Carlos Sempat, Las Casas Condición Miserable

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FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS

OBISPO: LA NATURALEZA
MISERABLE DE LAS NACIONES
INDIANAS Y EL DERECHO DE LA
IGLESIA. U N ESCRITO DE 1545

Carlos Sempat ASSADOURIAN


El Colegio de México

E N E L A P É N D I C E T R A N S C R I B O dos documentos, que hasta donde


yo sepa no han sido publicados o aprovechados en extenso
p o r la moderna investigación histórica. Corresponden al en-
cuentro que tuvieron en la ciudad de Gracias a Dios, en
1545, el licenciado Francisco M a r r o q u í n , obispo de Guate-
m a l a , y los dominicos B a r t o l o m é de Las Casas, obispo de
Chiapa, y A n t o n i o de Valdivieso, obispo electo de Nicara-
gua. E l primer documento es una petición y requerimiento
presentado por los tres prelados a la Audiencia de los Confi-
nes el 19 de octubre. Alegando textos del derecho c a n ó n i c o
y bajo la amenaza del castigo de la e x c o m u n i ó n , los obispos
exigen a la Audiencia a d m i t i r que ellos "pueden según dere-
cho conocer y determinar de las causas tocantes a los indios
naturales de las provincias de sus obispados como de causas
de personas miserables y m u y miserables privilegiadas por la
ley divina y por la santa y universal i g l e s i a . . . " El segundo
documento es u n acta del 20 de octubre; registra c ó m o el
obispo M a r r o q u í n se aparta del requerimiento que h a b í a fir-
m a d o el d í a anterior.
Otros dos documentos, publicados varias veces,' p e r m i -

1
CDIAO, 1 8 6 7 , v i l , pp. 1 7 2 - 1 8 0 ; FABIÉ, 1 8 7 9 , I I , pp. 1 3 1 - 1 3 7 ; CASAS,
1 9 5 8 , p p . 2 1 8 - 2 2 2 . H e hallado u n traslado de estos documentos en A G I ,
Indiferente, 1 3 8 1 . L a t r a n s c r i p c i ó n de CDIAO tiene varios errores corregi-
dos en la e d i c i ó n de F a b i é . P é r e z de T u d e l a c o m p a r ó las dos versiones y
r e p i t i ó algunas fallas de la p r i m e r a p u b l i c a c i ó n .

HMex, X L : 3 , 1991 387


CARLOS SEMPA1 ASSADOUR1AN

ten conocer algunas derivaciones del hecho anterior. U n o de


ellos, fechado el 22 de octubre, dos días después del desisti-
miento de M a r r o q u í n , está firmado sólo por B a r t o l o m é de
Las Casas; es u n nuevo requerimiento al presidente y oido-
res de la Audiencia e incluye ya la primera parte de los for-
mularios de e x c o m u n i ó n . El otro documento editado es la
respuesta de la Audiencia, con fecha de 26 de octubre, al re-
querimiento y a m o n e s t a c i ó n de Las Casas.
C o n s i d e r a r é estos documentos desde perspectivas histo-
riográficas (Remesal, la enemistad entre Las Casas y M a -
r r o q u í n ) y en relación con sus posibles significados, adjudi-
cables al documento firmado por los tres obispos dentro del
corpus indiano de Las Casas.
E n el m á s influyente de sus estudios lascasianos, La Vera
Paz, román e histoire, M a r c e l Bataillon desacreditó la Historia
de fray Antonio Remesal, impresa por primera vez en 1619,
la cual h a b í a sido siempre una g u í a en la corriente histo-
riográfica adepta a Las Casas. S e g ú n Bataillon, "Remesal
inventa y deforma sin otra p a s i ó n n i objetivo que el de i n -
ventar. U n cuentista nato miente, es decir, inventa como
2
respira. Y Remesal es uno de e l l o s " .
Tenemos oportunidad de revisar esta dura descalificación
propinada a Remesal, pues él mismo narra con gran detalle
el episodio ocurrido en Gracias a Dios en 1545. Para apre-
ciar q u é calidad tiene el relato de Remesal es necesario cono-
cer, por cierto, el de fray Francisco X i m é n e z , el otro gran
historiador de la provincia dominica de San Vicente de
C h i a p a y Guatemala, quien escribió sobre los mismos he-
chos u n siglo d e s p u é s de Remesal. E n efecto, tanto Remesal
como X i m é n e z utilizaron u n manuscrito de fray T o m á s de
la T o r r e , pero mientras Remesal maneja esa fuente sin citar-
la en forma declarada e introduciendo variantes de estilo y
a ñ a d i d o s documentales, X i m é n e z transcribe el manuscrito
3
en forma textual, s e ñ a l a n d o casi siempre su procedencia.

BATAILLON, 1 9 5 1 , p. 246.
3
F r a y T o m á s de la T o r r e i n t e g r ó el g r u p o de frailes d o m i n i c o s que
L a s Casas trajo de E s p a ñ a para su obispado. Remesal utilizó en su Histo-
ria el m a n u s c r i t o de fray T o m á s desde el l i b r o cuarto al d é c i m o y sólo citó
F R A Y B A R T O L O M E D E L A S CASAS O B I S P O 389

Veamos primero, en X i m é n e z , q u é versión dio fray T o m á s


4
de la T o r r e sobre el episodio de Gracias a Dios:
Las Casas, d e s p u é s de visitar T e z u l u t l á n , pasó a Gracias
a Dios,

a la Audiencia Real, donde padeció infinitos trabajos, y porque


fueron muchos, no diré más de una cosa notable, que como na-
da le quisiesen conceder, antes algunos lo echasen por allí como
a loco que pedía la destrucción de la tierra, y a él y al Obispo
de Nicaragua los tratasen mal, llamándoles cocinerillos de los mo-
nasterios, no se podía nadie valer con ellos y otras infinitas inju-
rias en sus barbas, más que en ausencia.
Viendo el pobre viejo las tiranías y el poco remedio y el fruto
que sacaba de los grandes trabajos que pasó porque se asentase
allí aquella nueva Audiencia, hízole un requerimiento de parte
de Dios y del Sumo Pontífice que le desagraviasen su Yglesia
y sacasen sus ovejas de la tiranía y diesen orden como los espa-
ñoles no impidiesen la predicación del Evangelio y le dejasen
usar de su jurisdicción. Enojóse el Presidente que solía ser
grande amigo suyo hasta que vino, con aquel cargo y díjole de-
lante todos: sois un mal hombre, un mal fraile y mal Obispo,
desvergonzado, y merecéis ser castigado. Solamente respondió
el Obispo poniendo la mano en el pecho: yo lo merezco, fulano,
eso que decís. Esto dijo porque por sus abonos y relaciones le
habían hecho Presidente. Después queriéndose absolver para
hallarse presente en la consagración de un Obispo, para pedirle
perdón lo encerró en una cámara y llevaron por engaños allí al
Obispo de Chiapa y la satisfacción fué que alzó la mano y tocó
un poco el bonete y dijo: pésame de la ocasión que se me dio para
lo que dije', y el Obispo de Chiapa salióse huyendo, como lo vió,

dos veces, en f o r m a declarada, esta fuente, SÁENZDE SANTAMARÍA, 1964a,


p. 37; sin e m b a r g o , en el p r ó l o g o de la obra r e m a r c ó la decisiva influencia
que t u v o ese m a n u s c r i t o , cuando lo leyó en G u a t e m a l a , p a r a a n i m a r l e a
e m p r e n d e r u n v e r d a d e r o trabajo de i n v e s t i g a c i ó n en archivos. De X i m é -
nez han salido las publicaciones de algunos c a p í t u l o s de fray de la T o r r e ,
s e ñ a l á n d o s e su a u t o r í a : RODRÍGUEZ D E M O R I Z Z I , 1942, i , pp. 93-122, bajo
el t í t u l o " R e l a c i o n e s de los PP. d o m i n i c o s " y T O R R E , 1944-1945.
4
A l empezar l a n a r r a c i ó n de este episodio X i m é n e z s e ñ a l a que repite
' 'los c a p í t u l o s de la historia m a n u s c r i t a de fray T o m á s de la T o r r e . . . que
dice a s í . . . " Por esta y las otras notas de X i m é n e z cuando usa el citado
m a n u s c r i t o , trabajo con la h i p ó t e s i s de que en este p u n t o t a m b i é n e s t á
transcribiendo textualmente.
CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

e justificarlo sin temor, sin interese m á s de sólo celo que tie-


nen a nuestro Dios e a V M " . Estas personas, prosigue, son
fray B a r t o l o m é de las Casas y su c o m p a ñ e r o fray Rodrigo
de Ladrada, verdaderos siervos de Dios, a quienes Su M a -
jestad debe dar " e l crédito que d a r í a a todos los que tienen
a cargo esta carga de plantar esta nueva iglesia. Y es verdad
que no miento que yo los he comunicado por espacio de tres
a ñ o s e m á s e cada d í a he sentido acelerar sus espíritus para
bien e salvación destas gentes y d e m á s deste celo tienen ex-
periencia de treinta a ñ o s y m á s que saben y conocen la nece-
sidad questas gentes padecen y el remedio que se les debe
M
dar y proveer. . . " .
E n E s p a ñ a Las Casas trabaja para cumplir con los encar-
gos indianos y en favor de sus propios proyectos. Respecto
a lo ú l t i m o consigue en el Consejo de Indias, en octubre de
1540, la confirmación del convenio celebrado con Maldona¬
do y varias cédulas y cartas reales de agradecimiento d i r i g i -
das a los jefes i n d í g e n a s "de los confines" que h a b í a n ayu-
dado a los dominicos en el acercamiento a la " t i e r r a de
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g u e r r a " . E n la misma fecha obtuvo otra cédula que ha
pasado inadvertida para la investigación especializada: vista
su relación de que los padres dominicos se ofrecían a exten-
der el trabajo de la entrada pacífica iniciado en T e z u l u t l á n ,
el rey les autorizaba " p o r la parte de C i u d a d Real de Chia-
pa e de la provincia de Honduras, en traer a los yndios a
nuestro servicio e imponerles el tributo que sea justo y os pa-
reciere que nos deben dar en reconocimiento de s e ñ o r í o " y
fundar las villas y monasterios y avecindar los españoles que
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estimaran convenientes.
E n 1542 fray B a r t o l o m é expuso ante u n magno foro los
remedios que e v i t a r í a n la total destrucción de las Indias; sus
intervenciones, sin duda, tuvieron una poderosa influencia
en la p r o m u l g a c i ó n de las Leyes Nuevas. Se conoce una car-
ta de M a r r o q u í n al emperador, fechada el 20 de febrero de
1542, o sea, antes de que Las Casas expusiera aquellos ale-

S Á E N Z DE S A N T A M A R Í A , 1 9 6 4 , p . 152.
R E M E S A L , 1 9 3 2 , l i b r o tercero, c a p í t u l o X X I .
X I M É N E Z , 1 9 3 1 , l i b r o segundo, c a p í t u l o L X X I .
F R A Y B A R T O L O M E D E LAS CASAS O B I S P O

gatos. E n ella M a r r o q u í n pide brevedad en las confirmacio-


nes de sus actos como gobernador de Guatemala, "porque
a n s í conviene al bien desta tierra, y porque en otras tengo
escripto muchas cosas para descargo de la conciencia real y
allí está fray B a r t o l o m é , que es registro donde se puede sa-
€-a£• todo-lo que conviene, a lo dicho-por él y suscripto por
m í me r e m i t o " . A i ñ n a l de la carta M a r r o q u í n a ñ a d e que
trayendo "consigo dos señores de la raya de tierra de
g u e r r a ' ' acaban de llegar los dominicos para poblar su casa
en la ciudad y le mostraron una provisión real expedida a
solicitud de Las Casas (es la confirmación del convenio con
M a l d o n a d o ) . Este suceso le p e r m i t i ó a M a r r o q u í n encomiar
el proyecto dominico de entrada pacífica a T e z u l u t l á n y Co-
b á n : " y o confío en Dios que los religiosos h a r á n muchos ser-
vicios a Dios y a V M y estoy confiado que este pedazo de
t i e r r a . . . cuya cabecera es T e c u l u t l á n ha de venir en conoci-
miento de nuestra santa fe sin riesgo n i sangre n i muertes".
Sin embargo, en este párrafo final M a r r o q u í n quizás pudo
cometer u n desliz pues da la i m p r e s i ó n de que pretende i n -
tervenir o presentar como suyo el proyecto de entrada pacífi-
ca; él refiere que cuando la provisión real fue leída a los veci-
nos éstos se alteraron, "que c ó m o yo y c ó m o los frailes
h a b í a n de conquistar la tierra, Cjue era. burla y h a b í a n de i n -
formar a V M v como cosa de pueblo, por evitar sedición
p r o v e h í como callasen". Asimismo, cuando por ú l t i m o pide
qcíe se convierta en encomienda realenga al pueblo de Te-
queciztlan situado en "los confines" y t r a í d o s a la paz por
los dominicos M a r r o q u í n agre ga " y si fuere menester m i
38
persona yo la p o n d r é a l l á " .
E n 1543 Las Casas aceptó el obispado de Chiapas. A íina-

3 8
CDIAO, X I I I , p p . 2 6 8 - 2 8 0 . U n a carta de fray Pedro de A n g u l o , fe-
chada u n d í a a n t e r i o r , a m p l í a las noticias dadas p o r M a r r o q u í n : cuando
se c o n o c i ó l a p r o v i s i ó n real, h u b o " a l b o r o t o de ía gente p o p u l a r " y F r a n -
cisco de la C u e v a , gobernador en ese m o m e n t o j u n t o con el obispo, sostu-
v o que los indios " n o se han de traer por paz sino por g u e r r a " . S e g ú n
A n g u l o , de no n o m b r a r s e como gobernador a M a r r o q u í n o al licenciado
M a l d o n a d o , "esta t i e r r a se p e r d e r á y a c a b a r á n los naturales della y proce-
d e r á n otros muchos m a l e s " . S A I N T - L U , 1 9 6 8 , p p . 451-454.
CARLOS SEMPAT ASSADOURÍAN

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les de ese a ñ o elevó al emperador una petición de 30 puntos
tendientes, según su idea, a hacer como obispo m á s "grande
el servicio que Vuestra Magestad r e c i b i r á " . C o m o ya señaló
Parish, la petición se debe analizar considerando las decisio-
nes anotadas en los m á r g e n e s del documento y los despachos
expedidos a Las Casas el 13 y el 23 de febrero de 1544. E n
los dos primeros puntos de la petición, Las Casas requiere
la inclusión dentro de su obispado de Y u c a t á n y "las provin-
cias de guerra que se llaman T e c u l u t l á n y L a c a n d ó n " que
él y sus c o m p a ñ e r o s han trabajado para traer la paz, y j u s t i -
fica la demanda afirmando que la principal causa de haber
aceptado el obispado ha sido para poder proseguir mejor esa
empresa pacífica de evangelización. L a respuesta real fue
positiva; dos provisiones ordenaron a la Audiencia de los
Confines que si las provincias de T e z u l u t l á n , L a c a n d ó n y
Soconusco cayeran fuera de su obispado, Las Casas "las
tenga en encomienda como prelado hasta tanto que su San-
tidad, a p r e s e n t a c i ó n nuestra, provea prelado en las dichas
40
p r o v i n c i a s " . Los puntos 3 y 4 de la petición cobran sin-
gular relevancia a la luz de los acontecimientos posteriores.
Las Casas pide sendas provisiones dirigidas a la Audiencia
de los Confines para que ésta y las otras justicias "guarden
inviolablemente las ymmunidades eclesiásticas" y en todos
los casos que pertenecieren a la j u r i s d i c c i ó n eclesiástica "las
justicias reales den todo favor y ayuda y executen todo lo
que el obispo los requiriere y pidiere [como] auxilio del bra-
co seglar según esta determinado de derecho". U n a anota-
ción al margen de estos puntos ( " E n los executoriales") i n -

3 9
P u b l i c a d o y estudiado extensamente en P A R I S H , 1980.
4 0
F A B I É , 1879, n , p p . 92-93 y 100-101. Las Casas o b t u v o o t r a p r o v i -
sión d i r i g i d a a M a r r o q u í n , la cual, haciendo h i n c a p i é en el n o m b r a m i e n -
to de a q u é l , le ordenaba cesar su i n t r o m i s i ó n " e n las cosas espirituales to-
cantes al obispado de C h i a p a " . Suele ser citada p a r a calificar el j u e g o de
Las Casas contra M a r r o q u í n en la corte. Esta p r o v i s i ó n o m i t e referir que
desde 1538 M a r r o q u í n t e n í a encomendadas funciones en Chiapas y , por
su c o n t e n i d o , parece reiterar otra orden a M a r r o q u í n del 23 de febrero
de 1542 p a r a transferir su j u r i s d i c c i ó n sobre Chiapas al c a p í t u l o allí ya
c o n s t i t u i d o . B I E R M A N N , 1986, p . 38, resulta poco convincente cuando ex-
culpa a Las Casas de haber influido en este ú l t i m o d o c u m e n t o .
F R A Y B A R T O L O M E D E LAS CASAS OBISPO

dica la negativa del poder real de reforzar los despachos re-


gulares del obispo electo ante la Audiencia.
Las Casas reclamaba, a d e m á s , una activa función en el
gobierno temporal de su diócesis: poder para visitar al corre-
gidor y otros oficiales de Soconusco, facultad de poner visi-
tadores en todo el obispado para vigilar el tratamiento a los
indios, estar presente en todas las tasaciones de los tributos
y en el examen de los títulos de los esclavos, poder para i n -
corporar en la corona las encomiendas que vacaren. . . De
acuerdo con la provisión del 13 de febrero dirigida al propio
fray B a r t o l o m é , la corona r e c h a z ó estas peticiones. En efec-
to, la provisión menciona que se le remitan los traslados de
las Leyes Nuevas con los capítulos complementarios de j u -
n i o de 1543 y encargaba a Las Casas, como pastor y protec-
tor de los indios, " g r a n vigilancia y especial cuidado" para
que los españoles de su diócesis cumplieran las ordenanzas.
Pero le negaba toda capacidad ejecutiva. De transgredir los
e s p a ñ o l e s las Leyes Nuevas, Las Casas sólo p o d í a dar aviso
a las justicias menores y, si éstas fueran remisas o negligen-
tes, advertir al presidente y oidores de la Audiencia de los
Confines " p a r a que ellos manden castigar a los unos y a los
otros porque así les enviamos a mandar lo h a g a n " . L a pro-
v i s i ó n , por ú l t i m o , consideraba la posibilidad de que la A u -
diencia no atendiera las relaciones del obispo; de ocurrir tal
caso — " l o c[ue no creemos" se s e ñ a l a b a — "vos nos avisa-
reis de todo y embiareis la dicha información para cjue lo
4 1
mandemos proveer y castigar como convenga. . " Este
rechazo a la i n t e r v e n c i ó n de fray B a r t o l o m é en el gobierno
temporal resalta m á s t o d a v í a cuando se consideran las atri-
42
buciones otorgadas en 1540 a su antecesor en el obispado
Mientras la corona le negaba a fray B a r t o l o m é cualquier
potestad ejecutiva en su diócesis, los españoles de Chiapas
y Guatemala concentraban su ira por las Leyes Nuevas en
la persona de Las Casas. Es importante incluir en la sinopsis
las reacciones ocurridas en Guatemala. E n octubre de 1543
su ó r g a n o capitular inició el proceso de súplica contra las

FABIÉ, Í 8 7 9 , n, pp. 9.3-95.


¿
^ PARISH, 1980, xl.
404 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

43
Leyes Nuevas; en las primeras elecciones de procuradores
salieron nombrados el gobernador Alonso de Maldonado y
4 4
el obispo M a r r o q u í n . A l a ñ o siguiente el Cabildo m o s t r ó
una fuerte hostilidad hacia el nuevo conjunto de mercedes
reales concedidas a la entrada pacífica de los padres domini-
cos a T e z u l u t í á n ; l e v a n t ó , a d e m á s , dos informaciones " c o n -
45
tra la honra y fama" de Las Casas y fray A n g u l o . En
1544 y 1545 la aversión de los vecinos de Guatemala hacia
la casa dominica contrasta con el favor que dispensan a los
religiosos franciscanos dirigidos por M o t o l i n í a . En su cróni-
ca el padre V á z q u e z consideró probada esa a n i m a d v e r s i ó n
hacia su orden mediante algunas referencias explicativas:
ellos " e n ninguna cosa q u e r í a n usurpar jurisdicción que no
t e n í a n sino ejercer su ministerio apostólico sin entrometerse
en negocios seculares", trataban a los encomenderos " c o n
menos clamores y m á s prudenciales consejos"; M o t o l i n í a
era m u y "acepto y proficuo" a los españoles " p o r su santa
conversación y doctrina"; "los religiosos franciscos no se~
g u í a n la o p i n i ó n " de Las Casas "sino la de su obispo el señor
M a r r o q u í n " . El padre V á z q u e z no dejó de anotar el disfavor
de los españoles hacia uno de los franciscanos: como fray
Diego de Pesquera era tan celoso y en sus sermones h a b í a
coincidido con algunas opiniones de Las Casas los vecinos
lo t e n í a n " p o r uno de sus sectarios y no le miraban con tanto
46
c a r i ñ o como a los que no eran tan nimios en el celo "

4 3
V é a s e la protesta p r e v i a del C a b i l d o del 10 de septiembre, que con-
tiene u n d u r í s i m o ataque a Las Casas, en A R É V A L O , 1935, pp. 307-310;
creo que fue el arzobispo Francisco de Paula G a r c í a P e l á e z q u i e n p u b l i c ó
por p r i m e r a vez este i m p o r t a n t e d o c u m e n t o , G A R C Í A PELÁEZ, 1968.
4 4
R E M E S A L , 1932, l i b r o s é p t i m o , c a p í t u l o X I , consultando los libros
del a r c h i v o capitular. Fuentes y G u z m á n , con base en los mismos papeles,
c o n f i r m a la resumida v e r s i ó n de Remesal, FUENTES Y G U Z M Á N , 1933, l i -
bro quinto, capítulo X .
4 0
R E M E S A L , 1932, l i b r o s é p t i m o , c a p í t u l o s I I I y X I . Sobre este p u n t o
X i m é n e z ofrece una v e r s i ó n m u c h o m á s i n f o r m a t i v a , X I M É N E Z , 1931, l i -
b r o segundo, c a p í t u l o X X I I I .
4 6
V Á Z Q U E Z , 1937, l i b r o p r i m e r o , c a p í t u l o X X I V ; l i b r o tercero, c a p í -
tulos X X X I I y X X X V . C r e o que m i e x p o s i c i ó n destaca u n a s i t u a c i ó n i n -
d i s c u t i b l e . J . F. R a m í r e z , con base t a m b i é n en Remesal y V á z q u e z , enfa-
t i z ó i g u a l m e n t e el d i s t i n t o aprecio de ios vecinos de G u a t e m a l a hacia los
F R A Y B A R T O L O M E D E LAS CASAS OBISPO 405

Las Casas, después de ser consagrado en Sevilla, p a r t i ó


el 10 de j u l i o de 1544 para su obispado donde e n t r ó , j u n t o
con el grupo de dominicos que reclutó en E s p a ñ a , el 9 de
m a r z o de 1545. N o dejó pasar n i n g ú n tiempo para mostrar
a los españoles con q u é rigor iba a cumplir su oficio episco-
p a l . E l 20 de marzo"fijó en C i u d a d Real su primera carta
pastoral, en la que les daba u n plazo perentorio de nueve
d í a s , bajo pena de e x c o m u n i ó n mayor, para que denuncia-
r a n ante él los pecados públicos que conocieran; como obis-
po, dice, estaba obligado por las ordenaciones de los conci-
lios a hacer cada a ñ o " u n a general inquisición e visitación
y e s c u d r i ñ o de la vida y costumbres de todos sus subditos,
a n s í clérigos como seglares". L a carta pastoral estaba tam-
b i é n insuflada por otra regla c a n ó n i c a sumamente litigiosa
para el poder temporal: el obispo declaraba "que las misera-
bles personas, como son los indios. . . son de nuestro fuero
y j u r i s d i c i ó n " e incluía así, entre los pecados públicos que
se d e b í a n denunciar, los agravios a los indios y cualquiera
47
t r a n s g r e s i ó n a las Leyes Nuevas. Apenas fijada la carta
pastoral fray B a r t o l o m é e n c o n ó t o d a v í a m á s a los vecinos
48
con su Confesionario . L a oposición frontal de los españoles
a la persona e ideas del recién venido obispo trascendió al
mismo Cabildo eclesiástico y el 13 de abril el conflicto llegó

d o m i n i c o s y franciscanos e i n t e r p r e t ó por q u é M o t o l i n í a a b a n d o n ó en
1545 la diócesis de M a r r o q u í n ; sus conclusiones h a n sido severamente c r i -
ticadas por G ó m e z C a ñ e d o . V é a n s e R A M Í R E Z , 1858, i , p p . L X X I I I - L X X X I I
y ARAGÓN y GÓMEZ CAÑEDO, 1986, p. 116.
4 7
L a carta pastoral en B I E R M A N N , 1957, p p . 340-344. N o c o m p r e n d o
c ó m o puede sostener d e s p u é s en B I E R M A N N , 1986, p p . 39-40, que " l a
p r u d e n c i a pastoral e x i g í a de Las Casas u n a p r e c a u c i ó n m á x i m a " y p o r
ello en la carta pastoral del 20 de m a r z o " n o alude a las Nuevas Leyes
e n parte a l g u n a " .
4 8
Las Casas i m p r i m i ó en 1552 este confesionario bajo el t í t u l o Aquí se
contienen unos avisos y reglas para los confesores. . . Los especialistas coinciden
en que fue redactado en M é x i c o hacia fines de 1546 o p r i n c i p i o s de 1547.
P o r m i parte coloco esa fecha para las adiciones de la p r i m e r a y q u i n t a
reglas, mientras q u e para el conjunto o r i g i n a l de doce reglas acepto l a o p i -
n i ó n de Remesal de que Las Casas " h a b í a muchos a ñ o s que las h a b í a he-
cho y se gobernaba p o r ellas, y p o r muchas disputas y consultas a v e r i g u ó
su r a z ó n y v e r d a d en M é x i c o . . . " . en R E M E S A L , 1932, l i b r o octavo, c a p í -
tulo V .
406 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

hasta u n punto extremo cuando el alguacil y los alcaldes de


C i u d a d Real impidieron la prisión que Las Casas impuso a
su d e á n por desobedecerlo y confesar a los vecinos que te-
n í a n esclavos, siendo de los casos cuya absolución h a b í a re-
servado para sí. Como dice fray T o m á s de la T o r r e , ese mis-
mo d í a Las Casas y los d e m á s padres , ante el t u m u l t o de los
vecinos, "acordamos de salir de entre los cristianos e irnos
49
todos a vivir entre los i n d i o s " .
Los sentimientos del obispo M a r r o q u í n hacia su antiguo
vicario fueron cambiando cuando supo del contenido de las
Leyes Nuevas y las provisiones de febrero de 1544. E n una
50
carta del 4 de j u n i o de 1545 dirigida al emperador recla-
m ó por haberse adjudicado Soconusco al obispado de Las
51
Casas, acusa a éste de traer "de mar a mar por enco-
m i e n d a " y previene: " s i en algo me pusiere con él ante la
Audiencia, crea V M que no será por el interese sino porque
se sepa como no hizo relación verdadera y cómo pidió lo que
52
no puede c u n p l i r " . Respecto a las Leyes Nuevas, M a r r o -

4 9
Nuestras fuentes para estos hechos son el manuscrito de fray T o -
m á s de la T o r r e (a t r a v é s de la v e r s i ó n de R E M E S A L , 1932, l i b r o sexto, ca-
p í t u l o s I I y I I I y la m á s fiel de X I M É N E Z , 1931, l i b r o segundo, c a p í t u l o
X L I I I ) y la r e l a c i ó n a n ó n i m a publicada en CDIAO, v n , p p . 156-160. E n
su conocida carta de 1555 contra Las Casas, M o t o l i n í a acusa al obispo
de C h i a p a de haber sido r e c i b i d o con a m o r y h u m i l d a d por los e s p a ñ o l e s
" y dende a m u y pocos d í a s , d e s c o m ú l g a l o s y p é n e l e s X V o X V I leyes y
las condiciones del c o n f i s i o n a r i o . . . " .
5 0
CI, i , p p . 434-443.
5 !
M a r r o q u í n p r o t e s t ó t a m b i é n de otro m o d o : " a escripto a Soconus-
co que no reciban al obispo de C h i a p a por obispo, sino que supliquen de
aquella c é d u l a por que a él diz que le compete por c e r c a n í a . . . " ; carta
de Las Casas del 25 de octubre de 1545, en CI, i , 20. Esta o p o s i c i ó n de
M a r r o q u í n aclara a m i parecer algunos p á r r a f o s del m a n u s c r i t o de fray
T o m á s de la T o r r e : en a b r i l , luego de salir de C i u d a d R e a l , " p o r muchas
causas que a ello c o n c u r r í a n " Las Casas quiso p o b l a r Soconusco " p e r o
los frailes no estaban de aquel parecer sino que todos p o b l á s e m o s en
aquella t i e r r a j u n t o s los unos de los otros. . . " ; al final Las Casas l o g r ó
que el padre v i c a r i o Casillas m u d a r a de parecer y cometiera " e l y e r r o "
de e n v i a r ocho religiosos a aquella p r o v i n c i a . X I M É N E Z , 193L, l i b r o se-
g u n d o , c a p í t u l o s L V y L V I . E l traslado que hace Remesal de estas partes
del m a n u s c r i t o de fray T o m á s d i l u y e la c r í t i c a de éste a la d e c i s i ó n de po-
b l a r Soconusco. R E M E S A L , 1932, l i b r o sexto, c a p í t u l o s V I , X I I y X I I I .
5 2
E n esta carta M a r r o q u í n t a m b i é n se manifiesta c r í t i c o hacia la A u -
F R A Y B A R T O L O M E D E LAS CASAS OBISPO

q u í n reprocha al emperador haberse fiado tanto del parecer


de Las Casas y señala c ó m o enmendar tal error: han ido a
l a corte tres religiosos de Nueva E s p a ñ a " y do estos habla-
r e n todos pueden callar aunque sea fray B a r t o l o m é . . . A es-
tos tales dé V M crédito y sobre m i alma que V M acierte y
descargue su real conciencia, porque estos d i r á n verdades
sin p a s i ó n , aconsejarán a su p r í n c i p e sin interese y como fie-
les siervos de Dios d i r á n y a f i r m a r á n lo que conviene al bien
de sus p r ó x i m o s , a honra de Dios y zelo de las almas, au-
m e n t o de su iglesia". C o m o se sabe, estos tres frailes iban
a E s p a ñ a enviados por sus ó r d e n e s a pedir la revocación de
las Leyes Nuevas y el reparto a los españoles de todos los i n -
dios en encomiendas perpetuas. L a otra sugerencia de M a -
r r o q u í n , que el emperador firmara simplemente el dictamen
que saliera de las mismas Indias de una j u n t a compuesta por
el virrey Mendoza, audiencias y religiosos, reiteraba la pro-
p o s i c i ó n anterior: con u n sentido menos formal, esa j u n t a ya
se h a b í a realizado en la ciudad de M é x i c o ante el visitador
T e l l o de Sandoval y sus conclusiones fueron pedir al empe-
r a d o r el reparto de todos los indios en encomiendas perpe-
tuas. E n j u l i o de 1545 M a r r o q u í n y Las Casas tuvieron u n
encuentro personal en territorio lascasiano, T e z u l u t l á n . Re-
sulta curioso que dos historiadores de filiación absolutamen-
te encontrada como M a r t í n e z y S á e n z , aunque difieran en
otras conclusiones, coincidan en que el obispo de Guatemala
fue a T e z u l u t l á n por su propia decisión y simplemente a es-
53
torbar el trabajo de Las Casas. Y que a d e m á s ninguno
de los dos haya reparado en la versión contenida en el ma-
-
nuscrito de fray T o m á s de la T o r r e M a r r o q u í n visitó Tezu-
l u t l á n "instigado según dice él mismo en abono del pa-
dre fray Pedro de A n g u l o " para ver lo que se tenía por
m i l a g r o "que gente tan b á r b a r a y tan feroz en la o p i n i ó n
de los españoles que h a b í a en todas las Yndias vivía en

d i e n c i a : los oidores son de pocas letras y el presidente M a l d o n a d o " n o es


n a d a cuidadoso n i vigilante n i se le da m u c h o por la r e p ú b l i c a n i por l a
p o l i c i a d e l l a " . Pide, a d e m á s , que se fortalezca al brazo eclesiástico en los
pleitos de los indios.
IVXARTÍNEZ, 1 9 5 3 ; SÁENZ DE S A N T A M A R Í A , 1 9 6 4 , p p . 61-62.
CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

pueblos y se gobernaba p o l í t i c a m e n t e y h a b í a recibido la fé


y obediencia al Evangelio, tenía iglesias y adoraba i m á g e -
5 4
nes. . . " T a m b i é n sería una paradoja que la versión de
fray de la T o r r e tenga u n indicio de confirmación en lo que
parece o m i t i r su manuscrito, o sea el encuentro de Las Ca-
sas y M a r r o q u í n en T e z u l u t l á n . Pues del hecho q u e d ó como
testimonio una información levantada el 2 de j u l i o , donde se
daba fe del " m i l a g r o " operado en la tierra de guerra por el
trabajo evangelizador de fray Pedro de Angulo y sus compa-
ñ e r o s ; dos testigos y el notario eran miembros de la comitiva
55
del obispo M a r r o q u í n .
A h o r a bien, Bataillon analizó la i n f o r m a c i ó n del 2 de j u -
lio j u n t o con una carta de M a r r o q u í n del 17 de agosto dirigi-
da al emperador y llegó a conclusiones absolutamente
opuestas a la versión de fray de la T o r r e . S e g ú n Bataillon,
el obispo de Guatemala, enterado del viaje de Las Casas a
T e z u l u t l á n , se a p r e s u r ó a i r a dicha provincia "para cortar
el efecto" de esa visita pero, ya allí, Las Casas a p r o v e c h ó
su presencia haciéndole confirmar ante u n notario el éxito
de su proyecto; este pérfido juego del prelado rival, deduce
Bataillon, enojó a M a r r o q u í n y le condujo, en la misiva al
emperador, a mostrar cuáles eran sus sentimientos hacia
56
fray B a r t o l o m é . A partir de esta i n t e r p r e t a c i ó n , la histo-
riografía concibe el encuentro de T e z u l u t l á n como el episo-
dio culminante de la r u p t u r a entre M a r r o q u í n y Las Casas.
Por m i parte obtengo otras conclusiones de la presencia
57
de M a r r o q u í n en T e z u l u t l á n y su carta del 17 de agosto.
A l comienzo de esta carta M a r r o q u í n dice que "se me ofre-
ció i r a la provincia de T e c u l u t l á n que con ocupaciones lo
he dilatado u n a ñ o . . . para dar testimonio como testigo de
vista. . . porque V M sepa q u é cosa es esta". Nos falta dilu-
cidar por q u é su visita coincidió justamente con la que efec-

5 4
V é a s e X I M É N E Z , 1931, l i b r o segundo, capítulo L V y REMESAL,
1932, l i b r o s é p t i m o , c a p í t u l o I V .
5 5
CDIAO, v u , p p . 216-231.
5 6
BATAILLON, 1951, pp. 292-297.
5 7
P u b l i c a d a en Q U I N T A N A , 1852, p . 524; F A B I É , 1879, i l , p p . 149-150;
t a m b i é n en SÁENZ DE S A N T A M A R Í A , 1964, p p . 207-208.
FR-AY B A R T O L O M E D E L A S C A S A S O B I S P O 409

38
tuaba Las Casas; en cambio, está claro cuál fue el testi-
m o n i o dado por M a r r o q u í n en la carta: confirmó el logro de
los dominicos en la tierra de guerra y su confianza " q u e han
de conoscer a Dios toda aquella gente y a los religiosos se les
debe mucho por su buen celo e i n t e n c i ó n " ; asimismo, p i d i ó
elTavor del supremo poder político para el programa d o m i -
nico, " V M favoresca a los religiosos y los anime que para
ellos es m u y buena tierra, que están seguros de españoles y
n o hay quien les vaya a la mano p o d r á n andar y mandar a
su plazer". Veamos c ó m o M a r r o q u í n , en esta carta, reiteró
l a posición adoptada en la información de T e z u l u t l á n y am-
bos documentos confirman, por lo tanto, la versión de fray
de la T o r r e de que el obispo a b o n ó el " m i l a g r o " obtenido
por fray Angulo en la tierra de guerra. Cabe notar, al res-
pecto, que De la T o r r e tuvo motivos para destacar el n o m -
bre de Angulo pues éste, como vicario de la casa dominica
de Guatemala mientras Las Casas estaba en E s p a ñ a , fue
q u i e n reinició y concretó el proyecto de entrada pacífica a
5 9
T e z u l u t l á n y C o b á n . Advirtamos t a m b i é n que en su carta
del 17 de agosto M a r r o q u í n desestimó esta circunstancia
pues realza el papel de fray B a r t o l o m é como genuino d i r i -
gente de la empresa sin mencionar el trabajo especíñco de
Angulo.
C o m o es sabido, la carta de M a r r o q u í n termina con u n
60
á s p e r o ataque a Las Casas. Se debe apreciar, sin embar-

5 8
L a i n t e r p r e t a c i ó n de que fue con el p r o p ó s i t o de interferir l a visita
pastoral de Las Casas e s t a r í a avalada por la carta del 20 de m a y o del ca-
b i l d o de G u a t e m a l a solicitando al de C i u d a d Real que provea c ó m o Las
Casas " n o entre en T e c u l u t l a n sino que se esté en su o b i s p a d o " , en X I M É -
NEZ, 1931, l i b r o segundo, c a p í t u l o X L V I . Parece i n d u d a b l e que M a r r o -
q u í n d e b i ó p r o m o v e r esta g e s t i ó n . A h o r a b i e n , la carta de éste del 17 de
agosto y la i n f o r m a c i ó n del 2 de j u l i o revelan otro hecho t a m b i é n incues-
tionable: los padres d o m i n i c o s p r e p a r a r o n en T e z u l u t l á n la m á s fraternal
b i e n v e n i d a para el obispo de G u a t e m a l a .
J 9
REMESAL, 1932, l i b r o tercero, c a p í t u l o X X I ; l i b r o cuarto, c a p í t u l o s
X , X I I ; l i b r o s é p t i m o , c a p í t u l o I I I ; X I M É N E Z , 1931, l i b r o segundo, c a p í -
t u l o X X I I I . T a m b i é n t u v o r a z ó n Las Casas en 1550 al decir, en Aquí se
contiene una disputa o controversia, d u o d é c i m a r é p l i c a , que fray L u i s C á n c e r
fue " e l p r i m e r o que e n t r ó en ellas y las a p a c i g u ó " .
60 ' ' Y o sé que él ha de escrebir invenciones e imaginaciones que m él
410 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

go, que M a r r o q u í n no reitera la dura descalificación vertida


en su carta anterior del 4 de j u n i o contra la doctrina y la acción
política de Las Casas. Su rechazo parece ahora m á s cir-
cunscrito y m á s personal, es como u n estallido ante el prela-
do rival por haberle usurpado u n pedazo de su diócesis, con
lo cual lo excluía totalmente de la empresa (y de los m é r i t o s )
de evangelizar y ganar pacíficamente para el rey católico la
tierra de guerra. Por cierto, M a r r o q u í n apunta en la carta
que d i s p u t ó con Las Casas, quien debía ser el pastor de Te-
z u l u t l á n , y da la i m p r e s i ó n de que no renuncia a ese derecho
61
o a intervenir en la empresa dominica.
En resumen, discrepo con quienes interpretan el encuen-
tro de los dos obispos en T e z u l u t l á n como una pérfida pen-
dencia que los m a l q u i s t ó definitivamente; por el contrario,
estimo que allí se dieron avenencias aun subsistiendo el con-
flicto por las jurisdicciones diocesanas. D e s p u é s de Tezulu-
tlán ambos prelados volvieron a reunirse en Gracias a Dios
para consagrar al obispo electo de Nicaragua. Para Reme-
sal, según hemos citado, ellos h a b í a n convenido aprovechar
tal ocasión para defender juntos, ante la Audiencia de los
Confines, la libertad de los indios y la ejecución de las Leyes
Nuevas. U n a carta de M a r r o q u í n confirma, aunque en tér-
minos menos específicos, la versión de Remesal; él dice allí
que fue a Gracias a Dios a consagrar al electo de Nicaragua
y " t a m b i é n vine por que los obispos c o m u n i c á s e m o s con el
audiencia algunas cosas en descargo de la conciencia de
62
vuestra magestad y nuestras y bien desta t i e r r a " . Esta
conformidad para u n i r pareceres corrobora, en principio,

las entiende n i e n t e n d e r á . . . todo su edificio y fundamento va fabricado


sobre h i p o c r e s í a , avaricia y a s í l o m o s t r ó luego que le fue dada la m i t r a ,
r e b o c ó la v a n a g l o r i a como si n u n c a h u b i e r a sido fraile y como si los nego-
cios que ha t r a í d o entre las manos no p i d i e r a n m á s h u m i l d a d y sanctidad
para c o n f i r m a r el zelo que h a b í a m o s t r a d o .
6 1
D i c e que a los religiosos " y o los v i s i t a r é y a n i m a r é en todo lo que
yo p u d i e r e aunque fray B a r t o l o m é dize que a él le conviene, yo le dixe
que m u c h o en n o r a b u e n a " . L a carta de M a r r o q u í n m o t i v ó u n a respuesta
real, l a u d a t o r i a para la empresa d o m i n i c a y encargando a M a r r o q u í n se-
g u i r f a v o r e c i é n d o l a : R E M E S A L , 1932, l i b r o s é p t i m o , c a p í t u l o I V , 2.
6 2
S Á E N Z D E S A N T A M A R Í A , 1964, p. 209.
F R A Y B A R T O L O M É D E L A S CASAS OBISPO 411

m i a p r e c i a c i ó n sobre el encuentro de los dos obispos en


Tezulutlán.
S e g ú n el obispo Valdivieso, Las Casas fue a la Audiencia
en busca de auxilio, huyendo casi de sus feligreses e s p a ñ o -
les. O t r a carta ya del mismo Las Casas, previa incluso al en-
cuentro con M a r r o q u í n en T e z u l u t l á n , nos da mejores refe-
rencias: i r á primero a la tierra de guerra, anuncia, porque
hay necesidad de su visita " y de allí entiendo llegarme a la
audiencia real y hazer que venga a q u í u n pesquesidor, por-
que no me puedo baler a c á con estos pobres onbres que no
bastan las t i r a n í a s que an echo pasadas y presentes, sino a ú n
a m í me quieren usurpar e ympedir m i j u r i d i c i ó n , con la
6 3
q u a l los tengo de hazer cristianos aunque no quieran. . . "
Estas líneas muestran el á n i m o con que Las Casas enfrenta-
b a la crítica situación de su obispado y t a m b i é n el propósito
con que concurre a la c o n s a g r a c i ó n de Valdivieso en Gracias
a Dios: conseguir para su política el auxilio del brazo seglar,
esto es, el apoyo de u n ó r g a n o del poder real que estaba con-
notado por u n rasgo m u y especial pues, como dice Remesal
v i r t i e n d o el manuscrito de fray de la T o r r e , la Audiencia,
presidente y oidores, "hechura suyo, i ella fundada a su
p e r s u a s i ó n e instancia y ellos nombrados por la noticia y
abono c¡ue. dió en E s p a ñ a de sus personas".
Sin embargo, esa Audiencia ya se h a b í a declarado contra-
r i a a las Leyes Nuevas y ahora t e n í a ocasión de manifestar
su animosidad contra Las Casas por su a c t u a c i ó n como obis-
po. E n una carta del 20 de j u l i o al emperador sostuvo que
fray B a r t o l o m é , al rehusarse a absolver en C i u d a d Real a los
e s p a ñ o l e s que no daban por libres a sus esclavos, " h a puesto
m u c h o desasosiego en los vecinos". Corno el obispo ha es-
crito anunciando su p r ó x i m a venida, agregaba, "se platica-
r á con él y se p r o c u r a r á de dar orden como los vezinos ten-
gan sosiego". L a Audiencia, asimismo, acusó a Las Casas

6 3
C a r t a de Las Gasas del 1 8 de m a y o de 1 5 4 5 al encomendero Balta-
sar G u e r r a ; en S A I N T - L U , 1 9 6 8 , p p . 4 5 4 - 4 5 6 . D e acuerdo con el manus-
c r i t o de fray T o m á s de la T o r r e , en a b r i l , estando en el pueblo de C h i a p a ,
' ' v i e n d o las cosas que pasaban a c o r d ó el s e ñ o r obispo, de parecer de todos
nosotros, de i r a buscar a l g ú n remedio contra estos males a la audiencia
r e a l . . . " . X I M É N E Z , 1 9 3 1 , l i b r o segundo, c a p í t u l o X L V I .
412 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

por u n edicto puesto en la iglesia en relación con el conflicto


con los vecinos y justicias de C i u d a d Real; ante ese bando,
a ñ a d e , se dictó una provisión para que el obispo " n o se en-
tremetiese en lo tocante a la j u r i s d i c c i ó n real de vuestra M a -
64
gestad". Remesal sigue siendo nuestra fuente principal
sobre la acordada a c t u a c i ó n conjunta de Las Casas y M a r r o -
q u í n ante la Audiencia: utiliza el manuscrito de fray T o m á s
de la T o r r e , transcribe u n memorial de Las Casas y destaca
otro elevado por M a r r o q u í n . Pero ahora los dos documentos
transcritos en el apéndice permiten i r algo m á s allá de lo d i -
cho por Remesal.
Consideremos los acontecimientos anteriores al 19 y 20 de
octubre. Las Casas p r e s e n t ó a la Audiencia por lo menos u n
m e m o r i a l (el transcrito por Remesal) cuyos capítulos p e d í a n
la ejecución de cédulas reales que favorecían a los indios: re-
d u c c i ó n de los tributos, eliminación de las cargas, salida de
los encomenderos y los calpixques de los pueblos, restitución
de tierras, prohibir el servicio en ingenios, proveer juez para
determinar en el caso de los esclavos. E n el ú l t i m o capítulo,
por desgracia resumido confusamente por Remesal, Las Ca-
sas plantea el conflicto de jurisdicciones con el alguacil y los
alcaldes de C i u d a d Real, quienes le impidieron la prisión
que impuso a su d e á n por desobedecerlo y confesar a quie-
nes t e n í a n esclavos. A t r i b u y é n d o s e la potestad de castigar él
a las justicias seglares por haber obstruido el ejercicio de la
j u r i s d i c c i ó n eclesiástica, Las Casas r e c l a m ó el auxilio del
brazo real en forma de suspensión de los cargos a los culpa-
bles y el nombramiento de " u n a persona fiel que tenga vara
y la j u r i s d i c c i ó n . . . y asista y ayude al dicho obispo en lo
que es obligado a ayudar y asistir". M a r r o q u í n y Valdivie-
so, a su vez, presentaron otros memoriales sobre sus obispa-
dos, los cuales, según Remesal, c o n t e n í a n denuncias mucho
m á s extensas sobre las inhumanidades e injusticias cometi-

6 4
CDIAO, x x i v , pp. 389-390. E l edicto de Las Casas que menciona la
A u d i e n c i a debe ser de arca 13 de abril de 1545; no conozco el documento.
F R A Y B A R T O L O M E D E L A S CASAS OBISPO 413

65
das por los españoles que el presentado por fray B a r t o l o m é .
N o sabemos si incluían reclamos por jurisdicción.
Sobre la disposición de la Audiencia hacia estos memoria-
les apenas tenemos la particular versión de fray T o m á s de
la T o r r e : nada le quisieron conceder a Las Casas, antes lo
rechazaron como a loco que p e d í a la destrucción de la tierra
y los motejaron, a él y a Valdivieso, de cocinerillos de los mo-
nasterios. D e b i ó ser así, pues sólo la fuerte hostilidad de la
Audiencia a sus peticiones previas p o d í a hacer que los tres
66
obispos presentaran el requerimiento del 19 de octubre.
A u n q u e omitió la p a r t i c i p a c i ó n de M a r r o q u í n y Valdivieso,
estimo que el manuscrito de fray T o m á s de la T o r r e registró
£
los hechos de ese d í a : Las Casas hizo a la Audiencia ' u n re-
querimiento de parte de Dios y del Sumo Pontífice. . . Eno-
j ó s e el Presidente. . . y díjole delante todos. . .
A partir de ese momento se precipitaron los aconteci-
mientos. Los datos sugieren que Las Casas sostuvo que
M a l d o n a d o se h a b í a excomulgado por las injurias lanzadas
contra su dignidad y, a d e m á s , que los tres obispos d e b í a n

6 5
Podemos aceptar el j u i c i o de Remesal acerca del m e m o r i a l de M a -
r r o q u í n . E l oidor R o g e l , ante la a l t e r a c i ó n de los vecinos de G u a t e m a l a
por algunas medidas tomadas por la A u d i e n c i a , r e s p o n s a b i l i z ó de ellas al
obispo y les dio a conocer aquel d o c u m e n t o . Este incidente m o t i v ó dos
cartas de M a r r o q u í n , u n a a los regidores de G u a t e m a l a , SÁENZDE SANTA-
M A R Í A , 1964, p p . 211-213, y o t r a al p r í n c i p e Felipe, CI, i , pp. 444-450.
E n la carta a los regidores, M a r r o q u í n traza u n a precisa definición de sí
m i s m o como obispo: puede i r al infierno p o r causa de sus feligreses espa-
ñ o l e s , al haberles " c o n s e n t i d o muchas culpas [contra los indios] que se
p u d i e r a n b i e n castigar y e v i t a r " .
6 6
E n su v e r s i ó n del enfrentamiento de Las Casas con la A u d i e n c i a en
G r a c i a s a Dios, Remesal usa u n d o c u m e n t o hallado en los archivos. Se
t r a t a de u n a carta del c a n ó n i g o Perera donde éste i n f o r m a a Las Casas
q u e el 4 de septiembre los vecinos de C i u d a d Real i n i c i a r o n diligencias
ante él, como v i c a r i o general, sobre el p r o b l e m a de la a b s o l u c i ó n con el
a r g u m e n t o de que fray B a r t o l o m é actuaba contra derecho. Remesal agre-
ga: "otras cosas e s c r i b i ó el b u e n c a n ó n i g o a su obispo, por donde enten-
d i ó el santo prelado el poco sosiego de los de su c i u d a d , y con esto v o l v i ó
a instar con la audiencia sobre el fin de sus pretensiones. . . " . D e l texto
de Remesal se deduce que él u b i c a la r e c e p c i ó n de esta carta antes del 26
de octubre; la n u e v a instancia de Las Casas ante la A u d i e n c i a a la cual
a l u d e Remesal ¿fue el r e q u e r i m i e n t o del 19 de octubre?
414 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

c u m p l i r con el aviso hecho en el requerimiento e iniciar el


procedimiento de e x c o m u n i ó n de todos los miembros de la
Audiencia. El día 20 M a r r o q u í n se a p a r t ó del requerimiento
67
firmado el día anterior. El 22 fray B a r t o l o m é , ya solo,
p r e s e n t ó otro requerimiento y a m o n e s t a c i ó n con ocho pun-
tos. Los dos primeros trataban sobre el tumulto ocurrido en
C i u d a d Real, donde el alcalde y alguaciles de la villa le ha-
b í a n impedido poner en prisión al d e á n por la desobediencia
a sus instrucciones sobre la confesión; "porque m i iglesia
está opresa y m i jurisdicción eclesiástica inpedida y ocupa-
d a " , Las Casas reclamaba su liberación por " e l auxilio del
braco real dado e inpartido sin palabras equívocas sino m u y
claras y eficaces". El punto tercero r e s u m í a las vejaciones
inferidas a los indios y p e d í a a la Audiencia "les de la liber-
tad que su Magestad manda por sus nuevas ordenanzas
como a vasallos suyos y libres que s o n " . E n el cuarto Las
Casas sintetizó el requerimiento del 19 de octubre (la A u -
diencia "declare pertenecer el conocimiento y proteción de
las causas de las miserables personas como son estas gentes
indianas al juicio eclesiástico y envié sus provisiones reales
sobre ello a los alcaldes y justicias de los pueblos, ciudades,
villas y lugares para evitar escándalo • • • " ) sin dejar de men¬
cionar que ya h a b í a pedido lo mismo en forma conjunta con
M a r r o q u í n y Valdivieso. Las Casas t a m b i é n señaló en el
quinto punto que allí nuevamente reiteraba peticiones ya
denegadas por la Audiencia' trata de las entradas y ranche-
rías de los españoles en Y u c a t á n y c ó m o amenazaban la vida
misma de los padres dominicos dedicados en T e z u l u t l á n " a
la mayor obra y conversión c^ue o^^ en la iglesia de D i o s "
Los puntos sexto y séptimo versaron sobre la cuestión de las
encomiendas realengas Las Casas concluía el documento fi-
jando u n plazo a la Audiencia para proveer a lo requerido

6 7
E n carta del 9 de n o v i e m b r e de 1545, Las Casas i n f o r m ó al p r í n c i -
pe Felipe que t a m b i é n el obispo "electo de N i c a r a g u a les a v í a de hazer
o t r a a m o n e s t a c i ó n como la m í a y no o s ó porque no le estorven la consa-
g r a c i ó n . . . " C7, Í, p. 30. Pero ya en su obispado Valdivieso n o m b r ó dos
alguaciles a los cuales "les dio v a r a sin diferencia n i n g u n a a las de los al-
caldes o r d i n a r i o s " y ante las protestas de los cabildos de L e ó n y G r a n a d a
e x c o m u l g ó a sus justicias; R E M E S A L , 1932, l i b r o octavo, c a p í t u l o X I X .
F R A V B A R T O L O M E D E LAS CASAS OBISPO

y l a amonestaba insertando la primera parte de los formula-


rios de e x c o m u n i ó n .
L a Audiencia r e s p o n d i ó a fray B a r t o l o m é el 26 de octu-
bre. Accedió con u n estilo formalista a los primeros tres pun-
tos, al quinto y al sexto, y rechazó los restantes (el cuarto,
con un " y a esta p r o v e í d o que no a l u g a r " ) . A l final declaró
que " e n n i n g u n a cosa se ha impedido n i i m p e d i r á la libertad
de la iglesia n i perturbado su jurisdicción; antes el dicho
obispo de Chiapa ha procurado usurpar la de su Magestad,
como parece por lo que en esta Audiencia ha pedido y pro-
curado y acaecido, y desto y del desacato que ha tenido se
d a r á noticia a su Magestad para que mande proveer como
sea castigado''.
Antes de la respuesta de la Audiencia h a b í a ocurrido otro
hecho, denunciado por Las Casas y Valdivieso en la carta
del 25 de octubre dirigida al príncipe Felipe: M a r r o q u í n
" h a predicado d a ñ o s a doctrina y palabras m a l sonantes y
sospechosas y nos ha afrentado en el s e r m ó n , en especial al
obispo de Chiapa, señalándole quél los absolvería a los quél
no absolviese". Por cierto, Las Casas realizó en esta carta,
como ya observamos, u n a furiosa descalificación personal
6 8
de M a r r o q u í n .
Los detalles hasta a q u í expuestos muestran que la causa
decisiva de la r u p t u r a entre Las Casas y M a r r o q u í n fue la
actitud, adoptada el 20 de octubre por el obispo de Guate-
mala, de apartarse del requerimiento que h a b í a firmado el
d í a anterior, donde j u n t o con el obispo de Chiapa y el electo
de Nicaragua anunciaba al presidente y los oidores de la A u -
diencia que i n c u r r i r í a n en la " d e s c o m u n i ó n papal ipso fac¬
t o " si no a c c e d í a n a las demandas de la Iglesia. Alcanzado
m i objetivo de p u n t u a l i z a c i ó n fáctica agrego, ya en orden a
los d e m á s t é r m i n o s analíticos, que quizás la cuestión m á s
importante no consista tanto en su desistimiento sino en

6 8
E n la carta escrita cinco meses a t r á s al encomendero G u e r r a , Las
Casas d e c í a que " m e a dado Dios esta c o n d i c i ó n , que a los buenos y b i r -
tuosos sé s u b l i m a r hasta el cielo y a los malos y tiranos undillos hasta los
t
ynfiernos". SAINT-LL , 1968, p . 455.
416 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

c ó m o M a r r o q u í n llegó a suscribir el documento del 19 de


octubre.
Resulta útil revisar las cartas dirigidas al Consejo de I n -
dias en los tres ú l t i m o s meses de 1545 por los personajes
principales del conflicto. L a carta de M a r r o q u í n está fecha-
da el 1— de diciembre. E n ella reitera su apoyo a la obra
dominica en T e z u l u t l á n , llega a calificar con justeza la per-
sonalidad política de Las Casas ("quiere m a l " a todos los
españoles de las Indias, " y de quien dize bien es por su inte-
rese. Tiene por cierto que no puede errar y como no sigan
su o p i n i ó n es anatema") y deja la i m p r e s i ó n de que esa mis-
ma intransigencia de fray B a r t o l o m é le despierta e s c r ú p u l o s .
Pero t a m b i é n M a r r o q u í n se muestra desaprensivo ante una
parte de los hechos anteriores. Anota que hubo u n acuerdo
previo con los otros dos obispos para tratar con la Audiencia
" y así presentamos ciertos capítulos buenos y provecho-
sos". Y que sucedió u n cambio cuando " n o se c o n t e n t ó con
esto el obispo de Chiapa, sino que h a b í a m o s de requerir y
protestar a la audiencia y hazerles sus moniciones c a n ó n i c a s
para que dexando de complir cualquiera cosa se denuncia-
sen presidente e oidores por descomulgados". M a r r o q u í n
contrapone entonces su disposición personal hacia el gobier-
no real: "paresciome mucho desacato y mayor desatino"
con la que tuvo Las Casas, quien "como m á s atrevido y fa-
vorido por haberle dado [la corte] crédito a sus proposicio-
ne s y fundamentos sacados de su pecho lleno de i p r o q u e s í a ,
soberbia, invidía y avaricia, lo p r e s e n t ó , r e q u i r i ó y amones-
t ó " M a r r o q u í n no aclara q u é respuestas dio la Audiencia
durante el tiempo en que los tres obispos presentaron me-
moriales ' 'buenos y provechosos'' Tampoco recuerda el do-
cumento del 19 de octubre donde él Las Casas y Valdivieso
apercibieron a los miembros de la Audiencia que i n c u r r i r í a n
en la e x c o m u n i ó n papal si no guardaban obediencia a las or-
denaciones de la Iglesia "Y claro está para cjue el emperador
y su Consejo comprueben la veracidad de su versión res j3 e c —

to a su diferencia con Las Casas M a r r o q u í n apela al testi-


69
monio que la Audiencia " e n v í a a V M "

6 9
S A E N Z DE S A N T A M A R Í A , 1964, pp. 209-211.
F R A Y B A R T O L O M É D E L A S CASAS O B I S P O 417

L a Audiencia, como ya hemos visto, r e s p o n d i ó el 26 de


octubre al requerimiento y a m o n e s t a c i ó n de Las Casas acu-
s á n d o l o de haber pretendido usurpar la jurisdicción real y
anunciando que de ello "se d a r á noticia a S M para que
mande proveer como sea castigado". E n una carta al empe-
r a d o r del 31 de diciembre, el presidente Maldonado alude
a u n a c o m u n i c a c i ó n anterior de la Audiencia por la que po-
d r á " V M ver lo que a q u í ha pasado con el obispo de Chia-
7 0
p a " . Y luego, tras indicar que Las Casas estaría mejor en
u n monasterio de Castilla y no de obispo en las Indias, agre-
ga: " n o sería malo que diese cuenta personalmente en el
R e a l Consexo de Yndias de c ó m o los indios son de la xuris-
d i c c i ó n eclesiástica y por no haber p r o v e í d o esto, como él lo
71
p i d i ó , excomulga a esta A b d i e n c i a " .
Conjeturo que el presidente Maldonado sólo remitió al
Consejo de Indias, como testimonios del conflicto, la peti-
c i ó n y requerimiento de Las Casas del 22 de octubre y la res-
puesta dada por la Audiencia el 26 de octubre y que pasó por
alto el documento previo firmado por M a r r o q u í n , Las Ca-
sas y Valdivieso y los memoriales t a m b i é n anteriores presen-
tados por los tres obispos. Y que de esta manera intentó con-
v e r t i r todos los sucesos de 1545 en u n contraste entre la
celosa fidelidad de la Audiencia y los propósitos de u n obis-
po insensato y desleal que procuraba usurpar en nombre de
la Iglesia la jurisdicción real sobre los indios. De ser así, Las
Casas d e s b a r a t ó de golpe el juego del presidente de la A u -
72
diencia.
Las cartas de fray B a r t o l o m é tienen fecha de 25 de octu-

7 0
A esta c o m u n i c a c i ó n se debe referir el o i d o r H e r r e r a cuando infor-
m a al e m p e r a d o r en carta del 24 de d i c i e m b r e de 1545: " L a que esta A u -
d i e n c i a escribe a vuestra M a g e s t a d no firmé p o r q u e me p a r e c i ó apasiona-
da c o n t r a el obispo de C h i a p a y N i c a r a g u a . . . el celo [de ellos] creo que
a sido bueno aunque ayan excedido. . . " F A B I É , 1879, n, p . 145.
7 1
CDIAO, x x i v , p . 444.
7 2
V é a s e la carta del 15 de enero de 1547 d o n d e el p r í n c i p e , atendien-
d o a u n a r e l a c i ó n hecha por Las Casas, apercibe a la A u d i e n c i a por no
h a b e r l o favorecido " e n todo lo que se le ofreciere para que mejor pueda
usar su cargo y en las cosas que les tocan de hacer no lo estorveis n i p o n -
g á i s i m p e d i m e n t o a l g u n o " , en F A B I É , 1879, n , p p . 142-143.
418 GARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

73
bre y 9 de noviembre. E n la primera, firmada t a m b i é n
por Valdivieso y escrita en medio del conflicto, reafirma
ante el príncipe y el Consejo de Indias que algunos obispos
deben asumir la jurisdicción temporal sobre los indios. El
reclamo está fundado en la situación de sus diócesis y guarda
ahora la precavida forma de "los remedios". Las Casas re-
cuerda el título de dominio sobre las Indias ("fundar en ellas
nueva iglesia y la religión christiana y salvar estas á n i m a s " )
e indica que este fin se halla pervertido por los intereses y
las t i r a n í a s de los españoles y de los propios ministros de la
Audiencia de los Confines. Y acusa a este m u n d o español de
u n a gran conspiración, ahora tácita y encubierta " y d e s p u é s
a la c l a r a " para despojar al rey católico de la soberanía; los
ú n i c o s fieles, sostiene, "somos nosotros", "aquellos que os
sirven sin interese alguno, mas de solo por Dios y por lo que
deven a su r e y " . Pero la Iglesia, enfatiza, está "opresa, fue-
ra de toda su libertad y p e r d i d a " , " y la obediencia a los pre-
lados tan olvidada, que afirmamos en verdad que nos parece
m u y poco menos questar en A l e m a n i a " . Para poder i m -
plantar entre los indios el nombre de Jesucristo, en conse-
cuencia, hacen falta dos remedios. E n relación con el prime-
ro, Las Casas puntualiza la trascendencia de la legislación
real para "que estas nuestras ovejas, yndios naturales destas
Yndias nos las liberten y pongan en toda l i b e r t a d " y así
ellos, los obispos, puedan entonces atraerlas al conocimiento
de Dios. Y especifica la lacra que impide lograr el fin e van™
gélico: los ministros del rey sacando m u y pocos no cum-
plen n i c u m p l i r á n las leyes pues son tiranos " q u e l diablo se
les reviste en las e n t r a ñ a s de a m b i c i ó n y codicia" E l verda-

7 3
CI, i , p p . 14-37. Las Casas e s c r i b i ó el 30 de septiembre otra carta
al e m p e r a d o r cuyo texto desconocemos. V i s t a en el Consejo de Indias fue
r e s p o n d i d a el 15 de enero de 1547 accediendo a algunas s ú p l i c a s de fray
B a r t o l o m é , entre ellas la de l l a m a r V e r a p a z a la " t i e r r a de g u e r r a " gana-
da p a c í ñ c a m e n t e por los d o m i n i c o s . S i n e m b a r g o , a otras peticiones de
Las Casas, seguramente por sus alcances ( ¿ r e c l a m o de la j u r i s d i c c i ó n t e m -
p o r a l p a r a los obispos?), se c o n t e s t ó " a todo lo d e m á s de vuestra carta,
p o r ser cosa que requiere consulta con su M a g e s t a d , le habernos mandado
e n v i a r vuestra carta para que mande proveer en ella lo que fuere servi-
d o . . . , en F A B I É , 1879, n, p p . 139-141.
F R A Y B A R T O L O M E D E LAS CASAS OBISPO 419

dero remedio, por lo tanto, consiste en que el supremo poder


político temporal establezca la debida congruencia entre el
n i v e l normativo y los ó r g a n o s ejecutivos y por eso, p r o n u n -
cia Las Casas, "dezimos y osamos dezir a V A y a S M lo d i -
remos, que para que todo lo que S M manda se cumpla fiel-
m e n t é y estas gentes no acaben de perecer, que la defensa
y p r o t e c i ó n corporal dellos y la execución de las leyes y orde-
nanzas y provisiones hechas y por hazer se a de encomendar
y cometer a los prelados, no a todos sino a los que an dado
o dieren muestra de no querer ser ricos sino hacer lo que de-
ben a Dios y a su rey. Y no es mucho que se les encomienden
los cuerpos, pues que tienen sobre sí a cuestas encomenda-
das las á n i m a s " . E l segundo remedio, según Las Casas,
consiste en que el emperador proteja la potestad propia de
la Iglesia mediante u n mandato hecho " c o n eficacia y de
manera que aya fruto y efecto", para que la j u r i s d i c c i ó n de
los obispos "sea guardada y no usurpada y la obediencia
que se nos deve y privilegios y libertades eclesiásticas no vio-
ladas" .
E s t á claro que en ambos remedios Las Casas ha efectuado
u n verdadero traslado de la disputa que m a n t e n í a en esos
momentos con la Audiencia. N o debe ser casual, por lo tan-
to, que cuando informa acerca de los acontecimientos en
Gracias a Dios encubra en parte, con u n lenguaje elíptico,
que la pugna con la Audiencia ha desembocado precisamen-
te en el problema de las jurisdicciones planteado en los re-
medios. E n efecto, Las Casas señala c ó m o él y Valdivieso
han usado del sacramento de la confesión para corregir los
males y por "esto y con lo d e m á s que emos dicho somos abo-
rrecidos de t o d o s " . Y agrega: "emos pedido y hecho con
esta Audiencia lo que nos a parecido que nosotros a pedir
y ellos a remediar eran y eramos obligados, y emos requirido
y hecho las diligencias que según Dios creemos que devía-
mos hazer. N o emos sacado fruto ninguno sino palabras".
A l disfrazar así los hechos, Las Casas debió recurrir al sub-
terfugio de la descalificación personal para dar a entender
c u á l pudo ser la conducta de M a r r o q u í n en el conflicto. E n
la segunda carta, tras reiterar aue para el descargo de su
conciencia hizo " t o d o aquello que de derecho y s e g ú n los sa-
420 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

cros c a ñ o n e s devía de hazer para conplir con m i oficio pasto-


r a l " , Las Casas resume el documento con las tres amonesta-
ciones que p r e s e n t ó a la Audiencia el 22 de octubre; nos pa-
rece m u y elocuente que omita justamente el punto 4, aquel
donde exigía se "declare pertenecer el conocimiento y pro-
tección de las causas de las miserables personas como son es-
tas gentes indianas al j u i c i o eclesiástico. . . " N o hay alusión
alguna a las actitudes de M a r r o q u í n en el conflicto.
C o m o obispo, Las Casas vio rechazadas sus ideas y su
persona por los fieles españoles y, a d e m á s , la Audiencia lo
vejó en Gracias a Dios. Este maltrato del brazo seglar le hizo
anunciar al p r í n c i p e , en la carta del 9 de noviembre: " y a
creo que me va Dios declarando lo que devo hazer. . . que
torne a hinchir los cielos y la tierra de clamores y l á g r i m a s
y gemidos en esa Corte y en ese mundo, hasta que salga L u -
cifer destas Y n d i a s " .
Las Casas volvió a C i u d a d Real el 15 de diciembre. Fray
T o m á s de la T o r r e registró en su manuscrito la hostil reac-
74
ción de los vecinos ante su regreso; t a m b i é n las explica-
ciones dadas por fray B a r t o l o m é a todos los padres para salir
del obispado: les c o m u n i c ó la ida al sínodo de M é x i c o " y
a ú n desde acá llevó en alguna manera pensada su ida a Es-
p a ñ a viendo la gran p e r d i c i ó n de la tierra y lo poco que a c á
p o d í a hacer por la t i r a n í a que la tenía ocupada y lo mucho
que p o d r í a hacer desde E s p a ñ a estando al lado del Rey y de
75
su Real C o n s e j o " . Se puede precisar m á s esta referencia.

7 4
X I M É N E Z , 1931, l i b r o segundo, c a p í t u l o L V I . De acuerdo con su
estilo, Remesal i n t r o d u c e variantes al v e r t i r el manuscrito: l i b r o s é p t i m o ,
c a p í t u l o V I I I . A n t e s , en el c a p í t u l o V I , Remesal resume u n i m p o r t a n t e
d o c u m e n t o hallado p o r él en los archivos: el r e q u e r i m i e n t o que le presen-
t a r o n los vecinos de C i u d a d R e a l a Las Casas el m i s m o d í a de su llegada.
E n carta del 10 de d i c i e m b r e , fray T o m á s Casilla a d v e r t í a a su obispo el
ambiente adverso que le esperaba en U i u d a d Real; CDIÁO, v n , pp.
181-183.
7 5
X I M É N E Z , 1931, l i b r o segundo, c a p í t u l o L I X . Remesal v i e r t e , c o m o
siempre, el m a n u s c r i t o de fray de la T o r r e con modificaciones í o r m a l e s ,
por ejemplo que Las Casas, estando en la corte al lado del rey y del C o n -
sejo de I n d i a s , " n o d e j a r í a de servir m á s a esta p r o v i n c i a y a todas las
I n d i a s , p a r t i c u l a r m e n t e estando a c á los religiosos que le a v i s a r í a n de todo
lo que pidiese r e m e d i o " ; l i b r o octavo, c a p í t u l o I V , p . 3.
F R A Y B A R T O L O M E D E LAS CASAS OBISPO 421

Las Casas dejó Chiapa convencido de que estando él en la


C o r t e o b t e n d r í a los "remedios" prescritos en su carta del 25
de octubre, esto es, vigorizar la legislación real en favor de
los indios y , sobre todo, establecer la debida congruencia en-
tre el espíritu y la ejecución de estas leyes, influyendo decisi-
vamente en la selección de los ministros del rey en las I n -
dias. Eran cálculos bien fundados; en 1548, por ejemplo, al
poco tiempo de haber llegado a E s p a ñ a , consiguió para su
obispado de Chiapa el nombramiento de Diego R a m í r e z
como juez pesquisidor, y que otro hombre aprobado por él,
Cerrato, sustituyera a su enemigo —el licenciado Maldona¬
75
do— como presidente de la Audiencia de los Confines.
Bataillon tiene el m é r i t o de admirar a Las Casas sin incu-
r r i r en la hagiografía, pero en La Vera Paz, román et histoire,
l e y ó mal a Remesal y, a d e m á s , hizo aparecer a Las Casas,
en su conflicto con M a r r o q u í n , como u n gran ambicioso, u n
político con prudencia de serpiente, mientras el clérigo sería
u n obispo ingenuo que descubre t a r d í a m e n t e , y sufre, la
deslealtad de su antiguo vicario y protegido.
Para Bataillon la deslealtad de fray B a r t o l o m é hacia el
obispo de Guatemala se remonta a 1537, cuando proyecta
la entrada a " l a tierra de guerra" desde "los confines" y fir-
m a con M a l d o n a d o el convenio secreto para tal empresa. En
1537 fue precisamente cuando el obispo deja como vicario
a fray B a r t o l o m é . Debido a que no encuentra en las cartas
de M a r r o q u í n , hasta 1539, ninguna referencia al trato del
dominico con Maldonado o a sus negociaciones con los se-
ñ o r e s i n d í g e n a s , Bataillon propone "rendirse a la evidencia.
Las Casas, político calculador y desconfiado, no respondió
77
a la confianza del obispo con una confianza semejante".
L a segunda p r e s u n c i ó n de Bataillon resulta m á s acusado-

~ Y a antes Las Casas h a b í a recomendado ambos hombres al p r í n c i -


pe; a C e r r a t o en u n a carta del 15 de setiembre de 1544, CDIAO, v n ,
p . 434 y a R a m í r e z en la carta del 9 de n o v i e m b r e de 1545, GY, i , p . 33.
7 7
B A T A I L L O N , 1951, p . 262. Remesal t u v o acceso a u n a fuente m u y
cercana a los hechos, por donde consta que a p r i n c i p i o s de 1538, acompa-
ñ a d o del cacique d o n j u á n , Las Casas r e t o r n ó de " l o s c o n f i n e s " a la ciu-
d a d de G u a t e m a l a " p a r a tratar con el o b i s p o " M a r r o q u í n y el goberna-
d o r " e l m o d o de que se h a b í a de tener en proseguir la c o n v e r s i ó n de
422 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

ra t o d a v í a : en 1537 Las Casas e m p e z ó a preparar " s u próxi-


ma e l e v a c i ó n " al obispado de Chiapa, pensando ya en sepa-
7 8
rar T e z u l u t l á n de la diócesis de M a r r o q u í n . E n 1544,
concluye Bataillon, Las Casas c u l m i n ó la intriga pues se
hizo construir u n principado espiritual desde Y u c a t á n a So-
conusco, con territorios que sustrajo al digno, " a l buen M a -
r r o q u í n " , quien, hasta 1543, alaba en sus cartas a fray Bar-
t o l o m é " y que, en el lugar mismo, favorece a los dominicos
7 9
y a sus amigos los caciques. . . " .
Nuestra sinopsis parecería confirmar estas acusaciones
pues incluye u n dato no advertido por Bataillon: la franqui-
cia real conseguida en 1540 por Las Casas para extender su
empresa de cristianización pacífica hasta Chiapas. Pero no
es así. C o m o fray Jacobo de Tastera o fray Pedro de C ó r d o -
ba, Las Casas e m p r e n d í a sus proyectos apostólicos sin pen-
80
sar en recibir por ello dignidades eclesiásticas. H a y otra
r a z ó n para desechar la idea de que él u n i ó en estos a ñ o s la
a m b i c i ó n episcopal a su trabajo evangelizador: en su estrate-
gia política sí h a b í a una fuerte aspiración personal, pero no
orientada hacia el destino de obispo en el Nuevo M u n d o
sino hacia el de convertirse, formal o informalmente, en el
protector o procurador de los indios en la propia corte real.
A h o r a bien, si Las Casas no se enfrentó sino en 1543 a

aquella gente sin estorbo a l g u n o . . . " R E M E S A L , 1932, l i b r o tercero, c a p í -


t u l o X V I I I . M a r r o q u í n regresaba de M é x i c o .
7 8
B a t a i l l o n i m a g i n a que Remesal p e r c i b i ó esta a m b i c i ó n de Las Ca-
sas y p o r ello c a m b i ó todo el significado de la a c c i ó n misionera de fray
B a r t o l o m é en 1537-1538 hacia T e z u l u t l á n . S A I N T - L U , 1968, p . 58, repite
la a c u s a c i ó n . Y a he d i c h o que estas i n c r i m i n a c i o n e s de B a t a i l l o n son pro-
d u c t o de la m a l a lectura de los c a p í t u l o s correspondientes de Remesal.
7 9
B A T A I L L O N , 1951, p . 288. Coincide a s í , en cierto m o d o , con la acu-
s a c i ó n lanzada por M o t o l i n í a en la carta del 2 de enero de 1555: en Espa-
ñ a Las Casas " n o c u m p l i ó lo que a c á p r o m e t i ó n e g o c i a r " , " l o que allá
n e g o c i ó fue v e n i r obispo de C h i a p a " .
8 0
Para el caso de fray B a r t o l o m é se puede t o m a r en cuenta que el
obispado de C h i a p a fue erigido en 1538 y que en 1540 él d e b i ó i n f l u i r en
los despachos del obispo J u a n de Arteaga; sin d u d a , la e x t e n s i ó n de su
empresa a C h i a p a estuvo v i n c u l a d a a esta d e s i g n a c i ó n . H a c i a finales de
1542 t o d a v í a p r i m a b a en el Consejo de Indias la c o n v i c c i ó n de que decli-
n a r í a obispados de no ser compelido " p o r u n breve de Su S a n t i d a d " ;
P A R I S H , 1980, x i v i i . E n tal tesitura r e c h a z ó el obispado de C u z c o .
F R A Y B A R T O L O M É D E LAS CASAS OBISPO 423

l a idea de posponer sus verdaderas aspiraciones por la digni-


dad de prelado en Chiapas, en la sinopsis he mencionado
que ya electo a p r e m i ó al Consejo de Indias a incluir en su
obispado " l a tierra de g u e r r a " , T e z u l u t l á n , que p e r t e n e c í a
a la diócesis de M a r r o q u í n , y Soconusco, donde M a r r o q u í n
p o d í a alegar derechos. En t é r m i n o s generales, el juicio sobre
el despojo inferido a M a r r o q u í n va a depender de la ética
con la cual consideramos la conquista española de los reinos
81
y señoríos i n d í g e n a s . Pero en este ensayo sólo nos ocupa-
mos de los principios que guiaron a Las Casas para entre-
garse a la aventura episcopal.
E n las cartas del 25 de octubre y 9 de noviembre de 1545,
Las Casas pidió que lo dejaran " c o n solas las provincias de
T e c u l u t l a m questaba de guerra y agora la llamamos con ra-
z ó n de la V e r a Paz", " n o quiero tener en m i obispado u n
solo español que tenga yndios, porque todos son tyranos y
n i n g u n o se salva". Estos ruegos nos recuerdan una de las
e n s e ñ a n z a s fundamentales inculcadas por fray Pedro de
C ó r d o b a al clérigo Las Casas: ellos, verdaderos siervos de
Dios, deben llevar el evangelio a los indios sin otra presencia
europea. Ante esta e n s e ñ a n z a y el regreso contrito de Las
Casas a ella, cabe preguntarse por q u é aceptó en 1543 ocu-
par una diócesis donde los españoles ya h a b í a n plantado sus
intereses del m u n d o .
Se puede llegar a una respuesta plausible. N o carece de
l ó g i c a la proposición de una conjura tramada en el Consejo
de Indias por el cardenal G a r c í a de Loaysa y Francisco de
los Cobos para "desterrar" de la corte a Las Casas, presio-
n á n d o l o para que acepte u n obispado y apresure el viaje ha-
82
cia su diócesis. Pero resulta insuficiente, pues los motivos

8 1
Bajo este c r i t e r i o se debe v a l o r a r , por ejemplo, la p o s i c i ó n de fray
P e d r o de A n g u l o , que siendo v i c a r i o del convento d o m i n i c o de la c i u d a d
de G u a t e m a l a , e s c r i b i ó en 1 5 4 5 a Las Casas " d i c i e n d o lo m u c h o que gus-
t a b a que las provincias de T e z u l u t l á n y L a c a n d ó n cayesen en su obispa-
d o , p a r a que ya mirase los cristianos delllas, no sólo como q u i e n los h a b í a
e n g e n d r a d o en l a fe por el santo Evangelio que les p r e d i c ó , sino como
q u i e n h a b í a de d a r cuenta a D i o s de sus a l m a s " . E n R E M E S A L , 1 9 3 2 , l i -
b r o sexto, c a p í t u l o I .
8 2
G I M É N E Z FERNÁNDEZ, 1 9 6 5 , pp. xxm; PARISH, 1980.
CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

de los adversarios para confinarlo eran justamente los que


animaban a fray B a r t o l o m é para fijar su destino en E s p a ñ a .
Debemos insistir, en consecuencia, en las razones dadas por
él mismo. En la petición de 1543, al reclamar T e z u l u t l á n y
L a c a n d ó n para su diócesis sostuvo que " l a principal causa"
para aceptar el obispado fue " p o r poder mejor proseguir y
83
efectuar la pacificación y conversión de las gentes dellas".
Por cierto, plantar en V e r a Paz la iglesia primitiva debió ser
la m o t i v a c i ó n esencial pero subordinada —en t é r m i n o s de
factibilidad— al significativo argumento de los padres maes-
tros del colegio de San Gregorio " q u e le pusieron en con-
84
ciencia el favor de los naturales con la dignidad episcopal".
Valoremos esta e x h o r t a c i ó n . L a provisión real del 13 de
febrero de 1544 d e n e g ó al electo de Chiapa las facultades
que solicitaba para intervenir en el gobierno temporal de su
diócesis. El 20 de abril, recién consagrado en Sevilla, Las
Casas a n u n c i ó al Consejo de Indias: " c o n f í o de Dios. . . que
esta dignidad en que por la providencia d i v i n a " el empera-
dor lo ha ensalzado " m e ha de ser suficiente instrumento
para mejor cumplir mis viejos deseos que son de hacer la vo-
l u n t a d de Dios en lo que Dios pretende servirse en aquellas
8 5
tierras. . . " C o n este convencimiento, apenas llegado a su
diócesis, negó el sacramento de la confesión a los españoles
que rehusaran liberar a los esclavos y p r e t e n d i ó , a d e m á s ,
proclamando en su primera carta pastoral que los indios
eran "miserables personas", subordinar todos los á m b i t o s
de la esfera temporal al fuero y j u r i s d i c c i ó n de la Iglesia, es
decir, someterlas a su potestad espiritual.
Las Casas aceptó el obispado por dos causas, para redi-
m i r a los indios de Chiapas en el cristianismo de la iglesia
primitiva y por suponer que la dignidad concedida por el em-
perador a su severa naturaleza obligaría a los españoles de
la diócesis a inclinarse ante la ley de Dios, a la dura jurisdic-

8 3
P A R I S H , 1980, p . 3. L . H a n k e , al r e s e ñ a r este documento de la C o -
l e c c i ó n K r a u s d e s t a c ó j u s t a m e n t e esta a f i r m a c i ó n de Las Casas: H A N K E
y G I M É N E Z FERNÁNDEZ, 1954, p. 89.
8 4
R E M E S A L , 1932, l i b r o c u a r t o , c a p í t u l o X I Í L
8
~ rABIÉ, 18/9, n, ni.
F R A Y B A R T O L O M E D E LAS CASAS OBISPO

c i ó n eclesiástica ejercida y extendida por él a todas las veja-


ciones hechas a los indios. Esta creencia nos hace pensar en
otra lección de fray Pedro de C ó r d o b a ejemplificada en el
s e r m ó n de fray A n t ó n de Montesinos, vale decir, en c ó m o
usar las armas de la Iglesia contra los españoles de las I n -
diasT Frente a éstos, c ó m o obispo, Las Casas se p e r s u a d i ó
de que él y sus padres, "los predicadores de la palabra de
D i o s " , eran i n t r í n s e c a m e n t e débiles, pues de nada servían
las suaves súplicas n i los "crueles reproches unidos a la ame-
naza del terrible día del juicio final y anuncios de las penas
del infierno, tantas denegaciones de los sacramentos por
parte de los confesores, finalmente, tantas excomuniones y
86
censuras por parte de los prelados".
Por ú l t i m o , y para terminar de valorar su ansiosa política
episcopal, debemos poner especial atención en el "trata-
do . . . sobre la materia de los indios que se han hecho. . . es-
clavos" que fray B a r t o l o m é p r e s e n t ó al Consejo de Indias
87
poco d e s p u é s de la convulsiva coyuntura de 1545. L a p r i -
mera parte de este tratado fusiona el análisis detallado de las
instituciones "serviles" i n d í g e n a s con una erudita censura
teológico-jurídica a la esclavitud occidental impuesta por los
conquistadores. Fue titulada " c o n c l u s i ó n " , y ésta, en pala-
bras de Las Casas, es que "todos los indios que se han hecho
esclavos en las Indias del mar O c e á n o , desde que se descu-
b r i e r o n hasta hoy, han sido injustamente hecho esclavos" y
que los españoles los poseen " c o n mala consciencia, aunque
sean de los que hobieron de los i n d i o s " .
Siguen a l a " c o n c l u s i ó n " tres " c o r o l a r i o s " . E n éstos, con
una c o m p o s i c i ó n perfecta, Las Casas despliega una conste-

8 5
CASAS, 1988, p. 231.
8 7
CASAS, 1965, i , p p . 501-641. H a n k e , P é r e z de T u d e l a y W a g n e r -
Parish le h a n adjudicado distintas fechas. A m i parecer este tratado, tal
c o m o lo dio a la i m p r e n t a fray B a r t o l o m é , fue t e r m i n a d o en 1547. C r e o ,
a s i m i s m o , que ya en 1542, ante la j u n t a magna r e u n i d a en V a í l a d o l i d ,
Las Casas expuso la p r i m e r a parte del tratado, la m á s extensa, como uno
de sus numerosos remedios para la reformación de las Indias. Y que luego, en
1544, a p e t i c i ó n del Consejo de Indias, p r e s e n t ó p o r escrito este remedio.
L a segunda parte del tratado, los tres corolarios, fueron redactados sin
d u d a en 1547.
426 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

lación de citas de los textos bíblicos, del derecho c a n ó n i c o ,


de los doctores comentaristas y de los Santos Padres para
sostener en forma vibrante ante el Consejo de Indias la tra-
dición m á s piadosa de la Iglesia y las obligaciones del poder
temporal hacia la g o b e r n a c i ó n cristiana de sus subditos.
En el primer corolario Las Casas establece que " S u M a -
jestad es obligado de precepto divino a mandar poner en l i -
bertad a todos los indios que los españoles tienen por escla-
vos". Presenta tres razones. U n a , que al oficio de los reyes
concierne el librar de los opresores a los hombres pobres y
miserables que no pueden por sí defenderse. Si los monarcas
no cumplen con esta obligación, suele Dios encender y de-
rramar su ira y a ú n destruir por esta causa todo u n reino.
O t r a , que obligación de los reyes es t a m b i é n que sus s ú b d i -
tos vivan en paz y según la ley cristiana; en las Indias los es-
p a ñ o l e s que tienen esclavos se encuentran en pecado mortal.
Por ú l t i m o , Las Casas señala que los príncipes temporales
son obligados por derecho divino a ofrecer su favor y fuerzas
materiales, incluso el terror de sus armas, a la Iglesia para
que crezca el reino celestial. Por ello, prosigue, el rey católi-
co está obligado a devolver su libertad a los indios injusta-
mente hechos esclavos y " a dar todo su favor y poner sus
fuerzas temporales" a fin de que los españoles obedezcan al
mandato así, los obispos tengan " l i b r e y desembara-
zado, llano y sujecto el pueblo para poder cumplidamente
ejercer su oficio pastoral". Para apoyar este punto Las Ca-
sas cita a San Isidro: " . . . conozcan los príncipes de la é p o c a
que d e b e r á n dar cuenta a Dios por la Iglesia que
reciben de
Cristo para defenderla. . . " E n el segundo corolario Las Ca-
sas subraya la obligación que tienen los prelados de las I n -
dias de procurar la libertad de los indios hechos esclavos.
Los obispos dice están obligados por derecho divino a de-
fender las miserables personas proteger como tutores los
pueblos que tienen encomendados de cualesquiera perjui-
cios aflicciones u opresiones y "resistir no sólo a los lobos
que espiritualmente matan la grey sino t a m b i é n a los rapto-
res y a los tiranos O^U e vejan corporalmente " Las Casas
integra a esta p r é d i c a la opresión que padecen los indios y
ensartando como C Ü mx^tci letanía que el prelado de I n -
F R A Y B A R T O L O M E D E LAS CASAS OBISPO 427

d í a s está obligado por precepto divino (e incluso se le debe


" c o n m i n a r con la c o n d e n a c i ó n eterna si no lo hace") a insis-
t i r ante el rey y el Consejo, sin desfallecimientos, que los
indios hechos esclavos por los españoles "se restituyan ca-
balmente a su prístina l i b e r t a d " . Las Casas, refiriéndose a
ese acto pastoral ineludible para poder mover los pueblos a
la paz y a la amistad del hombre con Dios, recurre a su pro-
p i o ejemplo en la diócesis de Chiapa y clama que los obispos
de las Indias deben " p o r esto, si fuere necesario, arresgar las
v i d a s " , "exponer la vida corporal a cualesquiera peligros,
a u n de m u e r t e . . . "
L a celosa y por ello breve m i s i ó n episcopal de Las Casas
p r o v o c ó reacciones en todas partes. " N a d i e puede pensar el
estruendo grande" que causaron en M é x i c o los sucesos de
C h i a p a , anota fray de la T o r r e . Y comenta: como allá los
obispos y clérigos y casi todos los religiosos absolvían a los
e s p a ñ o l e s " y nosotros entramos c o n d e n á n d o l o s a todos y a
los que los confesaban", "este m u n d o se escandalizó en no-
sotros, aunque algunos revivieron con la verdad y la luz de
la d o c t r i n a " . A Las Casas, prosigue, le escribieron obispos
y religiosos, el virrey Mendoza y el visitador Tello de San-
doval, c u l p á n d o l o de imprudente y alborotador al negar los
sacramentos a los cristianos, e incluso " u n o de los principa-
les" le dijo que la Audiencia d e b e r í a haberlo encarcelado o
88
expulsado de la tierra. M o t o l i n í a supo utilizar contra Las
Casas este rechazo pues eligió, para ilustrarlo, una carta
donde ( s e g ú n M o t o l i n í a ) el venerado D o m i n g o de Betanzos
censuraba a fray B a r t o l o m é por los desasosiegos, bullicios,
perjuicios y d a ñ o s " q u e con sus informaciones y celos indis-
cretos h a b í a causado por doquiera que andaba" y porque
ahora como obispo, "las ovejas h a b í a vuelto cabrones y, de
89
buen carretero echó el carro delante y los bueyes d e t r á s " .
L a Iglesia de M é x i c o se opuso en 1544 a las Leyes Nuevas
y en 1545 criticó el rigor episcopal de Las Casas. E x p o n d r é

8 8
X I M É N E Z , 1 9 3 1 , l i b r o segundo, c a p í t u l o L I X ; en R E M E S A L , 1 9 3 2 , l i -
b r o s é p t i m o , c a p í t u l o X V , con algunos cambios de f o r m a sin alterar el
sentido.
8 9
A R A G Ó N y GÓMEZ CAÑEDO, 1 9 8 6 , p. 163.
428 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

entonces m i ú l t i m o reparo a la caracterización de Las Casas


hecha por Bataillon en La Vera Paz, román et histoire: " S u
grandiosa intransigencia", afirma, "cava u n abismo entre
él y los m á s ilustres de sus c o m p a ñ e r o s de lucha, incluidos
90
M a r r o q u í n , Vasco de Quiroga, Betanzos y M o t o l i n í a " .
M e parece m u y justo hablar de la grandiosa intransigen-
cia (o intolerancia espiritual política) de Las Casas. Pero
¿sólo intransigencia, intolerancia o t a m b i é n discrepancias
tajantes sobre el destino de las Indias? Vasco de Quiroga,
Betanzos, M o t o l i n í a eran ilustres personajes, ¡pero no com-
p a ñ e r o s de lucha de Las Casas d e s p u é s de las Leyes Nuevas!
Sus proyectos fueron entonces tan contradictorios, y Las
Casas obtuvo en la corte tanto ascendiente sobre la política
indiana, que aquéllos se sintieron incitados a romper públi-
camente con fray B a r t o l o m é . En esta perspectiva, ¿las Leyes
Nuevas fueron u n acto de intransigencia? Y en todo caso,
¿de q u i é n ?
Colocar a fray B a r t o l o m é de Las Casas como el hacedor
de las Leyes Nuevas ha sido una constante tanto del análisis
adepto como del a n t a g ó n i c o . Siempre c a b r á estimar el papel
del dominico, pero el análisis debe concebir que semejante
cuerpo normativo representa por sobre todas las cosas la vo-
luntad política del emperador de suprimir las vejaciones a los i n -
dios y moderar el poder de los encomenderos en aras de la
91
autoridad y la preminencia regia. Esta posición del su-
premo poder temporal es la que hace posible entender el no-
table influjo de Las Casas sobre la política indiana al volver
a E s p a ñ a luego del violento rechazo de sus feligreses e s p a ñ o -
les de Chiapa, del agudo conflicto con la Audiencia de los
Confines y de la reacción del m u n d o seglar y religioso de la
N u e v a E s p a ñ a a sus políticas temporal y espiritual.
Debemos recomponer con mejores trazos la fe de fray

9 1
BATAILLON, 1951, p. 292.
9 1
E n este sentido me parece encomiable la p e r c e p c i ó n a n a l í t i c a de
R e m e s a l cuando s e ñ a l a que fue una falsedad de los conquistadores echar
sobre Las Casas la entera culpa de las Leyes Nuevas, siendo que "las en-
comiendas y r e p a r t i m i e n t o s de que las nuevas leyes trataban siempre fue-
r o n c o n t r a la v o l u n t a d de los reyes de C a s t i l l a . . . " ; R E M E S A L , 1932, l i -
bro séptimo, capítulo x v i .
F R A Y B A R T O L O M É D E L A S CASAS O B I S P O 429

B a r t o l o m é . Su intransigencia tiene raíces en las corrientes


espirituales de su tiempo y se refuerza a consecuencia de u n
cálculo político. Este cálculo espera t o d a v í a nuestra refle-
x i ó n : ¿el emperador sólo u s ó a Las Casas para abatir al gru-
p o señorial de los encomenderos e imponer en las Indias el
Estado moderno? ¿ O acaso t e n í a u n a disposición cristiana
para sentirse obligado, como p e d í a el fraile dominico, a am-
parar a las naciones indianas, conservando las jefaturas polí-
ticas y las buenas leyes del r é g i m e n temporal i n d í g e n a y de-
92
legando en los frailes apostólicos el ejercicio del poder real?
Para comprender la fe de Las Casas siempre será impor-
tante recordar el rechazo de M a r r o q u í n , Vasco de Q u i r o g a
y M o t o l i n í a (Betanzos es u n caso distinto) a su proyecto y
a su persona. Pero no basta si se ignoran otros choques ocu-
rridos en la d é c a d a de 1550. M a r r o q u í n llegó incluso a ser
reprendido p o r el rey, debido a su intención de colocar clé-
rigos entre los indios y despojar de sus doctrinas a los do-
93
minicos y franciscanos. E n varios expedientes podemos
encontrar t o d a v í a las ásperas controversias entre Vasco de
Q u i r o g a y las tres ó r d e n e s religiosas de la Nueva E s p a ñ a . A
fray T o r i b i o de M o t o l i n í a su propia provincia del Santo
94
Evangelio le impuso el castigo de la r e c l u s i ó n .
En la d é c a d a de 1550 hubo muchas rupturas. Y entre-
mezcladas con ellas t a m b i é n se produjeron alianzas trascen-
dentes: en M é x i c o , por ejemplo, las ó r d e n e s de los domi-

9 2
E n u n a r e f l e x i ó n t a r d í a —arca 1561-1562— Las Casas ponderaba
al emperador p o r sus esfuerzos tendientes a e x t i r p a r las encomiendas y
p o r q u e "estuvo aparejado muchas veces para que, si los d e l Consejo le
d i e r a n parecer q u e sacara todas estas gentes de la o p r e s i ó n y p e r d i c i ó n en
q u e siempre h a n estado y r e s t i t u í l l a s en su l i b e r t a d y ponelles todo cristia-
n o gobierno y a u n a b r i r m a n o del s e ñ o r í o destas I n d i a s , lo h i c i e r a . . . " .
CASAS, 1 9 8 1 , n , p . 482.
9 3
V e r R E M E S A L , 1932, l i b r o d é c i m o , c a p í t u l o I I , y la carta de M a r r o -
q u í n del 20 de a b r i l de 1556: SÁENZ DE S A N T A M A R Í A , 1964, p p . 296-306.
9 4
C o m p a r t o la h i p ó t e s i s de G ó m e z C a ñ e d o en el sentido de que la
carta d e l 2 de enero de 1555 contra Las Casas fue la falta c o m e t i d a p o r
M o t o l i n í a , pero discrepo con su r a z o n a m i e n t o de que las autoridades de
la o r d e n le i m p u s i e r o n el castigo "sencillamente por escribir u n a carta de
t a l i m p o r t a n c i a al rey sin la d e b i d a a u t o r i z a c i ó n " ; A R A G Ó N y G Ó M E Z C A -
ÑEDO, 1986, p . 4 0 .
430 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

nicos, agustinos y franciscanos acordaron integrar el " p a r t i -


do de los i n d i o s " , cuya figura predominante era fray Barto-
l o m é de Las Casas. Esta j e r a r q u í a del dominico se puede
comprender sin necesidad de caer en la historia hagiográfi-
ca. Los frailes —para quienes la religión era una p a s i ó n -
anhelaban suprimir o evitar la codicia del mundo; muchos
sintieron la voz de Dios ofreciéndoles las Indias para resta-
blecer la Iglesia p r i m i t i v a . Fray B a r t o l o m é de Las Casas dio
u n sentido a la vida apostólica de toda la comunidad religio-
sa, al establecer, en la teología y el derecho c a n ó n i c o del
m u n d o europeo, una teología y u n derecho para el Nuevo
Mundo.
A u n q u e suscrito t a m b i é n por M a r r o q u í n y Valdivieso, el
requerimiento del 19 de octubre presentado a la Audiencia
de los Confines se debe estimar como una obra de fray Bar-
t o l o m é de Las Casas. L a iniciativa de tal acción d e b i ó ser
suya y, claro está, fue él quien escribió el documento fundado
en el "Corpus Iuris C a n o n i c i " . Por tratarse de una petición
y no de u n tratado, Las Casas previene que " p o r abreviar de-
xamos de alegar. . .otras muchas partes de los derechos";
aun así, alcanza a citar el Decreto de Graciano y las Decretales,
incluyendo el Líber Sextus, pero sólo menciona en forma ge-
n é r i c a la o p i n i ó n de los doctores comentaristas. E l docu-
mento está estructurado en tres partes. L a primera formula
la p r e c e p t u a c i ó n j u r í d i c a : los indios son personas miserables
y deben ser amparados por la j u r i s d i c c i ó n eclesiástica. L a
segunda está compuesta por cuatro "razones", cuyo p r o p ó -
sito es confirmar o probar el postulado anterior. L a parte fi-
nal contiene la solicitud específica de los obispos y el aviso
del castigo a los miembros de la Audiencia si no obedecen
a la Iglesia.
Las Casas precisa el concepto j u r í d i c o de miserable me-
diante dos definiciones usuales en su tiempo: "miserables
personas son aquellas todas sobre las quales la misma natu-
raleza mueve a los hombres a que dellas se conpadezcan",
"miserable persona es aquella que por sí misma no puede
defender sus causas e pedir su justicia conviene a saber por
defeto de su pobreza o pusilanimidad o de ciencia o espe-
riencia o de miedo que tenga o de otra cualquiera inpoten-
F R A Y B A R T O L O M É D E LAS CASAS OBISPO 431

c i a " . Las Casas usó con mucha frecuencia los t é r m i n o s de


impotencia implícitos en estas definiciones para señalar la
d e g r a d a c i ó n sufrida por los indios debido a su violenta con-
quista por los españoles, no así los de carencia o defecto "de
ciencia y esperiencia", pues t r a t ó siempre de probar lo con-
t r a r i o . Puede percibirse en el requerimiento otro zigzag. Las
Casas sostiene que las causas de las personas miserables
"pertenecen de derecho y según los sacros c á n o n e s a los
obispos y juezes eclesiásticos y de que pueden juzgar e cono-
cer y hazer justicia inmediatamente, aunque no aya negli-
gencia n i malicia n i sospecha del juez seglar". L a ú l t i m a
a s e v e r a c i ó n estaba respaldada por algunos legistas, pero la
m á s c o m ú n o p i n i ó n de éstos sólo p e r m i t í a la intervención
del foro eclesiástico cuando el juez seglar fuere negligente o
95
r e m i s o . Q u i z á s por esto Las Casas se siente forzado a ale-
gar asimismo que los indios padecen injusticias, d a ñ o s y
cautiverios sin que nadie vuelva por ellos n i los defienda,
"antes las mismas justicias y ministros del rey an sido y son
oy (sacando los que es r a z ó n sacar y éstos son m u y pocos y
m á s que pocos) los m á s injustos y crueles tiranos para con.
ellos. . " Y reitera el mismo alegato al cerrar la primera
parte y abrir la segunda: probada la conclusión de pertene-
cer al j u i c i o eclesiástico las causas de los indios por ''ser m i -
serables personas y m u y miserables" " c o n f i r m á r n o s l a con
las siguientes razones L a primera es porque en estas tierras
n i n g u n a justicia ay de su Magestad que las valga n i defien-
d a " y así ''carecen totalmente de justicia y como ésta no
_
puede faltar p o r q u é s perpetua y constante v i r t u d es necesa
r i o que la hallen en la universal iglesia"
L a segunda parte del requerimiento tiene por epígrafe

9 5
P u d o ser intencionada la a m b i g ü e d a d con que Las Casas f o r m u l a
esta e x é g e s i s del derecho c a n ó n i c o . E n el corolario I I del Tratado sobre la
materia de los indios que se han hecho en ellas esclavos, parte que con seguridad
r e d a c t ó en 1547, t e n d i ó a ser m á s preciso; allí sostuvo que todos los que
sienten recta y cristianamente aceptan que a la Iglesia pertenece en p r i m e r
t é r m i n o la defensa de los pobres, de los o p r i m i d o s o de los que padecen
i n j u s t a m e n t e , " p o r lo menos (de lo cual n i n g u n o d u d a ) , cuantas veces los
jueces seculares, o p o r m a l i c i a o p o r d i s i m u l a c i ó n , son negligentes, como
se lee y se s e ñ a l a en cap. licet ex suscepto, y cap. ex tenore. . . "
432 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

"razones" que confirman la conclusión de pertenecer las


causas y defensas de los indios al juicio eclesiástico. Estas ra-
zones enfatizan que el título de dominio del rey sobre las I n -
dias reside en la predicación de la fe católica, " f i n y causa
final con que los reyes de Castilla y L e ó n tienen estas tierras
y no con otro n i pudo ser otro las quales cinquenta y tres
a ñ o s a t r á s no eran suyas". Y que la p r e d i c a c i ó n "es impedi-
da y afrentada" y la fe evangélica convertida en " i n m u n d a ,
injusta, iniqua, tiránica y digna de todo oprobio, odio, error
y aborrecimiento" a todas estas naciones " p o r r a z ó n de los
grandes y notorios pecados de t i r a n í a s injusticias que los es-
p a ñ o l e s contra estos indios criados y redimidos por Dios y
vasallos de los reyes de Castilla cometen cada d í a delante de
Dios y del m u n d o " . Sin que ninguno de los pecados de los
e s p a ñ o l e s "se enmienden n i castiguen", Las Casas funda-
menta en el derecho canónico que el remedio pertenece " i n -
mediatamente a los juezes eclesiásticos, s e ñ a l a d a m e n t e obis-
pos y pastores de las á n i m a s que tienen a c a r g o . . . "
H a y , sin duda, una conexión instrumental entre la pre-
c e p t u a c i ó n j u r í d i c a del requerimiento y las "razones" ar-
g ü i d a s a c o n t i n u a c i ó n . M e parece, sin embargo, que las
" r a z o n e s " c o b r a r í a n toda su aducida calidad de pruebas si
Las Casas hubiera invocado textualmente el postulado de que
la Iglesia tiene poder temporal sobre los príncipes en orden
al fin espiritual. De este modo su alegato o s t e n t a r í a una ar-
quitectura j u r í d i c a m á s precisa: habiendo el sumo pontífice
concedido el dominio sobre las Indias como una comisión
apostólica, al impedir los españoles con sus tiranías el traba-
j o evangélico y no ser castigados por ello, la Iglesia tiene po-
testad para ordenar las cosas temporales y usar de ellas con-
96
venientemente al fin espiritual.
E n el reclamo de la jurisdicción temporal hecha por los
tres obispos distingo (y abstraigo) a los "opresores y tira-
n o s " pues los españoles son fieles de la Iglesia. Y hago resal-

9 6
E n Las Casas percibo u n a f o r m u l a c i ó n en este sentido en el Tratado
comprobatorio del imperio soberano. . . , escrito en 1552. E n esta o b r a noto,
a d e m á s , afinidad con ciertas ideas de fray Francisco de V i t o r i a . E n V I -
T O R I A , 1934, i i , p . 76, r e l e c c i ó n p r i m e r a , p r o p o s i c i ó n octava.
F R A Y B A R T O L O M É D E L A S CASAS O B I S P O 433

tar, en cambio, que en la doctrina teológica j u r í d i c a , como


lo muestra fray B a r t o l o m é en sus tratados de 1551-1552 (su-
pongo que t a m b i é n en De único vocationis modo), existía u n ar-
senal de reparos para extender esa jurisdicción eclesiástica a
" l o s opresos tiranizados". En esta parte del requerimiento
97
Las Casas cita al doctor Palacios Rubios, de quien dice
" a l l e g a " los indios a la jurisdicción eclesiástica por la causa
de ser recién convertidos; la referencia al legista, resulta evi-
dente, tiene u n sentido sólo argumentativo. E n las circuns-
tancias de 1545 Las Casas rompe con la equilibrada solución
propiciada por Palacios Rubios pues no " a l l e g a " sino pre-
sume que los indios "pertenecen" a la jurisdicción eclesiás-
tica. Las Casas sostiene esta idea rectificando la r a z ó n esgri-
m i d a por Palacios Rubios —ser los indios nuevos en la fe—
y t a m b i é n , me parece, en pugna teórica consigo mismo. E n
efecto, en el requerimiento dice que estas "gentes, por ser
tan propincas y estar tan aparejadas para recebir nuestra
santa fee que se pueden ya dezir pertenecen a la santa Igle-
sia, deven de ser favorecidas y ayudadas y defendidas y rece-
b i r sus causas por los prelados y pastores de la iglesia.
L a n o c i ó n de los indios como las gentes m á s " p r o p i n c a s " y
aparejadas para recibir la fe fue constante en la p r é d i c a de
fray B a r t o l o m é . E n u n cierto sentido él siempre creyó, ade-
m á s , que p e r t e n e c í a n a la Iglesia. Pero en sus tratados fun-
damentales para conseguir ese fin, opinó " e n derecho", si-
guiendo a Santo T o m á s , que los indios p e r t e n e c í a n a una
clase determinada de infieles (infieles en sentido privativo o
negativo porque han nacido con aptitud para recibir la fe v
9 8
no la tienen) Que, siendo subditos y sujetos en derecho
d i v i n o en potencia y en h á b i t o ñ e r o no subditos de Cristo

9 7
Repetitio rubricae el capituli "Per vestras, de donatiombus". D e acuerdo
con B u ü ó n , esta o b r a t u v o cinco ediciones antes de 1545 (1503, 1521,
1523, 1524 y 1543). C o m o es sabido, el tratado que Palacios R u b i o s re-
d a c t ó alrededor de 1512-1516 sobre el d o m i n i o de las I n d i a s , en PALA-
CIOS R U B I O S , 1954, es conocido gracias a que el p r o p i o Las Casas p o s e y ó
el m a n u s c r i t o . Resulta notable que Las Casas haya optado p o r resumir
en unas pocas l í n e a s el c a p í t u l o sexto, en donde Palacios R u b i o s desarro-
llaba el tema de la m i s i ó n de los obispos y d e m á s religiosos en las I n d i a s .
9 8
CASAS, 1988, p. 255.
434 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

" e n acto", no estaban sometidos a la autoridad espiritual n i


al fuero y j u r i s d i c c i ó n temporal de la Iglesia."
Sólo en la tercera y ú l t i m a partes del requerimiento Las
Casas alude al cargo de protector de los indios que p o s e í a n
los obispos por nombramiento real. Cabe evaluar esta men-
ción. Las líneas precedentes del documento conminan a la
Audiencia a emitir una provisión dirigida a los funcionarios
seglares subordinados, "declarando a todos como los dichos
obispos pueden según derecho conocer y determinar de las
causas tocantes a los indios naturales de las provincias de sus
obispados, como de causas de personas miserables y m u y
miserables privilegiadas por la ley divina y por la santa y
universal iglesia. . . como pastores y protectores que son de
todos ellos". Poco d e s p u é s Las Casas invoca la autoridad re-
gia: " y s e g ú n que por tales los tiene su Magestad como pa-
rece por sus provisiones, mandando a todas las dichas j u s t i -
cias. . .que por tales juezes conpetentes los t e n g a n " . Así
incluida, la m e n c i ó n tiene una función puramente confirma-
toria de la a r g u m e n t a c i ó n previa. Es decir, el oficio de pro-
tector de los indios no nace de la provisión real n i se ejerce
por la buena voluntad de una Audiencia, sino que pertenece
a la Iglesia, es connatural al propio cargo pastoral. L a inves-
tidura otorgada por el rey, por lo tanto, solamente reafirma
el derecho eclesiástico.
E n la alusión al nombramiento de los obispos como pro-
tectores de los indios, Las Casas arguye que las provisiones
reales ordenan a las justicias seglares que auxilien y den fa-
vor a la j u r i s d i c c i ó n eclesiástica y notifican "ansimismo
como si no lo hazen incurren en d e s c o m u n i ó n papal ipsofacto
por el capítulo non minus. . ." Esta parte del escrito es dema-

9 9
Los mejores desarrollos en Tratado comprobatorio. . . y Apología. T o -
d a v í a a q u í , sin e m b a r g o , persisten construcciones de dudosa c a l i d a d . Por
ejemplo, Las Casas puede r e s u m i r en u n m i s m o p á r r a f o su a r g u m e n t a -
c i ó n de que el S u m o P o n t í f i c e debe tener sobre los infieles u n a j u r i s d i c c i ó n
c o m p l e t a m e n t e v o l u n t a r i a , no contenciosa o coercitiva, y agregar que
debe ejercer las dos " i n c l u s o hasta el e x t r e m o de p r o n u n c i a r u n j u i c i o so-
bre asuntos temporales, en casos en que ello sea conveniente para la p r o -
m o c i ó n , d i r e c c i ó n y p r e s e r v a c i ó n de los asuntos espirituales. . . " CASAS,
1988, p . 4 9 1 .
F R A Y B A R T O L O M E D E LAS CASAS OBISPO 435

siado confusa; c i ñ é n d o m e a una i n t e r p r e t a c i ó n literal, co-


m e n t o que en ninguno de los nombramientos reales conoci-
dos he visto una cláusula relativa a la e x c o m u n i ó n y me
parece dudoso, a d e m á s , que los capítulos del derecho canó-
nico que cita Las Casas hayan sido incluidos en otras pro-
visiones.
Cabe notar que a c o n t i n u a c i ó n de estas oscuras líneas Las
Casas expresa bajo otra forma el derecho de los obispos a
castigar con la e x c o m u n i ó n a los representantes del poder
real. Si la Audiencia, exclama, no dirige esa provisión a los
funcionarios subordinados, declarando que los obispos son
pastores y protectores de los indios y por ello jueces compe-
tentes de sus causas, lo cual p e r m i t i r á amparar a los indios
y asimismo e v i t a r á "muchos desacatos y desobidiencias y
e s c á n d a l o s que se p o d r í a n hazer y suceder a los dichos obis-
pos y sus iglesias", entonces ellos, " p o r q u e en nuestras con-
sagraciones emos j u r a d o de guardar los sacros c á n o n e s , no
podremos en nuestros obispados cada uno de nosotros sino
de mandar por descomulgados a qualesquier personas de
qualquier estado, dinidad o preminencia que sean como a
ynpididores de la jurisdicción eclesiástica y violadores de la
universal iglesia, y ansí lo protestamos de hazer y cumplir
sin faltar una j o t a de todo lo que somos por derecho obli-
gados" .
E n esta parte final del requerimiento, j u n t o a la solicitud
e i n t i m a c i ó n hechas a la Audiencia, Las Casas incluye el de-
seo que tienen los tres obispos "de guardar inviolablemente
la j u r i s d i c i ó n real y defendella y ayudalla con su sangre si
fuese menester" y protesta que " n o queremos n i es nuestra
i n t e n c i ó n de perjudicar n i violar en una punta de alfiler la
j u r i s d i c i ó n r e a l " . Pero antes ha impregnado el documento
con la p r é d i c a de que "los reyes y los principales y toda cris-
tiana criatura son obligados a estar sujetos de derecho d i v i -
n o " , que a los sacros c á n o n e s "es obligado a obedecer y es-
tar subjeta toda persona cristiana'', que los miembros de la
A u d i e n c i a e s t á n obligados " a la obidiencia de la santa ma-
dre iglesia y a cumplir lo ordenado y mandado por los sacros
c á n o n e s como fieles c r i s t i a n o s . . . "
L a p r é d i c a de la obediencia a la ley divina y la protesta
CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

de fidelidad al emperador eran convicciones compatibles.


Pero, como repite Las Casas, las p a r á b o l a s , " u n a oscura en-
s e ñ a n z a o una figura del lenguaje. . . pueden explicarse de
muchas maneras y admitir muchas interpretaciones", aun-
que no "precisamente aquel que cada uno quiera, sino
aquel que pretende dar el autor de la Sagrada Escritura, esto
es, el Espíritu Santo. A cualquiera, pues, no le es dado de-
t e r m i n a r cuál o de q u é clase sea este sentido, sino sólo a los
sagrados doctores que sobresalieron entre los d e m á s morta-
100
les por sus costumbres y su d o c t r i n a " . Pero, se debe
agregar, aunque siervos escogidos a quienes comunica el Es-
p í r i t u Santo, los sagrados doctores otorgaron sentidos distin-
tos a las p a r á b o l a s y en el siglo X V I la m a y o r í a de los trata-
distas c o m p a r t í a n aquellas interpretaciones favorables a la
101
espada temporal.
E n 1545 Las Casas a c t ú a contra la tendencia regalista al
pretender como obispo que la Iglesia tome el poder temporal
en ese singular Nuevo M u n d o , declarando a los indios "per-
sonas miserables" y sujetos por ende al fuero y a la jurisdic-
102
ción eclesiástica. ¿ Q u é significado tiene esta posición
dentro de su doctrina? Por el c a r á c t e r de m i ensayo, me per-
m i t o restringir el examen diacrònico al lapso comprendido
entre De unico vocationis modo y la Apologia. Durante este pe-
riodo, la filiación de Las Casas corresponde a la posición to-
mista relativa a las jurisdicciones perfectas del papa y del
p r í n c i p e en lo espiritual y temporal, como esferas a u t ó n o -

CASAS, 1 9 8 8 , pp. 504-505.


1 0 1
E n 1 5 5 2 , al enfatizar el derecho de la Iglesia a j u z g a r y disponer
de todos los bienes temporales y estados seglares para enderezar los h o m -
bres al ñ n espiritual y eterno, Las Casas acusa a los doctores t e ó l o g o s y
j u r i s t a s " q u e m u c h o excedieron derogando l a p r e m i n e n c i a e poder sobe-
r a n o d i v i n o de la Sede A p o s t ó l i c a , en lo cual harto e r r ó n e a y temeraria-
m e n t e se desvergonzaron a l g u n o s . . . " Tratado comprobatorio • . . , conclu-
s i ó n segunda.
1 0 2
T a l postura b i e n p u d o i m p u l s a r a Las Casas a escribir Quaestio
Theologahs, cuya m a t e r i a fue la e x e n c i ó n de los eclesiásticos a la j u r i s d i c -
c i ó n c o e r c i t i v a de los jueces seculares; la data de circa 1 5 4 5 adjudicada a
d i c h o t r a t a d o , en H A N K E y G I M É N E Z FERNÁNDEZ 1 9 5 4 , p . 9 9 , parece por
lo t a n t o acertada. Para u n resumen de su contenido: Z U B I L L A G A , Í 9 7 4 .
F R A Y B A R T O L O M É D E LAS CASAS OBISPO 437

mas, y sobre la s u p r e m a c í a del poder espiritual cuando los


dos á m b i t o s llegan a rozarse.
A h o r a bien, la solución tomista al conflicto entre las dos
espadas no lo suprime del todo; conduce t o d a v í a a discutir
en q u é casos los á m b i t o s se rozan y c ó m o la Iglesia ejercerá
su autoridad. Las Casas siempre i n t e r p r e t ó la d o n a c i ó n pon-
tificia de las Indias d á n d o l e el sentido de u n mandato o
c o m i s i ó n apostólica. Y por su filiación doctrinaria p o d í a de-
d u c i r " e n derecho" que allí los á m b i t o s se rozaban y la
superioridad c o r r e s p o n d í a a la Iglesia. Y a en este plano con-
sensual concreto, durante el reinado del emperador él man-
t u v o una postura j u r í d i c a m u y prudente, caracterizable i n -
cluso con los t é r m i n o s que supo usar V i t o r i a : la discusión
sobre el destino de los indios " n o pertenece a los juristas, al
menos exclusivamente. Porque aquellos b á r b a r o s no e s t á n
sometidos. . . al derecho positivo, y por tanto sus cosas no
deben ser examinadas por las leyes humanas, sino por las d i -
vinas, en las cuales los juristas no son bastante competentes
para definir por sí semejantes cuestiones. Y puesto que se
trata de algo que entra en el fuero de la conciencia, toca fa-
llar al sacerdote, esto es, a la Iglesia. Por esto, en el Deutero-
n o m i o , se manda que el rey reciba u n ejemplar de la ley de
103
m a n o del sacerdote". L a e x p r e s i ó n de V i t o r i a es asertiva
y se debe condicionar efectivamente: q u i é n e s , c ó m o y con
q u é rigor dan el fallo de la Iglesia. Así visto el precepto, la
sujeción de Las Casas al mismo se demuestra: p r o c u r ó esta-
blecer la s u p r e m a c í a de la Iglesia en la política indiana me-
diante fallos dados en juntas y congregaciones de teólogos y
canonistas convocadas nor el mismo poder real Por ú l t i m o
no encuentro en las cartas y memoriales de Las Casas, antes
o d e s p u é s de 1545, que haya usado otra vez el concepto j u r í -
dico de " m i s e r a b l e " bajo este t é r m i n o estricto.
Este examen d i a c r ò n i c o restringido atribuye u n valor re-
presentativo ocasional al requerimiento del 19 de octubre de
1545. N o obstante, el documento posee t a m b i é n una reso-
nancia temporal mayor pues nos muestra hasta d ó n d e p o d í a
llegar Las Casas en el uso del instrumento j u r í d i c o para que

ios V I T O R I A , 1 9 6 7 , p . 11.
438 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

m
la iglesia apostólica rigiera en las I n d i a s . Pero si desea-
mos obtener conclusiones precisas sobre este tema es necesa-
rio analizar el requerimiento de 1545, en el contexto de una
extrema situación coyuntural, j u n t o con el tratado de 1547
"sobre la materia de los indios que se han hecho. . .escla-
v o s " y los tratados de 1552 y 1553 {Tratado comprobatorio del
imperio soberano. . . y De regia potestate). E n éstos, Las Casas
utilizó con mayor seguridad y reflexión la a r g u m e n t a c i ó n j u -
rídica; en los dos ú l t i m o s convencido, por otra parte, de que
estaba ocurriendo una mudanza profunda en la tendencia
de la política real indiana.
U n ú l t i m o comentario al requerimiento escrito por Las
Casas en Gracias a Dios. C a s t a ñ e d a Delgado, al estudiar la
importancia del concepto de "miserable" en la legislación
indiana, anota que aparece por primera vez en una orde-
nanza de Felipe I I de 1563 y que no será reiterado hasta
1580, en una c é d u l a sobre el tributo de la provincia de C h u -
cuito. Infiere, por ello, que los teólogos del siglo X V I no tra-
taron la cuestión, "puesto que el concepto de miserable,
aplicado a los indios. . . a p a r e c i ó t í m i d a m e n t e en la legisla-
105
ción ya m u y entrada la segunda m i t a d del s i g l o " .
Esta perspectiva d e p a r a r í a a fray B a r t o l o m é de Las Casas
el m é r i t o de haber impulsado una figura j u r í d i c a tan tras-
cendente en la u r d i m b r e legislativa del Estado colonial. De-
bemos matizar esta conclusión. Primero, debido al c a r á c t e r
coyuntural del escrito de 1545. Segundo, porque Las Casas,

1 0 4
A c l a r o m á s esta idea. C o n s i d e r o el proyecto indiano de Las Casas
c o m o u n a i n v a r i a n t e con ciertas flexiones doctrinarias y e s t r a t é g i c a s de-
t e r m i n a d a s por coyunturas p o l í t i c a s . El objetivo del r e q u e r i m i e n t o de
1 5 4 5 subyace, entonces, en todas sus obras, pero en el sentido t e x t u a l m á s
estricto s e r í a el ú n i c o m o m e n t o en que Las Casas u t i l i z a el concepto j u r í -
dico de " m i s e r a b l e " para reclamar la potestad eclesiástica sobre los i n -
dios. Salvo, como si fuera u n s í m b o l o , cuando en su postrer escrito, supli-
ca a P í o V " r e n o v a r todos los c á n o n e s en que se m a n d a que los o b i s p o s "
tengan cuidado de los pobres, hombres afligidos y viudas, y ordenar p o r
santa obediencia a los obispos del nuevo m u n d o el cuidado de los indios
" h a s t a d e r r a m a r su sangre como por ley d i v i n a son o b l i g a d o s " . S e r í a u n
r e t o r n o textual al r e q u e r i m i e n t o de 1 5 4 5 , a u n cuando fray B a r t o l o m é no
use el t é r m i n o " m i s e r a b l e " .
1 0 5
CASTAÑEDA D E L G A D O , 1 9 7 1 , pp. 264-265 y 291.
F R A Y B A R T O L O M É D E L A S CASAS O B I S P O 439

en esa circunstancia, p r e t e n d i ó colocar a los "miserables"


indios bajo la jurisdicción eclesiástica, mientras d e s p u é s ,
con el mismo concepto, el poder real a b s o r b i ó por completo
la tutela de los indios. Tercero: haya sido o no Las Casas el
p r i m e r o en emplear el t é r m i n o "miserable" para referirse
a los nativos americanos, las denotaciones sociales y j u r í d i -
cas que caracterizan ese concepto tuvieron, estoy seguro de
ello, una poderosa influencia en la política indiana durante
la primera m i t a d del siglo X V I , en u n sentido, a d e m á s , fa-
vorable a la j u r i s d i c c i ó n eclesiástica.
Para justificar la ú l t i m a hipótesis sólo p r e s e n t a r é u n ejem-
plo que, a m i j u i c i o , sintetiza claramente la cuestión. E n
1555, cuando Felipe I I estaba mostrando ya de manera os-
tensible su decisión de cambiar la naturaleza del dominio so-
bre las Indias, el licenciado Gregorio L ó p e z a ú n p o d í a seña-
lar, en u n comentario a las Partidas, que en los lugares
remotos donde no fuera fácil acudir al rey o donde hubiese
negligencia de los jueces seglares, es decir en las islas del
m a r O c e á n o , donde se hallan los indios "de nueva conver-
sión a la fe y que se dicen personas miserables, según Ino-
cencio", los obispos p o d í a n conocer las causas de estos mise-
rables, fáciles de o p r i m i r por los poderosos. T a m b i é n , ahora
citando a Santo T o m á s , Gregorio L ó p e z a d u c í a que los obis-
pos de las Indias d e b í a n resistir, con armas materiales y es-
pirituales, no sólo a los lobos que espiritualmente atacan a
la grey, sino t a m b i é n a los ladrones y a los tiranos que vejan
corporalmente. Contra los pertinaces, cuando saludables
amonestaciones y devotas oraciones no valieran, los obispos
1 0 6
d e b í a n recurrir a " l a sentencia de e x c o m u n i ó n " .
Las Casas q u e d ó fuera de su tiempo al pugnar, intoleran-
te, por la u t o p í a de una "Iglesia p r i m i t i v a " para los indios.
Pero en 1545 Las Casas obispo, como muestran los comen-
tarios de Gregorio L ó p e z , no estuvo m u y fuera del derecho
de su tiempo.

1 0 6
L Ó P E Z , 1848, n , p p . 137-138. V é a n s e asimismo, los comentarios
de S O L Ó R Z A N O PEREIRA, 1648, l i b r o I V , c a p í t u l o V I I , a estas "graves pa-
l a b r a s " de G . L ó p e z .
440 CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

APENDICE

[ I . Petición y requerimiento de los obispos de Guatemala,


Chiapa y Nicaragua al presidente y oidores de la Audiencia
de los Confines. 19 de octubre de 1545].

M u y poderosos señores

Los obispos de Guatimala y Chiapa y Nicaragua dezimos que por


quanto uno de los casos que pertenecen de derecho y según los sa-
cros cánones a los obispos y juezes eclesiásticos y de que pueden
juzgar e conocer y hazer justicia inmediatamente, aunque no aya
negligencia ni malicia ni sospecha del juez seglar, es en las causas
de las personas miserables y señaladamente quando son opresas y
agraviadas, porque estas tales personas tiene la iglesia debaxo de
su proteción y anparo y de derecho divino es obligada a las man-
parar y defender y de conocer de sus injurias y vexaciones e injus-
ticias y determinar y hazer justicia en ellas. Y por consiguiente es
obligado qualquiera persona seglar a parecer y responder en el j u i -
zio eclesiástico siendo convenido por ellas, como parece expresa-
mente por el capítulo siquis de potentibus 2443 y en el capítulo super
quibus dam de verborum significationem y en la distinción 84 canon 1
y 2 y en la distinción 8.7. canon 1 y 2 y la distinción 8.8. canon
1 y en el capítulo significantibus de officio delegati y en el capítulo ex
partes y en el capítulo ex tenore y en el capítulo licet ex suscepto de foro
conpetenti y en otras muchas partes de los derechos que por abreviar
dexamos de alegar y es común doctrina de todos los doctores sobre
los textos alegados y en otros lugares que se dexan aquí de dezir.
Y como todos los indios naturales de todas estas Yndias del mar
Oceáno, ansí señores y grandes como chicos y basaltos, sin sacar
uno ni ninguno, sean las más miserables y más opresas y agravia-
das, afligidas y desmanparadas personas que más injusticias pa-
dezcan y más carezcan y mayor necesidad tengan de manparo, de-
fensión y proteción de todas las que oy ay en el mundo porque
miserables personas son aquellas todas sobre las quales la misma
naturaleza mueve a los hombres a que dellas se conpadezcan sino
son hombres bestiales y crueles. Y según se dize en el capítulo de
potestando, miserable persona es aquella que por sí misma no
puede defender sus causas e pedir su justicia conviene a saber por
defeto de su pobreza o pusilaminidad o de ciencia o esperiencia o
de miedo que tenga o de otra qualquiera inpotencia. Como los
F R A Y B A R T O L O M É D E L A S CASAS O B I S P O 4"4"1

doctores dizen bien, es manifiesto a todo el mundo quantas necesi-


dades y defetos padecen cada día y sienpre cada una y todas destas
gentes indianas naturales destas Yndias más y mayores que otras
gentes algunas de quantas tenemos noticia ay en el mundo, como
parece discurriendo por cada partícula de las dichas que padezcan
pobreza. Manifiesto es porque en toda la masa del linaje humano
no se an visto otras más pobres que padezcan pusilanimidad pare-
ce por que otras no pueden ser más pusilánimes ni más encoxidas
que carezcan de ciencia y esperiencia, ningunas otras ay tan sin-
ples n i que menos sepan de pleitos ni juizios, demandas ni res-
puestas, sentencias ni apelaciones ni de las maldades, calunias, ca-
bilaciones, industrias y cautelas de los españoles de quien cada día
se an de defender y anpararse. Que tengan miedo ningunas otras
naciones j a m á s se vieron que tan entrañado y arraigado y casi ya
natural tengan el miedo y temor de los cristianos españoles por
las nunca otras tales vistas ni oídas ni pensadas violencias, fuer-
cas, opresiones, tiranías, robos, crueldades, injustos captiverios,
guerras iniquas, estragos, matancas, despoblaciones de dos mili
leguas de tierra que dellos [espacio en blanco] y perniciosamente
an recebido y padecido, las quales an sido bastantes y son oy por-
que oy las padecen para escusar todos los más fuertes y costantísi-
mos varones y aún los santos de cosa que contra derecho hiziesen
salvo el pecado. Todas las quales injurias, angustias e injusticias,
daños y menoscabos, cautiverios y calamidades an pasado y oy pa-
decen sin aver uno ni ninguno que por ellos aya buelto ni les aya
defendido ni oy por ellas buelva ni las defienda, antes las mismas
justicias y ministros del rey an sido y son oy (sacando los que es
razón sacar y estos son muy pocos y más que pocos) los más injus-
tos y crueles tiranos para con ellas y de quien Dios a de hazer ma-
yor castigo y más rigurosa y cruel justicia. De lo qual se sigue ma-
nifiestamente ser estas míseras naciones las más miserables y más
abatidas y peor agraviadas y más ínpotentes y desrn3.np3.r3.diis y
necesitadas que ay en el universo orbe y sobre quien más y con
mayor razón la naturaleza de los hombres se deve mover a mayor
conpasión y a con mayor conato y aflición y eficacia condolerse de
sus afliciones y miserias. Y son dignísimas de que qualquiera cris-
tiano con m 3 y o r obligación de precepto natural y divinal deva de
trabajar con todas sus fuercas de socorrerlas y defendellas y hazer
por ellas todo lo que cada uno si estuviese en el triste y abatido
estado quellas están querría que por él hiziesen y sentiría serles to-
dos en esta obligación más claro quel sol obligados. Consiguiente
cosa parece v así es sin aver duda alguna de hecho ni de derecho
CARLOS SEMPAT ASSADOURIAN

estar todas estas indianas gentes especialisimamente so la prote-


ción y anparo de la iglesia y que al juizio eclesiástico pertenece in-
mediatamente conocer y determinar sus causas y hazerle todo
cumplimiento de justicia, defender sus vidas y libertad de todas y
qualesquier personas, desazer sus agravios, quitalles sus opresio-
nes, librallos de las violencias y tiranías que cada día padecen y
del furor y ceguedad de los que los afligen oprimen e destruyen
y de su infernal condición y anbición, como a misérimas, paupé-
rrimas, inpotentísimas para se defender y dé todo consuelo, auxi-
lio y favor y socorro desolatísimas y sin conparación desmanpara-
das y destituidas personas. Y aunque lo susodicho basta para
probar [espacio en blanco] intento conviene a saber esta razón ge-
neral de ser miserables personas y muy miserables, provamos la
dicha conclusión de pertenecer las causas y defensas destas gentes
y al juizio eclesiástico y confirmárnosla con las siguientes razones.
La primera es porque en estas tierras ninguna justicia ay de su
Magestad que las valga ni defienda comunmente en los pueblos
máxime donde no están las reales audiencias, como quiera que los
mismos alcaldes de las ciudades, villas y lugares como quiera que
son los mayores tiranos y ¿so prisiones tantos? crueles y que más
agravios y crueldades e injusticias les hazen por que pues más
como ellos están en la mesma ceguedad y damnación que los otros.
Y si a ellos se van a quexar de los daños y tormentos que de los
otros padecen, el consuelo y remedio que en ellos hallamos haze-
Uos cruelmente acotar y atormentar porque aquellos, ni los que los
tiranizados tienen, no osen buscar ni aún pensar buscarlo subleva-
ción, alivio de ninguno de sus agravios trabajos y ordinarios tor-
mentos ni remedio, ansí que carecen totalmente de justicia y como
esta no pueda faltar porqués perpetua y constante virtud es nece-
sario que la hallen en la universal iglesia.
La segunda razón es por razón de los grandes y notorios peca-
dos de tiranías injusticias que los españoles contra estos indios
criados y redimidos por Dios y vasallos de los reyes de Castilla co-
meten cada día delante de Dios y del mundo, cuya correción y cas-
tigo, enmienda, satisfación y penitencia no pertenece a otro prin-
cipalmente como al juez eclesiástico.
Estas dos razones se pruevan por el capítulo licet ex suscepto y el
capítulo ex tenore de foro competenti y el capítulo novit de ludiciis con
sus muchas concordancias y con lo que allí se lee y nota por los
doctores, a cuya dispusición dezimos del derecho canónico los re-
yes y los principes y toda cristiana criatura son obligados a estar
sujetos de derecho divino.
FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS OBISPO

La tercera razón más digna y más eficaz que las dichas es por
causa y favor de nuestra fee, la qual es inpedida y afrentada, odio-
sa y hecha oprobio a todas estas naciones en grande infamia y de-
nuesto y derogación de la religión cristiana porque por la servi-
dumbre orrible y continua en que los tienen puestos, después de
avellos apocado y casi hechos ningunos con las injustas e inferna-
les guerras con que los an iniqua y nefandamente contra la justicia
sojuzgados, son inpedidos y estorbados en la doctrina de nuestra
santa fee católica y de conocer a su Criador (que es el fin y causa
final con que los reyes de Castilla y León tienen estas tierras y no
con otro n i pudo ser otro las quales cinquenta y tres años atrás no
eran suyas) pues por la insoportable carga que sobre sí tienen de
los injustos y tiránicos tributos no tienen lugar ni tienpo para va-
car a las cosas divinas y necesarias a su salvación, ni los que los
tienen encomendados por sólo este fin y título tienen cuidado de
buscalles y ponelles quien los enseñe siendo a ello obligados de de-
recho divino y con obligación natural y civil juntamente. Por ma-
nera que por la causa de los trabajos y vida infernal que en lo suso-
dicho padecen y por los otros muchos malos tratamientos que se
les hazen, sin tener dellos como dicho es alguna señal ni parte de
alivio, es les ocasión de tener a nuestra santa justa y linpia ley y
fee católica por inmunda, injusta, iniqua y tiránica y digna de
todo oprobio, odio, error y aborrecimiento y para que aunque
muestren de miedo en las aparencias de fuera que la quieren rece-
bir de buena gana, dentro de sí la aborrecen blasfemen y abomi-
nen y escupen como ley que según les parece cufien grandes injus-
ticias en los inocentes y que nunca les ofendieron. Sin que aya fin
ni se enmienden ni castiguen, el zelo y conocimiento y defensa de
lo qual manifiesto es pertenecer inmediatamente a los juezes ecle-
siásticos, señaladamente a los obispos y pastores de las ánimas que
tienen a cargo por las quales tienen obligadas las suyas y por quien
en el estrecho y divinal juizio an de dar estrecha y rigurosa quenta,
no solamente de los baxos e inferiores pero de los altos y superiores
aunque sean de los reyes y príncipes, no sólo de los opresos y tira-
nizados pero de los opresores y tiranos, de cada uno según lo que
consintieren pasar sin enmienda y remedio siendo digno de corre-
ción y potísimamente oprobioso a nuestra fee en sus obispados.
Esta razón se prueba por el capítulo 1 y en el capítulo irrefragabili
de oficio ordinarii y en el capítulo licet heli de simonía y en el capítulo
ex communicationis último de heretias y en el capítulo qualiter et guan-
do de accussationibus título 2 y en el capítulo 1 de justis lo notan los
doctores y en el capítulo pro kumani de homicidio en el libro 6 y en
444 CARLOS SEMPAX ASSADOURIAN

el capítulo dúo su título 96 distinción y en los otros muchos dere-


chos que dexamos de alegar.
La quarta y final razón, aunque se redize a la primera, es por
questas gentes, por ser tan propincas y estar tan aparejadas para
recebir nuestra santa fee que se pueden ya dezir pertenecen a la
santa iglesia, deven de ser favorecidas y ayudadas y defendidas y
recebir sus causas por los prelados y pastores de la iglesia, que con
más benignidad blandura y suavidad suelen tratar las semejantes
personas que vienen de nuevo a nuestra santa fee como niños re-
cién nacidos a quien conviene dar leche de suavidad que tiene en
sí la religión cristiana, como aquellos que leen más y están por sus
oficios más cercanos a la inteligencia del suave yugo de Jesucristo
que no las justicias seglares. Y esta razón se prueba por el capítulo
qui sincera 4.9 distinción y aún por autoridad de San Pablo en la
primera epístola a los Chorintios capítulo 3. y en otras partes y por
Inocencio en el capítulo judicii título 2 de judiéis y otros doctores
después del y aún el doctor Palacios Rubios, que es el evangelista
de los seglares que se huelgan de usar, por la jurisdición eclesiásti-
ca los allega y los sigue ser causa esta de los nuevamente converti-
dos que pertenece a la iglesia como parece en su repetición del ca-
pítulo per vestras en la columna 172, en lo qual es razón que le
sigan los que le siguen en lo demás. Y porque aunque todo lo suso-
dicho está expreso en derecho y por los sacros cánones (a los quales
como arriba se dixo es obligado a obedecer y estar subjeto toda
persona cristiana) está ordenado y establecido de tal manera que
nadie puede pretender ignorancia, pero por que los alcaldes y jus-
ticias ordinarias de las ciudades villas y lugares donde no residen
las audiencias reales y no ay letrados son comunmente hombres
idiotas y que ignoran los sacros cánones aunque no los escusan,
y otras vezes que aunque los an leído por su malicia y menospre-
cio y desobediencia no los guardan por que los prelados no los co-
rrijan y castiguen por sus defetos y pecados, de lo qual proviene
grandísimo daño y perjuizio a las ánimas y a la iglesia de Dios.
Por ende a vuestras altezas los dichos obispos suplicamos y si nece-
sario es lo requerimos una y quantas vezes de derecho devemos y
son necesarias, que atenta las susodichas razones y la obligación
que vuestras altezas tienen a la obediencia de la santa madre igle-
sia y a cumplir lo ordenado y mandado por los sacros cánones
como ñeles cristianos y tanbién a la institución del enperador y rey
nuestro señor que es ponerlos en estas tierras en su nombre y lugar
para hazer justicia y favorecer y defender las iglesias y asistir y
ayudar con su auxilio espiritual a los prelados y ministros dellas
F R A Y B A R T O L O M É D E L A S CASAS OBISPO 44*5

y atento tanbién el deseo que los dichos obispos tienen de guardar


inviolablemente la jurisdición real y defendella y ayudalla con su
sangre si fuese menester, que manden dar su carta y provisión real
para los alcaldes y justicias e todas las otras personas de las ciuda-
des villas y lugares de su obispado declarando a todos como los di-
chos obispos pueden según derecho conocer y determinar de las
causas tocantes a los indios naturales de las provincias de sus obis-
pados como de causas de personas miserables y muy miserables
privilegiadas por la ley divina y por la santa y universal iglesia,
en especial de los agravios y mercas y opresiones que se les hazen,
como pastores y protectores que son de todos ellos y según que por
tales los tiene su Magestad como parece por sus provisiones, man-
dando a todas las dichas justicias y a los demás so gravísimas pe-
nas que por tales juezes conpetentes los tengan y no les inpidan
direte ni indirete al exercicio y execución de su jurisdición eclesiás-
tica y en el dicho caso antes le asistan y den favor y el auxilio les
inpartan del braco seglar como son de derecho obligados y su Ma-
gestad lo manda por sus reales cartas y executoriales, notificándo-
les ansimismo cómo si no lo hazen incurren en descomunión papal
ipso facto por el capítulo non minus de inmunitate ecclesiarum y en el
capítulo cum en el mismo título libro 6 y es uno de los casos papa-
les que se contiene en el proceso de la cena del Señor. Lo qual ha-
ziendo y mandando vuestras altezas harán lo que son obligados de
derecho al favor de la santa madre iglesia como dicho es y estorva-
rán muchos daños y injusticias que a los dichos indios vasallos del
rey cada día se les hazen sin aver quien buelva por ellos ni los ati-
pare ni defienda y ansimismo inpedirán muchos desacatos y deso-
bediencias y escándalos que se podrían hazer y suceder a los di-
chos obispos y sus iglesias que vuestras altezas son obligados a
escusar como grandes crímenes y pecados en que mucho se ofende
Dios y toda su universal iglesia y la república cristiana. Pero sino
lo hizieren lo qual no creemos, protestamos de hazer en ello todo
aquello que aliaremos que devemos hazer de derecho. Y acuérden-
se vuestras altezas que no menos incurrirán el presidente y oidores
desta real audiencia en la dicha descomunión papal ipso facto de los
dichos capítulos y del proceso de la corte romana que las otras jus-
ticias y personas inferiores, pues de vuestras altezas depende la
paz y la orden, humildad, temor, reverencia y obediencia que se
a de tener a los preceptos y ordenaciones de la iglesia por ellas. Y
esto parece por el decreto de Adriano papa 2.5.4.1. título general
donde se dize lo siguiente: genérale decreto censemus atque constitui-
mus ut ex admodum anathema sit atque velut prevaricatur fidei catolice sem-
446 CARLOS SEMPAX ASSADOURÍAN

per apud deum Reus existat quicumque regiminis seu sponsorem vel potentum
demceps Romanorum Pontificum decretorum censuram ne quoquam crediderit
vel permiserit nolendam y por otros muchos decretos y concilios que
an emanado en la iglesia de Dios. Y porque en nuestras consagra-
ciones emos jurado de guardar los sacros cánones inviolablemen-
te, no podremos en nuestros obispados cada uno de nosotros sino
de mandar por descomulgados a qualesquier personas de qual-
quier estado dignidad o preminencia que sean como a inpedidores
de la jurisdición eclesiástica y violadores de la libertad de la uni-
versal iglesia y ansí lo protestamos de hazer y cumplir sin faltar
una jota de todo lo que somos por derecho obligados. Protestamos
tanbién que por todo lo susodicho no queremos ni es nuestra in-
tención de perjudicar ni violar en una punta de alfiler la jurisdi-
ción real sino sóla y expresamente usar y exercitar la nuestra ecle-
siástica donde tanta necesidad ay de usarla y exercitarla en los
casos que de derecho nos pertenecen. Y de cómo pedimos y dezi-
mos todo lo susodicho y lo requerimos pedimos a los secretarios
questán presentes que nos lo den todo y cada parte dello por testi-
monio y a los presentes rogamos que dello sean testigos.
Fecha a diez y nueve días del mes de otubre de mili e quinientos
e quarenta e cinco años. Requerimos tanbién que nos buelvan esta
misma petición y requerimiento a la letra como va con la respuesta
de vuestras altezas en ella misma. Episcopus Guatimalensis, fray Bar-
tolomé de las Casas obispo de Chiapas, fray Antonio de Valdivie-
so obispo de Nicaragua.
Esta petición se respondió por los señores presidente y oidores
de la real audiencia que no a lugar, etc.

[ I I . Desistimiento del obispo de Guatemala del requeri-


miento y p r o t e s t a c i ó n precedente]

M u y poderosos señores

Los obispos de Guatimala y Chiapa y Nicaragua dieron una peti-


ción y información sobre que estas gentes indianas son miserables
y por consiguiente sus causas pertenecen a la iglesia y sobre ello
requirieron y protestaron contra todas las justicias y contra el pre-
sidente y oidores de proceder contra ellos. Dize el obispo de Guati-
mala questá muy confiado que su Magestad como cristianísimo y
católico y su Consejo quiere y manda que las iglesias sean honra-
das y acatadas y tenidas y en su jurisdición guardadas y la misma
FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS OBISPO 447

conñanca tendré de su audiencia y que la petición y suplicación


quanto a esto le parece muy bien y ansí pide y suplica a vuestra
alteza lo mire muy bien y provea y con esto descarga su conciencia
y se aparta del requerimiento y protestación. Episcopus Guatimalensis.
Esta petición dió en acuerdo el obispo de Guatemala otro día
después de la petición que avían dado todos tres obispos juntos.

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