La Iglesia Primitiva

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Después de la resurrección y de la ascensión de Jesús al cielo; Jerusalén es escenario de la

formación del núcleo cristiano más antiguo de la historia. Allí vino sobre los discípulos el Espíritu
Santo el día de Pentecostés, y allí se dieron los primeros pasos para la organización de la iglesia.
La persecución contra los cristianos desencadenada tras el martirio de Esteban obligó a muchos de
ellos a salir de Jerusalén y dispersarse «por las tierras de Judea y de Samaria». Este hecho vino a
favorecer la propagación del evangelio, que ya por entonces había alcanzado diversos puntos de
Siria y Palestina. En tiempo en el cual se desarrolló la iglesia primitiva fue desde el año 33 en que
murió Cristo hasta el 476 en que cayó el Imperio Romano de Occidente; luego de este período
viene la Edad Media, desde el año 476 hasta 1517, en el cual comienza la reforma protestante y
finalmente, la Edad Moderna, desde el año 1517 hasta nuestros días. Dios, en el camino de
Damasco, había llamado a Saulo de Tarso, para hacer de él <<<instrumento escogido para llevar»
el nombre de Jesús a los gentiles. Por otro lado, los creyentes «que habían sido esparcidos a causa
de la persecución... pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía», y de este modo se abrieron las
puertas al evangelio en lugares hasta entonces totalmente paganos.
La iglesia juega un papel importante en el plan de Dios para la salvación del hombre. El propósito y
planeamiento que la trajo a la existencia son un asunto de registro Divino. Un correcto
entendimiento de estos hechos lo ayuda a uno a contestar muchas doctrinas falsas con respecto a
la iglesia. En esta lección aprenderemos el tiempo de su establecimiento, el lugar de
establecimiento, y el fundamento de la iglesia. Veremos que los profetas del Antiguo Testamento
tenían en mente a la iglesia; que los términos iglesia y reino a menudo son usados
intercambiablemente en el Nuevo Testamento. Adicionalmente las diferentes formas de
pensamiento dentro del cristianismo que de una manera u otra generó controversias de gran
envergadura, que en algunos casos han sobrevivido en nuestros tiempos.

Se conoce como Iglesia primitiva a los tres primeros siglos de la historia de las distintas
comunidades cristianas que aparecieron en el mundo mediterráneo después de la muerte de
Jesús, cerca del año 30, hasta el Concilio de Nicea, convocado por el emperador Constantino en el
año 325. Este periodo se caracteriza por la lenta transformación del cristianismo de una secta judía
a una religión de carácter universal, la definición del canon de escritura, los distintos periodos de
persecución (unos más intensos que otros) y las múltiples controversias alrededor de los temas
que habrían de constituir la ortodoxia cristiana, como la naturaleza de Cristo, los medios de la
salvación, la naturaleza del sacerdocio y la relación de las tres personas de la Trinidad. Este
periodo puede ser dividido en tres grandes momentos: una primera expansión (30-125), la
transformación de secta a Iglesia (125-250) y las persecuciones y legalización (250-325).

Después de la muerte de Cristo apareció un gran número de comunidades de seguidores de sus


enseñanzas y las de Pablo de Tarso. Este periodo inicial se encuentra caracterizado por la obra de
profetas carismáticos, los cuales se encargaban de llevar el mensaje a las distintas ciudades de la
cuenca del Mediterráneo. Se trataba de pequeños grupos sin una formación jerárquica y legal
uniforme a todas las iglesias. En estos años, la principal controversia giraba alrededor de la
posibilidad de que los gentiles pertenecieran a la nueva secta, lo cual parecía contraponer las
enseñanzas de la Iglesia de Jerusalén. Esta situación quedó zanjada con la destrucción de la
comunidad en el año 70, cuando los romanos asediaron Jerusalén y arrasaron el templo. Aun así,
la secta fue capaz de recomponerse a esta catástrofe con la producción de textos propios, como
los cuatro evangelios, el Evangelio de Tomás, los Hechos de los Apóstoles y las cartas originales de
Pablo. Así mismo generaron una tradición, una creciente vinculación a medios helenísticos y la
formación de un episcopado monárquico en las distintas iglesias. Por esta época, el naciente
cristianismo era una secta judía, que en las décadas siguientes se constituiría en religión
independiente y diferenciada.

Desde comienzos del siglo II a mediados al siglo III se observa un proceso de transformación de las
sectas cristianas a una Iglesia con redes de comunicación e instituciones que facilitaban su
incorporación a la sociedad imperial. Para el efecto, se expandieron en las grandes ciudades
imperiales, como Alejandría y Cartago, y aparecieron los apologistas que dan forma a lo que podría
llamarse una “filosofía cristiana”, tales como Justino Mártir, Orígenes, Clemente de Alejandría,
Hipólito de Roma y Eusebio de Cesárea. Sin embargo, con la formación de la Iglesia cristiana
empezaron las discusiones sobre los preceptos doctrinales, lo que llevó a la aparición de
movimientos que luego serían catalogados de heréticos, como el gnosticismo, el montanismo, el
cisma marcionita y el docetismo.

Precisamente, fue la necesidad de hacer frente a estas nuevas ideas lo que permitió el
perfeccionamiento de la estructura eclesiástica: se fortaleció el episcopado monárquico ante el
episcopado múltiple en todas las diócesis; aumentó la profesionalización de los presbíteros, de
modo que pudieran defender más fácilmente la tradición eclesiástica; y se incrementaron las
relaciones intereclesiásticas por medio de la convocatoria de sínodos y concilios. Entre sus
resultados, se formó un canon definido de escritura que hiciera frente a las ideas heterodoxas.

La crisis del siglo III vio un incremento de la Iglesia en la medida que individuos buscaban en esta
nueva religión un consuelo espiritual a las dificultades terrenales que la tradición pagana no podía
proveer. Sin embargo, esto llevó también a una creciente persecución por parte de las autoridades
imperiales, siendo las más brutales las adelantadas por los emperadores Decio (249-251) y
Diocleciano (284-305), las cuales mermaron los números de cristianos pero no lograron
desmantelar la Iglesia, lo que es testimonio de su proceso de institucionalización. La situación del
cristianismo se estabilizó finalmente con la conversión de Constantino en el 312, antes de la
Batalla del Puente Milvio, y su legalización con el edicto de Milán en el 314. A partir de ahí, la
Iglesia y el Estado entrarían en una condición de coexistencia y cooperación creciente hasta la
oficialización del cristianismo como única religión del Imperio en el edicto de Tesalónica, en el 380.
La Iglesia primitiva se idealizó posteriormente como la época de oro, en la que había primado el
evangelio sobre el poder, y en la cual no se habían institucionalizado tan radicalmente los dogmas.
Durante el período de los Primeros Cristianos surgió una variedad de ideas y desarrollos que,
eventualmente, fueron considerados heterodoxos por la opinión mayoritaria dentro de la Iglesia.
El Nuevo Testamento menciona negativamente a dos de estos grupos:

Simón el Mago, que es mencionado en el libro de los Hechos de los Apóstoles.


Nicolaítas, un grupo mencionado dos veces en el Apocalipsis de San Juan.
Durante los siglos posteriores surgieron muchas otras doctrinas y comunidades consideradas
heterodoxas, o herejías, entre las que cabe mencionar:
Gnosticismo, un conjunto de sistemas religiosos caracterizados por su rechazo del mundo
material, y la búsqueda de una vida pura y espiritual basada en el conocimiento (gnosis).
Postulaban la existencia de un dios bueno, creador del espíritu, y un dios malo, creador de la
materia. Dentro de las religiones gnósticas con mayor o menor grado de elementos cristianos se
encuentran: los Setianos, los Ofitas, el Valentinianismo, los Basilideanos, y los seguidores
de Cerinto, entre otros. Además las religiones del Maniqueísmo y el Mandeísmo se clasifican como
sistemas de características gnósticas.

Docetismo, la idea de que el Logos no podía encarnarse realmente, sino que el cuerpo de
Jesucristo era una apariencia.

Marcionismo, un grupo cristiano nacido en Roma en el año 144, bajo la premisa de rechazar
radicalmente cualquier nexo con el judaísmo, en particular se negaba a reconocer al Antiguo
Testamento como escrituras sagradas. El Marcionismo también se clasifica dentro del docetismo
por afirmar que Jesucristo era tan divino que no podría haber sido carne, sino que su cuerpo era
una apariencia. Además se lo considera un sistema gnóstico ya que propone un dios bueno,
creador del espíritu (el dios de Jesucristo); y un dios malo creador de la materia (el dios de los
Judíos del Antiguo Testamento).

Adopcionismo, la doctrina de que Jesucristo era un ser humano común y corriente, y fue
luego adoptado por Dios y elevado a la categoría divina.

Arrianismo, la idea de que el Logos no era eterno sino creado por Dios Padre y posteriormente
elevado a una categoría divina.

Apolinarismo, doctrina surgida como reacción inversa al arrianismo, postula que Cristo tenía
cuerpo humano pero no un alma, sino que el Logos cumplía las funciones del alma.

Una característica del Cristianismo Primitivo es la ausencia de la Biblia tal como se conoce hoy día
con un Antiguo Testamento y un Nuevo Testamento bien definidos y recopilados en un
solo volumen.

Los primeros cristianos generalmente utilizaban y reverenciaban la Biblia Judía como su libro
sagrado, fundamentalmente a través de la traducción griega Septuaginta, que es citada
literalmente por los apóstoles en los escritos canónicos, particularmente por Pablo de Tarso. Más
tarde esta versión de la biblia fue utilizada por los Padres Apostólicos y por muchos otros
escritores cristianos posteriores de habla griega.

En cambio el Nuevo Testamento con los 27 libros actualmente aceptados no quedó fijo sino hasta
fines del siglo iv y principios del v, o sea unos cien años después de terminado el período del
cristianismo primitivo, y unos 70 años después de la muerte de Constantino, el primer emperador
cristiano. De hecho hay que esperar hasta el año 367 para hallar por primera vez una lista de libros
que coincida exactamente con el Nuevo Testamento actual, sin agregar ni quitar nada.

Si bien la mayoría de los primeros cristianos aceptaron los cuatro evangelios, hubo muchas dudas
acerca de incluir o excluir distintas epístolas y el Apocalipsis. Además muchos cristianos dieron por
canónicos ciertos textos que hoy no se incluyen en la Biblia, tales como el Evangelio de Santiago,
la Didaché, la Epístola de Clemente, el Pastor de Hermas, etc.
Era también común la transmisión de resúmenes, citas sueltas, y armonizaciones de los
evangelios combinando los distintos textos en una sola narración continua: de hecho
el Diatessaron de Taciano (siglo ii) fue durante muchos años la única versión de los evangelios
hallada en Siria hasta la traducción Peshitta del siglo v.

El culto comunitario del cristianismo primitivo comparte algunas características con el de la


sinagoga tales como el canto de los salmos y las lecturas de la Biblia, pero agrega el elemento
central de la eucaristía, una ceremonia sacrificial y memorial de la Última Cena que en los
primeros cien años de cristianismo era precedida habitualmente de una comida comunitaria
denominada ágape. Si bien el culto público se celebraba los domingos, la práctica del cristianismo
incluía hacer oración todos los días, en particular el Padre Nuestro, y hacer ayuno los miércoles y
viernes.

QUE INFLUENCIA TIENE EN LA IGLESIA DE HOY:

Cuando retrocedemos en la historia y vemos hacía la Iglesia primitiva, podemos observar una
Iglesia poderosa (llena del Espíritu Santo), unida,perseguida pero sobre todo fervorosa en la
comunión con Cristo y en la oración.

La iglesia actual cuenta con beneficios como no se han observado en la historia de la iglesia misma.
La proliferación de medios de comunicación y el avance tecnológico, han hecho que la
propagación del evangelio sea mucho más práctica, cómoda y versátil.

La iglesia primitiva ejerce influencia sobre la iglesia actual en lossiguientes aspectos:

1.- PREDICACION

Expresaban de manera pública y abierta en las plazas y calles etc. Que la única fuente de salvación
era Jesucristo, a pesar de las limitaciones que existían para poder ejercer este derecho, utilizaron
el medio de expresión pública de su mensaje. Hechos 1:15; Hechos capitulo 4.

El sermón de Pedro el Día de Pentecostés (Hch 2:14-36) y el discurso de Esteban (Hch7), son
ejemplos excelentes del contenido de la predicación bíblica de la Iglesia primitiva.

La predicación de la Palabra de Dios conlleva un peso de autoridad divina. Dios siempre respalda
Su palabra. "…porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra" (Jer 1:12). Su predicación
también producirá fe, como ninguna otra cosa, en los que la escuchan. "Así que la fe es por el oír, y
el oír, porla palabra de Dios" (Ro 10:17).

La predicación exalta el nombre de Jesucristo. Él fue, es y será el tema central del mensaje de la
Biblia. Los apóstoles citaron todas las profecías relacionadas con Él. Demostraron cómo la Palabra
de Dios había predicho Su venida y la manera en que cumplió todas éstas. Demostraron
claramente que Jesús era verdaderamente el Hijo de Dios.

Su predicación anunciócon precisión el Señorío y autoridad que el Padre había depositado en Su


Hijo.

2. AUTORIDAD ESPIRITUAL
Los líderes de la Iglesia primitiva, tenían una conciencia muy profunda de la autoridad que Dios
había puesto sobre ellos a través de Jesús. Él les había dicho claramente: "…todo cuanto pidiereis
al Padre EN MI NOMBRE, os lo dará" (Jn 16:23). Cristo les había otorgado un "poder notarial",
underecho legalmente constituido para actuar en Su Nombre, para operar en Su lugar.

Ellos tuvieron su primera oportunidad para usar su autoridad recién conferida, cuando se
enfrentaron con un paralítico, cojo de nacimiento. Leamos lo que dice Hechos 3:6 al respecto: "No
tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y
anda".

3. INSPIRACION DEL ESPIRITU SANTO

Los discípulos habían sido investidos del Espíritu Santo en el aposento alto. Esta experiencia les
transformó de por vida. Fueron hombres diferentes cuando salieron de aquel lugar.

Uno de los cambios más extraordinarios ocurridos, fue la nueva intrepidez que manifestaron.
Pedro fue el primer ejemplo.

Antes de Pentecostés, había estado atemorizado y actuando cobardemente, asustado de confesar


aún que conocía a Jesús, temeroso de admitir delante de una joven sirvienta que era Su seguidor.

4. SEÑALES Y MILAGROS:

La Iglesia primitiva tuvo una poderosa influencia en las comunidades a través del excelso
ministerio de los milagros que Dios obraba entre ellos (Hch 5:12). Los milagros dramatizaban la
presentación del Evangelio.

Los milagros confirmaban la verdad del mensaje.

Los milagros atraían las multitudes (Hch 5:14).

Los milagros convencían a los pecadores de que aquella obra era realmente de Dios.

Este énfasis sobre los milagros, señales y maravillas, era una de las llaves vitales, con la cual, la
Iglesia abría las puertas hacia el mundo pagano. El Evangelio se extendió con gran rapidez durante
aquellos años debido a la autoridad evidente de un ministerio confirmado por los milagros. Éstos,
son todavía parte esencial del Evangelio. El argumento de algunos de que los milagros ya no
atraen o convencen por la sencilla razón de que las personas son demasiado sofisticadas, no es
uno comprobado.Las secciones de la Iglesia que hoy están experimentando y teniendo el mayor
impacto sobre el rápido crecimiento, son principalmente los grupos que ejercen o practican el
ministerio de los milagros.

5. ENSEÑANZA:

El mensaje de la Iglesia primitiva era relativamente sencillo; ellos predicaban y enseñaban a Jesús
(Hch 5:42). Su mensaje no estaba complicado con el énfasis denominacional. No estaba diluido, ni
comprometido por las doctrinas modernas. Su enseñanza no estaba compuesta de teorías
teológicas. No enseñaban una doctrina, sino mas bien la introducción de una persona (a
Jesucristo).
Si hacemos las comparaciones, podemos decir que entre una y otra iglesia dista años luz, en el uso
de los medios para propagar el evangelio. Aunque el mensaje es el mismo solo Cristo Salva y es la
solución para la vida de la humanidad, las diferencias y los efectos son muy lejanos a los de la
iglesia primitiva.

Nuestra iglesia ha utilizado todos los medios modernos existentes, pero han caído en la
competencia y desunión. La misma iglesia se ha acomodado y ha dejado de dar testimonio
personal. Todo mundo se dice llamar cristiano y se ha perdido el sentido del evangelismo personal,
el testimonio de cambio y la pasión por predicar el evangelio.

Los medios modernos no son malos, pero si no reflexionamos en cuanto el sentido de utilizarlos
para propagar la palabra de Dios sin dejar de hacerlo de manera personal. Estaremos perdiendo
terreno en lugar de ganarlo.

Lo que si es cierto es de que debemos utilizar todos los medios existentes para predicar a un Cristo
vivo, que cambia y perdona pecados

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