Musicar en La Universidad Nacional: Rituales Contemporáneos en El Espacio Social.

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“Musicar” en la Universidad Nacional de Colombia:

Rituales contemporáneos en el espacio social.

Sergio Andrés Sandoval

Maestría en Musicoterapia

Antropología de la música

Universidad Nacional de Colombia

“El ritual, como sabemos, puede unir y orquestar una amplia


diversidad de lo que hoy en día llamamos géneros artísticos:
habla, baile, vestuario, arquitectura, escultura, decoración del
cuerpo, disfraces y máscaras, gastronomía, y por supuesto, el
musicar. Puede incluir a la vez todas esas actividades que
llamamos artes. Pero, creo que es mejor decirlo al revés. No es
que el ritual una todas las artes, sino que todas las actividades que
hoy llamamos artes son en realidad unos fragmentos de la gran
arte interpretativa unitaria y universal que llamamos el ritual.”
Christopher Small

El escritor finlandés Christopher Small plantea en su texto El Musicar: un ritual en el

Espacio Social una nueva forma de concebir la música, no como sustantivo algo abstracto,

sino como verbo, como acción. A partir de sus problemas con el uso de la palabra “música”,

Small desarrolla una visión del que hacer musical justamente como actividad y no limitada a

las “obras musicales”. Frente a un debate tan amplio como “¿qué es la música?”, el autor

afirma que hay una cosa en la que los eruditos están prácticamente de acuerdo: en centrarse en

las piezas como productos y no en los procesos musicales. En este sentido, el arte se vuelve

un objeto exterior al ser humano y no una acción vital que realiza. Para Small esto implica
varios asuntos entre los que se destacan la falta de atención en las personas y los procesos, al

igual que la pasividad del oyente y la dominación del compositor frente al intérprete. Esto

sumado al aislamiento de la música de sus componentes sociales, espirituales, emocionales,

históricos, etc. Todo lo anterior derivó en la supremacía de lo escrito y luego de la grabación.

Frente a este panorama, Small toma una posición e inventa un término:

La naturaleza básica de la música no reside en objetos, obras musicales, sino en la


acción, en lo que hace la gente. Sólo entiendo lo que hace la gente cuando toma parte
en un acto musical podemos empezar a comprender la naturaleza de la música y su
función en la vida humana. Pero, cualquiera que sea esa función, cierto es que,
primero, tomar parte en actos musicales es central para nuestra humanidad misma,
tan importante como tomar parte en actos del habla. Y segundo, estoy seguro de que
todo ser humano normalmente dotado, nace con el don de la música. Si es así,
entonces nuestra vida actual de conciertos, y no digamos ya la industria discográfica,
en la que la minoría talentosa tiene el poder de producir música para la mayoría poco
talentosa, se basa sobre una falsedad. Significa que nuestros poderes de hacer música
para nosotros mismos han sido apropiados, y que a la mayoría de la gente le han
robado la musicalidad que es suya por derecho de nacimiento, mientras unas pocas
estrellas, y sus cuidadores, se hacen ricos y famosos por vendernos lo que nos han
dado a entender que nos falta. Una actuación musical es mucho más rica y más
compleja que lo que permiten quienes se concentran sólo en la obra musical y en su
efecto sobre un oyente individual. Si ampliamos nuestra atención hasta el conjunto
de relaciones que constituyen una actuación vamos a ver que los significados
primarios de la música no son nada individuales sino sociales. Además, esos
significados no deben estar escindidos en algo que se llama una sociología de la
música, apartada de los sonidos y de sus significados, porque son centrales para
entender la actividad llamada música. (…) Mientras pensaba en esto, me dí cuenta de
que, si la música no es sino acción, entonces la palabra “música” no debe ser
sustantivo sino verbo. El verbo “musicar”. No sólo para expresar la idea de actuar,
tocar o cantar; ya tenemos palabras para eso; sino expresar la idea de tomar parte en
una actuación musical. (5)

Estas consideraciones de Small sobre el musicar y los rituales en espacios sociales son

enriquecedoras a la hora de ver el panorama musical de un espacio social como la ciudad

universitaria de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Si bien del campus

universitario han salido bandas, músicos y obras reconocidas en ámbitos populares y


académicos, lo que más ha primado en la vida y en el espacio universitario es lo que Small

llama musicar. Más que una pequeña porción de estrellas que se presentan a una masa que no

se considera musical. La realidad de la Universidad Nacional de Colombia ha sido una

comunidad que “musica”, que vive la música tanto tocando como componiendo, bailando,

cantando, escuchando, sintiendo, protestando, reafirmando, etc. La música en la ciudad

universitaria no sólo se da en los conciertos de grandes orquestas o agrupaciones ya sea en las

plazas, los auditorios o los teatros; la forma más cotidiana de la música se escucha en el aire

ya sea en vivo o grabado como un elemento que permea las formas de cultura, relación,

expresión y convivencia. De esta manera podemos ver que el concepto de musicar que

propone Small y sus vínculos con rituales en el espacio social pueden ser esclarecedores a la

hora de acercarse a las prácticas musicales dentro de la Nacional. Para concluir, quisiera

nombrar y describir brevemente algunos grupos, colectivos y movimientos contemporáneos

de la Universidad Nacional donde se puede musicar dentro de un ritual en el espacio social:

 Raíz de Origen: Movimiento Artístico Consciente con frentes de música, pintura,

educación, ecología y cuerpo. Basados en la sabiduría ancestral indígena, hindú y

africana, Raíz de Origen recurre a la música andina y al bambuco para expresar su

mensaje espiritual, social y vital. Se reúnen los miércoles en la Plaza Che al medio

día a compartir con la comunidad en ensayos abiertos donde cualquiera puede

participar musicando como desee.

 La Charanga Campesina: Agrupación musical que surgió a partir de la vida cultural

nocturna de la universidad, donde se hacía música en vivo para disfrutarla, se rotaban

los instrumentos y se ensamblaban temas improvisados. Debido al ámbito cultural de

la Nacional y la fuerte presencia de la música tradicional, étnica y campesina, el


grupo se enfocó en las músicas rurales desarrolladas en ambientes urbanos. La

Charanga Campesina toca en la universidad en festivales autogestionados y realiza

un proyecto de investigación-montaje escénico titulado “Despertar campesino”

 La Fanfarsa: Comunidad artística centrada en torno al teatro, la música, la literatura y

la cultura popular. Plantean una fusión de ritmos y artes para retomar justamente el

concepto de una forma de vivir la música que podríamos llamar musicar (siguiendo a

Small) y de vivir la ciudad que podríamos denominar ritual en el espacio social.

 Capoeira, Gaitas y tambores y Músicas del Pacífico : Estos son grupos institucionales

de la universidad que tocan, ofrecen talleres y ensayan dentro del campus, al igual

que fuera, representando y compartiendo prácticas artísticas, culturales y musicales a

quien le interese participar de la capoeira o la música afrocolombiana.

Referencias

Small, Christopher. 2000. El Musicar: Un ritual en el Espacio Social, en


Revista Transcultural de Música 4.
http://www.sibetrans.com/trans/trans4/small.htm

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