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Acd 1 y 2

Este documento describe los elementos fundamentales de la comunicación verbal y no verbal. Explica que la comunicación verbal implica expresar ideas a través del habla y que tiene varios propósitos como establecer relaciones, comunicar pensamientos y lograr que el receptor comprenda el mensaje. También analiza las ventajas e inconvenientes de la expresión oral y los factores que intervienen en un acto comunicativo como el emisor, receptor, código y contexto.
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Acd 1 y 2

Este documento describe los elementos fundamentales de la comunicación verbal y no verbal. Explica que la comunicación verbal implica expresar ideas a través del habla y que tiene varios propósitos como establecer relaciones, comunicar pensamientos y lograr que el receptor comprenda el mensaje. También analiza las ventajas e inconvenientes de la expresión oral y los factores que intervienen en un acto comunicativo como el emisor, receptor, código y contexto.
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Elementos fundamentales de la comunicación verbal y no verbal

COMUNICACIÓN VERBAL

Es el acto de expresar fonológicamente, nuestras ideas, pensamientos y sentimientos a las demás


personas, por medio de la palabra o elementos sonoros del habla. La expresión oral, está
matizada de sonidos pronunciados con diversa intensidad, según el mensaje que se desea
transmitir, en el acto comunicativo. La expresión oral, es el tipo de comunicación más utilizado
por el ser humano, ya que lo utilizamos en todo lugar; en el hogar, trabajo, escuela, colegio,
universidades, en actos solemnes, incluso en la calle, por el transeúnte común; es usado en las
diversas etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez.

El ser humano aprende rápidamente a hablar, mientras que solo algunos privilegiados, aprender a
escribir de manera correcta. La expresión oral, ha tenido mayor cobertura que la expresión
escrita, por su facilidad de asimilación fonética, fonológica, y por su antigüedad, en tanto que la
escritura, es un recurso que representa simbólicamente al habla, y requiere de conocimientos
gramaticales, para el uso correcto del idioma.

PROPÓSITOS DE LA EXPRESIÓN ORAL:

1. Establecer relaciones inter-personales, a través de la comunicación: Permite la


integración social de los seres humanos
2. Comunicar ideas y pensamientos a las demás personas: Nos da la oportunidad de
expresar nuestras ideas y pensamientos a otros.
3. Utilizar las herramientas del habla en la emisión de mensajes: Requiere el uso de los
órganos de fonación, para la emisión de los sonidos que contienen el mensaje.
4. Lograr que el receptor y decodifique de manera integral, el mensaje recibido: Dar la
oportunidad a quien recibe del mensaje, que los descifre para su comprensión y respuesta.

Para el cumplimiento de los propósitos planteados, es necesario que existan ciertas condiciones
contextuales.

CONOCER EL CONTENIDO DEL MENSAJE. - El emisor de cualquier contexto


comunicacional, debe conocer con exactitud todo lo que quiere expresar, para que el mensaje que
construye, tenga los elementos de juicio necesario, y los argumentos lógicos y veraces, que
sustenten su idea central a comunicar, para que sus expresiones sean convincentes y lleguen al
receptor, con precisión.

ESTRUCTURA DEL MENSAJE. - El emisor debe utilizar un léxico acorde al nivel de los
participantes, para organizar las ideas con claridad, coherencia y secuencia, con un estilo sencillo
y ordenado, que, al ser decodificado, permita un intercambio dinámico, fluido y de fácil
comprensión, sin especulaciones, ni supuestos, para mantener el diálogo activo y progresivo con
el receptor.

UTILIZAR UN TONO ADECUADO. - Elegir el tono adecuado al mensaje y al destinatario,


para dar a conocer el mensaje, porque tono es la manera como expresamos nuestro mensaje, por
lo tanto, depende del estado de ánimo y de las actitudes del hablante, así como del propósito del
mensaje. Los emisores no debemos adoptar tonos de superioridad o pedantería, ni debilidad o
falta de energía, pues todo exceso es negativo; se debe emplear el tono acorde a las
circunstancias de los contextos.

LOGRAR QUE EL MENSAJE LLEGUE A SU DESTINO. - Varias son las circunstancias que
rodean un acto comunicacional, para lograr que el mensaje llegue a su destino, es necesario
considerar el nivel cultural, edad, sexo, situación anímica, preferencias, aficiones, etc. También
se debe considerar, la estructura, contenido y el tono adecuado, en el momento de enviar los
mensajes al receptor, y si hay respuestas al mensaje, se cumple con el objetivo comunicacional.

VENTAJAS DE LA EXPRESIÓN ORAL.

Muchas son las ventajas que tiene la expresión oral sobre la escrita, como son la espontaneidad,
estructuración, diversidad temática, la bidireccionalidad espontánea, para (Fuentes, J.L.1998),
Las ventajas de la expresión oral, sobre la escrita, se pueden resumir en las siguientes
características:

• Por la Facilidad: Porque los sonidos de las letras, sílabas y palabras se aprenden y repiten
sin ninguna dificultad de fonación.
• Por la Sencillez: Por que las ideas y conceptos simples y claros, son captados
directamente del entorno, por lo participantes.
• Por el Tono: Por el énfasis en la pronunciación de determinadas sílabas y palabras, para
resaltar las ideas relevantes del mensaje, y el tino, ayudan a darle un sentido afectivo al
Mensaje
• Por el Tino: cuando utilizamos el juicio razonable, para expresar con prudencia,
equilibrio y precisión, el mensaje en el momento oportuno, con resultados favorables.
• Por la Mímica: Porque los movimientos corporales, que utilizamos, para acompañar
nuestras expresiones, constituyen el soporte físico del mensaje.

Como hemos analizado, las personas sabemos hablar lo suficientemente bien, como para hacerse
comprender cuando emitimos un mensaje, pero es indudable, que algunas personas tienen
desarrolladas la inteligencia lingüística, lo que les permite, tener mayor dominio del lenguaje
oral sobre el escrito.

Las características básicas se resumen en la siguiente propuesta:

1. Tener autocontrol emocional.


2. Disponer de un léxico fluido, producto de sus lecturas.
3. Saber ordenar las ideas sintácticamente.
4. Tener práctica continua de su uso correcto.

DESVENTAJAS DE LA EXPRESIÓN ORAL.

Existen algunas causas por las cuales, el receptor puede tener dificultades, para comprender un
mensaje oral, estas pueden ser las siguientes:

 Entorno inapropiado.
 La actitud del emisor, que provoca rechazo.
 Mensaje confuso e incoherente.
 Vocabulario demasiado técnico.
 La falta de atención del receptor.
 El desinterés por el mensaje.

Tipos de comunicación verbal

Existen dos tipos:


 Comunicación escrita: Se utilizan las palabras mediante el uso de escritos, a través de la
representación de signos en papel.

 Comunicación oral: En este caso se manifiesta este tipo de comunicación a través de las
palabras habladas.

Características de la comunicación verbal

Estas son las principales:

 Los mensajes orales son efímeros, a diferencia de la comunicación escrita. Se olvidan


antes, y no permanecen de la misma forma en el tiempo.

 Es espontánea, ya que puede surgir a través de una conversación entre dos interlocutores,
sin que exista nada preconcebido.

 Existe una interacción entre los individuos que mantienen una conversación.

 Es de carácter inmediato en el tiempo.

 Se utiliza el canal auditivo en el proceso.

 Puede haber variaciones dependiendo del contexto cultural.

 Se pueden utilizar movimientos y gestos que se asocian a las palabras que se están
poniendo de manifiesto.

El significado de una palabra o de un mensaje verbal puede ser denotativo o connotativo.

La denotación es el significado explícito que se da a las palabras. Es la asociación básica que


tiene una palabra para la mayoría de los que conocen el idioma.

La connotación. Es la asociación secundaria que tiene una palabra para uno o más miembros de
una comunidad lingüística. Es el significado emocional y de valor que la palabra sugiere.

Para mejorar la comunicación verbal es importante: 1) escuchar eficazmente, 2) dar y recibir


retroalimentación y 3) utilizar la abstracción adecuadamente.

Elementos que intervienen en la comunicación

Emisor/Receptor
Tradicionalmente, se considera al emisor y al receptor como dos sujetos indispensables para que
haya comunicación: mientras uno produce, otro comprende. Sin embargo, la sociolingüística, por
ejemplo, propone la importancia no solo de referirse a las nociones de emisor y receptor como
participantes del proceso comunicativo, sino de tener en cuenta que detrás del emisor siempre
hay una fuente locucionaria que marca buena parte del discurso. Esta, como su nombre indica, es
la fuente que proporciona parte de los conocimientos que quedan plasmados en el mensaje. En
cuanto al receptor, se explica que no todos los que funcionan como oyentes en un proceso
comunicativo son afectados por la comunicación. Por esta razón se habla de un blanco
locucionario, que es el participante que resulta efectivamente involucrado en el proceso.

Entre el emisor y el receptor se establecen dos tipos de relaciones: (i) la que se da por el
conocimiento previo, y (ii) la que se da por la posición que el emisor y el receptor ocupan en la
sociedad. Todorov (1981), a propósito del primer tipo, critica el carácter unidireccional que
tradicionalmente se le ha atribuido a la relación emisor mensaje-receptor; en cambio, considera
que la construcción del mensaje siempre está atada al conocimiento previo que se tiene del
receptor, de tal forma que el mensaje que se construye es producto de tal conocimiento, así como
de las necesidades y las expectativas que el receptor tiene frente al mensaje que el emisor le
proporciona. Por ende, para que la comunicación tenga éxito, es importante saber quién es
nuestro interlocutor y qué expectativas se tienen frente al discurso. También, juega un papel
importante el grado de empatía que exista entre los interlocutores: cuanta más confianza y
conocimiento, menos distancia comunicativa. Así la lengua reflejará menos tensión y más
emotividad.

El código

Tradicionalmente se considera que la comunicación depende del proceso de codificación de un


mensaje por parte del hablante, y de descodificación de aquel por parte del oyente. Este doble
proceso exige que se reconozcan los significados del diccionario o lingüísticos de las expresiones
empleadas en la comunicación, así como la estructura morfosintáctica del mensaje emitido. Esto
permite afirmar que el proceso de codificación/descodificación solo requiere de un conocimiento
sintáctico y semántico de la lengua en cuestión.

Ahora bien, para que la comunicación llegue al otro, para que lo involucre en el intercambio
comunicativo, para que se dé el proceso de interacción entre las partes, se debe cumplir una
condición: compartir un código lingüístico, el cual es necesario, pero no suficiente, pues en
ocasiones los individuos encuentran diferencias e incluso dificultades para comprender
cabalmente el mensaje que, en su misma lengua, emite alguien de una región diferente de la
suya.

El código tiene dos vertientes: la verbal y la no verbal. La mayoría de estudios se limitan al


código verbal, por cuanto este caracteriza en esencia a una comunidad en la medida en que
abarca no solo el idioma hablado por ese grupo, sino sus características fonológicas,
morfológicas, sintácticas, semánticas e, incluso, pragmáticas

La intención del hablante

La intención del hablante es un elemento que se consideró importante en el proceso de


comunicación solo hasta cuando la pragmática apareció y propuso la teoría de los actos de habla.
A partir de entonces se reconocieron los diferentes niveles que configuran un enunciado
lingüístico: (i) el sintáctico, concerniente a la estructura de las oraciones; (ii) el semántico, que se
relaciona con el significado de las palabras y las oraciones, y (iii) el fonológico, que, además de
darnos la posibilidad de organizar los enunciados a partir de una serie de fonemas y realizaciones
de estos, característicos del código en que ciframos la comunicación, nos muestra cualidades del
sonido como el timbre, el tono y la duración, las cuales nos brindan información del hablante:
edad, sexo, estado de ánimo; esta información, sumada a otras marcas supra lingüísticas como la
entonación y la velocidad de emisión, nos da parámetros para detectar y determinar la intención
del hablante al realizar un acto de habla, y para comprender con eficacia la comunicación.

El mensaje

En un esquema de comunicación tradicional, el mensaje se considera tan esencial como los


interlocutores; es el nexo entre estos y siempre tiene un referente. En muchos casos, el mensaje
está asociado con una realidad externa; en otros, se refiere a una emoción o, simplemente, tiene
que ver con acciones en las que el referente no es tan evidente como sucede al saludar o insultar;
por tanto, en vez de referente, debemos hablar de representaciones internas, es decir,
representaciones que el individuo ha forjado a partir de la experiencia que ha tenido tanto del
mundo externo como del mundo interno, tanto del mundo de la objetividad como del mundo de
la subjetividad.
El canal

El canal se ha definido, tradicionalmente, como el medio físico a través del cual se transmite el
mensaje, y su función esencial es hacer posible el contacto entre el hablante y el oyente. Sin
embargo, el canal debe tener presente, además, la actitud y la disposición de los interlocutores
entre sí y con respecto al acto mismo de comunicación. De nada vale enviar un mensaje si la
disposición del receptor es negativa; si este considera que su interlocutor no está a la altura de
sus expectativas; si lo que se está diciendo no goza de credibilidad; si no se tiene un
conocimiento mínimo del receptor, de tal manera que el mensaje esté construido para él, con
base en unas estructuras semánticas, sintácticas, fonológicas y pragmáticas acordes con su nivel
de conocimiento del código y que vehiculen un mensaje que sea de su interés y llene
efectivamente sus expectativas comunicativas. Lo más importante en el canal, entonces, no es el
medio físico del mensaje, sino la función que este debe cumplir en tanto elemento de contacto
entre el emisor y el receptor.

El contexto

El contexto, que es otro de los elementos del proceso de comunicación, se concibió en un


principio como el entorno físico; sin embargo, hoy tenemos que ponerles este rótulo a las
nociones de entorno social y entorno cultural, en los que se produce el acto de habla o el
“contexto comunicativo”. El contexto es, según Sperber y Wilson (1986, p. 28), una construcción
psicológica, un conjunto de supuestos que el oyente tiene sobre el mundo y comparte con el
hablante. Estos supuestos —que incluyen las expectativas respecto al futuro, las hipótesis
científicas o las creencias religiosas, los recuerdos anecdóticos, los supuestos culturales, las
creencias sobre el estado mental del hablante— son empleados por el oyente para poder
interpretar la preferencia. Por ende, la interpretación adecuada de una preferencia implica que el
oyente esté en capacidad de crear un contexto similar al que empleó el hablante, para evitar así
una interpretación errónea. Usualmente la estructura del mensaje o, como ya se dijo, del
discurso, responde a las necesidades que impone el contexto, es decir: el rol de los participantes,
la edad, el género y el poder que les ha sido asignado. Todos estos elementos influyen en la
forma como se construyen los discursos y en lo que se dice con respecto a la realidad
circundante.

Objetivo de la comunicación
Con frecuencia, la comunicación busca reproducir en el interlocutor una serie de
representaciones relacionadas con el objeto mismo de la comunicación y con los cambios de
conducta y de actitudes que el hablante desea que se produzcan o no en el interlocutor o en el
entorno en que este se mueve. Este fenómeno fue denominado por la pragmática como per
locución.

El hablante siempre busca que el mensaje que transmite al oyente modifique de algún modo la
representación interna y/o la representación social que su destinatario tiene con respecto a un
concepto determinado; el hablante, a través de su mensaje, también busca que el interlocutor
cambie su conducta o asuma otra posición frente a cierta situación. Ahora bien, por la influencia
que el emisor ejerce sobre el receptor, este puede adicionar nuevas representaciones, modificar
otras o, incluso, suprimir algunas que ya había interiorizado. Estas posibilidades están
relacionadas con los aspectos que se mencionaron antes a propósito del poder que el hablante
ejerce sobre el oyente, del grado de credibilidad que aquel tiene ante este y de la manera como
esas representaciones se afianzan en la mente del oyente.

COMUNICACIÓN NO VERBAL

La comunicación no verbal se refiere a ese intercambio de pareceres y sentimientos que no se


expresan con palabras sino con señales de voz sin articulación, con gestos corporales o
expresiones faciales y por medio de estructuras e imágenes espaciales, culturales y artísticas.

El antropólogo Sapir en 1921 (1) decía que la comunicación no verbal "es, en gran parte,
suficiente y frecuentemente más que suficiente para los propósitos de la comunicación". Otros
teóricos se refieren a altos porcentajes de este tipo de comunicación, en relación con la
comunicación verbal u oral. Pertenecen a esta clase de comunicación, la forma como se habla, se
mueven las partes del cuerpo, se gesticula; como se maneja el tono, el volumen, la velocidad y la
calidad de la voz; como se hacen los movimientos faciales, de los ojos, la boca, nariz, pómulos y
frente.

Los estudiosos han llamado al grupo de señales con voz sin palabras, paralingüística; al grupo de
los gestos corporales o faciales, kinésica; y al grupo de estructuras espaciales, proxémica.

La comunicación no verbal vocal o paralingüística corresponde "a fenómenos específicos muy


variados, que consisten en elementos de calidad de voz, vocalizaciones y pausas". Fenómenos
que no son expresados verbalmente, pero que fuera del lenguaje oral, apoyan y aportan
significados que muchas veces están fuera del alcance de la expresión con palabras. Se "habla"
mucho más con un tono de voz alto y fuerte que unas palabras que llamen al orden, por ejemplo.

Estos "actos de habla", aunque no son verbales, denotan para los receptores, un significado, que
puede ser de tristeza, angustia, enfermedad, alegría, malicia, enojo, desinterés y distancia. Un
silencio prolongado en medio de un diálogo, puede interpretarse como sorpresa, dificultad para
entender el mensaje, ignorancia, desinterés, decisión de no involucrarse. Otras caracterizaciones
vocales como suspirar, carraspear, toser, chiflar, tararear, bostezar, hacer ruidos con sonidos, tipo
"mm", "uh", "brr" reflejan un estado emocional o conductual ante un estímulo, que puede tener
una respuesta negativa o positiva. Definitivamente, estas son formas de comunicación no
necesariamente verbales.

El receptor, según sean estos signos no vocalizados, interpretará y hará inferencias de las
características físicas del emisor, de su personalidad, su actitud hacia el receptor y su estado
emocional, es decir, el receptor se forma una imagen del emisor, que puede ser equivocada o no.
De allí que muchos hablantes se cuiden y controlen de expresar estos signos.

La comunicación no verbal corporal o kinésica (del griego "kinen" que significa "mover")
contempla los gestos y movimientos corporales, las expresiones faciales, la mirada y el tacto. Un
claro ejemplo del tacto es cuando alguien da unas palmaditas en la espalda a una persona, para
apoyarla en una necesidad, sufrimiento o apuro; también para indicar un saludo afable.

Ekman y Friesen (1969) han clasificado los gestos y movimientos corporales según sus
funciones, en emblemas, ilustraciones, demostraciones de afecto, reguladores y adaptadores.
Ejemplos de emblemas están los usados con la mano para pedir un "lift" o "raid", para referirse
al dinero haciendo un movimiento de dedos, para indicar una llamada por teléfono; en los juegos
de volibol, de baloncesto. Los emblemas también se pueden considerar símbolos. Los signos de
ilustración apoyan, refuerzan, ilustran y complementan el mensaje verbal. Un ejemplo de este
tipo de comunicación no verbal, es usar ambas manos y a cierta distancia para ilustrar el tamaño
grande de algo, del cual se ha hecho referencia verbalmente.

Partes de la comunicación no verbal.

a. La formada por los gestos, las manos, posturas, miradas, etc.


Posturas: Indican como se siente alguien y son muy aclaratorias para saber el estado en
el que se encuentra.
Expresiones: Las expresiones faciales son un termómetro ideal para saber si alguien está
triste, feliz o deprimido.
Gestos: Suelen estar muy presentes cuando se mantiene una conversación y van
surgiendo conforme se van intercambiando informaciones con los distintos interlocutores.
Por ejemplo, gestos de sorpresa ante una noticia o de pesadumbre son habituales y
denotan lo que siente esa persona en un momento concreto.
Apariencia: Está muy relacionada con el estado de ánimo en el que se encuentra una
persona y hay que tenerla en cuenta cuando hablamos de comunicación no verbal.
Gracias a ella podemos conocer la edad de alguien, su origen o sexo.
b. El tono de voz, velocidad al hablar, etc.
c. Distancia personal que necesitamos para sentirnos seguros. Dependerá de los
interlocutores y las circunstancias en las que nos movamos.

Actos no verbales.

Los signos o señales que forman la comunicación no verbal varían según el contexto en el que
nos movamos. Ekman y Friesen, estudiosos de la comunicación no verbal, establecieron tres
variables que influyen en los actos: el origen, los usos y la codificación.

1. Origen.

El origen de los actos no verbales puede ser fisiológico, esto es, que las impone nuestro sistema
nervioso o ser fruto de nuestro entorno: la cultura, las creencias o lo hábitos sociales.

2. Usos.

Los actos no verbales se pueden emplear para realizar, repetir o ilustrar un mensaje verbal. A
veces puede no tener relación con el mensaje oral o, incluso contradecirlo.

3. Codificación.

La codificación de los actos no verbales puede ser:

a. Arbitraria: cuando el acto no verbal no se parece en nada a lo que ese acto significa.
b. Icónica: cuando el acto no verbal se relaciona con su significado.
Características de la comunicación no verbal

La comunicación no verbal se considera que transmite mucha más información que la


comunicación verbal. Tal es la importancia de la comunicación no verbal que según los datos
estimados, la primera supone un 65% y la segunda un 35% de lo que transmitimos.

Estas son las características principales de este tipo de comunicación:

 Predominan las expresiones: Las expresiones faciales y los gestos denotan el estado en
el que se encuentra una persona, así como su apariencia. Por ejemplo, si alguien está
deprimido se podrá adivinar viendo su rostro probablemente y quizá no tenga ganas de
arreglarse, vaya descuidado y sin prestar atención a su apariencia.
 La importancia de la comunicación no verbal: Es mucho más reveladora que la
comunicación verbal porque muchas veces no puede disimularse y controlarse. Por
ejemplo, en una discusión, aunque se controle el tono de las palabras que se emplean, los
gestos y los movimientos corporales pueden expresar lo contrario. De ahí radica el alto
porcentaje que se le designa en cuanto a su importancia.
 Siempre está presente: Siempre se manifiesta, incluso a través del silencio. Este último
también puede ser una respuesta.

Aspectos fundamentales en la comunicación no verbal

Cualquier gesto o movimiento humano de la índole que sea es fundamental en la comunicación


diaria. Cada grupo social, según sean sus componentes culturales, utiliza multiplicidad de
señales, gestos y movimientos, que no necesariamente corresponden al habla, pero que dicen más
que la misma comunicación oral. Ni siquiera -pese a tener la misma lengua- el habla es la misma,
si comparamos a un grupo social con otro. Basta tomar como ejemplo la entonación para que
reconozcamos cuanta diferencia hay al comunicarnos.

El empleo del cuerpo es el principal impulsor de la comunicación humana. Por él es posible


expresar una variabilidad de sentimientos, tales como la danza y el mimo, que, como el resultado
de una complicada relación de músculos, contribuyen a expresar las emociones de quien ejecuta
dichos movimientos.
Ámbitos de Estudio de la comunicación no verbal.

La Comunicación no Verbal engloba un sinfín de signos y sistemas no lingüísticos que


comunican o se utilizan con esta finalidad. Dentro de este ámbito es necesario distinguir entre
dos grandes bloques que son los que en definitiva forman la Comunicación no Verbal. El
primero de ellos ya lo hemos definido anteriormente, pues forman parte del conjunto de símbolos
que hacen referencia a las costumbres y hábitos dentro de una comunidad cultural y el segundo
de ellos es el que vamos a pasar a analizar a continuación. En este punto tratamos de estudiar la
Comunicación no Verbal, basándonos única y exclusivamente en su ámbito de estudio. Las
disciplinas que lo conforman son cuatro: Kinésica, Proxémica, Tactésica y el Paralenguaje.
Todos ellos son los sistemas de Comunicación no Verbal reconocidos hasta el momento.

Kinésica

La Kinésica es el estudio sistemático que hace referencia a los movimientos corporales no orales,
de percepción visual y aquellas posiciones del cuerpo, ya sea de forma consciente o no, que
poseen un valor comunicativo clave en el proceso de la Comunicación no Verbal combinado con
la estructura lingüístico-paralingüística del hombre (Cestero Mancera. 2006).

Dentro de dicha doctrina analizaremos cuatro puntos que la forman: la postura corporal, la
gesticulación, la expresión facial y por último la mirada.

La postura que le individuo adopte en cada proceso comunicativo y periodístico es de suma


importancia para el espectador. A través de los símbolos que desarrolle estará dotando a la
imagen de un significado u otro. Para todas aquellas personas que observan el desarrollo de una
información periodística que se emite a través del medio televisivo, las pautas que proporciona
respecto a la riqueza del vocabulario verbal y la proliferación de símbolos no verbales delimitan
la categoría del comunicador, así como su clasificación en el ámbito social.

La posición corporal y sus partes se definen por la disposición que tome el cuerpo del sujeto
hacia otro individuo. En la interacción la relación entre ambos factores terminará por interpretar
las diversas señales que forman parte del proceso kinésico.

La gesticulación está formada por los gestos. Dichos elementos son el movimiento corporal que
se desarrolla a través de las articulaciones, las más habituales suelen realizarse mediante los
brazos, manos y por último, la cabeza. Paul Ekman y Wallace Friesen están considerados en la
actualidad como las máximas autoridades en el estudio de la expresión de emociones.

Proxémica

La Proxémica es la ciencia que estudia el conjunto de comportamientos no verbales que hacen


referencia a la organización del espacio y se encarga de analizar el valor expresivo que el ser
humano le confiere a dicho dominio. Dentro de este ámbito de estudio podemos distinguir entre
dos tipos de espacios. Por un lado, encontramos el espacio físico o territorial y, en segundo lugar,
el espacio psicológico o personal.

Tactésica

La Tactésica es aquel aspecto de la Comunicación no Verbal más primitivo y básico, de hecho,


es un pilar fundamental en el desarrollo de los infantes. Cada cultura desarrolla sus códigos
táctiles existiendo una brecha en la que se establecen diferencias abismales entre unas y otras. En
determinadas circunstancias el tacto puede dar lugar a un sinfín de interpretaciones. Existen
diversos tipos de tactos tales como, la Tactésica funcional profesional, social-cortés, amistad-
calidez, sin obviar el prototipo más personal, amor-intimidad.

Paralenguaje

En la Comunicación no Verbal, el Paralenguaje es una disciplina que estudia desde el punto de


vista fónico, las cualidades de la voz y sus posibles modificaciones. Además, también analiza los
diferenciadores emocionales, las pausas y los silencios. En este sentido, podríamos decir que
todo el peso recae en no aquello que digamos, sino la forma que utilizaremos para expresar lo
que queremos decir.

Diferencias entre comunicación verbal y no verbal

Estas son las diferencias:

 La comunicación verbal, se expresa a través de las palabras, o la escritura. De tal manera


que se utiliza el lenguaje escrito, u oral para que pueda llevarse a cabo.
 La comunicación no verbal, es aquella que se lleva a cabo sin utilizar ningún tipo de
palabra escrita, ni oral, sino que se utilizan gestos, sonidos, o incluso imágenes, pero se
excluye todo aquello que tiene que ver con la comunicación verbal.

Bibliografía
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Obtenido de https://www.redalyc.org/pdf/219/21916691006.pdf

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Peiró, R. (17 de octubre de 2020). Economipedia. Obtenido de Economipedia.com:


https://economipedia.com/definiciones/comunicacion-verbal.html

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https://economipedia.com/definiciones/comunicacion-no-verbal.html

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DESARROLLO CULTURAL DE LAS SOCIEDADES. Razón y Palabra, 29. Obtenido de
https://www.redalyc.org/pdf/1995/199520478047.pdf

Viggiano, N. V. (2009). Lenguaje y comunicación. CECC/SICA. Obtenido de


https://ceccsica.info/sites/default/files/content/Volumen_25.pdf
ACD 2
La expresión oral como
elemento del desarrollo humano
y exposiciones orales
LA EXPRESIÓN ORAL COMO ELEMENTO DEL DESARROLLO HUMANO Y
EXPOSICIONES ORALES

LA EXPRESIÓN ORAL COMO ELEMENTO DEL DESARROLLO HUMANO.

Son diversos los autores que definen la expresión oral y hacen mención de sus características.
Por su parte, Bloom (1980) y Tunmer (1993), afirman que: “La expresión oral es saber captar las
intenciones de los demás, sus deseos y pensamientos, los mensajes no verbales que se transmiten
a través de la cara y los gestos, el doble sentido de los mensajes y metáforas”. Es comprender el
mensaje del otro y comunicarnos de tal forma que el interlocutor interprete lo que se desea
expresar. Macdonough & Shaw (1993) resumen las razones por las cuales hablamos: para
expresar ideas y opiniones; para expresar una intención o deseo de hacer algo; para negociar y/o
resolver un problema particular; para establecer y mantener relaciones sociales y personales. Es
decir, estamos inmersos en el lenguaje y las situaciones cotidianas son las que fortalecen esta
competencia comunicativa, ya que al comunicarnos lo hacemos con un propósito definido.

En el contexto escolar se manifiesta la interacción comunicativa, los estudiantes comparten


cierto tiempo y allí se debe abrir espacios donde se lleve a cabo dicha comunicación, pues es de
crucial importancia brindar a los estudiantes muchas oportunidades de hablar, a distintas
audiencias y con diversos propósitos. Staab (1992). A su vez, Sánchez Cano & del Rio. (1995)
plantean que convertir el aula en escenario comunicativo implica asumir que únicamente con el
uso o con estar expuesto al lenguaje de otros no basta, hace falta una actuación intencional y
adaptada por parte de quien domina el lenguaje en ayuda de quien tiene que adquirirlo. Estas
ayudas constituyen estrategias de intervención.

Estas estrategias de intervención ponen énfasis en la importancia que tiene el hablar y el


escuchar a los otros para la comunicación; la exploración, clarificación y organización del
pensamiento; el desarrollo cognitivo y de la personalidad; la integración social. Para Núñez
(2001) la educación secundaria debe proponer actividades orales que permitan a los educandos
determinar sus propias normas de participación, ubicar y analizar sus formas de interacción, que
puedan reflexionar sobre su propia conducta comunicativa, que utilicen la fuerza de los
argumentos para opinar y tomen conciencia de las actitudes implicadas en la oralidad, a saber: la
tolerancia, el respeto, el escuchar atento, entre otros.

Estas actividades se pueden sistematizar en talleres, entendiendo al taller como una estrategia
que involucra socialmente a los entes del proceso educativo para la construcción del
conocimiento, que permite el intercambio de experiencias, intereses e informaciones en grupo y
determina alternativas para la solución de problemas comunes.

En el desarrollo del taller se debe tener cuenta la actitud del docente Fernández. (1992) plantea
que el docente debe convertirse en un coordinador de las actividades que posibilitan los
conocimientos, creencias, afectos y acciones, también replantearse sus tareas constantemente
para que el estudiante proyecte sus ideas y formule proyectos, además de observar
constantemente la actuación del estudiante y ofrecer alternativas hacia la construcción del
conocimiento. Es así, como una forma de fortalecer la expresión oral en los estudiantes es con el
diseño de talleres que tengan que ver con sus intereses y cotidianidad, actividades que los
confronte y los hagan reflexionar acerca de su forma de hablar y expresarse ante los demás.

El papel de la expresión oral en la educación

La expresión oral cobra gran importancia en el contexto escolar, porque es allí en donde el
estudiante tiene más posibilidades de contacto con otros individuos y también en donde se
pueden llevar, de forma apropiada, un proceso de interacción comunicativa. Para Ong. (1987)
“Donde quiera que haya seres humanos, tendrán un lenguaje, y en cada caso uno que existe
básicamente como hablado y oído en el mundo del sonido” (p. 16). Por lo tanto, para Ong, “la
expresión oral es capaz de existir, y casi siempre ha existido, sin ninguna escritura en absoluto;
empero, nunca ha habido una escritura sin oralidad” siendo la oralidad un factor importante para
fomentar la escritura se hace necesario implementar en las aulas, la participación en discursos
orales, para fortalecer la competencia comunicativa.

El desarrollo de la oralidad comienza a muy temprana edad, así, cuando los niños ingresan a la
escuela poseen un lenguaje desplegado tanto en los niveles estructurales de la lengua: fonético,
semántico y sintáctico como en los aspectos pragmáticos, pero además son capaces de utilizar el
lenguaje en variadas funciones y contextos. (Ravid & Tolchinsky, 2002). Plantean que la
oralidad sirve de base para el desarrollo de la lectura, aunque por sí misma no garantiza el éxito
en esta tarea. La comprensión oral, por su modalidad específica, se apoya en el contexto
inmediato y si es factible se solicita al interlocutor una aclaración frente a un fallo de la
comprensión. La comprensión de la lectura en cambio es un procesamiento descontextualizado y
más abstracto que requiere de otras habilidades cognitivas. Cain & Oakhill (2007)

En la base de toda acción educativa está la comunicación. Para Escotet (1992) por la
comunicación se hace posible la actualización y el enriquecimiento del hombre y tanto más
creadora será la vida, cuanto más y mejor pueda el hombre comunicarse, cuanto más y mejor
pueda dar y compartir con los demás. Las aulas necesitan crear espacios que fomenten el
compartir de estudiantes, para el enriquecimiento de la comunicación, el ambiente escolar para
un eficaz desempeño académico, comunicativo y social.

Dentro de la comunicación verbal, Reyzabal (1999) argumenta que la comunicación oral merece
una atención especial en las instituciones educativas, no solo porque su frecuencia de uso con
respecto a la escrita así lo aconseja, sino porque la tradicional falta de sistematización de los
procesos y formalizaciones de la enseñanza y el aprendizaje en este campo, exige un innovador
esfuerzo en cuanto al rigor metodológico para el diseño de materiales didácticos específicos y
para la concreción de instrumentos de evaluación.

Muchas veces, la comunicación oral es la única forma que tienen de romper el silencio, aquellos
a los que se pretende acallar. /Reyzabal,1999). Siempre expresamos lo que sentimos y esto hace
que manifestemos nuestra forma de ver el mundo, en ocasiones esto trae consecuencias ya que
nos podemos ver involucrados en dificultades, tenemos que cuidar nuestras expresiones para
darnos a entender sin dar lugar a tergiversaciones.

Todos los docentes y todo ser humano, de cualquier especialidad, empleamos la expresión oral
para organizar, informar, exponer, conversar, pues es el soporte básico de la enseñanza y del
aprendizaje (Reyzabal, 1999). Nuestra expresión dice todo de nosotros, por ella nos damos a
conocer en toda nuestra esencia, por eso como docentes debemos saber usar nuestra expresión
oral acompañándola de expresiones corporales para dar a conocer nuestros conocimientos de
forma eficaz y con ello alcanzar una comunicación ideal.
Por su parte, Forzán (2010) plantea que los educadores que desean mejorar la expresión oral en
sus educandos deben tener en cuenta que no solo se debe hacer una evaluación, sino que debe
realizarse una evaluación constante para analizar el proceso comunicativo de cada uno, con el
objetivo de guiar y realimentar al estudiante, para lograr mayor fluidez y un mejor aprendizaje.

En la vida extraescolar, “real”, la capacidad para comunicarse oralmente y, en consecuencia,


para organizar sobre esa base el pensamiento, es un recurso fundamental y el principal vehículo
de interacción social (Reyzabal, 1999). El comunicarnos oralmente nos permite pertenecer e
interactuar en diferentes contextos que nos llevan al logro de nuestra vida como seres sociales.

Los discursos orales se parecen a la música, pues son una cadena de sonidos articulados, No solo
suelen escucharse en cuanto a su contenido, sino también como melodía (Reyzabal, 1999). Son
de gran importancia nuestras intervenciones no solo por su forma sino por su significado
dependiendo del contexto donde nos encontremos inmersos.

EXPOSICIONES ORALES

La exposición oral es una exposición que se hace en voz alta ante un auditorio formado por una o
varias personas. Tiene lugar en una situación en la que el público oye y ve al orador, es decir, a
la persona que habla. De ahí la importancia que adquieren aspectos como la pronunciación y la
entonación, por una parte, y los gestos, por otra. El orador debe procurar que su pronunciación
sea nítida y su entonación adecuada a los contenidos que expone; y ha de emplear los gestos con
mesura, de manera que sirvan para recalcar o apoyar lo que está diciendo.

Una exposición oral es una situación comunicativa formal, en la que uno o más expositores
informan al público asistente respecto a un tema o un asunto que han estudiado de antemano, con
el fin de darlo a conocer o difundirlo.

Una exposición oral puede darse en ámbitos académicos, profesionales o políticos. Como
habitualmente ocurre en vivo y directo, depende en buena medida de la organización y talento
expresivo de los expositores, ya que deberán capturar la atención de la audiencia durante el
período en que dure su intervención.

La exposición oral es apenas una de las formas existentes de exposición, que incluyen la
disertación por escrito, la videoconferencia, la clase magistral, etc. Pero por exposición oral suele
referirse a una charla en la que tanto los expositores como el público interesado se hallan
presentes, y se propicia una interacción directa entre ambos.

Estructura de una exposición oral

Toda exposición oral comprende más o menos las siguientes partes:

 Introducción o apertura. Una aproximación al tema que sienta las bases para el
posterior desarrollo. Ofrece conocimientos previos o más sencillos que luego serán
necesitados, o un abordaje inicial a partir del cual empezará a construirse el contenido de
la exposición.

 Desarrollo. La extensión del “cuerpo” de las ideas que se desean transmitir, con sus
complicaciones, sus particularidades y los detalles que completen la información. Es la
parte concreta de la exposición.

 Conclusión o cierre. La parte final en que se resume lo expuesto hasta entonces,


explicitando lo que a partir de todo ello puede inferirse, nuevas ideas que de ello se
desprenden o la importancia del tema para futuras investigaciones.

Elementos que la componen

Los expositores pueden emplear diversos materiales para acompañar su explicación.

En una exposición oral suelen estar involucrados los siguientes elementos:

 Expositor(es). Aquellos que tienen la palabra y que son escuchados por el público.

 Público. Aquellos que presencian la exposición y que, por lo general, guardan silencio
hasta el final de la misma.

 Material de apoyo. Los expositores pueden emplear diversos materiales para acompañar
su explicación, ya sea como recordatorios, ejemplos, ilustraciones, o simplemente como
un resumen constante de lo dicho, para facilitar el aprendizaje o la retención de lo
expuesto. En este sentido pueden usarse fotografías, láminas de presentación digital,
vídeos, etc.

Tipos de exposición oral


En una mesa redonda todos los expositores conversan sobre el mismo tema.

La exposición oral puede tener diversos tipos, que varían entre sí de acuerdo a las
particularidades que presentan. Por ejemplo:

 Mesa redonda. Todos los expositores se organizan para conversar en torno a un tema,
pudiendo intervenir a voluntad.

 Panel de discusión. Los expositores hablan por turnos al público, y por último se
produce un debate con preguntas.

 Conferencia o lectura. Uno o varios expositores (por turnos) leen y/o comentan un texto
al público y aportan explicaciones de ser necesario para que se entienda.

 Debate. Dos expositores abordan un tema desde perspectivas diferentes y tratan de


convencer al público de su postura.

 Simposio. Un panel de especialistas aborda una temática desde sus puntos de vista; luego
el público interviene mediante preguntas y dudas que son aclaradas.

¿Cómo se prepara una exposición oral?

La preparación de una exposición oral pasa por los siguientes pasos:

 Investigación del tema. Se reúnen todas las fuentes disponibles o pertinentes para la
exposición, y se ubica en ellas el contenido más relevante.

 Toma de apuntes. Se extraen las ideas pertinentes y las citas necesarias para la
explicación del tema, y se plasman en fichas. A partir de ellas podrá repasarse el
contenido y hacer el material de apoyo.

 Elaboración de un esquema. Se traza el “esqueleto” de la exposición, como un esquema


en el que se ordene el modo de presentar la información, atendiendo siempre a ir de lo
más general a lo más específico, o de lo más simple a lo más complejo.

 Elaboración del material de apoyo. Una vez que se sepa el orden de los contenidos a
exponer, se puede decidir qué habrá como material de apoyo en cada etapa de la
exposición.
 Práctica. Se realiza una exposición de prueba, cronometrando el tiempo empleado para
asegurarse de estar dentro de los límites permitidos.

Exposiciones grupales o individuales

Lo ideal es que cada integrante sepa la totalidad del tema a exponer.

Mucho cambia dependiendo de si la exposición es individual o en grupo. Si este último es el


caso, a los pasos de preparación se deben sumar la coordinación de los integrantes del grupo,
para que su participación en la exposición sea lo más fluida posible.

Es un error que los integrantes ignoren del todo lo que corresponde a otro exponer, o peor aún,
que ignoren el orden de presentación de los eventos. Lo idóneo es que cada uno sepa, así sea
someramente, la totalidad del tema.

Tipos de audiencias

La audiencia especializada es exigente, pero puede seguir contenidos complejos.

Dependiendo de la naturaleza del público, una exposición podrá recibir mayor o menor acogida y
estará más o menos cerca de cumplir su propósito informativo.

Para ello, el o los expositores deberían prever el tipo de público al que se dirigirán:

 Especializada. Una audiencia de profesionales o conocedores del tema será capaz de


entender y manejar los términos difíciles, seguir ideas complejas y dar por sentados
ciertos referentes. Por otro lado, será más exigente en la claridad de las ideas, en el
manejo de los conceptos y en otros aspectos técnicos de la exposición.

 No especializado. Un público compuesto por asistentes diversos, quizá ocasionales, que


no comparten formación en torno a un tema y que por lo general tienen intereses
diferentes. Este tipo será más fácil de impresionar, pero menos capaz de seguir las
reflexiones especializadas o de entender conceptos complejos, así que preferirá las
aproximaciones divulgativas o generales.

El material de apoyo

Si bien lo importante en una exposición oral es justamente la parte hablada de la misma, el


material de apoyo puede jugar un rol determinante a la hora de ayudar a que se entienda lo
expuesto y que la experiencia sea grata, o puede por el contrario sabotear la exposición y
entorpecer la comunicación. Para ello es clave que el material de apoyo sea:

 Concreto. Conteniendo únicamente lo necesario, y no una especie de trascripción de todo


lo dicho.

 Secundario. No debe competir con la exposición, ni secuestrar la atención del público, ni


rivalizar en importancia con lo que va a decirse.

 Dinámico. Breve, ágil, compuesto de información fácil de comprender, directa y que no


genere dudas adicionales.

Una buena exposición

En resumidas cuentas, una buena exposición debe ser:

 Documentada. Debe manejarse bien el tema expuesto y se debe contar con las necesarias
referencias para explicarlo.

 Amena. Debe ser tolerable, ni muy aburrida ni muy abrumadora, con el tono justo para
abordar el tema de acuerdo al público.

 Organizada. Debe abordar el tema de a poco, sin dejar por fuera elementos
indispensables, sin retroceder sobre sí misma ni adelantarse innecesariamente.

 Acotada. Debe ocupar la cantidad de tiempo justo del que se dispone, sin abusar del
público y sin quedarse corta o acabar antes de tiempo.

Elaborar un guion

El guion es un esquema en el que se recogen los puntos esenciales que se van a desarrollar en
una exposición. En el caso de la exposición oral, el guion es un instrumento especialmente
valioso, pues nos permite seguir en la presentación de las ideas un orden fijado de antemano, a la
vez que reduce las posibilidades de que olvidemos algunas cuestiones importantes o nos
quedemos “atascados”, con la mente en blanco. Un buen guion ha de incluir las ideas principales
de la exposición, expresadas de forma concisa, y ha de ofrecer una estructura clara, en la que
esas ideas aparezcan organizadas y jerarquizadas.

Pautas para realizar una exposición oral.


A la hora de preparar y llevar a cabo exposición oral, será útil seguir estas pautas:

 Conviene que en el curso de la exposición nos atengamos al esquema fijado en el guion.

 Es recomendable anunciar al principio el tema que vamos a desarrollar y la estructura que va a


tener nuestro discurso.

 Se ha de iniciar la exposición de una manera que resulte atrayente para el público. Si se


consigue captar desde el primer momento la atención del oyente, este seguirá con mayor interés
las fases posteriores de la exposición.

 Se ha de cuidar especialmente la expresión. La corrección, la claridad y la sencillez son


requisitos básicos.

 Es necesario estar atentos a las reacciones del auditorio, para acomodar nuestra intervención a
ellas.

 Debe finalizarse la intervención retomando las líneas principales de la exposición y resumiendo


las distintas conclusiones alcanzadas.

La forma de la exposición

No todas las exposiciones son iguales; las hay simples y complejas. Una exposición simple se
asemeja a un informe de lectura. Este tipo de exposición es adecuado si la meta es sólo informar
al público sobre el contenido de un texto o una fuente de datos. Pero para animar un debate hace
falta un tipo de exposición más complejo que, en vez de limitarse a presentar un texto o un tema,
plantee una pregunta o un problema a partir de él y proponga una posible solución.

Por otra parte, a diferencia de los trabajos escritos, la exposición es oral, y así como hablar en
público es un desafío comunicativo muy distinto de la escritura, para el público leer un texto es
muy distinto a escuchar una exposición. Cuando un texto es denso, el lector siempre puede
estudiarlo por partes, releerlo o comentarlo con los amigos. Pero una exposición densa aburre al
auditorio y pierde su efectividad. En consecuencia, usualmente no es buena idea leer una
exposición o basarla en un libreto aprendido de memoria: eso no es exponer sino recitar.

Esto es más cierto aún en los ambientes virtuales de aprendizaje: no es nada fácil seguir el hilo
de una exposición frente a una pantalla de computador o de celular cuando los temas expuestos
son leídos en voz alta o resultan muy densos. En estos casos la claridad del discurso, la
naturalidad de la expresión y el uso de buenas ayudas audiovisuales marcan la diferencia.
Veamos ahora algunas indicaciones útiles para todo tipo de exposiciones orales:

 TIEMPO. - Una buena exposición deja tiempo suficiente para el debate o actividad de
profundización que la sigue. Por eso su duración recomendable es de 15 a 20 minutos. Es
preciso entonces asegurarse de distribuir bien las partes del discurso –introducción,
desarrollo, conclusión– en ese lapso.
 TONO DE VOZ. - Las personas tenemos una capacidad limitada de atención: nos
distraemos si nos hablan siempre al mismo ritmo y con idéntico tono de voz. De ahí la
conveniencia de modular la voz, haciendo pausas y cambios de ritmo. Es clave también
cuidar la voz. Los tonos agudos y el volumen alto exigen mucho la garganta y pueden
motivar afonías, ronqueras y falsetes fastidiosos. Es mejor no carraspear para aclarar la
garganta ni tomar agua fría para aliviarse: eso a la larga tiene efectos nocivos.
 EXPRESIÓN CORPORAL. - Un buen expositor es un “actor en escena” que sabe
aprovechar la capacidad de comunicación no verbal que hay en su expresión facial y
corporal, y permite que su cuerpo le colabore a su voz. Para ello es preciso dominar los
elementos mímicos de la exposición –movimientos de manos y cuerpo, ademanes,
gestualidad, etc.– y aprender a evitar las muecas y los tics nerviosos. En una presentación
oral, lo que se hace es tan importante como lo que se dice.
 COHERENCIA EXPOSITIVA. - Para exponer bien, tenemos que preparar a fondo el
tema y desarrollar en forma ordenada y convincente los argumentos (ver a este respecto
las Claves para armar hilos argumentativos). Siempre es aconsejable preparar un plan de
trabajo que nos permita:
- Enunciar de entrada los objetivos de la exposición y del debate subsiguiente;
- Plantear el problema;
- Desarrollar los puntos clave de la argumentación;
- Explicar nuestra propia posición con respecto al problema planteado;
- Hacer una recapitulación que sirva como apertura para la discusión. También hay que
evitar las muletillas, los rellenos y las repeticiones innecesarias: este tipo de fallos no
sólo entorpecen la exposición, sino que enturbian la claridad de la argumentación.
 USO DE AYUDAS AUDIOVISUALES. - Como su nombre lo indica, las ayudas son
un medio, no un fin en sí mismo. Unas ayudas vistosas no disimulan la falta de
argumentos. Por eso conviene identificar los puntos cruciales del mensaje y reforzarlos
mediante el uso de tablas, ejemplos, anécdotas, citas, etc. Es bueno verificar que las
ayudas audiovisuales utilizadas –tablero, video, diapositivas u otros– brinden una
adecuada visibilidad. Sin embargo, puesto que todos están viendo las ayudas, no hace
falta leerlas de nuevo. Recordemos además que incluso tecnologías muy sofisticadas
pueden fallar. Antes de exponer, revisemos que todo funcione, pero igual preparémonos
para continuar, aunque, por alguna razón, no podamos contar con la ayuda audiovisual.

Bibliografía
Díaz, L. O. (s.f.). Claves para hacer exposiciones orales. Escuela de las ciencias humanas. Obtenido de
https://www.urosario.edu.co/Documentos/Escuela-de-Ciencias-Humanas/Fichas-de-orientacion-
academica/Claves-para-hacer-exposiciones-orales.pdf

MARYURI YASMÍN BOHÓRQUEZ ALBA, Y. A. (2018). LA EXPRESIÓN ORAL: ESTRATEGIAS


PEDAGÓGICAS PARA SU FORTALECIMIENTO. Colombia. Obtenido de
https://repositorio.uptc.edu.co/bitstream/001/2345/1/TGT_995.pdf

Uriarte, J. M. (16 de marzo de 2020). Caracteristicas. Obtenido de Caracteristicas.co:


https://www.caracteristicas.co/exposicion-oral/

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