Comunicado Liliana Sierra

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COMUNICADO

En el mes de junio del año en curso, se presentó en el Centro de Bienestar Animal un caso
de un canino que llegó muy grave al servicio de urgencias, en el momento de la atención
el médico Sebastián Sánchez salió a la sala de espera a realizar el Triage y le explicó a la
propietaria que tenía un paciente geriátrico de alto riesgo anestesiado en el quirófano y
tenía que entrar a cirugía, que realizaría la cirugía lo más pronto posible sin poner en riesgo
la vida de la paciente y regresaría a la atención debida en el menor tiempo humanamente
posible. Regresó una hora después y el perrito había fallecido. Sin embargo, el la hizo pasar
al consultorio, la atendió y le comentó la gravedad de lo que padecía el animal cuyo
propietario lo trajo cuando su condición ya era irreversible. El Dr. Sánchez era el único
médico en ese momento puesto que un equipo se encontraba en el oriente de la ciudad en
una urgencia y otro en el circo hermanos Gasca en un operativo. En el mes de junio la
contratación del personal apenas estaba iniciando y el personal era muy escaso en todas
las áreas.
En los días siguientes, como directora, recibí una queja donde se manifestaba que el mismo
canino había estado cuatro horas sin atención y por eso había fallecido. Al indagar al médico
de turno me explicó lo mencionado anteriormente, adicionando que al animal
desafortunadamente lo trajeron demasiado grave y no se hubiera podido hacer nada por él.
Los tiempos de atención fueron verificados en cámaras y efectivamente la atención no se
demoró cuatro horas como decía la queja, por el contrario, fue una hora, lapso de tiempo
que duro la atención quirúrgica del paciente que se econtraba en cirugía bajo el efecto de
la anestesia.
Con el fin de verificar los hechos y revisar el proceso de atención a los pacientes, en el
siguiente comité médico que se llevó a cabo el día viernes 16 de junio, llamé la atención al
equipo médico con el objetivo de informar, que deben de ingresar los pacientes aun sí en
el momento de atención se encontraban atendiendo otra urgencia vital. Esta conversación
de tipo laboral fue grabada sin autorización previa, por una de las diez personas del equipo
que asistió a esa reunión y el 9 de septiembre fue publicada en redes sociales de manera
descontextualizada y parcializada, con la única finalidad de dañar la imagen institucional
del CBA y personal en calidad de directora de la misma institución; donde la misma
publicación ya ha desencadenado hasta amenazas en contra mía.
Mis palabras estuvieron orientadas a que los veterinarios realizaran el ingreso de los
animales incluso si estaban ateniendo otras urgencias y realizaran en simultánea alguna
atención, incluso si las posibilidades de sobrevivir del paciente fueran clínicamente remotas,
como fue el caso en mención. En cuanto a las risas que se escuchan en la reunión
corresponden a un hecho aislado, en relación a una persona que intentó trabajar en el CBA
y que solo duró un par de horas y a quien finalmente no se contrató.
Es incomprensible por esta servidora y demás equipo de trabajo, que un miembro del
equipo en un acto desmedido y mal intencionado, me grabe a mí y a sus compañeros en
una reunión privada, sin autorización y adicionalmente de una manera dolosa, publique esta
información sin contexto, e incluso en contravía de la normatividad penal, a pesar de ser
conocedor de todos los esfuerzos que realizamos en equipo de trabajo por el bienestar
animal, bajo una responsabilidad laboral y social durante muchos años.
Aunado a lo anterior, esta persecución, hostigamiento y continuas calumnias en mi contra
se vienen presentando en cabeza de algunas personas donde sin evidencias atentan contra
mi dignidad humana y condición física, desde hace algunos meses en forma de venganza
por hecho puntuales que han ocurrido, donde se evidencian las múltiples denuncias en mi
contra las cuales no han prosperado por falta de material probatorio o por no tener ningún
argumento jurídico relevante que soporte las mismas.
Desde ya hare uso de todas las herramientas jurídicas, en defensa de la institucionalidad,
mi buen nombre y protección física, donde pondré en conocimiento de las autoridades
competentes estas situaciones y presuntos delitos cometidos por las personas involucradas
a través de mi apoderado.

Liliana M. Sierra Chávez.


Directora Unidad Administrativa Especial de Protección Animal

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