LOMLOE
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Otro punto de vital importancia dentro de esta línea, tiene que ver con el retorno a la
organización de las etapas de educación según la LOE, con implicaciones en primaria:
mediante el regreso a la organización por ciclos de dos cursos, y por áreas de
conocimiento de carácter global e integrador y en secundaria: manteniendo la
organización de 1º a 3º y estableciendo una diferente en 4º, y recuperando los
Programas de Diversificación Curricular.
Finalmente se incorporan contenidos de actualidad social a las asignaturas de Valores
Éticos relacionados con la segunda línea estratégica. De igual manera se reincorporan
los ejes transversales, es decir teorías multidisciplinares comunes a todas las materias
con contenidos relativos al emprendimiento, pensamiento crítico y científico, respeto
por los compañeros, cooperación y creatividad.
También se lista como punto esencial el uso generalizado de las TICs: buscando la
garantía de acceso a estas para todo el alumnado y eliminando del ámbito escolar las
situaciones de riesgo que puedan darse por un inadecuado uso de las mismas.
Otro punto de gran importancia tiene que ver con la toma en cuenta de los derechos de
la infancia, el fomento de la igualdad a través de la coeducación, la prevención en
violencia de género y el respeto a la diversidad afectivo-sexual, la educación en
desarrollo sostenible entre otros.
Por el contrario, los autores Coll y Martín (2021) muestran una esperanzada opinión
ante la nueva ley, llegando a afirmar que “la LOMLOE proporciona un marco propicio
para acometer el necesario e inaplazable proceso de modernización curricular que
requiere nuestro sistema educativo, especialmente (…) en lo que concierne a la
educación básica” alegando que esta ley dispone de cinco elementos clave en los que se
basa tal afirmación: la distribución de competencias entre el Gobierno y las
Comunidades Autónomas y la petición a las Administraciones educativas a revisarlos de
manera periódica, la posibilidad de organizar los contenidos en ámbitos y la
recuperación de los Programas de Diversificación Curricular, las medidas orientadas a
la obtención del título de ESO, y la autonomía de la que dispondrán los centros. Insisten
en la necesidad de adaptarse a la realidad del siglo XXI, a la sociedad de la información,
que plantea nuevas exigencias de aprendizaje y perfil de salida del alumno. Alegan que
este perfil de salida debe de desarrollarse en un enfoque competencial, basado en los
ocho competencias educativas clave del marco de referencia educativo. Este enfoque
competencial, aunque en la teoría lleva planteado desde la LOE, en la práctica a duras
penas se ha hecho realidad y es necesario que se desarrolle en el día a día de la escuela.
Por otro lado, comentan que para poder garantizar de manera equitativa como mínimo
los aprendizajes básicos, es muy necesario el mayor ajuste posible al alumno, y a su
perfil de necesidades. Esto requiere que la actividad educativa se desarrolle no solo en
centros con autonomía curricular, sino también “con autonomía para ampliar y
profundizar en determinados contenidos, e incluso para abordar otros en función de la
diversidad del alumnado” (Coll y Martín 2021).
Referencias