Preguntas
Preguntas
1. ¿Cuáles son los cuatro importantes retos que el consejero cristiano afronta al
dar consejo a una persona emocionalmente perturbada?
Primero, deben de estar atentos a los síntomas de los disturbios emocionales. Aun
cuando los síntomas son obvios, los miembros de la familia se niegan a afrontar la
realidad de la situación, o no están dispuestos a animar a sus familiares a buscar
ayuda profesional. Se aferran a la esperanza de que, con el paso del tiempo, la
conducta extraña desaparecerá.
3. ¿Por qué son tan importantes nuestras actitudes cuando trabajamos con
alguien que padece una enfermedad mortal?
Este tipo de consejería debe caracterizarse en que el consejero deberá estar
accesible, así como realmente interesado. El consejero debería ser flexible para
discutir los temores y las frustraciones, para traer consuelo y ánimo de las
Escrituras, para escuchar pacientemente, y en ocasiones, simplemente para sentarse
y escuchar en silencio. Nosotros podemos ayudar a la familia a entender las etapas
antes citadas, y el consejero puede reconocer que los familiares están pasando por
unas etapas similares a las del mismo paciente. En ocasiones un consejero puede
ayudar en la discusión de planes prácticos para el futuro y puede animar a los
involucrados a reconocer y conversar acerca de los sentimientos, que tan
frecuentemente se hacen presentes en el tiempo de la muerte, incluyendo culpa.