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EPIDEMIOLOGIA

Este documento presenta una revisión de los principales diseños epidemiológicos utilizados en investigaciones. Describe estudios descriptivos como ecológicos y transversales, así como también estudios analíticos observacionales y de intervención. Explica ventajas y limitaciones de cada diseño y cómo proveen diferentes niveles de evidencia para establecer relaciones entre exposiciones y enfermedades.

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EPIDEMIOLOGIA

Este documento presenta una revisión de los principales diseños epidemiológicos utilizados en investigaciones. Describe estudios descriptivos como ecológicos y transversales, así como también estudios analíticos observacionales y de intervención. Explica ventajas y limitaciones de cada diseño y cómo proveen diferentes niveles de evidencia para establecer relaciones entre exposiciones y enfermedades.

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR


PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
“FRANCISCO DE MIRANDA”
POSTGRADO DE GINECO-OBSTETRICIA

ESTDIOS EPIDEMIOLOGICOS

Autores:
Castillo Miguelis C.I 21.243.460
Chirinos María, V. C.I 23.680.055
García Lysmar, M. C.I 23.680.161
Martínez María A. CI 18.888.086
Pereira Eleaner J.C.I 16.520.367
Rodríguez José J. C.I 24809722
SANTA ANA DE CORO, AGOSTO 2023

INTRODUCCION

La epidemiología ha mejorado en alto grado la condición humana en el presente


siglo. Ha aclarado nuestra comprensión acerca de muchos riesgos para la salud, sean éstos
físicos, biológicos o conductuales. Algunos de los conocimientos obtenidos se han aplicado
al control de las amenazas ambientales y biológicas a la salud, como las enfermedades
causadas por beber agua contaminada. Otros conocimientos epidemiológicos han pasado a
formar parte de la cultura popular, dando origen a un cambio de los valores y del
comportamiento, traduciéndose de ese modo en un mejoramiento de la salud: se pueden
citar como ejemplos las actitudes hacia la higiene personal, el consumo de tabaco, las dietas
y el ejercicio en relación con las enfermedades cardíacas, y el uso de los cinturones de
seguridad para reducir el riesgo de lesiones y de muerte en accidentes del tránsito.

La práctica y la investigación epidemiológica se basan más que nada en la


observación y no exigen procedimientos invasivos más allá de las preguntas que se hacen y
los exámenes médicos rutinarios que se llevan a cabo. La práctica y la investigación pueden
superponerse una a la otra, como por ejemplo, cuando la vigilancia rutinaria del cáncer y la
investigación orignal sobre dicha enfermedad son realizadas por personal profesional de un
registro oncológico basado en la población.

En este trabajo se hace una revisión y una actualización de los principales


diseños epidemiológicos utilizados en investigaciones de tipo epidemiológico para
conformar los grupos poblacionales de estudio. Asimismo, se propone un esquema de
clasificación de dichas estrategias, conforme a una escala ordinal en términos de la
evidencia que aporta cada diseño para establecer relaciones causa efecto entre dos variables
de interés.
La Epidemiología es la rama de la Medicina que estudia la frecuencia, la
distribución y los determinantes de estados y sucesos relacionados con la salud y
enfermedad1. Como todo método científico, el método epidemiológico tiene 3fases. En
primer lugar, observar o conocer la frecuencia y distribución de las enfermedades. A
continuación, los patrones de frecuencia y distribución pueden dar lugar a hipótesis de
asociación entre la enfermedad y un determinado factor. Finalmente, se diseña un estudio
experimental para verificar o refutar la hipótesis planteada.
Los estudios epidemiológicos se clasifican en descriptivos o analíticos. Los estudios
descriptivos valoran la frecuencia y la distribución de las enfermedades en las poblaciones,
con relación a las variables de persona, lugar y tiempo. Estos pueden aportar indicios que
contribuyan a generar hipótesis sobre asociaciones entre factores de exposición y estados de
salud o enfermedad1,2. Los estudios analíticos valoran los determinantes de los estados de
salud o enfermedad, comprobando o rechazando las hipótesis generadas por los estudios
descriptivos, con el objetivo de identificar factores de riesgo o protectores de una
enfermedad1,3. Entre los estudios descriptivos encontramos los estudios ecológicos,
realizados sobre poblaciones, y las series de casos y estudios transversales, realizados sobre
individuos. Los estudios analíticos pueden ser observacionales (estudios de casos y
controles, estudios de cohortes) o intervencionistas (ensayos clínicos, ensayos de campo,
ensayos comunitarios).
La mejor evidencia científica al analizar la frecuencia de una enfermedad se obtiene
a partir de censos o de estudios sobre muestras aleatorias de la población general, y los
estudios sobre cohortes de casos incidentes ofrecen la mejor evidencia para describir la
historia natural o el pronóstico (tabla 1)4. Independientemente del nivel de evidencia, cada
tipo de estudio tiene sus ventajas y limitaciones, que los hacen adecuados para diferentes
escenarios. Finalmente, hay dos aspectos claves que influyen en la calidad de un estudio
epidemiológico: hay que definir claramente la población de referencia sobre la que se van a
extrapolar los resultados del estudio (estudios de base poblacional o de base hospitalaria) 5 y
los casos deben ser correctamente definidos, con una adecuada selección de las variables
por las que se va a definir un proceso y de las escalas de medida que se van a utilizar6–8.
Tabla 1.Clasificación de los estudios epidemiológicos según niveles de evidencia
Pregunta Paso 1 Paso 2 Paso 3 Paso 4 Paso 5
(Nivel 1a) (Nivel 2a) (Nivel 3a) (Nivel 4a) (Nivel 5)
¿Cuál es la Censo o Revisión Muestra Series de
frecuencia muestra/encuest sistemática de local no casosb No
del a local aleatoria encuestas que aleatoriab aplicable
problema? actual concuerdan
con las
circunstancias
localesb
¿Qué ocurre Revisión Estudios de Estudio de Series de No
si no sistemática de cohortes cohortes o casos o aplicable
aplicamos un estudios de incidentes brazo control estudios
tratamiento? cohortes de un ensayo caso-
(pronóstico incidentes clínico control, o
aleatorizado estudios de
cohortes de
baja calidad

Fuente: Adaptado de OCEBM4.

a-El nivel de evidencia puede disminuir en función de la calidad del estudio, imprecisión,
datos indirectos, inconsistencia entre estudios o porque el efecto absoluto sea muy pequeño;
el nivel puede incrementarse en caso de un efecto grande o muy grande.
b-Una revisión sistemática es mejor que un estudio individual
Estudios descriptivos
Estudios ecológicos

Los estudios ecológicos (o correlacionales) utilizan datos de poblaciones para


comparar la frecuencia de enfermedad entre diversos grupos durante un mismo período, o
en un mismo grupo durante períodos diferentes. Las variables de interés pueden ser la edad,
el sexo y variables étnicas, socioeconómicas o geográficas1,8.
Su principal ventaja es que pueden realizarse rápidamente y con escasos costes, al
basarse en información fácilmente disponible (censos, registros de mortalidad, registros de
cáncer, datos de consumo de productos). Suelen ser el primer paso en la investigación de
una posible relación entre una exposición y una enfermedad. La posibilidad de realizar un
análisis de toda la población hace que sean útiles en el estudio de enfermedades raras1.

Las conclusiones de este tipo de diseño se refieren solo a las poblaciones y no a los
individuos. No es posible extrapolarlas a la exposición del individuo y el riesgo de
presentar la enfermedad (lo que se conoce como «falacia ecológica»). Los estudios
ecológicos tampoco pueden controlar la presencia de variables de confusión1,2,6,8.

Un ejemplo de estudio ecológico es el estudio de incidencia de EII en Europa,


estudio EpiCom. En este proyecto se identificaron todos los nuevos diagnósticos de EII en
diferentes áreas geográficas y se crearon 2cohortes de casos incidentes, 2010 y 2011 (fig.
1)9,10. La población diana estaba bien definida y la definición de casos de EII fue uniforme
en todos los centros. Así, se realizó una descripción de la incidencia en diferentes zonas
geográficas. En la cohorte del año 2010 (31 centros de 22 países) se observó un gradiente
este-oeste, de forma que en el oeste la incidencia era aproximadamente el doble que en el
este (fig. 1A)9.

Figura 1.Incidencia de EII en Europa. A) 2010. B) 2011. Negro: >20 casos/100.000


habitantes. Gris oscuro: 10-20 casos/100.000 habitantes. Gris claro: <10 casos/100.000
habitantes.
Fuente: Elaborado a partir de Burisch et al.9 y Vegh et al.10.(0,12MB)
Estudios transversales
Los estudios transversales (estudios de prevalencia o en inglés «cross-sectional
studies») valoran simultáneamente la exposición y la enfermedad en una población bien
definida en un momento determinado1,6,8.

En estos estudios se selecciona una muestra de la población y se analiza la


frecuencia de un factor de riesgo y de la enfermedad. Posteriormente, se compara la
prevalencia de la enfermedad entre aquellos con el factor de riesgo y los que no lo
presentan (fig. 2).

Figura 2. Estudios transversales. Círculos: individuos sanos; estrellas; individuos enfermos;


fondo claro: ausencia de factor de riesgo; fondo oscuro: presencia de factor de riesgo.
(0,11MB).

Además de definir correctamente la población de referencia y la definición de los


casos, un punto crítico en el diseño de los estudios transversales es la selección de la
muestra, que debe ser representativa de la población de referencia.
Son estudios fáciles de ejecutar y relativamente poco costosos. Permiten conocer la
prevalencia de enfermedades y de factores de riesgo, incluso estudiar varias enfermedades
y factores de riesgo de forma simultánea. Además, son útiles para valorar el estado de salud
de una comunidad para determinar sus necesidades2,6,8.

Sin embargo, debido a la medición simultánea del factor de riesgo y de la


enfermedad, no permite conocer la secuencia temporal de los acontecimientos y, como
consecuencia, no es posible determinar si la exposición precedió a la enfermedad o
viceversa. Por esto, únicamente pueden utilizarse como base para formular hipótesis sobre
causalidad. Por lo mismo, tampoco permiten diferenciar entre factores de riesgo y factores
pronósticos. No son útiles para el estudio de enfermedades raras o de corta duración, con
baja prevalencia, ya que, al seleccionar la muestra, el número de casos puede ser tan
pequeño que imposibilite el análisis. Por último, la posibilidad de sesgos de selección o de
recuerdo (en inglés, «recall bias») es moderada-alta, lo que refuerza la importancia de una
correcta definición de los casos y de las variables que se utilizarán para su medida1,2,6,8.

Andreu et al., a partir de la base ENEIDA (www.eneida.org), realizaron un estudio


transversal sobre las características de la EII familiar en comparación con la EII
esporádica11. Como muestra se seleccionaron todos los pacientes con diagnóstico de colitis
ulcerosa (CU) y enfermedad de Crohn (EC) incluidos en la base ENEIDA. La EII familiar
(factor de riesgo) se asoció a una edad de diagnóstico más temprana y a un mayor
porcentaje de manifestaciones extraintestinales (patrones de enfermedad), y la EC familiar
presentaba más frecuentemente un comportamiento penetrante y enfermedad perianal.

Estudios analíticos
Estudios de casos y controles

Se trata de estudios observacionales longitudinales retrospectivos en los que se


identifica a personas con una enfermedad (casos) y se comparan con un grupo control
apropiado que no tenga la enfermedad (controles), para evaluar la relación entre un factor
de exposición y la aparición de la enfermedad 6,12. Para estudiar esta relación se compara la
frecuencia de exposición a un factor en los casos y la frecuencia de exposición al factor en
los controles (fig. 3). El resultado de esta comparación se conoce como «odds ratio» (OR),
que nos dice cuánto más frecuente ha sido la exposición a un factor de riesgo en los casos
que en los controles. Conceptualmente es diferente al riesgo relativo, pero numéricamente
se aproxima a este, sobre todo en enfermedades raras12–14.

Figura 3.Estudios analíticos observacionales. (0,18MB).

Los puntos claves a la hora de diseñar un estudio de casos y controles son la


definición de casos, la selección de controles y las fuentes de información sobre la
exposición y la enfermedad6,7,12,13. Respecto a la selección de casos, es fundamental
establecer de forma clara y explícita la definición de enfermedad, los criterios de inclusión
y los criterios de exclusión y, preferiblemente, deberían seleccionarse casos incidentes (de
nuevo diagnóstico), ya que los casos prevalentes pueden haber cambiado sus hábitos en
relación con la exposición (por ejemplo, si queremos valorar la asociación entre
enfermedad inflamatoria y dieta, los casos prevalentes pueden haber cambiado sus hábitos
dietéticos tras el diagnóstico de la enfermedad); también es posible que los casos
prevalentes sean los supervivientes de los casos incidentes y la supervivencia puede estar
influida por la exposición al factor de riesgo (por lo que el porcentaje de casos que tuvieron
exposición factor de riesgo estaría infraestimada).

La función del grupo control es estimar la proporción de exposición a un factor de


riesgo en un grupo que no tiene la enfermedad, debe ser representativo de la población de
donde provienen los casos y debe haber tenido el mismo riesgo de exposición al factor en
estudio. Por último, las fuentes de información deben ser fiables, con las variables
correctamente definidas y recogidas.

Los estudios de casos y controles son útiles para estudiar enfermedades poco
comunes o con latencia prolongada. Permiten analizar múltiples factores de riesgo en una
misma enfermedad. Se realizan con relativa rapidez y con costes bajos, ya que pueden
realizarse con pocos individuos. La fuente de información suele ser accesible (registros,
historias clínicas…). Por último, no implican ningún riesgo para los participantes12,13.

Sin embargo, no permiten valorar la incidencia de una enfermedad ni un estudio


detallado de los factores causales y, en ocasiones, no puede establecerse claramente la
relación temporal entre la exposición y la enfermedad. Además, el riesgo de que se
produzcan sesgos es elevado: sesgos de información si las fuentes no son completas, si las
variables no están correctamente definidas, o si depende de la memoria del sujeto; sesgo de
selección si los casos no están correctamente definidos o los controles no son
adecuados7,12,13.

En 2007, Terdiman et al. publicaron un estudio de casos y controles para valorar el


efecto del tratamiento con 5-aminosalicilatos (5-ASA) en el riesgo de desarrollar cáncer
colorrectal (CCR) en pacientes con EII 15. Identificaron los casos de CCR a partir de 2 bases
de datos con información sobre diagnósticos, procedimientos y tratamientos
farmacológicos. Por cada caso de CCR se seleccionaron de forma aleatoria 20 controles sin
CCR, apareados por edad, sexo y año de diagnóstico del caso índice, y se analizaron
diferentes variables que incluían diagnóstico de EII, tipo de EII, colonoscopias,
hospitalizaciones o consultas médicas en el año previo a la inclusión y tratamiento
farmacológico recibido (5-ASA, antiinflamatorios no esteroideos, esteroides o
inmunosupresores). Los casos con CCR habían recibido más frecuentemente 5-ASA que
los pacientes sin CCR (1,2 vs. 0,4%; OR 3,35; IC 95%: 2,91-3,86).

Como se ha comentado, los estudios de casos y controles tienen limitaciones a la


hora de establecer una relación causal entre un factor y una enfermedad, y en este trabajo
podría deducirse que la asociación entre el consumo de 5-ASA y el desarrollo de CCR es
una relación causal, pero también se observó que el diagnóstico de EII previo al CCR era
más frecuente en los casos que en los controles (EC: 1,0 vs. 0,1%; OR 6,60: IC 95 5,56-
7,82; CU: 1,3 vs. 0,2%; OR 6,72; IC 95%: 5,79-7,81), lo que justifica la asociación entre 5-
ASA y CCR.

Un reciente estudio realizado sobre la base ENEIDA ha analizado la incidencia de


displasia y CCR en pacientes con CU y sus factores de riesgo 16. Se incluyeron los pacientes
con CU a los que se había realizado al menos una colonoscopia durante el seguimiento; los
casos fueron los pacientes diagnosticados de neoplasia avanzada (displasia de alto grado o
CCR) y se tomó como controles a los pacientes sin neoplasia avanzada. Como factores de
riesgo independientes se identificaron la colangitis esclerosante primaria (OR 10,90;
IC 95%: 3,75-31,76), la colitis extensa (OR 2,10; IC 95%: 1,01-4,38), el diagnóstico de CU
a mayor edad (OR 2,23; IC 95%: 1,03-4,83) y la apendicectomía previa al diagnóstico de
CU (OR 2,66; IC 95%: 1,06-6,71). Como factores protectores se identificaron la exposición
a tiopurinas (OR 0,21; IC 95%: 0,06-0,74) y el participar en un programa de cribado de
CCR (OR 0,33; IC 95%: 0,16-0,67). En este estudio el tratamiento con 5-ASA no se
relacionó con el riesgo de neoplasia avanzada, pero esta falta de asociación podría
justificarse por un amplio uso de 5-ASA en la población de estudio (90%) o por sesgos de
información, ya que la base ENEIDA no incluía datos importantes como la duración ni la
dosis de tratamiento.

Estudios de cohortes
En este tipo de estudio los individuos se clasifican en 2grupos (cohortes) en función
de la presencia o ausencia de exposición a un factor. En el momento de la clasificación
todos están libres de la enfermedad de interés y son seguidos durante un período de tiempo
para observar la frecuencia de aparición del fenómeno que nos interesa (fig. 3). Son
estudios observacionales longitudinales y pueden ser prospectivos o retrospectivos. Los
estudios prospectivos se inician antes de la aparición de la enfermedad (en ocasiones antes
de la exposición al riesgo) y en los retrospectivos la enfermedad ya ha tenido lugar, pero los
pacientes estaban previamente definidos por la exposición al factor de riesgo6,17,18.

Con este tipo de estudios podemos calcular la incidencia de la enfermedad


en los expuestos al factor de riesgo y en los no expuestos, y la relación entre ambas
incidencias se conoce como riesgo relativo («hazard ratio» en los estudios de
supervivencia)19. Cuando la cohorte es homogénea en la exposición al factor de riesgo, el
grupo control puede ser una cohorte no expuesta o puede realizarse una comparación con
las tasas derivadas de estadísticas vitales (por ejemplo, registros poblacionales de
tumores)17. En estos casos, la razón de incidencia se ajusta por edad y sexo, lo que da lugar
a la razón estandarizada de incidencia (en inglés «standardized incidence ratio», SIR) o de
mortalidad (en inglés «standardized mortality ratio», SMR)19.

Algunos de los puntos clave de un estudio de cohortes son similares a los estudios
de casos y controles, pero hay algunos aspectos peculiares que conviene considerar. Tanto
los expuestos como los no expuestos deben estar en riesgo (mayor o menor) de desarrollar
la enfermedad. La exposición al factor de riesgo debe estar correcta y claramente definida.
Los controles (no expuestos) deben ser lo más similares posible a los expuestos, salvo en la
exposición al factor de riesgo. Las enfermedades en estudio deben definirse claramente
antes de que se desarrollen y esta definición debe ser estable durante el tiempo que dure el
estudio. Por último, hay que evitar las pérdidas de seguimiento18.

Los estudios de cohortes permiten describir la incidencia y la historia natural de una


enfermedad y establecen la secuencia temporal entre la exposición a un factor de riesgo y la
aparición de una enfermedad. Con estos estudios se mide adecuadamente la exposición al
factor de riesgo y es posible estudiar diferentes efectos de un mismo factor de riesgo. Por
último, son útiles para estudiar el efecto de exposiciones raras6,17,18.

Por contra, necesitan un tamaño muestral elevado y un tiempo de


observación prolongado para la obtención de resultados. Su coste es elevado y son de difícil
ejecución. Pueden verse influidos por la pérdida de seguimiento de los pacientes y por
cambios en los criterios diagnósticos de una enfermedad. Esto hace que no sean adecuados
para estudiar enfermedades poco frecuentes o con latencia larga6,17,18.

Un ejemplo de estudio de cohortes retrospectivo es el trabajo de Cosnes et al. 20, que


describe la evolución a largo plazo de la EC. En este estudio se siguió una cohorte de 2002
pacientes con EC y se analizó la aparición de complicaciones (estenosis o
fístula/perforación), lo que permitió conocer la evolución de la enfermedad (fig. 4).

Figura 4. Evolución a largo plazo del patrón de la enfermedad en pacientes con enfermedad
de Crohn.
Fuente: Reproducido de Cosnes et al.20. Copyright 2002, con autorización de Wolters
Kluwer Health, Inc. (0,12MB).

Estudios de cohortes de casos incidentes

Un tipo especial de estudio de cohortes es el estudio de cohortes de casos incidentes


(en inglés, «inception cohort study»). En este caso la cohorte es un grupo de pacientes
seleccionados en el momento del inicio o al diagnóstico de la enfermedad 21. Permite
conocer la historia natural de la enfermedad, comparar el desenlace (hospitalización,
cirugía, mortalidad) de esta con la población de referencia y realizar estudios anidados. Los
estudios anidados utilizan a los participantes en la cohorte incidente, en los que las
características basales están bien definidas, y el seguimiento prospectivo reduce la
posibilidad de sesgos de selección o de información; los estudios anidados pueden ser de
cohortes prospectivos, retrospectivos o de casos y controles.

En estos estudios los pacientes pueden reclutarse en la población general o en


hospitales. Las cohortes de base poblacional ofrecen la mejor evidencia científica sobre la
historia natural de una enfermedad, porque abarcan desde los casos leves hasta los más
graves, aunque hay que tener en cuenta que al hablar de «poblacional» es frecuente que los
pacientes se seleccionen en asistencia primaria y que se pierdan pacientes con síntomas
leves que no consultan o aquellos con una enfermedad fulminante que fallecen antes de
poder buscar asistencia (situación excepcional en EII). Las cohortes de base hospitalaria se
centran en un grupo de pacientes con mayor gravedad y su pronóstico puede ser peor, pero
si nuestro ámbito de trabajo es el hospital, la información que podemos obtener de ellos
puede ser más útil que la que ofrezca una cohorte poblacional.

En las cohortes de casos incidentes un aspecto muy problemático es la pérdida de


seguimiento de los sujetos en estudio, lo que limita seriamente las conclusiones del estudio.
Un ejemplo de estudio de cohortes de casos incidentes es el trabajo de Rutgeerts et al., que
valora la recurrencia posquirúrgica en pacientes con EC 22. Se incluyeron 89 pacientes
operados por enfermedad de Crohn activa. Esta cohorte puede considerarse una cohorte de
casos incidentes, pues los pacientes se incluyen inmediatamente después de la resección
quirúrgica, con unos criterios de inclusión claramente establecidos, y se realiza un
seguimiento prospectivo preestablecido. Aunque se trata de una cohorte de base
hospitalaria, este trabajo ha tenido un gran impacto, ya que ha permitido conocer la historia
natural de la recurrencia posquirúrgica y la importancia de la recurrencia endoscópica como
predictor de la recurrencia clínica (fig. 5).
Figura 5. Recurrencia posquirúrgica. A) Curvas de Kaplan-Meyer de supervivencia libre de
recurrencia quirúrgica, clínica, biológica o endoscópica tras la intervención quirúrgica. B)
Recurrencia clínica en función de la gravedad de las lesiones en la ileocolonoscopia un año
tras la intervención quirúrgica.
Fuente: Reproducido de Rutgeerts et al.22. Copyright 1990, con autorización de Elsevier.
(0,18MB).

En el estudio EpiCom se está realizando el seguimiento de 2cohortes de casos


incidentes (años 2010 y 2011) de base poblacional, que permitirá conocer la evolución de la
enfermedad en la época de los fármacos biológicos con el mayor nivel de evidencia posible.
Sin embargo, es un buen ejemplo para ilustrar las dificultades y limitaciones de este tipo de
estudios. En la cohorte 2010 no se observaron diferencias en el porcentaje de pacientes con
EC intervenidos quirúrgicamente entre los países del este y del oeste de Europa en el
seguimiento a un año (16 vs. 12%, respectivamente) 23 ni a los 3 años (18 vs. 16%,
respectivamente)24. En cambio, en la cohorte del año 2011 las tasas de cirugía fueron
significativamente diferentes entre los países del este y del oeste en el primer año de
seguimiento (24 vs. 7%, respectivamente; p<0,001) 25 y al tercer año (28 vs. 11%; p=0,02) 26.
Estas diferencias entre ambas cohortes pueden justificarse por el hecho de que en la cohorte
de 2011 no participaron los países escandinavos, Reino Unido ni Irlanda, en los que
tradicionalmente se han descrito mayores tasas de cirugía que en los países del sur de
Europa27. Otro problema que queda de manifiesto en estos estudios es la pérdida de
seguimiento de los pacientes: en la cohorte de 2010 la pérdida de seguimiento de pacientes
con EC a los 3 años fue del 36,4% y en la cohorte de 2011 del 54%, lo que puede limitar la
extrapolación de datos a otras poblaciones.
CONCLUSION

Los estudios epidemiológicos son útiles para investigar posibles causas, factores de
riesgo y la historia natural de las enfermedades, y cada tipo de estudio aporta una
información diferente con una utilidad particular, con sus ventajas e inconvenientes. Los
aspectos fundamentales a la hora de diseñar o interpretar los estudios epidemiológicos son
la correcta definición de la población de referencia sobre la que se desea extrapolar los
resultados y de los criterios de selección de los casos y controles.

Así mismo los principales objetivos de los estudios o investigaciones


epidemiológicas son, por un lado, describir la distribución de las enfermedades y eventos
de salud en poblaciones humanas y, por otro, contribuir al descubrimiento y caracterización
de las leyes que gobiernan o influyen en estas condiciones. La epidemiología no representa
un dominio del conocimiento claramente delimitado como el que tienen otras ciencias
médicas como, por ejemplo, la bioquímica o la fisiología. La epidemiología se emplea en
las distintas ramas de la medicina como una herramienta para el estudio de diferentes
enfermedades o eventos relacionados con la salud, especialmente cuando se busca evaluar
la repercusión de éstos en el ámbito de la población. Así, es posible encontrar aplicaciones
de la epidemiología tanto para definir los mecanismos de transmisión de una enfermedad
infecciosa como para evaluar la respuesta médica organizada para contender con la misma
o para evaluar el impacto, en el ámbito poblacional, del desarrollo de resistencia a los
diferentes tratamientos.

Es importante resaltar que la información necesaria para cumplir con los objetivos
de la investigación epidemiológica, ya sea de tipo descriptivo o analítico, se deriva de la
experimentación con seres humanos o, más frecuentemente, de la observación directa de
grupos poblacionales. A pesar de que para la epidemiología es de interés principal derivar
conocimiento de aplicación poblacional, raramente estudia a la población en su conjunto.
Por ello, tanto para la experimentación con voluntarios como para la observación de grupos
poblacionales es necesario desarrollar estrategias muéstrales y de medición que permitan,
en primera instancia, estudiar subgrupos de la población y, en un segundo término, hacer
extrapolaciones del conocimiento generado hacia el total de la población.

Por otra parte es muy necesario tener en cuenta que la validez de la información
derivada de los estudios epidemiológicos depende de manera importante de lo adecuado y
apropiado de los métodos utilizados. El reconocimiento de la importancia que tienen los
aspectos metodológicos como un eje necesario para el desarrollo y avance del
conocimiento epidemiológico ha propiciado que se asuma como un objetivo mismo de la
epidemiología el desarrollo y el estudio de nuevos métodos de aplicación en el campo.
Esto, sin duda, ha contribuido de manera importante a mejorar la calidad y la validez del
conocimiento derivado de estudios epidemiológicos y a consolidar a la epidemiología como
una ciencia básica necesaria para el avance de la salud pública y de la medicina.
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