Literatura Del Siglo XX 2023
Literatura Del Siglo XX 2023
Literatura Del Siglo XX 2023
El siglo se ve también determinado por el auge de la industria editorial, con grandes sellos, la
publicación a gran escala y el creciente papel de las escuelas, las críticas literarias y los círculos
académicos, como filtros para el lector. Se extienden diversos premios literarios, entre los que destaca
el Premio Nobel de Literatura por su prestigio internacional. La cantidad de lectores potenciales creció
gracias a la ampliación de la educación básica y las campañas de alfabetización, resultando en un
aumento sin precedentes de la disponibilidad de libros y otros formatos que también incluyen
literatura, tales como revistas y periódicos.
Como el desarrollo de corrientes y generaciones varía bastante en función de la zona de estudio, este
artículo aborda la literatura en una estricta división por décadas, aunque hay movimientos que no se
ajusten a esta delimitación temporal y abarquen períodos más amplios o más cortos.
De 1900 a 1909[editar]
El siglo se inicia en un ambiente que mezcla el optimismo por los avances tecnológicos y la nostalgia de
un pasado idealizado, encarnado en el espíritu del fin de siècle de la literatura del siglo xix. Un ejemplo
de esta dualidad la encarna el novecentismo catalán, que al mismo tiempo quiere modernizar el arte y
abrazar los nuevos tiempos, entronca con los clásicos grecolatinos y reivindica el Mediterráneo como
espacio histórico, vinculándose con las civilizaciones anteriores (algunos autores destacados
son Carner y Eugeni d'Ors). Es la década donde se pone definitivamente en cuestión el realismo como
técnica, y donde se publican obras que inauguran la literatura infantil y juvenil moderna.
En el ámbito anglosajón se da el llamado periodo eduardiano (por el rey Eduardo VII del Reino Unido)
caracterizado por la división entre alta literatura y literatura popular que influiría la crítica del siglo
entero, especialmente en las novelas. Los periódicos continuaron siendo el vehículo de difusión de
cuentos y novelas, como lo fueron en décadas pasadas. Se reivindica la fantasía, el mundo interior, a
veces lleno de color, como el mundo de Beatrix Potter, Peter Pan o El mago de Oz, y a veces
amenazantes como El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad. Triunfa el exotismo (reediciones de las
obras de Rudyard Kipling) y el alejamiento a través del humor (comienza a tener éxito un autor como P.
G. Wodehouse).
Se inicia la edad de plata de la literatura rusa que rompe también con la
representación realista, especialmente en la poesía, a diferencia de la
mayoría de las tradiciones europeas.
El occitano Frederic Mistral recibe el premio Nobel e importa la Renaixença catalana en sus obras,
alejándose de la producción de los vecinos franceses que exploran los límites del simbolismo (André
Gide) y comienzan a romper con las reglas de la sintaxis y los relatos ordenados cronológicamente.
París seguía siendo la meca artística por excelencia y muchas de las grandes obras literarias de autores
de diferentes países se forjaron en sus cafés y tertulias.
España estaba marcada por el desastre de la pérdida de las últimas colonias, que había provocado el
surgimiento de la Generación del 98, que domina con sus escritos reflexivos1 para tratar de entender el
presente hispánico, diferente del camino europeo. Las influencias de los autores hispanoamericanos,
que ya se habían puesto de manifiesto en el modernismo, marcan la renovación de una literatura
fuertemente anclada en la tradición y en la revisión del pasado (con la excepción de figuras como Juan
Ramón Jiménez que progresa en movimientos posteriores con su poesía sensualista). Igualmente
estaban en una etapa anterior los autores japoneses de influencia occidental, que continuaron
cultivando el naturalismo junto con la lírica tradicional.
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) marca la primera auténtica rotura literaria del siglo. Aunque
los autores de 1910 a 1914 todavía pueden mostrar un optimismo y un deseo de modernización, la
guerra hace que todos los escritos hablen de la condición humana, la muerte, el destino europeo y la
decadencia de la ética. El conflicto provocó la pérdida de vida a gran escala, no sólo entre militares sino
también entre la población civil, y causó una severa crisis económica en Europa.
Se inicia el modernismo anglosajón, que no tiene que ver con el modernismo hispanoamericano sino
con una renovación de la narrativa que pasa la preponderancia a los Estados Unidos, menos afectados
por la guerra. James Joyce comienza a explorar los límites de la lengua inglesa, reproduciendo el
lenguaje mental y lo onírico, porque durante esta década ya se aprecia la huella de Freud. En poesía,
son populares las composiciones de T. S. Eliot.
En lengua alemana, el escritor checo de origen judío Franz Kafka recoge la desconfianza de la realidad y
el pesimismo continental en unos relatos donde el individuo no puede nada ante el Estado, el absurdo
o los demás. En La metamorfosis, un hombre se transforma en un insecto no identificado, subrayando
la deshumanización en la que puede convertirse en los tiempos modernos.
Los felices años veinte intentan olvidar los horrores de la guerra. Por eso el arte se vuelve frívolo,
hedonista y trata de recuperar el optimismo, huyendo de la realidad, fijándose sólo en los detalles y no
en el marco histórico. La influencia de la música y el cine comienza a hacerse patente en los escritos,
que adoptan un ritmo más rápido. En este contexto surge con fuerza el surrealismo, recogiendo
los hallazgos del
En los años 30 vuelve la literatura más reflexiva, que analiza el contexto histórico y preludia el
existencialismo, como por ejemplo la obra de André Malraux o Louis- Ferdinand Céline. Los autores de
muchos países están marcados por la situación política, con cambios de régimen y el auge del
totalitarismo. En Alemania, con el ascenso del nazismo comienza a cultivarse una literatura de
exaltación nacional mientras que el realismo socialista se impone a la literatura rusa y la de los países
de la órbita soviética, un movimiento que combina el adoctrinamiento político con un realismo
costumbrista, donde el proletariado es el principal protagonista. Los disidentes deben escribir en
secreto o hacer desaparecer sus libros, ya que se implanta la censura artística. Varios autores europeos
alertan sobre el peligro del
control estatal: aparece entonces la distopía, como Un mundo feliz de Aldous Huxley.
En los Estados Unidos, la Gran Depresión (1929) marca el tema de la mayoría de las novelas, con
autores como John Steinbeck o Henry Miller. Dentro de la novela de género cabe destacar la figura de
Agatha Christie; su obra Diez negritos puede considerarse el primer superventas del siglo (con más de
100 millones de copias vendidas). Las intrigas de detectives ocupan un lugar preeminente en las
preferencias lectoras del período.
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) supone un punto de inflexión, tanto por los combates y sus
consecuencias, como por el holocausto, uno de los grandes temas de la segunda mitad del siglo (así
como la identidad de los judíos y su papel en Israel, asunto que dividirá políticamente la clase
intelectual). El Diario de Ana Frank, escrito durante esta época, puede ser visto como uno de los libros
inaugurales de esta tendencia, y Primo Levi como uno de sus máximos representantes. Surge el
existencialismo, con las obras de Jean-Paul Sartre, ante la angustia de un error repetido, la falta de
sentido de la vida y la libertad combativa que se opone a ella.
Después del conflicto, el mundo quedó dividido en dos: un Occidente capitalista y un comunismo
soviético. George Orwell denuncia el bloque comunista usando la fábula, la distopía y el
distanciamiento. Del otro bando, los autores prosoviéticos siguen escribiendo con el estilo realista
precedente. Se condena al exilio o a trabajos forzados a los disidentes internos, como Aleksandr
Solzhenitsyn.
Fue una mujer adelantada a su época. Aprendió a leer con solo tres años y mostró ya una
sorprendente precocidad e inteligencia. Se le llamó La monja de México, El fénix de México y La
décima musa. Escribió poesía y teatro y también se interesó por la astronomía, filosofía, historia,
música y pintura; todo ello la convirtió en una mujer única en su época que encontró admiradores
y protectores, pero también detractores. Su poesía es típicamente barroca, con rasgos oscuros y
rebuscados.
Su obra más famosa son las redondillas CONTRA LAS INJUSTICIAS DE LOS HOMBRES.
Andrés Bello nació en 1781 en la capital, Caracas, en el seno de una familia con recursos
económicos que le proporcionó una esmerada educación. Fue maestro, filósofo, filólogo, político,
jurista, pedagogo, poeta e historiador. Simón Bolívar fue su discípulo. Fue espectador de la
desaparición de un mundo y la aparición de otro nuevo ya que vivió las tres últimas décadas de
dominio español en América y la progresiva emancipación de las colonias. Andrés Bello representa
la aspiración a la independencia y fue un polígrafo incansable. Escribió el Código Civil de Chile y
fundó la Universidad de Santiago.
Una de sus obras más importantes es la Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los
americanos (1847).
Reconocido como el primer humanista de la América, el sabio venezolano-chileno Andrés Bello
(1781-1865) construirá uno de los acervos culturales más ingentes y permanentes para la
comprensión de Hispanoamérica. Codificador, hará que coincidan la lengua y las leyes en la fragua
de una moral republicana de la que las naciones recién independizadas estaban tan necesitadas.
Genio y genial en las más variadas materias, la actualidad de su pensamiento lo hace al día de hoy
figura imprescindible para el entendimiento del mundo hispánico. Padre de la gramática moderna
(…)
ALOCUCIÓN A LA POESÍA
HISTORIA DE LA LITERATURA
Su vida se inició bajo las guerras de independencia de Argentina y siguió paralela a las luchas
civiles. Domingo Faustino Sarmiento fue un importante político (llegó a ser presidente de la
República entre 1868 y 1874) y un gran escritor, autor de una copiosa producción periodística,
pedagógica y literaria.
Destaca su novela Facundo o Civilización y Barbarie (1845). En esta novela Sarmiento plantea la
disyuntiva ente la civilización (en las ciudades, centros organizados con trabajo y cultura) y la
barbarie (el mundo de la pampa, los gauchos, que representan lo primitivo y el caos de la
naturaleza). Para él, la salvación de Argentina debe basarse en la educación que debe salvar la
distancia entre la civilización y esa barbarie.
José Mármol nació en Buenos Aires donde comenzó estudios de derecho que nunca terminó, ya
que se dedicó a la política por completo. Ocupó varios cargos relevantes.
Su obra más popular es la novela Amalia; esta obra eleva a Mármol como un clásico de la literatura
argentina. La novela cuenta el encuentro sentimental entre el joven Eduardo Belgrano y Amalia.
Belgrano, con un grupo de fugitivos, pretende huir de Buenos Aires a Montevideo; es herido
durante el intento y Amalia le da asilo. El contexto histórico está marcado por una visión crítica del
régimen rosista. Amalia se convirtió en la obra más importante en el siglo XIX en Argentina y en el
extranjero durante el siglo XIX.
Nació en una chacra en las cercanías de Buenos Aires y durante su juventud vivió en el campo en
una estancia en la que su padre trabajaba. Su crianza en el campo, con los gauchos y en plena
lucha con la tierra, con los indios y con los maleantes tuvo un papel fundamental en su obra.
Fue autodidacta. Su obra es plenamente romántica; en ella se mezcla lo lírico, lo satírico y lo épico.
La obra literaria de Jorge Isaacs es escasa: un libro de poemas que publicó en 1864 y una única
novela, «María», considerada una de las obras más destacadas de la literatura hispanoamericana
del siglo XIX.
La novela, de corte romántico, cuenta los amores trágicos de María y su primo Efraín, en el
departamento del Valle del Cauca. Como el propio autor, Efraín debe abandonar el Valle para
seguir estudios en Bogotá. Este viaje lo obliga a separarse de su prima María, de la que está
enamorado. Cuando regresa, seis años después, María está muerta. La novela destaca por la
calidad artística de su prosa.