Ficha Análisis Jurisprudencial

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FICHA ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL

ESTUDIANTE: KARLA MOLINA ZABALETA

MATERIA: CIVIL FAMILIA

1. IDENTIFICACIÓN

Número: C- 075 de 2007

Magistrado Ponente: Dr. Rodrigo Escobar Gil

Salvamento de voto: Dr. Jaime Araujo Renteria

2. NORMA DEMANDADA

Demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 1 y 2, parciales, de la Ley 54 de 1990,


modificada parcialmente por la Ley 979 de 2005. “Por la cual se definen las uniones maritales de
hecho y el régimen patrimonial entre compañeros permanentes”.

3. PRINCIPALES ARGUMENTOS DE LA DEMANDA

1. Discriminación: Se argumenta que los artículos de la Ley 54 de 1990 discriminan a las


parejas homosexuales al limitar el reconocimiento y la protección legal a las parejas
heterosexuales. Se sostiene que esta discriminación es contraria a los principios
constitucionales de igualdad y no discriminación.
2. Derecho de asociación: Se argumenta que la restricción del reconocimiento legal y la
protección a las parejas homosexuales constituye una violación del derecho a la libre
asociación consagrado en el artículo 38 de la Constitución. Se sostiene que las parejas
homosexuales también deben tener derecho a formar una unión legalmente reconocida.
3. Derechos patrimoniales: Se argumenta que las parejas homosexuales carecen de
protección legal en el ámbito patrimonial, lo que les impide reclamar derechos económicos y
patrimoniales en caso de terminación de la convivencia o fallecimiento de uno de los
miembros de la pareja. Se sostiene que esta falta de protección patrimonial constituye una
discriminación injustificada.
4. Derechos laborales y de seguridad social: Se argumenta que las parejas homosexuales
no tienen acceso a los mismos derechos laborales y de seguridad social que las parejas
heterosexuales. Se sostiene que esta diferencia de trato es discriminatoria y contraria a los
principios constitucionales.

4. PROBLEMA JURÍDICO QUE EVIDENCIA LA CORTE

En esta oportunidad le corresponde a la Corte determinar si la ley, al establecer el régimen


patrimonial entre compañeros permanentes y limitarlo a las uniones conformadas por un hombre y
una mujer, viola los derechos fundamentales a la igual protección, al respeto de la dignidad
humana, al mínimo vital y a la libre asociación de los integrantes de las parejas conformadas por
personas del mismo sexo. Como presupuesto para el análisis de los cargos, la Corte procederá a
hacer de manera breve unas consideraciones generales en torno al régimen legal de protección
de los compañeros o compañeras permanentes y sobre la situación actual de la comunidad
homosexual a la luz del ordenamiento constitucional.
5. DECISIÓN

Declarar la EXEQUIBILIDAD de la Ley 54 de 1990, tal como fue modificada por la Ley 979 de
2005, en el entendido que el régimen de protección en ella contenido se aplica también a las
parejas homosexuales.

6. ARGUMENTOS DE LA DECISIÓN

1. Causal de inconstitucionalidad por omisión del legislador: Los intervinientes


argumentaron que los artículos acusados evidencian una causal de inconstitucionalidad por
omisión del legislador, ya que la exclusión de las parejas homosexuales carece de razones
objetivas y suficientes. Además, sostienen que la relación de las parejas homosexuales es
asimilable a la de la vida común entre heterosexuales, lo que genera una discriminación
injustificada.
2. Violación del derecho de asociación: Los intervinientes argumentaron que la imposibilidad
de que las parejas homosexuales sean destinatarios de los efectos patrimoniales contenidos
en la Ley 54 de 1990 constituye una vulneración del derecho de asociación consagrado en
el artículo 38 de la Constitución. Sostienen que las uniones de pareja, independientemente
de si están compuestas por personas de igual o diferente sexo, deben ser protegidas por el
Estado, y que es discriminatorio que el ordenamiento reconozca efectos para las uniones de
pareja con determinada orientación sexual y desconozca los mismos derechos a otras
parejas.
3. Incumplimiento de los deberes del legislador: Los intervinientes sostienen que ha
pasado más de 10 años desde que se reconoció la existencia de ciertas injusticias en contra
de las personas homosexuales, y consideran que es necesario que la Corte Constitucional
exhortó al legislador para que regule las relaciones de los homosexuales y se replanteen los
nuevos factores sociales que han determinado un cambio de concepción en los últimos años
respecto a este grupo de personas. 1
4. Nulidad procesal y falta de requisitos de la demanda: Se presentó una solicitud de
nulidad del proceso y un fallo inhibitorio por parte de un ciudadano, argumentando que la
demanda carece de requisitos y es inepta para un fallo de fondo. Sin embargo, la Corte
consideró que la solicitud era extemporánea y que los argumentos presentados no violaban
el debido proceso constitucional. Por lo tanto, la Corte procedió a ocuparse del análisis de la
demanda.

7. RATIO DECIDENDI

En primer momento la Corte reconoce que tal como se plantea en la demanda y en varias de las
intervenciones, los homosexuales que cohabitan se encuentran desprotegidos
patrimonialmente, porque al terminarse la cohabitación no tienen herramientas jurídicas para
reclamar de su pareja la parte que les corresponde en el capital que conformaron durante el
tiempo de convivencia, desprotección que es también evidente en el evento de muerte de uno
de los integrantes de la pareja, caso en el cual, por virtud de las normas imperativas del derecho
de sucesiones, el integrante supérstite podría ser excluido de la titularidad de los bienes que
conforman ese patrimonio, por el derecho de los herederos del causante.
condiciones materiales de existencia, o como expresión de la intangibilidad de la integridad
física y moral.
En ese contexto, la previsión constitucional conforme a la cual el Estado se encuentra fundado
en el respeto a la dignidad humana (C.P. art. 1.), impone a las autoridades públicas el deber de
adoptar las medidas de protección indispensables para salvaguardar los bienes jurídicos que
definen al hombre como persona, y entre los cuales se cuentan, la libertad, la autonomía, la
integridad física y moral, la exclusión de tratos degradantes, la intimidad personal y familiar, y
ciertas condiciones materiales de existencia.

Por otro lado, la Corte ha entendido que el derecho al libre desarrollo de la personalidad
consagra una protección general de la capacidad que la Constitución reconoce a las personas
para autodeterminarse, esto es, a darse sus propias normas y desarrollar planes propios de
vida, siempre y cuando no se afecten derechos de terceros o el orden jurídico. Para la Corte,
este derecho se vulnera “cuando a la persona se le impide, en forma irrazonable, alcanzar o
perseguir aspiraciones legítimas de su vida o valorar y escoger libremente las opciones y
circunstancias que le dan sentido a su existencia y permiten su realización como ser humano”,
y, por consiguiente, “…las restricciones de las autoridades al artículo 16, para ser legítimas, no
sólo deben tener sustento constitucional y ser proporcionadas sino que, además, no pueden
llegar a anular la posibilidad que tienen las personas de construir autónomamente un modelo de
realización personal, por cuanto estarían desconociendo el núcleo esencial de este derecho.”
, resulta claro que la falta de reconocimiento jurídico de la realidad conformada por las parejas
homosexuales es un atentado contra la dignidad de sus integrantes porque lesiona su
autonomía y capacidad de autodeterminación al impedir que su decisión de conformar un
proyecto de vida en común produzca efectos jurídico patrimoniales, lo cual significa que, dado
un régimen imperativo del derecho civil, quedan en una situación de desprotección que no están
en capacidad de afrontar. No hay razón que justifique someter a las parejas homosexuales a un
régimen que resulta incompatible con una opción vital a la que han accedido en ejercicio de su
derecho al libre desarrollo de la personalidad, ni resulta de recibo que la decisión legislativa de
establecer un régimen para regular la situación patrimonial entre compañeros permanentes, sea
indiferente ante los eventos de desprotección a los que puede dar lugar tratándose de parejas
homosexuales.

La afectación de la dignidad, finalmente, también se desprende de una manera directa, de la


ausencia de reconocimiento jurídico de las opciones vitales de las personas. Ello se produce en
este caso porque la realidad de las parejas homosexuales y de las personas que las integran no
es reconocida y resulta invisible para el ordenamiento jurídico, puesto que, no obstante que
dichas personas han obrado en ejercicio de una opción protegida por la Constitución, son
ignoradas por el ordenamiento jurídico cuando se trata de resolver los conflictos patrimoniales
que pueden surgir de tal decisión

La Ley 54 de 1990, tal como fue modificada por la Ley 979 de 2005, en la medida en que se
aplica exclusivamente a las parejas heterosexuales y excluye de su ámbito a las pareja
homosexuales, resulta discriminatorio. Así, no obstante las diferencias objetivas que existen
entre los dos tipos de pareja, y las específicas consideraciones que llevaron al legislador del
año 1990 a establecer este régimen de protección, fundadas en la necesidad de proteger a la
mujer y a la familia, no es menos cierto que hoy por hoy puede advertirse que la parejas
homosexuales presentan requerimientos análogos de protección y que no existen razones
objetivas que justifiquen un tratamiento diferenciado.

No puede perderse de vista que el objeto de la ley es atender a la disposición del patrimonio
conformado durante el tiempo de cohabitación en los eventos en los que la misma termine por
cualquier causa. En ese contexto, el régimen legal tiene dos manifestaciones centrales: Por un
lado, se establece la presunción sobre la existencia de una sociedad patrimonial entre
compañeros permanentes, y por otro, aunque concebida desde una perspectiva probatoria, se
contempla la posibilidad que tienen los integrantes de la pareja, a partir de la convivencia
mantenida por un período de al menos dos años, de acceder voluntariamente a ese régimen
mediante declaración ante notario o en el escenario de una conciliación. Independientemente de
la motivación original de la ley, es claro que hoy la misma tiene una clara dimensión protectora
de la pareja, tanto en el ámbito de la autonomía de sus integrantes, como en el de las hipótesis
de desamparo que en materia patrimonial puedan surgir cuando termine la cohabitación. En esa
perspectiva, se reitera, mantener ese régimen de protección exclusivamente para las parejas
heterosexuales e ignorar la realidad constituida por las parejas homosexuales, resulta
discriminatorio. Por tanto se declara la exquebilidad de la ley pero integrando el hecho que la
pareja homosexual que cumpla con las condiciones previstas en la ley para las uniones
maritales de hecho, esto es la comunidad de vida permanente y singular, mantenida por un
periodo de al menos dos años, accede al régimen de protección allí dispuesto, de manera que
queda amparada por la presunción de sociedad patrimonial y sus integrantes pueden, de
manera individual o conjunta, acudir a los medios previstos en la ley para establecerla cuando
así lo consideren adecuado.

8. INTERVENCIONES

La Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario interviene en el caso para


argumentar que existe cosa juzgada y que la Corte Constitucional no puede pronunciarse sobre
el fondo del asunto. Sostiene que la Sentencia C-098 de 1996 ya resolvió los mismos aspectos
que se plantean en esta ocasión y que la Ley 54 de 1990 no discrimina a las parejas
homosexuales, sino que regula un fenómeno social específico. Además, señala que la
exclusión de parejas homosexuales de los efectos civiles de la Ley 54 no viola sus derechos,
ya que la ley estaba enfocada en regular las consecuencias de la convivencia de parejas
heterosexuales. La Facultad considera que cualquier vacío legal debe ser discutido y regulado
por el Congreso, no por la Corte Constitucional.

El Ministerio del Interior y de Justicia presentó una intervención en la cual defendió la


constitucionalidad de los artículos demandados. En primer lugar, argumentó que existe cosa
juzgada constitucional, ya que la Corte Constitucional se pronunció previamente sobre los
mismos artículos en la Sentencia C-098 de 1996. Además, señaló que no ha habido un cambio
en el bloque de constitucionalidad que justifique revisar nuevamente la norma demandada. En
cuanto a los cargos presentados por los demandantes, el Ministerio sostuvo que no se ha
violado el derecho a la libre asociación, ya que la Ley 54 buscó desarrollar el concepto de
familia establecido en la Constitución, sin coartar la posibilidad de asociación libre de las
personas. También argumentó que los derechos conferidos a las parejas de distinto sexo no
generan discriminación hacia los homosexuales, ya que la normatividad busca establecer
condiciones adecuadas para el bienestar de la familia y condiciones de igualdad en los
derechos y obligaciones de ambos géneros.

La Academia Colombiana de Jurisprudencia intervino en el proceso para coadyuvar la


demanda presentada contra los artículos 1 y 2 de la Ley 54 de 1990. En su intervención, la
Academia argumentó que la exclusión de las parejas homosexuales de los efectos civiles de la
Ley 54 constituye una discriminación injustificada y una violación del derecho a la igualdad y la

no discriminación. Además, señaló que la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha


reconocido que las parejas homosexuales tienen derecho a la protección y el reconocimiento
de sus uniones. La Academia también hizo referencia a la jurisprudencia internacional y a los
tratados de derechos humanos ratificados por Colombia, que establecen la obligación de
proteger los derechos de las personas homosexuales.

El Procurador General de la Nación sostiene que la demanda plantea la necesidad de


resolver dos problemas jurídicos: primero, si es contrario a los principios constitucionales y a los
instrumentos internacionales ratificados por Colombia que el reconocimiento y protección que
se dispensa a las parejas heterosexuales en la Ley 54 de 1990 se restrinja a ellas y, segundo,
si el efecto negativo que han sufrido las parejas homosexuales se deriva de la falta de una
regulación específica. El Procurador argumenta que el legislador no está obligado a regular de
la misma manera las parejas homosexuales y heterosexuales, ya que estas tienen
características diferenciadas, como la conformación de familia. Sin embargo, reconoce que
existen impactos negativos en las parejas homosexuales debido a la falta de una regulación
específica y que se deben tomar medidas para garantizar la igualdad real y efectiva. Por lo
tanto, propone que se declare la exequibilidad de los artículos demandados, pero bajo la
condición de que no se apliquen como referentes para limitar los derechos fundamentales de
las personas y parejas homosexuales.

En cuanto a la solicitud de nulidad presentada, el Procurador considera que no se cumplen los


requisitos para anular el proceso, ya que no se evidencia una violación del debido proceso
constitucional que sea significativa y trascendental respecto a la decisión adoptada. Además,
señala que la solicitud de fallo inhibitorio por ineptitud sustantiva de la demanda es
extemporánea y desborda el cometido propio de los incidentes de nulidad.

9. SALVAMENTO DE VOTO

El principal argumento del salvamento de voto es que la sentencia no reconoce de manera


integral los derechos de las parejas homosexuales. El magistrado sostiene que los problemas de
debate y los más difíciles en relación con la protección de los derechos de los homosexuales son
temas de derecho civil, como el matrimonio, la adopción y los alimentos, entre otros. En su
opinión, la expresión "efectos civiles" contenida en la Ley 54 de 1990 no se refiere únicamente a
los efectos patrimoniales, sino que tiene una connotación amplia que abarca todos los aspectos
jurídicos en los que están desprotegidas las parejas no heterosexuales Además, el magistrado
argumenta que la Ley 54 de 1990 representa una discriminación tanto para las parejas
homosexuales como para las parejas heterosexuales, ya que restringe los efectos jurídicos y el
reconocimiento de los derechos que deben ser reconocidos a las uniones maritales de hecho.
Considera que el concepto de familia no se reduce a la conformada por un hombre y una mujer,
y que las uniones maritales de hecho deben tener los mismos derechos y obligaciones que el
matrimonio, tanto para las parejas heterosexuales como para las parejas homosexuales Otro
argumento importante es que la discriminación a las parejas no heterosexuales constituye una
violación al principio de la dignidad humana, así como a los derechos a la igualdad y a la
libertad. El magistrado sostiene que para proteger realmente los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución, es necesario otorgarles a todas las personas, sin distinciones, el
reconocimiento pleno y total de sus derechos. Considera que no se protegen realmente los
derechos cuando se hace de manera parcial, y que es necesario eliminar todas las formas de
discriminación hacia las parejas homosexuales.

10. COMENTARIO

La sentencia realiza análisis profundo y detallado sobre la necesidad de ampliar el


reconocimiento de los derechos humanos en el ordenamiento jurídico, específicamente en
relación con las parejas homosexuales. Estoy de acuerdo con la idea de que es fundamental
que la Corte Constitucional tome medidas para eliminar la discriminación y garantizar la
igualdad de derechos para todas las personas, independientemente de su orientación
sexual. Es alentador ver cómo se mencionan tratados internacionales y jurisprudencia
internacional que respaldan la protección de los derechos de las personas homosexuales.
Además, se destaca el cambio social y la evolución de la sociedad hacia una mayor
tolerancia y respeto hacia la diversidad. Esto refuerza la importancia de adaptar el
ordenamiento jurídico a esta nueva realidad y garantizar que todas las personas tengan
acceso a los mismos derechos y beneficios. En este sentido, la decisión de la Corte
Constitucional de Colombia de examinar la constitucionalidad de la Ley 54 de 1990 y
considerar la inclusión de las parejas homosexuales en la definición de compañeros
permanentes es un paso en la dirección correcta. Esta decisión permitiría que las parejas
homosexuales tengan acceso a los mismos derechos y protecciones legales que las parejas
heterosexuales, eliminando así la discriminación injustificada. En resumen, apoyo
plenamente el reconocimiento y ampliación del ordenamiento jurídico en pro de los derechos
humanos, incluyendo la igualdad de derechos para las parejas homosexuales. La decisión
de la Corte Constitucional de Colombia es un avance hacia la garantía de la igualdad y el
respeto a la diversidad en la sociedad.

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