Tratamiento Obesidad

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Tratamiento de la Obesidad

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El tratamiento de la obesidad debe ser integral y multidisciplinario para
alcanzar y mantener un peso saludable. Pérdidas de peso de al menos un 5-
10% en un período de 6 meses mejora y controla la aparición de otras
enfermedades (comorbilidades) asociadas con la obesidad.

El tratamiento inicial de la obesidad incluye cambios en la pauta alimentaria y


el aumento de ejercicio físico. Junto a estas estrategias y, en función del grado
de obesidad, se pueden administrar fármacos u optar por la cirugía bariátrica
con la finalidad de potenciar la pérdida de peso.

Alimentación. No existe una pauta alimentaria única para bajar de peso. Junto
con el dietista-nutricionista se diseña un plan de alimentación equilibrado y
variado para controlar las calorías, que se individualiza según el grado de
obesidad, la presencia de otras enfermedades, la edad, el nivel de actividad
física y las preferencias de cada persona.

 Reducir el aporte de calorías. La clave para bajar de peso es reducir la


cantidad de calorías que se consumen. Mediante una entrevista
dietética, se pueden revisar los hábitos de consumo de alimentos y
bebidas con la finalidad de estimar cuántas calorías se ingieren y cómo,
y establecer estrategias concretas para reducirlas.
 Elegir alimentos más saludables. Para que la pauta alimentaria sea más
saludable, se debe aumentar la ingesta de productos vegetales como
verduras, hortalizas, frutas, cereales integrales y legumbres. Así como
consumir pequeñas cantidades de grasa, asegurándose de que provienen
de fuentes saludables para el corazón, como el aceite de oliva, los frutos
secos y los pescados azules. El consumo de productos de origen animal
debe ser más minoritario, priorizando aquellos magros como pescados
blancos, carnes blancas y lácteos con bajo contenido graso. Se aconseja
limitar el consumo de carnes rojas y derivados, así como la adición de
sal y azúcar.
 Limitar el consumo de alimentos más calóricos. Los alimentos ricos en
grasas saturadas como embutidos grasos, bollería, pastelería y
precocinados, así como las bebidas refrescantes con azúcar y
alcohólicas, son una manera segura de consumir más calorías, por lo
que limitarlos o eliminarlos por completo de la pauta de alimentación
es aconsejable para empezar a reducir el consumo de calorías.
 Planificar las comidas.
Fraccionando bien las comidas, manteniendo horarios regulares
y equilibrando las tomas.

Ejercicio físico. La actividad física adaptada a las posibilidades de cada persona


y practicada de forma regular contribuye de manera favorable a controlar el
peso, a mejorar los factores de riesgo asociados e influye de manera positiva
en la sensación de bienestar. Para aumentar los niveles de actividad física se
recomienda:

 Programar ejercicio físico. Se recomienda iniciar la práctica de alguna


actividad física al menos 150 minutos por semana e incrementar
gradualmente la duración hasta los 300 minutos por semana o bien
variar a 150 minutos de actividad intensa aeróbica. La actividad
aeróbica se practicará en sesiones de 10 minutos de duración, como
mínimo. Algunas actividades recomendables son caminar a paso
rápido, ir en bicicleta, nadar, hacer aquagym o bailar. Dos veces o más
por semana, se recomienda además programar actividades de
fortalecimiento de los grandes grupos musculares ya sea en circuitos
con el propio peso corporal como con bandas elásticas o mancuernas.
 Reducir el sedentarismo. Estar activos aporta grandes beneficios. Se
recomienda subir escaleras en lugar de coger el ascensor, caminar
o desplazarse en bicicleta en lugar de con el coche, aparcar más lejos de
la puerta, sacar a pasear a la mascota, ocuparse de las tareas domésticas
y del jardín, estar activos en el tiempo de ocio, etc.

Tratamiento farmacológico de la Obesidad


Según las recomendaciones de las sociedades científicas, el tratamiento
farmacológico está aconsejado como adyuvante al tratamiento con
alimentación y ejercicio en personas con un IMC mayor a 30 kg/m2 o a 27
kg/m2 y con, al menos, una enfermedad asociada a la obesidad (dislipemia,
hipertensión e hígado graso).

El objetivo de este tratamiento es ayudar en la adherencia a los cambios de


estilo de vida e inducir y mantener la pérdida de
peso al vencer las adaptaciones biológicas que se producen tras la pérdida de
peso.
El tratamiento requiere indicación y supervisión médica. En España, los
fármacos aprobados como tratamiento de la obesidad son:

 Orlistat comercializado en 1999. Su mecanismo de acción principal es


una reducción a nivel intestinal del 30% de la absorción de la grasa
consumida. Su nombre comercial es Xenical o Alli y la dosis es de 120
mg 1 vez al día. Sus principales efectos adversos son digestivos como
urgencia fecal, flatulencia y heces oleosas.
 Liraglutide comercializado en 2016. Su mecanismo de acción principal,
al ser un agonista del GLP-1 humano con una mayor vida media
comparado con el secretado por el organismo, tiene efectos
anorexígenos, lo que permite regular el apetito. Su nombre comercial
es Saxenda 3 mg, subcutáneo. Una versión con dosis menor de 1,8
mg está aprobada desde el 2012 para el tratamiento de la diabetes tipo
2. Se recomienda empezar con dosis bajas y titular a la
dosis máximas en un plazo de 4-6 semanas para
evitar preferentemente las náuseas. Los principales efectos adversos
son náuseas, diarrea, estreñimiento, vómitos y disminución del apetito.
 Bupropion/naltrexona comercializado en el 2017. Su mecanismo de
acción principal al actuar ambos principios activos sobre zonas del
cerebro que controlan la ingesta y el equilibrio calórico, es reducir la
sensación placentera asociada al consumo de alimentos. Cuando se
administran juntos, disminuyen el apetito y la cantidad de comida
ingerida, a la vez que aumentan el gasto energético. Su nombre
comercial es Mysimba y los comprimidos contienen 7,8 mg de
naltrexona y 78 mg de bupropion. Se recomienda iniciar un
comprimido al día por las mañanas y titular a la dosis recomendada de
2 comprimidos dos veces al día en 4-6 semanas para evitar
preferentemente las náuseas. Los pacientes que siguen este tratamiento
deben someterse a un control regular de la respuesta y tolerabilidad del
medicamento. Debe interrumpirse en caso de que se presenten
determinados efectos adversos como aumento de la presión arterial o si,
a los 4 meses del tratamiento, no se ha perdido, al menos, un 5% del
peso corporal inicial. Actualmente, se considera que es un fármaco que
tiene una relación beneficio-riesgo desfavorable.

Tratamiento quirúrgico de la Obesidad


La cirugía bariátrica (CB) es un conjunto de procedimientos quirúrgicos para
el tratamiento de la obesidad grave. Actualmente, la cirugía bariátrica es el
único tratamiento efectivo para alcanzar una pérdida de peso importante y
sostenida en el tiempo.
Si bien las técnicas de cirugía bariátrica continúan en evolución, en nuestro
medio las más comunes en la actualidad son:

Gastrectomía tubular. Consiste en eliminar, aproximadamente, el 80% del


estómago por lo que el estomago sobrante adquiere una forma tubular
(parecido a una banana). Entre los mecanismos postulados de pérdida de peso
de esta técnica están: la disminución significativa de la ingesta de alimentos
que se pueden consumir (y, por lo tanto, calorías) al reducir el volumen
(capacidad) del estómago y el efecto que tiene la cirugía sobre las hormonas
gastrointestinales que impactan en una serie de factores que incluyen el
hambre y la saciedad.

Bypass gástrico. Considerado el “gold estándar” de la cirugía bariátrica. La


configuración de esta técnica es altamente efectiva ya que incluye un
componente restrictivo con limitación de la ingesta oral y malabsortivo con
limitación de la absorción calórica. Otro mecanismo propuesto de pérdida de
peso es que, al desviar el paso de los alimentos de la porción proximal del
intestino delgado, se producen cambios en las hormonas gastrointestinales que
promueven la saciedad y suprimen el hambre.

Cruce duodenal o derivación bilio-pancreática. Consiste en realizar, por un lado,


una gastrectomía tubular y, por otro lado, un bypass bilio-pancreático
mediante el cual las secreciones digestivas se derivan al final del intestino
delgado (100 cms) lo que altera de manera importante la absorción de los
alimentos. Al ser una técnica más malabsortiva se consigue una pérdida de
peso mayor comparado con las dos técnicas previas, pero también puede tener
más riesgo de complicaciones como diarrea, deficiencias nutricionales y
desnutrición proteico-calórica.
Tratamiento psicológico cognitivo- conductual de la Obesidad
Los factores psicológicos contribuyen al desarrollo y/o mantenimiento del
sobrepeso y la obesidad. También dificultan el inicio de un tratamiento de
pérdida de peso y su mantenimiento.

Por un lado, algunas personas comen más y de manera menos saludable


cuando se encuentran bajo estados emocionales negativos, como
la ansiedad o la tristeza. Comer puede actuar como un mecanismo para
afrontar determinadas situaciones que, aunque inicialmente pueda aliviar
emociones negativas, finalmente acaba siendo problemático. Por otro lado, las
personas con obesidad tienen un riesgo mayor de presentar alteraciones
psicológicas. Las más frecuentes son los trastornos depresivos, de ansiedad,
de la conducta alimentaria y los relacionados con el uso de sustancias.
Además, tienden a sufrir dificultades de autoestima, de autoimagen y en las
relaciones con los demás.

La psicoterapia más eficaz es la cognitivo-conductual. El objetivo principal


del tratamiento de la obesidad es ayudar al cambio, a la adquisición y al
mantenimiento de conductas que permitan, además de una reducción de peso
y su mantenimiento, mejorar el funcionamiento psicosocial del paciente.
Identificar qué situaciones, externas o internas (mentales o emocionales)
predisponen a comer de manera poco adaptativa y dotar al paciente de
estrategias conductuales, emocionales y cognitivas que le permitan tener una
relación más saludable con la comida.

En esta terapia se utilizan técnicas para el manejo de la ansiedad, para la


resolución de problemas, para el control de estímulos, para el autocontrol y
para la reestructuración cognitiva, entre otras.

Nuevas terapias
A pesar de que la epidemia de la obesidad es principalmente explicada por
factores ambientales como la ingesta de dieta de elevado contenido calórico y
un estilo de vida sedentario, el descubrimiento de otros factores, como la
alteración de la microbiota o factores genéticos han abierto la posibilidad de
nuevas vías terapéuticas.

En relación al tratamiento farmacológico, la investigación científica dirige su


objetivo en 3 mecanismos: disminución de la ingesta de calorías/absorción,
aumentar el gasto de energía y modular el depósito de grasa en el organismo.

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