Diabetes Tipo 1
Diabetes Tipo 1
Diabetes Tipo 1
Diabetes tipo 1
Ausencia de producción de insulina en el páncreas debido a
la destrucción autoinmune de las células beta, el paciente no
produce insulina debido a una destrucción autoinmunitaria
de las células beta pancreáticas.
La destrucción avanza sin provocar síntomas durante meses
o años hasta que la masa de células beta disminuye hasta un
punto en el cual las concentraciones de insulina no son
adecuadas para controlar la glucemia. La diabetes mellitus
tipo 1 aparece durante la infancia o la adolescencia y hasta
hace poco tiempo era la forma diagnosticada con mayor
frecuencia antes de los 30 años; no obstante, también puede
aparecer en adultos (diabetes autoinmunitaria latente de la
adultez, que en un principio puede confundirse con el tipo 2).
Algunos casos de diabetes mellitus tipo 1 no parecen tener
una base autoinmunitaria y se consideran idiopáticos
Etiología
Dieta
La adaptación de la dieta a las circunstancias del individuo puede
ayudar a los pacientes a controlar las fluctuaciones en la glucemia
y, en aquellos con diabetes mellitus tipo 2, puede ayudarlos a
perder peso. Las recomendaciones dietéticas deben
individualizarse en función de los gustos, las preferencias, la
cultura y los objetivos del paciente y deben formularse para
adaptarse a los requisitos que plantean las enfermedades
asociadas. No hay recomendaciones establecidas sobre los
porcentajes de calorías que deben provenir de hidratos de
carbono, proteínas o grasas. Los pacientes deben ser educados
sobre el consumo de una dieta rica en alimentos integrales en
lugar de alimentos procesados. Los hidratos de carbono deben
ser de alta calidad y deben contener cantidades adecuadas de
fibra, vitaminas y minerales y bajo contenido de azúcar, grasa y
sodio. Algunos adultos pueden reducir los niveles de glucosa en
sangre y requerir menos hipoglucemiantes si siguen un plan de
alimentación con contenido bajo o muy bajo de hidratos de
carbono, aunque los beneficios pueden no mantenerse a largo
plazo.
• Factores genéticos:
– Complejo mayor de histocompatibilidad (CMH).
– Otros genes.
• Factores inmunológicos:
– Respuesta inmunitaria humoral (autoanticuerpos).
– Respuesta inmunitaria celular.
– Respuesta inmunitaria innata.
• Factores ambientales:
– Dieta.
– Virus.
– Microbioma.
Factores genéticos
CMH
Los genes que confieren mayor susceptibilidad para el desarrollo de DM1 en el CMH están
localizados en la región del HLA en el brazo corto del cromosoma 6 (6p21) (Fig. 2.1-2). Esta
región contiene los genes que codifican las moléculas clase II del CMH que se expresan en la
superficie de las células presentadoras de antígenos (APC). Las moléculas clase II del CMH son
proteínas formadas por cadenas a y b, que se unen al antígeno y permiten que éste sea
presentado a los receptores de antígenos de los linfocitos T, mediadores de la respuesta
autoinmunitaria destructora de la célula b pancreática. La susceptibilidad para desarrollar
diabetes se modifica por la distinta afinidad por autoantígenos, la cual está determinada por
sustituciones de un aminoácido de esas cadenas («residuos»). La mayor parte de los pacientes
con DM1 tienen el haplotipo HLA-DR3,DQB1*0201 (DR3-DQ2) o el HLA-DR4,DQB1*0302 (DR4-
DQ8); la susceptibilidad es aún mayor si son portadores de ambos (heterocigosis DR3/4).
Otros genes
En general, se precisa de la presencia de genes del CMH para que se desarrolle la DM1, pero
no son suficientes por sí mismos para desencadenar la diabetes, sino que colaboran otros
genes que no se encuentran en el CMH. Se ha descrito que sujetos con polimorfismos del gen
del promotor de la insulina, en concreto en la región 5, se asocian a mayor expresión de
insulina en el timo y menor desarrollo de diabetes. Un cambio de aminoácido en la cadena del
gen de la tirosina-fosfatasa específica del linfocito (PTPN22) está presente en algunas
poblaciones con DM1 y en otras enfermedades autoinmunitarias, como la celiaquía.
Factores inmunológicos
Los cinco autoanticuerpos que se identifican son: los anticuerpos contra las células
productoras de insulina (ICA), los anticuerpos antiinsulina (IAA), los anticuerpos contra la
isoforma 65 kDa de la glutámico-acido-decarboxilasa (GADA), los anticuerpos contra la
molécula IA2 relacionada con la protein-tyrosina (IA-2A) y los anticuerpos contra el
transportador de Zn 8 (ZnT8A).
En conclusión, parece que los autoanticuerpos siguen siendo el factor predictivo de progresión
a DM1; la positividad de dos o más es la que representa más riesgo. La correlación de algunos
autoanticuerpos con diferentes haplotipos de riesgo del HLA permitiría clasificar en formas
diferentes a la enfermedad, con curso temporal diferente, para así buscar factores
ambientales desencadenantes o diseñar herramientas terapéuticas contra estas dianas en
momentos distintos de la vida. La aparición de autoanticuerpos no es un simple biomarcador
de la enfermedad, sino que implica un papel activo en la progresión a fases clínicas de la
enfermedad. A los 10 años de la aparición de éstos, un 70% de los sujetos ha desarrollado
DM1.
Factores ambientales
Virus
Se conoce que hay determinados virus que producen una infección crónica o latente en el
huésped modulando la respuesta inmunitaria de éste. Por otro lado, algunos genes
relacionados con la DM1 regulan la respuesta inmunitaria a virus (MDA-5, PTPN22, TYK2). La
primera evidencia de virus con trofismo sobre el páncreas es el virus de las paperas.
Los enterovirus, sin embargo, sí se han asociado de forma más directa al desarrollo preclínico y
clínico de la DM1. Hay varios hechos que apoyan esta teoría: por un lado, el carácter estacional
de la diabetes, similar al de la infección por enterovirus, que son capaces de producir una
infección persistente y latente; por otro lado, la presencia de enterovirus en biopsias de islotes
b en humanos vivos recién diagnosticados, y en tercer lugar, la asociación epidemiológica de
infección por enterovirus e incremento del riesgo de DM1.