costa Rica del siglo XVII¸ (San José, Costa Rica:
encomienda, por Claudia Quirós, (San José, Costa Rica: Editorial Universidad de Costa Rica, 2002), 129.
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16 Carmela Velázquez Bonilla, «La diócesis de Nicaragua y Costa Rica: Su conformación y sus conflictos,
1531-1850». Revista de Historia, n.°49-50 (2004): 248,
https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/historia/article/view/1788/1694
17 Rina Cáceres, Negros, mulatos, esclavos y libertos en la Costa Rica del siglo XVII…, 27.
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18 Ibid., 27.
19 Stephen Webre, «Las compañías de milicia y la defensa del istmo centroamericano en el siglo XVII: el
alistamiento general de 1673», Revista Mesoamérica, n.° 19 (diciembre 1987): 515.
20 Pedro Luango, ed, «Mares fortificados: Protección y defensa de las rutas de globalización en el siglo
22 Juan Carlos Solórzano Fonseca, «La ofensiva misional de los franciscanos recoletos en Centroamérica a
comienzos del siglo XVIII». En Los indígenas en la frontera de la colonización, Costa Rica 1502-1930, por
Juan Carlos Solórzano Fonseca, (San José, Costa Rica: Editorial UNED, 2013), 182
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23 Ricardo Blanco Segura, Historia Eclesiástica de Costa Rica, 1502-1850, (San José, Costa Rica: Editorial
Universidad Estatal a Distancia, 1983), 37
24 Rina Cáceres, Negros, mulatos, esclavos y libertos en la Costa Rica del siglo XVII…, 28.
26 Ibid., 200-201.
27 Ibid., 219.