Taller Normatividad en Salud Con Enfoque de Género
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R/ Según los resultados de la ENDS de 2015, se evidencia una tendencia preocupante en el país
durante los últimos 15 años, caracterizada por bajos niveles de conocimiento acerca del período
fértil de la mujer. En este contexto, se destaca que únicamente el 29.2 por ciento de todas las
mujeres reconocen que el período fértil ocurre entre dos ciclos menstruales del ciclo ovulatorio.
Paralelamente, el incremento en la prevalencia de la esterilización femenina en Colombia, que
constituye el método anticonceptivo más utilizado a nivel nacional (34.9%), revela disparidades
significativas según factores sociales, como el nivel educativo. Por ejemplo, el 44.6% de las
mujeres con educación primaria optan por este método. En este contexto, resulta crucial explorar
el grado de arrepentimiento y las motivaciones subyacentes que las mujeres manifiestan respecto
a la esterilización femenina.
Es importante resaltar que las mujeres en el quintil más bajo de riqueza y las que reportan ningún
nivel de educación formal están rezagadas, desde 20 puntos porcentuales o más, frente a los otros
niveles de educación y quintiles de riqueza. Estos grupos permanecen en situación de
vulnerabilidad frente al resto de la población. Esta brecha resalta la necesidad de implementar
estrategias específicas para garantizar el acceso a información y servicios de planificación
familiar en estos segmentos de la sociedad, con el objetivo de reducir las desigualdades y
fortalecer tanto el conocimiento y la salud reproductiva de todas las mujeres en el país por su
bienestar general.
La situación educativa de las mujeres muestra variaciones significativas en función del quintil de
riqueza al que pertenecen y de su edad. Sin embargo, en términos generales, resulta preocupante
observar que dicha situación presenta niveles bajos y ha experimentado una disminución a lo
largo del tiempo. Este patrón refleja la necesidad de abordar de manera específica las barreras
educativas que enfrentan las mujeres, considerando tanto las disparidades económicas como las
diferencias generacionales, para promover un acceso equitativo a la educación y fortalecer el
empoderamiento femenino en diversos contextos sociales.
- ¿Cómo es la situación laboral para las mujeres?
Sin embargo, a pesar del aumento en la participación laboral de las mujeres, enfrentan desafíos
significativos para conciliar el trabajo remunerado con las responsabilidades de cuidado, debido
a disparidades en la dedicación entre madres y padres, así como a la falta de políticas adecuadas
(Batthyany, Genta & Perrotta, 2013).
R/ En relación al cuadro G.2.1, que proporciona detalles sobre los errores de muestreo para la
población total, y tras analizar las tablas correspondientes, se verifica que los errores estándar
son reducidos, lo que respalda la afirmación de que la muestra puede considerarse bastante
precisa.
Adicionalmente, se destaca que el 36.4% de los hogares son dirigidos por una mujer, siendo este
fenómeno más predominante en áreas urbanas que rurales. La frecuencia de hogares con una
mujer como jefa ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, pasando de un
30.3% en 2005 a un 34% en 2010 y finalmente a un 36.4% en 2015.
Es relevante observar que cuando la madre es joven, suele recurrir a la ayuda de familiares y/o
amigos para la crianza de sus hijos, estableciendo así una red de apoyo. Datos adicionales
sugieren que estos hogares, aunque menos conflictivos, tienden a tener recursos económicos más
limitados en comparación con aquellos dirigidos por un hombre.
A pesar de algunos indicadores positivos, como una distribución equitativa del trabajo y de los
recursos, y un énfasis en gastos directamente productivos o destinados a fortalecer las
capacidades humanas de los miembros del hogar, se observan también desafíos particulares.
Hogares encabezados por mujeres pueden experimentar conflictos específicos, tales como
problemas de abandono en los hijos o la sobrecarga de tareas domésticas en las hijas. Estos
aspectos resaltan la necesidad de abordar de manera integral la situación de los hogares
encabezados por mujeres, considerando no solo los aspectos económicos, sino también los
sociales y emocionales.
R/ Efectivamente, según los datos, un 5.6 por ciento de las mujeres indicaron que destinan la
totalidad de sus ingresos para cubrir los gastos del hogar. Por otro lado, un 9.8 por ciento
contribuye con más de la mitad de sus ingresos, mientras que un significativo 32.4 por ciento
aporta la mitad de su salario para los gastos del hogar. Asimismo, un 25.2 por ciento de las
mujeres expresó aportar menos de la mitad, un 18.9 por ciento contribuye con apenas una
fracción mínima, y un 8.1 por ciento opta por no aportar nada, destinando la totalidad de sus
ingresos al ahorro personal. Estos datos revelan una diversidad significativa en los patrones de
contribución financiera de las mujeres a los gastos del hogar.
R/ La relación entre la situación laboral y la afiliación a la salud en las mujeres es muy estrecha,
y depende de diversos factores, incluyendo el tipo de empleo, las políticas manejadas en el
contrato y el nivel educativo de la persona. Como se mencionaba anteriormente las mujeres, han
tenido un menor campo de acción en el ámbito laboral en comparación a los hombres, por lo cual
su afiliación de salud estará regido por su ingreso económico. La ENDS demostró que el 45,7%
de las mujeres entre 13 y 49 años están afiliadas al régimen contributivo y el 46% al régimen
subsidiado; siendo estos unos valores muy positivos, ya que la afiliación a la salud protege a un
gran número de mujeres alrededor del territorio nacional y, permitiéndoles tener acceso a planes
de prevención de enfermedades y gestión efectiva de la salud.
- ¿Cómo es el comportamiento de las cifras de embarazo y maternidad en las mujeres de las
diferentes edades incluyendo las adolescentes?
- En mujeres de 15-19 años de edad, incrementó el nivel de fecundidad entre los años 1990
y 2005
- En Colombia disminuyó el nivel de fecundidad, puesto que en 11967 había
aproximadamente 6.7 hijos e hijas por mujer y en 2010, 2.1 hijos e hijas por mujer.
- En el actual siglo, el ritmo de descenso de esta fecundidad continúa de manera más
pausada. En el año 2000, habían 2,6 hijos e hijas por mujer y en el 2015 2.0 hijos e hijas
por cada mujer.
- La zona geográfica en la que residen las mujeres gestantes afecta las tasas de fecundidad
en adolescentes ya que estos porcentajes son mayores en zonas rurales que en zonas
urbanas.
Tabla correspondiente a tasas de fecundidad por edad entre el año 2011 y 2015
En la anterior tabla se puede observar un aumento en esta tasa de fecundidad en la edad 20-24,
seguidas de la edad 25-29, y por último la edad de 15-19 años de la madre al nacimiento.
Por el contrario, la edad de la madre al nacimiento con menor tasa de fecundidad están las
mujeres de 45-49 años, seguidas de la edad 40-44 años y finalmente de 35-39, teniendo en cuenta
que el número de años anteriores a la cuenta en algunos casos no aplica o posee tasas truncadas
parcialmente.
R/ Durante el período de 2010 a 2015, la atención prenatal a nivel nacional para madres
gestantes alcanzó un 98%. Sin embargo, se evidencian disparidades significativas según el nivel
educativo y la situación socioeconómica. Las mujeres sin educación y aquellas en el quintil de
riqueza más bajo muestran la cobertura perinatal más baja.
Además, se observan diferencias en las visitas prenatales de control según la zona de residencia.
Mientras que el 92% de las mujeres en zonas urbanas obtuvieron cuatro visitas o más, en las
zonas rurales este porcentaje disminuyó al 83.7%, destacando la desventaja de las madres en
áreas rurales con recursos socioeconómicos limitados.
El 96.9% de los partos ocurrieron en instituciones de salud, pero un porcentaje restante tuvo
lugar fuera de estas, especialmente entre mujeres con seis o más hijos, baja educación y
pertenecientes al quintil de pobreza más bajo. Estas situaciones son más prevalentes en
departamentos con desarrollo bajo, como La Guajira, Chocó, Guainía y Amazonas.
Finalmente en el periodo postnatal, el 77.5% de las mujeres recibieron atención. Los porcentajes
más altos se observaron en mujeres de 20 a 34 años (79.4%) y mayores de 35 años (81.4%),
mientras que los porcentajes más bajos fueron para menores de 20 años. Similar a la atención
prenatal, la atención postnatal es más baja en mujeres con bajo nivel educativo, en el quintil de
pobreza más bajo y en zonas rurales en comparación con las zonas urbanas. Estas disparidades
destacan la necesidad de abordar inequidades en la atención materna a nivel nacional.
5. De acuerdo con la información anterior, elabore un ensayo en donde evidencie el análisis
crítico de la situación demográfica y de salud de la mujer a nivel nacional para 2015, así mismo,
donde exponga su perspectiva frente a los cambios sociales, académicos, culturales y
económicos que han transcurrido a la fecha y cómo considera han modificado positiva o
negativamente la salud y bienestar materno infantil.
Introducción:
La salud materno-infantil es un indicador crucial que refleja el bienestar de una sociedad y su
capacidad para proporcionar condiciones óptimas a las mujeres y los niños. En este ensayo, se
explorarán perspectivas como sociales, académicas, culturales y económicas y además, se
examinará cómo estas transformaciones han impactado positiva o negativamente la salud y
bienestar materno-infantil.
Transformaciones Actuales:
Desde 2015 hasta la fecha actual, diversas transformaciones han marcado la sociedad, la
academia, la cultura y la economía. La conciencia creciente sobre la igualdad de género ha
llevado a cambios en las percepciones culturales sobre los roles de la mujer, fomentando la
participación femenina en sectores académicos y laborales. Sin embargo, estas mejoras no han
eliminado completamente las disparidades, y persisten desafíos en la equidad de género.
Estos cambios han influido en la salud materno-infantil de manera compleja. Por un lado, la
mayor conciencia y participación de las mujeres en ámbitos académicos y laborales podría
traducirse en decisiones más informadas sobre la planificación familiar y una mejora en la
atención prenatal.
Conclusiones:
El análisis detallado de las transformaciones sociales, académicas, culturales y económicas desde
2015 hasta la actualidad revela la complejidad de los factores que influyen en la salud y bienestar
materno-infantil. Si bien se han logrado avances, es esencial abordar de manera integral las
desigualdades persistentes y los desafíos emergentes. La formulación de políticas públicas que
consideren la interseccionalidad de estos factores y promuevan la equidad de género, el acceso a
la educación y la atención médica, así como la reducción de la carga de trabajo no remunerado,
es fundamental para garantizar un futuro más saludable y equitativo para las mujeres y sus hijos.
6. Si usted pudiera modificar la legislación nacional qué políticas implementaría con el fin de
proteger la salud materno infantil, sin olvidar la importancia de mantener la economía nacional.
Justifique