DELITO

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA
EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGIA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LAS
RELACIONES INTERIORES, JUSTICIA Y PAZ
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA
SEGURIDAD
CENTRO DE FORMACION FALCÓN

Docente Asesor:

Autores:
Higuera Jesús C.I 18768675

Madriz Yennsys C.I 18481056

PNFA UNES
Proceso II -2022

Santa Ana de Coro Octubre del 2023


INTRODUCCION

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Hoy día, el reto del proceso penal, que ha permitido un nuevo horizonte jurídico
es el tratamiento de la víctima en éste, ya que por mucho tiempo permaneció
marginada en el proceso penal venezolano, por lo que, con el Código Orgánico
Procesal Penal se observa toda una serie de beneficios y derechos que le permiten tener
una participación real dentro del mismo. En este sentido, al verse expresado en
diversos instrumentos jurídicos los derechos inherentes a toda persona, existen así
mismo derechos para el imputado, por lo que es lógico que existan derechos para la
víctima.

En atención a que el proceso penal pretende el esclarecimiento y reparación del


daño ocasionado a cualquier persona, su finalidad primordial debe orientarse tanto al
reo como al que ha sufrido la lesión, por ello, la víctima ha ido creciendo en
importancia y participación, lo que ha permitido que su presencia se haya
materializado en el proceso penal.

A pesar de ello, la víctima dentro del proceso penal es afectada por diversas
circunstancias que le ocasionan un daño distinto al que se está juzgando, en razón de
ello, esta puede sufrir de dilaciones indebidas e injustificadas, malos tratos, abusos y
hasta poca atención en la defensa de sus derechos. De allí, que la victimología busca
ante todo que la víctima sea reconocida como un actor dentro del proceso penal con
acción propia y con toda una capacidad jurídica que le permita que sus derechos
sean reconocidos y respectados, así como poder identificarlo y contar con
procedimientos que ayuden a lograr esta tarea.

Asimismo como se habla de víctima también podemos decir el del delito que se
comete a esa víctima y la persona que lo comete que vendría a ser el delincuente sin
embargo hay que tomar en consideración la victimatización y el poder que ejerce el estado
sobre estos aspectos importantes de discernir temas que se entrelazan uno con el otro y dan
como resultado la verificación de un proceso penal acorde tomando en cuenta las acciones
sociológicas que describen la victimatización en varios aspectos a continuación se

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presentan en el siguiente trabajo todo lo concerniente relacionado a los aspectos antes


referidos

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INDCE GENERAL

Introducción……………………………………………………………………… 3
Delito……………………………………………………………………………... 4
Victimización y Poder………………………………………………………........ 18
Delincuente……………………………………………………………………….. 22
Victima……………………………………………………………………………. 24
Conclusión………………………………………………………………………… 29
Referencias Bibliográficas………………………………………………………. 30

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1. Delito

Una definición universal del delito no ha sido posible de establecer ,pues al igual
que la ciencia del Derecho es cambiante constantemente todos sus elementos, pues en este
caso se pude observar que algunos delitos contemplan el elemento de punibilidad en sus
definiciones y otros en cambio solo mencionan una transgresión a la moral. Al encontrarse
en constante cambio no se puede establecer una definición universal, sin embargo se
considera que para el desarrollo de este trabajo la definición que más se adecua por parte
de los teóricos la de Jiménez de Asúa. El delito es la conducta típica, antijurídica, culpable
y punible. Y estos delitos pueden ser realizados por acción y por omisión.

En los delitos de resultado material, también será atribuible el resultado típico


producido al que omita impedirlo, si tenía el deber jurídico de evitarlo. En estos casos se
estimará que el resultado es consecuencia de una conducta omisiva, cuando se acredite que
el que omite impedirlo tenía el deber de actuar para ello, derivado de la ley, de
un contrato o de su actuar precedente.

En los delitos de resultado material también será atribuible el resultado típico


producido al que omita impedirlo, si éste tenía el deber jurídico de evitarlo. En estos casos
se considerará que el resultado es consecuencia de una conducta omisiva, cuando se
determine que el que omite impedirlo tenía el deber de actuar para ello, derivado de una
ley, de un contrato o de su propio actuar precedente

La idea del delito toma su origen en la ley penal. Entre la ley penal y el delito existe
un nexo indisoluble, pues el delito es propiamente la violación de la ley penal o, para ser
más exactos, la infracción de una orden o prohibición impuesta por la ley; en
consecuencia, delito será todo hecho al cual el ordenamiento jurídico penal le adscribe
como consecuencia una pena, impuesta por la autoridad judicial por medio de un proceso.

Existen diversas concepciones formales del delito, sin embargo todas aquellas
coinciden en que el delito es aquella conducta legalmente "imputable"; esto quiere decir
que dicha acción se encuentra tipificada (descrita), en los distintos ordenamientos de la ley
penal. "Una vez admitido como axioma inconcuso que sin la ley no hay delito y que las

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conductas que quedan fuera de las leyes son impunes, solo se puede asegurar lo que el
delito es, interrogando la ley misma". Medina, P. (2001:29)

Aquel conjunto de comportamiento que sancionara las leyes penales no están


tipificadas por meros caprichos por parte de los legisladores y no son productos del azar o
la casualidad, sino que son erigidos en un código penal con el objeto de defender los
distintos valores éticos, morales y sociales del hombre en compañía de sus semejantes, a
los cuales también se les puede llamar bienes jurídicos, estos bienes son protegidos y las
normas tipificadas en los distintos ordenamientos legales con la convicción de que de esa
forma se va a asegurar la paz y la sana convivencia social, esta convicción se ve reforzada
con la idea de una pena que impone el Estado mediante un intervención que aunque sea
ejecutada por el Estado tiene sus límites punitivos, por esta razón se encuentran contenidas
de forma escrita.

Naturalmente el conjunto de comportamientos que sanciona la ley no deriva de


azares ni de prácticas legislativas inconcientes. Con ello queremos enfatizar que los tipos
penales se establecen para defender los intereses materiales éticos y sociales que
la comunidad asume e integra a su patrón de convivencia a manera de bienes jurídicos, con
plena convicción de su validez y su observancia, y en esa inteligencia, mediante la
amenaza de una pena, tipifica ciertas conductas contrarias a la expectativa social que se
despliega en torno a todos los individuos en convivencia, pues el Estado solo puede
prohibir y sancionar acciones que sean contrarias a las posibilidades de hacer la vida en
conjunto y que vayan en contra de los derechos ajenos y del Estado, siendo estos los
limites punitivos de la intervención estatal.

A lo largo del desarrollo de la teoría del delito y de conformidad con la perspectiva


del sistema jurídico que adopta cada país suele sostenerse que para realizar el estudio
jurídico-penal del delito exciten dos esquemas bajo los cuales se crea la noción de delito: el
totalizador o unitario

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El Delito como Hecho Ilícito

Posiblemente el gran desarrollo que alcanzo en este siglo la teoría del delito, no ha
permitido subrayar toda la importancia que tiene la consideración del derecho penal como
parte del ordenamiento jurídico para esta teoría y ha desdibujado la configuración del
delito como participe por naturaleza del hecho ilícito en general. La mayor parte de los
penalistas tienen la tendencia a estructurar la teoría del delito dentro de sus propios límites,
sin insistir en los materiales de aquella procedencia, no solo la ha complicado, si no que
hasta ha llegado a veces a deformarla tornándola contradictoria. Medina, P (2001:30)

El Delito como un Hecho Jurídico

El derecho es un conjunto de normas que dan origen a distintas obligaciones y


responsabilidades, este conjunto de derechos regula un vasto número de hechos de la vida
social, tales hecho pueden ser resultados de un actuar del hombre o meros hechos
naturales. En el caso de la omisión los hechos pueden ser lícitos si responden al mandato
jurídico e ilícito cuando están en una posición contraria, los hechos ilícitos imponen
una responsabilidad jurídica al sujeto que la ha realizado.

Cualquier persona que realiza con su conducta una transgresión al ordenamiento


jurídico que impone el Estado con el fin de preservar la sana convivencia social, tiene la
obligación de reparar el daño, esto implica el dejar las cosas tal cual estaban antes de su
intervención de la manera más integra y rápida posible. No es necesario determinar si la
persona que afecto un bien jurídica tenía o no la voluntad de realizar dicha acción, si no
que basta con que esta persona haya causado el daño, aunque este principio no es
generalizado, dado que hay circunstancias en las cuales la ley solo obliga la reparación del
daño cuando a mediado una responsabilidad entre el infractor y el ilícito

La reparación del daño, sin embargo, no es suficiente, pues según la importancia


del bien jurídico afectado se puede aplicar una sanción son el objeto de intensificar la pena
y darle un carácter más preventivo y darle una especie de "ejemplaridad penal". La pena
solo puede anexarse en los casos de responsabilidad subjetiva y a comparación de la

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reparación del daño esta no se relaciona de ninguna forma con el daño al bien jurídico
protegido, sino por la magnitud con que fue creado el daño.

Los Sujetos del Delito

En el delito, para su existencia, deben de incidir dos sujetos: el sujeto activo y el


sujeto pasivo, en ocasiones intervienen otros en conjunción con el activo, ya sea antes o
después de la comisión o realización del delito, que para los efectos de este estudio no
revisten mayor relevancia, por el momento.

El sujeto activo del delito será toda persona que, en términos generales, infrinja la
ley penal, ya sea por su propia voluntad o sin ella; es decir, el delito puede ser cometido,
por el sujeto activo, con pleno conocimiento de la acción que va a realizar, esperando el
resultado de ése, o, en caso contrario, sin la voluntad de ese sujeto, cuando la acción, que
da origen al delito, no es deseada y se comete por imprudencia o sucede por un accidente.
Sin embargo, este sujeto será el que realice la acción de la conducta o la omisión de la
misma que están previstas y sancionadas por la ley penal.

En el caso del sujeto pasivo del delito, éste será toda persona que resienta el daño
que ocasiona la comisión del delito, la consecuencia de la conducta delictiva, ya se trate de
su persona, en sus derechos o en sus bienes. La persona a quien se le afecta en su
esfera personal de derechos e intereses.

Objeto del Delito

Desde luego, la naturaleza y tipo de delito, de que se trate, influirá en la calidad,


tipo y número de los sujetos activos y, las consecuencias de ése, en los pasivos. Por otra
parte, el objeto del delito es muy importante, no solamente en la teoría del mismo, sino
para la existencia y vida del mismo, incluyendo su comisión o realización. Esto es, el
objeto jurídico del delito, es el bien protegido por el derecho y que precisamente por esa
razón, se denomina bien jurídico, es decir el quid de la norma, con la amenaza de la
sanción, trata de proteger contra posibles agresiones.

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A mayor abundamiento, el objeto del delito es sobre lo que debe recaer la acción
del agente según la descripción legal respectiva y, por otra, el bien tutelado por las
particulares normas penales y ofendidas por el delito. De tal emunción aparecen dos
conceptos completamente diferentes, el de objeto material y el de objeto jurídico del delito,
que solo coinciden cuando la ofensa de un bien tutelado por el derecho penal consiste en la
modificación de aquello sobre lo cual precisamente se verifica el resultado.

Por lo que hace al objeto material del delito, éste puede ser la formulación que
antecede al que la descripción legal respectiva tiene por tal de donde se infiere que no
constituye objeto material, en sentido jurídico, las cosas materiales con que se cometió el
delito, o constituyen su producto, o son huellas de su perpetración, pues ellas conciernen al
episodio delictivo concreto y no a su abstracta previsión legal.

El objeto material del delito puede ser tanto una persona como una cosa.
El estado protege determinados bienes porque ello es necesario para asegurar las
condiciones de la vida en común: no protege el interés en la observancia de los preceptos
legales; es decir, se protege, por la norma penal, el derecho del particular, ya que no puede
considerarse lógicamente que la norma Jurídica, o sea el objeto de la protección, pues la
norma no puede proteger el interés en la protección, o sea, en definitiva, no puede
protegerse a sí misma.

Por lo que hace al objeto jurídico del delito, se conviene en que éste es el bien
jurídico penalmente protegido que el delito ofende. Un bien jurídico puede ser tanto una
persona, como una cosa, como una relación entre personas y una entre personas y cosas;
entre estos bienes hay algunos que, por ser vitales para la colectividad y el individuo,
reciben protección jurídica por su significación social y a los cuales el derecho acuerda su
especial tutela erigiendo en tipos delictivos algunas formas especialmente criminosas de
atentar contra ellos, por tanto, como objetos de interés jurídico vienen a constituir el objeto
jurídico que se halla tras cada delito.

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El delito es un hecho jurídico, es decir, es un hecho que tiene importancia jurídica,


por cuanto el derecho le atribuye consecuencias jurídicas, el nacimiento de derechos para
el agraviado y para el Estado, como el persecutor de los delitos, y pérdida de derechos para
el delincuente. Como el delito es un hecho jurídico voluntario, supone que él es ante todo
un hecho humano y no un hecho natural. Es una acción, un obrar con efectos comprobables
en el mundo exterior, y no una simple declaración de voluntad; y es, además, una acción
voluntaria y consciente, y por tanto imputable, es decir, referible al sujeto activo como
suya.
Clasificación de los Delitos en la Legislación Venezolana (COPP, 2000)
Delitos Comunes, Políticos, Sociales y Militares
1.- Delitos Comunes: Son aquellos que ofenden o lesionan bienes jurídicos individuales.
Por ejemplo: la violación, el hurto, el robo, el homicidio, la estafa entre otros.
2.- Delitos Políticos: Puros son los cometidos contra el orden establecido en el Estado. El
orden político es el conjunto de mecanismos que son necesarios para el correcto desarrollo
del Estado. Por ejemplo: la rebelión. Al lado de los delitos políticos puros, están las
infracciones conexas con el delito político, que son en realidad delitos comunes, pero
estrechamente relacionados con un delito político puro, y esa vinculación les da un matiz
político. Ejemplo: un robo, que es un delito común, se convierte en delito político conexo,
si se cometiere con un fin político, como sería preparar una rebelión (robo de armas).
3.- Delitos Sociales: Son los cometidos contra el régimen económico-social establecido en
una comunidad organizada. Esta denominación de delitos sociales es artificial y ha sido
creada para impedir que los terroristas sean amparados por el trato de favor que, en materia
de extradición, protege a los delincuentes políticos. Ejemplo: el terrorismo, delito por el
cual si se concede la extradición de extranjeros.
4.- Delitos Militares: Son aquellos que están constituidos por infracciones o violaciones
del orden, disciplina o deberes militares. No están tipificados en el Código Penal, sino en
el Código Orgánico de Justicia Militar y quienes los cometen serán juzgados por los
Tribunales de Justicia Militar, según lo previsto en el citado Código. Por ejemplo: la
deserción, el ataque al centinela, entre otros.

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Delitos de Acción, Omisión y de Comisión por Omisión

1.- Delitos De Acción: Se cometen haciendo algo que la Ley Penal prohíbe en forma
implícita, en ellos el resultado antijurídico se produce por una conducta positiva, haciendo
algo que el precepto de ley prohíbe. Ejemplo: matar a una persona, robar, hurtar, violar,
entre otros.
2.- Delitos De Omisión: Se consuman cuando el resultado antijurídico se produce como
consecuencia de una conducta negativa, abstención del sujeto activo, cuando deja de hacer
algo que el precepto de ley ordena. Por ejemplo: el tipificado en el artículo 207 del Código
Penal, cuando el funcionario público en el ejercicio de sus funciones, tiene conocimiento
de la comisión de un delito que debe ser castigado de oficio, omite denunciar o dar parte a
la autoridad competente.
3.- Delitos de Comisión por Omisión: Son verdaderos delitos de comisión, cuyo
resultado antijurídico se produce por una omisión y que entran en la categoría de los
delitos de resultado, cuya noción analizaremos más adelante. Por ejemplo: la madre que no
suministra a su hijo alimento y le causa la muerte. La madre viola un precepto de ley
negativo, por ello se habla de omisión, que es el medio para lograr el resultado.

Delitos Simples, Complejos y Conexos


1.- Delitos Simples: Son aquellos que ofenden o violan un solo derecho o bien jurídico.
Por ejemplo: el homicidio, el cual destruye el bien jurídico de la vida.
2.- Delitos Complejos O Pluriofensivo: Son aquellos que ofenden o violan varios
derechos o bienes jurídicos. Por ejemplo: la seducción con promesa matrimonial, que
ofende o ataca, en primer lugar, la libertad sexual de entregarse a quién ella elija, y en
segundo lugar, ataca el bien jurídico del pudor, de la honestidad.
3.- Delitos Conexos: Son los que están tan íntimamente vinculados, que los unos son
consecuencia de los otros. Por ejemplo: el caso de una persona que roba y luego, al
enterarse que un individuo ha presenciado el hecho, da muerte a ese testigo accidental,
para evitar que éste lo descubra. Sin duda que el robo inicial y el homicidio perpetrado
para encubrir el robo, son delitos conexos.

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Delitos Instantáneos y Permanentes.


1.- Delitos Instantáneos: Son aquellos en los que la acción termina en el mismo instante
en que el delito queda consumado. Por ejemplo: el homicidio es instantáneo, puesto que la
acción del ejecutor termina con la vida del sujeto pasivo o víctima.
2.- Delitos Permanentes: Son aquellos en los que el proceso ejecutivo perdura en el
tiempo. Por ejemplo: el secuestro es un delito permanente, porque el proceso ejecutivo,
dura todo el tiempo que el secuestrado permanezca privado de su libertad por decisión del
secuestrador.
La distinción entre estos dos tipos de delito es importante en la práctica en lo que se
refiere al cómputo del lapso de prescripción de la acción penal. En principio, el lapso de
prescripción de la acción penal en los delitos instantáneos, comienza a correr a partir del
momento en que se perpetra el delito, en tanto que, en los delitos permanentes, dicho lapso
corre desde que cesa la ejecución del delito. En el homicidio, desde el momento que muere
el sujeto pasivo; en el secuestro, no corre sino desde que la persona secuestrada recobra su
libertad.

Delitos de Acción Pública y de Acción Privada.


1.- Delitos De Acción Pública: Son aquellos en los cuales el enjuiciamiento del sujeto
activo es, del todo, independiente de la voluntad de la persona agraviada. El sujeto activo
debe ser enjuiciado, aun cuando la parte agraviada no manifieste voluntad de que así sea.
Por ejemplo: el homicidio, es un delito de acción pública en todas sus clases. Al
perpetrarse un homicidio, el Estado debe enjuiciar al sujeto activo, con absoluta
prescindencia de la voluntad de la parte agraviada, en este caso, de los parientes de la
víctima.
2.- Delitos De Acción Privada: Son aquellos en los cuales el enjuiciamiento del sujeto
activo está subordinado al enjuiciamiento de la parte agraviada o de sus representantes
legales. Sólo pueden enjuiciarse por acusación. Por ejemplo: el delito de difamación e
injuria. La parte agraviada tiene la titularidad y la disponibilidad de la acción penal. Para
que el perdón surta efectos jurídicos se requiere la aceptación del acusado. En algunos
casos cuando el delito de acción privada es cometido en determinadas circunstancias se

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convierte en delito de acción pública, como por ejemplo: la violación, cuando se comete en
algún sitio público o expuesto a la vista del público, o cuando la víctima se trata de un niño
o adolescente.

Delito Doloso o Intencional, Culposo y Preterintencional.


1.- Delitos Dolosos O Intencionales: Son aquellos en los cuales el resultado antijurídico
coincide con la intención delictiva del agente Por ejemplo: en el homicidio, el agente
quiere matar y en efecto mata.
2.- Delitos Culposos: Son aquellos en los cuales el agente no se propone cometer delito
alguno, sino que el acto delictivo ocurre por negligencia, imprudencia, impericia en su
profesión, arte o industria o por inobservancia de los reglamentos, ordenes o instrucciones.
Por ejemplo: los accidentes de tránsito, en cualquiera de las circunstancias descritas.
3.- Delitos Preterintencionales O Ultraintencionales: Son aquellos en los cuales el
resultado antijurídico excede a la intención delictiva del agente. Por ejemplo: una persona
quiere lesionar a otra y la empuja, ésta cae, se fractura el cráneo y muere. Esta persona no
quería causar la muerte de la otra persona, pero la mató, en este caso ocurre un homicidio
preterintencional.

Delitos Formales o de mera conducta y materiales o de resultado.


1.- Delitos Formales o de Mera Conducta: Son aquellos que se perfeccionan con una
simple acción u omisión. Basta la conducta y con ella sola se tiene el daño o peligro en que
consiste esencialmente el peligro. Por ejemplo: la difamación o injuria.
2.- Delitos Materiales o de Resultado: Son aquellos que se perfeccionan con el resultado
o efecto material que se persigue. Por ejemplo: el homicidio sólo se consuma cuando se
produce la muerte de la persona contra quién se dirigió la acción.

Delitos de Daño y de Peligro.


1.- Delitos de Daño: son los que ocasionan una lesión material en bienes o intereses
jurídicamente protegidos. Por ejemplo: el hurto, el robo, entre otros.

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2.- Delitos de Peligro: son los que, sin ocasionar lesiones materiales, crean una situación
de peligro, una probabilidad – no simplemente una posibilidad – de que se produzca un
daño. Lo probable está más cerca de que se produzca el daño: un hecho es probable cuando
el número de posibilidades de que ocurra es superior al de las posibilidades de que no
ocurra.

Los delitos de peligro se clasifican:


a) Delitos de Peligro Común: Son los que ponen en peligro un número indeterminado de
personas, como por ejemplo: el envenenamiento de aguas, porque se expone a todas las
personas que usen esas aguas, a sufrir una enfermedad física a causa del efecto del
envenenamiento e incluso a la muerte.
b) Delitos de Peligro Individual: Son los que ponen en peligro a una persona
individualizada. Por ejemplo: el abandono de niños: la persona que abandona un niño,
comete un delito de peligro individual, ya que sólo ha puesto en peligro, la vida o al menos
la salud del pequeño abandonado.

Delitos Comunes y Especiales


1.- Delitos Comunes: son por oposición a los especiales, los previstos en el código penal,
que es la ley penal fundamental, aunque no la única. Por ejemplo: el homicidio, el robo, el
hurto, la violación, entre otros.
2.- Delitos Especiales: son los consagrados en las leyes especiales en sentido propio e
impropio. Por ejemplo: el tráfico de estupefacientes, los delitos ambientales, el
contrabando, el cheque sin provisión de fondos, entre otros.

Delitos Flagrantes y No Flagrantes


1.- Delitos Flagrantes: cuando el agente que acaba de cometerlo se ve perseguido por la
autoridad o por el clamor público; o cuando es sorprendido mientras lo está cometiendo, o
poco después de haberlo perpetrado, en el mismo lugar de la comisión o cerca de él. Por
ejemplo: la persona que es detenida en la comisión de un robo.

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2.- Delitos no Flagrantes: cuando no se dan ninguna de las hipótesis anteriores. Por
ejemplo: la estafa, cuando se detiene a la persona con posterioridad a la comisión del
hecho.
Delitos Individuales y Colectivos.
1.- Delitos Individuales: son los que pueden ser perpetrados por una sola persona física e
imputable. Por ejemplo: el homicidio, el robo, el hurto, entre otros.
2.- Delitos Colectivos: son aquellos que no pueden se cometidos jamás por una sola
persona física e imputable, sino que tienen que ser cometidos necesariamente por dos o
más personas físicas e imputables. Por ejemplo: el agavillamiento, la riña tumultuaria,
entre otros.
Delitos Principales y Accesorios.
1.- Delitos Principales: son aquellos cuyo contenido se manifiesta con independencia de
toda otra forma delictiva. Para su existencia jurídica no necesitan apoyarse en la
consumación previa de otro delito. Por ejemplo: el homicidio.
2.- Delitos Accesorios: son los que requieren como condición indispensable para su
existencia, el haber cometido previamente otro delito. Por ejemplo: el encubrimiento, el
cual no se puede cometer si antes no se ha cometido el delito que se va a encubrir.

Delitos Tipos y Circunstanciados


1.- Delitos Tipos: son los que se presentan en su solo modelo legal, básico, que sólo
contienen los elementos esenciales del delito y nada más. Por ejemplo: el homicidio
intencional simple. Se trata que una persona que intencionalmente le ha dado muerte a
otra.
2.-Delitos Circunstanciados: son aquellos en que la perpetración del hecho delictivo está
acompañado de ciertas circunstancias, además de tener los elementos esenciales del
mismo. Por ejemplo: el parricidio, que es el homicidio perpetrado por el agente en la
persona del padre o de algún otro ascendiente.

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Delitos de Fraude y de Violencia.


1.- Delitos de Fraude: son los que se cometen por medio de la astucia, del engaño. Por
ejemplo: la estafa.
2.- Delitos de Violencia: son los que se perpetran por medio de la violencia, de la fuerza.
Por ejemplo: el robo, la violación, entre otros.

Delitos de Sujeto Activo Indiferente y de Sujeto Activo Calificado


1.- Delitos de Sujeto Activo Indiferente: son los que pueden ser cometidos
indistintamente por cualquier persona física e imputable. Por ejemplo: el homicidio, el
robo.
2.- Delitos de Sujeto Activo Calificado: son los que solo pueden ser perpetrados por
determinadas personas físicas e imputables, pues suponen una determinada cualidad en el
sujeto activo. Por ejemplo: el peculado, sólo puede cometerlo el funcionario público.

Delitos de Sujeto Pasivo Indiferente y de Sujeto Pasivo Calificado.


1.- Delitos de Sujeto Pasivo Indiferente: son los que pueden ser perpetrados en contra de
cualquier persona. Por ejemplo: el hurto, el homicidio, entre otros
2.- Delitos de Sujeto Pasivo Calificado: son los que únicamente pueden cometerse contra
una clase determinada de personas. Por ejemplo: la seducción con promesa matrimonial,
sólo puede cometerse contra una mujer mayor de dieciséis y menor de veintiún años,
conocidamente honesta
Los funcionarios y funcionarias de los Cuerpos de Policía en sus diferentes ámbitos
político territoriales, desde el momento en el que tienen contacto con una víctima del delito
y/o abuso del poder policial, deben observar los siguientes principios:

I- Acceso a la justicia. Garantizar a las víctimas de delito y/o abuso policial, el


acceso a los mecanismos de justicia, informando de manera inmediata a los interesados
sobre el procedimiento a seguir para acceder a los mismos según sea el caso. Utilizar,
cuando proceda, estrategias y técnicas para la solución alternativa de conflictos, tales
como: la conciliación, la mediación, el arbitraje y la negociación.

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II- Trato justo. Las víctimas de delitos y/o abuso policial, serán tratadas con
consideración, respeto, equidad y sin discriminación alguna. Los Cuerpos de Policía
velarán porque los funcionarios y funcionarias policiales cuenten con la formación
adecuada, fomentando la receptividad y comprensión de las necesidades de las víctimas y
promoviendo directrices que garanticen la debida atención.
III- Asistencia. Los Cuerpos de Policía brindarán la asistencia necesaria a la
víctima según cada caso particular, atendiendo a las recomendaciones de un equipo
interdisciplinario.
IV- Celeridad. Los miembros de la Oficina de Atención a la Víctima, evitarán
demoras innecesarias en las actuaciones, agilizando los procesos y la asistencia integral de
las víctimas.
V- Información. Las víctimas de delitos y/o de abuso policial, tendrán acceso a la
información sobre las implicaciones que para ellas tienen los procedimientos policiales o
judiciales, las actuaciones, el estado de su causa y la decisión que se haya tomado respecto
a la misma.
2. victimización y Poder
En sociología, la victimización (o victimología) es el estudio de quiénes son las víctimas
de delitos, por qué algunos grupos de la sociedad tienen más probabilidades de ser víctimas
y si son más o menos vulnerables a serlo debido a determinadas características.

En sociología, la victimización (o victimología) es el estudio de quiénes son las


víctimas de delitos, por qué algunos grupos de la sociedad tienen más probabilidades
de ser víctimas y si son más o menos vulnerables a serlo debido a determinadas
características.

El tema sociológico de la victimización no debe confundirse con el


concepto jurídico de victimización, que es cuando una persona es tratada injustamente
(en el lugar de trabajo, por ejemplo) por presentar una denuncia por discriminación o
por apoyar a otra persona que lo ha hecho. La victimización es ilegal según la Ley de
Igualdad de 2010.

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La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define a las víctimas como


aquellas personas que "individual o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive
lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida económica o menoscabo
sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones
que violen la legislación penal vigente en los Estados miembros".1

Es importante estudiar a las víctimas no sólo porque desempeñan un papel esencial en


el sistema de justicia penal, sino para comprender sus circunstancias, garantizar que se
les haga justicia y prevenir nuevas victimizaciones siempre que sea posible.

Patrones de victimización

Diferentes dimensiones de la victimización son relevantes para el derecho o la


criminología, pero la sociología está especialmente interesada en
las pautas y tendencias de la victimización. Se pueden encontrar datos al respecto en
estudios como la Encuesta sobre Delincuencia de Inglaterra y Gales (CSEW).

Las estadísticas ayudan a reforzar nuestra comprensión de que la posibilidad de ser


victimizado se ve significativamente afectada por divisiones de grupo como la clase, el
sexo, la etnia, etc.

Factores que influyen en las posibilidades de ser victimizado.

Victimización por género

Los hombres corren más riesgo que las mujeres de ser víctimas de agresiones
violentas. Por ejemplo, los hombres representan la mayoría de las víctimas de

homicidio: el 72% en 2019-20 (Oacdh. (s.f.)).


Sin embargo, las mujeres suelen tener más probabilidades de ser víctimas
de violencia de género, como los malos tratos domésticos y las agresiones
sexuales. Las personas trans tienen más probabilidades de ser víctimas de delitos
motivados por el odio.

Victimización étnica y racial

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Los grupos étnicos minoritarios corren más riesgo que los blancos de ser
víctimas de delitos en general, así como de delitos por motivos raciales. En concreto,
las personas mestizas son las que tienen más probabilidades de ser víctimas de todos
los grupos étnicos.2

Victimización por clase social

Los grupos de clase trabajadora, especialmente los más pobres de la sociedad,


tienen más probabilidades de ser victimizados. Por ejemplo, los índices de delincuencia
suelen ser más elevados en las zonas de alto desempleo y privación, ya que en ellas se
aplica poco el control social (sanciones formales e informales por comportamiento
desordenado) y la gente no suele poder permitirse la seguridad de sus hogares.

Victimización por edad

En general, los jóvenes corren más riesgo de victimización que los mayores.
Los adolescentes son más vulnerables que los adultos a delitos como la agresión, el
acoso sexual, el robo y el maltrato doméstico.

Las personas mayores también corren el riesgo de sufrir abusos, por ejemplo en
residencias de ancianos, donde la victimización es menos visible.

Victimización por (des)capacidad

Según el CSEW 2017, tener una discapacidad importante también parecía


aumentar el riesgo de ser víctima. Esto era especialmente relevante en el caso de los
menores de 15 años, donde el 11,9% de los que tenían una enfermedad o discapacidad
crónica habían sido víctimas de un delito el año anterior, frente al 4,8% de los que no
la tenían.3

Victimización repetida

Desgraciadamente, quienes han sido víctimas una vez tienen muchas


probabilidades de volver a serlo. El CSEW muestra que, aunque el 60% de la
población no es víctima de ningún tipo de delito en un año determinado, el 4% de la
población es víctima del 44% de todos los delitos en ese periodo.2

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Teorías sobre la victimización en sociología


Aunque examinar las pautas de victimización es muy útil para identificar las
"señales" de quién es probable que sea víctima, también es pertinente que sepamos cómo
abordar el tema.
Existen dos grandes escuelas de pensamiento en la sociología de la victimización:
ictimología positivista y la victimología crítica.
Victimología positivista
Esta rama de la victimología tiene una perspectiva más conservadora. Sostiene que
las personas contribuyen a su propio victimismo mostrando ciertas características o
comportamientos. Caminar sla volo por la noche hasta casa, dejar una ventana abierta o los
objetos de valor a la vista, pueden considerarse conductas que contribuyen a la propia
victimización.
David Miers (1989) identifica la victimología positivista como centrada en tres
preocupaciones principales:
1. Pretende identificar los factores de los individuos o de su entorno que producen las
pautas de victimización exploradas anteriormente, en particular las que crean un
riesgo no aleatorio de victimización.
2. Se centra en los delitos violentos interpersonales: actos intencionados de violencia
por parte de un individuo o grupo contra otras personas.
3. Intenta descubrir cómo pueden haber contribuido las víctimas a su propia
victimización.
La investigación inicial de la victimología positivista se centró en la idea de la "propensión
a ser víctima". Intentaba identificar en los rasgos sociales y psicológicos de las víctimas
que las hacían más vulnerables -más "propensas"- a la victimización que las no víctimas.

Victimología crítica

Esta rama de la victimología se basa en las teorías sociológicas del conflicto, como
el marxismo y el feminismo, y trata de demostrar cómo determinados grupos sociales
son estructuralmente más vulnerables a la victimización.

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Según la victimología crítica, los que carecen de poder en la sociedad son los que
tienen más probabilidades de ser victimizados y, sin embargo, los que tienen menos
probabilidades de que el Estado se ocupe de ello, ya que a menudo se pone del lado de los
poderosos.

Críticas a las teorías de la victimización en sociología

Ahora que hemos estudiado los dos principales enfoques sociológicos de la


victimización, veamos los aspectos positivos y las críticas de las teorías de la victimización
en sociología.

Evaluaciones de la victimología positivista

 La lógica de la victimología positivista puede considerarse culpabilizadora. Las


teóricas feministas condenan ampliamente los argumentos positivistas, como la
afirmación de Menachem Amir(1968) de que una de cada cinco violaciones es
"precipitada por la víctima", ya que suponen una carga para las víctimas y las
disuaden de buscar justicia.
 La idea de que las víctimas atraen el delito por
su carácter o sus acciones personales resta agencia a los delincuentes y a
su responsabilidad por sus actos delictivos.
 Este enfoque identifica pautas relativas a las víctimas individuales de delitos, pero
ignora factores estructurales más amplios que pueden aumentar la probabilidad de
ser víctima.
 La victimología positivista sólo se centra en los delitos de violencia interpersonal;
no examina, por ejemplo, los delitos estatales o los delitos empresariales.
 Evaluaciones de la victimología crítica

 Es valiosa porque llama la atención sobre el modo en que se construye el


"estatus de víctima", y cómo esto beneficia a los poderosos a expensas de los
impotentes.

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 Sin embargo, hace caso omiso de las medidas que las víctimas podrían tomar
para protegerse del delito, como hacer que sus hogares sean seguros, así como
del propio papel de la víctima en el delito, por ejemplo, si también cometió un
delito.

 Los grupos sociales que están en el poder, como los hombres y los ricos,
también corren estadística y/o estructuralmente un riesgo de victimización.

 Victimización - Puntos clave

 La sociología se interesa por la victimización: quiénes son las víctimas de


delitos, por qué algunos grupos tienen más probabilidades de ser víctimas y si
son más susceptibles de serlo debido a determinadas características.

 Una víctima es cualquiera que haya sufrido daños o pérdidas físicas, mentales,
emocionales o económicas como consecuencia de un delito.

 Es importante estudiar a las víctimas para hacerles justicia, prevenir más


victimización y mantener en marcha el proceso de justicia penal.

 La probabilidad de victimización se ve muy afectada por las divisiones de


grupo , como el sexo, la clase, la etnia, la edad, la (des)capacidad y el hecho de
haber sido víctima anteriormente.

 Existen dos enfoques principales de la victimización: la victimología positivista


y la victimología crítica.

3. Delincuente

El delincuente es el sujeto activo del ilícito penal, es quién comete el delito o crimen
en un momento y en un lugar determinado. El concepto de delincuente ha ido cambiando
según variaba el concepto de delito y la ley penal estando ambas directamente relacionadas
con las estructuras sociales y la política criminal de cada momento.
Siguiendo a Álvarez (2012) y a Cela (2016) para determinar qué tipo de
delincuentes existen debemos tener en cuenta dos criterios objetivos: a) Que motivaciones

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son las que llevan a un sujeto a cometer un delito y b) el impacto que esas conductas tienen
en nuestra sociedad teniendo en cuenta la gravedad del delito o del hecho criminal, la
frecuencia con la que se cometen esos delitos, el nivel de especialización y organización
del delincuente y de sus características personales e individuales.

Tipologías

1.- Delincuente ocasional: sujeto que comete un ilícito penal actuando ante estímulos
externos, provocaciones ocasionales del medio o por oportunidad para la apropiación de
bienes ajenos. Confluyen una serie de variables ambientales y personales que provocan una
conducta delictiva, pero sin planificación, ni premeditación.

2.- Delincuente habitual: aquella persona que hace del delito su modus vivendi. La
conducta delictiva que lleva a cabo es el medio para lograr dinero y bienes materiales,
tratándose de una delincuencia instrumental.
 Delincuente habitual profesional. Llevan una vida aparentemente normal y consideran
las actividades delictivas como su profesión, su trabajo. Implica una carrera delictiva
que necesita aprendizaje, especialización y profesionalidad, actuando con una
cuidadosa planificación. En estos casos existe una organización jerárquica que juega
un papel determinante en las tareas criminales que se han de llevar a cabo. La
actividad delictiva o criminal que llevan a cabo tiene gran impacto social: Trata de
personas, narcotráfico, corrupción, tráfico de armas, delincuencia financiera, crimen
organizado, etc.
 Delincuente habitual asocial: carecen de cultura, de conocimientos avanzados y llevan
a cabo planes muy básicos. Suelen actuar solos o en pequeños grupos. Tienen
problemas para integrarse en la sociedad y el origen de su conducta delictiva viene
determinada por factores sociales vinculados a grupos humanos proclives a la
delincuencia mostrando cierta hostilidad hacia el orden establecido. Cometen delitos
menos graves, pero muy numerosos.
 Delincuente habitual reincidente. Aquellos detenidos y condenados por delitos
anteriores.

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3.- Delincuente por convicción. Radbruch (2005) la denomina “delincuencia cometida con
base en un imperativo moral del autor”. Son aquellas personas que cometen un delito en
base a su ideología o a sus creencias. Consideran que su misión en el mundo está por
encima de cualquier norma moral o legal sintiéndose legitimado para llevarla a cabo.
Estaríamos ante delitos como el terrorismo, delitos de odio y la delincuencia expresiva que
trata de llamar la atención sobre la identidad de personas o grupos a través de las conductas
delictivas (Cela, 2016).

4.- Delincuente juvenil. Conducta delictiva determinada por la edad de los sujetos activos.
La responsabilidad penal del menor comienza a los 14 años y termina a los 18. Por debajo
de esta edad los jóvenes son inimputables.

5.- Delincuentes violentos sujetos a patologías (como los trastornos de la personalidad o


enfermedades mentales) que pueden asesinar a una o a varias víctimas: sociópatas,
psicópatas y psicóticos. Sus crímenes reflejan rabia, ira o frustración siendo
desproporcionado el crimen cometido, ya que si el fin es matar a una persona no es
necesaria apuñalarla 32 veces, torturarla durante horas, o mutilarla. En este caso estaríamos
ante homicidas expresivos (Salfati, 1999).

6.- Ciberdelincuentes. Sujetos pertenecientes a un colectivo muy específico, con


conocimientos informáticos que llevan a cabo conductas delictivas en internet: a) Ataques
a sistemas informáticos y piratería; b) Fraudes y falsificaciones; c) Publicación de
contenidos ilegales y d) Ataques a la intimidad, al honor y a la propia imagen.

7.- Delincuentes de cuello blanco. Aquellos sujetos que cumplen dos condiciones: a)
Sujeto respetable que disfruta de posición de dominio social y que genera un importante
perjuicio económico y b) Desempeña las actividades delictivas en su ámbito profesional.

Por lo tanto, delincuente es el individuo que, por acción u omisión propias,


verifica las características de determinado tipo penal establecido expresamente en la
disposición legal pertinente. Dicho de otro modo, se trata de la persona que se adecua a

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determinado molde establecido con anterioridad en la ley penal, y por efecto de aquello
surge un nexo obligacional que impone el cumplimiento de determinada sanción.

4. víctima
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha señalado que las necesidades y
problemas de las víctimas de un delito, deben ser reconocidas en las leyes, las cuales
deben fundamentarse en los principios de derecho a la vida, la libertad, la seguridad
personal y bienestar de todas las personas, incluyendo las víctimas; específicamente
declara que uno de los principales objetivos del proceso de administración de justicia debe
ser la reparación del daño causado a la víctima, por parte de su agresor.
En opinión de González (1999), la víctima es la persona que padece un daño por
culpa ajena o por caso fortuito, pero para el Derecho Penal y Procesal Penal, se excluyen
los factores externos ajenos a la interacción humana y se concluye entonces, que la víctima
es la persona que padece daño o sufre la acción de otro. Sin embargo, hay que aclarar
que no siempre el sujeto pasivo que sufre el hecho delictivo es la víctima, puesto que el
daño al bien jurídico lo puede sufrir otro.
Por eso, cuando se habla de víctima no se puede circunscribir sólo a la persona
humana, sino que se refiere también a las personas jurídicas, quienes por su condición de
personas son titulares de derechos, pueden ser objeto de ataque, por lo que en definitiva, si
las personas jurídicas poseen un patrimonio y éste puede ser lesionado, deben y serán
consideradas víctimas.
Además, el derecho amplía el concepto de víctima a aquellas personas que aunque no
han sufrido personalmente la lesión, es decir, no son agraviadas, sin embargo, por su
condición de relación con la verdadera víctima, este concepto se extiende hasta ellos,
puede ser el caso de un homicidio, en donde el concepto de víctima puede extenderse a los
parientes del sujeto pasivo agraviado.
Así mismo, Sole (1997,21) considera que la víctima de un delito puede entenderse
como “aquel sujeto, persona física jurídica, grupo o colectividad de persona que padece,
directa o indirectamente las consecuencias perjudiciales de la comisión de un hecho”. En
el mismo orden de ideas, la Declaración de la Sociedad Internacional de Victimología,

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presentada en el Congreso Internacional de las Naciones Unidas de 1985, define a la


víctima como:
Toda persona que ha sufrido una pérdida, daño o lesión, ya sea
como individuo o como integrante de un grupo o colectividad,
incluso refiriendo el término “persona” a entidades legales,
organizaciones, asociaciones, comunidades, el Estado a la sociedad
en un todo (Sole, 1997,21).

Por su parte Guzmán (2001), considera que la víctima permaneció olvidada


durante mucho tiempo por diversas razones, en primer lugar la criminología se
preocupó por buscar la etiología y cuál debía ser la respuesta para el delincuente, allí
centró sus esfuerzos y por ello prestó muy poca atención a la víctima, no le dió
importancia en relación al fenómeno criminal.
En cuanto al Derecho Penal, éste se dedicó a la protección de bienes jurídicos, lo
cual se consideraba que se logrará con el sólo castigo del delincuente, sin dar
importancia al mal causado a la víctima. Así mismo en el campo Procesal Penal,
tampoco se había puesto suficiente empeño a favor de los derechos de la víctima en
proceso penal

Afirma Guzmán (2001), que lo que sí está demostrado es que la víctima en raras
ocasiones desea el castigo cuando considera reparado el mal causado. Lo que se aspira
es integrar a la víctima a un sistema que está fundamentalmente basado en la relación
entre el delincuente y el Estado, por lo que, surge la interrogante de si es posible
transformar el derecho penal en un derecho específicamente orientado a dar
satisfacción a la víctima, a conseguir un acuerdo entre víctima e infractor y así lograr
obtener la solución del conflicto.

Clasificación de la víctima

Siguiendo a Landrove (1998), la víctima puede clasificarse de la siguiente manera:


víctimas no participativas o fungibles, participativas o infungibles, familiares,
colectivas, especialmente vulnerables, simbólicas y falsas víctimas.

a) Víctimas no participativas o fungibles. También denominadas, víctimas

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enteramente inocentes o víctimas ideales, es decir en donde la relación entre


criminal y la víctima es irrelevante y, precisamente por ello, sustituible en la
dinámica criminal, en este sentido, todos los miembros de la colectividad son
víctimas potenciales, todos están expuestos a la victimización. Las víctimas
fungibles no desempeñan este papel en función de una concreta relación con el
delincuente, el hecho delictivo no se desencadena en base a su intervención,
consciente o inconsciente. Acostumbra distinguirse al respecto entre víctimas
accidentales e indiscriminadas
b) Víctimas participativas o infungibles. Son aquellas que desempeñan un cierto
papel en la génesis del delito, integran los supuestos más evidentes de
intervención, voluntaria o no, de la víctima en la dinámica criminal y ofrecen
una amplia gama de posibilidades.

c) Víctimas familiares. Dentro de las tipologías que toman en cuenta la relación


previa entre la víctima y el autor del delito (víctima conocida o desconocida),
hay que destacar la especial condición de las víctimas pertenecientes al mismo
grupo familiar del infractor, se trata de los supuestos de vulnerabilidad
convivencial o doméstica. Los malos tratos y las agresiones sexuales
producidos en este ámbito tienen fundamentalmente, como víctimas a sus
miembros más débiles, las mujeres y los niños.

La indefensión de estas víctimas, que muchas veces llegan a sufrir además graves
daños psicológicos, aparece subrayada por la existencia al respecto de una muy
elevada cifra. Además constituye una problemática social grave que carece de
fronteras, si bien cada vez son más los países en que la respuesta social ante estos
hechos supera decididamente antiguas justificaciones o trivializaciones de los mismos.

d) Víctimas colectivas. Como superación de las primeras investigaciones de la


víctima, que se limitaban al estudio de la pareja penal y del papel
desempeñado por la víctima individual (persona física), se ha ido abriendo
camino a la idea de que en algunos casos, son muchos los victimizados. En
consecuencia, también las personas jurídicas, determinados colectivos, la

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comunidad o el Estado pueden ser víctimas. Algunos delitos lesionan o ponen


en peligro bienes jurídicos cuyo titular no es la persona natural, esto quiere
decir, que ante estos delitos sin víctima (física), simplemente la
victimización sufrida por grupos no es menos seria que la derivada de las
relaciones bipersonales.

En cualquier caso, al lado de la clásica víctima individual se ha consolidado


modernamente esta víctima de dimensión colectiva que, en ocasiones, se denomina
víctima oculta, precisamente porque de su propia despersonalización y anonimato se
deriva una elevada cifra negra, con la consiguiente impunidad de los infractores,
delincuentes de cuellos blancos (delitos administrativos) en la mayoría de los casos.

e) Víctimas especialmente vulnerables. Puede hablarse en estos casos de víctimas


netas, pero no menos cierto que la probabilidad de convertirse en víctima de un
delito no está igualmente distribuida entre todos los miembros del colectivo
social. Algunos sujetos, en función de circunstancia de muy diversa naturaleza,
ofrecen una predisposición victimógena específica, en definitiva, ante los
denominados factores de vulnerabilidad. Esto suele distinguirse entre
factores personales y sociales.

f) Víctimas simbólicas. Son de difícil ubicación en las clasificaciones


tradicionales, en estos casos, la victimización se produce con la específica
finalidad de atacar a determinadosistema de valores, un partido político, una
ideología, un grupo religiosos o una familia a la que la víctima pertenece y de
la constituye un elemento básicamente representativo.

g) Falsas víctimas. Frente a los sujetos realmente victimizados, existen otras que
por diversas razones (ánimo de lucros, venganza, senilidad, auto exculpación o
simplemente deseo de llamar la atención), denuncian un delito que nunca
existió, estas víctimas falsas ofrecen una doble morfología.

En primer lugar, la víctima simuladora que actúa conscientemente al


provocar la innecesaria puesta en marcha de la maquinaria de la justicia, con el deseo

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de generar un error judicial, o al menos de alcanzar la impunidad de algún hecho


delictivo propio.

En segundo término, la víctima imaginaria que erróneamente, por razones


psicopatológicas o inmadurez psíquica, dice haber sido objeto de una agresión
criminal. Landrove (1998), expresa que en función de la naturaleza del delito, de la
personalidad de cada uno de los sujetos pasivo y de una amplia gama de circunstancias
concurrentes, se derivan muy diferentes consecuencias de la infracción penal para
las víctimas. Por esto suele distinguirse entre victimización primaria y la secundaria.

La víctima en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV)

En este sentido, siguiendo el orden constitucional de la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela (1999), expresa ciertas disposiciones que deben
ser tomadas en cuenta, por considerar que son útiles para lograr la claridad del
problema planteado. Es así que el título III De los Deberes, Derechos Humanos y
Garantías, el capítulo I sobre las Disposiciones Generales, en el artículo 19 consagra
que:

El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de


progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio
irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos.
Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder
Público, de conformidad con esta Constitución, con los tratados sobre
derechos humanos suscritos y ratificados por la República y con las
leyes que los desarrollen.

El artículo anterior es de especial significación para investigación, ya que, es


en él donde el Estado se hace responsable de que toda persona goce de sus derechos,
además de obligar a los órganos del Poder Público a velar porque esto se realice de
acuerdo a la misma Constitución conjuntamente con los Tratados sobre Derechos
Humanos suscritos por Venezuela.

La víctima en el Código Orgánico Procesal Penal (COPP)

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Para continuar, se hace necesario manifestar que en el año 1998, cuando


Venezuela tuvo un reacción ante la variedad de circunstancias que venía enfrentando,
esta realidad permitió la promulgación del Código Orgánico

Procesal Penal en el año 1998, el cual concuerda con las normas


procesales penales de los sistemas más avanzados del mundo,
asimismo con la implementación de un Sistema Acusatorio, donde
el Derecho a la Defensa e igualdad se ven materializados en un
Juicio Justo.

COCLUSION

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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 Álvarez, A. (2012). El delito y los delincuentes. Evolución y adaptación al medio


geográfico y social. El perfilador, nº7, 27-39.
 Cela. A. (2016). Radiografía de la criminalidad en el siglo XXI (I). Quadernos de
criminología. Año IX, número 33, 26-33.

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