Sentencias Claves Del Tribunal - Gerardo Eto Cruz

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 378

BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ

Centro Bibliográfico Nacional

343 Eto Cruz, Gerardo, 1959-


E94 Sentencias claves del Tribunal Constitucional : análisis y comentarios /
Gerardo Eto Cruz .-- 1a ed.--Lima :
Gaceta Jurídica, 2016
(Lima : Impr. Edit. El Búho).
222 p. ; 17 cm.
Análisis de las sentencias más relevantes emitidas por el
Tribunal Constitucional entre 1996 al 2012.
D.L. 2016-12715
ISBN 978-612-311-383-4
1. Perú. Tribunal Constitucional - Resoluciones
2. Derecho constitucional - Perú - Casos
3. Derecho constitucional - Perú - Interpretación y aplicación
4. Derecho procesal constitucional - Perú - Casos
5. Derecho procesal constitucional-- Perú-- Interpretación y aplicación
6. Informes legales, digestos, etc. - Perú I. Título
BNP: 2016-1383
SENTENCIAS CLAVES DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Análisis y comentarios
© Gerardo Eto Cruz
© Gaceta Jurídica S.A.
Primera edición: Noviembre 2016
2150 ejemplares
Hecho el depósito legal en la
Biblioteca Nacional del Perú 2016-12715
ISBN: 978-612-311-383-4
Registro de proyecto editorial
31501221601040
Prohibida su reproducción total o parcial
D.Leg. Nº 822
Diagramación de carátula: Martha Hidalgo Rivero
Diagramación de interiores: Lucy Morillo Olivera
G J S.A.
A.A O Nº 526, U . M
M ,L -P
C T : (01)710-8900
E-mail: [email protected] / www.gacetaconstitucional.com.pe

Impreso en: Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.


San Alberto Nº 201, Surquillo
Lima - Perú
Noviembre 2016
Presentación
Hasta el periodo de entreguerra primó la tesis de que el legislador –y,
por ende, la ley– era el “señor del Derecho”; sin embargo, fruto de la propia
crisis del parlamentarismo que denunciara demoledoramente Schmitt(1), y
con la presencia actualmente de tribunales, salas y cortes constitucionales,
hoy quien define la concretización del Derecho –de su entelequia abstracta
al caso concreto– es nada menos que el juez; de allí la lúcida visión que
gestara y desarrollara Gustavo Zagrebelsky: que el Derecho es dúctil, y que
está en manos del juez interpretarlo, pese al laberinto de la
hiperproducción legislativa que aún pervive como fenómeno en los
parlamentos de los Estados contemporáneos. Hoy, no cabe duda, el juez es
el señor del Derecho(2) y es el que define los conflictos dándole a quien
corresponda su derecho –si es que lo tiene– o denegándoselo –si no lo
tiene–.

Hace algún tiempo, esta casa editora, Gaceta Jurídica, a través de


nuestro hoy Defensor del Pueblo, Dr. Walter Gutiérrez Camacho, emitió un
informe sobre lo que podría llamarse la “hiperinflación legislativa”(3). Allí
han alertado lo siguiente: a) en el Perú cada seis minutos el Estado produce
una norma, solo en el 2014 se han emitido más de 20 000 dispositivos
legales; b) cerca de 600 000 normas vigentes componen nuestro
ordenamiento legal, el Código Penal se ha modificado casi 600 veces y solo
tiene 452 artículos; c) la Ley del Impuesto a la Renta, la Ley del IGV y el
Código Tributario se han modificado más de 1000 veces; d) solo en el 2014
el Ejecutivo emitió 16 404 normas; el Legislativo, 156 normas; y el Poder
Judicial, 47 normas. Este dédalo laberíntico lleva al caos y el culpable no es
más que el Estado en sus diversas reparticiones de los gobiernos central,
regional y municipal.
Ocurre que el Estado es el único ente que produce normas jurídicas
con un complejo sistema de fuentes de distintos órganos de producción
jurídica. Si bien es el legislativo el que “legisla”, hoy, curiosamente, más
que legislar es una tribuna para oxigenar debates nacionales, lo cual no está
mal, pues para eso existe, para discutir los grandes temas trascendentales
del país; pero, aparte, por la vertiginosa vida compleja y que requiere de
determinadas políticas legislativas, es el Ejecutivo el que define muchos
rumbos y programa derroteros para que el Estado, el Gobierno, el país,
llegue al fin de cuentas a buen puerto. De allí que la producción de normas
–las de rango de ley, del Ejecutivo, como son los decretos legislativos y
decretos de urgencia–, sumada a toda esta babélica producción de
reglamentos –decretos supremos, resoluciones supremas, resoluciones
ministeriales, directivas, circulares y memorándums– de toda la corporación
de ministros, haga que el conocimiento de toda esta normativa sea muchas
veces inmanejable.

Y ya no hablamos del marco descentralizado de los gobiernos


regionales, municipales y distritales. Los dos primeros igualmente
“producen” normas “con rango de ley”: ordenanzas regionales y ordenanzas
municipales. Es decir, hoy en los Estados contemporáneos existe un
complejo problema en el sistema de fuentes; tenemos, pues, una fuente de
legislación motorizada (Zagrebelsky, Fix-Zamudio, Valencia Carmona), un
mundo desbocado de leyes (Eduardo García de Enterría), contaminación
legislativa (Antonio A. Martino), desbordamiento de las fuentes del
Derecho (Pérez Luño)(4).

En el Congreso existe una Comisión Especial Multipartidaria


Encargada del Ordenamiento Legislativo (Cemol). En el Plan de Trabajo
del 2010 daba cuenta de la profusa legislación peruana, cuya
sobreproducción de leyes genera incertidumbre en el sistema jurídico. Hasta
el 31 de diciembre del 2008 habían 32 962 normas con rango de ley y no se
sabía con certeza “cuántas ni cuáles han dejado de ser vigentes porque han
estado derogadas, insubsistentes, inconstitucionales, canceladas, nulas o
caducas”(5).

Más recientemente, el congresista Pedro Olaechea ha propuesto crear


una comisión especial para la derogatoria de toda esta legislación tóxica. Es
obvio que esta hiperproducción se ha incrementado, contribuyendo a
mantener esta hiperinflación legislativa que no contribuye a dinamizar el
manejo de la res pública, por un lado; y por otro, no se puede “destrabar”
las normas para la inversión pública, ubicándose el Perú en el puesto 134 de
138 países en el ranking de carga regulatoria estatal 2016-2017 realizado
por el Foro Económico Mundial, como da cuenta el congresista Olaechea.

Frente a este caos y el desborde de normas, ya Eduardo García de


Enterría afirmaba en un contundente opúsculo la inseguridad jurídica en un
mundo desbocado de leyes(6).

Es en este contexto que en los últimos treinta años, desde el antiguo


Tribunal de Garantías Constitucionales hasta el actual Tribunal
Constitucional(7), se ha venido construyendo toda una constante producción
de sentencias en las que el Derecho Constitucional ha transversalizado a
todo el ordenamiento jurídico. De allí que abogados, grandes y pequeños
estudios jurídicos, funcionarios, jueces, estudiantes y estudiosos necesitan
tener información sobre lo que el Intérprete Supremo define en última
instancia en su quehacer hermenéutico.

En lo que va de su existencia, el actual Tribunal Constitucional llega


ya a un aproximado de 94 683 fallos publicados(8). Tras este guarismo son
relativamente pocos los fallos del TC que vertebran, deciden y determinan
miles de casos, como son los “precedentes vinculantes” (artículo VII del
Título Preliminar del Código Procesal Constitucional) hasta la “doctrina
jurisprudencial” (artículo VI del Título Preliminar).

A modo de consuelo, podríamos decir, desde una perspectiva histórica,


que este fenómeno no es nuevo. Curiosamente, en la España medieval se
tuvo que unificar toda la legislación existente, más los fallos que se emitían
en términos contradictorios. Así fue, en uno de los intentos en el reinado de
Fernando III, que se quiso uniformizar la legislación de las provincias a
través del Fuero Juzgo. Le sucedería el Fuero Real de España, conocido
como Espéculo. Y así vendrían otros proyectos más como Las Leyes de
Estado. Seguirían en este norte Las siete partidas que es la obra ibérica que
trata de unificar el Derecho estatutario de los reinos de Castilla.

Fue así como se publica luego Las ordenanzas reales de Castilla. A su


turno, y en el marco cronológico, el Rey Carlos IV sanciona luego la
Novísima Recopilación en 1802 y constaba de 12 libros, 340 títulos y
contiene más de 4000 leyes, autos y pragmáticas. Es curioso que mientras
existía esta caótica recopilación, ya se había publicado, en Francia, el
Código Civil napoleónico.

II

Este trabajo tiene un viejo antecedente: Jurisprudencia relevante del


Tribunal Constitucional (Centro de Estudios Constitucionales, Lima, 2013),
publicación muy restringida de apenas 500 ejemplares (en cuatro tomos),
que se hizo cuando, a la sazón, el que escribe estas líneas era magistrado del
Tribunal Constitucional y director del Centro de Estudios Constitucionales
(CEC).

Hoy se publican los resúmenes de esta obra que daba cuenta de la


jurisprudencia del Tribunal Constitucional y se han agregado otros tantos.
Recientemente, el Centro de Estudios Constitucionales (CEC), que
dignamente dirige el magistrado Dr. Carlos Ramos Núñez, ha publicado el
tomo VI (Jurisprudencia relevante del Tribunal Constitucional, Tomo VI,
junio 2014 - diciembre 2015, Centro de Estudios Constitucionales, Lima,
2016, 1184 pp.). Allí se ha rescatado lo más relevante, siguiendo la lógica
de los anteriores cuatro tomos, y se da cuenta de las más importantes
sentencias del actual TC(9).
Saludamos aquí a su director Carlos Ramos, solo esperamos que se
publique el quinto tomo, que corresponde aún a la anterior composición del
Tribunal Constitucional, de la que fui integrante. Saludamos, igualmente,
que esta publicación sea ya institucional y que cada cierto tiempo el propio
TC seleccione lo más emblemático de la corporación judicial que tiene que
ver con la tutela última, en sede nacional, de los derechos fundamentales y
del control del poder a través de los procesos competenciales y de
inconstitucionalidad.

III

En lo que corresponde a este trabajo, se trata de las principales


“sentencias clave” que el operador del sistema constitucional debe saber y
conocer, y son sentencias en las que se ha transversalizado la presencia del
Derecho Constitucional en las áreas penal, laboral, administrativa y civil.
Desde luego, de las poco menos de cien mil sentencias a las que va a llegar
el TC, son pocas las que por su carácter pionero, cronológicamente
determinante de una posición y por el contenido que desarrollan merecen
ser tomadas en cuenta a fin de entender nuestro sistema de fuentes de la
interpretación constitucional a partir de casos emblemáticos. Si bien no
pueden homologarse con otras sentencias anglosajonas que pueden ser
leading cases (casos líder) ni un stare decisis(10), tan solo nuestra
jurisdicción constitucional ha delineado los fallos del TC bifurcados en
precedentes vinculantes y en doctrina jurisprudencial. Aclárese aquí que no
necesariamente un precedente vinculante va a ser un fallo relevante en el
sistema jurídico; por el contrario, una simple doctrina jurisprudencial por su
carácter pionero y por lo que interpreta puede ser de mayor eficacia en
nuestra jurisdicción constitucional.

Con todo, cada resumen del fallo va a identificar las palabras clave que
deberá tener presente el lector de este trabajo.
Esperemos que estos fallos en clave sobre materia precisa y puntual,
en el reino del caos jurídico, la incertidumbre y la inseguridad jurídica de la
hiperlegislación, sea útil a todo operador del sistema jurídico.

Gerardo ETO CRUZ


(1) SCHMITT, Carl. Sobre el parlamentarismo. Traducción de Thies Nelsson y Rosa Gruesso. Estudio preliminar de
Manuel Aragón. Tecnos, Madrid, 1990.
(2) ZAGREBELSKY, Gustavo. El Derecho dúctil: ley, Derecho, justicia. Traducción de Marina Gascón. Trotta, Madrid,
2008.
(3) GUTIÉRREZ CAMACHO, Walter (director). Informe Legislativo. Perú: país de las leyes 2014. Gaceta Jurídica,
Lima, 2015.
(4) ETO CRUZ, Gerardo y RODRÍGUEZ SANTANDER, Roger. “La función consultiva y la calidad de la legislación.
Una aproximación al caso peruano”. En: ETO CRUZ, Gerardo. Constitución y procesos constitucionales. Tomo I.
Adrus, Lima, 2013, pp. 505-548.
(5) CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Comisión Especial Encargada del Ordenamiento Legislativo. Plan de trabajo:
proceso de consolidación del espectro normativo peruano. 2010-2011, enero de 2010, p. 7.
(6) GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo. Justicia y seguridad jurídica en un mundo de leyes desbocadas. Civitas, Madrid,
2006.
(7) Vid. los dos volúmenes de: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. Treinta años de jurisdicción constitucional en el Perú.
Centro de Estudios Constitucional del Tribunal Constitucional, Lima, 2014, disponible en:
<http://www.tc.gob.pe/tc/private/adjuntos/cec/publicaciones/publicacion/libro_30_anos_ tomo1.pdf>.
(8) Ver: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. Resoluciones publicadas entre los años 1996-2016. Tribunal Constitucional,
disponible en: <http://www.tc.gob.pe/tc/institucion/estadistica>.
(9) Estas sentencias son las siguientes: a) en procesos orgánicos: Sentencias Nºs 00012-2012-PI/TC; 00012-2014-PI/TC;
00011-2013-PI/TC; 00021-2012-PI/TC, 00008-2013-PI/TC, 00009-2013-PI/TC, 00010-2013-PI/TC y 00013-2013-
PI/TC (expedientes acumulados); 00022-2011-PI/TC; 00001-2014-PCC/TC; 00005-2013-PCC/TC; 00003-2013-
PI/TC, 00004-2013-PI/TC y 00023-2013-PI/TC (expedientes acumulados); 00014-2014-PI/TC, 00016-2014-PI/TC,
00019-2014-PI/TC y 00007-2015-PI/TC (expedientes acumulados); y 00001-2013-PI/TC; b) en procesos de tutela de
derechos: Sentencias Nºs 00776-2014-PA/TC; 100791-2014-PA/TC; 07357-2013-PA/TC; 04577-2012-PA/TC;
00273-2010-PA/TC; 01401-2013-PC/TC; 01931-2013-HC/TC; 00295-2012-HC/TC; 03655-2011-PA/TC; 00645-
2013-PA/TC; Auto Nº 02214-2014-PA/TC; Sentencias Nºs 02071-2009-HC/TC; 01205-2012-PA/TC; 02738-2014-
HC/TC; 02505-2011-PA/TC; Auto Nº 01761-2014-PA/TC; Sentencia Nºs 00422-2013-PA/TC; 01665-2014-HC/TC; y
05811-2015-HC/TC; y, c) sobre precedentes vinculantes: Sentencias Nºs 00987-2014-PA/TC; 05057-2013-PA/TC;
02383-2013-PA/TC; y 04968-2014-HC/TC.
(10) Vid. a MORETTI, Francesca. “El precedente judicial en el sistema inglés”. En: MATTEI, Ugo. Stare decisis en los
Estados Unidos; ANTONIOLLI, Luisa. “Stare decisis en el resto del ámbito de common law”; GALGANO,
Francesco. “El precedente judicial en el civil law”. En: GALGANO, Francesco (coordinador). Atlas de Derecho
Privado comparado. Traducción de Juan Antonio Fernández Campos y Rafael Verdera Server. Fundación Cultural
del Notario, Madrid, 2000,
pp. 25-83.
001. Exp. Nº 03179-2004-AA/TC
[Proceso de amparo promovido por Apolonia Ccollcca Ponce.
Procedencia del amparo contra resoluciones judiciales por
afectación de cualquier derecho fundamental (tesis amplia)].
Fecha de resolución: 18 de febrero de 2005
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 2 de octubre de 2006

Temas clave
Amparo contra resoluciones judiciales - Canon interpretativo de
control de resoluciones judiciales - Derecho al debido proceso -
Derecho de propiedad - Eficacia vertical de los derechos
fundamentales - Protección judicial de derechos fundamentales

Resumen
Aunque de acuerdo a la reiterada jurisprudencia se ha venido entendiendo
que la procedencia del amparo contra resoluciones judiciales se da en
aquellos casos de violación de derechos constitucionales de carácter
procesal (debido proceso o tutela jurisdiccional efectiva), esto no niega la
posibilidad de que el juez constitucional revise procesos donde se afecta
otro tipo de derechos fundamentales. Ello, por cuanto, una interpretación en
tal sentido, a juicio del Tribunal Constitucional, encuentra sustento en el
principio de unidad de la Constitución. Sin embargo, el carácter excepcional
del amparo contra resoluciones judiciales hace prever parámetros o canon
para su procedencia que deben ser analizados caso por caso. De ahí que, la
presente sentencia bajo comentario resulte desestimatoria, toda vez que la
afectación de derechos producto de la decisión penal cuestionada no resultó
debidamente acreditada.

Así, pues, la premisa de razonamiento señalada por el Tribunal encuentra


fundamento en las siguientes palabras:
“La tesis según la cual el amparo contra resoluciones judiciales
procede únicamente por violación del derecho al debido proceso o a la
tutela jurisdiccional, confirma la vinculatoriedad de dichos derechos en
relación con los órganos que forman parte del Poder Judicial. Pero
constituye una negación inaceptable en el marco de un Estado
constitucional de derecho, sobre la vinculariedad de los ‘otros’
derechos fundamentales que no tengan la naturaleza de derechos
fundamentales procesales, así como la exigencia de respeto, tutela y
promoción ínsitos en cada uno de ellos” (f. j. 18).

“No obstante, esta segunda perspectiva del proceso de amparo precisa


que el Tribunal Constitucional establezca el canon interpretativo bajo
el cual realizará el control constitucional de las resoluciones judiciales,
sin que ello suponga convertir al Tribunal Constitucional en una cuarta
instancia judicial y sí, más bien, a fin de reconocer que al Tribunal le
corresponde, en el proceso de amparo, resolver ponderadamente, sobre
el fondo y la forma de los procesos judiciales ordinarios cuando estos
hayan violado los derechos fundamentales tutelados por el proceso
constitucional de amparo (…) Dicho canon interpretativo que le
permite al Tribunal Constitucional realizar, legítimamente, el control
constitucional de las resoluciones judiciales ordinarias, está
compuesto, en primer lugar, por un examen de razonabilidad; en
segundo lugar, por el examen de coherencia; y, finalmente, por el
examen de suficiencia” (f. j. 23).
002. Exp. Nº 06712-2005-HC/TC
[Proceso de hábeas corpus interpuesto por Magaly Jesús
Medina y Ney Guerrero. Derecho a la vida privada como
límite a la libertad de información].
Fecha de resolución: 17 de octubre de 2005
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 20 de enero de 2006

Temas clave
Derecho a la información - Derecho a la intimidad - Derecho a la
motivación de resoluciones - Derecho a la prueba - Derecho a la vida
privada - Información veraz - Inhibición del juez - Libertades
preferidas - Principio de proporcionalidad y razonabilidad - Temeridad
procesal

Resumen
La presente decisión constitucional sentó un precedente jurídico en el
medio periodístico al respaldar el derecho individual que le asiste a toda
persona humana a la protección de su vida privada, al libre ejercicio de la
personalidad sin invasión de ninguna clase, a impedir intrusiones y a la
soledad o el aislamiento.

Así consta en la STC Exp. Nº 06712-2005-HC/TC, mediante la cual el TC


declaró improcedente la demanda por violación de derecho de prueba y la
solicitud de inhibición del juez de la causa, e infundada la demanda por
violación del derecho a la defensa, presentada por la conductora de TV
Magaly Jesús Medina Vela y su productor Ney Edgardo Guerrero Orellana.

Paralelamente, el Tribunal Constitucional (TC) dispuso que se sancione a


los recurrentes, Magaly Medina y Ney Guerrero, con una multa de 20
Unidades de Referencia Procesal (URP) y se imponga el pago de costas y
costos del proceso como consecuencia de su acción temeraria al presentar
su demanda, vía recurso de agravio constitucional, pretendiendo la nulidad
del proceso, obviando los mecanismos previstos en el procedimiento
ordinario.

Igualmente, el TC requirió a los magistrados del Poder Judicial un mayor


compromiso en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales, sobre todo en
lo relativo a dar respuesta a los pedidos de los justiciables, por más
infundados o improcedentes que ellos fueran.

Tanto Magaly Medina como Ney Guerrero pidieron, a través de una acción
de garantía, la nulidad de las sentencias a cuatro años de pena privativa de
la libertad suspendida, emitidas por el Poder Judicial, que los declaró
culpables del delito de violación de la intimidad en agravio de Mónica
Adaro Rueda, alegando que se había violentado su derecho a la probanza.

Para ello, argumentaron que a nivel judicial no se tomaron en cuenta dos


informes de parte (jurídico interno y externo) que sostenían que la emisión
del vídeo del 31 de enero del 2000, en el que presentaban a Mónica Adaro
en un hotel, teniendo relaciones íntimas con una persona contratada por
ellos (Eduardo Marín Arancibia Guevara), no afectaba derecho alguno, y
que las imágenes difundidas vía Frecuencia Latina demostraban el ejercicio
de la prostitución clandestina.

No obstante, el TC observó que durante el proceso penal no se presentó a


los dos abogados que supuestamente emitieron el informe, sino
simplemente a uno de ellos. Es más, el letrado externo al que se le consultó
si era factible la emisión del reportaje sobre Las Prostivedettes, resultó ser
socio del estudio que patrocinó a la periodista Magaly Medina.
En cuanto al reconocimiento de la vida privada, en el fallo, el TC puso
énfasis en que “la vida privada es un derecho fundamental del ser humano y
que, a través del reconocimiento de la misma, la persona podrá crear una
identidad propia, a fin de volcarse a la sociedad, toda vez que aquel dato y
espacio espiritual del cual goza podrá permitírselo”. Por lo tanto, la vida
privada de las personas es un límite válido del derecho a la información.

El Tribunal sustentó su resolución en la jurisprudencia sentada en otros


expedientes, uno de ellos el Nº 01797-2002-HD/TC, sobre el poder jurídico
de rechazar intromisiones ilegítimas en la vida íntima o familiar de las
personas, así como en la sentencia de la Corte Suprema de los Estados
Unidos, en el caso Lawrence c. Texas, del 2003, que señala que “el derecho
de la libertad se extiende más allá de los límites espaciales. La libertad
supone una autonomía de la persona que incluye libertad de pensamiento,
credo, expresión y cierta conducta íntima”.

Además, en su análisis comprobó que el reportaje emitido en el programa


Magaly TV no guardaba respeto alguno por la persona sobre la cual versaba
el mismo, ni la más mínima consideración por la querellante, ni por su vida
privada, y más aún, la utilización del argumento de la prostitución
clandestina no ayudaba en absoluto en el tema de la adecuación de la
medida realizada por los demandantes.

Finalmente, precisa que también debe tenerse en consideración que un


periodista no es fiscal o juez para investigar calificando figuras delictivas, y
sobre la base de esa pretensión afectar derechos fundamentales, sino que
más bien les corresponde dar cuenta de ello al Ministerio Público o al Poder
Judicial.
003. Exp. Nº 01209-2006-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por la Compañía Cervecera
Ambev Perú S.A.C. Control constitucional de medidas
cautelares].
Fecha de resolución: 14 de marzo de 2006
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 23 de octubre de 2006

Temas clave
Amparo contra medidas cautelares - Debido proceso sustantivo -
Derecho a la libre contratación - Derecho al debido proceso -
Protección judicial de derechos fundamentales - Resoluciones
judiciales firmes - Test de proporcionalidad

Resumen
Conforme al giro jurisprudencial adoptado por el Tribunal Constitucional,
se entiende que la revisión de procesos ordinarios no solo se da cuando se
afectan los derechos procesales que la Constitución garantiza, sino otros
derechos fundamentales. En ese sentido, los jueces constitucionales deben
proteger el debido proceso sustantivo. Por ello, procede el control
constitucional de medidas cautelares, que pese a su temporalidad pueden
acarrear una afectación concreta de derechos, como ocurre en el caso, por lo
que se ampara el recurso interpuesto por la recurrente y se declara nula la
decisión cautelar adoptada en el proceso ordinario.

Así, el Tribunal sustenta básicamente su decisión en el siguiente hecho


fáctico: “De la lista de pretensiones planteadas [en la cautelar] aparece con
claridad que el propósito de Backus es preservar la propiedad de los
88’330,000.00 envases que reclama judicialmente, a efectos de que los
mismos no vayan a caer en alguna red de distribución de Amveb Perú. En
tal sentido, tal como se aprecia, no se cuestiona el que Ambev compre
envases de las mismas características (…) [sino que] demás distribuidores
no comprendidos en la lista de su tercera pretensión principal, o aquellas
que en el futuro pudieran constituirse con dicho objeto, puedan llegar a un
acuerdo comercial de intercambio de botellas con las botellas de propiedad
de Amveb Perú (…). Todas estas posibilidades no advertidas por el juez al
momento de conceder la medida cautelar a favor de Backus, ponen de
manifiesto la necesidad de ingresar a un análisis más estricto sobre las
potestades cautelares y la posibilidad de afectación del principio de
proporcionalidad a que está sujeto, en última instancia, todo poder en el
Estado democrático” (ff. jj. 52 y 53).
004. Exp. Nº 00679-2005-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Santiago Enrique Martin
Rivas. El caso de las Leyes de Amnistía Nºs 26479 y 26492, y
la cosa juzgada constitucional].
Fecha de resolución: 2 de marzo de 2007
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 25 de mayo de 2007

Temas clave
Amnistía - Consejo Supremo de Justicia Militar - Corte Interamericana
de Derechos Humanos - Derecho a la cosa juzgada - Derecho al debido
proceso - Principio de seguridad jurídica

Resumen
El 25 de mayo de 2007, el Tribunal Constitucional publicó la STC Exp. Nº
00679-2005-AA, que declara infundada la pretensión del demandante
Santiago Martin Rivas, referida a dejar sin efecto las resoluciones expedidas
por el Consejo Supremo de Justicia Militar, mediante las cuales se anuló la
resolución de archivo definitivo de la Causa Militar Nº 157-V-93 (La
Cantuta) dictada al amparo de las Leyes de amnistía Nºs 26479 y 26492. Al
realizar el análisis del caso, el Colegiado emitió importantes precisiones en
torno a la cosa juzgada constitucional y las resoluciones judiciales dictadas
al amparo de leyes de amnistía. En ese sentido, expresó que el derecho a la
cosa juzgada también se configura a partir de resoluciones judiciales
dictadas en aplicación de una ley de amnistía, según el artículo 139, inciso
13, de la Constitución. Sin embargo, enfatizó que para ello es preciso que la
ley de amnistía no solo debe ser válida sino también constitucionalmente
legítima.
En la referida sentencia, el Tribunal estableció criterios generales de
legitimidad constitucional de las leyes de amnistía, a efectos de determinar
cuándo una resolución judicial dictada al amparo de aquellas configura cosa
juzgada constitucional. Bajo esta perspectiva, sostuvo que en la medida en
que la expedición de las leyes de amnistía constituye el ejercicio de una
competencia jurídico-constitucional, su ejercicio se encuentra sujeto a
límites constitucionales. Se trata de una competencia constitucionalmente
conferida al titular de la política de persecución criminal del Estado y cuyo
ejercicio, por tanto, debe realizarse dentro del marco de la Constitución
Política del Estado.

El Tribunal señala que el artículo 102, inciso 6, de la Constitución no prevé


expresamente cuáles son los límites a los que se debe sujetar el dictado de
leyes de amnistía. Sin embargo, ello no significa que estos no existan,
puesto que la legitimidad del ejercicio del poder del Estado y, por ende, el
de sus órganos constitucionales no se justifica de por sí, sino a partir del
pleno respeto del principio-derecho de dignidad humana, y de la
observancia cabal de los principios constitucionales y los derechos
fundamentales.

Para el Colegiado, una ley de amnistía se encuentra sujeta tanto a límites


formales como materiales. Así, una ley de amnistía solo puede formalizarse
en virtud de una ley ordinaria. Además de respetar los principios
constitucionales que informan el procedimiento legislativo, debe observar
los criterios de generalidad y abstracción exigidos por el artículo 103 de la
Constitución. Igualmente, las leyes de amnistía deben respetar el principio-
derecho de igualdad jurídica, lo que impide que, previsto el ámbito de
aplicación de la ley de amnistía, el legislador pueda brindar un tratamiento
diferenciado que no satisfaga las exigencias que impone el principio de
proporcionalidad.
Las leyes de amnistía no pueden comprender en sus alcances a una persona
o un grupo de personas en particular, con exclusión de otras que se
encuentren en los mismos supuestos que motivan su expedición. No pueden
fundarse en un motivo incompatible con la Constitución; tampoco pueden
expedirse en oposición a las obligaciones internacionales derivadas de los
tratados y acuerdos internacionales en materia de derechos humanos
ratificados por el Estado peruano.

El Tribunal Constitucional dejó en claro que si bien el Poder Legislativo


tiene la atribución de ejercer el derecho de amnistiar, ello no significa que el
Congreso pueda cobijar en las leyes de amnistía a delitos de lesa humanidad
–como el secuestro, tortura y ejecución sumaria de personas, por ejemplo–;
por cuanto la legitimidad de la Constitución reposa en la defensa de la
persona humana y en el respeto de su dignidad, como fin supremo de la
sociedad y del Estado, según el artículo 1 de la Constitución.

Finamente, consideró que las Leyes de amnistía Nºs 26479 y 26492 son
nulas y carecen, ab initio, de efectos jurídicos; en consecuencia, también
son nulas las resoluciones judiciales dictadas con el propósito de garantizar
la impunidad de la violación de derechos humanos cometida por los
integrantes del denominado Grupo Colina. Asimismo, afirmó que en su
condición de resoluciones judiciales nulas, ellas no dan lugar a la
configuración de la cosa juzgada constitucional garantizada por el artículo
102, inciso 6, y el artículo 139, inciso 13, de la Constitución, en la medida
en que no existe conformidad con el orden objetivo de valores, con los
principios constitucionales y con los derechos fundamentales que la
Constitución consagra.
005. Exp. Nº 05637-2006-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Roberto Woll Torres.
Defensa del derecho del consumidor en cuanto al
requerimiento de pago hecho por las empresas de cobranza
coactiva y la lesión del derecho fundamental al honor].

Fecha de resolución: 12 de abril de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 4 de julio de 2007

Temas clave
Derecho al honor - Principio de protección al consumidor - Principio
derecho de dignidad humana - Suplencia de queja deficiente

Resumen
El 4 de julio de 2007, el Tribunal Constitucional publicó la presente
sentencia, la misma que declaró fundada la demanda interpuesta, a través de
la cual se ordenó a una empresa de cobranza se abstenga de requerir al
demandante el cumplimiento de pagos en la forma efectuada o de cualquier
otra forma que lesione el derecho fundamental al honor.

Al respecto, el Tribunal consideró que el requerimiento de pagos efectuados


por entidades privadas encargadas al efecto debe efectuarse con escrupuloso
respeto de las condiciones que para tal fin establecen las respectivas normas
jurídicas. Si se procede de modo contrario, se habrá producido una lesión
del derecho fundamental al honor.

Concluyó el Tribunal que la empresa que requería el pago de la obligación


debió informar, en los documentos remitidos al demandante, que las
acciones detalladas en ellos se realizarían cuando la autoridad judicial así lo
autorice, puesto que en el caso concreto aparece como que tales actos se
efectuarían a criterio de la emplazada, dado que se cita el artículo 608 del
Código Procesal Civil, sin especificar el contenido de dicho artículo, siendo
incluso una de las interpretaciones derivadas de tales documentos que la
demandada se está arrogando atribuciones que no le corresponde y que se
encuentran reservadas al ius imperium del Estado.

Finalmente queda establecido que, para la aplicación de medidas cautelares,


es necesaria su concesión por la autoridad judicial y que sea esta la que
notifique al deudor la medida que se le va a aplicar.
006. Exp. Nº 07022-2006-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Edgardo García Ataucuri
y otros. Derecho a la adecuada motivación de las resoluciones
judiciales (principio de congruencia) y a un juicio sin
dilaciones indebidas].

Fecha de resolución: 19 de junio de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 31 de julio de 2007

Temas clave
Derecho a la motivación de resoluciones - Derecho al plazo razonable
- Principio de congruencia - Principio iura novit curia

Resumen
El Tribunal Constitucional estimó la demanda promovida por Edgardo
García Ataucuri y otros en contra de la empresa Southern Perú Limited. En
esta causa, el Tribunal se pronunció sobre los derechos a la adecuada
motivación de las resoluciones judiciales (principio de congruencia) y a un
juicio sin dilaciones indebidas.

Tomando como antecedente la STC Exp. Nº 08125-2005-PHC/TC, el


Tribunal sostuvo que la exigencia de que las decisiones judiciales sean
motivadas en proporción a los términos del inciso 5) del artículo 139 de la
Norma Fundamental, garantiza que los jueces, cualquiera que sea la
instancia a la que pertenezcan, expresen la argumentación jurídica que los
ha llevado a decidir una controversia, asegurando que el ejercicio de la
potestad de administrar justicia se haga con sujeción a la ley; pero también
con la finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de
los justiciables.
En el caso concreto, los recurrentes alegaron que con la emisión de la
resolución de fecha 19 de setiembre de 2001, expedida por la Sala de
Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema de Justicia
de la República (Casación Nº 920-2001), se vulneró el principio de
congruencia, toda vez que la Sala demandada declaró fundado el recurso de
casación interpuesto por la empresa Southern Perú Limited, por una causal
que no había sido invocada en el recurso.

Al respecto, el Tribunal precisó que dicho principio procesal forma parte


del contenido constitucionalmente protegido del derecho a la motivación de
las decisiones judiciales y que garantiza que el juzgador resuelva cada caso
concreto sin omitir, alterar o exceder las pretensiones formuladas por las
partes.

Al haberse constatado que la Sala demandada se pronunció sobre un


elemento que no había sido invocado en el recurso de casación, el
Colegiado entró a evaluar si tal pronunciamiento fue constitucionalmente
legítimo, o si, por el contrario, se configuró una violación del principio de
congruencia de las resoluciones judiciales.

Para tal efecto, analizó la función del recurso de casación y la posibilidad


de aplicar el principio iura novit curia en sede casatoria. Sobre el particular,
señaló que tal recurso es un medio impugnatorio de carácter excepcional,
cuya concesión y presupuestos de admisión y procedencia están vinculados
a los “fines esenciales” para los cuales se ha previsto, esto es, la correcta
aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia. Así, concluyó que
tal especificidad impide el ejercicio de la facultad general del juez de
aplicación del principio iura novit curia.

A criterio del Colegiado, también, se afectó el derecho a un juicio sin


dilaciones indebidas, pues al momento de declarar la nulidad del proceso,
no se tuvo en consideración que este se había venido tramitando en el Poder
Judicial desde hacía más de cinco años.
007. Exp. Nº 00007-2007-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad promovido por el Colegio de
Abogados del Cono Norte de Lima. Inconstitucionalidad del
artículo único de la Ley Nº 28642, modificatoria del artículo
5, numeral 8), de la Ley Nº 28237, Código Procesal
Constitucional, el cual se deja sin efecto por impedir el
ejercicio y la defensa de los derechos fundamentales en el
ámbito del Jurado Nacional de Elecciones y vulnerar el
artículo 200.2 de la Constitución].

Fecha de resolución: 19 de junio de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 20 de junio de 2007

Temas clave
Control constitución de resoluciones del JNE - Derecho al debido
proceso - Derecho de acceso a la justicia - Doble dimensión de los
procesos constitucionales - Efectos vinculantes de las sentencias
internacionales - La figura procesal del partícipe - Interpretación
constitucional conforme al derecho internacional

Resumen
Mediante STC Exp. Nº 00007-2007-PI/TC, de fecha 20 de junio de 2007, el
Tribunal declaró inconstitucional la modificatoria del artículo 5, numeral 8),
del Código Procesal Constitucional. Estableció que nuestro sistema de
fuentes normativas reconoce que los tratados de derechos humanos sirven
para interpretar los derechos y libertades reconocidos por la Constitución.
Por tanto, tales tratados constituyen parámetro de constitucionalidad en
materia de derechos y libertades. Estos tratados no solo son incorporados a
nuestro Derecho nacional –conforme al artículo 55 de la Constitución– sino
que, además, por mandato de ella misma, son incorporados a través de la
integración o recepción interpretativa.
Por ello, el ejercicio interpretativo que realice todo órgano jurisdiccional del
Estado (o que desempeñe funciones materialmente jurisdiccionales) para
determinar el contenido constitucionalmente protegido de los derechos
fundamentales, debe estar obligatoriamente informado por las disposiciones
de los tratados internacionales de derechos humanos y por la interpretación
de las mismas realizada por los tribunales internacionales sobre derechos
humanos a través de sus decisiones.

Asimismo, existe una vinculación directa entre la Corte Interamericana de


Derechos Humanos y el Tribunal Constitucional; vinculación que tiene una
doble vertiente: por un lado, reparadora, pues interpretado el derecho
fundamental vulnerado a la luz de las decisiones de la Corte, queda
optimizada la posibilidad de dispensársele una adecuada y eficaz
protección; y, por otro, preventiva, pues mediante su observancia se evitan
las nefastas consecuencias institucionales que acarrean las sentencias
condenatorias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para la
seguridad jurídica del Estado peruano.

De otro lado, el Tribunal Constitucional considera que la ley modificatoria,


Ley Nº 28642, vulnera el derecho de acceso a la justicia como
manifestación del derecho al debido proceso, reconocido en el artículo
139.3 de la Constitución, toda vez que no permite cuestionar judicialmente
las resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones, negando la posibilidad
de reclamar por una eventual afectación de los derechos fundamentales ante
un órgano jurisdiccional y, por ende, no garantiza la tutela de tales derechos
mediante un recurso judicial, lo cual resulta contrario a los tratados y la
jurisprudencia internacional sobre derechos humanos.

El Tribunal Constitucional estimó que, tal como lo ha establecido la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, no cabe, en ninguna circunstancia
(ni aun durante los estados de excepción), desconocer el derecho de toda
persona a recurrir a los procesos constitucionales de amparo y hábeas
corpus frente a toda vulneración de los derechos fundamentales reconocidos
en la Constitución del Estado, como manifestación concreta, a nivel interno,
del derecho humano de toda persona “a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que
la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos
por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
funciones oficiales”, en los términos del artículo 25 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, tanto más cuanto que las sentencias de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos vinculadas a la violación del
artículo 25 de la Convención –en particular, la expedida en el Caso Yatama
vs. Nicaragua– y sus opiniones consultivas sobre la misma materia, resultan
vinculantes para el Estado peruano siendo que al formar parte del
ordenamiento jurídico nacional, según el artículo 55 de la Constitución
Política del Perú el desconocer dichas resoluciones internacionales podría
significar una infracción constitucional o, peor aún, un delito de función,
conforme al artículo 99 de la Norma Fundamental.
008. Exp. Nº 00005-2007-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad promovido por el Colegio de
Abogados de Lambayeque. Inconstitucionalidad de los efectos
que viene produciendo el derogado artículo 1 de la Ley Nº
28934 que amplía excepcional y temporalmente la vigencia de
la actual Justicia Militar Policial].

Fecha de resolución: 26 de agosto de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 17 de setiembre de 2008

Temas clave
Cosa juzgada constitucional - Principio de colaboración institucional -
Pluralidad de intérpretes - Principio de separación de poderes - Vacatio
sententiae

Resumen
En este caso, el demandante solicitó que se declare la inconstitucionalidad
de los dos artículos que contenía la Ley, alegando que vulneraba la cosa
juzgada, la independencia judicial, la fuerza normativa de la Constitución y
la condición de órgano de control de la Constitución que tiene el TC, pues
pese a que el Tribunal estableció en su sentencia del Expediente Nº 00006-
2006-PI/TC una vacatio sententiae (periodo en el que quedan suspendidos
los efectos de una inconstitucionalidad ya declarada) que vencía el 31 de
diciembre de 2006, el legislador, quince días antes de vencerse tal periodo,
desconoció tal sentencia y dictó la mencionada Ley Nº 28934 que,
contrariamente a lo dispuesto por el TC, estableció que la organización de
la justicia militar declarada en parte inconstitucional siga funcionando de
modo indefinido.
Previamente a pronunciarse sobre el fondo, el TC verificó que la
mencionada ley fue derogada por la Ley Nº 29182, de Organización y
Funciones del Fuero Militar Policial, publicada el 11 de enero de 2008. No
obstante esta derogación, que podría indicar la existencia de sustracción de
la materia, el TC constató que la derogada Ley Nº 28934 seguía surtiendo
efectos pues durante su vigencia (del 16 de diciembre del 2006 al 11 de
enero de 2008) habilitó en el cargo a jueces militares que emitieron
sentencias condenatorias que hasta el momento venían privando de libertad
a efectivos militares.

Este no es el primer caso en que el TC controla la constitucionalidad de


leyes derogadas, anteriormente lo ha expresado en su doctrina
jurisprudencial, en sentencias como en el caso del Impuesto a las
Transacciones Financieras, ITF, (Exp. Nº 00004-2004-AI/TC) o aquella del
caso de la equiparación del tiempo de detención domiciliaria con la
detención provisional (Exp. Nº 00019-2005-PI/TC).

En cuanto al fondo, el TC, estimó que el artículo 1 de la Ley Nº 28934, que


amplió indefinidamente la vigencia temporal de un sistema de justicia
militar declarado incompatible con la Constitución y extendió también
indefinidamente el periodo de vacatio sententiae, es inconstitucional por
vulnerar el principio de separación de poderes, la fuerza normativa de la
Constitución, la autoridad de cosa juzgada de las sentencias de
inconstitucionalidad del Tribunal Constitucional, así como la garantía
institucional de la autonomía del Tribunal Constitucional.
009. Exp. Nº 07873-2006-PC/TC
[Proceso de cumplimiento promovido por Juan Félix Tueros
del Risco. Adecuación del proceso constitucional de
cumplimiento a uno de amparo].

Fecha de resolución: 23 de octubre de 2006


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 20 de agosto de 2007

Temas clave
Derecho a la pensión - Reconducción procesal

Resumen
El Tribunal Constitucional es consciente de la necesidad de realizar una
protección particular y diferenciada de las personas que se encuentran
dentro de la etapa de vida de la senectud. Esto se deriva tanto de las
circunstancias que rodean al distintivo estilo de vida que llevan en esta
etapa de su vida como del mandato constitucional expreso de darles un
resguardo especialísimo. Tomando tales consideraciones, el Tribunal
dispuso convertir en amparo, la presente demanda de cumplimiento y
resolver inmediatamente el caso concreto.

Así consideró que, como parte de su autonomía procesal, puede aceptar la


posibilidad de esta reconversión, pues esta es la única forma en que se
podrán proteger “adecuadamente” derechos de las personas. El sustento que
legitima esta actuación ha sido muy diverso en la jurisprudencia
constitucional. En diversa jurisprudencia (cfr. fundamento 4 de la STC Exp.
Nº 01052-2006-PHD/TC, fundamentos 3 y ss. de la STC Exp. Nº 04080-
2004-AC/TC) se ha señalado que esto se basa en el principio del iura novit
curia, previsto en el artículo VIII del Código Procesal Constitucional, pues
esta norma no solo tutela la eficacia de los derechos sustantivos, sino
también los adjetivos, lo cual iría de la mano con la suplencia de queja,
figura recogida jurisprudencialmente en la STC Exp. Nº 00569-2003-
AC/TC.

El Código Procesal Constitucional debe ser entendido, comprendido y


analizado de acuerdo a los contenidos existentes en la Norma Fundamental.
Tan cierto es eso que los fines del proceso constitucional, que el propio
Código reconoce en el artículo II de su Título Preliminar, son la primacía
constitucional y la protección de los derechos. El Tribunal, al aplicar el
derecho a las cuestiones debatidas, busca no alterar ni sustituir las
pretensiones y hechos fácticos que sustentan la demanda y resulten
acreditados en el proceso.

Entonces, cuando una demanda ha sido mal planteada, pese a que el


Colegiado está autorizado a disponer la nulidad de los actuados y el
reencausamiento de la demanda, también puede aceptarse la reconversión
de un proceso constitucional en otro, si es que las circunstancias así lo
ameritan.

Este se puede dar, bajo ciertas premisas, como pueden ser las siguientes:

- Que los jueces de ambos procesos tengan las mismas competencias


funcionales.

- Que se mantenga la pretensión originaria de la parte demandante.

- Que existan elementos suficientes para determinar la legitimidad para


obrar activa y para poder resolverse sobre el fondo del asunto.

- Que se estén cumpliendo los fines del proceso constitucional.


- Que sea de extrema urgencia la necesidad de pronunciarse sobre el
mismo.

- Que exista predictibilidad en el fallo a pronunciarse.

Solo cuando concurran copulativamente tales requisitos, el Tribunal se


encuentra autorizado para reconducir a una vía procedimental más acorde
con la petición del recurrente y dejar de lado el proceso inicial.
010. Exp. Nº 00168-2007-Q/TC
[Queja interpuesta por el Banco Continental. Procedencia
excepcional del recurso de agravio constitucional a favor del
cumplimiento de los fallos del Tribunal Constitucional en la
etapa de ejecución de sentencia].

Fecha de resolución: 2 de octubre de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 27 de noviembre de 2007

Temas clave
Incumplimiento de los fallos del Tribunal Constitucional en los
procesos de ejecución de sentencias - Principio de economía procesal e
informalismo - Principio de la eficaz ejecución de las sentencias -
Recurso de agravio constitucional

Resumen
Con carácter de jurisprudencia vinculante el Tribunal Constitucional (TC)
estableció que el recurso de agravio debía ser estimado siempre que se
tratara de un proceso de ejecución de una sentencia favorable del Colegiado
constitucional.

El artículo 19 del Código Procesal Constitucional establece que el Tribunal


conoce el recurso de queja interpuesto contra resoluciones denegatorias del
recurso de agravio constitucional. Hasta el momento, en el marco de los
procesos de ejecución, los recursos de queja que llegaban al Tribunal eran
declarados improcedentes en virtud de lo dispuesto por el artículo 202,
inciso 2), de la Constitución Política del Perú.

Sobre el mencionado artículo 19, el Tribunal consideró que una


interpretación literal de esta norma puede ocasionar en el actual contexto de
desarrollo jurisprudencial de la justicia constitucional algunas distorsiones
en la interpretación y defensa de los derechos constitucionales que
corresponden a la etapa de ejecución de sentencia, y que el propio TC
debería poder tutelar en última instancia.

En ese sentido, afirmó que el problema de la ejecución es de orden práctico,


o sea referido a la eficacia que puede otorgarle el Tribunal a sus propias
sentencias. Esta es la razón por la que el proceso de ejecución debe ser
analizado con una especialización mayor desde el campo autónomo del
Derecho Procesal Constitucional.

Por estas razones, el Colegiado precisó que es posible establecer algunos


principios interpretativos aplicables para el trámite del nuevo supuesto
establecido a través de esta resolución de procedencia del recurso de
agravio, tratándose de un supuesto de incumplimiento de los fallos del
Tribunal Constitucional en los procesos de ejecución de sentencias, los
mismos que encuentran su fundamento en los principios de economía
procesal e informalismo, consagrados en el artículo III del Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional.

Primero.- El recurso de agravio a favor del cumplimiento de las sentencias


del Tribunal Constitucional tiene como finalidad restablecer el orden
jurídico constitucional, el mismo que ha sido preservado mediante sentencia
estimatoria del Tribunal en el trámite de un proceso constitucional.

Segundo.- El Tribunal resolvería así en instancia final para el


restablecimiento del orden constitucional que resultó violado con la
decisión del juez de ejecución, devolviendo lo actuado para que la instancia
correspondiente dé estricto cumplimiento a lo declarado por el Tribunal
Constitucional, en lo que se refiere al alcance y el sentido del principio de la
eficaz ejecución de sus sentencias en sus propios términos.
Tercero.- El órgano judicial correspondiente se limitará a admitir el recurso
de agravio constitucional, y corresponderá a este Colegiado, dentro del
mismo proceso constitucional, valorar el grado de incumplimiento de sus
sentencias, cuando son desvirtuadas o alteradas de manera manifiesta en su
fase de ejecución. En cualquier caso, el Tribunal tiene habilitada su
competencia, ante la negativa del órgano judicial, a través del recurso de
queja a que se refiere el artículo 19 del Código Procesal Constitucional.
Finalmente, estos principios desarrollados en la presente resolución
constituyen jurisprudencia vinculante, conforme al artículo VI del Título
Preliminar del Código Procesal Constitucional.
011. Exp. Nº 00201-2007-Q/TC
[Queja interpuesta por la Asociación Pro Vivienda Vecinos de
la Urbanización Neptuno. Procedencia del recurso de agravio
constitucional a favor del cumplimiento de las sentencias del
Poder Judicial].

Fecha de resolución: 14 de octubre de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 4 de diciembre de 2008

Temas clave
Procedencia excepcional del recurso de agravio constitucional -
Recurso de queja

Resumen
En el presente caso, el Tribunal Constitucional (TC) estableció la
procedencia, de manera excepcional, del recurso de agravio constitucional
(RAC) cuando se trata de proteger la ejecución en sus propios términos de
sentencias estimatorias emitidas en procesos constitucionales, tanto para
quienes han obtenido una sentencia estimatoria por parte de este Colegiado,
como para quienes lo han obtenido mediante una sentencia expedida por el
Poder Judicial.

Así, pues, señaló que la procedencia excepcional del RAC en este supuesto
tiene por finalidad restablecer el orden jurídico constitucional,
correspondiendo al Tribunal valorar el grado de incumplimiento de las
sentencias estimatorias expedidas por el Poder Judicial cuando este no
cumple dicha función, devolviendo lo actuado para que la instancia
correspondiente dé estricto cumplimiento a lo declarado por el TC.
Asimismo, los órganos jurisdiccionales correspondientes se limitarán a
admitir el recurso de agravio constitucional, teniendo habilitada su
competencia el Tribunal, ante la negativa del órgano judicial, a través del
recurso de queja a que se refiere el artículo 19 del Código Procesal
Constitucional.

De esta manera se busca garantizar la correcta ejecución de las sentencias


estimatorias recaídas dentro de los procesos constitucionales, pues de no ser
competente el Tribunal Constitucional para conocer dicho supuesto podría
suscitarse una insólita situación: La protección de un derecho fundamental
mediante un pronunciamiento estimatorio formal, expedido en segunda
instancia, y, en la praxis, en la fase de ejecución, la no concreción de la
restitución de los derechos invocados en la demanda.
012. Exp. Nº 02432-2007-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Rolando Apaza
Chuquitarqui. Derecho a no ser privado del DNI y el
reconocimiento del derecho a la personalidad].

Fecha de resolución: 16 de noviembre de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 23 de enero de 2008

Temas clave
Derecho a la identidad - Derecho al reconocimiento de la personalidad
jurídica - DNI - Libertad de tránsito

Resumen
El Tribunal Constitucional (TC) estableció que la negativa injustificada de
expedir el Documento Nacional de Identidad atenta, entre otros, contra el
derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica.

Señaló que el derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica importa


atribuir a una persona la aptitud suficiente para ser titular de derechos y
obligaciones. Este reconocimiento, realizado sobre la base de una
concepción ontológica del ser humano, constituye el fundamento para que
el individuo pueda desenvolverse plenamente dentro del proceso de
interacción social, implicando, a su vez, la obligación –tanto del Estado
como de los particulares– de respetar esta subjetividad jurídica.

Así, refirió, que el derecho se encuentra reconocido en el artículo 16 del


Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el artículo 3 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, y forma parte de nuestro
ordenamiento jurídico de conformidad con lo estipulado en el artículo 55 de
la Norma Fundamental. Estableció, también, el Tribunal, que aun en el
supuesto negado de que el derecho a la personalidad jurídica no tuviera
reconocimiento internacional, su existencia bien podría desprenderse de una
interpretación del artículo 3 de la Constitución como un derecho
fundamental no enumerado o no escrito, por cuanto dimana directamente de
la dignidad humana.

El TC estableció que la expedición del Documento Nacional de Identidad


repercute directamente en el derecho al reconocimiento de la personalidad
jurídica, toda vez que dicho documento permite el ejercicio de otros
derechos fundamentales inherentes al individuo.

En el caso había quedado demostrado que el terminalista del Reniec se


había negado a recibir la solicitud de expedición del DNI del recurrente, por
cuanto la partida de nacimiento había sido expedida de manera irregular. En
efecto, el recurrente había sido inscrito (para la expedición del acta de
nacimiento) por su hermano a pesar de haber sido mayor de edad en ese
entonces, cuando el artículo 27 del Reglamento de Inscripciones del Reniec
(D.S. Nº 015-98-PCM) establece que los mayores de 18 años no inscritos
que tengan plena capacidad de ejercicio podrán solicitar directamente la
inscripción de su nacimiento. Sin embargo, el Tribunal Constitucional
advirtió que la cuestionada acta de nacimiento constituye un acto
administrativo firme (toda vez que no fue controvertido en su oportunidad),
y que por ello no puede ser dejado sin efecto ni desconocido por el Reniec,
ni lo faculta a denegar la inscripción y expedición del Documento Nacional
de Identidad.
013. Exp. Nº 02732-2007-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Juan Humberto Quiroz
Rosas. Afectación del plazo razonable en un proceso de
amparo].

Fecha de resolución: 5 de noviembre de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 31 de marzo de 2008

Temas clave
Derecho a la motivación de resoluciones - Derecho al debido
procedimiento - Derecho al plazo razonable del proceso - Principio de
celeridad - Test de razonabilidad

Resumen
El Tribunal Constitucional consideró que al haberse presentado una serie de
dilaciones indebidas e injustificadas en el trámite del proceso de amparo,
tanto desde la interposición de la demanda de autos hasta el archivo del
expediente (pese a existir un mandato de la Corte Suprema de Justicia de la
República), esto es 20 años aproximadamente, ello constituye una conducta
inconstitucional negativa y denota la insensibilidad constitucional de los
órganos judiciales, quienes con tal actuación han desnaturalizado por
completo el presente proceso constitucional de amparo.

A juicio del Tribunal, dicha situación vulnera el derecho de la persona a ser


juzgada dentro de un plazo razonable y sin dilaciones indebidas, atributo
que si bien es cierto no está contemplado expresamente en la Constitución,
se trata de una manifestación implícita del derecho a un debido proceso,
derivado de los principios relativos a la dignidad de la persona y al estado
social y democrático de Derecho, que, por otro lado, coadyuva al pleno
respecto de los principios de proporcionalidad, razonabilidad,
subsidiariedad, provisionalidad y excepcionalidad que debe guardar la
duración de un proceso para ser reconocido como constitucional.

Finalmente, cabe señalar que en esta sentencia el órgano colegiado aplicó el


test de razonabilidad del plazo en la impartición de justicia que utiliza la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, a efectos de determinar si tal
derecho ha sido, o no, vulnerado.

Dicho test toma en cuenta tres elementos: a) complejidad del asunto; b)


actividad procesal del interesado, y; c) conducta de las autoridades
judiciales.
014. Exp. Nº 06164-2007-HD/TC
[Proceso de hábeas data promovido por Jhonny Robert
Colmenares Jiménez. Tipología del hábeas data]

Fecha de resolución: 21 de diciembre de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 29 de agosto de 2008¡

Tema clave
Tipología del hábeas data - Autodeterminación informativa - Acceso a
la información pública

Resumen
Se declaró improcedente la demanda de hábeas data interpuesta por don
Jhonny Robert Colmenares Jiménez contra el Banco Continental. Y el
Tribunal Constitucional, a efectos de cumplir la función pedagógica de sus
resoluciones, precisó los tipos de hábeas data que se encuentran
establecidos tanto en el artículo 200, inciso 3) de la Constitución Política
como en el artículo 61 del Código Procesal Constitucional.

En ese sentido, señaló que los tipos de hábeas data son:

a. Hábeas data informativo: por medio del cual se procura recabar la


información necesaria para permitir a su promotor, a partir de esta,
verificar si los datos del sistema están funcionando legalmente o si, por
el contrario no lo están en cuyo caso habrá de solicitar información de
las operaciones sobre los asientos registrados o sobre el sistema de
información en sí mismo.
b. Hábeas data aditivo: tiene por finalidad agregar al sistema de
información datos de carácter personal no asentados en este.

c. Hábeas data rectificador o correctivo: dirigido a corregir los datos


falsos, inexactos o imprecisos.

d. Hábeas data exclutorio o cancelatorio: cuyo objeto es excluir


información de un banco de datos que el titular considera debe ser
cancelada.

e. Hábeas data reservador: destinado a asegurar que un dato correcta y


legítimamente almacenado sea mantenido en confidencialidad. Se
vincula frecuentemente a la reserva de datos sensibles.

f. Hábeas data de acceso a la información pública: garantiza el libre


acceso a la información pública, sin embargo en algunos casos se
restringe esta garantía tratándose de asuntos relacionados a la
seguridad del Estado.
015. Exp. Nº 00728-2008-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Giuliana Flor de
María Llamoja Hilares. Hábeas corpus contra resoluciones
judiciales y derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales].

Fecha de resolución: 13 de octubre de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 23 de octubre de 2008

Temas clave
Control constitucional de resoluciones judiciales - Derecho a la
motivación de resoluciones - Derecho a la presunción de inocencia -
Estructura de la motivación de sentencias - Excarcelación - Hábeas
corpus contra resoluciones judiciales - Motivación externa -
Motivación interna - Principio de in dubio pro reo - Prueba directa -
Prueba indiciaria

Resumen
El Tribunal Constitucional (TC) declaró fundada en parte la demanda de
hábeas corpus interpuesta por Giuliana Flor de María Llamoja Hilares en el
extremo que solicitaba la nulidad de la sentencia emitida por la Primera
Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República y de
la Tercera Sala Penal con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de
Lima; e improcedente en el extremo que solicitaba su inmediata libertad, en
razón a que la nulidad no alcanzaba a la sentencia condenatoria emitida por
la Sala Superior Penal. Así lo dispuso el TC, debiendo emitirse en la
instancia de la Corte Suprema nueva resolución según corresponda.

La demandante alegaba la vulneración de su derecho al debido proceso,


específicamente a la debida motivación de las resoluciones judiciales,
agregando que las sentencias cuestionadas, se basaban en criterios
desproporcionados, irracionales e ilógicos, entre otros.

El TC de acuerdo a su reiterada jurisprudencia señaló que el derecho a la


debida motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del
justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones
no se encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino
en datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se
derivan del caso.

Así pues, advirtió que la sentencia emitida por la Sala Suprema Penal
incurrió en dos supuestos de indebida motivación de las resoluciones
judiciales que tiene sobrada relevancia constitucional. En primer lugar,
presentaba una deficiencia en la motivación interna en su manifestación de
falta de corrección lógica, así como una falta de coherencia narrativa; y, en
segundo lugar, presentaba una deficiencia en la justificación externa.

El Colegiado señala además, que al haberse sustentado la sentencia


condenatoria sobre la base de la prueba indirecta (prueba por indicios); esta
no había explicitado o exteriorizado dicho razonamiento lógico, esto es, no
había explicitado qué regla de la lógica, qué máxima de la experiencia o
qué conocimiento científico había motivado dicha conclusión. En
consecuencia, al no haberse obrado de ese modo, la sentencia (ejecutoria
suprema) resultaba arbitraria, y por tanto inconstitucional.

También señaló el TC, que la Corte Suprema de Justicia de la República


está habilitada para evaluar cualquier tipo de razonamiento contenido en la
sentencia condenatoria expedida por la Sala Superior Penal, esto es, para
verificar la falta de corrección lógica de las premisas o de las conclusiones,
así como la carencia o incoherencia en la narración de los hechos; pero
además para verificar la deficiencia en la justificación externa, incluso para
resolver sobre el fondo del asunto si es que los medios probatorios o la
prueba indiciaria le genera convicción, solo que en este último caso deberá
cumplir con el imperativo constitucional de la debida motivación.
016. Exp. Nº 01317-2008-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Felipe Tudela y
Barreda. Prueba circunstancial a propósito de la promoción
de un hábeas corpus atípico].

Fecha de resolución: 4 de junio de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 4 de junio de 2008

Temas clave
Derecho a la libertad personal - Doble dimensión del derecho a la
libertad - Hábeas corpus atípico

Resumen
El Tribunal Constitucional declaró fundada la demanda de hábeas corpus
interpuesta por los hermanos Francisco y Juan Felipe Tudela Van Breugel
Douglas a favor de su padre Felipe Tudela y Barreda en contra de Graciela
Losada de Marrou por violación y privación arbitraria de su libertad.

En la sentencia el Tribunal, reponiendo las cosas al estado anterior de la


interposición de la demanda, ordenó: i) que los recurrentes “ingresen
libremente al domicilio de su padre o a cualquier lugar donde resida o se
encuentre para interactuar con él sin la presencia de terceros”, y; ii) que la
demandada “se abstenga de cualquier obstrucción y acción destinada a
impedir el libre ejercicio del derecho de los accionantes”.

Luego del análisis de todos los hechos que propiciaron la promoción de este
hábeas corpus atípico, así como los ocurridos durante su tramitación, el
Tribunal se convenció que estos traducían la existencia de un cuadro
generalizado de situaciones anómalas alrededor de la persona de Felipe
Tudela y Barreda que generaban duda razonable sobre el libre goce de sus
derechos de libertad individual e integridad personal.

Por ello, apelando a la doctrina esbozada por la Corte Interamericana de


Derechos Humanos, el Tribunal Constitucional hizo suya la tesis de la
“prueba circunstancial” –según la cual, en los procesos de la libertad, los
indicios y las presunciones también pueden servir de argumento siempre
que de estos se desprendan conclusiones consistentes sobre los hechos–
para fundamentar su decisión.

En esa lógica el Tribunal Constitucional advirtió que habiendo evaluado


con libertad –sin obligarse a tomar en consideración necesariamente el
quantum o las formalidades de las pruebas– los acontecimientos que
tuvieron lugar fuera del proceso, en la medida en que eran hechos de
conocimiento público que no necesitaban de probanza, como por ejemplo la
entrevista ofrecida por el favorecido “en algún lugar” de Lima a una revista
local, la visita inopinada de la jueza que tenía a su cargo el proceso de
interdicción contra el favorecido y que constató que ya no se encontraba en
su domicilio legal desde hacía dos semanas, así como el traslado del
favorecido a la ciudad boliviana de Santa Cruz; arribó a la conclusión que
Graciela de Losada vulneró la libertad individual de Felipe Tudela y
Barreda poniendo en riesgo su vida, integridad personal, libre desarrollo de
la personalidad, libertad física y de tránsito así como su derecho a la salud
(carácter integral e indivisible de los derechos humanos).

No obstante el Tribunal, si bien reconoció que la denominada prueba


circunstancial era determinante para la fundamentación de su sentencia,
también aceptó que esta podía desvanecerse desde la directa e indubitable
razón de los hechos como la negativa del padre de ver a sus hijos. Sin
embargo, prefirió optar por una posición garantista y proteccionista
inspirada en el principio pro homine en beneficio de Felipe Tudela y
Barreda, a fin de que no sea víctima de una incomunicación forzada
atentatoria de su libertad y derechos conexos.
017. Exp. Nº 06218-2007-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Víctor Esteban
Camarena. Interpretan determinadas causales de
improcedencia del proceso de hábeas corpus].

Fecha de resolución: 17 de enero de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 3 de febrero de 2009

Temas clave
Contenido constitucional de la libertad personal - Contenido
constitucionalmente protegido - Derecho a la tutela procesal efectiva -
Procedencia del hábeas corpus

Resumen
El Tribunal Constitucional precisó cuáles son las causales de improcedencia
que pueden ser invocadas por los jueces para rechazar liminarmente una
demanda de hábeas corpus, así como cuáles son aquellas que no pueden ser
invocadas para desestimar este tipo de demandas.

De este modo, el Tribunal superó la omisión de regulación de las causales


de improcedencia del proceso de hábeas corpus en el Código Procesal
Constitucional, que, a diferencia de los procesos de amparo (arts. 5 y 47),
cumplimiento (art. 70) e inconstitucionalidad (art. 104), que sí contemplan
causales de improcedencia detalladas y específicas, no tienen causales
propias señaladas de manera taxativa.

Así, se estableció que los jueces constitucionales podrán rechazar


liminarmente una demanda de hábeas corpus cuando: a) se cuestione una
resolución judicial que no sea firme; b) los hechos y el petitorio de la
demanda no estén referidos en forma directa al contenido
constitucionalmente protegido del derecho invocado; c) a la presentación de
la demanda haya cesado la amenaza o violación de un derecho
constitucional o esta se haya convertido en irreparable, entre otros
supuestos.

En lo que respecta a la causal de falta de contenido constitucionalmente


protegido del derecho a la libertad individual o los derechos conexos a ella,
se ha precisado que la determinación del contenido esencial de los derechos
fundamentales no puede efectuarse a priori, sino a la luz de cada caso
concreto.

Para ello, el Tribunal estableció que el juez para aplicar la causal referida
debe examinar tres pasos de evaluación conjunta, a saber: a) identificar el
derecho o derechos que expresa o implícitamente podrían verse afectados
por los actos arbitrarios que son demandados; b) identificar la verdadera
pretensión del demandante; y finalmente, c) analizar si la verdadera
pretensión del demandante forma parte o no del contenido
constitucionalmente protegido de algunos de los derechos fundamentales
que son objeto de tutela del proceso de hábeas corpus.
018. Exp. Nº 05287-2008-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Mario Lovón Ruiz-Caro.
Represión de actos lesivos homogéneos].

Fecha de resolución: 4 de setiembre de 2009


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 28 de setiembre de 2009

Temas clave
Cosa juzgada constitucional - Doctrina jurisprudencial - Estado de
cosas inconstitucional - Represión de actos lesivos homogéneos

Resumen
El Tribunal Constitucional amplió los criterios de interpretación de la
institución denominada represión de actos lesivos homogéneos,
contemplada en el artículo 60 del Código Procesal Constitucional, en la
perspectiva de evaluar su aplicación en el caso concreto. Para ello, declaró
fundado el recurso de queja por denegatoria del recurso de agravio
constitucional formulado por un ciudadano, que a pesar de haber obtenido
respuesta favorable en la segunda instancia del Poder Judicial, insistió en su
pretensión.

Por este motivo al declarar improcedente la demanda procedió a desarrollar


determinados criterios respecto del artículo 60 del citado Código, de
conformidad con lo previsto en el artículo VI del mismo cuerpo legal, para
posteriormente emitir pronunciamiento sobre el pedido concreto de
represión de actos homogéneos solicitado por el demandante.

Asimismo, el Tribunal Constitucional reafirmó que la represión de los actos


lesivos homogéneos era un mecanismo de protección judicial de derechos
fundamentales frente a actos que presentaban características similares a
aquellos que habían sido considerados contrarios a tales derechos en una
sentencia previa.

En ese sentido, estableció que lo resuelto en un proceso constitucional de


tutela de derechos fundamentales no agotaba sus efectos con el
cumplimiento de lo dispuesto en la sentencia respectiva, sino que se
extendía hacia el futuro, en la perspectiva de garantizar que no se volviera a
cometer una afectación similar del mismo derecho.

Cabe precisar que de manera progresiva el Tribunal ha venido emitiendo


pronunciamientos en los que ha hecho referencia a esta institución, tanto en
sentencias y autos de improcedencia como los recursos de queja. La
represión de actos lesivos homogéneos encuentra sustento en la necesidad
de garantizar la obligatoriedad de las sentencias ejecutoriadas y evitar el
inicio de un nuevo proceso constitucional frente a actos que de forma previa
han sido analizados y calificados como lesivos de derechos fundamentales.
019. Exp. Nº 02005-2009-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por la ONG “Acción de
Lucha Anticorrupción”. Derecho fundamental a la vida y el
caso de la píldora del día siguiente].

Fecha de resolución: 16 de octubre de 2009


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 22 de octubre de 2009

Temas clave
Anticonceptivo oral de emergencia (AOE) - Asimetría informativa -
Contenido constitucionalmente protegido del derecho a la vida -
Derecho a la dignidad humana - Derecho a la salud reproductiva -
Derecho al libre desarrollo de la personalidad - Derecho de
autodeterminación reproductiva - Derecho de información - Interés
difuso - Principios de interpretación constitucional - Principio de
protección al consumidor - Principio precautorio - Principio pro
homine - Protección jurídica del concebido - Salud pública

Resumen
El Tribunal Constitucional invalidó la distribución gratuita en el territorio
nacional de la denominada píldora del día siguiente, ordenando al
Ministerio de Salud que se abstenga de seguir tal política pública, por
considerar que no se ha demostrado la inexistencia del efecto abortivo y la
inhibición de la implantación del óvulo fecundado en el endometrio.

El Tribunal declaró fundado el amparo presentado en el Expediente Nº


02005-2009-PA/TC, luego de evaluar los argumentos esgrimidos por
importantes instituciones nacionales e internacionales, sin que se haya
podido desvirtuar que, dentro de la teoría de la fecundación, el derecho a la
vida del concebido pueda ser gravemente menoscabado por el uso del
indicado fármaco, de acuerdo con el artículo 2.1 de la Constitución vigente.

En ese sentido, la sentencia ordenó que los laboratorios que comercializan


la píldora del día siguiente incluyan en la posología una advertencia
destinada a que los consumidores tengan conocimiento suficiente de que el
producto podría tener un efecto abortivo.
020. Exp. Nº 00252-2009-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por Pedro Máximo Valeriano
Llanos Ochoa. Plazo de prescripción en el amparo contra
resoluciones judiciales].

Fecha de resolución: 7 de octubre de 2009


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 27 de julio de 2010

Temas clave
Amparo contra resoluciones judiciales - Derecho al debido proceso -
Control constitucional de resoluciones judiciales - Doctrina
jurisprudencial - Prescripción del amparo - Principios del proceso
constitucional - Resolución judicial firme - Vinculación de
jurisprudencia constitucional

Resumen
Este caso motivó al Tribunal Constitucional a desarrollar nuevos criterios
en materia de prescripción en el caso del proceso de amparo contra
resoluciones judiciales, lo que incluso se ha reconocido como parte de su
doctrina jurisprudencial vinculante y, por lo tanto, de obligatorio
cumplimiento para los jueces y tribunales del país.

De acuerdo con lo que se explica en la citada ejecutoria, existen diversos


pronunciamientos en los que se ha venido declarando improcedente la
demanda interpuesta contra resoluciones judiciales firmes, en aplicación
exclusiva y excluyente del segundo párrafo del artículo 44 del Código
Procesal Constitucional. Del contenido de tales pronunciamientos se puede
deducir una interpretación en el sentido de que el cómputo del plazo de 30
días hábiles a que se refiere el artículo citado se contabilizaba desde la
notificación de la sentencia o resolución firme que causa agravio y que de
ninguna manera se extiende dicho plazo hasta los 30 días hábiles
posteriores a la notificación de la resolución que ordena se cumpla con lo
decidido, tal como lo expone el propio artículo 44 del Código Procesal
Constitucional, antes citado.

El Tribunal Constitucional considera, sin embargo, que existen razones


sustentadas en la propia normativa del Código Procesal Constitucional,
particularmente en lo establecido en el artículo III de su Título Preliminar,
para modificar el criterio anteriormente descrito; en efecto, estima el
Tribunal que independientemente de que el demandante tenga la facultad de
interponer la demanda de amparo desde que conoce de la resolución firme
emitida en un proceso judicial que considere agraviante a sus derechos
constitucionales, tiene derecho a que dicho cómputo se prolongue hasta 30
días después de notificada la resolución que ordena se cumpla lo decidido.

Dicha conclusión se sustenta en el segundo párrafo del artículo 44 del


Código Procesal Constitucional, el cual establece que: “Tratándose del
proceso de amparo iniciado contra resolución judicial, el plazo para
interponer la demanda se inicia cuando la resolución ha quedado firme.
Dicho plazo concluye a los treinta días hábiles después de la notificación
que ordena que se cumpla con lo decidido”.
021. Exp. Nº 00607-2009-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Flavio Roberto Jhon
Lojas. Actuación inmediata de sentencias estimatorias y el
derecho a la educación].

Fecha de resolución: 15 de marzo de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 18 de marzo de 2010

Temas clave
Actuación inmediata de sentencias estimatorias - Derecho a la
educación - Derecho a la pluralidad de instancias - Derecho a la tutela
procesal efectiva - Pago de pensiones educativas - Rol de la
universidad - Servicio público educativo - Test de proporcionalidad

Resumen
El Tribunal Constitucional desarrolló los alcances del segundo párrafo del
artículo 22 del Código Procesal Constitucional, referido a la actuación
inmediata de sentencia en el proceso de amparo, señalando sus fundamentos
constitucionales, así como su valioso aporte a la configuración del amparo
como un proceso urgente para la tutela de los derechos fundamentales.

En efecto, en la STC Exp. Nº 00607-2009-PA/TC, el Tribunal


Constitucional decidió que, en virtud de lo establecido por el citado
artículo, el juez constitucional se encuentra habilitado para ejecutar la
sentencia de primer grado que favorece al demandante, sin perjuicio de la
apelación interpuesta por la parte contraria. De esa manera señaló que la
actuación inmediata se revela como un instrumento procesal de primer
orden para la concreción del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva en
sede constitucional.
Con todo, tras considerar que en algunos casos dicha ejecución podría
ocasionar perjuicios irrazonables en la esfera jurídica del demandado, el
Colegiado convino en precisar ciertos principios y reglas procesales que el
juez constitucional deberá observar al momento de actuar esta figura
procesal, entre los cuales cabe mencionar los requisitos de no
irreversibilidad, proporcionalidad, mandato determinado y específico, entre
otros.

De igual forma, el Tribunal Constitucional determinó en sus considerandos


que la medida adoptada por una universidad privada consistente en impedir
a sus alumnos rendir exámenes por falta de pago de sus derechos
académicos, constituye una intervención desproporcionada en el derecho
fundamental a la educación. Consideró, en este contexto, que la protección
de la satisfacción del pago de la pensión se encuentra suficientemente
garantizada con la imposibilidad del alumno de matricularse en el siguiente
ciclo, por lo que suspender intempestivamente el ciclo regular de estudios
por falta de pago deviene en una medida desproporcionada, sobre todo
teniendo en cuenta la calidad de derecho fundamental del servicio educativo
que brinda la universidad privada.

Con esta importante decisión, el Tribunal Constitucional reitera su firme


compromiso con la tutela efectiva y oportuna de los derechos enunciados
por nuestra Constitución, poniendo a disposición de los justiciables los
mecanismos adecuados para su defensa, así como su compromiso con la
construcción de un Estado Social de Derecho, donde prime el respeto por
los derechos fundamentales y la dignidad de la persona humana sobre
algunas garantías de contenido patrimonial no afectadas sustancialmente.
022. Exp. Nº 05727-2009-PC/TC
[Proceso de cumplimiento promovido por la Asociación
Interétnica de Desarrollo de la Selva (Aidesep). Sobre la
exigencia de emitir un reglamento para implementar la
consulta previa].

Fecha de resolución: 30 de junio de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 23 de agosto de 2010

Temas clave
Derecho a la consulta previa - Inconstitucionalidad por omisión -
Inconvencionalidad por omisión - Proceso de cumplimiento

Resumen
Se trata de la demanda de cumplimiento presentada por la Asociación
Interétnica de Desarrollo de la Selva (Aidesep) contra el Ministerio de
Energía y Minas, y que tenía por objeto que en cumplimiento del Convenio
169 de la OIT, se emita el reglamento que implemente la consulta previa en
nuestro país.

En esta sentencia, el Tribunal, aunque sin decirlo expresamente, acogió la


tesis de la inconvencionalidad por omisión para resolver el caso de la
ausencia de reglamentación del derecho a la consulta previa en nuestro país,
a pesar de que en dicho momento todavía no se había aprobado la Ley sobre
esta materia, que pudiera ser reglamentada. En dicha oportunidad, el
Tribunal Constitucional valoró que la desidia del Estado (específicamente,
el Ministerio de Energía y Minas) en implementar este derecho en sus
decisiones y políticas, vulneraba el Convenio 169 de la OIT que reconocía
este derecho, y por ende, suponía el incumplimiento de una obligación
internacional pasible de ser controlada en sede constitucional.
En consecuencia, a través de esta sentencia, el Tribunal admitió que la
“inconvencionalidad por omisión” puede ser controlada y reparada no solo
en los tribunales internacionales, en sede de ejecución de sus propias
sentencias, sino también por las propias cortes y tribunales internos, a través
de los procesos constitucionales orientados a dicho fin, y en este caso
específico, a través del proceso de cumplimiento.

Este fallo tiene importantes consideraciones con relación a la categoría de la


inconstitucionalidad por omisión, y allí se señala que esta puede ser
judicializada en un proceso de cumplimiento, cuando esa omisión cumpla
estos tres requisitos: a) la existencia de un mandato constitucional de
regulación normativa; b) transcurso de un periodo de tiempo razonable; y,
c) efecto inconstitucional de la omisión o resultado inconstitucional. Por su
parte, la “inconvencionalidad por omisión” se desprende del
reconocimiento del Convenio 169 de la OIT como tratado internacional
sobre derechos humanos y, por ende, la obligación del Estado peruano de
adecuar su Derecho interno a lo establecido en dicho tratado internacional.
023. Exp. Nº 02663-2009-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus interpuesto por Edwin Walter
Martínez Moreno. Recurso de agravio constitucional
excepcional por violación del orden constitucional].

Fecha de resolución: 12 de agosto de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 17 de agosto de 2010

Temas clave
Abuso de derecho - Derecho al plazo razonable - Orden constitucional
- Precedente vinculante - Recurso de agravio excepcional - Tráfico
ilícito de drogas

Resumen
Se resolvió declarar improcedente la demanda interpuesta por el ciudadano
Edwin Walter Martínez Moreno, quien mediante un hábeas corpus
solicitaba que se le excluyera del proceso penal que se le seguía por la
presunta comisión del delito de tráfico ilícito de drogas agravado, dado que
a la fecha de la demanda (año 2008) el proceso ya había durado más de 15
años sin que exista una sentencia definitiva, sobre todo cuando la Sala Penal
Permanente de la Corte Suprema de la República anuló la última sentencia
dictada, disponiendo que se celebre un nuevo juicio oral.

Esta demanda fue amparada por la Sexta Sala Penal para Procesos con Reos
Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima, que en su sentencia del 26
de noviembre de 2008 declaró fundada la demanda por considerar que se
había vulnerado el derecho del demandante a ser juzgado dentro de un
plazo razonable, por lo que dispuso que se archive el proceso. Contra esta
sentencia se interpuso recurso de agravio constitucional por parte del
Procurador Adjunto ad hoc en Procesos Judiciales Constitucionales del
Poder Judicial, por lo que el proceso llegó a conocimiento del Tribunal
Constitucional.

En principio, en aplicación de los artículos 202.2 de la Constitución y 18


del Código Procesal Constitucional, el pronunciamiento de segunda
instancia no podría ser revisado por el Tribunal Constitucional dado que al
declararse fundada la demanda, esta adquiriría inmediatamente la calidad de
cosa juzgada; sin embargo, el Tribunal Constitucional ha considerado que
ello no es posible, tratándose de procesos de tráfico ilícito de drogas y a
tenor de los artículos 201 y 8 de la Constitución, que establecen que el
Tribunal Constitucional es el órgano de control de la Constitución y que el
Estado combate y sanciona el tráfico ilícito de drogas, respectivamente.

Por ello, el Tribunal Constitucional, para evitar que se convalide la


vulneración de los derechos fundamentales, se constitucionalicen
situaciones en las que se ha incurrido en abuso del derecho o se valide la
aplicación fraudulenta de la Constitución, considera que excepcionalmente
puede revisar sentencias estimatorias de segunda instancia, a fin de proteger
los derechos, principios y valores materiales reconocidos por la
Constitución.

Analizando el caso de autos, el cuestionamiento principal está en la


excesiva duración del proceso penal de tráfico ilícito de drogas agravado
seguido contra el demandante, razón por la que obtuvo una sentencia
fundada en el proceso de hábeas corpus tramitado ante el Poder Judicial; sin
embargo, lo que no se tuvo en cuenta por parte del Poder Judicial al dictar
sentencia es que para que un proceso de hábeas corpus sea declarado
fundado, es necesario que la libertad personal del demandante o favorecido
se vea afectada o, en su caso, algún derecho conexo, situación que no se
advertía en los autos. En consecuencia, la sentencia del Poder Judicial
desnaturalizó el proceso de hábeas corpus, así como la obligación derivada
del artículo 8 de la Constitución, en el sentido de que el Estado combate y
sanciona el tráfico ilícito de drogas.
024. Exp. Nº 00655-2010-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus interpuesto por Alberto Quimper
Herrera. Solo se evalúa la prueba prohibida cuando existe
sentencia que define situación jurídica de un procesado].

Fecha de resolución: 27 de octubre de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 7 de diciembre de 2010

Temas clave
Derecho a la dignidad - Derecho a la honra - Derecho a la vida privada
- Derecho al secreto e inviolabilidad de las comunicaciones - Prueba
prohibida

Resumen
El Tribunal Constitucional considera que para evaluar la incidencia de las
pruebas prohibidas en la situación jurídica del demandante Alberto
Quimper Herrera es necesario examinar en abstracto el conjunto del
proceso penal a fin de verificar la afectación del derecho al debido proceso,
y si la decisión sobre la situación jurídica del demandante se fundamenta, o
no, en pruebas prohibidas.

El Tribunal Constitucional señala que en el presente caso se advierte que las


conversaciones telefónicas del demandante que sirven de fundamento al
auto de apertura que se cuestiona no fueron interceptadas por agentes del
Estado, por lo que la injerencia arbitraria en su vida privada no le es
imputable al juez demandado, ni al fiscal que interpuso la denuncia.
Asimismo, debe destacarse que las conversaciones telefónicas del
beneficiario no constituían información pública, por lo que su divulgación a
través de los medios de prensa, sin la autorización del beneficiario, se tornó
inconstitucional.
Por esta razón el Tribunal considera que el Estado debe investigar, juzgar y,
en su caso, sancionar a los responsables de la violación del derecho a la
vida privada del beneficiario, consistente en la interceptación y divulgación
de sus conversaciones telefónicas, así como la entrega de las
conversaciones telefónicas a los medios de comunicación. Asimismo, debe
precisarse que la divulgación de las grabaciones telefónicas requiere de la
autorización de sus interlocutores para que sea legítima.

De otro lado, debe destacarse que el criterio del análisis global para evaluar
la relación entre prueba prohibida y debido proceso penal también es
utilizado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Así, en la
sentencia del caso Schenk vs. Suiza, del 12 de julio de 1988, se precisó que
no se puede “excluir en principio y en abstracto que se admita una prueba
conseguida ilegalmente” porque solo “le corresponde averiguar si el
proceso” considerado “en su conjunto fue un proceso justo”.

Finalmente, ante la práctica de públicas difusiones de conversaciones


interceptadas, el Tribunal Constitucional debe recordar que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en la sentencia del caso Escher y
otros vs. Brasil, ha enfatizado que cuando las conversaciones telefónicas
son de carácter privado y no constituyen información pública, su
divulgación requiere de la autorización de los interlocutores, pues en caso
contrario, su divulgación se torna ilegítima.

En consecuencia, la divulgación de cintas grabadas sin la autorización de


los interlocutores configura una violación del derecho a la honra y a la
dignidad de toda persona, en el cual se incluye su privacidad, según el
artículo 11 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, leído en
conjunto con los artículos 30 y 32.2 del mismo instrumento [párr. 147]. La
divulgación de conversaciones telefónicas que se encuentran bajo secreto de
justicia por agentes del Estado implica una injerencia en la vida privada, la
honra y la reputación de los interlocutores.
En concordancia con ello, debe recordarse que el inciso 10) del artículo 2
de la Constitución dispone que las “comunicaciones, telecomunicaciones o
sus instrumentos solo pueden ser abiertos, incautados, interceptados o
intervenidos por mandamiento motivado del juez, con las garantías
previstas en la ley”.

Así el Tribunal Constitucional puntualiza que, por esta razón, los medios de
comunicación social se encuentran prohibidos de divulgar o difundir
interceptaciones y grabaciones de conversaciones telefónicas, salvo que
exista la autorización de los interlocutores grabados para que sea conocida
por terceros o un mandamiento judicial motivado que permita su difusión
por ser de interés público, bajo responsabilidad de ser denunciados
penalmente.
025. Exp. Nº 04197-2010-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por Importadora Formosa
S.R.L. Represión de actos lesivos homogéneos por sentencias
tanto del Tribunal Constitucional como del Poder Judicial].

Fecha de resolución: 12 de setiembre de 2011


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 26 de setiembre de 2011

Temas clave
Actos lesivos homogéneos - Doctrina jurisprudencial - Juicio de
comparación - Protección de medio ambiente - Represión de actos
lesivos homogéneos

Resumen
En el presente caso la controversia radicó en determinar si tal como lo alegó
la sociedad recurrente el artículo 1 del Decreto Supremo Nº 003-2008-MTC
que estableció nuevos requisitos para la importación de motores, partes,
piezas y repuestos usados destinados a vehículos de transporte terrestre,
violaba los efectos de la STC Exp. Nº 04656-2007-PA/TC por resultar
homogéneo al artículo 2 del Decreto Supremo Nº 017-2005-MTC que fuera
declarado inaplicable.

El Tribunal hizo referencia a la doctrina jurisprudencial sobre la represión


de actos lesivos homogéneos (Cfr. por todas, STC Exp. Nº 05287-2008-
PA/TC), que lo conceptualiza como aquel “(…) mecanismo de protección
judicial de derechos fundamentales frente a actos que presentan
características similares a aquellos que han sido considerados en una
sentencia previa como contrarios a tales derechos. En este sentido, lo
resuelto en un proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales
no agota sus efectos con el cumplimiento de lo dispuesto en la sentencia
respectiva, sino que se extiende hacia el futuro, en la perspectiva de
garantizar que no se vuelva a cometer una afectación similar del mismo
derecho”.

Asimismo, indicó que para presentar un pedido de represión de actos


lesivos homogéneos deben concurrir dos presupuestos, cuya ausencia
implicará la declaratoria de improcedencia de lo solicitado. Estos son: 1)
existencia de una sentencia ejecutoriada a favor del demandante en un
proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales, y; 2)
cumplimiento de lo ordenado en la sentencia de condena.

De igual modo, señaló que entre los criterios para identificar un acto lesivo
homogéneo se encuentran determinados elementos subjetivos, como las
características de la persona o personas afectadas por el acto homogéneo y
las características de la fuente u origen de este acto; así como el elemento
objetivo: homogeneidad del nuevo acto respecto a uno anterior; y, el
carácter manifiesto de tal homogeneidad.

El Tribunal Constitucional apreció que en el caso de autos los dispositivos


declarados inaplicables lo constituyeron los incisos a), b) y c), así como el
párrafo final del artículo 2 del Decreto Supremo Nº 017-2005-MTC que
contenían restricciones ahora eliminadas o, precisadas por la nueva norma,
de manera que las nuevas condiciones superaría los cuestionamientos
hechos por el Colegiado en su momento. De otro lado, advirtió también la
existencia de nuevas exigencias antes no contempladas, respecto de las
cuales, consideró que no era posible realizar una comparación, y por ende,
determinar si se presentó la invocada homogeneidad.

Así, determinó que, en el presente caso, no se había configurado el


elemento objetivo y la manifiesta homogeneidad para que la solicitud de
represión de actos homogéneos pueda ser estimada toda vez que en cuanto
se refiere al elemento objetivo se apreció que existe un elemento normativo
(el D.S. Nº 003-2008-MTC) que no estuvo vigente aún al momento en que
se expidió la STC Exp. Nº 04656-2007-PA/TC.

De otro lado, refirió también que el Decreto Supremo Nº 003-2008-MTC


había introducido un elemento adicional no ponderado por el Tribunal
Constitucional al emitir la STC Exp. Nº 04656-2007-PA/TC, esto es, el
Tratado de Libre Comercio celebrado entre el Perú y los Estados Unidos,
que en concordancia con el pronunciamiento emitido por este Tribunal,
contempla el concepto de bienes remanufacturados, define sus
características y prevé la garantía de fábrica, entendida esta como la
otorgada por el remanufacturador y no necesariamente por el fabricante del
producto original. Por lo que, consideró que no podía afirmarse que en el
presente caso se había configurado el elemento de la manifiesta
homogeneidad.

Finalmente, señaló que resultaba inconducente pretender declarar la


homogeneidad del Decreto Supremo Nº 003-2008-MTC, el cual había sido
derogado por el artículo 3 del Decreto Supremo Nº 053-2010-MTC, no
pudiendo examinar este último dado que introdujo otros elementos no
considerados en la legislación anterior y no ponderados por el Tribunal
Constitucional al emitir la STC Exp. Nº 04656-2007-PA/TC.
026. Exp. Nº 04235-2010-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus interpuesto por Alberto Fujimori
Fujimori. Derecho fundamental a la pluralidad de instancia
como un derecho de configuración legal: contenido y
alcances].

Fecha de resolución: 11 de agosto de 2011


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 11 de agosto de 2011

Temas clave
Derecho a la igualdad - Derecho a la libertad personal - Derecho a los
medios impugnatorios - Derecho a la pluralidad de instancia - Derecho
al debido proceso - Derecho al plazo razonable del proceso

Resumen
El Tribunal Constitucional declaró infundada la demanda de hábeas corpus
interpuesta por Alberto Fujimori Fujimori, correspondiente al Expediente
Nº 04235-2010-HC/TC, tras considerar que la Corte Suprema no había
vulnerado su derecho a la pluralidad de la instancia.

El demandante sostenía que la vulneración se produjo por no habérsele


permitido acceder a una segunda instancia en el incidente de recusación que
había planteado contra los Vocales Supremos que confirmaron su sentencia
condenatoria. No obstante, el Tribunal Constitucional consideró que el
contenido constitucionalmente reconocido del referido derecho no incluye
la existencia de una segunda instancia en tales incidentes, a menos que el
legislador la haya previsto. En vista de que el legislador no la ha previsto
expresamente, ni tampoco la Corte Suprema ha reconocido su existencia
por vía interpretativa, a juicio del Tribunal Constitucional, su inexistencia
no supone una violación del derecho a la pluralidad de la instancia.
En definitiva, el supremo intérprete de la Constitución consideró que la
opción interpretativa adoptada por la Corte Suprema en el sentido de
considerar que no existe una segunda instancia en los incidentes de
recusación planteados contra vocales supremos, se encuentra
constitucionalmente permitida, siendo además compatible con el Principio
20 de los Principios Básicos Relativos a la Independencia de la Judicatura,
adoptados por el Sétimo Congreso de las Naciones Unidas sobre
Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, y habiendo sido
adoptada en el marco de un proceso penal que se ha encontrado sometido a
un alto nivel de escrutinio institucional y público.

El demandante también consideró vulnerado su derecho a la igualdad,


alegando la existencia de casos en los que, supuestamente, la Corte
Suprema sí había reconocido la existencia de la referida segunda instancia.
Sin embargo, el Tribunal Constitucional concluyó que los casos que ofrecía
Fujimori con términos de comparación no eran sustancialmente idénticos a
aquel en el que su recurso impugnatorio había sido denegado, motivo por el
cual no cabía alegar violación alguna del derecho a la igualdad.

En consecuencia, el Tribunal Constitucional encontró plenamente


constitucionales las resoluciones supremas cuestionadas a través de la
demanda de hábeas corpus, las cuales fueron emitidas en el marco del
proceso penal en el que Fujimori fue condenado a 25 años de pena privativa
de libertad por los delitos de Barrios Altos y La Cantuta.
027. Exp. Nº 03682-2011-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Pesquera Aurora S.R.L.
Correcta ejecución de sentencias del Tribunal
Constitucional].

Fecha de resolución: 9 de marzo de 2012


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 3 de mayo de 2012

Temas clave
Debido proceso en sede administrativa - Deber de motivación de parte
de la Administración - Ejecución de sentencias del Tribunal
Constitucional

Resumen
En la presente causa el recurso de agravio es planteado ante el
cumplimiento defectuoso de la STC Exp. Nº 252-98-AA, que declaró
inaplicable a la demandante Pesquera Aurora S.R.L. la Resolución
Ministerial Nº 086-97-PE (que dispuso la suspensión de la recepción de
solicitudes para el otorgamiento de permiso de pesca para la operación de
embarcaciones pesqueras en la extracción de los recursos hidrobiológicos
exceptuando de lo señalado, a las solicitudes destinadas a obtener
autorización para incremento de flota a aquellas embarcaciones que sí
contaban con el respectivo permiso) al haberse acreditado la transgresión de
sus derechos constitucionales a no ser discriminado, a la libertad de trabajo,
de propiedad y de petición, pues a criterio del Colegiado la resolución
cuestionada carecía de razonabilidad y no tenía como finalidad la
prosecución del objetivo al que la misma alude, esto es, supervigilar la
extracción de los recursos hidrobiológicos, ya que prohibía a determinadas
empresas la actividad pesquera, y permitía el incremento de la misma, a
otras.
El Tribunal advirtió que, efectivamente, el Ministerio de Pesquería (hoy
Ministerio de la Producción) no cumplió con ejecutar en sus propios
términos el mandato constitucional mencionado, sino que por el contrario se
limitó a dar trámite a la solicitud de otorgamiento de permiso de pesca de la
recurrente, aplicando dispositivos legales que no se encontraban vigentes al
momento en que fueron vulnerados sus derechos constitucionales en
función de los cuales denegó dicho permiso; sin reparar en que la sentencia
de este Tribunal señaló expresamente que se había acreditado, además, de la
vulneración del derecho de petición, la vulneración del derecho a no ser
discriminado por ningún motivo, el derecho a la libertad de trabajo y el
derecho de propiedad de la demandante, lo que implicaba por ende, que el
Ministerio de Pesquería (hoy Ministerio de la Producción), encargado de la
correcta ejecución de la sentencia constitucional, debió velar porque sus
pronunciamientos tutelen cabalmente no solo el derecho de petición de la
recurrente, sino igualmente los demás derechos que se vulneraron con la
emisión de la Resolución Ministerial Nº 086-97-PE, de fecha 13 de febrero
de 1997, considerada esta como el acto lesivo de sus derechos
constitucionales.

Señaló que el objeto de los procesos de amparo no es otro que proteger


derechos constitucionales, reponiendo las cosas al estado anterior a la
violación o amenaza de violación de un derecho constitucional. En este
sentido, el principal efecto de la referida sentencia constitucional era que las
cosas se retrocedieran hasta el momento anterior a la amenaza o afectación
del derecho constitucional; por tanto, el Ministerio de Pesquería (hoy
Ministerio de la Producción), debió atender la solicitud de permiso de pesca
de la demandante, aplicando las normas que se encontraban vigentes al
momento de producido el acto lesivo, esto es, al 13 de febrero de 1997,
fecha en que se publicó la Resolución Ministerial Nº 086-97-PE.

Así, el Tribunal concluyó que no solo se vulneró el derecho al debido


procedimiento administrativo, en su manifestación de procedimiento
predeterminado por ley, ya que el demandado sustentó sus
pronunciamientos en normas expedidas con posterioridad al acto lesivo;
sino que además no cumplió con su deber de motivar debidamente sus
pronunciamientos, puesto que solo se limitó a señalar que se había
cumplido con la sentencia del Tribunal Constitucional al haber emitido a
trámite la solicitud, “tutelando así” el derecho de petición que le asistía a la
demandante; omitiendo pronunciarse por los otros derechos (a no ser
discriminado por ningún motivo, a la libertad de trabajo y a la propiedad)
tutelados por la sentencia constitucional.
028. Exp. Nº 00156-2012-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por César Humberto
Tineo Cabrera. El debido proceso en sede parlamentaria y el
marco constitucional de las comisiones investigadoras del
Congreso].

Fecha de resolución: 8 de agosto de 2012


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 5 de octubre de 2012

Temas clave
Antejuicio político - Comisiones investigadoras - Debido proceso en
sede parlamentaria - Derecho a la comunicación previa y detallada de
la acusación - Derecho a la concesión del tiempo y los medios
adecuados para preparar la defensa - Derecho a la presunción de
inocencia - Derecho a ser juzgado por un juez o tribunal independiente
e imparcial - Derecho al plazo razonable en la investigación o en el
proceso - Inmunidad parlamentaria - Levantamiento del secreto
bancario - Principio de legalidad y subprincipio de taxatividad -
Principio non bis in idem

Resumen
La demanda recaída en autos tuvo por objeto que se declare la invalidez
absoluta del proceso político de antejuicio que declaró ha lugar la
formación de la causa penal contra el recurrente por la presunta comisión
del delito de asociación ilícita para delinquir; y la nulidad del proceso
judicial que se siguió en su contra.

A propósito de este caso, el Tribunal Constitucional desarrolló ampliamente


el tema relacionado al contenido del derecho al debido proceso, teniendo en
cuenta que ya en reiteradas oportunidades ha precisado que las garantías
mínimas del debido proceso deben observarse no solo en sede
jurisdiccional, sino también en la administrativa sancionatoria, corporativa
y parlamentaria, tema de debate en el presente proceso. Así señaló que “en
sede parlamentaria, este derecho debe ser respetado no solo en los
procedimientos de antejuicio y de juicio político, sino también en las
actuaciones de las comisiones investigadoras o de las comisiones ordinarias
que reciben el encargo expreso del Pleno del Congreso de la República; y
merece una tutela reforzada, en tanto que el Congreso de la República
decide por mayoría y actúa por criterios basados en la oportunidad y
conveniencia, es decir, que su actuación y canon de control es de carácter
subjetivo porque no ejerce función jurisdiccional propiamente dicha” (f. j.
4).

Derecho a la comunicación previa y detallada de la acusación: En sede


parlamentaria, el derecho a la comunicación previa y detallada de la
acusación supone en primer lugar que las comisiones investigadoras deben
dar a conocer con claridad bajo qué cargos y por qué circunstancias se cita a
una persona a declarar. Impone, asimismo, al Congreso la obligación de
legislar con claridad los distintos procedimientos sancionatorios,
especialmente para garantizar los derechos que le asisten a quienes son
investigados y citados. Es la única forma de garantizar que los altos
funcionarios o los ciudadanos, según sea el caso, conozcan en forma previa,
clara, integral y suficientemente detallada los hechos (acciones u
omisiones) por los que son citados a una comisión investigadora; o los
delitos que se le imputan en el ejercicio de la función (antejuicio) o las
infracciones constitucionales previamente tipificadas (juicio político), a fin
de que puedan ejercer en forma efectiva su derecho a la defensa.

Derecho a la concesión del tiempo y los medios adecuados para preparar la


defensa: Este derecho se encuentra reconocido en el artículo 89.d.1 del
Reglamento del Congreso de la República que regula el procedimiento de
acusación constitucional, estableciéndose un plazo de cinco días hábiles
desde la notificación por la subcomisión de acusaciones constitucionales
para formular por escrito el descargo correspondiente y presentar medios
probatorios. Sin embargo, sobre este aspecto, tal como advierte el Tribunal,
en el Reglamento del Congreso de la República no se ha establecido un
plazo para ofrecer descargos frente a las acusaciones formales que pueden
entablar las comisiones investigadoras y de fiscalización, poniendo en
riesgo el derecho de defensa.

Derecho a la presunción de inocencia mientras no se establezca legalmente


su culpabilidad: En sede parlamentaria, ratificando su doctrina vinculante
recaída en la STC Exp. Nº 00006-2005-PI/TC, el Tribunal señaló que el
Congreso de la República no puede inhabilitar en el ejercicio de la función
pública a ningún funcionario por la supuesta comisión de delitos si es que
previamente no hay sentencia firme de culpabilidad dictada por el Poder
Judicial. Cosa distinta implicaría violación del debido proceso y trasgresión
del principio de división de poderes, pues el Congreso usurparía la función
jurisdiccional de los jueces penales.

Derecho a ser juzgado por un juez o tribunal independiente e imparcial:


Señaló que aunque pueda parecer extraño exigir en sede del Parlamento,
órgano político por excelencia, el derecho a ser juzgado por una autoridad
independiente e imparcial, subyace en la Constitución este derecho. Así el
artículo 100 de la Ley Fundamental exige que la suspensión o inhabilitación
del funcionario se vota sin la participación de la Comisión Permanente, toda
vez que esta ha sido la que ha acusado, no pudiendo en consecuencia actuar
como juez y parte o, en el mejor de los casos, como juez y fiscal al mismo
tiempo.

Este derecho importa en este aspecto una estricta regulación de las


recusaciones, formulación de tachas y una detallada lista de las causales de
impedimento de los que integran las respectivas comisiones.
Derecho a ser investigado dentro de un plazo razonable en el caso de los
altos funcionarios: El Colegiado advirtió que en sede parlamentaria, el
plazo de la investigación de las Comisiones Investigadoras no tiene límite
temporal o plazo fijo establecido en el Reglamento del Congreso de la
República. Por lo que el plazo de la investigación queda al arbitrio del
Pleno del Congreso de la República al momento de constituir la Comisión
Investigadora. A diferencia de lo que acontece con los cuerpos de
procesamiento penal, civil o administrativo, no se fijan criterios objetivos
para evaluar el vencimiento del plazo razonable (complejidad de las
investigaciones, naturaleza de los hechos a investigar, el número de
investigados y la particular dificultad para conseguir o requerir medios
probatorios). Tampoco están precisados los límites temporales de actuación
de las comisiones investigadoras, cuando su labor es prorrogada por el
Pleno, ni el número de veces en los que se puede prorrogar dicho plazo.

El Tribunal Constitucional observó el riesgo que importa esta omisión, por


lo que exhortó al Congreso de la República a modificar su Reglamento con
la finalidad de establecer un plazo razonable compatible con las
disposiciones emanadas de los instrumentos internacionales de protección
de los derechos humanos. No obstante, dejó constancia que los plazos
legales no son absolutos, sino meramente referenciales, toda vez que cada
proceso tiene sus particularidades.
029. Exp. Nº 01601-2012-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por la Superintendencia
Nacional de Administración Tributaria. Inconstitucionalidad
sobreviniente de la ejecución de una sentencia constitucional].

Fecha de resolución: 24 de abril de 2012


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 27 de abril de 2012

Temas clave
Derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales - Prevalencia de
las sentencias constitucionales por sobre las emitidas en los procesos
judiciales ordinarios - Principio de igualdad en la aplicación de la ley -
Principio de seguridad jurídica

Resumen
El Tribunal señaló que así como es una exigencia derivada del derecho a la
ejecución de las resoluciones judiciales la “identidad total entre lo ejecutado
y lo establecido en la sentencia”, así también existen supuestos en los cuales
el surgimiento de hechos nuevos posteriores a la expedición de las
sentencias constitucionales pueden convertir al cumplimiento de las mismas
en una situación de inconstitucionalidad sobreviniente o de facto que exigen
ser reparadas.

Asimismo, advirtió que el principio de seguridad jurídica se ve afectado allí


donde en un mismo ordenamiento jurídico subsisten de dos o más
interpretaciones dispares en torno a la constitucionalidad de una misma
norma, situación esta en la cual la predictibilidad y la certeza de los
pronunciamientos jurisdiccionales se verían seriamente trastocadas, siendo
no menos evidente la afectación del derecho a la igualdad en la aplicación
de la ley.
De los antecedentes del caso en autos se tiene que mediante Resolución Nº
21, la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Callao revoca
la apelada y declara fundada la demanda de amparo interpuesta por
miembros de la Asociación Nacional de Trabajadores Cesantes y Jubilados
de la Superintendencia Nacional de Aduanas (ANAT-Sunad), y, en
consecuencia, declara inaplicables a los accionantes el inciso c) del artículo
6 y la Segunda Disposición Transitoria del Decreto Legislativo Nº 680.
Posteriormente los accionantes interponen demanda de ejecución de
resolución judicial sosteniendo, entre otras cosas, que la resolución materia
de ejecución había ordenado el pago de las pensiones nivelables sin topes
en igual monto que la remuneración del trabajador activo de la Sunad. En
dicho proceso de ejecución, la Segunda Sala Civil de la C.S.J. del Callao
mediante Resolución Nº 09 confirma la improcedencia de la observación
formulada por la Sunat, y aprueba el Informe Pericial Nº 0125-2008- PJ-EV
(el cual complementa un anterior informe pericial - Informe Nº 0411-2007-
PJ-EV-, que practica la nivelación pensionaria que prevé el Decreto Ley Nº
20530, considerando remuneraciones pertenecientes al régimen laboral
privado).

A criterio del Tribunal, en el presente caso, la entidad demandante


cuestionó vía el amparo no la Resolución Nº 21 expedida por la Tercera
Sala Civil de la C.S.J. del Callao, que como tal tiene la calidad de cosa
juzgada; sino la ejecución de la misma. En ese sentido, advierte que, más
que la ejecución “en sus propios términos” de la sentencia materia de
cumplimiento, lo que la entidad recurrente reclama en su demanda es la
afectación del principio de igualdad en la aplicación de la ley, ya que en
virtud de la aplicación de la sentencia de amparo se estaría otorgando, como
señala la demandante, “un indebido privilegio reconociéndose un derecho
que no solo no posibilita el régimen pensionario del Decreto Ley Nº 20530,
sino que el propio Tribunal Constitucional ha negado adecuadamente a
otros pensionistas del mismo régimen”, lo que a su juicio implicaría
obligarla a realizar “un acto discriminatorio”.
Así, se tiene que mediante el presente proceso de amparo la entidad
recurrente (Sunat – parte demandada en el primer proceso de amparo y en el
proceso de ejecución) cuestiona las resoluciones judiciales derivadas de un
proceso judicial de ejecución de resoluciones, iniciado por los miembros de
la ANAT-Sunad contra la Sunat con el objeto de obtener la ejecución de la
resolución constitucional expedida en el primer proceso de amparo.

Al respecto, el Colegiado destacó que no es lo mismo el trámite de


ejecución de una sentencia que opera al interior de cada proceso (incluido el
proceso constitucional), que un proceso autónomo de ejecución de
resoluciones judiciales (regulado por los artículos 713 y siguientes del
Código Procesal Civil), el cual, de acuerdo a la configuración que realiza el
C.P.C. corresponde a un proceso judicial ordinario, que opera,
normalmente, por defecto o deficiencia en aquellos procesos que no cuentan
con un adecuado procedimiento de ejecución en su interior, y el interesado
considera pertinente que su sentencia firme requiera ser cumplida.

Asimismo, destacó las diferencias entre una sentencia constitucional y una


sentencia ordinaria, señalando los importantísimos roles que se le confieren
al juez constitucional y que no se agotan en una facultad meramente
declarativa en torno de sus resoluciones o sentencias, sino hasta el momento
en que la tutela constitucional ha quedado totalmente configurada a través
del objetivo restitutorio (artículo 1 del Código Procesal Constitucional). Es
decir, que las facultades del juez constitucional son mucho más amplias e
incluso más discrecionales que las del juez ordinario.

Consideró que el llamado proceso de ejecución de resoluciones judiciales


solo puede operar respecto de la eficacia de sentencias emitidas en procesos
judiciales ordinarios, pero no así respecto de las sentencias constitucionales,
pues supone habilitar vías procesales distintas para una petición que, por
principio, solo debió ser dilucidada de una sola forma.
Puntualizó que frente a sentencias constitucionales, lo correcto es solicitar
la ejecución ante la primera instancia judicial que conoció el proceso
conforme al artículo 59 del Código Procesal Constitucional, situación que
en el presente caso no se ha presentado, pues la parte demandante, en su
momento, del primer proceso de amparo inició un proceso de ejecución,
respecto de la sentencia constitucional acaecida en dicho proceso
constitucional. Asimismo, señaló que la controversia ventilada en autos,
resulta, por principio, inaceptable a la luz de lo dispuesto en el primer
párrafo del artículo 22 del Código Procesal Constitucional, de acuerdo con
el cual: “(…) las sentencias dictadas por los jueces constitucionales tienen
prevalencia sobre las de los restantes órganos jurisdiccionales y deben
cumplirse bajo responsabilidad”.

Consideró que un proceso judicial de configuración típicamente ordinaria


no puede desnaturalizar lo decidido por la justicia constitucional, que como
se ha señalado tiene prevalencia sobre la primera; por lo que, determinó que
las resoluciones judiciales cuestionadas contravienen la jurisprudencia
constitucional vinculante y colisionan manifiestamente una disposición
expresa de la normatividad procesal constitucional.

Advierte que, en el caso de autos, quien incurre en los excesos ya no es la


Sunat, a quien en su momento adecuadamente se corrigió, sino la parte
procesal que en su momento promovió el proceso de amparo que culminó
con una sentencia que ordenó la nivelación de pensiones, pero no de una
nivelación con las connotaciones de una remuneración, mucho menos de un
cambio del régimen laboral público al privado, como irresponsablemente lo
han entendido las resoluciones judiciales cuestionadas y el dictamen
pericial que las mismas pretenden validar. Que las resoluciones
cuestionadas no solo han distorsionado el contenido de la sentencia
constitucional en que pretenden apoyarse, sino las interpretaciones que
sobre el mismo tema ha realizado el Tribunal Constitucional en casos
anteriores, proscribiendo el cálculo de pensiones en la forma en que
pretendieron los recurrentes del cuestionado proceso de ejecución de
sentencias judiciales como en la STC Exp. Nº 00649-2011-PA/TC.

Por tales fundamentos, declaró fundada la demanda de amparo y nula la


Resolución Nº 9, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia del Callao en el proceso de ejecución de resolución judicial,
disponiendo la expedición de una nueva resolución conforme a los
considerandos de la presente sentencia.
030. Exp. Nº 03066-2012-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Agrícola Cerro Prieto
S.A.C. Derecho a la ejecución de las sentencias
constitucionales. Apelación por salto].

Fecha de resolución: 10 de setiembre de 2012


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 9 de noviembre de 2012

Temas clave
Apelación por salto - Derecho a la ejecución de sentencias
constitucionales

Resumen
El Tribunal Constitucional (TC) con la finalidad de garantizar la eficacia de
sus resoluciones en sus propios términos, ha establecido mediante STC
Exp. Nº 00004-2009-PA, publicada el 15 de noviembre de 2010, el recurso
de apelación por salto a favor de la ejecución de una sentencia del TC,
contra resoluciones del juez de ejecución que declara actuado, ejecutado o
cumplido el mandato de una sentencia del Tribunal, o que declara fundada
la contradicción u observación propuesta por el Colegiado, frente a
supuestos de inejecución, ejecución defectuosa o desnaturalización de la
sentencia constitucional.

Así, en el caso de autos se advierte que en la fase de ejecución de la


sentencia constitucional el Primer Juzgado Constitucional de Lima no ha
ejecutado la Sentencia del Tribunal (STC Exp. Nº 03569-2010-PA) en sus
propios términos y ha interpretado erróneamente los alcances de la misma,
al considerar que no corresponde a dicha instancia “aclarar” una sentencia
del Tribunal Constitucional en vía de ejecución, por no ser una competencia
legalmente asignada al juez de ejecución.
Al respecto, el Colegiado ha precisado que si bien el juez de ejecución no
puede replantear o modificar los términos de una resolución judicial al
ejecutarla, sí tiene por obligación desplegar todas las actividades que
resulten conducentes para realizar una correcta actuación de la sentencia
emitida. Así, mediante STC Exp. Nº 02813-2007-PA/TC (f. j. 16), se ha
puntualizado que el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales se
satisface cuando el órgano judicial adopta las medidas oportunas y
necesarias para llevar a efecto la ejecución del fallo.
031. Exp. Nº 02362-2012-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Gisela Elva Tejada
Aguirre. Ordenan a universidad implementar un trato
diferenciado para la evaluación académica de alumnos con
discapacidad].

Fecha de resolución: 26 de julio del 2013


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 14 de agosto del 2013

Temas clave
Derecho a la igualdad - Trato diferenciado - Derecho a la educación

Resumen
El Tribunal Constitucional, en recurso de agravio constitucional, declaró
fundada la demanda de amparo interpuesta por Gisela Tejada Aguirre contra
la escuela de posgrado de la Universidad de Ciencias Aplicadas. En la
presente demanda, la recurrente, quien presenta una discapacidad visual
solicita su reincorporación como estudiante del programa de maestría de
Regulación IV, y que se le permita rendir una evaluación oral en el curso de
Derecho de la Regulación de Competencia.

El Tribunal desestimó valorar la posible aceptación de la demandante de


que sea evaluada por escrito ya que, pese a los requerimientos que le hizo a
la universidad, esta nunca le informó sobre las medidas concretas tomadas
debidamente a la estudiante y solo insistió en que se aplicó debidamente el
reglamento (aun cuando el reglamento de estudios en su numeral 2.4.
permite también la evaluación oral de los alumnos). Con ello, el órgano
colegiado concluyó que se lesionó el derecho a la educación y a la igualdad
pues (i) no se acreditó la implementación del trato diferenciado que ella
requería, dada la discapacidad visual que padece y que oportunamente dio a
conocer a la escuela de posgrado.

Respecto a la lesión del derecho a la educación señaló que se evidencia en


especial una afectación al derecho a la educación de la permanencia debido
a que la universidad no consideró las necesidades educativas especiales de
la demandante en su condición y pese a ello interrumpió arbitrariamente la
prestación del servicio educativo.

El Tribunal precisó que no todo tratamiento desigual o diferenciado puede


ser discriminatorio, ya que el derecho a la igualdad solamente será
vulnerado cuando el trato desigual carezca de una justificación objetiva y
razonable. Asimismo, declaró que esta obligación de prestar un tratamiento
diferencial alcanza a los particulares sobre la base de la eficacia horizontal
de los derechos fundamentales.
032. Exp. Nº 00022-1996-PI/TC-Resolución
[Pedido de ejecución de sentencia promovido por el
representante del Colegio de Ingenieros del Perú. Ejecución
de sentencia en un proceso de inconstitucionalidad, referido al
pago de los bonos de la deuda agraria e intereses, en el cual se
debe asumir el valor actualizado de estos].

Fecha de resolución: 16 de julio de 2013


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 16 de julio de 2013

Temas clave
Ejecución de sentencias - Bonos agrarios - Proceso de
inconstitucionalidad - Autonomía procesal - Valor actualizado de los
bonos

Resumen
El Tribunal, en el presente fallo, ha conocido la ejecución de un sentencia
dictada en un proceso de inconstitucionalidad, haciendo uso de su
autonomía procesal. El órgano colegiado, con el voto a favor de solo tres de
sus miembros resolvió la resolución de julio del 2013 en la que ordenó que
en ejecución de la sentencia de fecha 15 de marzo del 2011 STC Exp. N°
00026-2001-PI/TC, para el pago de los bonos de la deuda agraria el
intereses, rige le criterio valorista o el valor actualizado de los bonos
expresado en la sentencia constitucional debiendo emplearse el método de
actualización establecido en el fundamento 25 de la presente señaló en el
fundamento 25 de la presente resolución, a favor de todos los tenedores de
bonos pendiente de pago, en su condición de expropiados, herederos o
cesionarios. Esta actualización se aplicará también a los procesos judiciales
en trámite.
Cabe señalar que anteriormente, a través de la sentencia de marzo del 2001,
este tribunal resolvió el proceso de inconstitucionalidad originado en la
demanda interpuesta por el Colegio de Ingenieros del Perú y contra los
artículos 1, 2 y primera disposición final de la Ley Nº 26597, y 1 de la Ley
Nº 26599 (STC Exp. Nº 022-96/-I/TC).

Con ello, se estableció que el valor de las tierras expropiadas en la reforma


agraria debía ser pagado a su valor de mercado y en efectivo; lo que debía
ser acatado por el Poder Ejecutivo en su condición de deudor del valor de
los bonos de la deuda de la reforma agraria.

Luego de más de diez años de emitida dicha sentencia, el representante del


Colegio de Ingenieros del Perú presentó un escrito al TC solicitando se
proceda a la ejecución de sentencia del 15 de marzo del 2001. El
representante sustenta su pedido en que si bien el Estado a través del
Ministerio de Economía y Finanzas, ha emitido una serie de dispositivos
normativos y no normativos donde se ha reconocido la sentencia del
tribunal, contradictoriamente a la fecha actual, viene desconociendo en vías
administrativas y civiles, el valor actualizado de los bonos a que se refiere
la sentencia del 2001

En otras palabras, el Poder Ejecutivo, a través de sus procuradores, en los


procesos judiciales entablados por los expropiados para lograr el cobro del
justiprecio, afirma constantemente la improcedencia de actualizar la deuda
al no existir mandato legal ni administrativo que así lo determine, y que la
sentencia del tribunal no puede aplicarse a hechos producidos antes de
expedirse.

El órgano colegiado también ha señalado que la metodología a aplicarse es


aquella que expresa un criterio de actualización consistente en la conversión
del principal impago en dólares americanos, desde la fecha de la primera
vez que se dejó de atender al pago de los cupones de dicho bono, más la
tasa de interés de los bonos del Tesoro americano.

Además de ello, a través de la misma resolución del 16 de julio de 2013, el


órgano colegiado dispone que el Poder Ejecutivo, en el plazo de 6 meses a
partir de su expedición, emita un decreto supremo regulando el
procedimiento para el registro valorización y formas de pago de la deuda de
los bonos de la reforma agraria en cada caso, teniendo en cuenta los
fundamentos 26 al 29 de la resolución.
033. Exp. Nº 01126-2012-PA/TC
[Demanda de amparo interpuesta por Dogner Lizith Diaz
Chiscul. El Tribunal Constitucional ha afirmado que las
instituciones de formación, policiales o militares no pueden
valorar negativamente el hecho de que los estudiantes estén
casados o que tengan hijos].

Fecha de resolución: 6 de marzo de 2014


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 20 de mayo de 2014

Temas clave
Estado de cosas inconstitucional - Derecho a la personalidad -
Escuelas militares o policiales - Regímenes educativos

Resumen
El Tribunal Constitucional declaró como estado de cosas inconstitucional
que la declaración de paternidad o maternidad en una institución educativa
policial o militar es considerada como una falta. Asimismo, precisó que una
restricción de esta naturaleza afecta el contenido constitucional del derecho
al libre desarrollo de la personalidad. Cabe recordar que, en el caso
conocido por el Colegiado, la demanda de amparo fue interpuesta con la
finalidad de que el demandante sea repuesto en su centro de estudios
policiales del cual fue sancionado por ser padre de familia.

Dogner Lizith Díaz Chiscul interpuso una demanda de amparo contra la


Policía Nacional del Perú. De acuerdo a lo expuesto en la demanda se
aprecia que el acto lesivo estaría contenido en la resolución que ordenó su
separación definitiva de la Escuela de Sub Oficiales de la PNP.
El Director de la Escuela señala que el demandante presentó
temerariamente una declaración jurada expresando ser soltero y no tener
hijos, no obstante tener la condición de padre del menor D.M.D.F., como se
acredita con la Partida de Nacimiento Nº 63072059, expedida por la
Municipalidad Distrital de Reque.

El Colegiado admitió que, por su naturaleza, las escuelas policiales y


militares tienen regímenes educativos distintos, acordes a las exigencias que
son propias de la formación que imparten, pero que ello no hace válido
establecer faltas o sanciones que pueden llevar a la separación de un
estudiante por actos o decisiones que tengan sustento constitucional. Por
ello, no pueden establecerse requisitos que devengan en irrazonables, tales
como la exclusión de aquellas personas que hayan decidido formar una
familia o ser padres.

Asimismo, tal como se señaló con anterioridad, el TC indicó como un


estado de cosas inconstitucional, que la declaración de paternidad o
maternidad en una institución educativa policial o militar constituya una
falta o un argumento que genere una sanción administrativa en contra de
quien tiene la condición de padre o madre y había ordenado que estas se
abstengan de imponer sanciones o de considerar un demérito la condición
de padre o madre de sus estudiantes.

En este caso, el Colegiado anotó que, si bien el demandante quebró el


principio de veracidad que todo ciudadano debe observar al suscribir
documentos con calidad de declaración jurada, por mentir sobre su estado
civil y la existencia de su menor hijo, también debía tenerse en cuenta que
la situación es inconstitucional y que las instituciones educativas policiales
no pueden ni deben considerar una desventaja determinado estado civil o la
condición de padre o madre.
034. Exp. Nº 00139-2013-PA/TC
[Demanda de amparo promovido por Rafael Alonso Inga
Zevallos en representación de P.E.M.M. El TC establece,
como doctrina jurisprudencial, que los jueces y tribunales del
país no pueden ordenar al Reniec el cambio de sexo de las
personas transexuales, cuando resuelvan procesos judiciales
(cambio de nombre)].

Fecha de la resolución: 18 de marzo de 2014


Fecha de la publicación en el portal oficial del TC: 5 de mayo de 2014

Temas clave
Doctrina jurisprudencial - Cambio de sexo - Transexuales - Cambio de
nombre

Resumen
Al resolver el presente caso, el Tribunal Constitucional (TC) estableció que
los jueces y tribunales del país no pueden ordenar al Reniec el cambio de
sexo de las personas transexuales, cuando resuelvan procesos judiciales
(cambio de nombre), dado que el sexo de la persona consignado en el
registro de estado civil corresponde a su sexo biológico.

A juicio de los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli, Calle Hayen y


Álvarez Miranda, tal prohibición no lesiona el derecho a la identidad de las
personas transexuales. Y es que para el Derecho, “el sexo viene a ser el
sexo biológico, el sexo cromosómatico o genético instaurado en el
momento de la fecundación (…), que determina el sexo femenino o
masculino”.
“La diferencia entre los sexos responde a una realidad extrajurídica y
biológica que debe ser constitucionalmente respetada por fundarse en la
‘naturaleza de las cosas’ (…) en tanto que la ciencia aporta que el sexo
cromosomático no se puede cambiar, el sexo es indisponible”, concluye el
TC.

De esta forma, al ser una realidad indisponible, el sexo genital (sexo


biológico) no solo es necesario para individualizar (identificar) a las
personas, sino “resulta determinante para las distintas consecuencias que se
derivan de la condición de mujer y hombre en el ordenamiento jurídico”;
tales como contraer matrimonio, adoptar a menores de edad, etc.

El colegiado considera que las personas transexuales sufren un “trastorno


mental” en el que no hay ninguna patología anatómica o genética, y contra
el cual aún no se descubre un tratamiento adecuado. Por ello, ante la falta
de certeza jurídica de que la cirugía transexual sea un tratamiento eficaz o
que legalmente deba prevalecer el sexo psicológico sobre el sexo biológico,
el TC concluye que el “sexo de la persona es su sexo biológica o
cromosómatico”.

Por estas consideraciones, el TC desestimó la demanda de amparo


presentada por el representante de P. E. M. M. (STC Exp. Nº 00139-2013-
PA/TC), una mujer transexual reasignada que solicitaba cambiar el sexo (de
masculino a femenino) consignado en su partida de nacimiento y DNI.

Para el TC, el derecho a la identidad se tutela debidamente cuando se


admite el cambio de prenombre a una persona transexual, sin modificarse el
sexo biológico consignado en el Registro Civil.
035. Exp. Nº 02437-2013-PA/TC
[Demanda de amparo presentada por Margarita Cósar
Camacho, Marcos Antonio Segura Lozano y Juan Pérez Salas
contra supermercados Plaza Vea. Prohibir a personas con
discapacidad visual ingresar a centros de abastos sin sus
perros-guías constituye una “discriminación por
indiferenciación”].

Fecha de resolución: 16 de abril de 2014


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 30 de abril de 2014

Temas clave
Discriminación por indiferenciación - Derechos a la igualdad - Libre
desarrollo de la personalidad - Perros-guía - Invidentes

Resumen
El Tribunal Constitucional (TC) ha precisado que el derecho a la igualdad y
no discriminación garantiza a las personas con discapacidad visual que
puedan acceder, en igualdad de condiciones, a centros de abastos, de la
manera más autónoma y segura posible, mediante la asistencia de un perro-
guía. El uso de dicho animal constituye una medida de adaptación del
entorno que facilita el pleno goce y ejercicio de sus derechos (ajustes
razonables).

En ese sentido, está plenamente garantizado el acceso libre de las personas


con discapacidad visual, asistidas por sus perros-guías a los supermercados,
así como su permanencia de manera ilimitada, constante y sin trabas, refiere
el TC al analizar la Ley General de la Persona con Discapacidad y Ley que
regula el uso de perros-guía por personas con discapacidad visual conforme
a la Convención sobre los Derechos de las Personas de las Naciones
Unidas.

Además, el TC precisó que la relación existente entre el perro-guía y una


persona con discapacidad no es semejante a la que existe entre una mascota
común y su dueño. Para las personas sin ningún tipo de discapacidad, sus
perros no inciden en el modo como se conducen y actúan; en cambio, para
los invidentes estos animales son una garantía para su movilidad personal.

Por tal razón, la inexistencia de un trato diferenciado entre las personas con
y sin discapacidad visual constituye una discriminación por
indiferenciación (es decir, tratar igual a los que son sustancialmente
desiguales), lo cual está prohibido por la Constitución y los tratados
internacionales.

No obstante, el TC advirtió que no cualquier can cumple la condición de


“perro-guía”, pues para serlo es preciso que el animal posea un conjunto de
cualidades especiales: ser equilibrado, tranquilo, obediente y sociable;
además debe ser de tamaño mediano.

Así lo determinó el Tribunal Constitucional (TC) al declarar fundada la


demanda de amparo interpuesta por Margarita Cósar, Marcos Segura y Juan
Pérez (Exp. Nº 02437-2013-PA/TC), personas con discapacidad visual,
contra Supermercados Plaza Vea tras haberles prohibido el ingreso a sus
instalaciones junto con sus perros-guía.
036. Exp. Nº 00015-2013-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad presentado por congresistas
de la República contra la Ley del Servicio Militar. El Tribunal
Constitucional declaró inconstitucional la imposición de
multas para los sorteados al Servicio Militar que no acudan al
llamamiento. No obstante, sí admitió que se les suspenda sus
derechos civiles. Asimismo, validó la realización del sorteo
para cubrir las vacantes].

Fecha de la razón de relatoría que acompaña la resolución: 23 de mayo de 2014


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 23 de mayo de 2014

Temas clave
Servicio militar - Derecho a la igualdad - Sorteo - Derechos civiles

Resumen
La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre la Ley de Servicio
Militar podría resumirse en tres apartados:

1. El pago de la multa para evitar el servicio militar es inconstitucional


por discriminar a los de menos recursos;

2. Pueden suspenderse temporalmente los derechos civiles de las


personas que no acatan el llamamiento, pero no indefinidamente; y,

3. La ratificación de la constitucionalidad del sorteo.

Respecto al primero, todos los magistrados del TC han votado por declarar
inconstitucional parte del artículo 78.9 de la Ley del Servicio Militar que
fijaba la multa del 50 % de la UIT para los omisos al llamamiento
obligatorio. Sobre este punto el TC ha sido muy claro en su resolución: es
constitucionalmente inadmisible que se permita librar del llamamiento
forzoso solo a las personas que sí puedan pagar una multa de S/ 1,900 (50
% de la UIT). No se puede establecer un trato diferenciado que discrimine a
un grupo determinado de ciudadanos frente a otro en función de su
condición económica. Esta regulación es una clara vulneración del derecho
a la igualdad, precisa el Colegiado.

El TC enfatiza: “La multa (…) lejos de adecuarse a la finalidad represiva


que le corresponde como institución del derecho administrativo
sancionador, constituye una válvula de escape idónea para permitir que
determinadas personas se sustraigan de su pretendido deber de contribuir al
Sistema de Defensa Nacional a través del servicio militar. En ese sentido, se
estima que existen razones suficientes para concluir que la regulación
impugnada deviene inadmisible en términos constitucionales”.

Conforme a este razonamiento, el TC considera que es inconstitucional la


multa consignada en el artículo 78.9 de la Ley del Servicio Militar. Por ello,
decide expulsar del ordenamiento jurídico la frase contenida en dicho
artículo que establecía la aplicación de la mencionada multa.

Con relación a la suspensión de los derechos civiles como castigo para los
omisos al servicio militar, el TC afirma que no resulta irrazonable o
desmedido disponer sanciones como la suspensión de los efectos legales del
DNI. Argumenta que “es constitucionalmente posible imponer las referidas
sanciones a aquellos que se resistan a cumplir con sus deberes reconocidos
en la Constitución, tales como aquel que manda a los ciudadanos participar
de la defensa nacional”.

No obstante, el Colegiado advierte que también resulta evidente que en


ninguna circunstancia será admisible que algún deber o principio
constitucional sirva de excusa para privar a una persona de su capacidad de
ejercicio de forma indefinida o irreversible. Bajo tales consideraciones,
concluye que el artículo 78.9 de la Ley del Servicio Militar será plenamente
respetuoso del ordenamiento constitucional “siempre que se prevean
mecanismos dirigidos a salvaguardar el derecho fundamental a la
personalidad jurídica de tal manera que, antes que constituirse como una
condena de ‘muerte civil’, la medida restrictiva en cuestión esté sujeta a un
plazo, a una condición o, cuando menos, a un procedimiento de revisión”.

Por ello, el TC exhorta al legislador para que en el plazo más breve regule
un mecanismo alternativo dirigido a evitar que la sanción de suspensión de
los efectos del DNI derive en una condena de “muerte civil”, esto es,
privarle a una persona de su capacidad de ejercicio de forma indefinida.

Finalmente, sobre el tercer punto resaltado, cabe señalar que no se


alcanzaron los votos necesarios –5 como mínimo– para eliminar esa parte
de la Ley del Servicio Militar (el art. 50). Por lo tanto, la sentencia del TC
ha ratificado la validez de los sorteos que se convoquen para cubrir las
vacantes requeridas para el servicio militar.

Solo 4 magistrados (Urviola Hani, Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez


Miranda) consideraron inconstitucional el sorteo para el llamamiento. Faltó
uno para conseguir la inconstitucionalidad.
037. Exp. Nº 00987-2014-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Francisca Lilia Vásquez
Romero. Precedente vinculante que permite el rechazo
liminar del recurso de agravio constitucional].

Fecha de resolución: 6 de agosto de 2014


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 26 de agosto de 2014

Temas clave
Recurso de agravio constitucional - Rechazo liminar - Precedente
vinculante

Resumen
La nueva conformación del Tribunal Constitucional ha establecido como
precedente vinculante una serie de criterios mediante los cuales le será
posible rechazar de plano gran parte de las demandas que comúnmente
llega a su conocimiento. Con ello se busca que el Colegiado pueda enfocar
sus recursos en atender aquellos casos que merecen una tutela urgente o
solucionar conflictos de suma relevancia.

Así, en el caso Francisca Lilia Vásquez Romero (Exp. Nº 00987-2014-


PA/TC), nuestro Máximo Intérprete de la Constitución determinó que podrá
emitir sentencia interlocutoria denegatoria del recurso de agravio
constitucional (RAC) cuando:

a. Carezca de fundamentación la supuesta vulneración que se invoque.

b. La cuestión de derecho contenida en el recurso no sea de especial


trascendencia constitucional.
c. La cuestión de Derecho invocada contradiga un precedente vinculante
del TC.

d. Se haya decidido de manera desestimatoria en casos sustancialmente


iguales.

De esta forma, el RAC podrá ser rechazado sin más trámite, esto es, sin
debate entre las partes ni valoración de pruebas.

Este precedente vinculante reviste una gran importancia puesto que el RAC
es la única vía a través del cual los justiciables pueden acceder al TC en los
procesos de tutela de derechos (amparo, hábeas corpus, hábeas data y
cumplimiento).

El artículo 18 del Código Procesal Constitucional establece los requisitos de


procedencia de dicho recurso. Al respecto, indica que el RAC únicamente
será procedente contra resoluciones de segundo grado que declaren
infundada o improcedente la demanda. Seguidamente, señala que este
medio impugnatorio deberá ser presentado dentro del plazo de 10 días
contados a partir del día siguiente de notificada la resolución cuestionada.

Pese a que la legislación se limita a establecer solo estas condiciones para la


procedencia del RAC, a juicio de nuestro Máximo Intérprete de la
Constitución, no bastaría la desestimación de la demanda y el cumplimiento
del plazo. Tal como había indicado el TC en un anterior precedente
vinculante (STC Exp. Nº 02877-2005-PHC/TC), además de los requisitos
formales de procedencia resulta indispensable evaluar la relevancia
constitucional del caso materia de la demanda.

Ello fue recogido en el artículo 11 del Reglamento Normativo del Tribunal


Constitucional, según el cual, aparte de los criterios establecidos en el
citado artículo 18 del Código Procesal Constitucional, la Sala declarará la
improcedencia del RAC, a través de un auto, en los siguientes supuestos:
“si el recurso no se refiere a la protección del contenido esencial del ámbito
constitucionalmente protegido de un derecho fundamental; si el objeto del
recurso, o de la demanda, es manifiestamente infundado, por ser fútil o
inconsistente; o, si ya se ha decidido de manera desestimatoria en casos
sustancialmente idénticos, pudiendo acumularse”.
038. Exp. Nº 02383-2013-PA/TC
[Demanda de amparo interpuesta por Elgo Ríos Nuñez. El
Tribunal Constitucional ha establecido cuatro criterios que
los jueces deberán aplicar conjuntamente para identificar
cuándo la vía ordinaria resulta idónea e igualmente
satisfactoria que el amparo].

Fecha de resolución: 12 de mayo de 2015


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 9 de julio de 2015

Temas clave
Improcedencia del amparo - Vías ordinarias igualmente satisfactorias

Resumen
Mediante este pronunciamiento, el Colegiado busca estandarizar el análisis
que deben hacer los jueces sobre la pertinencia de la vía constitucional del
amparo. Para ello, ha establecido cuatro criterios que deben presentarse de
manera conjunta y que permitirán determinar si corresponde acudir al
amparo o si, por el contrario, existe una vía ordinaria que pueda tutelar
adecuadamente el derecho fundamental invocado.

Este precedente es el resultado de sistematizar lo que el propio Colegiado


ha dicho anteriormente en su jurisprudencia. Y lo hace desde dos
perspectivas: una objetiva, referida al análisis del proceso ordinario, y otra
subjetiva, referida a la evaluación del derecho fundamental en cuestión.

Primer criterio: estructura idónea

Desde una perspectiva objetiva (es decir, vinculada a la vía propiamente


dicha), debe analizarse si la regulación del procedimiento es, en efecto,
rápida y eficaz. En otras palabras, debe evaluarse si el proceso ordinario
tiene una estructura idónea para proteger los derechos supuestamente
vulnerados.

Segundo criterio: tutela idónea

Este criterio, que también parte de la perspectiva objetiva, se refiere a la


idoneidad de la protección que podría recibirse en la vía ordinaria. En este
punto, debe analizarse si en la vía ordinaria será posible resolver
debidamente el caso que se ponga a su consideración.

Tercer criterio: urgencia como amenaza de irreparabilidad

Desde la perspectiva subjetiva, debe analizarse si la vía ordinaria pone en


grave riesgo el derecho afectado. Aquí es necesario evaluar si acudir a ella
puede volver irreparable la afectación alegada. Esta situación puede existir
incluso si un proceso ordinario es considerado como “vía igualmente
satisfactoria” desde una perspectiva objetiva.

Cuarto criterio: urgencia por la magnitud del bien involucrado o del


daño

También desde la óptica subjetiva, este criterio exige analizar la necesidad


de tutela urgente sobre la base de la relevancia que tenga el derecho
involucrado o la gravedad del daño que podría ocurrir.
039. Exp. Nº 01761-2014-PA/TC
[Demanda de amparo interpuesta por Noemí Irene Zanca
Huayhuacuri. El Tribunal Constitucional declaró como
doctrina jurisprudencial la exigencia de la prueba mínima].

Fecha de resolución: 6 de agosto de 2015


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 7 de setiembre de 2015

Temas clave
Prueba mínima - Doctrina jurisprudencial - Multa para abogados

Resumen
El Tribunal Constitucional precisa que corresponde al demandante (o a su
defensa) adjuntar medios de prueba mínimos pero suficientes para acreditar
supuestas amenazas o vulneraciones a derechos fundamentales. De lo
contrario, la defensa podría ser pasible de sanción. Lea esta importante
decisión del TC.

Las afectaciones a los derechos fundamentales invocadas en el marco de un


proceso constitucional deben ser contrastadas con una prueba mínima, pero
suficiente, que acredite el acto lesivo. Específicamente, en el caso de
procesos constitucionales contra resoluciones judiciales, este mínimo
exigible consiste en presentar una copia de tales pronunciamientos.

Así lo ha establecido el Tribunal Constitucional, como doctrina


jurisprudencial vinculante, en la STC Exp. Nº 01761-2014-PA/TC, a través
de la que declaró improcedente una demanda de amparo interpuesta contra
lo decidido en un proceso contencioso-administrativo.
En su decisión, el Colegiado advirtió que no se había adjuntado algunas de
las decisiones adoptadas en el proceso cuestionado. Si bien ello pudo ser
subsanado empleando el sistema de Consulta de Expedientes Judiciales del
Poder Judicial, explicó que no es tarea de la jurisdicción constitucional
buscar las resoluciones cuestionadas para otorgar una respuesta al
justiciable. Por el contrario, estimó que corresponde al demandante (o a su
defensa) la obligación de adjuntar copia de la resolución que se cuestiona,
pues ello constituye prueba indispensable para verificar la alegada
vulneración de derechos fundamentales.

El Tribunal Constitucional logró, en el caso concreto, revertir la omisión


probatoria en que incurrió la parte demandante; sin embargo, señaló que
ello no impide advertir la exigencia de adjuntar las resoluciones que se
busca cuestionar a través de los distintos procesos constitucionales, sobre
todo para los abogados litigantes y bajo sanción.
040. Exp. Nº 04968-2014-PHC/TC
[Demanda de hábeas corpus interpuesta por Luciano López a
favor de Alejandro Toledo. El Tribunal Constitucional emitió
un nuevo precedente que precisa el debido proceso en sede
parlamentaria, modificando en alguna medida lo que dispuso
en el caso Tineo Cabrera].

Fecha de resolución: 4 de noviembre de 2015


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 4 de noviembre de 2015

Temas clave
Debido procedimiento en sede parlamentaria - Precedente vinculante.

Resumen
El Tribunal Constitucional (TC) estableció un precedente vinculante que
incluye doce (12) reglas que deberán cumplirse para garantizar el debido
proceso en las comisiones investigadoras del Congreso, las cuales incluso
han modificado y/o precisado algunas de las reglas contenidas en la
sentencia sobre el caso Tineo Cabrera.

Sobre los hechos que puede investigar el Parlamento, el Colegiado ha


establecido que “los asuntos relacionados con el resguardo de la debida
gestión estatal son de interés público, y por tanto, pueden ser objeto de
investigación por el Congreso de la República” (primera regla). Entonces,
no todo asunto de interés ciudadano justifica la intervención de los poderes
públicos, ya que dicho interés y el manejo de la cosa pública deben estar
vinculados.
Asimismo, el TC señaló que “una comisión de investigación parlamentaria
puede investigar hechos concernientes a personas que no son funcionarios
públicos si ellos guardan una estrecha vinculación con la regular actuación
o no de los órganos del Estado. De ser así, el asunto reviste interés
público”(segunda regla).

En consecuencia, descartó lo alegado por la defensa de Alejandro Toledo


sobre la naturaleza privada de la compra de diversos inmuebles por él y sus
allegados, ya que el TC afirmó que desembolsar casi 5 millones de dólares
en poco tiempo justifica estudiar la capacidad adquisitiva de la persona.
Además el Colegiado precisó que si se descarta que esta cuente con los
fondos suficientes y, además, se verifica que es pariente de quien es, o fue,
funcionario público, la investigación puede involucrar a dicho familiar.

De igual forma, el Tribunal Constitucional ha establecido que “[l]a decisión


del Pleno del Congreso de instituir una Comisión de Investigación para el
análisis de un asunto de interés público no es per se restrictiva de ningún
bien constitucional” (tercera regla).

Asimismo, señaló que “el contenido de una pregunta, su manera de


formulación o su contexto puede denotar, eventualmente, la afectación de
otros derechos fundamentales, tales como el derecho a no ser obligado a
declarar contra uno mismo o el derecho a ser juzgado por un juez
independiente e imparcial, pero no per se el derecho de defensa. De hecho,
antes bien, que se haya permitido plantear las objeciones evidencia que el
derecho a la asistencia técnica ha sido efectivamente ejercido” (cuarta
regla).

También aseveró que “ni la formulación de preguntas utilizando palabras


como ‘mintió’ o ‘si es o’ o ‘no cierto’, ni una solicitud de confesión sincera,
ni la reiteración de rogantes, pueden ser razonable y objetivamente
entendidos como factores que en sí mismos obliguen a nadie a confesarse
culpable. Esta conclusión no varía por el hecho de que la pregunta sea
formulada por una autoridad menos aún si la persona se encuentra en dicho
momento efectivamente asistida por un abogado defensor de su libre
elección” (quinta regla).

Estas reglas responden a que el objetivo de la investigación contra el


expresidente Toledo es explorar el origen de los fondos con los que él y sus
allegados adquirieron una serie de inmuebles, lo cual no vulnera derechos
fundamentales. El TC estimó, además, que el plazo para preparar la defensa
del expresidente fue razonable (a diferencia de lo alegado por la parte
demandante), y que las negativas a que su abogado acceda al expediente se
motivaron en que este no contaba con la autorización debida cuando
presentó las solicitudes.

El TC también rechazó las críticas en la demanda dirigidas a las preguntas


formuladas por la Comisión, pues estas se referían a la forma en que fueron
planteadas. Ello no vulneró el derecho a la defensa técnica porque el
abogado del demandante pudo objetarlas, adujo el Supremo Intérprete de la
Constitución.

En el caso Tineo Cabrera (STC Exp. Nº 00156-2012-PHC/TC), el


Colegiado exhortó al Congreso a que regule un procedimiento de acusación
constitucional en caso de juicio político. Ahora ha precisado que “[l]a
exhortación (…) tiene, entre otros objetivos, optimizar el contenido
protegido de los derechos fundamentales que conforman el debido proceso,
aminorando los riesgos de su violación. Pero no siempre puede ser
interpretada en el sentido de que haya venido justificada por la detección de
una omisión per se inconstitucional” (sexta regla).

De esta forma, aclara que el hecho de que la acusación constitucional no


tenga previsto un procedimiento no es, por sí solo, inconstitucional. De lo
contrario, los principios de supremacía y de fuerza normativa de la
Constitución habrían exigido cubrir esta laguna a través de la integración o,
en todo caso, incluyendo en los puntos resolutivos la orden dirigida al
Congreso.

También estableció que “[e]l deber de dar a conocer los ‘cargos’ respectivos
dependerá del ámbito y del estado en el que se encuentre la respectiva
investigación, no siendo una obligación que pueda imponerse con
prescindencia del análisis de cada caso en particular” (sétima regla).

El Colegiado precisó, a este respecto, que el parámetro de


constitucionalidad para determinar la validez de la comunicación dirigida a
una persona investigada por el Parlamento es si se permite conocer con el
mayor detalle posible los hechos que se le atribuyen. En el caso de Toledo,
consideró que no se vulneró su derecho a la comunicación previa porque se
le informó de la investigación antes que comparezca ante la comisión y,
considerando la etapa inicial en la que esta se encontraba, es evidente que
se cumplió con el deber de informar al investigado, con el mayor detalle
posible, los hechos objeto de investigación que justifican su citación.

Sobre el derecho a contar con el tiempo adecuado para preparar la defensa,


el Colegiado estableció que “[m]ás allá de que aún no se proceda a la
previsión de dicho plazo, la violación del derecho fundamental a la
concesión del tiempo para preparar la defensa resultará efectivamente
constatado si, a la luz de las circunstancias del caso concreto, se aprecia que
no se brindó al investigado un plazo razonable para articular su
defensa” (octava regla).

Ello lo hizo en atención a que, pese a ya haber exhortado al Congreso en el


caso Tineo Cabrera a que regule un plazo, ello aún no ocurre. En el caso
concreto del expresidente, indicó que el plazo que tuvo (veinticinco días
naturales) resultaba razonable.
Para el Tribunal Constitucional, “[a] diferencia de otros procedimientos que
pueden activarse en sede parlamentaria, el de las comisiones de
investigación no es un procedimiento acusatorio, ni tampoco sancionatorio;
sus conclusiones no siempre culminan en una recomendación de acusación;
y, aunque así fuere, ellas no vinculan a ningún poder público. No es, pues,
un ámbito en el que, a criterio de este Tribunal, opere el derecho
fundamental a interrogar testigos como parte del derecho fundamental a la
defensa (novena regla).

De esa forma respondió a lo alegado por el demandante respecto a que se


había vulnerado su derecho a intervenir en la actividad probatoria en
igualdad de condiciones pues no se permitió intervenir a sus abogados
cuando testigos han rendido declaraciones ante la Comisión.

En cuanto al derecho al juez imparcial, para el Tribunal, “[l]o que sí resulta


claramente exigible a los miembros de una comisión de investigación es el
respeto por la imparcialidad desde un punto de vista subjetivo. De ahí que
ningún miembro de la comisión pueda tener un interés personal directo o
indirecto en el resultado de la investigación. De ahí que, en lo que resulte
pertinente, por analogía, son aplicables a los miembros de una comisión las
causales de inhibición previstas en el artículo 53, inciso 1, del Nuevo
Código Procesal Penal” (décima regla).

En el caso concreto, se había cuestionado que diversos miembros de la


comisión habían adelantado opinión y que ello vulneraba el derecho a un
juez imparcial. El TC reiteró que dicha garantía se extiende a las
investigaciones parlamentarias y que la cuestión es determinar la intensidad
y el sentido en que esta opera en dicho contexto. En ese sentido, señaló que
como se trata de investigar hechos y no de tomar decisiones, lo exigido a
una comisión investigadora del Congreso se parece a la imparcialidad
demandada al Ministerio Público.
Además, para el TC, “[m]ientras exista respeto por el honor y la buena
reputación de las personas (art. 7 de la Constitución) y no se realice una
imputación directa de responsabilidad penal que resulte reñida con la
presunción de inocencia (art. 2, inciso 24, literal e, de la Constitución), no
resulta inconstitucional que los miembros de una comisión de investigación
en sus intervenciones deslicen abrigar una hipótesis sobre el caso, una vez
analizados los actuados respectivos. Por lo demás, sostener la tesis de que
se encuentran jurídicamente impedidos de hacerlo es incompatible con la
naturaleza eminentemente política del Parlamento” (décimo primera regla).

En la demanda no se alegó que los miembros de la comisión hayan


vulnerado el honor o la buena reputación del investigado ni que le hayan
atribuido responsabilidad penal antes de adoptar sus conclusiones, sino que
se alega que existe la posibilidad de que formulen una hipótesis acerca de la
eventual responsabilidad del expresidente relacionada con los hechos
investigados. Para el Colegiado, ello no vulnera la imparcialidad de la
comisión investigadora.

El Tribunal Constitucional ha establecido que “[e]l suceso que debe


necesariamente verificarse antes de solicitar el levantamiento del secreto
bancario es la confirmación de la Comisión, mas no la comunicación al
investigado de los hechos por los cuales se va a investigar. Ello por el
sencillo motivo de que esta última no es una condición previa que deba
verificarse ni siquiera en el ámbito jurisdiccional, tal como deriva del
artículo 235, inciso 1, del Nuevo Código Procesal Penal” (décimo segunda
regla).

De esta forma queda sin efecto aquel establecido en la STC Exp. Nº 00156-
2012-PHC/TC (caso Tineo Cabrera), que obligaba a comunicar a la persona
sobre la investigación en su contra antes de adoptar esta medida. Con este
precedente, ahora solo resulta suficiente que la comisión investigadora
curse una comunicación para acceder a la información bancaria que resulte
pertinente y necesaria para los fines y el objeto de la investigación.
041. Exp. Nº 01593-2003-HC/TC
[Proceso de Hábeas Corpus promovido por Dionisio
Llajaruna Sare. Beneficios penitenciarios y libertad
personal].

Fecha de resolución: 30 de enero de 2004


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 30 de enero de 2004

Temas clave
Beneficios penitenciarios - Derecho a la motivación de resoluciones -
Libertad condicional - Libertad personal - Principio de irretroactividad
de la ley - Principio tempus delicti comissi - Principio tempus regit
actum

Resumen
El objeto de la demanda en este proceso constitucional fue que se ordene el
otorgamiento del beneficio penitenciario de libertad condicional dado que
según el recurrente, al declararse improcedente su pedido se aplicó una ley
que no se encontraba vigente al momento de cometerse el delito, por lo que
consideró que se estaba lesionando su derecho constitucional a la libertad
individual.

Vemos, que fueron temas de análisis por parte del Tribunal al expedir la
sentencia de autos la determinación de la ley aplicable en el tiempo para
resolver una solicitud de acogimiento a cierta clase de beneficios
penitenciarios, como son la semilibertad y libertad condicional; además de
la naturaleza de los beneficios penitenciarios y su relación con la libertad
individual.
Así, expresó que las disposiciones que establecen los supuestos para
conceder un beneficio penitenciario, como la liberación condicional y la
semilibertad, no son normas materialmente penales, sino normas
materialmente procesales o procedimentales. Que, se trata, en efecto, de
normas que establecen los presupuestos para iniciar un procedimiento (arts.
50 y 55 del Código de Ejecución Penal) destinado a crear certeza en el juez
penal de que el tiempo de prisión efectiva y el tratamiento penal efectuado,
permiten concluir que el interno está apto para reincorporarse a la sociedad,
pues fue reeducado y rehabilitado durante el tiempo que sufrió la condena.
En ese sentido, señaló, que el problema de la ley aplicable en el tiempo ha
de resolverse, prima facie, a la luz del principio de eficacia inmediata de las
leyes, con las modulaciones que este pueda tener como consecuencia del
contenido constitucionalmente protegido del derecho “a no ser sometido a
un procedimiento distinto de los previamente establecidos”, al que se refiere
el inciso 3) del artículo 139 de la Constitución.

Entonces, una cuestión en debate en la presente causa fue determinar el


momento que establece la legislación aplicable para resolver un
determinado acto procedimental, como el que acontece con el de los
beneficios penitenciarios. El Tribunal Constitucional consideró que es la
fecha en la cual se inicia el procedimiento destinado a obtener el beneficio
de semilibertad o liberación condicional, esto es, conforme se desprende de
los artículos 50 y 55 del Código de Ejecución Penal (CEP),
respectivamente, la fecha en la que se presenta la solicitud para acogerse a
los beneficiarios. De modo que, cualquier modificación que se realice a las
condiciones para acogerse a un beneficio penitenciario no podrá ser
aplicable al caso concreto del solicitante, a no ser que la nueva ley, como
dispone el artículo VII del Título Preliminar (TP) del Código de Ejecución
Penal, sea más favorable al interno. En este sentido, sin dejar de considerar
que la ley aplicable es la vigente al momento de presentarse la solicitud de
acogimiento a los beneficios penitenciarios, con el artículo VII del T.P. del
CEP se determina que una nueva ley puede ser aplicable retroactivamente
en aquellos casos en los que, a pesar de que la solicitud se presentó durante
la vigencia de una ley anterior, la nueva ley establece condiciones más
favorables para acceder a los beneficios penitenciarios.

Por otro lado, el Tribunal Constitucional precisó que el otorgamiento de


beneficios no está circunscrito únicamente al cumplimiento de los requisitos
formales que la normatividad contempla (plazo de internamiento efectivo,
trabajo realizado, etc.), sino que se encuentra además subordinada a la
evaluación del juez, quien estimará si los fines del régimen penitenciario
(inc. 22 del art. 139 de la Constitución) se han cumplido, de manera que
corresponda reincorporar al penado a la sociedad aun antes de que no se
haya cumplido con la totalidad de la condena impuesta, si es que este ya
demuestra estar reeducado y rehabilitado. Señaló, que la justificación de las
penas privativas de libertad es, en definitiva, la protección de la sociedad
contra el delito, por ende, el periodo de privación de libertad, debe servir
para lograr, en lo posible, que el delincuente una vez liberado no solamente
quiera respetar la ley y proveer a sus necesidades, sino también que sea
capaz de hacerlo.

En resumen, refirió el Colegiado que, lo verdaderamente trascendental al


momento de resolverse una solicitud de acogimiento a un determinado
beneficio penitenciario, como la liberación condicional, es la evaluación del
juez y no la opinión que sobre este tema tengan las autoridades competentes
del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), la cual solo tiene un valor
indiciario. Y es que si se admitiera que lo verdaderamente predominante
para la concesión es el informe favorable expedido por el INPE en torno a
si se cumplieron los fines de la pena, y se redujera la labor del juez a
evaluar solo si se cumplió el plazo que la ley exige como mínimo para su
otorgamiento, entonces, se desvincularía al juez de la verificación de una
tarea que constitucionalmente le compete.

Respecto al caso en concreto, sí remarcó el hecho de que si bien la


resolución que deniega el beneficio penitenciario no constituye una
violación del derecho a la libertad individual, sí podría configurarse una
violación del derecho constitucional a la motivación de las resoluciones
judiciales, susceptible de protección mediante un proceso constitucional
distinto al hábeas corpus. Y es que la denegación de tales solicitudes de
libertad no puede o debe ser resuelta de manera caprichosa o arbitraria por
los jueces competentes, sino de manera especialmente fundamentada
precisándose los argumentos fácticos y jurídicos en los cuales se sustenta en
virtud del inciso 5) del artículo 139 de la Constitución.

En el caso de autos, el recurrente señaló que su solicitud de acogimiento a


un beneficio penitenciario se había resuelto aplicando una ley que
temporalmente no era la aplicable. Sobre el particular, el Tribunal advirtió
de autos que dicha solicitud se había presentado antes que entrara en
vigencia el Decreto Legislativo Nº 927, es decir, durante la vigencia del
artículo 19 del Decreto Ley Nº 25475, que prohíbe la concesión de
beneficios penitenciarios a los internos condenados por el delito de
terrorismo.
042. Exp. Nº 02915-2004-HC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Federico Tiberio
Berrocal Prudencio. Derecho al plazo razonable de la
detención preventiva].

Fecha de resolución: 23 de noviembre de 2004


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 25 de noviembre de 2004

Temas clave
Derecho a la presunción de inocencia - Derecho al plazo razonable de
la detención - Duplicación del plazo de detención - Hábeas corpus
traslativo - Libertad personal - Plazo máximo de la detención -
Requisitos procesales de la medida cautelar

Resumen
El derecho al plazo razonable de la detención preventiva constituye,
propiamente, una manifestación implícita del derecho a la libertad personal
reconocido en la Carta Fundamental (art. 224 de la Constitución) y, en tal
medida, se funda en el respeto a la dignidad de la persona humana.

Así, mediante la presente sentencia se establecen criterios o pautas que


aplicadas a cada situación específica permiten al juez constitucional
determinar la razonabilidad del plazo de la detención preventiva a través de
un análisis interpretativo del artículo 137 del Código Procesal Penal, el cual
regula el plazo máximo de detención preventiva y su prolongación.

Los referidos criterios de evaluación de la razonabilidad del plazo de la


prisión preventiva, contemplados por el Tribunal son los que siguen:
a. Actuación o conducta de los órganos judiciales: “Prioridad y
diligencia debida”

Es deber del juez penal dotar de la prioridad debida y actuar con una
diligencia especial en la tramitación de las causas en las que el
inculpado se encuentre en condición de detenido de un lado porque:
“(...) el poder del Estado para detener a una persona en cualquier
momento del proceso constituye el fundamento principal de su
obligación de sustanciar tales casos dentro de un plazo razonable”
(Informe Nº 2/97, párrafo 44); y, de otro, porque el procesado que
afronta tal condición sufre una grave limitación de la libertad que,
strictu sensu, la ley ha reservado solo a los que han sido efectivamente
condenados.

De no tenerse presente ello, una medida que debería ser concebida


como cautelar y excepcional, se convertiría en un instrumento de
excesiva aflicción física y psicológica para quien no tiene la condición
de condenado, resquebrajando su capacidad de respuesta en el proceso
y mellando el propio principio de dignidad.

En tal sentido, serían especialmente censurables, por ejemplo, la


demora en la tramitación y resolución de los recursos contra las
decisiones que imponen o mantienen la detención preventiva; las
indebidas e injustificadas acumulaciones o desacumulaciones de
procesos; o, como estableciera el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos (TEDH), los repetidos cambios de juez instructor, la
tardanza en la presentación de un peritaje o en la realización de una
diligencia en general (caso Clooth, párrafo 45).

La falta de diligencia de los órganos judiciales tendría lugar, incluso,


en aquellos supuestos en los que su actuación se viera “formalmente”
respaldada por el ordenamiento legal, puesto que, tal como ha
establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos: “(...) nadie
puede ser sometido a detención o encarcelamiento por causas y
métodos que –aun calificados de legales– puedan reputarse como
incompatibles con el respeto de los derechos fundamentales del
individuo, por ser, entre otras cosas, irrazonables, imprevisibles, o
faltos de proporcionalidad” (Caso Gangaram Panda vs. Surinam).

b. Complejidad del asunto

El Tribunal resaltó que para valorar la complejidad del asunto es


menester tomar en consideración factores tales como la naturaleza y
gravedad del delito (Caso Tomasi. Sentencia del TEDH del 27 de
agosto de 1992), los hechos investigados, los alcances de la actividad
probatoria para el esclarecimiento de los eventos, la pluralidad de
agraviados o inculpados, o algún otro elemento que permita concluir,
con un alto grado de objetividad, que la dilucidación de una
determinada causa resulta particularmente complicada y difícil.

c. Actividad procesal del detenido

En este aspecto, el Colegiado distinguió entre el uso regular de los


medios procesales que la ley prevé y la falta de cooperación mediante
la pasividad absoluta del imputado (muestras ambas del ejercicio
legítimo de los derechos que el Estado Constitucional permite), de la
denominada “defensa obstruccionista” (signo inequívoco de la mala fe
del procesado y, consecuentemente, recurso repudiado por el orden
constitucional).

En consecuencia, “(...) la demora solo puede ser imputable al acusado si


este ha abusado de su derecho a utilizar los resortes procesales disponibles,
con la intención de atrasar el procedimiento” (Informe Nº 64/99, Caso
11.778, Ruth Del Rosario Garcés Valladares. Ecuador, 13 de abril de 1999.
Asimismo, Caso Wemhoff, TEDH, párrafo 2; y Caso Neumeister, TEDH,
párrafo 2).
Entre las conductas que podrían ser merituadas como intencionalmente
dirigidas a obstaculizar la celeridad del proceso, se encuentran la
interposición de recursos que desde su origen y de manera manifiesta se
encontraban condenados a la desestimación o las constantes y premeditadas
faltas a la verdad que desvíen el adecuado curso de las investigaciones.

Sin perjuicio de lo expuesto, el Tribunal destacó que, en principio, no


podría generar perjuicios para el procesado la repetida presentación de
recursos que tengan por objeto la reevaluación de la pertinencia y
suficiencia de las razones que, prima facie, legitimaron el dictado del
mandato de detención en su contra. Y es que dicha evaluación constante
constituye un deber del juez penal, aun en circunstancias en las que no
medie una solicitud de parte, de manera tal que, desde el mismo instante en
que se desvanece la pertinencia de los motivos que sirvieron de fundamento
para el dictado de la medida, esta debe ser revocada.

Por otro lado, realizó un análisis de los límites legales del plazo de la
detención preventiva. Así, precisó que en el artículo 137 del Código
Procesal Penal (CPP), se establecen dos “tipos” de plazo máximo de
detención, distinguibles en razón del delito imputado y de la complejidad de
la causa:

a. De un lado se encuentra el plazo máximo aplicable a los procesos


que versan sobre la generalidad de los delitos y cuyo
encausamiento, en principio, no reviste mayor complejidad, el
cual, a su vez, se divide en razón del tipo procedimiento en que
debe ser merituada la causa, de manera tal que si se trata del
procedimiento ordinario (denominado sumario por el Código de
Procedimientos Penales), el plazo máximo es de 9 meses, y si se
trata del procedimiento especial (denominado ordinario por el
Código de Procedimientos Penales), 18 meses.
b. De otra parte, tenemos el plazo máximo aplicable a los delitos de
tráfico ilícito de drogas, terrorismo, espionaje y otros de
naturaleza compleja seguidos contra más de diez imputados, en
agravio de igual número de personas, o del Estado, en cuyo caso
el plazo máximo es de 36 meses. Se trata de una presunción legal
de complejidad, prima facie que, desde luego, podría quedar
desvirtuada a la luz del caso concreto.

El Tribunal Constitucional encontró razonable esta diferenciación de los


plazos en la medida en que se tome en cuenta el siguiente factor que resulta
medular al momento de garantizar el contenido del derecho a que la prisión
preventiva no exceda de un plazo razonable: los plazos “máximos”.

De otra parte, señaló que a tenor del segundo y tercer párrafo del artículo
137 “mediante auto debidamente motivado, de oficio por el juez o a
solicitud del fiscal y con conocimiento del inculpado”, se concluye que es
posible prolongar el plazo máximo de detención “por un plazo igual” a los
establecidos en su primer párrafo “cuando concurren circunstancias que
importen una especial dificultad o una especial prolongación de la
investigación y que el inculpado pudiera sustraerse a la acción de la
justicia”.

Sin embargo, el Colegiado consideró que al momento de aplicar dichos


preceptos el juez penal debe tener presente los siguientes criterios a efectos
de evitar afectar el derecho fundamental del procesado:

a. Se trata de plazos máximos que no pueden ser sobrepasados bajo


ninguna circunstancia (límite absoluto al plazo de duración de la
prisión preventiva).

b. Todos los criterios antes indicados para valorar la razonabilidad


de la duración del plazo son aplicables cuando se pretenda
prolongarlo en los casos de la generalidad de los delitos
merituados en procedimiento ordinario (hasta 18 meses) y de los
delitos merituados en el procedimiento especial (hasta 36 meses).

c. Sin embargo, a la luz de una interpretación pro homine y favor


libertatis del segundo párrafo del artículo 137 del CPP, se
concluiría en que la “especial dificultad” o “especial prolongación
de la investigación”, que permite justificar la prolongación del
plazo de detención en el caso de los delitos de tráfico ilícito de
drogas, terrorismo, espionaje y otros seguidos contra más de diez
imputados, en agravio de igual número de personas, o del Estado
(más de 36 meses), solo podría fundamentarse en retrasos
atribuibles objetiva e inequívocamente al propio interesado, sin
que para tales efectos sea posible recurrir a una supuesta
“complejidad del asunto”.

d. En ningún caso el plazo de detención provisional de un procesado


puede exceder el de la pena privativa de libertad preestablecida
para el delito del que se le acusa.

En resumen, se puede decir que el excederse del plazo razonable implica un


incumplimiento por parte del Estado de su deber de garantizar sentencias
penales justas, prontas y plenamente ejecutables, y, por otro lado, significa
también vulnerar el derecho a la libertad personal y a la presunción de
inocencia mientras no se haya declarado judicialmente la culpabilidad del
procesado.
043. Exp. Nº 00731-2004-HC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Alfonso Villanueva
Chirinos. Criterios para establecer límites a la detención
domiciliario

Fecha de resolución: 16 de abril de 2004


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 31 de mayo de 2005
Temas clave
Conducta obstruccionista del procesado - Derecho al plazo razonable
de detención - Detención domiciliaria - Detención preventiva -
Libertad personal - Límites a la libertad personal - Plazo máximo de
detención - Peligro procesal - Principio de proporcionalidad y
razonabilidad - Requisitos procesales de la medida cautelar

Resumen
Mediante sentencia de autos se consideró que la falta de regulación de
plazos máximos para la imposición del mandato de comparecencia con
detención domiciliaria puede resultar lesiva al derecho al plazo razonable,
puesto que la no existencia de plazos máximos para la medida de detención
domiciliaria deja al juzgador sin un parámetro cuantitativo límite para
verificar el exceso en la restricción al derecho. Más aún, considerando que
la misma no se contabiliza como pena a cuenta.

Tomando en cuenta lo dispuesto en el inciso 8 del artículo 139 de la


Constitución [el principio de no dejar de administrar justicia por vacío o
deficiencia de la ley (...)], y, a fin de salvar este vacío legal, el Tribunal
consideró importante resaltar dos premisas: a) la existencia del plazo
máximo, no resulta el único criterio determinante para constatar que una
detención deviene en desproporcionada y arbitraria luego de vencido el
plazo, pudiendo tornarse en tal, inclusive antes del cumplimiento del
mismo, cuando por ejemplo, desaparezcan las razones que motivaron el
propio mandato, y; b) la inexistencia de un plazo máximo legal, de ninguna
manera puede admitirse como justificación válida para la permanencia de
una medida restrictiva de derechos de forma indefinida, arbitraria y
desproporcionada, debiendo más bien ser valorado en cada caso según los
elementos de juicio objetivos existentes.

Bajo este razonamiento, el Tribunal Constitucional reitera y establece que el


exceso de detención domiciliaria puede verificarse en cada caso concreto
atendiendo a una serie de elementos, dentro de los cuales la existencia de un
plazo máximo como referente derivado del propio principio de
proporcionalidad solo es uno de ellos y no el único determinante.

Es así que consideró necesario establecer ciertos criterios con carácter


vinculante que sirvan de parámetros al juez constitucional para determinar
si una persona está detenida en su domicilio más allá del tiempo
razonablemente necesario.

En primer lugar, si el llamado peligro procesal –de fuga o perturbación de la


actividad probatoria– no permanece como amenaza efectiva en tanto dure la
medida decretada, la misma devendrá en ilegítima desde el momento
mismo en que desaparece la amenaza. En tales casos, de proseguir la
medida, la situación del imputado bajo arresto domiciliario estaría basada
ya no en razones objetivas sino en retrasos judiciales causados por un
funcionamiento anormal de la Administración de Justicia con las
responsabilidades jurídicas que de ello puedan derivar, conforme lo advierte
el inciso 7 del artículo 139 de la Constitución.

De otro lado, corresponde invocar también en este caso los elementos


desarrollados in extenso en el Caso Tiberio Berrocal (STC Exp. Nº 02915-
2004-HC/TC), referidos a la evaluación de la razonabilidad del plazo en la
detención provisional. Es decir:
a. La actuación diligente de los órganos judiciales: En este punto, deberá
analizarse la conducta diligente de las autoridades judiciales, es decir,
el grado de celeridad en la tramitación y resolución de recursos, así
como la motivación de los mismos.

b. La complejidad del asunto: Se evalúa en función a factores como la


naturaleza y gravedad del delito, hechos investigados, alcances de la
actividad probatoria para el esclarecimiento de los eventos, la
pluralidad de agraviados o inculpados, o algún otro elemento que
objetivamente permita calificar una causa como complicada.

c. La actividad procesal del detenido: Es evaluada en función a lo que se


entiende por defensa obstruccionista, cuando este ha abusado de su
derecho a utilizar recursos con el objeto de dilatar el procedimiento, es
decir, únicamente cuando hay mala fe por parte del procesado, lo cual,
corresponderá ser demostrado por el juez.
044. Exp. Nº 02758-2004-HC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Luis Guillermo
Bedoya de Vivanco. Principio de legalidad penal].

Fecha de resolución: 23 de noviembre de 2004


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 23 de febrero de 2005

Temas clave
Hábeas corpus contra resoluciones judiciales - Participación delictiva -
Principio de legalidad penal

Resumen
En el presente caso el recurrente alegó que se había violado el principio de
legalidad penal al haber sido condenado por el delito de peculado a título de
cómplice sin que a su juicio se cumplan los presupuestos previstos para que
se configure dicho delito.

Se señaló en la sentencia que el principio de legalidad penal se configura


como un principio, pero también como un derecho subjetivo constitucional
de todos los ciudadanos. Así, como principio constitucional, informa y
limita los márgenes de actuación de los que dispone el Poder Legislativo al
momento de determinar cuáles son las conductas prohibidas, así como sus
respectivas sanciones. En tanto que, en su dimensión de derecho subjetivo
constitucional, garantiza a toda persona sometida a un proceso o
procedimiento sancionatorio que lo prohibido se encuentre previsto en una
norma previa, estricta y escrita, y también que la sanción se encuentre
contemplada previamente en una norma jurídica.
Además, que la dimensión subjetiva del derecho a la legalidad penal no
puede estar al margen del ámbito de los derechos protegidos por la justicia
constitucional frente a supuestos como la creación judicial de delitos o
faltas y sus correspondientes supuestos de agravación o, incluso, la
aplicación de determinados tipos penales a supuestos no contemplados en
ellos.

En este sentido, se precisó que si bien es cierto como regla general la


tipificación penal y la subsunción de las conductas ilícitas no son ni
deberían ser objeto de revisión en los procesos constitucionales; resulta
admisible que de manera excepcional la justicia constitucional pueda
efectuar un control sobre una resolución judicial por afectación del
principio de legalidad penal y, en concreto, en aquellos casos en los que al
aplicar un tipo penal o imponer una sanción el juez penal se aparte del tenor
literal del precepto o cuando la aplicación de un determinado precepto
obedezca a pautas interpretativas manifiestamente extravagantes o
irrazonables, incompatibles con el ordenamiento constitucional y su sistema
material de valores.

Así, en el caso de autos, el Tribunal coincidió con lo señalado en la


sentencia cuestionada en el sentido de que sí se había configurado el delito
de peculado. Pues, si bien es cierto, formalmente, Vladimiro Montesinos
Torres ocupaba el cargo de Asesor II de la Alta Dirección del Servicio de
Inteligencia Nacional, en realidad ejercía de hecho la jefatura del SIN,
cargo que le permitía la custodia y administración de fondos públicos por lo
que se le podía considerar sujeto activo del delito, tal como lo prevé el
artículo 387 del Código Penal.
045. Exp. Nº 02262-2004-HC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Carlos Laureano
Ramírez de Lama. Derecho fundamental a la libertad de
expresión de los procesados. La exigencia de motivación y
razonabilidad en el secreto sumarial de los procesos penales].

Fecha de resolución: 17 de octubre 2005


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 11 de abril de 2006

Temas clave
Censura previa - Derecho a la libertad de expresión - Derecho a la
motivación de resoluciones - Derechos comunicativos - Derechos
conexos a la libertad - Derecho de defensa - Detención preventiva -
Mandato de comparecencia - Principio de publicidad - Secreto
sumarial

Resumen
En esta sentencia el Tribunal Constitucional (TC) estableció que cuando en
un proceso judicial en el ámbito penal, el juez considera necesario reservar
la investigación en la instrucción al conocimiento público (secreto
sumarial), está en la obligación no solo de emitir una resolución señalando
la medida, sino de justificarla y hacer un juicio de ponderación según los
cánones constitucionales.

El Tribunal precisó que esto debe ser así en virtud de que la medida que se
dicte podría entrar en colisión con la proscripción de la censura previa de la
libertad de expresión de quienes se encuentran procesados, toda vez que
cuando se impide emitir un discurso a alguien investigado judicialmente, en
el fondo lo que se está coactando es su derecho a expresarse y a informar.
En la citada sentencia, el TC declaró fundada, en parte, la demanda
interpuesta por Carlos Ramírez Lama, en el extremo que el juez no sustentó
correctamente la regla de conducta del demandante. A juicio del Colegiado,
el juez debió tener presente la concurrencia de tres elementos (el valor de
pérdida social de la supresión del discurso, el valor del error judicial y los
beneficios de tal supresión), y lo único que podía determinar era la
existencia o no de proporcionalidad en la medida impuesta.

De este modo, si se está investigando un secuestro, y se captura a los


responsables del hecho criminal, pero no se recupera al secuestrado, y en
dicho momento, alguno de los investigados está dando información valiosa
para su rescate, lo más conveniente es que el juez declare el secreto de las
investigaciones. Dejar que los investigados declaren supondría una grave
amenaza a un resultado oportuno y justo tras las investigaciones.

Es decir, solo estará justificado el secreto sumarial si la supresión de la


posibilidad de emitir declaraciones resulta más beneficiosa para la sociedad
(por ser ello necesario para llegar a la solución correcta de un caso judicial)
que el hecho de que este pueda ser levantado. Entonces, al existir bienes en
juego, lo que corresponde a quien declara el secreto sumarial es afirmar que
las razones para limitar la libertad de expresión de los procesados son más
fuertes que dejar al libre albedrío de estos últimos el ejercicio de su
derecho.
046. Exp. Nº 00774-2005-HC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Víctor Alfredo
Polay Campos. Uso de locutorios en centros penitenciarios y
su incidencia en los derechos de los internos]

Fecha de resolución: 8 de marzo de 2005


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 21 de abril de 2006
Temas clave
Delimitación del uso del hábeas corpus - Derecho a la visita familiar -
Derecho al secreto de las comunicaciones - Derechos del interno -
Principios de razonabilidad y proporcionalidad - Validez de la
existencia de locutorios celulares en el Cerec

Resumen
La aplicación e implementación de locutorios como medida de seguridad
penitenciaria, destinada a resguardar la seguridad y orden público, puede
ser considerada como una limitación prevista en un Estado constitucional
de Derecho, siendo menester buscar la razonabilidad de su utilización,
según lo establece el Tribunal Constitucional (TC) en el presente caso.

Así, pues, se precisa en la sentencia que la implementación de los locutorios


es una medida que limita, no elimina, el contacto directo entre el interno y
la visita, y su aplicación está relacionada directamente con criterios de
seguridad. Pues, si bien es menester la tutela de los derechos del justiciable,
también es deber del Estado garantizar la seguridad de la nación y la
defensa nacional, de modo integral y permanente, en sus ámbitos interno y
externo.

El Tribunal declaró infundada la demanda de hábeas corpus en el extremo


que resulta inaplicable al favorecido el uso de los locutorios para las visitas
de familiares y amigos. Consideró que el uso de locutorios para las visitas
de familiares no constituye un acto de tortura infringido contra el interno,
dado que no se relaciona con un trato cruel, ni degradante, ni mucho menos
la agravación de éstos. Por lo que, la afirmación del demandante en tal
extremo resulta exagerada.

El impedir el contacto físico con los familiares directos (padres e hijos) o


con los amigos cercanos, podría significar una afectación al vínculo social
al restringirse sus materializaciones afectivas; pero ello se ve justificado por
la necesidad del Estado de concretar su ius imperium, a la luz de lo
desarrollado en el artículo 44 de la Constitución.

Por otro lado, el Tribunal también consideró que la entrevista con el


abogado defensor a través del vidrio del locutorio, no implica transgresión a
la comunicación personal que dispone la Norma Suprema, siempre que se
garantice la confidencialidad de la entrevista entre el abogado y su
defendido, así como la prohibición de todo control sobre algún aspecto de la
estrategia legal diseñada para efectos del proceso penal.

Finalmente precisó que para la aplicación del uso de locutorios se deberán


considerar parámetros mínimos; entre otros, los supuestos en los que
procede su aplicación, la necesidad de fundamentar la medida, el
procedimiento para su aplicación, o la duración de la medida.
047. Exp. Nº 08123-2005-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Nelson Jacob
Gurman. Principio ne bis in idem y su protección mediante el
proceso de hábeas corpus].

Fecha de resolución: 14 de noviembre de 2005


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 15 de mayo de 2006
Temas clave
Autoapertorio de instrucción - Derecho a la motivación de
resoluciones - Derecho a la tutela judicial efectiva - Derecho al debido
proceso - Derechos conexos a la libertad - Finalidad del proceso de
hábeas corpus - Principio ne bis in idem - Resolución judicial firme

Resumen
La potestad de persecución criminal del Estado se debe someter a ciertos
principios y garantías establecidos en la Constitución. En ese sentido el
principio del ne bis in idem, impide la repetición de un proceso sobre el
mismo sujeto, con el riesgo de ser sometido dos veces a una condena por
mismos hechos. Si ello ocurriera, el proceso constitucional está en la
capacidad de declarar nula la resolución que hubiera abierto proceso penal
contra el imputado. Es lo que ocurre en el presente caso, con el agravante
de que el autoapertorio no cuenta con la motivación adecuada.

Así, pues, puntualiza el Tribunal que “el ne bis in idem procesal supone
básicamente dos persecuciones, y tiene que ver con los límites que es
preciso imponer en un terreno en el cual una de las partes –el Estado– va a
tener atribuciones asimétricas frente al procesado. Esto no limita la
obligación del Estado de perseguir el presunto delito, sino que lo ordena
bajo parámetros constitucionales con la finalidad de garantizar la seguridad
jurídica y la libertad. Ahora bien, verificar la existencia o no de una
persecución penal múltiple requiere la conjunción de tres identidades
distintas: identidad de la persona perseguida (eadem persona), identidad del
objeto de persecución (eadem res) e identidad de la causa de persecución
(eadem causa petendi)”. [Por ello.] visto el caso sub exámine, desde la
perspectiva del test de triple identidad, [cabe afirmar] que se ha lesionado el
principio ne bis in idem procesal (ff. jj. 26, 27 y 28).

Asimismo, señala el Tribunal que “examinado el cuestionado auto de


apertura de instrucción, de conformidad con la Cuarta Disposición Final
Transitoria de la Constitución, podemos afirmar que tal resolución no se
adecua en rigor a lo que estipulan, tanto los instrumentos jurídicos
internacionales de derechos humanos como la Constitución y la ley procesal
penal citados. No cabe duda de que el artículo 77 del Código de
Procedimientos Penales ofrece los máximos resguardos para asegurar que el
imputado tome conocimiento de la acusación que contra él recae, al
prescribir que “el auto será motivado y contendrá en forma precisa los
hechos denunciados, los elementos de prueba en que se funda la
imputación, la calificación de modo específico del delito o los delitos que se
atribuyen al denunciado”. En este sentido, cuando el órgano judicial
superior jerárquico ordena abrir instrucción, ello no exonera al a quo de
fundamentar lo ordenado, de conformidad con los requisitos previstos en el
artículo 77 del Código de Procedimientos Penales. En consecuencia, al
haber omitido el juez penal la formalización de cargos concretos,
debidamente especificados, contra el beneficiario, lo que denota una
ausencia de individualización del presunto responsable en los términos
anteriormente expuestos, ha infringido el deber constitucional de motivar
las resoluciones judiciales de forma razonable y proporcional, lesionando el
derecho de defensa del justiciable, al no tener este la posibilidad de rebatir
los elementos fácticos que configurarían la supuesta actuación delictiva que
se le atribuye, al amparo del artículo 139, inciso 5, de la Constitución
Política del Perú” (ff. jj. 39 y 41).
048. Exp. Nº 08125-2005-PHC-TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Jeffrey Immelt y
otros. Derecho a la motivación de las resoluciones judiciales y
la individualización de los cargos imputados en el auto que
abre instrucción].

Fecha de resolución: 14 de noviembre de 2005


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 25 de enero de 2006

Temas clave
Autoapertorio de instrucción - Derecho a la motivación de
resoluciones - Derecho de defensa - Imputación penal irregular

Resumen
El 25 de enero de 2006, el Tribunal Constitucional (TC) publicó la
sentencia que declara nula la resolución judicial mediante la cual se abrió
instrucción con mandato de detención a 21 ejecutivos de la empresa
General Electric Company, y dispuso la suspensión de las órdenes de
captura dictados en su contra, al considerar que el juez de la causa, doctor
César Herrera Cassina, vulneró sus derechos constitucionales al debido
proceso. Al mismo tiempo dispuso se dicte un nuevo auto de apertura de
instrucción, si fuera el caso.

La STC Exp. Nº 08125-2005-PHC/TC declaró fundada la demanda de


hábeas corpus planteada por Luis Fernando Garrido Pinto a favor de Jeffrey
Immelt y otros contra la resolución de la Primera Sala Penal para Procesos
con Reos Libres de la Corte Superior de Lima, que declaró improcedente la
demanda de garantía formulada contra el juez del 25 Juzgado penal de
Lima, doctor César Herrera Cassina. La demanda fue estimada al haberse
acreditado que el auto de apertura de instrucción, de fecha 2 de agosto de
2005, dictado por el mencionado juez, vulneraba los derechos
constitucionales de los ejecutivos de General Electric, referidos a la
motivación de las resoluciones judiciales y de defensa.

Tras recordar que el TC no es instancia en la que pueda dictarse


pronunciamiento tendiente a determinar si existe, o no, responsabilidad
penal del inculpado, ni tampoco la calificación del tipo penal en que este
hubiera incurrido, dado que tales facultades son exclusivas de la
jurisdicción penal ordinaria, no obstante, precisa que interviene en este
caso, en defensa de los derechos fundamentales, y para fiscalizar si uno o
algunos de los derechos procesales con valor constitucional están siendo
vulnerados. En efecto, el Tribunal Constitucional sostiene que uno de los
contenidos del derecho al debido proceso es el derecho de obtener de los
órganos judiciales una decisión razonada, motivada y congruente con las
pretensiones oportunamente deducidas por las partes, en cualquier clase de
procesos.

Igualmente, el TC señala que, examinando el auto de apertura de


instrucción, es posible advertir que tal resolución no se adecua en rigor a lo
que disponen tanto los instrumentos jurídicos internacionales de derechos
humanos, como la Constitución y la ley procesal penal peruana, y que el
artículo 77 del Código de Procedimientos Penales ofrece el máximo
resguardo para asegurar que el imputado tome conocimiento pleno de la
imputación que contra él recae.

En otras palabras, la obligación de motivación del juez penal al abrir


instrucción no se circunscribe únicamente a la puesta en conocimiento del
procesado de aquellos cargos que se le imputan, sino que comporta la
ineludible exigencia que la imputación ha de ser verosímil, no implícita; es
decir, clara y expresa.
Asimismo, cuando el órgano judicial superior jerárquico ordena abrir
instrucción al juez de grado inferior, ello no exonera a este último de
fundamentar lo ordenado, de conformidad con los requisitos previstos en el
artículo 77 del Código de Procedimientos Penales.

En consecuencia, al haber omitido el juez penal la formalización de cargos


concretos, debidamente especificados, contra todos y cada uno de los
beneficiarios, se ha infringido el deber constitucional de motivación de las
resoluciones judiciales, y se acredita la irrazonabilidad en la decisión de
abrir instrucción y ordenar la detención de 21 ejecutivos de la empresa
General Electric, lesionándose el derecho de defensa de los justiciables, al
no tener ellos la posibilidad de rebatir los elementos fácticos que
configurarían la supuesta actuación delictiva que se les atribuye.
049. Exp. Nº 00019-2005-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad promovido por más del 25
% del número legal de miembros del Congreso de la
República. Inconstitucionalidad de la frase “y domiciliaria”
del primer párrafo del artículo 47 del Código Penal,
modificado por el artículo único de la Ley Nº 28658, que
equiparaba el tiempo de detención domiciliaria con el de
detención judicial preventiva].

Fecha de resolución: 21 de julio de 2005


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 21 de julio de 2005

Temas clave
Control difuso judicial - Contenido esencial del derecho a la libertad
personal - Derecho a la libertad personal - Detención domiciliaria -
Detención preventiva - Fines de la pena - Pena privativa de libertad -
Principio de igualdad - Test de proporcionalidad

Resumen
El Tribunal Constitucional declaró inconstitucional la norma cuestionada
que permitía que el arresto domiciliario sea abonado automáticamente al
cómputo de la pena privativa de la libertad. Señaló que constituye una
vulneración al principio de igualdad reconocido por la Constitución el
hecho de que la referida ley haya dispensado un mismo tratamiento al
arresto domiciliario y a la detención judicial preventiva, a pesar de ser dos
medidas cautelares sustancialmente distintas, tanto en los presupuestos
jurídicos que las justifican como en los efectos personales que generan en el
procesado, según lo tenía establecido el propio Tribunal en reiterada
jurisprudencia.
En efecto, sostuvo que “(...) si bien cabe alegar una sustancial identidad
entre los efectos personales de la prisión preventiva y los que genera la pena
privativa de libertad, lo cual justifica que el tiempo de aquella se abone para
el cómputo de la pena impuesta a razón de un día de pena privativa de
libertad por cada día de detención, en modo alguno puede sostenerse lo
mismo en lo que a la detención domiciliaria respecta. Sin embargo, el
legislador, a través de la ley impugnada, dispensó igual trato a ambos
supuestos (el arresto domiciliario y la detención preventiva), con lo cual
implícitamente está afirmando que la detención domiciliaria genera la
misma incidencia sobre la libertad personal que la producida mientras se
cumple pena privativa de libertad en un centro penitenciario. En otras
palabras, el Congreso de la República ha optado por generar una “identidad
matemática” entre el arresto domiciliario y la pena privativa de libertad,
permitiendo que aquel y esta sean equiparados, de manera tal que cada día
de permanencia de la persona en su hogar o en el domicilio por ella
escogido, sea homologado como un día purgado de la pena privativa de
libertad, en el caso que sea dictada una sentencia condenatoria. Tal hecho
(...) resulta manifiestamente irrazonable” (f. j. 24).

Asimismo, el Tribunal lamentó que el Congreso de la República, el Poder


Ejecutivo y el Poder Judicial no hayan advertido el serio daño a la lucha
contra la corrupción que la ley impugnada cometía, así como la manifiesta
inconstitucionalidad en que incurría. Es por ello que exhortó a los poderes
públicos a guardar in suo ordine una especial diligencia en el combate
contra este flagelo social, que debe ser extirpado no solo mediante medidas
sancionatorias, sino también a través de una intensa política educativa que
incida en los valores éticos que deben prevalecer en todo Estado social y
democrático de derecho.
050. Exp. Nº 05228-2006-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Samuel Gleiser
Katz. Razonabilidad del plazo máximo de investigación
fiscal].

Fecha de resolución: 15 de febrero de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 30 de mayo de 2007

Temas clave
Derecho al plazo razonable - Hábeas corpus innovativo - Investigación
fiscal

Resumen
En este caso el Tribunal Constitucional (TC) estableció los criterios
jurídicos que permiten determinar la razonabilidad y proporcionalidad del
plazo de investigación que realice el Ministerio Público en cumplimiento
del mandato constitucional previsto en el artículo 159 de la Constitución del
Estado.

Al respecto, el Colegiado precisó que si bien no le corresponde establecer


plazos fijos y perentorios de la investigación prejurisdiccional –tarea propia
del Poder Legislativo– sí tiene la potestad jurisdiccional de establecer, en
línea de principio, criterios de razonabilidad y proporcionalidad que
garanticen el respeto de los derechos fundamentales de las personas
sometidas a una investigación fiscal en el marco de la facultad de
investigación y persecución del delito a cargo del Ministerio Público.

En dicha sentencia se señala que los criterios que el TC considera


necesarios para determinar la razonabilidad y proporcionalidad del plazo de
la investigación fiscal, evidentemente, no son criterios jurídicos rígidos
aplicables de manera idéntica a todos los casos. Por el contrario, deberán
ser aplicados atendiendo a las circunstancias presentes en la investigación
fiscal.

A juicio del Tribunal, dichos criterios son de dos tipos: subjetivo y objetivo.
En el primero quedan comprendidas: a) la actuación del fiscal, y; b) la
actuación del investigado; en el segundo, la naturaleza de los hechos objeto
de investigación.

Los criterios subjetivos están referidos a la actuación tanto del investigado


como del fiscal a cargo de la investigación prejurisdiccional. Por lo que se
refiere al investigado, se debe tener en cuenta la actitud obstruccionista del
investigado, la cual puede manifestarse en: 1) la no concurrencia,
injustificada, a las citaciones que disponga el fiscal a cargo de la
investigación; 2) el ocultamiento o negativa, injustificada, a entregar
información que sea relevante para el desarrollo de la investigación; 3) la
recurrencia, de mala fe, a determinados procesos constitucionales u
ordinarios con el fin de dilatar o paralizar la investigación prejurisdiccional,
y; 4) en general, todas aquellas conductas que observe con el fin de desviar
o evitar que los actos de investigación conduzcan a la formalización de la
denuncia penal.

En cuanto a la actividad del fiscal, el Tribunal manifestó que el primer


criterio a considerar es la capacidad de dirección de la investigación y la
diligencia con la que ejerce las facultades especiales que la Constitución le
reconoce. Así, para la determinación de si en una investigación
prejurisdiccional hubo o no diligencia por parte del fiscal a cargo de la
investigación precisó que deberá considerarse la realización o no de
aquellos actos que sean conducentes o idóneos para la formalización de la
denuncia respectiva.
El Colegiado expresó que dentro del criterio objetivo cabe comprender la
naturaleza de los hechos objeto de investigación; es decir, la complejidad
del objeto a investigar. Sobre el particular, precisó que la complejidad puede
venir determinada no solo por los hechos mismos objeto de esclarecimiento,
sino también por el número de investigados, más aún si se trata de
organizaciones criminales internacionales, la particular dificultad de realizar
determinadas pericias o exámenes especiales que se requieran, así como los
tipos de delitos que se imputan al investigado, como por ejemplo, los
delitos de lesa humanidad. Agregó que también debe considerarse el grado
de colaboración de las demás entidades estatales cuando así lo requiera el
Ministerio Público.
051. Exp. Nº 00012-2006-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad promovido por el Colegio de
Abogados de Lima. Inconstitucionalidad de los artículos 68,
70 (incs. 1 y 4), 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 99, 100, 101, 102,
103, 115, 116, 117, 125, 130 (inc. 1), 134, 139 (incs. 1 y 2), 140,
141 (incs. 1 y 2), 142, 143, 144, 147, 148 y 149 del Decreto
Legislativo Nº 961, Código de Justicia Militar Policial].

Fecha de resolución: 15 de diciembre de 2006


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 20 de diciembre de 2006

Temas clave
Actividad punitiva del Estado - Bien jurídico militar - Delitos de
función militar - Derecho a la tutela procesal efectiva - Derecho al juez
predeterminado por ley - Derechos fundamentales - Dignidad humana
- Jurisdicción militar policial - Principio de legalidad - Principio de
Proporcionalidad - Principio de razonabilidad - Sistema penal
constitucional

Resumen
La línea de razonamiento empleada por el Tribunal Constitucional para dar
una respuesta al presente caso se centró en la idea de que la actividad
punitiva del Estado está sujeta a determinados parámetros de orden material
y procesal establecidos en la Constitución, y a las cuales debe obedecer
todo el ordenamiento jurídico en su conjunto. Así, principios como el de
legalidad penal o del debido proceso son garantías para todos los
procesados y para el sistema jurídico en general. En tal sentido, los delitos
establecidos dentro de la normativa militar policial no son la excepción. Por
ello, distintos dispositivos del Decreto Legislativo Nº 961 fueron declarados
inconstitucionales por el Tribunal, toda vez que afectaban derechos
fundamentales y no pasaban el examen de proporcionalidad.

Así se tiene que la demanda de inconstitucionalidad fue declarada fundada,


en parte, y se dispuso dejar sin efecto las siguientes disposiciones:

a. El extremo del artículo 75 que establece: “y que atenten contra la


integridad, independencia y poder unitario del estado”.

b. El extremo del artículo 82 que establece: “será reprimido con pena


privativa de libertad no mayor de cuatro años y con sesenta a ciento
ochenta días-multa”.

c. El extremo del primer párrafo del artículo 121 que establece:


“causándole lesiones leves”.

d. El extremo del inciso 1 del artículo 121 que establece: “o si se causa


lesiones graves al superior”.

e. El extremo del inciso 2 del artículo 121 que establece: “o si se causa la


muerte del superior”.

f. El extremo del artículo 123 que establece: “coaccione, injurie o


difame, de palabra, por escrito o con publicidad a un superior”.

g. El extremo del inciso 2) del artículo 130 que establece: “o causa la


muerte”.
052. Exp. Nº 06201-2007-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Moisés Wolfenson
Woloch. Abono de los días de arresto domiciliario al cómputo
de la pena].

Fecha de resolución: 10 de marzo de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 19 de marzo de 2008

Temas clave
Derecho a la libertad personal - Detención domiciliaria

Resumen
El Tribunal Constitucional declaró fundada la demanda de hábeas corpus
interpuesta por Ángel Alvarado Rabanal a favor de Moisés Wolfenson
Woloch, ordenando su excarcelación inmediata por haber cumplido en
exceso la condena de cuatro años de pena privativa de libertad impuesta en
su contra. Asimismo, aprovechó la oportunidad y exhortó al Congreso de la
República para que en el menor tiempo que suponga el proceso legislativo
previsto por la Constitución, expida una ley que regule la fórmula
matemática a aplicarse con ocasión de abonar la detención domiciliaria al
cómputo de la pena y evite la violación de los derechos fundamentales de
todas aquellas personas que podrían verse comprendidas en una situación
como la planteada en este caso.

Sostenía el favorecido que sumados los días sufridos bajo detención


domiciliaria conjuntamente con los días de prisión efectiva más los de
redención por trabajo, su condena ya se había cumplido en exceso. El
Tribunal entonces se abocó a determinar si los días de arresto domiciliario
tenían valor y podían ser abonados al cómputo de la pena.
Así, apoyándose en su propia doctrina jurisprudencial delineada
anteriormente en sus SSTC Exps. Nºs 01565-2002-HC/TC y 00019-2005-
PI/TC, consideró que si se tomaba en cuenta: a) que la detención
domiciliaria es una medida cautelar que le sigue en grado de intensidad a la
detención preventiva; b) que su dictado supone una restricción de la libertad
individual, y; c) que el artículo 47 del Código Penal contempla la
posibilidad de abonar al cómputo del quantum condenatorio, además de la
detención preventiva, la pena, multa o limitativa de derechos; resultaba, por
tanto, razonable y constitucionalmente válido que los días, meses o años de
arresto en domicilio, a pesar de no existir previsión legal que contemple
este supuesto, sean considerados por el juez a efectos de reducir la
extensión de la pena, o dicho en otros términos, para abonar al cómputo de
la pena y contribuir al cumplimiento de la condena.

Ello, por cuanto, “es imposible aceptar entonces, si nos ubicamos en el


contenido mismo de la Constitución, que apoyado en el principio de
dignidad humana le concede el derecho de libertad individual a las
personas, que los días de arresto domiciliario carezcan de valor. Lo
contrario significaría caer en un positivismo puro que no se condice con la
Constitución, que es una norma fundamental insuflada de valores y
principios, que niega una interpretación restrictiva de su texto normativo y
que contempla la interposición del hábeas corpus no solo frente a actos sino
también ante omisiones de cualquier autoridad, funcionario o persona que
violan la libertad individual (en el caso de autos, omisión inadmisible del
legislador)”.

Una vez resuelta esta problemática, el Tribunal Constitucional, no obstante,


recordó que el favorecido estuvo vinculado a actos de corrupción contrarios
al cuadro de principios y valores que inspiran la Constitución y que la
sociedad reprocha, pero consideró que ello no era razón suficiente para
dejar de administrar justicia y apelando al criterio utilizado por el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos sobre el análisis de los hechos en su
conjunto (el beneficiario había sido condenado a 4 años de pena privativa
de libertad por la comisión del delito de peculado, había cumplido más de 3
años de prisión efectiva, había redimido su pena por trabajo y había sufrido
más de 2 años de arresto domiciliario), llegó a la conclusión que se produjo
efectivamente un cumplimiento de condena en exceso concediéndole, en
consecuencia, su libertad individual al favorecido.
053. Exp. Nº 02725-2008-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Roberto Boris
Chauca Temoche. El test de la triple identidad para evaluar la
afectación del principio constitucional de ne bis in idem].

Fecha de resolución: 22 de setiembre de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 2 de octubre de 2008

Temas clave
Control constitucional de actos del Ministerio Público - Cosa juzgada -
Denuncia penal - Derecho a la tutela procesal efectiva - Derecho al
debido proceso - Investigación fiscal - Hábeas corpus preventivo -
Principio del ne bis in idem - Test de triple identidad

Resumen
Se estableció un nuevo criterio jurisprudencial sobre el test de triple
identidad cuya aprobación es uno de los requisitos necesarios para estimar
aquellas demandas donde se alegue la vulneración del principio
constitucional de ne bis in idem.

En el presente caso la controversia giraba, fundamentalmente, en torno a la


legitimidad de la nueva investigación preliminar fiscal incoada en contra de
los favorecidos, en la medida que la supuesta delictuosidad de los hechos
que eran materia de la investigación ya habían sido alegados en una anterior
denuncia que fue archivada en doble instancia por el Ministerio Público
debido a la carencia de ilicitud penal.

Al respecto, el Tribunal Constitucional, siguiendo su propia línea


jurisprudencial diseñada anteriormente, recordó que una resolución emitida
por el Ministerio Público en la que se haya establecido que no hay mérito
para formalizar denuncia penal no constituye cosa juzgada, en
consecuencia, tal situación no impide que la persona pueda ser
posteriormente investigada y, de ser el caso, denunciada penalmente por los
mismos hechos si es que aparecen nuevos medios probatorios que revelen la
necesidad de una investigación del hecho punible; sin embargo, reconoció
que dicho criterio merece una excepcional inaplicación cuando los motivos
que ayudaron a la declaratoria de no formular denuncia penal estaban
referidos a la carencia de ilicitud penal en los hechos denunciados.

Apelando, en consecuencia, a esta situación excepcional de inaplicación es


que el Tribunal desestimó la demanda. No obstante ello, realizó el test de
triple identidad para verificar la violación del principio constitucional de ne
bis in idem y al llevarlo a cabo esbozó un nuevo criterio jurisprudencial
sobre el requisito de la identidad subjetiva: “si bien es una condición
esencial para el efecto negativo del principio, es decir, para evitar un
persecución nueva, cuando la anterior ya ha terminado o se inicia otra al
mismo tiempo. Este Tribunal considera que la necesidad de cumplimiento
de este requisito resulta inexigible si se desvirtúa mediante resolución firme
(sea esta judicial o fiscal) el carácter antijurídico del hecho perseguido. Ello
hace jurídicamente imposible el procesamiento a otras personas distintas al
sujeto pasivo del proceso originario en tanto la cosa juzgada no solo
produce efecto frente a él sino –como en el presente caso– frente a
terceros”.
054. Exp. Nº 01575-2007-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Marisol Elizabeth
Venturo Ríos. Derecho al libre desarrollo de la personalidad y
el acceso al beneficio de visita íntima de mujeres condenadas
por terrorismo].

Fecha de resolución: 20 de marzo de 2009


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 17 de abril de 2009

Temas clave
Derecho a la integridad personal - Derecho al libre desarrollo de la
personalidad - Fines de la pena - Protección estatal de la familia -
Tratados internacionales de derechos humanos - Visita íntima

Resumen
El Tribunal Constitucional, a través de la STC Exp. Nº 01575-2007-
PHC/TC, determinó que el beneficio penitenciario de la visita íntima para
las mujeres condenadas por el delito de terrorismo no se encuentra
restringido, limitado o prohibido para los internos o internas por el delito de
terrorismo.

En este sentido, consideró que la decisión del Instituto Nacional


Penitenciario (INPE) de denegar el beneficio penitenciario a una reclusa,
sin que exista una prohibición legal expresa y un parámetro claro para
determinar bajo qué circunstancias se puede conceder o rechazar este
beneficio, viola los derechos a la integridad personal y al libre desarrollo de
la personalidad de las mujeres reclusas, así como el principio de
resocialización de la pena.
De esta forma, ordenó que se realicen las gestiones administrativas
necesarias para establecer un régimen de visita íntima, de acuerdo con los
requisitos del Reglamento del Código de Ejecución Penal, bajo condiciones
de periodicidad, intimidad, salubridad y seguridad. Además, exhorta a la
Defensoría del Pueblo a que realice el seguimiento del cumplimiento de la
presente sentencia.
055. Exp. Nº 00012-2008-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad interpuesto por Juan Miguel
Jugo Viera en representación de más de cinco mil ciudadanos.
Se declara la constitucionalidad de la modificación
introducida por el artículo 1 del Decreto Legislativo Nº 983 al
artículo 261 del Código de Procedimientos Penales en la
medida que sea interpretado y aplicado conforme a lo
dispuesto en la sentencia por el Tribunal].

Fecha de resolución: 14 de julio de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 19 de julio de 2010

Temas clave
Delegación de facultades legislativas al Poder Ejecutivo - Delitos
complejos - Derecho al plazo razonable de la detención - Duplicación
del plazo de detención - Flagrancia - Investigación fiscal -
Modificación del artículo 200 del Código Penal - Nueva causal de
inimputabilidad prevista en el artículo 20.11 del Código Penal -
Nuevas reglas procesales introducidas en el Código de Procedimientos
Penales y el Código Procesal Penal - Prueba trasladada - Reincidencia
y habitualidad - Reglas para el tratamiento de la denominada “prueba
trasladada” - Reglas que incrementan las facultades de la Policía
Nacional del Perú en la investigación preliminar

Resumen
El Tribunal Constitucional al declarar infundada la demanda de
inconstitucionalidad contra algunos extremos de los artículos 1 y 2 del
Decreto Legislativo Nº 982, artículos 1, 2 y 3 del Decreto Legislativo Nº
983, Decreto Legislativo Nº 988 y el artículo 1 del Decreto Legislativo Nº
989, consideró que el legislador ha limitado los derechos de sindicación y
huelga de los funcionarios públicos con poder de decisión y a los que
desempeñan cargos de confianza y dirección, así como a los miembros de
las Fuerzas Armadas y Policía Nacional.

En consecuencia resulta claro que la infracción de este precepto


constitucional puede dar lugar como lo ha regulado el Poder Legislativo a
que se establezcan responsabilidades de distinta naturaleza, entre ellas, la
penal, conforme al artículo 42 de la Constitución. En ese sentido, ha
penalizado una conducta prohibida en la Constitución, la misma que será
considerada sumamente grave cuando los servidores públicos además hagan
uso de la violencia o amenacen con ello; características estas que son
propias del delito de extorsión.

El Tribunal Constitucional señala que la sola existencia de este dispositivo


no significa, empero, que los funcionarios públicos aludidos en el precepto
constitucional no puedan expresar su opinión o protestar, siempre que
dichas manifestaciones sean pacíficas y no alteren el orden público o
afecten derechos de terceros, pues cuando ello ocurra (toma de locales,
interrupción del tránsito, afectar bienes públicos, etc.), la conducta será
pasible de sanción al haberse cometido delito. Tales funcionarios son
responsables tanto de los actos que promueven como de las consecuencias
que estos generen; por lo tanto, corresponderá en cada caso al juez penal, en
los procesos de su competencia, determinar si la conducta del procesado se
adecua a este o a otros tipos penales.

Asimismo, el Tribunal Constitucional encuentra que no es inconstitucional


la norma que exime de responsabilidad penal al miembro de las Fuerzas
Armadas y Policía Nacional que en el uso legítimo de las armas que la
sociedad le ha confiado cause lesiones o la muerte, pues dicha situación ya
ha sido contemplada en forma genérica en el artículo 20 del Código Penal.
Esto no significa que se haya creado un marco jurídico que permita o
consienta que toda actuación de los efectivos militares o policiales deba
quedar impune si es que se han cometido delitos.

De modo que esta legislación no puede ser entendida como que está
dirigida a impedir la investigación y el procesamiento de malos policías o
militares que delinquen según se trate de la comisión de delitos de función,
comunes o de grave violación de derechos humanos; en ese sentido, cuando
a dichos servidores públicos se les impute la comisión de un ilícito deben
ser denunciados e investigados caso por caso y, si corresponde, procesados,
dentro de un plazo razonable, con todas las garantías que la Constitución
ofrece, no solo a ellos, sino a cualquier persona que se encuentre en
similares circunstancias.
056. Exp. Nº 03509-2009-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Walter Gaspar
Chacón Málaga. Derecho fundamental al plazo razonable de
la duración del proceso y las consecuencias de su afectación].

Fecha de resolución: 19 de octubre de 2009


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 25 de noviembre de 2009

Temas clave
Antejuicio político - Derecho a la presunción de inocencia - Derecho al
debido proceso - Derecho al plazo razonable del proceso - Derechos
conexos a la libertad - Libertad personal - Principio de irretroactividad
de la ley - Principio de legalidad penal - Requisitos procesales de la
medida cautelar

Resumen
El Tribunal Constitucional declaró fundada en parte la demanda de hábeas
corpus que interpuso don Walter Gaspar Chacón Málaga contra la Primera
Sala Penal Especial de la Corte Superior de Justicia de Lima y otros, y
ordenó: “Disponer que la Sala Penal excluya al recurrente del proceso penal
que se le sigue por la presunta comisión del delito de enriquecimiento
ilícito”.

Así, pues, el Tribunal consideró, al tratar sobre el punto de partida para la


evaluación del plazo razonable, que en materia penal el comienzo del
mismo debía computarse desde el momento en que la persona conocía de la
atribución o señalamiento que le afectaba concretamente, sea por un
particular en una denuncia o por acto de autoridad judicial u otra autoridad
competente, como sospechoso de haber participado en un hecho delictivo.
El hecho objetivo a partir del cual debía empezar a computarse el plazo
dentro de este proceso era la apertura de investigación fiscal, por constituir
el primer acto de carácter cuasi jurisdiccional por medio del cual el
recurrente tomó conocimiento de que el Estado había activado al aparato
persecutor, es decir, que el cómputo del plazo de duración del proceso
databa del 28 de noviembre del año 2000. En tal sentido, el Tribunal
sostuvo que, en este caso, a la fecha de expedición de la sentencia, habían
transcurrido ocho años, diez meses y veinte días.

Y respecto del análisis de los elementos del plazo razonable, el Colegiado


en sus ff. jj. 30-32, sostuvo lo siguiente:

“En cuanto a la complejidad del proceso, conforme consta de la copia


del auto de apertura de instrucción, a fojas 24, así como del auto de
enjuiciamiento, a fojas 138, se trata de un proceso con un gran número
de imputados, lo que conforme a lo aseverado en el informe (a fojas
488 y ss.) elaborado por la presidenta de la Sala Penal emplazada,
doña Inés Villa Bonilla, quien reconoce que han llegado a sumar 35
imputados. Al respecto, dicha cantidad de procesados es en definitiva
un aspecto que incide en gran medida en la complejidad del proceso.
Sin embargo, resulta pertinente hacer referencia al hecho de que con la
finalidad de darle mayor celeridad a la tramitación del proceso,
mediante resolución de fecha 5 de febrero de 2007, se dispuso la
desacumulación del proceso en dos (el Nº 004-2001 y el Nº 13-2007).
Asimismo, se produjo una segunda desacumulación del proceso Nº
004-2001, mediante resolución de fecha 15 de septiembre de 2008, en
otros tres procesos distintos: 004-2001, 84-2008 y 85-2008. De modo
tal que finalmente en el proceso Nº 004-2001 habrían quedado
comprendidos además del recurrente, otras cuatros personas, a saber:
Aurora Isabel de Vetori Rojas de Chacón, Cecilia Isabel Chacón de
Vetori, Luis Miguel Portal Barrantes y Juan Carlos Chacón de Vetori (a
fojas 499 de autos).
Más allá del loable esfuerzo de la judicatura por desacumular procesos
en aras de la celeridad procesal, de modo tal que actualmente el
proceso seguido contra el recurrente tiene solo cinco procesados, dicha
desacumulación pone de manifiesto que por la naturaleza de las
imputaciones ventiladas en el proceso seguido contra el recurrente era
posible seguir varios procesos distintos con menos imputados, lo que
en definitiva haría menos complejo el proceso penal. Sin embargo, que
siendo ello posible, llama la atención que la referida desacumulación
se haya dado recién a partir del año 2007, cuando el proceso penal
tenía ya seis años de iniciado. De modo tal que es posible advertir que
en el presente caso, la gran cantidad de imputados, elemento que
incidió en gran medida en la complejidad del proceso, en realidad
constituye una imputable al propio órgano jurisdiccional.

Finalmente, en cuanto a la actuación procesal del imputado, cabe


señalar que de los actuados no se aprecia ninguna actuación dilatoria
por parte del recurrente, lo que tampoco ha sido indicado en el referido
informe expedido por la presidenta de la Sala Penal emplazada. En
este sentido, se advierte que la excesiva duración del proceso no puede
ser imputada al procesado, sino más bien ha sido consecuencia de una
tramitación negligente del proceso por parte del órgano jurisdiccional,
quien de modo innecesario inició un proceso penal con gran cantidad
de imputados, a pesar de existir la posibilidad real de una
desacumulación. Es por ello que la demanda debe ser estimada en este
extremo”.

Por tanto, el Tribunal concluyó que habiéndose advertido en el presente


caso que se ha producido una vulneración del derecho al plazo razonable
del proceso, se generó una prohibición para el Estado de continuar con la
persecución penal fundada en la pérdida de la legitimidad punitiva derivada
del quebrantamiento de un derecho individual de naturaleza fundamental.
Sostener lo contrario supondría, a juicio del Tribunal, la violación del
principio del Estado Constitucional de Derecho, en virtud del cual los
órganos del Estado solo pueden actuar en la consecución de sus fines dentro
de los límites y autorizaciones legales, y con el respeto absoluto de los
derechos básicos de la persona. Cuando estos límites son superados en un
caso concreto, queda revocada la autorización con que cuenta el Estado
para perseguir penalmente.
057. Exp. Nº 05350-2009-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus interpuesto por Julio Rolando
Salazar Monroe. Razonabilidad del plazo del proceso penal].

Fecha de resolución: 10 de agosto de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 11 de agosto de 2010

Temas clave
Cómputo del plazo razonable en el proceso penal - Conducta procesal
del imputado - Derecho a la presunción de inocencia - Derecho al
plazo razonable - Derecho al debido proceso - Derecho de acceso a la
justicia - Principio de plazo razonable

Resumen
Se resolvió ordenar a la Primera Sala Penal Especial de la Corte Superior de
Justicia de Lima, presidida por la doctora Inés Villa Bonilla, que en el plazo
máximo de 60 días naturales, contados desde la fecha de notificación de la
sentencia, se resuelva la situación jurídica de don Julio Rolando Salazar
Monroe, emitiendo y notificándole la correspondiente sentencia que
resuelva el Expediente Nº 28-2001, bajo apercibimiento de tenérsele por
sobreseído del proceso penal en caso de incumplimiento.

Así lo dispuso al declarar fundada la demanda de hábeas corpus recaída en


la STC Exp. Nº 05350-2009-PHC/TC, por haberse acreditado la
vulneración del derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable por
parte de las juezas demandadas, toda vez que el demandante viene siendo
procesado por más de 7 años y 6 meses, sin que hasta la fecha se haya
emitido la correspondiente sentencia que resuelva su situación jurídica.
Ente las razones por las cuales se estimó la demanda, destaca que la
dilación o demora en la resolución del proceso penal que se le sigue a don
Julio Rolando Salazar Monroe por el Caso Barrios Altos, le es atribuible el
comportamiento falto de diligencia de las juezas emplazadas, ya que el
asunto no es complejo, pues no debe olvidarse que por estos hechos el
demandante fue denunciado el 7 de abril de 1995. Y si bien, durante dicho
periodo de tiempo no fue procesado por la jurisdicción ordinaria ni por la
militar porque se emitieron las inconstitucionales leyes de amnistía, ello no
es óbice para tener por válidas las pruebas aportadas durante dicho periodo
(1995-2001).

Asimismo, se subrayó que la acumulación y desacumulación de procesos en


vez de coadyuvar a la pronta resolución del proceso penal, influyó en que
este (caso Barrios Altos) no se resuelva en forma definitiva dentro de un
plazo razonable. Ello es así porque durante el periodo de un año y más de
dos meses, el proceso penal estuvo acumulado a otros tres procesos que por
la cantidad de los procesados y agraviados lo tornaba complejo. Sin
embargo, dicha complejidad no es producto del comportamiento procesal
del favorecido ni del asunto, sino que así fue decretada por la Sala Penal
emplazada, quien mantuvo vigente la acumulación desde el 21 de diciembre
de 2004 hasta el 8 de marzo del 2006.

Al respecto, debe destacarse que la desacumulación fue ordenada de oficio


por la propia Sala Penal emplazada, es decir, que fueron las propias juezas
demandadas las que consideraron que su actuación procesal de acumulación
no tenía resultados efectivos para la pronta resolución de los procesos
penales, motivo por el cual decretaron la desacumulación.

A este hecho debe sumársele que desde el 13 de julio del 2005, fecha en
que se dictó el auto superior de enjuiciamiento, hasta la fecha han
transcurrido más de cinco años sin que exista una sentencia, a pesar de que
ya se han realizado más de 290 sesiones. Por ello, el Tribunal considera que
las juezas no han cumplido con su deber de obrar con celeridad en la
resolución del proceso. En buena cuenta, la afectación del derecho a ser
juzgado dentro de un plazo razonable le es imputable a la Sala Penal
demandada que no ha actuado con la diligencia debida.

Finalmente, la alegada vulneración del derecho invocado se comprobó


también porque en casos similares (violación de derechos humanos) la Sala
emplazada resolvió en un plazo razonable. Así, en el caso La Cantuta, el
demandante fue sentenciado con fecha 8 de abril de 2008, a pesar de que
dicho proceso se inició con posterioridad al del caso Barrios Altos, que
hasta la fecha no tiene sentencia de primer grado, a pesar de haber
transcurrido más de 7 años y 6 meses. Por estas razones, se les ha ordenado
a las juezas emplazadas que en un plazo máximo de 60 días naturales
resuelvan la situación jurídica del demandante, bajo apercibimiento de
tenérselo por sobreseído.
058. Exp. Nº 02748-2010-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus interpuesto por Alexander
Mosquera Izquierdo. Procuradores pueden impugnar
sentencias que excluyan a procesados por delitos de
narcotráfico y/o lavado de activos].

Fecha de resolución: 11 de agosto de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 17 de agosto de 2010

Temas clave
Control constitucional de las actuaciones del Ministerio Público -
Derecho a la libertad personal - Derecho al debido proceso - Derecho
al plazo razonable de la investigación preliminar - Procuraduría del
Estado - Tráfico ilícito de drogas

Resumen
El Tribunal Constitucional ha establecido como doctrina jurisprudencial las
reglas que deben seguir, respetar y acatar los jueces al momento de evaluar
la razonabilidad del plazo de investigación en los delitos de tráfico ilícito de
drogas y/o lavado de activos.

En este sentido, precisó que en estos tipos penales los jueces deben evaluar
la complejidad del asunto en función del número de investigados, la
particular dificultad de realizar determinadas pericias o exámenes
especiales de las actuaciones que se requieran para investigar, así como la
colaboración de las demás entidades estatales cuando así lo solicite el
Ministerio Público.
Por esta razón y teniendo presente que los jueces han venido fallando en
forma mecánica al momento de contabilizar el plazo de investigación a
cargo del fiscal y como consecuencia de ello, fomentando la impunidad en
el delito de tráfico ilícito de drogas y/o lavado de activos, el Tribunal,
teniendo presente la obligación impuesta por el artículo 8 de la
Constitución, ha establecido que: “En los procesos constitucionales
relacionados con el delito de tráfico ilícito de drogas y/o lavado de activos
en los que se haya dictado sentencia estimatoria de segundo grado, la
Procuraduría del Estado correspondiente se encuentra excepcionalmente
habilitada –independientemente del plazo– para la interposición del recurso
de agravio constitucional, el mismo que debe ser concedido por las
instancias judiciales”.

De este modo, el Tribunal Constitucional a través de esta sentencia frena los


abusos y excesos de los jueces al momento de evaluar la razonabilidad del
plazo de investigación preliminar a cargo del Ministerio Público, puesto que
como es de conocimiento general, existe una gran cantidad de investigados
por el delito de tráfico ilícito de drogas y/o lavado de activos que en forma
irregular vienen siendo excluidos de las investigaciones, a pesar de que la
Constitución y diversos instrumentos internacionales ratificados por el Perú
establecen que el Estado tiene la obligación de combatir y sancionar el
tráfico ilícito de drogas.

Finalmente, el Tribunal exhortó al Congreso de la República a que


modifique el plazo de la investigación preparatoria (8 meses prorrogables a
16 meses) previsto en el artículo 342.2 del Nuevo Código Procesal Penal de
2004, porque la realidad social y la capacidad de actuación del Ministerio
Público han demostrado que en algunas investigaciones dichos plazos son
irrealizables por la complejidad que entraña la investigación de los delitos
de tráfico ilícito de drogas y/o lavado de activos.
059. Exp. Nº 03170-2010-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus contra sentencia expedida por la
Cuarta Sala Especializada en lo Penal para Procesos con Reos
Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima. La
participación de procuradores en procesos de tráfico de
drogas y/o lavado de activos es obligatoria].

Fecha de resolución: 15 de setiembre de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 29 de setiembre de 2010

Temas clave
Deber estatal de lucha contra el narcotráfico - Defensa judicial del
Estado - Derecho a la notificación de resoluciones - Derecho al debido
proceso - Doctrina jurisprudencial

Resumen
Este pronunciamiento, según señala el Tribunal, constituye doctrina
jurisprudencial que debe ser observada, respetada y aplicada de manera
inmediata por todos los jueces de la República, conforme al artículo VI del
Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, en el sentido
siguiente: “Este Colegiado considera que si a los procuradores les
corresponde la defensa jurídica del Estado y si existe la obligación
constitucional del Estado peruano, prevista en el artículo 8 de la
Constitución, de prevenir y sancionar el delito de tráfico ilícito de drogas,
existe una necesaria y obligada participación de los procuradores en todos
los procesos penales contra los delitos de tráfico ilícito de drogas y lavado
de activos, en tanto estos ilícitos ponen en estado de alarma y peligro a las
bases sociales y amenazan la propia existencia del Estado”.
Dado que en los procesos penales por tráfico ilícito de drogas y lavado de
activos el Estado es considerado como agraviado, no puede permitirse que
en ningún supuesto se rechace la participación de los procuradores
considerándolos como “no parte”, pues este rechazo permitiría o avalaría
que los delitos de tráfico ilícito de drogas y/o lavado de activos queden
impunes. Esta consideración guarda relación con lo resuelto en el
Expediente Nº 02748-2010-PHC/TC, donde el Tribunal señaló tajantemente
que “en los procesos constitucionales en que se haya dictado sentencia
estimatoria de segundo grado relacionados con el delito de tráfico ilícito de
drogas y/ o lavado de activos, excepcionalmente, la Procuraduría del Estado
correspondiente se encuentra habilitada –independientemente del plazo–
para la interposición de un recurso de agravio constitucional (RAC)
especial, el mismo que deberá ser concedido por las instancias judiciales”.

Ello es así por cuanto malos jueces han venido denegando a los
Procuradores su participación en los procesos de tráfico ilícito de drogas y/o
lavado de activos con la finalidad de no permitirles la interposición del
RAC y, como consecuencia de ello, fomentando la impunidad sin observar
lo prescrito por el artículo 8 de la Constitución.
060. Exp. Nº 03045-2010-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus interpuesto por Sebastián Ramírez
Quijano a favor de Anilda Noreña Durand. Libertad religiosa
y práctica religiosa en cárceles].

Fecha de resolución: 26 de agosto de 2011


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 17 de octubre de 2011

Temas clave
Derecho a la igualdad - Derecho a la libertad religiosa -
Establecimiento penitenciario - Orden público - Moral pública

Resumen
El Colegiado desestimó la demanda de hábeas corpus interpuesta a favor de
doña Anilda Noreña, demanda en la cual se alegó que se le prohibía el
acceso a la Biblia durante los días de visita al penal de Sullana, por lo que
consideraba que se había violado su derecho a la libertad religiosa. De este
modo el Tribunal señaló que el reconocimiento constitucional del derecho
fundamental a profesar una determinada religión daba lugar también al
derecho de practicar los actos de culto y de recibir la asistencia religiosa
correspondiente sin que se atentara contra el orden público o la moral
pública según lo establecido en la STC Exp. Nº 02700-2006-PHC/TC.

En el caso concreto, en cuanto a la prohibición de ingreso de visitantes al


establecimiento Penitenciario de Mujeres de Sullana con sus Biblias en los
días de visita, lo que, según la demandante, vulneraba los derechos a la
libertad de credo y de religión, el Tribunal expresó que dicho alegato
carecía de un vínculo de conexidad o de incidencia negativa concreta con el
derecho a la libertad personal; por lo tanto, lo pretendido era
manifiestamente incompatible con la naturaleza del proceso constitucional
de hábeas corpus, por lo que en este extremo la demanda debía declararse
improcedente de conformidad con el artículo 5.1 del Código Procesal
Constitucional.

El Tribunal subrayó que la libertad religiosa no solo se expresaba en el


hecho de creer, sino también en el derecho de practicarla, de modo que una
vez formada la convicción religiosa, la fe trascendía el fuero interno del
creyente y se exteriorizaba, bien en la concurrencia a lugares de culto, bien
en la práctica de los ritos de veneración, e incluso en la adopción de
determinadas reglas de trato social (saludo, vestimenta, entre otros).

No obstante lo anterior, el ejercicio del derecho a la libertad religiosa, al


igual que los demás derechos fundamentales, no era absoluto, sin que ello
supusiera que las eventuales restricciones quedaran libradas a la entera
discrecionalidad de la autoridad. En todo caso, la legitimidad de tales
restricciones radicaba en que debían ser dispuestas con criterios objetivos
de razonabilidad y proporcionalidad. Las restricciones también alcanzaban
a las personas que se encontraran en un régimen especial de sujeción, como
por ejemplo, establecimientos penitenciarios, hospitales, asilos, entre otros.

En el caso de autos, la favorecida venía ejerciendo su derecho a la libertad


religiosa por lo que tenía establecido un horario para oración o rezo todos
los días de la semana y hasta el ingreso de un bombo. Finalmente, el
Tribunal precisó que la restricción o la retención de la Biblia a los visitantes
durante los días sábados y domingos (días de visita) no suponía para la
favorecida la prohibición del acceso a su Biblia, pues ella disponía de una
en el establecimiento penitenciario.
061. Exp. Nº 00017-2011-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad promovido por el Fiscal de
la Nación. Se declara inconstitucional la Ley Nº 29703 en el
extremo referido a la modificación del artículo 384 (colusión)
del Código Penal, en consecuencia nulo y carente de todo
efecto la expresión “patrimonialmente”; y constitucional la
modificación del artículo 400 (tráfico de influencias) del
Código Penal].

Fecha de resolución: 3 de mayo de 2012


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 29 de mayo de 2012

Temas clave
Delito de colusión - Delitos de corrupción - Derecho Penal y
Constitución - Libertad personal - Fines constitucionales de la
persecución penal de los delitos de corrupción - Funcionarios y
servidores públicos - Tráfico de influencias

Resumen
El Tribunal advirtió que la redacción de la disposición cuestionada (Ley Nº
29703 que modifica el artículo 384 del Código Penal) a través de la
introducción del término “patrimonialmente” puede direccionar la
interpretación de la norma penal hacia supuestos en los que en puridad lo
que se ve perjudicado es el patrimonio del Estado y no los principios
constitucionales que rigen la contratación pública. Que, ello, a su vez, sería
contrario a lo dispuesto en el artículo 3 de la Convención de las Naciones
Unidas contra la Corrupción, según el cual: “Para la aplicación de la
presente Convención, a menos que contenga una disposición en contrario
no será necesario que los delitos enunciados en ella produzcan daño o
perjuicio patrimonial al Estado”.
En este contexto, el Tribunal consideró que la pretensión postulada por la
parte demandante en el sentido de cuestionar la modificatoria del artículo
384 del Código Penal resulta atendible, y, en tal sentido, debe quedar nula y
sin efecto la referida disposición en cuanto menciona el término
“patrimonialmente”, a fin de –sin alterar en lo sustancial el contenido de lo
dispuesto por el legislador– orientar la interpretación de la disposición
evitando vaciar de contenido los fines constitucionales que son de
protección al sancionar actos contra los deberes funcionales en el ámbito de
la contratación pública.

Asimismo, precisó que en el presente caso el control constitucional


constituye un caso atípico en el que la ley cuestionada tuvo vigencia muy
breve, la misma que habiendo sido publicada el 10 de junio de 2011 fue
reemplazada por una nueva ley del 21 de julio del mismo año, que elimina
el vocablo “patrimonialmente” del supuesto básico y que lo incluye
únicamente en el supuesto agravado. De manera tal que la decisión de este
Colegiado contenida en la presente sentencia solo confirmó una decisión ya
adoptada por el legislador.

Por otro lado, habiéndose tipificado desde un principio el tráfico de


influencias reales, como el de influencias simuladas, también fue materia de
cuestionamiento que por efecto de la ley impugnada el tráfico de influencias
simuladas no pueda ser perseguido penalmente.

El Colegiado desestimó este extremo de la demanda atinente al


cuestionamiento de la descriminalización del tráfico de influencias
simuladas, precisando que ello no implicaba en modo alguno que
necesariamente la persecución penal de los actos de tráfico de influencias
cuando estas sean simuladas resulte inconstitucional. Refirió que, en el
presente caso se ha analizado la constitucionalidad de la despenalización de
los actos de tráfico de influencias irreales, no habiéndose encontrado
disconformidad con la norma constitucional; pero que, de ello no se puede
inferir de manera mecánica que el legislador esté prohibido de incorporarlo
nuevamente al ordenamiento jurídico, lo cual supondría un nuevo juicio de
constitucionalidad sobre su criminalización.
062. Exp. Nº 04298-2012-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por el alcalde de
la Municipalidad Provincial de Chiclayo, Roberto Torres
Gonzales. La excepción típica del delito de peculado de uso no
parte de utilizar reiteradamente el vehículo motorizado (art.
388, in fine del Código Penal), sino de la relación que tiene
este con el ejercicio de la función pública].

Fecha de resolución: 17 de abril de 2013


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 17 de abril de 2013

Temas clave
Peculado de uso - Uso personal del vehículo - Debida motivación de
resoluciones judiciales

Resumen
Los miembros del Tribunal Constitucional en su STC Exp. Nº 04298-2012-
PA/TC declararon por mayoría fundada la demanda de amparo promovida
por el alcalde de la Municipalidad Provincial de Chiclayo, Roberto Torres
Gonzales y anularon la Sentencia Nº 33-2012 de la Segunda Sala de
Apelaciones de Lambayeque que lo condenó a dos años de pena privativa
de la libertad por el delito de peculado de uso, en razón que se vulneró el
derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales al no motivar
suficientemente su decisión, incurriendo en un grave exceso.

Esta sentencia tuvo su origen en una investigación que realizó la Tercera


Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Chiclayo al alcalde de la
municipalidad de Chiclayo por la presunta comisión del delito de peculado
de uso tras usar la unidad vehicular del funcionario para transportar a sus
hijas a un centro de esparcimiento. Tras ser absuelto por el Séptimo
Juzgado Penal Unipersonal Supraprovincial de Chiclayo, la procuraduría
Anticorrupción interpone un recurso de apelación, elevando el proceso a la
Segunda Sala Penal de Apelaciones, la cual emitió la sentencia
condenatoria.

El tribunal señala que este colegiado penal interpretó de forma correcta la


excepción típica prevista en el tercer párrafo del artículo 388 del Código
Penal, pues considera que el “uso personal del vehículo”, excluye el “uso
personal” del mismo, sin embargo indicó que existe una motivación
insuficiente en cuanto a los términos en los cuales cabe entender que el “uso
familiar” de la unidad vehicular, resultando excesivo y totalmente ajeno a
las razones de funcionabilidad.
063. Exp. Nº 01969-2011-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Humberto
Bocanegra Chávez a favor de José Santiago Bryson de la
Barra y otros. Los hechos ocurridos en El Frontón no
constituyen crímenes de lesa humanidad. En consecuencia,
señaló el Tribunal Constitucional, debía operar la
prescripción terminado el proceso penal contra los presuntos
implicados].

Fecha de resolución: 14 de junio de 2013


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: el 2 de setiembre de 2013

Temas clave
Crímenes de lesa humanidad - Imprescriptibilidad - Prescripción de la
acción penal

Resumen
El Tribunal Constitucional analizó los hechos acontecidos en el caso El
Frontón en la STC Exp. Nº 01969-2011-PHC/TC. En dicha resolución
afirmó que si bien dichos sucesos deben ser investigados en virtud de lo
ordenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, estos pese a
ser considerados graves violaciones de derechos humanos no pueden ser
calificados como crímenes de lesa humanidad y, por lo tanto no son
imprescriptibles. En consecuencia, señaló el TC, debía operar la
prescripción terminado el proceso penal contra los presuntos implicados.

El TC consideró, además, que el juez penal debe observar las garantías que
conforman el principio-derecho de legalidad penal, en particular, el que se
deriva del sub-principio de lex stricta, que exige una interpretación rigurosa
de la ley penal y, por tanto, prohíbe la analogía in malam partem. Con
ello, se establecía que los hechos juzgados en el caso El Frontón no
cumplían con los elementos constitutivos de lesa humanidad: la existencia
de una grave afectación a la dignidad humana, que hayan sido realizados
como parte de un ataque generalizado o sistemático, que respondan a una
política consentida por el Estado, y se dirijan contra la población civil.
Dichos elementos deberán presentarse de manera concurrente para hablar
de este tipo de crímenes.

El TC señaló, asimismo, que pese a haber transcurrido más de 25 años de lo


ocurrido, el Estado tiene el deber de investigar y de sancionar a todos los
participantes del operativo realizado en el penal San Juan Bautista. Es así
que, pese a que el TC no califica dichos hechos como de lesa humanidad,
igual señaló que no podrá declararse la imprescriptibilidad de estos hechos
mientras no haya un eficiente y verdadero uso del aparato jurisdiccional
para castigar dichos delitos, es decir, que la renuncia del Estado a investigar
las graves violaciones de derechos humanos no puede contabilizarse para
que se aplique la prescripción penal.

Además, pese a que la resolución del TC no se trata de un precedente de


cumplimiento obligatorio, por el principio de jerarquía (al tratarse de un
pronunciamiento del Máximo Intérprete de la Constitución) en el que se
verificó una grave violación al debido proceso y, además, por el principio
de legalidad penal para hechos ocurridos en un caso singular y delicado, lo
dispuesto por el TC sí constituye un parámetro importante a considerar para
la labor jurisdiccional del juez ordinario en un caso idéntico, más aún
cuando lo resuelto por nuestro Tribunal se ha dado respetando la
Constitución así como diversos instrumentos internacionales sobre derechos
humanos.
064. Exp. Nº 03116-2012-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Elsa Canchaya. La
prescripción de la acción penal es una causa de extinción de la
responsabilidad criminal].

Fecha de resolución: 4 de setiembre de 2013


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 27de noviembre de 2013

Temas clave
Inmunidad parlamentaria - Prescripción de la acción penal - Debida
motivación

Resumen
El Tribunal Constitucional emitió la STC Exp. Nº 03116-2012-PHC/TC que
resuelve el proceso de hábeas corpus interpuesto por la excongresista Elsa
Canchaya Sánchez, quien solicitó se declare la nulidad de la resolución de
fecha 7 de octubre de 2009 que la condenó como autora del delito de
nombramiento indebido de cargo público (art. 381 del Código Penal).

Asimismo, solicitó se declare la nulidad de la confirmación de dicha


resolución, de fecha 4 de mayo de 2010 que además declaró infundada la
excepción de prescripción. Elsa Canchaya considera que dichas
resoluciones son atentatorias de sus derechos al debido proceso, a la
igualdad ante la ley y al principio de legalidad penal.

El Tribunal Constitucional falló declarando fundada la demanda y,


consecuentemente, nula la sentencia de 4 de mayo de 2010 expedida por la
Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia de la República, que
había declarado infundada la excepción de prescripción deducida por
Canchaya.

Asimismo, el Tribunal Constitucional ordenó a la Sala Penal Especial de la


Corte Suprema de Justicia de la República que emita un nuevo
pronunciamiento, tomando en cuenta los fundamentos de la sentencia en
comentario.

El Tribunal señaló en la presente sentencia que la prescripción de la acción


penal es una causa de extinción de la responsabilidad criminal, y no como
establece el Acuerdo Plenario Nº 1-2010/ CJ-116 que la define como el
transcurso del tiempo que extingue la potestad del Estado para perseguir el
delito.

Según el órgano colegiado, si el plazo ordinario fuera de dos años el plazo


extraordinario, por efecto del artículo 83 del Código Penal, sería de tres
años pues “la acción penal prescribe, en todo caso, cuando el tiempo
transcurrido sobrepasa a la mitad del plazo para la prescripción.

El colegiado indicó que, ante la falta de motivación suficiente de la


resolución de 4 de mayo de 2010, esta deba ser declarada nula pues no
queda claro si ha operado o no el plazo de prescripción.

El Tribunal no logra determinar cuál es el plazo de prescripción correcto ni


tampoco refuta la interpretación de la Sala Penal Especial referida a que el
plazo de prescripción corre no a partir de la consumación del delito sino a
partir del levantamiento de la inmunidad parlamentaria. Por el contrario, el
Tribunal Constitucional termina concluyendo que por sí mismo no puede
dilucidar si ha operado o no la prescripción.
065. Exp. Nº 01711-2014-PHC/TC
[TC instaura recurso de agravio constitucional contra el
terrorismo y rechaza traslado de sentenciados por dicho
delito a un penal ordinario].

Fecha de resolución: 8 de abril de 2014


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 9 de abril de 2014

Temas clave
Recurso de agravio constitucional - Delito de terrorismo -
Internamiento de reclusos - Doctrina jurisprudencial

Resumen
El Tribunal Constitucional (TC) rechazó que Víctor Polay, Óscar Ramírez
Durand, Miguel Rincón Rincón y Peter Cárdenas Schulte, condenados por
terrorismo, sean trasladados del Establecimiento Penal del Centro de
Reclusión de la Base Naval del Callao (CEREC) a un penal ordinario, tal
como lo ordenó el Poder Judicial (PJ) en la sentencia de hábeas corpus de
segunda instancia.

En su sentencia (Exp. Nº 01711-2014-PHC/TC), el TC reiteró que los


beneficios penitenciarios no constituyen derechos fundamentales y que si
bien dicho sistema de estímulo y apremios coadyuva a cumplir el mandato
resocializador, no es consecuencia necesaria e ineludible de este. Se rechaza
así la supuesta inaplicación de un sistema progresivo de tratamiento
penitenciario alegada por los terroristas.

Asimismo, descartó que el CEREC sea un establecimiento militar y que se


encuentre bajo la dirección de la Marina de Guerra del Perú, pues tal como
indicara en la STC Exp. Nº 02700-2006-PHC/TC (que resolvió un hábeas
corpus planteado por Polay Campos), dicho penal se encuentra a cargo de
un Comité Técnico liderado por el presidente del INPE.

Y en lo referido al régimen de visitas, determinó que las restricciones están


justificadas por la alta peligrosidad de los reclusos; además, no se ha
anulado por completo su derecho a la visita familiar pues se permite la
visita de parientes hasta el segundo grado de consanguinidad, así como
otras personas que no sean familiares, con la debida autorización del
Comité Técnico.

Por otra parte, declaró improcedente los cuestionamientos referidos a la


inexistencia de un director del CEREC. Advirtió al respecto que dicho
argumento está referido a un supuesto incumplimiento del Código de
Ejecución Penal, y no de una norma constitucional, por lo que no le
corresponde pronunciarse.

Por último, el único extremo de la demanda que estimó el TC fue el pedido


terrorista de acceder a educación. En ese sentido, ordenó al Poder Ejecutivo
modificar el Reglamento del CEREC a fin de que se permita estudiar a los
internos dentro del referido centro penitenciario de un modo acorde con las
condiciones de máxima seguridad.

Bajo estos argumentos, el TC rechazó la demanda planteada por los


terroristas y declaró fundado en parte el recurso de agravio constitucional
interpuesto por el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) en contra de la
sentencia del PJ que había ordenado el traslado de los terroristas de la Base
Naval a otro penal.

A efectos de poder pronunciarse sobre el fondo del asunto, –y tal como se


señalara en un Informe–, el TC amplió los supuestos excepcionales de
procedencia del recurso de agravio constitucional “a favor del orden
constitucional”, antes solo habilitado para los casos de lavado de activos y/o
tráfico ilícito de drogas.

De esta forma, se estableció como doctrina jurisprudencial vinculante que la


Procuraduría del Estado se encuentra excepcionalmente habilitada para
recurrir las sentencias estimatorias de segunda instancia en los procesos
constitucionales de libertad referidos al delito de terrorismo.
066. Exp. Nº 06727-2013 PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Bernardino
Lizarribar. Al no constituir trato inhumano ni degradante,
reos de establecimientos penitenciarios pueden permanecer
aislados 20 horas al día en celdas pequeñas].

Fecha de resolución: 23 de julio de 2014


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 22 de julio de 2016

Temas clave
Beneficios penitenciarios - Libertad individual - Integridad

Resumen
El Tribunal Constitucional en la STC Exp. Nº 06727-2013-PHC/TC, a
través de la que declaró infundada la demanda de hábeas corpus interpuesta
a favor del ciudadano Julio Bernardino Lizarribar Alvino, quien se
encuentra recluido en el Establecimiento Penitenciario de Ayacucho bajo el
Régimen Cerrado Especial “C” (que es la etapa menos restrictiva de dicho
régimen. Ello porque sostuvo aquellos reclusos que pasen más de veinte
horas al día encerrados, en celdas de aproximadamente siete metros
cuadrados, no constituye un trato cruel o inhumano.

En el presente caso, el Colegiado tuvo en consideración que la Junta


Técnica de Clasificación del Establecimiento Penitenciario de Ayacucho
clasificó al interno en el régimen cerrado especial “C” y puso ello en
conocimiento del director del penal, disponiendo su ubicación temporal en
un pabellón de máxima seguridad y recomendando su traslado a un
establecimiento idóneo. Además, estimó que el régimen al que está
sometido el beneficiario, que permite realizar cuatro horas diarias “de
patio” y que incluye su reclusión en una celda de 2.5 por 3 metros, una
cama con plataforma de cemento, un colchón, una frazada, una mochila,
con un baño personal, accesorios de limpieza y otros, no constituye un trato
cruel o inhumano.

En la demanda se alegó que estas condiciones carcelarias fueron impuestas


por las autoridades del INPE como venganza contra el interno, quien los
denunció por presuntos actos ilícitos y maltratos, los que, arbitrariamente,
decidieron encerrarlo en un calabozo sometido a un aislamiento absoluto,
perpetuo y en condiciones de reclusión que resultan inhumanas, humillantes
y degradantes.

El Tribunal recordó que, en el caso de personas privadas legalmente de su


libertad locomotora, una obligación de la que no pueden rehuir las
autoridades penitenciarias es la de prestar las debidas garantías para que no
se afecte o lesione la vida, la integridad física y los demás derechos
constitucionales que no hayan sido restringidos con la sentencia, lo que
supone que, dentro de márgenes razonables, las autoridades penitenciarias
deben adoptar aquellas medidas estrictamente necesarias para preservar los
derechos de los internos. Por ello, resulta posible efectuar control
constitucional de las formas y condiciones en las que se desarrolla la
privación del ejercicio de la libertad individual, siempre y cuando el
agravamiento de dichas condiciones de reclusión sea manifiesto.

Si bien es cierto que, en estricto, el Colegiado rechazó la demanda porque


encontró que las condiciones carcelarias del beneficiario no fueron variadas
de forma arbitraria, sino que tuvieron una justificación, esta decisión
destaca porque establece que estas condiciones de reclusión no configuran
trato cruel o inhumano, afirmación que el Tribunal Constitucional realizó
sin considerar lo previsto en las Reglas mínimas para el tratamiento de los
reclusos, aprobadas por el Consejo Económico y Social de las Naciones
Unidas (1977).
067. Exp. Nº 00867-2011-PA/TC
[Proceso de amparo. Promovido por Alan Quintano Saravia.
Grabación no consentida puede ser objeto de prueba de un
delito si protege el interés general en la investigación y
persecución del delito

Fecha de resolución: 17 de julio de 2014


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 18 de mayo de 2015

Temas clave
Inviolabilidad de las comunicaciones - Prueba no consentida -
Persecución del delito

Resumen
El Tribunal Constitucional en la STC Exp. Nº 00867-2011-PA/TC
desestimó la demanda de amparo interpuesta contra Alan Quintano Saravia
contra la Tercera Fiscalía Provincial Penal de Abancay.

El demandante solicitó que se decrete la nulidad e ineficacia de las


grabaciones de las conversaciones que sostuvo con Tomás Gutiérrez Berrío
los días 29 y 30 de diciembre de 2009, las cuales fueron incluidas en la
denuncia fiscal formulada en su contra por el delito de cohecho pasivo.

De las grabaciones se constataba que Quintano, quien era miembro de la


policía, solicitó a su interlocutor la entrega de una suma dineraria. No
obstante, adujo que las grabaciones fueron obtenidas vulnerando su derecho
a la inviolabilidad de las comunicaciones, pues las conversaciones fueron
escuchadas y captadas sin su autorización.Al respecto, el Colegiado señaló
que debe distinguirse entre el proceso y el contenido de la comunicación.
Así, en atención al derecho al secreto de las comunicaciones, se prohíbe
cualquier injerencia externa en el proceso comunicativo, salvo que exista
autorización judicial o de uno de los interlocutores.

Por ello, el TC rechazó que se haya configurado violación alguna del


derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones, pues las grabaciones
fueron obtenidas mediando el consentimiento de uno de los intervinientes
en la conversación, esto es, del señor Gutiérrez.

Asimismo, afirmó que no se vulneró el derecho a la intimidad personal del


demandante, pues el contenido de la conversación se encontraba
directamente relacionado con la comisión del delito de cohecho pasivo. Con
ello, los magistrados constitucionales descartaron todos los argumentos del
recurrente referidos a la ilicitud de las grabaciones.

Finalmente, para este órgano colegiado la inviolabilidad de las


comunicaciones no es trasgredida cuando alguno de los intervinientes graba
para sí la comunicación telefónica de manera libre, voluntaria y expresa
permite que un tercero intercepte, grabe o acceda a su contenido. Ello,
porque de la grabación escuchada no existe ninguna acción que afecte parte
de la vida íntima del recurrente.
068. Exp. Nº 01665-2014-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Juan Temístocles
García en representación del menor C.F.A.P. Establece como
doctrina jurisprudencial vinculante el cómputo del plazo para
impugnar internamiento de menores infractores].

Fecha de resolución: 7 de mayo de 2015


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 20 de agosto de 2015

Temas clave
Interés superior del niño - Mandato de internamiento preventivo -
Menor infractor

Resumen
La nueva doctrina jurisprudencial recaída en la STC Exp. Nº 01665-2014-
PHC/TC señaló que el plazo para apelar el mandato de internamiento
preventivo de un menor de edad es de 3 días y será computado desde el día
siguiente de notificarse al menor, al padre o tutor y a su abogado.

La regla establecida fue producto de la interpretación que hiciera el tribunal


del artículo 219 del Código de los Niños y Adolescentes bajo la directriz del
principio de interés superior del niño.

La sentencia declaró fundada la demanda de amparo interpuesta a favor de


un menor de edad donde se vulneró su derecho a la pluralidad de instancia
en tanto que no se respetó el plazo para apelar la decisión que le declaró
infractor de la ley penal.
Los jueces de familia que evaluaron el caso rechazaron el recurso de
apelación porque calcularon el plazo desde el día de la audiencia de lectura
de sentencia y no desde que esta fuese notificada.

El órgano colegiado señaló que si bien las notificaciones no se dieran de


forma concurrente, el plazo para apelar al mandato de internamiento
preventivo comienza a computarse desde el día posterior a la fecha de quien
reciba la última notificación.

En el presente caso se leyó la sentencia que contenía la medida de


internamiento pero no se notificó el contenido de la misma inmediatamente,
sino que se impugnó la sentencia que concedió el recurso, y luego de
interponer uno de queja la sala superior desestimó dicho medio
impugnativo tras considerar que la apelación fue decidida
extemporáneamente.

El Tribunal Constitucional consideró que el plazo que contiene el artículo


219 del Código de los Niños y Adolescentes se computó desde el día que se
leyó la sentencia al menor, en una audiencia por teleconferencia y no desde
que se notificó documentalmente con ella.

Para el Tribunal Constitucional, del mencionado artículo 219 del Código de


los Niños y Adolescentes (que precisa cuándo corresponde hacer
comparecer al menor ante un órgano jurisdiccional y cuándo no), se infiere
que la decisión del tribunal de justicia debe serle notificada al menor en
todos los casos, sin que para ello exista la necesidad de hacerlo comparecer,
y con independencia de su sentido. Esta regla solo tiene una excepción:
cuando la sentencia ordena una medida socio-educativa contra el menor, en
cuyo caso debe hacerse comparecer al menor infractor y leerle la sentencia.

Para el colegiado, además, existen problemas para determinar cuándo se


inicia el cómputo del plazo de tres días señalado en la citada norma.
Consideró que había hasta tres alternativas de poder interpretarla: (i) si la
sentencia se notifica y no contiene una medida de internación de tres días se
cuenta desde el día siguiente de realizado dicho acto procesal; (ii) si la
sentencia se lee, por contener una medida de internación, el plazo se
computa desde que se efectúa dicho acto procesal, siempre que se entregue
simultáneamente una copia de la sentencia; y, (iii) cuando se realiza el acto
de lectura de sentencia (existiendo una medida de internación) y, con
posterioridad, se notifica la sentencia, el cómputo del plazo para apelar
deberá contarse desde el día siguiente a la realización de este último acto
procesal.

El Tribunal Constitucional entendió que el inicio del cómputo del plazo


acotado debe empezar siempre que la notificación documental de la
sentencia al menor coincida en el tiempo con la realizada a los padres y a su
abogado. Por ello, estableció que, cuando no exista dicha coincidencia (esto
es, que se notifique la sentencia en fechas diversas al menor, a los padres o
los responsables y al abogado), el plazo de tres días solo empezará a
computarse desde el día siguiente que se notifique al último de cualquiera
de los antes mencionados.

Para el Tribunal, esta exigencia derivada del primer párrafo del artículo 219
del Código de los Niños y Adolescentes, representa una garantía procesal
para los menores por infracción de la ley compatible con el principio del
interés superior del niño y la obligación del Estado de dispensar a los
menores de una protección especial.
069. Exp. Nº 00295-2012-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Aristóteles Arce.
Establece como doctrina jurisprudencial vinculante que el
cómputo del plazo razonable en el proceso penal debe
iniciarse desde la apertura de la investigación preliminar del
delito, el cual comprende la investigación policial o la fiscal, y
ya no desde la aprehensión del procesado].

Fecha de resolución: 14 de mayo de 2015


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 3 de julio de 2015

Temas clave
Plazo razonable - Nuevo modelo procesal penal - Auto de apertura de
instrucción.

Resumen
En 2006 se abre proceso de instrucción penal sumaria por el delito de
usurpación agraviada en agravio de la Compañía Constructora e
Inmobiliaria Bacilio López S.A.C Contra Aristóteles Arce. Se dictan dos
sentencias absolutorias y a finales de 2010, la Tercera Sala Penal de la Corte
Superior de Justicia del Callao dispone la ampliación del plazo
investigatorio, previa anulación de la sentencia absolutoria, argumentándose
una mal tipificación de los hechos.

En el 2011 se interpone hábeas corpus contra esta sala argumentando la


afectación del derecho a ser juzgado dentro del plazo razonable y al derecho
de libertad personal. La demanda es declarada fundada en primera
instancia, pero el tribunal de segunda instancia revoca la decisión.
Las precisiones anotadas en el presente caso explican de manera directa el
nuevo modelo procesal penal. Así, corresponde que la atención del plazo
razonable dentro del proceso penal no tiene distinciones de acuerdo al
órgano que asume la dirección del proceso, sino de la actividad
posiblemente riesgosa desde el momento en que la norma procesal reconoce
la existencia del proceso persecutorio punitivo, es decir, desde la
investigación preliminar del delito.

Con la presente sentencia el colegiado abandona su posición anterior, según


la cual el cómputo del plazo razonable comenzaba con la emisión del auto
de apertura de instrucción o, en su caso, con la fecha de la detención
judicial del imputado. Asimismo, se determinó que el instante final del
cómputo del plazo razonable del proceso penal se produce cuando el órgano
jurisdiccional emite la decisión definitiva que resuelve la situación jurídica
del imputado (lo que incluye los recursos interpuestos que franquea la ley).

El Tribunal desestimó que los jueces constitucionales dispongan la


exclusión del imputado o que establezcan un plazo para el dictado del fallo,
bajo el apercibimiento de sobreseer el proceso. Si desean emitir
pronunciamiento definitivo sobre el fondo del asunto en el plazo más breve
posible, este debe ser fijado según las circunstancias específicas de cada
caso.
070. Exp. Nº 00022-2011-PI//TC
[Proceso de inconstitucionalidad promovido por más de 5000
ciudadanos. Se declara inconstitucional artículos del Código
Penal Militar Policial (D. Leg. Nº 1094) y la Ley que establece
reglas de empleo y uso de la fuerza por parte de las Fuerzas
Armadas en el territorio nacional (D. Leg. Nº 1095)].

Fecha de resolución: 8 de julio de 2015


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 18 de agosto de 2015

Temas clave
Intervención policial - Uso de la fuerza - Grupo hostil - Delitos de
función

Resumen
El Tribunal Constitucional en la STC Exp. Nº 00022-2011-PI/TC ha
declarado inconstitucionales diversos artículos de dos importantes decretos
legislativos: el Código Penal Militar Policial (D. Leg. Nº 1094) y la Ley que
establece reglas de empleo y uso de la fuerza por parte de las Fuerzas
Armadas en el territorio nacional (D. Leg. Nº 1095).

Esta norma definía como grupo hostil la “pluralidad de individuos en el


territorio nacional que (i) están mínimamente organizados; (ii) tienen
capacidad y decisión de enfrentar al Estado, en forma prolongada por medio
de armas de fuego, punzocortantes o contundentes en cantidad, y; (iii)
participan en las hostilidades o colaboran en su realización” (art. 3, lit. f).

La expresión “punzocortantes o contundentes en cantidad” ha sido


declarado inconstitucional , pues según el Derecho Internacional
Humanitario (DIH), un grupo de personas que tiene armas punzocortantes o
contundentes no puede, objetivamente, equiparar ni superar las armas y el
entrenamiento de la Policía y las Fuerzas Armadas. Por ello, el Tribunal
considera evidente que las Fuerzas Armadas no podrían [sic] directamente a
un grupo de ciudadanos que protestan, por ejemplo, con palos y piedras,
sino que siempre lo harán prestando apoyo a la Policía en la función de
mantener o restablecer el orden interno.

Esta sentencia, además, declara inconstitucionales los artículos 60


(rebelión), 81 (devastación), 82 (saqueo), 83 (confiscación arbitraria), 84
(confiscación sin formalidades), 85 (exacción), 86 (contribuciones ilegales),
87 (abolición de derecho), 88 (afectación de personas protegidas), 89
(lesiones fuera de combate), 90 (confinación ilegal), 93 (medios prohibidos
en las hostilidades), 97 (daños graves al medio ambiente) y 131 (excesos en
el mando-tipo imprudente) del Código Penal Militar Policial, aprobado por
el Decreto Legislativo Nº 1094. Ello, debido a que el órgano colegiado
estableció que estos tipos penales no constituyen delitos de función, según
lo establecido en el artículo 173 de la Constitución. Por ello, optó por
expulsarlos del ordenamiento jurídico.
071. Exp. Nº 05811-2015-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Nadine Heredia.
Pleno del Tribunal Constitucional afirmó que no puede existir
cosa decidida en el caso de Nadine Heredia pues la primera
investigación fiscal contra la Primera Dama fue hecha de
forma deficiente y no existieron nuevas pruebas].

Fecha de resolución: 20 de octubre de 2015


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 20 de octubre de 2015

Temas clave
Ne bis in idem - Noticia criminal - Lavado de activos - Investigaciones
fiscales

Resumen
El Tribunal Constitucional revocó la sentencia del 14 de agosto de 2015 y
su resolución aclaratoria del 4 de setiembre de 2015, emitidas por la Sexta
Sala Penal para procesos con reos libres de la Corte Superior de Justicia de
Lima, así como la sentencia del 8 de junio de 2015, emitida por el
Cuadragésimo Tercer Juzgado Penal de Lima y, en consecuencia, declaró
infundada la demanda de hábeas corpus de la Primera Dama, que, según
opinión del órgano colegiado debía ser entendida como una de amparo.

En otras palabras, la imputada sí podía ser investigada por la Primera


Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada en delitos de lavado de
activos y pérdida de dominio. Así lo dispuso en su STC Exp. Nº 05811-
2015-PHC, en cuyo fallo, el Colegiado recordó que es posible iniciar una
nueva investigación fiscal sobre los mismos hechos en dos supuestos: (1)
cuando existen nuevos medios probatorios, y; (2) cuando la primera
investigación se ha realizado en forma deficiente.
Así, el TC concluyó en su sentencia que la primera investigación fiscal a
Nadine Heredia fue deficiente y que, por lo tanto, no pudo adquirir la
calidad de inamovible, ya que no se ponderó, entre otros elementos, la
complejidad que implica este tipo de indagaciones, el número de
investigados y la necesidad de esclarecer la licitud o ilicitud de
transferencias bancarias, de forma tal que el Estado peruano cumpla con las
obligaciones internacionales que ha asumido en materia de criminalidad
organizada, corrupción y lavado de activos.

Para el Colegiado, la segunda investigación no lesiona el principio ne bis in


idem, ni otro derecho fundamental pues la existencia de nuevos hechos y
nuevos sujetos justifica la reapertura de la investigación fiscal en contra de
la Primera Dama. Ello, porque, conocida una notitia criminis por parte de
un representante del Ministerio Público, este se encuentra obligado a
promover el inicio de una investigación a fin de dilucidar si existe o no
sospecha de haberse cometido un delito, en cumplimiento de sus funciones
constitucionales y del principio de legalidad, más aún cuando, luego de
efectuar diversas indagaciones al respecto, consideró pertinente disponer la
ampliación de la investigación dada la existencia de indicios y hechos
nuevos.
072. Exp. Nº 07440-2005-PHD/TC
[Proceso de hábeas data promovido por Juan de Dios
Olivares Torres. Responsabilidad de la ONP frente a la
negativa de entregar la información solicitada].

Fecha de resolución: 7 de diciembre de 2005


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 18 de agosto de 2006

Temas clave
Administración pública - Derecho fundamental de acceso a la
información pública - Derecho fundamental a la pensión -
Responsabilidad de la ONP ante la negativa de la información
requerida

Resumen
El Tribunal estableció que, a priori, no se puede denegar información por el
hecho de que la misma no obre en los archivos de la entidad requerida,
encontrándose obligada esta a un mínimo comportamiento diligente y
respetuoso del derecho fundamental que ejerce quien así lo requiere,
indicando, bajo responsabilidad, qué entidad posee la información por
haberla procesado o por ser de conocimiento público donde se encuentra.

En este caso concreto, la demandada alegó que la información solicitada no


se encontraba en su poder, sino en la Oficina de Registro Nacional de
Cuentas Individuales de Empleadores y Asegurados (ORCINEA), motivo
por el cual no podía exigírsele datos de tal magnitud. En tal sentido, el
Tribunal dejó establecido, mediante la presente sentencia, los alcances de la
obligación que le corresponde a la ONP respecto de la información
requerida, toda vez que su deber de entregar la información tiene que
enmarcarse dentro de lo estipulado por el inciso 1 del artículo 61 del
Código Procesal Constitucional.

Así señaló que, como entidad de tipo previsional, una de las funciones de la
ONP –y quizá la de mayor importancia– es, según el artículo 4, inciso f, de
su Estatuto, realizar acciones de control, revisión, verificación y
fiscalización de aportes y derechos pensionarios, motivo por el cual la
información requerida debería estar en su poder. Es decir, si no la tiene,
debió tenerla, pues queda claro que para haber emitido la Resolución Nº
0000051120-2004/DC/DL19990, que reconoce el derecho del demandante,
tuvo que contar con los datos necesarios para que un derecho fundamental
sea plenamente respetado.

Con lo dicho, no es aceptable ni razonable suponer que la ONP, con esta


función asignada, no tenga la información requerida o no pueda acceder a
ella con mayor facilidad y celeridad que el demandante, sobre todo cuando
esta entidad ha sido la entidad encargada de procesar la información en el
caso concreto, y según el artículo 61, inciso 1, del Código Procesal
Constitucional, está plenamente obligada a la entrega de la información.
073. Exp. Nº 00008-2005-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad promovido por Juan José
Gorriti y más de cinco mil ciudadanos. Constitucionalidad de
la Ley marco del empleo público].

Fecha de resolución: 12 de agosto de 2005


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 14 de setiembre de 2005

Temas clave
Carrera pública - Contenido esencial del derecho a la huelga -
Convenio colectivo - Derecho a la huelga - Derecho a la negociación
colectiva - Derecho a la sindicalización - Igualdad de oportunidades -
Irrenunciabilidad de los derechos laborales - Principio de in dubio pro
operario - Principios constitucionales laborales

Resumen
En esta sentencia el Tribunal Constitucional dejó expresa constancia de la
intangibilidad de los derechos colectivos de los trabajadores (sindicación,
huelga y negociación colectiva) reconocidos por la Constitución y los
tratados sobre la materia.

Al mismo tiempo, exhortó al Congreso de la República para que, con


carácter prioritario y urgente, apruebe las leyes complementarias a la Ley
Marco a fin de iniciar la uniformidad, equidad y modernización del empleo
público, elemento fundamental para un adecuado funcionamiento de la
Administración Pública.

También se destacó que, tal como lo ha advertido el Informe Final de la


Comisión Multisectorial encargada de estudiar la situación del personal de
la Administración Pública, existe un verdadero caos en la citada
administración, reflejado en la existencia de múltiples organismos y
sistemas de pagos al personal, una dispersión de conceptos remunerados y
no remunerados; y una gran variedad de montos, así como inequidad
existente en las remuneraciones de los servidores del Estado en sus diversas
jerarquías y de instituciones públicas frente a otras.

Del mismo modo, se verificó la subsistencia de diferentes regímenes legales


de contratación del empleado público, lo que ha generado más de 60,000
trabajadores administrativos que se desempeñan en la modalidad de
servicios no personales, con contratos que vencen cada dos o tres meses, sin
seguridad social, ni CTS ni vacaciones. Situación que no puede ser tolerada
en un Estado democrático de Derecho, correspondiéndole al Congreso la
tarea de revertir esta realidad.

Luego de realizar un análisis de la función pública conforme a la


Constitución, el Tribunal Constitucional concluyó que esta función como
tal, se encuentra al servicio de la Nación, y la ejercen dos grandes grupos de
servidores estatales, conformados por los servidores civiles y servidores que
cumplen función militar y policial. En relación a estas últimas, conforme a
las normas constitucionales, a los fundamentos de la presente sentencia y al
principio democrático, ejercen sus funciones bajo la supremacía del poder
democrático, civil y constitucional.

Los demandantes alegaban que la Ley Marco cuestionada era violatoria del
derecho de sindicación, lo que podría abrir paso a la discriminación de los
trabajadores públicos; del mismo modo, consideraban que se violaba el
derecho a la huelga, toda vez que, conforme al principio de legalidad, su
reconocimiento debe ser expreso y, además, que el otro derecho que
consideraban violado era el de la negociación colectiva, por establecer que
todo acto relativo al empleo debe encontrarse debidamente autorizado y
presupuestado.
Sobre el particular, el Tribunal Constitucional precisó que la Constitución
es una norma jurídica vinculante y los derechos que reconoce pueden ser
directamente aplicados; por tanto, el artículo de la ley impugnada respecto a
que no enumera expresamente los derechos de sindicación y huelga, es un
artículo de remisión que, lejos de restringir o violar derechos para los
empleados públicos, los amplía. En efecto, no es una condición
indispensable para la vigencia de los derechos constitucionales que tengan
que ser reiterados y consignados repetidamente en la Ley.

En cuanto a que se vulnera el derecho a la negociación colectiva, señaló, tal


como lo ha precisado en otras ocasiones, que el derecho constitucional a la
negociación colectiva se expresa principalmente en el deber del Estado de
fomentar y estimular la negociación colectiva entre empleadores y
trabajadores, conforme a las condiciones nacionales, de modo que la
convención colectiva que se deriva de la negociación colectiva tiene fuerza
vinculante en el ámbito de lo concertado.

Finalmente, el Tribunal Constitucional declaró que, de acuerdo a lo


dispuesto por la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución y
su reiterada jurisprudencia, los derechos laborales de los trabajadores, como
los de sindicación, negociación colectiva y huelga, previstos en el artículo
28 de dicho texto, deberán interpretarse de conformidad con lo dispuesto
por el artículo 8 del Pacto Internacional de Derecho Económicos y
Culturales; el artículo 8 del Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos,
Sociales o Culturales o Protocolo de San Salvador; el Convenio 87 de la
OIT relativo a la libertad sindical y a la protección del derecho de
sindicación; el artículo 6 del Convenio 98 de la OIT, relativo a la aplicación
de los principios del derecho de sindicación y negociación colectiva; y el
Convenio 151 de la OIT, relativo a la protección del derecho de sindicación
y los procedimientos para determinar las condiciones de empleo en la
administración pública, entre otros tratados de derechos humanos.
074. Exp. Nº 09600-2005-PATC
[Proceso de amparo promovido por Rosana Francisca
Podestá Torres. Derecho a las prestaciones de salud y la
seguridad social].

Fecha de resolución: 11 de diciembre de 2006


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 17 de julio de 2007

Temas clave
Derecho a la salud - Derecho a la seguridad social - Principio de
universalidad - Salud pública

Resumen
Los requisitos legales para la obtención del derecho a una prestación
otorgada en el marco de la seguridad social no solo son aplicables a las
prestaciones que ofrece la entidad pública, sino que alcanzan a las
prestaciones complementarias brindadas por el empleador en sus
establecimientos de salud propios o mediante la participación de una EPS.

Por ello, advierte el Tribunal Constitucional que “cuando la ley delega en


un empleador (particular o público) la prestación de servicios de salud, la
garantía estatal de libre acceso a la seguridad social se pone de manifiesto,
debiendo la entidad privada brindar las prestaciones en un marco de
equidad, solidaridad, eficiencia y facilidad de acceso a los servicios de
salud, propios de la seguridad social. Sin embargo, en este supuesto la
seguridad social no solo opera como garantía institucional, sino que el
empleador se convierte en destinatario del derecho fundamental a la
seguridad social (…)” (f. j. 9).
075. Exp. Nº 03501-2006-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Ricardo David Chávez
Caballero. Constitución y régimen jurídico de los
trabajadores de confianza].

Fecha de resolución: 15 de marzo de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 28 de noviembre de 2007

Temas clave
Causal de despido por retiro de confianza - Derecho al trabajo -
Trabajador de confianza

Resumen
A juicio del Tribunal Constitucional, los trabajadores que asumen cargos de
confianza o de dirección están supeditados a la confianza del empleador.
Por ello, el retiro de la misma extingue la relación laboral, siempre y
cuando el trabajador desde el principio de sus labores haya ejercido el
mencionado cargo. De otro lado, señala también el Tribunal en su sentencia,
la observancia que debe tener el empleador de la calificación de dirección o
de confianza de los trabajadores.

Así, pues, se advierte que “la pérdida de confianza que invoca el empleador
constituye una situación especial que extingue el contrato de trabajo; a
diferencia de los despidos por causa grave, que son objetivos, esta en
cambio es de naturaleza subjetiva. El retiro de la confianza comporta la
pérdida de su empleo, siempre que desde el principio de sus labores este
trabajador haya ejercido un cargo de confianza o de dirección, pues de no
ser así, y al haber realizado labores comunes o ordinarias y luego ser
promocionado a este nivel, tendría que regresar a realizar sus labores
habituales, en salvaguarda de que no se produzca un abuso del derecho
(…), salvo que haya cometido una causal objetiva de despido indicada por
ley” (f. j. 11.f).

Y en el f. j. 16 se señala que “la calificación de dirección o de confianza es


una formalidad que debe observar el empleador. Su inobservancia no enerva
dicha condición si de la prueba actuada esta se acredita. Por lo que si un
trabajador desde el inicio de sus labores conoce de su calidad de personal de
confianza o dirección, o por el hecho de realizar labores que implique tal
calificación, estará sujeto a la confianza del empleador para su estabilidad
en su empleo, de lo contrario solo cabría la indemnización o el retiro de la
confianza depositada en él”.
076. Exp. Nº 03072-2006-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Sixto Guillermo Ludeña
Luque. Interrupción del plazo prescriptorio para demandar
beneficios sociales].

Fecha de resolución: 27 de febrero de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 10 de junio de 2008

Temas clave
Derecho a la tutela judicial efectiva - Derecho de acceso a la justicia -
Interrupción del plazo prescriptorio - Principio in dubio pro operario.

Resumen
En esta sentencia que el Tribunal Constitucional (TC) declaró fundada la
demanda de amparo interpuesta por don Sixto Guillermo Ludeña Luque
contra la Tercera Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de Lima y
contra el Décimo Noveno Juzgado Laboral de Lima, analizó si el plazo de
prescripción para demandar beneficios sociales se interrumpe si después del
cese primeramente se demanda la reposición.

Se precisó que en aplicación del principio de interpretación de la norma en


la forma que más favorezca al trabajador, el plazo de prescripción
estipulado debe computarse a partir de la fecha de notificación de la
resolución que concluye el proceso de reposición.

Ello debido a que una interpretación en contrario llevaría al absurdo


jurídico de que en la práctica se obligue a un trabajador despedido a
solicitar inmediatamente el cobro de sus beneficios sociales, ya que si
eventualmente decide impugnar el despido en el ámbito jurisdiccional, ya
sea en la vía laboral o constitucional, alternativamente, y dado que dicho
proceso puede durar un tiempo mayor al plazo prescriptorio para demandar
los beneficios sociales, y si dicho proceso le resulta adverso, a dicha fecha
perdería la opción de accionar en la vía laboral a través de un proceso que le
permita el cobro de beneficios sociales, por cuanto el juez laboral
interpretaría que desde la fecha de su cese laboral ya habría transcurrido el
plazo prescriptorio para ejercer su derecho constitucional de cobro de sus
beneficios sociales.
077. Exp. Nº 03169-2006-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Pablo Cayo Mendoza.
Principios de legalidad y proporcionalidad en el despido
laboral].

Fecha de resolución: 10 de octubre de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 10 de diciembre de 2008

Temas clave
Derecho a la sindicalización - Derecho al debido proceso - Derecho al
trabajo - Despido fraudulento - Despido nulo - Inconducta laboral -
Principio de legalidad - Principio de razonabilidad y proporcionalidad
- Principio de tipicidad - Regulación del consumo de bebidas
alcohólicas

Resumen
Las medidas disciplinarias por inconductas laborales se encuentran
debidamente señaladas en los reglamentos de trabajo. En ese sentido, el
despido laboral solo es resultado de una falta excepcionalmente grave o la
reiteración continua de la inconducta. Por ello, en el presente caso, tal como
señala el Tribunal Constitucional, la sanción impuesta al recurrente es
desproporcionada e irrazonable, pues el concurrir al centro laboral en estado
de embriaguez no se corresponde con las causales señaladas para decidirse
por la sanción máxima.

Así, advierte el Tribunal, que “de la Carta Nº 034-UPER-MDCH se


desprende que la falta grave imputada al demandante consistiría en que (…)
habría asistido a su centro de trabajo a laborar con evidentes síntomas de
ebriedad, lo cual a criterio de la municipalidad quedó corroborado con la
negativa del trabajador a someterse al dosaje etílico ante la Comisaría de
Chorrillos (…) este Tribunal considera que la sanción impuesta al
demandante resulta desproporcionada e irrazonable, pues si bien conforme
se ha señalado en fundamento que precede al demandante se le puede
reputar que ha incurrido en la falta grave que se le imputa, no es menos
cierto que en ningún momento ha incurrido en algún acto de violencia,
injuria o faltamiento de palabra verbal o escrita en agravio del empleador,
del personal jerárquico o de otros trabajadores, ni ha ocasionado daño
alguno al patrimonio ni al acervo documentario de la Municipalidad
emplazada” (ff. jj. 11 y 15).
078. Exp. Nº 04922-2007-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Sunat y Sunad. Derecho de igualdad
remunerativa].

Fecha de resolución: 18 de octubre de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 30 de mayo de 2008

Temas clave
Derecho a la igualdad - Derecho a percibir una remuneración justa -
Homologación de remuneraciones de trabajadores

Resumen
Se declaró fundada la demanda de amparo interpuesta por el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Sunat/Aduanas contra la Superintendencia
Nacional de Administración Tributaria, y por primera vez el Tribunal
Constitucional abordó el principio-derecho de igualdad de remuneración,
debido a que en la demanda se peticionó la homologación de las
remuneraciones percibidas por los trabajadores provenientes de la ex
Aduanas con los servidores de igual nivel y categoría que laboran en la
Sunat.

En la sentencia mencionada el Tribunal dejó sentado que el derecho


fundamental a la remuneración en conexión con el principio-derecho de
igualdad impone que la remuneración que percibe el trabajador por el
trabajo prestado a su empleador “no debe ser sometida a ningún acto de
discriminación, ni ser objeto de recorte, ni de diferenciación, como por
ejemplo otorgar a unos una mayor remuneración que a otros por igual
trabajo”, pues la igualdad de trato obliga a que la conducta, ya sea del
Estado o de los particulares, en relación a las actividades laborales, no
genere una diferenciación irrazonable y arbitraria.

Ello debido a que los numerales 2 y 3 del artículo 23 de la Declaración


Universal de Derechos Humanos; el artículo 7 del Pacto Internacional de
Derechos, Económicos, Sociales y Culturales, y; el artículo 2.1 del
Convenio OIT Nº 100, reconocen el principio-derecho de igualdad de
remuneración: igual salario por igual trabajo.

A partir de ello, el Tribunal determinó que los trabajadores de la ex


Aduanas que pasaron a formar parte de la Sunat, que se encuentran en igual
nivel y categoría que el personal que trabaja en la Sunat, no debe recibir una
remuneración mucho menor. Es más, el Decreto Supremo Nº 095-2002-EF
tenía como finalidad nivelar a los ex servidores de Aduanas con sus
homólogos de Sunat.
079. Exp. Nº 05652-2007-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Rosa Bethzabé Gambini
Vidal. Discriminación laboral por razón de sexo (situación
especial de embarazo)].

Fecha de resolución: 6 de noviembre de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 7 de noviembre de 2008

Temas clave
Derecho a la igualdad - Derecho al trabajo - Despido arbitrario -
Discriminación laboral por sexo - Protección especial a la madre -
Sistema internacional de derechos humanos

Resumen
En la STC Exp. Nº 05652-2007-PA/TC, publicada el 7 de noviembre de
2008, se declaró fundada la demanda de amparo interpuesta por doña Rosa
Bethzabé Gambini Vidal contra la Sociedad de Beneficencia de Lima
Metropolitana y el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, por
comprobarse que la demandante fue objeto de un despido discriminatorio
por razón de sexo.

En dicha sentencia el Tribunal Constitucional, por primera vez, desarrolló


las siguientes materias: a) la igualdad de derechos de hombres y mujeres en
el Derecho Internacional de los Derechos Humanos; b) la protección
internacional de la mujer y sus derechos humanos, y; c) la discriminación
laboral por razón de sexo: el embarazo.

Entre otras cosas, señaló que “en el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos existe una cláusula general de igualdad de derechos de hombres y
mujeres, y una cláusula que contiene la prohibición de una serie de motivos
concretos de discriminación lo que constituye una explícita interdicción de
determinadas diferencias históricamente muy arraigadas y que han situado a
grupos de la población en posiciones, no solo desventajosas, sino contrarias
a la dignidad de la persona humana”.

Asimismo precisó que “la discriminación laboral se produce cada vez que
se escoge o rechaza a un trabajador por razón de su origen, sexo, raza,
color, orientación sexual, religión, opinión, condición económica, social,
idioma o de cualquier otra índole. En buena cuenta, la discriminación en el
entorno laboral supone dispensar un trato distinto a las personas atendiendo
a ciertas características, como pueden ser la raza, el color o el sexo, lo cual
entraña un menoscabo de derecho a la igualdad de oportunidades y de trato
y a la libertad de trabajo, debido a que la libertad del ser humano para elegir
y desarrollar sus aspiraciones profesionales y personales se ve restringida”.

Puso énfasis en que la protección contra la discriminación en el empleo y la


ocupación es aplicable a todos los sectores del empleo y la ocupación, tanto
públicos como privados, y abarca el acceso a la educación, la orientación y
la formación profesionales; el acceso al trabajo ya sea por cuenta propia,
asalariado o en la administración pública; el acceso a los servicios de
colocación o tercerización; el acceso a las organizaciones de trabajadores; la
promoción profesional; la seguridad del empleo; la negociación colectiva;
la igualdad de remuneración por trabajos de igual valor; el acceso a la
seguridad social, los servicios y prestaciones sociales relacionados con el
empleo; y otras condiciones laborales, incluidas la seguridad y la salud en el
trabajo, las horas de trabajo, los períodos de descanso y las vacaciones.

En el caso de las mujeres, la prohibición de discriminación por razón de


sexo tiene su razón de ser en la necesidad de terminar con la histórica
situación de inferioridad de la mujer en la vida social, política y jurídica.
Ello sucede con el embarazo, elemento o factor diferencial que, por razones
obvias, incide de forma exclusiva sobre las mujeres. Por ello, el despido de
una trabajadora por razón de su embarazo o en los tres meses posteriores al
parto constituye una discriminación directa basada en el sexo, como
también lo es la negativa a contratar a una mujer embarazada, o cuando una
trabajadora percibe una remuneración inferior al de un trabajador por un
mismo trabajo.
080. Exp. Nº 05561-2007-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por la Oficina de
Normalización Previsional (ONP). Se ordena a la ONP
suspender la interposición de demandas o recursos
manifiestamente infundados en contra de los pensionistas].

Fecha de resolución: 24 de marzo de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 26 de marzo de 2010

Temas clave
Control del gasto público - Derecho a la seguridad social - Estado de
cosas inconstitucional - Ética profesional - Medidas coercitivas -
Oficina de Normalización Previsional (ONP) - Pago de devengados e
intereses - Principio iura novit curia - Tercerización laboral -
Temeridad procesal

Resumen
El Colegiado ordenó a la Oficina de Normalización Previsional (ONP) que
en el plazo de tres días de dictada la sentencia suspenda la interposición de
cualquier proceso judicial o recurso, o que se allane en el caso de que
estuvieran en trámite, cuando los mismos pretendan desconocer un derecho
pensionario que ha sido reconocido de modo uniforme en la jurisprudencia
del Tribunal Constitucional.

Este pronunciamiento se dictó con ocasión del proceso de amparo en el que


la ONP había solicitado la nulidad de una sentencia dictada por la Tercera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima (Exp. Nº 2298-2004) a
favor de don Grimaldo Díaz Castillo, en la que el Poder Judicial amparó la
pretensión del señor Díaz Castillo, así como el pago de los correspondientes
intereses, en consonancia con la jurisprudencia vinculante del Tribunal
Constitucional en esta materia. Sin embargo, la ONP, a través de sus
abogados, en lugar de acatar la sentencia, volvió a presentar una nueva
demanda alegando violaciones a sus derechos procesales, lo cual resultaba
manifiestamente infundado, de conformidad con la propia doctrina sentada
por el Tribunal Constitucional.

En este contexto, se dispuso, además, que los abogados que autorizaron la


demanda de amparo en abierto desacato a la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional pagaran la suma ascendente a 20 Unidades de Referencia
Procesal como sanción por incumplimiento de los deberes propios del
ejercicio profesional, por haber ejercido una acción temeraria, incurriendo
en un supuesto de abuso procesal, en perjuicio de los derechos pensionarios
de don Grimaldo Díaz Castillo.

Por otro lado, el Tribunal Constitucional observó que la actitud recurrente


de los abogados patrocinantes de la ONP, interponiendo demandas o
recursos que no tienen ninguna probabilidad de éxito, atenta contra los
derechos de todos los pensionistas, pues no solo retrasa los procesos
judiciales en los cuales se discute el derecho pensionario ya claramente
establecido en la jurisprudencia, sino que recarga innecesariamente los
estrados judiciales con evidente perjuicio para aquellos pensionistas que
acuden a ellos legítimamente. En dicho contexto, llama la atención de los
organismos públicos competentes a efectos de que evalúen el proceder de la
ONP frente a los reclamos de los pensionistas y la actuación de los Estudios
de Abogados contratados por esta entidad del Estado.

Con esta declaratoria del estado de cosas inconstitucional respecto a estas


deficiencias en la defensa judicial del Estado, el Tribunal Constitucional
pretende una reversión estructural de este problema que afecta a un sector
que goza de especial protección constitucional: las personas mayores. Por
esta razón, ordenó al Poder Ejecutivo la emisión inmediata de las normas
correspondientes de reestructuración de los procesos de contratación de
estudios de abogados y/o de abogados independientes para atender los
procesos judiciales relacionados con reclamos de los pensionistas.

Finalmente la sentencia dispuso que la Defensoría del Pueblo, en el marco


de sus competencias constitucionales, se encargue del seguimiento respecto
del cumplimiento de la referida sentencia informando al Tribunal
Constitucional en el término de 90 días y emitiendo, si así lo considerara
pertinente, un informe al respecto.
081. Exp. Nº 00014-2007-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad promovido por más del 25
% del número legal de miembros del Congreso de la
República. Inconstitucionalidad, en parte, de la Ley Nº 28991,
Ley de libre desafiliación informada, pensión mínima y
complementarias, y régimen especial de jubilación
anticipada].

Fecha de resolución: 4 de mayo de 2009


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 11 de mayo de 2009

Temas clave
Causales de desafiliación pensionaria - Derecho a la igualdad -
Derecho a la información - Derecho a la pensión - Derecho a la
propiedad - Desafiliación pensionaria - Desafiliación por falta de
información - Inconstitucionalidad por omisión - Intangibilidad de los
fondos pensionarios - Sistema privado de pensiones - Sistema público
de pensiones

Resumen
El Tribunal Constitucional declaró fundada en parte la demanda de
inconstitucionalidad interpuesta por más del 25 % de congresistas contra la
Ley Nº 28991, de Libre Desafiliación; y, en consecuencia, inconstitucional
la omisión legislativa consistente en no haber incluido la indebida,
insuficiente y/o inoportuna información como causal de nulidad del acto de
afiliación al Sistema Privado de Pensiones.

En tal sentido, precisó que los criterios establecidos en la presente sentencia


son de alcance general y vinculan a todos los poderes públicos, de
conformidad con los artículos 81 y 82 del Código Procesal Constitucional.
En vista de que resulta constitucionalmente exigible establecer una regla
vinculante y con alcance general que permita cubrir la inconstitucional
omisión legislativa y de conformidad con el artículo 65 de la Constitución,
el Tribunal dispuso que se interprete que constituye causal de desafiliación
del Sistema Privado de Pensiones y, como consecuencia el derecho de
retorno al Sistema Público de Pensiones, la acreditación de que la decisión
de afiliación al Sistema Privado de Pensiones fue consecuencia de una
indebida, insuficiente y/o inoportuna información por parte de la AFP o de
la Administración Pública.

Mientras se mantenga la afiliación no opera la prescripción

El Tribunal dispuso que tratándose de un acto de afiliación con violación


del derecho fundamental a la información, es decir una violación
continuada que persiste mientras la afiliación se mantenga, no opera ningún
plazo prescriptorio para solicitar la nulidad del acto de afiliación en los
supuestos de indebida, insuficiente y/o inoportuna información.

Asimismo, el Tribunal ordenó que a partir de la interpretación de los


artículos 3 y 15 de la ley impugnada, acorde con el artículo 65 de la
Constitución, debe entenderse que es obligación del Ministerio de Trabajo y
Promoción del Empleo, de la Superintendencia de Banca, Seguros,
Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones y de la Oficina de
Normalización Previsional, hacer de conocimiento de los aportantes que
una indebida, insuficiente y/o inoportuna información al momento de su
afiliación a una AFP es causal de desafiliación del Sistema Privado de
Pensiones, señalándose los criterios que permitan determinar la existencia
de esta causal. Esta información deberá ser difundida en la campaña
informativa regulada por el artículo 3, e incluida claramente en el Boletín
Informativo regulado por el artículo 15 de la ley cuestionada.

Las pérdidas deben ser compartidas


El Tribunal también exhortó al legislador y a la Superintendencia de Banca,
Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones a que, en el
más breve plazo posible, emitan normas dirigidas a que las pérdidas
generadas como consecuencia del riesgo en la administración de los fondos
privados de pensiones sean asumidas también por el patrimonio de las AFP,
incluyendo un porcentaje de las comisiones que como retribución reciben,
estableciendo determinados mecanismos a través de los cuales puede
reducirse el margen de riesgo, mejorando el control de las inversiones y
compartiendo las pérdidas generadas conforme lo señala en su fundamente
38), que a la letra dice:

- “Ordenar que cuando menos, un porcentaje significativo de las


comisiones recibidas sea destinado a aminorar las pérdidas generadas
en cada ejercicio mensual, destinándolo, por ejemplo al Fondo
Consolidado de Reservas Previsionales”.

- “Ordenar que las comisiones tengan un porcentaje variable que sea


directamente dependiente del rendimiento del fondo en cada ejercicio”.

- “Ordenar que solo un porcentaje reducido de los fondos administrados


sea invertido en la bolsa de valores, cuando menos, mientras se
mantenga un escenario de crisis financiera internacional”.

- “Ordenar que un porcentaje significativo de los fondos administrados


sea invertido en rentas fijas o en valores más seguros como bonos, por
ejemplo”.

- “Ordenar que las AFP deben brindar al afiliado, a los organismos


competentes y a la opinión pública, una información detallada de los
rubros en los que es invertido el dinero del fondo”.
- “Crear un cuarto tipo de fondo de superlativa estabilidad para los
asegurados próximos a jubilarse”.

- “Ordenar que un porcentaje significativo de los fondos sea invertido en


proyectos o capitales nacionales (infraestructura, por ejemplo), que
aseguren un rendimiento y permitan un mejor control de la inversión
realizada”.

- “Regular la presencia de, cuando menos, un representante de los


afiliados en el directorio de las AFP”.
082. Exp. Nº 03818-2009-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por Roy Marden Leal
Maytahuari. Interpretación de la norma que regula los
contratos administrativos de servicios].

Fecha de resolución: 12 de octubre de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 12 de octubre de 2010

Temas clave
Contrato administrativo de servicios - Derecho al trabajo - Despido
arbitrario - Interpretación constitucional - Principio de dignidad -
Relación laboral

Resumen
Mediante el presente fallo se resolvió declarar que la interpretación
constitucional del numeral 13.3 del Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM,
respecto de los Contratos Administrativos de Servicios, es la siguiente:

“Si el despido se produce por terminación injustificada, el empleador


tiene la obligación de pagar automáticamente al trabajador la
indemnización equivalente a las remuneraciones dejadas de percibir,
hasta un importe máximo equivalente a dos meses. En caso de que el
empleador no abone en forma automática la indemnización, el
trabajador podrá interponer la demanda correspondiente.

Si el trabajador considera que no ha cometido la falta imputada que


sustenta su despido o este constituye una sanción desproporcionada,
podrá interponer una demanda solicitando que se le abone una
indemnización equivalente a las remuneraciones dejadas de percibir,
hasta un importe máximo equivalente a dos (2) meses” (f. j. 7.c).
Esta interpretación coincide con el principio-valor de dignidad de la
persona humana reconocido en el artículo 1 de la Constitución, ya que
imponerle al trabajador que es despedido en forma injustificada que inicie
un proceso para que se le otorgue una indemnización supone atribuirle una
carga innecesaria que no se encuentra justificada en forma objetiva. Así lo
dispuso el Tribunal Constitucional al declarar infundada la demanda de
amparo interpuesta contra Cofopri en la STC Exp. Nº 03818-2009-PA/TC.

En el caso del régimen laboral especial del Contrato Administrativo de


Servicios también el proceso de amparo tendría eficacia restitutoria. Sin
embargo, dicha eficacia restitutoria no puede predicarse en el proceso de
amparo porque ello desnaturalizaría la esencia del Contrato Administrativo
de Servicios, ya que este es un régimen laboral especial y transitorio que
tiene por finalidad iniciar el proceso de reforma y reordenamiento del
servicio civil.

En el caso concreto, con el Contrato Administrativo de Servicios y sus


cláusulas adicionales obrantes en el expediente queda demostrado que el
demandante ha mantenido una relación laboral a plazo determinado que
culminó al vencer el plazo de la última cláusula adicional. Por lo tanto,
habiéndose cumplido el plazo de duración del referido contrato, la extinción
de la relación laboral del demandante se produjo en forma automática
conforme lo señala el literal h) del numeral 13.1 del Decreto Supremo Nº
075-2008-PCM. Siendo ello así, se concluye que la extinción de la relación
laboral del demandante no afecta derecho constitucional alguno, por lo que
no cabe estimar la demanda.
083. Exp. Nº 00002-2010-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad interpuesto por más de cinco
mil ciudadanos. Constitucionalidad del Decreto Legislativo Nº
1057 que regula el Régimen especial de contratación
administrativa de servicios].

Fecha de resolución: 7 de setiembre de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 15 de setiembre de 2010

Temas clave
Administración pública - Carrera administrativa - Contrato de trabajo -
Contrato administrativo de servicios - Derecho al trabajo - Derecho de
huelga - Derecho de sindicación - Omisión constitucional - Regímenes
laborales en la administración pública - Sentencia interpretativa

Resumen
Se resolvió que a partir de la sentencia emitida, el artículo 1 del Decreto
Legislativo Nº 1057 debe ser interpretado de modo que el denominado
“contrato administrativo de servicios” se entienda como un régimen
“especial” de contratación laboral para el sector público, el mismo que
resulta compatible con el marco constitucional. Al mismo tiempo se dispuso
que el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo dicte, en un plazo no
mayor de 30 días, la reglamentación necesaria que permita a los
trabajadores sujetos al régimen laboral del Decreto Legislativo Nº 1057 el
ejercicio de los derechos a la libertad sindical y a la huelga regulados en el
artículo 28 de la Constitución.

En relación con el decreto legislativo cuestionado, corresponde también al


Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo dictar la regulación
necesaria para que, complementando dicha legislación, adopte
disposiciones tales como la fijación de los límites para la contratación de
personal bajo esta modalidad de modo que pueda hacerlo no solo fijando
porcentajes respecto del total de trabajadores de este régimen, sino
estableciendo otros criterios que considere razonables a tal efecto.

El Tribunal Constitucional consideró en este caso, más allá de las críticas


que algunos fallos anteriores hubieran generado en ciertos sectores, que
corresponde dictar una sentencia interpretativa, la que encuentra su
fundamento normativo en diversas disposiciones constitucionales (arts. 38,
45, 51 y 93 de la Constitución); ello porque el Tribunal debe actuar
responsablemente al advertir que si se declarase la inconstitucionalidad de
la Ley impugnada, se generaría un vacío normativo que importaría dejar sin
derechos laborales a quienes han sido contratados bajo su marco
regulatorio, situación que sería manifiestamente inconstitucional.

En uno de sus fundamentos la sentencia precisa que algunos de los derechos


consagrados en la Constitución ya son objetos de reconocimiento en el
Decreto Legislativo Nº 1057, como ocurre con la jornada de trabajo y el
descuento semanal. Lo mismo ocurre con el descanso anual; sin embargo, la
discrepancia de la parte demandante es que en el caso de los trabajadores de
otros regímenes laborales el descanso es de 30 días. Sobre el particular,
cabe precisar que la Constitución no establece un periodo de tiempo, sino la
necesidad de que dicho descanso se dé con la periodicidad señalada.
084. Exp. Nº 01568-2011-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por César Alfredo Carrollo
Alcántara. Trabajadores de confianza].

Fecha de resolución: 4 de julio de 2011


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 7 de julio de 2011

Temas clave
Derecho al trabajo - Despido arbitrario - Relación laboral - Trabajador
de confianza

Resumen
El Tribunal Constitucional precisó que de acuerdo con lo previsto en el
artículo 43 del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, son trabajadores de
confianza aquellas personas que laboran en contacto personal y directo con
el empleador o con el personal de dirección, con acceso a secretos
industriales, comerciales o profesionales y, en general, a información de
carácter reservado. Asimismo, aquellos cuyas opiniones o informes son
presentados directamente al personal de dirección con vistas a la formación
de decisiones empresariales.

Por otro lado, según lo dispuesto por el artículo 59 del Decreto Supremo Nº
001-96-TR, para la calificación de los puestos de confianza, el empleador
deberá, entre otros requisitos, consignar en el libro de planillas y en las
boletas de pago la calificación correspondiente. Asimismo, el artículo 60
del mencionado reglamento prescribe que la calificación de los puestos de
confianza “es una formalidad que debe observar el empleador”; sin
embargo, “su inobservancia no enerva dicha condición si de la prueba
actuada esta se acredita”, debido a que la categoría de trabajador de
confianza depende de la naturaleza de las funciones desempeñadas y no de
la denominación que se dé al puesto.

El Tribunal, en la STC Exp. Nº 03501-2006-PA/TC, manifestó que “el


retiro de la confianza comporta la pérdida de su empleo, siempre que desde
el inicio de sus labores, este trabajador haya ejercido un cargo de confianza
o de dirección, pues de no ser así, y al haber realizado labores comunes y
ordinarias, y luego de ser promovido a este nivel, tendría que regresar a sus
labores habituales, en salvaguarda de que no se produzca un abuso del
derecho (art. 103 de la Constitución), salvo que haya incurrido en una
causal objetiva de despido indicada por ley”.

En el caso de autos, el Tribunal advirtió que el demandante fue designado


Director de Producción del Gobierno Regional de Lima mediante
resolución ejecutiva regional, al haber resultado ganador del concurso
público respectivo, el cual se realizó al amparo de una resolución
presidencial cuyos lineamientos generales establecían que los cargos son de
confianza y que la designación rige por un plazo de dos años.
Posteriormente, se renovó la designación del demandante mediante un
amparo interpuesto y la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Huaura dispuso su reposición por el periodo de un año y trece días, lapso
que le faltaba cumplir conforme a la antes citada resolución.

Finalmente, con relación a la forma de resolución de este caso, el Tribunal


consideró que esta difería de la ratio decidendi que sustentó la STC Exp. Nº
03349-2007-PA/TC, por las razones siguientes: a) el ingreso por concurso
público no determina que el cargo pueda ser considerado de confianza; b)
los cargos de confianza pueden ser objeto de concurso público y ello no
determina que este deje de ser de confianza, y; c) un cargo es clasificado de
confianza por las responsabilidades, las obligaciones y la relación que se
mantiene con el empleador.
El Tribunal concluyó que la ratio decidendi de la Sentencia mencionada no
es aplicable, pues la realidad de los hechos y la naturaleza de las labores
determinan si un cargo es o no de confianza o de dirección, y no un
concurso público. Además, porque este caso se resolvió conforme a la
jurisprudencia sentada en la STC Exp. Nº 03501-2006-PA/TC.
085. Exp. Nº 01059-2009-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por Amalie Marie Francoise
Chabaneix Cunza. Proporcionalidad del despido].

Fecha de resolución: 30 de noviembre de 2011


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 26 de enero de 2012

Temas clave
Buena fe laboral - Control de razonabilidad - Derecho al trabajo -
Poder sancionador - Principio de legalidad - Principio de
proporcionalidad

Resumen
El Tribunal Constitucional declaró fundada la demanda de amparo debido a
que la emplazada Compañía Aérea American Airlines Inc., Sucursal del
Perú, actuó desproporcionalmente al despedir a la recurrente, ordenándose,
por tanto, su inmediata reincorporación.

Conviene destacar que este asunto (el relativo a la razonabilidad del


despido) no ha sido alegado por la parte demandante, ni controvertido a lo
largo del presente proceso. Sin embargo, no es menos cierto que, de
conformidad con el artículo VIII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, es deber del juez constitucional “aplicar el derecho que
corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo
haya sido erróneamente”.

En la sentencia de autos, se consideró que “(…) mientras el artículo 27 del


Reglamento Interno de Trabajo señala genéricamente que “[e]l
incumplimiento de esta norma o el decomiso de mercancía por parte de la
autoridad competente será sancionado según corresponda”, la empresa no
ha logrado acreditar que el reglamento haya establecido que el despido sea
la sanción aplicable a dicha falta. Por lo demás, de lo obrante en autos, se
deduce que esta sería la primera vez que la trabajadora incurría en esta
infracción y que, por contra, la afectación a la imagen de la empresa como
consecuencia del hecho cuestionado no es lo suficientemente importante
como para ser calificada de “gravosa” (de hecho, los recortes periodísticos
adjuntados se refieren a personas distintas a la recurrente). En vista de tales
consideraciones, resulta innegable que la sanción impuesta a la trabajadora
aparece como una medida irrazonable y desproporcionada, configurándose
una vulneración de su derecho al debido proceso sustantivo (f. j. 22 del voto
singular del Dr. Gerardo Eto Cruz).

Asimismo, se explicó que “(…) no existe problema alguno en admitir que, a


través del proceso de amparo, pueda efectuarse el control constitucional de
la calificación de la falta hecha por el empleador pues, al margen de que tal
control presuponga un juicio de adecuación entre lo previsto en un
reglamento y lo que dice la ley (lo que, en puridad, constituiría un asunto de
mera legalidad), lo cierto es que ese ejercicio viene exigido por lo dispuesto
en el artículo 23 segundo párrafo de la Constitución, según el cual
“[n]inguna relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos
constitucionales, ni desconocer o rebajar la dignidad del trabajador”. Así
pues, en la medida en que dicha actitud de respeto hacia los derechos
fundamentales ha de ser observada al inicio, durante y al concluir el vínculo
laboral, el poder sancionador del empleador deberá ser ejercido también
respetando el principio de la buena fe, el cual se hace recíproco, impidiendo
de este modo que conductas evidentemente intrascendentes o triviales
puedan ser calificadas como faltas graves pasibles de ser sancionadas con el
despido” (f. j. 24 del voto singular del Dr. Gerardo Eto Cruz).
086. Exp. Nº 03940-2010-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por el Gobierno Regional del
Callao. Se establecen precisiones al precedente vinculante
STC Exp. Nº 00206-2005-PA/TC. Vía judicial para impugnar
despidos de trabajadores que suscribieron contratos de
naturaleza civil (locación de servicios), estará determinada
por el régimen laboral de la entidad donde efectivamente se
realizaron las labores].

Fecha de resolución: 29 de marzo de 2012


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 28 de junio de 2012

Temas clave
Amparo contra amparo - Locación de servicios - Principio de primacía
de la realidad - Regímenes de contratación laboral en el Estado -
Reposición laboral - Vías judiciales para impugnar despidos

Resumen
El Colegiado consideró necesario realizar algunas precisiones al precedente
vinculante acaecido mediante STC Exp. Nº 00206-2005-PA/TC,
específicamente al fundamento 21, dado que en la causa de autos (amparo
contra amparo), el recurrente, Gobierno Regional del Callao, alegó haberse
vulnerado su derecho a la tutela procesal efectiva al señalar que la
pretensión laboral de reposición de su trabajadora debió ser ventilada en la
vía ordinaria del proceso contencioso administrativo, al ser él una entidad
del Estado conforme a la sentencia citada, en el cual se estableció que el
Estado es el único empleador en las diversas entidades de la Administración
Pública, como tal, sus trabajadores están sujetos al régimen laboral público.
En tal sentido, se precisó que si bien es cierto en la STC Exp. Nº 0206-
2005-PA/TC se ha dicho que el Estado es el único empleador en las
diversas entidades de la Administración Pública, en tanto el Estado es uno e
indivisible (art. 43 de la Constitución), de dicha aseveración no puede
inferirse que en el Estado exista un único régimen de contratación laboral
(el régimen laboral público); pues, advierte que en el Estado coexisten tres
regímenes de contratación laboral: i) el régimen laboral de la carrera
administrativa o pública (D. Leg. Nº 276 y Ley Nº 24041); ii) el régimen
laboral de la actividad privada (D. Leg. Nº 728); y iii) el régimen laboral de
la contratación administrativa de servicios (D. Leg. Nº 1057); que también
resulta erróneo encasillar a todos los trabajadores en un único régimen
laboral, dado que las situaciones que se presentan en realidad son muy
diversas, así en una entidad todos sus trabajadores pueden estar sujetos a un
solo régimen laboral (privado o público), otras entidades pueden tener a sus
trabajadores en un régimen laboral mixto o combinado (una parte en
privado, otra en público y otra en administrativo). Por tanto, concluye
señalando que “el régimen laboral de cada trabajador en el Estado
dependerá de lo que señale expresamente la ley o el reglamento que regula
las funciones o actividades de la entidad pública determinada; y más
precisamente de la forma en que se haya accedido al puesto de trabajo y
cómo se haya manifestado en la práctica la relación jurídica con el Estado”.

Consideró, además, que lo mencionado resulta crucial a la hora de


determinar la vía judicial en donde se realizarán las reclamaciones por
despidos efectuados al interior de entidades públicas. En este sentido,
indicó que el criterio determinante para evaluar la vía judicial en donde se
cuestionarán los despidos realizados por una entidad pública será el tipo de
contratación laboral que tuvo el trabajador que promueve la demanda contra
el Estado. Se tiene así que si el trabajador despedido mantuvo con el Estado
una relación jurídica laboral privada (D. Leg. Nº 728), entonces tendrá
habilitada, de ser el caso, la vía del proceso de amparo. Pero si el trabajador
mantuvo con el Estado una relación jurídica laboral pública (D. Leg. Nº
276), entonces tendrá habilitada la vía del proceso contencioso
administrativo, y no la vía del amparo, salvo razones de urgencia o
inidoneidad de la vía ordinaria (fundamentos 7 a 25 de la STC Exp. Nº
00206-2005-PA/TC).

Asimismo, dilucidó la interrogante respecto a la vía judicial procedente para


cuestionar los despidos en los casos en que el trabajador no haya suscrito
previamente ningún contrato laboral –público o privado– con la entidad del
Estado, sino que por el contrario haya suscrito un contrato de índole civil,
que encubre una relación laboral, situación sui géneris presentada en esta
causa. Precisó, que en estos casos la vía judicial para impugnar el despido
estaría determinada por el régimen laboral de la entidad donde
efectivamente se realizaron las labores, por tanto la vía judicial para
impugnar el despido incausado del que fue objeto doña Bethsabé Herrera
Mejía no era precisamente la vía contenciosa administrativa, sino la vía del
proceso de amparo, conforme lo establece la STC Exp. Nº 00206-2005-
PA/TC, por lo que declaró infundada la demanda.
087. Exp. Nº 01722-2011-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por el Sindicato de
Trabajadores de la Municipalidad de Lima. Un contrato de
transacción laboral, podrá ser considerado como válido si la
reciprocidad que ofrece el empleador, beneficia
proporcionalmente al trabajador en relación a la controversia
suscitada]..

Fecha de resolución: 11 de julio de 2013


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 22 de julio de 2013

Temas clave
Irrenunciabilidad de derechos - Transacción extrajudicial - Amparo
contra resoluciones judiciales

Resumen
El máximo intérprete de la Constitución estableció en la STC Exp. N°
01722-2011-PA/TC que un contrato de transacción laboral, podrá ser
considerado como válido, solo si la reciprocidad que ofrece el empleador,
beneficia proporcionalmente al trabajador con relación a la controversia
suscitada.

El tribunal Constitucional declaró fundado el RAC interpuesto por Felix


Oré Huamán, tras considerar que, con motivo del primer proceso de amparo
interpuesto por aquel contra la municipalidad de Lima, se determinó un
adeudo a favor ascendente a la suma de S/ 51 563.44.

Dicha circunstancia, no obstante, no ocurrió con el segundo proceso de


amparo, pues en aquel no se determinó cantidad dineraria alguna respecto
de las remuneraciones devengadas que correspondían a ser liquidadas a
favor del demandante. Pese a ello el documento llamado “escritura pública
de transacción extrajudicial de 1998 estipuló un pago al demandante por la
suma de USS 11 mil dólares.

Por su parte, el demandante se obligó a (i) aceptar la ruptura de su vínculo


laboral con fecha de su segundo despido; (ii) que en este no se produjo
violación de sus derechos; (iii) reducir su pretensión de cobro de
remuneraciones devengadas,(iv) liberar a la municipalidad de cualquier otra
obligación de pago de remuneraciones,(v) desistirse del segundo amparo
que inició para la protección de sus derechos fundamentales, (vi) desistirse
de cualquier otro proceso administrativo o judicial, inciado con motivo
laboral que mantuviera con la municipalidad incluyendo sus pretensiones,
y; (vii) a donar a favor de la municipalidad cualquier otro monto dinerario,
diferencia o adicional que pudiere corresponderle, incluyendo sus intereses.

El Tribunal consideró que dichos pactos no podrían ser válidos para el


cumplimiento de la sentencia, puesto que admitirlos implicaría validar la
renuncia de los derechos laborales del recurrente que, a la fecha de
suscripción, resultaban inciertos y no líquidos, según lo establece el artículo
339 del Código Procesal Civil.

Asimismo, el Tribunal estima que la suscripción de la transacción


extrajudicial por parte de la demandada, se efectuó en el momento en que el
actor se encontraba sin trabajo como resultado de su segundo despido; por
lo que tenía pendiente el pago de sus adeudos laborales del primer amparo
así como del resultado del segundo proceso judicial el cual pretendía la
reposición en el empleo. Todas estas circunstancias demostrarían las
condiciones apremiantes que habrían impulsado al demandante a suscribir
acuerdos en contra de sus propios intereses, situación que no se condice
evidentemente con el principio de irrenunciabilidad de derechos.
Finalmente, el órgano colegiado señaló que al contar con los acuerdos
transaccionales que se plantearon extrajudicialmente y homologados en la
vía judicial, estos generan efectos calculatorios respecto de una controversia
judicial, puesto que produce la vulneración a un derecho fundamental,
como los derechos laborales. Dicha afectación puede ser materia de revisión
mediante el proceso de amparo contra resoluciones judiciales.

Siendo ello así, el proceso de amparo contra resolución judicial será el


idóneo para cuestionar la afectación de un derecho laboral, como
consecuencia de la homologación en vía judicial de un contrato de
transacción.
088. Exp. Nº 00273-2010-PA/TC
[Amparo interpuesto por el Sindicato Unitario de
Trabajadores de Electrolima, empresas concesionarias
eléctricas y afines. Tribunal Constitucional precisa cuáles son
los supuestos y las reglas para uso de la prueba del
polígrafo]..

Fecha de la resolución: 6 de agosto de 2014


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 30 de octubre de 2014

Temas clave
Prueba del polígrafo - Derecho a la intimidad - Ámbito laboral

Resumen
La prueba del polígrafo está permitida en el ámbito laboral cuando exista
sospecha razonable de que el trabajador ha ocasionado un grave perjuicio
financiero y económico al empleador, o que ha puesto en grave peligro la
existencia de la entidad empleadora.

Así, pese que podría resultar contraria a los derechos a la intimidad personal
y a la no autoincriminación, esta práctica se encuentra convalidaba si
existen razones de peso que la justifiquen.

Así lo ha establecido el Tribunal Constitucional (TC) en la STC Exp. Nº


00273-2010-PA/TC que resuelve un amparo presentado por una
organización sindical. En dicha sentencia se prevé, además, que también
será admitido el uso del polígrafo, incluso fuera del ámbito laboral, cuando
esté en peligro la vida de las personas, la defensa y la seguridad nacional,
así como de los poderes del Estado y el orden constitucional.
Ahora bien, el TC precisa que las conclusiones del polígrafo solo servirán
para iniciar una investigación mas no para atribuir responsabilidades. Ello
en atención a que dicho examen no genera el suficiente grado de certeza
capaz de vencer la presunción de inocencia.

Consecuentemente, el Colegiado ha precisado que la prueba del polígrafo


no podrá ser empleada para decidir el acceso al empleo o determinar si el
trabajador ha cometido una falta menor. Asimismo, tampoco será válido el
despido del trabajador por la negativa a someterse a dicho examen.

Por otra parte, el TC ha establecido que para que dicha práctica sea
considerada acorde a la Constitución debe ser realizada con debida
diligencia y según determinados procedimientos mínimos. Así, antes del
examen, deberá informarse al trabajador examinado las razones por las que
se lleva cabo la prueba del polígrafo, mediando un plazo razonable entre su
notificación y su actuación. Asimismo, deberá explicársele de forma previa
su naturaleza y el procedimiento, así como toda información que le pueda
resultar útil.

Ahora, al realizarse la prueba, el examinado deberá contar con la presencia


de un abogado defensor de su elección o, a petición expresa suya, podrá ser
asistido por una persona de su confianza.

Finalmente, tras obtenerse los resultados, el examinado deberá obtener un


ejemplar de estos, debidamente suscrito por las personas presentes en la
evaluación poligráfica.
089. Exp. Nº 05057-2013-PA/TC
[Demanda de amparo interpuesta por Rosalía Huatuco
Huatuco. El Tribunal Constitucional ha establecido como
precedente vinculante que no podrá ordenarse la reposición a
plazo indeterminado de los trabajadores del Sector Público
que, pese a acreditar la desnaturalización de sus contratos
temporales o civiles, no hayan obtenido una plaza en virtud
de un concurso público de méritos].

Fecha de resolución: 16 de abril de 2015


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 1 de junio de 2015

Temas clave
Reposición de trabajadores públicos - Concurso público - Principio de
la realidad - Carrera administrativa - Precedente vinculante

Resumen
El ingreso a un puesto de trabajo a plazo indeterminado en la
Administración Pública exige necesariamente un previo concurso público
de méritos. Por ello, los jueces no podrán disponer la reposición laboral de
un trabajador del Sector Público si no se comprueba, además de la
arbitrariedad del despido, que previamente ha ganado un concurso público
para una plaza presupuestada y vacante de duración indeterminada.

El Colegiado señaló que “el derecho de acceso a la función pública tiene


como principio consustancial el principio de mérito”. Para ello, en los
concursos públicos deberá evaluarse la capacidad, méritos y habilidades de
los participantes, además de la idoneidad para el cargo al que postula y su
comportamiento ético. Asimismo, la evaluación deberá caracterizarse por
su trasparencia y objetividad, evitando actos que pongan en duda el carácter
meritocrático del concurso.

Así lo determinó el Tribunal Constitucional en su precedente vinculante


emitido a raíz del proceso de amparo iniciado por Rosalía Huatuco (STC
Exp. Nº 05057-2013-PA/TC). La regla antes señalada será vigente a partir
del día siguiente de su publicación en el diario oficial El Peruano, incluso
para los procesos de amparo que actualmente se encuentran en trámite.

Ahora bien, el TC ha dispuesto que los procesos de amparo en trámite


iniciados por trabajadores que no han ganado un concurso público, serán
reconducidos a la vía ordinaria laboral para que pueda solicitar la
indemnización que corresponda. Por el contrario, las demandas de amparo
presentadas luego de la publicación del precedente serán declaradas
improcedentes, sin que opere la reconducción antes mencionada.

El Tribunal Constitucional, meses después, ha precisado este precedente


vinculante, señalando que solo será de aplicación para el personal público
de carrera administrativa (STC Exp. Nº 06681-2013-PA/TC).
090. Exp. Nº 00645-2013-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Victoria Castañeda
Arizaga. El Tribunal dispone que honorarios profesionales o
ingresos provenientes de contratos civiles no pueden ser
embargados si no exceden las 5 URP tal como sucede con las
remuneraciones laborales].

Fecha de resolución: 4 de junio de 2015


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 16 de junio de 2015

Temas clave
Embargo - Remuneraciones - Honorarios - Trato discriminatorio

Resumen
El Tribunal Constitucional declara fundada una demanda de amparo
seguida contra la Sunat (STC Exp. Nº 00645-2013-PA/TC) y estableció que
el inciso 6 del artículo 648 del Código Procesal Civil, según el cual las
remuneraciones y las pensiones son inembargables cuando no excedan las 5
URP, debe ser interpretado en el sentido de que también comprenda a los
honorarios profesionales. Sostienen que admitir lo contrario, esto es, que no
existan límites para el embargo de los ingresos de quienes no se encuentran
en una relación laboral implicaría consentir un trato discriminatorio. Más
aún, si estas personas se encuentran en una situación más precaria en
términos de estabilidad de sus ingresos.

En el presente caso, la Sunat inició un procedimiento coactivo de cobranza


a una profesora de educación física, quien adquirió deudas tributarias de un
negocio que administró por 5 años, a través de trabar retención de su cuenta
bancaria. Pese a ser esta su única fuente de ingresos económicos, el
embargo fue ampliado.

Luego de acudir a la jurisdicción ordinaria, este caso arribó al Tribunal


Constitucional (STC Exp. Nº 02872-2011-PA/TC).

Por ello, en su resolución del 24 de agosto de 2011, el TC ordenó admitir a


trámite la demanda y correr traslado a la Sunat para que expida las copias
de todo lo actuado en el procedimiento administrativo seguido contra la
demandante. Pese a ejecutarse el proceso de amparo siguió su curso, y
luego acudir a las instancias del Poder Judicial, volvió a recaer a instancias
del tribunal.

Para el TC, no puede sostenerse que del ámbito de protección de la norma


deba excluirse a los ingresos que se originan en contratos de prestación de
servicios regidos por el Código Civil, es decir, los honorarios.

Al respecto, señalaron que si bien existe un trato diferenciado a nivel


tributario entre las remuneraciones de carácter laboral (rentas de quinta
categoría) y los honorarios de origen civil (rentas de cuarta categoría), debe
tenerse en cuenta que el Código Civil, en sus artículos 1759 y 2001,
reconoce que las contraprestaciones recibidas en virtud de contratos de
prestación de servicios tienen carácter remunerativo.

En tal sentido, concluyó el Tribunal, sin perjuicio de lo que dispongan las


normas tributarias y laborales sobre la diferencia entre los conceptos de
remuneración y honorarios, a efectos de la interpretación y aplicación del
inciso 6 del artículo 648 del Código Procesal Civil, debe entenderse el
término remuneración en el sentido amplio del Código Civil.

Por consiguiente, al comprobar que se había dispuesto el embargo total de


la cuenta de la demandante, el Colegiado declaró fundada la demanda y
dispuso que en el futuro la Sunat considere no embargables las
remuneraciones de los deudores, sean producto de un contrato de naturaleza
laboral o de un contrato civil.
091. Exp. Nº 00422-2013-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Fernando Vásquez
Ching. Bancos no podrán cobrar préstamos por planilla si el
trabajador debe pensión de alimentos].

Fecha de resolución: 7 de setiembre de 2015


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 29 de setiembre de 2015

Temas clave
Pension alimentaria - Retención remunerativa - Embargo alimentario

Resumen
A través de la STC Exp. Nº 00422-2013-PA/TC, el Tribunal Constitucional
ha declarado que ningún banco podrá cobrar parte del sueldo de un deudor
si es que este último está obligado a pagar una pensión alimentaria
equivalente al 60 % de su remuneración. Una acción opuesta a este
principio quebraría además el convenio suscrito entre el trabajador, el
empleador y la entidad financiera para liberar tan solo hasta el 30 % de la
planilla en caso de deuda. Asimismo, lo contrario configuraría una
afectación al derecho a la remuneración, un criterio ya establecido por el
Código Procesal Civil.

Con esta decisión desestimó la demanda de amparo interpuesta por un


trabajador de la Universidad Nacional de El Santa contra dicho centro de
estudios y el Banco Internacional del Perú (Interbank).

En la presente sentencia el demandante, trabajador de dicha universidad


nacional, suscribió un convenio de préstamo con Interbank, autorizando
descuentos máximos del 30 % de su remuneración líquida para el pago de
una deuda financiera. Sin embargo, en su demanda, el trabajador adujo que
los descuentos alcanzaban al total de su sueldo debido a que, además, debe
pagar una pensión por alimentos ordenada judicialmente, la cual se fijó en
el 60 % de su remuneración.

Por su parte, el apoderado de la universidad demandada contestó aduciendo


que el mandato judicial de embargo por alimentos era utilizado por el
trabajador para sustraerse de sus obligaciones crediticias asumidas y que
consintió el descuento por planilla. Adicionalmente, señaló que el juicio de
alimentos fue simulado con ese fin.

El Colegiado advirtió que en el convenio suscrito entre las partes se


determinó que el pago de las deudas derivadas de los créditos otorgados a,
entre otras personas, el recurrente, se daría a través de descuentos por
planilla. Además, notó que en una de las cláusulas del convenio se
estableció que la universidad debía evaluar la capacidad de pago del
trabajador, cautelando que los descuentos mensuales no superen el 30 % de
su remuneración.

Para el Tribunal, si se toma en cuenta que el demandante tiene que pagar


una pensión de alimentos equivalente al 60 % de sus ingresos mensuales,
junto con el límite establecido de mutuo acuerdo para las retenciones
mensuales a cuenta de la deuda, ello significaba que las instituciones
demandadas ya no estaban habilitadas para realizar descuentos por planilla
o retenciones adicionales. De esta manera, el TC determinó que la retención
realizada afecta el derecho a la remuneración del recurrente.

Para el Tribunal Constitucional no resultó relevante la existencia de adendas


al convenio que permitían descuentos máximos de hasta el 45 % de los
ingresos mensuales líquidos del trabajador, pues esto –a criterio del
Colegiado– no cambia la situación del demandante, dado que este límite ya
había sido superado por el embargo alimentario.
El TC precisó que lo decidido no significa que la deuda se haya extinguido,
o que el demandante no esté obligado a cancelarla, sino que las partes
demandadas ya no podrán hacer uso del descuento por planillas y que
deberán hacer uso de los otros medios que ofrece el ordenamiento jurídico
para conseguir que el trabajador pague su deuda.

Finalmente, señaló que no puede analizar si es cierto lo alegado por la


universidad demandada respecto a que sería simulado el juicio por
alimentos en que resultó vencido el trabajador, y que dicho proceso tendría
como único propósito disminuir o anular su capacidad de pago. El TC
aseveró esto al señalar que este se trata de un proceso ordinario ya
concluido, cuya validez no puede discutirse en el amparo.
092. Exp. Nº 06681-2013-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Richard Nilton Cruz
Llamos. Nuevo criterio de aplicación del precedente Huatuco
correspondiente a la actividad pública].

Fecha de resolución: 23 de junio de 2016


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 20 de julio de 2016

Temas clave
Precedente Huatuco - Régimen laboral privado - Despido arbitrario

Resumen
El Tribunal Constitucional precisó un nuevo criterio de aplicación para su
precedente vinculante Huatuco en la STC Exp. Nº 06681-2013-PA/TC, en
la cual señala que los obreros municipales no son trabajadores públicos que
puedan acceder a la reposición mediante concurso, pues aquellos están
sujetos al régimen laboral privado, como establece el precedente Huatuco.

Por ello, el TC ha señalado que solo será aplicable dicho precedente cuando
se presenten los siguientes elementos: i) el caso se refiera a la
desnaturalización de un contrato que puede ser temporal o de naturaleza
civil, a través del cual supuestamente se encubrió una relación laboral de
carácter permanente, y; ii) debe pedirse la reposición en una plaza vacante,
presupuestada y que forme parte de la carrera administrativa, al cual
corresponde acceder por concurso público de méritos.

En la presente sentencia el trabajador municipal del distrito de Pátapo,


interpuso demanda de amparo solicitando se deje sin efecto el despido
arbitrario del que había sido objeto y por consiguiente sea reincorporado en
sus funciones de obrero. Manifestó que suscribió contratos civiles desde
que entró a laborar pero que estos se habrían desnaturalizado y que,
además, su último mes de labores los habría realizado sin mediar contrato
alguno.

El alcalde de la municipalidad emplazada contestó la demanda


argumentando que el demandante no había sido despedido, sino que se
procedió a retirarlo de su puesto, toda vez que su contrato habría vencido.

Ahora bien, de la revisión de los medios probatorios, el TC verificó que el


demandante prestó servicios para la municipalidad demandada en la
condición de obrero municipal, realizando labores de mantenimiento y
gasfitería por poco más de un año y medio, con lo que se verifica que no
estuvo contratado para realizar una actividad temporal. Por consiguiente, en
relación a las labores y el control de asistencia al que habría estado sujeto el
demandante, se acredita que el contrato civil firmado entre las partes se
había desnaturalizado.

Por dichas consideraciones, el TC declaró fundada la demanda y nulo el


despido arbitrario del demandante, ordenando por ello su reposición a su
puesto de trabajo u otro similar.
093. Exp. Nº 03194-2004-HC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Nicanor Carreño
Castillo. Procedimiento disciplinario y proceso judicial
militar].

Fecha de resolución: 28 de diciembre de 2004


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 22 de junio de 2005

Temas clave
Hábeas corpus reparador - Mandato de detención - Naturaleza del
delito de función - Ne bis in idem - Presunción de inocencia -
Procedimiento disciplinario - Proceso judicial militar

Resumen
En la presente sentencia se delimitó el campo de aplicación del
procedimiento disciplinario y del proceso judicial militar. De este modo se
expresó que el proceso en término amplio es toda fórmula de solución de
controversias que tienen dos partes en contraposición. Cuando el órgano
competente para resolver es de naturaleza judicial, se denomina proceso
propiamente y es básicamente el que está expuesto a lo largo de la
Constitución. Pero cuando es otro órgano el que decide, se denomina
procedimiento, siendo de aplicación las normas procesales constitucionales,
según la naturaleza de su actividad. En este marco, destacó el Colegiado,
debe entenderse el proceso judicial militar para resolver sobre la base de un
delito de función, y el procedimiento administrativo interno que actúa sobre
cánones de conducta para los miembros de una determinada institución.

En el caso bajo análisis, el demandante alegó haber sido sancionado en sede


administrativa y estar siendo juzgado por la justicia militar por la misma
causa, vulnerándose el principio ne bis in idem (elemento inmanente al
debido proceso formal), así como el derecho a la presunción de inocencia,
pues no habiéndose declarado judicialmente su responsabilidad penal
mediante resolución judicial, se tomó la presunta comisión de dichos ilícitos
penales como determinante para disponerse la sanción de pase a la situación
de retiro.

Al respecto, el Colegiado manifestó que hay que saber diferenciar la


naturaleza de las responsabilidades que pueden existir sobre la base de un
mismo hecho, sin que ello venga a suponer un ne bis in idem, tal como se
ha sostenido en la demanda, pues, en el presente proceso la medida
disciplinaria impuesta tuvo un objeto distinto al del proceso penal iniciado.
En el caso concreto, si bien el hecho de la sustracción del petróleo supone
una investigación judicial, no puede soslayarse la investigación
administrativa que paralelamente tiene que realizar la propia institución con
el fin de mantener la incolumidad de la propia organización. No es que esta
última se está basando en una responsabilidad no determinada para el caso
de la primera, sino que el mismo hecho determina una intervención
administrativa concurrente y paralela a la judicial. De lo expuesto, el
Colegiado consideró que no ha existido afectación alguna a la presunción
de inocencia administrativa.

Entonces, no existe afectación al principio ne bis in idem cuando la medida


disciplinaria impuesta tiene un objeto distinto al del proceso penal iniciado,
pues si bien existe una competencia de la justicia militar para los delitos de
función, de acuerdo con el artículo 173 de la Constitución, esta se encuentra
restringida a analizar la responsabilidad penal de una persona sujeta a la
competencia del órgano juzgador.

Asimismo, el Tribunal reparó sobre la existencia de la presunción de


inocencia administrativa, según la cual se debe considerar que no se puede
tener en cuenta que el funcionario o servidor público ha cometido
infracción a menos que la autoridad administrativa haya determinado su
responsabilidad.

Respecto a los delitos de función, cuyo conocimiento son materia de


competencia de la justicia militar, señaló que para su determinación es
necesaria la concurrencia de dos elementos: uno personal, referido al tipo
de personas que están sujetas a su autoridad, y otro objetivo, respecto a los
bienes jurídicos tutelados a través del tipo penal.

Por tanto, no todo ilícito penal cometido por un militar o policía se juzgará
en la justicia militar, ya que si el ilícito es de naturaleza común, el
procesamiento corresponderá al Poder Judicial, independientemente de la
condición de militar que pueda tener el sujeto activo.

Se precisó que es perfectamente posible que la justicia militar se avoque a


causas en que los sujetos activos no estén como militares en actividad en la
actualidad, es decir, en el momento en que están siendo procesados, pero
que lo estuvieron en el momento de la supuesta comisión del delito, dado
que su juzgamiento se referirá a hechos que cometió en el momento en que
se encontraba en situación de actividad, y con ocasión del servicio.

Sobre la validez constitucional de los requisitos del mandato de detención el


Tribunal Constitucional señaló que el nivel de discrecionalidad con que
cuenta el juez para determinar el mandato de detención en el proceso penal
militar es sumamente alto. Esto motiva que se debe reconducir tal
normatividad hacia parámetros más precisos de protección de los derechos
a la libertad de la persona para que sean constitucionales los mandatos de
detención y no se mantengan los abusos en su emisión, tal como se han
mostrado en el presente caso.
094. Exp. Nº 00592-2005-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Romantex S.A.C. Defensa
de los derechos de los usuarios en cuanto al régimen
tributario de arbitrios de limpieza pública, parques y
jardines, y serenazgo. Multa a municipalidad por no acatar
criterios vinculantes del Tribunal Constitucional].

Fecha de resolución: 1 de diciembre de 2005


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 4 de enero de 2006

Temas clave
Criterios vinculantes a todos los municipios del país - Deber de
cumplimiento de las sentencias del Tribunal Constitucional -
Inconstitucionalidad por conexidad - Reglas vinculantes para la
producción normativa sobre arbitrios

Resumen
En el presente caso el Tribunal Constitucional (TC) estimó la demanda de
amparo formulada por un contribuyente, resolviendo sancionar a la
Municipalidad de San Isidro con una multa de 10 Unidades de Referencia
Procesal (URP) por desacatar la STC Exp. Nº 00053-2004-AI/TC,
disponiendo además que contabilice como pagos a cuenta de obligaciones
futuras los pagos efectuados en exceso por el usuario desde el periodo de
l997.

En esta sentencia, el TC señala que, luego de la publicación de la STC Exp.


Nº 00053-2004-AI/TC, diversas autoridades municipales iniciaron acciones
para ajustar su normativa a los criterios establecidos por el Tribunal; de
manera que, en los casos de ordenanzas con vicios de inconstitucionalidad y
que no contaban con norma válida alguna que les sirviera de base de un
nuevo cálculo, las respectivas autoridades ediles emitieran nuevas
ordenanzas.

Así, la Municipalidad de San Isidro, con fecha 16 de febrero del 2005,


emitió la Ordenanza Nº 130-MSI, disponiendo el cumplimiento de las
reglas establecidas por el TC; sin embargo, los considerandos de dicha
ordenanza no solo dan cuenta de la falta de diligencia de dicho gobierno
local en su fundamentación legal, sino que constituyen un abierto
desconocimiento a los efectos vinculantes de la STC Exp. Nº 00053-2004-
AI/TC, a la cual están sujetas todas las autoridades municipales, bajo
responsabilidad, como reiteradamente se ha advertido.

En efecto, el referido municipio desconoce su obligación legal de cumplir


los alcances de la sentencia, según el artículo 82 del Código Procesal
Constitucional, al afirmar que “no existiendo en la STC Exp. Nº 00053-
2004-AI/TC una declaración formal o expresa de la inconstitucionalidad de
las ordenanzas del ‘resto de municipios’, debe determinarse, en un mismo
nivel, qué ordenanzas sobre arbitrios presenten vicios de constitucionalidad,
así como la instancia que debe realizar dicha tarea (...)”.

Al respecto, el Tribunal consideró que en este caso se advirtió una


actuación maliciosa del municipio, al negar los efectos de la
inconstitucionalidad por conexidad, específicamente establecida en el
artículo 78 del Código Procesal Constitucional, y sustentado en el punto XI
del fallo de la STC Exp. Nº 00053-2004-AI/TC. Del mismo modo, el
referido municipio desconoce la interpretación que en más de una
oportunidad ha realizado el TC, respecto al plazo de revisión constitucional
de las normas, para, de este modo, eludir la revisión de sus ordenanzas
anteriores al 2003. Así, conforme se sostuvo en la STC Exp. Nº 00044-
2004-AI/TC: “a partir del 12 de julio del 2002, respecto de leyes, tratados
internacionales y las demás normas comprendidas en el inciso 4 del artículo
200 de la Constitución, el plazo es de 6 años, y se cuenta solo a partir de la
instalación de este Tribunal (24 de junio de l996)”.

El Tribunal precisó, además, que mayor gravedad constituye el hecho de


que mediante Ordenanza Nº 139-MSI, del 30 de noviembre del 2005, la
Municipalidad de San Isidro, continuando con el desacato a la STC Exp. Nº
00053-2004-AI/TC, dispuso, inconstitucionalmente, seguir con la cobranza
de arbitrios en la vía ordinaria y coactiva, desconociendo lo dispuesto en el
punto 3 de dicha sentencia en el sentido de “declarar que los términos de
esta sentencia no habilitan en ningún caso la continuación de
procedimientos de cobranza coactiva en trámite”. Tal situación, sostiene el
TC, constituye una abierta amenaza a los derechos constitucionales de los
contribuyentes que no puede dejar de observarse.
095. Exp. Nº 02273-2005-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Karen Mañuca
Quiroz Cabanillas. Derecho a la identidad y a obtener el
Documento Nacional de Identidad].

Fecha de resolución: 20 de abril de 2006


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 13 de octubre de 2006

Temas clave
Derecho a la dignidad - Derecho a la identidad - Doble dimensión de la
dignidad humana - Documento nacional de identidad - Partida de
nacimiento

Resumen
Partiendo de la premisa conceptual de que el derecho a la identidad posee
una doble dimensión, tanto objetiva como subjetiva, y que ambos planos
deben ser garantizados, para realmente hablar de una protección del derecho
a la identidad, el Tribunal Constitucional (TC) considera, en el presente
caso, que el registro de datos que conforman el Documento Nacional de
Identidad forma parte del contenido del derecho a la identidad. Por ello no
admite que la autoridad administrativa no se haya pronunciado acerca de la
solicitud de cambio de nombre de la recurrente pese al excesivo tiempo
transcurrido y, por ende, no haya expedido el documento de identidad.

En ese orden de razonamiento, el Tribunal señaló en los fjs. 21-23 que


“entre los atributos esenciales de la persona, ocupa un lugar primordial el
derecho a la identidad consagrado en el inciso 1) del artículo 2 de la Carta
Magna, entendido como el derecho que tiene todo individuo a ser
reconocido estrictamente por lo que es y por el modo cómo es. Vale decir, el
derecho a ser individualizado conforme a determinados rasgos distintivos,
esencialmente de carácter objetivo (nombres, seudónimos, registros,
herencia genética, características corporales, etc.) y aquellos otros que se
derivan del propio desarrollo y comportamiento personal, más bien de
carácter subjetivo (ideología, identidad cultural, valores, reputación, etc.).
La identidad desde la perspectiva descrita no ofrece, pues, como a menudo
se piensa, una percepción unidimensional sustentada en los elementos
estrictamente objetivos o formales que permiten individualizar a la persona.
Se encuentra, además, involucrada con una multiplicidad de supuestos, que
pueden responder a elementos de carácter netamente subjetivos, en muchos
casos, tanto o más relevantes que los primeros. (…) El entendimiento de tal
derecho, por consiguiente, no puede concebirse de una forma inmediatista,
sino necesariamente de manera integral, tanto más cuando de por medio se
encuentran planteadas discusiones de fondo en torno a la manera de
identificar del modo más adecuado a determinadas personas”.

En tal sentido, considera “que la autoridad administrativa no puede


pretender ampararse en el hecho de tener la calidad de titular del Registro
Único de Identificación para no emitir el correspondiente documento de
identidad a favor de la parte actora. En efecto, si la emplazada consideraba
que en el procedimiento que iniciara la parte demandante en junio del año
2001 –nueva rectificación del nombre de Manuel Jesús, según se aprecia a
fojas 24– requería verificar, necesariamente, los nuevos nombres contenidos
en la partida de nacimiento (rectificados por mandato judicial), resulta
irrazonable que a la fecha de interposición de la presente demanda –9 de
febrero de 2005– dicho trámite no haya concluido con la expedición del
documento de identidad que le corresponda, o la emisión de una resolución
administrativa que motive las razones de su rechazo” (fj. 33).
096. Exp. Nº 08605-2005-AA/TC
[Proceso de amparo promovido por Engelhart Perú S.A.C.
Derecho al debido proceso en materia constitucional
tributaria].

Fecha de resolución: 14 de noviembre de 2005


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 23 de enero de 2006

Temas clave
Derecho al debido procedimiento - Derecho de defensa - Debida
motivación de resoluciones - Responsabilidad tributaria por hechos de
terceros

Resumen

En el presente caso el Tribunal Constitucional ratificó la facultad de la


Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) para
ejecutar las garantías de carta fianza y, por ende, declaró infundado el
proceso de amparo seguido por una empresa exportadora de oro que
reclamaba la devolución de S/ 28’459,118.00 y S/ 33’091,342.00, más los
intereses respectivos que le cobraron como consecuencia de la ejecución de
las cartas de garantía.

La sentencia, al mismo tiempo, que “tratándose de una pretensión de índole


patrimonial y estando directamente vinculada al petitorio principal, referido
a la supuesta imputación de responsabilidad a la empresa demandante por
hechos de terceros, carece de sustento su revisión en esta vía”, la del
amparo.
Mediante un proceso de amparo ante el TC, la empresa Engelhart Perú SAC
en liquidación solicitó se declaren inaplicables las Resoluciones del
Tribunal Fiscal Nºs 590-2-2003 y 1217-2-2003, así como las Resoluciones
de Intendencia Nºs 015-2- 6213/SUNAT y 015-2-6214/SUNAT,
correspondientes a la solicitud de devolución de crédito fiscal del IGV, por
los periodos de noviembre y diciembre de 1998, aduciendo que tales
disposiciones vulneraban sus derechos constitucionales.

Ocurre que esta empresa, para cobrar el millonario crédito fiscal, que supera
los 51 millones de nuevos soles, alegó haber exportado una determinada
cantidad de oro en 1998, sobre la base de cuotas entregadas por
intermediarios. Pero un estudio elaborado por la Facultad de Energía
Minera, Geológica y Metalúrgica de la Universidad Nacional de Ingeniería,
y por la firma CH Plengue & Cía S.A, concluyó que era irreal la cantidad
alegada. Estos informes fueron considerados inexistentes por la demandante
y, en virtud de ello, planteó se declare fundado su reclamo.

Sin embargo, el TC declaró infundado dicho proceso de amparo y la


consiguiente afectación al debido proceso administrativo y al derecho de
defensa de la recurrente, porque de la revisión de los actuados y las pruebas
aportadas en el proceso, llegó a la convicción de que habían pruebas
fehacientes que demostraban, no solo la existencia de los informes que la
recurrente cuestionaba, sino, además, que la empresa Engelhart Perú SAC
había tenido conocimiento oportuno de los mismos. El TC precisó, a la vez,
que el derecho a defensa invocado por la empresa demandante implicaba
asegurar a las partes la posibilidad de formular alegatos, probarlos y
contradecir aquellos que se les opusieran. Al respecto, expuso que ello se
produjo en el caso del accionante, quien disponía de todos los medios
procesales para formular su defensa y a través de los cuales cuestionó la
existencia de los mismos.
Además, el TC se remitió a su STC Exp. Nº 1291-2000-AA/TC, recordando
que el debido proceso incluía, dentro de su contenido, el derecho de obtener
de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente
con las pretensiones oportunamente deducidas por las partes, en cualquier
clase de procesos.

Finalmente, con esta sentencia, el TC ratificó que el tratamiento de la


inversión nacional y extranjera se sujeta a las mismas condiciones,
conforme a lo dispuesto en el artículo 63 de la Constitución Política del
Perú.
097. Exp. Nº 09165-2005-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por el Grupo Mustafa.
Ratifican la constitucionalidad del impuesto a la explotación
de los juegos de azar].

Fecha de resolución: 13 de febrero de 2006


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 2 de marzo de 2006

Temas clave
Impuestos a los casinos y tragamonedas - Principio de irretroactividad
de la ley - Principio de legalidad tributaria - Promoción del deporte y
recreación - Salud pública - Vinculación de precedentes vinculantes

Resumen
En el presente caso el Tribunal Constitucional (TC) reitera la
constitucionalidad de las disposiciones que regulan el impuesto a la
explotación de los juegos de casinos y máquinas tragamonedas, al declarar
infundada la demanda interpuesta por un grupo empresarial contra la
Superintendencia de Administración Tributaria (Sunat) y el Mincetur.

En la citada sentencia se dejó en claro que dicho sistema establecía


condiciones razonables que debían cumplir las personas jurídicas que se
dedican a la explotación de los juegos de casinos y máquinas tragamonedas,
a efectos de que las autoridades administrativas competentes pudieran
controlar la transparencia en el juego, así como fiscalizar un adecuado pago
del impuesto.

El TC sostuvo que la aplicación de la nueva tasa del 12 % del referido


impuesto no constituía vulneración del principio de no retroactividad de las
normas, pues el recurrente no se encontraba exonerado del pago del tributo,
sino que el mismo debía regularse en función de la nueva base imponible y
alícuota del impuesto.

Una de las disposiciones que sustenta la sentencia dice: “El Tribunal


Constitucional estima que se trata de una regla de orden público tributario,
acorde con el propósito o deber de contribuir con los gastos públicos,
orientada a finalidades plenamente legítimas, como la de colaborar y ayudar
a fiscalizar, a efectos de detectar aquellas personas que puedan rehuir la
potestad tributaria del Estado”.

Igualmente, ratificó lo establecido por ley en el sentido de que los casinos y


tragamonedas solo debían ubicarse dentro de hoteles de tres a cinco
estrellas y/o restaurantes de cinco tenedores. La resolución precisó, además,
que la alícuota del impuesto, actualmente regulada por la Ley Nº 27796, se
encontraba acorde con la STC Exp. Nº 00009-2001-AI/TC, en tanto
modificaba la base imponible y reducía la alícuota del 20 % al 12 %,
incorporándose la posibilidad de deducir gastos por mantenimiento,
bocaditos y aperitivos.

El TC puntualizó que esta sentencia resultaba acorde con el


pronunciamiento recaído en la STC Exp. Nº 04227-2005-PA/TC (caso
Royal Gaming S.A.C.), en cuyo fundamento 43 se estableció que, de
conformidad con el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional y habiendo adquirido la calidad de cosa juzgada, constituía
precedente vinculante en materia del impuesto a la explotación de los
juegos de casinos y máquinas tragamonedas.
098. Exp. Nº 02730-2006-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Arturo Castillo Chirinos.
Principio de unidad de la Constitución y las funciones del juez
constitucional y el Jurado Nacional de Elecciones].

Fecha de resolución: 21 de julio de 2006


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 27 de julio de 2006

Temas clave
Control constitucional de decisiones del JNE - Cosa juzgada - Derecho
a la participación política - Derecho a la presunción de inocencia -
Derecho al debido proceso - Efectos vinculantes de sentencias
internacionales - Hechos cumplidos - Interpretación constitucional
conforme al Derecho Internacional - Principios de interpretación
constitucional - Recurso de reconsideración - Saneamiento procesal -
Vacancia municipal

Resumen
La sentencia emitida por el Tribunal Constitucional (TC) en el caso bajo
comentario resolvió declarar nula la Resolución Nº 156-2005-JNE,
expedida por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) el 6 de junio del
2005, mediante la cual se declaró la vacancia en el cargo de alcalde de la
Municipalidad Provincial de Chiclayo a don Arturo Castillo Chirinos, a
sabiendas de que el máximo órgano de la justicia ordinaria del país aún no
se había pronunciado en última instancia, en un proceso penal seguido en su
contra.

En consecuencia, se declaró fundada la demanda de amparo interpuesta por


dicho burgomaestre, en razón de que el JNE no tuvo en cuenta que no
bastaba la existencia de una sentencia penal condenatoria, sino que, además,
era necesario que esta hubiera alcanzado firmeza, ergo, que hubiera pasado
en autoridad de cosa juzgada.

Durante el estudio del expediente, el TC advirtió que el JNE, al analizar la


información remitida por la presidencia de la Corte Superior de
Lambayeque, sobre el estado del proceso seguido contra el demandante, no
había tomado en cuenta, deliberadamente, el estado en que se encontraba el
trámite del incidente de recusación seguido contra el vocal Pedro Lara
Benavides, ni el procedimiento de la queja por denegatoria del recurso de
nulidad que, por orden de la Corte Suprema, aún se encontraba en pleno
trámite.

Pese a conocer fehacientemente que el proceso no había concluido y que se


encontraba aún en trámite ante la Corte Suprema de Justicia, el JNE decidió
vacar al demandante, con lo que violentó sus derechos a la presunción de
inocencia, a participar de la vida política del país y a ser elegido
representante; esto último en razón de que el Registro Nacional de
Identificación y Estado Civil (Reniec), a pedido del propio JNE, excluyó
arbitrariamente al demandante del padrón electoral y canceló
definitivamente la inscripción de su Documento Nacional de Identidad por
encontrarse supuestamente inhabilitado por el Poder Judicial, según lo
afirmado por el JNE.

A consecuencia de ello, el demandante no solo no pudo emitir su voto en


las elecciones pasadas, sino que, además, se lo privó de su documento de
identidad, impidiéndosele el ejercicio de sus derechos ciudadanos e
imponiéndosele la condición de “indocumentado”.

Sobre este particular, el TC explicó que el JNE, al momento de remitir la


comunicación al Reniec, ya tenía pleno y cabal conocimiento de que el
proceso seguido contra Castillo Chirinos se encontraba en trámite ante la
máxima instancia de la justicia ordinaria, y que la sentencia emitida por el
vocal Lara Benavides había sido declarada nula, sin que existiera sentencia
penal con calidad de cosa juzgada.

Es más, al concluir el proceso penal seguido contra Castillo Chirinos, con


fecha 12 de mayo del 2006, se emitió la resolución en virtud de la cual se
declaraba extinguida la acción penal; se daba por fenecido dicho proceso y
se ordenaba la cancelación de los antecedentes del encausado, así como el
archivamiento definitivo de la instrucción, quedando así plenamente
acreditado que, contra el demandante, no existió sentencia penal con
calidad de cosa juzgada que sustentara la decisión del JNE.

De otro lado, el JNE señaló en su Resolución Nº 1186-2006-JNE que, a su


juicio, para declarar la vacancia del demandante, se basó en la teoría de los
hechos cumplidos, pues existía una sentencia que no había sido revocada, la
cual había sido emitida en última instancia. Este supuesto quedó
desvirtuado en autos, esto es, la existencia de una resolución penal firme
que imponía una pena privativa de libertad contra el demandante. Incluso –
como quedó demostrado–, la sentencia que sirvió de sustento a la
resolución impugnada fue declarada nula por la jurisdicción ordinaria.

La sentencia del TC precisó que el JNE pretendía sustentar su decisión en el


artículo 293 del Código de Procedimientos Penales, que dispone que el
recurso de nulidad no impide que se cumpla la sentencia expedida,
desconociendo que la posibilidad de que un recurso no suspenda los efectos
de una resolución judicial, no le concede efectos de cosa juzgada o firmeza
de aquella; por esta razón, para la declaratoria de vacancia en el cargo de
alcalde, no bastaba la existencia de una sentencia penal condenatoria, sino
que, además, era necesario que esta hubiera alcanzado firmeza.
099. Exp. Nº 04245-2006-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por la Dirección Regional de
Comercio y Turismo de Huancavelica. Efectividad de las
sentencias del Tribunal Constitucional en materia de casinos
de juego y máquinas tragamonedas].

Fecha de resolución: 8 de agosto de 2006


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 10 de agosto de 2006

Temas clave
Amparo contra amparo - Cosa juzgada - Derecho a la notificación de
resoluciones - Derecho al debido proceso - Derecho de defensa -
Derechos adquiridos - Desnaturalización del proceso de amparo -
Impuestos a los casinos y tragamonedas - Medidas correctivas -
Políticas de fiscalización - Vinculación de la jurisprudencia
constitucional - Vinculación de los precedentes vinculantes

Resumen
Se precisa que la sentencia bajo comentario y las emitidas anteriormente en
materia de casinos de juego y máquinas tragamonedas constituyen
precedente vinculante de obligatorio cumplimiento, tal como lo recordó la
jefatura de la Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial
mediante Resolución Nº 021-2006-J-OCMA/PJ, publicada en el diario
oficial El Peruano el 4 de abril de 2006, disponiendo que todos los órganos
jurisdiccionales de la República debían dar cumplimiento a los precedentes
vinculantes dictados por el TC en dicha materia.

Así lo señaló el TC en su sentencia que declara fundada la demanda de


amparo planteada por la Dirección Regional de Comercio y Turismo de
Huancavelica contra los magistrados del Juzgado Mixto de Acobamba y de
la Sala Mixta de Huancavelica, así como contra las empresas Recreaciones
y Juegos Electrónicos Las Tinajas S.A.C., Recreaciones Jhydney S.A.C. y
Recreativos Merly S.A.C.

Tal como se pudo apreciar de los actuados, las empresas demandantes


obtuvieron sendas sentencias donde se declararon fundadas sus demandas
de amparo, sin que estas sentencias fueran debidamente notificadas a las
partes; por lo tanto, el Tribunal arguyó que estas sentencias nunca pudieron
adquirir la calidad de cosa juzgada y que el hecho de haberse publicado en
el diario oficial El Peruano, tampoco podía tener efectos convalidantes,
dado que las sentencias se publicaron sin haberse cumplido el requisito de
la notificación a la parte demandada.

Al respecto, el TC precisó que existían varios pronunciamientos, entre ellos,


las SSTC Exps. Nºs 09165-2005-PA/TC, 04227-2005-PA/TC y 01436-
2006-PA/TC, que debían ser tomados en cuenta por los jueces ordinarios
bajo responsabilidad; del mismo modo, también debía tenerse presente la
jurisprudencia anteriormente emitida en procesos de inconstitucionalidad
contra normas que regulaban la actividad en el rubro de los Casinos de
Juego y Máquinas Tragamonedas.

En tal sentido, se dispuso que tanto la presidencia de la Corte Suprema de la


República como el Fiscal de la Nación difundieran entre los órganos de
administración de justicia y dependencias administrativas, según
correspondiera, el contenido de la sentencia, para conocimiento y aplicación
de los precedentes vinculantes.

Del mismo modo, se dispuso que, en vista de la actuación de los


magistrados emplazados, las oficinas de Control de la Magistratura y de
Control Interno del Ministerio Público, así como el Consejo Nacional de la
Magistratura, debían adoptar las medidas correspondientes conforme a sus
atribuciones, toda vez que existían indicios razonables de la comisión del
delito de prevaricato.

En el caso, el Colegiado verificó de los actuados que una de las partes del
proceso no había sido debidamente notificada con la sentencia de primera
instancia, lo que constituía una afectación de los derechos a un proceso
debido y a la doble instancia jurisdiccional consagrados en la Constitución
Política del Perú, por lo que resolvió declarar nulo todo lo actuado hasta el
momento de notificar la sentencia.
100. Exp. Nº 07435-2006-PC/TC
[Proceso de cumplimiento promovido por Susana Chávez
Alvarado y otras. Funciones del Ministerio de Salud en
cuanto a la planificación familiar. El caso de la denominada
“píldora del día siguiente”].

Fecha de resolución: 13 de noviembre de 2006


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 20 de noviembre de 2006

Temas clave
Planificación familiar anticonceptivo oral de emergencia - Ministerio
de Salud

Resumen
Se declara fundada la demanda de cumplimiento interpuesta por un grupo
de ciudadanas contra el Ministerio de Salud para que se garantice la
información y la previsión sobre el Anticonceptivo Oral de Emergencia
(AOE) en todos los establecimientos de salud a su cargo en estricto
acatamiento de las normas técnicas vigentes, debidamente aprobadas por el
propio Ministerio, y del mandato constitucional de eficacia de los mandatos
legales y de los actos administrativos.

En la STC Exp. Nº 07435-2006-PC/TC, el Tribunal Constitucional (TC)


puntualiza que ha quedado evidenciado, después de cinco años y tres meses
de vigencia de dichas normas, que el Ministerio de Salud se ha mostrado
renuente a cumplir los mandatos de la Norma Técnica de Planificación
Familiar (aprobada en un primer momento por las Resoluciones
Ministeriales Nºs 465-99-SA/DM y 399-2001-SA/DM, y luego ratificadas
por la Resolución Nº 536-2005/MINSA), que establecían el libre acceso de
las personas a la información del AOE, así como su provisión gratuita en
las instituciones de salud del sector público.

El TC señaló que los diversos informes de la Defensoría del Pueblo, la


Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la
Salud, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, la Sociedad Peruana
de Obstetricia y Ginecología, el Colegio Médico del Perú, y los Ministerios
de Salud y Justicia, entre otras instituciones involucradas, han determinado
que, en el estado actual de la medicina, los efectos de la AOE son
anticonceptivos.

Así, por ejemplo, en el informe del 25 de setiembre del 2006, la Defensora


del Pueblo se ratificó en las conclusiones del Informe Defensorial Nº 78:
“La anticoncepción oral de emergencia”, señalando que la anticoncepción
oral de emergencia no tiene efecto alguno después de haberse producido la
implantación. Por tanto, no afecta al embarazo ya iniciado; en ese sentido,
no es abortiva y tiene solo los efectos de prevenir la ovulación y dificultar
la migración espermática, es decir, actúa antes de la fecundación.

Del mismo modo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la


Organización Panamericana de la Salud (OPS), mediante informe
presentado el 12 de octubre de 2006 señalaron que: “La comunidad
científica internacional coincide plenamente en que la AOE no es abortiva y
no impide la implantación del óvulo fecundado ya que no tiene efectos
sobre el endometrio. Esta afirmación está respaldada por el trabajo de
instituciones científicas de amplio prestigio internacional. No existe un solo
estudio científico que demuestre que la AOE tenga un afecto abortivo”.
101. Exp. Nº 04223-2006-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Máximo Medardo Mass
López. Las antenas de telecomunicaciones y el derecho a un
medio ambiente equilibrado y adecuado].

Fecha de resolución: 2 de junio de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 5 de setiembre de 2007

Temas clave
Derecho al medio ambiente equilibrado - Espacios electromagnéticos -
Principios constitucionales ambientales - Principio precautorio

Resumen
El Tribunal Constitucional (TC) declaró infundada la demanda de amparo
recaída en la STC Exp. Nº 04223-2006-PA/TC, estableciendo que no
siempre la prohibición absoluta de determinada actividad es la única vía
para alcanzar determinado grado de protección, pues, dependiendo del caso,
el mismo puede ser alcanzado, mediante la reducción de la exposición al
riesgo, con el establecimiento de mayores controles y la imposición de
ciertas limitaciones.

El TC manifestó que, en nuestro sistema constitucional, los derechos


fundamentales vinculan tanto al Estado como a los particulares. Un Estado
social y democrático de Derecho no solo debe garantizar la existencia de la
persona o cualquiera de los demás derechos que en su condición de ser
humano y su dignidad le son reconocidos (art. 1 de la Constitución), sino
también debe protegerla de los ataques al medio ambiente y a su salud en el
que esa existencia se desenvuelve, a fin de permitir que su vida se
desarrolle en condiciones ambientales aceptables, pues, como se afirma en
el artículo 13 de la Declaración Americana sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas, el “derecho a un medio ambiente seguro, sano, [es]
condición necesaria para el goce del derecho a la vida y el bienestar
colectivo”.

Si el Estado no puede garantizar a los seres humanos que su existencia se


desarrolle en un medio ambiente sano, estos sí pueden exigir del Estado que
adopte todas las medidas necesarias de prevención que lo hagan posible. En
ese sentido, el Tribunal estima que la protección del medio ambiente sano y
adecuado no solo es una cuestión de reparación frente a daños ocasionados,
sino, y de manera especialmente relevante, de prevención de que ellos
sucedan.

Sobre esto, el Colegiado ha señalado que, a partir de lo dispuesto en los


artículos 58, 59, 61, 65 y 84 de la Constitución, existe una íntima
vinculación entre la economía, la democracia y los derechos fundamentales
de las personas, por cuanto un sistema democrático que no garantice o
brinde condiciones mínimas de bienestar a los ciudadanos no puede
garantizar la eficacia plena de los derechos fundamentales.

El derecho a gozar de un medio ambiente implica que este sea equilibrado y


adecuado. Comporta así la facultad de las personas de poder disfrutar de un
medio ambiente en el que sus elementos se desarrollan e interrelacionan de
manera natural y armónica. Esto supone, por tanto, el disfrute no de
cualquier entorno, sino únicamente del adecuado para el desarrollo de la
persona y de su dignidad (art. 1 de la Constitución). De lo contrario, su goce
se vería frustrado y el derecho quedaría, así, carente de contenido.

El derecho a la preservación de un medio ambiente sano y equilibrado


entraña obligaciones ineludibles, para los poderes públicos, de mantener los
bienes ambientales en las condiciones adecuadas para su disfrute. Respecto
de ello el Tribunal Constitucional estableció que tal obligación alcanza
también a los particulares, y con mayor razón a aquellos cuyas actividades
económicas inciden, directa o indirectamente, en el medio ambiente.

En cuanto al vínculo existente entre las actividades económicas y el derecho


a un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de la vida, la
jurisprudencia de este Colegiado ha considerado que este se materializa en
función de los siguiente principios: el principio de desarrollo sostenible o
sustentable, el principio de conservación, en cuyo mérito se busca mantener
en estado óptimo los bienes ambientales; el principio de prevención, que
supone resguardar los bienes ambientales de cualquier peligro que pueda
afectar a su existencia; el principio de restauración, referido al saneamiento
y a la recuperación de los bienes ambientales deteriorados; el principio de
mejora, en cuya virtud se busca maximizar los beneficios de los bienes
ambientales en pro del disfrute humano; el principio precautorio, que
comporta adoptar medidas de cautela y reserva cuando exista incertidumbre
científica e indicios de amenaza sobre la real dimensión de los efectos de
las actividades humanas sobre el ambiente, y el principio de compensación,
que implica la creación de mecanismos de reparación por la explotación de
los recursos no renovables.

El principio precautorio se encuentra estrechamente ligado al principio de


prevención. El primero se aplica ante la amenaza de un daño a la salud o
medio ambiente y ante la falta de certeza científica sobre sus causas y
efectos. La falta de certeza científica no es óbice para que se adopten
acciones tendentes a tutelar el derecho al medio ambiente y a la salud de las
personas. El segundo exige la adopción de medidas de protección antes de
que se produzca, realmente, el deterioro al medio ambiente.

El principio precautorio se aplica ante la amenaza de un daño a la salud o


medio ambiente y ante la falta de certeza científica sobre sus causas y
efectos. Si bien el presupuesto esencial para la aplicación del principio
precautorio es precisamente la falta de certeza científica –aun cuando no sea
imprescindible demostrar plenamente la gravedad y realidad del riesgo– sí
resulta exigible que haya indicios razonables y suficientes de su existencia,
y que su entidad justifique la necesidad de adoptar medidas urgentes,
proporcionales y razonables.
102. Exp. Nº 00654-2007-AA/TC
[Proceso de amparo promovido por el Ministerio de la
Producción. Competencias reservadas a los órganos del
Estado y su relación con el derecho constitucional de defensa].

Fecha de resolución: 10 de julio de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 21 de noviembre de 2007

Temas clave
Derecho a la motivación de resoluciones - Derecho al debido
procedimiento - Derecho de defensa - Principio de unidad y
exclusividad de la función jurisdiccional

Resumen
El 21 de noviembre de 2007, el Tribunal Constitucional publicó la sentencia
que declaró fundada la demanda de amparo recaída en la STC Exp. Nº
00654-2007-AA/TC; por ende, declaró nulo e insubsistente todo lo actuado
en el proceso judicial signado con el Nº 2004-009, reponiéndose los actos
procesales a la etapa de postulación del proceso, debiéndose correr traslado
de la demanda al Ministerio de la Producción, conforme a lo establecido en
esta sentencia.

Por ello, el Tribunal estimó que, ante la solicitud planteada por el


demandante, en el que se incluía como pretensión “accesoria” una solicitud
que involucraba de modo indefectible una competencia reservada
legalmente a un órgano de la Administración, como es en este caso el
Ministerio de la Producción, resultaba indispensable que la juez emplazara
también al referido Ministerio, por lo que al no haberlo realizado así, la
resolución judicial resultaba inválida, a tenor del artículo 93 del Código
Procesal Civil. Igualmente el Tribunal observó que al haberse resuelto el
proceso sin la participación de una de las partes que necesariamente debió
emplazarse en el proceso en cuestión, al margen de la consideración de la
incompetencia ab initio del juez a quo, se había desnaturalizado el proceso
en la medida en que se habían violado el debido procedimiento y el derecho
de defensa de una de las partes, como es el Ministerio de Pesquería, quien
no pudo hacer valer ninguna de sus prerrogativas y argumentos al habérsele
denegado su intervención.

Una vinculación directa con el derecho de defensa se advierte en que este


derecho comporta, en su contenido esencial, la obligación de parte del
órgano jurisdiccional de notificar con la demanda y con las resoluciones
que se produzcan al interior del proceso en cuestión a todas las personas
relacionadas con el petitorio de la demanda.

En el presente caso la instancia judicial, al pronunciarse prescindió y, peor


aún, sustituyó con su decisión el procedimiento administrativo
preestablecido en el Decreto Ley Nº 25977, Ley General de Pesca, así como
su Reglamento y las demás normas aplicables a la extracción de recursos
naturales protegidos por el Estado. De este modo incurrió también en
violación del principio constitucional y del deber de todo juez de motivar
sus decisiones en el derecho vigente. En la medida en que se trata de una
decisión jurisdiccional que no tuvo en cuenta parte importante de las
normas jurídicas aplicables, el Tribunal señaló que en el presente caso no se
había cumplido a cabalidad el principio constitucional de la función
jurisdiccional que establece la obligación de que las decisiones de los jueces
estén fundadas en Derecho, o lo que es lo mismo, que las resoluciones
judiciales estén debidamente motivadas.
103. Exp. Nº 01078-2007-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por José Miguel Ángel Cortez
Vigo. Naturaleza tributaria del Fonavi].

Fecha de resolución: 3 de setiembre de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 3 de octubre de 2007

Temas clave
Derecho a la participación política - Fondo nacional de vivienda
(Fonavi) - Principio de reserva de ley - Referéndum

Resumen
Declarada fundada la demanda, el Tribunal Constitucional (TC) ordenó al
Jurado Nacional de Elecciones (JNE) que se pronuncie respecto al pedido
de José Miguel Ángel Cortez Vigo para que se realice el referéndum sobre
la aceptación del “Proyecto de Ley de devolución de dinero del Fonavi”, y
declaró nulas las resoluciones del JNE que dictaban la improcedencia del
pedido formulado.

El Tribunal reafirmó con esta sentencia la competencia que tiene para


pronunciarse sobre la afectación de derechos fundamentales, suceda esta en
cualquier esfera, pública o privada. En el caso, se trataba de los derechos
fundamentales a la participación individual o colectiva en la vida política
del país a través de referéndum y al debido proceso y a la tutela procesal
efectiva. En efecto, el JNE emite una primera resolución que declaraba
improcedente la demanda bajo el argumento de que el aporte que realizaron
los fonavistas durante años tenía naturaleza tributaria, por lo que en virtud
del artículo 32 de la Constitución no podía ser sometido a referéndum. Se
presentó un recurso extraordinario por afectación al debido proceso y a la
tutela procesal efectiva, y una segunda resolución lo declaró improcedente
por los mismos motivos que la primera.

Las resoluciones del JNE para determinar la naturaleza tributaria del aporte
al Fonavi se basa en: 1) lo que dice la norma II del Título Preliminar del
Código Tributario sobre qué es un tributo; 2) jurisprudencia anterior del TC,
y; 3) el oficio de la Presidencia del Consejo de Ministros que definió al
fondo como tributo.

El Tribunal se encargó de responder a estos argumentos para poder llegar a


la conclusión sobre la naturaleza no tributaria del Fonavi. Sobre lo primero
indicó que el JNE ha realizado solo un análisis legal de las normas de
carácter tributario y eso es incorrecto en la medida en que significa darle
una interpretación literal o textual, y lo que debió haber hecho es sustentar
su decisión de acuerdo con las normas de orden constitucional que rigen el
sistema tributario nacional. Sobre el segundo punto, indicó que los
argumentos citados en las sentencias del TC por el JNE carecen de validez
en el caso pues las normas y períodos reclamados por los asociados son
anteriores a la fecha de la sentencia emitida por este Colegiado. Sobre el
último punto, indica el Colegiado que no es fundamentación jurídica que
base sus argumentos en un “simple oficio” pues carece de validez desde el
punto de vista legal.

En lo que respecta al artículo 32 de la Carta Magna, que prohíbe que se


realice referéndum cuando se trata de normas de carácter tributario, el
Tribunal Constitucional determinó la verdadera naturaleza del aporte de
dinero de los fonavistas pues esto era fundamental para poder concluir si el
referéndum podía realizarse o no. El análisis se realizó desde las normas
constitucionales referentes al tributo, específicamente el artículo 74 relativo
al principio de reserva de ley, del que se infiere que la Constitución ha
atribuido exclusivamente al legislador la facultad de crear tributos y que
esta debe manifestarse explícitamente.
104. Exp. Nº 04382-2007-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Nicolás de Bari Hermoza
Quiroz. Imposibilidad de la Sunat para discernir entre rentas
lícitas e ilícitas].

Fecha de resolución: 12 de noviembre de 2007


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 16 de junio de 2008

Temas clave
Derecho a la igualdad - Renta ilícita

Resumen
Se precisa que la administración tributaria no tiene la función, ni la facultad
para determinar la procedencia lícita o ilícita de una renta específica.

En el presente caso la controversia giró en torno a la interpretación del


artículo 52 de la Ley del Impuesto a la Renta, según el cual “se presume de
pleno derecho que los incrementos patrimoniales cuyo origen no puede ser
justificado por el contribuyente o responsable constituyen renta neta no
declarados por estos”; además señala que dichos incrementos patrimoniales
“no pueden sustentarse con utilidades derivadas de actividades ilícitas”.

Así pues, no resulta relevante el origen –lícito o ilícito– del incremento


patrimonial porque de acuerdo con el artículo 74 de la Constitución no es
función de la administración tributaria, ni tiene facultades para ello,
determinar la procedencia lícita o ilícita de una renta específica.

Sobre el particular, es preciso advertir que sería absurdo y contraproducente


pretender que se exija a la administración tributaria, en casos como éste,
evaluar y determinar el título jurídico del incremento patrimonial, ya que en
tanto resultaría una exigencia irrazonable que tornaría en inviable la
realización de sus facultades, al desconocer que el impuesto a la renta grava
hechos o actividades económicas, no las conductas de las personas, y menos
aún en función de su licitud o ilicitud.
105. Exp. Nº 00023-2007-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad interpuesto por la
Federación Nacional de Docentes del Perú. Se declara la
inconstitucionalidad del artículo 3 del Decreto de Urgencia Nº
033-2005 que establecía diversos subniveles entre los
profesores universitarios a efectos de la homologación de
remuneraciones, los que no se encontraban comprendidos en
la Ley Nº 23733, Ley Universitaria].

Fecha de resolución: 26 de agosto de 2008


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 21 de diciembre de 2011

Temas clave
Autonomía universitaria - Bloque de constitucionalidad - Decreto de
urgencia - Homologación de docentes - Ley universitaria - Libertad
cultural y científica - Sentencias interpretativas, integrativa y
reductoras

Resumen
Atendiendo la solicitud de la Federación Nacional de Docentes
Universitarios (FENDUP), el Tribunal Constitucional declaró que en
ejecución de la sentencia de inconstitucionalidad recaída en la STC Exp. Nº
0023-2007-PI/TC, publicada el 15 de octubre de 2008, los profesores a
tiempo parcial deben ser homologados en forma proporcional a sus
similares que laboran a tiempo completo, de conformidad con el Decreto de
Urgencia Nº 002-2006.

Por consiguiente, las universidades, en el marco de su presupuesto, deben


adecuar las remuneraciones de los docentes que laboran a tiempo parcial a
lo establecido por el decreto de urgencia anotado o, en su defecto, solicitar
al Ministerio de Economía y Finanzas proveer los recursos necesarios para
tal fin.

El representante de la FENDUP “solicitó precisión sobre ejecución de


sentencia”, poniendo en conocimiento del Tribunal que la homologación de
las remuneraciones de los docentes de las universidades públicas dispuesta
en la Ley del Presupuesto para el Ejercicio Fiscal 2011 (Ley Nº 29626) no
había considerado la homologación de remuneraciones de los docentes a
tiempo parcial, aun cuando existía el mandato explícito del Decreto de
Urgencia Nº 033-2005, de acuerdo con el cual el Programa de
Homologación se aplica solo a los docentes nombrados en las categorías
principal, asociado y auxiliar de las universidades públicas, sea que laboren
a dedicación exclusiva, a tiempo completo o parcial.

El Tribunal explicó que, pese a que no se había pronunciado sobre el


extremo referente a los profesores a tiempo parcial, en vista de que el
artículo 2 del mencionado Decreto de Urgencia Nº 033-2005 no fue
impugnado en el proceso de inconstitucionalidad, consideraba que el
cumplimiento de dicho dispositivo legal también era materia de ejecución
en su sede, por cuanto el contenido normativo que se pretendía cumplir
(homologación de los docentes a tiempo parcial) era accesorio y
consecuente con el contenido normativo que el Tribunal declaró
constitucional en el proceso de inconstitucionalidad promovido
(homologación al ciento por ciento de los profesores a tiempo completo).

Además, recordó que la disposición invocada por la recurrente (art. 2 del


D.U. Nº 033-2005) se encontraba vigente, en razón de que su
inconstitucionalidad no fue declarada por el Tribunal en la STC Exp. Nº
00023-2007-PI/TC; por lo que, en tanto derecho vigente, debía ser aplicado
en sus propios términos por las autoridades encargadas de llevar a cabo el
proceso de homologación.
106. Exp. Nº 00926-2007-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por C.F.A.D. Derecho al libre
desarrollo de la personalidad, a la identidad sexual, a no ser
discriminado y al debido proceso en el ámbito administrativo
disciplinario policial]

Fecha de resolución: 3 de noviembre de 2009


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 9 de diciembre de 2009

Temas clave
Derecho a la dignidad humana - Derecho a la integridad personal -
Derecho a la intimidad - Derecho a la no autoincriminación - Derecho
a la presunción de inocencia - Derecho al debido procedimiento -
Derecho al libre desarrollo de la personalidad - Derecho de defensa -
Discriminación por opción sexual - Régimen disciplinario militar
policial

Resumen
La Segunda Sala del Tribunal Constitucional emitió votos discordantes. Si
bien los magistrados suscriptores de la sentencia disintieron en sus
fundamentos, sus votos concordaron con el sentido del fallo y alcanzaron el
quórum suficiente para formar decisión. Así, pues, declararon fundada la
demanda de amparo interpuesta por el alumno C.F.A.D. contra la Escuela
Técnica Superior de la Policía Nacional de Puente Piedra, quien fue
separado de la institución por supuestos actos de homosexualidad.

En el presente caso, el Tribunal ordenó la reincorporación del demandante a


la escuela policial, por cuanto se violentó el derecho a la defensa durante el
procedimiento administrativo disciplinario seguido contra él, restándole la
posibilidad de proponer los medios de prueba que estimaba pertinentes para
su defensa, pues no se le permitió presentar testigos ni ofrecer pruebas de
descargo.

La sentencia precisó que no se había probado fehacientemente que los


alumnos implicados mantuvieran relaciones sexuales dentro de la Escuela
Técnica Superior de la PNP. Si ello hubiera ocurrido, sean estas relaciones
heterosexuales u homosexuales, los alumnos hubieran podido ser
sancionados de acuerdo con el reglamento vigente.

Además, de los actuados se comprobó que el demandante no fue informado


debidamente que su defensa podía ser asumida por él o que tenía derecho a
elegir libremente un abogado defensor para que le asista durante el
procedimiento, y que en caso de que no contara con uno se le debía haber
asignado un abogado defensor de oficio.

El Tribunal sostuvo que, como podrá constatarse en el parte policial, se


reconocía que no se contaba con pruebas contundentes que dieran solidez a
la denuncia, basándose en testimonios de terceros que constituían indicios
que no fueron corroborados posteriormente. Más bien en el proceso
administrativo seguido contra C.F.A.D. se constató la intención de separarlo
de la PNP por su supuesta condición de homosexual. El Tribunal concluyó
que ni el test psicológico ni el examen médico constituían pruebas idóneas
para demostrar la supuesta condición de homosexual.

De manera complementaria se dejó sentado en los fundamentos del


magistrado dirimente que la condición de homosexual de una persona no
significaba una disminución de su calidad moral, profesional, mental o
física. En este sentido, la opción sexual de un individuo no podía ser
requisito o condición para determinar su capacidad o aptitud profesional,
incluyendo la actividad policial y castrense. Sostener ello no solo resulta
anacrónico sino atentatorio al principio de dignidad de la persona.
107. Exp. Nº 05527-2008-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Nidia Yesenia Baca
Barturén. Discriminación por razón de sexo (especial
situación de embarazo) en la Policía].

Fecha de resolución: 11 de febrero de 2009


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 13 de febrero de 2009

Temas clave
Derecho a la igualdad - Discriminación laboral por razón de sexo -
Libertad personal - Protección especial de la madre - Régimen
disciplinario militar policial

Resumen
El Tribunal Constitucional declaró fundada la demanda interpuesta a favor
de doña Nidia Yesenia Baca Barturén y ordenó su reincorporación en el
plazo de tres días a la Escuela Superior Técnica de la Policía de Chiclayo,
de la que había sido separada por su condición de gestante, bajo
apercibimiento de aplicarse las medidas coercitivas prescritas en el Código
Procesal Constitucional.

Así lo dispuso en la sentencia el TC, declarando que las Escuelas de


formación de la Policía Nacional del Perú se encuentran impedidas de
separar a alguna alumna y/o cadete por causa de gravidez.

Además, ha ordenado que se remitan copias de lo actuado al Fiscal Penal de


Lambayeque, a fin de que se investigue y determine si los hechos y
comportamientos descritos en los fundamentos de la sentencia constituyen
delitos, y que se notifique la sentencia al Ministerio del Interior y a la
Dirección General de la Policía Nacional del Perú, para la ejecución de lo
ordenado y para que investigue si los hechos constituyen faltas.

En el presente caso, la recurrente se encontraba llevando el curso de oficial


en la Escuela Superior Técnica de la Policía de Chiclayo; alegó que desde
que fue conocida su condición de gestante, sufrió tratos discriminatorios y
otras afectaciones a sus derechos, incluyendo el haber sido internada
injustificadamente en el Hospital Regional de la Sanidad de la Policía de
Chiclayo por las autoridades policiales.

En primer lugar, el Tribunal, en aplicación del artículo VIII del Código


Procesal Constitucional decidió reconvertir el proceso de hábeas corpus
inicialmente planteado en un recurso de amparo, con el fin de pronunciarse
sobre el fondo de la controversia. En segundo lugar, analizó las
obligaciones internacionales del Perú en materia de Derechos de la Mujer,
centrándose en la participación de la mujer en la Policía Nacional.

La discriminación se confirmó por las actuaciones de los demandados en la


Escuela Superior Técnica de la Policía de Chiclayo, quienes una vez que
tomaron conocimiento de que la recurrente estaba embarazada, dificultaron
el ejercicio normal de su formación académica. Para el Tribunal
Constitucional estas acciones constituyen una violación del derecho a la
igualdad de oportunidades, así como del derecho al desarrollo integral de
toda persona.

Finalmente, el Tribunal concluyó que los actos llevados a cabo contra la


recurrente son inconstitucionales puesto que el privar a una alumna del
derecho a la educación y de su formación profesional como policía, por su
mera condición de mujer embarazada, constituía un acto de discriminación
no solo contra la mujer, sino contra el derecho del que está por nacer.
108. Exp. Nº 03816-2009-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por Dan Export S.A.C.
Límites a la importación de vehículos usados son
constitucionales].

Fecha de resolución: 30 de marzo de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 30 de marzo de 2010

Temas clave
Contaminación ambiental - Derecho a la salud - Derecho a la vida -
Derecho al medio ambiente equilibrado y adecuado - Medio ambiente
- Política nacional del ambiente

Resumen
En el presente caso el Tribunal Constitucional precisó que los requisitos
para la importación de vehículos usados establecidos por el Decreto
Supremo Nº 042-2006-MTC y los Decretos de Urgencia Nºs 079-2000 y
086-2000 constituyen una medida legislativa legítima e idónea para
prevenir y proteger la afectación del medio ambiente, específicamente la
contaminación del aire.

De este modo, el Tribunal Constitucional reitera su posición establecida en


las SSTC Exps. Nºs 03610-2008-PA/TC, 03048-2007-PA/TC y 01157-
2008-PA/TC, en las que se determinó que los requisitos para la importación
de vehículos usados busca la protección de un medio ambiente equilibrado
y adecuado como derecho fundamental y obligación del Estado. Ello porque
las sustancias que expelen los vehículos usados son gases irritantes y
vesicantes, contaminantes del aire y extremadamente tóxicos para la salud,
que afectan diferentes órganos y sistemas con un alto riesgo de producir
intoxicación aguda por inhalación y absorción a través de la piel y las
mucosas.

En este sentido, el Tribunal Constitucional señaló que los requisitos para la


importación tienen una finalidad preventiva y reparadora del medio
ambiente, así como de tutela del derecho a la salud. Asimismo, subrayó que
no vulneran ni restringen los derechos fundamentales al trabajo, a la
libertad de empresa y a la libertad de contratación, sino que constituyen
limitaciones legítimas cuya finalidad es tutelar los derechos a la vida y a la
salud.
109. Exp. Nº 05680-2009-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por Félix Wagner Arista
Torres. La Administración Pública no puede imponer al
personal la práctica de ritos y costumbres religiosas por muy
arraigados que estén en el sentir de la población].

Fecha de resolución: 28 de octubre de 2010


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 16 de mayo de 2011

Temas clave
Agotamiento de la vía previa - Conductas lesivas de la libertad
religiosa - Derecho a la igualdad - Derecho a la libertad religiosa -
Derecho a la no discriminación - Estado laico - Religión católica -
Sustracción de la materia

Resumen
El Colegiado consideró que el hecho de que la religión católica se
constituya en un elemento importante en la formación histórica, cultural y
moral del Perú y de que se proclame una evidente colaboración a la misma
promovida desde el propio Estado, no justifica de ninguna manera que en el
ámbito de la Administración Pública se imponga la práctica de costumbres
y ritos religiosos por muy enraizados que estén en el sentimiento de la
mayoría de la población. El nexo entre la Iglesia católica y un Estado puede
existir como factor histórico, cultural y moral, pero no supone
identificación ni asunción de postura oficial alguna, ya que el Estado
peruano es laico y no confesional.

Por lo tanto, utilizar el vínculo institucional creado entre autoridades y


trabajadores para imponer actividades abiertamente confesionales lesiona la
libertad religiosa no solo de quienes no comulgan con la fe católica (sea por
seguir otras doctrinas religiosas, sea por asumir abiertamente posturas
agnósticas), sino incluso de aquellos que, pese a profesar la religión
católica, tampoco tienen por qué verse obligados a que el Estado les diga en
qué momentos o circunstancias deben dedicarse a la práctica religiosa.

Así lo señaló el Tribunal al declarar fundada la demanda de amparo


interpuesta por don Félix Wagner Arista Torres contra el presidente de la
Junta de Fiscales Superiores del distrito de Amazonas, don Oswaldo
Bautista Carranza, ordenando al demandado abstenerse de reiterar en el
futuro las conductas cuestionadas en el proceso, así como las conductas
lesivas al derecho de libertad religiosa del demandante, bajo
apercibimiento, en caso contrario, de aplicar las medidas contempladas en
el Código Procesal Constitucional y remitir copia de los actuados al
Ministerio Público para los fines de ley.

En la demanda se cuestionó una resolución administrativa del mes de enero


de 1999 y también una resolución del Decano Superior expedida el año
2006, tras recordarse que el Ministerio Público del Distrito Judicial de
Amazonas, en diciembre de cada año para la celebración de la Navidad,
disponía el levantamiento de nacimientos en la sede institucional y en cada
una de las fiscalías para recordar la adoración del Niño Jesús por los Reyes
Magos, y además ordenaba rendir culto, todos los días del año, al Niño
Jesús y la Sagrada Familia dentro del local institucional, con lo que se
implantó la costumbre de venerar las sagradas imágenes, religiosamente, de
enero a diciembre de cada año.

El Tribunal Constitucional consideró que la manera como se llevó a efecto


la política institucional supuso establecer como obligación del personal del
Ministerio Público y sus demás dependencias la adoración del Niño Jesús y
la Sagrada Familia a lo largo de un periodo de tiempo determinado. El
Tribunal puso de relieve que, aunque puede ser legítimo que cualquier
autoridad administrativa promueva la participación de sus trabajadores en
ciertas celebraciones religiosas, ello no significa que, so pretexto de las
mismas, todos los trabajadores o subordinados tengan que participar en
estas actividades, porque así lo ordena la jerarquía administrativa.

El Tribunal reiteró que lo que se censuraba no era la identificación con los


postulados de la fe católica de las personas que dirigen un organismo, sino
que lo que se proscribía era la imposición a los trabajadores del
cumplimiento de determinadas actividades de índole religioso,
desconociendo su pleno derecho de no participar en ellas.
110. Exp. Nº 03712-2010-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por Demetrio Pedro Durand
Saavedra. Inscripción de las sanciones en el Registro Nacional
de Sanciones de la Administración Pública no vulnera el
derecho de presunción de inocencia].

Fecha de resolución: 4 de marzo de 2011


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 17 de marzo de 2011

Temas clave
Derecho a la presunción de inocencia - Derecho al honor - Principio de
celeridad - Principio de economía procesal - Principio iura novit curia -
Servidor público

Resumen
Se declaró infundada la demanda de amparo formulada por un ex trabajador
público que solicitaba la suspensión del registro de la sanción impuesta
hasta que se determine en sede judicial la regularidad de su despido.

El Tribunal precisó que la inscripción de las sanciones en el Registro


Nacional de Sanciones de Destitución y Despido no vulnera el derecho a la
presunción de inocencia, debido a que la sanción que se consigna en él es el
resultado de un procedimiento disciplinario en el cual el empleado público
tuvo la oportunidad de ejercer su derecho de defensa.

Asimismo, puntualizó que este Registro según las Leyes Nºs 27444, 27815
y el D.S. Nº 089-2006-PCM, es un sistema electrónico que permite a las
entidades de la Administración Pública registrar las sanciones de
destitución o despido, así como las infracciones al Código de Ética de la
Función Pública, las inhabilitaciones ordenadas por el Poder Judicial, entre
otras, que causen la inhabilitación de los empleados públicos.

En efecto, no puede considerarse que el Registro vulnere el derecho a la


presunción de inocencia por cuanto él no es el que le impone de modo
propio la sanción de destitución o despido, sino que simplemente se encarga
de inscribir la sanción que una entidad de la Administración Pública o el
Poder Judicial le ha impuesto a un empleado público, por lo que no puede
concluirse que se afecte el derecho a la presunción de inocencia.

En tal sentido, el Tribunal Constitucional consideró necesario precisar que


el hecho de que un ex empleado público venga cuestionando mediante un
proceso judicial la sanción de destitución o despido que se le haya impuesto
no supone, por sí mismo, que el Registro precitado tenga la obligación de
levantar o eliminar temporalmente la sanción que tiene registrada mientras
dure el proceso judicial, porque en tanto no sea declarada nula o
inconstitucional, se presume que es legítima, por lo que resulta evidente que
el Registro no tiene la competencia ni la facultad de evaluar la regularidad
de la sanción de destitución o despido antes de registrarla.

En todo caso, si el demandante considera que la inscripción de la sanción en


el Registro mencionado tiene que ser suspendida deberá solicitarlo en el
proceso judicial que viene cuestionando la regularidad de la sanción de
destitución o despido que le impuso su empleador, a fin de que el juez que
conoce el proceso evalúe la fundabilidad de su pedido.

Finalmente, el Tribunal Constitucional considera que el mencionado


Registro tampoco vulnera el derecho al honor, por cuanto no contiene
ninguna expresión, idea o pensamiento que agravie o critique al
demandante por ser un ex empleado público sancionado, sino que
simplemente se limita a registrar y señalar la sanción que se le impuso, así
como la inhabilitación, sin que exprese alguna valoración crítica sobre su
comportamiento como ex empleado público.
111. Exp. Nº 00863-2011-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por C & S Nippon Auto
Parts S.R.L. y otros. El TC rechaza la posibilidad de seguir
importando motores, repuestos, partes y piezas usadas para
vehículos automotores].

Fecha de resolución: 19 de setiembre de 2011


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 22 de setiembre de 2011

Temas clave
Actos lesivos homogéneos - Apelación por salto - Doctrina
jurisprudencial - Juicio de comparación - Litisconsortes - Protección
del medio ambiente - Represión de actos lesivos homogéneos -
Seguridad jurídica

Resumen
El Tribunal Constitucional rechazó la pretensión de un grupo de personas
naturales y empresas importadoras de autopartes que solicitaban acogerse a
una sentencia favorable sin haber sido parte de un proceso de amparo con la
finalidad de seguir importando vehículos usados, motores, repuestos, partes
y piezas usadas para vehículos automotores.

El Tribunal declaró nula la resolución que concedió la apelación contenida


en el Expediente Nº 0863-2011-PA y, en consecuencia, improcedentes los
recursos interpuestos por una serie de empresas que no fueron parte del
proceso de amparo que declaró fundada la demanda interpuesta por Nippon
Auto Parts S.R.L. y otros, e inaplicable a su caso el artículo 2 del Decreto
Supremo Nº 017-2005-MTC, que establecía la suspensión para quienes no
cumplieran los requisitos para la importación de motores, partes, piezas y
repuestos usados de uso automotor.
Mediante el proceso de amparo las empresas demandantes pretendían la
inaplicación del Decreto Supremo Nº 003-2008-MTC, a efectos de seguir
importando los motores y repuestos automotores, porque, a su juicio, este
era un acto lesivo similar al estatuido por el Decreto Supremo Nº 017-2005-
MTC.

El Tribunal reiteró que jurídicamente no podía pronunciarse respecto del


referido grupo de empresas y personas naturales que, no habiendo obtenido
pronunciamiento favorable en el proceso de amparo contenido en el
Expediente Nº 1576-2007-PA, también solicitaron, con los mismos
argumentos, beneficiarse con dicha sentencia.

El Tribunal argumentó en su sentencia que tal pedido carecía de sustento


jurídico, toda vez que no podía afirmarse la existencia de dicha figura sino
se presentaba el elemento subjetivo (identidad de la persona afectada), tal
como lo venía exigiendo en reiterada jurisprudencia.
112. Exp. Nº 03891-2011-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por César José Hinostroza
Pariachi. Amparo contra el CNM en materia de destitución y
ratificación de jueces y fiscales. Se precisa que el derecho a la
debida motivación de las resoluciones importa que la
administración exprese las razones o justificaciones objetivas
que llevan a tomar una determinada decisión.

Fecha de resolución: 16 de enero de 2012


Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 25 de enero de 2012

Temas clave
Acceso a la función pública - derecho a la motivación - derecho al
debido proceso

Resumen
En la presente causa el Tribunal Constitucional discrepó del
pronunciamiento del juez de primera instancia, el mismo que fue
confirmado en segunda instancia, y que dispuso el rechazo liminar de la
demanda de amparo, señalando que no se ha tenido en cuenta que lo que
aquí se cuestiona es el acuerdo adoptado por el Consejo Nacional de la
Magistratura que decide no nombrar al actor en el cargo al que postuló,
supuesto totalmente distinto al previsto por el artículo 5.7 del Código
Procesal Constitucional, que prescribe que no proceden los procesos
constitucionales cuando se cuestionen las resoluciones definitivas en
materia de destitución y ratificación de jueces y fiscales.

En este sentido, consideró que aun correspondiendo se derive los actuados


al juez de origen a fin de que admita a trámite la demanda, sería inútil e
injusto obligar al demandante a transitar nuevamente por la vía judicial para
llegar a un destino que, a la luz de los hechos y medios probatorios obrantes
en autos, permiten revisar la cuestión controvertida. Más aún considerando
que se trata de un asunto de puro derecho y, además, que la tutela de
urgencia está suficientemente acreditada en la medida que en el concurso al
que postuló el actor quedó pendiente una plaza vacante.

Señaló que el caso de autos responde a un supuesto particular derivado del


hecho de que el actor ocupaba el primer lugar en el orden de méritos luego
de superadas todas las etapas de la evaluación y, a pesar de ello, no fue
nombrado en el cargo al que postuló, razón por la cual pretendió que se
declare la nulidad del acuerdo que decidió no nombrarlo, y por ende, se
produzca un nuevo acto de votación de parte de los miembros del CNM
habida cuenta que aún existe una plaza vacante y que dicho acuerdo no
reúne las garantías constitucionales de un debido proceso y una adecuada
motivación.

El Tribunal ha establecido en más de una oportunidad que el derecho al


debido proceso previsto por el artículo 139.3 de la Constitución, aplicable
no solo a nivel judicial sino también en sede administrativa e incluso entre
particulares, supone el cumplimiento de todas las garantías, requisitos y
normas de orden público que deben observarse en las instancias procesales
de todos los procedimientos, incluidos los administrativos y conflictos entre
privados, a fin de que las personas estén en condiciones de defender
adecuadamente sus derechos ante cualquier acto que pueda afectarlos.

Así, el debido proceso administrativo supone, en toda circunstancia, el


respeto –por parte de la administración pública o privada– de todos los
principios y derechos normalmente invocables en el ámbito de la
jurisdicción común o especializada, a los cuales se refiere el artículo 139 de
la Constitución (juez natural, juez imparcial e independiente, derecho de
defensa, etc.).
También se ha precisado que el derecho al debido proceso, comprende, a su
vez, un haz de derechos que forman parte de su estándar mínimo, entre los
cuales está el derecho a la motivación de las resoluciones, el cual importa
pues que la Administración exprese las razones o justificaciones objetivas
que le llevan a tomar una determinada decisión. Esas razones, por lo demás,
pueden y deben provenir no solo del ordenamiento jurídico vigente y
aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados en el
trámite del proceso. Así, enfatizó que toda decisión que carezca de una
motivación adecuada, suficiente y congruente, constituirá una decisión
arbitraria y, en consecuencia, será inconstitucional.

En el caso concreto, el Tribunal Constitucional determinó que se había


violado el derecho a un decisión debidamente motivada, por cuanto
consideró que la motivación realizada por los miembros del CNM, si bien
da cuenta de las razones mínimas y fundamentos legales que sustentan su
decisión de nombrar al actor en el cargo de fiscal supremo al que postuló,
esta es solo aparente, formal y arbitraria, al carece de justificaciones
objetivas que, por lo demás, debió provenir de los propios hechos
debidamente acreditados en el trámite del proceso de evaluación materia del
concurso público al que postuló el actor.

Adicionalmente el Tribunal Constitucional advirtió que la controversia de


autos tenía también estrecha vinculación con el derecho de acceso a la
función pública, cuyo contenido incluye las siguientes facultades: a)
acceder o ingresar a la función pública; b) ejercerla plenamente; c) ascender
en la función pública, y; d) condiciones iguales de acceso. Así, el
Colegiado, consideró que en el caso concreto y, dado que el actor ocupaba
el primer lugar en el cuadro de méritos, y que objetiva y razonablemente no
se había acreditado responsabilidad alguna en los hechos que se le
imputaban, también se vulneró el derecho de acceso a la función pública
previsto en el artículo 23, numeral 1, literal c), de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos que conforma el ordenamiento jurídico peruano.
113. Exp. Nº 00037-2012-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Scotiabank Perú S.A.A.
Se declara inconstitucional la interpretación literal del
artículo 3.3 del Reglamento de la Ley de Ejecución Coactiva,
sostenida por la Corte Suprema de Justicia de la República,
que imponía a las municipalidades distritales y provinciales
de todo el país la obligación de que sus ejecutores coactivos
estén acreditados ante todas las entidades mencionadas en la
referida norma como requisito previo para hacer efectivas sus
acreencias].
Fecha de resolución: 25 de enero de 2012
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 21 de junio de 2012

Temas clave
Amparo contra resoluciones judiciales - Autonomía municipal -
Derecho a la motivación de las resoluciones judiciales - Derecho a la
seguridad jurídica - Interdicción de la arbitrariedad - Proscripción del
abuso del derecho

Resumen
En el presente caso se plantea el problema relacionado con la interpretación
de la primera parte del artículo 3.3 del Reglamento de la Ley de
Procedimiento de Ejecución Coactiva, según el cual “solo los Ejecutores
Coactivos debidamente acreditados ante las entidades del sistema financiero
y bancario, la Policía Nacional del Perú, las diferentes oficinas registrales
del territorio nacional y ante el Banco de la Nación, podrán ordenar
embargos o requerir su cumplimiento (…)”; y en cuya aplicación se
sustenta la resolución judicial que la recurrente cuestiona en su demanda,
por afectar su derecho a la motivación de las resoluciones judiciales e
imponer una carga demasiado gravosa a los ejecutores coactivos en su labor
de cobranza.

El Tribunal señaló respecto al mencionado cuestionamiento que si bien,


conforme a la reiterada jurisprudencia constitucional, la interpretación de
las normas ordinarias es una competencia propia de la justicia ordinaria,
existen casos en los que el Colegiado se encuentra habilitado para emitir un
pronunciamiento respecto de la interpretación de la ley, precisamente
cuando tal interpretación incida de modo arbitrario en determinados
derechos fundamentales.

El Tribunal apreció que, en criterio de la Sala Civil Permanente, no solo


resulta que los ejecutores coactivos deben estar acreditados ante todas las
entidades taxativamente señaladas en el artículo 3.3 del Reglamento de la
Ley de Ejecución Coactiva para hacer cumplir sus mandatos, sino que
también tales entidades están obligadas a exigir el cumplimiento
escrupuloso de dicha acreditación pudiendo negarse en su criterio a ejecutar
medidas cautelares que no satisfagan el mencionado requisito.

A juicio del Tribunal Constitucional tal razonamiento vulnera el derecho a


la motivación de las resoluciones judiciales en un doble sentido: en primer
lugar, porque los argumentos brindados por la Sala Civil Permanente están
insuficientemente motivados, pues no resuelven con un mínimo de
solvencia la causal de casación formulada en su momento por la parte
demandante, limitándose a realizar una “interpretación literal” del
mencionado artículo, obviando expresar las razones de fondo por las cuales
desestimaba la tesis interpretativa formulada por Scotiabank, consistente en
afirmar que los ejecutores coactivos solo debían estar acreditados ante la
entidad ante la cual pretendían hacer efectivo el cobro de su acreencia, y no
ante todas las entidades mencionadas en la norma en cuestión; en segundo
lugar, porque incurre en un supuesto de motivación incongruente al
momento de enunciar un argumento ultra petita que no había sido invocado
por el demandante, pues desvinculándose de los términos estrictos de la
causal de casación invocada fue más allá en la definición de un supuesto
deber de los terceros (entidades bancarias) de exigir a los ejecutores
coactivos, bajo responsabilidad, su acreditación ante todas las entidades a
que se refiere el artículo 3.3 del Reglamento de la Ley de Ejecución
Coactiva, como requisito para proceder a la retención de los fondos
correspondientes.

Es así que el Tribunal Constitucional para constatar si la interpretación


realizada por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la
República resulta indebidamente motivada, arbitraria o irrazonable, realizó
el respectivo control constitucional aplicando el test de proporcionalidad a
la resolución de autos.

Consideró que la interpretación formulada por la Sala emplazada en la


resolución de autos implica, prima facie, una afectación a la garantía
institucional de la autonomía municipal en su dimensión institucional
reconocida en el artículo 194 de la Constitución, en la medida que impone a
las municipalidades distritales y provinciales de todo el país la obligación
de que sus ejecutores coactivos estén acreditados ante todas las entidades
mencionadas en el artículo 3.3 del Reglamento de la Ley de Ejecución
Coactiva como requisito previo para hacer efectivas sus acreencias.

Del examen de idoneidad, concluyó que la medida adoptada, esto es,


interpretar que la lista de entidades que establece el artículo 3.3 del
Reglamento de la Ley de Ejecución Coactiva es una lista taxativa, es
adecuada o conducente al objetivo que se pretende lograr con la
interpretación sostenida por la Sala consiste en evitar el fraude en los
procedimientos de ejecución coactiva al impedir que terceros no
autorizados y legitimados por la entidad correspondiente pretendan la
ejecución de embargos inexistentes, es decir, impedir el abuso del derecho,
favorecer la seguridad jurídica y legitimar la acción de los ejecutores
coactivos.

Del examen de necesidad, concluyó que la interpretación sostenida por la


Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República no
resulta absolutamente necesaria para la consecución del objetivo que se
pretende, pues el mismo objetivo pudo haberse logrado mediante una
interpretación distinta, igualmente idónea al fin previsto, pero menos
restrictiva de la garantía institucional de la autonomía municipal antes
aludida, cuál era entender que la acreditación solo resultaba exigible ante la
entidad frente a la cual el ejecutor coactivo pretende hacer efectiva su
acreencia, por lo que declara inconstitucional la interpretación del citado
dispositivo (norma o sentido interpretativo) realizada por los jueces
supremos, por resultar irrazonable y desproporcionada.

Señaló, a su vez, que cosa distinta se desprende de la ratio legis de la norma


en cuestión, cual es vincular la acreditación exigida con la naturaleza de la
medida cautelar que va a ser ejecutada: así, si se tratara de un embargo en
forma de secuestro que requiere el auxilio de la fuerza pública lo razonable
será exigir que el ejecutor coactivo esté acreditado ante la Policía Nacional
del Perú; tratándose de un embargo en forma de inscripción, deberá estarlo
ante la oficina registral correspondiente; mientras que, tratándose de un
embargo en forma de retención, como en el caso de autos, bastará con que
el ejecutor coactivo esté acreditado ante la entidad financiera
correspondiente; requisito este último que, como consta de los actuados, fue
verificado y cumplido a cabalidad tanto por Scotiabank S.A.A. como por el
ejecutor coactivo.

Por lo mencionado, respecto al examen de proporcionalidad en sentido


estricto, el Tribunal Constitucional observó que la Sala Civil demandada
tampoco ha realizado una adecuada ponderación de los bienes y derechos
en conflicto, pues otorgó mayor peso, sin mayor fundamento, al valor de la
seguridad jurídica en el sistema de acreditación de los ejecutores coactivos,
en detrimento de la garantía institucional de la autonomía municipal y de la
propia eficacia del sistema de ejecución coactiva en su conjunto, más aún,
cuando ello condujo a la afectación del derecho fundamental a la
motivación de las resoluciones judiciales al imponer un requisito de
imposible cumplimiento a las entidades estatales para hacer efectivas sus
acreencias a través del sistema financiero, desconociendo de este modo la
innegable importancia que ostenta para el Estado la regularidad y
permanencia de dicho sistema.
114. Exp. Nº 00319-2013-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por la Sociedad Agrícola San
Agustín S.A. Indemnización justipreciada por expropiación
no es un hecho imponible del Impuesto a la Renta].
Fecha de resolución: 19 de junio de 2013.
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: el 16 de setiembre de 2013

Temas clave
Expropiación - Impuesto a la Renta - Exoneración tributaria

Resumen
En el presente caso el Tribunal Constitucional en su STC Exp. Nº 00319-
2013-
PA/TC declaró fundada la demanda de amparo interpuesta por Sociedad
Agrícola San Agustín contra la Superintendencia Nacional de Aduanas y
Administración Tributaria (Sunat) que tenía por objeto la inaplicación del
artículo 5 del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta, que gravó con dicho
impuesto, la indemnización justipreciada por la expropiación de un fundo
para ampliar las instalaciones del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.

En consecuencia, el TC advierte que el supuesto de “expropiación”


contenido en el artículo 5 del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta no se
identifica con un hecho imponible del Impuesto a la Renta, pues la
naturaleza del pago de la indemnización justipreciada se encuentra
destinada a buscar el equilibrio económico del sujeto pasivo de la
expropiación, mas no la generación de “renta” en los términos para los que
ha sido creado dicho impuesto, razón por la cual corresponde estimar la
demanda, como señala el fundamento 30.
Asimismo, el TC manifestó que los fundamentos expuestos en la presente
sentencia no deben ser entendidos como una forma de exoneración
tributaria, pues del estudio del caso, se advierte que la incorporación de la
“expropiación” como un hecho imponible del Impuesto a la Renta,
distorsiona en sí mismo la finalidad de dicho impuesto, pues según la Sunat
se busca la existencia de rentas producto de la “ganancia de capital”, sin
embargo, el pago de la indemnización justipreciada tiene por finalidad el
equilibrio económico del sujeto pasivo de la expropiación, lo que evidencia
la inexistencia de renta y por tanto la imposibilidad de la imposición
legítima del referido impuesto.
115. Exp. Nº 00937-2013-PHD/TC
[La asociación Lumen Gentium presenta demanda de hábeas
data contra la Sunat por no hacer públicas circulares de uso
interno que produce la entidad tributaria. El Tribunal
Constitucional señala que las pautas de acción generales
elaboradas por los abogados de la Administración Tributaria
para aplicar sanciones no tienen carácter confidencial].
Fecha de resolución: 28 de noviembre de 2013
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 27 de marzo de 2014

Temas clave
Información pública - Circulares de la Sunat - Ley de transparencia y
acceso a la información

Resumen
El Tribunal Constitucional ha establecido que las circulares elaboradas por
la Sunat constituyen información pública y son de libre acceso por la
ciudadanía. Dichas circulares, que son dirigidas al personal de la Sunat y
tienen por objetivo regular la facultad discrecional para aplicar multas y
beneficios tributarios, no pueden ser consideradas de carácter confidencial.
La razón, precisa el Colegiado, es que no constituyen “estrategia legal
aplicable a un específico procedimiento en trámite”.

La Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, Ley Nº 27806,


establece diversas excepciones al ejercicio del derecho de los ciudadanos de
acceder a la información pública. Una de ellas es la información preparada
por los abogados de las entidades del Estado cuya publicidad pudiera
revelar la estrategia a adoptarse en la tramitación o defensa en un proceso
administrativo o judicial (art. 15-B, inc. 4).
Pues bien, el TC considera que el hecho de que la circular “señale pautas de
acción para el personal de la Sunat que labora en determinadas áreas y que
estas posiblemente hayan sido elaboradas por los abogados de la institución
para regular adecuadamente su facultad de discrecionalidad en la
imposición de sanciones en supuestos específicos (…) no identifica la
existencia de una estrategia legal aplicable a un expediente administrativo
en trámite”. Así lo ha establecido en su STC Exp. Nº 00937-2013-PHD/TC.

Por tal razón, Sunat no puede negar a los contribuyentes el acceso a tales
circulares. Su difusión, sostiene el TC, no revela “estrategias legales” en la
tramitación e inicio de procedimientos administrativos y de fiscalización,
que podrían perjudicar a la Administración Tributaria.

Y es que la excepción al derecho de acceso a la información pública que


regula la ley solo hace referencia a la “estrategia legal” que se aplica a un
determinado proceso administrativo (caso concreto) y únicamente por el
tiempo que dura su tramitación (criterio temporal). Situación que no se
observa en las circulares de la Sunat, ya que tienen carácter
general (“Políticas generales para desincentivar la evasión tributaria”), antes
que particular.

En efecto, “la excepción [que regula la Ley Nº 27806] expresamente exige


la existencia de una procedimiento administrativo en curso para restringir
constitucionalmente información”, afirma el Colegiado.
116. Exp. Nº 00005-2010-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por Unitronic S.R.L. El TC
como doctrina jurisprudencial ha declarado límites a la
potestad discrecional de la Sunat].
Fecha de la resolución: 29 de enero de 2014
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 13 de marzo de 2014

Temas clave
Administración Tributaria - Tribunal Fiscal - Cobranza coactiva -
Notificación conjunta - Medidas cautelares de embargo - Deuda
tributaria - Recurso de queja

Resumen
El TC en la sentencia bajo comento ha sentado jurisprudencia muy
importante relacionada con el procedimiento de cobranza coactiva en
materia tributaria, estableciendo tres reglas vinculantes que deberán ser
observadas por la Administración Tributaria y el Tribunal Fiscal:

1. La nulidad de la notificación conjunta de la orden de pago y la


resolución de ejecución coactiva;

2. La prohibición de trabar medidas cautelares que excedan en demasía el


monto adeudado como del dictado de diversas mediadas cautelares
cuando con solo una se asegure el cobro de la deuda tributaria; y,

3. La presentación del recurso de queja ante el Tribunal Fiscal como vía


previa al proceso de amparo para cuestionar el procedimiento de
ejecución coactiva.
Respecto a la primera, el Colegiado no hace sino reiterar lo que había
establecido en la STC Exp. Nº 03797-2006-PA/TC y por el cual declaró
inconstitucional por atentatorio al debido proceso y en particular del
derecho de defensa la “notificación conjunta de dos valores de distinta
naturaleza”. De esta forma, la Administración Tributaria deberá esperar a
que la orden de pago se haga exigible para proceder a notificar la
Resolución de Ejecución Coactiva.

Sobre la segunda, el TC obliga a la Administración Tributaria a no


excederse en el uso simultáneo de dichas medidas y a cortar todo embargo o
retención que exceda el monto adeudado. En ese sentido, la sentencia obliga
a levantar las medidas cautelares excesivas.

Finalmente, el tercer postulado señala que los contribuyentes tienen


habilitado el recurso de queja (art. 155 del Código Tributario) ante la
existencia de actuaciones o procedimientos que afecten o infrinjan lo
establecido por el Código mencionado. Se precisa que de acuerdo con el
señalamiento de los plazos, el recurso de queja resulta ser un procedimiento
administrativo bastante expeditivo respecto a los procesos constitucionales.
117. Exp. Nº 04617-2012-PA/TC
[Amparo promovido por Panamericana Televisión contra la
Sunat. Tribunal Constitucional declara inexigible deuda
tributaria de Panamericana Televisión].
Fecha de la resolución: 12 de marzo de 2014
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 11 de abril de 2014

Temas clave
Desgravación tributaria - Administrador judicial - Sunat

Resumen
Para el Tribunal Constitucional, el Estado peruano es el responsable del
desmesurado incremento de la deuda tributaria de la casa televisora
generada por el actuar doloso de Genaro Delgado Parker. Esto porque fue el
Poder Judicial quien lo designó como administrador judicial (su
representante) a través de cuestionables resoluciones, y despojó a la actual
administración del control del canal de televisión.

En efecto, tales pronunciamientos judiciales son discutibles, argumenta el


TC, “no solo por haberse recurrido a jueces incompetentes en razón del
territorio, sino porque, en buena cuenta, pretendieron arrebatárselo a sus
legítimos propietarios a través de espurias medidas cautelares y posteriores
intentos de modificar la participación accionaria”.

Además, precisó que el incremento de la deuda tributaria también se generó


por la desidia de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria
(Sunat), pues, pese a contar esta con las herramientas necesarias para cobrar
la deuda, no las empleó oportunamente. En ese sentido, agrega que si bien
la entidad tributaria cuenta con facultades discrecionales, estas no pueden
amparar el trato exageradamente permisivo que se le brindó a Panamericana
Televisión.

Finalmente, el TC concluye que pretender cobrar a la actual gestión el


íntegro de la deuda tributaria dejada de pagar por Panamericana es
arbitrario y carente de racionalidad, por constituir una suerte de
“expropiación judicial” que vulnera el derecho de propiedad.

Bajo estos argumentos, el TC declaró fundada la demanda de amparo (STC


Exp. Nº 04617-2012-PA/TC) interpuesta por el representante legal de la
televisora contra la Sunat, e inexigible a Panamericana Televisión S.A. la
deuda tributaria generada durante la administración de Genaro Delgado
Parker –entre el 24 de febrero de 2003 y el 8 de junio de 2009– por lesionar
el derecho de propiedad.
118. Exp. Nº 03552-2013-PHD/TC
[Proceso de hábeas data promovido por Héctor Barrenechea.
Cuando las entidades públicas no hayan previsto en sus
TUPA el costo de reproducir determinada información no
pueden cargar al administrado con cualquier monto
arbitrario].
Fecha de resolución: 14 de marzo de 2014
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 16 de junio de 2016

Temas clave
TUPA - Acceso a la información pública - Costo de reproducción

Resumen
La STC Exp. Nº 03552-2013-PHD/TC, declaró fundada la demanda de
hábeas data interpuesta por un ciudadano contra el Gerente de Desarrollo
Urbano y el Procurador Público de la Municipalidad Distrital de San Martín
de Porres. La razón fue porque aquel municipio requirió del usuario, le
entregue la copia de un plano de lotización y de la resolución que lo aprobó,
obrante en un expediente administrativo. Para ello, le exigió el pago de S/
30.00 (treinta y 00/100 soles) por costos de reproducción.

Para el Tribunal Constitucional, la exigencia de abonar treinta soles por la


copia de un plano resultaba excesiva y vulneradora del derecho de acceso a
la información pública, por cuanto el precio en el mercado es menor. Si bien
no se acreditó cuál es el costo real de reproducción de la copia del plano de
lotización o su precio en el mercado, el Colegiado tuvo presente que el
demandante alegó en sus recursos ante la administración que este no
excedía los cinco soles y ello no fue cuestionado por la entidad demandada.
Ante esta situación, determinó la necesidad de que el juez de ejecución
determine el costo real de reproducción de un plano de lotización.

Finalmente, cabe destacar que ante el descubrimiento de que el costo de


reproducción de un plano de lotización no se encuentra previsto en el TUPA
de la municipalidad demandada, afirmó que esta incumple la Ley Nº 27806,
que establece la obligación de que las entidades fijen los mencionados
costos en dicho instrumento. Por ello, al estimar la demanda, el Colegiado
no solo ordenó que el municipio devuelva el monto pagado en exceso, sino
que también le recomendó a que adecue su TUPA de acuerdo con la
normativa vigente.
119. Exp. Nº 04293-2012-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por el Consorcio Requena.
Mediante esta decisión se deja sin efecto el precedente
vinculante que autorizaba a los tribunales administrativos
aplicar el control difuso de constitucionalidad].
Fecha de resolución: 18 de marzo de 2014
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 14 de abril de 2014

Temas clave
Control difuso - Tribunales administrativos - Precedente vinculante

Resumen
El Tribunal Constitucional (TC) dejó sin efecto el precedente vinculante
establecido en el año 2006 en el caso Salazar Yarlenque (Exp. Nº 03741-
2004-AA/TC, sentencia y aclaración) que confería a los tribunales y
órganos colegiados de la Administración Pública con carácter nacional, la
facultad de inaplicar normas contrarias a la Constitución.
En consecuencia, al resolver casos concretos, los entes administrativos no
tienen competencia ni facultad para controlar la constitucionalidad de la
norma aplicable a un caso concreto (es decir, inaplicar la norma). Esto, sin
perjuicio de la obligación que tienen de respetar, cumplir y defender la
Constitución, los derechos fundamentales y bienes constitucionales.

A juicio de los magistrados constitucionales, en dicha ocasión (caso Salazar


Yarlenqué) no se respetaron las reglas formales para el establecimiento de
un precedente vinculante contenidas en la STC Exp. Nº 00024-2003-AI/TC.
Al respecto, indicaron que no existía vacío legislativo, ni interpretaciones
contradictorias, respecto de a quién le correspondía ejercer control difuso
que hubiese justificado un pronunciamiento por parte del Tribunal
Constitucional (arts. 38, 51 y 138 de la Constitución). Asimismo, y en
cuanto a las razones materiales para dejar sin efecto el control difuso
administrativo, el Colegiado señaló que permitir que un tribunal
administrativo integrante del Poder Ejecutivo controle la constitucionalidad
de las normas emitidas por el Poder Legislativo afecta el sistema de control
dual de la jurisdicción constitucional (control concentrado y control difuso),
y por ende, el control el principio de división de poderes. Argumenta el TC
que la potestad de ejercer control difuso “solo se encuentra reservada para
aquellos órganos constitucionales que, como el Poder Judicial, el Jurado
Nacional de Elecciones o el propio Tribunal Constitucional, ejercen
funciones jurisdiccionales en las materias que les corresponden y no para
los órganos de naturaleza o competencias eminentemente administrativas”.
Además, explicó que no existe un procedimiento de consulta que permita
que un órgano jerárquicamente superior revise el ejercicio del control difuso
por parte de los tribunales administrativos, como sí ocurre en el caso de los
órganos jurisdiccionales que elevan sus sentencias a la Corte Suprema para
que esta revise el control constitucional efectuado. Dicha omisión acarrea –
según el Colegiado– que las decisiones de la Administración en las que se
haya aplicado control difuso adquieran la calidad de cosa decidida
independientemente de si se ha actuado en conformidad o no a la
Constitución. No solo ello, al realizar control difuso administrativo el
Ejecutivo estaría ejerciendo la potestad de controlar la constitucionalidad de
una ley, cuando conforme a la Constitución solo le correspondería acatarla.

Por lo expuesto, el TC sentenció en el Expediente Nº 04293-2012-PA/TC


que conceder facultades a los tribunales administrativos para ejercer el
control difuso lleva a quebrar el equilibrio entre democracia y
constitucionalismo, al permitir que quien por imperio de la Constitución no
posee legitimidad directa y expresa pueda hacer ineficaces las normas
jurídicas vigentes.
120. Exp. Nº 05409-2013-PHD/TC
[Hábeas data interpuesto por Aparicio Espino. El Tribunal
Constitucional establece que el autoavalúo está protegido por
la reserva tributaria].
Fecha de resolución: 3 de julio de 2014
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 29 de agosto de 2014

Temas clave
Autoavalúo - Reserva tributaria - Acceso a la información pública

Resumen
El Tribunal Constitucional en su STC Exp. Nº 05409-2013-PHD/TC ha
señalado que el autoavalúo contiene información confidencial al estar
protegido por la reserva tributaria y referirse a datos personales, cuya
publicidad constituye una invasión a la intimidad.

Este criterio fue expuesto en el proceso de hábeas data que inició Fernando
Aparicio Espino contra el Servicio de Administración Tributaria de Trujillo
(SATT). Aparicio Espino solicitó a la referida entidad estatal copias de las
declaraciones juradas de autoavalúo de los predios de sus familiares Gloria
Espino Flores y María Espino Muñoz. Sin embargo, el SATT rechazó el
pedido indicando que no podía entregar la información solicitada, debido a
que esta tiene carácter “reservado”.

Tras el rechazo de su solicitud, Aparicio Espino interpuso demanda de


hábeas data, aduciendo que se habría afectado su derecho de acceso a la
información pública. A continuación, las demandas fueron rechazadas por
las instancias del Poder Judicial bajo el argumento de que los documentos
requeridos estaban resguardados por la reserva tributaria. De esta forma,
tras interponerse recurso de agravio constitucional, ambos casos llegaron al
Tribunal Constitucional (SSTC Exps. Nºs 08217-2013-PHD/TC y 05409-
2013-PHD/TC).

Con argumentos sustancialmente idénticos, los magistrados constitucionales


concluyeron que el SATT no afectó el derecho de acceso a la información
pública del demandante al rechazar su solicitud de acceder al autoavalúo de
los predios de sus familiares.

El TC consideró que el autoavalúo resulta un indicador del nivel de


ingresos de un ciudadano, cuyo libre acceso puede generar perjuicios de
diversa índole en la vida privada del titular de los datos, razón por la cual se
encuentra justificada la restricción de acceso a la información por parte de
terceros.
121. Exp. Nº 00791-2014-PA/TC
[Auto sobre recurso de reposición promovido por el Consejo
Nacional de la Magistratura. El Tribunal Constitucional dejó
sin efecto, por unanimidad, orden dada por el anterior
colegiado al Consejo Nacional de la Magistratura de nombrar
a Mateo Castañeda Segovia como Fiscal Supremo].
Fecha de resolución: 15 de julio de 2014
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 15 de julio de 2014

Temas clave
Nulidad de sentencias - Motivación de resoluciones - Consejo
Nacional de la Magistratura - Órganos autónomos

Resumen
El Tribunal Constitucional (TC) dejó sin efecto, por unanimidad y mediante
auto recaído en el Expediente Nº 00791-2014-PA/TC, la orden dada por el
anterior colegiado al Consejo Nacional de la Magistratura (CNM)
consistente en nombrar a Mateo Castañeda Segovia como Fiscal Supremo;
decisión que obedece al hecho de haberse acreditado la vulneración de la
cosa juzgada y la afectación de las competencias constitucionales del CNM.

Como se recuerda, este caso se remonta al 16 de enero de 2012, fecha en la


cual el pleno del TC dictó sentencia ordenando al CNM que emita un nuevo
acuerdo, debidamente motivado, pronunciándose respecto de la postulación
del recurrente a ser nombrado como Fiscal Supremo.

Ante el supuesto incumplimiento del CNM, el colegiado anterior expidió


una nueva resolución el 9 de setiembre de 2013 disponiendo, por mayoría,
que dicho órgano constitucional autónomo proceda a nombrar entre Mateo
Castañeda o César Hinostroza para desempeñarse en el referido cargo.

Sobre el particular, el actual Colegiado Constitucional, luego de reparar en


que esta última decisión modificó los alcances de la sentencia –pues esta
solo disponía un nuevo pronunciamiento motivado, mientras que la segunda
resolución ordenaba que se nombre entre dos postulantes, yendo más allá de
la cosa juzgada– declaró la nulidad de todo lo actuado desde la mencionada
resolución del 9 de setiembre de 2013.

Esta nulidad, naturalmente, también comprende la resolución dictada el 8


de mayo de 2014 por la cual se ordenó que el CNM nombre al recurrente
como Fiscal Supremo una vez que exista la plaza correspondiente.

Asimismo, luego de analizar la motivación contenida en el acta de la sesión


plenaria extraordinaria del CNM, de fecha 29 de noviembre de 2012
(Acuerdo Nº 1615-2012) del CNM en virtud del cual no se nombró al
recurrente como Fiscal Supremo, así como teniendo en cuenta que se estaba
ante un proceso de selección y nombramiento, el nuevo colegiado estimó
que en la decisión del CNM se advierte la existencia de los elementos
principales de la motivación que justifican legítimamente dicho acuerdo.

En ese sentido, el TC ha declarado que el CNM ha cumplido con motivar de


modo suficiente su decisión de no nombrar al recurrente como Fiscal
Supremo, por lo que ha dispuesto el archivo definitivo del presente proceso.
Finalmente, el Tribunal Constitucional sustenta su pronunciamiento en el
respeto irrestricto que se debe exhibir ante las competencias exclusivas que
están reservadas al CNM de nombrar fiscales, lo que, a su vez, determina la
imposibilidad jurídica de que un juez se arrogue dicha facultad.
122. Exp. Nº 06167-2005-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por Fernando
Cantuarias Salaverry. Ámbito constitucionalmente protegido
del arbitraje].
Fecha de resolución: 28 de febrero de 2006
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 9 de marzo de 2006

Temas clave
Agotamiento de la vía previa - Autonomía de la voluntad - Control
constitucional de la jurisdicción arbitral - Derecho a la tutela procesal
efectiva - Derecho al debido proceso - Hábeas corpus preventivo -
Hábeas corpus reparador - Investigación fiscal - Principio arbitral de la
kompetenz-kompetenz - Principio de interdicción de la arbitrariedad

Resumen
El 9 de marzo de 2006, el Tribunal Constitucional (TC) publicó la
Sentencia Nº 06167- 2005-PHC/TC, precisando que la institución del
arbitraje gozaba de independencia jurisdiccional y que, por tanto, no podía
entenderse como un mecanismo que desplazaba al Poder Judicial, ni
tampoco como su sustitutorio, sino como una alternativa que
complementaba el sistema judicial, puesta a disposición de la sociedad para
la solución pacífica de las controversias.

Igualmente, el TC reiteró la plena vigencia del principio de la kompetenz-


kompetenz, previsto en el artículo 39 de la Ley General de Arbitraje, Nº
26572, que faculta a los árbitros a decidir acerca de las materias de su
incumbencia, y en el artículo 44 del referido cuerpo legal, que garantiza la
actuación de los árbitros para conocer y resolver, en todo momento, las
cuestiones controvertidas que se promuevan durante el proceso arbitral,
incluidas las pretensiones vinculadas a la validez y eficacia del convenio.

Así, el Tribunal resaltó la importancia práctica que revestía dicho principio,


a efectos de evitar que una de las partes que deseaba desconocer el pacto de
arbitraje, mediante un cuestionamiento de las decisiones arbitrales y/o la
competencia de los árbitros sobre determinada controversia, pretendiera
convocar la participación de jueces ordinarios, mediante la interposición de
cualquier acción de naturaleza civil y/o penal, y desplazar la disputa al
terreno judicial.

En la sentencia, el TC arguye que la naturaleza de jurisdicción


independiente del arbitraje no significa que establezca el ejercicio de sus
atribuciones con inobservancia de los principios constitucionales que
informan la actividad de todo órgano que administra justicia, tales como el
de independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional.

Asimismo, el Tribunal reconoció la jurisdicción del arbitraje y su plena y


absoluta competencia para conocer y resolver las controversias sometidas al
fuero arbitral, sobre materias de carácter disponible, con independencia
jurisdiccional y, por tanto, sin intervención de ninguna autoridad,
administrativa o judicial ordinaria.

De otro lado, el control judicial, conforme a la ley, debe ser ejercido ex


post, es decir, a posteriori, mediante los recursos de apelación y anulación
del laudo previstos en la Ley General de Arbitraje, reza el fallo, recalcando
que el control constitucional deberá ser canalizado conforme a las reglas
establecidas en el Código Procesal Constitucional. En consecuencia,
tratándose de materias de su competencia, de conformidad con el artículo 5,
numeral 4, del precitado Código, no proceden los procesos constitucionales
cuando no se hayan agotado las vías previas. En ese sentido –añade–, si lo
que se cuestiona es un laudo arbitral que verse sobre derechos de carácter
disponible, de manera previa a la interposición de un proceso
constitucional, el presunto agraviado deberá haber agotado los recursos que
la Ley General de Arbitraje prevé para impugnar dicho laudo.

Además, indicó que el reconocimiento de la jurisdicción arbitral


comportaba la aplicación a los tribunales arbitrales de las normas
constitucionales y, en particular, de las prescripciones del artículo 139 de la
Constitución, relacionadas con los principios y derechos de la función
jurisdiccional.

Finalmente, el TC señaló claramente que el reconocimiento constitucional


de los fueros especiales; a saber, militar y arbitral, no vulneraba el principio
de igualdad ante la ley, previsto en el inciso 2 del artículo 2 de la
Constitución, siempre que dichas jurisdicciones aseguraban al justiciable
todas las garantías vinculadas al debido proceso y a la tutela efectiva.

Consideró asimismo que de la naturaleza propia de la jurisdicción arbitral y


las características que la definían, se infería que no se trataba del ejercicio
de un poder sujeto exclusivamente al derecho privado, sino que formaba
parte esencial del orden público constitucional.
123. Exp. Nº 00665-2007-AA/TC
[Proceso de amparo promovido por Telefónica del Perú
S.A.A. Alcances del derecho de propiedad]..
Fecha de resolución: 12 de marzo de 2007
Fecha de publicación en el portal oficial del TC:1 de junio de 2007

Temas clave
Derecho a la motivación de resoluciones - Derecho a la propiedad -
Derecho a la tutela procesal efectiva - Derecho al debido proceso -
Límites del derecho a la propiedad

Resumen
A través de la presente sentencia se declaró fundada la demanda de amparo
y, en consecuencia, se declaró nula la resolución expedida por la Sala Mixta
Descentralizada de la Corte Superior de Justicia de Huánuco y Pasco
mediante la cual se fijaba en la suma de S/ 2’309.545,89 el monto de los
intereses devengados. Dentro del proceso se comprobó que la resolución
cuestionada no respetó el principio de legalidad para imponer límites al
ejercicio del derecho de propiedad, esto es, no respetó los criterios
establecidos en la ley para fijar los intereses legales de deudas laborales. Se
advirtió una manifiesta arbitrariedad, desproporción e irrazonabilidad, por
parte de los demandados, al momento de determinar los intereses legales,
puesto que en un primer momento el juez del Segundo Juzgado Mixto de
Pasco liquidó los intereses por la suma de S/ 4’722.539,34 (1488 % de
incremento en relación con la deuda original) y la Sala demandada,
apelando a un “cierto equilibrio”, la redujo a S/ 2’309.545,89 (727 % de
incremento en relación con la deuda original).
Es evidente, por tanto, que la legislación sobre intereses legales derivados
de deudas laborales constituye un parámetro cierto y razonable para fijarlos,
a fin de evitar la arbitrariedad y discrecionalidad.

Por consiguiente, se determinó que existió una cierta e inminente amenaza


de violación del derecho de propiedad de la demandante, por cuanto de
ejecutarse el acto de amenaza a través de los embargos correspondientes se
afectaría ilegítimamente el patrimonio de la empresa demandante.

Finalmente, el Tribunal Constitucional estima que si bien el juez


constitucional no puede arrogarse en las funciones del juez laboral en
materia de liquidación de intereses legales derivados de una deuda de
beneficios sociales, ni convertirse en una nueva instancia de revisión, toda
vez que corresponde a la justicia ordinaria efectuar los cálculos y
determinar el monto exacto de los intereses, sí es competente cuando se
comprueba una manifiesta vulneración de algún derecho constitucional.
Asimismo, en este caso se comprobó una violación de los derechos al
debido proceso y a la tutela jurisdiccional, en su manifestación de derecho a
la motivación de las resoluciones judiciales fundadas en Derecho.
124. Exp. Nº 09332-2006-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Reynaldo Armando Shols
Pérez. Se precisa que el hijastro(a) forma parte de la nueva
estructura familiar, y se reconoce los eventuales derechos y
deberes especiales que se derivan de dicha situación jurídica].
Fecha de resolución: 30 de noviembre de 2007
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 6 de febrero de 2008

Temas clave
Deberes y derechos entre los integrantes de la familia reconstituida -
Derecho a la igualdad - Familias ensambladas - Familias reconstituidas
o reconstruidas
- Identidad familiar - Libertad de asociación - Modelo constitucional
de familia

Resumen
Los cambios sociales y jurídicos tales como la inclusión social y laboral de
la mujer, la regulación del divorcio y su alto grado de incidencia, las
grandes migraciones hacia las ciudades, entre otros aspectos, han
significado un cambio en la estructura de la familia tradicional nuclear,
conformada alrededor de la figura del pater familias. Consecuencia de ello
es que se hayan generado familias con estructuras distintas a la tradicional,
como son las surgidas de las uniones de hecho, las monopaternales o las que
en doctrina se han denominado familias reconstituidas.

La configuración de esta nueva organización familiar, denominada también


familia ensamblada, reconstruida, reconstituida, recompuesta, familia de
segundas nupcias o familiastras, ha generado una problemática que tiene
diversas aristas, como son los vínculos, deberes y derechos entre los
integrantes de la familia reconstituida, tema que ha sido de especial
relevancia en el presente caso.

Así, mediante la presente sentencia el Tribunal Constitucional (TC) ha


establecido que el hijastro forma parte de esta nueva estructura familiar, con
eventuales derechos y deberes especiales, no obstante la patria potestad de
los padres biológicos. No reconocer ello traería aparejada una afectación a
la identidad de este nuevo núcleo familiar, lo que de hecho contraría lo
dispuesto en la carta fundamental respecto de la protección que merece la
familia como instituto jurídico constitucionalmente garantizado. Desde
luego, la relación entre los padres afines y el hijastro tendrá que guardar
ciertas características, tales como las de habitar y compartir vida de familia
con cierta estabilidad, publicidad y reconocimiento.

De igual modo, teniendo en cuenta el tercer párrafo del artículo 6 de la


Constitución, que establece la igualdad de deberes y derechos de todos los
hijos, prohibiendo toda mención sobre el estado civil de los padres o la
naturaleza de la filiación en los registros civiles o en cualquier otro
documento de identidad, el Tribunal ha estimado que, en contextos en
donde el hijastro o la hijastra se han asimilado debidamente al nuevo núcleo
familiar, toda diferenciación o comparación entre el hijo afín y los hijos
deviene en arbitraria y contraria a los postulados constitucionales que
obligan al Estado y a la comunidad a proteger a la familia.

Respecto a la libertad de asociación y a la facultad de autorregulación


alegada en el presente caso, el TC ha señalado que tales libertades tienen
límites y han de ser ejercidas dentro de un espacio constitucional en el que
se conjugan otros valores y bienes fundamentales. En tal sentido, si bien la
asociación demandada argumentó que la medida diferenciadora consistente
en otorgar un pase de “invitado especial” y no el respectivo carnet familiar
a los hijastros de los socios que proceden de un nuevo compromiso, se
sustentó en la normativa interna de la Asociación, emitida en virtud de la
facultad de autoorganizarse, esta regla colisiona con el derecho a fundar una
familia y a su protección. Por tanto, el Tribunal declaró fundada la demanda
y ordenó a la asociación emplazada que no realice distinción alguna entre el
trato que reciben los hijos del demandante y su hijastra.
125. Exp. Nº 03574-2007-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por el Club Deportivo
Wanka. Justicia constitucional y arbitraje en el fútbol].
Fecha de resolución: 1 de octubre de 2007
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 8 de agosto del 2008

Temas clave
Amparo entre particulares - Control constitucional de resoluciones de
las federaciones deportivas - Debido procedimiento disciplinario en
asociaciones - Debido proceso inter privatos - Derecho a la educación -
Derecho de acceso a la justicia - Derecho de asociación - Derecho de
defensa - Justicia constitucional y arbitraje en el fútbol

Resumen
El Tribunal Constitucional (TC) estimó la demanda del Club Deportivo
Wanka contra la Federación Peruana de Fútbol (FPF) y su presidente
Manuel Burga Seoane, quedando, en consecuencia, inaplicable la
Resolución Nº 005-FPF-2005, que dispuso la desafiliación de esta
institución deportiva de las competencias nacionales e internacionales.

La relevancia de tal fallo radica en que por primera vez el Tribunal ha


establecido que las federaciones deportivas, en particular la FDP, no son
inmunes al control constitucional cuando no respetan los derechos
fundamentales en el marco del debido proceso y la tutela jurisdiccional
efectiva, dado que estos no admiten “zonas de indefensión”.

En ese sentido la FPF –como cualquier otra persona jurídica de derecho


privado– debe ejercer sus funciones, sujetándose a los lineamientos
establecidos en la Norma Fundamental. Sus actos tendrán validez
constitucional en tanto no contravengan el conjunto de valores, principios y
derechos fundamentales contenidos en la Constitución.

En la referida causa el Tribunal Constitucional consideró que se han


vulnerado los derechos fundamentales al debido proceso, de defensa y de
asociación, al haber la FPF desafiliado al club recurrente sin haber
acreditado el cumplimiento de las exigencias establecidas por nuestro
ordenamiento constitucional y de la jurisprudencia establecida en sede
constitucional para los casos de aplicación del derecho disciplinario
sancionador al interior de las asociaciones.
126. Exp. Nº 05311-2007-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por la Compañía
Distribuidora S.A. Arbitraje y los límites constitucionales a la
libertad de contratación].
Fecha de resolución: 5 de octubre de 2009
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 13 de octubre de 2009

Temas clave
Agotamiento de la vía previa - Amparo arbitral - Aplicación inmediata
de las normas - Cláusulas penales - Derecho a la libre contratación -
Derecho a la propiedad - Derecho a la prueba - Derecho al debido
proceso - Derecho al juez natural - Principio de autonomía de la
voluntad

Resumen
Con los votos de los magistrados Carlos Mesía Ramírez, Ricardo Beaumont
Callirgos y Gerardo Eto Cruz, el Tribunal Constitucional declaró fundada la
demanda de amparo formulada por la Compañía Distribuidora S.A. contra
el Tribunal Arbitral del Centro de Arbitraje y Conciliación Comercial del
Perú, y, en consecuencia, ordenó un nuevo procedimiento de arbitraje para
determinar, de manera preliminar, si se cumplió el trámite previo, a fin de
establecer, luego de interpretado el cuarto párrafo de la cláusula 8.1. del
contrato de compraventa, quien es el sujeto legitimado para interponer la
demanda arbitral.

En la STC Exp. Nº 05311-2007-PA/TC, concretamente en el f. 17), respecto


de la aplicación de una penalidad excesiva, el abuso del derecho merece
especial atención. En efecto, de acuerdo con la misma, el contrato de
compraventa habría previsto una cláusula penal absolutamente draconiana o
de imposible cumplimiento en la práctica.

Los magistrados del Tribunal Constitucional señalaron estar plenamente


convencidos de que aun cuando las partes que participan de una relación
contractual tienen plena y absoluta capacidad para negociar de la forma más
adecuada a sus intereses, ello no significa que dicho proceso de negociación
resulte lesivo a los derechos fundamentales o a los bienes jurídicos de
relevancia. Arguyen que ni por la forma en que se negocia ni por el
resultado en que se concluye, es pues, aceptable que una relación
contractual devenga en contraria a las finalidades u objetivos que persigue
la Constitución.

La sentencia precisó que tampoco puede aceptarse que porque una de las
partes haya convenido en forma tácita o expresa que una determinada
obligación le resulta plenamente vinculante, aquella se torne absolutamente
indiscutible, pues al margen de que su contenido incida o no en temas de
estricta constitucionalidad, no puede convalidarse que el ejercicio de un
derecho fundamental (en este caso la libertad de contratación) se
instrumentalice de tal manera que se convierta en una fuente legitimadora
de excesos.

Nuestra Constitución es terminante en proscribir el abuso del derecho de


acuerdo con la previsión contemplada en el último párrafo de su artículo
103, tesis que, como es obvio, no solo debe entenderse como proyectada
sobre el ámbito de los derechos de orden legal, sino incluso sobre el de los
propios derechos fundamentales.

En el presente caso se observó que en la citada cláusula penal, el eventual


atraso en la inversión correspondiente a cada unidad es cuantificada en el
orden de los cien mil dólares americanos mensuales, que operan en forma
acumulativa y sin tope alguno, y, como consecuencia de dicho
temperamento y estando a la fecha en que se suscribe el contrato y a la
fecha en que es emitido el laudo arbitral cuestionado, la cifra a pagarse por
parte de los demandantes ascendería a los treinta y seis millones de dólares
americanos, cifra que incluso tendría que ser mucho más actualizada (y por
supuesto, mucho más ampliada) por efectos del transcurso del tiempo.

Pretender que una desproporción de la naturaleza señalada pueda pasar


inadvertida y que, incluso, se torne en ilimitada, no debe de ninguna manera
legitimarse. En dicho contexto, el argumento utilizado en el laudo arbitral y
que gira en torno a la existencia de un proceso judicial, destinado a debatir
la validez de la cláusula penal, resulta a todas luces impertinente, cuando lo
importante no es la determinación de dicha validez sino el monto arbitrario
establecido en la misma. El proceso arbitral no puede ser un pretexto para
desvincularse de los derechos que la Constitución reconoce; así se precisa
en la sentencia.
127. Exp. Nº 01817-2009-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus promovido por J.A.R.R.A. y
V.R.R.A. El interés superior del niño como principio de rango
constitucional].
Fecha de resolución: 7 de octubre de 2009
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 10 de noviembre de 2009

Temas clave
Derecho a la dignidad humana - Derecho a la ejecución de
resoluciones judiciales - Derecho a la integridad personal - Derecho a
la protección del medio familiar - Derecho a la seguridad moral y
material del niño - Derechos del niño - Libertad personal - Principio de
interés superior del niño - Régimen de visitas

Resumen
Al haberse acreditado la vulneración de los derechos a la libertad
individual, a la integridad, a tener familia y no ser separado de ella, a crecer
en un ambiente de afecto y de seguridad moral y a la eficacia de las
resoluciones judiciales, el Tribunal Constitucional (TC) resolvió declarar
fundada la demanda de hábeas corpus interpuesta por doña Shelah Allison
Hoefken, a favor de sus dos menores hijos, retenidos irregularmente por su
padre. Esta es la primera vez que el Tribunal se pronuncia en un caso de
esta índole.

El TC ordenó al padre de los niños, don Juan Manuel Fernando Roca Rey
Ruiz Tapiador, que cumpla con entregar de manera inmediata al menor
J.A.R.R.A. a su madre, bajo apercibimiento de aplicarse las medidas
coercitivas previstas en el artículo 22 del Código Procesal Constitucional y
de ser denunciado por el delito de resistencia a la autoridad. Respecto del
otro menor, este ya fue entregado a su progenitora con fecha 3 de marzo del
2008, a mérito de una medida cautelar judicial.

El Tribunal también dispuso oficiar al titular del Trigésimo Quinto Juzgado


Especializado en lo Penal de Lima, para que, conforme a lo resuelto por el
máximo intérprete de la Constitución, ejecute de manera inmediata la
sentencia, con todas las garantías que le otorga la ley; así como los
apremios en caso de resistencia.

Asimismo, el Tribunal Constitucional ordenó al Director General de la


Policía Nacional que preste de manera inmediata el auxilio de ley al
mencionado juez a fin de ubicar al menor J.A.R.R.A. y entregarlo a su
madre, facultando el allanamiento y descerraje del domicilio del emplazado
o cualquier otro domicilio donde se pueda encontrar el menor, o cualquier
otra medida a fin de que la sentencia sea ejecutada de manera inmediata en
sus propios términos.

En los fundamentos de la sentencia el Tribunal consideró que con los


protocolos de pericia psicológica que obraban en el expediente, estaba
demostrado que el comportamiento del demandado también vulneraba el
derecho de sus menores hijos a crecer en un ambiente de afecto y seguridad
moral y material, pues del contenido de ellos se concluía que la
personalidad de los menores no se desarrolla de manera plena, armoniosa e
integral, dado que los actos del demandado, además de no respetar las
normas básicas de convivencia, impedían que los niños crecieran en un
ambiente de afecto y comprensión, viendo a su madre e interactuando con
ella.
128. Exp. Nº 02389-2009-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por la Asociación Club
Petróleos. Derecho a la inviolabilidad de domicilio y el
derecho de asociación de un club privado].
Fecha de resolución: 7 de diciembre de 2007
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 17 de diciembre de 2009

Temas clave
Derecho a la inviolabilidad de domicilio - Derecho de asociación -
Noción constitucional de domicilio - Principio de autoorganización

Resumen
Se afirmó que el término domicilio comprende aquel espacio específico
elegido por el ocupante para que pueda desarrollar libremente su vida
privada o familiar, es decir, es un espacio-ámbito de intimidad del que él, y
solo él, dispone. Y es que el rasgo esencial que define el domicilio en
sentido constitucional reside en la aptitud para desarrollar en él vida privada
y en su destino específico a tal desarrollo aunque sea eventual. Así, la
expresión “domicilio” tiene más amplitud en la Constitución que en la
legislación civil, pues protege, entre otros, el recinto o vivienda, sea móvil o
inmóvil, de uso permanente, transitorio o accidental; así como todos
aquellos espacios cerrados en donde las personas desarrollan su intimidad y
personalidad separada de los terceros y sin su presencia, como por ejemplo
la habitación de un hotel, el camarote de un barco, los bungaló de un club,
etc. Dicho de otro modo, la noción constitucional de domicilio no puede
equipararse al concepto tradicional que utiliza el derecho privado, en el que
se le concibe como punto de localización o centro de imputación de
derechos y obligaciones. La noción constitucional de domicilio protege
cualquier ámbito en el que la persona pueda desarrollar su vida privada, en
su doble faceta de lugar en el que pueda desarrollar libremente cierta
actividad y del que se excluye la entrada y el conocimiento ajeno.

Asimismo, se precisó que por la naturaleza del derecho, las personas


jurídicas también pueden ser titulares del derecho a la inviolabilidad del
domicilio, en la medida que estas pueden ser titulares de espacios físicos
para desarrollar su objeto social. Este criterio de extensión de la titularidad
del derecho a la inviolabilidad del domicilio a favor de las personas
jurídicas es aceptado en la jurisprudencia constitucional comparada.

El Tribunal Constitucional declaró fundada la demanda, al considerar que el


artículo 1 del Decreto Supremo Nº 023-2008-PCM, vulneraba el derecho a
la inviolabilidad del domicilio reconocido en el inciso 9), del artículo 2 de
la Constitución, toda vez que las instalaciones ubicadas en la Av. El Golf
Los Incas Nº 320, Santiago de Surco, constituyen el domicilio
constitucional de la Asociación Club Petróleos del Perú - Petroperú, por lo
que al disponer el artículo referido el ingreso del público en general a sus
instalaciones sin contar con su consentimiento previo, está afectando su
derecho a la inviolabilidad del domicilio, toda vez que este derecho le
concede la facultad de excluir, impedir o prohibir a otros la entrada al
domicilio. De otra parte, se estimó también que dicho acceso lesionaba el
derecho a la inviolabilidad del domicilio, al no sustentarse en ninguno de
los supuestos de excepción o limitación del derecho previstos en el inciso 9)
del artículo 2 de la Constitución.

A su vez, puntualizó que si bien dichas instalaciones, son de propiedad del


Estado (Petroperú S.A.), ello no significa que este sea el titular de dicho
domicilio constitucional o que dicho espacio físico sea de carácter público
para ordenar el acceso del público en general a las instalaciones referidas,
pues en autos obran documentos públicos que acreditan fehacientemente
que dicha propiedad ha sido cedida en uso a favor de la Asociación Club
Petróleos del Perú - Petroperú, por lo que esta ostenta la calidad de titular
del domicilio constitucional referido, razón por la cual el Estado no puede
disponer ni ordenar que el público en general acceda a las instalaciones
referidas, ya que estas no son de carácter público.

En sentido similar, el Tribunal consideró que el artículo 1 del Decreto


Supremo Nº 023-2008-PCM y su Anexo contravienen también el derecho
de asociación del Club Petroperú y de sus asociados porque al permitir el
acceso del público en general a las instalaciones referidas, que no solo
constituyen el domicilio constitucional del Club Petroperú sino también de
sus asociados cuando se encuentran dentro de él, está impidiendo que tanto
los asociados como el Club Petroperú se interrelacionen solo entre ellos.

Finalmente, en virtud del control difuso, declaró inaplicable el Decreto


Supremo Nº 023-2008-PCM y su Anexo a la Asociación Club Petróleos del
Perú - Petroperú.
129. Exp. Nº 00022-2009-PI/TC
[Proceso de inconstitucionalidad promovido por Gonzalo
Tuanama Tuanama y más de cinco mil ciudadanos.
Constitucionalidad del Decreto Legislativo Nº 1089 que regula
el Régimen temporal extraordinario de formalización y
titulación de predios rurales].
Fecha de resolución: 9 de junio de 2010
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 17 de junio de 2010

Temas clave
Contenido constitucional del derecho a la consulta - Convenio Nº 169
de la OIT - Derecho a la consulta como diálogo intercultural - Derecho
a la identidad cultural y étnica - Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas - Elementos y
características del derecho de consulta - Etapas del proceso de consulta
- Estado peruano como un Estado pluricultural y pluriétnico -
Presunción de constitucionalidad de ley - Presupuesto de formulación
del derecho de consulta - Principio de unidad del Estado - Territorio de
los pueblos indígenas - Tipos de tratados - Tratados internacionales de
derechos humanos

Resumen
En el presente caso el Tribunal Constitucional ha reconocido explícitamente
el contenido del derecho a la consulta, destacando su obligatoriedad, así
como también la imposibilidad de que las Comunidades Nativas puedan
ejercer un veto ante las medidas legislativas o administrativas sometidas a
consulta.
Se establece también una serie de principios y etapas obligatorias del
proceso consultivo. Así, en caso de que las Comunidades Nativas rechacen
en un primer momento las medidas consultadas, transcurrido un plazo
razonable, estas podrán volver a ser sometidas a consulta, considerando, en
la medida de lo posible, los legítimos intereses de las Comunidades Nativas.

Destaca, además, el principio de coparticipación en los beneficios de la


riqueza a favor de las Comunidades Nativas. Este concepto implica la
obligación del Estado de generar el desarrollo verdaderamente integral que
se haya visto afectado.

Finalmente, es de señalar que por primera vez el Tribunal Constitucional se


pronuncia de manera extensa sobre el derecho de consulta. Si bien en la
STC Exp. Nº 03343-2007-PA/TC se expusieron algunos puntos al respecto,
en el presente caso se da un paso más hacia la consolidación e integración
de las cláusulas del Convenio Nº 169 de la Organización Internacional del
Trabajo.
130. Exp. Nº 00550-2008-PA/TC
[Proceso de amparo interpuesto por René Quenta Calderón.
Se declara infundada la demanda de amparo priorizando la
tutela del derecho a la identidad personal y el interés superior
del niño como límite al derecho a la inmutabilidad de la cosa
juzgada].
Fecha de resolución: 17 de setiembre de 2010
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 28 de setiembre de 2010

Temas clave
Derecho a la cosa juzgada - Derecho a la identidad - Derechos
humanos del niño - Inmutabilidad de la cosa juzgada - Principio del
interés superior del niño - Principio de protección especial del niño

Resumen
El Tribunal declaró infundada la demanda interpuesta contra la resolución
de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de
Justicia de la República, estableciendo la prioridad del derecho a la
identidad y el interés superior del niño frente a la inmutabilidad que le
asiste a la cosa juzgada.

Señaló, en tal sentido, que todas las personas son iguales por el solo hecho
de su condición humana y de la dignidad que les es inherente; sin embargo,
aun siéndolo, no existen dos o más personas idénticas, pues cada una
responde a las características individuales o autodeterminativas que le son
propias y tienen derecho a que las mismas sean respetadas o, en su caso,
defendidas.
El Tribunal apreció que lo que se invoca como cosa juzgada adolece de una
falta de visión integral en relación con el resto de derechos fundamentales;
esto es: el derecho a la identidad, que es el atributo específicamente
involucrado, es asumido como un simple enunciado carente de contenido a
la par que de efectividad práctica. El órgano judicial ni se pronuncia
respecto del mismo ni respecto de la eventual implicancia que tendría en la
controversia resuelta.

Asimismo el Tribunal estimó que para el Derecho Internacional de los


Derechos Humanos el niño, entendido como todo ser humano menor de
dieciocho años de edad, es un sujeto de derecho de protección especial que
requiere de asistencia y cuidados adecuados, necesarios y especiales para su
desarrollo y bienestar, tanto antes como después del nacimiento.

Sobre esta base normativa supranacional, el artículo 4 de la


Constitución reconoce que la “comunidad y el Estado protegen
especialmente al niño”. Así pues, teniendo presente el enunciado normativo
de este artículo, el Tribunal estimó que el constituyente ha reconocido el
principio de especial protección del niño que se fundamenta en la debilidad,
inmadurez (física y mental) o inexperiencia en que se encuentran los niños,
y que impone tanto al Estado como a la familia, a la comunidad y a la
sociedad, entre otras acciones y deberes, la obligación de brindarles
atenciones y cuidados especiales y el deber de adoptar las medidas
adecuadas de protección para garantizar su desarrollo libre, armónico e
integral.

El Colegiado desestimó la demanda al no acreditarse en autos la


inconstitucionalidad de la resolución judicial cuestionada ni la afectación de
los derechos fundamentales invocados.
131. Exp. Nº 02892-2010-PHC/TC
[Proceso de hábeas corpus interpuesto por Nora Rosario
Heredia Muñoz a favor de su menor hijo L.F.H. Derecho a
tener una familia y a no ser
separado de ella].
Fecha de resolución: 6 de diciembre de 2010
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 7 de enero de 2011

Temas clave
Declaración de los Derechos del Niño - Derecho a crecer en un
ambiente de afecto y de seguridad moral y material - Derecho a tener
una familia y no ser separado de ella - Familia - Sustracción de la
materia - Tenencia de menor

Resumen
Mediante el presente fallo el Tribunal Constitucional estimó la demanda de
hábeas corpus interpuesta por la madre del menor L.F.H. contra el
progenitor del niño para solicitar la tenencia, y que según una transacción
extrajudicial, le correspondía a ella, ordenando que el padre entregue al
menor a su madre de manera inmediata, bajo apercibimiento de aplicarse
las medidas coercitivas previstas en el Código Procesal Constitucional de
ser denunciado por el delito de resistencia a la autoridad.

El Tribunal recordó que en anterior jurisprudencia ya había tenido la


oportunidad de pronunciarse sobre el derecho del niño a tener una familia
como un derecho constitucional implícito que encuentra sustento en el
principio derecho de dignidad de la persona humana y en los derechos a la
vida, a la identidad, a la integridad personal, al libre desarrollo de la
personalidad y al bienestar consagrados en los artículos 1 y 2, inciso 1, de la
Constitución.

Al respecto, declaró que se trata de un derecho reconocido implícitamente


en el preámbulo de la Convención sobre los Derechos del Niño, según el
cual “el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe
crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y
comprensión”, así como en su artículo 9.1, que establece que “los Estados
Parte velarán porque el niño no sea separado de sus padres contra la
voluntad de estos”, derecho reconocido también de manera expresa en el
artículo 8 del Código de los Niños y Adolescentes, que señala que “el niño
y el adolescente tienen derecho a vivir, crecer y desarrollarse en el seno de
su familia”.

Del mismo modo, el Tribunal reconoció que el disfrute mutuo de la


convivencia entre padres e hijos constituye una manifestación del derecho
del niño a tener una familia y no ser separado de ella, y que aun cuando los
padres estén separados de sus hijos la convivencia familiar debe estar
garantizada, salvo que no exista un ambiente familiar de estabilidad y
bienestar. Asimismo, resaltó que la autoridad que se le reconoce a la familia
no implica que esta pueda ejercer un control arbitrario sobre el niño, que
pueda dañar su bienestar, desarrollo, estabilidad, integridad y salud.

En este sentido, para su crecimiento y bienestar, el niño necesita del afecto


de sus familiares, especialmente de sus padres, por lo que impedírselo o
negárselo sin que existan razones determinantes en función del interés
superior de aquél, entorpece su crecimiento y puede suprimirle los lazos
afectivos indispensables para su tranquilidad y desarrollo integral, así como
violar su derecho a tener una familia.

Asimismo, sobre la base del derecho a crecer en un ambiente de afecto y de


seguridad moral y material, reconocido en el Principio 6 de la Declaración
de los Derechos del Niño, que establece que el “niño, para el pleno y
armonioso desarrollo de su personalidad, necesita de amor y comprensión.
Siempre que sea posible deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad
de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y seguridad moral y
material”, el Tribunal Constitucional ha entendido que el Estado, la
sociedad y la comunidad asumen la obligación de cuidar, asistir y proteger
al niño para procurar que tenga un nivel de vida adecuado y digno para su
desarrollo físico, psíquico, afectivo, intelectual, ético, espiritual y social.

Por lo tanto, la eficacia de este derecho pone de relieve la importancia de


las relaciones parentales, toda vez que los padres son los primeros en dar
protección y amor a sus hijos, así como en satisfacer sus derechos. Sin
embargo, ello no puede impedir ni restringir el derecho de estos a mantener
de modo regular relaciones personales y el contacto directo con el padre
separado. En este sentido, el artículo 9.3 de la Convención sobre los
Derechos del Niño establece que los Estados Parte tienen el deber de
respetar “el derecho del niño que esté separado de uno o de ambos padres a
mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de
modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño”. Al
respecto, es necesario precisar que el deber de respeto referido no solo debe
ser cumplido por el Estado, sino también por la familia, la sociedad y la
comunidad (Cfr. STC Exp. Nº 1817-2009-HC, f. 18-20).
132. Exp. Nº 04058-2012-PA/TC
[Demanda de amparo interpuesta por Silvia Patricia López
Falcón. El TC publicó como doctrina jurisprudencial que las
reglas procesales deben adecuarse para favorecer el interés
superior del niño. Esta
resolución se dio en el marco del juicio de alimentos a favor
de una niña, en donde la jueza decidió dar por concluido el
proceso debido a que la representante de la menor llegó tarde
a la audiencia].
Fecha de resolución: 30 de abril de 2014
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 9 de mayo de 2014

Temas clave
Interés superior del niño - Audiencia de alimentos - Doctrina
jurisprudencial - Flexibilización de la norma procesal civil - Principio
de informalismo

Resumen
La recurrente promueve un proceso judicial de alimentos a favor de su
menor hija S.M.Z.L., signado con el Expediente Nº 2621-2010, habiéndose
programado inicialmente la audiencia única para el 10 de febrero de 2011,
fecha en la cual ella asistió en compañía de su abogada patrocinante. La
diligencia en cuestión no pudo realizarse debido a que la magistrada se
encontraba despachando en otro juzgado por motivos de las vacaciones
judiciales. Esto propició que la audiencia correspondiente se reprograme
para el 18 de febrero de 2011 a las 12:00 horas. En esta última oportunidad,
la recurrente llegó al local del Juzgado con dos minutos de retraso, es decir,
cuando ya se había realizado el llamado a las partes para audiencia. La
jueza de la causa, acorde a lo señalado por el Código adjetivo, decidió dar
por concluido el proceso.
Se señala que la tardanza obedeció al delicado estado de salud de la hija
mayor de la recurrente. Asimismo se indica que la parte demandada estuvo
presente en el local del juzgado antes del llamado a la audiencia y que no
obstante ello no se acreditó para efectos de su ingreso a audiencia.
Finalmente, queda comprobado en el expediente que el mismo día de la
audiencia cumplió con presentar un escrito solicitando la reprogramación de
audiencia por la justificación descrita sin que este haya sido tomado en
consideración por el órgano jurisdiccional.

En el caso descrito existe una colisión de dos preceptos: uno el artículo 203
del Código Procesal Civil; y el otro, el artículo IX del Título Preliminar del
Código de los Niños y Adolescentes. De esta manera, tenemos la
contraposición entre una norma que conlleva a la conclusión del proceso
por inasistencia de las partes a la audiencia de pruebas (sin sopesar
absolutamente nada más); y por otro lado, la normativa que consagra el
interés superior del niño.

Para el TC se hace evidente que el órgano jurisdiccional que conoció el


proceso de alimentos, aplicó de manera literal un precepto de carácter
procedimental, obviando que con ello estaba desprotegiendo el interés
superior de la menor alimentante y la ponderación de derechos necesaria
para resolver justamente la causa.
133. Exp. Nº 00330-2013-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por César Álvarez.
Declaración jurada de un tercero no es prueba suficiente para
desvirtuar lo señalado en una cédula de notificación judicial].
Fecha de resolución: 1 de diciembre de 2014
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 13 de enero de 2015

Temas clave
Medio probatorio - Notificación judicial - Declaración jurada

Resumen
El Tribunal Constitucional en la STC Exp. Nº 330-2013-PA/TC, resolvió un
proceso de amparo interpuesto contra el JNE con el fin de invalidar las
resoluciones emitidas por este, las cuales denegaron su pedido de nulidad.

Según el recurrente, el Jurado no cumplió con realizar debidamente la


entrega de la cédula de notificación que contenía la convocatoria a
audiencia pública, al ser entregada a un tercero en domicilio distinto al
suyo, vulnerando así sus derechos al debido proceso y defensa.

A pesar de que el recurrente presentó como medio probatorio la declaración


jurada con firma legalizada de la persona que supuestamente recibió la
notificación, el Tribunal Constitucional decidió declarar infundada la
demanda al tratarse de “un medio de prueba insuficiente para contravenir lo
señalado en la cédula”.

Asimismo, señaló que si bien en el caso concreto no se vulneró el derecho a


la defensa, este derecho se extiende no solo al ámbito del proceso judicial,
sino también a todo tipo de procesos o procedimientos, sean judiciales,
electorales, administrativos, legislativos y corporativos privados, en los
cuales se determinen los derechos y las obligaciones de las personas.
134. Exp. Nº 02214-2014-PA/TC
[Proceso de amparo promovido por Inocente Puluche
Cárdenas. Establece como doctrina jurisprudencial
vinculante que los intereses en materia pensionaria no son
capitalizables, y que todos los órganos jurisdiccionales están
obligados a atender con mayor celeridad, todos los procesos
judiciales relacionados a derechos de personas ancianas].
Fecha de resolución: 7 de mayo de 2015
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 7 de junio de 2015

Temas clave
Derecho a la pensión - Intereses legales no capitalizables - Celeridad
procesal - Plazos perentorios - Procesos judiciales en etapa de
ejecución

Resumen
El Tribunal Constitucional desestimó el Recurso de Agravio Constitucional
presentado por el recurrente, resultando fundadas las observaciones
formuladas por la ONP. Asimismo, dispuso que el Sexto Juzgado Civil de
Lambayeque ejecute la sentencia constitucional de conformidad con lo
señalado en dicha resolución.

Además, el órgano colegiado declaró que los fundamentos 20 y 30 de la


mencionada resolución constituyen doctrina jurisprudencial vinculante,
debiendo aplicarse a todos los procesos judiciales inclusive a aquellos que
están en trámite o en etapa de ejecución, y en los que se encuentren por
definir la forma de cálculo de intereses legales en materia pensionaria.
El fundamento jurídico Nº 20 establece lo siguiente: Conforme a lo
expuesto, el Tribunal Constitucional estima que el interés legal aplicable en
materia pensionaria no es capitalizable, conforme al artículo 1249 del
Código Civil.

El presente fundamento posee un doble efecto, pues no solo pone fin a un


litigio en el que las partes intervinientes, debidamente legitimadas, no
estaban de acuerdo y mantenían posiciones controversiales, sino que
además, con un carácter regulador, se ha constituido en un ente creador de
derechos, a pesar de que esta materia es de carácter jurídico y económico.

El tribunal precisó que es una necesidad proteger al pensionista frente a la


excesiva demora en los órganos jurisdiccionales, pues le permite el
reconocimiento de sus derechos previsionales, a través de un resarcimiento
económico como es el pago de intereses.

El fundamento jurídico Nº 30 señala que: “Todos los órganos


jurisdiccionales tienen la obligación de otorgar mayor celeridad a los
procesos que involucren derechos de personas ancianas”.

El tribunal precisó que la demora excesiva en muchos procesos judiciales


sobre derechos pensionarios, entablados por personas de avanzada edad,
constituyen un maltrato a su integridad, por lo que el tribunal precisó que el
derecho a la pensión se convierte en un derecho fundamental equiparable a
los alimentos, es decir, aquel que sirva para subsistir.

En la presente sentencia el órgano colegiado no solo ordena al juez la


ejecución del mandato sino además le ordena que se asegure que el
demandante cobre efectivamente el monto que le corresponda por todos sus
adeudos en materia previsional, incluido los intereses, dándole un plazo
perentorio para ello.
135. Exp. Nº 01998-2014-PA/TC
[Demanda de amparo interpuesto por Silvia Valdez Delgado.
El Tribunal Constitucional establece
que el esposo podrá quedarse con el hogar conyugal si es que
su cónyugue lo abandona por estar desempleado].
Fecha de resolución: 27 de mayo de 2015
Fecha de publicación en el portal oficial del TC: 25 de setiembre de 2015

Temas clave
Abandono familiar - Debida motivación de resoluciones judiciales -
Desempleo - Conservación del hogar conyugal

Resumen
El Tribunal Constitucional ha establecido en su STC Exp. Nº 01998-2014-
PA/TC, que, mediante un amparo, no podrá valorarse el material probatorio
actuado en un proceso de divorcio por separación de hecho. De demostrarse
que uno de los cónyuges abandonó al otro porque este último se encontraba
sin empleo, procederá la entrega del hogar conyugal al agraviado a modo de
indemnización.

La excónyuge inició un proceso de amparo contra la resolución emitida


durante el proceso de divorcio por separación de hecho, impugnando el
extremo por el cual se le había entregado la totalidad del bien conyugal a su
exmarido. Argumentaba que las instancias judiciales ordinarias no habían
expresado las razones de tal decisión, por lo que solicitó al órgano
colegiado la revocación de dos fallos judiciales que otorgaban el inmueble a
su excónyuge, alegando que la decisión no estaba debidamente motivada.
Al llegar el caso a conocimiento del Tribunal Constitucional, el Colegiado
consideró que el control de las resoluciones judiciales es pertinente “cuando
se evidencien errores de interpretación sobre la extensión del ámbito de
protección de un derecho fundamental sin que ello implique indicar a un
juez ordinario cómo debe aplicar una norma de rango legal”. Añadió el TC
que la eventual interpretación del artículo que regula la indemnización
sobre separación de hecho (art. 345-A del Código Civil) “no compromete el
ámbito normativo de un derecho constitucional”. Por lo tanto, desestimó el
recurso y ratificó la conservación del bien por parte del esposo, quien
ejercía la tenencia de los hijos desde la separación y que, en el momento
preciso del abandono, se encontraba desempleado.

Efectivamente, de acuerdo con lo expresado en las sentencias, quedó


determinado que la esposa demandante fue quien se retiró del hogar
conyugal en un contexto donde el marido había perdido su empleo.
Asimismo, se verificó que el padre había asumido la tenencia de los hijos,
quienes además declararon que a él le costó asumir la separación.
Índice de contenido
1. 001.Exp. Nº 03179-2004-AA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Apolonia Ccollcca
Ponce. Procedencia del amparo contra resoluciones
judiciales por afectación de cualquier derecho fundamental
(tesis amplia)].
2. 002.Exp. Nº 06712-2005-HC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus interpuesto por Magaly Jesús
Medina y Ney Guerrero. Derecho a la vida privada como
límite a la libertad de información].
3. 003.Exp. Nº 01209-2006-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por la Compañía Cervecera
Ambev Perú S.A.C. Control constitucional de medidas
cautelares].
4. 004.Exp. Nº 00679-2005-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Santiago Enrique
Martin Rivas. El caso de las Leyes de Amnistía Nºs 26479
y 26492, y la cosa juzgada constitucional].
5. 005.Exp. Nº 05637-2006-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Roberto Woll Torres.
Defensa del derecho del consumidor en cuanto al
requerimiento de pago hecho por las empresas de
cobranza coactiva y la lesión del derecho fundamental al
honor].
6. 006.Exp. Nº 07022-2006-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Edgardo García
Ataucuri y otros. Derecho a la adecuada motivación de las
resoluciones judiciales (principio de congruencia) y a un
juicio sin dilaciones indebidas].
7. 007.Exp. Nº 00007-2007-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad promovido por el Colegio
de Abogados del Cono Norte de Lima. Inconstitucionalidad
del artículo único de la Ley Nº 28642, modificatoria del
artículo 5, numeral 8), de la Ley Nº 28237, Código Procesal
Constitucional, el cual se deja sin efecto por impedir el
ejercicio y la defensa de los derechos fundamentales en el
ámbito del Jurado Nacional de Elecciones y vulnerar el
artículo 200.2 de la Constitución].
8. 008.Exp. Nº 00005-2007-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad promovido por el Colegio
de Abogados de Lambayeque. Inconstitucionalidad de los
efectos que viene produciendo el derogado artículo 1 de la
Ley Nº 28934 que amplía excepcional y temporalmente la
vigencia de la actual Justicia Militar Policial].
9. 009.Exp. Nº 07873-2006-PC/TC
1. [Proceso de cumplimiento promovido por Juan Félix Tueros
del Risco. Adecuación del proceso constitucional de
cumplimiento a uno de amparo].
10. 010.Exp. Nº 00168-2007-Q/TC
1. [Queja interpuesta por el Banco Continental. Procedencia
excepcional del recurso de agravio constitucional a favor
del cumplimiento de los fallos del Tribunal Constitucional en
la etapa de ejecución de sentencia].
11. 011.Exp. Nº 00201-2007-Q/TC
1. [Queja interpuesta por la Asociación Pro Vivienda Vecinos
de la Urbanización Neptuno. Procedencia del recurso de
agravio constitucional a favor del cumplimiento de las
sentencias del Poder Judicial].
12. 012.Exp. Nº 02432-2007-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Rolando Apaza
Chuquitarqui. Derecho a no ser privado del DNI y el
reconocimiento del derecho a la personalidad].
13. 013.Exp. Nº 02732-2007-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Juan Humberto Quiroz
Rosas. Afectación del plazo razonable en un proceso de
amparo].
14. 014.Exp. Nº 06164-2007-HD/TC
1. [Proceso de hábeas data promovido por Jhonny Robert
Colmenares Jiménez. Tipología del hábeas data]
15. 015.Exp. Nº 00728-2008-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Giuliana Flor de
María Llamoja Hilares. Hábeas corpus contra resoluciones
judiciales y derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales].
16. 016.Exp. Nº 01317-2008-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Felipe Tudela y
Barreda. Prueba circunstancial a propósito de la promoción
de un hábeas corpus atípico].
17. 017.Exp. Nº 06218-2007-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Víctor Esteban
Camarena. Interpretan determinadas causales de
improcedencia del proceso de hábeas corpus].
18. 018.Exp. Nº 05287-2008-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Mario Lovón Ruiz-Caro.
Represión de actos lesivos homogéneos].
19. 019.Exp. Nº 02005-2009-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por la ONG “Acción de
Lucha Anticorrupción”. Derecho fundamental a la vida y el
caso de la píldora del día siguiente].
20. 020.Exp. Nº 00252-2009-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por Pedro Máximo
Valeriano Llanos Ochoa. Plazo de prescripción en el
amparo contra resoluciones judiciales].
21. 021.Exp. Nº 00607-2009-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Flavio Roberto Jhon
Lojas. Actuación inmediata de sentencias estimatorias y el
derecho a la educación].
22. 022.Exp. Nº 05727-2009-PC/TC
1. [Proceso de cumplimiento promovido por la Asociación
Interétnica de Desarrollo de la Selva (Aidesep). Sobre la
exigencia de emitir un reglamento para implementar la
consulta previa].
23. 023.Exp. Nº 02663-2009-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus interpuesto por Edwin Walter
Martínez Moreno. Recurso de agravio constitucional
excepcional por violación del orden constitucional].
24. 024.Exp. Nº 00655-2010-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus interpuesto por Alberto
Quimper Herrera. Solo se evalúa la prueba prohibida
cuando existe sentencia que define situación jurídica de un
procesado].
25. 025.Exp. Nº 04197-2010-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por Importadora Formosa
S.R.L. Represión de actos lesivos homogéneos por
sentencias tanto del Tribunal Constitucional como del
Poder Judicial].
26. 026.Exp. Nº 04235-2010-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus interpuesto por Alberto Fujimori
Fujimori. Derecho fundamental a la pluralidad de instancia
como un derecho de configuración legal: contenido y
alcances].
27. 027.Exp. Nº 03682-2011-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Pesquera Aurora
S.R.L. Correcta ejecución de sentencias del Tribunal
Constitucional].
28. 028.Exp. Nº 00156-2012-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por César Humberto
Tineo Cabrera. El debido proceso en sede parlamentaria y
el marco constitucional de las comisiones investigadoras
del Congreso].
29. 029.Exp. Nº 01601-2012-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por la Superintendencia
Nacional de Administración Tributaria. Inconstitucionalidad
sobreviniente de la ejecución de una sentencia
constitucional].
30. 030.Exp. Nº 03066-2012-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Agrícola Cerro Prieto
S.A.C. Derecho a la ejecución de las sentencias
constitucionales. Apelación por salto].
31. 031.Exp. Nº 02362-2012-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Gisela Elva Tejada
Aguirre. Ordenan a universidad implementar un trato
diferenciado para la evaluación académica de alumnos con
discapacidad].
32. 032.Exp. Nº 00022-1996-PI/TC-Resolución
1. [Pedido de ejecución de sentencia promovido por el
representante del Colegio de Ingenieros del Perú.
Ejecución de sentencia en un proceso de
inconstitucionalidad, referido al pago de los bonos de la
deuda agraria e intereses, en el cual se debe asumir el
valor actualizado de estos].
33. 033.Exp. Nº 01126-2012-PA/TC
1. [Demanda de amparo interpuesta por Dogner Lizith Diaz
Chiscul. El Tribunal Constitucional ha afirmado que las
instituciones de formación, policiales o militares no pueden
valorar negativamente el hecho de que los estudiantes
estén casados o que tengan hijos].
34. 034.Exp. Nº 00139-2013-PA/TC
1. [Demanda de amparo promovido por Rafael Alonso Inga
Zevallos en representación de P.E.M.M. El TC establece,
como doctrina jurisprudencial, que los jueces y tribunales
del país no pueden ordenar al Reniec el cambio de sexo de
las personas transexuales, cuando resuelvan procesos
judiciales (cambio de nombre)].
35. 035.Exp. Nº 02437-2013-PA/TC
1. [Demanda de amparo presentada por Margarita Cósar
Camacho, Marcos Antonio Segura Lozano y Juan Pérez
Salas contra supermercados Plaza Vea. Prohibir a
personas con discapacidad visual ingresar a centros de
abastos sin sus perros-guías constituye una “discriminación
por indiferenciación”].
36. 036.Exp. Nº 00015-2013-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad presentado por
congresistas de la República contra la Ley del Servicio
Militar. El Tribunal Constitucional declaró inconstitucional la
imposición de multas para los sorteados al Servicio Militar
que no acudan al llamamiento. No obstante, sí admitió que
se les suspenda sus derechos civiles. Asimismo, validó la
realización del sorteo para cubrir las vacantes].
37. 037.Exp. Nº 00987-2014-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Francisca Lilia Vásquez
Romero. Precedente vinculante que permite el rechazo
liminar del recurso de agravio constitucional].
38. 038.Exp. Nº 02383-2013-PA/TC
1. [Demanda de amparo interpuesta por Elgo Ríos Nuñez. El
Tribunal Constitucional ha establecido cuatro criterios que
los jueces deberán aplicar conjuntamente para identificar
cuándo la vía ordinaria resulta idónea e igualmente
satisfactoria que el amparo].
39. 039.Exp. Nº 01761-2014-PA/TC
1. [Demanda de amparo interpuesta por Noemí Irene Zanca
Huayhuacuri. El Tribunal Constitucional declaró como
doctrina jurisprudencial la exigencia de la prueba mínima].
40. 040.Exp. Nº 04968-2014-PHC/TC
1. [Demanda de hábeas corpus interpuesta por Luciano
López a favor de Alejandro Toledo. El Tribunal
Constitucional emitió un nuevo precedente que precisa el
debido proceso en sede parlamentaria, modificando en
alguna medida lo que dispuso en el caso Tineo Cabrera].
41. 041.Exp. Nº 01593-2003-HC/TC
1. [Proceso de Hábeas Corpus promovido por Dionisio
Llajaruna Sare. Beneficios penitenciarios y libertad
personal].
42. 042.Exp. Nº 02915-2004-HC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Federico Tiberio
Berrocal Prudencio. Derecho al plazo razonable de la
detención preventiva].
43. 043.Exp. Nº 00731-2004-HC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Alfonso
Villanueva Chirinos. Criterios para establecer límites a la
detención domiciliario
44. 044.Exp. Nº 02758-2004-HC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Luis Guillermo
Bedoya de Vivanco. Principio de legalidad penal].
45. 045.Exp. Nº 02262-2004-HC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Carlos Laureano
Ramírez de Lama. Derecho fundamental a la libertad de
expresión de los procesados. La exigencia de motivación y
razonabilidad en el secreto sumarial de los procesos
penales].
46. 046.Exp. Nº 00774-2005-HC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Víctor Alfredo
Polay Campos. Uso de locutorios en centros penitenciarios
y su incidencia en los derechos de los internos]
47. 047.Exp. Nº 08123-2005-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Nelson Jacob
Gurman. Principio ne bis in idem y su protección mediante
el proceso de hábeas corpus].
48. 048.Exp. Nº 08125-2005-PHC-TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Jeffrey Immelt y
otros. Derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales y la individualización de los cargos imputados en
el auto que abre instrucción].
49. 049.Exp. Nº 00019-2005-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad promovido por más del 25
% del número legal de miembros del Congreso de la
República. Inconstitucionalidad de la frase “y domiciliaria”
del primer párrafo del artículo 47 del Código Penal,
modificado por el artículo único de la Ley Nº 28658, que
equiparaba el tiempo de detención domiciliaria con el de
detención judicial preventiva].
50. 050.Exp. Nº 05228-2006-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Samuel Gleiser
Katz. Razonabilidad del plazo máximo de investigación
fiscal].
51. 051.Exp. Nº 00012-2006-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad promovido por el Colegio
de Abogados de Lima. Inconstitucionalidad de los artículos
68, 70 (incs. 1 y 4), 90, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 99, 100,
101, 102, 103, 115, 116, 117, 125, 130 (inc. 1), 134, 139
(incs. 1 y 2), 140, 141 (incs. 1 y 2), 142, 143, 144, 147, 148
y 149 del Decreto Legislativo Nº 961, Código de Justicia
Militar Policial].
52. 052.Exp. Nº 06201-2007-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Moisés
Wolfenson Woloch. Abono de los días de arresto
domiciliario al cómputo de la pena].
53. 053.Exp. Nº 02725-2008-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Roberto Boris
Chauca Temoche. El test de la triple identidad para evaluar
la afectación del principio constitucional de ne bis in idem].
54. 054.Exp. Nº 01575-2007-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Marisol
Elizabeth Venturo Ríos. Derecho al libre desarrollo de la
personalidad y el acceso al beneficio de visita íntima de
mujeres condenadas por terrorismo].
55. 055.Exp. Nº 00012-2008-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad interpuesto por Juan
Miguel Jugo Viera en representación de más de cinco mil
ciudadanos. Se declara la constitucionalidad de la
modificación introducida por el artículo 1 del Decreto
Legislativo Nº 983 al artículo 261 del Código de
Procedimientos Penales en la medida que sea interpretado
y aplicado conforme a lo dispuesto en la sentencia por el
Tribunal].
56. 056.Exp. Nº 03509-2009-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Walter Gaspar
Chacón Málaga. Derecho fundamental al plazo razonable
de la duración del proceso y las consecuencias de su
afectación].
57. 057.Exp. Nº 05350-2009-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus interpuesto por Julio Rolando
Salazar Monroe. Razonabilidad del plazo del proceso
penal].
58. 058.Exp. Nº 02748-2010-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus interpuesto por Alexander
Mosquera Izquierdo. Procuradores pueden impugnar
sentencias que excluyan a procesados por delitos de
narcotráfico y/o lavado de activos].
59. 059.Exp. Nº 03170-2010-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus contra sentencia expedida por
la Cuarta Sala Especializada en lo Penal para Procesos
con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima.
La participación de procuradores en procesos de tráfico de
drogas y/o lavado de activos es obligatoria].
60. 060.Exp. Nº 03045-2010-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus interpuesto por Sebastián
Ramírez Quijano a favor de Anilda Noreña Durand.
Libertad religiosa y práctica religiosa en cárceles].
61. 061.Exp. Nº 00017-2011-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad promovido por el Fiscal de
la Nación. Se declara inconstitucional la Ley Nº 29703 en el
extremo referido a la modificación del artículo 384
(colusión) del Código Penal, en consecuencia nulo y
carente de todo efecto la expresión “patrimonialmente”; y
constitucional la modificación del artículo 400 (tráfico de
influencias) del Código Penal].
62. 062.Exp. Nº 04298-2012-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por el alcalde de la
Municipalidad Provincial de Chiclayo, Roberto Torres
Gonzales. La excepción típica del delito de peculado de
uso no parte de utilizar reiteradamente el vehículo
motorizado (art. 388, in fine del Código Penal), sino de la
relación que tiene este con el ejercicio de la función
pública].
63. 063.Exp. Nº 01969-2011-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Humberto
Bocanegra Chávez a favor de José Santiago Bryson de la
Barra y otros. Los hechos ocurridos en El Frontón no
constituyen crímenes de lesa humanidad. En
consecuencia, señaló el Tribunal Constitucional, debía
operar la prescripción terminado el proceso penal contra
los presuntos implicados].
64. 064.Exp. Nº 03116-2012-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Elsa Canchaya.
La prescripción de la acción penal es una causa de
extinción de la responsabilidad criminal].
65. 065.Exp. Nº 01711-2014-PHC/TC
1. [TC instaura recurso de agravio constitucional contra el
terrorismo y rechaza traslado de sentenciados por dicho
delito a un penal ordinario].
66. 066.Exp. Nº 06727-2013 PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Bernardino
Lizarribar. Al no constituir trato inhumano ni degradante,
reos de establecimientos penitenciarios pueden
permanecer aislados 20 horas al día en celdas pequeñas].
67. 067.Exp. Nº 00867-2011-PA/TC
1. [Proceso de amparo. Promovido por Alan Quintano
Saravia. Grabación no consentida puede ser objeto de
prueba de un delito si protege el interés general en la
investigación y persecución del delito
68. 068.Exp. Nº 01665-2014-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Juan
Temístocles García en representación del menor C.F.A.P.
Establece como doctrina jurisprudencial vinculante el
cómputo del plazo para impugnar internamiento de
menores infractores].
69. 069.Exp. Nº 00295-2012-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Aristóteles Arce.
Establece como doctrina jurisprudencial vinculante que el
cómputo del plazo razonable en el proceso penal debe
iniciarse desde la apertura de la investigación preliminar del
delito, el cual comprende la investigación policial o la fiscal,
y ya no desde la aprehensión del procesado].
70. 070.Exp. Nº 00022-2011-PI//TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad promovido por más de
5000 ciudadanos. Se declara inconstitucional artículos del
Código Penal Militar Policial (D. Leg. Nº 1094) y la Ley que
establece reglas de empleo y uso de la fuerza por parte de
las Fuerzas Armadas en el territorio nacional (D. Leg. Nº
1095)].
71. 071.Exp. Nº 05811-2015-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Nadine Heredia.
Pleno del Tribunal Constitucional afirmó que no puede
existir cosa decidida en el caso de Nadine Heredia pues la
primera investigación fiscal contra la Primera Dama fue
hecha de forma deficiente y no existieron nuevas pruebas].
72. 072.Exp. Nº 07440-2005-PHD/TC
1. [Proceso de hábeas data promovido por Juan de Dios
Olivares Torres. Responsabilidad de la ONP frente a la
negativa de entregar la información solicitada].
73. 073.Exp. Nº 00008-2005-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad promovido por Juan José
Gorriti y más de cinco mil ciudadanos. Constitucionalidad
de la Ley marco del empleo público].
74. 074.Exp. Nº 09600-2005-PATC
1. [Proceso de amparo promovido por Rosana Francisca
Podestá Torres. Derecho a las prestaciones de salud y la
seguridad social].
75. 075.Exp. Nº 03501-2006-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Ricardo David Chávez
Caballero. Constitución y régimen jurídico de los
trabajadores de confianza].
76. 076.Exp. Nº 03072-2006-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Sixto Guillermo Ludeña
Luque. Interrupción del plazo prescriptorio para demandar
beneficios sociales].
77. 077.Exp. Nº 03169-2006-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Pablo Cayo Mendoza.
Principios de legalidad y proporcionalidad en el despido
laboral].
78. 078.Exp. Nº 04922-2007-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por el Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Sunat y Sunad. Derecho de igualdad
remunerativa].
79. 079.Exp. Nº 05652-2007-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Rosa Bethzabé
Gambini Vidal. Discriminación laboral por razón de sexo
(situación especial de embarazo)].
80. 080.Exp. Nº 05561-2007-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por la Oficina de
Normalización Previsional (ONP). Se ordena a la ONP
suspender la interposición de demandas o recursos
manifiestamente infundados en contra de los pensionistas].
81. 081.Exp. Nº 00014-2007-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad promovido por más del 25
% del número legal de miembros del Congreso de la
República. Inconstitucionalidad, en parte, de la Ley Nº
28991, Ley de libre desafiliación informada, pensión
mínima y complementarias, y régimen especial de
jubilación anticipada].
82. 082.Exp. Nº 03818-2009-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por Roy Marden Leal
Maytahuari. Interpretación de la norma que regula los
contratos administrativos de servicios].
83. 083.Exp. Nº 00002-2010-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad interpuesto por más de
cinco mil ciudadanos. Constitucionalidad del Decreto
Legislativo Nº 1057 que regula el Régimen especial de
contratación administrativa de servicios].
84. 084.Exp. Nº 01568-2011-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por César Alfredo Carrollo
Alcántara. Trabajadores de confianza].
85. 085.Exp. Nº 01059-2009-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por Amalie Marie
Francoise Chabaneix Cunza. Proporcionalidad del
despido].
86. 086.Exp. Nº 03940-2010-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por el Gobierno Regional
del Callao. Se establecen precisiones al precedente
vinculante STC Exp. Nº 00206-2005-PA/TC. Vía judicial
para impugnar despidos de trabajadores que suscribieron
contratos de naturaleza civil (locación de servicios), estará
determinada por el régimen laboral de la entidad donde
efectivamente se realizaron las labores].
87. 087.Exp. Nº 01722-2011-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por el Sindicato de
Trabajadores de la Municipalidad de Lima. Un contrato de
transacción laboral, podrá ser considerado como válido si
la reciprocidad que ofrece el empleador, beneficia
proporcionalmente al trabajador en relación a la
controversia suscitada]..
88. 088.Exp. Nº 00273-2010-PA/TC
1. [Amparo interpuesto por el Sindicato Unitario de
Trabajadores de Electrolima, empresas concesionarias
eléctricas y afines. Tribunal Constitucional precisa cuáles
son los supuestos y las reglas para uso de la prueba del
polígrafo]..
89. 089.Exp. Nº 05057-2013-PA/TC
1. [Demanda de amparo interpuesta por Rosalía Huatuco
Huatuco. El Tribunal Constitucional ha establecido como
precedente vinculante que no podrá ordenarse la
reposición a plazo indeterminado de los trabajadores del
Sector Público que, pese a acreditar la desnaturalización
de sus contratos temporales o civiles, no hayan obtenido
una plaza en virtud de un concurso público de méritos].
90. 090.Exp. Nº 00645-2013-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Victoria Castañeda
Arizaga. El Tribunal dispone que honorarios profesionales o
ingresos provenientes de contratos civiles no pueden ser
embargados si no exceden las 5 URP tal como sucede con
las remuneraciones laborales].
91. 091.Exp. Nº 00422-2013-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Fernando Vásquez
Ching. Bancos no podrán cobrar préstamos por planilla si el
trabajador debe pensión de alimentos].
92. 092.Exp. Nº 06681-2013-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Richard Nilton Cruz
Llamos. Nuevo criterio de aplicación del precedente
Huatuco correspondiente a la actividad pública].
93. 093.Exp. Nº 03194-2004-HC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Nicanor Carreño
Castillo. Procedimiento disciplinario y proceso judicial
militar].
94. 094.Exp. Nº 00592-2005-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Romantex S.A.C.
Defensa de los derechos de los usuarios en cuanto al
régimen tributario de arbitrios de limpieza pública, parques
y jardines, y serenazgo. Multa a municipalidad por no
acatar criterios vinculantes del Tribunal Constitucional].
95. 095.Exp. Nº 02273-2005-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Karen Mañuca
Quiroz Cabanillas. Derecho a la identidad y a obtener el
Documento Nacional de Identidad].
96. 096.Exp. Nº 08605-2005-AA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Engelhart Perú S.A.C.
Derecho al debido proceso en materia constitucional
tributaria].
97. 097.Exp. Nº 09165-2005-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por el Grupo Mustafa.
Ratifican la constitucionalidad del impuesto a la explotación
de los juegos de azar].
98. 098.Exp. Nº 02730-2006-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Arturo Castillo Chirinos.
Principio de unidad de la Constitución y las funciones del
juez constitucional y el Jurado Nacional de Elecciones].
99. 099.Exp. Nº 04245-2006-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por la Dirección Regional
de Comercio y Turismo de Huancavelica. Efectividad de las
sentencias del Tribunal Constitucional en materia de
casinos de juego y máquinas tragamonedas].
100. 100.Exp. Nº 07435-2006-PC/TC
1. [Proceso de cumplimiento promovido por Susana Chávez
Alvarado y otras. Funciones del Ministerio de Salud en
cuanto a la planificación familiar. El caso de la denominada
“píldora del día siguiente”].
101. 101.Exp. Nº 04223-2006-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Máximo Medardo Mass
López. Las antenas de telecomunicaciones y el derecho a
un medio ambiente equilibrado y adecuado].
102. 102.Exp. Nº 00654-2007-AA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por el Ministerio de la
Producción. Competencias reservadas a los órganos del
Estado y su relación con el derecho constitucional de
defensa].
103. 103.Exp. Nº 01078-2007-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por José Miguel Ángel
Cortez Vigo. Naturaleza tributaria del Fonavi].
104. 104.Exp. Nº 04382-2007-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Nicolás de Bari
Hermoza Quiroz. Imposibilidad de la Sunat para discernir
entre rentas lícitas e ilícitas].
105. 105.Exp. Nº 00023-2007-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad interpuesto por la
Federación Nacional de Docentes del Perú. Se declara la
inconstitucionalidad del artículo 3 del Decreto de Urgencia
Nº 033-2005 que establecía diversos subniveles entre los
profesores universitarios a efectos de la homologación de
remuneraciones, los que no se encontraban comprendidos
en la Ley Nº 23733, Ley Universitaria].
106. 106.Exp. Nº 00926-2007-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por C.F.A.D. Derecho al
libre desarrollo de la personalidad, a la identidad sexual, a
no ser discriminado y al debido proceso en el ámbito
administrativo disciplinario policial]
107. 107.Exp. Nº 05527-2008-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Nidia Yesenia
Baca Barturén. Discriminación por razón de sexo (especial
situación de embarazo) en la Policía].
108. 108.Exp. Nº 03816-2009-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por Dan Export S.A.C.
Límites a la importación de vehículos usados son
constitucionales].
109. 109.Exp. Nº 05680-2009-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por Félix Wagner Arista
Torres. La Administración Pública no puede imponer al
personal la práctica de ritos y costumbres religiosas por
muy arraigados que estén en el sentir de la población].
110. 110.Exp. Nº 03712-2010-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por Demetrio Pedro
Durand Saavedra. Inscripción de las sanciones en el
Registro Nacional de Sanciones de la Administración
Pública no vulnera el derecho de presunción de inocencia].
111. 111.Exp. Nº 00863-2011-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por C & S Nippon Auto
Parts S.R.L. y otros. El TC rechaza la posibilidad de seguir
importando motores, repuestos, partes y piezas usadas
para vehículos automotores].
112. 112.Exp. Nº 03891-2011-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por César José Hinostroza
Pariachi. Amparo contra el CNM en materia de destitución
y ratificación de jueces y fiscales. Se precisa que el
derecho a la debida motivación de las resoluciones importa
que la administración exprese las razones o justificaciones
objetivas que llevan a tomar una determinada decisión.
113. 113.Exp. Nº 00037-2012-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Scotiabank Perú S.A.A.
Se declara inconstitucional la interpretación literal del
artículo 3.3 del Reglamento de la Ley de Ejecución
Coactiva, sostenida por la Corte Suprema de Justicia de la
República, que imponía a las municipalidades distritales y
provinciales de todo el país la obligación de que sus
ejecutores coactivos estén acreditados ante todas las
entidades mencionadas en la referida norma como
requisito previo para hacer efectivas sus acreencias].
114. 114.Exp. Nº 00319-2013-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por la Sociedad Agrícola
San Agustín S.A. Indemnización justipreciada por
expropiación no es un hecho imponible del Impuesto a la
Renta].
115. 115.Exp. Nº 00937-2013-PHD/TC
1. [La asociación Lumen Gentium presenta demanda de
hábeas data contra la Sunat por no hacer públicas
circulares de uso interno que produce la entidad tributaria.
El Tribunal Constitucional señala que las pautas de acción
generales elaboradas por los abogados de la
Administración Tributaria para aplicar sanciones no tienen
carácter confidencial].
116. 116.Exp. Nº 00005-2010-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por Unitronic S.R.L. El TC
como doctrina jurisprudencial ha declarado límites a la
potestad discrecional de la Sunat].
117. 117.Exp. Nº 04617-2012-PA/TC
1. [Amparo promovido por Panamericana Televisión contra la
Sunat. Tribunal Constitucional declara inexigible deuda
tributaria de Panamericana Televisión].
118. 118.Exp. Nº 03552-2013-PHD/TC
1. [Proceso de hábeas data promovido por Héctor
Barrenechea. Cuando las entidades públicas no hayan
previsto en sus TUPA el costo de reproducir determinada
información no pueden cargar al administrado con
cualquier monto arbitrario].
119. 119.Exp. Nº 04293-2012-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por el Consorcio Requena.
Mediante esta decisión se deja sin efecto el precedente
vinculante que autorizaba a los tribunales administrativos
aplicar el control difuso de constitucionalidad].
120. 120.Exp. Nº 05409-2013-PHD/TC
1. [Hábeas data interpuesto por Aparicio Espino. El Tribunal
Constitucional establece que el autoavalúo está protegido
por la reserva tributaria].
121. 121.Exp. Nº 00791-2014-PA/TC
1. [Auto sobre recurso de reposición promovido por el
Consejo Nacional de la Magistratura. El Tribunal
Constitucional dejó sin efecto, por unanimidad, orden dada
por el anterior colegiado al Consejo Nacional de la
Magistratura de nombrar a Mateo Castañeda Segovia
como Fiscal Supremo].
122. 122.Exp. Nº 06167-2005-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por Fernando
Cantuarias Salaverry. Ámbito constitucionalmente protegido
del arbitraje].
123. 123.Exp. Nº 00665-2007-AA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Telefónica del Perú
S.A.A. Alcances del derecho de propiedad]..
124. 124.Exp. Nº 09332-2006-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Reynaldo Armando
Shols Pérez. Se precisa que el hijastro(a) forma parte de la
nueva estructura familiar, y se reconoce los eventuales
derechos y deberes especiales que se derivan de dicha
situación jurídica].
125. 125.Exp. Nº 03574-2007-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por el Club Deportivo
Wanka. Justicia constitucional y arbitraje en el fútbol].
126. 126.Exp. Nº 05311-2007-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por la Compañía
Distribuidora S.A. Arbitraje y los límites constitucionales a
la libertad de contratación].
127. 127.Exp. Nº 01817-2009-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus promovido por J.A.R.R.A. y
V.R.R.A. El interés superior del niño como principio de
rango constitucional].
128. 128.Exp. Nº 02389-2009-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por la Asociación Club
Petróleos. Derecho a la inviolabilidad de domicilio y el
derecho de asociación de un club privado].
129. 129.Exp. Nº 00022-2009-PI/TC
1. [Proceso de inconstitucionalidad promovido por Gonzalo
Tuanama Tuanama y más de cinco mil ciudadanos.
Constitucionalidad del Decreto Legislativo Nº 1089 que
regula el Régimen temporal extraordinario de formalización
y titulación de predios rurales].
130. 130.Exp. Nº 00550-2008-PA/TC
1. [Proceso de amparo interpuesto por René Quenta
Calderón. Se declara infundada la demanda de amparo
priorizando la tutela del derecho a la identidad personal y el
interés superior del niño como límite al derecho a la
inmutabilidad de la cosa juzgada].
131. 131.Exp. Nº 02892-2010-PHC/TC
1. [Proceso de hábeas corpus interpuesto por Nora Rosario
Heredia Muñoz a favor de su menor hijo L.F.H. Derecho a
tener una familia y a no ser separado de ella].
132. 132.Exp. Nº 04058-2012-PA/TC
1. [Demanda de amparo interpuesta por Silvia Patricia López
Falcón. El TC publicó como doctrina jurisprudencial que las
reglas procesales deben adecuarse para favorecer el
interés superior del niño. Esta resolución se dio en el marco
del juicio de alimentos a favor de una niña, en donde la
jueza decidió dar por concluido el proceso debido a que la
representante de la menor llegó tarde a la audiencia].
133. 133.Exp. Nº 00330-2013-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por César Álvarez.
Declaración jurada de un tercero no es prueba suficiente
para desvirtuar lo señalado en una cédula de notificación
judicial].
134. 134.Exp. Nº 02214-2014-PA/TC
1. [Proceso de amparo promovido por Inocente Puluche
Cárdenas. Establece como doctrina jurisprudencial
vinculante que los intereses en materia pensionaria no son
capitalizables, y que todos los órganos jurisdiccionales
están obligados a atender con mayor celeridad, todos los
procesos judiciales relacionados a derechos de personas
ancianas].
135. 135.Exp. Nº 01998-2014-PA/TC
1. [Demanda de amparo interpuesto por Silvia Valdez
Delgado. El Tribunal Constitucional establece que el
esposo podrá quedarse con el hogar conyugal si es que su
cónyugue lo abandona por estar desempleado].

Landmarks
1. Cover

También podría gustarte