Keynes y Beveridge
Keynes y Beveridge
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permitirá a la industria nacional beneficiarse del aumento de la
productividad, y como consecuencia, de la competitividad.
Un par de años más tarde, se anuncia el Estado de Bienestar en Inglaterra y
se ponen en práctica muchas de las ideas del Informe Beveridge. De
manera directa vinculaba la política social con la política económica en
aras a conseguir el pleno empleo. Se indica que la protección a la persona
debe ser desde la cuna hasta la tumba, garantizando unos ingresos mínimos
para luchar contra la pobreza, y ofreciendo soluciones respecto a las
enfermedades de larga duración, respecto a la educación, respecto al
desamparo,… lo que se denominó una política social de progreso social.
Un sistema universal unitario que, como en el modelo escandinavo,
otorgaba un seguro nacional a los trabajadores, promovía subsidios a las
familias numerosas, y creó por vez primera un Servicio Nacional de Salud
gratuito.
El sistema triunfó y lo aplicaron los sucesivos gobiernos abordando nuevos
campos como la educación, la vivienda,… llegando en ocasiones a la
nacionalización de empresas.
Influyó en las recomendaciones de la OIT y en los modelos de la Seguridad
Social de países como Bélgica, Holanda y Suiza.