7.a. La Corporeidad El Nuevo Paradigma Como Formador de La Identidad Humana
7.a. La Corporeidad El Nuevo Paradigma Como Formador de La Identidad Humana
7.a. La Corporeidad El Nuevo Paradigma Como Formador de La Identidad Humana
RUGGIO G A, 2011, EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 161
Introducción
Podríamos afirma que la existencia humana es corporal y percibimos el mundo desde y por
nuestro cuerpo.
La corporeidad como la percepción del cuerpo, y el movimiento motriz dándole expresión al
mismo, son elementos característicos y distintivos de la especie humana.
A partir de estas dos características interactuamos, percibimos, recibimos información, sentimos
y le damos significado al mundo exterior y a la relación con nuestros pares, otorgándole sentido a
la existencia humana en la tierra.
Desde la concepción del ser, desde que el óvulo es fecundado por el espermatozoide y el huevo
cigota comienza a desarrollarse en el útero materno, comenzamos a sentir al mundo a través de la
interacción de la madre con la sociedad, siendo ésta la primera socialización primitiva del nuevo
ser con el mundo.
Al nacer, el bebé se va apropiando de su entorno desde su rol de infante. El llanto, la sonrisa, la
búsqueda constante de la mirada, el pataleo para conocer sus extremidades, la aprensión de la
mano, la succión como forma de alimentarse a través del pecho materno, son toda una definición
de la forma de apropiación del mundo, de sentir el mundo, de cargarlo de afectividad para
interactuar con él.
Para contextualizar mejor esta idea, mi trabajo se desarrollará en varios puntos:
1. La conceptualización de la corporeidad, la motricidad y el viejo paradigma de la
Educación Física
2. El nuevo paradigma: la Educación Corporal como fuente de desarrollo y salud
global.
3. Conclusiones finales.
Desarrollo
1. La conceptualización de la corporeidad, la motricidad y el viejo paradigma
a. ¿Qué es la corporeidad?
Jorge Gómez nos habla del ser humano como ser corporal, de la existencia en para el cuerpo, el
cual nos predispone a la “acción autónoma” de resolver nuestra subsistencia y la necesidad de la
trascendencia.
Por lo tanto diremos que la corporeidad humana en una construcción permanente en tres
niveles: biológico, psicológico y social. Esta construcción biopsicosocial, siguiendo a Gómez, esta
compuesta por significados e imaginarios de la vida cotidiana que se van modificando como son:
los afectos y los vínculos, las emociones, el gozo y el dolor, los impactos sensibles, la apariencia
física estética, la libertad o no de vivir en plenitud, basándose siempre en la diferenciación-
identificación con los otros.
Manuel Sergio nos habla de que al hombre lo podríamos definir desde las siguientes
dimensiones:
● La libertad: Entender las necesidades, para ser un ser reflexivo, histórico y autónomo del
propio medio.
culturales.
A partir de estas dimensiones el cuerpo no se reduce a una instancia biológica, sino a un ser
histórico-social, biológicamente activo.
La corporeidad, representa el modo de ser del hombre, bajo circunstancias históricas, siendo la
Educación Física su herramienta más importante.
Separando el concepto de Educación Física, encontraremos históricamente que la palabra
Educación está asociada a distintos términos y sucediendo lo mismo con la palabra Física. O sea
que el concepto de Educación Física encierra connotación en el imaginario social y cultural, que
se ve lleno de poder y según las concepciones ideológicas propias del concepto de cada estado o
nación.
Foucault afirma que el cuerpo es portador de poder, por ende que uno es portador de poder,
que colectivamente somos portadores del poder colectivo. Este poder del cuerpo colectivo esta
sujeto a normas y leyes propias de cada sociedad, siendo que este cuerpo colectivo porta mayor
poder, y que este cuerpo colectivo es el que realiza las normas colectivas y reglas que engendran
el cuerpo colectivo popular absoluto de poder.
La corporeidad se da a partir de la imagen del hombre y de su proyecto socio-cultural como
colectividad, como nación. Cada sociedad, cada institución, creará el ideal corporal que cobrará
vida a través de la Educación Física.
Este cuerpo colectivo, Cuerpo Institucional, es el efecto de una elaboración social y cultural, por
lo tanto la corporeidad y la motricidad representan un ente propio, indisoluble del imaginario
colectivo propio de cada cultura, que lo legitima en su expresión como sociedad, que estará
representada y puesta en marcha por la Educación Física, las teorías que la avalan, y su
incidencia directa en la vida colectiva.
Siguiendo la idea de Gómez, no se debería, en pleno siglo XXI, solamente pensarse al cuerpo
desde una visión como conjunto de órganos solamente, o como con un concepto de materia física
siguiendo las teorías físicas de Newton.
El hombre debería de pensarse desde la corporeidad, desde sus tradiciones antropológicas y el
proyecto social al que pertenece.
● Educación: rápidamente asociamos esta palabra con la infancia de cada uno, con la
escuela, con el guardapolvo que nos iguala a todos dentro de la institución, con el pizarrón
de aprendizaje y con las maestras de la infancia.
Profundizando sobre el término y siguiendo a Julio César Labaké (1998) al referirnos al término
educación estamos afirmando por un lado un encuentro mutuo entre docente y alumno, un
encuentro de un grupo que comparte un espacio específico, con un tiempo determinado, con
objetivos generales comunes, con contenidos significativos en el medio interactuando
continuamente, y con roles completamente definidos.
Por otro lado, estará presente la connotación ideológica, cultural, económica y social que
encierran los personajes del encuentro y su interacción institucional, y la asimilación que hace
cada uno de lo que el otro personaje propone, proclama y afirma.
A esta interacción educador-educando, deberíamos agregarle, siguiendo a Labaké (1998, p. 27)
que la educación es un producto de diferenciación / integración: “De diferenciación dentro del
individuo, de todas sus posibilidades y su correlativa integración en una unidad armónica, capaz
por sí misma y simultáneamente de captar y asumir las diferencias sociales y aceptar su
diferenciación progresiva y enriquecedora, a la vez que realizar la integración personal y
progresiva de la comunidad”.
Podríamos aceptar que la educación en definitiva es un camino progresivo de cambio continuo
en la permanencia del hombre, siendo esta una herramienta fundamental para el crecimiento
cualitativo y cuantitativo de la persona y de la comunidad humana. En definitiva, la educación será
siempre la tensión entre lo que somos como seres humanos y lo que estamos llamados a ser.
● Física: la sigla físico/a esta asociada a la corporeidad, y ésta a su vez la podemos asociar
a la motricidad, ya que el ser humano experimenta con su cuerpo de manera práctica, con
vida, actuando.
El movimiento siempre ha servido como método para que las distintas sociedades moldeen el
cuerpo humano, está presente en los currículos escolares, las ideologías imperantes y reinantes
de cada momento histórico, reduciendo al hombre a disciplina o descubrimiento, en busca de un
control social absoluto.
Foucault (1996) afirma que el cuerpo es portador de poder, y que, por ende, colectivamente
somos portadores del poder colectivo. Este poder del cuerpo colectivo esta sujeto a normas y
leyes propias de cada sociedad, siendo que este cuerpo colectivo porta mayor poder, y que es el
que realiza las normas colectivas y reglas que engendran el cuerpo colectivo popular absoluto de
poder.
La corporeidad se da a partir de la imagen del hombre y de su proyecto socio cultural como
colectividad, como nación. Cada sociedad creará el ideal corporal que cobrará vida a través de la
Educación Física.
Como afirman Crisorio y Bracht, “La Educación Física es una construcción cultural, que puede y
debe ser moldeada por los sujetos de cada institución”. Este cuerpo colectivo es el efecto de una
elaboración social y cultural, por lo tanto la corporeidad y la motricidad representan un ente propio,
indisoluble del imaginario colectivo propio de cada cultura, que lo legitima en su expresión como
sociedad, que estará representada y puesta en marcha por la Educación Física, las teorías que la
avalan, y su incidencia directa en la vida colectiva.
La educación física nos atraviesa desde los inicios de nuestra vida, permitiéndonos adquirir
competencias para desenvolvernos en distintos ámbitos y situaciones.
El viejo paradigma biológico-mecanicista, centra su preocupación pedagógica en estimular el
desarrollo de las funciones musculares, apoyándose en el tratamiento del organismo, del cuerpo,
como una estructura de sistemas mejorables en sí mismo. Este paradigma no se preocupa del
sentido y valor de tales mejoras, limitando la posibilidad de alcanzar una comprensión profunda
del ser corporal. Este paradigma proponía como fin la práctica deportiva idealizada. Se construía
la corporeidad para poder integrarse a la sociedad, sentirse perteneciente y aceptado, ser utilizado
para proponerle modelos idealizados de belleza corporal o de éxito deportivo, difíciles de alcanzar
para la mayoría, produciendo, siguiendo a Gómez, una desvalorización personal de muchos niños
y adolescentes, que los lleva a situaciones patológicas de consecuencias en su salud física o
psicológica, sintiéndose excluidos o discriminados del disfrute de su cuerpo y su accionar por no
responder a los patrones que posibilitan disfrutar de sus cuerpos y “corresponder” al mundo de los
cuerpos fabricados, ficticios, engañosos, elaborados por los intereses de la cultura corporal
confeccionada para vender.
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Bibliografía
Argentina, 1979.
● DURAND, G. “El adolescentes y los Deportes”; Editorial Luis Miracle, S.A.; España,
Barcelona, 1967.
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Argentina, 1987.
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España, 1988
● ROFFE, M. “Psicología del Jugador de Fútbol - Con la cabeza hecha pelota”. Lugar