Compilado Relatos Bibliotecas 1
Compilado Relatos Bibliotecas 1
Compilado Relatos Bibliotecas 1
EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Rosa Emma Monfasani
Prólogo 3
Introducción 5
La biblioteca: un refugio 7
Protocolos en la biblioteca 10
Borges en el balcón 13
Bibliotecas híbridas 20
El Bibliotecario “pandémico” 22
Bibliotecarios en jaque 26
La Bibliotecología solidaria 29
Formación bibliotecaria 39
Saludos 2021 42
Reflexiones finales 44
Acerca de la autora 45
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PRÓLOGO
Luego de un año 2020 que nos marcó a fuego a causa de la pandemia y que,
seguramente, las futuras generaciones recordarán por siempre, había que resurgir de las
cenizas como el Ave Fénix. Y el 2021 arrancó con esperanza, las vacunas comenzaban a
llegar y las personas ponían su brazo para estar inmunizadas y combatir el virus. Ya no
estábamos solos. El virus ya no estaba ganando y comenzamos a hacerle frente y a
derrotarlo.
Pero como un buen enemigo, el virus no se rindió fácilmente. Las diferentes mutaciones
que sufrió nos pusieron en alerta. Conocimos a Delta y, ahora, a una tal Ómicron. Y las
dudas y las preguntas comenzaron a sobrevolar por todo el planeta: “¿Las vacunas
serán efectivas para estas cepas?”. Pareciera que sí, algunas respondieron mejor que
otras, la combinación de vacunas logró ser satisfactoria y una estrategia acertada. Pero
nada concluyó. Y así fue, que cuando pensábamos que todo iba camino hacia un final
feliz, nos dimos cuenta que no había que bajar la guardia y teníamos que seguir
cuidándonos.
Y en el medio de este mundo que tiene a la sociedad a merced de un virus que no se deja
vencer, las bibliotecas salieron a la luz con sus servicios. Lo que se hacía puertas
adentro se subió al mundo virtual para cruzar las fronteras y llegar a dónde más la
necesitaban.
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Las comunidades estaban aisladas, pero las bibliotecas no las abandonaron. A pesar de
tener sus puertas cerradas a lo largo de casi todo el año, eso no fue un impedimento para
llegar a cada uno de los hogares.
A lo largo de cada uno de los relatos de Rosa Monfasani, que tuve el gusto de publicar en
el blog “Soy Bibliotecario”, pasamos por diferentes sensaciones: esperanza y desazón;
alegría y tristeza; bronca y paciencia; resiliencia y anomia. Todo en un mismo año, a
veces, todo en una misma semana, y si me apuran un poco, les puedo afirmar que todo,
en un mismo día.
Si hay algo que nos dejaron estos relatos de Rosa Monfasani como enseñanza, fue la
palabra ESPERANZA y con este sustantivo, que me lo quiero tatuar en lo más profundo
de mí ser, les aseguro que deseo que la esperanza sea mi bandera para el 2022. Que la
esperanza se convierta en el as de espada de esta sociedad y como dijo el religioso
estadounidense, Martin Luther King (1929-1968):
(*) Rodrigo Lastreto es periodista recibido en la Universidad Católica Argentina. Cuenta con un
Posgrado en Periodismo Digital de la Universidad de Belgrano. Además, es bibliotecario egresado de
la Escuela Nacional de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Es especialista en
redes sociales, marketing online y producción de contenidos web. Es el fundador del blog Soy Bibliotecario
(https://soybibliotecario.blogspot.com/), especializado en Bibliotecología y Ciencias de la Información.
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INTRODUCCIÓN
En este 2021 decidí continuar con mis relatos durante este segundo año de pandemia. Al
poco tiempo de comenzarlos vi que en la profesión bibliotecaria se iban produciendo
cambios. Así fue que alterné las crónicas habituales con lo que iba sucediendo en el
mundo bibliotecario y que es lo que aquí presento.
Hasta casi finales del año las bibliotecas continuaron cerradas, pero durante el tiempo
transcurrido el bibliotecario logró que el acceso a la información y al conocimiento se
hiciera más fluido. La creatividad se evidenció en bibliotecas de distintos puntos del país,
el delivery de libros y los cuentos por teléfono acrecentaron el acercamiento a los usuarios
y lectores.
Volvimos a interesarnos en lo que iba surgiendo, como las nuevas experiencias para
proveer acceso, otras formas de comunicarse, las problemáticas que se debían enfrentar
para atender las demandas, el acercarse a los lectores que se encontraban en soledad, o
los que requerían de información para continuar sus estudios, o solamente los que
necesitaban entretenimiento.
Las grandes bibliotecas, las públicas, las populares, las universitarias, las escolares, las
gubernamentales, las especializadas, continuaron brindando acceso a las colecciones
digitales, cada una en su tipo logró puestos de avanzada para superar los escollos que se
presentaban.
Esto también fue un punto de inflexión para dar visibilidad a la tarea que realizan los
bibliotecarios, para dar a conocer que las bibliotecas están, y que la esencia de los unos y
las otras siempre será la misma. Solo se incorporarán nuevas formas de acceder a los
recursos, por eso se habla de la biblioteca híbrida y se pone mayor énfasis en la biblioteca
solidaria.
Todo lo vivido este 2021 en el ámbito profesional nos lleva a pensar y repensarnos. Se
evidenció una necesidad de compartir. Apareció la inteligencia emocional que se
encontraba latente pero que nos hizo recapacitar sobre nuestro comportamiento frente a
los usuarios, a los compañeros de trabajo y demás colegas. Lo acontecido más el
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preguntarnos como seguimos nos lleva a involucrarnos más profundamente en la
profesión, a pensar en generar políticas bibliotecarias que permitirán posicionarnos en la
sociedad y por qué no adentrarnos también en las políticas públicas, algo que aún hoy se
encuentra pendiente.
Las presentaciones en línea no contaron con la gran afluencia de público como en el 2020,
quizás porque en ese entonces se estaba ávido de conocer todo lo que apareciera.
Durante este año hubo una selección de los temas de interés, posiblemente el teletrabajo
y el tener que concurrir de a poco a las bibliotecas dejaron menos tiempo.
Se tomó conciencia de que ingresábamos a una nueva era donde se debía matizar lo
presencial con lo virtual, lo mismo se replicó en otras áreas como sucedió en la
enseñanza, el aprendizaje y la investigación.
Agradezco a Rodrigo Lastreto que publicó mis relatos en su blog Soy Bibliotecario y
dedicó unas palabras para alentar en la lectura de cada uno de ellos.
Gracias a los lectores que se tomaron un tiempo para leerlos y comentar sus pareceres,
los que sirvieron para nutrirme y generar otros relatos.
Les dejo mis contactos y algún enlace que posibilitará conocerme. Si me necesitan o
puedo ser de utilidad aquí estoy para ustedes.
[email protected]
Mi Facebook @RMonfasani
https://es.wikipedia.org/wiki/Rosa_Monfasani
https://en.wikipedia.org/wiki/Rosa_Monfasani
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La biblioteca: un refugio
Aquí estoy con las manos puestas en el teclado y pensando por donde comenzar. El día
lluvioso ayuda en este otoño tardío donde las hojas recién están poblando las calles de la
ciudad, casi como buscando un abrigo. Pero vayamos a la biblioteca como refugio. Tema
que trato aquí porque una joven y emprendedora colega me dijo que esperaba un relato
sobre esto.
Para los bibliotecarios, es el refugio del trabajo diario, donde la creatividad se las ingenia
para organizar y ofrecer lo mejor a los usuarios para que éstos puedan acceder al
conocimiento.
Para los lectores es el lugar donde no solo encuentran el contenido, sino que también
hallan allí su continente. En ella tratan de localizar la información precisa, sea en soledad
o en el trabajo conjunto. Muchos se refugian, recuerdo al Secretario Académico de la
facultad, profesor de fisiología. El escapaba de la tarea diaria que lo agobiaba y se
refugiaba en la biblioteca. Sus palabras eran: Sra. directora si preguntan por mí, no diga
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que estoy acá, entraba a la sala de profesores y se ponía a leer el Tijsdchrit voor
Diergeneeskunde. ¡Qué tiempos aquellos!
No podemos predecir que nos traerá o como lo enfrentaremos más adelante, pero sí
podemos decir que algo ha cambiado, que no estamos amenazados, sino que será
diferente.
No sé si logré plasmar lo que deseaba mi querida colega mendocina Paola Banegas, pero
al menos traté de que quienes no son bibliotecarios tengan otra visión de la función de la
biblioteca, porque no es una colección, los libros no bajan solos de las estanterías,
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tampoco se acomodan por sí mismos en ellas, y el bibliotecario también se encuentra en
ese espacio social y cultural para contribuir como un eslabón más en la sociedad.
“Este nuevo relato de Rosa Monfasani busca hacer visible una institución que estuvo, está
y seguirá estando en esta sociedad: la biblioteca”.
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Protocolos en la biblioteca
Día de sol, salgo rapidito a hacer unas compras, cerquita para cumplir con el protocolo
vigente. He vuelto y aunque este tema atañe a las bibliotecas y parece algo técnico, en
estos complejos momentos es la preocupación de todas las personas respecto a su
situación personal y a la de las organizaciones, instituciones y/o empresas.
El protocolo es conocido como el conjunto de reglas que se establecen para actos oficiales
o solemnes, ceremonias y otros eventos. Hoy se aplica como instrucciones, o
recomendaciones para todo tipo de organización, empresa o negocio donde confluyen
diferentes tipos de asistentes. Son reglas sociales que de alguna manera fija la conducta
de un público determinado.
En este relato lo miraré desde el punto de vista de las bibliotecas que se han expresado
para regular diversas acciones o procedimientos de tipo sanitario con la finalidad de abrir
sus puertas y poder volver a ellas.
El título ya lo tenemos: Protocolos, el problema también: esta Pandemia, el objetivo:
volver a la Biblioteca, los resultados: aún inconclusos.
Tanto las bibliotecas como otras organizaciones, se han referido a la forma de comunicar
las medidas sanitarias más convenientes para el trabajo, para el ingreso a las
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instalaciones, y a las formas adecuadas de acceder a los servicios para cuidar a las
personas.
Durante este último tiempo el invasor ha arreciado con mayor dureza, así que tendremos
que pensar si las propuestas serán las más apropiadas o habrá que reformularlas de
acuerdo con las circunstancias. Ese es el último punto que aún está inconcluso sea para
las bibliotecas o para cualquier otra organización. La reapertura total aún está un poco
lejos.
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Además, hay cuestiones que no están aún resueltas por ejemplo ¿la ciencia no tiene claro
cuánto persiste el virus en el papel y en otras superficies? Por eso el alcohol y el jabón
siguen siendo los aliados indiscutibles para la higiene y protección.
Y pensándolo diferente ¿las prácticas que ejecutaremos si tenemos en cuenta los
protocolos serán una repetición rutinaria en el trabajo de las bibliotecas?
Ustedes dirán ¿y los protocolos?, la idea no fue presentarlos en su contenido sino pensar
en que pueden sernos útiles y cuándo podremos aplicarlos. En fin, allí están a la espera
de ser implementados, para ello se ha trabajado, pensando en colaborar con toda la
comunidad y poder brindar lo mejor de lo que se posee. Pero sí ¡existen! y como las cosas
cambian en el día a día, hoy pueden servir de guía para reelaborarlos o adaptarlos a la
necesidad de cada situación, de cada tipo de biblioteca y por qué no de cada región o
localidad.
#YoMeCuidoyLosCuido. Cada uno podrá optar por esto o aquello, pero cuando
regresemos aún no habremos salido del estupor que nos causó el COVID-19, solo
debemos recordarlo para actuar en el futuro de la mejor manera posible. Transitemos esta
tormenta y al final veremos cómo recomenzar.
Les acerco el sitio de Reciaria – Red de Redes de Información sobre Protocolos para
bibliotecas y normativas generales en el ámbito nacional e internacional:
https://sites.google.com/site/reciariaorg/acceda-a/herramientas-y-buenas-practicas/protocolos-y-
recomendaciones-covid-19
“Este nuevo relato de Rosa Monfasani muestra cómo las bibliotecas se han expresado
para regular diversas acciones o procedimientos de tipo sanitario con la finalidad de abrir
sus puertas y poder volver a ellas”.
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Borges en el balcón
Desde la baranda del entrepiso observaba a los lectores inclinados sobre las mesas de
madera lustrosa. Las lámparas de alabastro verde, bueno, aunque no sean exactamente
verdes - ese es el color de la esperanza, del relax, del bienestar y proporciona un clima
agradable-, tapaban el contenido de lo escrito.
En algunos se veía “…Hernández”, en otro “… de amor y de…”, más allá “El ingenioso
Hidalgo…” y “El Ale…”, pero eso no importaba tanto como que quienes los interpelaban
recorrían sus páginas, algunos rápidamente y otros detenidos en alguno de sus párrafos.
También estaban los que miraban a lo lejos o dormían pesadamente. Los jóvenes eran
mayoría, quizás porque estaban preparando sus tareas o porque estaban en la hora
indicada para ello.
El día finalizó, volvió a su despacho y comenzó a escribir.
Pasaron días, meses, algún tiempo, y parado en el mismo lugar la visión se hizo más
borrosa. Solo luces tenues alumbraban la estancia, pero se escuchaba el movimiento de
las hojas y el silencio inundaba el espacio. Algunas sillas hacían un pequeño ruido al
deslizarse sobre el piso, seguramente los lectores se iban o movían sus asientos en busca
de otros libros.
Un poco más lejos le pareció escuchar una voz grave que pedía algo especial, como si
necesitara adentrarse en conocimientos más profundos. Un poco más lejos, una docente
preguntaba si se encontraban disponibles los libros de su materia porque al día siguiente
vendrían los alumnos a consultarlos.
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Hacia la noche se cerraron las puertas, los visitantes se fueron. En su despacho dejó volar
la imaginación y se puso a pensar en el mañana. ¡Si él supiera que hoy la sala está vacía,
que ni un mínimo de aforo pulula en sus entrañas debido a esta pandemia!
El lector se pierde en esa maraña de saberes, pero se comunica con ellos, trata de
entender por qué están allí y que conocimientos ofrecen. Se adentra en sus páginas, en el
discurso de la cultura pasada, o en el presente vigente, desea saber y quiere estar al tanto
de lo que aconteció y de lo que acontece. El pensamiento de los grandes y de los no tanto
lo llevará por diferentes caminos e intervendrá en su formación. Desandar el laberinto no
es sencillo, es un camino de toda la vida que conduce muchas veces a diferentes metas.
La luz se colaba por la ventana, despertó de ese sueño que lo inundó por varias horas.
Sus tareas lo reclamaban, ya tendría tiempo, y más tarde el lugar ofrecería otra
oportunidad para adentrarse en su imaginación para recorrer una vez más el advenimiento
de la creación literaria.
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Rosa Monfasani
Fue escrito en Buenos Aires, en junio de 2017, refiere al paso de Jorge Luis Borges como
director de la Biblioteca Nacional en la calle México 564. Hoy junio de 2021 levemente
aggiornado.
“En este nuevo relato, Rosa Monfasani nos trae un escrito sobre el paso de Jorge Luis
Borges como director de la Biblioteca Nacional, cuando esta estaba ubicada en la calle
México 564”.
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Noticias falsas (Fake News)
Este no es un tema tan trillado como pensamos, pero si es algo de todos los días y de
cada momento. Los especialistas coinciden en que se trata de un problema de
desinformación que hace gran impacto en la sociedad. Existe una distribución masiva a
través de internet, noticias y datos que provocan un descontrol. ¿Por qué se produce
esto?
Existen infinidad de razones que se pueden centrar en cualquier orden de la vida y
responden a variadas cuestiones.
Qué tal si para lograr vender un producto o un servicio ofrecemos ventajas o beneficios
que no son realmente los que estos poseen. ¿No creen que de esa forma se desvirtúa la
realidad?
O por ejemplo cuando los medios exageran de forma sensacionalista sobre una noticia o
mienten sobre la misma. ¿No piensan que eso es desinformar y provocar así para atraer a
la audiencia?
Las noticias falsas también son utilizadas en la política para ampliar el arco de campaña
con ciertas promesas que pueden atraernos ¿No debería existir una legislación que
proteja a los ciudadanos?
La sociedad también contribuye a que las noticias falsas corran más rápido cuando
diseminan a través de las redes sociales sin informarse de la veracidad de las mismas. La
tecnología se diversifica todos los días y aparecen cantidad de aplicaciones. ¿Cuál es la
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idea que conllevan? ¿Realmente existe una necesidad de incorporar todo lo nuevo? ¿Es
estar más al día y sirven para no quedarse atrás?
Son muchas las preguntas que surgen y muchas más nos podríamos hacer, pero existen
algunas cosas que debemos tener en cuenta para estar mejor informados. En principio
debemos conocer cómo hacer para validar la información. Claro esto puede ser
considerado una pérdida de tiempo, pero es un involucrarse, casi un opinar sobre el tema
en cuestión. Para ello podemos leer al respecto, consultar a expertos en la materia, o
verificar la fuente de donde surgió. Pego una imagen de la Federación Internacional de
Asociaciones Bibliotecarias (IFLA), que da instrucciones para corroborar la veracidad de
las noticias.
Esta imagen es muy conocida por los bibliotecarios, aunque muchas veces nos olvidamos
de aplicarla. Por eso va para todos los que son y los que no, es una forma de alertar y
contribuir para informar y conocer lo que es cierto. Les cuento que en el relato anterior me
entusiasmé con un poema que venía bien para lo que estaba contando, como un reguero
se distribuyó por WP como suele pasar muy a menudo, me entusiasmé y no verifique la
veracidad de su autoría, di así una noticia falsa. Ya fue corregido.
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…la habilidad para aprovechar el potencial de las herramientas digitales
es esencial para una sociedad democrática
y una ciudadanía comprometida.
Declaración de la IFLA sobre las Noticias Falsas 20 de agosto de 2018.
https://www.ifla.org/files/assets/faife/statements/ifla-statement-on-fake-news-es.pdf
#YoMeCuidoyLosCuido. A esta altura se habrán dado cuenta que mis relatos son
diferentes, y aunque no lo parezcan continúan siendo una forma de sentir, una necesidad
de conectarse, un llegar a todos con un planteo diferente. Estemos alertas, prestemos
atención a lo que vemos y escuchamos, involucrémonos porque todos estamos aquí y
aunque pensemos diferente debemos ocupar el espacio que nos corresponde.
“Son muchas las preguntas que surgen y muchas más nos podríamos hacer con respecto
a este tema, pero existen algunas cosas que debemos tener en cuenta para estar mejor
informados”.
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Bibliotecas híbridas
No es la primera vez que oímos hablar de las bibliotecas híbridas porque éstas desde
siempre adoptaron un modo de cambiar el acceso a la información.
Todo empezó desde que no fueron bibliotecas en el sentido estricto, desde que comenzó
la comunicación con pictografías y más adelante en forma oral, a lo mejor con algunos
sonidos y de a poco con un sencillo vocabulario. El que se expresaran de una u otra
manera quedó como vestigios de la historia y devinieron en el primer acceso al
conocimiento de la humanidad.
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Más adelante surge la biblioteca electrónica o digital donde se almacena un conjunto de
recursos de información en formato digital que posibilita el acceso electrónico local o a
distancia por parte de una comunidad de usuarios. Y con ello se amplía el acceso al
conocimiento.
En realidad, las bibliotecas idean nuevas formas para atender a sus usuarios y
transforman sus servicios para satisfacer sus necesidades. Solo cambian los modos de
acceder a la información. Ellas conservan y preservan los valores culturales para
acercarlos a las futuras generaciones.
Hace unos días leí un artículo del bibliotecario estadounidense Jim O’Donnell1, que ya en
el año 2017 se preguntaba como serían las bibliotecas en el año 2100. Él hacía referencia
a tres posibilidades: la biblioteca completa y de acceso universal, el aumento exponencial
de bibliotecas y la no existencia de la biblioteca, la cero biblioteca porque todo sería digital.
1 O’Donnell, Jim, 04 julio 2017. ¿Cómo serán las bibliotecas en el año 2100? Letras Libres [en línea].
[Consulta: 7 julio 2017]. Disponible en: http://www.letraslibres.com/mexico/literatura/como-seran-las
bibliotecas-en-el-ano-2100.
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debido a la gran cantidad de datos, lo que se conoce como infoxicación. Como
consecuencia se aprovecharon las redes para hacer volar las noticias falsas que
desvirtúan el conocimiento verdadero.
Nos preguntamos si habrá una nueva biblioteca, seguramente así será, porque los
servicios deben reformularse constantemente. La educación también ha cambiado, la
enseñanza, el aprendizaje y la investigación posiblemente, y como ya lo vienen haciendo,
matizarán lo presencial con lo virtual. La biblioteca no quedará ajena a esas circunstancias
y como siempre abierta y transformada brindará los accesos más pertinentes y oportunos.
Nos preguntamos si habrá una nueva biblioteca, seguramente así será, porque los
servicios deben reformularse constantemente. Ahora les pregunto: ¿Cómo creen que será
la biblioteca del futuro?
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El Bibliotecario “pandémico”
Con una expresión muy en boga en todo el mundo, el bibliotecario tuvo que reinventarse al
decir de su actividad cotidiana, al hablar de cómo atender las necesidades de su
comunidad sin estar presente en la biblioteca. Pero no solo tuvo que reinventarse, sino
conocer las tecnologías disponibles y cómo utilizarlas. Las redes sociales ayudaron y
actuaron como grandes aliados en la difusión del conocimiento.
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Otra actividad para destacar y con un protocolo especial, es el Delivery de libros. ¡Qué
libro deseas consultar, yo te lo llevo a domicilio! Tal como lo hizo la Biblioteca Pública y
Multimedia “Manuel Belgrano” de Godoy Cruz (Mendoza) que posibilitó quedarse en casa,
tarea que luego fue replicada por otras bibliotecas.
Cuentos por teléfono en vivo y en directo, es otra creación que comenzó la Biblioteca
Argentina "Dr. Juan Álvarez", Rosario (Santa Fe) e invita a elegir un día y un horario. Este
servicio está inspirado en Cuentos por teléfono de Gianni Rodari, periodista, escritor,
militante político, maestro y pedagogo italiano, nacido en Omegna en 1920. Esta ha sido
una forma de acercarse a la gente, en especial a los que están en soledad, llevar una
palabra amiga y compartir con ellos.
La Biblioteca Humana es un movimiento global que busca desafiar los estereotipos y los
prejuicios a través del diálogo. Ofrece la posibilidad de convertirnos en lectores mediante
el préstamo de una persona/libro durante media hora, para conocer su historia y poder
charlar sobre el tema que representa. Muchas veces con personas vulnerables, con la
finalidad de fomentar la charla y la inclusión. Se trata de conversar, de enriquecer con el
intercambio, de interactuar.
Las charlas, conversatorios, talleres, encuentros y todo tipo de acciones surgieron para
contar experiencias, actualizar y reforzar diferentes actividades.
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La Biblioteca Nacional “Mariano Moreno”, dispuso sus colecciones digitalizadas y realizó
charlas y talleres. Se encuentra actualizando el catálogo de autoridades y está
conformando una red con las bibliotecas públicas y municipales del país.
Un rol importante, cumplen las bibliotecas escolares, las bibliotecas universitarias y a las
especializadas en todo el país. En ellas los bibliotecarios continuaron trabajando, haciendo
proyectos, brindando cursos, talleres y encuentros de actualización y el mejor acceso a la
información.
Hay mucho más, pero esto es un relato, las redes de bibliotecas, las asociaciones y otras
comunidades bibliotecarias también se reinventaron y ofrecieron lo mejor de sí. En ellas
todos los bibliotecarios dieron rienda suelta a la creatividad.
Los encuentros on line no fueron tan masivos, quizás porque hubo una selección temática
por áreas de interés, o tal vez el teletrabajo se hizo más intenso y los que pudieron volver
a sus bibliotecas tuvieron que tener una dedicación especial.
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#YoMeCuidoyLosCuido. Posiblemente el acceso a lo digital sea una preocupación
constante porque no se sabe a ciencia cierta qué es lo que quedará disponible, ya sean
libros, revistas u otros recursos que hoy se pueden consultar. Pero siempre nos
reinventaremos y podremos ofrecer lo mejor. ¿No están de acuerdo?
“En su nuevo relato, Rosa Monfasani destaca la importancia del bibliotecario en este
tiempo de pandemia, donde siempre estuvo presente para brindar el mejor acceso a la
información y al conocimiento”.
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Bibliotecarios en jaque
El bibliotecario en jaque es como esa pieza de ajedrez que amenaza al rey o a la reina. ¿A
qué nos referimos cuando decimos eso? La RAE en su segunda acepción lo define como:
ataque, amenaza, acción que perturba o inquieta a alguien, o le impide realizar sus
propósitos.
¿Cuáles son los propósitos que no podemos realizar? Lo he tomado desde el punto de
vista de la capacitación porque como en otras profesiones el bibliotecario debe estar al día
para no sentirse amenazado.
Hoy más que nunca debemos superar el jaque. Los distintos ciclos formativos de la
educación sistemática juegan cada día un rol más fundamental en la capacitación para
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que podamos presentarnos adecuadamente a lo largo de la vida. Esa alfabetización en
información de la que todos hablamos cuando nos referimos a los usuarios/lectores, y la
que debe empezar por la nuestra para superar cualquier obstáculo y permitir
desempeñarnos como mejores profesionales. Las diferentes comunidades e instituciones
bibliotecarias complementarán y actualizarán esta formación.
A esta altura podrían decir ustedes ¿cuál es la temática que debemos encarar, en qué nos
debemos capacitar? No existe un punto específico, pues siempre estaremos en jaque.
Aparecen diferentes ofrecimientos en muchos casos surgidos de las circunstancias y en
provecho de nuestras necesidades, en especial las tecnológicas. Que, por supuesto deben
estar, pero cuando regresemos la realidad será diferente. Todo deberá aplicarse al trabajo
diario que no será el mismo, a los requerimientos de la enseñanza, del aprendizaje y la
investigación, a como nos demandarán los usuarios, o como responderemos en los
diferentes tipos de bibliotecas. En fin, a esto podríamos agregarle una empatía más
afirmada en otras actitudes hacia los usuarios y compañeros de trabajo. En aptitudes y
habilidades que posibilitarán el desarrollo laboral. Podríamos reafirmar también el trabajo
en equipo, el colaborativo con otras instituciones como bibliotecas, archivos y museos o
cualquier otra del ámbito de las ciencias de la información.
Hablamos de reafirmar y creo que esta pandemia ha superado todas las expectativas y
nos ha hecho ver otras cosas a las que debemos apuntar como por ejemplo la ética
profesional. Asimismo, tener en cuenta que debemos gestionar, proyectar, comunicar,
escribir, difundir. Por todo ello es necesario identificar, interpretar, argumentar y resolver
problemas. La habilidad cognitiva solo es parte de la competencia, estará presente en la
capacitación, pero debe estar unida a otros valores.
La esencia de nuestra profesión está instalada, esa no difiere, y para que el jaque no nos
amenace debemos pensar en cómo hacer mejor las actividades cotidianas. Lo nuevo llega
todos los días y es importante aprenderlo y aprehenderlo. Programado o no, será
transformador.
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#YoMeCuidoyLosCuido. Debemos salir del estereotipo en que el bibliotecario tiene una
imagen desde la representación social en la que ha sido encasillado. Debemos
posicionarnos. Estar allí no solo cuando nos necesitan, sino también estar presentes en
las políticas públicas ¿Qué opinan?
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La Bibliotecología solidaria
Buen sábado y próximos días para todos. Hoy me levanté temprano porque estuve
pensando en comunicarme con ustedes. En particular para transmitir lo que seguramente,
y por lo que he podido ver y escuchar últimamente, de una u otra forma hemos practicado
en estos tiempos de pandemia.
Por eso denominé a este relato la Bibliotecología solidaria. Porque es un término amplio
que engloba a nuestra disciplina en un gran conjunto de actores: bibliotecas, bibliotecarios,
usuarios, lectores, información y conocimiento. Puesto que allí nos movemos
continuamente y hoy nos lleva a ser más solidarios.
Ampliemos este concepto a compromiso con todos y nosotros mismos, a compartir para
convivir, a colaborar para alcanzar el conocimiento, a transmitir nuestros saberes, a
cooperar entre todos, y a conectarnos con el mundo.
Los bibliotecarios se repensaron, término éste muy escuchado últimamente, y así fue
porque asumimos el compromiso de continuar con la tarea encomendaba desde el
momento que surcamos las aulas, y desde que ingresamos a la biblioteca del día a día.
Compartimos no solo las experiencias que ya teníamos incorporadas, sino las que iban
surgiendo cuando era necesario llegar a los usuarios finales, a los colegas cercanos y
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lejanos, a las instituciones que también se encontraban cerradas y tenían que repensarse.
Adherimos a causas e intereses comunes y ampliamos el espacio de la biblioteca.
La profesión llegó así a conectarse con bibliotecarios del país y con otros del mundo.
Conocimos y nos conocieron, establecimos otros lazos. Vimos que todos nos movíamos
en un mismo espacio, al que teníamos que aportar nuestros saberes, nuestro compromiso,
nuestras experiencias y todas las novedades que surgían.
Esta apertura hacia el amplio mundo bibliotecario abrió las posibilidades para los jóvenes
profesionales, los que además fueron convocados para conocer nuevas experticias y
nuevas opiniones.
“La solidaridad no es un sentimiento superficial,
es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien
común, es decir, el bien de todos y cada uno para que todos
seamos realmente responsables de todos”
Juan Pablo II.
#YoMeCuidoyLosCuido. Creo que hemos pensado y practicado estos conceptos durante
estos tiempos de ASPO y DISPO, como se lo conoce habitualmente. El ponerse en el
lugar del otro condujo a esta Bibliotecología solidaria. A esta Bibliotecología que amplió el
espectro social.
“A lo largo de este nuevo relato de Rosa Monfasani, los invita a reflexionar sobre el trabajo
de los bibliotecarios durante la pandemia. Una tarea de verdadera unidad bibliotecaria”.
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Bibliotecas y Bibliotecarios ¿Para qué?
El tema iba a ser otro, este surgió a raíz de los hechos acontecidos en los últimos días,
con la separación del cargo de director de la BNM, de un excelente profesional que no
solo estaba luchando por las bibliotecas escolares y los bibliotecarios, sino por todo el
sistema educativo. Y de allí la pregunta Bibliotecas y Bibliotecarios ¿para qué? ¿la gestión
tiene importancia? ¿cualquiera puede ocupar un cargo en bibliotecas sin conocer las
funciones para las que fuimos instruidos oportunamente?
Alguna vez se lo cuestionaron o eligieron la profesión sin conocer lo que era, y solo lo
hicieron porque ocasionalmente habían estado en una biblioteca, o tal vez porque querían
adentrarse en la información y el conocimiento que brinda ese universo desde épocas
inmemoriales o quizás porque querían cumplir una función específica en ese espacio de
saberes.
No, tal vez pensaron como muchos, que esta era una carrera corta, que hay numerosas
bibliotecas y que seguramente se podía conseguir un trabajo en alguna de ellas. Pero muy
pocos o casi ninguno acarició la idea de la real función de las bibliotecas y los
bibliotecarios, tal como tampoco se conoce hoy en día.
Pensemos, la biblioteca está allí, cualquiera puede atenderla, para colocar un libro en el
estante una escalera alcanza, para prestarlo también, porque lo retiro de su lugar y lo
acerco a quien lo solicite y cuando lo devuelve lo vuelvo a guardar. Pero no es tan simple.
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biblioteca. El contenido también cambia según las épocas que atraviesa. Una biblioteca no
reúne todo el conocimiento, se aboca según su tipo a las necesidades institucionales y a
los usuarios que a ellas concurren.
Los bibliotecarios, son o pueden ser como bien dijo Carlos V. Penna allá por el año 95 en
un congreso de ABGRA cuando habló del Sistema Nacional de Servicios de Bibliotecas e
Información: "Si los bibliotecarios no somos los arquitectos de nuestra profesión,
seremos sus peones".
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#YoMeCuidoyLosCuido. Nos pensamos y repensamos como los bibliotecarios que
somos. Nuestra esencia es la misma y nuestra función está basada en el aprendizaje para
brindar acceso democrático a la información, favorecer a la sociedad, responder a las
necesidades de conocimiento y colaborar con los designios del País. Por eso y mucho
más nos desempeñamos en las Bibliotecas.
Buenos Aires, 10 de octubre de 2021
“¿La gestión tiene importancia? ¿Cualquiera puede ocupar un cargo en bibliotecas sin
conocer las funciones para las que fuimos instruidos oportunamente?, preguntas por
responder, en un nuevo relato de Rosa Monfasani”.
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Políticas bibliotecarias ¿Qué?
En relación con el relato anterior Bibliotecas y Bibliotecarios ¿Para qué?, se afianzó más
considerar la necesidad de trabajar en políticas bibliotecarias.
Esta pandemia y algunos hechos por los que transitamos en estos últimos tiempos nos
han motivado para pensar en ello. Por eso quiero hacerles llegar, aunque ya lo he
planteado en algunas oportunidades dónde creo debemos poner el énfasis y por qué.
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¿Cuáles son esas comunidades bibliotecarias?
Las Escuelas, las Bibliotecas, las Asociaciones de bibliotecarios, los Colegios
profesionales, las Redes y Sistemas de bibliotecas, los congresos, jornadas,
encuentros y otro tipo de actividades bibliotecarias.
Todos ellos conducidos por bibliotecarios, los que deben pensar en políticas bibliotecarias
y su presencia en las políticas públicas.
¿Para qué?
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La pandemia nos pudo encontrar desprevenidos, pero nos alertó para afrontar nuevas
formas de brindar información y hacer llegar los contenidos a los usuarios, nos ayudó a
conocerlos bajo otros aspectos y la creatividad generó una y mil maneras de
comunicarnos.
“En su nuevo relato, Rosa Monfasani pone en discusión un tema que como bibliotecarios
debemos tener siempre presente para luchar por nuestros derechos y por los de la
sociedad”.
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Bibliotecario de papel ¿o socios?
Cuando se dice bibliotecario de papel podría pensarse en aquel que defiende el uso de la
lectura en ese tipo de soporte.
En este relato me refiero al bibliotecario que como el papel se puede doblegar, ablandar,
mojar, quebrar, cambiar o mejor dicho de otra forma ser un profesional ambivalente y que
se ajusta a conveniencia, que es individualista o piensa que se puede abastecer por sí
solo y conseguir lo que desea en su carrera de vida. Que como esa lámina fina sirve para
escribir o envolverse.
También se le puede dar el sentido de rol protagónico como si fuera un actor que realiza
una representación en cine, en teatro o en otro tipo de audición. O cuando se hace un
origami en soledad como una tarea individual.
De ninguna manera denigro el uso del papel ya que por medio de sus páginas continúa
transmitiendo conocimientos. Cuando digo Bibliotecario de papel, no solo me refiero a
esa soledad que posee un individuo como tal, porque se cree inefable y le cuesta aprender
o no quiere, sino que quedó en papel y no logró transformarse en diferentes
presentaciones como las resmas o las bobinas que sirven para diferentes usos. Tampoco
tuvo en cuenta esa asociación con otras herramientas, como la imprenta que posibilitó
llegar muy lejos, expandirse hacia todos y lograr así un mayor impacto.
En realidad, se quedó en el “papel” y no llegó a asociarse para un fin común. Por eso digo
Bibliotecario socio, porque participa en algo junto con otros, porque se alía con los otros
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en pos de un objetivo común para beneficio de toda la sociedad. Para ello se integrará con
derechos y obligaciones hacia los demás. Y como socio tiene un grado de participación
definida que se da en el aporte que hace cada uno, en esa sinergia que posibilita
incrementar acciones.
La idea es afianzar el trabajo común y mejorar la presencia individual del bibliotecario de
papel.
Esta pandemia nos ha dado una oportunidad que como un hecho histórico posibilita “re-
construir” y mostrarnos como bibliotecarios sociales y aún más, ser socios para lograr el
bienestar general de la profesión.
Todo esto que, de una forma u otra, trato de plasmar aquí, es lo que he manifestado en
relatos anteriores sobre nuestra actividad como bibliotecarios y en el desarrollo de
nuestras funciones en las bibliotecas y en otras comunidades profesionales.
Es así que viene y surge cada tanto, en especial cuando observamos que no estamos
instalados como corresponde, cuando aparecen cursillos cortos que en poco tiempo
pueden transformar en bibliotecario con solo poseer lectura y escritura, a quien sea.
Cuando como dije muchas veces, cualquiera no puede ocupar el lugar que nos llevó
muchos años de estudio aprender y comprender, eso que no está dicho en todos lados.
Por todo eso hablo de ser “socios”, de trabajar por un mismo fin, de juntarse y unir fuerzas.
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Formación bibliotecaria
Fuente: https://pbs.twimg.com/media/EvOac6lXIAgLTgs.jpg
Tema espinoso si los hay, que se ha puesto de manifiesto ante esta situación pandémica y
las necesidades de afrontar el acceso a la información y al conocimiento. En nuestro país
existe gran diversidad de “escuelas” de bibliotecología. Tomo el término escuelas en un
amplio sentido: Como el “nombre genérico que recibe cualquier centro docente, centro de
enseñanza, centro educativo o institución educativa; es decir, toda institución que imparta
educación o enseñanza”.
Me gustaría abordar diferentes aristas que creo deben ser tenidas en cuenta para que se
considere al bibliotecario como el profesional que debe estar a cargo y ser el responsable
en cualquier tipo de biblioteca.
Podrán coincidir o no con mis reflexiones sobre el tema, y aunque así no fuera es
conveniente pensar que la formación bibliotecaria y por ende las escuelas están incluidas
en las políticas bibliotecarias.
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Generalmente no se discute la esencia de nuestro quehacer, solo se hace hincapié en
nuevas competencias o habilidades que nos posibilitan estar al día. No dudo que esa es
una circunstancia necesaria. El estar actualizados nos permitirá desempeñar mejor
nuestra tarea, pero de eso se ocuparán los cursos, talleres, encuentro, jornadas y
diferentes eventos. Hoy más en boga por la virtualidad creciente.
Las escuelas deben tener una visión integradora que abarque todos los aspectos tanto
teóricos como prácticos. En cada uno de ellos se deberá incluir la gestión como área
integral de cada tema a desarrollar. Asimismo, es importante que se revisen y actualicen,
los planes de estudio. Que se considere la inclusión pormenorizada y tratamiento de los
diferentes tipos de bibliotecas, lo que posibilitará conocerlas y más adelante seleccionar la
biblioteca de interés.
Otro aspecto no incorporado es lo que se refiere al conocimiento detallado de otras
comunidades bibliotecarias como por ejemplo las asociaciones y las redes. Y en el
posgrado posibilitar la incorporación de profesorado o docencia, con sus características
propias para el ejercicio y posibilidad de trabajo en todos los niveles educativos.
El futuro bibliotecario debe saber que, si estudia esta carrera, no es para tener un trabajo
inmediato, sino que éticamente debe comprometerse con
y que el ejercicio de la profesión y los reclamos por los que pelee deben ir acompañados
de la complejidad del conocimiento adquirido.
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otro de los aspectos que hace a las políticas bibliotecarias. Pero pensemos en todo esto,
los veo más adelante.
“La idea central de este nuevo relato de Rosa Monfasani, es tomar conciencia y pensar
cómo desarrollar y aplicar políticas bibliotecarias. Un tema que debe estar siempre
presente en el día a día del profesional bibliotecario”.
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Saludos 2021
Me acerco a ustedes con el último relato del año 2021. Durante este tiempo se han
despertado diferentes emociones que nos han calado muy hondo. Cuando publiqué esta
imagen dije en su momento que era un árbol del conocimiento y que nos contaba muchas
historias de vida.
Si abrimos y recorremos cada una de sus hojas encontraremos escritos con diferentes
pensamientos, con espacios que invitan a pensar, con comas que clarifican conceptos y
con puntos que separan ideas. Es el decir de uno y de todos, es volcar opiniones, saberes,
sentimientos, es dejar volar la imaginación. Es adentrarse en un mundo donde las letras
danzan y se unen en blanco y negro para dar sentido a lo que desean expresar. Es ver
imágenes en colores que posibilitan armar nuestra propia fantasía.
En este segundo año de pandemia hemos visto y vivido sentimientos exacerbados como si
el encierro, el no hacer, el no poder trabajar, el no encontrarse y abrazarse, tantas cosas…
hubiesen despertado para expresar todo eso con agresiones verbales y físicas. La
pandemia trajo más desigualdad, la naturaleza se tomó revancha, las catástrofes se
hicieron más fuertes y continuas, se perdieron vidas y aún no hemos salido, estamos
inmersos en el que vendrá.
Pero no todo fue negativo, muchos abrimos nuestros corazones y creímos en el otro, nos
solidarizamos, ayudamos a quien nos necesitaba, dejamos alguna sonrisa y de a poco
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pudimos abrazarnos. Los verdes se hicieron más profundos, las flores invadieron balcones
y jardines. Los seres humanos aprendimos y aprehendimos, la naturaleza apareció más
sabia y como con una advertencia dijo aquí estoy.
#CuidémonosEntreTodos. Este espacio es para que ustedes colmen con sus sentir y
emociones las hojas que encuentren en blanco. ¡Felices fiestas! y que el 2022 nos
encuentre reunidos y nos permita hacer grandes cosas o al menos las que los demás
requieran.
“En su último relato del año, Rosa Monfasani nos hace reflexionar en cómo vivimos a lo
largo de todo el 2021 y nos deja sus mejores deseos para el nuevo año que está por
comenzar. ¡Felicidades!”
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Reflexiones finales
Quizás sean consejos para que el ser humano tome conciencia de los males que nos
aquejan y sepa que existen errores en su comportamiento y que se deben mejorar. Por
eso se generaron otro tipo de actitudes como la solidaridad para brindar el apoyo que
necesitan nuestros semejantes. De tal manera, esto nos hace recapacitar en lo que
estábamos haciendo bien y en lo que no tanto.
No solo debemos pensar en lo que nos depara la profesión en su formato híbrido, sino con
más énfasis en la relación con los usuarios y lectores, en el trabajo en equipo en la
biblioteca, y también en cuestiones que tienen que ver con el hombre mismo.
Estos dos años pasados nos enseñaron muchas cosas, que el estar unidos es beneficioso
para generar y ampliar lo que deseamos ofrecer, que el compartir con los otros produjo
nuevos modos de encarar la bibliotecología, que la cooperación posibilitó ensanchar los
horizontes y, que la creatividad reinventó las posibilidades de las bibliotecas para llegar de
diversas formas. Que ustedes están allí y que los otros también.
No queda mucho por decir, si estos relatos constituyen una visión diferente de ver y
escuchar de otra forma lo que presenta la profesión. Gracias por estar. Seguiré en este
camino y trataré de hacerles llegar lo que desde aquí puedo palpar y como siempre digo:
Hagamos visible la profesión, que nos escuchen y que podamos establecer una
bibliotecología con políticas bibliotecarias para estar presentes en las políticas públicas.
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Acerca de la autora
Bibliotecaria y Profesora en Ciencia de la Información por la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Especialista en Formación de usuarios, Gestión y planificación de
bibliotecas, Tratamiento y organización de la información, Competencias,
ODS.
Docencia: 1976-1980. Profesora. Carrera de Bibliotecología y Ciencia de la
información, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
1980-1986. Profesora. Carrera de Bibliotecología, Facultad de Humanidades
y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata. 2018-2020
Docente en carrera Especialización de Bibliotecas UCES.
Trabajos: 1986-2011. Directora de la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Veterinarias, UBA.
1996-2017. Integró Comité Organizador Reuniones Nacionales de Bibliotecarios. 2001-2011.
Miembro coordinador del Encuentro de Bibliotecas Universitarias – Reunión Nacional de
Bibliotecarios- ABGRA. 2008-2011. Presidente de ABGRA. 2009-2017 Coordinó y produjo el
Boletín electrónico de ABGRA.
2011-2017. Asesoramiento en bibliotecas.
Membresías:
2006-2008. Miembro del Comité Honorario de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional.
Desde 2002, forma parte de la Comisión Organizadora Permanente de la Jornada sobre la
Biblioteca Digital Universitaria - JBDU.
2011-2019 coordinó la Red Nacional de Asociaciones de Bibliotecarios de la República Argentina.
– RENABIAR.
Desde 2012 miembro de la Comisión Organizadora de las Jornadas Nacionales de Bibliotecas,
Archivos y Museos – JOBAM.
Desde 2014 miembro del Comité Coordinador de la Red de Redes de Información – RECIARIA.
Premios: En 2015. BCN destacada labor presidente ABGRA. En 2019, designada Socia Honoraria
ABJ-Asociación de Bibliotecarios de Jujuy, y distinción ACBJ – Asociación Civil de Bibliotecarios
Jurídicos por trayectoria.
Publicaciones: artículos en revistas nacionales y extranjeras e integra comités de evaluación. Ha
escrito seis libros sobre temas bibliotecológicos.
Conferencista: Expositora en congresos de la especialidad. Dicta cursos y conferencias de la
especialidad en todo el país y el exterior.
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