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Fiestas Judías

Las tres principales fiestas judías descritas en el documento son la Pascua, Pentecostés y la Fiesta de las Cabañas. La Pascua conmemora el sacrificio del cordero pascual y el sacrificio de Cristo. Pentecostés celebra la venida del Espíritu Santo. Y la Fiesta de las Cabañas recuerda cómo Dios cuidó de Israel en el desierto.

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Las tres principales fiestas judías descritas en el documento son la Pascua, Pentecostés y la Fiesta de las Cabañas. La Pascua conmemora el sacrificio del cordero pascual y el sacrificio de Cristo. Pentecostés celebra la venida del Espíritu Santo. Y la Fiesta de las Cabañas recuerda cómo Dios cuidó de Israel en el desierto.

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Fiestas Judías: Reflexiones desde la visión cristiana

Levítico 23 presenta un resumen de las instrucciones dadas por


Jehová a los hijos de Israel por medio de Moisés, tocante a las
festividades y convocaciones santas que Dios señaló como
suyas. Todas estas, marcarían el estilo de vida vida israelita, los
distinguiría como pueblo del pacto, y les permitiría acercarse
confiadamente a su Dios, quien por ese medio (ritos, símbolos y
sombras), les mostraba su amor a través de la salvación.

Las festividades israelitas se calendarizaban en torno al


santuario, y estas conmemoraban eventos pasados nacionales,
señalando a la vez el futuro de salvación universal. Fueron
expresadas en relación con la geografía y las condiciones
climáticas del Antiguo Cercano Oriente, reguladas por los
períodos de siembra y cosecha. Es decir, de esta forma Dios
instruía a su pueblo, de acuerdo a lo que ellos tenían disponible
palpablemente, el plan de salvación (prefigurando mediante la
liberación de la esclavitud egipcia, el cuidado paternal por el
desierto, y el perdón de pecados diario y anual, la futura y
cercana liberación humana de la esclavitud del pecado y sus
consecuencias).

Conviene en estos minutos recordar, conforme a lo presentado en


el capítulo, cada festividad, encontrado un cumplimiento
profético en el ministerio de Cristo.
Contenido
 El sábado semanal (Shabbat)

 La Pascua (Pésaj)

 La fiesta de las semanas (Pentecostés) – (Shavuot)

 La fiesta de las trompetas (Rosh Hashaná) y el día de la

expiación (Yom Kippur)


 La fiesta de las cabañas (tabernáculos) – (Sucot)

El sábado semanal (Shabbat)

El versículo Levítico 23:3 pone en relieve y primer lugar al día


sábado semanal como santa convocación, dedicado a Jehová. Por
lo tanto, un día especial, donde ningún trabajo, aún doméstico
debería realizarse. Sería un momento especial y familiar, que se
dedicaría, dondequiera habitaran. Este día, es seleccionado como
celebración, momento de alegría y marca la pauta para todas las
otras celebraciones; conmemorando así y anunciando el próximo
descanso cuando la humanidad tendrá paz eterna junto a su
Creador y Redentor.

La Pascua (Pésaj)

Los versículos Levítico 23:4-14 explican la Pascua que se


celebraba en el mes de Abib el día 14, es decir finales de marzo
o principios de abril. La Pascua, sin embargo, era acompañada
de una triple celebración, antes y después del día. Días antes se
apartaba el cordero pascual que sería sacrificado; el día siguiente
a la pascua iniciaban siete días de celebración en el cual se
comían panes sin levadura y amargas hierbas, justo después de
una ceremonia especial en la que se dedicaba lo primero y lo
mejor para Jehová mediante la entrega de las primicias.

Fue una la fiesta de Pascua, justo después de haber partido el


pan cuando Cristo, el cordero eterno, fue sacrificado para
salvación de todo aquel que le aceptare por fe. No fue un
momento feliz, indudablemente los emblemas amargos
encontraron cumplimiento; sin embargo, la pena y el pesar no
duraron para siempre, ya que Cristo resucitó, y presentó ante
Dios lo mejor, su sangre mediante la cual compartió salvación, y
los primeros frutos, hijos fieles que en su Ascención, le
acompañaron.

La fiesta de las semanas (Pentecostés) – (Shavuot)

Los versículos Levítico 23:15-22 describen la festividad de las


semanas, siete en total comenzando el siguiente día al festivo de
pascua. En el séptimo sábado nuevamente se ofrecía primicias a
Dios, lo primero y lo mejor, pero esta vez después de haber
recogido las cosechas casi a plenitud. El día 50 era momento
para presentarse delante de Dios en humildad y gratitud,
trayendo presentes de reconocimiento a Dios y sacrificios de paz.
Era momento de santa convocación. Aunque las cosechas se
habían levantado, sin embargo Dios dió la instrucción de dejar
en el campo alimento para compartir con los necesitados.

Al resucitar, Cristo estuvo con sus discípulos algunos días más


compartiendo las buenas nuevas, sin embargo después de 40 días
ascendió al Padre; 10 días después, justo en la celebración de las
semanas, los discípulos se encontraban en humildad y unidad
pidiendo la bendición a Dios, ofreciendo sus vidas a sus
servicios. Fue allí cuando nuevamente Dios otorgó dones, Cristo
compartió las primicias del evangelio, mismas que ellos debían
ahora utilizar para continuar con la labor que Cristo había
iniciado, nunca olvidando que lo que reciben siempre debía
compartirse con el necesitado.

La fiesta de las trompetas (Rosh Hashaná) y el día de la


expiación (Yom Kippur)

Los versículos Levítico 23:24-25, señalan una celebración de


diez días, los cuales debían ser de preparación, pues a la hora
determinada sonaban las trompetas en Israel anunciando que
pronto llegaría el día cuando Dios juzgaría a su pueblo.

Los versículos Levítico 23:26-32 explican la expiación,


celebrada el 10º día del 7º mes. Este era un momento de gran
solemnidad, aflicción ayuno y consagración, una vez al año el
Señor limpiaba totalmente al pueblo de los pecados y todos
debían estar en paz con él, pues todo aquel que hiciera algo
diferente a su pacto, perecería.

La expiación está siendo celebrada, pues así como la pascua y el


Pentecostés, está fiesta también tiene su cumplimiento desde el
santuario celestial y todos involucrados en él. Por eso hoy
debemos afligir nuestras almas, no en el sentido de vivir con
tristeza o temor, sino reconociendo la santidad del tiempo y la
solemnidad de la cercanía del retorno de nuestro Dios. Es
momento de afligir nuestra alma, y desear hacer su solamente su
voluntad, para no ser apartados de su lado.

La fiesta de las cabañas (tabernáculos) – (Sucot)

Los versículos Levítico 23: 33-44 nos relatan la celebración de


las cabañas, una semana en la cual los israelitas se apartaban al
campo y vivían en decoradas y humildes moradas hechas de
ramas, frutos y flores, en el cual la familia pernoctaba. Era una
semana de alegría y regocijo pues apenas una semana atrás Dios
había quitado cualquier mancha de pecado de su vida, así mismo
se regocijaban por ver cómo Dios les había bendecido con las
cosechas. Sin embargo esta era una fiesta exclusiva, el
versículo Levítico 23:42 recuerda que solo los naturales de Israel
podían participar, pues se trataba de la experiencia propia.
Contaba de cómo el Señor había librado al pueblo de Egipto,
como los había conducido por el desierto y como había cuidado
de ellos durante ese año.

Las cabañas aún no llegan, pero hermano que me escuchas


llegarán, pronto celebraremos junto al Señor, recordando la
experiencia de la tierra solo como pasado. Muy pronto
recordaremos cómo el Señor fue muy bueno siempre con
nosotros, y gozaremos con nuestras familias la liberación de la
esclavitud del pecado. Pero recuerda que esta festividad es muy
exclusiva, pues solo pueden participar quienes deseen ser parte
del pueblo de Dios. Te invito a pensar hoy, ¿estás listo para
celebrar con encuentro con el Señor?

Escrito por: Pastor Néstor Nárez (UMC)

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