Caso de Estudio
Caso de Estudio
Caso de Estudio
De: Saul Krugman y Joan P. Giles. “Viral Hepatitis: New Light on an Old Discase”,
Journal of the American Medical Association 212 (10 mayo 1970): 1019-29: Henry
Beecher, Research and the Individual (Boston: Little, Brown, 1970); cartas al editor
de Lancet: de Stephen Goldby (10 abril 1971), Saul Krugman (8 mayo 1971),
Edward N. Willey (22 mayo 1971), Benjamín Pasamanil (22 mayo 1971), Joan Giles
(29 mayo 1971), M. H. Pappworth (5 junio 1971), Geoffrey Edsall (10 Julio 1971); P.
J. Inpelfinper, “Ethics of Experiments on Children”, New England Journal of Medicine
288 (12 abril 1973): 791- 792; Saul Krugman, “The Willowbrook Hepatitis Studies
Revisited: Ethical Aspects”, Reviews of Infections Discases 8 (enero-febrero 1986):
157-162.
La escuela estatal Willowbrook era una institución para chicos retrasados de Staten
Island, Nueva York. El número de sus residentes aumentó de 200, en 1949, a más
de 6000 en 1963. Se informó de casos de hepatitis entre los niños, por primera vez,
en 1949, y en 1954 el Dr. Saúl Krugman y sus colegas, incluyendo a la Dra. Joan
Giles y al Dr. Jack Hammond, prestigiosos pediatras de reconocimiento
internacional, empezaron a estudiar la enfermedad en la institución. De los 5200
residentes de Willowbrook durante una parte del estudio, 3800 eran retrasados
mentales profundos, con coeficientes intelectuales de menos de 20. Además, al
menos 3000 de los chicos no controlaban esfínteres. Dado que la hepatitis
infecciosa (tipo A) se transmite por vía fecal-oral, y dado que los niños susceptibles
eran constantemente admitidos en la institución, la hepatitis contagiosa era
permanente y endémica.
Tal como el mismo Krugman describe la situación en 1971: “la hepatitis vírica era
tan prevalente que los niños susceptibles admitidos recientemente se infectaban en
6 a 12 meses después de entrar en la institución. Estos niños eran una fuente de
infección para el personal que les atendía y para las familias que les visitaban.
Estábamos convencidos de que la solución del problema de la hepatitis en esta
institución dependía de adquirir conocimientos que llevaran al desarrollo de un
agente inmunizador efectivo. Los logros con la viruela, la difteria, la poliomielitis y,
más recientemente, con el sarampión, proporcionaban elocuentes ilustraciones de
este planteamiento”.
MÉTODO:
Fueron incluidos un total de 750 niños de la institución en un período de tiempo de
casi 10 años.
Se realizaron 5 estudios.
Se incluyeron niños entre 3 y 7 años recién ingresados a la institución.
Fueron ingresados en una sala especial (unidad de hepatitis) donde recibían una
atención especial y estaban especialmente protegidos del contagio de otras
infecciones (shigelosis, sarampión, etc.)
Contaban con atención especial de médicos y enfermeras.
Los niños fueron agrupados en cada uno de los estudios. Un grupo recibió una
preparado por vía oral que había sido elaborado a partir de la materia fecal de niños
infectados. A otro grupo se le inoculaba por vía intramuscular un preparado
elaborado con suero de pacientes infectados con hepatitis.
El diagnóstico se realizó con criterios clínicos y de laboratorio (serologías). Fueron
registrados distintos hallazgos clínicos y de laboratorio.
Y se realizó un seguimiento pormenorizado de los pacientes, sus complicaciones y
su evolución.
Justificación:
Krugman fundamentó el estudio de la siguiente manera: “Es bien sabido que la
hepatitis vírica en los niños es más leve y benigna que la misma enfermedad en los
adultos. La experiencia ha revelado que la hepatitis en niños retrasados mentales
institucionalizados es también leve, en contraste con el sarampión, que se convierte
en una enfermedad más grave cuando ocurre en epidemias institucionales que
afectan a retrasados mentales. Nuestra intención de exponer a un pequeño número
de los niños admitidos recientemente (finalmente fueron implicados en total 750 a
800 niños) a cepas del virus de la hepatitis de Willowbrook, estaba justificada en
nuestra opinión por las siguientes razones: 1) iban a exponerse inevitablemente a
las mismas cepas en las condiciones naturales existentes en la institución; 2) se les
admitiría en una unidad especial, bien equipada y con personal competente, donde
serían aislados de la exposición a otras enfermedades infecciosas, prevalentes en
la institución, es decir, shigellosis, parasitosis e infecciones respiratorias, por tanto
su exposición en la unidad de hepatitis estaría asociada con menor riesgo que el
tipo de exposición institucional en la que podían adquirirse múltiples infecciones; 3)
probablemente iban a tener una infección subclínica seguida de una inmunidad para
ese virus de la hepatitis; y 4) sólo se incluirían niños cuyos padres dieran su
consentimiento”.