22 - 11 - 23. El Matrimonio Como Contrato Natural y Como Sacramento
22 - 11 - 23. El Matrimonio Como Contrato Natural y Como Sacramento
22 - 11 - 23. El Matrimonio Como Contrato Natural y Como Sacramento
16. A estas enseñanzas de la Iglesia sobre la moral conyugal se objeta hoy, como
observábamos antes (n. 3), que es prerrogativa de la inteligencia humana dominar las
energías de la naturaleza irracional y orientarlas hacia un fin en conformidad con el
bien del hombre. Algunos se preguntan: actualmente, ¿no es quizás racional recurrir
en muchas circunstancias al control artificial de los nacimientos, si con ello se obtienen
la armonía y la tranquilidad de la familia y mejores condiciones para la educación de
los hijos ya nacidos? A esta pregunta hay que responder con claridad: la Iglesia es la
primera en elogiar y en recomendar la intervención de la inteligencia en una obra que
tan de cerca asocia la creatura racional a su Creador, pero afirma que esto debe
hacerse respetando el orden establecido por Dios. (humane vitae)
“Dios ha dispuesto con sabiduría leyes y ritmos naturales de fecundidad que por sí
mismos distancian los nacimientos” (HV, 11). “Usar este don divino destruyendo su
significado y su finalidad, aun sólo parcialmente, es contradecir la naturaleza del
hombre y de la mujer y sus más íntimas relaciones, y por lo mismo es contradecir
también el plan de Dios y su voluntad. Usufructuar, en cambio, el don del amor
conyugal respetando las leyes del proceso generador significa reconocerse no árbitros
de las fuentes de la vida humana, sino más bien administradores del plan establecido
por el Creador” (HV, 13).
1. El “Principio”
“En el estado de integridad, podía el hombre cumplir todos los mandatos de la ley. De
lo contrario, en aquel estado hubiera tenido que pecar por necesidad, ya que el pecado
no consiste sino en dejar de cumplir los mandatos divinos” (Santo Tomás de Aquino,
Suma Teológica, I-II, 109, 4).
Génesis 2,18-25:
Cat, nº 2331: “El matrimonio constituye una forma elevada de comunión entre las
personas humanas y una de las mejores analogías de la vida trinitaria. Aún más “el
primer ejemplo de esta comunión es la unión procreativa del hombre y de la mujer,
que refleja la comunión creativa del amor trinitario” (CTI, n. 56). Cuando un hombre y
una mujer unen su cuerpo y su espíritu en una actitud de total apertura y donación de
sí, forman una nueva imagen de Dios. Su unión en una sola carne no responde
simplemente a una necesidad biológica, sino a la intención del Creador que les
conduce a compartir la felicidad de ser hechos a su imagen”.
Enseñanzas:
-2) que tienen unidad de origen: hueso “de mis” huesos, carne “de mi” carne... Eva es
formada a partir de Adán; es parte suya. El texto hebreo dice literalmente que Dios
“edificó (ibhnéh) la costilla en mujer”. tienen unidad de origen.
San juan pablo II enseño que A la luz de este texto, comprendemos que el conocimiento del
hombre pasa a través de la masculinidad y feminidad, que son como dos «encarnaciones» de
la misma soledad metafísica, frente a Dios y al mundo -como dos modos de «ser cuerpo» y a la
vez hombre, que se completan recíprocamente-, como dos dimensiones complementarias de
la autoconciencia y de la autodeterminación, y, al mismo tiempo, como dos conciencias
complementarias del significado del cuerpo. (catequesis sobre el cuerpo) = (Antropología
sobre el cuerpo)
Así, como ya demuestra el Génesis, (2, 23), la feminidad, en cierto sentido, se encuentra a sí
misma frente a la masculinidad, mientras que la masculinidad se confirma a través de la
feminidad. Precisamente la función del sexo, que, en cierto sentido, es «constitutivo de la
persona» (no sólo «atributo de la persona»), demuestra lo profundamente que el hombre, con
toda su soledad espiritual, con la unicidad e irrepetibilidad propia de la persona, está
constituido por el cuerpo como «el» o «ella». La presencia del elemento femenino junto al
masculino y al mismo tiempo que él, tiene el significado de un enriquecimiento para el hombre
en toda la perspectiva de la historia, comprendida también la historia de la salvación. Toda
esta enseñanza sobre la unidad ha sido expresada ya originariamente en el Génesis 2, 23.
(Audiencia General del 21 de noviembre de 1979).
-considera a la mujer inferior al hombre. En los griegos aristoteles le considera como un varón
fallido. Pero en la Sagrada Escritura ambos serán iguales en dignidad, hecho de su propia
naturaleza, es como una participación del corazón.
El encuentro sexual es prohibido por Dios es porque es visto como algo santo.
Hace alusión a la ausencia de vergüenza por el estado de justicia original. Indica una plenitud,
porque no les ocasionaba ningún desorden o perturbación. Enseñanzas:
1) Que sus miradas estaban exentas de malicia. Porque participaban de la visión divina de
las cosas
2) Que eran interiormente libres. No había atracciones desordenadas. Es ausencia de la
concupiscencia.
Revelan es estado de paz del varón y de la mujer cuando estaban en el estado de Justicia
original.
f) A imagen de Dios
Gn 1, 26-27 -Gn 5, 1-2. Se reitera lo que se ha dicho en el primer capitulo. La imagen divina
esta presente en la llamada comunión de las personas. GS 12. Dios no creo al hombre en
solitario, en el principio lo hizo varón y mujer…
GS 12-> “Dios no creó al hombre en solitario. Desde el principio los hizo hombre y mujer (Gn
1,27). Esta sociedad de hombre y mujer es la expresión primera de la comunión de personas
humanas. El hombre es, en efecto, por su íntima naturaleza, un ser social, y no puede vivir ni
desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás”.
g) Sed fecundos
Los hijos son un don de Dios. Fruto de amor conyugal, pero siempre un don al que no se tiene
derecho.
Gn 4, 1
Gn 4, 25
Pío XI: “Hay en el mismo matrimonio natural algo de sacro y religioso, no adventicio sino
innato, no recibido de los hombres, sino inserto por la misma naturaleza” (Casti connubi, 30)
MATRIMONIO Y ESENCIA
Marital es porque la finalidad de esto es para engendrar hijos. Es solo de un hombre y de una
mujer: excluye la poligamia, poliandria, homosexualidad.
Se distingue entre casarse (acuerdo entre hombre varón y mujer) estar casado (se origina
entre aquellos que ya lo han contraído. In facto ese). Casarse (matrimonio in fieri)-- Estar
casado (matrimonio in facto ese).
Mt 19, 4- 5.
el matrimonio "no fue instituido ni establecido por obra de los hombres, sino por obra de Dios;
que fue protegido, confirmado y elevado no con leyes de los hombres sino del Autor mismo de
la naturaleza, Dios, y del Restaurador de la misma naturaleza, Cristo Señor; leyes, por tanto,
que no pueden estar sujetas al arbitrio de los hombres, ni siquiera al acuerdo contrario de los
mismos cónyuges" (Pío XI, Enc. Casti connubii, 31-XII-1930: Dz. 2225).