Albaladejo Prescripcion 1
Albaladejo Prescripcion 1
Albaladejo Prescripcion 1
DERECHO CIVIL
I
INTRODUCCIÓN Y PARTE GENERAL
DECIMOSÉPTIMA EDICIÓN
Puesta al dia de legislación y jurisprudencia
EDISOFERSl
LIBROSJURIDICos
2006
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D. ODILO FERNÁNDEZALONSSO
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final de la hora veinticuatro del día del mismo número (que el determinado)
que corresponda al mes o año sucesivo que sea.
Y si está establecido, por excepción, que el día determinado queda in-
cluido en el cómputo, el plazo acaba al final de la hora veinticuatro del día
de número anterior (al determinado) que corresponda al mes o año sucesivo
que Sea.
«Cuando en el mes del vencimiento no hubiera día equivalente al ini-
cial del cómputo, se entenderá que el plazo expira el último del mes» (C.c.,
art. 5, número 1, in fine). Y si hay día equivalente al inicial (en el sentido
de primer día que cuenta") del cómputo, el plazo acaba al final de la hora
veinticuatro del anterior.
Por último, es seguro que si se habla en negocios jurídicos de afios, me-
ses, noches o días (lo mismo que si se habla de semanas, quincenas, medios
meses o medios años, trimestres, etc.), habrá que dar a tales expresiones el sen-
tido que marquen las reglas de interpretaciớn de aquéllos, que puede ser dis-
tinto del atribuido en la ley (por ejemplo, los contratantes, al hablar de meses,
querían referirse a períodos abstractos de treinta días). Pero, en principio, tal
sentido, no habiendo datos en contra, será el que señala el art. 5, número 1.
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LA PRESCRIPCION EXTINTIVA
0YN0 es el sentido inexacto, pero que también se usa, de día que se fija para señalar el comienzo
del plazo, según lo antes dicho, como regla comienza al siguiente.
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§ 107 LA PRESCRIPCION EXTINTIVA
Ya decían las Partidas (3,29,22), «Perezoso seyendo algund ome treinta años
continuadamente, que non demandase en juicio sus debdas, a aquellos que gelas
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'Asl, DE CASTRO, Temas de Derecho civil, 1972, págs. 166 y ss. Véase tambiến DIEZ-PICAZO-
GULLON, Instituciones de Derecho civil, I, 1973, págs. 202 y ss.
S Por eso en los ejemplos que pone DE CASTRO (pág. 168 de la obra citada), el derecho pres-
crito no triunfa a ningún efecto contra quienes se invoca, si es que éstos no se avienen a aceptarlo vo-
luntariamente.
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$ 107 LA PRESCRIPCION EXTINTIVA
tular, por la sola voluntad del sujeto pasivo, al renunciar éste a la prescripción?)
y la forma de operar dicha prescripción, es decir, los efectos de ésta.
Razones por las que, aunque la letra del Código puede inclinar a rechazar la
tesis que defiendo, después se verá cómo es la que responde más a la realidad
del propio Código.
Ahora bien, según la terminología de la ley, más parece que fueran las
acciones las que se extinguen por prescripción, pues, si bien algunas veces
el Código habla -al referirse en general a la prescripción adquisitiva y ex-
tintiva-- de que se extinguen por prescripción los derechos y las acciones
(arts. 1.930 y 1.932),posteriormente, al regular la extintiva capítulo I,
del título XVII, del libro I-v habla exclusivamente de prescripción de las
acciones (rúbrica de dicho capítulo, y arts. 1961 a 1.974, en todos los cua-
les se menciona siempre la prescripción de las acciones, y ni una sola vez
la del derecho). Por su parte la Compilación catalana (art. 344) habla de la
prescripción extintiva de «las acciones y derechos». Y la navarra (título IV
del libro preliminar, y leyes de ese título) De la prescripción de las ac-
ciones».
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§ 107 LA PRESCRIPCION EXTINTIVA
el ejercicio del derecho que aunque se haga en plazo se realice deslealmente tan
tarde que pudo la otra parte pensar que ya no iba a ejercitarse.
Tbis Así que no puede apreciarse de oficio y en juicio ha de alegarse en el escrito de contestación
(sent. de 30 noviembre 2000 y las que cita y 1l noviembre 2002).
* Como las de 17 diciembre 1979, 12 diciembre 1980, 22 octubre y 5 noviembre 1981, 8 marzo
1982, 31 enero, 7 y 14 julio y 9 diciembre 1983, 2 febrero y 22 septiembre 1984, 6 mayo 1985, 31 enero,
17 marzo, 21 abril, 6 y9 mayo, l4 julio y 19 noviembre 1986, 25 mayo, 1S julio y 6 noviembre 1987, 20
octubre y 26 noviembre 1988, 14 febrero 1989, 7 y 22 febrero, 5 marzo, 6 y 30 julio 1991,30 mayo 1992,
26 febrero, 15 marzo, 24 mayo, 30 septiembre y 3 diciembre 1993, 14 febrero, 20 junio y 18 julio 1994,
26 diciembre 1995, 21 febrero, 8 albril, 27 mayo, 6 ocnubre y 31 diciembre 1997, 18 febrero, 3 marzo, 23
mayo y 18 junio 1998, 22 noviembre y 21 diciembre 1999, 26 septiembre 2002, 16 enero 2003.
this Sentencia de 19 febrero 1998.
Mtet Sentencia de 20 julio 2001.
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Ello se debe a que antes existía una distinción entre acciones personales, re-
ales y mixtas, diciéndose que estas últimas no eran prescriptibles, y el legislador
del Código quiso, en el art. 1.930, 2.°, desechar tal cosa.
Lo anterior no lo dice explícitamente 1la ley en general, pero, sin duda, se ha-
lla en su espíritu, y se deduce: 1.° Del examen de los artículos que el Código de-
dica a regular la prescripción extintiva (arts. I.961 y ss.), donde sólo se contem-
plan acciones relativas a derechos patrimoniales. 2.° De que el art. 1.936 »Son
susceptibles de prescripción todas las cosas que están en el comercio de los hom-
bres» refleja el principio y encierra el sentido de excluir de aquélla a los dere-
chos y acciones extrapatrimoniales, que están fuera del comercio. 3.° Del examen
de las leyes (26 y siguientes) que' la Compilación navarra dedica a regular «la pres-
cripción de las acciones», En la ley 41 de aquélla, se dice que son imprescripti-
bles: «Uno. Las acciones de estado civil que no tengan establecido plazo [de ca-
ducidad] para su ejercicio. Dos. La acción declarativa de la cualidad de heredero»?.
Con lo dicho basta, en general; sería inútil querer hacer una lista de derechos
imprescriptibles. De cualquier modo como caso recogido singularmente por la ju-
risprudencia, se puede citar, por ejemplo, el del derecho de alimentos. La senten-
cia de7 octubre 1970 señala que su naturaleza familiar le priva de estar en el co-
mercio de los hombres otorgándole así carácter imprescriptible. Y que la
prescriptibilidad que se establece en el art. 1.966 no es la del derecho de ali-
mentos, sino la de las concretas pensiones alimenticias ya devengadas.
También ha declarado recientemente el T.S. la imprescriptibilidad de otros de-
rechos, pero la verdad es que lo que directamente negó para ellos fue la usuca-
pabilidad (o prescriptibilidad adquisitiva), no la extinguibilidad por prescripción,
aunque ésta se desprenda de lo dicho para aquélla. Así, las sentencias de 16 de
junio 1916 y 8 noviembre 1950, para el derecho a los apellidos.
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§ 107 LA PRESCRIPC1ON EXTINTIVA
" Sentencias de 3 marzo 1942, 8 junio 1945, 28 Doviembre 1957 y 31 enero 1957, 7 febrero 1997.
12 Otra cosa es que por usucapión (prescripción sdquisitiva) se pueda adquiir un derecho que se
forme a base de una facultad que se desgaja de oro. Por ejemplo, el que, sin ser usufructuario, usu-
fructúa la cosa de otro, llegará a adquirir el derecho de usufructo (C.c., art. 468 in fine). Y, entonces,
el propietario habrá perdido la facultad de gozar de la cosa (C.C., art. 348). Pero no por prescripción
extintiva, sino como consecuencia de la prescripción adquisiiva de otro.
13 CÊr. supra, capítulo VI, § 54, número 5.
14 Véase II, § 59, núm. 7, sub A).
15 Véase tomo III de esta obra, Derecho de bienes, Acción de deslinde y amojonamiento.
16 Véase tomo II de esta obra, Derecho de bienes, Acción de cerramiento de fincas.
1" Véase sentencia de 9 marzo 1970 y supra, § 99, número 6.
1B Supra, número 2.
19 También se usan otras expresiones por la doctrina o por la jurisprudencia, para expresar ese con-
cepto. Por ejemplo, «silencio de la relación jurídica» (asi las sentencias de 17 marzo 1961 y 31 enero 1980).
20 Para más precisiones sobre cuándo existe inactividad del derecho, véase infra, número 9.
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2.° Durante los plazos que marque la ley, que señala una serie de ellos,
que voy a exponer esquemáticamente. No obstante, hay otros en más luga-
res de aquéllos y en leyes especiales, que explícitamente están dejados a
salvo (art. 1.938 del C.c.).
Para las reales sobre muebles, añade el art. 1.962 que «salvo que el posee-
dor haya ganado por menos tiempo el dominio [o el derecho real de que se trate).
conforme el art. 1.955, y excepto los casos de extravío y venta pública, y los de
hurto o robo, en los que se estará a lo dispuesto en el párrafo tercero del mismo
artículo citado». Y para las reales sobre inmuebles, el art. 1.963 agrega en su pá-
rafo 2.° que lo que dispone «se entiende sin perjuicio de lo establecido para la
adquisición del dominio o derechos reales por prescripción [usucapión]».
Ahora bien, conviene tener presente que cuando el poseedor usucape (pres-
cripción adquisitiva) la cosa por el transcurso de menos tiempo que el que nece-
sita la acción para extinguirse por prescripción, no se trata de que se extinga por
prescripción extintiva la acción para reclamar aquélla, sino de que la pérdida de
la acción es consecuencia de la pérdida del derecho, por haberlo adquirido otro
por la otra clase de prescripción (usucapión)23, 24,
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§ 107 LA PRESCRIPCION EXTINTIVA
entiendo yo así. Agregando DE CASTRO que «las referidas acciones reales [de cuya prescripción ex-
tintiva se trata] pueden dirigirse contra quien no ha ganado la titularidad correspondiente o contra quien
está poseyendo por otro título que el dominical (por ejemplo, como arrendatario o depositario), y ellas,
en su caso, podrán ser enervadas por prescripción extintivı».
24 En el texto y en lo dicho en la nota anterior ha quedado ya presupuesta mi, opinión en orden a
la relación entre prescripción adquisitiva (usucapión) y prescripción extintiva.
En cuanto importa ahora, sólo interesa señalar que considero que, aunque producida la primera se
extingue el derecho del anterior titular (y con él las acciones que lo protegían en sus manos), sin em-
bargo no creo -como una opinión entiende que carezca de autonomía la prescripción extintiva de
las acciones reales, de modo que para el caso de ellas no haya -a despecho de lo que dicen los artí-
culos 1.962, primera parte, y 1.963, 1.°– prescripción extintiva sino cuando alguien ha usucapido el
derecho de que se trate. (Esa opinión podrá ser la acogida por la Compilación navarra, al decir en su
ley 39, apartado b), que: «LAS acciones reales que no tengan establecido plazo especial sólo prescriben
a consecuencia de la usucapión con la que resulten incompatibles». Pero por lo que atañe al Derecho
común, no la considero correcta).
Mas la verdad es que, aunque no la comparto, ésa es una opinión extendida que, por ejemplo, ha
mantenido hace algún tiempo entre nosotros DIEZ-PICAZ0, La prescripción en el Código civil, 1964,
págs. 159 y ss., diciendo en concreto (págs. 161 y ss.) que: «Es en la acción reivindicatoria donde más
agudarmente se plantea el problema a que antes aludíamos, de las relaciones entre la usucapión y la pres-
cripción extintiva. En la doctrina se ha sostenido generalmente que la acción reivindicatoria, en sí misma
considerada, es imprescriptible o, por lo menos, que no prescribe en tanto que el poseedor demandado
no haya completado los requisitos necesarios para usucapir. Otra solución conduce al absurdo. Pues,
efectivamente, si se pensara que, sobre la base del ariculo 1.963, es posible una prescripción extintiva
de la acción reivindicatoria separada e. independiente de la usucapión, se llegaría al siguiente punto:
Como el demandante no puede reivindicar, en la prácica ha perdido el dominio; pero como el deman-
dado no lo ha adquirido, puesto que, por hipótesis, no ha usucapido, es un simple poseedor. Una si-
tuación semejante tendría que llevar a la siguiente conclusión: la cosa, objetivamente, habría devenido
nullius, pero el poseedor, al ser su posesión ireivindicable, en la práctica es un propietario. Esta re-
ductio ad absurdum, parece probar que efectivamente no se produce prescripción extintiva de la acción
reivindicatoria del vetus dominus más que cuando en el poseedor concurren los requisitos de la usuca-
pión ordinaria o extraordinaria--y el poseedor puede ser considerado como un novus dominus.
La conclusión anterior lleva continúa DIEZ-PICAZO a pensar que el dominio no se pierde
por la simple falta de uso o de ejercicio, sino sólo en virtud de una prolongada posesión de otra per-
sona a título de dueño. O también: que el hecho que pone en marcha la prescripción extintiva de la ac-
ción reivindicatoria no es la simple pérdida de la posesión del dominus, sino el comienzo de una pos-
sesio ad usucapionem de otra persona. Sólo la posessio ad usucapionem constituye verdadera violación
del derecho de propiedad. (Esto es falso, pues también constituye violación de la propiedad tener la
cosa contra la voluntad de su dueño, aunque no se niegue el derecho de éste, y esa violación puede
perseguirse con reivindicatoria, que nace, pues, desde la posesión del tenedor aun no ad usucapionem;
todo lo cual ya lo advertía SAVIGNY, Sistema del Derecho romano actual, trad. esp. V, p. 188. Y la
acción empieza a prescribir a partir de ese momento, y prescribe de no reivindicarse antes de que venza
el plazo.J. Y sólo la falta de defensa del dueño frente a esta violación determina el comienzo de la pres-
cripción.
Como hemos dicho ya en otro lugar -concluye DIEZ-PICAZO- en materia de derecho de do-
minio, la llamada prescripción extintiva y la llamada usucapión no son más que dos caras a dos ver-
tientes de un único fenómeno jurídico, pues se presentan, por lo tanto, siempre indisolublemente liga-
das. Para el derecho de dominio, pues, los artículo 1.962 y 1.963 no añaden nada a los artículo 1.955
y 1.959. Yo diría aún más: la prescripción del dominio debe entenderse regulada por los artículos últi-
mamente citados, es decir, 1.955 y 1.959, y no por los que ahora comentamos. O dicho de otro modo,
cuando en los artículos 1.962 y 1.963 se habla de una prescripción extintiva de las acciones reales, no
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MANUEL ALBALADEJO
Se marcan, en efecto, una serie de plazos más reducidos, para las lla-
madas prescripciones cortas. Son:
se debe considerar incluida entre ellas a la acción reivindicatoria, cuyo régimen jurídico en materia de
prescripción resulta de las reglas sobre prescripción del dominio».
•DIEZ-PICAZO se reafirma en su postura y la argumenta con más detalle en otro trabajo más re-
ciente, Las relaciones entre usucapión y prescripción extintiva, y la prescripción extintiva de la acción
reivindicatoria, en Estudios Roca Juan, 1989, p. 221 y ss.
Ahora bien, concluido de exponer lo que escribe DIEZ-PICAZO, he de insistir en que, a mi juicio,
la tesis esa que rechazo, es equivocada. Así que realmente (hablando en términos generales, y, por tanto,
a reserva de casos de excepción que, de haberlos. se examinarían en el estudio de las singulares acciones
reales), la prescripción extintiva de las acciones reales tiene autonomía, y salvo que antes que ella se pro-
duzca la usucapión del derecho que protegen (supuesto de los artículos 1.962, segunda parte, y 1.963, 2.)%
en cuyo caso la acción se extingue por, consecuencia de tal usucapión del derecho, salvo ese caso, digo, la
extinción de la acción puede producirse por prescripción, aunque no haya usucapión por otro del derecho
que sea. Como viene a reconocer hoy la senténcia de 29 abril 1987 y otras muchas, posteriores, como las
de 17 febrero y 26 mayo 1988, o anteriores, como son las de 15 enero 1902, 3 marzo 1909, 28 enero 1915,
7 julio 1921, 29 septiembre 1929, 13 julio 1942, 12 marzo 1958, 14 abril 1958, 14 abril 1973, 12 marzo
1974, 18 abril 1974, 1S octubre 1975, 5 ocubre 1976, 18 mayo 2001. La de 2 diciembre 1998 no des-
miente lo anterior, sino que, sin decidir, dice simplemente que el que la acción reivindicatoria pueda o no
extinguirse por prescripción, con independencia de la usucapión de la cosa que se reivindicaría, es tema
<«muy discutible y discutido»,.
Del tema me he ocupado con ms detalle en un estudio titulado, La prescripción de la acción rei-
vindicatoria, en A.D.C., 1990, p. 25 y ss., y también lo ha hecho DE LA CUESTA, Notas sobre la
prescripción extintiva de la acción reivindicatoria, en Estudios Vallet, VI, 1988, p. 63 y ss., que se
muestra favorable a admitir la prescripción extintiva de la acción con independencia de la usucapión.
Y el argurmento que la tesis que combato aduce contra tal afirmación, se refuta simplemente con
advertir que el hecho de que el demandante no pueda reivindicar porque prescribió la reivindicatoria,
no permite. asegurar que ha perdido el dominio, pues su situación no es sino la de cualquier titular de
un derecho extinguido por prescripción, es decir, que lo. tiene, pero no puede imponerlo, porque el ver-
dadero efecto de la prescripción (según se ha dicho antes: número 3) es que el Ordenamiento deja el
derecho a la buena voluntad del sujeto pasivo, retirando al titular la facultad de obligar a aquél a aca-
tarlo (y precisamente DIEZ-PICAZO, considerando, como considera [véase su obra citada, págs. 33y
ss.] ése el verdadero efecto de la prescripción extintiva, no puede, sin contradecirse, alegar, en materia
de prescripción de acciones reales, tal debilidad del derecho, como argumento en pro de que la pres-
cripción extintiva de ellas no es autónoma, sino sólo un reflejo de 1la correspondiente usucapión). Con-
serva, pues, el dueño, un dominio debilitado, porque prescrito extintivamente, y si otro posee la cosa y
aún no la usucapió, se podrá decir que es prácticamente dueño, porque no se le puede imponer la res-
titución al dueño teóico verdadero, pero tal cosa se puede decir en este caso lo mismo que en el del
deudor de deuda prescrita se puede decir que prácticamente no es deudor; lo que sólo significa que lo
es pero que no se le puede obligar a que pague si él no quiere hacerlo voluntariamente. Y, por otro
lado (y aunque el caso sea de laboratorio, sirve para argumentar en el tema) el que sigue siendo dueño,
pero con acción reivindicatoria prescrita, si bien no puede reivindicar su cosa, si ésta llega después a
su poder por otro camino, sí puede conservarla contra la reivindicación que pudiera intentar contra él
el no dueño.
Para concluir el tema presente, hay que señalar que las sentencias de 14 abril 1973, 12 marzo y
18 abril 1974, 15 octubre 1975 y 5 octubre 1976, sirven de apoyo a la tesis que defiendo (la segunda
dice que la «prescripción extintiva [de la acción reivindicatoria] ejercitada por el demandado no se ha
producido porque tampoco ha transcurrido el plazo de treinta años», la antepenúltima habla en general,
aunque el caso era de reinvindicatoria, de que los plazos de prescripción aplicables son los fijados en
el art. 1.963, y la última dice que para ser ejercitable la acción reivindicatoria es menester que subsista
«por no haber transcurrido el plazo señalado por el art. 1.963, párrafo 1.° del Código civil»), y que la
de 13 julio 1942 no lo resuelve, pues si bien dice, en su considerando último, que la acción del ante-
rior titular se extingue cuando se produce la usucapión del nuevo (lo que es obvio), no afirma que éste
sea la única prescripción extintiva de tal acción, que es lo que haría falta para apoyar la tesis de que
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§ 107 LA PRESCRIPCION EXTINTIVA
las acciones reales no tienen prescripción extintiva autónoma, sino sólo la que es reflejo de la pres-
cripción (usucapión) del derecho de que se trate.
25 Para la distinción entre intereses compensatorios y moratorios, véase tomo II, Obligaciones de
intereses.
Para las razones y jurisprudencia que fundamentan la afirmación de que la prescripción quinque-
nal se aplica a los intereses compensatorios y no a los moratorios, véase ALBALADEJO, Sentido de la
jurisprudencia sobre prescripción quinquenal de intereses, en R.C.D.I., 1966, págs. 129 y ss.
La jurisprudencia sobre el tema que se estudia en el citado trabajo, está constituida por las sen-
tencias de 24 junio 1897, 24 mayo 1918, 20 febrero 1925, 3 junio 1932, 14 noviembre 1934, 31 mayo
1957, 13 junio y 10 octubre 1959, 14 marzo 1964, 3 febrero, 17 marzo 1994.
26 La sentencia de 30 junio 1950 (segunda sentencia) dijo lo contrario que la de 9 octubre 1971.
27 Pero el art. 1.967, 2.°, no es aplicable si no es reclamación de honorarios, sino que se trata de
una acción personal resultante de liquidación de cuentas, aunque las partidas de éstas procedan de ho-
norarios devengados por consecuencias de trabajos profesionales realizados (ver la sentencia de 22 no-
viembre 1982 y la que ésta cita).
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§ 107 LA PRESCRIPCION EXTINTIVA
nal. Y ahora, después de la reforma del tíulo preliminar, se deduce del nuevo art.
5, número l, del C.c., según -repitiendo en general lo que el 1.130 dice para el
comienzo del plazo en las obligaciones-- el que: «Siempre que no se establezca
otra cosa, en los plazos señalados por días, a contar de uno determinado, quedará
éste excluido del cómputo, el cual deberá empezar en el día siguiente.» Ambos
artículos hablan de plazo señalado por días, con lo que si el plazo está señalado
por meses o años, no le alcanza la letra de la disposición. Pero, como ya he dị-
cho, el espíritu de ésta es que el día señalado para comienzo de un plazo, quede
fuera del cómputo, que comenzará al siguiente.
Desde el día en que pudo ejercitarse la acción, que es desde que ésta nació, por-
que -dice la sentencia de 2 febrero 1959- el art. 1.969 acoge el principio de la
actio nata. Así que aunque sea duradera la situación de que nace la acción de cuyo
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MANUEL ALBALADEJO
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§ 107 LA PRESCRIPCION EXTINTIVA
del derecho cuando la ley así lo determine o prefije, como excepción»4º. Indi-
cándose en la de 1997 que corre la prescripción aunque sea incapaz y carezca
de tutor aquel .contra quien se prescribe (aparte de que se pueda ejercitar la ac-
ción como tutor o guardador de hecho). Y señalándose en la de 31 octubre 1968
que el comienzo de la prescripción «no requiere el conocimiento de la existen-
cia de la acción por su titular, bastando el transcurso del tiempo legal para que
se consume»4.
0 La desafortunada sentencia de 9 junio 1076 invoca ésta en apoyo de la tesis que mantiene. Pero
la verdad es que desfigura al transcribirlas, sus palabras, pues en vez de repetir lo que dice de que «la
doctrina jurisprudencial viene interpretando [el art. 1.969] en el sentido de que.. se refiere de manera
notoria a la posibilidad LEGAL [y no de mero HECHO, por las circunstancias que concurran en el perju-
dicado] de hacerlo [es decir, de ejercitar la acción]», afirma que viene interpretándolo en el sentido de
referirse «de manera notoria a la POSIBILIDAD de hacerlo». Con lo que, suprimido lo de LEGAL, queda
expresado algo obvio (que la prescripción de la acción no comienza sino desde el día en que pudo ejer-
citarse -art. 1.969, in fne- porque evidentemente desde que se pudo es desde cuando hay posibili-
dad), pero totalmente no aclaratorio, ya que se ha eliminado la especificación de que debe de tratarse
de posibilidad legal, y no de hecho. Y añade luego la sentencia de 1976, continuando la transcripción
de la de 1971, que «por lo que sólo deben ser tenidas en cuenta las condiciones o circunstancias per-
sonales del titular del derecho», cuando lo que dice la de 1971 es que «por lo que sólo deben ser te-
nidas en cuenta las condiciones o circunstancias personales del titular del derecho cuando la ley ast lo
determine o prefije, como excepción».
Por lo demás, la sentencia de 1976, que persigue sin duda resolver en equidad, no se inclina por-
que la posibilidad de ejercicio de la acción haya de ser de hecho (según las circunstancias del actor),
sino que partiendo de que sea posibilidad legal, entendió que ésta no se daba en el caso, en el que de
lo que se trataba era de si la prescripción de la acción para exigir responsabilidad civil por hecho lí-
cito (art. 1.968, 2.) comienza desde que es conocido el daño por el perjudicado o desde que éste co-
noce su montante (extremo del que me ocupo infra, tomno II, § 156, número 3).
4 Alguna sentencia discrepa de esa línea. Así la de 25 enero 1964, según la que como para que
un derecho prescriba es necesario que pueda ser ejercitado, «si el titular se encuentra en la imposibili-
dad de ejercitarlo a consecuencia de un obstáculo cualquiera que proceda ya de la ley, ya de fuerza ma-
yor o hasta de la misma convención, la prescripción no comienza a correr contra aquél hasta el día en
que cesa o desaparece esa imposibilidad»
Eso que dice la sentencia, me parece que no es, pero lo que, desde luego no es, por mucho que
la sentencia también lo diga, es que tal criterio sea el que «como fórmula general, la doctrina cientí-
fica y la jurisprudencia proclaman al unísono» (;!).
2 Que es excepcional y no aplicable a los otros casos por analogía, lo ha dicho explícitamente la
jurisprudencia. Así, sentencias de 31 octubre 1968, 12 febrero 1970 y 22 marzo 1971.
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Sentencias de 7 marzo 1962, 1l junio 1963, 19 mayo 1965, 19 abril 1967, 27 abril, 31 octubre
y 11 noviembre 1968, 12 febrero 1970, 1 abril. 6 noviembre 1971, 1 junio 1973, 5 junio 1974, 15 fe-
brero 1975.
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§ 107 LA PRESCRIPCION EXTINTIVA
Diría yo que nuestra ley adopta el criterio objetivo, pero que éste, para
el T.S. consiste en que exista y sea cognoscible el hecho que genera la ac-
ción, con independencia de que el titular lo conozca o no, y con indepen-
dencia de que por impedimentos suyos personales se vea imposibilitado de
entablar aquélla.
Y lo más que se puede objetar -que creo que no es que en esta versión
del T.S. de la objetividad de la imposibilidad, se utilice con cierta impropiedad el
término objetivo. Término que, por otro lado, aunque utilizado por el T.S. alguna
vez (así, sentencia de 12 febrero 1970), más bien ha sido manejado por doctrina,
pues aquel Alto Tribunal lo que en realidad hace es simplemente adoptar el cri-
terio que con tal término se expresa.
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MANUEL ALBALADEJO
Así, el plazo para el ejercicio de las acciones a que se refiere el art. 1.490
C.c. (sentencias de 8 noviembre 1983 y 11 marzo 1987): También el plazo de
ejercicio de la acción de nulidad del art. 1.301 C.c. (ver las sentencias sobre
este punto en la nota 40 del § 105, número 10). También es de caducidad la
acción de nulidad del art. 16, párafo 4.°, de la Ley de Propiedad horizontal
(sentencias de 18 diciembre 1984, 14 febrero, 18 y 20 junio 1986, 16 diciem-
bre 1987 1 febrero, 13 octubre y 25 noviembre 1988, 6 febrero 1989, y 2 abril
y 23 mayo 1990.
2 Si la caducidad en el caso que sea no la estableció la ley, sino que ha sido dispuesta por las par-
tes (caducidad voluntaria o negocial, y no legal: cfr. el considerando 7.° de la sentencia de 26 diciem-
bre 1970 y la sentencia de 10 noviembre 1994), la apreciabilidad de la misma ex officio es insegura.
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§ 108 INFLUENCIA JURIDICA DEL TRANSCURSO DEL TIEMPO
1970, 22 diciembre 1971, 20 mayo 1972, 28 junio 1973, 26 junio 1974, 31 oc-
tubre 1978, 7 mayo 1981, 28 enero y 18 noviembre 1983, 21 abril y 7 julio 1986,
6 junio l990, 22 mayo 1992, 23 junio 1993, 27 mayo 1996.
Presupuesto lo anterior, no es úil hacer aquí una lista exhaustiva de los ca-
sos de caducidad (como tampoco la he hecho al estudiar la prescripción), dado
que habría que argumentar en cada uno de los discutidos las razones por las que
se estima o no de caducidad, lo que excede de lo procedente en este lugar. Así,
pues, queda para estudiar en las diversas instituciones de que se trate, si deter-
minados supuestos son de caducidad o de prescripción.
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lo dicho para la prescripción tiene igual razón para ser aplicado a la cadu-
cidad. Y algunas sentencias de las recogidas sobre él al tratar de aquélla, re-
cayeron en casos que realmente (a pesar de la, a veces, inapropiada termi-
nología usada por los fallos) eran de caducidado lo eran más probablemente.
Así habría que echar mano de arts. como los 1.962, 1.963, 1.964, in fine,
C.c., o Comp. navarra, ley 39, o Comp. catalana, art. 344.
Todo ello, a menos que la evidente analogía con otro supuesto, acon-
seje aplicar al plazo no determinado una duración igual a la del plazo de
ese otro supuesto.
El art. 2.986 del C.. italiano dispone que: «Las partes no pueden modificar la disciplina legal
de la caducidad ni pueden renunciar a la caducidad misma, si ésta está establecida por la ley en mate-
ria sustraída a la disponibilidad de las partes».
Por ejemplo, A otorga en su testamento un derecho de reracto a favor de su heredero B, para
si C, a quien deja un legado, vende después la cosa que le legó.
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§ 108 INFLUENCIA JURIDICA DEL TRANSCURSO DEL TIEMPO
Por ejemplo, a la acción del art. 647 del C.c., el plazo del art. 652y no del
1.964, in fine. O el plazo del retracto análogo, y no el del art. 1.963, a un re-
tracto sobre inmueble que hipotéticamente pudiese conceder una nueva ley olvi-
dándose de marcarle duración, o que se otorgase en vitud de pacto en caso en
que la ley no lo concede.
5 De todos modos, véase lo dicho supra, § 107, número 9, al principio, sobre el tema de la prueba
de la subsistencia del derecho, mediante la prueba de la interrupción de su prescripción.
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DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO E INTERREGIONAL
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