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PERSONAS JURÍDICAS
Las bases del Código Penal de 1991 entienden que cuando se define el delito como la
acción u omisión dolosa o culposa penadas por ley (artículo 11 del Código Penal), ésta
sola puede ser cometida por un ser humano, en tanto que cuando el mismo cuerpo
normativo prevé el catálogo de penas (artículos 28 y 29-A del Código Penal), como
manifestación de las consecuencias jurídicas del delito, estas solo se les puede imponer
a un sujeto de carne y hueso. De la misma manera podemos decir con respecto a la
regulación de las medidas de seguridad (artículos 71 y 72 del Código Penal),
consecuencia jurídica que también exige la presencia de un ser humano.
Tomándose como sustento en el artículo 27 del Código Penal que regula la figura del
actuar en lugar de otro, se puede entender, aparentemente, el porqué de la
inadmisibilidad de la responsabilidad penal de las personas jurídicas en nuestro
ordenamiento jurídico, al describirse que el que actúa como órgano de representación
autorizado de una persona jurídica o como socio representante autorizado de una
sociedad y realiza el tipo legal de un delito es responsable como autor, aunque los
elementos especiales que fundamentan la penalidad de este tipo no concurran en él,
pero sí en la representada. Sin embargo, se debe dejar muy en claro que concordamos
con aquella posición dogmática que interpreta que la regulación legal del actuar en lugar
de otro no tiene nada que ver con que aquel mismo ordenamiento jurídico acepte o no
la responsabilidad penal de las personas jurídicas. La regulación del actuar en lugar de
otro no busca concretamente enfrentar la problemática de la responsabilidad de las
personas jurídicas, sino la problemática de la responsabilidad penal individual derivada
de la existencia de delitos especiales que exigen, valga la redundancia, elementos
especiales que fundamentan la penalidad del tipo penal, que no concurren en él pero sí
en la representada, ello con la finalidad de poder evitar lagunas de punibilidad con
1
Catedrático de Derecho Penal y Derecho Procesal Penal en la Facultad de Derecho de la Universidad de San
Martín de Porres (Pregrado y Posgrado). Máster Internacional en Prevención y Represión del Blanqueo de
Dinero, Fraude Fiscal y Compliance por la Universidad de Santiago de Compostela (España). Maestro en
Ciencias Penales por la Universidad de San Martín de Porres. Magíster en Derecho Constitucional y Derechos
Humanos por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Máster en Cumplimiento Normativo en Materia
Penal/Criminal Compliance por la Universidad de Castilla-La Mancha (España). Máster en Prevención de
Blanqueo de Capitales y Financiación del Terrorismo por Esneca Business School (España). Miembro de la
Asociación Iberoamericana de Derecho Penal Económico y de la Empresa.
respecto a la persona natural que con su propias manos, en forma material, comete el
delito2.
Empero, con el fin de poder evitar en alguna medida la impunidad y no dejar sin
consecuencia a los entes corporativos que se encuentran relacionados con la comisión
de delitos, se les prevé las denominadas consecuencias accesorias aplicables a las
personas jurídicas reguladas en el artículo 105 del Código Penal. Por eso se sostiene
que: “Incluso, en las legislaciones penales de algunos países donde se considera que las
personas jurídicas no pueden ser penalmente responsables, se estima que sí es posible
imponérseles ciertas medidas denominadas como consecuencias accesorias, con la
finalidad de impedir que sean utilizadas para la comisión de nuevos delitos. Este fue el
criterio político-criminal que se siguió en el Perú, a través del artículo 105 del Código
Penal de 1991 (…)”5.
Estas consecuencias accesorias tienen como sustento que las personas jurídicas sirvieron
para la realización, favorecimiento o encubrimiento de un delito cometido por una
persona natural en tanto que su estructura organizativa continúe siendo propicia para
cometer más hechos de esa naturaleza6, esto último como una suerte de proyección de
que el ente corporativo vaya ser nuevamente utilizado para cometer delitos a futuro, por
lo que, el legislador nacional buscó tener en cuenta un peculiar tipo de represión contra
las entidades corporativas.
2
El artículo 28 del Proyecto del Código Penal buscar regular la figura del actuar en lugar de otro de la siguiente
manera: “El que actúa como administrador o representante, de hecho, o de derecho, de una persona jurídica
regular o irregular, o como representante de hecho o de derecho de una persona natural, y realiza un hecho
previsto como delito o falta responde penalmente como autor, aun cuando los elementos que fundamentan o
agravan la pena no concurran en él, pero sí en la persona a quien administra o representa, a pesar de que el
hecho requiera la actuación en provecho propio y el agente no haya actuado con tal fin”. Véase:
http://www.gacetajuridica.com.pe/boletin-nvnet/img_bol08/PROYECTO-DEL-CODIGO-
PENAL.pdf.
3
Cfr. CARO CORIA, Dino Carlos. “La responsabilidad de las personas jurídicas en el Perú y los criminal
compliance programs como atenuantes y eximentes de la responsabilidad de la persona jurídica”. En: Gaceta
Penal & Procesal Penal N° 123, Editorial Gaceta Jurídica, setiembre de 2019, p. 132.
4
REYNA ALFARO, Luis Miguel. “La persona jurídica ante el Derecho Penal (III). Responsabilidad penal de las
personas jurídicas en el Perú (I). Prolegómenos”. En: Derecho Penal Económico y de la Empresa, Tomo I Parte
General (Dino Carlos Caro Coria y Luis Miguel Reyna Alfaro), Editorial Gaceta Jurídica, primera edición, octubre
de 2019, p. 557.
5
MADRID VALERIO, Cecilia; PALOMINO RAMÍREZ, Walter. “La reacción sancionadora del Estado sobre las
personas jurídicas en el marco del sistema penal peruano”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal N° 121, Editorial
Gaceta Jurídica, julio de 2019, p. 100.
6
Cfr. MADRID VALERIO, Cecilia; PALOMINO RAMÍREZ, Walter. “La reacción sancionadora del Estado sobre las
personas jurídicas en el marco del sistema penal peruano”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal N° 121, Editorial
Gaceta Jurídica, julio de 2019, p. 97.
Si bien la exposición de motivos del Código Penal de 1991 no señaló los fundamentos de
esta inédita regulación, hizo mención, en algunas breves líneas, sobre la importancia y
novedad de lo que significaban estas consecuencias accesorias de la siguiente manera:
“Consecuencias Accesorias. Resaltan, por su importancia y novedad, las distintas
medidas aplicables a las personas jurídicas cuando el delito fuera perpetrado por
personas naturales que actúen en ejercicio de las actividades sociales o utilizando la
organización para favorecer u ocultar las infracciones penales. Entre las medidas
enumeradas en el proyecto destacamos las siguientes: clausura de la empresa,
disolución de la sociedad, asociación o fundación, y suspensión o prohibición de
actividades (artículo 105˚)”. De acuerdo a esta exposición de motivos, se asume que el
delito es cometido por una persona natural y no por la persona jurídica, pero esta
persona física que comete el delito lo realiza en el ejercicio de las actividades sociales o
cuando utiliza su organización para favorecer u ocultar el evento delictual, lo que implica
la presencia de un hecho de referencia o de conexión.
Por este motivo, si bien los programas de cumplimiento normativo en materia penal no
han tenido expresa regulación legal para la aplicación e interpretación de las
consecuencias accesorias para las personas jurídicas, con todo, a nivel de desarrollo
jurisprudencial elaborado por nuestra Corte Suprema se ha señalado que pueden tener
efectos de favorabilidad con respecto a la existencia o no de responsabilidad del ente
corporativo. Si la persona jurídica tiene incorporado un mecanismo interno de control,
un protocolo de seguridad en el ámbito de sus negocios con terceros o un modelo de
prevención adecuado e idóneo, significaría que administró o desarrollo sus actividades
dentro del riesgo permitido, no evidenciando que la organización se encuentra
involucrada con el evento delictivo.
• Que se haya condenado penalmente al autor, físico y específico, del delito, siendo
por este motivo del porque considerar a las consecuencias como accesorias,
requisito que si bien es descrito y aceptado por nuestra Corte Suprema, es
polémico y dudoso si en realidad es parte de su contenido legal de acuerdo a la
expresa redacción del artículo 105 del Código Penal, porque parecería suficiente
la acreditación de la comisión de un delito que demuestre la peligrosidad de la
estructura organizativa del ente corporativo.
FUNDAMENTOS DE IMPOSICIÓN DE LAS CONSECUENCIAS
ACCESORIAS APLICABLES A LAS PERSONAS JURÍDICAS
Esta es una de las razones de importancia del porque se permite negar la existencia de
responsabilidad penal de las personas jurídicas a través de la regulación de las
consecuencias accesorias, en este caso por no tener independencia y autonomía
aplicativa, por más que la Corte Suprema nacional los haya podido definir como una
forma de sanción penal especial. Por este motivo, la doctrina nacional sostiene que: “La
aplicación de alguna de dichas medidas será fruto de la verificación de que la persona
jurídica sirvió para realizar, favorecer o encubrir el delito cometido por una persona
natural, que no solo deberá ser plenamente identificada, sino judicialmente declarada
culpable”7.
Por tanto, si en un caso en concreto, el autor del delito no puede ser condenado
judicialmente porque no es individualizado (identificado), porque se sustrae de la
persecución penal o porque se le extinguió el ejercicio de la acción penal, por ejemplo
por prescripción o por muerte, no se le podrá imponer la respectiva consecuencia
accesoria a la persona jurídica, pese a que existan evidencias que la persona jurídica
7
MADRID VALERIO, Cecilia; PALOMINO RAMÍREZ, Walter. “La reacción sancionadora del Estado sobre las
personas jurídicas en el marco del sistema penal peruano”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal N° 121, Editorial
Gaceta Jurídica, julio de 2019, p. 98.
estuvo involucrada en la realización, favorecimiento o encubrimiento de un delito y que
continúa siendo propicia para la comisión de ilícitos penales8.
8
Cfr. MADRID VALERIO, Cecilia; PALOMINO RAMÍREZ, Walter. “La reacción sancionadora del Estado sobre las
personas jurídicas en el marco del sistema penal peruano”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal N° 121, Editorial
Gaceta Jurídica, julio de 2019, p. 98.
• Beneficio económico obtenido con el delito.
Un punto a resaltar tiene que ver con el análisis jurídico sobre la probabilidad de que se
comentan futuros hechos delictivos a través o con auxilio de la persona jurídica (juicio
de prognosis), esto último identificado como la peligrosidad objetiva de que la entidad
corporativa sea en forma posterior nuevamente utilizada por la persona física para la
comisión delictiva. Uno de los criterios que permiten determinar, entre otros, la
imposición de consecuencias accesorias es aquella que tiene como fin “prevenir la
continuidad de la utilización de la persona jurídica en actividades delictivas” (peligrosidad
objetiva). En la práctica forense ha existido el debate si esta consideración de la
peligrosidad objetiva, que sí debe existir en el momento que judicialmente se imponga
una consecuencia accesoria, también comprende cuando se decida incorporar a la
persona jurídica como sujeto pasivo del proceso penal.
Este dilema ha conllevado a que la Corte Superior Nacional de la Justicia Penal
Especializada emita el Acuerdo Plenario N° 02-2021-CSN del 22 de octubre de 2021
[Asunto: La incorporación de la persona jurídica no tiene como presupuesto la
peligrosidad objetiva (artículos 90 – 93 CPP)], en el que se busca distinguir tres
momentos procesales de acuerdo al principio de progresividad que existe en el proceso
penal: el momento de incorporar a una persona jurídica como sujeto pasivo del proceso
(artículos 90 y 91 del Código Procesal Penal del 2004); el momento que se le imponga
a una persona jurídica una medida preventiva (artículo 313 del Código Procesal Penal
del 2004); el momento que se le imponga a una persona jurídica una consecuencia
accesoria (artículos 105 y 105-A del Código Penal).
MEDIDAS PREVENTIVAS CONTRA LAS PERSONAS JURÍDICAS
La incorporación de una persona jurídica como sujeto pasivo del proceso penal,
adquiriendo la condición de parte con los mismos derechos y facultades que corresponde
a los otros sujetos procesales, correspondiendo al Juez preservar el principio de igualdad
procesal, no tiene como requisito, más allá de los formales, la presencia de su
peligrosidad objetiva, por lo que, se señala, no se puede agregar algún requisito
adicional en violación de principio de legalidad.
REQUISITOS FORMALES PARA LA INCORPORACIÓN DE LAS PERSONAS
JURÍDICAS COMO SUJETO PASIVO DEL PROCESO PENAL
Deberán ser incorporadas siempre que Requerimiento deberá ser formulado por
sean pasibles de imponérseles las el Fiscal luego que se comunique al Juez
consecuencias accesorias. de Investigación Preparatoria su decisión
de formalizar la investigación hasta antes
de darse por concluida la investigación
preparatoria.
• Son medidas preventivas que buscan evitar que la persona jurídica sea
nuevamente utilizada por las personas naturales para cometer delitos dada la
peligrosidad objetiva que existe en su organización, teniendo por esto un carácter
prospectivo (peligrosidad objetiva de la cosa).