ALIIDES Cooperación para El DS
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Introducción
En el principal documento de debate de la presente Reunión
Consultiva Regional no se hace referencia alguna a la Alianza para el
Desarrollo Sostenible de Centroamérica (ALIDES). La novedad radica
en que, por primera vez, y de conformidad con lo establecido en el
Programa 21, se ha concebido una estrategia integral de desarrollo
sostenible en Centroamérica cuyo objetivo es promover la
sostenibilidad política, económica, social, cultural y ambiental de las
sociedades de esa subregión.
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Sobre la base de un documento presentado por el Sr. Mario Rietti, Delegado Presidencial ante el Consejo Centroamericano de
Desarrollo Sostenible y Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Desarrollo Sostenible (CONADES) de Honduras, en la
Reunión Consultiva Regional.
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Como las conclusiones más importantes demuestran que el discurso político de Río de
Janeiro (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, 1992),
Barbados (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible de los Pequeños
Estados Insulares en Desarrollo, 1994) y Santa Cruz de la Sierra (Cumbre de las Américas, 1996)
aún no se ha traducido en políticas efectivas e iniciativas prácticas en el plano nacional, se espera
que este documento de trabajo sobre la ALIDES contribuya positivamente a las deliberaciones de
la presente reunión así como a la red de instituciones y personas que habrán de crearse para
fortalecerlos vínculos entre la Comisión sobre Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, la
Comisión Interamericana de Desarrollo Sostenible de la OEA y las subregiones del Caribe,
América del Sur y Centroamérica.
En la evaluación regional sobre las estrategias de desarrollo sostenible de América Latina y
el Caribe en el contexto mundial, elaborada como principal insumo para la presente reunión, se
analizan los indicadores de vulnerabilidad y los principales indicadores de desarrollo humano y
desarrollo sostenible de esta región, haciendo hincapié en la eficiencia ecológica de la industria y
en el turismo sostenible, especialmente en el Caribe, México, Argentina y Colombia.
El Programa 21 está estructurado en 40 capítulos, divididos en cuatro áreas programáticas:
• Las dimensiones económicas y sociales del desarrollo sostenible;
• La conservación y gestión de los recursos para el desarrollo;
• El fortalecimiento de los grupos principales para los que se proponen medidas que
aseguren un desarrollo sostenible y equitativo; y
• Los medios de ejecución.
Estas áreas programáticas proporcionarán datos sobre:
• los recursos financieros y los mecanismos de ejecución;
• la difusión de tecnologías ambientales adecuadas;
• la generación de ciencia y tecnología para el desarrollo sostenible;
• la promoción de la protección ambiental;
• el desarrollo de la capacidad de gestión nacional para el desarrollo sostenible;
• el establecimiento de instrumentos y mecanismos de derecho internacional; y
• el mejoramiento del acceso a la información para el proceso de adopción de decisiones y
la elaboración de indicadores de desarrollo sostenible.
Para complementar el análisis de los capítulos 8, 28 y 37 del Programa 21, realizado en el
principal documento de debate de esta reunión, debemos recordar que en la primera área
programática del Programa 21 se proponen las siete obligaciones siguientes de desarrollo sostenible
con respecto a las dimensiones económicas y sociales:
• Acelerar el desarrollo sostenible de los países en desarrollo, mediante la cooperación
internacional, estableciendo un sistema comercial abierto, justo y seguro;
• Integrar las políticas de desarrollo con la gestión sostenible y la erradicación de la
pobreza;
• Modificar los patrones de consumo para hacerlos sostenibles;
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Presidente del Banco Mundial, teniendo en cuenta las características específicas estructurales,
humanas, físicas y estratégicas de Honduras.
El concepto de estrategia de desarrollo sostenible es reciente y sus antecedentes están
vinculados con un modelo de desarrollo cuyo objeto es superar el retraso imperante desde la
segunda guerra mundial, caracterizado por un crecimiento económico basado en la evolución del
producto nacional bruto y en el ingreso por habitante. Este concepto de desarrollo, considerado
como sinónimo de crecimiento, progreso, evolución e industrialización, dio lugar a la creación, en
1948, del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), mejor conocido como Banco
Mundial, y luego a la creación, en 1959, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de otros
bancos regionales y subregionales.
En este contexto, para el Primer Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
correspondiente al periodo 1961-1970, se fijó como objetivo un incremento de 5% del PIB y, para
el Segundo Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo, correspondiente al periodo 1971-
1980, un incremento de 6%. Así, en la Carta de Punta del Este, que sirvió de base para la Alianza
para el Desarrollo, se planificaron tasas de crecimiento económico anual superiores a 5%, pero
éstas no pudieron lograrse.
En el informe titulado Los Límites del Crecimiento, presentado al Club de Roma en 1972, se
expuso por primera vez la idea de que la explotación abusiva del medio ambiente era una amenaza
al crecimiento económico. Posteriormente, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Humano, celebrada en Estocolmo, Suecia, en 1972, se presentó el concepto de
sostenibilidad ecológica junto con el de desarrollo económico y social. Desde entonces se ha hecho
cada vez más evidente que el desarrollo sostenible es un proceso político y social que abarca todo
los aspectos de la vida, en forma armoniosa y equilibrada con la conservación del medio ambiente
y los recursos naturales, en una concepción tridimensional del desarrollo.
Como se ha señalado en la Introducción, el Programa 21 no sólo constituye un programa de
acción en favor del desarrollo sostenible sino que en él se exhorta a fortalecer la participación
pública de los grupos sociales principales en el desarrollo sostenible y en los mecanismos de
ejecución. En este contexto, se crearon la Comisión para el Desarrollo Sostenible de las Naciones
Unidas, el Consejo para la Tierra y varios consejos nacionales de desarrollo sostenible.
La ALIDES y el Programa 21
En Centroamérica, estos compromisos internacionales dieron lugar a la creación de la
ALIDES, una estrategia integrada para la promoción del desarrollo político, económico, ambiental,
cultural y social de la región. Para la ALIDES, el concepto de desarrollo sostenible es un proceso
de cambio progresivo de la calidad de la vida humana, que se ubica en el centro del desarrollo,
considerándola el sujeto primordial de aquel. Este proceso se logra mediante un crecimiento
económico con equidad social y una transformación de los métodos de producción y de los
patrones de consumo, fundada en el equilibrio ecológico y la base vital de la región. Supone el
respeto a la diversidad étnica y cultural, regional, nacional y local y el fortalecimiento de la
participación ciudadana, en un marco de convivencia pacífica y de armonía con la naturaleza, sin
poner en riesgo –y de hecho, garantizando– la calidad de vida de las generaciones futuras.
En la Declaración de Guácimo, firmada por los Presidentes de Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá y por el Primer Ministro de Belice, en Guácimo,
Limón, Costa Rica, el 20 de agosto de 1994, se propone un compromiso firme con una estrategia de
desarrollo sostenible y con un programa de medidas concretas, con objetivos y un cronograma bien
definidos. Posteriormente, en la Cumbre Ecológica Centroamericana para el Desarrollo Sostenible,
celebrada en Managua, Nicaragua, en octubre de 1994, los Presidentes de Centroamérica y el
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En la segunda etapa, iniciada en la década de 1990, las bases del Consenso de Washington se
ampliaron a las esferas social y ambiental y otras esferas conexas. Así, se inició una combinación
de nuevas operaciones de crédito dirigidas a reducir la pobreza y financiar programas de inversión
social, reformar los sistemas de enseñanza y de salud, mejorar los servicios sociales y realinear la
práctica de los subsidios con la protección, el desarrollo de los ecosistemas, etc.
En este contexto, los programas de reforma del Estado y de reforma institucional en los
mercados se ampliaron a fin de incluir las funciones legislativa y judicial. Empleando un paradigma
y un punto de partida distintos –basados en incentivos que dieran una nueva orientación a la
reforma del sector público– el nuevo programa del FMI, el Banco Mundial y el BID estaba dirigido
a cumplir los once mandamientos del crecimiento económico sostenible aprobados por el FMI y el
Banco Mundial en septiembre de 1996 en Washington DC.
Estos mandamientos tienen mayor alcance y son más audaces con respecto a la reforma fiscal
y a los aspectos generales de la reforma estructural y su objetivo es mejorar la eficacia de las
políticas macroeconómicas, promover la creación de empleos y neutralizar los riesgos de la
globalización. Con respecto a la reforma del Estado, los gobiernos deben demostrar que no
tolerarán la corrupción y se concentrarán en las tareas esenciales a fin de generar confianza en los
ahorristas e inversionistas privados, facilitando de esta manera el funcionamiento ordenado de la
economía con el objeto de lograr el desarrollo sostenible.
La Declaración sobre la Alianza para el crecimiento sostenible de la economía mundial
refleja un consenso universal sobre la democracia, la ética y la transparencia del desarrollo
sostenible y afirma que promover el buen gobierno en todos sus aspectos, garantizar el imperio de
la ley, asegurar que el sector público sea más eficiente y rinda cuenta de sus actos y luchar contra la
corrupción son condiciones esenciales para que los países logren una prosperidad económica
duradera.
Posteriormente, en el Informe sobre el Desarrollo Mundial 1997 del Banco Mundial,
dedicado por entero al papel del Estado, se brinda una buena actualización sobre la reforma del
Estado, desde una perspectiva institucional, y una visión realista de los problemas de la
gobernabilidad y la democracia. Al revisar el papel del Estado, lo que “produce” y “cómo lo
produce”, se señala que el Estado democrático debería ser, en lo posible, un facilitador del
mercado, que proporcione al electorado los productos que éste exige, de manera eficiente, eficaz y
honesta.
Esta caracterización abarca todo aquello que los politólogos esperarían de un buen gobierno
en cuanto a la capacidad de adoptar decisiones, la capacidad de respuesta y las aptitudes y lo que
esperarían los economistas en relación con la estabilidad macroeconómica, la fijación de
prioridades estratégicas y la prestación eficiente y oportuna de los servicios.
En una exposición realizada en octubre de 1998 por el Presidente del Banco Mundial ante las
Juntas de Gobernadores del Banco y del FMI, éste sostuvo que “el desarrollo es más que la
reforma” y continuó diciendo que: “Vemos que en la economía global de hoy los países pueden
evolucionar hacia una economía de mercado, privatizar, dividir los monopolios estatales y reducir
los subsidios del Estado, pero si no combaten la corrupción e implantan prácticas de buen gobierno,
si no crean redes de seguridad social, si no cuentan con un consenso político en favor de la reforma
y no logran que la gente los siga, el desarrollo corre peligro y no podrá perdurar. Vemos que en la
economía global de hoy, los países pueden atraer capitales privados, desarrollar sistemas bancarios
y financieros, generar crecimiento, invertir en la gente –o en parte de la población– pero si
marginan a los pobres, a las mujeres, a las minorías indígenas, si no realizan una política de
inclusión, también se pondrá en peligro el desarrollo y éste no será duradero... Nunca debemos
olvidar que corresponde al gobierno y al pueblo decidir cuáles deben ser las prioridades”.
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• Intensificar los esfuerzos para reducir la deuda externa de los países de la región.
Teniendo en cuenta las prioridades regionales de reducir la vulnerabilidad ecológica y social,
las metas de corto y mediano plazo del Plan Maestro de Reconstrucción y Transformación
Nacional y los conflictos existentes entre el actual estilo de desarrollo y el medio ambiente, nos
enfrentamos con la necesidad de focalizar la atención en forma integrada en las principales cuencas
hídricas del país y de ejecutar el Plan de Gobierno de la Nueva Agenda de Honduras, de
conformidad con el decálogo del Presidente y el Compromiso Nacional de Integridad para el
Desarrollo Sostenible de una Nueva Honduras de noviembre de 1998.
Para lograr la reconstrucción y la transformación, haciendo hincapié en la transparencia y el
buen gobierno, este compromiso representa un auténtico consenso nacional sobre los temas más
sensibles de la ética y la transparencia en el desarrollo sostenible cuyo objetivo sea reforzar la
descentralización de las funciones y facultades del gobierno, con la participación activa de la
sociedad civil.
A esos efectos, el análisis de las cuencas hídricas de Honduras y la situación del desarrollo
sostenible tras el huracán Mitch representan un aspecto fundamental de la Estrategia Nacional de
Desarrollo Sostenible que el Consejo Nacional de Desarrollo Sostenible está armonizando con el
apoyo del Colegio de Economistas de Honduras, el Colegio Nacional de la Defensa y otras
asociaciones profesionales, en el marco de un programa de descentralización y regulación del uso
de la tierra, con el objeto de promover el respeto a los derechos humanos como objetivo
permanente del Plan Maestro.
Buena parte de los daños provocados por el huracán Mitch están vinculados con la gran
vulnerabilidad del país. En buena medida, ésta es el producto de la aplicación de modelos de
desarrollo inadecuados, el desorden en materia de ocupación de la tierra y las deficiencias en
cuanto al diseño y ubicación de la infraestructura.
En este contexto, la Estrategia Nacional de Desarrollo Sostenible representa una propuesta
sobre el país, en el marco de una alianza entre el Consejo Nacional de Desarrollo Sostenible, el
Colegio de Economistas de Honduras y otros sectores académicos, profesionales y empresarios,
basada en un concepto integral de las principales cuencas hídricas del país y en estrategias,
mecanismos de ejecución, marcos institucionales, premisas operativas e instrumentos de
seguimiento y evaluación sectoriales.
Para analizar y armonizar esta Estrategia mediante el proyecto conjunto del Consejo
Nacional de Desarrollo Sostenible y la Comisión Interamericana de Desarrollo Sostenible de la
OEA sobre Participación Pública y Estrategia Nacional de Desarrollo Sostenible, se realizaron
varios seminarios y talleres con miembros del Consejo Nacional de Desarrollo Sostenible y grupos
de la sociedad civil que han suscrito el Compromiso Nacional de Integridad para el Desarrollo
Sostenible de una Nueva Honduras.
En el taller sobre Participación Pública Nacional de Desarrollo Sostenible en el Sector
Forestal, realizado en septiembre de 1999 en La Ceiba, participaron los miembros de los dos
colegios profesionales forestales, los funcionarios de la Administración Forestal del Estado, los
alcaldes del Departamento de Atlántida, el Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico y
representantes del sector académico, las empresas y las organizaciones de desarrollo privadas que
integran el Consejo Nacional de Desarrollo Sostenible. En el informe publicado por el Consejo, se
exponen las principales conclusiones y recomendaciones, así como estrategias de acción para el
sector forestal y el papel desempeñado por las cuencas de captación en el desarrollo sostenible, en
el marco de un plan integral para los recursos forestales.
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sus metas. Esto significa incorporar la solidaridad a las redes de relaciones recíprocas entre la
economía, la política y los problemas sociales, que se han ido ampliando como resultado de la
globalización. “Estos procesos exigen una revisión de los conceptos de cooperación internacional
en términos de una nueva filosofía de la solidaridad. Pensada como germen de paz, la cooperación
no puede reducirse a la ayuda y a la asistencia, menos aún buscando las ventajas del rendimiento de
los recursos puestos a disposición. En cambio, la cooperación debe expresar en un compromiso
concreto y tangible de solidaridad, de tal modo que haga de los pobres protagonistas de su
desarrollo y permita al mayor número posible de personas fomentar, dentro de las concretas
circunstancias económicas y políticas en las que viven, la creatividad propia del ser humano, de la
que depende también la riqueza de las naciones. ”
Introducción
Durante la última década, el CARICAD ha intensificado sus esfuerzos para promover
estrategias de cooperación para el desarrollo entre sus asociados y dentro de sus propios países
miembros. Para tal fin, el Centro ha colaborado con varias organizaciones y asociaciones de
desarrollo sobre iniciativas conexas. Hasta ahora, se han realizado actividades como la
implementación del proyecto PNUD/BDC (Banco de Desarrollo del Caribe) del Programa
“Capacidad 21”, el encargo de estudios de caso sobre prácticas óptimas en la región y una encuesta
para evaluar las necesidades de un programa de asistencia en los PEIDs. El Centro, teniendo
presente que su interés primordial es la reforma del sector público para un desarrollo humano
sostenible, sigue promoviendo y realizando actividades afines.
El presente artículo reseña la experiencia del CARICAD en implementar iniciativas
destinadas a fortalecer la cooperación regional/subregional. En particular, se centrará en la
implementación del proyecto PNUD/BDC del Programa “Capacidad 21” que tiene, como
componente principal, el establecimiento de consejos de desarrollo sostenible como unidades
coordinadoras de los esfuerzos nacionales de desarrollo sostenible.
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Basado en un artículo preparado por el CARICAD para el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas,
Nueva York.
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organismos. Este concepto se basa en el entendimiento de que el desarrollo sostenible por ser
incumbencia de todos exige el compromiso de todos para que sea operante. Estos consejos se
establecieron con la intención de brindar un foro único para asegurar la participación más amplia
posible de los involucrados en las estrategias, planes y proyectos de desarrollo sostenible, y crear a
la vez mecanismos de seguimiento de los acuerdos de Río.
Si bien el mecanismo se denomina formalmente un CNDS, son los principios orientadores
que operan y no el nombre de la entidad lo que interesa. Por ejemplo, en Santa Lucía, el mecanismo
se denomina Consejo Consultivo Nacional Económico y Social; en Barbados, es la Comisión de
Desarrollo Sostenible; en Dominica, la Comisión Nacional de Seguimiento de la CNUMAD. El
hilo conductor que los une son los atributos analíticos, de colaboración y participativos de estas
entidades. El papel preponderante de los consejos es analizar, evaluar y formular estrategias
sectoriales e intersectoriales para fomentar el desarrollo sostenible y asesorar a las autoridades al
respecto.
Definición de atribuciones
Aunque el interés general se ha centrado en velar por que el CNDS cuente con las debidas
atribuciones y se sitúe en una posición influyente en el ámbito del gobierno, la formulación pactada
de las atribuciones del consejo refleja ciertas similitudes:
• Servir de vehículo que facilite la adopción de un enfoque integrado del desarrollo,
ofrezca la oportunidad de la participación más amplia posible de todos los grupos
sociales, económicos y ambientales pertinentes en el debate de asuntos de interés
nacional, y por último para que estos grupos participen en el proceso de gestión
económica y progreso social;
• Establecer funciones bien definidas para los organismos del sector público y privado,
grupos comunitarios y demás grupos funcionales, encargados del desarrollo de los
diversos sectores sociales y que participan integralmente en él;
• Asegurar la coordinación interagencial de políticas y programas orientados a cumplir la
función ya mencionada, para minimizar la duplicación de esfuerzos y promover la mayor
complementariedad posible;
• Formular respuestas estratégicas conjuntas adecuadas para modificar las condiciones y
perspectivas sociales y económicas, tanto nacionales como internacionales;
• Brindar un foro para supervisar las medidas acordadas y examinar y/o revisar las
políticas y estrategias mutuamente convenidas;
• Asesorar al gobierno sobre las medidas necesarias para integrar las consideraciones
ambientales y económicas en la toma de decisiones y sobre aspectos del desarrollo
sostenible; y
• Promover un mayor conocimiento y concienciación pública de los enfoques culturales,
sociales, económicos y de política para alcanzar el desarrollo sostenible.
La evaluación de la experiencia de los CNDSs caribeños ha demostrado que son mecanismos
útiles para coordinar las actividades de desarrollo sostenible a nivel nacional y promover la
participación civil, según lo recomendado en el Programa de Acción para los PEIDs. El CNDS
estimula el establecimiento de subcomités para examinar y analizar cuestiones específicas. En
particular, esto ha mejorado enormemente la posibilidad de desarrollar un enfoque de toma de
decisiones a partir de la comunidad. Como resultado de la implementación del proyecto Capacidad
21 para el Caribe, se ha reconocido y ahora se acepta claramente que el cometido, la estructura y
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CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
composición del consejo lo sitúan en una posición idónea y favorable para cumplir un papel más
amplio en la coordinación de la planificación nacional del desarrollo sostenible.
Además, el papel que desempeñan ahora los partícipes sociales en la búsqueda del desarrollo
sostenible está ganando aceptación en la región como un marco para definir la política económica.
Ahora hay una mayor tendencia a solicitar las opiniones y la participación de los grupos
involucrados no estaduales en temas de desarrollo sostenible. Se utiliza no sólo el conocimiento
técnico, sino también el conocimiento local.
No obstante, el CNDS en su calidad de entidad nueva dentro de un marco institucional
establecido, tiene que asegurarse de que los vínculos en el sistema existente son lo suficientemente
efectivos para permitirle llevar a cabo su mandato. Al completarse la etapa experimental de 3 años
del proyecto Capacidad 21, ninguno de los consejos se ha institucionalizado. El cuerpo directivo
del CNDS necesita con urgencia abrir cauces de diálogo con el gobierno para resolver aspectos
críticos que influyen en su crecimiento y desarrollo a largo plazo.
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Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
la relación, en algunos países, entre el gobierno y sus partícipes sociales. La aprobación de una
legislación que norme el proceso tendría por sí sola poco efecto si la cultura política no la avala.
Por lo tanto, el arreglo ideal sería establecer mediante una ley la entidad nacional y los
acuerdos que la complementan. Si se adopta el principio del desarrollo sostenible, entonces podría
considerarse el establecimiento legal de una dirección u organismo ambiental (como se hizo en
Jamaica –la Dirección nacional de conservación de recursos– y en Trinidad y Tabago –la Dirección
de gestión ambiental– así como la nueva redacción de leyes ambientales existentes que no toman en
cuenta la perspectiva del desarrollo.
En una consulta sobre consideraciones normativas y legales en el desarrollo sostenible,
realizada en Barbados en septiembre de 1997, como parte del proyecto Capacidad 21, los
representantes del gobierno, el sector privado y las ONGs y siete países de la CARICOM
recomendaron que los países del Caribe consideraran la posibilidad de promulgar una legislación
similar a la ley de desarrollo sostenible aprobada por el gobierno de Fiji. El gobierno de Jamaica
hizo suya esta recomendación, lanzando una iniciativa para revisar y evaluar el marco legislativo de
la isla para el desarrollo sostenible. Esto condujo a la elaboración de una serie de documentos de
debate que han identificado las áreas prioritarias en que la legislación debe revisarse, mejorarse o
crearse a fin de establecer un marco global para el desarrollo sostenible en Jamaica.
Cooperación y colaboración
La experiencia de los CNDSs caribeños ha demostrado que no sólo es necesario incluir
grupos de intereses importantes entre los miembros, sino que la comunicación entre los miembros
también resulta decisiva, para asegurar un flujo adecuado de información y un uso más eficiente de
los recursos de los miembros para lograr los objetivos del CNDS.
Los consejos representan un mecanismo excelente para filtrar los programas de los
organismos donantes externos. En Dominica, la Comisión Nacional de Seguimiento de la
CNUMAD recibió el encargo de evaluar y en algunos casos supervisar la implementación de
proyectos propuestos por organismos externos que tengan un impacto en la gestión ambiental de
los recursos naturales del país. Esta función coordinadora ha servido también para disminuir la
duplicación de esfuerzos a nivel internacional, y reducir con ello las posibilidades de fatiga del
receptor.
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CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
Fomento de la capacidad
El CNDS carece de capacidad para implementar recomendaciones y decisiones. Lo que ha
quedado claro es que se precisan mecanismos apropiados para impulsar el proceso, así como
indicadores de sus progresos.
Concienciación pública
El CNDS ofrece un foro para el intercambio de información e ideas sobre el desarrollo
sostenible entre los límites sectoriales. No obstante, hay indicios de que es necesaria una mayor
concienciación pública de las cuestiones de desarrollo sostenible en los niveles normativo, de
liderazgo y comunitario y del papel del CNDS en este proceso.
Otros desafíos
• Mantener el interés de los miembros en la labor de una entidad asesora; los miembros
tienen que tener la convicción de que su labor va a tener algún impacto;
• La incapacidad de obtener apoyo del sector privado, la juventud y las comunidades;
• La limitación del ámbito de los consejos nacionales de desarrollo sostenible para influir
en las políticas nacionales;
• El conocimiento limitado de las funciones del CNDS, su relación con el público en
general y todos los departamentos del gobierno;
• La falta de programas de concienciación pública apropiados y efectivos dirigidos a todas
las secciones de la sociedad;
• Poco tiempo de los miembros para dedicarse a las tareas del Consejo, debido a que
tienen que cumplir otros compromisos;
• Falta de capacidad para difundir información de manera oportuna;
• Recursos humanos y técnicos limitados, que reducen la capacidad del Consejo para
alcanzar sus objetivos;
• Falta de recursos financieros; y
• Falta de mecanismos de supervisión y evaluación para apreciar el impacto de las
intervenciones del CNDS en su seno y a nivel nacional.
Por lo tanto, en el plano nacional, los consejos del Caribe anglohablante han cumplido su
mandato de servir de mecanismo primario para: la coordinación e intercambio de información; la
elaboración e implementación de planes de desarrollo sostenible; estimular la concienciación
pública sobre los aspectos del desarrollo sostenible; y formular políticas de desarrollo sostenible y
asesorar a los gobiernos al respecto.
Como resultado de la implementación del proyecto Capacidad 21 para el Caribe, se ha
reconocido y ahora se acepta claramente que el objetivo, la estructura y la composición de un
consejo nacional de desarrollo sostenible lo coloca en una oposición idónea y favorable para
cumplir un papel más amplio en coordinar la planificación nacional para el desarrollo sostenible.
Se prevé que con el tiempo el CNDS podría tener que expandir su papel tomando parte
activa en tareas como configurar la política nacional de comercio y ambiental, promover la
capacitación e investigación en técnicas de negociación y evaluación económica de los recursos
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Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
Estados miembros
Los Estados miembros de la Comunidad del Caribe son: Antigua y Barbuda, Bahamas,
Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, St.Kitts y Nevis, Santa
Lucía, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tabago y Suriname.
Bahamas es miembro de la Comunidad pero no del Mercado Común.
Introducción
La “Cumbre para la Tierra”, realizada en Río de Janeiro en junio de 1992, despertó un
interés creciente en los acuerdos ambientales multilaterales existentes destinados a orientar el
desarrollo sostenible a nivel local, nacional e internacional. Entre estos acuerdos figuran: la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, Nueva York,
1992); el Convenio para la protección y el desarrollo del medio marino en la región del gran Caribe
(Cartagena de Indias, 1983); el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos
transfronterizos de desechos peligrosos y su eliminación (Basilea, 1989); y el Programa de Acción
para el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID/PDA). La
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Basado en un informe de Cornelius Fevrier, Director del Programa de Desarrollo Sostenible, Secretaría de la CARICOM,
Georgetown, Guyana.
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CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
mayoría de los países han utilizado estos acuerdos como base para la implementación de programas
y actividades nacionales para promover el desarrollo sostenible en el plano nacional, regional y
mundial.
Actualmente, el programa que sigue la secretaría de la CARICOM , la organización regional
encargada del desarrollo y coordinación de las políticas y estrategias de desarrollo sostenible de los
Estados miembros, tiene dos objetivos principales:
• Formulación y coordinación de políticas regionales de desarrollo sostenible, y
• Gestión regional de los recursos naturales.
Este programa es el mecanismo normativo de la secretaría para integrar los mandatos
mundiales, hemisféricos y regionales en materia de desarrollo sostenible. La misión principal es
coordinar los proyectos institucionales de fomento de capacidades y los servicios de asistencia
técnica a los Estados miembros para la formulación e implementación de planes y programas
locales intersectoriales que promuevan el desarrollo sostenible a nivel nacional.
Para cumplir con esta misión interdisciplinaria, el programa procura armonizar objetivos de
desarrollo dispares, tales como la gestión ambiental y de recursos naturales, con la equidad y el
crecimiento económico. El programa se centra en las áreas claves siguientes: gestión ambiental,
gestión en casos de desastre, asentamientos humanos, meteorología, energía renovable e
infraestructura en ciencia y tecnología. Se hace especial hincapié en formalizar la participación en
los mecanismos de coordinación multiagenciales del gran Caribe para la formulación e
implementación de políticas regionales de desarrollo sostenible en áreas claves.
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Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
Gestión de desechos
En virtud de este subprograma se han identificado varias áreas focales relativas a la
implementación del PEID/PDA y el Convenio para la protección y el desarrollo del medio marino
en la región del gran Caribe (Cartagena de Indias, 1983). Estas comprenden:
• Fuentes terrestres de contaminación marina – contaminantes que se originan en la tierra
y llegan al mar por eliminación costera, descarga de ríos, estuarios, establecimientos
costeros, emisarios;
• Fuentes difusas de contaminación agrícola – contaminantes asociados con sedimentos,
nutrientes, plaguicidas, patógenos y desechos sólidos agrícolas;
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Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
involucrados en la gestión de la zona costera, y procura reducir las distorsiones que generan, en un
esfuerzo por lograr la gestión integrada de la zona costera.
Otra de tales iniciativas es la propuesta de la secretaría de la CARICOM de que el mar
Caribe sea reconocido a nivel internacional como un área especial en el contexto del desarrollo
sostenible. Esta propuesta se basa en el concepto de que el mar Caribe es un área semicerrada
altamente vulnerable compartida por varios países y que debe ser protegida a fin de que se
desarrolle sobre una base sostenible. El objetivo es brindar un enfoque integrado de la gestión de
las actividades que tienen un impacto sobre el mar Caribe. El instrumento propuesto se basará,
entre otras cosas, en los conceptos, definiciones y enfoques aprobados en el PEID/PDA de
Barbados.
Hay varios organismos que están tomando iniciativas de colaboración provechosas en la
ejecución de este programa. Estos son:
• CIDA/CFRAMP (programa de gestión y evaluación de recursos pesqueros de la
CARICOM), en asociación con el proyecto de gestión de recursos pesqueros de la
CARICOM, para promover la gestión regional integrada de la zona costera y de la pesca;
y
• Gestión integrada de los recursos marinos costeros, que incluya evaluaciones de
vulnerabilidad y planificación de políticas para el uso sostenible de las zonas costeras, en
particular los arrecifes de coral, los manglares y las zonas económicas exclusivas, y la
gestión de recursos pesqueros y la ordenación de zonas marinas.
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CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
Meteorología
El pronóstico del cambio climático reviste gran importancia para la región del gran Caribe.
La población, las tierras agrícolas y la infraestructura de la mayoría de estos Estados tiende a
concentrarse en la zona costera, lo que torna imperioso contar con mediciones de pronóstico
adecuadas.
La Secretaría de la CARICOM, por intermedio de su subprograma y su participación en la
junta del Instituto Meteorológico del Caribe y la Organización Meteorológica del Caribe, ha
apoyado varias iniciativas para mejorar las capacidades predictivas de la red regional de
pronósticos. Se ha hecho gran hincapié en la capacitación de meteorólogos y la reglamentación de
la labor de los meteorólogos y de los técnicos meteorológicos en la región.
También se han respaldado varios programas para mejorar la capacidad técnica de la red
mediante la introducción de nuevos sistemas de apoyo computadorizados y demás tecnología de
punta. Asimismo, se ha apoyado el proyecto relativo a El Niño financiado por el BID, mediante la
oficina subregional de la Organización Mundial de la Salud.
Otra iniciativa de este especie es el apoyo al proyecto regional relativo a la planificación
para adaptarse a los cambios climáticos mundiales; la CARICOM preside el comité asesor del
proyecto. Este proyecto es implementado por la Organización de los Estados Americanos y
apoyado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, que ayuda a la región a desarrollar la
capacidad institucional para predecir y encarar los impactos del cambio climático. El objetivo del
proyecto es contribuir al fortalecimiento de la capacidad institucional de la región con el propósito
global de preparar a los Estados para sobrellevar los efectos adversos del cambio climático.
Actualmente, se están investigando mecanismos para asegurar la sostenibilidad de los
programas que se realizan al amparo del proyecto. Al respecto, se está estudiando la transformación
del proyecto en un centro regional del cambio climático. El centro será el mecanismo coordinador
para la región del Caribe en la implementación de la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático y prestará respaldo técnico en todos los aspectos relacionados con la
adaptación a los impactos del cambio climático. Por lo tanto, el centro prestará asistencia a los
países participantes en el cumplimiento de sus compromisos y responsabilidades en virtud de la
UNFCCC.
Se prevé que el centro desempeñará las funciones siguientes:
• Recopilar y difundir información sobre el cambio climático y servir de fuente autorizada
en la negociación de acuerdos internacionales;
• Asesorar a los gobiernos de la CARICOM y al sector privado sobre el cambio climático
y cuestiones conexas;
• Confeccionar programas especiales dirigidos a cuestiones claves como la gestión de la
zona costera y la preparación en caso de huracanes, y a sectores como turismo, salud,
seguros e industrias petrolera y petroquímica.;
• Prestar asistencia en el compartimiento de recursos, la cooperación técnica y el
intercambio de información, a nivel regional y en el resto del mundo;
• Establecer vínculos con otras iniciativas de los PEID;
• Ejecutar proyectos regionales y nacionales.
149
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
Asentamientos humanos
El objetivo de este subprograma es contribuir al desarrollo humano sostenible apoyando los
esfuerzos de los Estados miembros para mejorar la calidad de vida en los asentamientos humanos
de la región. Esto se realiza mediante la implementación del Plan de acción de asentamientos
humanos para el Caribe, que fue elaborado tras las presentaciones hechas en la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos (Hábitat II) celebrada en Estambul (1996).
Otros objetivos comprenden:
• Facilitación de la creación, armonización e implementación de políticas
macroeconómicas con miras a identificar políticas socialmente justas y sostenibles
compatibles con los objetivos macroeconómicos adoptados por los países respectivos;
• Facilitación del acceso a la tierra y seguridad de su tenencia para todos los grupos
socioeconómicos, mediante el mejoramiento de la gestión de la tierra y la adopción de
los marcos legales y reglamentarios necesarios; y
• Establecimiento de redes de gobiernos de la región para asegurar las prácticas,
tecnologías y métodos óptimos de fomento de la capacidad.
La Secretaría de la CARICOM ha facilitado iniciativas en estas áreas mediante el Plan de
Acción de Asentamientos Humanos para el Caribe, cuyo objetivo es apoyar los esfuerzos de los
Estados miembros para mejorar la calidad de vida en los asentamientos humanos de la región.
Asimismo, apoya directamente el establecimiento y fortalecimiento de una oficina subregional para
el Caribe.
Ciencia y tecnología
El objetivo de este subprograma es velar por que la región genere y conserve una masa
crítica de profesionales en ciencia y tecnología. Con ello, y mediante la creación, adaptación y
adquisición de tecnologías adecuadas, se puede mejorar el desempeño económico de la región.
Actualmente, se viene colaborando con el Consejo del Caribe para la Ciencia y la Tecnología
y la UNESCO en:
• popularizar la ciencia y la tecnología;
• mejorar la capacidad del sistema educativo en la enseñanza de la ciencia;
• mejorar la capacidad, sobre todo en los territorios que carecen de campus, para realizar
investigaciones; y
• fortalecer los acuerdos institucionales regionales y la movilización de recursos para
popularizar la ciencia y la tecnología.
Energía
El objetivo de este subprograma es promover al máximo posible el uso más amplio y
eficiente de la energía, sobre todo de las fuentes renovables. Aunque la región posee fuentes
energéticas renovables, no las ha utilizado de modo significativo. Hasta ahora ha habido una gran
dependencia de los combustibles fósiles, lo que exacerba los problemas de balanza de pagos. El
calentamiento del agua mediante la energía solar ha sido la tecnología energética renovable más
utilizada en la región.
Pese al hecho de que la agricultura es un sector importante en la economía de la mayoría de
las islas, la energía renovable no se utiliza para incrementar la productividad agrícola. La secretaría
150
CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
viene colaborando con el Sistema de Información Energética del Caribe y el Centro de Medio
Ambiente y Desarrollo de la Universidad de las Indias Occidentales en la implementación del
proyecto de desarrollo de la energía renovable en el Caribe. Los objetivos principales de este
proyecto son abordar los problemas de:
• mecanismos financieros deficientes para financiar proyectos de energía renovable;
• falta de políticas energéticas integrales; e
• información insuficiente sobre tecnologías que usen la energía renovable.
Los consultores han presentado un informe preliminar y el informe final se completó en
enero de 2000.
14
Sobre la base de un documento de Antonio Jacanamijoy, Coordinador General COICA, Quito, Ecuador.
151
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
y de las personas desplazadas como resultado de la violencia política. Lo más grave es que los
gobiernos de la región no logran formular políticas que modifiquen este modelo de desarrollo
impuesto por la así llamada economía globalizada.
En tales circunstancias, uno de los caminos para la consolidación financiera de los países del
Norte es considerar a los recursos del Tercer Mundo como una fuente de materias primas baratas
que les permite mantener sus propias economías y asegurar un nivel de vida aceptable a su
población.
Esta situación plantea problemas complejos porque, por un lado, obliga a los países del
Norte a desarrollar tecnologías que permitan mejorar los procesos industriales y extractivos y luego
planificar el desarrollo en el marco de la globalización de modo de articular este nuevo modelo con
las economías dependientes del Tercer Mundo. La normalización de las convenciones
internacionales y su aplicación tienen por objeto presionar a los estados en desarrollo a que
resuelvan sus problemas por su propia cuenta pese a que éstos son el producto de este nuevo orden
mundial.
Esto lleva a un proceso tortuoso de transformación económica, social y cultural, con
consecuencias políticas impredecibles habida cuenta del aumento de la pobreza, la consolidación
de entidades sociales corruptas, la violencia, el aumento del tráfico de estupefacientes, etc.,
amenazando de este modo la supervivencia del actual modelo de Estado.
Los pueblos indígenas han asistido a la destrucción de la Tierra y sus pensadores
tradicionales tratan, desesperadamente, de “arreglar” el mundo espiritual y material. Pero las
fuerzas negativas son tantas y tan poderosas –la pobreza, la ambición, el poder, la guerra y la
ignorancia– que todos los días se arrasa con llanuras, selvas, bosques y animales; se contaminan los
mares y las aguas de los ríos y de los arroyos con desechos de todo tipo; y las tierras se llenan de
cicatrices producidas por las actividades mineras y de extracción de hidrocarburos. La cuenca
fluvial del Amazonas está sufriendo los efectos de los estragos provocados por el megadesarrollo,
de modo que nos preguntamos cómo podemos aplicar un modelo de desarrollo sostenible cuando
los intereses económicos se ubican por encima de los intereses ambientales y socioculturales.
Los pueblos indígenas nunca se cansan de decir que la Tierra está cansada. Los sabios tratan
desesperadamente de atender a la madre tierra enferma, pero también a ellos se les cierran cada vez
más los caminos espirituales a medida que los ancianos van muriendo y los pueblos son destruidos,
desplazados y reducidos, desconociendo sus derechos colectivos y humanos. Hay muchos ejemplos
de megaproyectos que están desplazando a poblaciones enteras en toda la cuenca del río Amazonas
y fuera de ella. Los más críticos en este sentido son los proyectos hidroeléctricos, mineros y
petroleros.
Se ha marginado a los pueblos indígenas del proceso de adopción de decisiones con respecto
a los proyectos más importantes que afectan la integridad de sus tierras y su supervivencia como
pueblos. En consecuencia, luchan en los foros internacionales por el derecho a ser consultados y a
participar en las decisiones más importantes y a que este derecho sea respetado de conformidad a lo
establecido en los instrumentos internacionales sobre los pueblos indígenas.
La diversidad cultural de la Amazonia está estrechamente vinculada con la diversidad
biológica. Esta cultura se nutre de los conocimientos adquiridos y trasmitidos por generaciones
sucesivas y constituye el patrimonio colectivo de los pueblos indígenas. Sobre esta base, las
propuestas económicas deben ser compatibles con el concepto de gestión sostenible. Este concepto
tiene dos acepciones cuyos resultados son totalmente distintos. En la primera de ellas, el desarrollo
sostenible se concibe como la producción y reproducción de una cantidad limitada de elementos
para poder disponer de ellos a lo largo del tiempo. En la segunda acepción, el desarrollo sostenible
152
CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
se concibe como el intercambio de elementos en un sistema abierto que genera para sí mismo usos
alternativos de los recursos, permitiendo el flujo natural de los ciclos biológicos en la selva.
En la primera, se genera una estrategia dirigida a proponer la realización de ciclos
económicos cerrados, que casi siempre coincide con la generación de bienes. Se trata de lo que los
economistas denominan acumulación de capital o riqueza obtenida mediante, digamos por caso, la
explotación de los bosques talando las especies naturales y reemplazándolas por especies de tipo
comercial. Conforme a esta acepción también se genera la idea de control, como la eliminación de
las formas de vida existentes en los bosques cuando se considera que éstas impiden la reproducción
de especies de árboles útiles.
En la segunda, se genera una estrategia de utilización cíclica de una gran variedad de
recursos naturales y de muchos tipos de conocimientos y materiales de uso limitado. Por este
motivo, es difícil que esta estrategia conduzca a la producción de bienes o a la acumulación de
capital que, por su volumen, puedan emplearse para el comercio y convertirse en bienes
económicos sostenibles como en la primera acepción.
Estas dos concepciones son distintas y surgen de dos maneras de concebir los problemas: la
occidental (la primera) y la de los pueblos indígenas (la segunda).
Por este motivo, hablar de alternativas económicas probablemente sea muy complejo si es
preciso articularlas con la conservación de la diversidad biológica, en cuyo caso el debate se
retrotrae a la determinación de los parámetros de la calidad de vida, ya sea que se consideren desde
el punto de vista de una cultura individualista o de una cultura colectiva.
Tan pronto como el concepto de los derechos colectivos o individuales se concibe sobre esta
base, y no como mera conceptualización jurídica, el tema se convierte en una cuestión cultural.
Por este motivo, para los pueblos indígenas, es preciso incorporar la diversidad cultural a la
elaboración de las así llamadas alternativas económicas. De ahí la importancia de generar ideas y
conocimientos propios, para capitalizarlos en el uso de los recursos naturales de las tierras de estos
pueblos.
La concreción de estos ideales es un proceso de largo plazo, pero mientras éste transcurre los
pueblos indígenas proponen aplicar las estrategias siguientes:
• Promover la revalorización y reivindicación cultural de sus miembros en todos los
procesos relacionados con las políticas de conservación y desarrollo sostenible;
• Desarrollar mecanismos que aseguren la participación equitativa de la mujer indígena en
todos los procesos relacionados con la adopción de políticas de desarrollo en los
territorios indígenas;
• Desarrollar y coordinar mecanismos de control interno en las tierras de los pueblos
indígenas de la Amazonia a fin de asegurar una distribución equitativa de los beneficios,
sobre la base del mantenimiento de la diversidad biológica;
• Desarrollar instrumentos de protección, gestión y ampliación de los conocimientos de los
pueblos indígenas que apoyen los objetivos de la conservación;
• Desarrollar instrumentos para mantener una información actualizada para la prevención
de la piratería biológica y para el monitoreo y seguimiento de la prospección biológica y
el acceso a los recursos genéticos de las tierras de los pueblos indígenas;
• Exigir que las investigaciones en la esfera de los conocimientos tradicionales, las
innovaciones y las prácticas de los pueblos indígenas reciban el mismo apoyo político y
153
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
154
CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
15
Sobre la base de un informe presentado por Alvaro Luna Terrazas, Director de la Oficina Regional de la IUCN para América del
Sur, Avenida Atahualpa 955 y República, Quito, Ecuador.
155
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
Esta publicación será el volumen II de una nueva serie titulada Estrategias de Diversidad
Biológica: Avances en América del Sur.
Se realizaron talleres de planificación con los coordinadores de la IUCN y los Grupos
Nacionales para la Conservación de la Diversidad Biológica de Argentina y Perú. Para junio de
1999 estaban funcionando los Grupos Nacionales de Argentina, Ecuador y Perú, mientras que en
Bolivia las negociaciones estaban muy avanzadas –las actividades de los proyectos
complementarán las que realicen la Dirección General de Biodiversidad y el PNUD. Se
encontraron dificultades para el establecimiento de los Grupos Nacionales en Brasil y Colombia.
La ejecución de este proyecto es lenta debido a la necesidad de vincular estas actividades con los
programas nacionales de elaboración y financiamiento de las estrategias nacionales sobre la
diversidad biológica por parte de los organismos de ejecución del Fondo Mundial para el Medio
Ambiente (FMAM). Otro factor limitante es la importancia que otorgan los gobiernos a la
elaboración de las estrategias nacionales sobre diversidad biológica y las contribuciones de los
actores no gubernamentales. El proyecto se ha concentrado en el desarrollo de los Grupos
Nacionales para la Conservación de la Diversidad Biológica, a través de los comités nacionales de
la IUCN, lo que ha reportado beneficios sustanciales –por ejemplo, el establecimiento de los
comités nacionales en los países y el perfeccionamiento de las actividades de seguimiento.
Se encontraron varios obstáculos: no pudo lograrse una relación de trabajo estrecha con los
gobiernos; los programas de trabajo se modificaron permanentemente y no lograron satisfacer las
aspiraciones iniciales del proyecto, y luego tuvieron que adaptarse a los intereses de cada país; los
objetivos eran demasiado amplios y resultaba difícil cumplirlos en el plazo establecido; y en una
región tan compleja, con una gran diversidad ambiental y una marcada inestabilidad de los
gobiernos, etc., estos factores eran muy difíciles de prever.
Sin embargo, en los países en que lograron establecerse, los Grupos Nacionales para la
Conservación de la Diversidad Biológica –Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y Perú– han logrado
ser reconocidos gracias a su trabajo y a los insumos producidos. En algunos casos, se han creado
redes valiosas de expertos para apoyar la elaboración de programas de diversidad biológica en los
países y no sólo para la puesta en práctica del Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Es indudable que estos avances constituyen una plataforma para el desarrollo de gran parte
de las actividades planificadas y que el análisis realizado por los donantes y los socios para
desarrollar una propuesta de continuación del proyecto puede considerarse un éxito, pese a los
obstáculos mencionados.
La IUCN ha logrado un equilibrio adecuado entre el trabajo general en materia de políticas y
la aplicación práctica del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Las experiencias y las
prioridades de la región se incorporan al desarrollo de políticas y actividades en todo el mundo. En
particular, el FMAM impulsa la participación de los miembros y funcionarios de la secretaría de
todos los niveles, contribuyendo este modo a desarrollar las capacidades y las aptitudes.
El PNUD y el Gobierno de Ecuador solicitaron a la Oficina Regional de la IUCN para
América del Sur que proporcionara asistencia técnica y administrara el proyecto financiado por el
FMAM para la elaboración de la estrategia nacional sobre diversidad biológica de ese país. La
preparación del proyecto se inició en mayo y el memorando de entendimiento fue firmado en junio.
El proyecto propiamente dicho se pondrá en marcha en julio y finalizará en septiembre de 2000.
El proyecto fue concebido como un proceso dinámico, con una amplia participación del
público. Hasta ahora, se han organizado varios talleres para examinar la Ley sobre Biodiversidad y
se han fortalecido los Grupos Nacionales para la Conservación de la Diversidad Biológica,
consolidando un nuevo grupo sobre Economía y Diversidad Biológica. También se han creado
156
CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
varios subgrupos sobre las zonas costeras, con especial referencia a la diversidad biológica marina,
los humedales y los bosques de las zonas áridas.
Para mayo de 2000 se espera que habrá una primera propuesta sobre políticas en materia de
diversidad biológica y las estrategias correspondientes.
157
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
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CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
16
Sobre la base de un documento presentado en la Reunión Consultiva Regional por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo.
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Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
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CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
• Asociaciones
- Basarse en las asociaciones entre las autoridades locales y nacionales, las
organizaciones de la sociedad civil y el sector privado;
• Proceso impulsado por el país (y no por factores externos)
- Apoyo a las redes; diálogo con los líderes nacionales;
- Desarrollo de compromisos políticos;
- Reconocer y apoyar las actividades locales (en lugar de las del gobierno central).
• Fortalecimiento de la capacidad
- Identificación de las necesidades y desarrollo de la capacidad en todos los niveles y
sectores.
• Marco institucional
- Reforma y adaptación de las instituciones existentes o creación de instituciones
nuevas a fin de promover una planificación y una ejecución efectivas del desarrollo
sostenible.
• Tangibilidad de los resultados
- Proporcionar beneficios tangibles a las partes interesadas;
- Realizar contribuciones claras a la reducción de la pobreza y otras metas del
desarrollo sostenible;
- Establecer parámetros comunes de éxito que puedan monitorearse posteriormente.
• Ubicar el proceso y las prioridades nacionales en el contexto internacional
- Subrayar la importancia de los compromisos internacionales en materia de desarrollo
sostenible;
- Reconocer el impacto de la globalización sobre el país;
- Asegurar la complementariedad de los objetivos regionales e internacionales,
permitiendo al mismo tiempo una pluralidad de procesos;
- Supervisar la motivación del sistema de las Naciones Unidas y de otros organismos
de apoyo.
• Los encargados de adoptar decisiones de “peso pesado” deben ser partes en el
proceso
- Las estrategias nacionales de desarrollo sostenible no son “cortinas de humo” para
que todo siga como antes;
- Reconocer la importancia del poder político y económico.
161
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
17
Sobre la base de un documento presentado por le PNUMA en la Reunión Consultiva Regional.
162
CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
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Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
Gestión integrada de las cuentas hidrográficas: esta toma en cuenta también la gestión
ambiental de las zonas costeras y los océanos;
Diversidad biológica y áreas protegidas: incluye el fortalecimiento institucional de los
servicios de parques nacionales y otras áreas protegidas en la región, así como la planificación y
gestión biorregional de áreas protegidas seleccionadas en ecorregiones críticas de la región; y
Cambio climático.
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CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
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Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
Los resultados del proceso GEO, publicados en formato impreso y electrónico, incluyen la
serie de informes sobre las perspectivas del medio ambiente mundial, en los que se presentan
exámenes periódicos sobre el estado del medio ambiente mundial, así como las preocupaciones,
tendencias y nuevas cuestiones más importantes en la esfera ambiental, junto con sus causas y sus
repercusiones sociales y económicas. Los informes ofrecen también orientación para la adopción
de decisiones, tales como la formulación de políticas ambientales, la planificación de las
actividades y la asignación de recursos.
El proceso GEO
El proceso GEO se realiza con la colaboración, la participación y el apoyo de diversos
asociados en todo el mundo. El siguiente diagrama resume los diferentes elementos y asociados que
intervienen en el proceso.
166
CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
167
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
• Informes técnicos sobre estudios de políticas alternativas para regiones específicas, bases
de datos mundiales y nuevas cuestiones ambientales en el siglo XXI.
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CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
Desechos (peligrosos,
sólidos/aguas negras, radiactivos)
Introducción
La cartera ambiental del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe (ALC)
se ha centrado en los últimos años en proyectos que se ocupan de:
• Problemas de contaminación en áreas urbanas e industriales;
• Fomento de la participación pública;
• Fortalecimiento institucional;
• Gestión sostenible de los recursos naturales;
• Conservación de la diversidad biológica; y
• Gestión en casos de desastre.
Esta cartera se ha formado principalmente con préstamos y donaciones orientados hacia los
países.
18
Basado en un informe de John Redwood, Director de la Oficina de Desarrollo Social y Ambientalmente Sostenible para América
Latina y el Caribe, Banco Mundial, Washington, D.C., Estados Unidos de América.
169
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
Sin embargo, además de su cartera de base nacional, el Banco Mundial participa activamente
en la promoción de varias iniciativas de cooperación regional y subregional que se ocupan del
desarrollo sostenible en la región de ALC:
• La iniciativa en pro de aire limpio para las ciudades latinoamericanas;
• El Foro de Ministros de Medio Ambiente de ALC;
• Respuesta a los desastres naturales en Centroamérica;
• El Corredor Biológico Mesoamericano; y
• Esfuerzos de colaboración sobre desarrollo sostenible en el alto Amazonas.
Estas iniciativas se llevan a cabo en el contexto de las decisiones y recomendaciones de los
foros intergubernamentales sobre desarrollo sostenible de carácter mundial, regional y subregional.
Este artículo presenta y examina los cuatro ejemplos mencionados.
170
CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
171
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
financiables por la banca con un valor agregado específico emanado del enfoque subregional o
regional. Las decisiones del Foro se han enviado a otros foros regionales y mundiales, como la
Cumbre de Bolivia, la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y los depositarios de las convenciones
ambientales internacionales.
172
CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
• Propuestas concretas para la preparación de mapas de riesgo detallados de las zonas más
vulnerables; y
• Propuestas de proyecto que traten las cuestiones de vulnerabilidad social y ambiental de
interés regional; estas propuestas se desarrollarían en colaboración con los principales
involucrados mediante una serie de consultas intensivas con expertos técnicos de los
gobiernos e instituciones regionales, pequeños agricultores y grupos indígenas, ONGs
ambientales, autoridades locales, sectores de seguros y financieros.
Estas propuestas se presentaron en una reunión del grupo consultivo celebrada en Estocolmo
a fines de mayo de 1999 y constituyeron un punto de partida para la negociación de inversiones
concretas de la comunidad donante en proyectos regionales destinados a fortalecer la capacidad de
Centroamérica para encarar los desastres naturales e introducir medidas de planificación
preventiva, incluida la gestión adecuada de los recursos naturales que permita paliar los efectos de
los desastres.
El Banco patrocinó amplias consultas con los grupos indígenas, los pequeños agricultores y
las comunidades locales para tener en cuenta sus percepciones de la preparación y respuesta en
caso de desastre y de la relación entre gestión ambiental y vulnerabilidad.
La gestión de los recursos naturales y la mayor vulnerabilidad a los efectos de los fenómenos
hidrometeorológicos se están convirtiendo en un problema crítico para los países de ALC que
sufren una mayor pérdida de vidas y cientos de millones de dólares en daños debido a
inundaciones, incendios forestales, sequías y aludes de lodo. El Foro de Ministros de Medio
Ambiente ha destacado la importancia de este tema, y la última cumbre centroamericana concluyó
que la reducción de la vulnerabilidad es fundamental para el desarrollo de la región. Los desafíos
son: identificar los servicios ambientales que ofrecen los ecosistemas naturales para paliar los
efectos de los desastres; evaluarlos en términos de las políticas de desarrollo rural existentes que
causan la degradación del ecosistema e incrementan los costos derivados de la mayor
vulnerabilidad a los desastres; y formular las estrategias integrales pertinentes.
173
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
174
CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
Observaciones finales
El milenio que recién comienza trae consigo economías y modalidades comerciales más
integradas y un mayor reconocimiento de lo interconectados que están los procesos ambientales,
económicos y sociales. Los programas mundiales para tratar los temas del desarrollo sostenible
inciden decisivamente en los programas regionales y nacionales y viceversa. Por lo tanto, el camino
por recorrer exige una mayor cooperación entre los países para elaborar y aplicar estrategias de
colaboración regionales y subregionales destinadas a gestionar los recursos naturales, cuya
integridad depende de factores que traspasan las fronteras nacionales.
El Banco Mundial reconoce plenamente la importancia de la colaboración regional e
internacional, además de los esfuerzos nacionales de desarrollo, para encarar los temas
relacionados con la gestión de estos ámbitos comunes, y está aumentando su apoyo a la labor
regional en estrecha cooperación con otros socios internacionales, gobiernos, el sector privado y
grupos de la sociedad civil.
19
El presente texto fue preparado sobre la base de la presentación que hizo el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, Sr. José Antonio
Ocampo en la Reunión Consultiva Regional sobre Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe (19 al 21 de enero de 2000).
175
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
Sin embargo, a pesar de estos avances, los principios de protección ambiental y de desarrollo
sostenible siguen siendo visualizados por gran parte de los sectores productivos y por no pocos de
los sectores económicos de los gobiernos como una imposición externa que frena el desarrollo de la
región. Esto genera una economía política en la cual los temas de sostenibilidad ambiental ocupan
todavía un papel secundario.
La aplicación genuina de los principios del desarrollo sostenible como culminación del
proceso de transición hacia un nuevo paradigma de desarrollo, plantea importantes cambios
estructurales e institucionales así como numerosos interrogantes y temas pendientes; algunos de
ellos de carácter global, pero otros que atañen especialmente a la región latinoamericana y
caribeña.
A continuación se señalan algunos de estos desafíos y temas pendientes que son analizados
por la CEPAL y que, sin duda, deberán estar presentes en la agenda regional de desarrollo
sostenible en los próximos años:
1. Lograr la convergencia entre crecimiento económico, equidad y sostenibilidad ambiental;
2. La redefinición de las ventajas comparativas de la región en función de la agenda global
ambiental;
3. Modernización de las políticas públicas: consolidación de instituciones e instrumentos;
4. La participación efectiva de otros actores y
5. Fortalecimiento de la cooperación entre los programas, fondos y organismos
especializados de las Naciones Unidas en América Latina y el Caribe en torno al
Desarrollo Sostenible.
176
CEPAL – Series Seminarios y conferencias NÛ
actores sociales y económicos debiera ser posible lograr crecimiento económico protegiendo la
calidad del ambiente y la integridad del acervo de capital en su sentido más amplio. Un crecimiento
económico con estas características enmarcado en una visión de largo plazo, es necesario para
producir excedentes genuinos que puedan invertirse en mejorar la calidad de vida de la población e
incorporar los sectores socialmente rezagados al proceso de desarrollo.
En lo que respecta a aspectos distributivos de equidad intra-generacional, frecuentemente
son los grupos de menores ingresos los que sufren en mayor medida los impactos y consecuencias
negativas de la contaminación y la degradación del medio ambiente. A diferencia de los grupos de
mayores ingresos, carecen de los medios económicos para hacer gastos defensivos que puedan
protegerlos de los efectos, por ejemplo, de la contaminación del agua y otras externalidades
ambientales negativas que enfrentan en su entorno. Estos grupos frecuentemente se asientan en
áreas de riesgo natural y terrenos marginales en las ciudades y zonas rurales con cobertura
deficiente de servicios sanitarios básicos o en áreas menos productivas y más vulnerables al
deterioro ambiental.
En lo que se refiere a equidad inter-generacional, el legado de externalidades cumulativas
sobre el ambiente global dejado por la trayectoria de industrialización de los países más avanzados
presenta importantes desafíos de negociación a los países de la región en el marco de las nuevas
convenciones ambientales globales. Estos nuevos dilemas distributivos Norte-Sur están reflejados
en el lenguaje de las convenciones ambientales de la última década que frecuentemente hacen
referencia al acceso y transferencia de tecnologías ambientales y recursos financieros adicionales a
los países en desarrollo en términos concesionales. Sin embargo, el clima político internacional se
viene inclinando hacia la disminución de la ayuda oficial del desarrollo (ODA), lo que esta
dificultando el logro de consensos internacionales que puedan promover transferencias efectivas de
tecnología y recursos. Por ello, en el futuro se deberán buscar mecanismos alternativos para lograr
dicha transferencia. Un ejemplo exitoso de este tipo de mecanismos ha sido la implementación
internacional del Protocolo de Montreal para desfasar gradualmente la producción de sustancias
agotadoras de la capa de ozono que implicó la operación de un fondo de reconversión industrial
para financiar la transición tecnológica en los países en vías de desarrollo. Un principio similar de
acción está incorporado en el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), contenido en el Protocolo
de Kyoto.
La relación equidad-medio ambiente exige atender el tema de distribución equitativa de
costos y beneficios en torno al uso y acceso de los recursos naturales y servicios ecológicos, lo cual
presenta nuevas dimensiones ambientales que deben ser incorporadas al resto de las políticas
sociales a nivel nacional. La transición hacia un estilo de desarrollo sostenible que promueva
simultáneamente estos objetivos junto con las metas de crecimiento económico e integración
social, exigirá innovación en la formulación de políticas públicas, romper inercias institucionales y
modificar la legislación transversalmente para incorporar la dimensión ambiental en todos los
sectores y aspectos de la vida pública y privada.
177
Desarrollo Sostenible: Perspectivas de América Latina y el Caribe
Biológica aprobada en la Conferencia de Río. Esto plantea el reto de capturar los beneficios
económicos derivados del uso de estos recursos, tanto en términos de conocimiento científico y
desarrollo tecnológico (incluido el acceso a biotecnologías), como los derivados de su utilización
comercial. Sin embargo, están en discusión mecanismos más claros que permitan la apropiación
por parte de los países de la región de muchos de los beneficios que se derivan de su riqueza
biogenética. La definición de estos mecanismos es urgente, ya que el desarrollo reciente de la
biotecnología que da lugar a organismos vivos modificados y el creciente aprovechamiento
comercial de dichos recursos seguramente provocará cambios profundos en los sistemas de
producción agropecuaria y agroindustrial. El desafío es mayor si se toman en consideración los
derechos que se derivan del papel de grupos específicos, como agricultores tradicionales y
comunidades indígenas, en la conservación y en el conocimiento de los recursos genéticos. Esto
presenta nuevos dilemas de derecho internacional. Por un lado, dentro del marco de la
Organización Mundial de Comercio, las empresas de biotecnología exigen la adopción de niveles
más altos de protección a la propiedad intelectual (patentes de invención) y su generalización a
nivel internacional. Por otra parte, en el marco de las Naciones Unidas y dentro del Convenio sobre
Diversidad Biológica, una gran mayoría de los países en vías de desarrollo promueven la creación
de un régimen de carácter internacional que provea de un conjunto de derechos y responsabilidades
a los gobiernos, a los campesinos, a los productores y a las empresas.
El tema de biodiversidad da lugar a un aspecto fundamental del desarrollo sostenible que es
el respeto y valoración del pluralismo cultural. La apropiación de los beneficios de las aplicaciones
comerciales de las nuevas biotecnologías es un tema emergente de gran importancia ecológica,
económica y social que plantea grandes interrogantes. La agrobiodiversidad genética vegetal de
“commodities” esenciales existentes hoy día es el resultado de miles de años de conocimiento que
incluye la domesticación, conservación y desarrollo in situ de la biodiversidad agrícola. El
reconocimiento del papel de los agricultores en el desarrollo y conservación de esta biodiversidad
se conoce como “derechos del agricultor” y no forman parte de los derechos de propiedad de las
innovaciones vegetales. La ausencia de mecanismos de acceso, apropiación y captura la de renta de
la explotación y comercialización de recursos genéticos puede convertirse en una fuente de
conflictos sociales de importancia para nuestra región por lo que es importante incorporar
claramente estos derechos en los marcos jurídicos vigentes.
Respecto a la polémica existente sobre los productos transgénicos (organismos vivos
modificados), las dudas que plantean los consumidores de los países desarrollados,
fundamentalmente europeos, tienen un énfasis distinto a las que plantean los ambientalistas de
América Latina y el Caribe. En Europa preocupa fundamentalmente el impacto de los transgénicos en
la salud humana y en el medio ambiente. En América Latina preocupa, además de lo anterior, el
reconocimiento de los derechos de los agricultores sobre los recursos genéticos conservados y
mejorados in situ por ellos, la protección de los centros de origen de especies domesticadas como el
maíz y la papa, así como el acceso en condiciones favorables a las variedades conservadas y
mejoradas ex situ (en laboratorios) que no se pueden reutilizar y que obligan a los agricultores que
los usan a compras anuales. A diferencia de los fármacos, en la mayor parte de los países las
innovaciones vegetales han sido objeto de un tipo de protección intelectual de menor rango y
distinta a las patentes.
En relación con la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(UNFCCC) y el Protocolo de Kyoto es importante recordar que los países desarrollados, enfrentan
costos varias veces más altos que lo que implicaría efectuar proyectos en los países en vías de
desarrollo con el mismo impacto global neto sobre la composición de la atmósfera. Esta
oportunidad económica plantea la posibilidad de crear un mercado Norte - Sur de proyectos que
mitiguen o reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero a través de eficiencia energética
y captura/secuestro de carbono. La región se encuentra ante la oportunidad de participar en este
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mercado a través de proyectos que disminuyan las emisiones de carbono optando por fuentes de
energía más eficientes y de ser posible alternas (energía eólica, solar o hidráulica) o bien a partir de
mantener y/o enriquecer ecosistemas con alta capacidad de absorción de carbono, contando con el
apoyo tecnológico y financiero de parte de los países industrializados para lograr esta transición. Se
hace urgente que la región se prepare para participar en este mercado potencial y a la vez que
desarrolle estrategias conjuntas que le permitan el intercambio de emisiones de carbono a precios
competitivos. Dentro del marco del Protocolo de Kyoto, el “Mecanismo de Desarrollo Limpio”
(MDL) permitiría a los países de la región tener mejores oportunidades para comercializar servicios
ambientales globales asociados a la reducción/mitigación de emisiones de carbono. Sería muy
conveniente que actuaran colectivamente para negociar y consolidar la creación de estructuras que
permitan capturar el valor económico de dichos servicios ambientales globales que brinda la
región. La comercialización efectiva de servicios ambientales globales permitiría capturar los
beneficios económicos de la conservación y manejo de sus importantes masas forestales como
sumideros de CO2. Estos recursos, actualmente sometidos a marcados procesos de deterioro año
tras año, brindan una externalidad positiva a los esfuerzos por estabilizar el clima global cuyo valor
se acrecentará cada vez más. Así también abriría importantes opciones para explorar oportunidades
de transferencia tecnológica en infraestructura energética de mayor eficiencia y de fuentes
renovables dentro de este marco.
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