Regreso de La Democracia Al Perú
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Información de Docente:
Especialidad:
Área de formación:
Ciencias Sociales.
Índice
Contenido
Antecedentes: —--------------------------------------------------------------------------------------------------- 3
Primera Fase Del Gobierno Revolucionario De Las Fuerzas Armadas (1968-1975):
Gobierno del General Juan Velasco Alvarado:
El Regreso De La Democracia: —-------------------------------------------------------------------- 4 - 6
La Segunda Fase del Gobierno Revolucionario De Las Fuerzas Armadas (1975-1980:
Gobierno Del General Francisco Morales Bermúdez:
Las Nuevas Elecciones: 6
La Década De La Crisis 7
Segundo Gobierno De Belaunde: 7
En lo político: 7
En lo Económico: 8
Conflictos Sociales: 9
Antecedentes:
El gobierno de Juan Velasco Alvarado, conocido también como velascato o primera fase del
Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada del Perú, fue una dictadura militar que se inició
el 3 de octubre de 1968 con un golpe de Estado institucional y terminó el 29 de agosto de 1975
con el Tacnazo, golpe militar realizado por Francisco Morales Bermúdez. En este período, Juan
Velasco Alvarado ocupó de facto la presidencia de la República como Presidente de la Junta
Revolucionaria de Gobierno.
Así como promovió beneficios, causo graves perjuicios para el país con el déficit de calidad en
la administración de las reformas que promulgaba, por otra parte, la dictadura que infringía,
causaba una demolición de los derechos civiles, cerrando canales de televisión, expropiando
canales de radio al igual que periódicos, además destituyendo a los partidos políticos.
El Regreso De La Democracia
Existen datos históricos que establecen que el regreso de la democracia inicia cuando Francisco
Belaunde regresa a la presidencia, pero considerando hechos antecedentes establezco que inició
a partir de la mitad de la segunda fase del GRFA (Gobierno Revolucionario de las Fuerzas
Armadas), con el régimen del general Francisco Morales Bermúdez, comenzando con los
cambios a las reformas hechas por Velasco, Indultos a opositores políticos, Disminución de la
censura a los medios de comunicación , Promoción de la inversión privada, Disminución de los
subsidios y seguido por su convocatoria a una asamblea constituyente, que aunque seguía siendo
un gobierno dictatorial gracias a las practicas que continuaban realizando, se toman en cuenta
ciertas aspectos que le dan un inicio al regreso de la democracia.
En 1976, fue un “año de redefinición del proyecto político militar” (Pease), que alejó totalmente
a Morales Bermúdez del proyecto inicial de Velasco. El comienzo de este giro se da con la
salida de altos mandos militares como Fernández Maldonado, La Vera, Gallegos y De la Flor
del gobierno. Con este gesto se inicia también el abandono al socialismo del gobierno que hasta
febrero de ese año aún seguía formando parte. Para agosto, se declaraba como inadecuado el
proyecto socialista y se abandona el programa ideológico que primó durante los 8 años de
Velasco, principalmente en cuanto a la idea de la propiedad social.
El gobierno asumió el verdadero carácter de sus acciones y se llevan adelante más políticas que
deshacían las reformas anteriores. Algunas de estas fueron la privatización de sectores de la
economía, las políticas de flexibilización laboral (supresión en la práctica de algunos derechos
laborales), mayor apertura al capital extranjero, cambios en la política exterior, etc. El cambio en
la política se vio reflejado en todos los sectores, generando reacciones a favor y en contra.
Problemas sociales
El agotamiento de las reformas impulsadas por los militares se hizo claro durante la gestión del
general Morales Bermúdez. Este periodo se caracterizó por la importante dinámica de
organización y movilización social de diversos sectores populares que exigían atención a sus
principales demandas.
Los paros nacionales de 1977 y 1978, las largas huelgas magisteriales de esos mismos años y los
procesos de recuperación de tierras en los Andes fueron aislando paulatinamente a la dictadura.
La Asamblea Constituyente:
Desde enero de 1977, el ministro del Interior, general Luis Cisneros Vizquerra, había iniciado
conversaciones con los partidos políticos que existían al momento de la deposición de Belaúnde;
fue así como se realizaron contactos con el APRA, con Acción Popular, Partido Popular
Cristiano y Partido Comunista del Perú. El 4 de octubre de 1977 se convocaron a elecciones
para representantes a una Asamblea Constituyente mediante el Decreto Ley 21949.2 Esta
asamblea tendría como exclusiva finalidad, la dación de la nueva Constitución Política del
Estado.
Cuando la nueva Constitución quedó terminada y firmada por Haya de la Torre, fue llevada a
Palacio para su promulgación, sin embargo, el general Morales Bermúdez se negó porque se
trataba de que de inmediato entrase en funciones, lo que implicaba el cese del Gobierno
Revolucionario y además porque no se habían constitucionalizado las principales reformas
estructurales de la Revolución. Morales Bermúdez devolvió la Constitución sin firmar y se tuvo
que esperar hasta el 28 de julio de 1980 cuando hubiera un nuevo Gobierno Constitucional.
El 30 de julio de 1979, se dio el Decreto Ley 22622 por el cual se convocaban a Elecciones
Generales de Presidente y Vicepresidentes de la República, Senadores y Diputados para el 18 de
mayo de 1980.
En el año 1980, se inicia el proceso de transferencia de las Fuerzas Armadas hacia un gobierno
democrática que puede ser elegido en base al voto popular. De esta manera, es posible observar
el cambios en los partidos políticos y un reacomodos provenientes del gobierno militar ad portas
del cambio de élite política. En el primer semestre de 1980, la transferencia del poder estatal es
concluida con el triunfo de Fernando Belaúnde Terry para un segundo período luego del golpe
de Estado militar.
Luego de la publicación de una nueva Carta Magna en 1979, las elecciones de abril de 1980
fueron escenario de particularidades y novedades. En primer lugar, fueron los primeros comicios
presidenciales que contaron con un verdadero sufragio universal, al consentirse el voto a los
analfabetos. Asimismo, fijó el mandato presidencial en cinco años, fortaleció el poder
presidencial, continuó con el sistema bicameral y estableció la «segunda vuelta electoral»
(balotaje). De la misma manera, fueron los comicios con el número más alto de candidaturas,
siendo quince los partidos inscritos.
La Década De La Crisis
Segundo Gobierno De Belaunde:
En lo político:
Apenas tomó posesión del gobierno, Belaúnde se enfrentó a esta crisis, que se originó en enero
de 1981 cuando 24 cubanos que buscando escapar del régimen impuesto por Fidel Castro en
Cuba, ingresaron violentamente en un autobús a la Embajada del Perú en La Habana.
Cumplió una de sus promesas electorales: devolver inmediatamente los medios de comunicación
expropiados por los militares a sus reales propietarios, poniendo asimismo fin a la censura al
igual que la convocatoria a elecciones municipales. Las elecciones municipales se realizaron el
23 de noviembre de 1980, contando con la participación del 69 % de votantes registrados.
No quiso revertir la expropiación de las tierras hechas al amparo de la reforma agraria (que
había liquidado al feudalismo agrario en el país), presumiblemente para no ocasionar un
estallido social en el campo.
La crisis culminó en junio de 1981 cuando se concedieron visas humanitarias a los refugiados,
España dio 350 visas, Canadá 600, Costa Rica 250 y Perú 750. Llegaron al Perú 450 cubanos,
cifra que aumentó a 742 para agosto. La mayoría fue instalada en un campo de refugiados en el
Parque Túpac Amaru de San Luis. La mayoría de los asilados en Perú volvió a emigrar.
Conflicto del Falso Paquisha
En 1981, se produjo un conflicto con Ecuador por la ocupación de una zona fronteriza en
disputa en el norte peruano denominada Cordillera del Cóndor, en donde tropas ecuatorianas
habían montado ilegítimamente un puesto militar. El presidente Belaúnde denunció que el
gobierno de Ecuador había desplazado su puesto fronterizo denominado «Paquisha» varios
kilómetros dentro de territorio peruano, para de esta manera luego sostener que dicha instalación
siempre había estado allí. Por ello, el presidente Belaúnde denominó a este puesto como «Falso
Paquisha», a efectos de dar a conocer al mundo el ardid ecuatoriano. Afortunadamente, la
escalada se previno gracias a una rápida acción militar y diplomática.
Durante la Guerra de las Malvinas, Perú se mantuvo neutral en un principio. Sin embargo,
después del hundimiento del crucero argentino ARA General Belgrano por parte de la armada
británica, el gobierno peruano decidió ayudar a Argentina enviando aviones Mirage y
armamento de origen soviético1. Además, soldados peruanos llevaron a cabo una operación
secreta para ayudar a los hermanos argentinos en el combate con Gran Bretaña. Los pilotos
peruanos volaron más de 1,500 kilómetros sin ningún tipo de comunicación para no ser captados
por los radares de Chile en Antofagasta e Iquique, que habían tomado parte por Gran Bretaña,
brindándoles valiosa información de inteligencia. La operación fue hecha en estricto secreto,
buscando mantener reserva, claramente teniendo en cuenta que si la partición nacional se
conocía, Inglaterra lo tomaría como una declaración de guerra.
En lo Económico:
Se reanudaron las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional tras las grandes sumas
que acumulaba la deuda externa nacional. En 1983, el FMI exigió por primera vez al gobierno
que aplique las cláusulas del Consenso de Washington, algo que no haría efectivo hasta el
gobierno de Fujimori.
En su informe al Congreso de 1984, Mariátegui se quejó de los plazos cortos y los intereses altos
de la deuda externa, así como exigía mayor justicia en los precios de los productos de
exportación y mejor recepción de los mismos, criticando las medidas proteccionistas dictadas en
Europa y Estados Unidos.
Conflictos Sociales:
El elevado endeudamiento externo afectó la precariedad del sistema y desde 1982 el crecimiento
económico descendió en gran magnitud. Como consecuencia se presentó un enorme número de
desempleados, debilitamiento de la sociedad civil, crisis de los partidos políticos y la
informalización de las clases populares.
El Penal El Sexto:
Otro incidente de gravedad ocurrido en su gobierno fue la develación del Motín del penal El
Sexto, reclusorio ubicado en el centro de Lima. La mañana del 27 de marzo de 1984 un grupo de
60 reclusos tomó como rehenes a varias personas que trabajaban en dicho penal exigiendo la
entrega de vehículos para fugarse. Enterado el presidente, ordenó que se realizaran
negociaciones para poner fin al problema; sin embargo los reclusos se mantuvieron inflexibles y
acrecentaron su violencia, asesinando frente a las cámaras de televisión a dos de los rehenes.
Por la noche el motín fue develado por un grupo especial de la Guardia Republicana que ultimó
a 22 internos, hirió a 40 y dispersó al resto, este hecho fue el más violento de ese año, incluso el
Ministro del interior de aquella época, Luis Pércovich no dudó en declarar que el motín tuvo una
inspiración directa de Sendero Luminoso, debido a que varios de sus integrantes estaban
recluidos en el viejo penal, el mismo que fue desalojado y clausurado el año 1986.
El Terrorismo:
Sendero Luminoso:
Durante el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry, el problema más grave que enfrentó
el gobierno fue el accionar de la organización terrorista maoísta Sendero Luminoso, dirigida por
Abimael Guzmán. Este grupo declaró la guerra al Estado peruano en el departamento de
Ayacucho en mayo de 1980, empobrecido debido a siglos de explotación colonial y esclavitud
en Perú 1. A partir de 1983, Sendero Luminoso intensificó su campaña, imponiendo un
terrorífico régimen de violencia extrema en el sur andino y asesinando indiscriminadamente a
miles de campesinos, profesionales, comerciantes y autoridades locales, miles de sus militantes
fueron asesinados salvajemente por Sendero Luminoso. Los hechos más graves sucedidos en
este tiempo fue la Masacre de Ucchuracay donde nueve periodistas fueron asesinados por los
moradores de dicho distrito andino al confundirlos con militantes de Sendero y la masacre de
Putis, donde cerca de doscientos civiles fueron masacrados por una unidad del ejército al ser
confundidos también con militantes de Sendero y enterrados en un conjunto de fosas comunes
clandestinas. La reacción del presidente, ante estos graves sucesos sin embargo, fue secreta,
dubitativa y en ocasiones dudosa. Sabido es que el presidente nunca ordenó la entrada en acción
de las Fuerzas del Orden cuando en dos oportunidades tuvieron cercado al líder senderista
Abimael Guzman Reinoso y su cúpula, lo que hubiese determinado el fin de la Guerra Interna
(Primero en los Andes Ayacuchanos en 1982 y Segundo en Lima en 1984) por considerar que se
podría producir algún exceso, lo que conllevaría a la Comunidad Internacional, a acusar a su
gobierno como “asesino”. Ante la escalada terrorista, nunca se diseñó una estrategia tendiente a
combatirla, sino simplemente se declaró el Estado de Emergencia y se envió a las Fuerzas
armadas y las Fuerzas Policiales a combatir a los alzados en armas. Este hecho agravó mucho el
conflicto, pues los uniformados se entregaron a una brutal campaña represiva que costó de modo
similar miles de vidas. Las reiteradas violaciones de los derechos humanos en las regiones del
conflicto, los crímenes y abusos no divulgados de efectivos militares y policiales peruanos, así
como los de Sendero Luminoso, convirtieron al gobierno de Fernando Belaúnde en uno de los
más violentos de la historia de Perú.
El MRTA:
El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) fue una organización armada marxista-
leninista de inspiración guevarista peruana que inició su accionar en mayo de 1982 y formó
parte de la época del terrorismo en Perú . El MRTA buscaba establecer un Estado socialista de
orientación marxista-leninista en el Perú.
El MRTA llevó a cabo una serie de acciones violentas, incluyendo asesinatos, secuestros,
extorsiones, entre otros. El gobierno de Belaúnde respondió con una política de represión y
persecución contra el MRTA y otras organizaciones armadas. En 1982, facciones del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria y el Partido Socialista Revolucionario formaron el
MRTA, cuya organización postulaba por la necesidad de reanudar la lucha armada en el Perú.