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í2 Año XI. Enrro-Juntn br 19i?9. Núms. 38 !J 39'.

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DISCURSO

SEXORES ACADÉMICOS:

Cinco &iglos son ya cumplidos desde el nacimiento del Gran


Cardenal de España, que vino al mundo en el paterno solar de
Guadalajara, en el festivo día de la Invención de la Santa Cruz,
3 de mayo de 1428; y al celebrar tan grata efeméride esta Real
Academia toledana, obedece a los dictados que le inspiraron su
amor a la Historia, a España y a Toledo. En la era de las conme-
moraciones, que así podría calificarse la nuestra, conmemoracio-
nes que. en general, son un signo de cultura, pues demuestran
que, si no realizamos grandes cosas, recordamos y celebramos a
quienes las hicieron, parece no carecer de misterio el evento da
que los hornenrijes a dos grandes figuras españolas, se hayan
sucedido con sólo dos lustros de distancia; que si al finar el año
1917, se conmemoró el IV Centenario del ocaso de Cisneros,
antes de mediar 1928, festej;1mos el orto de .Mendoza ¡Mendoza y
Cisneros! Nombres insignes, ambos, que esmaltan con su brillo las
páginas de n nestra historia eclesiástica y civil; gigantes represen-
tatiYos que C'asi llenan un siglo, y aunque tan dispares por no
pocos concepto~, hnrto ligados entre sí por lazos más sólidos
y fuertes que los que se reducen a Ja relación fortuita de antece-
sor y sucesor en un altísimo cargo. Y ¡con qué honda satisfacción
el espaflol consciente y el consciente toledano pronuncian aque-
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2 EL CARDENAL MENDOZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA CASTELLANA

llos nombres en que se cifran muchas glorias de la, acaso, más


gloriosa época de nuestra Patria!
En una y en otra conmemoración tomé y tomo parte, sin
propósito preconcebido, por la espontánea invitación <le dos
ilustres Academias, a que me honro en pertenecer, una matri-
tense y otra toledana, y, concretando aún mús, por la voluntad y
deferencia de sus sendos Directores. Con los nwtoriales que en
una y otra ocasión aporté y aporto a la obra conmemorativa,
pude forjar antaño un extenso estudio, y hogal1o un discurso
breve, como ofrendas de las Academias en las 1uas de ambos
grandes políticos y grandes prelados toledanos. Ni que decir
tiene que los dos pensamientos rememorativos moreeían todo:-;
mis respetos y simpatías, ya que acepté las honl'osas dosignncio-
nes de que fuí objeto. Pero ahora mladirC\ que, aun clospojúndome
de mi carácter académico, el hombre y el historiógrafo, clc11tro
en mí darían voces para que me uniera a estas conmemo1'acionPs,
en razón do ciertas circunstancias familiares, coincidente:- y bien
ajustadas a la coyuntura en que me hallo.
En efecto, las dos estirpes locales que rnús pesan en mi vincu-
lación toledana, aparecen en la Historia en algún modo ligadn:'\ a
la vida y a la obra de los dos egregios Cardenales ArzobispoR de
Toledo. Y lo están en cabeza de dos ilustres eclesiásticos. ambos
toledanos y prebendados de la Santa Iglesia Primada, y muy
significados ambos en el movimiento cultural y literario de nuestra
ciudad y de aquella época.
Así, pues, de una parte, D. Francisco Ah·arez de Toledo, Dig-
nidad de :Maestrescuela de esta Iglesia. fundador del Colegio de
Santa Cat<llina, FniYersidad que fu(. de Toledo, hermano de don
Hernando Alvarez de Toledo, Secretario de E~tado de los Heyes
Católicos, Señor de Cedillo y Toccnaque, es Ja perwna do con-
fianza del Cardennl :\lendoza, a quien como a tal. éste da poderos
para tomar posesión del Arzobb~pado, lo que, juntamente eon otro
canónigo toledano, se efectúa con la mayor autoridad y grandeza
en 20 de marzo de 148a ( 1).
Y, de otra parte, D. Diego Lúpez de .Ayala, hermano del Con-
de de Fuensalida, cmúnigo, Provisor y Vicario general de la

(1) Véase historiada esta so!emne toma de posesión en la Crónica de el gran


Cardenal de España, Doll Pedro Gonrrrlez de Mendoca ..... , de Salazar y de
Mcndoza, capítulo LVI, págs. 191 ¡¡ 191, Toledo 1625.

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CONDE DE CEDILLO 3
-·---- -~ ---- - -- ------ - - - - ·-

Archidi(J{~esis, Ca marero mayor, Secretario y hombre de la abso-


luta <·onfürnza de Cisneros, cultivador de las Letras, y, en frase
de un ,\r·1Hlómico rle la Historia. «ilustre Mecenas del plateresco
cspafiol;, es d1mrnte el tiempo de su regencia, su embajador
cerca del Hey ausente, en Ja Corte de Braselas, y puede asegurar-
se que por su mano pasan cuantos asuntos de Estado tienen
alguna importancia.
jJis Ayalas ~, Toledos, pues, enlazados familiarmente por
aquella misnw época para continuar el linaje de donde vengo,
parece q ne me obligan con el imperio que ha hecho decir a
alguien que los •muertos mandan~, no a ser el incondicional
panegirista de ar1 u ellos dos famosos personajes, pero sí a rendir-
les, en la medida de mis facultades, el tributo legítimo que .recla-
ma y autoriza la justicia distributiva. A ello sigo estando presto,
~· con ello me persuado de que mí inclinación personal se a:»a y
funde así mejor con mi mandato académico.

*
**
Innecesario me parece avanzar, que no es mi propósito com-
poner un trni>njo do conj:rnto, tocante ,al Cardenal Mendoza. Sin
que sea lícito afirmar que en el estudio de esta recia personalidad
castellana se haya agotado la materia, el Cardenal tuvo sus histo-
riadores, que 3e llamaron }ledina y Mendoza, Salazar y de Men-
cloza y Castejón y Fonseca; y, cierto, no pretendo emularlos ni
completarlos. Menos ambicioso, sólo intento, apelando antes a la
Crítica que a la Apologética, destacar del amplio fondo y conjun-
to de su actuaciCm política, la imagen de alguno de sus aspectos;
y sea ella la que refleja su conducta y sus procederes con motivo
de la grave cuestión dinástica y sucesión al trono castellano,
surgida en los postreros afios del triste reinado de Enrique IV.
Era el futuro Canlenal amigo del Monarca desde sus tiempos
de Príncipe dB Asturins, a lo que ayudaban sus edades, que casi
coincidfan, pues D. Enrique sólo en tres años superaba a don
Pedro. Vástago éste de una gran estirpe castellana, ligada desde
siglos atrás a nuestros Reyes, que habían favorecido a sus claros
varones con mercedes y privilegios, con altos cargos palatinos,
políticos y militares; biznieto de .i\1endozas y de Ayalas, de aquél
primer seI1or de Hita y Buitrago, su hornónirno de nombre y
apellido, que dió su vida por su Rey y Sefíor natural, en la jorna-

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4 EL CARDENAL MENDOZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA CASTELLANA

da de A.ljubarrota, y de D.ª Aldonza deAyala, Camarera de la Reina


de Castilla, D.ª Juana Manuel; quinto hijo de D. Iñigo López do
:Mendoza, que, por gracia de D. Juan II, fuú primer :\Iarqués de
Santillana y Conde del Real de Manzanares, y por la del cielo,
astro de primera magnitud en la Corte literaria de aquel ,JI o na r-
ea; hermano del que, por merced de Enrique IV, fué primer
Duque del Infantado, posesión antigua do Infantes (}el Heino,
hijos de Reyes; así pues, por dictados dü Ja sangre generosa,
como de la nobleza del propio carácter, era el joven eclesiástico,
al par que ferviente castellano, ferventísimo monárquico de aquel
Rey Enrique, a quien, cualesquiera que fuesen sus defectos (y eran
muchos), habían recaído los atributos de nuestra secular y glorio-
sa monarquía.
Llegado, en 1452, D. Pedro a la Corte de Juan II, entró eon
buen pie, pues comenzando por servir al Rey en la capilla, en
junio de 1454, a los veintiséis afios de edad, fué ya presentado
para Obispo de Calahorra y de Santo Domingo de la Calzada,
"con mucho contento-dice un su cronista-y aplauso general de
la Corte•; y no parece sino que sólo vi dú el Hey para hacer
aquella presentación, pues que, a los pocos día~, en julio del
mismo afio, pasó de esta vida a la eterna.
Acató )fondoza, como era. su deber, al igual quo todo el
Reino, al nuevo Soberano D. Enrique, que si como Príncipe
había dejado mucho que desear, prometía como Rey buenas
esperanzas, que parecieron confirmar sus primeros actos. Y es de
notar que éste no le otorgó desde luego mercedes ni especiales
favores que, por otra parte, el joven prelado no solicitaba. Cuando
por una mala voluntad, una nutrida hueste del Rey desposeyó
de Guadalajara al Marqués de Santillana, con quien estaba su
hermano el Obispo, ninguna responsabilidad apareció con rela-
ción al uno ni al otro, y presto volvieron los dos a la gracia del
Soberano, que les restituyó a Guadalajara, quedando para siem-
pre los Mendozas como sus más firmes y leales vasallos. Las
torpezas e inconsciencias de aquel cuitado Rey, tanto en la esfera
pública como en la privada, fueron harta causa para enajenarle
pronto las simpatías de los sefiores más poderosos del Reino,
muchos de los cuales declaráronse en abierta rebeldía. Eran
amargos frutos de la conducta polítics de los dos últimos repre-
~entantes masculinos de la dinastía de Trastamara. Pero él, a la
ve:r. magnate y Obispo de Calahorra, no forma entre los insur-
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CONDE DE CEDILLó

gentes. Antes bien, mantiene su lealtad al Monarca, quien, en


frase del cronista Enríquez del Castillo, <de tenía mucho amor»;
asístele e impide una felonía que preparaban los traidores. El
Marqués de Villena y sus parciales, después de haber osado en
vano prender al Hey y a los Infantes, sus hermanos, en palacio,
intentáronlo de nuevo armándole una celada entre Villacastín v
San Pedro de las Dueñas. Frustr6se otra vez el perverso intent~, ·
pues el Obispo .Mendoza que al Monarca acompañaba, descubierta
la maldad, logró que el Rey escapara, poniéndose a buen recaudo;
con sus propios hermanos, los Condes de Tendilla y de Coruña,
hizo rostro a los contrarios, y como éstos se estuvieran quedos,
sin señal de pelea, enderezóles un cálido razonamiento afeándoles
su ruin acción y dejándolos corridos.
Bien definida quedaba así la conducta del Obispo de Calahorra
con relación a Enrique IV y a sus enemigos. Los acontecimientos
se precipitan. En septiembre de 1464, el Rey declara y reconoce
solemnemente, posponiendo a su hija legal la Princesa D.ª Juana,
heredero Je la Corona a su hermano D. Alfonso, y en noviembre
y diciembre lo ratifica. Los grandes, sin aquietarse con esto,
dirigen al Monarca un insolente documento. El Obispo de Cala-
horra, Mendoza, es extrañ.ado de la Casa y de la Corte del Rey
por ser parcial de D. Beltrán de la Cueva, Conde de Ledesma.
En mayo de 1465, los magnates se despiden airadamente de don
Enrique, juran Rey al Infante y acaece en el siguiente junio la
escandalosa deposición de Avila, a que se hallan muchos prelados
y caballeros. Ni el Obispo Mendoza, ni sus parientes, fieles siem-
pre al Rey legítimo, concurren al acto de Avila, todos ellos bien
ajenos a aquel inaudito desacato.
Antes al contrario, así como lo supieron el Obispo D. Pe<;lro
y sus hermanos, determináronse a acudir, y, en efecto, acudieron
al servicio del Rey con hombres de armas. Juntáronseles otros
nobles que andaban dudosos y querían oir el voto del Obispo,
cuyo buen seso y letras les eran conocidos. Para robustecer su
lealtad, dirigióles D. Pedro una elocuente plática, en la cual,
después de encarecer en puntos de buena doctrina los respetos
que se deben en todo caso a los Reyes, aunque sean inhábiles,
exhortábales a perseverar en el servicio del legítimo, apartán-
dose--decia- cde hombres c;ysmáticos, que mas paresce que se
ponen a ynpidir la razon, que a evitar escándalos>. Oídas las
palabras del prelado, todos aquellos caballeros, con otros sus
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G EL CARDENAL MENDÓZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA éASTELLANA

parientes y parciales, determináronse a sostener la causa de don


Enrique en contra de los rebeldes. La reacción en favor de
Enrique IV comenzaba visiblemente, y Mendoza, su lealtad y su
elocuencia eran sus principales factores. Acudieron al Rey gran
copia de caballeros y gente de sus Reinos, en número de hastn
cien mil, según afirma un cronista, y en tan lucido ejército el
Obispo Mendoza iba de capitán de una de las batallas o divisiones.
Semejante alarde puso pavor en los de la Liga, que tenían cer-
cada a Simancas, y las amenazas de pelea convirtiéronse en tratos,
como consecuencia de los cuales derramáronse los guerreros y
renació la tranquilidad. Tan bien servido se reconoció el Rey del
Obispo D. Pedro y de su hermano el Marqués do Santillana,
principales autores del buen suceso, que a aquél. di6 las Tercias
reales de Guadalajara, a éste la Villa de Santander y seteci(o)ntos
mil maravedís de juro en el servicio y montazgo, y a sus demás
hermanos otorgó otras mercedes, según sus edades y estados.
Platicábase, a la sazón, en la Corte, del matrimonio de la Infanta
D.ª Isabel, proyectado por el Marqués de Villena, con D. Pedro
Girón, Maestre de Calatrava, y para el cual el débil Monarca
había otorgado su consentimiento. Aquí el Obispo Mendoza dió
muestras de su celo por la Casa Heal de Castilla, pues consi~e­
rando desácertado y funesto aquel proyecto, avisó a la Infanta
de la fuerza que se trataba de hacerla, con que se acreció la
profunda animadversión que ella sentía hacia semejante enlace.
Con razón recelaban sus patl'ocinadores del Obispo, y consiguie-
ron del Rey que le ordenase salir de la Corte; obedeció él de
buen grado, retirándose a Guadalajara, y allí permaneció hasta
que, después de la inesperada y súbita mue~·te del Maestre, el
Monarca tornó a llamarlo para que volviera a residir en la Corte
y en el Consejo.
No se dormían los disidentes, a quienes servía de bandera la
persona del Infante D. Alfonso. Ayuntábale la gente de esta
parcialidad, a que correspondía el Rey convocando la suya. Medió
el Obispo Mendoza, y entre los beligerantes se asentó una tregua
de sesenta días. Bien le premi(i D. Enrique con su confianza
entregándole, y a su hermano el de Santillana, y bajo su tutela a
la Princesita D.ª Juana, que sólo contaba cinco años de edad, a
la cual llevaron con gran acatamiento a su fuerte villa de Bui-
trago. .
El Obispo Mendoza continuaba, pues, leal al Hey y a la legali-
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CONDE DE CEDILLO

dad vigente, lo contrario de lo que hacían los magnates de la


Liga. Por consejo del prelado, y contra el parecer del Monurca,
qne al fin hubo de conformarse, la hueste real presentó batalla a
la rebelde junto a los muros de Olmedo, y allí se libró un porfiado
combato con dudoso resultado, pues ambas partes beligerantes
se atribuyeron la victorin . .Mondoza intervino en la lucha polcando
con brío al frente de dos batallas. Diplomático, al par que gue-
rrero, juntamente con Antonio de Veneris, Legado del Papa
Paulo II, trataba después, en vano, de componer las diferencias
entre ambos bandos. Así las cosas, murió por misterioso modo en
Cardefíosa, antes de cumplir los quince años (5 de julio de 1468),
el Rey o Príncipe D. Alfonso, y entonces, dice Salazar y de Men-
doza, anduvieron más vivos los conciertos entre el Rey y los
alterados magnates. A propuesta de éstos, en 19 de septiembre
dol mismo afio, celobráronse las famosas vistas de los Toros de
Guisando (entre Cadalso y Oebreros), donde Enrique IV y todos
los asistentes al acto reconocían y juraban a D.ª Isabel como
inmediata sucesora y heredera de sus Heinos. Hay dos cronistas,
.- Diego de Valera y Alonso de Palencia, que dicen haberse hallado
.M:endoza con el Hey en aquella entrevista, y que aprobó el pacto.
El hecho es por lo menos muy dudoso y yo tengo para mi qua
absolutamente falso. El capellán y cronista de Enrique IV, Enrí-
quez del Castillo, dice que, pendientes los tratos entre el Rey y
los partidarios del difunto D. Alfonso, el Obispo y sus hermanos
pasaron a la Corte a hacerle reverencia; que D. Enrique, con los
grandes, salió a recibirlos, muy placentero y •con asaz honra•, y
que cumdo ~sin consultar cosa alguna de ello con los Mendozas•
el Rey aceptó el acomodo de la jura de su hermana, el Obispo y
sus familiares fueron muy descontentos, así por la mengua del
Rey como por la perdición de su hija, que ellos tenían en su
guarda; con que •en son de muy enojados~, se partieron de
Madrid para Guadalajara. La causa de este enojo no podía estar
más justificada, según lo que muy pronto apareció claro· y pa-
tente. En el documento y pacto de aquel suceso, que n9 está
inédito, se aseguraba y firmaba ser público y manifiesto «que la
Reina Doña Johana de un afio a esta parte non ha usado limpia-
mente de su persona como comple a servicio del dicho sefior
Rey nin suyo>. Cosa cierta es que Mendoza y sus familiares tenían
amistad con la Reina, a la cual se infería la máxima injuria con
tan atroz declaración corroborada por el Rey con su firma.
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8 EL CARDgNAL MENDóZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA CASTELLANA

¿No era esto bastante para que el Obispo y sus hermanos no


se hicieran solidarios del famoso pacto? Hay otra circunstancia
que parece corroborar esto mismo. Alonso de Palencia cuenta
que, después de las vistas de Guisando, hallándose D.ª Isabel
con muchos señores que la acompañaban en Colmenar de Oreja,
una noche oscura el Conde de Tendilla (hermano del Obispo
D. Pedro) clavó a la pueda de la morada de la Princesa, en nom-
bre de D.ª Juana, de cuyos bienes y derechos era tutor adminis-
trador, una reclamación o protesta, en forma jurídica, del jura-
mento hecho contra ella. Ahora bien, los de Mendoza eran familia
muy unida y sobre todos tenía D. Pedro tan gran ascendiente,
que no hubiera sido posible el rasgo de Tendilla sin el conoci-
miento o la aquiescencia del prelado.
Siguiéronse a esto los tratos para los matrimonios de doña
Isabel y de D.ª Juana, en los cuales intervino directamente
Mendoza, ya desde 1468 Obispo de Sigüenza, en circunstancias
por cierto muy delicadas para esta Sede. Los acordados matrimo-
nios de la primera con el Rey D. Alfonso de Portugal, y de la
segunda con el Príncipe D. Juan, su hijo, no tuvieron efecto.
La casa de Mendoza, que conservaba en su poder a D.ª Juana, no
estaba bien avenida con su postergación, que era la deshonra del
Rey, y, por otl'a parto, D.ª Isabel, lejos de allanarse Hl matrimonio
portugués, se opuso a él tenazmente y pensaba en su enlace con
el Príncipe D. Fernando, primogénito del Hey de Aragón y Rey
de Sicilia. Así las cosas, parece que, por inducción de los Men-
dozas, el menguado D. Enrique determinó, a lo menos en secreto,
favotecer a su supuesta hija.
Había D.ª Isabel asegurado a su hermano que no dispondría
de su persona sin comunicarlo al Obispo de Sigüenza y al
Maestre de Santiago. Ello, no obstante, y mientras el Rey visitaba
Andalucía, la Princesa, que había quedado en Ocaña, persuadida
del Arzobispo de Toledo D. Alonso Carrillo, y sobre todo por su
propia inclinación, eoncluyó su casamiento con el Rey de Sicilia,
que se celebró en Valladolid a 19 de octubre de 1469. Pesóle
mucho de ello al Rey y determinó revocar el pacto concluído a
favor de su hermana y que se jurase heredera a D.ª Juana. Por
aquel entonces una embajada francesa de que formaba parte el
Cardenal de Albi, se presentó en España para recabar el casa-
miento de la niña D.ª Juana con el Duque de Guiena, hermano
de Luis XI. El Obispo Mendoza estuvo con el Rey y varios gran-
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CONDE DE CEDILLO

des y caballeros en Medina del Campo para recibir a los emba-


jadores, y aceptado el proyecto, el Obispo de Sigüenza fué desig-
nado por el Hey, con otros dos magnates, para que tratasen y
concertasen el matrimonio. La nueva jura de la Princesa Juana
como heredera de la Corona, y el compromiso de casamiento con
Guiena, celelwáronso a la vez en el valle de Lozoya ante el Mo-
nasterio del Paular. Allá fueron llevadas la Reina y su hija con
gran acompañamiento de la casa de Mendoza. ~Concurrieron
también sus cabezas, o sea el Obispo y sus hermanos~ No, según
el más conocido de los cronistas de D. Pedro. Pero diga lo que
quiera Salazar, lo cierto es que acudieron y que entregaron
personalmente a la Heina y a la Princesa, que hasta entonces
habían tenido en sus dominios. Lo afirma de un modo termi-
nante el propio Rey Enrique IV, en carta que escribió desde
Segovia, en 3 de noviembre de aquel afio 1470, a la ciudad de
'Toledo. El historiador Esteban de Garibay, dice que el Obispo
de Sigüenza y sus hermanos acudieron, pero que no juraron a
D.ª Juana diciendo tenerla antes jurada. Mas un documento que
existe original y completo, y que está cuidadosamente publi-
cado (1), demuestra por modo inconcuso que los Mendozas,
.:estando ahí presentes~, prestaron juramento a D.ª Juana y
asistieron a los esponsales con el Duque de Guiena en 26 de
octubre de 1470, con otros magnates y prelados concurrentes al
acto, que recibió el juramento de todos, precisamente D. Iñigo
de Mendoza, Conde de Tendilla, y que el Obispo D. Pedro estam-
pó su firma en el contrato. Y que el tal Obispo y sus hermanos
se hallaron en el acto, dícelo asimismo Descavias, criado de
Enrique IV, en su Repertorio de Príncipes de España, que anda
también impreso. Queda, pues, así patente la principalísima parte
que los Mendozas y el futuro Cardenal, por tanto, tuvieron en
aquel suceso. Ocurrido que fué, dos versiones hay acerca de lo
que hiw el Obispo, pues según Enríquez del Castillo, acompañó
hasta Burgos con una hueste a los embajadores de Luis XI,
quienes, ultimado el asunto de los esponsales, tornábanse a su
país, y hecho esto volvióse donde estaba el Rey. Pero según otra
versión debida al cronista Medina, después del acto de Valdelo-
zoya, «entregada Dofia Juana, el Obispo y el Duque delinfantado,

(1) Por D. J. H. Sitges en su interesante obra Enrique IV y la Excelente


Senora, pág. 212. Madrid, 1912.
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10 EL CARDENAL MENDOZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA CASTELLANA

con sus hijos y hermanos, e parientes, se bolvieron a Guadala-


jara con animo do seguir e servir a los Príncipes Don Fernando
y DoI1a Isabel, como despues lo hicieron•. Perplejo queda el
lector con tan poco conformes noticias. Si, scgCm es la verdad,
los Mendozas juraron a D.ª Jnana, ¿cómo no bícn vuelta la es;_:¡alda
se resuehen a seguir a su adversaria'? Acaso ya so ibnn persua-
diendo o estaban persuadidos de que D.ª Juana no podía ser hija
. del Rey; con más que, como dice nn cronista, la Reina, con su
conducta, so daba tal prisa a clescngafíarlos, que mudaron de
intento, y el resultado fué convencerse de que la sucesión de
estos Rdnos tocaba a la Princesa D.ª Isabel.
Todo ello, sin embargo, no es bastante para que puedan com-
paginarse tal supuesto convencimiento y el juramento recién
otorgado. Punto oscuro es éste, y en mi juicio, uno do los que más
desfavorable lo merecen en la larga actuación política del Obispo
y de sus hermanos. Corno quiera que se le juzgue, aquí parece
hallarse el comienzo de la evolución del influyente D. Pedro y de
sus poderosos familiares.
La actuación de Mendoza entra ahora en otra fase, que para el
historiador imparcial que la examina, resulta también confusa y
desconcertante. Si al cronista coetáneo, Palencia, nos atenemos,
la evolución del Obispo de Sigüenza es en su génesis una obra de
perfidia digna de los más consumados maestros en el arte político
del engaño, tan peculiar de aquellos tiempos. Según Palencia, al
terminar ol afio 1471, los Príncipes D. Fernando y D.ª Isabel,
deseaban grangearse la amistad de los Mendozas, uno de los
cuales, el Obispo seguntino, «tenía a su arbitrio a los otros, sumi-
sos a la voluntad del Rey D. Enrique". El prelado, que apetecía
grandemente la púrpura cardenalicia, aguardaba en tierras levan-
tinas ln llagada del Legado pontificio D. Rodrigo do Borjn (más
tarde Papa Alejandro VI), amigo del príncipe aragonés; a Mendo-
za importaba mucho ol favor de uno y de otro para el logro de su
aspiraci6n, y por tal medio podría obtenerse su apoyo y el de sus
hermanos, pues, afiado el mareante cronista, «por amor a la justi-
cia, en manera alguna había de moverse•. Pero todas estas conje-
turas de acomodo echó por tierra el habitual proceder del Obis-
po, el cual (siempre, según Palencia), «acostumbrado a ocultar su
pensamiento bajo la máscara de un regocijado semblante y alegre
y chistosa habla., como penetrase el intento de su captación,
mientras acogía benévolo a los emisarios del Príncipe, declarán-
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CONDE DE CEDILLO 11

dole estar pronto a su servicio, así por requerirlo la justicia, como


porque ello reportaría mayores aumentos a la casa de Mendoza
(¡notable caso de cinismo!), enviaba cartas al Rey y al Maestre de
Santiago, enemigo del aragonés, participándoles que todo ello era
puro embeleco, y que en vano contarían Fernando e Isabel con
la amistad de los Mendozas. Según, pues, este relato, el pérfido
Obispo no sólo engafió villanamente a D. Pernando, sino que,
por sus pésimas artes, continuó teniéndole engañado mucho
tiempo adelante; ello no obstante haberle éste recibido con gran-
de honra en Valencia, y haber visitado él mismo en la ciudad al
Cardenal valentino, tan partidario del Príncipe de Aragón. Llega-
do Borja a Castilla, los Mendozas, todos, al par que los demás
grandes, acogiéronle con extraordinarios honores movidús por el
Obispo, ya muy esperanzado de obtener el capelo. El astuto don
Pedro, de acuerdo con Borja, inducía a los Príncipes a que fuesen
a Guadalajara, donde merced al favor de la poderosa familia
hallarían eficaz auxilio para conseguir la sucesión de la corona'.
Pero el Arzobispo de Toledo, Carrillo, «perfecto conocedor-ob-
serva el cronista-por larga experiencia de las intrigas y habitua-
les procederes de los Mendozas,., influyó en el ánimo de los
dudosos Príncipes, y pintándoles con negros colores la enemiga
constante de aquéllos hacia sus personas, hizóles desistir de la ida
a Guadalajara, con que se limitaron a dar al Cardenal Borja una
ambigua respuesta. Píntanos más adelante el historiador al Obis-
po, aspirando siempre a la púrpura, y además, a la Sede sevilla-
na, vacante por muerte del viejo Fonseca; píntanos también al Rey,
que mucho estimaba a Mendoza, impetrando ambas dignidades para
el Obispo de Sigüenza, y al Cardenal de San Sixto influyendo
decisivamente para la consecución del capelo.
Ahora bien, f.4.Ué hay de verdad en el fondo de todo ello, y en
las intenciones atribuídas a los personajes que se mueven dentro
do este ambiente tan viciado'? Tocante a la venida a España de don
Rodrigo de Borja, Legado de Sixto IV, y a las demás incidencias
históricas que la acompañaron, hay otras- versiones diferentes.
Corre también corno cosa cierta que Fernando e Isabel en des-
gracia con su hermano el Rey, no dejaban de maquinar para
congraciarse con él, procurando muy especialmente atraerse a la
Casa de Mendoza. Borja venía a Espafla para concordar a Enrique
, IV con los Reyes de Sicilia, de quienes el Papa era partidario.
Como por regio encargo saliera D. Pedro a Valencia a recibir al
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12 EL CARDENAL MENDOZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA CASTELLANA

Legado, envió mensajeros al Príncipe D. Fernando haciéndole


saber que deseaba servirle, como todos los de su linaje. Suplicá-
bale que quisiera perdonar las cosas pasadas, y le certificaba de
la voluntad de sus hermanos y suya; y D. Fernando, no sólo
recibió esta reconciliación «humana y graciosamente .. , sino que
se presentó en Valencia, y el seguntino platicó con el Príncipe y
ele besó las manos». D. Fernando, por su parte, intervino para
que el capelo se diera a Mendoza. En su ida a Madrid, donde les
esperaba el monarca, trabaron estrecha amistad los dos prelados,
platicaron sobre la sucesión del Reino y quedaron en favorecer
en todo lo posible la causa de D.ª Isabel. Como consecuencia de
estos coloquios, el Príncipe de Aragón se presentó en Guadalajara
donde los Mendoza recibiéronle con todo acatamiento, y se ofre-
cieron a su servicio.
Resumiendo, después de la exposición de estas atribuciones:
¿quien captó a quién, el Príncipe al Obispo, o el Obispo al Prín-
cipe~ La ascensión al Cardenalato de .Mendoza, ¿debióse a la
influencia de Enrique IV o a la del futuro Fernando V'? Yo pienso
que dadas siempre las dos grandes ambiciones que culminan en
los protagonistas de esta historia, esto es, la ambición del trono
castellano, y la del romano capelo, de todo hubo por parte de
uno y otro, resultando triunfante Mendoza, que, en fin, vió satis-
fecha en marzo de 1473 su aspiración cardenalicia, y los Príncipes
de Aragón, en vías de satisfacerse también cumplidamente.
La evolución de l\fondoza seguía su curso, pero en mi juicio,
no estaba consumada. En el entretanto, y aunque ello pueda pare-
cer extrafio, la privanza del Obispo con el .Monarca llegaba a su
grado máximo. En el mismo año 1473, por muerte del Condesta-
ble D. Miguel Lucas, proveyó en él la Cancillería mayor de Casti-
lla, mandóle que se intitulase Cardenal de Espru1a, como lo hizo
mientras vivió, impúsole solemnemente en Guadalajarn el capelo
que para él se trajo de Roma; diúle larga mano en la gohernación I:
,j
del Estado y,·para colmo de favor, como vacase en fin de 1473 el
Arzobispado de Sevilla, obtuvo también para él de Sixto IV, esta
dignidad eclesiástica, a que, según dije, venía aspirando, sin per-
juicio de retener para sí la Sede de Sigüenza.
La mutación de los Mendoza en favor de los futuros Reyes
Católicos, no se consumó, a lo que creo, hasta el siguiente año
1474, en que, según cuentan los cronistas Enríquez del Castillo y
Medina, en una entrevista que en la aldea de San Cristóbal, cerca
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CONDE DE CEDILLO 13
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de Segovia, celebraron Ja Princesa Isabel y el Marqués de Santi-
llann, éi'to «se quedó obligado secretamente a los ayudar a reynar
despuús de la vida del Hey D. Enrique>. Me parece claro que al
obligarse secretamente Santillana, nada se sabía de público; y, no
menos claro, dada la solidaridad de los hermanos Mendoza, que
tampoco el Cardenal se había hasta entonces declarado isabelino
por modo ostensible. Después ya las cosas van muy encauzaflas.
Camino de Aragún iba D. Fernando por agosto del mismo afío,
y se detiene dos días en Guadalajara para saludar a Santillana y a
su partidario, y darle pruebas de afecto, y aun para capreciar su
conversación amable y utilísima» (textual de Palencia). Y entre
los obsequios del huésped, loB agasajos y el festivo regocijo •no
se discuidó tratar de los asuntos importantes para ambos>.
La Historia nos cuenta, cómo la intervención del Cardenal
.Mendoza, durante lo que restaba al Rey de vida, en defensa de la
causa de Fernando e Isabel, alcanzaba su mayor intensidad.
Aconsejábase a Enrique que prendiese a traición en Segovia a los
Príncipes; el Cardenal tiene noticia del proyecto por el mismo
Rey, y con muy encendidas razones, le disuade de su mal propó-
sito, advirtiéndole, a más, del grave peligro a que se exponía, por
tener ya sabido el Reino que la sucesión pertenece a la Princesa
Isabel, consorte del tle Aragón y Sicilia. Y el voltario Monarca,
se deja co1wencer, quedando así tranquilos los Príncipes de
Aragón.
Con esta actitud, Mendoza habíase ganado del todo el afecto y
la confianza de Isabel y de Fernando, quienes comunicaban con
él sus cosas, particularmente las tocantes a la sucesión que espe-
raban. _jf uerto por aquel entonccs--en 4 de octubre de 1474- el
::\Iaestre de Santiago D. Juan Pacheco, poderoso adversario suyo,
los jóvenes esposos solicitaron más confiada y reiteradamente, la
protección de Jlendoza cerca del siempre vacilante Enrique para
el necrocio
o de la hermcia. No les defraudó el influvente
• prelado.
Ante algunos del Consejo habló con toda claridad al Rey en pro
de la cansa de sus hermanos; y fué la respuesta de aquel men-
guado, •que su intención determinada era que le sucedifü;e su
hermana, y que para ello se juntasen las Cortes generales de todos
los estados en la ciudad de Segovia, donde haría la declaración y
nombramiento•. El Aezobispo Canillo, a quien pesaba en el alma
tanta privanza de su rival de Sevilla, tuvo gran alteración por
el honor que a Mendoza se rendía, y acercándose secretamente al
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14 EL CARDENAL MENDOZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA CASTELLANA

Rey, dccidiólo de nuevo (¡caso extrafío de incomparable volubili-


dad!), a declarar por sucesora a la asendereada D.ª Juana, y a
desheredar a D.'1 Isabel. Pero el vigilante Mcndoza, hizo fracasar
en el real ánimo esta intriga del Toledano. E hizo más. Dándose
buena traza para dejarse oir de él y de sus parciales, dirigi6les
nn elocuente razonamiento, exponiéndoles los grandes males que
se habían producido en el Reino por las dudas del Rey en el
asunto de la sucesión; la última determinación regía en favor de
la Princesa Isabel; la necesidad de acatar, por todos la voluntad
soberana, que haría cesar, en fin, la división en que se hallaba el
Reino; su parecer de que se convocaron luego las Cortes en que
por Grandes, Prelados y procuradores se proclamase a una voz
el derecho de los Heycs do Sicilin; y requiriendo al Arzobispo de
Toledo, como tan principal, a la conclusión de esta concordia. Al
discurso del Cardenal (¡oh poder del talento!), Carrillo respondió
llanamente que siempre había tenido a la Princesa Isabel por
legítima Rncesora del Rey, después de la muerte de su hermano
D. Alonso; que le placía mucho que se juntasen las Cortes y que
él se hallaría en ellas para que la Princesa fuese jurada por legíti-
ma sucesora de estos Reinos. Y así se acabó la plática y así se
despidieron los concurrentes, algunos de los cuales acaso creerían
qne ya estaba arreglado todo y que no había más volver en el
pleito de la sucesión.
Posible es, dada la manera de ser del Rey Enrique IV, que no
se diera cuenta del cambio del Cardenal en favor de Isabel. El
hecho es que siguió mereciéndoles tanta confianza que sobre
nombrarle albacea suyo (según una versión, pues según otras no
llegó a otorgar testamento), en su lecho de muerte encargó a
Mendoza del porvenir de la Princesa D.ª Juana, y aún se dijo que
en la duda de la sucesión de sus Reinos, quería que se hiciese lo
quB el Cardenal dijera, pues ya le tenía informado y certificado
de su voluntad. En 11 o en 12 de diciembre de 1474, murió el
malaventurado Rey Enrique. Dice el cronista Pulgar que durante
nueve días celebráronse solemnes exequias, oficiando Mendoza,
pero Palencia dice que el funeral fué miserable y abyecto. Acaba-
do por fin esto, D. Pedro, sus hermanos, parientes y amigos y los
oficiales reales, marcharon a Segovia, donde D.ª Isabel estaba,
besáronle la mano y recibiéronla por su Reina y Señora natural,
entrogándose a su real servicio. A más, en 27 de diciembre, firma-
ba en la misma Segovia el Cardenal, con varios de los grandes
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CONDE DE CEDILLO 15

del Heino, una confederación do amistíld y defensa en que prome-


tían y aseguraban con juramento, servir y defender a D.ª Isabel
como soberana de estos Reinos juntamente con su esposo D. Fer-
nando. Este, que estaba a la sazón en Zaragoza, vínose a Guada-
lajara, donde los Mendoza le obsequiaron muy cumplidamente;
de ahí marchó a Segovia, morada de Isabel, siendo recibido
solemnemente en 2 de enero de 1475, y jurado Rey, como marido
de la Reina sucesora de estos dominios.
Apenas comenzó el reinado, ya surgieron diferencias entre
los regios esposos sobre el modo de despachar las provisiones y
organizar el escudo do armas aplicable a los sellos y monedas.
H.emltióse el asunto al Cardenal y al Arzobispo de Toledo, y tras
incidencias varias en que prevaleció el criterio de Mendoza, no
sin fuerte resistencia del Rey, compúsose al cabo a satisfacción
de ambos cónyuges. Acaso esta expedición en lo~ arduos nego-
cios de Estado, sobrepujaba a la que tenía demostrada Mendoza
en los demás lances de la vida; y, reconociéndolo así D.ª Isabel y
D. Fernando, confirmaron al Cardenal en el oficio de Canciller
mayor de Castilla que le concediera D. Enrique; admitiéronle en
sus consejos, y antes do emprender cualquier asunto, pedianle su
opinión, con que llegaba muy alto on el valimiento regio. Ofen-
dido por esta preferencia, su eterno envidioso, el Arzobispo de
Toledo, quejábase de la ingratitud de la Reina, echó en cara a
los Reyes el mal pago que daban a sus largos servicios, y desave-
nido y airado, se alejó de la Corte. Ooncertóse con su sobrino el
Marqués de Villena y otros magnates también disgustados con
los Monarcas, y se dirigieron al Rey D. Alfonso de Portugal,
ofreeiéndole casarle con su sobrina D.ª Juana, hija de su hermana,
a quien decían corresponder la Corona de Castilla, y acatarle
como Soberano. El de Portugal aceptó Ja empresa y, resuelto a
desposarse con su sobrina, envió solemne requerimiento a los
regios cónyuges para que desocupasen los Reinos, que decía no
perten ecerles.
La guerra cerníase de nuevo sobre este desdichado suelo.
¿Qué hizo Mendoza en estas circunstancias? Bien será recapitular
su gestión política, diplomática y militar desde que se iniciaron
las pretensiones del portugués hasta que se consumó su venci-
miento.
Hequeridos los Reyes de Castilla por el lusitano para desalo-
jar estos Reinos, cometieron la respuesta al Cardenal, a Santillana,
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16 EL CARDENAL MENDOZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA CASTELLANA
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a otros Grandes y a los del Consejo, los cuales respondieron,
según decían, convenir a derecho, ofreciendo respetarle sin dejat'
de satisfacer al que asistía a Isa bel y Fernando. Para más j miti-
ficación, Mendoza envió a Alfonso V una carta suplicándole que
suspendiese por el momento la empresa de Castilla, y brindán-
dose como mediador entre ambas partes para que fuese guardada
la honra de todos. El Rey de Portugal contestó al Cardenal
agradeciéndole su buen deseo, y afirmando que de su demanda,
ya tan adelantada, no podría retraerse.
El portugués no venía, pues, a acomodamiento alguno, y hubo
que proceder a poner la tierra en estado ele defensa: empel'ío
dificultoso, pues el Heino estaba en realidad dividido; bandos y
ciudades había adictos a la causa de D.ª Juana y, en suma la
lucha ya en puertas, no sólo iba a ser entre dos extranjeras
potencias, sino intestina y civil dinástica. Alfonso Y invadió los
dominios castellanos con fuerte ejército, entró en Plasencia, y
allí (mayo de 1475) celebró sus esponsales con la Princesa y
titulada Reina D.ª Juana, su sobrina. Zamora y Toro estaban por
el de Portugal y hacia allá se encaminó D. Fernando con lucida
hueste que mandaba el Cardenal Arzobispo. Por falta de basti-
mientos amotinóse mucha gente concejil, lo que pado componer
el diestro celo de Mendoza. Y como la necesidad arreciaba, los
Reyes, con licencia de aquel Príncipe de la Iglesia, hubieron de
aprovecharse de la mitad de la plata de algunos templos y monas-
terios, que se la ofrecieron do su voluntad en calidad de devo-
lución. Llegado el ejército castellano a vista de Toro, donde
estaba el Rey de Portugal, presentóle D. Pernando la batalla y le
envió a un caballero de su confianza, requiriéndole a que se
saliese de estos Reinos, o aceptase la pelea, o a lo menos una
conferencia entre ambos Soberanos para intentar un acomodo y
escusar el derramamiento de sangre. A ninguna de las tres solu-
ciones pudo llegarse, y el aragonés,. vista la inutilidad de sus
esfuerzos, dió la vuelta hacia Castilla.
Quejábase el Rey de Portugal de los Caballeros castellanos
que le habían facilitado y traído y ahora no le acudían. Consideró
el Cardenal propicia la ocasión para tornar a la plática de los
conciertos, y así envió al portugués con gran secreto a un cape-
llán pidiéndole viniera en algnna concordia. En su contestación
no pretendía menos Alfonso V, para desistir que se le diera el
Reíno de Galicia, Zamora, Toro y una gran suma de dinero.
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CONDE DE CEDILLO 17

Comunicó la pretensión el Cardenal a la Reina. La réplica de


ésta fué rápida y decisiva: que en ninguna manera ajenaría una
almena de sus Reinos. El celo de Mendoza a todo proveía. El
impidió que el Alcaide de León diera traidoramente sus torres
al Rey de Portugal, haciendo que la Reina nombrara para la
Tenencia a un caballero de su confianza. El procuró que el Alcai-
de del puente de Zamora lo entregara directamente a D. Fernan-
do, como parece que lo había prometido, y así vino a suceder
tras una acción de guerra sostenida contra los portugueses. A
todo esto, el castillo de Burgos, que estaba también por el de
Portugal, rindióse a las armas castellanas, y a tomar posesión de
él fuó desde Valladolid la Reina acompañada del Cardenal. En
cambio, el Castillo de Zamora permanecía rebelde. Mientras le
apretaba en persona D. Fernando, Alfonso V, estante en Toro,
lleg6se bajo los muros de Zamora, le presentó la batalla y le
envió un rey de armas para desafiarle. Aquí se volvieron las
tornas. Fernando tenía poca gente y no se determinó a pelear.
Súpolo la Reina, que estaba en Tordesillas, doli6se de ello y
declaró al Cardenal que aquel era el momento de que él, sus
hermanos, parientes y amigos, mostraran su valor en servicio del
Rey y en el suyo propio. No necesitó mucho estímulo aquel pre-
lado guerrero. Besó la mano a la Reina-dice su crónica-y sin
más palabras, luego al punto escribió a sus hermanos y sobrinos
y a la ciudad de Guadalajara, y con increíble presteza, allegada
mucha gente, presentóse al Rey con ella en Zamora. Otros seño-
res de vasallos acudieron también con nutridas huestes a servirle,
con lo que llegó a juntarse un poderoso ejército. Ya se instaba
a D. Fernando para que presentase a su vez la batalla al de Por-
tugal, muy ufano de haberla él presentado antes. Al propio
tiempo, y si al relato del cronista Palencia nos atenemos, desarro-
llábase una tenebrosa conjura entre los mismos grandes afectos
a Isabel y Fernando, capitaneados nada menos que por el Car-
denal Mendoza, quienes temerosos de que con el vencimiento del
portugués, que se creía muy probable alcanzaran los Reyes
demasiado poderío que redundaría en perjuicio de la Nobleza,
pretendían evitar o diferir la batalla. Pero la crónica de Palencia,
como escrita con tanta pasión, no es fuente muy limpia, y parecen
deponer contra ella los hechos que bien pronto se siguieron.
Platicábase, pues, varíamente acerca de la conducta que había
de seguirse tocante al Rey de Portugal; y el Cardenal pugnaba
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18 EL CARDENAL MENDOZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA CASTELLANA
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porque ante todo se ganase el Castillo de Zamora, que aún per-


manecía por aquel Monarca. Así las cosas, Alfonso V pidió sus-
pensión de hostilidades por quince días, y muchos grandes eran
de parecer que se le concediese, pero el Rey, antes de resolver,
quiso oir al Cardenal. Gran expectación debió de suscitar el
desconocido pensar de D. Pedro, quien lo emitió muy conclu-
yente y expresivo en un elocuente y razonadó discurso, cuyo
texto nos ha conservado Hernando del Pulgar, cronista de los
Reyes Católicos. Y aquel hombre, cuyas misión y profesión parece
eran de paz, optó por denegar la solicitada tregna y por empren-
der la lucha inmediata a todo trance. Los argumentos que alegó
eri el curso de su oración, aunque prudentes y cuerdos desde el
punto de vista político, no se inspiraban y en realidad no tenían
por qué hacerlo en principios meramente religiosos y humani-
tarios. Y bien claro se expresó cuaudo, a poco de comenzar su
discurso, dijo con toda franqueza que él hablaría en esta materia,
cno como hijo de su Heligión y hábito, sino como hijo del :\lar-
qués de Santillana, que por el grande ejercicio de las armas,
suyo y de sus progenitores, fué experimentado en esta militar
disciplina». El hecho es que el voto del Cardenal contentó al
Rey y a todos, y así, se acordó responder a los embajadores por-
tugueses que no era aquel caso de tregua, sino o de perpetua
paz o de cruel batalla. Al punto a que eran llegadas las cosas, no
accederse a la tregua era ir a la pelea. Y ella sobrevino pronto.
El Rey de Portugal, lejos de ponerse al habla inmediata con
que se le brindaba, y que hubiera resultado inútil, optó por
levantar su campo luego, luego y antes de amanecer el día l.º de
marzo de 1476, con el mayor disimulo que le fué posible porque
no lo entendieran los guardas del puente de Zamora. No tardó
mucho en saberlo el Rey de Castilla, quien al punto mandó aper-
cibir su gente para ir en su seguimiento; pero mientras salían
despacio, por la excesiva estrechura del puente, el ejército portu-
gués, había tomado gran delantera, camino de Toro. Ordenadas ,
las batallas castellanas, en cuya ala izquierda iba el Cardenal
:Mendoza al frente de los allegados y vasallos de su casa, apretóse
el paso en busca de los portugueses, y llegaron a la miti:td del
camino, entre Zamora y Toro, hasta un estrecho portillo entre el
Duero y la inmediata altura, donde no podía pasar mucha gente
junta. Aquí hubo entre los más conspicuos caudillos ac.ompañan-
tes del Rey, diversidad de pareceres sobre si convenía o no con-
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CONDE DE CEDILLó

tinuar al alcance de Jos portugueses y obligarles a pelear. El del


Cardenal Arzobispo no podía faltar, y se pronunció resueltamen-
te, porque, antes de volver a Zamora, se indagase si los extranje-
ros iban de huída o en buen orden, para, en este último caso,
darles la acometida y procurar el vencimiento en honra del RAy
y <le! ejército castellano. Después de una personal inspección del
propio .'.\fondoza, resultó que los contrarios, no iban desordena-
dos y a la desbandada, sino en el mejor orden de batalla~ con que
el resultado de la proposición de Mendoza, alabada desde luego
por el jfonarea, debía ser y fué continuar el seguimiento hasta
alcanzar al enemigo. Así se hizo. Como el Rey de Portugal vió
que su adversario llegaba cerca mandó a los suyos hacer frente y
esperar el choque. Trabóse, pues, la pelea con gran ímpetu, en
los comienzos favorable para la causa portuguesa. Pero allí esta-
ba aquél gnerrero purpurado, que al frente de un escuadrón
acometió contra el del Príncipe de Portugal gritando: Traidores,
aquí está el Cardenal. La victoria, se declaró, en fin, por Castilla
con pérdida de mucha gente por ambas partes. Alfonso V huyo,
.temeroso de ser preso, con unos cuantos caballeros, no parando
hasta Castronuño. Sus súbditos sobrevivientes acogiéronse a
Toro, sin que los perseguidores pasaran del puente del Duero
por haber sobrevenido la noche, y con ella un gran golpe de
agua. En fin, el triunfo castellano er·a un hecho y provocaba el
afianzamiento de los Reyes Católicos en el trono. Y el Cardenal
:\Iendoza era, según hace notar el cronista Garibay, ccausador de
esta victoria>. La jornada de Aljubarrota, ocurrida un siglo antes,
acababa de tener su compensación; y si en aquélla, un Pedro
González de Men<loza había fenecido gloriosamente por salvar a
su Rey, otro del mismo nombre, biznieto de aquél, en ésta y
aconsejando a su Rey, había conseguido un buen desquite.
No he de seguir los pasos al gran Cardenal, después de la
políticamente decisiva batalla de Toro. Pero quiero hacer constar
dos mediatas consecuencias de ella, a saber: de una parte, el
inestimable benefi :io de la paz en todo el Reino, al fin lograda
tras ciertas incidencias guerreras y diplomáticas; y de otra, la
omnímoda privanza que alcanzó el purpurado cerca de los Reyes,
para quienes fué asiduo acómpañante y consejero. La opinión de
éste daba la pauta, y sus frases y pareceres eran considerados
como sentencias casi infalibles. Las honras y mercedes regias
cayeron sin
Biblioteca Virtual de Castilla-La descanso
Mancha. sobre
Boletín de la Realsu cabeza.
Academia Confirmado
de Bellas ya Históricas
Artes y Ciencias antes, según
de Toledo. 6/1929
20 EL CARDENAL MENDOZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA CASTELLANA

queda dicho, en el oficio de Canciller mayor, en 1482 obtiene


Mendoza el Obispado de Osma en administración perpetua y la
Abadía de Santa María de :Moreruelas, de la Orden de Cister,
vacantes uno y otra aquel afio. En el propio 1482, en l.º de julio,
por muerte de su constante émulo D. Alonso Carrillo de Acuña,
designa la Reina a Mendoza para la más alta dignidad eclesiástica
de España, para el Arzobispado de esta Ciudad de Toledo, cuyas
bulas vienen con nuevo título de Cardenal de Santa Cruz y
Patriarca de Alejandría. Por último, con motivo de la entrada
belicosa de los Reyes en el Reino de Granada, el Cardenal Arzo-
bispo es nombrado Capitán General del ejército invasor del terri-
torio granadino. No puedo ir ahora a la zaga del personaje, así en
la administración púhlica como en la de las Diócesis que tenía a
su cargo, así en las funciones de paz como en las de guerra. Pero
sí recordaré que, después de residir en Toledo y realizar aquí
gr~ndes cosas, entre otras el cerramiento y remate de las últimas
bóvedas de nuestro maravilloso templo y el Sínodo general del
Arzobispado, en que se ordenaron excelentes constituciones,
hallándose el Cardenal en Guadalajara, por julio de 149:3, E>nfermo
de cuidado, los Reyes acudieron desde Arévalo, y en Guadalajara
permanecieron muchos días, asistiéndole solícitamente y comuni-
cándole todos los públicos negocios. En su testamento, quo firmú
el Cardenal en 23 de junio de 1494, presente también la Heina,
no sólo la pidió velara por su ejecución, sino que la otorgó las
más amplias facultades para añadir, quitar o enmendar cuanto
quisiera del contenido del documento. Bien le pagó la magnánima
Isabel la confianza que en ella su fidelísimo serddor había
puesto, viniendo a Guadalajara cuando ya el Cardenal estaba sin
esperanzas de vida, consolándole en aquel trance, y con lo que
hizo después de su muerte, ocurrida en 11 de enero de 1495. Por
fin, ella cuidó con gran celo de que se cumpliese la postrera
voluntad de su egregio amigo, y con interés especialísimo de la
creación del Hospital que para recoger y criar niflos expósitos y
para asistencia de todo género de dolencias y de heridas, el
Cardenal había dispuesto, declarándole su único heredero, y ella
adelantó cuanto pudo su funcionamiento, proponiúndole un
palacio toledano de su pertenencia para que la hospitalidfü.l no
se difiriese, en tanto que la institución siguiera careciendo de
edificio propio.
Hase visto, pues, por lo dicho, y harto más de lo dicho dicen
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CONDE DE CEDILLO 21 .

las historias, que el Cardenal Mendoza, ultra del gran predica-


mento que tuvo con los Pontífices, con los Reyes extranjeros y
con nuestro Enrique IV, túvolo como no puede encarecerse con
los Heycs Católicos Isabel y Fernando, a cuyo advenimiento
contribuyó, defendiendo y consolidando su causa desde que se
adhirió a ella, con su valer, con su consejo y con su brazo.
Asimismo hay q ne reconocer que aquellos monarcas, desde que
se decidió por ellos en el pleito de la sucesión, casi no le aparta-
ron de su lado mientras vivió, en tiempo de paz como en el de
guerra, y que no resolvieron negocio de monta sin pedirle antes
su consejo.
Sentados estos hechos ?,quó juicio debe formarse acerca de la
actuación política de Mendoza en la contienda dinástica que
acompaflú los últimos afios del reinado de Enrique IV'?
Notemos lo primero su constancia de mucho tiempo en defen-
sa del derecho de D.ª Juana. 'Mendoza sabía que esta Princesa era
la legal hija del Hey, puesto que había nacido en su casa y dentro
de su matrimonio, y procedía como hombre consecuente. Demos-
tradas quedan su ausencia en el acto de los Toros de Guisando,
y su preseneia en el de Valdelozoya, rasgos ambos que acreditan
su lealtad, y dignos por tanto de elogio y no de vituperio. Al
proceder, pues, como lo hizo, contra los planes y los deseos de
D.ª Isabel y sus partidarios, velaba por la honra regia más que el
mismo desatentado soberano, y obrando así, se mostró, en mi
juicio, como muy leal vasallo. Pero vienen los sucesos posterio-
res, los ocurridos entre 1471 y 1473, y ya la figura política del
Obispo no aparece tan diáfana y luminosa. La evolución que
delatan sus actos, ¿fuó debida a móviles legítimos o bastardos? Su
ambición de obtener el capelo y la mitra de Sevilla, ambición que
es un hecho comprobado, entiendo que no explica por sí bastan-
temente el proceso del cambio que en él se fué operando. A dife-
rencia de casi todos los historiadores coetáneos o no muy distan-
ciados, hay uno, Alonso de Palencia, que le es sistemáticamente
contrario y enemigo. Habla de sus arrogancias y de sus astucias,
de sus falacias para con Isabel, en cuyo mujeril ánimo fomentaba
la petulancia; en suma, maltrátale siempre que cree hallar ocasión
oportune et importune. ·
Pero la crónica de Palencia es en mucha parte un libelo
infamatorio; sin un serio oxnmen no pueden acogerse todas sus
afirmaciones, y en lo que respecta a Mendoza, la exageración
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22 EL CARDENAL MENDOZA Y LA CUESTIÓN DINÁSTICA CASTELLANA

salta con frecuencia a la vista. Además, no hay que olvidar deter-


minados factores y antecedentes, y valga como ejemplo algo
ocurrido de::<pués del famoso pacto de los Toros de Quisando.
Deseosos como Reguían los de Mendoza de la rehabilitación de la
Princesa D. Juana, habían acordado con el poderoso Pacheco,
Maestre de Santiago, que para apoyar el proyecto de doble
matrimonio castellano-portugués, fuera también con el Hey la
Reina D.ª Juana, a vistas con su hermano Alfonso V. Pero la
Reina no quiso ir ni siquiera temporalmente a su tierra; y dice
Enríquez del Castillo que los Mendozas quedaron descontentos
de D.ª Juana y <poco ganosos de la ayuda á ella y á su hija•. Por
aquí ya se ve apuntar un motivo de disidencia que poco a poco
debió de irse ensanchando. La indigna conducta de la portuguesa
y la certeza moral de la ilegitimidad de su hija debieron de
entrar por bastante en el cambio al fin y a la postre operado.
Y juntamente con estas causas, entiendo que labró otra muy
fuertemente en el ánimo del prelado, es a saber: su clara visión
de la alta valía de Isabel, mediante la cual si hubo de penetrar~e
de que tal amistad convenia grandemente a sus propios fines,
creyó no menos que aquella Princesa era la persona que necesi-
taban estos Reinos. Y consciente y convencido, del lado <le la
egregia dama cayó definitivamente Mendoza desde 1474, y ya su
decisión fué firme e inconmovible.
En concomitancia Isabel y Fernando, apreciaban harto cuanto
el Cardenal de España a ellos también convenía, y así no es de
extrafíar que hicieran lo posible por atraérselo. La grnn fuerza
de comprensión de Isabel por un lado, y por otro su alteza de
miras, supieron apreciar que aquel hombre qne no era un santo
ni un dechado de perfecciones y que tan probada lealtad gunr-
dara un tiempo para ambas Jnanas, era el hombre que convenía
a su causa, que era la verdadera causa de España. La gran Isabel
y Mendoza, mentalmente se compenetraron; y esta es una realidad r
histórica. Y es otra realidad el poder del entendimiento y del
genio de Mendoza que, como los de casi todos los hombres supe-
riores, flota siempre, sale siempre a la superficie, y descuella
entre ~os de abajo, los de enmedio y los de arriba, con un vigor
y con una fuerza tales que son el mejor mentis que puede
oponerse a las teorías que propugnan una igualdad absurda que
no se da jamás en la Naturaleza. Tnl era aquel varón ínclito, en
frase de Pedro Mártir de Angleria, Mendolim domitS splenáor, el
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
CONDE DE CEDILLO 23

lucida fax, quern universa, colebat, Hi.spania, quem exteri etiam


Príncipes venerafmnfur, quem Ordo Cardineus collegan sibi esse
gloriubalur (1). Y cuanto a su figura moral, créola sinceramente
una de lasque más reclaman y merecen Ja henevolencia dentro
del abigarrado conjunto de la Corte y de la Sociedad enriqueñas.
Así, pnes, al igual que hicieron sus contemporáneos, en este
V Centenario de su natalicio, honremos la memoria y la persona
del mús ilustre de los ~fendozas. Honrémos!a en esta ocasión y
en este sitio, como cristianos, como españoles, como monárquicos
y como toledanos, puesta la mente en los bienes que acarreó su
acción para la salud de la Patria y de esta ciudad, postrera y
dilecta sede suya. Y si algún espíritu poco conforme con las reali-
dades de la vida halla el homenaje menos motivado, señalando
en el héroe imperfecciones y lunares que nadie niega, habrá que
recordarle que el sol no deja de ser sol por tener manchas, que
es lícito con memorar los grandes caracteres sin aditamento de
santos; y, en fin, que para provocar la salvación o la regeneración
de pueblos y naciones, la Divina Providencia no suele valerse de
los hombres que a nosotros nos parecen mejores o más perfectos,
l'ino de aquellos que ella misma elige en sus inexcrutables desig-
nios, cualesquiera que sean sus méritos o deméritos. Enaltezca-
mos en .'.\Iendoza a un gran español y al cooperador de una polí-
tica qne, al apuntar la Edad ~Ioderna, iba a exaltar a nuestra
raza, dándola por solio la redondez del Planeta.-HE DICHO.

El C!roui:le i:lt Qri>bttln.


AruPmtt11 ljonorario.

(1) Opus epistolarum. Lib. VIII. Epistola CLVIII, dirigida al Arzobispo de


Granada.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
24 SEMBLANZA DEL CARDENAL MENDOZA

~rmblattan hrl Q!arbrual itettboaa.


-------

Varón por muchos titulos insigne fué D. Pedro González de


Mendoza, de cuyo nacimiento se ha cumplido en el año presente
el quinto centenario. Todos los historiadores antiguos (desde
Pedro Mártir de Anglería hasta el grave Mariana, que celebró
sus virtudes y su perpetua lealtad en procurar el bien público)
se mostraron unánimes en proclamar sus esclarecidos méritos.
Con todo eso, fuerza es decirlo, su centenario ha pasado casi
inadvertido. Quizás perjudicó a su fama póstuma el haber vivido
en tiempos en que tantos varones insignes brilla ron con esplen ·
dorosa luz. Acaso también fué parte en ese inmerecido olvido el
,,
haber tenido siempre favorable el Cardenal el viento de la for-
tuna. No hubo altibajos en su vida, no despertó iras ni rencores;
y así ni tuvo adversarios resueltos ni apologistas apasionados.
Mérito suyo, no pequeño, fué el gozar de los más excelsos hono-
res y dignidades sin suscitar recelos ni dar lugar a envidias.
Ocasiones hay en que el olvido es piedad. En Toledo, en la
ocasión presente, fuera ingratitud. Podrán discutirse algunos
actos del Cardenal Mendoza; podrán y deberán censurarse otros;
mas nadie podrá regatear aplausos a quien dedicó la mayor parte
de sus bienes a erigir uno de los monumentos más suntuosos de
nuestra ciudad y a enjugar las lágrimas de millares de infor-
tunados.
El título de «Semblanza del Cardenal ~Iendoza • que he dado
a este discurso, indica la modestia de mi propósito. Pero aún os
daré menos de lo que en el título os ofrezco. ¿Qué podría yo
añadir a lo que tan eruditamente nos acaba de contar el ilustre
Sr. Conde de Cedillo~ Por otra parte, ?.cómo encerrar en el marco
de un breve discurso una semblan1,a de aquel hombre in~igne
cuya vida anduvo mezclada con todos los principales aconteci-
mientos de un largo período de nuestra vida nacional, el más
fecundo, el más desbordante de actividad, de in :¡uiotudes y de
ansias de renovación'?
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
AGUSTÍN RODRfGUEZ Y RODRIGUEZ 25

He elegido, pues, nn cmnino mús fácil. lfo reducido mi trabajo


a engarzar algnnas anécdotas del Cardenal Mendoza, pinceladas
sueltas qne den alguna idea do su figura. De esta manBra, ya que
mi trabajo no se pre..;0nto adornado con las galas de la erudición,
tendrá el mérito de ahorraros forzosas repeticiones. Y también
el do la hre vedad.

Toca ya a su türmino el largo reinado de D. Juan II. En la


corte do Castilla se suceden los saraos, los torneos, los banque-
tes, las cacerías. El cultivo do las letras alcanza esplendor hasta
entonces desconocido. El propio Hey «tañía e cantaba e trovaba
e danzaba muy bien)), rngún dice su cronista ..El lujo y el boato
ocultan, debajo de doradas apariencias, la miseria general. Una
nobleza, turbulenta o indísciplinada, divide a la corte en bande·
rías, y se osfuer;i;a en ganar el débil ánimo del Rey.
En 1452 llega a la corte D. Pedro Gonzále;i; de Mendoza, que
al punto es inscrito entre los clérigos de la capilla de D. Juan JI.
Tiene no más de veinticuatro años. Es de airoso talle, de agracia-
do rostro y de nobles ademanes. Viste con llaneza, pero con pul-
critud. Acornpáílan!e algnnos criados, que para eso tiene ya des-
de los doce años, por merced de su pariente el Arzobispo don
Gutierre Gómez, el arcedianato de Guadalajara, una de las más
ricas dignidades de 111 Iglesia de Toledo, y desde su nifiez goza
de las rentas del curnto de Hita. No le hace novedad la vida cor~
tesana, pues, sobre haberse criado en casa grande, cursó cánones
en la Universidad salmantina, donde participó, sin duda, de la
vida bulliciosa de la escolaresca. Es de buen entendimiento y
claro juicio; pero, como dice un biógrafo y panegirista suyo, «más
atrevido a las manos que a la satisfacción de la palabra>. Sobre
todo esto, es buen retórico, excelente latino, versado en cánones,
aficionado a la lectura de la historia sacra y profana y aun incli-
nado-hijo, al fin, del Marqués de Santillana-a la filosofía moral
y a la poesía.
No entra en la corte desprovisto de valedores. Su padre, des-
puós de haber seguido varios partidos, según uso de aquel tiem-
po, se ha puesto del lado del Rey, que no ha sido parco en re-
compensarle con mercedes y honores. Por su parte, el joven clé-
rigo, en las parcialidades de la corte, muestra perspicacia en ele-
*
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
26 SEMBLANZA DEL CARDENAL MENDOZA

air bando pues como dice su cronista Medina Mendoza, ~alle-


b ' '
gose siempre a D. Alonso Fonseca (su pariente), que tenía a la
sazún la mano principal en las cosns ele gobernación del reino•.
«Y esto, aiíade ingenuamente el mismo cronistn, le ayudó mu eh o
corca del Rey.»
Y así fué que, a los dos años d6 estar en la corte, a los veinti-
séis de edad, D. Pedro González de Mendoza fué propuesto por
el Hoy para ocupar la sede episcopal de Calahorra. «Entretenéos,
D. Pedro, con eso-le dijo D. Juan U-mientras se ofrece el dalle
lo que yo deseo y su persona merece.•
De esta forma comenzaba su gloriosa carrera el futuro Carde-
nal de Espafí.a.
¿,Había ingresado en el sacerdocio por verdadera vocación1
¿Había entrado por deseo de su padre, que, viéndolo más incli-
nado a las letras que a las armas, juzgó quizá que se acrecentaría
el lustre de su casa dando a la Iglesia alguno de sus siete hijos?
Como quiera que fuese, cierto es que aquel Obispo de veinti-
séis años mostró en su nuevo cargo sincera piedad y buen deseo.
Visitó las parroquias de su diócesis, celebró Sínodo diocesano
en que publicó loables constituciones, asistía al coro ya en una
ya en otra de sus dos Catedrales, vivía modestamente y hacía
limosnas según se lo permitían sus rentas, no cuantiosas. Pero
habituado a la vida cortesana, halló, sin duda, algún tanto des-
abrida aquella vida de austeridad y de retiro.

El pnlittrn.
Mend1JZa presentía que en Ja Corte estaba el teatro de sus
triunfos, y así, aprovechó la primera coyuntura que se le vino a
mano para volver a ella. Sus cualidades personales le auguraban
acrecentamiento de honores y próspera fortuna. Fuera de su
afable trato, tenía, para poder brillar, conocimientos no sólo reli-
giosos, sino literarios y humanísticos, de que cal'ecían casi todos
los nobles que en la Corte bullían y conspiraban. Discurría con
madurez, aconsejaba con tino, conocía los hombres y la vida de
su tiempo, y sabía asir la ocasión y a¡mweclwr el instante opor-
tuno. En los discursos que le atribuyen sus contemporáneos
resplandecen gravedad, ponderaci(m y sobriB elocuencia.
La burda parodia de degradación de Enrique IV en Avila, le
Biblioteca Virtual ocasión
dió deMancha.
de Castilla-La mostrar sudelealtad
Boletín hacia elde Hoy.
la Real Academia Luego
Bellas Artes Enrique
y Ciencias IVde Toledo. 6/1929
Históricas
AúUSTlN RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ

no tuvo defensor ni más discreto ni más activo. El Rey, a su vez,


le tuvo en grande estima, lo colmó de honores, y, si no siempre
le escuchó, le respetó siempre.
Pero <londe mostró mayor perspicacia política fué en su
adhesión a la causa de D.ª Isabel. .Mendoza y los suyos habían
sido síempre partidarios de D.ª Juana La Beltraneja; tanto, que
el Rey se la había entregado para que la tuvieran debajo de su
custodia. Cuando el Hey juró a D.ª Isabel en los Toros de Gui-
sando, los :\1endozas se excusaron de asistir. Mas luego todo
cambia de improviso. ;,Por táctica política~ ¿Por persuasión de la
ilegitimidad de D.ª Juana'? Punto es éste que la Historia no ha
podido aclarar ni, probablemente, aclarará nunca. Muchos años
después, cuando ya La Beltraneja-víctima inocente de aj~nas
culpas-vivía, olvidada de todos, retirada en un convento, el
Cardenal .\Iendoza, cercano de la muerte, aconsejó a los Reyes
católicos que casen al Príncipe D. Juan con la pobre recluída.
La Heina D.ª Isabel se limitó a decir: ~El Cardenal ha perdido ya
el juicio~. Pero quizá en el consejo del Cardenal había un deseo
da reparación.
Mas sea de esto lo que fuere, la adhesión de Mendoza fué
sincera, leal y perpetua. Delante de Carrión de los Condes se ha
trabado batalla, por una cuestión de señorío sobre esta ciudad,
entre el Conde de Benavente y el Marqués de Santillana. Con el
Marqués está su hermano, el Cardenal. En esto se ve llegar una
hueste de 100 hombres armados. Un rey de armas se llega al
.Marqués y le dice: •El Rey do Sicilia-con este título se había
presentado en Castilla el esposo de D.ª Isabel-dice que es veni-
do aquí como uno de vuestros parientes y amigos para se hallar
con vos en esta batalla; ved qué os conviene que haga o dónde
queréis que se ponga». <Decid a Vuestra Alteza, responde el de
Santillana, que para destruir al Conde de Benavente, yo con mis
, hermanos, parientes y amigos, basto; que su Alteza se guarde
para Rey de Castilla; que para entonces guardo yo el servirle».
Poco después moría Enrique IV. El Cardenal y el Marqués se
apresuran a ir a Segovia a besar la mano a D.ª Isabel. <Venimos,
le dicen, a cumplir la palabra que dimos al Rey cerca de Carrión;
Vuestra Señoría ordene de nosotros todo lo que cumple a su real
servicio•.
La adhesión, que acaso había nacido de conveniencias polí-
ticas, se afianzaba así con la gratitud. En adelante los Reyes no
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
28 SEMBLANZA DEL CARDENAL MENDOZA

tendrán consejero más fiel, ni más leal, ni más prudente que


Mendoza. Su hacienda, sus hombres de armas, su persona, estarán
siempre a servicio de los Heyes. Lo q ne él aconseja parece
lo mejor; lo que él pide nunca se niega. No es para los Heyes un
valido, un ministro, un cortesano, un simple consejero; es más
que eso: un amigo, un mentor, un maestro, casi un protector.

Hemos anticipado las ideas anteriores porque ellas nos decla-


ran la causa de la triunfal carrera do Mendoza.
En su obispado de Calahorra hubo de «entretenerse» mucho
más de lo que el Hey D. Juan lo había augurado. Pero cuando,
quince años después, vacó el obispado de Sigüenza, que era
entonces, según dice Salazar de Mendoza, el mej(H' o uuo de los
mejores de Espafia, no fué dudosa la elección. Y sin dificultad
alcanzó también Mendoza las abadías de Valladolid y de San
Zoil de Carrión. Cuatrn aüos después es creado Cardenal, y,
luego, Arzobispo de Sevilla, con facnltad de retener a la vez la
diócesis de Sigüenza.
¿Qué le faltaba ya p::tra llegar al úpico de la jerarquía ecle-
siástica'? Sólo quo vacase la sedo toledana. Sucedió esto el año
1482, por muerte de D. Alonso Carrillo Acuna. Entró aquel día
el Cardenal, sin saber lo acaecido, a saludar, como solía, a la
Heina, y se sentó en una silla que todos en Palaoio conocían
con el nombre de «Silla del Cardenal~. La Heina, con aquella
gracia que sabia poner en los más graves asuntos, le dijo son-
riendo: ·Cardenal, el Arzobispo D. Alonso Carrillo .A.cuila os
ha dejado la Silla de Toledo; paréceme que debéis sentaros en
ella; que tan vuestra es como ésa•. A su vez, el Hey D. Fernando,
cuando supo la resolución de la H,eina, comentó: «Dióos lo que
de derecho era vuestro y teníacles muy bien merecido».
¿Pensó aún Mendoza en mayores honores'? Su cronista Salazar
de Mendoza trae una anécdota que, a ser cierta, sería harto
significativa. Pedía el Cardenal clemencia para un cierto caballero
condenado a muerto. Ncgábase la Heina a concederla, y entonces
el Cardenal, enojado, arguyó de esta manera: «Eso merezco yo,
que pudiera haberme hecho besar el pie, y no lo hice porque
no me estorbase besar la mano de V. Señoría•. Verdadera o falsa
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
AGUSTÍN RODRIGUEZ Y RODRIOUEZ
--··------
la anécdota, retrata bien el poder y autoridad que el Cardenal
había alcanzado cerca de los H,eyes.

iEl trrrtr i!by ilr iEapufüt.

Tan grande fué este poder, que Pedro Mártir de Anglería


llamó a Mendoza tertius Hispaiiice rex. Los dos primeros ya se
entiende que eran D.ª Isabel y D. Fernando.
El Cardenal Mendoza no dejó de aprovechar este poder para
engrandecer a los suyos; pero ha de hacérselo la justicia de decir
que no lo aprovechó para dañ.ar a sus adversarios; antes en más
de una ocasión mostró la generosidad de su ánimo utilizando su
influencia en favor de sus propios enemigos. Entre las varias
anécdotas que refieren sus cronistas, elegiremos una que lo
retrata muy bien y que es menos conocida.
Uno de los personajes más influyentes de lR Corte era don
Gutierre de Cárdenas, Contador Mayor de los Reyes y marido de
D.ª Teresa Enríquez, llamada la Loca. del Sacramento. Este don
Gutieere fué en sus mocedades paje de D. Alonso Carrillo; des-
pués pasó a servicio de D.ª Isabel; y tanto y tan bien hizo por su
seriora en la épocn de la adversidad, que luego, cambiados los
tiempos, lo fué encumbrando poco a poco hasta hacerle su Con-
tador Mayor. No se entendía muy bien con el Cardenal, al cual
contrariaba cuando podía; tanto que uno y otro vinieron a andar
en lenguas de los maldicientes: Una copla popular decia:

Cárdenas y el Cardenal
y Chacón y Fray Mortero (1)
traen la Corte al retortero.

Gutierre de Cárdenas había reunido caudal tan grande, que


su renta pasaba de veinte millones de maravedís al afio. La gente
murmuraba. ¡,Qué mina había descubierto el Contador Mayor?
Los Reyes le habían hecho muchas mercedes; pero a las mercedes
regias añadía Gutierre alguna que otra partida que por equivo-
cación pasaba del tesoro real a su propia hacienda. Revisáronsele
los libros y halláronse harto embrollados; por lo cual los Reyes,

(1) Fr. Alonso de Burgos.

Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
30 SEMBLANZA DEL CARDENAL MENDOZA

a pesar de lo muy obligados que de antiguo le estaban, resol-


vieron privarle de sus cargos y hacienda.
Entendido el negocio por el Contador, intentó parar el golpe
y se acordó de su rival.
Cuando llegó a la posada del Cardenal era hora de siesta.
No consiente que le despierten, y se sienta a la puerta de la
cámara.
-&Que es esto?-pregunta suspenso el Cardenal, cuando, al
salir, lo ve en actitud tan humilde.
--«Sr. Cardenal-explícase Gutierre-, según los pocos servi-
cios que he hecho a su Señoria, no es mucho que se maraville>.
Y contóle lo sucedido.
Pidió el Cardenal su mula y cabalgó a Palacio. Hincóse de
rodillas delante de los Reyes y los habló de esta manera:
"Yo, Reyes muy poderosos, no vengo a interceder por persona
alguna, sino a les suplicar no permitan se diga en la cristiandad
que sois Príncipes que hacéis a quien merezca ser deshecho.
Vuestras Altezas han hecho ::!l Comendador Mayor Gutierre de
Cárdenas y confiado de él su reino, honra y hacienda. ¿Qué dirán
los Príncipes cristianos, que saben que, como caballero, ha servi-
do y aventurado tantas veces su persona en vuestro servicio?
A lo cual suplico a V. A. A. tengan más atención que a los hierros
de cuentas de los libros de contaduría>.
No sé si el razonamiento convencería a los Reyes; mas sí
agradecieron al Cardenal su intercesión. Ello fué que mandaron
llamar al Contador y allí mismo le aseguraron su confianza y le
prometieron continuarles sus mercedes.

Iras untan llrl (!larh.mal .ibnllozu.

Lo que hemos dicho de la hacienda de D. Gutierre de Cár-


denas nos da ocasión de tratar de la del Cardenal.
Bien conocido, casi proverbial, es el poderío que al ca nzaron
los Mendozas en tiempo de Enrique IV y de los Heyes Católicos.
El Duque del Infantado tenía 30.000 vasallos y 64.000 florines de
oro de renta. Sólo otros tres nobles le aventajaban en vasallos y
en caudales.
Pero a todos dejaba muy atrás el Cardenal Mendoza. Según
Marineo Sículo, había en España, en la primera mitad <lol siglo
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
AGUSTÍN RODRIOUEZ Y RODRÍGUEZ 31

XYI, seis magnates que tenían 22 millones de maravedís de renta.


El Arzobispo do Toledo, según el mismo autor, tenía 30.
De este c(¡mputo difiere el que trae el cronista francés Lalaing,
que, corno chambelán de D. Felipe de Borgoña y D.ª Juana de
Castilla, viajó por Espaf1a en Hí02. Según este escritor, el magnate
más opulento de España era el Duque de .Medina Sídonia, que
tenía fi2.000 florines de oro de renta. El Arzobispo de Toledo
tenía G0.000; el de Sigüenza 13.000.
Hecuérdfüe que .:\Iendoza reunió a la vez las dos dignidades,
que turn además la abadía de Valladolid, la de Carrión, la de
Moreruela, la administración del obispado de Osma, las tercias
reales de Guadalajara, varios señoríos, y no andará lejos de la
verdad quien Je calcule doble renta de la que tuvo el más opu-
lento de su tiempo.
Hasta en Francia obtuvo un pingüe beneficio: la Abadía de
Fiscamp. Fuó el caso verdaderamente curioso. Tuvo noticia el
Cardernll de que ul posesor de la dicha abadía se le había for-
mado proceso criminal, a lo que parece, por envidias y emula-
ciones, y con muy buena gracia pidió a Carlos VIII la codiciada
abCldín, prometiendo que, como recuerdo def Rey de Francia, la
tendría ól perpetuamente y no se la daría a ninguno otro. Carlos
YIII, que sabía lo mucho que le iba en tener de su mano al
Cardenal, accedió gustoso. Mendoza retuvo la abadía hasta su
muerte; pero quizá nunca supo el Rey de Francia que los frutos
de aquella prebenda iban íntegros a manos del abad destituído.
Que no era tacaño el Cardenal Mendoza. Gustaba de que su
hacienda estuviese bien administrada, pero, fiel al lema de su
casa: <Dar e;, sc!iorío, recibfr es serYidumbre», daba éSplén-
didamente. Daba a los pobres que acudían a él o a quienes le
representalnrn. Daba a sus servidores, a quienes, corno dice Me-
dina, recompensaba •con mercedes muy extraordinarias•. Tenía
a su lado letl'ados que le aconsejasen; pagaba hombres de armas
con que acúdir al servicio de los Reyes; ayudó a éstos en alguna
ocasi(m entregando su plata para gastos do guerra. En los viajes
de la Corte, llevaba, nos dice un cronista, •gran casa de parientes
y criadoi', haciendo siempre mesa general a los sofíores y caba-
lleros cortosanos .. De sus donativos y fundaciones guardan
recuerdo las iglesias (1no gobernó, y particularmente la Catedral
de Toledo.
Biblioteca Virtual dePero on Mancha.
Castilla-La lo queBoletín
más de sela sefialó fué de
Real Academia como
Bellas mecenas la arqui~
deHistóricas
Artes y Ciencias de Toledo. 6/1929
32 SEMBLANZA DEL CARDENAL MENDOZA

tectura. Sus cronistas, entl'e otras obras, lo adjudican las siguien-


tes: on Jerusalén, la iglesia do Santa Cruz; en 8evilla, Ja Fúbrica
de San Francisco y la rosta uración de la Parroquia de San ta
Cruz; en Gnadalajara, lns casas donde vivió, el claustro do lfl
Merced y la Ermita de Nuestra Señora de Afuera; en Sigüemm, la
iglesia de los Huertos; en Puente del Arzobispo, la Capilla mayor
de Santa Catalina; en Alcalá de Henares, la reforma del Palacio;
en Guadalupe, el sepulcro do Enrique IV; en Valladolid, el cele-
bérrimo Colegio de Santa Crnz; en Toledo, la antigun iglesia de
San Juan Bautista, el hermoso ábside del Cristo d~ la Luz, pnrte
del Palacio Arzobispal y las obras que so hicieron en la Catedral
desde 1488 o 14H5, a saber: cmbovedamiento de parte de lr1 nave
mayor, el trn ..:;altar, la sillería baja del coro, ol enverjado do l<'l
Puerta ele la Feria, el Sagt'al'io viejo, Ja antigua Sala Oa1~itular, y
otras de menor importancia. A las cuales se han de añadir las
que dejó mandadas en su testamento: su suntuoso mausoleo y esa
joya de arte y do riqueza quo so llama Hospital de Santa Cruz.

Lo dicho bastará pal'a toncr alguna idea do Ja porsonn, digni-


dades, poderío y riqnozas del Cardenal Mondoza. Para completar
sn retrato sería preciso decir algo de su influencia en Jos destinos
de E,.;par'ía; mas para olio forzosamente habría de repetir lo que
ya habéis oído, expl'osado con tanta autoridad como galanura de
lenguaje.
¿Pero cómo no recordar la parte que tuvo en la institución
del Santo Oficio de la Inquisición y en la expulsión de los judíos?
¿Cómo pasar en silencio su intervención en la conquista del
reino de Granada'? Apenas hay on ella suceso en que Mendoza
no intervenga. C<JOpera. con su haciendn, con sus gentes de
armas, con su consejo, con su trabtljo personal. En aquella em-
presa, a la vez nacional y religiosa, el insigne Cardenal parece
como que adquiere la plena conciencia de su representación.
Acabada la obra militar, desaparece el caudillo y queda el
Prelado. Erige iglesias y catedrales, constituye beneficios, nom-
bra Obispos y prebendados, organizn, en una palabra, el culto y
la vida religiosa en las plazas reconquistadas.
Tanto 61 como los Reyes Cnt6licos han entendido que, al
reconquistar el último pedazo del patrio solar, han dado cima a
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
AGUSTIN RODRIGUEZ Y RODRIGUEZ 33

la más alta empresa religiosa de la Espafia nueva. Y por eso,


rendida Granada, se concede a Mendoza el honor de entrar el
primero en ella. Acompái1anle sus gentes de armas, los que con
mayor bravura y valor han peleado. Gutierre de Cárdenas, empu-
ñando en una mano el guión arzobispal y en la otra el estandarte
de los Reyes, arbola los dos en la torre de la Vela. La Reina
D." Isabel, que desde lejos percibe la señal convenida, se postra
de hinojos y manda a su Capilla que cante el Te Deurn. Abajo, en
la torre, el Cardona!, sintiendo ya en sus miembros la pesadumbre
de los años, reza el Nunc Dimittis, y da gracias a Dios porque le
ha permitido ver aquel día que tanto ansiaba como espailol y
como Prelado.
No se borrará aquel día de su memoria. En su testamento lo
evocará con estas palabras, que los toledanos debemos recordar
con emoción cuando veamos en el Ochavo de la Catedral la
histórica cruz que campeó en la torre de Comares:
«Porque la nuestra cruz, que en señal de Primado hemos
traído ante nos ..... es la primera cruz que se puso sobre la más
alta torre de la Alhambra de la ciudad de Granada, al tiempo que
fué ganada e quitada del poder de los moros, a donde y en la
toma de las principales ciudades del dicho reino de Granada nos
hallamos con la dicha cruz, en servicio de Dios nuestro Señor e
del Rey e de la Reina mis señores, mandamos que la dicha nues-
tra Cruz, con su hasta garnida de plata, asi como nosotros la
traemos, sea puesta en el Sagrario de la dicha nuestra Santa
Iglesia, en memoria de tan gran Victoria ..... E allí queremos que
este perpetuamente, e que no pueda ser sacada sino en las pro-
cesiones.•

El htsrubrimtentn lle J.m.értcu.


Como último florón de la corona inmarcesible de Mendoza,
quisiéramos unir su nombre a una de las hazafl.as más gloriosas
de la historia del mundo. La tradición atribuye al Cardenal Men-
doza la celebración de un regio banquete para honrar a Colón
cuando éste volvió de descubrir el nuevo mundo. De ser cierto
el hecho, habría sido este el último acto de su vida pública. La
imaginación popular exornó el banquete con pormenores legen-
darios, tales como el del famoso ~h1ievo de Colón».
Pero lo innegable es que veraces esaritores antiguos dan por
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
34 SEMBLANZA DEL CARDENAL MENDOZA

cierta la protección que Mendoza dispensó a Colón. El fué quien


a ruegos de Alonso -de Quintanilla logró que los Heyes dieran
audiencia al navegante. El, según otros, fué quien frustradas las
pretensiones de Colón en la .Junta de Salamanca, y luego despuós
en la de Santa Fe, alcanzó, a ruegos del P. Marchena, que la
Reina D.ª Isabel escuchase al inmortal descubridor. En la Junta
que de nuevo se celebra, Mendoza es el personaje prinripal y,
cuando el navegante, desechadas por excesivas sus pretensiones.
se encamina a Francia, .Mendoza es quien hace que de nuevo se
le llame.
Difícil es hoy aquilatar lo que de cierto haya en estas noticiai:;
pero quien repare en la estima que los Reyes hacían del Cardenal
Mendoza y en la frecuencia con que le consultaban en todos los
negocios, hallará más que verosímil su participación en aquel
transcendental suceso. Cuando menos los testimonios a que hemos
aludido, y que ahora no es posible discutir por menudo, prueban
que, en el general sentir, Mendoza era tenido por bastante dis-
creto para comprender al genial navegante, y por bastante
influyente para inclinar con su consejo el ánimo de aquella mujer,
a quien nunca doblegaron más que la justicia y la generosidad.

iju qnrtt .suprrmu.


Y ahora, sefl.ores, escuchad, para terminar, el capítulo más
hermoso de la vida de Mendoza.
Ha sido cuanto ha querido ser: Obispo, Arzobispo, Cardenal,
Canciller de Castilla, caudillo victorioso, amigo de príncipe!',
mentor de reyes. Ha disfrutado de dignidades, de honores, de
riquezas .....
Pero nada de esto es valladar para los arios. Anda por los
sesenta y cinco y presiente cercano el fin do su carrera. Como
discreto se apareja para la partida. En pleno triunfo, se retira de
la Corte.....
Da la última mano a su obra del Colegio de Santa Cruz. Co-
mienza a visitar su diúcESis de Toledo y m:mda que otros visiten
la de Sigüenza. Celebra Sínodo diocesano y da sabias constitucio-
nes. Toma residencia a sus ministros que han gobernado en su
ausencia ..... Pero es ya tarde. La enfermedad llama a sus puertas.
En Guadalajara había edificado una casa digna de su condi-
ción y estado. Una casa de estilo gótico, con dorados artesonados
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AOUSTlN RODRlGUEZ Y RODRÍGUEZ 35

mud1~jares. En ol centro tiene un patio enlosado, que hace de


jardín. En merlio do ól hay una fuente, y en derredor galerías,
una de ollas con multit11d de pújaros.
Yuelve ahora a su casa, no en busca de solaz, como en otros
tiempos, sino on de quietud y de sosiego. El agua que cae en la
taza de mármol le recuerda el fluir de la vida, antaño placentera,
hoy melanc6lica y resignada.
Aislado del mundo, no piensa ya sino en la cuenta que ha de
dar a Dios. Es larga, y quiere dejarla bien saldada.
Allá en sus mocedades, su vida no fué edificante. Quizá soñó
con reformar las costumbres de la Corte, y vino a dar en los
mismos vicios que quería remediar.
Pero, hecha esta confesión, en obsequio a la verdad histórica,
echemos un velo piadoso sobre aquellos años, cuyo recuerdo él
mismo se esforzó en hacer olvidar con una vida cristiana. No
imitemos a ciertos escritores, que, como las moscas, van a posarse
siempre sobre las llagas purulentas.
¿No es digno de respeto ese anciano que, día por día, por
di3curtlo de un año entero, dispone los asuntos de su conciencia
para comparecer ante el Juez Supremo?
Su larguísimo testamento no respira sino piedad. Herido ya
de muerte, recibe la visita de los Reyes, que le consuelan y le
alientan. Quien hnhía sido consejero de Royes, ruega ahora a la
Reina que lea su testamento y lo apruebe o lo mude según lo
tenga a bien. La Heina lo aprueba y se encarga de ejecutarlo.
Tal testamento bien merecía tal albacea.
En una cláusula deja por heredero de todos sus bienes al
Hospital de Santa Cruz, que quiere se erija en Toledo. Ha previs-
to todos los pormenores, incluso el estilo arquitectónico de su
sepulcro.
Lar¡2;a es la cuonta, pero está ya bien saldada. <No debo-di-
ce-a ninguna de mis yglesias; ni llevo querella de parte delante
de Dios. Lo que es entre mí y él, él y yo nos avendremos•.
Y con esta conmovedora confianza en la misericordia divina,
recibidos con gran fervor los Santos Sacramentos, se durmió en
el Seilor el día 11 de enero de 1495.
En tanta veneración se tenia al Cardenal, que se habló de pro-
digios acaecidos on su muerte, y a(m se hizo sobre el caso infor;.
rnaci6n testifical, que so envió a los Reyes y al Papa.
Delante de la mesa donde he escrito estas cuartillas hay un
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36 SEMBLANZA DEL CARDENAL MENDOZA

retrato del Cardenal Mendoza, del siglo XVI. Sospecho que sería
legado al Hospital de Tavera por el que fué su administrador d0n
Pedro Salazar de l\fondoza, que era descendiente del mismo
Cardenal, y que fué su más insigne biógrafo. He aquí el juicio
que este historiadcr hace de su ilustre antepasado: •Tal en la paz
oual en la guerra; cual en las letras, cual en las armas. Hespetado
y qµerido de todos, buenos y malos. Glorioso en su nación y en
las extrañas. Y, sobre todo, un valeroso Eanto. •
Pues bien, el retrato que he dicho, aunque de mérito artístico
escaso, tiene una particularidad iconográfica notable: su cabeza
aparece nimbada con la aureola de los santos.
Pero, dejando a Dios el conocimiento de estos secretos miste-
rios, imitemos antes la piadosa práctica de la nuestra Iglesia
Catedral que, sin interrupción, desde hace cinco siglos, reza dia-
riamente, después de la misa conventual, un responso por el
eterno descanso de su bienhechor insigne.
Toledo debe gratitud perpetua a quien, en las personas de sus
hijos más infortunados, la dejó por heredera de todos sus bienes.

J\guatitt llubriguu,
N"1nfr•rh1.

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AMALIO HUARTE.-LOS COLEGIOS UNIVERSlTARlOS ':r7

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ht Jtrlla.a Artrs !J Qrtrurtas l;istnriras br wnltbn tn 27 bt Jnuto
he 1928. en mtmoria i>tl "arlltnal Jlttthu5a

SE..~ORES:

He recibido de esta ilustre Academia dos honores a un tiempo,


y al corresponder a ellos con cuanto mis fuerzas alcanzan, me
habéis de permitir que empiece por háceros pública mi gratitud
y expresaros mi sincero agradecimiento. No sólo me habéis con-
siderado digno de intervenir en este homenaje a la memoria del .
Gran Cardenal de España, D. Pedro González de Mendoza, cuyo
quinto centenario se celebra este año, sino que habéis tenido la
deferencia de nombrarme vuestro Correspondiente para que
pueda usar de la palabra en este acto; y como recibí tan grato
ofrecimiento en momentos en que me veía menospreciado (1),
vuestro benévolo proceder me dió ánimos para no arrojar los
libros de mi lado: tengo, pues, más que sobrados motivos para
estaros reconocido.
Sin más preámbulos voy a entrar en el tema que he escogido
para este acto: Los COLEGIOS UNIVERSITARIOS DE CASTILLA EN
TIEMPOS DEL CARDENAL MENDOZA. La figura del Cardenal me

(1) La ocasión del menosprecio ha sido mi cese como Auxiliar temporal de


la Facultad de Filosofía y Letras de Ja Universidad Central. Mi deseo de que se
me prorrogase el nombramiento por otros cuatro años, conforme a la legisla-
ción vigente-reunía todos los requisitos exigibles -fué contradicho por el
catedrático D. Ellas Tormo, que se manifestó no sólo contrario a la prórroga,
sino que sostuvo era potestativo proponerla, o negarla, cualesquiera fueran las
circunstancias del que lo solicitase. Supeditada así la concesión de la prórroga
a la propuesta de mi contradictor, no se hizo esperar fa humillación.
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3$ DE CASTlLLA EN 'lTl~MPOS DEL CARDENAL MENI>OZA

recuerda los días de mi paso por las aulas en busca del grado de
Doctor; de entonces a acá, cuantas veces he encontrado escritos
alusivos al Cardenal, los he leído con cuidado; mas para no echar
mano del repertorio de los epítetos, al buscar terna para esta
disertación, mis aficiones a la Historia de la Universidad española
me recordaron la fundación del Colegio de Santa Cruz de Valla-
dolid, y enuncié el tema en la forma propuesta.
El asunto en cuestión tiene además alguna actualidad. Desde
que por Real decreto de 25 de agosto de 1926 el Excmo. Sr. Mi-
nistro de Instrucción Pública creó los patronatos universitarios,
a los que asignó, entre otras funciones, la de •construir o reor-
ganizar Colegios mayores en que facilitar con el intemado de los
alumnos oficiales de las Facultades, los servicios docentes, cultu-
rales y educativos., la palabra Colegio, con el dictado de mayor,
suena en la prensa diaria con mucha frecuencia; como el Colegio
de Santa Cruz, y el do San Bartolomé de Salamanca, ya exis-
tente en los días del Cardenal, son de los que por antonomasia se
conocen con el dictado de mctyores (1), aunque no se encuentre
en parto alguna Ja razón üe por qué se les calificó así, pudiera
tener algún interés saber la vida que, según las Constituciones
fundacionales, se debió hacer en aquellos Colegios, asilos de
estudiantes pobres (2), según la frase del preámbulo de las del
de Santa Cruz. ·
En los días del Cardenal Mendoza, los Colegios. castellanos
eran tres: el de San Bartolomé en Salamanca, cuyo funciona-
miento pudo conocer Mendoza siendo estudiante, cuando por el
afio 1450 cursó en el Estudio de aquella ciudad; el de Sigüenza,
fundado en vida del Cardenal, por el Canónigo D. Juan López de
Medina, Arcediano de Almazán en la Iglesia de Sigüenza, y que

(1) Se aplicó también este dictado de Mayores a los Colegios de Cuenca,


Oviedo y Arzobispo de Salamanca, y al de San Ildefonso de Alcalá de Henares.
Algunos hubo que se titularon así en Santiago, Sevilla, Granada y otras par-
tes, pero no lograron consolidar el calificativo, a pesar de los esfuerzos que
hicieron, más que los seis citados.
(2) /dcirco ad laudem et gloriam omnipotentis Dei, et bealissimae Virginis
ejus nzalris, et communenz omnium utililatem, et eorum praecipue, qui Ucet
ingenio praedili, et bonarwn artium studiosi sint, ob inopiam lamen, et tenues
faculta/es litteris incumbere nequeunt, quando haut facile emergunt, quorum
ulrtutibus obstat res angusta domi, istud nostrum collegium, hoc est, asylus
pauperum scholurium in ipso nobill oppido Vallisoletano prope dictam nostram
l!'cclesiam maiorem ex solo ereximus et edificauimus.
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AMALIO HUARTE.-LOS COLEGIOS UNIVERSITARIOS 39

el propio Cardenal reformó de orden del Ponti:fice Inocencio VIII


en Bula dada en Roma a 30 de abril de 1489; y, por último, el
que el mismo Cardenal Mendoza fundara en Valladolid. De los
tres conservamos las Constituciones fundacionales porque han
sido varias veces impresas (1).
No faltan otros elementos de estudio, pero como no es este
momento ocasión propicia de hacer el de los antiguos Colegios
universitarios, ni menos disertaciones bibliográficas (aunque los
materiales sean abundantes) (2), me he de limitar a desarrollar
el tema entresacando notas de los textos de las Constituciones
citadas, y añadir otras que suministran las del Colegio fundado

(1) Las Constituciones del Colegio de San Bartolomé de 1437 fueron impre•
sas por vez primera •t fiwis del siglo XVI: Constitvtiones Collegit diui Bartho·
Lomaei. Salmanticre, 1598. En 1661 publicó Ruiz de Vergara su Vida del ..... setfor
Don Diego de Anaya ..... Fundador del Colegio de S. Bartolomé, y al editarse
por segunda vez con el título Historia del Colegio viejo de S. Bartholome .....
Corregida ..... por D. Joseph de Roxas y Contreras (Madrid .1766-70), se volvie·
ron a imprimir las Constituciones del Colegio. ·
Las del Colegio de Santa Cruz han sido reimpresas mayor número de veces.
Además de las que cita el Sr. Alcocer en su rico Catálogo razonado de obras
impresas en Valladolid (Valladolid, 1926), en los núms. 957, 1144 y 1548, hemos
encontrado las siguientes: Constitvtiones Collegii sancte Crucis. Al fin: [Excu-
debat Francis. Feman. de Corduba Pinche prope scholas maiores. Anno 1545];
otra con el mismo título y al fin PI pie de imprenta: [Excudebat Pintire apud
Bernardinum de Sancto Domingo Typographum. Anno 1576], y otra Constitv •
tiones et Statvta Collegii Santae Crucis, impresa ex officina Antonii Vazquez
a Spar~a en Valladolid, 1641.
De las del Colegio de Sigüenza, además de la publicación que de ellas ha
hecho recientemente el Sr. Juliá, como uno de los apéndices a su estudio La
Universidad de Sigüenza y su fundador, publicado en la •Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos~ (abril 1925, octubre 1928), existe la obra Constltvtlones
insignis Colegii Segvntini (Compluti, 1572). Las referencias que de estas Consti~
tuciones hagamos en este trabajo, se referirán a esta edición. En ella se incluye
la Bula de Inocencio VIII, de que acabamos de hacer referencia, de 30 de abril
de 1489.
(2) Si bien Ja documentación de los Colegios mayores de Ja Universidad
de Salamanca, de momento no se sabe dónde se guarda, salvo las pruebas de
Colegiales, que se hallan en el Archivo de aquella Universidad, se conserva la
de Alcala y la del de Santa Cruz. El catálogo de este Archivo se publicó en
1920, como uno de los Catálogos de las Bibliotecas universitaria y provincial
(Santa Cruz) de Valladolid, con este subtitulo: Papeles pertenecientes al Cole·
gio mayor de Santa Cruz de Valladolid, por D. Saturnino Rivera Manescau. La
importancia de este interesante Catálogo, revela bien a las claras la de la fun·
dación del Cardenal Mendoza.
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40 DE CASTILLA EN TIEMPOS DEL CARDilNAL MENDOZA

por Cisneros en Alcalá, para completar el cuadro que de la vida


· de aquellos Colegios tratamos de iniciar.
Rashdall en su History (1) nos dice que los estudiantes, desde
los primeros tiempos de la fundación de las Universidades, acos-
tumbraron formar sociedades; y como la vida de los estudiantes
menesterosos era difícil, no tardaron en aparecer gentes que les
procuraron mesa y cama; así, con el carácter de hospicios de
estudiantes nacen los primeros Colegios; y con idéntico fin creó
el Cardenal el asylum pauperum scholarium en la villa del Es-
gueva en los últimos afios del siglo XV.
Bueno será, sin embargo, hacer constar que, en Constitucio-
nes de la Universidad de Salamanca, cuya fecha sería aventurado
precisar, encontramos la palabra Hospitium, significando lugar
habitado por estudiantes. Así, en la Constitución XXIV de las que
Benedicto XIIT (Pedro de Luna) dió a la Universidad en 1411,
cuya edición paleográfica prepara el docto Catedrático D. Pedro
U. González de la Calle, con la colaboración del que estas líneas
escribe, encontramos el siguiente pasaje: c ..... quod locum non
habeat pena cuiusdam constitucionis sludi'i predicti dícentis: quod
nichil..... , y refiriéndose a constituciones antiguas-in eadem cons-
titucione-añade a las dos líneas: Item quod taxatores hospicio-
rum ..... ; si hospicia ipsa et scolas ad vsum studenlium ..... •
Los textos transcritos prueban no sólo el empleo del vocablo
Bospitium, sino referencias de él en Constituciones que estaban,
o habían estado-la determinación de la fecha es investigación
que está por hacer-en vigor cuando el Pontífice hace la reforma.
Pero el sentido del vocablo pasa, a través de las Constituciones
de Martín V (1422)--últimas que dieron los Pontífices a la L'niver-
sidad de Salamanca-, a los Estatutos reales del siglo XVI, para
referirlo bien a las casas de los bachilleres de pupilos, ya a las

(1) The object of the earliest College-founders was simply to secure board
and lodging for poor scholars who could not pay for it themselues..... The
l.olleges introduced no innouation i11to ihe educalional system o{ the Uniuer-
sities, nor were theirs founders primarily influenced by the ..... design ..... of
correcting..... the dangerous license allo1Jed by the earlier form of the Uniuer-
siiy life, though o{ course they took precautions to secur~ that their bounfy
was 110 thrown away upon idle or ill-co11ducted sludents. Euentually the Colle·
ge-sistem did ..... But originally the College was nothirzg more than an endowed
Hospicium. RashdalJ, «The Universities of Euro pe in the Middle Ages•, T. 1,
página 482.
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AMALIO HUARTE.-LOS COLEGIOS UNIVERSl'l'ARIOS 41

que alojaban estudiantes, como las del Sol, la de los Muchos, la


de las Tres ventanas, la del Balcón, la de la Cruz, las de Gallipavo
y otras, que la picaresca escolar salmantina recuerda en sus casi
inéditos anales, o a las que los ayos y pasantes de los estudiantes
ricos alquilaban para sus pupilos, pues los alquilare~ de todas
ellas debían ser fijados previamente por los tasadores designados
para ello. ,
Los Colegios de la Universidad de París-que para Rashdall
son la cuna de estas instituciones-no influyeron en los sistemas
de enseñanza: lo único que hicieron fué facilitar a algunos estu-
diantes pobres medios para asistir a los cursos de la Universidad
y alejarlos de la vida relajada de la población estudiantil. Cosa
análoga pasa con los Colegios de Castilla en el siglo XV. Los
Colegiales habían de ser pobres (1); esta cualidad resalta en tal
forma, que es denominador común de todos ellos; debían tener
el grado de Bachiller en las Facultades respectivas, menos los
teólogos, que bastaba fueran Bachilleres en Artes: a diferencia de
lo que ocurre en nuestros días, que los estudiantes gozan de
becas mientras hacen los cursos en los centros docentes, para
luego apenas licenciados, entregarlos en brazos de la Fortuna, las
becas de aquellos Colegios eran para los que habían terminado, a
fin de que las enseñanzas adquiridas en los generales de los Estu-
dios, pudiesen completarlas y ampliarlas en los ocho atíos en que
podrían disfrutar de la beca de Colegiales.
Se formaría una equivocada idea de lo que fué el Colegio de
San Bartolomé, dice Bullón (2), el que creyese que era una resi-
dencia de estudiantes en el estricto sentido de la palabra. La
misión principal de esta rica y floreciente fundación, fué dar faci-
lidades parn la ampliación de estudios a los hombres de letras
que, después de terminadas las tareas propiamente escolares,
quisieran seguir consagrados al trabajo intelectual.

(1) Todas las Constituciones de los Colegios están en eso conforme. Sólo
conceden lo que podriamos llamar la pobreza relativa: el Cardenal fija el má-
ximum de renta propia de Jos Colegiales en veinticinco florines de oro de Ara-
gón; y hay en el de Sigüenza esta Constitución: Quod filii divitum non admlt-
tantur in collegio.
(2) Un colaborador de los Reyes Católicos: El Doctor Palacios Rubios y
su obras (Madrid 1927), pág. 34. Esta obra, interesante y amena, recoge otros
extremos sobre la vida del Colegio de San Bartolomé, que siento no poder
apuntar.
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42 DE CASTILLA EN TIEMPOS DEL CARDENAL MENDOZA

Como era aspiración unánime, la similitud de aspiraciones


de los fundadores se refleja en las Constituciones; no puede
decirse honradamente que las Constituciones de u11 Colegio se
parecen a las de otro; todas tratan de desenvolver un mismo
pensamiento en una misma época, y las coincidencias han de ser
notorias (1).
A los historiadores universitarios del siglo XIX les sorprendió
su régimen de gobierno. Como donde no hay cabeza no hay
orden (2), nos dice el Cardenal en las Constituciones do Santa
Cruz, ni la sociedad puede marchar sin tener quien la gobierne,
queremos que uno de los colegiales sea cabeza y rector de todos
los demás¡ así se erige aquel sistema de gobierno, común a los
colegios existentes en Castilla en los días de Men<loza, y a los que
se fundaron después, en los que, conforme a las Constituciones,
el Rector en unos casos, en otras de acuerdo con los consiliarios,
y en otras el Colegio todo, reunido en Capilla, arreglaban los
asuntos del mismo. Personas extrañas (patronos, conservadores,
protectores, etc.), o no existen, o si existen no tienen jurisdicción.
No estaba exento de peligros el sistema: los fundadores, a
pesar de ello, ponen en manos de los colegiales sin vacilaciones
los destinos de la fundación, y los bienes, cuyas rentas sufrügarán
los gastos de la misma. Al encontrarse con este hecho los histo-
riadores citados, llevados de los prejuicios de sus días, nos hablan
de repúblicas, de régimenes democráticos unas veces, aristocr:Hi-
cos otras (3). Estos conceptos de derecho púl>lico tienen su valor,
y en su conocimiento y práctica estriba la prosperidad de los

(1) Las conexiones que acertadamente encuentra Juliá entre las Constitucio-
nes de Sigilenza y Alcalá, en el estudio antes citado, confirman nuestra manera
de pensar, como más adelante probaremos.
(2) Const. l. Verum quia ubi non est caput, nullus ordo, nec sine yuberna-
tore societas consistere potest, volumus et statuimus ex dictorum septem et
viginti numero unus Rector et caput omnium existat.
(3) Fuente (V. de Ja) en su Historia de las Universidades, H. 53, dice: •Pudo
dudar [Cisneros] entre crear un rector nombrado por una república aristocrática
como era el Colegio de San lldefonso, o uno de creación democrática y más
barata como era el de Salamanca; pero una vez resuello a fundar el Colegio,
como centro aristocrático de la Universidad ...... Rashdall dice también: *The
original Hospicium or Hall..... was a democratic, setfgoverning Society, that ita
Head..... owed hls authority to the free eleclion of his fel!ows ..... lt was onlg
very gradually that thls highly democratic régime was transformed first into
a limited and then into an absolute monarchy •.
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AMALIO HUARTE.-LOS COLEGIOS UNIVERSITAR10S 43
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pueblos, pero hacer aplicación de ellos para referirse a institucio-
nes escolares, ni aun a la Universidad misma, de ]os días de los
Reyes Católicos es impropio: no estuvieron ni en la mente de los
fundadores ni menos en las de los colegiales. tCómo pensar que
cuando el C11rdenal se preparaba a bien morir en aquella morada
deleitosa (1 ), que tenía en Guadalajara, extramuros de la -pobla-
ción, junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Fuente, morada
que era sin disputa una de los más bellas de España-aunque por
los vaivenes del mundo haya desaparecido ya-rodeado de sus
capellanes y de los egregios varones Alfonso Martínez de Naxera
y Pedro Colina, Doctores en Medicina (2), había de pensar en
régimenes democráticos, después de los azarosos días que conoció
mientras vivió?
Más en su lugar estará pensar qne, en vez de las historias pro-
fanas en que era muy versado al decir de Marineo Siculo (3), en
el elogio que hace de Mendoza días después de su muerte, el Car-
denal tuvo en su mente las palabras del libro de los Proverbios,
principium sapientiae timor Domini.
Si en reciente carta de ¡)ersonalidad ilustre entre nosotros,
hecha pública por la prensa el domingo pasado (4) dice su autor:
cyo no renuncio de ningún modo a creer que hay millones de
espalioles honrados, rectos, limpios de corazón, que cuando
ponen el pensamiento en la Patria y el espíritu en Dios, sienten

(1) El académico D. Julio Puyo! publicó en Madrid (1924), la traducción cas-


tellana del Viaje por Espafia y Portugal de Jerónimo Milnzer, que se halló pre-
sente en Toledo al enterramiento del Cardenal Mendoza. La relación del viaje,
escrita en latín, había permanecido inédita hasta que L. Pfandl la publicó en
1920 en la Reuue Hispanique. El viajero fué testigo en esta ciudad del enterra·
miento del Cardenal, y tuvo ocasión de visitar en Guadalajara la casa del Car·
denal. También hace referencia a la casa Antonio de Lalaing, cronista del viaje
que hizo por Espafia en 1502 como chambelán de D. Felipe y D! Juana. Le cita
el difunto académico D. V. Lampérez en su discurso Los Mendoza y el Castillo
del Real de Manzanares.
(2) De estos dos egregios varones dicen las Constituciones al final: Praesen·
tibus ibidem Reverendo Paire . ..., nec non circunspeclis et egregiis uiris Alfonso
Marlini de Najera el Petro Colina, Doctoribus in Medicina, testibus ..•.• Hernán-
dez Morejón hace referencia de segunda mano de un Allonso Martín, que sería
aventurado identificar con este testigo. Del Doctor Colina nada he visto citado~
(3) De Hispanire laudibus {Burgos, Fadrique de Basilea, 1499), fol. 66.
(4) El domingo 24 de junio de 1928.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
44 DE CASTILLA EN TIEMPOS DEL CARDENAL MENDOZA

el poderoso estímulo que impulsa al bien, y generosa inclinación


al sacrificio•, ¿podremos nosotros dudar de que entre la numero-
sa grey estudiantil que llenaba los generales y los claustros de las
Universidades de Salamanca y Valladolid no se iban a encontrar
dos o tres docenas de estudiantes, hombre ya, temerosos de Dios,
de honesta vida y costumbres, idóneos para el estudio, deseosos
de completar su formación-diríamos hoy-y faltos de medios
para ello, si la caridad del prójimo no acudía en su socorro, a la
vez que con fuerza de voluntad bastante para cumplir (al acep-
tar el manto y las insignias del Colegio) las obligaciones que
las Constituciones imponían? Católicos como eran, ni quisieron
gravar sus conciencias con pecados graves, ni incurrir en senten-
cias de excomunión; llevados del temor de Dios gobernaron los
Colegios con rectitud para bien suyo, honra y prosperidad de la
Patria. Sólo cuando la virtud empezó a vacilar, la vida en los
Colegios se relajó; pero todavía, en pleno siglo XVII, si desbor-
dadas las pasiones, los estudiantes de Salamanca dieron lugar a
casos que nmHia se vieron ni esperaron, como decía D. Juan Chu-
macera Carrillo, Presidente del Consejo Heal, en carta a uno de
los Rectores de la Universidad, porque formando escuarl.rón-se-
gún fuese la época-en grupos, que en ocasiones pasaban de
mil quinientos, armados de espadas y broqueles; pistolas, carabi-
nas y arcabuces, amedrentaban la ciudad al grito de ¡Víctor la
Escuela!, aun los Colegios universitarios eran considerados como
«habitáculos do hombres de quietud, donde se debe dar buen
ejemplo y estudiar (1)•.
Los Colegios a fines del siglo XV eran de dos clases: Colegio-
Universidad, como el de Sigüenza, que luego adquirirá forma más
precisa con la creación del de San Ildefonso de Alcalá por el
Cardenal Oisneros, quien dejó la Universidad sometida al Colegio,
o Colegios incorporados a la Universidad, como ocurre en Sala-
manca y Valladolid, ya sin pacto expreso, como en Salamanca, ya
con 41 como en Valladolid; donde el Bachiller Juan de Foncea,
futuro colegial, en nombre del Cardenal Mendoza, convino con la

(1) La frase consta en uno de los procesos de la Audiencia escolástica de Sa~


!amanea, y le fué hecha por el Juez del Estudio al Rector del Colegio de Jos
Angeles con motivo de haber hecho fuego desde el Colegio a la Ronda del Juez
en una reyerta entre estudiantes el día de Inocentes de 1644.
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AMALIO HUARTE.-LOS COLEGIOS UNIVERSITARIOS 45

Universidad un pacto, aprobado por el Claustro en 1483, que


reguló las condiciones en las cuales so incorporó el Colegio mayor
de Santa Cruz a la Universidad vallisoletana (1).
La vida en aquellos Colegios poca relación guarda con las
residencias que conocemos en la actualidad. Los que en ello.s
empezaron a vivir fueron hombres pobres, suficientes para el estu-
dio y examinados de moribus et vita et honestitate (2). Las Consti-
tuciones de los fundadores nos muestran que eran más compren-
sivas, porque hasta dirigían pena de expulsión las conciencias
de los escolares, únicos que tenían derecho a llevar el manto de}
Colegio y a usar de las cosas del mismo. Los extraños no podían
disfrutar casi ni de las Bibliotecas y menos comer o dormir en
ellos; a toque de campana se anunciaba la hora de abrirlos y
cerrarlos, y en Alcalá las Constituciones dispusieron que si al
hacer la requisa se encontraba dentro a alguna persona extra fía
se le descolgase con cuerdas por las ventanas (3).
No eran menos severas las restricciones en el trato con mu-
jeres. No llegó al Cardenal a los extremos del fundador del
Colegio de Sigü.enza, que recogiendo una idea palpitante en la
literatura hasta bien entrado el siglo XVII, la de que el trato con

(1) Además de las copias manuscritas que se conservan en el Archivo del


Colegio, citadas en el Catálogo, se insertaron también en la edición de las Cons-
títuciones y estatutos de la Universidad de Valladolid, impresas en 1651, páginas
59-73. El Cardenal debió dudar algún tiempo si fundar el Colegio en Salamanca,
y tal vez le hiciera abandonar el propósito, la dífícultad de alcanzar las prerro-
gativas que para los colegiales logró del Claustro de Valladolid.
(2) Es interesante por el espíritu que revela, este fragmento de las Constitu-
ciones de Sigüenza: Obsecramus atque hortamur in Domino omnes colleglales
et inhabitantes collegium, quatenus fundarnentum, vitae et conuersationls eorwn
sil in timare Dei, quodque sint constantes et vigilantes in continuo studlo, et
attenti in auditione lectionum, repetitionium, sermonum, aliorumque actuum
scholasticorum, semper anhelantes et procurantes sua nota adimpleri, hoc est•
ut scientiam et virtutes inueniant, quas quaeslturi uenerunt. Porro in sua con-
versatione pacifici, in suis habitibus honestl, in suis alimoniis, id est, cibo et
polu temperatl, quieti, concordes, humiles et unanimes ínter se existant, sacri
evangelii doctrinam sequentes qua dicitur..... Const. 17.
(3¡ El Cardenal Mendoza castiga a Jos que quisiesen entrar o salir por venta-
nas o muros; en Alcalá se dispone en Ja Constitución 18: Sed si casu accidat,
quod aliquis extraneus in Domo permanserit post clausuram forium, nequa-
quam liceat el pernoctare in Colleglo nec aperiatur janua, ut exeat, sed per
fenestras cam corda mittatur deorsum.
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46 DE CASTILLA EN TIEMPOS DEL CARDENAL MENDOZA

mujeres era peligroso para la salvación de las almas, se lo pro-


hibe a los colegiales, salvo en caso de enfermedad, en ol cual,
con licencia del Rector, podrían visitarlos en el Colegio la madre,
la hermana o alguna mujer vieja que no fuera sospechosa (1 ).
El Cardenal, desenvolviendo un principio, ya sentado en las
Constituciones de la Universidad de Salamanca (2), se limita sólo
a. ordenar que si alguno tuviese concubina sea privado de la
beca (3), y a prohibir que mujer alguna, de cualquier condición
que fuese, entrara en las cámaras de los colegiales sin permiso
de Rector.
Aunque la comida en los colegios debía ser frugal, no por eso
los extremos que a ella atafien dejan de tener importancia en el
texto de las Constituciones. Mendoza manda en las suyas que
haya en el Colegio nneve familiares, de los cuales sea uno
despensero, y otro cocinero, pero si no se encontrase escolar
que fuera cocinero, se tome uno laico, o se compre un siervo
para el servicio de la cocina (4). La ración es igual en todos: libra
y media de carne de vaca o carnero; su equivalente en pescado y
huevos en los días de vigilia. Además, el Colegio daría pan a
discreción a los colegiales y vino tasado, media azumbre diaria
por comensal: las Constituciones del de Sigüenza, que luego
servirán de pauta al Cardenal Cisneros para el de Alcalá, dulci-
fican la dureza del precepto con máximas morales; después de
recordar a los colegiales, por ejemplo, ipsa veritate monenlr:
custodite corda vestra, ne cibo et potu decipiantur, mandan, entre
otras cosas, que como la carne de cerdo no es conveniente para

(1) Quia mulier fu 't causa peccati, et arma diaboli, et expulsio paradisl et
vas paratissimum, quo inimicus generis humani saepe decipit incautos; qua
propter maxima cura et diligentia deben/ quaeri remedia ad eultandum
conversationem et famillaritatem. Const. 39.
(2) Véase la Const. 21. De armis nos portandis et de con(;Ubinis exterminandis.
(3) Item statuimu~ et ordinamus quod si quíspiam degentium in dicto
Collegio repertus sit aliquam concubínam in oppido Vallisoletano, uel extra,
pubüce vel occulte, habere, si per indicia et juramenlum trium uel plurium
testium in crimine deprehensus fuerit, aut cum aliqua í1z dicto oppído rem
habere compertum sit, a Collegio priuatus exístat. Const. 70.
(4) Permitlimus tamen quod si coquus scholari.'I non reperíatur, laicas in
coquum assumatur inira uel extra Collegium (prout omnibus collegialíbu!f
visum fuerit) dormilurus, aut servus offício co/inae et a/lis Collegio necesarils
ematur.
Biblioteca Virtual Conat. 67.
de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
AMALIO HUARTE.- LOS COLEGIOS UNIVERSITARIOS 47

los estudiantes, sólo compren cuatro puercos cada año. Las del
Colegio Cisneros autorizan al despensero a gastar diariamente
hasta real y medio por cada treintn comensales en frutas y horta-
lizas, y otro real y medio más en los días de vigilia, para aceite,
vinagre, miel, manteca de vaca, especies y otros condimentos,
porque en esos días se gasta más en aderezar la comida (1).
El rcf ectorio es el Jugar señalado por las Constituciones para
la comida do los colegiales, pero en las de Santa Cruz (2) se les
permite hacer la comida y la cena on la cocina desde San Lucas
hasta Pascua de Resurrección. De la disposición de la mesa, el
único que trae detalles es el de Alcalá (3): la mesa del refectorio
tendría manteles y servilletas limpias todas las semanas; a cada
colegial se le pondría un vaso de metal para el vino, y una orza
para el agua, a fin de que la bebida se les sirviese en forma
decente, por el familiar que, con la cabeza descubierta, atendiera
a la mesa de los colegiales (4). Lo mismo que en el de Santa
Cruz, cada colegial dispondría de un cuchillo o navaja para partir
el pan o la carne. De otra vajilla no nos hablan las Constituciones
de los diversos Colegios, prueba de que tales refinamientos no
eran necesarios en instituciones en que la templanza se exaltaba
como la virtud moral más excelsa, y debían ejercitarla los cole-
giales para refrenar los vicios, elevar los espíritus y gozar de
las demás cardinales.
El Cardenal, y lo mismo Cisneros, sei'íala unos cuantos días
en los cuales podría comerse de extraordinario lo que fuese
arbitrio del Rector.
Las horas de la comida y de la cena están marcadas con pro-

(1) In diebus vero quibus esus carnium prohibetar..... ut plarimum fieri


solent majares expensae, pro ~ondimentis ciborum .volumus quod ultra argen-
tum cum dimidio, quod in diebus carnium dabitur pro oleribus et fructibus ...••
addere possit pro oleo, aceto, melle, butiro, legumínibus, oleribus, fructibus,
speciminib11s ac aliis quib11scunque condimentis et sculentls, respecta singu·
lorum trigü1ta praedictorum, aliud argentum cum dimidio. Ita quod ultra
pruedicfa tria regalia nihil amplius quoquomodo expendi possit. Constit. 16
de Alcalá.
(2) Permittimus lamen quod tempore hiemis a festi Sancti Lucae usque ad
Pascham prandium et cae11am in coli12a u11a {acere possint si velint. Const. 33.
(3) Slatuimus ..... quod per singulas hebdomadas ponantur in men:Ja refec-
torii maniilia mundu, et mapae siue panniculi mandí. Const. 15.
Biblioteca Virtual de Familiares
(4)Castilla-La tnsuper
Mancha. Boletíncapite detecto
de la Real serviant
Academia mensae.
de Bellas Const. 15.
Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
48 DE CASTILLA EN TIEMPOS DEL CARDENAL MENDOZA
----------- ------- ======-=:-====
lijidad excesiva en las Constituciones todas; pero de lo que no se
habla es de nada que semejase a nuestro desayuno (1).
Nosotros, que en nuestro afán de buscar comodidades no nos
cansamos de pedirlas para nosotros, o para nuestros hijos, que
damos poco menos que aterrados cuando consideramos el frío
que en aquellos monumentales Colegios debieron pasar los que
los habitaron, pero no nos sorprende menos ver que en las
Constituciones cuando se habla de la calefacción es para restrin-
girla. Ya hemos dicho que el Cardenal autoriza a sus colegiales
coman en la cocina. El fundador del de Siguenza! considerando
que el suyo está situado en lugar muy frío, autoriza para que
desde Todos los Santos hasta Pascua de Resurrección antes de la
comida enciendan en una chimenea leñas ligeras, como enebro u
otras similares, pero con tal que en tales lumbres no se gaste
más de una carga (2).
También los colegiales de Alcalá pueden encender una chime-
nea para calentarse antes de la comida, pero hay la indicación
expresa de que la chimenea esté en lugar <lecente fuera del
refectorio.
Las prácticas religiosas eran obligadas: los colegiados oirían
misa todos los días: bendecirían la mesa en cada comida; durante
ellas harían lecturas piadosas: la Biblia, los Santos Padres y otras
similares, al arbitrio del Rector¡ comulgarían dos veces al año, y
los que hubiesen recibido órdenes sagradas rezarían con todo
cuidado las horas canónicas. Hay en las Constituciones del Car-
denal una aclaración muy interesante: Como nuestra intención,
les dice, es reformar las costumbres de los escolares hacia lo
mejor, pero no cargar con exceso sus conciencias, a fin de quitar
el nudo del remordimiento a los espíritus escrupulosos, queremos
y declaramos que estas Constituciones obliguen bajo el tanto dP.
pena temporal, pero no son pecado sino cuando las transgresiones
de las mismas no puedan ser más que pecado; cuando alguno, lo

(1) El Cardenal en la Constitución 33 las sen.ala entre las nueve y las once
para la comida; las cinco y las nueve para la cena, según la estación.
(2) Permlttimus quod... . accedatur ignis in camino aliquo de iignís feuibus
el aridis, puta de junipero, aut alio slmili, qua caleant f collegiales' anteqaam
11edeant ad mensam. ldem fiet hora caenae dlebus quibus nece.<Jsarium fueril
arbitrium Rectori dumtamen llgna lpsa qmzlibet die non sfnt majorls quanti-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
tatls quam minus}umentum possit oortare. Const. 47.
AMALJO HUARTE.--Lb!5 COLEGIOS UNIVERSITARIOS 49

que Dios no quiera, las desprecie de manera manifiesta, y cuando


se falte a aquellas en las cuales expresamente se contienen que
obligan in foro conscientiue (1).
Para complemento de las enseñanzas adquiridas en la Univer-
sidad habría cátedra donde se leería de 1as Facultades de que
hubiese colegiales, y era obligatoria la asistencia a ellas. Con
frecuencia se hacían actos de conclusiones. Para que los colegia-
les contasen con elementos de estudio, los fundadores dotaron
a los Colegios de Bi blío~ecas: en ellas los libros, siguiendo norma
corriente de la época, estaban encadenados, y como, a pesar de
las cadenas, debían desaparecer, manda el Cardenal que no los
puedan sacar de la Biblioteca y que la llave de la barra donde
se sujetaban las cadenas se metiera en el Arca del Colegio,
que tenía cuatro llaves: una el Rector y las otras tres los con-
siliarios.
Detalles de la más variada índole llenan las páginas de estas
Constituciones: por ellas sabemos que los colegiales y familiares
entre sí por los ámbitos del Colegio están obligados a hablar en
latín, so la pena que el Rector impusiese al infractor; qué debían
hacer los colegiales si la peste se declaraba en la ciudad; qué
previsiones debían hacerse para que no faltasen vituallas y se
comprasen al precio más módico posible, sin hablar do las nor-
mas para la elección de colegiales, o la de Rector y consiliarios,
y otras más, que sería prolijo enumerar: en las de Sigüenza
encontramos establecido hasta una especie de pósito, pues da
facultad el fundador para que de las trescientas fanegas de trigo
que en todo tiempo había de haber en las paneras del Colegio
pudiesen prestarse cada afio a personas Indigentes hasta ciento
cincuenta, siempre que prestasen caución y se obligasen a devol-
verlas en el mes de septiembre del mismo afio (2).
Pero con todo resultaría enojoso hacer enumeración de tanta
particularidad, máxime cuando tales libros, aunque puedan con-
siderarse raros, se encuentran en nuestras bibliotecas con relativa
abundancia. Además, lo dicho es suficiente para tener un esbozo
de los primeros años de la vida de aquellos Colegios, que com-
pletaron el cuadro de nuestra vida universitaria, y los móviles

(l) Const. 88.


(2) Const. 31.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
50 DE CASTILLA EN TIEMPOS DEL CARDENAL MENDOZA

que en los días del Cardenal Mendoza estimulaban a los poderosos


a dejar recuerdo perdurable de su amor a las ciencias, y a los
estudiantes de las universidades a vestir el manto de colegial;
es labor personal de cada uno de nosotros, si nos interesa, com-
parar aquellas funda~iones con las que en nuestros días van a
llevar idéntico nombre; al hacerlo, queráislo o no, vendrá a
vuestra memoria el Colegio de Santa Cruz de Valladolid, y con
él la figura excelsa de su fundador el Cardenal Arzobispo de
Toledo, D. Pedro Gom,ález de Mendoza.

Amalto lfuartt uEt~tutqur,


CJorrt1p11ull1tntr.

,. 11 n ,,.

Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
FELIPE RUBIO PIQUERAS 51

fpintnpnlngtu üJnlthaun.

Nnt!l.B tpigráfüa.a para su tslubht.

Con ocasión del pasado Centenario de la Catedral Primada' es- .


perábase que habría de publicarse algún importante trabajo histó-
rico de conjunto referente a los Arzobispos, Cardenales y Prela-
dos que rigieron la Sedo Toledana, y que el tal trabajo sería una
investigación docta, profunda, tal que satisficiera los deseos de
saber cómo fué la historia verdad, la vida y hechos de cuantos se
sentaron en la Cátedra de San Eugenio, según al presente anhelan
los hombres de letras, nacionales y extranjeros; lamentando de
paso no poseer lo que la mayor parte de las diócesis de Francia
y Alemania y alguna que otra de España (v. gr., la de Cuenca, en
el Episcopologio del Sr. Muñoz y Solivia) tienen ya, y bien docu-
mentado por cierto: una especie de Regesta de cada uno de los
Prelados que han pasado por sus respectivas sedes.
Mas no fué así: tal cual trabajo fragmAntario, y nada más. Es
verdad que no faltaron monografías muy notables, como la del
Sr. Yaben, doctísimo sacerdote de la Catedral de Sigüenza, y Ja
justamente alabada por la crítica del P. Gorosterratzu, Redento-
rista, referente a Ximénez de Rada, el gran Arzobispo que puso
la primera piedra del famoso templo toledano.
Es de notar, asimismo, que en Toledo abrióse Certamen para
premiar estudios particulares sobre temas referentes a la Catedral
y a sus Arzobispos, Archivo de Música, Canto Mozárabe, etc., etc.,
lo cual fué muy digno de loa. Mas resultó muy deficiente en
cuanto al número de temas premiados, ya que quedaron más en
número (precisamente los que exigían trabajo de investigación}
por concursar, efecto de la carencia de fuentes.
No nos pareció oportuno por aquel entonces dar a la publici-
dad lo que durante meses y meses había sido objeto de nuestra
predilección investigadora. Mas hoy publicamos nuestras notas
epigráficas referentes a los Prelados toledanos, para ayudar con
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
52 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

tal aportación a los que en lo futuro pretendan rehacer, elaborar


de nuevo, cuanto se ha hecho en el Episcopologio do la Primada
de las Españas.
Vaya, pues, por delante la nota subjetiva de que ni gloria ni
provecho buscamos al trazar estas líneas: únicamente ~ervir a la
ilustración del amsdo Clero español, de que formamos parte, y
dar fe ante los otros, los del otro bando, de que aún trabsjamo,:,
como en los mejores tiempos de la Iglesia, por el acrecentamiento
del saber humano cuantos vestimos la honrosísima sotana de
clérigos in sacris.
*
**
.En lo que se llama, dentro del Templo Primado, Portada de
la Sacristía, hállanse todas las inscripciones referentes a los Pre-
lados toledanos. Sixto Ramón Parro dice de ellas que, «si las
hubiésemos de copiar y dar traducidas, sería menester un libro
sólo para ellas•; y luego describe la portada en esta forma: «Con-
siste en una puerta bastante grande, con jambas y dintel de mol-
duras, cuya materia es mármol negro, muy bien trabajado, así
como la especie de cornisa que corre por encima de ella y está
coronada por un frontón que se rompe en su centro para recibir
un tablero de mármol blanco, en que está '3sculpida la inscripción
siguiente:
., E,'l Ilustrísimo Señor D. Bernardo de Sltndoval y Rojas, Cu r-
denal Arzobispo de Toledo, mandó renovar estos letreros y lodos
los de esta Santa Iglesia, que por su antigüedad no se podían leer.
Año de 1612.
»Un escudo de armas del citado Cardenal, perfectamente es-
culpido en alabastro, remata este tablero, y por en;ima de (·l !'e
forma otra especie de ático o frontispicio de los mismos mármo-
les, que contiene otra lápida blanca con esta inscripción:
>El Reino de Granada fué conquistado por armas muy pode-
rosas por los muy esclarecidos D. Fernando y Dofin Ysabel, Rey
y Reina Serenísimos, siendo Arzobispo, Primado de las Espnüas,
el Señor D. Pedro Uonzález de Mendoza, Cardenal de Espaiia, en
el año de Nuestro Salvador Jesucristo de mil cuatrocientos noventa
y dos, a dos días de Enero.
•Corona todo este adorno del centro de la portada un medio
relieve que representa la Asunción de Nuestra Seflora, sostenida
por ángeles, cuya escultura toca ya a la clave del arco y fuó eje-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
FELIPE RUBIO PIQUERAS 53

entada, así como Jos dos escudos que en ambos lados se ven en
la parte más alta representando la entrega de la casulla a San
Ildefonso, por el escultor .Juan Fernández; el ensamblador Juan
Rodríguez labró l::is puertas de nogal que cierran esta entrada.
~El ornato de los costados de la indicada puerta central y de
las dos lápidas que dejamos descritas, consiste en una gran por-
ción de inscripciones latinas que, como se ha dicho más arriba,
contienen el catálogo de los Arzobispos, desde San Eugenio hasta
el día (el Sr. Bonel y Orbe, en la época del escritor); pero con la
circunstancia de que hasta el Cardenal González de Mendoza
inclusive sólo se refieren sus nombres y van escritos varios en
cada lápida, y desde el Cardenal Jirnénez de Cisneros en adelante
tiene cada uno su lápida especial, añadiéndole alguno de sus
títulos más eminentes, la fecha de su fallecimiento y su escudo de
armas al pie. Estas lápidas están dispuestas en líneas horizontales,
interrumpidas por el adorno central y por la puerta, de manera
que debe pasarse de un lado a otro en cada faja, sin descender a
la inferior antes de haber concluído la superior en ambos costa-
dos; son todas de mármol blanco, pero las dividen entre sí unas
líneas estrechas de lo negro.:t
Tal escribe el puntual historiador toledano de a mediados del
siglo XIX. No diremos nosotros que se necesite un libro para
copia y traducción de las lápidas episcopales; pero sí afirmamos
que, por lo menos, unas cuantas páginas de revista o folleto sí
que se precisan desd,e luego para que los eruditos e investigado-
res se den cuenta de la importancia que tienen, dentro de un
Corpus Inscriplionum Toletanarum, las tales lápidas, como base
de un estudio sobre los Prelados de la Iglesia de Toledo. No
formado todavía ese Corpus, no cabe hablar tampoco de un
Corpus Inscriptionum referente a los Arzobispos Primados. En
este sentido es en el que intentamos un acoplamiento de materia-
les epigráficos, a base de las citadas lápidas de la portada de la
Sacristía y de las que cubren tal cual sepulcro en que yac~n los
restos mortales de algún Prelado toledano, en la Catedral o en
otras iglesias.
Cuanto trabajo y esfuerzo nos haya costado ese acopla~iento
do materiales, sólo puede comprenderlo quien esté medianamente
versado en estudio de epigrafía. Durante mucho tiempo hemos
vagado de acá para allá, tomando datos, compulsando fechas,
transcribiendo inscripciones, y ahí está el fruto de nuestra labor.
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54 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

No es completo, ni mucho menos, lo que ofrecemos al mundo


docto o simplemente aficionado a los estudios históricos, cimen-
tados en lo que nos dice la epigrafía referente a los personajes
cuya vida y fisonomía trata de inmortalizar; bien persuac1idos
estamos de ello. Asi y todo, el mérito de ser esto nuestro, poco
ciertamente, obra de primera mano y de haberse espigado in
campo aperto, por donde tantos y tantos pasaron sin que ninguno
se tomara la molestia de recoger esas espigas, ya dice algo en pro
de atenuar nuestra falta de aportación completa y adecuada de
materiales para un estudio según hoy lo exige la Crítica histórica.
Con esta noble aclaración previa, ya pueden los doctos, en lo
por venir, aprovecharse de estos apuntes para una labor más
acabada y de depuración, y desde luego ponerles cuantos reparos
y peros crean pertinentes, que lo uno no empece a lo otro. Digan
enhorabuena cuanto mal quieran de nuestro trabajo, pero apro-
véchense de él para mejorarlo y ampliarlo, y con ello habrá
ganado no poco la cultura patria.
La letra en que están escritas las lápidas, mientras no se diga
otra cosa, es capital mayúscula, romana; el material en donde
aparece grabada la escritura, mármol o bronce; los signos de
puntuación, ortografía, separación o división de palabras y demás
características, las que corresponden a su época (por nosotros
respetados enteramente). Hasta Ja lápida del gran Cardenal Men-
doza no hay sino una enumei·ación de nombres; luego ya se echa
de ver más expresivismo y pasión en el pensamiento y en el for-
mulismo. Las fechas de la muerte de cada Arzobispo las hemos
tomado de la Sala Capitular, tal cual aparecen al pie del retrato
fantasía pintado por Borgoña (Felipe de Vigarny); en las lápidas
de la portada susodicha aparecen desde Mendoza (este Cardenal
finó en:el mes de Enero de 1495). En cuanto a la traducción, da-
mos la más literal posible, teniendo en cuenta que el latín en que
están redactadas es sencillo, sin grandes complicaciones de lexi-
cología y sintaxis. Como hoy la cultura clásica es más elevada,
preferimos dejar al curioso lector el placer de paladear por sí
mismo el dulce néctar del Lacio en una versión libre al interpre-
tar los hechos consignados en el mármol o en el bronce.
Y nada más, caro lector; ahora enfráscate tú en la lectura de
tanto y tanto esclarecido varón como se sentó en la Sede Prima-
da, y al terminar, pon por único comentario piadoso de hombre
creyente, y tal vez, de Sacerdote del Señor, el famoso Vanitas
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
l"ELIPE RUBIO PIQUERAS 55

vanitatum del Sabio; el Hic jacet cinis, pulvis et nihil del Carde-
nal Portocarrero; el Credo anirnam esse immortalem, gritos de la
conciencia universal ante el gran misterio de la Vida y de la
Muerte.

EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

S. Eugenius. Martir. (ab. anno 68 ad 103).


Melantius (obiit anno 313).
Pelagius (obiit anno 325).
Patrunus.
Turibius.
Quintus.
Vincentius.
Paulatus.
Natalis.
Audentius.
Asturius (obiit anno 405).
Iricius.
Martinus.
Castinus.
Oampeius.
Sintitius.
Praumatus.
Petrus.
· Celsus.
Montanus (obiit anno 527).
Iulianus.
Bacau da.
Petrus.
Euphimius (obiit anno 589).
Exuperius.
Adelphius (obiit anno 597),
Oonatius.
Aurasius (obiit anno 603).
S. Helladius (anno 615; obiit 18 Feb.).
Iustus (obiit anno 633).
Eugenius secundus (obiit anno 636).
S. Eugenius tertius (ab annv 647; obiit 13 Nov. anuo 658).
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EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

S. Ildephonsus (ab anno 659; obiit 23 Jan. anno 667).


Quiricus (obiit anno 668).
Iulianus (anno 685; obiit 6 Mart. anno 690).
Siribertus (obiit anno 691).
Felix (obíit anno 693).
Guntericus (obiit anno 700).
Sinderedus (obiit anno 712).
-Hispania a Sarracenis occupatur. (Anno 714).
Urbanus (ab anno 719; obiit anno 737).
Sunieredus (obiit anno 740).
Concordius (obiit anno 760).
Cixila (obiit anno 775).
Elipandus (obiit anno 784).
Gumersindus (obiit anno 820).
Wistremirus (obiit anno 850).
S. Eulogius. Electus. Martir (obiit anno 859).
Bonitius.
Ioannes (obiit ano 956).
Paschalis (obiit anno 1067).
-Toletum ab Alfonso 6 victis Sarracenis recipitur. Anno 1085;
die 25 Maii.
Bernardas (Electus anno 1086, ob. 3 April. an. 1124).
Haymundus (obiit 9 Aug. Anno 1150).
Ioannes (obiit 29 Septem. Anno 1166).
Cerebrunus (obiit 12 Maii. Anno 1180).
Petrus de Cardona (obiit 26 Junii 1187).
Gundisalvus Perez (obiit 30 Aug. An. 1191).
Martinus Lopez de Pisuorga (obiit 28 Aug. Anno 1208).
Hodericus Ximenez (obiit lO Jun. Anno 1247).
loan. de Medina (ob. 23 Jul. an. 1248).
Guterrius (obiit 9 Aug. an. 1250).
Sancius Castellm Infans (obiit 27 Oct. an 1261).
Dominicus Paschalis (obiit 2 Iun. an. 1262).
Sancius Aragonim Infans (ob. 21 Oct. 1275).
Fernandus de Oovarrubias (Depositus anno 1280).
Gundisalvus Garcia Gndiel. Cardenalis (ob. 2 Maj. 1299).
Girndisalvus Diaz Palomeqne (obiit 7 Nov. auno 1310).
Guterrius Gomez de Toledo (ob. 5 Sep. an. 1319).
loan. Aragonim Infans (Permutavit an. 1327. ob. 18 Aug. 1334).
Eximenus de Luná (ob. 16 Nov. an. 1338).
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FELIPE RtJBIO PIQUERAS 57

JEgidius Carrillo de Albornoz, Oardinalis post vitam (1350. ob.


23 Aug. 1367).
Gundisalvus de Aguilar (obiit 25 Feb. ann. 1353).
Blasius sive Vascus Fernandez de Toledo.-Exul. anno 1360
(obiit 7 Mart. 1362).
Gomecius Manrique (obiit 19 Decemb. an. 1375).
Petrus Tenorio (quartus) obiit 18 Maii. an. 1390).
Petrus de Luna (quintus) (ob. 18 Sep. anno 1414).
Sancius de Rojas (ob. 24 Oct. an. 1422).
Ioannes Martinez de Oontreras (obiit 16 Sep. an. 1434).
Ioannes (sextus) de Cerezuela (obiit 3 Feb. an. 1442).
Guterrius Alvarez de Toledo (obiit Decemb. an. 1445).
Alfonsins Carrillo (obiit 1. Iul. an. 1482).
-Petrus de MendozEB (Quintus) 1 Cardinalis 1 Hispaniro 1 Pa-
triarcha 1 Alexandrin 1 (ob. II Ian. 1495).
-Franciscus Ximenez 1 Cardinali. Hispaniro 1 et Gubernator 1
Africooque debelator 1 obiit VIII. Novemb. l M. M.XVII.
-- Guilelmus de 1 Croy. Cardinal. 1 Nation. Flandrus. 1 obiit
Germanim. non 1 visa. Hispania. XI 1 Ianu. M.D.XXI.
-Alfonsus de 1 Fonseca tertius 1 Vir pius et ele 1 mens 1 obiit
IIII 1 Feb. an. MDXXXIIII.
-lo. Tavera V 1 Cardin. Vir 1 Prudentia 1 et temperan! tia
eximius. 1 obiit 1 Kl Aug. 1 An. M.DXLV.
-loan. Síliceus VI 1 Cardin. Philipp. II ¡ Regis Magíster 1 Pa-
ter pauperum 1 et in Ecclesia toletana Sanctorum legum 1 instau-
rat. I Obiit XXXI 1 Maii MDLVII.
-Bartholomeus 1 Carrarn;a Miran 1 da Ordinis I Prro 1 dicator.
Arch 1 Tol. Obiit A. D. 1 M.D.LXXVI. Postr. 1 Cal. Maii.
-Gasp. Quiroga. E. 1 Card. Inq. Gñis. 1 Virtutis. Fidei. 1 Reli-
gionis. ergo 1 Summa omnía con 1 secutus. obiit 1 XII kal. J)ezemb.
M.D.XCIIIl 1
-Albertus + Card. + Arch. +
Austrire 1 Maximil Filius. +
Ferd. et Caro!. V Re 1 pu + Red. + Bom. Imp. +
Frater .LElect 1
Tol. + Belgar. Rebellium + Galler 1 Hostium virib. + Profl.igat 1
Isabella Inf. Oast. Duct. Uxore 1 et Beljii Dominatum adep. 1 Re-
nuntiavit Archiep. IX 1 Men. Iul. M.D.XC.VIII. (Escudo de armas.)
-Gar<;ias Loaisa Gironi 1 Philippi III Hispaniar R. 1 Magíster
Modestirn 1 Exemplar. Discipli 1 nre Ecclesiasticm 1 Virtutumque
om 1 nium. Maximus cultor. Obiit die 1 XXII Februarii I Anuo
MDLXXXXVIIII.
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58 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

-Bernardus Sandoval 1 Rojas Cardinalis Inquisitor Generalis


Deum et parentes 1 pius in pauperes 1 munificus ingenua l in
onnes humani ¡ tate candidus 1 Obiit die X Decem 1 bris. Ann
1618.
-Ferdinandns Philippi II. III. IV. Nep. Fil. Frater 1 S. R. C.
Card. toletanoo 1 administrator por J petuus. Belgarum bello 1 pa-
ceque pro fratre 1 moderator, Virtutibus 1 senex mtate juvenis 1
obiit X Nobem. 1641.
-Gaspar de Borja, et Be 1 lasco S. R. E. Presb. Card. 1 Epis-
copus albanensis, 1 Hispanice in Urbe pro 1 tector. Neapol. pro 1
Rex. Tolet. tandem 1 Archipraesul. Pietate 1 et rotate plenus 1 obiit
XXVIII 1 Decemb. MDCXLV.
-Balthasar Mosco 1 so et Sandoval 1 S. R. E. T. C. Tolet Prae ¡
sul Reg. a Cons. status. ! Pius. humilis et cons 1 tans et in pro-
pug 1 nanda justitia 1 ef Ecolesiare inmu 1 nitate fortis. Obiit in
senec 1 tute bona XVIII Septem. 1 Anno MDCLXV.
-Paschalis de Aragon S. R. E. P. O. 1 Hispan. in Urbe 1 pro-
tet. Et ora j tor. Neap. Pro Rex Inquisitit. Gen 1 Archisp. Tol. a
Consil. Stat ac 1 Univers. Gubern. Regnor. Pro minorenni Carolo
II. Sex vir ! Aragonire Senatus Praeses 1 Templorum culturoo ef
in 1 munitatis assertor. Pius 1 Vigilans. Pacifer. Humilis l feliciter
munera. Obiit inmature die IV. K a 1 Octob. an. M.DCLXXVII l
rotat. LIT.
-Ludovicus Emmanuel Portocarrero 1 S. R. E. Episc. Card.
Prenest. Archiep. 1 Tolet. Hispaniar Primas ac. Protecº. 1 Caste-
llm Mag. Cancells, Sentus Regii 1 Consiliarius. S. Ord. S. Spirits.
eques 1 Balteatus Regni Siciliro pro Rex. 1 apud S. Sedero bis
orator Hispani 1 Imperii non semel unicus Gubernator 1 vere pa-
ter pauperum. Pius. Benignus ¡ Modestus. Infantes expositos in ¡
Hospitali. S. Crucis Tolet. hroredes 1 instituit. Proh, dolor! Gemma
Sacerdotum in annulo reternitatis 1 coagmentata diem clausit 1 ex-
tremum, XIII Septemb. ann. Dom. MDCOIX. Aetat. sure LXXVI. 1
Pontiflcatus vero XXXII.
-Franciscus Valero et Losa 1 in Sacra Theología inter pri-
mas 1 Sapientes Compluti jure optimo 1 annumeratus; pro Civi-
tate Pacensi 1 consecratus Episcopus inde ad 1 Toletanam Prima-
riam Sedem J promotus: moribus suavis: conversatione dulcis:
censu 1 pauper: misericordia dives l celo mirabilis: humilitate -
eximius: cupiens disolví: et esse curo Christo, reternam ! líber!
tatem adeptus est 1 : die XXIII april. MDCCXX: ¡ annum agens LV.
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FELIPE RUBIO PIQUERAS 59

-Didacns de A.storga S. R. E. Presb. 1 ter Card. prius Barci-


non. dein Tolet. 1 Praesul. Hisp. Primas. Primus excellentioo 1
titulo. in sucesores perpetuo pro 1 trahendo Insignitus Gener.
Inquisit. 1 Mag. Castel!. Cancel. et Ludovico 1 a consil. 1 Secretio·
ribus quem ardens zelus, cum 1 pio in pauperes, et dulci genio in
omnes 1 conjunctus, omnibus charum mar 1 moribusque sacra~
synaxi ab ipso. 1 erectis peremniorem facient. 1 Plenus dierum,
ultimum obiit 1 die IX. Febr. 9. D.M.D.CCXXXIV.
-Ludovico Philippi V filius 1 Ferdinandi VI frater 1 Hispa·
nia Infans. Sanctro 1 Romanm Ecclesioo Cardinalis. Toletana:i admi-
nis 1 trator. Pietate insig 1 nis. Omnibus ama 1 bilis. Renuncia 1 vit
A1·chie pis 1 copatum XVIII. Mensis Decem 1 bris M.DCCLIV.
-Dominus Ludovicus antistes Fernandez de 1 Cordoba. Co-
mas de Teva. Hu 1 jus almro Ecclesiro Primatus canonicus 1 Deca-
nus et Archiepiscopus S:rnctro Homanm 1Ecclesim Presbiter Oar-
dinalis egregiis vir 1 tutibus claruit. Ecclesim zelo elu 1 xit. Maxime
vero enituit 1 misericordia in pau 1 peres magno totius 1 reipu-
blicm detri l mento moritur die 1 XXVI Martii ann. 1 MDCOLXXI 1
ootatis LXXVI.
-Franciscus Antonius S. R. E. Tít SS. XII Apostolorum
Presb 1 Cardinalis Lorenzana, Patria Legíonensis 1 Doctoralem in
ecclesia seguntina in hacque primate 1 Canonicum et abbatem
S. Vincentii Dioocesisque 1 Vicarium Generalero egit diligentis-
sime 1 Episcopus Placentinus Archiepiscopus Mexicanus 1 Caroli
TII magna cruce eques insignitus 1 amore in pauperes in literas 1
in artes ingenuas Conspicuus 1 Romam a Rege Oattolico missus
ut Pium VI P. M. ¡ in calamitatibus solaretur Posquam ) optimi
Proosulis partes explevit 1 plenus meritis annisque gravatus 1 pas-
torale onus sponte dimisit 1 die XXII Decembris MDCCC anno 1
ootatis Suoo LXXVIII.
--Ludovicus Borbon 1 Philip. V. ex Fil. Ludovico 1 Reg. In-
fans. Nepos 1 S. R. E. Presbit. Cardin 1 Hispalens primum Tole-
tan demum. 1 Archiepiscopus. 1 Pius. mansuetus. Comis. benefi-
cus. 1 Sacrorum Rituum diligentissimus custos 1 et perifülsimus
assertor 1 obiit Matriti die XVIII 1 Martii an. MDOCCXXIII 1 Aeta-
tis Suoo XLVI.
-Petrus de Inguanzo et Rivero 1 S. R. E. Presb. Card. Ar-
chiep. Tolet 1 Nobilis astur, claruit in ovet. Ecclesia Doctor. 1 Ca-
nonici; in Zamor. autem Episcopi munere: unde 1 meritis longe
insignis ad hanc primaten 1 evectus est. Regi deinde a Supremis
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60 Ef>ISCOPOLOOIO TOLEDANO

Reipub. 1 Consiliis decanus magna Caroli III Cruco decoratus 1


oques, neapolit. itidem S. Januarii. Summi Pontif. 1 Greg. XVI
electioni Romro interfuit. Praestans vir 1 ingenio, sapientia, reli-
gione, amore vítoo 1 integrit. pauperum adjumento. Ecclesia:i 1 jura
et disciplin. Scriptis editis 1 egregie, repentina 1 mors rem impe-
divit. 1 Obiit die XXX Jan. An. MDCCCXXXVI.
-Ioannes Ioseph Bonel y Orbe : magnus, doctusque, piusque
pastor, fuit 1 honos laus, et gloria patrire sure, Pinos del Valle 1
literis deditus, easque discens, et docens, 1 singularis intelligen-
tiro et doctrinm famam est adeptus. 1 Omnis erat omnibus sibi
nullus. 1 Prudentia in rebus, et temporibus difficilimis insignis 1
ingenii sagacitate mirabilis, lenis semper, vindictm nescius, 1 omni-
bus allectus, corda trahebat amans. 1 Bonorum plausu 1 Pituys::e
Insulro Episcopus primum electus, ¡ dein Ecclesias Malacitanam
et Cordubensem / summa vigilantia, comitate, et beneficentia
rexit. 1 ad Metropolitanam Granatcnsem promotus, 1 postea Pa-
triarcha Indiarum nominatus, 1 Primatem Toletanam Ecclesiam
postremum 1 multa sapientia et alacrí zelo gubernavit. 1 Eques-
trium Ordinum Caroli III, et Catholic::e Elisabeü:c 1 magno stem-
nate ornatus, et primatus honore 1 in supremo Senatu decoratus \
clarissima et munificentissima regina Elisabet II 1 conscientim sibi
moderatorem adscivit. 1 Papro Romensis cultor eximius 1 Pius IX
Pontifex Maximus 1 in numero Presbyterornm Oardinalium adsci-
vit 1 sub fitulo Santm Maria:i de la Paz. 1 Pacis amantissimus be-
llum pro sacris Iuribus tuendis non refugit 1 impiosque novato-
res verbo et scriptis fortiter oppugnavit. 1 Ad superos de terra
sublatus die XI Febrnarii An. MDCOCL VIL 1 In aeternum cooli
requiescat in aula, pro nobis rogitans, nosque feramus. Amen.
-F. Oyrilus de Alameda et Brea 1 antistes egregius, Seraphi-
nro familim moderator insignis, in omnibus 1 illustrissimus vir
hacevitro su::e gesta posterum 1 memorim ac exemplo bonus, pius-
que commendavit. \In oppido 'forrejon de Velasco, propé Matri-
tum, honestis parentibus ortus; e sooculo ad arctiorem vocatus \
vitam, S. Francisci regulam Deo inspirante, peradolescens ample-
xatus est; ad honorificentiora ordinis muniasci ilicet (S) sublatus
vix annum vicesimum a professione, rotatis vero sure tricesimum
sextum expleverat cum in 1 Ministrum Generalem selegit Mino-
rum observantum clara so boles. Quo tempore supremam exercuit
praelaturam 1 amor et desiderium fuit subditorum; Capitulum
generale celébravit Compluti; ordo valuit, honestas praefuit, 1
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F'l'>L!PE RUBIO PIQUERAS 61

Ferdinandus VII eum a Consiliis habuit a ~enatorio munere in


Supremo Oastellce ccetu decora vi t. 1 Ej usdem O. Regis potiusquam
propim obtemperans voluntati S. .Tacobi, in Cubana Insula, ¡ ar-
chiepiscopalem Ecclesiam, rejecta prius Tarraconensi Sede, difft-
cillimis 1 temporibus, gerendam suscepit; in Metropolitan1:1m Bur-
gensem deinceps 1 traslatus, accitus denique ad hanc Primam
Hispaniarum Oathedram, 1 qnam veluti priores, paterna cura de-
pavit, solertique rexit ingenio 1 <lira vexante procella. A Gregorio
XVI singulari aestimatione honoratus 1 Summus deinde Pontifex
Pius P. P. IX, tanti Prmsulis non inmernor, 1 dignitaten cardina-
litiam evexit. Oui etiam Príncipes Hispanül:l, atque l Galliarum
Stemmata plura, ac inter magna Uaroli III et Legionis Honoris ¡
contulere. Alta mente prmditus erat vir, indole gratus, fandi ra-
tione l venustus, pietatis mnnere eximius, justitiae tenax, larga
manu miseris 1 et dignis digna rependens. Senio tandem confec-
tus, laborum, et meritorum plenus, obdormivit in Domino, ¡ Ma-
triti Kalendis Julii, anno MDOCOLXXII.
-Joan. Ignatius Moreno et Maisonave. 1 Titul. Sanct. Marim
de Pace Presb. Cardinalis: Toletan. antistes: Oaroli III ac 1 Elisa-
beth Oatholicm magna cruce Eques. Guatima1ro in America ex
illust. parent. ortus, Lauream ntriusque Juris Matriti est adeptus.
quo die altaria 1 primo conscendit; licet: XXXI: vix anuos natus,
vicarii Gener. Burgorum officio: 1 Archidiaconatus ejusdem Me-
trópolit. dignitate deinceps: postremo supremo supremi ma ¡ gis.
Rotm titulo fuit insignitus. Tune Oveten. Episcopus consecratus
ad Vallisolet. Oathedram ob pia gesta evectus illam purpura de-
coravit ac prmclaris meritis auxit. Sedit in Ooncil. Vaticano ac
J

pastoralibus litteris et expositionibus editis 1 <lira revolutionis


procella saeviente strenue Ecclesiam vindicavit. Bullarum 1 •quo
gravius» et «qum diversa• circa suppress. jurisdictionum in His-
pan. 1 exemptarum nec non et «ad ,apostolicam» de Dioecessi
Episco. Prioris Ordi 1 num Militar. Prudentissimus extitit execu-
tor. In hac Toletana Oathedra ultimo sedens Leonis Pap::e XIII
electioni Romae interfuit. Matriti templum S. Hieronimi i.n Toleti
Oollegium infantium choro inservientum instaura 1 vit ac variis
in locis sme pastoralis sollicitu 1 dinis ac pietatis monumenta reli-
quit. Romo 1 plane numerorum omnium optima índole gratus
ur 1 banissime comitate prmditus al beneficia pro 1 nus in judiciis
requus, in rebus gerendis solers 1 in deliberandis consultus fidei
vindex, pieta ¡ tis promovendre sollicitus, jurium Ecclesire 1 ad
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62 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

instans mortis usque defensor. Matriti obiit V. Kalend. Septcmh.


ann. Domini 1 MDCCCLXXXIV. aetatis snre LXVI.
-P. Zephirinus González, ex perillustri Praed. familia, candi-
da Sti. Dominici veste in collegio Occaniensi 1 redimitns, ejusdom
Collegio habenas omnium plausu 1 assumpsit Cristian:e philoso-
phiie primas, perinsig moribus 1 suis libris ac suo magisterio,
Universitate Manilensi totoque 1 terrarum orbe, instar lampadis
ardentis, explenduit 1 Sedes Cord. et Hisp. rexit; purpureum ga-
lerum Romro a Pontifice accepit, una cum titulo super .:\Iinervam,
die X Nov. 1 MDCCCLXXXIV, et XXV Mart. anni sequentis Ar-
chiepiscopus 1 Tolet. renuntiatus est. Huic sedi renuntians, His-
palensem 1 iterum rexit ac dimisit, jamque omnis curre immunis,
in f vita sancte traducen da, versandis 1 que libris, per f ere quin-
que annos 1 totus fui t. Matriti obiit in Con. l Dominicano <De la
Pasión> 1 III Kal. Dec. :MDCCCXIV, mag 1 no totius Hesperim de-
siderio: immo Urbis et Orbis, quod vero 1 fuit vas et tanta> glo-
rire 1 receptaculurn, ¡proh dolor! Occanim casum jacet sub 1 mu-
ni:ficentissimo tumulo, pie 1 tate enrisque executoris 1 testamen-
tarii, prrodilectique discipuli et amici 1 Exmi. D . .Alexandri Pidal
et Mon, erecto.
--Michael Paya et Rico ¡ tit. Sanct. Quirici et .Julita>, S. H. E.
Cardinalis Prebyster, Indiarum Occidentalium Patri 1 archa, Ar-
chiepiscopus Toletanus, Hispaníarum Primas, Regia? ~lajestatis
Capelanus 1 major, Vicarius General is exercitunm nationalium,
Bula~ Cruciatro Comisarius 1 apostolicus, torque conspicui ordinis
Caroli, magnisque Stemmatibus 1 Elisabeth Catholicm et )leriti
militaris insignitus, major Castellm Can 1 cellarius, regni Senator:
in oppido Benejama illustribus parentibns ortus. ¡ Valentía> Theo-
logia=i ac Philosophi<B lauream adeptus, divinas humanasque dis .
siplinas docuit. Posquam memorati oppidi parmciam salubriter
in Domino rexit, 1 Valentiam redux atque Canonicus Theologus
faetus, Sacram Scripturam 1 mirifice explicavit. Episcopus Con-
chensis creatus, ad recumenicum Concilium ¡ Vatieanum alacer
convalavit, inque octop;esima congregatione generali illius 1 Sa-
crosantro Synodi pro infallibilitate Pontificia orationem habuit,
inter celebriores celeberrimam cujus fama longa lateque diffusa
fuit. Ad Archiepiscopalem 1 Compostellanam sedem evectus. pur-
puraque Cardenalitia decoratus, elec ; tioni Leonis Papre XIII
Romre interfuit: nosocomium vulgo dictum de Conjo, pro mente
captorum sanitate procuranda semptibus haud mediocribus qui-
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FELIPE RUBIO PIQUERAS 63

dem fundavit, ac S. Iacobi Apostoli ejusquediscipulorum Atha-


nasii 1 et Theodori veneranda corpora invenit, qua:i a Sacra Ri-
tuum 1 Congregatione authentica solemniter declarata fue 1 runt.
Postremo Toletanai diceceseos gubernacula 1 tenens, novum Se-
minarium Central S. 11 1 dephonsi super fundamenta, jam diu a
Car 1 dinali Inguanzo fabricata, virili animo erexit. Ingenio clarus,
zelo succensus, charitate flagrans ad ardua promptus de sa l lutc
animarum sollicitus, in pastorali o 1 ffiicio obeundo inde 1 ffesus,
in Ecclesi<e 1 juribus tuendis et verbi et scriptis ace 1 rrimus.
Templa, monasteria episcopales ae 1 des parochiales domos repa-
ravit: obiit 1 Toleti in vigilia Nativitatis Domini Nostri Jesu l Chis-
ti anno MDCCCXCl aetatis sme octogesimo expleto.
-Antonius Cardinalis Monescillo et Viso l praeclarus Hispa-
nüe Primas, villa (Corral de Calatrava) oriundus et honestis pa-
rentibus 1 natus anno Domini MDOCCXI et a pueritia claro inge-
nio atque pietate praestans, in Collegio 1 Toletano Santre Catha-
rinre Philosophia educatus Theologia vero in Universitate ejus-
dem l Civitatis, academia Doctoris Laurea fuit insignitus anno
retatis suae XXIII publico et glo l rioso certamine in quo magna
sapientia atque eruditione prre creteris excelluit. 1 In Sacris cons-
titutus zelo et doctrina enituit. Vicarius ostipi (vere nullius) ca-
noni 1 cus granatensis et Prrefectus Scholce Eclesim Toletanm no-
minatus. Postea anno currente 1 MDOCCLXI ad Episcopatum fuit
arcessitus. Diceceses Oalagurritanam Giennensem et Valentinan l
miro ordine et sapientia rexit atq ue gubernavit: postremo Sanctre
Romanre Ecclesire Cardi 1 nalis tituli Sancti Augustini in Urbe a
Sanctissimo Papa Leone XIII creatus anno MDCCCLXXXIV 1 in
Archidirecesi Toletana quievit, mercede concesam ob vitam sexa-
gin 1 ta annorum occupatam. Libertates 1 et immunitates ecclesiás-
ticas nec 1 non Romani Pontificis jus et po 1 testatem temporalem
constanter 1 et fortiter propugnando. 1 Vir, vita, doctrina, concio-
ne, lit 1 teris atque elemosynis clarus. 1 In Comitiis Regni cons-
tituentibus 1 anno MDCCCLXIX Sanctissimrn Trini 1 tatis intre-
pidus confesor et Unita 1 tis Catholicre redintegrationis im 1 per-
territus fuit propugnator. 1 Beatre Marirn Virginis servus 1 devo-
tissimus. 1 In prosperis modestissimus in 1 adversis integerrimus. 1
Obiit 1 anno MDCCCXCVIII die undécimo Augusti aetatis sure
LXXXVI.
-Cyriacus María l Sancha et Hervás 1 Titul. Sancti Petri in
Monte aureo, in Urbe, 1 S. R E. Presbiter Cardinalis, Indiarum
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64 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

Occidentalium Patriarcha, archiepiscopus 1 Toletanus; Hispania-


rum Primas, Hegiru Majestatis Capellanus Major, Vicarius 1 Gene-
ralis exercituum nationaliu m, Bullro Crncitm C0mmisarius Apos-
tolicus, torque conspicni Hegalis ordínis Caroli III, magnisque
stemmatibus 1 Elisabeth Catholícm insignitus, Regni Senator. In
oppidulo 1 Quintana del Pidio ex honestis parentibus ortus, in
Dioocesi 1 Burgo de Osma, ortus hujus seminarii conciliaris allum-
nus nec 1 non Profesor meritissimus, ecclesiasticro libertatis et
unitatis in 1 ínsula de Cuba strenuns sertor. 1 Primum episcopus
areopolitanus, auxiliaris Emmi. Cardinalis Moreno Archiepiscopi 1
Toletani creatus, dein Episcopus abulensis et Matritensis-Com-
plutensis; 1 ad archiepiscopalem Valentinam sedem evectus, ob
exi 1 mias virtutes, ob magnas pro Dei Gloria, pro Eccle 1 sia et
Apostolica ·sede exhalatos labores, Cardi 1 nalitia dignitate pro-
motuR. Electioni Pii Papm 1 X Homm interfuit. Cootuum Catholico-
rum Na 1 tionalium Croator, nec non primi coetus Natío 1 nalis
Eucharistici in Archidioocesi Valenti 1 na celebrati, auctor, ad Sanc-
titatis Leonis XIII 1 pedes viginti et quinque millie oppifices
zelo pro 1 illorum salvatione succensus duxit. Postremo Toleta-
nam Dicecesim miro ordine et sapientia rexit atque guber 1 navit;
omnibus omnia factus zelo charitate flagrans vixit semper 1 ac
pauperrimus obiit Toleti die XXV Februarii anni Domini MOMIX.
-Memorim. et. nomini. Gregorii. Marim Aguirre. García ¡ Do-
mo. Pola de Gordón. in. Direc. Oveten 1 e. Seraphic. Minorum.
Ord. Francisci. Patris 1 qui. Post. Pontificatus. lucen. et. burgen. 1
Archiepiscopus. Toletanns. Hispaniarum. Primas Indiarumque. 1

Occidentalium. Patriarcha 1 Presb. Carel. Titulo. loan. Apost. Port.


Lat. 1 antiqure, virtutis. et. dignitatis. exemplar 1 Religione. fide
erga. Petri. Sedem 1 Prudentia. doctrina. Scriptis, operibus. 1 opi-
tulandi. studio. npprime. Clarus. 1 et. forma. factus. gregis. ex.
amino 1 decess. VI. eidus. octobr. M.CM.XIII. 1 an. ffitat. LXXVIII.
Pontificatus. XXVIII. 1 Tibi. Pater. Optime 1 Decns. et. ornamen-
tum. Ecclesire. Hispanire 1 meritis. multo. pluribus. insignis ¡ quam
titulo. scribi. 1 queat 1 pax. et. quies. in. Ohristo.
(Edwardus. Maria. García. Frutos. 1 e. Societato. Jesu.)
-Henricus Almaraz et Santos 1Tit. S. Petri in M. aureo, in Urbe,
S. R. E. Presb. Card. Archiepiscopus Toletanus 1 Hispan. Primar.
Magn. Castell. Cancillerius, Reg. Majest. Capellanus 1 Major, S.
Bul133 Cruc. Oommisarius Glis. apostolieus, Eques Ord. Reg. Caroli
III et 1 Torque Magnaque cruce insignitus, Heg. Ord. Equest. His-
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FELIPE RUBIO PIQUERAS 65

palemis sodalis Capellanus, 1 Reg. Historia.:i Academioo socius co-


rresp. Regni Senator. etc., ortus in 1 oppido La Vallés, Salmanti-
cce humanas divinasque litteras didicit et erudivit ¡ et vix Presb.
institutus et Lauream adeptus, canonicat. Magistralem in Cathed 1
Basílica Salman t. obtinuit: primi dein Episcopi Matritensis Can·
cellarius 1 et Eclesiro Cathed. Matrit. designa tus Decanus. 1 in
Cathol. Cretibus National. assidue j laudabiliterque adlavoravit
commune a secretis munus absolvens: l Episcopus Palentinus
renunciatus totam Dioeces. trina pastorali visitat. 1 lustravit:
parcecias ad Iuris normam restituit: synod. Diceces. 1feliciter
explevit; celebérrima templa monasteria et parrecial. domus ab.
inminenti 1 strage sumptuosa reparat. liberavit, et opera social.
viriliter promovit; 1 ad sedem promotus Hispalensem parcecias
ad veram juris normam. plaud. 1 dicec. redegerit; conventumque
instaurat. Mnsica~ Sacrro et Hebdom. 1 Social Hispal convocavit
iisdemque prresit: ob hooc aliaque praicl. 1 merita a Pío X in P. P.
Purpurat. Senatum ads;ortus, electioni Benedicti XV 1 interfuit.
Magn. Cathol. praelii diem. ubique porrectam, instituit: 1omnia
denique ad Synod. Provincial. indicendam parata reliquit: 1 Ora-
tor pnecellens in prcetantior. Hispan. 1 eventibus eximias habuit
concione!!!. inter quas 1 oratio in XXII Cong. Eucharist. lnternat.
habita, 1 et longe lateque vulgata,oratoris famam, jam 1 olim adep-
tam, firmavit solidavitque: de salut. l animar sollicitus, dootrinam
et virtutem verbo semper 1 et exemplo docuit: postremo ad ar-
chiepisoop. 1 Toletan. evectus, prudentes erga munera 1 social.
Catholic. tradidit normas et sapientia. 1 edidit consilia pro ccetn
oathol. agrar. 1 indicendo: iis aliisq ue permult. laboribus 1 intentus
vix huj Cathedr::e Primat. 1 gubernacula tractanda susceperat tan-
tum 1 virum oppressi mors eadem die qua 1 Benedict. XV e vita
deoessit. 1 XXII Iamarii ann. Dom. MCMXXII. 1 aetatis suie
LXXIV.
Los Cardenales Guisasola y Reig toda vía no tienen lápida
con inscripción laudatoria entre la serie de los Arzobispos Pri-
mados, a la portada de la Sacristía Mayor.

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66 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

SEGUNDA FARTE
En esta segunda parte de nuestro trabajo de investigación
epigráfica, se dan a conocer cuantas lápidas sepulcrales hemos
podido transcribir personalmente o adquirir mediante la amistad
de algún amigo, como acontece con la del Cardenal Carranza.
Desde el Arzobispo Jiménez de Rada hasta el último fallecido,
tenemos noticias ciertas referentes a los sitios donde se hallan
sepultados los Prelados toledanos, y poseemos la nota epigráfica
correspondiente, a lo menos en cuanto a la mayoría de ellos. De
los anteriores a la Reconquista de Toledo, se desconoce hasta el
lugar donde yacen; se habla del Monasterio agaliense, de la Basí-
lica de Santa Leocadia, de las Iglesias Mozárabes de Santa .Justa
y San Lucas y de Santa María de Alficén, como de lugares que
guardan las cenizas de tan preclaros varones; pero es lo cierto
que cuanto se dice no pasa de ser mera conjetura. D. Bernardo
es el primer A.rzobispo, una vez reconquistada la ciudad en 1085,
de quien positivamente se sabe ya el lugar de su sepultura: la
antesacristía o antigua capilla de San Andrés, lugar así mismo
donde yacen sus sucesores D. Raimundo, D. Juan, D. Cerebruno,
D. Pedro de Cardona, D. Gonzalo y D. Martín López de Pisuerga;
de ninguno de ellos, sin embargo, se conserva inscripción alguna.
A continuación viene el gran Jiménez de Rada, y desde él, según
dicho :¡ueda, tenemos ya lápidas sepulcrales. Hélas aquí siguien-
do el orden de sucesión en la Mitra:
-El Arzobispo Ximénez de Rada tiene su tumba en el Monas-
terio da Huerta (Santa María de), perteneciente a la orden de San
.{Jemardo, ya en los confines de Aragón; su epitafio ha sido divul-
gado en cuantas monografías se han escrito sobre tan famoso
personaje. Dice así:
Mater Navarra,
Nutrix Castella.
Schola Parisius,
Sedis Toletum.
Hortus Mausoleum,
Requies Crelum.
Versión castellana.-Mi patria (fué) Navarra; Castilla, mi edu-
cadora; París, mi escuela; Toledo, mi Sede; Huerta, mi sepulcro;
él Cielo, mi descanso. 1Falleció a 10 de Julio de 1247, en Francia,
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FELIPE RUBIO PIQUERAS

yendo en un bajel, cerca de la embocadura del Ródano, de vuelta


de su tercer viaje a Homa.
La letra es gótica, con los caracteres propios de esta clase de
escritura en tal época.
-Los Arzobispos D. Juan de Medina de Pomar (t 1248) y
D. Gutiérrez Ruiz Dolea (t 1250) están enterrados en la antesa-
cristía; no hay inscripción alguna sobre sus sepulcros.
-D. Sancho I (i· 1261), hijo de San Fernando y de D.ª Bea-
triz de Suavia, Infante de Castilla y Arzobispo de Toledo, está
enterrado en el presbiterio, en Ja Capilla '.Mayor, sin urna propia
ni inscripción particular.
-D. Domingo Pascual (t 1262) yace en la Capilla de Santa
Lucía. Carece de epitafio.
-D. Sancho II. Se halla enterrado este Arzobispo en la Capilla
Mayor de la Catedral Primada, en el presbiterio, con otros Reyes
e Infantes. Hoy carece de inscripción, pero la tuvo hasta el siglo
XVI, consignada en varios autores. Héla aquí: ·
Sanctius Hesperia e Primas, ego Regia proles 1 Aragonum,
juvenis sen su fervor, hostis In 1 hostes, turbidus, inca u tus, mihi
credo ¡ cedere cuneta, nec nimium fallor qui 1 credens vincere
vincor. sic cuasi solus 1 ego pereor, dat dogma futuris mors mea, 1
nec dominus praecedere marte sit ausus.
Versión caslellana.-Yo Sancho, Primado de las Españas, de
la sangre real de Aragón; joven arrojado, turbulento, con falta de
previsión y enemigo de mí mismo contra los enemigos, creyendo
que todo se me había de someter, me engafié completamente,
pues fuí vencido cuando pensaba ser vencedor. Perecí cual si
estuviera sólo, y mi muerte enseí'ía a los venideros que el
Príncipe (o Señor) no se adelante nunca en los encuentros (o
batalla).
-D. Fernando Rodríguez Cobarrubias, sucesor del anterior,
parece que fué depuesto por el Papa, o que él, de motu propio,
renunció al at'7-obispado en 1280. Se ignora, pues, el lugar de su
muerte y de su enterramiento.
-D. Gonzalo García Gudiel, primer Arzobispo que obtuvo el
Cardenalato; desconócese dónde está enterrado. Su muerte ocu-
rrió en 1209.
-D. Gonzalo Díaz Palomeque (t 1310) yace en la Capilla de
Santa Lucía, sin que haya inscripción alguna sobre su enterra-
miento.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
68 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

-Su sucesor, D. Juan Gutiérrez Gómez de Toledo (t 1321),


ignórase dónde yace.
-D. Juan, el Pa.triarca, hijo de Jaime TI de Aragón (t 1334),
permutó con el Arzobispo de Tarragona, D. Jimeno de Luna.
Yace en el Monasterio de Scala Dei, fundado por él. Desconoce-
mos si hay inscripción sobre su sepulcro.
-D. Jimeno de Luna (t 1338) está enterrado en la antesa-
cristia sin epitafio alguno.
-D. Gil de Albornoz (t 1350) yace en rico mausoleo en la
Capilla de San Ildefonso, pero sin inscripción.
-D. Gonzalo de Aguilar (t 1353), murió en Segovia; desco-
nocemos el lugar de su enterramiento.
-D. Vasco Fernández de Toledo (t 1362) falleció en Coim·
bra, siendo trasladado a Toledo. Yace, sin inscripción alguna, en
el coro de la Catedral Primada.
-D. Gómez Manrique (t 1375) yace, como su antecesor, en
el coro de la Santa Iglesia de Toledo, sin epitafio.
-D. Pedro Tenorio.-El sepulcro de este Arzobispo, se en-
cuentra en la capilla de San Blas, vulgo de Tenorio, fundación debi-
da a su muniflcencia y esplendidez; es muy notable y de gran inte-
rés arqueológico, sobre todo por su estatua yacente. El tipo de
letra es gótico muy anguloso. El artista que pintó los frescos del
sagrado recinto y cinceló la escultura del Prelado (y la de su
capellán, Dr. D. Vicente Arias de Balboa, luego Obispo de Pla-
s0ncia, que está al lado), fué Fernán González, <pintor e entalla-
dor}, según reza la leyenda trazada por bajo de la del Arzobispo.
Dice así la inscripción:
Aquí yace D. Pedro Tenorio
De Laudable Memoria
Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas,
Que Dios en Santa Gloria Haya.
Falleció el Dia de Sancti Spirítus a 18 del
Mes de Mayo del año Nacimiento
De Nuestro Señor Jesucristo de 1399 años.

-D. Pedro de Luna <t 1414), tío del famoso D. Alvaro de


Luna, está sepultado en la Capilla de Santiago, sin epitafio.
-D. Sancho de Rojas.-Está sepultado en la capilla de San
Pedro. Infioripeión:

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FELIPE RUBIO PIQUERAS

Hic Iacet in sacra, suaque rutilante capella,


Conditus in tumba Primatum gloria fulva,
Sanctius Ecclesiae huic Archiepiscopus altae,
Hesperiae Primas, multum ac famosus in orbe,
De Roxas heros generoso in sanguina magnus,
Pollens ingenio, sollers, reverendus in aevo,
In mauros rigidus, animosus, ac ferendis,
Consiliis pulchra quaedam perfulgida stella,
Acceptus Regí Castellm Valde loanni,
Tum quia tam fide ipsi servire coronoo
Illustri semper nimium pro posse studebat,
Tum quia viverat (ut pastor) prorsus ab omni
Crimine longinquus cuiuslibet criminis atri,
Praesertim caste, mite, omni ac tempore honeste,
Militibus placidus, ipsis sine fine benignus,
Ac clero gratus, cuius devotio tanta
Obsequiumque Dei fuit, ac eleemosyna in arctis
Carceribus positis, viduis, necnon egenis,
Atque Monasteriis sacris, moestisve pupillis
Notabilitate sua, sua sic laudandaque vita,
Quod magis, gratus, quod nec par tempore ullo,
Fulsit in Hispana Penitus Regione Tiara.
Pergit ad excelsa Primatis Tam ardua Mitra
Mille Quadringentis undonis protinus annis,
Bis simul adjuntis, decimo sub mense Supremo
Octo ter ac deni residebant transtra Dioi.
Versión castellana.
Yace encerrado en la tumba, en esta sagrada y resplandecien.
te Capilla, Sancho, Arzobispo de esta Santa Iglesia, Primado
glorioso de España, héroe de la generosa y grande sangre de
Rojas; adornado de ingenio agudo, sagaz; famoso en el orbe y
reverendo en todos tiempos. Riguroso y valiente con los moros:
estrella limpia, refulgente y decidida en dar consejos. Muy acepto
para con el rey de Castilla, D. Juan, asi por la fidelidad con que
sirvió a su ilustre corona, creyendo siempre que había hecho
poco, como por la virtuosa vida que hacía de pastor de su dióce-
sis: ajeno a todo crimen, libre de todo delito grave, y, especial-
mente, por ser casto, cortés, siempre honesto, agradable a los
soldados mismos e infinitamente benigno. Grato al clero, tan
devoto y de tan ardiente amor a Dios, que su caridad se esparcía
en limosnas para los encarcelados, viudas, necesitados do todas
clases, huérfanos desconsolados y monasterios; de modo que ha
de celebrarse su nobleza al par de su santa vida. No brilló en

Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
10 El>JSCOPOLOOJO TOLEDANO
=====~===========================~

España en tiempo alguno ningún mitrado tan agradable y digno


de aceptación como éste. Subió a las alturas de tan encumbrada
dignidad de Primado a 21 de Octubre de 1422.
-D. Juan de Conlreras.-«Aquí yace el cuerpo del Ilustre Don
Juan De Contreras, arzobispo de Toledo, el cual finó en Alcalá de
Henares a XVI días De stimbre de MCCCCXXXXIIII afios.>
Nota.-Esta inscripción está grabada en caracteres góticos,
muy complicados y angulosos, conforme al estilo y gusto de la
época y sobre mármol. Se encuentra en la Capilla de San Ildefon-
so, en el mausoleo dedicado al Arzobispo Contreras con su esta-
tua yacente.
-D. Juan de Cerezuela (t 1442), hermano uterino de D. Alva-
ro de Luna; falleció en Talavera de la Reina, de donde fué trasla-
dado a Ja Catedral Primada, para ser enterrado en la Capilla
Mayor. Dice así su epitafio:
Aqui yace el Muy Reverendo Señor
D. Juan de Cerezuela, Arzobispo de Toledo:
Finó Martes a tres dias de Febrero de mil
E cuatrocientos e cuarenta e dos años En Talavera.
-D. Gutierre Alvarez (o Gómez} de Toledo (t 1446): falleció
en Talavera, y luego trasladados sus restos a Alba de Tormes,
donde yacen, sin que sepamos si se conserva o no inscripción
sepulcral.
-D. Alfonso Carrillo de Acuña (t 1482): murió en Alcalá de
Henares, y allí descansan sus _restos. Sobre su sepultura hay gra-
bada inscripción, de la cual aún no hemos podido hacernos con
la copia. Brindo al clero de la ilustre ciudad la oportunidad de
copiarla y remitirla, a fin de completar estos apuntes epigráficos.
-El Cardenal Jlendoza.-Yace enterrado en soberbio mauso-
leo en la Capilla Mayor del Templo Primado. Su epitafio es así:
Inmortali
XPO. Sacrum.
Petro Mendozae Cardinali, Patriarchae
Archiprésuli, de Ecclesia Benemerenti
Cardineo quondam Petrus lustratus honore
Dor~~t in hoc Lápide, Nomine quivigilat,
Obut antem anno salutis MCCCCXCV
Tertio idus Iannuarii.

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Jl'ELIPE RUBIO PI()tJBR.AS 11

Ilustris Petri Cardinalis Patriarchae


Alexandrini Toletanique Archiepiscopi celebris
Institutio Piaeque Devotionis Memoria saeculis
Perpetuis Futura, Ter Quotidie Missarum Solemnin
Solvantur; sub Lucem Prima; ad Tertiam altera;
In Nonaque Tertia.

Versión castellana.
Lugar sagrado dedicado a Crísto inmortal.
A Pedro de Mendoza, Cardenal, Patriarca, .Arzobispo y bene-
mérito de la Iglesia.
Pedro, condecorado en algún tiempo con la Púrpura Cardena-
licia, duerme en esta piedra, pero su nombre vela.
Falleció a 11 de enero de nuestra salud de 1495.
-Por loable fundación y memoria de la piadosa devoción del
Ilustre Pedro Cardenal Patriarca de Alejandría y Arzobispo de
Toledo, se celebran aquí tres misas diarias, la primera al alba, la
segunda a la hora de tercia y la tercera a la de nona.
-Inscripción del Cardenal Cisneros, en su tumba de la Magis-
tral, en Alcalá de Henares (letra renacentista):
Condideram Musis Franciscus Grande Liceum:
Condor in Exiguo Nurw Ego Sarcóphago; Praetextam Iunxi Sacco,
.Faleamque Galero: Frater, Dux Praesul, Cardineusque
Pater, Quim Virtute Mea Junctum Est Diadema Cucullo Cum
Mihi Regnanti Paruit Hesperia. Obüt Rore VI idus Novembris
MDXVII.

Versión castellana.

Yo Francisco había fundado un gran Liceo a las Musas, y


ahora estoy encerrado en este estrecho sepulcro: uní la (túnica)
pretesta al (saco) sayal, y el morrión al bonete, Fraile, Capitán,
Prelado y Cardenal, fué por mi poder hermanada la Diadema con
la Cogulla cuando la Espafía obedeció bajo mi gobierno. Murió en
Roa a 8 de noviembre de 1517.
-D. Guillermo de Croy (t 1621): murió an su país (Bélgica-
Flandes), sin venir a Espafia, como reza la inscripción de la. por-
tada de la sacristía. No hemos podido adquirir copia de su ins-
cripción funeraria.
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72 EPISCOPOLOOIO TOLl!DANO

-D. Alfonso de Fonseca (t 1534) yace sepultado en el Cole-


gio debido a sus expensas, en Santiago de Galicia. Desconocemos
su lápida sepulcral. Agradeceremos al benemérito clero santia-
gués nos facilite una copia para darla a conocer.
-El Cardenal Tavera, uno de los más ilustres Prelados tole-
danos por su munificencia, espíritu de caridad y celo por el
esplendor del culto en la Iglesia Primada, está sepultado en el
Hospital de San Juan Bautista (vulgo de Afuera). El mausoleo
donde reposan sus cenizas es algo tan grandioso que sobrecoge
el ánimo al contemplarlo. El elogio del difunto, en dos lápidas,
dice así:
D. O.M. D.
Ioannes Tavera S. R. E. Toletanus antistes, contra Haereticam
Pravitatem Supremus Judcx, Regii Senatus Praeses, et
Regnorum Castellae et Legionis pro Caesare Moderator
Augustus, Vir sui Saeculi Oraculum. In Coercendis
Haereticis ardens, in Divino Cultu, ubique Regula, in
Republica administranda nulli secundus, Regibus sine
Ambitu familiaris, omnibus lenis, sibi severus, Deo gratus,
Requievit in osculo Domini Kalendis Augusti MDXLV.

D. T. B.
Sacrae Aedes Presbiterii Collegium egestatis inversae subsidium,
Amandae Valetudinis Sacrarum coeptae feliciter anno
MDXLI Pietate magnanima Illustrissimi Cardinalis
Tavera perfectae insigniter Sumptu opulento Principis
Incliti Domini D. Didaci Pardo de Ulloa et Tavera
Marchionis de Malagón, comitis de Villalonso
Militari alcantarensium stemmate, viridantis ibique
Commendatarii de Belvis et Navarra, Philíppi IV Majestatis
Aeconomi. Anno MDCXXIV. Unus utrique animus
Una stirps, una et gloria.

Versió-n castellana de ambas inscripciones.

-D. Juan Tavera, Cardenal de la Santa Iglesia Romana, Ar-


zobispo de Toledo, Inquisidor General, Presidente del Consejo
Real, Gobernador de los Reinos de Castilla y León por el César
Carlos V, oráculo de su siglo, ardiente en reprimir la herejía,
modelo en el Culto Divino, sin segundo en administrar las cosas
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
PELIPE RUBIO PIQUERAS 73

públicas, muy íntimo de los Reyes, sin ambición, indulgente para


todos, severo consigo mismo, y grato a los ojos de Dios, murió
el primer día de agosto de 1545. (Hospital de Afuera. Iglesi&.
Lado del Evangelio.)
-Casa consagrada a San Juan Bautista, Colegio de Presbíteros,
amparo de la pobreza ignorada, sagrario de la salud que es ama-
ble, principiada felizmente el año 1541 por la piedad magnánimit .
del Ilmo. Cardenal Tavera, y no menos insignemente concluida a
opulentas expensas del ínclito Príncipe Sr. D. Diego Pardo de
Ulloa y Tavera, .Marqués de Malagón, Conde de Villalonso, del
hábito militar de Alcántara, Comendador de Belvís y de Navarra,
Mayordomo de la Majestad de D. Felipe IV, año 1624. Ambos
tuvieron un mismo ánimo, un mismo linaje y una misma gloria.
(Idem íd. Lado de la Epístola.)
-El Cardenal Siliceo yace en la Iglesia del Colegio de Donce-
llas, fundación debida a su munificencia, en espléndido mausoleo
de mármol blanco, obra del escultor Ricardo Bellver, ejecutada
en Madrid, afio de 1890. En el escudo de armas se alude a su
apellido Guijarro, latinizado en el da Siliceo (sílice, pedernal)
por las palabras eximunt Tangentia lgnem. La inscripción es
como sigue:

Clauditur. Hoc. Niveo. Silicei. In. Marmore. Corpus.


Flet. Populus. Charitas. Pieridumque. Chorus.
Caesaris. Augusti. Nato. Praecepta. Philippo.
Sancta. Dedit. Doctor. Doctior. Ante. Viros.

Versión española.

Se encierra en este blanco mármol el cuerpo de Silíceo; llora


el pueblo, la caridad y el coro de Doncellas; docto entre los varo-
nes más doctos, dió santos preceptos a Felipe, hijo del César
Augusto.
-El Cardenal Carranza (Fray Bartolomé), famoso por el proce-
so que se le siguió ante el Tribunal de la Inquisición, murió en
Roma en 1576 y allá está enterrado en el Colegio angélico de la
Orden de Santo Domingo, a que perteneció en vida.
He aquí la inscripción funeraria que cubre sus restos, tal cual
nos ha sido facilitada por el dominico Fray Angel Rodríguez
Bachiller, desde Roma:
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74 EPlSCOPOLOOIO TOLl!DANO

D. O.M.

Bartholomeo Carrancae Navarro


Dominicano Archiepisco}'O Toletano
Hispaniarum Primati Viro genere vita
Doctrina contione atque elemosínis claro
Magnis muneribns a Karolo Quinto
Et Philippo r~ge catholico sibi commissis
Egregie functo animo in prosperis modesto
Et in adversis aequo.
In te Proiectus sum ex utero
Ob. a. D. MDLXXVI. D. II Maii
Athanasio et Antonino Sacro
Aetatis suae LXXII.

Versión espaiiola.

D. O.M.
A Bartolomé Carranza Navarro, dominioo, Arzobispo de To-
ledo, Primado de las Españas, varón esclarecido por su nobleza,
vida, ciencia, oratoria y limosnas, a quien Carlos Quinto y Felipe
Rey Católico, encomendaron grandes empresas, felizmente lleva-
das a cabo; modesto en la prosperidad y justo en la adversidad.
-Desde el vientre (-de mi madre-) he sido echado en tus
brazos-. Murió en el año del Señor 1576, día dos de mayo, en
la festividad de los santos Anastasio y Antonino, a los setenta y
dos de su edad.
-Siguen en el orden cronológico los Cardenales Quiroga
(t 1594), Archiduque Alberto (renunció en 1598, mes de julio) y
Garéía de Loaisa Girón (t 1598), cuyos restos descansan, respec-
tivamente, en Madrigal (Convento de Agustinos Calzados, en Bél-
gica), ignoramos en qué sitio, y en Alcalá de Henares, sin que
sepamos qué inscripciones funerarias haya grabadas sobre sus
tumbas o mausoleos.
-:.El Cardenal Sandoval y Rojas, fundador de la magnifica
Capilla del Sagrario, en la Catedral Primada, yace sepultado en
ella en rico mausoleo. A él y a su familia hacen referencia las
euátro lápidas siguientes, especie de sint&sis biográfica de tan
esclarecida estirpe:
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PELIPE RUBIO PIQUERAS 15

Lápida V
Regi Smculorum Inmortali
D. V. S. D.
D. Bernardus de Sandoval et Roxas.
Ferdinandi F. S. R. E. Prresbiter Car. T. S.
Anastasire. Post Archiepiscopat. Hispalens.
Gubernatum sub Patruo Archiep.
Episcopat. Civitatensem. Panpelonens Et Giennens.
Magna cum laude administratos, Archiepiscopus.
Tolet. Inquisitor Generalis.
Ma::x:.-(Castellre Ohancellarius)-et Philippi III a Consil. Status,
vir genere clariss. ad Maxima qureque Natus
Et Institutus: doctrina, Prudentia, Consilio, cum
Admirabili Ingenure Elocuentiro vi,
Dignitate et Urbanitate, Morum Grabitate
Prrestantiss. sine Jactantia Pius,
Sine Superbia Nobilis, sine Invidia Prínceps.
Sine asperitate Constans.
2.ª
Ob omnia Naturro Felicitatisque Dona Spectabilis
Comis, Beneficus; In pauperes pr::ecipue
Larguiss. Qui Cazorlre Prrefecturam
Tolet. Ecclesiro Restituit. Et .iEdem Hanc Virgini
Matri Semper Inmaculatre Paciferre cum
Monumentis Paterno ac suo Magnificentiss. Condidit,
Instruxit, Consecravit: Hic Requiescit In Spe.
Obdormivit In Domino an. Sal. MDCXVID
Die VII Decembris. Sui ex officio, amore et
Fide, Domino Parenti Benemerentiss.
.lEternum Colendo, Multis Cum Lacrimis Inscripsere
e Videas In Lumine Lumen•
3.ª
Deo Viventium
s.
D. Fernandus de Roxas et Sandoval
Caroli Princip . .iEconomus
Et Uxor D. Maria Chacon, Ferdinand. Princip.
Caroli, Elisabethre Et Catharinre Regior.
Infantum Philippi II Filior. Educatrix, Cum Filiia
D. D. D. Didado Et Ludovico
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76 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

Militibus Calatravro Primariis, Adq. Fernando


Canonico Hispalensi: Hic requiescunt in Spe.
Obiere Conjux uterque Madriti:
Viran MDLVII Kal. Aug. Uxor MDLXXVI. XI Kal.
Aug. Filii. Didacus MDLXXI
Ferdinand. MDLXXII. Ludovic. MDLXXXIV.
4."
D. Bernardus de Sandoval
Card. Archiep. Tolet. Parentes optimos
Fratresq. Dulcissimos, Pius, Reverens, Amans,
Huc Trástuli, Et Monumento.
A Me Constructo Composui. Ann. MDCXIV Kal Mai.
.Ji'ratres reliquos Milites Strenuos
D. D. Gundisalbum qui Africana An. MDLXXIX.
Et Gasparem qui anglicana an. MDLXXXVIII
Expeditionib. Regia Signa
Secuti occubuere, Sororesque Carissimas,
D. D. D. Joannam Et Magdalenam Moniales,
Et Elisabetham Comit, de Casarubios, quro alivi
Iacent, Hic Desidero sit vobis Gloria
Honos, Incorruptio.

Versión castellana.
1. • Lugar sagrado, dedicado al Dios de los vivientes, Rey
Inmortal de los siglos. D. Bernardo de Sandoval y Rojas, hijo de
Fernando, Presbítero Cardenal de la Santa Iglesia Romana, del
titulo de Santa Anastasia, después de haber gobernado el Arzo-
bispo de Sevilla, en tiempo que le poseía su tío paterno, y de
haber administrado los obispados de Ciudad Rodrigo, Pamplona
y Jaén, todos con gran aplauso, fué Arzobispo de Toledo, Inqui-
sidor General, Canciller Mayor de Castilla y del Consejo de Es-
tado del Rey D. Felipe III; varón de clarísima estirpe, nacido y
dispuesto para cosas grandes; aventajado en doctrina, prudencia
y consejo; con admirable vigor de elocuencia, unía mucha digni-
dad y urbanidad, circunspección en sus maneras e integridad de
vida. Piadoso sin jactancia, noble sin soberbia, principal sin va-
nidad, perseverante sin aspereza.

2.ª Admirable por las dotes que poseía de la naturaleza y la


Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
FELIPE RUBIO PIQUERAS 77

fortuna, afable, benéfico, generosísimo especialmente con los


pobres: el cual restituyó a la Iglesia de Toledo el adelantamiento •
de Cazorla, y fundó, construyó y consagró con gran magnificen-
cia esta Capilla dedicada a la Virgen Madre siempre Inmaculada,
Nuncio de paz, en unión con los enterramientos para sus padres
y para él; descanse aquí en la esperanza de resucitar para Ja
eterna felicidad. Murió en el Señor el día 7 de Diciembre, ano de
nuestra salud de 1618. Sus parientes, reverenciándole como a
padre y bienhechor, por obligación y por amor y adhesión, escri-
bieron aquí con muchas lágrimas: cOjalá veas la Luz en la Luz•.

3! Lugar consagrado al Dios de los vivos.


D. :F'ernando de Rojas y Sandoval, mayordomo del Prínci-
pe D. Carlos, y su mujer D.ª Maria Chacón, aya de lo~ Regios
Infantes el Príncipe Fernando, Carlos, Isabel y Catalina, hijos
del Rey Don Felipe II, con sus hijos D. Diego y D. Luis, ambos
caballeros muy principales de la Orden de Calatrava, y D. Fer-
nando, Canónigo de Sevilla, descansan aquí esperando la resu-
rrección universal. Murieron uno y otro cónyuge en Madrid, el
marido a 1. 0 de agosto de 1567 y la mujer a 22 de julio de 1576.
De los tres hijos, D. Diego falleció en 1571, D. Fernando en 1572
y D. Luis en 1584.

4. ª Yo, D. Bernardo de Sandoval, Cardenal Arzobispo de


Toledo, lleno de piedad, reverencia y amor hacia los mejores
padres y los más dulces hermanos, trasladé aquí sus restos mor-
tales y los sepulté en el enterramiento construido por mí, aflo
de 1614, día 1. 0 de mayo. Por lo que hace a mis otros hermanos
los esforzados militares D. Gonzalo y D. Gaspar, que sucumbie-
ron aquél en la expedición al Africa, año de 1579, y éste en la
jornada a Inglaterra, año de 1588, siguiendo las banderas de su
Rey, más mis hermanas muy queridas D.ª Juana y D.ª Magdalena.
monjas, y D.ª Isabel, Condesa de Casarrubios, los cuales yacen
en otra parte, deseo que a todos vosotros os sea concedida aquí
gloria, honor, incorrupción.

Estas inscripciones funerarias están trazadas sobre mármol;


sus letras son mayúsculas, renacientes, doradas, p<>rfectamente
delineadas conforme al. gusto clasicista de la época, legibles a
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
78 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

simple vista. Sobre el friso, a la entrada a la gran Capilla, se lee


esta otra inscripción dedicatoria y también en tipos clásicos:
Sacrum iErarium
Et D. Bernardi a Sandoval et Rojas
Card. Archiep. Tolet. Sepulchrum. Anno l\IDCX.
(Versión: Sagrado Relicario y sepulcro de D. Bernardo de
Sandoval y Rojas, Cardenal Arzobispo de Toledo. Año de 1610.)

-El Cardenal Infante (O. Fernando), a pesar de sus deseos de


que le inhumaran en la Catedral Primada, dentro de la Capilla
del Sagrario, yace en la Iglesia principal de Bruselas, en Flandes,
donde falleció en 1641. Desconocemos su inscripción funeraria.
-El Cardenal Borja y Velasco (D. Gaspar), faJlecido en 1645,
está sepultado en la Capilla de San Ildeíonso de la Primada, sin
inscripción alguna sobre sn túmulo.
-El Cardenal Moscoso y Sandoval (D. Baltasar)-(t 1665)-
yace en la Capilla de la Descensión (vulgo de la Virgen de Ja
Piedra); su epitafio es como sigue:
D. O.M.
D. Balthasar Moscoso et Sandoval,
Stirpe Regia, Altamirre Comitum Inclita
Proles, Beati Francisci de Borja Pronepos,
S. R. E. P. C. Toleti Prresul,
Hoc Munus Reunit, Pontificis Decreto Cessit.
Virtutum Exemplar:
Adversis et Prosperis Semper Idem.
Justitioo Cultor: Inmunitatis Ecclesioo Propugnator:
Extinta Lite Residentiam in Choro Firmavit.
Sibí Pauper, Egenis Dives,
Infantes Espositos Testamento Ditavit.
Hic Iacet Corpus: Spiritus Beatus in Coelo.
Obiit die XVIII Septembris Anno MDCLXV
..Etatis Sure LXXVII.

Versión castellana.
A Dios omnipotente y máximo.
D: Baltasar .Moscoso y Sandoval, de sangre Real ilustre d~s­
cendiente de los Oondeil de Altamira, viznieto de San Francisco
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FELIPE RUBIO PIQUERAS 79

de Borja, Presbítero Cardenal de la Santa Iglesia Romana, Arzo-


bispo de Toledo cuya Dignidad renunció hasta por tercera vez,
y aceptó al cabo por especial mandato del Sumo Pontífice. Fué
un dechado de virtud, de carácter siempre igual así en los
tiempos de la prosperidad como en los de la adversa fortuna:
muy amante de la justicia, y defensor de la inmunidad eclesiás-
tica. Consolidó la residencia de los prebendados en el coro,
después de apaciguar sus disputas: era pobre para consigo mismo,
tanto como rico para con los menesterosos; y aumentó en su
testamento las rentas de la casa de nifios expósitos. Su cuerpo
está aquí, pero su bienaventurado espíritu reside en el Cielo.
Murió a 18 de septiembre de 1665, a los setenta y siete afios de
su edad. ·
-Epitafio sobre lápida de mármol, del Cardenal D. Pascual
de Aragón: su letra e3 capital romana. Se halla en el Convento
de Capuchinas cubriendo las cenizas del finado.

D.0. M.
Yace en este y religioso
Sepulcro, renunciando el de sus Augustos
Progenitores, el Emmo. Sr. D. Pascual
De Aragón, Padre y Patrón
De este Convento: pagó mortal,
El Censo de la muerte y rico de virtudes
Pasó a la Eterna vida, falleciendo
En Madrid a veintiocho
De Setiembre a las cuatro de la tarde
Año de mil seiscientos
Setenta y siete, y de st1 edad cincuenta y dos.

Está enterrado este Cardenal, no dentro de la Iglesia, sino en


la clausura conventual, en el suelo, dentro de la bóveda, que
tienen las Religiosas para Panteón de la Comunidad. Conste
nuestra gratitud a las muy observantes Capuchinas toledanas
por habernos facilitado esta inscripción y la del Cardenal Fer-
nández de Córdoba, Conde de Teva, que también yace en la
misma bóveda, junto al Cardenal de Aragón, ambos insignes
protectores del Convento.
Véanse ahora otras inscripciones referentes al Cardenal de
que nos ocupamos, sitas en la Iglesia de Religiosas Capuchinas:
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80 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

l.ª Inscripción en letras dorada~, sobre mármol, de tipo


romano, mayúsculas todas.
O.O. M.
Hae res ad Magni nomen? Falleris. orones aequat suprema sors,
Distinguit ultima cura. Hic sua sponte sepelivit non durn Cada ver,
Quae detulit a Regibus ductus sanguis, quae sua congessere Virtm•,
Et studia, quae curnulavit extremum Philipp. IV. Iudicium: non Fortuna
Peracta faeliciter apud Alex. VII. Pont. Max. difficill. tempor. Legatione
Qua, privata injuria dissidentibus Gallis, Hispanus Sequester
Parenti filium, Orbero Romae restituit,
Neapol. regno summa J'Erarii cura, nullo publico damno, cunctorum
Amore, quo Maiores sui regnaverant, optime <1dministrato.
Humiliore erecto sepulchro, votis Fatum praevenit.
Diuturniori usurus vita quo ad mortero assiduus se parare!.
Hunc amoris indicem Lapidem XLIII. illius aetatis anno,
utinaro per acvum duraturae
Sanctimoniales obsequentissimae P.M. DC. LXXI.

D.O. M.
Viventis Monuroentum sum, in augusto Templo angustum sepulchrum,
quo vasta condita inmortalis humanae Mentis arbitria
Exiguae condendae Mortalitatis exuviae
Meta, Terminus, Finis faelicitatis, vel possesae, vel ambitae,
Paschalis S. R. E. Presb. Card. Aragon
Tit. S. Balb. Archiep. Tolet. Hisp. Primas, Maior
Castellae Cancell. Segurbiae, et Cardonae Ducum V, et suprema Soboles
Salman!. Academiae Rector, in D. Barth. Collegio Maiori professus:
In Cordub. Ecclesia Pedroc. In Toletana Talav. Archidiaconus, Canonicus
Generalis Inquisit. Fidei Patronus:
In Supremo Arag. Regens later suis agenlilibus Legum assertor,
Status Imperii Cons. Híspani Orbis religionis Quaesitor,
Protector, minori Caroli II. Regís aetate regnorum Gubernator,
Muto eloquio diserto Marmore, tacito, et eloquenti Exemplo
Aeternitatem expectans defodit, erexit.

3.ª cEl Excelentissimo Senor Don Pedro, Duque de Cardona


y Segorbe, dió a este Santo Convento, en memoria de la 1 voluntad
que tuvo al Eminentissimo Señor Cardenal Aragón 1 Ar<;obispo
de Toledo, su hermano menor, este Santo Christo, a 1 quien su
Santidad concedió las indulgencias siguientes: Lunes, 1 Mi6rcoles
y Viernes de todo el afio, el dia de la Conmemoración 1 de los
Difuntos, y los de su Octava perpetuamente, se saca ani 1 ma con
la Missa que se dixere en este altar, aunque no sea de 1 Requiem.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
FELIPE RUBIO PIQUERAS 81
--···--·-·· ------=============
Los que dsitaren este Santo Christo en los días de la ! Invención
y ExalU1Ciún de la Cmz, y el Primer Viernes de 1 cada mes, ga-
mrn Indulgencia plenaria, abiendo confessado y co l mulgado,
rogando a Dios por la Santa Iglesia, y intencion de su 1 Santidad:
Los demás días del afio se ganan cien dias de Indulgencia•. ·
Tal reza la tercera y última inscripción: en ella se alude de
alguna manera al Cardenal fundador del Convento de Capuchi-
nas, D. Pascual de Aragón. Refiérese a las indulgencias concedi-
das a una efigie de :N"uestro Señor .Jesucristo traída desde Nápoles
a Toledo por D. Pedro de Aragón, hermano del Cardenal, ·y a él
regalada; se lrnlla tal afigie en una pequeña Capilla, junto al Altar
.Mayor, al lado del Evangelio y es de bastante arte.
-El Cardenal D. Luis -:V1anuel Fernández Portocarrero, uno
de los mfls insignes e ilustres que han regido la Iglesia Primada,
falleció en Tole~lo a 14 de septiembre de 1709; sus restos están
sepultados a la entrada de la Capilla dedicada a la Virgen del
Sagrarío; les cubre una lámina de bronce de grandes proporcio-
nes; el epitafio inscripción no puede ser ni más lacónico ni más
expresivo, en letras doradas, de tipo romano; dice así:

Hic Iacet
Pul vis
Oinis
Et nihil.

Aquí yace polvo, ceniza y nada.


-D. Francisco Valero y Losa; Cardenal sucesor de Portoca-
rrero, falleció en 1720; está enterrado en el Trascoro de la Cate-
dral Primada; una lápida de bronce cubra sus restos; la inscrip-
ción, en tipo de letra romana, es corno sigue:

I. D. D.
Dominus Franciscus Valero et Losa.
Clarus sapientia. Benignitate clarior. Humilitate
Clarisimus. Puritate angelus. Celo seraficus.
E pacensi Episcopatu ad Tolet. Sedem
Promotus. Brevi annorum circulo. Cursum Feliciter
Consumavit: Prrepositamque sibi coronam
Justitire. Placidissima morte Quresivit.
Die XXIII Apr. Anni. MDCCXX . ..Etatis sure LV.
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82 EPISCOPOLOOIO TOLEDANO
=====------------·

Versión castella,na.

Dedicado a Dios inmortal.


D. Francisco Valero y Losa, esclarecido por su sabiduría, más
célebre por su benignidad y todavía más distinguido por su
humildad, fué un ángel en la pureza, y ardiente como un serafín
en la caridad y celo evangélico. Promovido desd9 el Obispado de
Badajoz a la Silla Primada de Toledo, consumó felizmente su
carrera en pocos afios; y por medio de una muerte suavísima,
ciñó la corona que de justicia le estaba preparada, el día 23 de
abril de 1720, a los cincuenta y cinco afios de su edad.
-D. Diego de Astorga y Céspedes, Cardenal de la Santa Ro-
mana Iglesia, en cuyú pontificado se construyó el Transparente
de la Catedral Primada, obra tan discutida en la Arquitectura,
falleció en 1734; yacen sus restos frente al gran altar de mosaico;
la inscripción funeraria, de tipo clásico y en grandes caracteres
dorados, dice de esta manera, en latín sencillísimo:
Hic. Iacet.
Em. D. D. Didacus de Astorga
Et Cespedes, Archiep. Tolet.
Primus praesul excellentis -
simi titulo decoratus.
Qui hanc Aram rore promovit.
Zelo dicavit per quem
Stat victus miseris. Vitro stat
Regia mensa: Evehat utqne
l\fagis subiacet ipse
Throno.
(En bronce).
-D. Luis Antonio de Borhón, Infante de Espafía y Cardenal,
renunció el Arzobispado en 1754 (diciembre) y falleció en 1783
en Arenas de San Pedro, donde está sepultado. Desconocemos
su inscripción sepulcral.
-Los restos del Cardenal D. Luis Fernández de Córdoba
( - t 1771-), Conde de Teva, se guardan en el Convento de
Capuchinas, en Toledo, junto a los del Cardenal D. Pascual de
Aragón; la inscripción latina que recuerda su paso por la vida
es sencilla, como lo son en general todas las del siglo XVIII;
dice así:
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FELIPE RUBIO PIQUERAS 83
=,-----cc=:_-co=----~-------== ====---=====
Hic Iacet
Dominus
Ludovicus Antoni
us Fernandez de
Cordova Conde de
Teba. Alm;e Ecclesioo
Toletame Primatis
Canonicus, Decanus,
Et Archiepiscopus,
San tm Ro man ro
Ecclesirn, Presbiter
Cardinalis Vir
Cla rus Genere, sed
Virtutibus Clarior,
Prrnsertin Muni
Ficencia in Paupe
Res. Obiit cum
Magno Totius
Reipublime Detrimento.
Die XXVI Martii
Anno M.D.CC.LXXI,
JEtatís LXXV.
Versión castellana.
D. Luis Antonio Fernández de Córboba, Conde de Teva, Ca-
nónigo, Deán y Arzobispo de la Santa Iglesia Primada de Toledo,
Presbítero Cardenal de la Santa Romana Iglesia, varón noble por
su sangre, pero más noble todavía por su3 virtudes, especial-
mente por su munificencia para con los pobres. Murió con gran
detrimento de toda la República el día 26 de marzo, año de 1771,
a los setenta y cinco de su edad.
-El Cardenal Lorenzana (D. Francisco Antonio) falleció en
Roma en 1804; yace sepultado en la Iglesia de la Santa Cruz de
Jerusalén, en grandioso mausoleo. El gran Mecenas toledano de
fines del siglo XVIII tiene por todo elogio estas sencillas y expre-
sivas palabras, a modo de epitafio:
Aqui Yace el Padre de los Pobres.
-D. J,uis María de Borbón, Infante de España y Cardenal de
la Santa Romana Iglesia, falleció en Madrid a 19 de marzo de
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
84 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO
-·--=======
1823; está sepultado en la Sacristía de la C'atedr!ll Primada en
rico mausoleo de mármoles; su estatua, orante-retrato, os de gran
verismo. La inscripción dice así:
D. O. ~I.

Hic Iacet
Ludovicus Maria de Borbon.
R. I. P.

-D. Pedro de Inguanzo y Rivero, Cardenal, fallecido en Tole-


do a 30 de enero de 1836, yace en la Capilla de San Pedro (actual-
mente Museo Catedralicio); su inscripción funeraria es a~í:
D. O. \l.
Hic Iaéet Emmus D. D. Petrus de Inguanzo et Ilivero
S. R. E. Praesbit. Cardin. Archiep. Tolet.
Vir Pietate ac Sapientia Conspicus.
Verae Religion. Amore. Sanioris Doctrinae et
Ecclesiae Disciplinae Zelo Illustris,
::Misericordia in pauperes Praeclarus. R. l. P.
Ver$ÍÓn castellana.
Aquí yace el Eminentísimo Dr. D. Pedro de Inguanzo y Rive-
ro, de la Santa Romana Iglesia Presbitero Cardenal, Arzobispo
de Toledo, varón notable por su piedad y sabidm·ia, ilustre por el
amor de la verdadera Religión, por el celo de la doctrina más
sana y de la Disciplina de la Iglesia, y esclarecido por su miseri-
cordia para con los pobres. R. l. P.
-El Cardenal D. Juan José Bonel y Orbe, sucesor de Inguan-
zo, está sepultado en modestísimo ~epulcro sito en la Capilla del
Condestable D. Alvaro de Luna, dedicada a Santiago. De su paso
por esta Iglesia Primada se registra el hecho de haber asistido a
la Definición dogmática, por la Santidad de Pio IX, de la Concep-
ción Inmaculada de la Virgen, en 8 de diciembre de 1854. Hó
aquí su inscripción funeraria, tan sencilla por cierto que no exige
versión espa:llola:
D. O.M.
Hic Iaoet Emmus D. D. foann. Iosephns
Bonel y Orbe. S. R. E. Praesb. Card. Archiep. Tolet.
Obiit IU idus Febru~r. Atrn. ~IDOCOLVH. R. I. P.
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l'ELIPE RUBIO PIQUERAS 85

--La inscripción del Cardenal Alameda y Brea (Fray Cirilo),


sucesor de Bona! y Orbe, dice de esta manera, según puede verse
an su tumba, sita a la entrada de la Capilla del Sagrario, en un
latín que no necesita versión para su inteligencia:

D. O. M.
Hic Iacet
Emmus ac Rmus D. Doctor
Frater Cyrilus Alameda
et Brea
S. R. E. Presbiter Cardinalis
Meritissimus
Archiepiscopus Toletanus
obiit Die I Julii
Ann. MDCCCLXXII
R. I. P.

-Encuéntrase la tumba del Cardenal Moreno (D. Juan Igna-


cio) frente al altar del Transparente. La inscripción, también de
un latín sencillísimo, como en las lápidas anteriores, dice así:

D. O.M.
Inmutationem suam
Hic expectat
Emmus. ac Revm11s. D. Dr.
loan. Ignatius
Presb. Card. Moreno
Ex Ovet. ac Vallisolet
Cathedra ad Hanc Prim. Hispan.
Assumptus.
Oh. Matr. V. kal. Sept.
MDCCCLXXXIV.
Orate pro eo.

-El Cardenal Ceferino González renunció, tras el brGve pon-


tificado de un afio, el Arzobispado de Toledo, volviéndose nue-
vamente al do Sevilla, degde el que había sido elevado a la Sede
Pl'imacial. Por fin, renunciado así mismo el de Sevilla, se trasladó
al Convento dominicano de la Pasión, a cuya Orden pertenecía,
en Madrid, donde falleció en noviembre de 1894, siendo sus res-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
86 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

tos trasladados a Ocaña, donde reposan en ~l Convento de


Dominicos.
Inscripciones que se hallan en el mausoleo levantado en la
Iglesia de Santo Domingo, de Ocafía, al Emmo. Oai·denal Fray
Ceferino González, facilitadas atentamente por el P. Rector, Fray
José González.
En la cornisa correspondiente a la cabecera de la estatua
yacente:
Positivismo. Economía política.
En la lápida perpendicular a la cabeza de la estatua:
Sub hoc tumulo pietate curisque executoris
testamentarii fervontissimi amici prceclari dis-
cipuli Excmi D. Alexandri Pidad et Mon erecto,
exuviro latent P. Zephyrini Gonzalez, virtute
clarus, sapientiro jubar, christiance phyiosophüe
primas, patriro religionisque decus, ejus memo-
ria erit in generationem et generationem et sa-
pientiam enarrabunt gente8.
R. l. P.
Versión castellana.
En este mausoleo, levantado por la piedad y munificencia del
albacea, entusiasta amigo y discípulo ilustre, Exumo. Sr. D. Ale-
jandro Pida! y Mon, se guardan los restos del P. Oeferino Gon-
zález, virtuoso, sabio, príncipe de la filosofía cristiana, honra de
la patria y de la religión; su memoria se perpetuará de genera-
ción en generación y su sabiduría será celebrada por las gentes.
R I. P.

En Ja cornisa derecha del mausoleo hay tres inscripciones


por el orden siguiente:
La Biblia y la ciencia. ¡
Infalibilidad Pontificia. \ Filosofía de Ja Historia. -- Historia de la filosofía.

En la cornisa izquierda:
Estudios sobre Ja filosofla ¡ 1
de Santo Tomás. 1 Phylospphia elementaria. I Filosofía elemental.
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FELIPE numo PIQUERAS $7

En la cornisa correspondiente a los pies de la estatua:


Geología.
Y en la lápida perpendiculHr a los pies de la estatua. la ins-
cripción latina siguiente:
Emmus P. Fr. Zephyrinus Gonzalez Diaz Tm1on,
hujus Collegii alumnus, postea Rector, S. R. E. Cardina-
lis, Sedis Cordub. Hispa!. Tolet. Indiarum Patriar-
chatum, iterumque Hispal. rexit. Pastorale onere et
honore dimissis per f ere q uinq ue annos solitariam
vitam duxit, sacris meditationibus librorum scrip-
tioni deditus. Obiit Matriti conventu Dominicano
Passionis III Kal. Dec. A. D. M.DCOCXCIV.

Versión castellana.

El Emmo. P. Fr. Oeferino González Díaz Tuñón, alumno de


este Colegio y después Rector, Cardenal de la Santa Iglesia Ro-
mana, gobernó fas Diócesis de Córdoba, Sevilla, Toledo, Patriar-
cado de las Indias y la Diócesis de Sevilla otra vez. Habiendo
renunciado al oficio episcopal y honor consiguiente, vivió una
vida retirada durante casi cinco años, entregado a la santa medi-
tación y escritura de libros. Murió en el convento de Dominicoiii,
calle de la Pasión, Madrid, el 29 de noviembre de 1894.
-El Cardenal Payá y Rico (D. Miguel), Obispo de Cuenca por
la época del Concilio Vaticano, en cuya asamblea pronunció elo-
cuentísimo discurso en favor de la infalibilidad pontificia; Arzo-
bispo de Santiago después, y Primado de las Espafías por fin,
espera el día de la Resurrección general sepultado frente a la
Capilla del Sagrario. Su inscripción sepulcral, en bronce, tan
notable por su sentido humano en la frase Homo lamen, es como
sigue:
ALFA CHRIS'l'US OMEGA
Hic : Requiescunt : venera
biles : exuvire : Emmi
ac: Remi: Cardinalis
D : D : Michrelis
Payá : et Rico
Primum . antistitis : Con

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88 gp¡scOPOLOGIO TOLEDAOO

Chensis.: deinde : Cornpos


tellaní : postremo : To
letani : Indiarumque
Occidentalium : Patri
archro : obiit : Die : XXIV
Decembris : anni: MDCCC
XCI : ingenio : pr:es
tans : Oharitate : prros
tantior : Horno : Tamen
Orate : pro : eo.

Versión castellana.

Cristo, principio y fin.-Aquí descansan los venerables restos


del Eminentísimo y Reverendísimo Sr. Dr. D. Miguel Payá y
Rico, primero Obispo de Cuenca, luego de Compostela y última-
mente de 'roledo; Patriarca de las Indias Occidentales; murió
el dia 24 de diciembre del ano 1891; fué excelente por su ingenio
y más excelente todavía por su caridad; sin embargo, era hombre;
rogad por él.
-El Cardenal D. Antolín Monescillo y Viso, una de las figuras
representativas de cierta época de la Historia de Espafia-la
Revolución, Cortes Constituyentes y Restauración-tanto por sus
escritos :!omo por su elocuoncia, r':lposn en la antecapilla del
Sagrado. El tipo de letra en su inscripción funeraria (en bronce)
es gótico. Véase ahora cómo el que en vida todo lo llenó con su
fama, so contentó on la muerte c0n unas líneas secas e inexpre-
sivas, y en un latín al alcance de toda inteligencia; hélas aquí:

D. O.M.
Hic Iacet Dominus
Doctor Antonins
Cardinalis
Monescillo et Viso
Archiepiscopus.
Orate pro eo.
R. I. P.
11 Augusti anni 189i.

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FELIPE RUBIO PIQUERAS

-El Cardenal Sancha, hombre de gran clarividencia para los


asuntos religiosos y políticos--ambos muy agitados en la época
de su pontificado--.r de gran sentido domocl'ático, yace sepultado
frente a la Capilla de San Pedro. La fisonomía moral de este
Purpurado esü't trazada de mano maestl'a en las palabras Omnibu.s
ornnia factus de la inscl'Ípción fnneraria. Héla aqní:
D. O. M.
Hic iacet
Emmu::>. ac 1U1us. D. Doctor Cyriaclhl María Sanoha
et Hervas
Sanctw Homanm Ecclesirn Presb. Cardinalis
et Hujus
Primat Hispan. Archiepiscopus meritissimns.
Omnibus omnia factus
Zelo charitate flagrans.
Vixit pauper paupcrrimus obiit
Dio XXV Februarii Anni. Dom. MCMIX.
Orate pro eo.
[Lúpida sepulcral en bronce, ele gran labor ornamental.].-
Alguero e hijo.-i\fadrid.
Versión castellana.
A Dios Omnipotente Máximo.-Aquí yace el Eminentísimo y
Reverendísimo Doctor D. Ciriaco María Sancha y Hervás, de la
Santa Romana Iglesia Presbítero, Cardenal y Arzobispo meriti- '
simo de esta Primada de las .Españas. Se hizo todo para todos y
ardió en celo y caridad. Vivió pobre y murió pobrísimo en el día
25 de febrero del año del Sofior 1909. Hogad por él.
-El Cardenal Aguifre, Legado Pontificio en el Congreso Eu-
carístico Intornacional celebrado en Madrid en 1911, yace sepul-
tado frente a la Capilla de la Virgen del Sagrario. Su inscripción
funeraria, en letra gótica, dice así:
Al:F A CHRISTUS OMEGA
Heic. In. Sede. Honoris. Sui
Conditus. Est
Gregorius. Maria. Aguirre. et. García
Domo. Pola. de. Gordon. in
Dime. Oveten
E. S.uaphic. Minoc Ord. Fr,mcisci. Pdtris

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00 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

Lucen. et. Burgen. Emeritus. Pontifex


Archiepiscopus. Toletanus. Hispaniarum. Primas
Indíarumque. Occidentalium. Patriarcha
Presb. Cardin. Título. loan. Apost. Ante. Port. Lat.
Morum. Sanctitate. Religionis. Studio
Pide. et. obsequio. In. Petri. Sedem. Prudenti. Consilio. caritate insignis
Et. Forma. Factus. Gregis. ex. animo
Deccess. VII Eidus. Octobr. MCMXIII
Ann. retal. LXXVIII.
Vive. In. Pace. Christi.
(Eduardo María García Frutos, e Socictate Jesu.)

Versión castellana.
Aquí en la Sede de su honor fué enterrado Gregorio María
Aguirre y García, natural de Pola de Gordón, en la Diócesis de
Oviedo, de la Seráfica Orden de Menores del P. San Francisco,
digno Prelado de Lugo y Burgos, Arzobispo de Toledo, Primado
de las .b:spañas, Patriarca de las Indias Occidentales, Presbítero
Cardenal del Título de San Juan Apóstol ante Portam Latinam,
insigne por la santidad de costumbres, deseo de religión, fe y
obediencia para la Sede de Pedro, prudente consejo y caridad; y
hecho ejemplar de su grey, falleció el día 9 de octubre de 1913,
a los setenta y ocho añ.os de su edad. Vive en la paz de Cristo.
(Compuesta por el P. Eduardo María García Frutos, de la
Compañía de Jesús.)
-El Cardenal Guisasola, fallecido en Madrid a 2 de septiem-
bre de 1920, yace sepultado en el Seminario Conciliar. Hé aqui
la inscripción funeraria:

ALFA CHRISTUS OMEGA


Hic Iacet
Emmus ac Rmus Cardinalis
Victorianus Guisasola
Et Mendez
Archiepiscopus. Toletanus
Obiit die IT Mensis Septembris
Anno Domini MCMXX.
Orate pro eo.
-El Emmo. Sr. Cardenal Almaraz, sucesor del Sr. Guisasola,
falleció en Madrid a 23 de enero de 1923; está sepultado en la

Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
FELIPE RUBIO PIQUE:RAS 91

Iglesia Primada, frente a la Capilla de Santa Teresa, de la que,


corno buen salmantino, era rnny devoto y entusiasta; la lápida,
en bronce, contiene expresiva inscripción en caracteres góticos,
cuyo tenor es así:
Hic
Prope S. Teresim a Jesu Sacellum
Quiescit in pace Christi
Illrnus ad Revdmus. D. Doctor
D. Henricus A1maraz y Santos
S. R. E. Presb. Oardinalis
Archiepiscopus Toletanus
Hispaniarum Primas
Obiit Matriti die XXII mensis Janarii
Anni Domi. MCMXXII
Vix hujus Cathedr<ce Primatialis gubernacula
Tractanda susceperat.
= Vfr ingenio praestans benignitate insignis
Humilitato clarissimus
Doctrinam et virtntcm
Verbo scmper et oxemplo
docnit.
Orate pro eo.
Versión castellana.
Aquí, junto a la Capilla de Santa Tere8a de Jesús, descansa,
en la paz de Cristo, el Ilustrísimo y Reverendísimo Sr. Doctor
D. Enriqnez Almaraz y Santos, de la Santa Romana Iglesia Pres-
bítero Cardenal, Arzobispo de Toledo, Primado de las Espaílas.
Murió en Madrid día 22 del mes de enero, afio del Sefior 1922,
cuando apenas había tomado las riendas del gobierno; varón
excelente por su ingenio, insigne por su benignidad, esclarecido
por su humildad, enseñó siempre ciencia y virtud con su palabra
y su ejemplo. Rogad por él.
-El Cardenal Reig, primero Obispo de Barcelona, luego
Arzobispo de Valencia y por fin Primado de las Españas, en
Toledo, está sepultado en la Primada dentro de la Capilla de la
Virgen del Sagrario. Coronó canónicamente las Imágenes de
Nuestra Señora de la Merced, de los Desamparados y del Sagra-
rio, en su paso por cada una de las tres Diócesis y Archidiócesis,
respectivamente. A tales sucesos religiosos responde el concepto

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92 EPISCóPOLOOIO TOLEDANO

que expresa su lápida funeraria, en bronce, y con tipo de letra


clásico-monumental. Dice de esta manera:
Qui
Virginern : Deiparam
Triplici ; insignivit ; Corona
Ut : in : Crelis : coronetur
Vestras : efflagitat ; preces
D. Henricus : Reig ; Casanova
S : R : E : Card : Presb.
Barcinonensis : Valentinusque
Olim : Antistes
Dein ; Tolet : et : Hisp ; Primas
Obiit : die ; XXV : Augusti
MCMXXVII.
Versión castellana.
El que a la Virgen Madre de Dios adornó con triple corona,
a fin de ser coronado en los cielos, pide vuestras oraciones; (éste
es) D. Enrique Reig Casanova, Presbítero Cardenal de la Santa
Romana Iglesia, en otro tiempo Obispo de Barcelona y Valencia,
y por fin de Toledo y Primado de las Españas; falleció el día 25
de agosto de 1927.

Aquí aJaba la serie de los Arzobispos de Toledo fallecidos


hasta el año 1927. El actual Primado de las Españas, Dr. D. Pedro
Segura, pleno todavía de juventud y vigor, está llamado a gran-
des acontecimientos religio3o-sociales en nuestra nación espaliola,
por las especiales circunstancias en que le ha tocado actuar
(Dictadura, Junta Delegada para el Real Patronato, Nuevo Estado
Pontificio, etc., etc.). Quiera el Señor concederle acierto en su
difícil cargo y conservar su preciosa vida por muchos afios.

Como epílogo y colofón de este Episcopologio Toledano,


damos la inscripción sepulcral del Cardenal Arzobispo de Sevilla
D. Fernando Niño de Guevara, natural de Toledo y candidato a
la Mitra Primada, anhelo no conseguido por cierto, no obstante
su virtud, elevada alcurnia e influencia en la Corte en el siglo
XVI; falleció en Sevilla en 1609 y sus restos fueron trasladados a
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FELIPE RUBIO PIQUERAS 93

Ja Imperial Ciudad, conforme a la voluntad del difunto, siendo


inhumados en el Monasterio de San Pablo, junto al altar mayor
de la Iglesia, en rico mausoleo. Hé aquí el epitafio en cuestión:

D. Fernandus Niño Guevara e Praeside


Granat, Donatus Purpura. Romam abiit
Rediit inde factus Hispanire Inquisitor
Generalis. Hispal. Demum Praesul et Regí
a Supremis Consiliis ob Integritatem
Inrisprudentiam. Pietatem Summis Principi
bus gratus Vixit annos LXVIII. Obiit
Hispali anno.
Salutis M.DC.IX.VI idus Ianu.
Ossa post biennium in Patriam relate
Ad. v. idus Iulii in Maiorum Sepulchris
Propinqui Hoc Tumulo Maestissimi.
R. I. P.

Versión castellana.

D. Fernando Niño de Guevara, Presidente de Granada, des-


pués de recibir la Púrpura, marchó a Roma, de donde regresó
hecho Inquisidor General de Espatla y por fin Arzobispo de
Sevilla y del Supremo Consejo del Rey, siendo muy apreciado
de los Supremos Príncipes por su integridad, jurisprudencia y
piedad; vivió sesenta y ocho afios; murió en Sevilla afio de nuestra
reparación 1609. Trasladados sus restos a su patria después de
dos a.ños, le depositaron sus afligidos parientes en este túmulo
dentro del panteón de sus antepasados a 11 de julio. Descanse
en paz.

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94 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

Versión castellana de las Laudas Arzobispales sitas


a la entrada de la Sacristía de la Catedral Primada.

Francisco Jiménez, Cardenal y Gobernador de Espafia y con-


quistador de África. Murió a 8 de Noviembre de 1517.
-Guillermo de Croy, Cardenal, flamenco de nación. Murió en
Alemania sin ver a Espafla, a 11 de Enero de 1521.
-Alfonso (tercero) de Fonseca, varón pío y clemente. Murió
en 4 de Febrero del afío 1584.
-Juan (sexto) Siliceo, Cardenal, maestro del Rey Felipe U;
padre de los pobres y restaurador de las leyes de los Santos en
la Iglesia de Toledo. Murió en 31 de Mayo de 1557.
-Bartolomé Carranza Miranda, de la Orden de Predicadores
Arzobispo de Toledo. Murió en el año del Señor 1575, el d1a'
siguiente de las Kalendas de Mayo (-día 2-).
-Gaspar Quiroga, Obispo, Cardenal, Inquisidor General de la
virtud de la Fe y de la Heligión; todo, pues, lo más elevado con-
siguió. Murió el día 20 de Noviembre de 1594.
-Alberto, Cardenal, Archiduque, hijo de Maximiliano de
Austria, hermano de Fernando y de Carlos V, restauradores del
Imperio Romano, electo (Arzobispo) de Toledo; luchó con todas
sus fuerzas contra los 'rebeldes belgas; y tomada por esposa Isabel,
Infanta de Castilla, consiguió el Señorío de Bélgica. Renunció el
Arzobispado a 9 días del mes de Julio de 1598.
-García Loaysa Girón, maestro de Felipe III, Rey de las
Espafias; ejemplar en la modestia y eminente cnltivador de la
Disciplina eclesiástica y de todas las virtudes. Murió en el día 22
de Febrero de 1599.
-Bernardo Sandoval Rojas, Cardenal, Inquisidor General,
piadoso para Dios y para sus padres, liberal para con los pobres,
cortés para con todos por su afabilidad. Murió el día 10 de
Diciembre de 1618.
-Fernando, nieto, hijo y hermano de los Felipe II, III y IV,
respectivamente; Cardenal de la Santa Romana Iglesia y adminis-
trador perpetuo de la de Toledo, moderador supremo en la gue-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
FELIPE RUBIO PIQUERAS 95
"" -
rra de los belgas y en la paz con su hermano; anciano por la
virtud, joven por la edad. Murió a 10 de Noviembre de 1641.
-Gaspar de Borja y Velasco, Presbítero Cardenal de la Santa
Romana Iglesia, Obispo de Albano, protector de España en Roma,
embajador del Rey en Nápoles, y por fin Arzobispo de Toledo;
lleno de piedad y de edad murió a 28 de Diciembre de 1645.
-Baltasar Moscoso y Sandoval, de la Santa Romana Iglesia.
Arzobispo de la de Toledo, del H.eal Consejo; piadoso, humilde y
constante y en defender la justicia y la inmunidad de la Iglesia,
fuerte. Murió en buena ancianidad a 18 de Septiembre, año 1665.
-Pascual de Aragón, Presbítero Cardenal de la Santa Romana
Iglesia, protector de España en Roma y embajador en nombre
del Rey en Nápoles, Inquisidor General, Arzobispo de Toledo,
del Consejo de Estado y del Gobierno Universal de estos Reinos
en la menor edad de Carlos II; Presidente d(:'l Consejo de Arag6n;
defensor de los templos, de la cultura y de la inmunidad (ecle-
siástica). Piadoso, ,·igilante, pacífico, humilde y cumplidor feliz
de sus cargos, murió prematuramente el día 26 de Septiembre,
año de 1677, a los cuarenta y dos de su edad.
-Luis Manuel Portocarrero, de la Santa Romana Iglesia,
Obispo Cardenal Prenestino, Arzobispo de Toledo, Primado de
las Españ.as, Gran Canciller de Castilla, Consejero Protector del
Real Senado, Caballero de la Santa Orden del Espíritu Santo,
Gobernador del Reino de Sicilia en nombre del Rey, dos veces
Embajador ante la Santa Sede, no una sola vez Gobernador único
del Imperio Hispánico; verdaderamente padt"e de los pobres,
piadoso, benigno, modesto; instituyó a los niños expósitos en el
Hospital de Santa Cruz de Toledo por herederos. ¡Oh dolor! La
piedra preciosa de los sacerdotes engastada en el anillo de la
eternidad cerró el último día el 13 de Septiembre del año del
Señor 1709, de sn edad el 76 y de su pontificado el 32.
-Francisco Valero y Losa, fué contado con perfectisimo de-
recho entre los más sabios en Sagrada Teología en Alcalá; consa-
grado Obispo de Badajoz, fué luego r>romovido a la Sede Prima-
da do Toledo; suave en sus costumbres, dulce en su conversación,
pobre por sus dádivas, rico por su misericordia, admirable por su
celo, eximio por su humildad; deseando disolverse y estar con
Cristo, consiguió la eterna libertad el día 23 de Abril, ano 1720,
a los cincuenta de su edad.
-Diego de Astorga, de la Santa Romana Iglesia Presbítero
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96 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

Cardenal, primero Obispo de Barcelona y después de Toledo,


Primado de las Esrrnüas; foé el primero que usó el título de
Excelencia transmitido perpetuamente a sus sucesores; Inquisidol'
General, Gran Canciller de Castilla y del Consejo secreto del Hey
Luis; a quien su celo ardiente, unido con un genio piadoso para
con los pobres y dulce para con todos, le harán querido de todos,
y más perenne todavía por los mármoles levantados por él a la
Sagrada Eucaristía (-obra del Transparente-); lleno de días
vivió el último el 9 do Febrero, afio del Seüor 1784.
-Luis, hijo de Felipe V, hermano de Fernando VI, Infante de
España, Cardenal de la Santa Homana Iglesia, administrador de
la de Toledo, insigne por sn piedad, amable para todos; renunció
el arzobispado el día 18 del mes de Diciembre de 1754.
-D. Luis Fernández de Córdoba, Conde de Teva, Prelado y
PrimHdo de esta Santa Iglesia, Canónigo, Decano y Arzobispo,
Presbítero Cardenal de la Santa Iglesia Homana; brilló por sus
excelsas virtudes; se distinguió por su celo en favor de la Iglesia;
especialmente aventajó a todos por su misericordia a los pobres;
murió coµ gran detrimento de toda la república el día 26 de
Marzo, afio de 1771, a los setenta y seis de su edad.
-Francisco Antonio, de la Santa Homana Iglesia, del Título
de los Doce Santos Apóstoles, Presbítero Cardenal Lorenzana,
natural de León, descmpofló con toda diligencia la Canonjía Doc·
toral en la Iglesia de Sigüenza, Canónigo y Abad de San Vicente
en esta Primada, Vicnrio General de la Diócesis, Obispo de Pla-
sencia, Arzobispo de México, Caballero condecorado con la Gran
Cruz do Carlos III; notable por su amor a los pobres, a las letras
y artes bellas; enviado a Homa por ol Hey Católico para consolar
al Pontífice Máximo Pío VI en sus sufrimientos. Después de haber
llenado las buenas partes de un óptimo Pastor, lleno de méritos y
grabado por los aiios, voluntariamente dimitió el cargo pastoral
el día 22 de Diciembre del año de 1800, a los setenta y ocho
de su edad.
-Luis de Borbón, Infante, nieto del Hey Felipe V, de su hijo
Luis; do la Santa Homana Iglesia Presbítero Cardenal, primora-
mente Arzobispo de Sevilla y luego de Toledo: piadoso, manso,
suave, benéfico, diligentísimo custodio de los Ritos Sagrados y
peritísim@ defensor de los mismos. Murió en Madrid el día 18 de
Marzo de 1823, a los cuarenta y seis ele su edad.
-Pedro de Inguanzo y Rivero, de la Santa Romana Iglesia
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
FELIPE RUBIO PIQUERAS 9/

Prasbítero Cardenal, Arzobispo de Toledo; noble asturiano, brilló


por su cargo de Canónigo y Doctoral en la Iglesia de Oviedo y
por el de Obispo en la de Zamora; por esto, muy insigne en sus
méritos, fué elevado a esta Primada. Después, fué Decano en los
Reales Supremos Consejos del Estado; condecorado con la Gran
Cruz de Carlos III, Caballero asimismo de la Orden napolitana de
San Jenaro; asistió a la elección del Sumo Pontifice Gregorio XVI
en Roma. Varón eminente por su ingenio, sabiduría, religión,
amor, integridad de vida y alivio de los pobres, defendió valien-
temente en públicos escritos los derechos y disciplina de la
Iglesia; la muerte impidió el éxito. Murió el día 30 de Enero del
año 1836.
-Juan José Bonel y Orbe, fué grande, docto y piadoso pastor,
honor, alabanza y gloria de su patria, Pinos del Valle. Entregada"
a las letras, singular aprendiéndolas y enseñándolas, adquirió fama
de inteligente y docto. Era todo para todos; nulo para sí. Insigne
por su prudencia en cosas y tiempos dificilísimos, admirable por
la sagacidad de su ingenio, suave y desconocedor siempre del
castigo; accesible a todos, arrastraba amante los corazones. Con
aplauso de los buenos, fué electo Obispo de la Isla de Ibiza, y
después rigió lag Iglesias de Málaga y Córdoba con suma vigilan-
cia, suavidad y beneficencia. Promovido a la :Metropolitana de
Granada y nombrado después Patriarca de las Indias, gobernó
por último la Iglesia Primada de Toledo con gran sabiduría y
pronto celo; estuvo condecorado con el Gran Collar de las órde-
nes ecuestres de Carlos III e Isabel la Católica y adornado con el
honor de Primado en el supremo Senado. La Reina Isabel II, muy
esclarecida y dadivosa, le eligió por director de su conciencia.
Eximio devoto del Papa Romano, Pío IX, Pontífice Máximo, le
inscribió en el número do Presbíteros Cardenales bajo el titulo
de Santa María de la Paz. Amantísimo de la paz, no rehuyó
la lucha por la defensa de los sagrados derechos y rebatió valien-
temente de palabra y por escrito a los novadores impíos. Llevado
de la tierra a las alturas el día 11 de Febrero del año 1857, des-
canse por siempre en el aula del cielo rogando por nosotros, y
allá vayamos nosotros también. Amén.
-Fray Cirilo de Alameda y Brea, Prelado excelso, moderador
insigne de la Orden Seráfica y varón ilustrísimo en todas las
cosas, estos hechos de su vida deja, buGno y piadoso, para memo-
ria y ejemplo de los venideros. Nacido de padres humildes en el
.,
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98 EPISCOPOLOOIO TOLEDANO

pueblo de Torrejón de Velasco, cerca de Madrid; llamado desde


el siglo a una vida más estrecha, abrazó, muy jovencito todavía, la
Regla de San ·Francisco, por inspiración divina; elevado a los car-
gos más honrosos de la Orden, desde luego apenas si había cum-
plido el afio décimo octavo de su profesión, a los treinta y seis de
su edad, cuando un nobilísimo Capitulo le eligió Ministro General
de los Menores observantes. Durante el tiempo en que ejerció la
Suprema Prelatura, fué el amor y el deseo de sus súbditos; cele-
bró Capitulo General en Alcalá de Henares; prevaleció en él el
orden y presidió la concordia; Fernando VII le tomó por conse-
jero y le honró con el cargo de Senador en el Supremo Consejo
de Castilla. Cediendo a la voluntad del católico Rey, más bien que
a la suya, tomó el gobierno de la Iglesia Arzobispal de Santiago,
en la Isla de Cuba, no sin haber rechazado antes la Sede Tarraco-
nense, en tiempos dificilísimos; trasladado después a la Metropo-
litana de Burgos, fuó asunto por fin a esta Cátedra Primada de
las Espafias que, como las anteriores, rigió con paternal cuidado
y con agudo ingenio condujo, siempre reinando deshecha tem-
pestad. Honrado con singular estimación por Gregorio XVI, el
Sumo Pontífice Pío Papa IX, no olvidado tampoco de tan gran
Prelado, le elevó a la dignidad cardenalicia. También los Reyes
de España y de Francia le confirieron muchas condecoraciones y
entre otras la gran Cruz de Carlos III y la Legión de Honor. Era
varón dotado de alta mentalidad, grato por condición, elocuente
en su modo de hablar, eximio en el oficio do la piedad, tenaz en
la justicia, de mano larga para los desgraciados y otorgando lo
digno a los dignos. Por fin, agotado por la edad, lleno de trabajos
y de méritos, se durmió en el Sefior, en Madrid, día primero de
julio del afio 1872.
-Juan Ignacio Moreno y Maisonave, del Título de Santa
María de la Paz, Presbítero Cardenal, Prelado toledano, caballero
gran Cruz de Carlos III y de Isabel la Católica, nacido en Guate-
mala en América, de padres ilustres, obtuvo el Doctorado en
ambos Derechos en Madrid el día en que subió al altar por vez
primera; aunque apenas si contaba treinta y un años, se le enco-
medó el oficio de Vicario General en Burgos, luego la dignidad
de Arcediano de la misma Metropolitana, y últimamente el de
Magistrado del Supremo Tribunal de la Rota. Por entoces, con-
sagrado Obispo de Oviedo y elevado por su actuación piadosa a
la Cátedra de Valladolid, la decoró con la Sagrada Púrpura y la

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FELIPE RUBIO PIQUERAS 99
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acrecentó con esclarecidos méritos. Se sentó en el Concilio Vati-


cano y con letras pastorales y exposiciones publicadas, hirviente
la cruel borrasca do la Revolución, vindicó valientemente a la
Iglesia. Fué ejecutor prudentísimo de las Bulas Quo gravius y
Quae diversa,, acerca de la supresión de las jurisdicciones exentas
en Espafia y también de la ad apostolicam sobre la Diócesis del
Obispo Prior de las Ordenes Militares. Ultimamente, sentándose
en esta Cátedra Toledana, estuvo presente a la elección, en Roma,
del Papa León XIII. Restauró la Iglesia de San Jerónimo, de Ma-
drid, y el Colegio de Infantes para el servicio del Coro en Toledo,
y en varios lugares dejó monumentos de su solicitud pastoral y
piedad. Hombre plenamente grato por la óptima índole de todas
sus cualidades y dotado de formas urbanísimas, era pronto para
otorgar beneficios; justo en sus juicios; rápido en el despacho
de los negocios; de recto criterio en la deliberación de las cosas
de fe; solícito en promover la piedad; defensor de los derechos
de la Iglesia hasta el instante de la muerte. Murió en Madrid
el 29 de agosto del afio del Señor, 1884, a los sesenta y seis de
su edad.
-Padre Ceferino González, de la muy ilustre Orden de Predi-
cadores, después de tomar el blanco hábito de Santo Domingo en
el Colegio de Ocafía, asumió la primacía de· la Filosofía cristiana,
en el mismo Colegio, con aplauso de todos, entre los alumnos;
insigne por sus costumbres, libros y magisterio, brilló en la Uni-
versidad de Manila y en todo el orbe de las tierras, a manera de
lámpara encendida; rigió las Sedes de Córdoba y Sevilla; recibió
del Pontífice en Roma el birrete rojo, juntamente con el Titulo
sobre la Minerva el día 10 de Noviembre de 1884, y en 25 de
Marzo del afio siguiente, fué nombrado Arzobispo de Toledo.
Renunciando a esta Sede, nuevamente rigió y dimitió lá de Sevi-
lla, y exento ya de todo cuidado, se dedicó enteramente por cai1i
cinco años en llevar una vida santa y en ocuparse de los libros.
Murió en Madrid en el Convento Dominicano De la Pasión, el
día 29 de Noviembre de 1894, con gran duelo de toda España, y
aun de Roma y del orbe. El que fné vaso y receptáculó de tanta
gloria, ¡oh dolor!, yace caído en Ocafl.a en riquísimo mausoleo
erigido por la piedad y cuidado del ejecutor testamentario ,
discipulo predilecto y amigo Excmo. Sr. D. Alejandro Pidal
y Mon.
_;Miguel Payá y Rico, del Título de los Santos Quirico y
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100 EPISCOPOLOGIO TOLEDANO

Julita, de la Santa Romana Iglesia Presbítero Cardenal, Patriarca


de las Indias Occidentales, Arzobispo de Toledo, Primado de las
Espafias, Capellán Mayor de la Majestad Real, Vicario General de
los Ejércitos nacionales, Comisario Apostólico de la Bula de Cru-
zada, condecorado con el Collar de la esclarecida Orden de
Carlos III y grandes cruces de Isabel la Católica y del Mérito
Militar; Canciller Mayor de Castilla, Senador del Reino; nació en
Benejama, de padres ilustres; después de conseguir el Doctorado
en Teología y Filosofia en Valencia, enseñó letras divinas y
humanas. Posteriormente rigió saludablemente en el Se:nor la
mencionada Parroquia, y vuelto a Valencia y hecho Canónigo
'l'eólogo, explicó admirablemente la Sagrada Escritura. Creado
Obispo de Cuenca, fué pronto al Ecuménico Concilio Vaticano, y
en la Congregación general octogésima de aquel sacrosanto Síno-
do, tuvo un discurso en favor de la Infalibilidad Pontificia, cele-
bérrima entre las más célebres, cuya fama se extendió por todas
partes. Elevado a la Sede Arzobispal compostelana, y decorado
con la Púrpura Cardenalicia, asistió a la elección del Papa
León XIII en Roma. Fundó el Manic.onüo vulgarmente llamado
de Conjo para curación de mentecatos, no sin grandes dispendios,
y encontró los venerandos cuerpos de Santiago Apóstol y de sus
discípulos Atanasio y Teodoro, que fueron solemnemente decla-
rados auténticos por la Sagrada Congregación de Ritos. Por
último, teniendo el gobierno de la Diócesis toledana, con ánimo
viril levantó el nuevo Seminario Central de San Ildefonso sobre
los cimientos tiempo había asentados por el Cardenal Inguanzo.
Fuó esclarecido por su ingenio, encendido por el celo, ardiente
por la caridad, pronto para las cosas difíciles, solícito de la salud
de las almas, incansable en el cumplimiento del oficio pastoral,
ncérrimo en defender los derechos de la Iglesia tanto de palabra
como por escrit0. Reparó los templos, monasterios, palacios epis-
copales y casas parroquiales. Murió en Toledo en la Vigilia de la
Navidad de Nuestro Señor Jesucristo, afio de 1891, cumplido e1
ochenta de su edad.
-Antonio, Cardenal Monescillo y Viso, esclarecido Primado
de Espaila, fué oriundo de la villa de Corral de Calatrava y
nacido de padres honestos en el año del Señor 1811; excelente
desde la niñez por su claro ingenio y piedad, cursó la Filosofía
en el Colegio de Santa Catalina, de Toledo, y la Teología en la
Universidad de la mif»ma ciudad, siendo graduado de Doctor por
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FELIPE RlJBJO PIQUERAS 101

el Claustro a los veintitrés años de su edad, en certamen público


y glorioso, en el que aventajó a todos por su gran sabiduría y
erudición. Ordenado in Sacris, brilló por su celo y doctrina. Fué
nombrado Vicario (vere nullins), Canónigo de Granada y Maes-
trescuela de la Iglesia de Toledo. Después, en el afl.o de 1861, fué
promovido al Obispado de la Diócesis ele Calahorra, y luego rigió
y gobernó con admirable orden y sabiduría las de Jaén y Valen-
cia; últimamente, creado Cardenal de la Santa Homana Iglesia con
el Título de San Agustín in Urbe por el Santísimo Papa León XIII
en el afio 1884, descansó en la Archidiócesis toledana, concedida
como premio a una vida trabajada duranto sesenta afíos en la
defensa constante y viril de las libertades e inmunidades eclesiás-
ticas y también el derecho y potestad temporal del Homano Pon-
tífice. F'ué varón esclarecido por su vida, ciencia, oratoria, letras
y limosnas. En las Cortes Constituyentes del Reino en el afio 1869
fué confesor intrépido de la Santísima Trinidad y defensor imper-
térrito de la reintegración de la Unidad Católica. Tuvo gran
devoción a la Bienaventurada Virgen Maria. Se distinguió por su
modestia en las cosas prósperas y por su integridad en las adver-
sas. Murió en el afio 1898 el día 11 de Agosto, a los ochenta y seis
de 2u edad.
-Ciriaco María Sancha y Hervás, del Título de San Pedro
in Monte aureo in Urbe, de la Santa Romana Iglesia Presbltero
Cardenal; Patriarca de las Indias Occidentales, Arzobispo de Tole·
do, Primado de las Espal1as, Capellán Mayor de la Real Majestad,
Vicario General de los Ejércitos nacionales, Comisario Apostólico
de la Bula de la Cruzada, condecorado con el Collar de la insigne
y Real Orden de Carlos III y con la gran Cruz de Isabel la Cató-
lica, Senador del Heino. Nació de padres humilde!! en la aldea de
Quintana de Pidio, en la Diócesis de Burgo de Osma, de cuyo
Seminario Conciliar fué alumno y digno Profesor; defendió
valientemente la libertad y unidad eclesiástica en la Isla de Cuba.
Primeramente fué creado Obispo Auxiliar (areopolitano) del
Emmo. Sr. Cardenal Moreno, Arzobispo de Toledo; luego Obispo
de Avila y de Madrid-Alcalá; elevado a la Sede Arzobispal de
Valencia, fué promovido a la dignidad de Cardenal por sus rele-
vantes virtudes y a causa de los grandes trabajos sufridos por la
gloria de Dios, la Iglesia y la Sede Apostólica. Asistió a la elec-
ción de Pío X en Roma. Creador de los Congresos Católicos Na-
cionales y del Primer Congreso Nacional Eucarístico celebrado on
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ió2 Ei>ISCOPóLOÓIO TOL~DANÓ

la Archidiócesis de Valencia; encendido en celo por la salvación


de los obreros, condujo a veinticinco mil de ellos a los pies
de León XIII. Ultimamente rigió y gobernó con admirable orden
y sabiduría la Diócesis de Toledo. Haciéndose todo para todos
y ardiendo en caridad y celo, vivió siempre pobre y pau-
pérrimo murió en Toledo el día 25 de Febrero del año del
Sefíor 1909.
-A la memoria y nombre de Gregorio María Aguirre García,
natural de Pola de Gordón, en la Diócesis de Oviedo; de la Será-
fica Orden de los Menores del Padre San Francisco, el cual, des-
pués de los pontificados de Lugo y Burgos, vino al Arzobispado
de Toledo, Primado de las Espafias, siendo a la vez Patriarca de
las Indias Occidentales y Presbítero Cardenal con el Título de
San Juan Apóstol ante Portam Latinam. Fué insigne por la san-
tidad de costumbres, deseo de religión, fe y veneración para la
Sede de San Pedro, consejo prudente y caridad; y convertido en
norma para los diocesanos, murió en 9 de Octubre de 1913, a los
setenta y ocho de su edad. ¡Ojalá vivas en la paz de Cristo!
(Eduardo María García Frutos, de la Compañía de Jesús.)
-Enrique Almaraz y Santos, del Título de San Pedro in Monte
aureo in Urbe, de la Santa Romana Iglesia Presbítero Cardenal,
Arzobispo de Toledo, Primado de las Espafias, Gran Canciller de
Castilla, Capellán Mayor de la Real Majestad, Comisario General
Apostólico de la Bula de la Santa Cruzada, Caballero de la Orden
Real de Carlos III y condecorado con el Collar y gran Cruz de fa
misma, Socio y Capellán de la Real orden ecuestre Sevillana,
Socio correspondiente de la Real Academia de la Historia, Sena-
dor del Reino, etc., etc.; nacido en el pueblo de La Vallés, apren-
dió y enseñó en Salamanca letras divinas y humanas, y apenas
ordenado de P1,esbítero y obtenido el Doctorado, ganó en la
Catedral Basílica de Salamanca la Canonjía Magistral; Secretario,
después, del primer Obispo de Madrid-Alcalá y designado Deán
de la Catedral matritense, trabajó asidua y laudablemente en los
Congresos Nacionales desempeliando el cargo de Secretario;
nombrado Obispo de Palencia, recorrió toda la Diócesis en tres
visitas pastorales; arregló las parroquias según las normas del
Derecho, celebró felizmente Sínodo Diocesano, libró de inminente
ruina con suntuosa reparación celebérrimos templos, monasterios
y casas parroquiales, y promovió con todas sus fuerzas las obras
sociales. Promovido a la S.ede de Sevi'Ha, arregló las parroquias
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. 6/1929
i'~LIPE RUBIO PIQUEltAS


de la Diócesis a la verdadera norma plausible del De·recho; oori-
voeó y presidió el Congreso para la restauración de la Música
Sagrada y la Semana Social Hispalense; a causa de estos y ott·os
méritos esclarecidos, fué por Pío X inscrito en el Senado de Padres
Purpurados; asistió a la elección de Benedicto XV. Instituyó el
Gran Día de la Prensa Católica, por todas partes extendido; y,
por fin, dejó todo preparado para celebrar Sínodo Provincial.
Orador excelente entre los más aventajados de España, tuvo dís-
cursos eximios en ciertos acontecimientos; entre ollos sobresale
la oración tenida en el XXII Congreso Eucarístico Internacional,
la que, divulgada por todas partes, afirmó y corroboró la fama
de orador adquirida desde mucho tiempo babia¡ cuidadoso de la
salud de las almas, enseiló siempre doctrina y virtud, tanto con
su palabra como con su ejemplo. Ultimamente, elevado al Arzo-
bispado de Toledo, dió prudentes normas acerca de la Acción
Social Católica y publicó sapientisimos consejos para regular los
Sindicatos católico-agrarios; dedicado a óstos y a otros muchos
trabajos, apenas había empuñado las riendas de esta Catedral
Primada, la muerte oprimió a varón tan grande el mismo dia en
que Benedicto XV salió de esta vida, en 22 de Enero, afl.o del
Señor 1922, de su edad el septuagésimo cuarto.

Terminadas las versiones de tanta y tanta inscripción, debemos


declarar, paladinamente, que en su mayoda son obra personal
numitra, y que una mínima parte está tomada de Sixto Ramón
Parro (V. Toledo en la Mano), después de compulsar el texto y
de ver que su traducción es tan exacta, tan perfecta, que no
admite mejora. Tampoco nos pertenece la traducción del latin
referente al mausoleo del Cardenal P. Ceferino González, en
Ocaña; corresponde al R. P. Director actual del Convento, Fray
José González, al que expresamos nuestro reconocimiento por su
solicitud en remitirnos tan interesante trabajo. Por lo demás, no
nos lisonjeamos de que nuestra versión sea siempre purista, la
más exacta, la mejor; lo que si afirmamos es que la perfección
con que estudiamos el latín en el Seminario de Cuenca y Uclés
en los primeros años de carrera y luego en la Universidad Cen-
tral, mas la publicación de tal cual trabajo sobre el idioma del
Lacio (v. gr. El Latín de la Edad Media y multitud de artículos
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104 l':PISCOPOLOÓIO 'fOLEDANÓ

esparcidos de acá para allá), son garantía de que nuestra prepa-


ración para esta clase de trabajos no es de hoy, improvisada, sino
obra de largos años de aprendizaje, casi desde Ja niñez. Sirva
esto de disculpa ante quien considere un atrevimiento el haber-
nos lanzado a obra poco menos que de primera mano y que, a lo
que parece, no ha de caer on el vacío, sino que, muy al contrario,
prestará algún servicio a la cultura patria en su doble aspecto
de investigación histórica y de lección humanista.
J'dtpe llubtn lliqutraa,
Glorrupo11blt11tw.

~ ,. , ...

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ALf'ONSO ReY PASTóll 105
----·--·------------=======

Nota rrlatitnt al brsrubrtmtetttn


he mnnatrnn rntttattnn ru "ija .Alberquilla,..
La riqueza artística de Toledo es inagotable. A pesar de los
destrozos que la •ola civilizadora• causa sobre los restos glorio-
sos de nuestra ciudad, la Providencia compensa de vez en cuando
a los devotos del arte, con el descubrimiento de piezas o frag-
mentos de construcciones y elementos decorativos, de valor
arqueológico notable y de interés histórico transcendental, pues
a veces esos trozos graníticos o de cerámica, diseminados por la
población y sus alrededores, nos permiten reconstruir páginas
dudosas de la Historia de Toledo y por lo tanto, de la Historia
Patria.
Las exigencias naturales de la vida moderna, que tantos sacri-
ficios artísticos han impuesto, ahora, por casualidad en cambio,
nos ha proporcionado el descubrimiento de una parcela de te-
rreno que aprisiona multitud de objetos pertenecientes sin duda
a la civilización romana.
Dentro del término de la finca denominada <La Alberquilla>,
a unos 150 metros al O de la casa de labor de •La Rosa•, en la
zona utilizada para desmonte de tierras de la via férrea en cons-
trucción Toledo-Bargas, aparecieron en el mes de marzo filtimo,
unos restos de pavimento de mosaico que llamaron la atención,
del administrador de la finaa D. Ildefonso Cano.
Diseminados en un área de unos 100 metroa cuadrados, apa-
recen restos de muros, trozos de pavimento de mosaico, un arco
de fábrica de ladrillo semienterrado, numerosas piezas de alica-
tado, tejas, ladrillos, vasijas, etc., todo ello de indudable factura
romana.
Sin perjuicio de hacer un análisis más completo y realizar
exploraciones en el campo citado más adelante, queremos publi-
car esta Nota, para que sirva como elemento de divulgación para
el público en general.
Haremos un estudio rápido de los fragmentos de mosaico, por
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106 LOS MOSAICOS ROMANOS Oá •LA ALBERQUILLA>

ser los elementos más completos, y tal vez los de más valor de
los alli yacentes.
Con el nombre genérico de t:opus musivum• designaron los
romanos, en su técnica constructiva, toda clase de superficies
decoradas con multitud de piezas de colores, incrustadas en un
cemento o mastic. En las diferentes vicisitudes de este arte deco-
rativo, primeramente fuá empleado el copus teselatum'>, formado
con piezas cúbicas de igual tamaño, combinadas de tal modo que
solamente se pueden formar dibujos geométricos, siendo el mo-
tivo ornamentitl la línea quebrada con ángulos de noventa grados.
Más adelante, se da animación a la tracería y se emplean
Hneas curvas, lo cual requiere el empleo de piezas más pequefias,
siempre cúbicas, y se adoptan dibujos de líneas sinuosas que
semejan los anillos ele los gusanos y tal vez que por ello se
llamase copus vermiculaturn•.
La afición a este arte constructivo-decorativo, da lugar a refi-
namientos tales, que se reproducen en mosaico motivos orna·
mentales de todas clases y se pasa del fondo plano de silueta a
la perspectiva y sombra en el dibujo; se representan escenas de
trabajo, de caza, pesca, etc., y, sobre todo, de luchas y carreras.
Con tates perfeccionamientos, llegó a un grado de corrección
máximo el arte musivario, ya conocido por los griegos, si bien
fueron los romanos los verdaderos propulsores en su desenvol~
vimiento.
La parte más delicada del mosaico, es el emblema o parte cen~
tral, generalmente circular o poligonal, en la cual el artífice hacía
derroche de paciencia y habilidad en la ejecución artistica, tanto
por el dibujo como por el colorido e ingenio en el acoplamiento
de piezas.
Otra variedad del mosaico, se obtuvo mediante el empleo de
piezas esmaltadas, lo cual daba al conjunto una gran vistosidad
por-los reflejos producidos; esta especie solamente se aplicaba al
revestimiento de fuentes y piscinas, en los que los efectos eran
maravillosos, sobre todo en las superficies curvas.
Se generalizó tanto el uso del mosaico en el pueblo romano,
que César llevaba en su impedimenta de campañ.a, equipos de
obreros y materiales para fabricar el mosaico que se colocaba en
el piso de sus tiendas.
En cLa Alberquilla> han quedado al descubierto dos trozos
de pavimento de mosaico, uno de ellos complejo, el otro sencillo.
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ALFONSO REY PASTOR 1<>1

Del primero hemos tomado un apunte a escala y del segundo


presentamos la fotografía hecha por D. Pedro Román.
El primero es sumamente heterogéneo; restos de muros de
una construcción quedan aún en pie, sobresaliendo del suelo
unos 40 cm., y marcan la traza de varias habitaciones a compar-
timientos, en los que su pavimento es de mosaico. En unas de
ellas, encontramos la planta rectangular y su pavimento de mo-
saico de un solo color, blanco grisáceo, con piezas de cali21a de
dos centímetros de lado y de aparejo imperfecto.
Al lado de aquellas salas, continúa el pavimento con otro mo-
saico más fino, copus vermiculatum•, con dibujos geométricos de
líneas curvas, muchos de los cuales son conocidos motiv<>s <>rna-
mentales del arte griego y romano. El trazado, es tosco y los
colores empleados varios, predominando el blanco para los fon-
dos, el gris pizarra para la decoración, y como secundarios, entre
cenefas, los rojo, vel'mellón oscuro, ocre, rojo ladrillo y otros de
tonalidades diversas. Es muy frecuente ver intermmpida la ley
general de orden de estos colores, debido sin duda a las repara-
ciones sufridas.
Un detalle que resalta en la composición general' del dibujo,
es un trozo de corona circular, en cuyo espacio aparece el clásico
entrelazado, en forma muy parecida al del mosaico de Cabrahigos
que se encuentra en el Museo Provincial; sin embarg<>', la combi~
nación de colores es distinta.
Esta cenefa circular, nos h,a permitido hacer una reconstruc-
ción teórica en la forma que indica el dibujo: el res:to de la
construcción ha desaparecido totalmente y sería inútil el excavar.
Suponemos que existiría una zona central circular ocupada, p01'
el «flmblema>, el cual sería, naturalmente, una labor artistica. de
valor supel'ior a las partes descubiertas.
Rodeando a dicho cemblema,, quedarían varios espacios
rectangulares ornamentados de modos diversos, dando al con-
junto una animación grande por la variedad de dibujos.
Por la situación de los restos de muros, nos hace comprender
que las salas de pavimento sencillo, serían pequen.os comparti-
mentos contiguos a un amplio vestíbulo o atrio, o tal vez ~tricli­
nium», de alguna villa romana.
El segundo mosaico es un trozo de cenefa decorativa, de unos
dos metros de larga por uno de ancha, y en ella aparece la flor
de loto estilizada, como elemento principal <lel dibujo. La factura
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108 LOS MOSAICOS ROMANOS DE (LA ALBERQVILLA"

es más delicada que la del primer mosaico y las piezas más pe-
queñas. En éste es imposible el deducir trazado del resto del pa-
vimento.
Si examinamos ambos mosaicos en su estructura de fabrica-
ción, vemos que aparecen bien definidas tres capas: primero, una
de hormigón de cascote de ladrillo y mortero de cal, con un es-
pesor de unos 6 centímetros; después otra de mortero de cal y
arena gruesa, en un espesor de unos 3 o 4 centímetros, y por
último, la capa superior de 2 centímetros con las piezas cúbicas
o cteselas» embutidas en un mastic hecho a base de yeso.
Las piezas de los mosaicos sin dibujos son, toscamente talladas
y tienen 3 centímetros de arista en su mayoría. Su colocación no
corresponde al •Opus teselatum• propiamente dicho. En las zonas
de tracería geométrica los cubos son de un centímeitro de arista,
si bien algunos llegan al mínimo de 6 milímetros.
Al contemplar esto~ restos, tan atrayentes del arte romano,
hemos creído necesario hacer una comparación con los maravi-
llosos mosaicos de la Fábrica de Armas, ya conocidos por los
sefl.ores Académicos y sobre los cuales emitió su informe el insig-
ne escavador D. José Ramón Mélida.
Los de <La Alberquilla» representan una labor mucho más
imperfecta que los de la Fábrica. y la diferencia es muy notable.
A primera vista aquéllos parecen de una fecha muy anterior;
pero };'>Or otro lado nos hace suponer, que al existir las villas de
recreo por los alrededores de Toletum, sería en la época del
esplendor de esta ciudad y no diferirían en muchos años las
construcciones de las Huertas del Rey, Oabrahígos, Alberquilla,
etcétera, de las otras de la Vega, tal vez simultáneas de las otras
construcciones oficiales, como circo, templos, naumaquia, anfitea-
tro, etc. Todo ello correspondería a las épocas de los emperado-
res Trajano o Adriano, según indica Mélida, o sea, a principios
del siglo II de nuestra era.
No es disparate suponer que aun dentro de una misma
época, habria diversas clases de fortunas y de gustos entre los
dotentados, que tenían medios para construir sus viviendas de
reposo en los lugares pintorescos próximos al río, y por ello
habría villas más o menos lujosas con piezas decorativas de
diversos órdenes y ejecutadas por artistas más o menos hábiles.
La situación indudable do aquellas construcciones en sitios
tan apartados, así como la frecuencia de hallazgos parecidos por
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ALFONSO REY PASTOR 109

muchos lugares del extrarradio, sobre todo en las vegas del Tajo,
nos demuestran que la población romana de Toletum fué mucho
mayor de los que nos dicen los cronistas, y que al deducir nos- ·
otros para el circo romano una capacidad de 20 a 30.000 espoc-
tadores, no resulta una cifra disparatada, sino muy lógica, y por
ello no estaría tampoco muy lejos de la realidad el suponer que
el número de habitantes de la población llegase a 100.000.
Ya que hemos hecho referencia a los mosaicos emplazados
bajo el solar de la Fábrica de Armas de Toledo, quiero consignar
las últimas líneas para indicar el peligro inminente en que se
encuentra esta obra maravillosa, uno de los ejemplares más
valiosos del arte romano en este género ..
Digna de alabanza es la construcción realizada para conservar
el mosaico, y en ello tuvo buena parte nuestro querido compafle-
ro do Academia D. Calixto Serichol, que proyectó aquella cripta
dotándola de todos los elementos necesarios para la conservación
del mosaico y posibilidad de exposición al público.
Sin duda alguna, pocas veces se ha realizado obra igual: No
solamente sQ construye una amplia sala subterránea, sino que se
imtala un motor-bomba de achique para expulsar el agua, esplén-
dido alumbrado y hasta aspirador para desecar la atmósfera (1).
Pues bien, no obstante la magnífica labor de nuestro querido
compaflero y Directores de la l< ábrica, en la actualidad, el mosaico
se deshace, se desmorona y precisamente ha comenzado su ruina
por la parte central, por el maravilloso "emblema•, obra tan
delicada, que basta decir que algunas de sus piezas presentan en
la superficie un cuadrado de un milímetro de lado, y por afíadi-
dura muchas de ellas son de cuarzo lechoso y labradas con
superficies curvas.
Este mosaico, que puede colocarse al lado de los maravillosos
descubiertos en Tarragona y en Argelia, desaparecerá sin remedio,
puesto que la capa freática que se forma con motivo da los riegos
de la Vega, origina un reblandecimiento en el mastic de las teselas,
y basta que comience en un punto el desmoronamiento para que
siga sin interrupción. ·

(1) Verdaderamente que los amantes del arte en toda época derrochan su
ingenio para conservarlas. Recordemos las instalaciones que los mismos romanos
tenían para evitar las humedades en los mosaicos, disponiendo al efecto canales
subterráneos por los cuales circulaba aire caliente.

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110 LOS MOSAICOS ROMANOS DE <LA ALBERQUILLA>

Por otro lado, e$as aguas están cargadas de fuerte dosis de


sales cálcicas y magnésicas, y depositan sedimentos tales, que en
el medallón o •emblema~ del mosaico pequeño, se ha borrado
casi por completo el dibujo. La única solución posible sería el
levantar los dos mosaicos y colocarlos en lugar adecuado. Nada
hay imposible hoy día para la técnica constructiva; las dificul·
tades son las del orden económico, pues tal opera'.lión representa
bastante costo para realizarla con la completa garantía de éxito;
manos hábiles no faltan y buena voluntad tampoco.
Permitidme, señores, esta pequefia digresión, pero ya que de
mosaicos toledanos hemos tratado, expongo mi modesta opinión
en este asunto y doy cuenta a esta Academia del resultado de mi
visita a la Fábrica, realizado por los motivos antes dichos.
Vuelvo a rogar a los Sres. Académicos, que no tomen esta
nota como un informe, sino como una primera impresión de mi
visita a los lugares citados. Autoridades en la materia tenemos
entre nuestros compañ.eros, y de ellos esperamos que cuando se
realicen algunas exploraciones en •La Alberquilla) nos den
entonces liiU informe técnico doctrinal.
.M!onso Jltg Justor,
Nttmrrarlo.

Toledo 30 junio 1929.

" '' 11 ,,

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JOSÉ M.ª CAMPOY 111

lnrumeutn.a itté1'itn.a.
--=--

Carta del Lic. Sebastián de Garay, canónigo-obre.ro, al Carde-


nal Sandoval y Rojas.
Toledo, 20 de ~ago de 1617.

«Iltmo. Señor.=Hoy a medio día me llegó una carta del Ca-


bildo, en que me pide que yo fuesa a llevar esa que escribe a
V. S. l. y a decir lo que se en razon de lo que contiene, para que
con ella y con ello se asigurase mas el alcanzar de V. S. I. lo que
suplican; y queriendo yo executar luogo lo que me pedian, ya
por hacerles este gusto, ya por el que yo babia de sacar de volver
a besar su mano de V. S. I., no me ha sido posible hallar en que
ir, a oausa de que con las fiestas de ese lugar no hay en este
coche ni mula desecupado; respeto de lo cual y a mas no poder,
me determiné a imbiar un correo con este, supltcando humilde-
mente y con suma instancia a V. S. I. (que asegurandose de que
es cierto cuanto el cabildo escribe en el particular en que hace
súplica) se sirva V. S. I. de concedersela, y de mandar al Tenient&
Vicario que no se entrometa en mas en la procesion del Corpus
de en lo que suelen hacer en el claustro ordenando las Cofradías,
porque de querer gobernar en las calles, resultarian grandes
desabrimientos que pueden atajarse aun ahora mejor que nunca,
respeto de no hallarse allí el Vicario, y cierto S. I. que cuando
se hallara me pareciera justisimo que le mandara lo mismo V. S. I.,
siquiera por esta vez, hasta que mas informado de la razon que
tiene el Cabildo, vea lo que ha de mandar V. S. L para otras, que
yo no dudo de que ha de ser lo mismo; porque jamas se ha visto lo
contrario, que es con lo que parece que se hace induvitable la
justificación del Cabildo, y con el cuidado que sus Comisarios
ponen en que 111. proJe~ion vaya muy bi.en re~ida, y oon suma

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112 DOCUMENTOS INÉDITOS

decencia, que es lo que mas ha de desear V. S. I. cuya S. p. gue


nuestro Sor. tantos y tan dilatados años como deseo.
Suplico a V. S. I. que mande se me despache luego al que lleva
esta, porque solo espero a que vuelva para partirme yo a Toledo.
Iltmo. Sor.=B. l. p. de V. S. I. su m. criado.=Lic. Garay.»

II (

Memorial dirigido al Cardenal Sandoval y Rojas por Juan Bcw-


tista Monegro, maestro mayor de las obras del Cabildo Pri-
mado.
12 de Febrero de 1618.

clLTMO. SENOR:

Forzosome es en el fin de mis pequeños servicios para entre-


tener a V. S. I. un rato de sus continuos cuidados traerle a la
memoria las mejoras y utilidades de algunas cosas particulares
que por orden y mandato de V. S. se han mejorado desde que
V. S. I. me hizo merced del oficio de maestro mayor, principio
del afío de 607; y dejo aparte la principal de Ntra. Señora del
Sagrario, porque esta está muy celebrada por personas doctas:
pero de las particulares, que yo diré y es bien que no queden
sepultadas, pues por mandato y industria de V. S. unas de ellas
de asperas se han hecho dulces, otras de oscuras y intratal:Xes
claras y usuales, 'y otras de mal situadas y defectuosas convertidas
en bueno y apacible uso, como y todo se vera puesto en obra,
y V. S. lo ha visto.
La primera que V. S. me mandó que se remediase fue el
abajar las gradas del altar mayor que estando de catorce dedos
de alto cada una, que estaban muy asperas y penosas, y en tiempo
de Nicolas de Vergara V. S. mandó juntarnos para remediallo, y
por algunos inconvenientes que tenia considerados Vergara, se
quedó por entonces; estando esto fijo en mi memoria, y man-
dandomelo V. S. lo trabajé y estudié de manera que pudo salir
seguro con la impresa y finalmente baje el suelo sobre las gradas
dos pies y cuatro dedos y quedó cada grada de diez dedos de
alto, cuatro menos altas que las antiguas, y con esto pude mudar
el llltar mayor dandole paso por detrás eón much3 comodidad; y
de todo esto, la primera vez que V. S. bajo las gradas me hizo
merced de abonallas y decirme que estaban muy buenas.

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JOSI~ M.ª CAMPOY 113

Item en la silla arzobispal que se armaba el sitial sobre unas


portezuelíls movibl8s de nogal y el sitial estaba sin firmeza y mo-
viendose, y mo maml.l> V. S. que lo enmendase; quite Jas porte-
welas que eean de listones de nogal y emhfü•azaban la subida, y
en los dos balaustres de metnl de la silla hechó unas mgollas en
que se pueden quitar y poner unos hierros dorados a modo de
cartelones que reciben la tabla del sitial cantelado todo que esta
muy fijo y firme, de manera que la primera voz que V. S. lo
probo, bajando por las gradillas me honro mucho su S. I. <gran
maestro sois .Juan Bta.» y como de tan gran prelado lo estimé en
mucho.
De mas de esto, en la capilla de San Andres, que es ahora
antesacristía y había una pared atravesada que le forzó a Nicolas
de Vergara, por no quítalla, poner la puerta de la sacristia tuerta
y de malísima forma, consíderandolo yo todo, y satisfaciendome
que lo podia remediar sin peligro, fortalecí unos huecos de la
pared, donde estan los letreros de los Arzobispos y beche una
buena bobeda entre ella y la pared de la puerta de la sacristía
fuerte y de muy buena froga, con que alargue la antesacristia, y
en el testero le abri una gran bentana, que dá luz a la antesa-
cristía y a la ante quadra de Nuestra Señora, y de lugar que era
oscurísimo donde no se conocían las personas ni se podía leer
una carta, es ahora lugar mas claro que hay de las puertas aden-
tro de la Santa Iglesia, y de una escalera antigua y mala, deje la
antesacristía mayor y puse la escalera donde no ocupa, y di
buena entrada al patio nuevo.
Jtem en la sacristia que la hallé por cubrir y estaban fabrica-
das las benta.s y muy bajas, agrandé del alto mas de un pie cada
bentana y abri en el testero una bentana sobre la puerta de la
sacristía, que por defuera mira al medio dia, y remedia el dafio
de las lluvias que por aquella parte pueden venir, y la sacristía
quedó muy clara y usual como hoy se puede ver.
-Item que habiendo parecido a Gaspar Yafiez que la portada
principal rlel Sagrario tendría poca luz por escuras las vidrieras
a un pasillo cubierto quite todo el impedimento y lo cautelé, y
quedaron la~ luces bien claras.
-Mas, que informado V. S. que para ver de salir y entrar a la
iglesia dende la puerta de la tripería se mandaba una escalerilla
mala y oscura y peligrosa para males, J salia junto a las letrinas
donde a cada punto se encQntraban hombres y mujeres; V. S. me
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114 DOCUMENTOS INÉDITOS

mandó que lo viese, y hice una traza con que los días pasados se
acabo; y V. S. la postrera vez que estuvo en Toledo la vio y
mostro contentalle.
-El carro que se hizo para la procesion del Corpus por las
calles bien se acordara V. S. que dos veces que se trato del en
tiempo del doctor Garay, yo negue poder ser bueno por el peli-
gro de irse estremeciendo la Custodia llena de tantas piezas, poro f
acomodola el Obrero bien a Nuestra Sefiora cuando se hubo de
mudar, y cuando se puso en él la Custodia mostró bien el perjui-
cio y daño, cosa que por mi parecer nunca se hiciera.
Y <lemas de lo dicho no puedo dejar de traer V. S. a la me-
moria un ahorro y servicio que le hice en lo del dorado de las
rejas, que estando concertadas en cierta cantidad con los oficia-
les que vinieron de Maddd, ha ble a Francisco de Acufia, porto-
gues, y le pedí que viesemos si podía hacer la obra del dorado
por menos cantidad, porque era el concierto que del costado de
cada balaustre grande se le había de dar como setenta ducados y
se les había de dar el oro y la plata y lo habían de asentar y
pulir; hecha diligencia hallo el dicho Acuña que a toda costa sin
dalles plata ni oro no faltaria quien lo hiciese; y por estar reñ.ido
con el Obrero no se quiso descubrir por que los oficiales no se
alborotasen: visto esto viendo que a mí tocaba que se remediase
f!e lo .dije al Ldo. Garay y luego se remedio, y se obligaron a toda
costa en que se dieron de ahorrar mas de seis o siete mil duca-
dos, quo de toda esta verdad el dicho Silva dara razon y los ofi-
ciales que hicieron la obra y este ahorro en buena razon a mi se
me debe algun agradeeimiento, pues no consenti engaño con-
tra V. S.
Lo que ahora pasa es que el Obrero va siguiendo su gusto sin
pedir parecer en nada, y visto que lo más que dice y hace es con-
tra mi honra y reputacion, y que en edad de 76 años lo que mas
me importa es mirar por mi salud y descanso de mis continucs
trabajos, pues lo mas importante que cumplía al servicio de '
~.
V. S. está acabado, y lo que toca a la Iglesia esta en buen término
la obra nueva: y visto que V. S. decreto en un memorial que di
del año 616 que para adelante no se me diera ayuda de costa (1),

(1) El canónigo Garay era la persona de la confianza del Cardenal en el


Cabildo de Toledo; aquél era el encargado de las obras de la Capilla del Sagra-
rio, y pocas cosas hacia Sandoval y Rojas sin oir su parecer. En carta de Garay

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JOSÉ M. ª CAMPO Y 1i5
perdiendo en lo que es de la Iglesia las esperanzas, pongo en
manos de V. S. I. el oficio que me hizo merced el año 1607, ¡jará
que lo provea en persona bE?nemel'ita no apartandome del servi-
cio de V. S., sino quedando corno esclavo con grande ánimo para
todo lo que V. S. se quisiol'e servir, y no por eE,to pierdo las
esperanzas que V. S. me ha prometido haciendome merced como
esta postrera vez estando en Toledo me lo prometio en la cama.
Guarde Nuestro Señor a V. S. I. felioísimos años como sus criados
deseamos, ante todo salud 12 de Febrero de 1618=Illmo. Senor=
Besa los pies de V. S. I. su menor eriado=Joan Bap.'ª Monegro.'>

III

Contestación del licenciado Garay al memorial anterior.

«por parecermeque en la margen de esta se dirá méjor lo


que en razón dello que contiene me manda el cardenal mi sefl.or
que diga, lo hago aquí y digo:
que a este primer capitulo (el de la escalinata del altar) y a

de 24 de Agosto de 1607, entre otras cosas, informando sobre peticiones, decla


al Cardenal:
•El maestro mayor ha pedido ya dos o tres veces, como deuda, una ayuda
de costas que su S.ª l. le ha mandado hacer graciosamente algunos anos de la
obra, y aunque todas las que lo ha hecho le he advertido y hecho que vuelva a
dar memorias en diferente forma, no ha querido enmendarse como se ve en
que este año el primero que hechó fue tambien pidiendolo como paga y no
como gracia, hasta que advirtiendoselo ya hechó ese segundo, en el qual me
parece que no tiene tanta razon como en los de los anos pasados, por que en
ellos había mucho mas que hacer (a titulo de lo cual se le daba la ayuda de
costas) y ya en el pasado no huvo tanto (*) por lo cual no parece que era tan
justo el darselo; y por lo menos cuando por esta vez se le mande dar porque
quedaron algunos remanentes de las obras hechas, hasta aqui para adelante
pienso que no habra porque darsela, porque será muy moderada su ocupacion,
y quiza porque ha temido él esto ha querido en las palabras de sus primeros
memoriales hacer de naturaleza de salario y deuda lo que es ayuda de costas
y graciosamente.•= Este informe de Garay lleva al margen, escrito por el Se-
cretario del Seflor Cardenal, esta nota: «Que se le dé por esta vez y que le
desengañe el Obrero para adelante.~ La fecha de esta nota es de 29 de agosto
de 1617.
¿Sería esto origen de las cuestiones entre Monegro y el Obrero? ·

(•) Estaba ya terminada la Capilla del Sagrario.

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116 DOCUMENTOS INÉDITOS

todos los <lemas en que se dize lo que no fue en mi tiempo, no


veo mas que dezir de que quando sea verdad lo que en ellos dize
Juº Baptista que se ha hecho no fue tan marauilloso en traza ni
lavor que merezca tanta exagcracion como de olio haze, ni por
haucrlo trazad0 debe pensar que no est(t rebien pagado con lo
que lleua por maestro mayor, pues a quien lo os de una tnn gran
fabrica maiores cosas que las que refiere no le habían de parezer
mucho ni dignas de mayor paga que la 01·dinaria, pues por otras
muy desiguales a las que aqui se refieren no la pidieron sus
antecesores
a este ca pi tu lo (el de la puerta de Tripería) q ne es donde co-
mienza lo que se ha hecho miestras yo he sido obrero, digo que
si bien se le debe la traza de la escalera sabe que todo lo demas
se deue a otro, a quien so deben otros muchos acertamientos y
ahorros, quo soy yo en mi conciencia sin que sea soberbia el
decirlo
En todo lo que dice del carro se engaña porque habiendose
hecho porque me aseguro que saldría muy bien y de provecho le
erro mil veces, y mas que en nada se engaña en atribuir se el
ahorro quo se hizo en el concierto del dorado de las rejas, porque
antes por no entenderlo él, y por su larga condición en conzertar
y tasa1·, si me gobernara por él se hiziera un desatino grande en
el conziorto, mi detenimiento y la luz que nos dio Silua aquel
ingeniero nos libraron de este dafio que fuera efusiuo, y no se
C:)ffiO tiene cara pnra hablar en esto quien en la suya vio en este
y en otros casos semejantes que o no entendía lo que trataba, o
que maliciosamente miraba poco por la hacienda de nuestro <lue-
llo y de la obra, y pues esto no esta bien creerlo no se le haze
poca amistad en aplicarnos a !o primero
a esto ultimo (lo de las quejas contra el Obrero) digo que qui-
siera que se le preguntara que cosa hay hecha en la Iglesia, desde
que corran por mi quenta las de su fabrica, sin su parecer, por-
que en ninguna se le ha dejado de pedir ni de seguir el suio,
aunque por muchas expol'iencias hechas contra su costancia y l

eminencia en su arte, y contra su entereza en tasaciones, pudiera


huir de podirsele, y es tanta verdad que nunca he dejado de go-
bernarme por el suio en todo lo que le podia tocar, que aun
habiendo ordenado por el desacato que dire d0spues que no se
me pusiese delante, quanto en este tiempo se hubo de hacer y
trazar para adelante ordené que fuese por medio y parecer suio,

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JOSÉ M.ª CAMPOY 117
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a que me llenaba (sino la satisfacion) que dél tenia porque su


inconstancia me tiene en diferente concepto de su eminencia que
a otros) el ser amigo de no sacar Jos llegocios do sus quicios
y cierto sofíor q tH1 me hace salir de los mios uer que haya esto
homu1·c querido que llegue a noticia de nuestro dueño desacato
corno el que tubo conmigo, y no puedo creer sino que creyendo
que yo no le deja ria de decir, y q ne por él habian de quitar el
oficio, quiso anticiparse a dejarle, y para que se vea si lrngo bien
en pensar esto, pues él contra la determinacion que tenia de ca·
llarlo me obliga a que lo diga, digo señor que habiendo yo por
la traza que Juº Baptista y el aparejador me dieron del solado del
patio del Tesorero, dadole a destajo, y estando casi para acauarle
conforme a la traza, entrando una tarde como las demas a ver Ja
obra descubri nueva fabrica mouida y casi tan grande como la
trazada contra lo que habian trazado, hierro que en un aprendiz
fuera grande y muy culpable, y alterandome yo de ver cosa seme·
jante que nos atrasaba la obra mucho, y obligaba a mucho con-
cierto en aquella parte, con algun enfado afee semejante descui-
do, y deuiendo confesarle el maestro mayor, y conuencerse con
lo que él y todos estabamos viendo espantados y lastimados de lo
que en esta y en muchas otras cosas pasaba en perjuicio de la
obra, en lugar de conuencorse y rendirse con que se acabara la
reprehensión, se embrauecio y descompuso conmigo de manara
que llegó a hazer acometimiento de irse para mi con amagos, que
aun ahora los digo con sumo corrimiento, y le tuviera de que se
me hubiera atrevido tan desmesurada y insolentemente otro que
me fuera superior en persona y oficio, y cierto que fue tal el caso
que me espanto de mi como no le hize dar mil cauezadadas, pues
merecia mas, pero reporteme quanto pude, y saliendo de alli me
coJ1tente por entonces con ordenarle que no se me pusiese delan-
te asta que yo dijese otra cosa, y con penarle en treinta ducados,
ordenando que esta pena no se ejecutase luego, sino que se estu-
viese echada y suspendida asta ver lo que se deuia hacer; y juro
por la vida de nuestro duefio y por mi saluacion que ni lo otro
hiziera con el en castigo de su desacato, si el oficio no me obliga·
ra y la consideraoion de que por la decencia del conuenia escar-
mentar con algun castigo a los demas.
Esto es sefior lo que pasa, y aunque por ello y por lo perjudi-
cial que juzgo y he juzgado siempre para la hacienda a Ju<I Bap-
tista tuviera por conveniente que no tuviera el oficio de maestro

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118 DOCUMENTOS INJ!!DITOS

mayor, con todo eso no fuera de parecer que se le quitara el


carden3l mi seflor si él no le dejara, pero dejandole en Dios y en
mi conciencia que juzgo por acertadisimo y necesario para todo
y para el buen gobierno no quererle el embite, porque de no
hacerlo y de que entienda el que le han menester, se han de se-
guir consecuencias perjudiacfalísimas y de que en lugar de darle
castigo se le de premio. Esto he dicho por cumplir con lo que
debo, el cardenal mi sefior escojera lo que fuere seruido que eso
tendre yo por lo mas acertado, y lo que me toca lo perdonare
facilmente>.

lfnr la tapia,
llnsi fil.• Ohtmpny,
Nu111trarto.

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DON JUAN MORALEDA 119

D. Juan Moraleda.
---=-------·-
Otra pérdida dolorosa acaba de experimentar nuestra Acn·
demia. El numerario D. Juan Moralcda y Esteban falloCió en
esta ciudad el 30 de abril último.
Nacido en la villa de Orgaz el año 1857, cursó los estudios
del bachillerato en el Instituto de Toledo, y sn carrera en In
Universidad de Madrid, obteniendo el grado de licenciado en
Medicina el año 1880. Después de desempeñar el cargo de médico
titular en Nambroca, se trasladó a Toledo el año 1882, y aqui
permaneció el resto de su vida. Fué cronista de Orgaz, corres-
pondiente de la Real Academia de la Historia y estaba condeco-
rado con la Cruz de Carlos III. En D. Juan Moraleda se dió el
caso, algo frecuente, de la atracción que ejercen las glorias y tra-.
diciones de Toledo en un espíritu culto, y así pronto vióse en
Moraleda, al lado del médico celoso, fiel cumplidor de sus debe-
res profesionales, al erudito y aficionado de nuestras antigüeda-
des. J,as horas libres que le dejaba el ejercicio de la medicina
las c0nsagró por entero al estudio de muchos puntos curiosos de
la historia toledana, mereciendo destacarse entre ellos: Tradicio·
nes y recuerdos de Toledo (1888), Cantares populares de Tole-
do (1889), La Virgen del Sagrario y su basílica (1891), Numisrná-
tica toledana (1898), El rilo mozárabe (1904), El agua en Tole-
do (1908), Sucesos ocurridos en Toledo durante la guerra de la
Independencia (1909), Médicos y farmacéuticos célebres de Toledo
(1911), Paremiología toledana (1911), Los seises de la Catedral de
Toledo (1911) y Cristos populares de Toledo (1912). Su estudio
póstumo ha sido el que leyó en nuestra Academia, en una de las
últimas sesiones a que nsistió, acerca de los Alicatados toledanos,
el cual hemos de pnblicar en el número próximo del BornTÍN.
También consiguió reunir gran número de objetos arqueoló-
gicos y libros antiguos toledanos; ambas colecciones fueron
adquiridas por el Estado el año 1920 con destino al Museo Ar-
queológico y Biblioteca provincial de esta ciudad. En ese aspecto
de arqueólogo su mayor afieión fué la Numismática, materia
sobre la cual llegó a poseer conocimientos bastante profundos.
¡Descanse en paz nuestro _ilustrado compañero!
~•1ra1.1;nm1.er.•TatV11

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-Dibujo de conjunto y reconstrucción teórica del pavimento.

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