THERBORN Ciencia, Clase y Sociedad
THERBORN Ciencia, Clase y Sociedad
THERBORN Ciencia, Clase y Sociedad
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Tberborn Goran : Ciencia, clase y sociedad.
Siglo XXI Editores, Madrid 1980.
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110 Coran Therborn 3. LA ERA DE LA SOCIOLOGIA:
ENTRE UNA REVOLUCION y OTRA
No hay una relación necesaria entre la tasa de beneficio y la
técnica, ni una relación positiva o inversa entre la «cantidad de
capita¡' y la tasa de beneficio "'.
Una de las consecuencias más inmediatas de todo esto es que
las explicaciones de la tasa de beneficio deben referirse a
determinantes situados fuera del mundo libre de los individuos
que buscan la maximización de la utilidad. En la distribución
de una sociedad capitalista «lo que cuenta es la clase', como
ha dicho uno de los economistas británicos de Cambridge "'.
Uno, que no es economista de profesión, no debe intentar La identidad y la continuidad histórica de la economla, aunque
rcemplazar con simpatías teóricas o de cualquier otro tipo no siempre resulta inmediatamente perceptible tras las dife-
la competencia verdadera para evaluar la validez de estos rentes teorías y escuelas rivales, no es, sin embargo, demasiado
ataques sumamente técnicos contra el núcleo central de la dificil de percibir, debido a su limitado y relativamente expli-
economía marginalista. Es un hecho, sin embargo, que desta- cito interés por el mercado y a sus procedimientos formalizados
cados teóricos neoclásicos han admitido su pertinencia. La de análisis. El intento de situar a la sociología en el tiempo
critica de Cambridge ha enseñado incluso a Paul Samuelson y el espacio sociales e intelectuales es una empresa más
«a sospechar de las más sencillas parábolas neoclásicas» n•. arriesgada. ¿Es posible, acaso, adscribir una mezcla tan amorfa
Sraffa es ricardiano y aquí no podemos tratar el problema de de sistemas de pensamiento a una fase concreta de la historia?
la relación de la crítica neorricardiana y la critica marxista El marco de nuestro análisis nos ofrece, al menos, un campo
de laeconomla politica "'. En todo caso, el problema tradicio- en el que buscar una, Aquí no se entiende por sociología el
nalmente planteado por la teoria marxista, la articulación del pensamiento social o la ciencia social en general, sino la es-
intercam"bio de mercado con un contexto histórico y social pecífica disciplina que responde (porque se lo dio a si misma)
más amplio, y con la lucha de clases, se ha convertido en un al nombre de sociología. En este sentido, la sociología es un
foco de ,controversia en la teoría económica académica con- fenómeno empírico inmediatamente ídentificable. Nuestro pro.
temporánea. pósito, sin embargo, es estudiarla como un objeto de análisis
científico, para decidír si se trata de una ciencia posible. Nuestro
objetivo, en otras palabras, es realizar' un análisis científico ,
de la posible aparición de una ciencia con el nombre de socio- li
logia. Como objeto de análisis científico, la sociología ya no ,1
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112 Goran Therborn . La era de la sociología 113 '.:;' . ,-
de 1820,constituyen, sin lugar a dudas, uno de los comienzos va desde la década de 1880hasta aproximadamente 1920,la era
de la sociología. Y como los primeros fueron escritos en estre- de Emile Durkheim en Francia, de George Simmel, Ferdinand
cha colaboración con HenrI Saint-Simon, éste tiene también Tiinnies y Max Weber en Alemania, del italiano Vilfredo Pareto
una evidente importancia. en Suiza, y de los Padres Fundadores norteamericanos, desde
Otro evidente pionero es Herbert Spencer, que durante Lester Ward a Charles Cooley'. En ese perIodo la sociología
cierto tiempo fue' un defensor enormemente influyente de la se convirtió también en disciplina universitaria en Francia y
sociología, la evolución social, el laissez faíre y otras causas. en Estados Unidos, y en Alemania llegó a ser, al menos, un
Spencer fue un inglés victoriano que a partir de 1850y durante grupo académico organizado, encarnado en la Deutsche
medio siglo, desarrolló su sociología como parle de un vasto Gesellschaft für Soziologie '. En la década de 1890 aparecieron
sistema de «filosofía sintética •. Estados Unidos fue, sin em- importantes revistas de sociología: la Revue International de
bargo, el país en el que más influyó'_ Esla influencia subraya Sociologie (1893), el American Journlll of Sociology (1895),
el considerable papel de Spencer en la historia de la sociología, la Rivista Italiana di Sociologie (1897). Durkheim comenzó la
ya que en Estados Unidos fue donde la sociología alcanzó por publicación de un ••nuario sociológico, L'Année Sociologi-
vez primera una definida y poderosa posición académica'_ Uno que (1898). Vinculado a la primera publicación mencionada
de los .padres. de la sociología americana -que no era spen- estuvo el Inslílut Internatíonal de Sociologie, organización in-
ceriano-, Charles Cooley>escribió: «Supongo que casi todos ternacional en la que estaban representados los principales
los que nos dedicamos a la sociología entre 1870 y 1890 lo sociólogos, a excepción de los durkheimianos.
hicimos por instigación de Spencer. <. La aparición de la sociología es, pues, un fenómeno europeo
Otra coordenada que ayuda a situar a la sociología es su occidental y norteamericano del siglo XIX. Estas coordenadas
era clásica, la época en la que alcanzó por vez primera la madu- son, por supuesto, puro espacio geográfico y tiempo cronológi-
rez intelectual. No cabe duda de que esa era fue el periodo que co. Una consecuencia importante de ellas es, sin embargo, que
la sociología -al menos en cuanto empresa intelectual cons-
:2 Las obras sociológicas más importantes de Spencer son Social stalics
(1.- ed. 1850), The study 01 saciarogy (1.- ed. 1873) y The principIes 01 socio. ciente- es un cuerpo de pensamiento posrevolucionario.La
logy (partes 1-111, 1876;parte IV, 1879;parte v,.1882;parte VI, 1885;partes sociología no está relacionada con las ideas de 1789.No forma
VU.VIII, 1896). Las últimas partes de los Principios coinciden en el tiempo parte de la Ilustración ni de la Edad de la Razón. No se desarro-
con las obras clásicas de la sociología, tales como Gemeinschaft und Ge.
sellschaft (1887), de Ferdinand Tonnies, o De la division du travail so. lló como parte de la lucha de la burguesía contra la aristocracia
cial (1893), de Emile Durkheim, pero en general se considera que Sp~ncer dirigente del feudalismo y el absolutismo.
y su obra pertenecen a una generación anterior. Un análisis general de La revolución burguesa no fue, por supuesto, un fenómeno
la obra de Spencer puede encontrarse en J. Rumney, Herbert Spencer's singular, sino un proceso histórico de rupturas económicas,
sacialogy. Londres, 1934. Hay una reciente y penetrante biografía intelec-
tual de Spencer: J. D. Y. Peel, Herbert Spencer, the evolution o/ a socio- politicas, jurIdicas e ideológicas entre las viejas instituciones
logist, Nueva York, 1971, que es muy interesante en la descripción y el sociales y las nuevas formas burguesas. En este proceso revo-
análisis del contexto social e intelectual de Spencer. El fracaso de la lucionario apareció un mercado capitalista, fue derrotado el
sociología británica antes de 1945, la historia de una disciplina que nunca poder POlílico de los terratenientes feudales y se creó un
despegó verdaderamente a p~sar de sus repetidos intentos, se cuenta,
hasta la primera guerra mundial, en P. Abrams, The origins o/ British
sociology, Chicago, 1%8. :5 Por lo general se piensa que los «Padres» de la sociología americana
3 Véase A. Oberschall comp., The establishment of empirical sociology, son Lester Ward, William Graham Summer, Franklyn Giddings, Albion
Nueva York, 1972. especialmente el ensayo del compilador, «The instituzio. Smal1, Edward Rass, Charles Cooley y (normalmente, aunque a veces se
nalization ol American sociology». le deja fuera) Thorstein Veblen. Una exposición muy buena de los seis
~ C. H. Cooley, «Reflections upon the sociology of Herbert Spencen" primeros se encuentra en C. Page, Class and American sociology, Nueva
en Sociological theory and social research, Nueva York, 1930. p. 203. Las York, 1940.
sociologías de Comte y Spencer se encuentran resumidas con todo detalle 6 Las universidades alemanas admitieron la socioloi(a sólo durante la
en la primera obra clásica norteamericana, Dynamic sociology (La ed. 1883), república de Weimar, después de la caída del Reich gulllermino. La acep-
de Lester Ward, que las presenta de la siguiente forma: «Entre' todos los tación no se consiguió sin luchas. Para una breve descripción de los
pensadores del mundo, sólo ellos tienen el mérito de haber trasladado sus antecedentes generales, politicos e intelectuales, de su introducción, v~8Be
generalizaciones desde los fenómenos de la naturaleza inorgánica a los de F. Ringer, The decline o/ the German mandar"'!s, CombrldlJc, Mlalll,. 1969,
la acción humana y la vida social» (Nueva York, 1898, 1, p. 142). p. 288 ss. ef. Oberschall, op. cit., p. 9 JI,
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118 Coran Therborn La era de la soci%gla 119
trinas individualistas del derecho natural, debe guardarnos blica regida por la virtud era una de las formas de gobierno
contra interpretaciones tan fáciles 11. definidas por Montesquieu en Vesprit des lo/s, pero aunque
'ln argumento t2davía más ~~i~z c()~t.':~"E_.,Dpó_~esis de sostenía que cuando la virtud dominaba en las repúblicas
~~~!~,,5íÓl1}':'_~ in~ e~un sen!!.doIIberalJniédé' antiguas los hombres «realizaban acciones no habituales en
encontrarse enJa admiración prácticamente universal que los nuestros tiempos y que asombran a nuestras mentes estre.
philosophes mostraron por la Anti~dad cl~~iS!'cLa tradición y chas» ", consideraba la república virtuosa como algo que irre.
también las tradiciones colectívistas"eJercieron una fuerte mediablemente pertenecía al pasado y n~2I'!l~e-,,!J._':-'
atracción sobre la I1ust,ración, que se volvió hacia la herencia presente ". Con algunos matices, podría decirse lo mIsmo de
pagano-antigua en vez de hacerlo hacia el cristiano-medieval, Ferguson y Gibbon. Ferguson, que vivió "plenamente la primera
tan importante para el conservadurismo del siglo XIX.Marco gran expansión del capitalismo escocés (floreciente entonces
Tulio Cicerón, el severo político y filósofo de la república gracias al comercio con las plantaciones americanas), tenía una
romana, fue el «verdadero favorito» de los philosophes aman- concepción notablemente clara de las razones que "explican la
tes de la culIura antigua ". Las ausIeras virtudes públicas de obsolescencia de las virtudes antiguas: «Vivimos en sociedades
Esparta, la república romana e incluso el imperio romano en donde los hombres tienen que ser ricos para ser gran<\es;
su momento de esplendor, y no un libre individualismo, fueron donde el propio placer se busca. a menudo a partir de la"
los ideales sociales de muchos philosophes. vanidad; donde el deseo de una supuesta felicidad sirva para
El ideal clásico de la comunida£! cj~c~_ aJlLIIl.!.<!l'
por un inflamar las peores pasiones y se convierte así en fundamento
espiritu p':'blicome compartido por los Ieóricos situados en de la miseria; donde la justicia pública, como los grillos apli-
uno u otro extremo del espectro político. Montesquieu, que cados al cuerpo, puede impedir la comisión de crímenes sin
no sólo fue un admirador de la Constitución inglesa, sino tam- inspirar ningún sentimiento de franqueza y e.quidad»n.
bién un orgulloso defensor de la nobleza francesa lO, subrayó Las mismas razones que para Ferguson y otros intelectuales
este hecho tanto como los Whigs Adam Ferguson y Edward integrados hacían de las virtudes de Esparta y Roma, en el
Gibbon o como los radicales Mably y Rousseau ". mejor de los 'casos, un nostálgico ideal cultural, las convertían
Sus juicios sobre la aplicación de este ideal en el mundo en necesidad polltica para radicales como Rousseau y Mably.
contemporáneo fueron, sin embargo, muy diferentes. La repú-
-----~ Las- repúEtrcas de. Rornay, sObre todo, de Esparta 'r"ueron
continuamente invocadas por Rousseau como medidas de com.
paración para condenar la realidad contemporánea. En su
17 Strauss localiza el cambio de Hobbes basándose en la afirmación
de Ja que. Hobbes deduce su defensa del absolutismo: «La causa final, primer discurso sobre las artes y las ciencias, Rousseau intenta
meta o designio de los hombres (que aman naturalmente la libertad y el defender la virtud desde el punto de vista de Esparta, «eterna
dominio sobre otros). al Introducir entre ellos esa restricción de la vida prueba de vanidad de la 'Ciencia»24. En el Discurso sobre la
en repúblicas es cuidar de su propia conservaci6n y conseguir una vida
más dichosa». T. Hobbes, Lcviathan, Londres, 1972, p. 223 (L~viatdn, Ma.
drid, Editora Nacional, 1979, p. 163]. Con prudente y tardla perspicacia, 21 MontesQulcu, De l'esprit des 1ois, París, 1970, p. 79 [Del espiritu de
la reaccionaria universidad de Oxford conden6 p6stumamentc a Hobbcs las leYls, Madrid, Tecnos, 1972].
y a su libro en 1683 por su individualismo (vc!ase la excelente introduc. 2.2 Shackleton, op, cit., pp. 272.TI.
ción de C. B. McPhersnn, p. ~ 11 A. Ferauson, An essay on the history of civil sociely, Edimburgo,
18 P. Gay, The Enlightetmtent, 1, The rise Di modem pa,anism, Londres, 1966, pp. 161.62. El pensamiento político de Ferguson se estudia en D, Ke.
1967, p. lOS SS., Y passim. ttler, The ,social and political thought of Adam Ferguson, Ohio, 1965, cap, 4
19 La posici6n aristocrática de Montesquieu puede encontrarse en el li. y p. 258 ss., Glbbon, Que atribuyó cautamente la decadencia y caída de
bro xxx de L'Esprit des 10is. Para una moderna biograHa de MontesQuieu, Roma al debilitamiento del espiritu civil y militar por el cristianismo,
quizá el escritor más influyente de la Ilustración, véase R. Shackleton, consideraba que )a experiencia de Roma era pertinente para la política
Montesquieu, Oxford, 1961. actual en un sentido muy especial: los europeos debían aprender de Roma
20 Ferguson, Glbbon y Montesquieu escribieron historias de Roma. La a resistir juntos contra los pueblos salvajes no europeos: «Las naciones
monumental History of the decline altd fall of the Roman Empire de salvajes del aJobo son 105 comunes enemigos de la sociedad civilizada».
Gibbon tiene todavía un gran interés intelectual; la History of the pro. Glbbon. op. cit. (ed. Bury, Londres, 1896-t900,en 7 vols.), IV, p. 163ss.
gress and termination of the Roman Republic. de Ferguson, y las Consi. 24 J .•J. Rousseau, (,(Discourse on the arts and sciencc:s~, en The social
deraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos, contraet, Londres, 1955, p. 126 [«Discurso sobre las ciencias y las artes",
de Montesquieu, ya están olvidadas. en Escritos de combate, Madrid, Alfaguara, 1979].
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122 Goran Therborn La era de la sociologia 123
sistía en «hacer 'economía polftica» para Saint-Simon 32, En sus Estado industrial, cuya principal finalidad era «considerar la
propias obras, Comte reconocía que la economía política le asociación nacional como una empresa industrial, cuyo objeto
había aportado algunas «útiles aclaraciones preliminares. y ha- es procurar a cada miembro de la sociedad, proporcionalmente
bía dirigido su atención hacia los asuntos industriales. Comte a su contribución, todo el confort y bienestar que sea posible "'.
era, sin embargo, muy hostil a la «supuesta ciencia» de la eco- El objetivo de Comte, elaborado sistemáticamente por vez
nomía por su estrecha visión de la organización y su inclinación primera en su Plan des travaux scientifiques nécessaires pour
al laisse. faire". réorganiser la société, era una ciencia positiva de la política 38.
Spencer defendió las leyes de la economía política contra Comte empleó indistintamente las expresiones ciencia social,
quienes las atacaban", pero nunca creyó que tuvieran una sociología, filosofía política y ciencia política ", y una de .sus
importancia especial. En el enorme corpus de la «,filosofía obras más importantes se titula Systeme de politique positive.
sintética» spenceriana no se deja ningún espacio a la exposición Su coétano Tocqueville, el estudioso de La democracia en Amé-
o tratamiento sistemático de la economía» 33. Spencer utilizó rica y del Antiguo régimen y la revolución francesa, sacó de sus
la importancia dada por los economistas a la división del estudios la:.conclusión de "que «se necesitaba una nueva ciencia
trabajo -y al intercambio- para su propio esquema evolucio- política para un mundo nuevo. ". Aunque no adoptase el neolo-
nista. Spencer creía que había tomado este enfoque de la fisio- gismo de Comte, «sociología., Tocqueville pertenece claramente
logía, que a su vez lo había tomado de la economía política, a la primera generación de sociólogos debido a su .concepción
pero no llegó a considerar que las ideas de los biólogos proce. básicamente similar de la nueva ciencia política.
dieran de la economía como ciencia específica de la sociedad 38. Spencer, sin embargo, no definió su sociología como ciencia
La relación de la sociología con la economía política no pa- de .la política. Para él, la sociología formaba parte de una filoso-
rece ofrecer, pues, un punto de partida teórico muy fructífero fía de la evolución universal y de la búsqueda de una base
para un análísis de su aparición. Al embarcarse en su nueva científica para la ética. En un sentido muy inmediato, sin em-
empresa intelectual, la primera generación de sociólogos no bargo, su socíología .era también expresión de la política «anti-
pensó que consistiera principalmente en una crítica o en una política» del radicalismo provinciano inglés de la clase media
continuación de la economía política. Esto es evidente, sobre hacia la mitad del siglo XIX, que defendía con fuerza el incon"
todo, en TocqueviHe, de cuya obra están casi completamente formismo (componente religioso ahora desaparecido), el na tu.
ausentes tales consideraciones. El primer discurso sociológico ralismo y el laisse. faire ". Una preocupación fundamental de
no estuvo vinculado pues, ni siquiera implícitamente, a su dis~ su teoría social quedó indicada en el sugestivo título de su
curso sobre el mer~ado. primer libro publicado, una colección de cartas al periódico
La situación es diferente respecto a la teoría o filosofía .po- disidente protestante The Nonconformist. Se llamaba The proper
lítica. El desarrollo de una ciencia política y de un sistema sphere of government. (En opinión de Spencer esta esfera era,
político que correspondieran a las necesidades del nuveo siglo
fue un objetivo central y explícito de Saint.Simon. En esta
37 Esto se desarrolla en sus revistas L'/ndustrie y L'Organisateur, en
perspectiva, se juzgaba a .1oseconomistas como teóricos del Oeuvres, II. La cita es de L'lndustrie, p. 153 (se suprime el subrayado).
18 Publicado por vez primera en 1824 con el tftulo (lSyst~rri"e de politi.
que positive_ en el Cattchisme des industriels, de Saint~Simon, e incluido
.u F."Manuel, The new world of Henry" Saint-Simon, Cambridge, M8Ssa~ como tal en sus Oeuvres, IV. La forma de publicar el ensayo de Comte
chusetts, 1956, p. 206. La afirmación de Cornte está corroborada en los provocó la ruptura entre Comte y Saint~Sirnon. Esa historia está contada
agradecimientos de Saint.Simon, op. cit .• p. 157 n. por Manuel, op. cit., cap. 29, y desde un ángulo diferente por el biÓgrafo
11 A. Comte, Cours de philosophie positive, Parfs, 1908. IV, pp. 138-46. de Carnte, Henri"Gouhier La vie d'Auguste Comte, París, 1965, p. 106 ss.
l4 Por ejemplo, H. Spencer, T~e study of sociology, Londres, 1881. pá- Comte publicó el ensayo, con el título del bosquejo de 1822 que se cita
gina ISO ss. en el texto, como ap~ndice de su Sysame de poli tique positive, IV.
39 Por ejemplo, Comte, Cours de philosophie positive. IV, pp. 127, 132,271.
JS Este es también el caso con su exposición de las instituciones ecO'
40 A. de Tocqueville, De la démocratie en Amérique, París, 1951, 1, p. 5
nómicas o, como Spencer las llama, industriales, en la parte VIlI de sus
PrincipIes of sociology. [La democracia en América, México, 861, 1973].
36 Spencer, The study of sociology, p. 334 ss. 41 Peel, op. cit .• esp. cap. 3.
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124 Giiran Therborn La era de la sociología 125
desde luego, muy n;ducida.) Spencer se aferró a la palabra 1
I III. LA CLASE OBRERA Y LA TESIS SOCIALISTA
sociología, a pesar de sus ya embarazosas asociaciones con ¡
Comte". En el prefacio a sus PrinCipIes of soCiology, la .polftica» Hasta aquí sólo hemos tratado, sin embargo, del comienzo de
se consideraba como una alternativa, que se rechazaba por ser i la era de la sociología. Pero la sociología está todavía con
«demasiado limitada en su significado y engafiosa en sus con. ~, nosotros, y, a pesar de la creciente frecuencia con la que la
notaciones» ". Spencer realizó su distinción teórica central en- palabra «crisis» se le ha asignado, su fin no está a la vista. Con
tre sociedades militantes e industriales al estudiar las institu- todo, hay un conjunto limitado de problemas por los que la
ciónes polflicas en los Principies of sociology y en sus anteriores sociología se ha preocupado de forma dominante y que nos
ensayos. ofrecen la posibilidad de delimitar una «era' de la sociología».
La teoría polftica -y más concretamente, los primeros in- Para dar con ellos, tenemos que definir los objetivos por los
tentos de elaborar un discurso científico sobre la polftica- que la sociología luchó desde un principio.
parece ser, pues, el verdadero antecedente intelectual desde el Sus preocupaciones fundamentales fueron los problemas po.
que es preciso analizar la pretensión de la sociología de re-' liticos y de reconstrucción politica, pero también estuvo pre-
presentar una nueva denda de la sociedad. En el marco actual sente la «cuestión social» o, como se decía a menudo en Estados
no disponemos de espacio para un análisis histórico sistemático Unidos, los «problemas sociales». La cuestión social fOJ;'ma par.
del desarrollo de la teoría polftica. Hay que efectuar, por tanto, te de la tradición sociológica desde su comienzo, y tiene una
una elección a priori -que esperamos no será completamente importancia transcendental en su establecimiento como disci.
arbitraría- de los teóricos más destacados, Los aquí seleccio- plina institucionalizada.
nados serán Maquiavelo, Hobbes, Locke y Montesquieu. Una Una preocupación característica de la sociología a lo largo
atención especial se concederá a los «protosociólogos» escoceses de todo su desarrollo ha sido la condición de las clases bajas
Adam Ferguson y John Millar. Con objeto de abordar la .tesis de la sociedad: su pobreza, su trabajo o falta de trabajo, su
conservadora» sobre los orígenes de la sociología, también se ocio, su vivienda, 'Su salud, su moralidad, su delincuencia, etcé-
tomarán en consideración los principales filósofos de la reac- tera. Este fue también el caso en el' establecimiento de la
ción contrarrevolucionaria. De Maistre y De Bonald, a cuya sociología americana, a pesar de la influencia del laissez faire
potencia intelectual rindieron un generoso homenaje Comte y de Spencer.
Saint-Simon". No haremos una presentación detallada de estos «El único departamento de sociología que no surgió en
teóricos. Lo -que aquí ¡lOS interesa es, sencillamente, explorar relación con la caridad, la filantropía y la reforma fue el de
Yale, debido a las concepciones negativas de Sumner sobre
la cuestión de saber si existe alguna diferencia critica -res-
estos temas», escribe Anthony Oberschall en un penetrante
pecto a la definición de ciencia antes indicada- entre la
ensayo sobre ,la primera historia de la sociología americana.
concepción de la polftica en los primeros sociólogos y en estos
Oberschall también deja en claro que la sociología filantrópica
filósofos polfticos. Y si la hubiera, en qué consiste. Como vere. tampoco estaba ausente de Ya!e. .La filantropía, la economía
mos, la sociología surge como un estudio de la política después social y la reforma social se enseñaban en el Departamento
de la revolución burguesa. de Sociología Cristiana de la Divinity School de Yale»". ,
La investigación de la situación del proletariado y de otras
-42 Sobre la difícil relación de Spencer y Corote véase R. A. Jones, t1Com- capas sociales empobrecidas siempre ha sido una de las prin.
te y Spencer: a priority dispute in social sciencell', Journal of the History
of the Behavioral 8ciences, 6, 1970, pp. 241-54.
cipales materias de la investigación social empírica y de la
43 H. Spencer. Principies of socioiogy, Nueva York, 1897, 1, 1. p. ix. sociología, aunque su larga historia ha sido generalmente 01.
44 Coro te, Cours de philosophie positive, IV, p. 14; Syst~me de politique vi!dada hasta fecha reciente. Desde fecha muy temprana apa.
positive, p. 614 ss. Saint-Simon tenia en mayor estima a De Bonald (Oeu. recieron libros importantes en esta tradición, aparte del estudio
vres, VI, pp. 167 ss.). En la referencia anterior, la forma en que Manuel
cita la admiración entusiasta de Saint-Simon por la potencia teórica de
De Bonald (Manuel, op. cit., p. 389) no informa correctamente al lector 4! A. OberschaU, «The institutionalization of American sociology», en
que el objetivo de Saint.Simon en el capítulo en cuestión es refutar la OberschaU, op. cit., p. 212. El marco intelectual norteamericano está des-
opinión de De Bonald sobre el papel de la religión (Oeuvres, VI, p. 158).
crito en R. Hofstadter, The age 01 relorm, Nueva York, 1960.
5
•
de Charles Booth sobre los pobres de Londres a finales del re).". Comte manifestó su simpatía hacia algunos objetivos del
pasado sigloy los estudios de Le Play sobre los obreros europeos socialismo y del comunismo, y afirmó que su positivismo se
de medio siglo antes, aproximadamente, Podrían señalarse, por adhería al .principio espontáneo del comunismo, a saber, que
ejemplo, la obra de las sociedades estadísticas británicas de la propiedad es social por su naturaleza y que necesita un
I control». Comte criticó a los economistas por prohibir la regu.
los años 1830,el estudio de Parent-Duchatelet sobre la prostitu- i
ción en París, el estudio de Villermé sobre los obreros durante lación de la propiedad",
" Spcncer, como ultra partidario del laissez faire está de más
la monarquía de julio en Francia, e incluso el libro de sir
Frederick Morton Eden, The state of the poor, de 1797", en compañía de tales reformadores sociales, por más que en
Esta tradición de investigación empírica no conectó, hasta sus escritos sobre el Estado y la sociedad también debiera tra-
más tarde con el desarrollo de la teoría sociológica, Ambas tar de la existencia real de la cuestión social, aunque sólo .fuera
compartieron desde el principio, sin embargo, un interés y una para desarrollar una reacción cada vez más extrema contra las
preocupación comunes. La cuestión social se convirtió para soluciones propuestas para resolverla ", El marqués de Toc-
Saint.Simon en el principal problema durante los últimos años queviUe, muchos de cuyos familiares fueron guillotinados du-
de su vida, Saint.Simon anunció que su objetivo era «mejorar rante la revoluci6n francesa, estaba demasiado obsesionado, a
la suerte de esta clase [la clase obrera] no sólo en Francia, pesar !de su perspicacia, por la revolución aJ?tiaristocrática para
sino en Inglaterra [,' ,l, en el resto de Europa y en el mundo poder dedicar una atención sistemática a lo que Comte llamaba
entero» 41. Escribió una carta abierta a «Messieurs les ouvners»"', ((la cuestión moderna»".
y en su última obra, Le nouveau christianisme, afirmó: «toda la Durkheim, figura clave en la posterior institucionalización
sociedad debe trabajar para mejorar la existencia moral y física de la sociología en Francia, fue plenamente consciente de los
de la clase más pobre; la sociedad debe organizarse de la forma problemas sociales encerrados en las «formas anonnales» de
más adecuada para alcanzar esta gran meta» ", El Manifiesto la moderna división capitalista del trabajo, La última parte de
comunista lo incluye, con respeto, entre los socialistas crítico. su primera obra importante, La división del trabajo social, está
utópicos, y mucho después Engels llegó a escribir que 'casi dedicada a. una exposición crítica de esas formas aberrantes,
todas las ideas no estrictamente económicas de los socialistas cuyos efectos negativos en la situación de los obreros hacían
posteriores» se encuentran en él en germen 80.
peligrar y socavaban la solidaridad social. En su prefacio a la
Comee, por su parte, también se percató de que «el creci-
segunda edición, Durkheim -a pesar de todo su cientifismo-
miento de la industria [,',] pone naturalmente en primer plano
llegó a defender una concreta -si bien ulópica- solución del
la gran cuestión de los tiempos modernos, la incorporación del
proletariado a la sociedad, que se ha ignorado mientras ha
durado el anómalo intervalo guerrero (la anomalie 'guerrie- SI Comte, S)lst~me de politique positive, 111, p. 610.
5'2 [bid., l. p. 154 ss.
53 Sin embargo, en algunos escritos posteriores hay, incluso en Spen.
46 Un resumen de esta tradición de investigación social empírica puede cer, una clara y triste conciencia de los problemas sociales del capitalis-
encontrarse en el artículo de B. Lecuyer y A. Oberschall, 'lSociology: early mo, que está ausente de los simples modelos de la producción mercantil
history of social research», en International Encyclopedia 01 the Social competitiva. Véase más adelante el cap. 5.
Sciences, Nueva York, 1968 [Enciclopedia Internacional de las Ciencias 54 En su introducción a Democracy in America (pp. 6-7).. Tocqueville
Sociales, x, Madrid, Aguilar, 1977]. ef. P. Lazarsfeld, «Notes on the history dice a prop6sito de esta revoluci6n: «Todo el libro que aquí se ofrece al
of quantification in sociology», lS1S, vol. 52, 2, junio de 1961. Lazarsfeld público se ha escrito bajo el influjo de una especie de temor religioso
dirige un ambicioso proyecto de investigación sobre la historia y el de. producido en la mente del autor por la visión de esa irresistible revolu.
sarrollo de la sociologfa emplrica. ción que, a pesar de todos los obstáculos. ha avanzado durante siglos y
-47 H. Saint.Simon, (lDu syst~me industriel, 11», en Oeuvres, 111, p. 81. avanza todavía en medio de las ruinas que: provoca». Durante la revolución
48 En Oeuvres. VI.
,de 1848, Tocqueville fue testigo de la nueva lucha de clases, como mues.
49 Saint-Simon, .Le nouveau christianisme», Oeuvres. HI, p. 173. tran sus vívidas Recollections (Londres, 1970), pero el efecto de esta
50 F. Engels, «Del socialismo utópico al socialismo cient1flrou, MEW, 19. revolución en- su rigor académico parece muy limitado, como puede verse
p, 196 [en Marxy Engels,Obras escogidas (OE, 2 vols.).Madrid,1975, 11, en el prólogo de su segunda obra importante, The Aneien Régime and the
página 125] .. El contexto, en el que Engels habla de las limitaciones im- French Revolution, Londres, 1971, esp. p. 29 (El Antiguo Régimen y la re-
puestas a Saint-Sirnon,' matiza profundamente esta conocidísima afirma- volución, Madrid. Guadarrama. 1969].
ción.
128
Goran. Theróorn La era de la sociología 129 •
problema social en la forma de un sistema corporativo de
grupos ocupacionales. humanos con verdaderos sentimientos y con derecho a la sub-
sistencia» &8.
En Alemania, la organización central durante el período en
que se estableció la sociología fue la Verein für SOZÚllpolitik .El último capítulo de uno de los tratados protosociológicos
(Asociación para la Política Social), fundada. en 1873. La agru- más importantes del siglo XVIII, The origin of the distinction of .
pación patrocinó un amplio número de estudios sobre problemas ranks de John Millar, se titula «Masters and servants», y está
económicos y sociales y actuó como foro intelectual, y más dedicado a los problemas contemporáneos de las clases socia-
tarde sobre todo académico. de la reforma social. La Sociedad les. En su tiempo y contexto, Millar era relativamente radical,
Alemana de Sociología se formó a partir de ella, en 1909,como pero no muestra ninguna conciencia de lo que se habría de
sociedad .exclusivamente científica, aunque no como organiza- convertir en «(la cuestión social» incluso para los conservadores
ción competidora u hostil. Destacados sociólogos alemanes, universitarios prusianos de un siglo después, y en último tér-
como Ferdinand Tonnies y Max Weber, fueron miembros de mino incluso para un ultraliberal como Herbert Spencer. Millar
ambas 5l!. ataca la esclavitud de las colonias americanas y también, con
una valentía de la que careció Adam Smith, de las minas de
carbón escocesas, proclamando: «En la historia de la humani-
IV. LA CUESTIÓN SOCIAL EN LA NUEVA SOCIEDAD dad no hay ninguna revolución de mayor importancia para la
felicidad de la sociedad que ésta que tenemos ahora la ocasión
Las preocupaciones sociales de .estos sociólogos muestran una de contemplar (esto es, la abolición de la esclavitud), Las leyes
dUerencia entre ellos y los pens&dores incluso más ractÍcales y las costumbres de las modernas naciones europeas han llevado
de la Ilustración de la que raras veces se habla. La magnitud los beneficios de la libertad a una cumbre como nunca hasta
de la miseria humana era superior, en muchos aspectos im- ahora .se había conocido en ninguna edad ni país, En los Esta.
portantes, durante el nuevo período y sus causas y formas dos. antiguos, tan celebrados por su gobierno libre, al grueso
eran en muchos sentidos distintas y nuevas. La pobreza, claro de sus operarios y de su pueblo trabajador se les negaban los
está, era, sin embargo, un viejo fenómeno, y lo mismo ocurría principios comunes del hombre y se les trataba en pie de igual-
con la filantropía. No obstante, ahora tuvo lugar un interesante dad con los animales inferiores» 51. Hasta aqlJí todo muy bien;
cambio de perspectiva en la aplicación de la teorla social a los pero eso es todo.
tradicionales problemas de la desigualdad. De las principales ideas de la época, la segunda y más radical
Los intelectuales de la Ilustración fueron por lo general teó- se encuentra en otro famoso discurso de la Ilustración sobre
ricos de la revolución burguesa, y en esa perspectiva examinaron la desigualdad, el de Rousseau. Rousseau era un demócrata, un
la desigualdad y las clases. Dos fueron. sus preocupaciones pre- critico sodal que vivió en una monarquía absoluta, sin ninguna
dominantes. Una de ellas se referia a lo que se ha llamado con Revolución Gloriosa que defender. Rousseau veía ante él una
toda exactitud .trabajo formalmente libre,;; en otras palabras, deslumbrante desigualdad, y la denunció. «Es absolutamente
a la campaña .por la abolición de la esclavitud y el ataque contra contrario al derecho natural [ ... ] que unos pocos privilegiados
la servidumbre, cuyo resultado fue, en palabras del compla- se atraquen de cosas superfluas, mientras las multitudes ham-
ciente historiador de los philosophes, PeterGay, que .incluso brientas carecen de lo más necesario para la vida.» En esto
los pobres trabajadores !legaron a ser considerados como seres hay ciertamente un timbre ,moderno, pero por la referenci~ al
derecho natural podria haberse escrito en la era de la reforma,
ss Sobre la Verein, véase D. Lindenlaub, Richtungskiimple im Verein a finales drl siglo XVI. Lo importante es, sin embargo, que,
S01.ialpolitik, Wiesbaden, 1967. Albion SmaIl. principal organizador entre
los sociólogos americanos clásicos y cabeza del entonces destacado depar-
tamento de sociologfa de Chicago, fue un admirador de la Verein y la
-----~
Gay, op. cit., n, p. 39. Sobre la campaña
56 abolicionista, véanse p. 407 ss.
presentó- como modelo a seguir. Véase A. Small, The meaning 01 social En conjunto, los philosophes se interesaron menos por la servidumbre,
science, Chicago,1910, p. 269 ss. Comoparte del proyectode Lazarsfeld,hay que era el modo de organización económica de los. paises de los IIldéspotas
una monografIa sobre la primera época de la investigación social en Ale. ilustrados», Catalina de Rusia y Federico Ir de Prusia.
mania en A. Oberschall, Empirical social research in Germany, 1848.1914, 57 El texto completo de The origin of the distinctiott of ranks, de Millar,
La Haya, 1965. as! como otros textos escogidos, se incluye en W. Lehmann, John Millar of
Glasgow, Cambridge,1960 (cita en p. 315).
.,
I:¡
En las filas de los poderosos y los privilegiados ha habido Pudo verse a plena luz del día en el París de 1848 y de 1871,
muchos partidarios de la tesis socialista. La Dynamic sociology en el San Petersburgo de 1905,en la revolución rusa de octubre,
de Lester Ward fue quemada en Rusia por los censores zaristas en la Alemania de 1918-19,en la Italia de 1920-21Pudo oírse
porque, según se dice, tradujeron su Utulo como «Socialismo desde las tribunas y los programas del movimiento obrero de
de dinamita» (Dynamite socialism) ". Para evitar el riesgo de un toda Europa.
destino similar, cuando la persecución anticomunista se in- El proletariado revolucionario obsesionó incluso a los so-
tensificaba en los Estados Unidos hacia 1950,algunos intelec- ciólogos americanos de la era clásica. Aunque hoy pueda pare-
tuales americanos -Bernard Berelson, Ralp Tyler y otros- y cer increíble, era algo perfectamente natural en el período de
algunas fundaciones, como la Ford y la Russel Sage, sustituyeron las matanzas de Haymarket y Homestead, la huelga de Pullman
la embarazosa expresión «cienda social» por la más segura y otras violentas luchas de clases, cuando el movimiento obrero
«ciencia de la conducta» 67.
americano se desarrollaba con rapidez. En el American Journal
.of Sociology, Albion Small asimiló a los militantes sindicatos
americanos con el «nihilismo roso» y el «socialismo alemán». ea,
V. LOS SOCIÓLOGOS Y LA LUCHA DE CLASES mientras Charles Ellwood advertía contra la posibilidad de una
nueva guerra civil entre «la clase capitalista y la asalariada» e~.
«Socialismo» es un término sumamente vago, que puede cubrir La Sociedad Americana de Sociología dedicó en 1907una sesión
Un amplio panorama de sistemas sociales, desde el paternalis- a discutir el conflicto de clases en los Estados Unidos ".
mo monárquico y el fascismo, pasando por los Estados de La década del nacimiento de la sociología clásica, 1890, es
binestar capitalistas, hasta las dictaduras más o menos proleta- también una década de rápido auge del movimiento obrero. En
rias que intentan construir una sociedad sin clases. Hace un
1889 se había formado la II Internacional. La revolución pro-
siglo y cuarto; Marx y Engels distinguían en el Manifiesto co-
letaria arrojó diferentes sombras sobre los diferentes sociólogos
munista seis tipos diferentes y opuestos de «socialismo», y a
y sociologías, pero cuando la suerte estuvo echada todos los
esa lista se han añadido desde entonces nuevos usos y abusos
de la palabra. A continuación trataremos de dibujar la posición sociólogos supieron en qué lado de la barricada estaban.
de los primeros sociólogos clásicos y el desarrollo de. sus ideas En junio de 1848,cuando fueron disueltos los talleres nacio.
en las luchlrs sociales de su tiempo. nales, .los obreros de Parls se rebelaron contra el gobierno
Sin embargo, la naturaleza de la preocupación de la socio- burgués que habla surgido de la revolución de Febrero. Toc-
logía por la condición de las clases y capas más bajas de la queville, el polític,,",sociólogo,el legitimista que se había vuelto
sociedad traza las fronteras comunes de la perspectiva socio- orleanista después de la revolución de Julio y republicano tras
lógica, los límites insuperables de su dedicación: la revolución el derrocamiento de la monarquía de Julio, fue uno de los
proletaria. La era de la sociología puede delimitarse así entre principales organizadores de la represión violenta de los obre-
dos polos: después de la revolución burguesa y antes de la ros 11. Comte .. más plebeyo y con aspiraciones de reconstruc.
revolución proletaria. ción social, sintió alguna simpatía hacia los trabajadores con-
. Cualquiera que sea la visión que se tenga de la lucha de tra los políticos burgueses y sus generales, pero condenó a los
clases .0 de la revolución proletaria; cualquiera que sea la opi- «rojos», a «los diablos de la gran revolución». El sentido pleno.
nión sobre su deseabilidad o su actualidad hoy, el hecho indis- de su posición -Comte se había alejado completamente de
cutible es que, en el desarrollo de las preocupaciones sociales
de la sociología, la revolución «roja» fue un fantasma muy real.
A. Small, «The scape of sociology, VI», American JouTnal 01 Sociology,
68
VI, 1900-1, p. 366.
66 La anécdota la incluye el propio Ward, con algunos pasajes de su (D C. Ellwod, lilA. psychological study of revolutions», American Journal
correspondencia rusa, en el prefacio a la segunda edición de su Dynamic o/ Soci%gy, XI, 1905-6, pp. 58-9.
sociology, p. xii ss.
70 American Joumal 01 sociology, XIII, 1907.a, p. 756 ss.
67 Este detalle de historia sociológica ha sido tratado en un contexto 71 Tocqueville, Recollections, p. 136. Tocqueville confía autocrfticamente
muy adecuado por P. Seen, .What ls "Behavioral Sciences"?», en Journal en sus memorias, que no intentaba p.ublicar, que no se distinguió por su
of the History of the Behavioral Sciences, 2, 1966, pp. 107~22. resolución militar en la supresión del proletariado insurrecto.
~
•
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136 Géiran Therborn La era de la sociologla .137
revolución amenazó en 1918.19, Simmel ya habla muerto, y Weber afirmó que, si las propias fuerzas de represión no po-
Sombart había abandonado definitivamente sus simpatias por dían reducir a los obreros revolucionarios, sería preciso llamar
el socialismo proletario, encaminándose hacia el nacional.socia- a las tropas americanas para que lo hicieran. El 18 de noviem-
lismo ". Leopold von Wiese. en Colonia, y Franz Oppenheimer, bre de 1918,Weber escribió.a su madre: «Si las cosas van mal,
en Francfort -que fueron los dos primeros profesores de tendremos que dejar a los americanos que restablezcan el orden,
sociología en la república de Weimar- fueron liberales, y nos guste o no» 83,
publicaron folletos politicos liberales so. Tonnies pertenecía En Rusia, Mijailovski, autor de una sociología subjetiva ata.
a la extrema izquierda de los sociólogos alemanes, y en con'e. cada por Lenin en sus polémicas con el populismo, había muerto
cuencia simpatizaba (sin ser miembro) con la extrema derecha en 1904,mucho antes de la revolución de Octubre ". En 1917
de los socialdemócratas. En diciembre de 1918envió un articu. había, sin embargo, otros tres sociólogos, jóvenes y activos, de . ,
lo a la revista teórica de la socialdemocracia Die Neue Zeit, posterior renombre, dos de los cuales ya habían comenzado sus
alabando la lealtad hacia el nuevo régimen republicano de los carreras intelectuales: Nicholas Timasheff, Pitirim Sorokin y
I,
funcionarios tradicionales del Estado. La esencia de la argu. George Gurvitch. Procedían de medios muy diferentes (aunque
mentación consistía en que la vieja burocracia debía ser rnan. ninguno de la clase obrera urbana), pero todos volvieron sus
tenida y transformada gradualmente en un Verwaltungsstaat espaldas a la revolución y fueron al exilio en 1920.22". La efí.
con preocupaciones sociales 81 mera república soviética de Hungría tampoco pudo contar con
Max Weber se sintió quizá m:\s angustiado que Tonnies por el apoyo de los sociólogos húngaros, organizados en la Sociedad
el peligro que amenazaba en aquellos días a las tradicionales de Ciencias sociales ". Cuando en Checoslovaquia amenazó la
instituciones prusianas .. Weber se mostró especialmente preo- re)/olución obrera durante el verano y el otoño de 1920,con una
cupado ante la posibilidad de una disolución del ejército, que oleada de huelgas y con un progresivo control de los revolucio.
era necesario para mantener el orden, sobre todo contra «la narios sobre el partido socialdemócrata, Thomas Masaryk se
banda loca de Liebknecht» (die verrückte Liebknecht-Bande); reveló no sólo como el sociólogo y lider intelectual de su nación,
en otras palabras, contra la revolución proletaria ", Como sino también, y en calidad de presidente de la república, como
harían después muchos otros «nacionalistas» del siglo xx, el decidido inspirador y organizador de la contrarrevolución
checa". Cuando en Italia sonó la hora de la verdad, Pareto
y Mosca se unieron al fascismo, y Pareto saludÓ a Mussolini
Der englische Staat und der deutsche Staat, BerHn, 1917. Los sociólogos
no' estuvieron, sin embargo, entre los anexionistas extremos.
79 Véase W. Krause, Werner Sombarts Weg "om Kathedersozialismus !] Weber, op. cit., p. 482.
zum Fascismus, Berlín, 1962. 34 V. I. Lenin, Who are the Iriends 01 the people?, en Collected Works,
80 Oppenheimer presentó su idea' de una reforma liberal de la tierra Moscú, 1960,vol. l [Quiénes son los .amigos del pueblo»? en Escritos eco-
en Der Ausweg, Berlín, 1919. Van Wiese expuso su liberalismo disidente en nómicos (1893.1899), 11, Madrid, Siglo XXI, 1974]. Mijailovski fue también
Staatssozialismus, Berlín, 1916. el «adversario principa1lt de Plejánov en el último gran libro de éste, The
81 F. Tonnies, aGégenwarts'- und Zukunftsstaat», Die Neue Zeit, 20 de development 01 the monist view 01 history, en Selected philosophical
diciembre de 1918. En su prefacio a la tercera edición de Gemeinschalt un worki, .vol. 1, Londres, 1961 {Contribución al problema del desarrollo de la
Gesellschalt, que apareció en la primavera de 1919, Tonnies p["oponia un concepción monista de la historia, en Obras escogidas, 1, Buenos Aires,
.capitalismo amplio de Estado y comunidad (municipio (Gemeinde))» como Quetzal, 1966]. Novikov y Kovalevski también habían muerto ya en 1917.
via alemana al socialismo, entre el comunismo ruso y el capitalismo indio 85 A. Simirenko, .Social origin, revoluHon and sociology: the work of
vidualista angloamericano. Los prefacios a las tres ediciones del famoso Timasheff, Sorokin and Gurvitch», British Journal 01 Sociology, XXIV, 1,
libro de Tonnies se incluyen en el vol. 1 de su SOliologische Studien und marzo de 1973.En Rusia no llegó a existir sociología institucionalizada.
Kritiken, 1-111,Jena, 1925; la cita es de la. p. 65. 16 L. Coser, Masters 01 sociological thought, Nueva York, 1971, p. 445.
82 Véanse, por ejemplo, las cartas a Friedrich Crusius del 24 de no-- En esa época habla otro grupo de intelectuales húngaros interesados en
viembre y el 26 de diciembre de 1918, en M. Weber, Politische Schrilten, los asuntos sociales, entre ellos George Lukács, que aprobó la revolución
Munich, 1921, p. 482 ss. Estas cartas no se incluyen en la, por otra parte, e ingresó en el partido comunista. Algunos de ellos no lo hicieron, y uno
más completa edición realizada por Johannes Winckelmann: Max Weber, de estos se convertiría más tarde en un sociólogo muy conocido en la
Gesammelte politische Schrilten, Tubinga, 1971 (3.&ed.). Sobre la poHtica Alemania de Weimar: Karl Mannheim.
de Weber en general existe un libro de primera clase: W. Mommsen, Max 87V. Mamatey, .The development of Cuchoslovak democracy, 1920.1938~,
Weber und die deutsche Politik, Tubinga, 1959. Véase también D. Beetham, en V. Mamatey y Ro Luta, comps., A history 01 the Czechoslovak Repu~
Max Weber and the theory 01 modern politics, Londres, 1974. blic 1918.1938,Princeton, 1973, p. 102 ss.
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138 Giiran Therbom La era de la sociología ID,:, . k'
como el hombre providencial de la sociología ". Desde Suiza,
logía americana, Edward Ross, fue un critico del 80eIQII8l\u;'lc".ltl l"
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revolucionario. Pero antes incluso de que el movJmlenl(¡ 10010' I "d
Robert Michels, analista de las tendencias oligárquicas en las
lista sufriera en 1919 la represión masiva de 108 IInmndQ.'
organizaciones obreras, se apresuró a entrar en el partido fas-
Palmer raids, la revolución socialista se había convertido on
cista italiano ". Incluso el más radical de los padres de la socio.
una remota amenaza en Estados Unidos, de tal forma (lllO
entre los sociólogos norteamericanos hubo unos pocos amigo"
88 Pareto y Mosca prestaron su apoyo ni golpe fascista de Mussolini, de las revoluciones extranjeras oo.
pero ambos se retractaron ante la demaaoala plebeya y la brutalidad del
fascismo y quisieron conservar algunas libertades para la vieja éJite polí. La posición de la sociología en el mundo quedó muy bien
tica y cultural. Pareta escribia en enero y marzo de 1923: uMussolini se simbolizada por la composición de la presidencia del Instltu!
ha mostrado realmente como el hombre a quien la socioloafa puede invo- International de Sociologie, elegi'l!a en 1920 para entrar en fun.
car [ ... ] Francia sólo se salvará si encuentra su propio MussoUnb. La cita ciones al año siguiente. En esa época de confusión, el Instituto
está tomada de la que parece ser la mejor blo¡rafla de Pareto aparecida
hasta hoy, la de su discfpulo G. H. Bousquet, Par"to, Lausana, 1960 (nueva eligió como presidente a Thomas Masaryk, presidente de Che.
edición), p. 193 n. El fascismo ha sido capaz de hacer lo que los débiles coslovaquia, y como vicepresidentes, .por orden alfabético •.
gobiernos democrático-burgueses no pudieron: aplastar a los revoluciona- a B. Machado, ex presidente de Portug~1 (y futuro primer mi.
rios durante las ocupaciones de fábricas de los aftas 1920-21(p. 195). Por
otra parte. y aunque la t:ducación primaria y hasta cierto punto la se- nistro); Raymond Poincaré, ex presidente de Francia (1913.20);
cundaria deben someterse a vigilancia, la educación universitaria tiene Woodrow Wilson, ex presidente de Estados Unidos (y elegido
que estar absolutamente libre de control y el parlamento debe mantener- cuando todavía era presidente) ". La significación política de la
se (p. 196). Sobre Mosca, véase la importante biollrafh\ intelectual de presidencia era excepcional, pero la configuración ideológica re.
James Meisel. The rnyth of the rulina class, Ann Arbor, 1958. Desafortu-
nadamente, Meisel se muestra muy evasivo en torno al tema de Mosca y el presentada por estos destacados hombres de Estado -todos
fascismo, quizá porque no ve con claridad el carácter clasista del _rechazo ellos también notables figuras académicas, aunque sólo Ma-
del autoritarismoD de Mosca. Meisel dice acerca de Malea: .El MussoHni saryk fuese un sociólogo en el sentido actual de la palabra-
que hizo la guerra a los socialistas tuvo el aplau80 de Mosca, pero sus
planes de; representación corporativa sumieron a nueatro autor en una 1972]; B. Gustafsson, Marxism och revisionismo Edvard Bernsteins kritik av
confusión que no fue capaz de resolver» (p. 231). Cusl podría decirse lo marxismen: dess idéhistoriska flirutslittnincar, Estocolmo, 1%9, p. 231 n.
mismo de Meisel. Mosca estaba obsesionado por el -pellaro sindicalista», (sobre Ferri) [Marxismo y revisionismo, Barcelona, Grijalbo, 1974].
que habfa sido una tend~ncia importante del primer movimiento obrero 90Thorstein Veblen, el teórico y crítico de la clase ociosa y portavoz
italiano, y estaba contra Jos planes corporativos d,,1 nuevo Estado. pero de los ingenieros productivos, fue uno de ellos (Coser, op. cit., p. 286). En
esto no hace de él un <lantifascista. ni un .antlnutorltarlo., como Meisel un' interesante reportaje periodfstico, Russia in upheaval, Londres, 1919
pretende en Ja continuación del párrafo antes cltlldo. Mosca no fue anti- (edición original norteamericana, 1918), Ross muestra comprensión por la
autoritario en su hostilidad hacia las clases trabnjadoras cuando se la- revolución extranjera y simultáneamente inquietud por la necesidad de
mentaba de que «la clases dirigentes de varios pD.fseüeuropeos 'fueron tan .aseguramos contra la desastrosa repercusión de la revolución rusa» (pá-
estúpidas y cobardes que aceptaron la jornada de ocho horas después de gina 348).Esa repercusión no era una directa amenaza revolucionaria, sino
la guerra mundial •• (p. 229, subrayado nue.tro). Por otra parte, en 1925, la .agitación anticapitalista. y el malestar obrero, expresado en «trabajo
durante la crisis Matteotti (tras el asesinato de eate diputado socialista lento; disminución de la producción, sabotaje, huelgas caprichosas y re.
por los fascistas), Mosca se levantó en el Senado no para condenar el pentinas. (p. 345). Por eso, Jos capitalistas americanos debían tratar mejor
asesinato, pero sf, al menos, para oponer.c u ha propuelltu de un mayor a sus obreros, y los conflictos tendrían que resolverse por medio de
aumento de poderes para el primer ministro (Muuollnl) y en defensa del comités conjuntos de empresarios y trabajadores, pero el capitalismo de.
Parlamento y de las prerrogativas del rey (P. 124 SI.). bfa permanecer.
811 Sobre Robert Michels, y su evolución de.de )0 oposición sindicalista
91 Revue Internationale de Sociologie, vol. 29, 1921, p. 100. Entre los
del movimiento obrero hasta el fascismo, hay una excelente estudio de primeros presidentes del lnstitut estaban John Lubbock (1893-94),Albert
W. Rohrich, Robert Michels, vom sozialistischan.'yndtkallstichtm zum fas- Sehiif!le (1895), Aehille Loda (1899), Car1 Menger (1901), Lester Ward (1904),
cistischen Credo, Berltn, 1972,p. 10. Mlchels fue llamAdo despu~s n ocupar Gustav v. Schmoller (1905), y Maxim Koválevski (1907). A Masarik le su.
una cátedra de la militante universidad fascista da Pcruilo.. El austro- cedió AJbion Small (entre los vicepresidentes de ese año hubo un príncipe
polaco Ludwig Gumplowicz, cuarto miembro del IIrupo de teóricos de las Bonaparte y un antiguo primer ministro de Espafia). El Institut funcionó
élites, junto a Michels, Mosca y Pareto, se habla ,ulcldado, por razones como asociación internacional de sociologfa hasta la segunda guerra mun-
personales, en 1909. Otros destacados cientfficos sociales y participantes dial. Tambic!n Intentó, con algún éxito, atraer a representantes destacados
en el movimiento sociológico italiano tambiéIi apoyaron al r~8'lmen de de las diSciplinas antiguas y establecidas, como la economía y el derecho,
Mussolini, entre ellos el economista Achille LaTia. y el criminólogo Enrico y a prominentes personalidades públicas. Su aUma organizadora y secre-
Ferri (que antes habla sido dirigente socialista). ef. A. Gramsci, Gli inte-
// lleltuali e l'organizacione delta cu.ltura, Tunn, 1964, p. 169 ss. [Los inte-
lectuales y la organización de la cultura. Bueno~ Aires, Nueva Visión.
tario general durante sus -tres primeras décadas fue eJ organicista francés
René Worms. que era también un alto funcionario. I
~ .~~~!:ltljl
140 GiJran Therborn La era de la sociologla 141
era por el contrario muy característica lO: se extendía desde el pués de las convulsiones de la revolución francesa, y se desarro-
liberalismo republicano moderado de los vicepresidentes hasta lló y estableció liefinitivamente como un intento de enfrentarse
las moderadas simpatías socialdemócratas del presidente. Tales a los problemas sociales, morales. y culturales del orden eco-
eran las fuerzas sociales que patrocinaban la institucionaliza- nómico capitalista, bajo la sombra de un movimiento obrero
ción académica de la sociología en las repúblicas liberales de militante y de una amenaza más o menos inmediata de socia-
Estados Unidos, Francia y (a partir de 1918) Checoslovaquia lismo revolucionario. El enfoque sociológico de la polltica y
(Edvard Benes fue también miembro del Instituto Internacio- la economía tiene sus ralees en un punto de vista burgués,
nal, y promótor nacional de la sociología). Lo mismo puede producto de una clase bttelectual afecta a la burguesía. Sin em.
decirse del apoyo oficial a la sociología en la Alemania de Wei- bargo, la relación entre la burguesía y los intelectuales no es
mar". En Suecia, la sociología surgió durante e inmediata- en este caso tan próxima y an;nónica como en el de los econo-
mente después de la segunda guerra mundial, en un medio mistas. Por regla general, los sociólogos no estuvieron directa.
ideológico muy similar ". Cuando la revolución burguesa y la mente ligados a la fracción hegemónica de la burguesía. Su bá-
racionalización capitalista penetraron por fin las barreras me- sica fidelidad de clase pasa normalmente por la mediación de
dievales del mundo académico, la sociologla llegó .a ser acep- sus vínculos con la pequefia O baja burguesía, o se combina
tada -después de una demora cuya duración varió de un país con vínculos aristocráticos o preburgueses. Los sociólogos, por
a otro- como una disciplina oficial. tanto, forman parte de una intelligentsia burguesa alienada den-
Las cuestiones sociales que estaban en el centro de las tro de una sociedad burguesa.
inquietudes, las investigaciones y los remedios de los sociólogos La era de la sociología es la era situada entre las revolucio-
tenían' obviamente una naturaleza económica. Como era lógico, nes burguesa y proletaria. La sociología es una actividad social
se referlan a los problemas de la empresa industrial, el paro, la intelectual .en la que han dejado una huelia decisiva las tensio.
pobreza, la desigualdad, la división del trabajo, el capitalismo. nes, contradicciones y luchas de una sociedad suspendida entre
Los sociólogos mostraron, pues, un gran Interés por proble. la dolorosa ruptura con su pasado feudal y patriarcal y la ame-
mas que perteneclan también al campo de la economía, la cien- naza de una ruptura aún más dolorosa con su presente burgués.
cia del mercado. La aparición de la sociología no puede anali. En los dos capítulos siguientes examinaremos de qué forma ha
zarse provechosamente desde el punto' de vista de su relación' configurado este contexto histórico la .formación de la teoría
con la economía. Sin embargo, el.análisis de Su desarrollo -su sociológica.
establecimiento como un nuevo discurso sobre la sociedad con
pretensiones clentíflcas- tendrá que centrarse en esa reloción.
ii
Precisamente en esa relaciÓn con la polltlcadespu¿s de la
revolución burguesa y con la economía antes de la revolución
proletaria intentaremos captar a la sociología como fenómeno
social y como cuerpo. de pensamiento posiblemente científico.
La sociología apareció como un nuevo enfoque de la poUtica des.
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AtClRA AKGu1v1Eno
mediitcioncs más o menos elabonldits, procuran un ordenamiento de Desde una visión diferente y con énfasis aún mayor, también
los datos de la realidad y la fundamentación de grandes propuestas Arturo Jauretche remarca el carácter esencialmente político de las
estratégicas. . interpretaciones histórit'as:
Esta relación hist6rieamentc condicionada enLre la producción teó-
rica y los procesos políticos, obliga a definir el lugar, la perspectiva No es pues un problema de historiografía, sino de política:
desde donde se interpretan los fenómenos sociales y problema tiza la lo que se nos ha presentado como historia es una política de
pretensión de aquellas posiciones que se autoatrihuycn el patrimonio la /¡istoritl, en que ésta es sólo un instrumento de planes más
de la ciencia ----e.on los criterios de autoridad que esto conlleva- vastos destinados precisamente a impedir que la historia, la
considc.'.rando <t l<ts otras formas del pensamiento como polítjcas, ideo- historia verdadera, contribuya a la formación de una con-
lógicas, valora ti vas o preciclltíficas. Es por ello que la premisa de la ciencia histórka nacional q'ue es la base necesaria de toda
cun} putimos .husca establecer las connotaciones y propuestas cxplí-' política de la Nación. Así, pues, de la necesidad de un
cita o implícital1lenl<.~ formuladas por los diferentes marcos conee.p- pensamiento político nacio.nal ha surgido la necesidad dcl
tuales frente H los momentos históricos en los cuales emergen, se revisionismo histórico. De tal manera el revisionismo se ve
actualizan, se adaptan o enriquercn; de modo tal que la controversia obligado a superar sus fines cxclusivamente históricos,
teórica deja de ser un problema estrictamente académico y se engarza como correspondería si el problema fuera 6ólo de ténlica e
<..'011
los debates polítit'os sustantivos que sigmlll el desarrollo histórico investigación, y apareja necesariamente consecuencias y h
y social. finalidades polític<ls2. ,j
El tema de las inlll1encias políticéls en las ciencias humanístic.Hs 11
LéI dificultosa decantación de las interpretaciones, la caracteriza-
ha sido señalado, con los matices del caso, por.autorés pcrtellcrientcs
ción de los procesos y las figuras de la histori¡¡ que se harc espe-
a diversos enfoques dentro de este. campo.
cialmente evidente en América Latina manifiesta esta vinculación i]
Con referen(.~iH fl la hisLoriografífl, José Luis Romero élfinna: c.~ntrc los estudios historiográficos y las posiciones políticas. En tal
Li historia social debc harerel esfuerzo d<.. ..lkvarsus tem¡¡s
medida, anks que el refinamiento akanzado por las he.rramienlas ~(
aei:ldémieas, son los condicionamientos políticos del presente y las ~
¡¡1(¡¡mpo de 1.1 más estricta obje.tividad. Este esfue.rzo, por
posibilidades de encontrar puntos de acuerdo, limar asperezas y ha-
cierto, no es fácil... US c<lsi incvit¡¡bles implicacione.s de
bilitar espacios de verdadero diálogo, las que pueden facilitar Ulla
tipo ideológico que entraúall estos temas hace.n el esflle.rzo
aproximación menos manique(l a la recuperación de la propia hislo-
aún más difícil.., Un (.~apílulo fundamental es el de 1<1
ria. Lo seftafado pua fa historiografía es extensihle al conjunto de las
j
conquista y la colonización duranle los primeros siglos de.
teorías y recursos conceptuales y metodológicos de las ciencias socia-
la dominación hispallolusitana. Los problcmas'que allí se ;1
les. e. invadc asimismo el campo de la filosofía:
origitlilron con motivo de la impostación de un núcleo l
conquistador y colonizador sobre la masa aborigen dcrro~ Las filosofí¡¡s de la historia, en particular las que produjo el
tada recibieron distültas y sucesivas soluciones; pero nin- siglo XIX pueden ser consideradas como discursos políti. ~
guna de ellas acabó con aquéllos. Los problemas subsisten cos abiertamcnte intencionado's, CIlIos que se ha planteado
aún hoy, y si constituyen un tema histórico, cOllstHuycn como objeto señalar el camino que se debía recorrer, como 11
también cuestiones de palpitante actualidad ... L1 cuestión <Isimismo los escollos que se debían 'evitar para que las
del enfrentamiento entre los grupos blancos y los grupos de 1
"
.,
países ... ,ha condicion<ldo el (~sludjo de los prohle.mas de la
historia sodal, puesto que, en )allledida cnque son proble-
I
puede afirmarse que la filosofía de la historia acabó COI18.
i
~
, mas vivos qu(.'.han originado aelos de poder, se insertClll
inevitablelllente en el cuadro de la histori(l polític<l y ~
1 Romero, José Luis: LaTinoamérica: situaciones e ideulogías, Buenos Aires, Ediciones
del Candil, 1987.
!
responden en sus pl(lnleos a las incitaciones de la política
mismaJ _ :::Jauretche. Anuro: Po/ílic(/ /lacio/lal y rel'isionismohislórico, Buenos Aires. Peña Lillo,
Colección tu Siringa, 1959.
-------------------------- ••••,s
ALCtRA ARGUMEDO
históricos de los países centrales del Este y del Oeste: arribo al poder de Guillermo de Orange. I
Las crisis ... desbicieronlasscguridadcs tan laboriosamente El potencial aleanzado por Inglaterra desde mediados del síglo :1I
1,
conquisladas ... Paralelamente a las múltiples dudas que XVIII y su óptima preparación para competir por cl dominio de)
socavarían' todos los rinconcs de la práctica, desde hac.e mercado mundial en proceso de consolidación, así como la i'l
fl
varias décadas experiencias de las más variadas erosionarían, reformulación del poder interno que produce el crecimi~nto de las ,1
progresiva e implacablemente, a su vez, las nociones nuevas burguesías (,.',omerciales e industriales, están en la base de las :i:1
epistemológicas más preciadas heredadas del siglo pasado propuestas científkas del liberalismo económico de Adam Smitb y
,1
--<:,.una del proyccto científico moderno- entre las cuales David Ricardo. De la misma manera, cn la brillante sistematización
descollarían las de objetividad, neutralidad valorativa, leórica hegeliana subyace el probl~ma de la confonnación de un '.
Estado fuerte capaz de orientar las tendencias de la sociedad civil
causalidad lineal, verdad transbistórica, etc. Si aquí itilpor.
ta echar alguna luz sobre la crisis epistemológica, es porque hacia la construcción de la unidad de ,los principados alemanes luego , ji
de la trdumática experiencia de la invasión napoleónica. Una invasión "11
que también ha de intluir sustancialmente_ en distintas vertientes del li
~,Roig, Arturo Andrés: Teoría )' crítica del pensamiento latinoamericano, México, romanticismo al<.~mán y en pensadores como Fiebte o Clausewitz.
il'
!I,
Fondo de Cultura Económica, Colección Tierra Firme, 1981.
4Agoglia, Rodolfo: Concie.ncia hislórica )' tiempo histórico, Quito, P .U,C.E., 1978.
} La ciencia en Carlos Marx --que sintetiza crític.amcllte los 8por- f
- Agoglia. Rodolfo: "Cultura nacional y filosoría de la historia en América Latina" en
}; i,¡i'
Revista de Filosofía Latinoamericalla)' Ciencias Sociales NlJ13, Buenos Aires, 1988.
~Roig, Arturo Andrés: op. cit. Piscitelli, Alejandro: "Postmodernídad e identidad lalinoamericana" en Cuadernos de
(>
111
Q
la Comunfl N lO, Santa Fe, Municipalidad de Puerto Gral. San Martín, 198B. I
- Salazar Bondy, Augusto: ¿Exisle una filosofía en lIuestra América?, México, Siglo
XXI, 1969. - Harvcy, David: Tire COllditiOIlo/ PO~.lmoderllil)', USA, U1ackwell Inc. C:mbridge,
1991. . ¡ji
'Il
!..ni SILENCIOS y LAS VOCffi EN AMERICA LATINA
ALCIRA ARGUMEDO
les de la filosona, la política y la economía elaborados por los A partir de la segunda postgUUf3, el liberal-funcionaJismo -tal
intelectuales orgitnicos del ascenso burgués en Europa- constituye el vez una dc las vcrtientes más empobrecedoras de Max Weber, a cuya
sustento teórico de una "política que intenta devclar el"'horizonte del concepdón se. le elimina la historia, la polític.a y la fi10sofía para
proletariado europeo-, elegido para forjar la verdadera historia' huma- cosificarla en un anodino sistema de acción soc.ial- fue el promotor
na. Con las características propias de los diferentes ticIltpos y' lugares de la "departa mentalización" de los estudios académicos, pretendien-
históricos, este objetivo fundamenta los aportes de Lenin, Rosa Luxem- do elevar al plano de dencias autárquicas a las diferentes subramas
burgo o Antonio Gramsci. El debate sobre el futuro de Akmania en que abordan problemas sectoriales del acontecer histórico y social
las décadas que corren entre 1890 y 1920 es alimentado por todas y como la sociología, las ciencias políticas, la psicología social o las
cada una de las categorías aparentemente formales y neutralmente cienC-Ías de la comunicación, diferenci~ndolas tajantemente de la his-
valorativas de Max Weber; en tanto la búsqueda de nuevas formas toria •. la' economía, la filosofía o la antropología.
de equilibrio e integración social para rCCl1caUzar la vertiginosa his- No obstante, estos planteos de especializnciól1 científica y el es-
toria de Francia en los cien años que siguen a la Revolución, im- tabJecimiento de severos límites ent.re las distil1tns disc.ipJinas, c.onsi-
pregna las formulaciones teóricas de Emilc Durkheim. Tales con- derados C01l10 gara ntía de la rigurosidad y la objetivídad del saber,
dicionamientos políticos, que pueden detectarse en los más diversos fueron incapac.es de impedir que las principales corrientes teóricas
autores y teorías de las ciencias humanas no se refieren sólo al se hicieran presentes en sus respectivos programas de estudio -
"cont.exto del des(.~ubrimjento", ni se ligan con aspectos parciales de Marx, Grlltllsci o Weber, por citar sólo alg1.1nos- de manera t;¡] que
I!I "soeiología del conocimiento" o de una histori3 social d(~ las nquéllo que se pretendía diferenciar "verticalmente" e.n supuestas cien-
ideas. La definición y concatenación misma de las categorías concep- cias autónomas vuelve de hecho a articularse "horizontalmente" en
tuales estáÍt contaminadas por obje.tivos políticos globales y desde su función dt~ las distintas concepciones que dan cuenta, desde una
óptica peculiar intluye.n en los grandes enfrental.nientos proc.esados visión integral, de la problemática socio-histórica. Lo cual no supone
durante el transcurso de la historia. negar la legitimidad de. las investigaciones sobre aspectos parciales,'
Para analizlIf de este modo las corricntes del pensamiento acadé-
mico-político, es preciso adoptar un punto de vista integral, un marco
relativamente autónomos, con dil1ámic.as propias de desarrollo, sus-
ceptibles de ser estudiados analíticanú.',nte como factores con cierta
I
abarcador entendido tanto en términos teóricos como históricos. La independencia, tal como son enc3rados por los estudios económicos,
mirélda crítica incluye necesariamente una perspectiva englobadora, la historia del desarrollo tecnológico, la estrategia militar, los proce-
I
trasciende hls supuestas fronteras entre las distintas disciplinas cien- sos políticos, las cOllluni(caciones, los aspectos vinculados con el Estado
tíficas, r¡unas o suhramas dc las ciencias sociales y la filosofía, y se y la administración, los movimientos sociales, la demografía, c.l sin-
entremezcla con los espacios eulturales más amplios, con el mundo dicalismo, los regímenes dc gobierno, las políticas económicas o las
culturas indianas. Pero algo muy distinto es el pl3nteo que ignora cn ~
de lo político y de los eomportamientos colectivos, con la intcrpre.
forma sistemátira la vcrtebración de estas particularidades con los ~
taciÓll de los principales hechos de .Ia historia. En tal sentido, no' 1
1
marcos abarcadores dcntro de los cuales adquieren su significado más
puede limitarse a la discusión dc conceptos aislados, de ideas parcia-
, les, dc fcnómcnos acotados, dado que sólo en el m<lfCOde una visión clIbal; o pretender que existe una única forma "científica" y "obje- I
de conjunto esos conceptos, ideas o fenómenos adquieren una signi- tiva" de interpretar cada uno de estos proccsos?, j
fic(lción más acabada, una verdadera coherenC-ia, un sentido más ri- El análisis crílico de las corrientes dc pensamiento desde una
guroso y consistente. óptica global, "transdisciplinaria", susceptible de dar cuenta de la
~I'
,1
Las su<..'-('.sivasparticiones del conoc.imiento socia), que en las incorporación de los fenómenos sociales dentro de las coordenadas
últimas cuatro o cinco déc-adas dieron lugar a una profusión de "cien- que trHzan las grandes líneas interpretativas, se conjuga con el requi- f:1
cias" pareializadas, son hijas de una de las versiones ,dominantes en sito de abordar los fenómenos soc.iaJes e históricos desde una deter- l.
las dendas sociales. Principalmente el Iiberal-funcionalisI11O formula minada idea de totalidad. En rasgos muy generales, entendemos por h
totalidad una mirada que no sólo contemple eu. sus principales ten~ !:
el requisito de establerer compartimientos estanros, divisione.s del
saber susceptibles de desarrollos au'tárquicos, sin considerar la de.ndas los factores y contradicciones que juegan en una sociedad '1l1
I
"TI'\
'V'
ALCIRA AROUMEOO Los SILENCIOS y lAS VOCES EN AMéRICA LATINA
determinada sino, además, la articulación de estos procesos en su construcción de una nueva era de libertad e igualdad y al despliegue
relación con otras sociedades, con la dinámica intermlcional en un del proyecto de la modernidad formulado por los filósofos del
momento histórico dado8• No se trata. de reivindkar entonces U11a Iluminismo,
idea de totalidad cerrada sobre sí misma ni de ignorar la obvia
Sin embargo, esta es sólo "na parte del relato, La primera gran
dificultad de ineJuir todos los factores que intervienen en los proce-
revolución democrática liberal instaurada en los Estados Unidos, in-
sos históricos y sociales. La noción de totalidad que utilizamos pre-
corpora la teoría revolucionaria que impulsa Thomas Jefferson, autor
tende reeuperar una visión comprensiva, abierta y dinámica, que
intelectual de la Decl.rac.ión de la Independencia. Como es sabido,
cuestione las interpretaciones parcializadas y permita incluir lo ex-
la Dedaración establecía las bases de una sociedad democrática,
cluido, seÍlalar los silencios. Una idea de totalidad que reconoce Ja
repubJic.alla, independiente., federativa, igualitaria, regida por la elec-
riqueza y complejidad del desarrollo de las sociedades y plantea la
ción dc. reprc.sentantes y las libertades individuales; pero los 'hombres
elaboración de hipótesis, diagnósticos O supuestos acerca de las. ten-
y mujeres negros seguían siendo esclavos. Esta otra parte del relato
dencias fundamentales que actúan en los fenómenos sociales, sin caer
simplemente no se menciona, ni en esa Declaración ni en la posterior
en un generaJisl1lo abstracto o en negar la relativa autonomía con que
Constitución que iba' a regir los destinos de )a gran nación del Norte,
puede encararse el conocimiento. y la investigación de aspectos espe-
cíficos. Ejemplo democrático en el cual los postulados Jiberales convivieron
durante casi un siglo t~on la pfl~sencia aburante de la esclavitud para
Uno de los instrumentos más típicos de distorsión y encubrimiento millones de seres humanos de esa misma sociedad. Silenc-ios repeti-.
de las realidades sociales ha sido el aislamiento de los hechos par- dos en las más diversas experiencias de conformación de los gobier-
ticulares, eludiendo su articulación con.contexios más amplios o la nos libera les, de las naciones europeas, Desde las monarquías parla-
inclusión de otros elementos que muchas veces tienden a reformular mentarias a las repúblicas, la lógica del pensamiento liberal tuvo la
drásticamente el diagnóstico de una situación dada .. No casualmente misma constante: iguaJc.s, libres y propietarios, los blanc.os9• Los
las vertientes de origen liberal son las que más enfatizan la hindúes, vietnamitas, argelinos, chinos o negros --que no eran ver-
parcializ..1ción en el análisis de los problemas históricos, políticos y daderamente bumanos- sólo podían aspirar al privilegio de ser ci- !
sociales, negando la posiQ.ilidad científica de abordarlos desde una vilizados por el dominio blanco, transfonnándosc en pueblos "deudo.
perspectiva de c.onjunto. Las verdaQes a medias, los cautos silencios, 1,
res" y pagando los costos correspondientes. Una visión contundente
acompañaron el desarrolJo histórico del liberalismo, tanto en la ma- del mundo que subyace al pensamiento académico y polítíco europeo; 11
triz de la filosofía jurídico-política --con sus hombres ¡ibres, iguales que absorbcn' fascinadas las oligarquías y ciertas elites ilustradas de l'
y propietarios, organizados sociahucnte a través de un contrato- Améríca Latina; que condena al ostracismo a los pueblos de ultra-
como en. la versión de la economía política, que prefiere .a ver a las ma r.
soc.iedades cual fruto de la sabia e invisible mano d.c] mercado, 1;
Para nosotros,' esta doble perspe.ctiva integral -por una parte, con l'
capaz dc transformar en un bicnestar general el c.omportamiento
referencia él las grandes concepc.iones teóricas y por otra en lo reJa-
egoísta deJos hombres que procuran su lucro individual. Tales me.
tivo a la interpretación de los procesos históricos y sociales- cons- JI
táforas cQnformaron un instrumcntal ideológic.o contundente en la
tituye un punto de partida para aproximarnos a los nudos cruciales
desintegración del mundo feudal europco y se fueron enriqueciend~ 1:
de la polémic.a l~n el seno de la fiJosofía y las ciencias sociales y su "
al ritmo de desarroJlo de las nuevas téc-n!cas aplicadas a Ja industria,
relación con. los proyectos cstratégicos que se formulan para afrontar I
al transporte y a las comunicaciones; acompañando los procesos de
una nueva époc.a mundial. Desde una visión popular latinoamericana,
expansión colonial, fundamentando la legitimidad de un destino 1,
)a confrontación política de los' ailOs ochenta y noventa en Oc.cidente, 1;:
manifiesto para c.ivilizar al mundo, para incorporado al progreso de
donde se hat'en prescntes los neolibcrales, los neocollservadores, los
las artes y de las cie~lcias, de la inciativa privad[l, de la acumulación
del capital. A lo l.rgo de los siglos XVIII y XIX las ideas liberales
postmarxistas, los modernizantes O los postmodernos; las nuevas ten. I
i
asentarían su predominio en Europa y América del Norte, dando
dendas políti~~as e ideológicas que comienzan a procesarse en las II
1:,
origen a las llamadas Revoluciones Democráticas, aportando la a
9Hinkelammert, Franz: "Frente-a la cullura de la postmodernidad: proyecto político y
utopía", en Dat'id)' GoliatlJ NV52, Buenos Aires, CLACSO, septicmbre 1978. !II1.
II Argumcdo. A1cira: Los la herimos de la crisis (América La!ina: poder frmlsnaciolloly - Beard, Charles; Beard, Mary: Historia de los Estados Unidos, Bucnos Aires, l'
comunicaciones), Buenos Aires, Ilun(osur/ILET, t9&7.
Tipográfica Editora Argentina, 1962.
,
11'
ALcIRA .ÁRGUMEDO
T
Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMÉRICA LAnt.:A
naciones del Este; los interrogantes acerca del futuro de América t'uudarifls- t1ct(lan con una implacable vorac.idad sobre los rec.ursos
Latina; obligan a insertar la discusión tcórico-polític.a en el contexto nadonalcs; desgajando a nuestras sociedades entre un bloque social
de las abJUdas transformaciones que se cstán producicndo en la arena concentrado, (~xr.luyente y pn.'.lendid;uHe.l1te modernizante y amplias
Illundiéll, como consecuencia del reordenamiellto de los ejes del poder capas de la población que se van empobrcc.ielldo día a día, mientras
y el acelerado despliegue de la R.cvo)ución Científico Técnica lO. crece en niveles alarmantes el desempleo y la marginalidad con sus
hnpone~l el requisito de enfrelÚar el debate con herramientas secuelas de desesperación.
c-apal.'es de delectar las claves teóricas más sustantivas; las connota- Por lo tanto, pl;1I1leamos un concepto de totalidad que, sin .caer
ciones e interrogantes de los distintos ejes d(~ interpretación; las ló- en totalizaciones reduc,c.ionistas, sea cap;:¡z de d(~ve.lar los silencios de
gicas inlernas, los puntos de continuidad o ruptura y las formas de las corrientes hcgemónic.as en las ciencias socitlles y de hacer emerger
actualización de las diversas teorías, Herramientas conceptuales diri- las voces de otros protagonistas de lél historiall. Se trata de incorpo-
gidas a estélblecer lineamientos de análisis que vayan más allá .de los rar los datos d(~ la realidad dentro de. un marco comprensivo, para
acuerdos insospechados, la profusión de matices, las renovadas lectu- evaluar crítieamenle .C.SélS versiones que, al considertlr sólo una parte
ras de las fuentes, las lacerantes críti(:as de antiguas identidades, la de los procesos históricos, al. desarticulflf los fenómenos sociales en
muerte de las utopías y los grandes relatos, el fin de los suj(~tos múltiples esp.lcios sin relación entre sí, al seleccionar unos rasgos y
(~olectivos, el anacronismo de los consensos, la reivindicación de las eludir otros, al jerarquizar los saberes parc.ializados, pretenden impo~
subjetividades y otras formul~dones que expone el debate predomi- ncr una versión "científica" del relato de la historia que ve sólo el
nante en Occidente, signado en su conjunto por la impronta del rostro del progreso y no el del espanto, que habla de una aClllalidad
silencio acerca de los costos sociales y IHlOiollales de las nuevas y de un nosotros de selectos e ignora o desprecitl a ese otro que
s(~lldas d(~ la moderllizac,ión,
inlegran las masas populares de América L1tillal2,
Como intentaremos ver más adelante, exisren s~n duda signifka- La estrecha relación de las corrientes teóricas con determinados
tivas diferencias entre el neoconscrvador Déluicl BeH, el n.colibcréll proyectos polílico~históricos, indkan a su ve.z una articulación más o
Van Hayek o el postmoderno Lyotard. Pero coinciden demasiado en me.nos 111cdiatiztlda eutre las riencias humanas y los patrimonios
su desprecio bada las fOrIllttS del consenso y en la afirmación de un culturales y experiencias vitales de difc.rentes cHpas sociales y áreíls
individualismo más o menos egoísta; precisamente cuando la gl.".ognHkas. En tanlo modos de percibir el mundo de distintos sec-
"ingobernabiJidttd"de las democracias ante dcmandas sociales que no tores de. un país o región d<ldos, tales patrimonios y experiencias
. han de ser satisfechas en la lógica impuesta por un poder económico conforméln el sustento para la (.onstitución de las "volunttldes c.olee-
y financiero cada vez más ('oncentrado, constituye una grave preocu- t¡vas" sobre las cuales se erigen y consolidan los proycc.10S de sode-
pación de los se.ctores domitul11tes en Jos países centrales. Los dad. En tal sentido, las formulaciones teóricas -al margen de los
postmarxistas y los moderllizantes no parecen avanzar. mucho más conceptos y metodologías planteados, del carácter fundacional o pe-
allá del sistema elaborado por Weber y restringen sus. propuestas a recedero de los aportes cOllceptuale.s, del menor o mayor alcance de
un lleo-contractualismo abstracto, que elude las' rclttciones de poder y su illlluencia- estiÍn inmt~rsas en "contéXh)s culturales, son expresión
lél polarización creciente en la distribución de los recursos en detri. de épocíls históri<'~<Isparticulares y .~~~-'~cri(;brn-,;-coilj'as mentalidadc.s
menlo de las mayorías sociales y las naciones periféricas. Los juegos predominante.s en diferenles capas de la población de un país. Men-
del lenguaje y los intercambios simbólicos tienden a dejar la realidad talidades y sentido común entendidos como la incorporación sodali.
lal cual es y no hablan de los actores excluidos del juego. Podemos zada de patrones culturale.s que actúan --{~on sus cspitdos de opacidad
preguntarnos entonces hasta dónde, una vez más, el debate del Norte y sus contradicciones- como referentes de la vida cotidiana y base
occidental incluye sólo una parle del relato. En la otra parte, Amé- pélra 1<1construcción de los consensos políticosl3• Así, los límites '1
rka Latina padece las presiones del (~ndeudallliento externo y el entre las distint.ls [onllas del conocimiento, entre Jos diversos modos 111
comportamiento de los grupos locales de poder eronómico-financiero 1,
manifeslaciones de los proce..~sossocio-histórkos (economía, política, mención vacía de determinados conceptos con el sentido profundo ,
cultura, ciencia y tecnología, comunicaciones, etc.). y las hipót~sis que estos adquieren en el marco de las diferentes matrices teórico- i:
políticas.
l~cntralcs relativas a su funcionamiento y relaciones mutuas. Esta
sistematización cOllceptuaJ otorga -por encima de las dislinciolles Las t;natrices de pensamiento son formas de reelaboración y sis-
entre sus vertienles internas- la significación más ajusfada a los tematización conceptual de determinados modos de percibir el mun-
distinfos conceptos: estamentos o e1ases sociales, la forma y las fUll- do. de idearios y aspiraciones que tienen raigambre en procesos
dones del Eslcldo, las relaciones de] sistema POlílico con ]a socil~dad históricos y experiencias políticas d'e amplios contingentes de pobla-
civil, las hipótesis sobre cl car{¡cter y los contenidos de ]a comuni- ción y se alimentan de sustratos culturales que exceden los marcos
cación social, la l..'onstrucción de la hegemoníit, el consenso o el estrictamente científicos °
intelectuales. Es por ello que la construc-
dominio, las definiciones de la dcmocrada, Jil justicia, la libertad, la ción de las matrices se relaciona estrechamente con lo señalado por ;I¡
igualdad y olros ¿ISpcctos que hacen a la formulación de los modelos José Luis Romero refiriéndose a las ideas de la lIustración:
de sociedad y Estado y a las relaciones entre sociedades. A su vez, 111'
tales marcos conceptuales l~sfablecen hlS líneas metodológicas; el En g'eneral, las ideas de la llustración se elaboraron l'
"método" de la ciencía que es diferente, en sus aspt~e:tos m{¡s deci- despaciosamente en Europa a través de múltiples experien-
li:
1,
Piagct Jcan; Garcín. Rolando: PsicogJnl:sis México, Siglo XXI, 1984,
IR 1: historia dI: la ciencia,
19 Romero, José Luis: op. cit. !
I¡I
I
,
ALClRA ARGUMF:DO ,
1
Los SILEr."iCIOS y LAS VOCffi EN AMI::KICA LATINA
ci.s que hizo la burguesía durantel. Ed.d Media y .10 largo evolución dc las cicncias. L.,
propuesta tiende más bien a romper COl
de un proceso intelectual que fijó la cOJu'cpción raciona lista. ciertas ideas acerCil del carácler lineal y acumulativo del desarrolle
Sólo después de tan larga elaboración, ('.1pcnsamiento científico, haciendo rcsilllar los decisivos cambios que se producen en
burgués y racionalista logró integrarse en un sistema no las teorías explicativas, en las formas 'de perc.ibir los interroganles y
sólo dc gran cohercncia sino tamhién de creciente simpli- las hipótesis y.en los mé.todos de investigación, a partir de las lla-
cidad. Sin embargo, 1ftsíntesis no fue universul ... En todos madas "fl~vollldoncs científicas". Tales revoluciones diln lugar a trans-
los casos, el sistema arrastra ba un conjunto de experiencias formaciones significativas del mundo en el que se Ilcvabil el cabo eJ
reales previas a su elaboración intelectual y un nutrido trabiljo científico anterior, dondc predominaban de.tcrminadas normas
contexto de supuestos que anunciaban su presencia cual- p(lfa el desarrollo de la "ciencia normal", es decir, )a práctica
quieril fuera el esfuerzo que se hiciera por ocultarlo ... 19 investigativa cuyos fundamentos no son puestos en cuestión. Empero,
cuando cn una ciencia eXflcta o natural un individuo o gmpo produce
En este sentido las matrices de pensamiento son expresión de una nueva síntesis capilZ de Alraer a la mayoría de los profesionales
proeesos sociales, políticos, económicos y culturales y tienden a in- de la g<.~ncracióll siguientc, las escuelas m~s antiguas desaparecen
cidir con mayor o menor fuerza sobre las realidades y los cOll11idos gmdualmenk .. Se ha producido entonces una "revolución científica"
nacionales c intcrnacionales. Conforman Jas b~lses de fundamentación que establece nuevas paulas dl~ invesligación y promueve la dencia
de proyectos históricos y guardan UlUI Huida continuidad con las normal sobre l'f1rriles diferentes, donde vuelven a predominar Jos
manifestaciones de la cultura, c011lils ll1entalidadl~s prcdominantes en tcm;ls f1cotados, Jos estudios detallados y en profulldidild. que van
distintos estralos de población y en dirc",ntes regiones, renejando el enriqueciendo lfls líneas trazadas por el nucvo paradigma o
carcícter intrínsecamente polémico del conocimiento social. rcformulalldo sobre estas bases los interrogantes anteriores; tratando
de ajuslHI y resolver lils ambigüedades, de dar respuesta a los e.nig-
3. MATRICES y PARADIGMAS mélS formulados, de pr<.~cisarcon creciente rigurosidad las coordena-
das establecidas por el paradigma emergente.
La idea de matriz de pensamiento presenta algunas s.imilitudes y
significativas diferencias con el concepto de paradigma elaborado por El instrumento ('.lilborado por Kuhn es sugestivo también para
T. S. Kuhn en La estructura de las revoluciones científicas. Vincula- orientar derlas problemáticas de las ciencias sociales, prcciSilmentc
do fundamentalmente con el estudio histórico de lus dencias exactas porque indica que: "es asombroso el número y alcance de los dcs-
(lcuerdos patentes entre los científicos sociales sobre la natufflleza de
y naturales, el paradigma hace referencia ;1 "las realizaciones cien-
tíficas univers~¡]mcllte rc(."onocidas que, duruntc cierto tiempo, propor- los problemas y los métodos c.icntíficos aceplados"21. No cabe duda
I
donan mode.los de problemas y soluciones a una comunidad cientí- de que es en esfe tipo de ciendas donde .más se hace presente ]a
fic.a"20, y (.~onllcva tcorías, métodos y normas de inve.stigación. casi influencia de los faclores l~xlcrnos: en la convive.nda (~onnictiva
siempre. inscparables entre sÍ. Eo;;ta he.rramienta conceptual es espe- "endémica" dc difereilles corrientl~s dc pensamiento, se expresa su
cialmente rica para aproximarse ilJ origen de las controversias exis-
tentes en el campo de las ciencias; detectar los momentos de crisis
carácler intrínsecamente político; y las ciencias sociales se manifies-
tan como partc de un debate m~s amplio y una confrontación que ¡
ticne sus raíces en cOIlJlictos "cxtracientíficos".
y ruptura de determinados modelos que. han sido predominantes en su ,
De esta .maJ1l~ra, un primer punto de difcrenciación estaría dado
'1
de.sarrollo e indicar la enwrgenciil de nuevos lineamientos que trans- '1
forman rotundamente los marcos en los cuales hasta entonces se en el hecho de que, mientras el paradigma hace referencia específica
habían procesado las investigaciones científicas. y restringidamcntc al campo científico -sin tomar necesariamente en li:
I
1
Kuhn señala explícitamente que en su esquema no ha sido con- considenld6n los llamados factores cXlernos- las matrices de pen.
siderado cl papel que desempeñan el progreso tecnológico o biS samiento serí(ln las formas más sistcmáth.'.as y analíticas de
. condiciones cxternas -sociilles, eeonómic.as o illtelectuilles- en la fundamentación teórica y metodológica de esos factores externos .
Uno dc los modos de expresión de (."onccpc,iones culturales abarcadoras
y que, por lo lfllltO, se cngarz(ln eon otras formas de. expresión _
~oKuhn, ThomAs: La estructura de las r"el'Oluciunescienríficas, México, I3reviilrios del
Fondo de Cultura Económica, 1983.
~
~I Kuhn, Thomas: up. ej¡. l'iaget, lean; García. Rolando: op. cil.
~.¿ 1:1
111
1,
'1
ALC1RA ARGUMEDO I Los SII.ENCIOS y LAS VOCI.'S EN AMÉRICA LATINA
como la I1teratura, ciertas manifestaciones artísticas o el sentido (del sistema iOlal) y l. veril'ie.ciólI experimental (para las
común de distintas capas de la población- y con propuestas polí- c.icnC-Íasno dcduc.tivasr3•
ticas articuladas como proyectos estratégicos. Un segundo eje de
diferenciación nos permitiría establecer que, en tanto el paradigma E"t<l relación entre las distintas formas del conocirnicnto y el
tiende a enfatizar los momentos de crisis y ruptura de los modelos hecho de que 1<ISestructuras a partir de las cuales se asimilan los
predominantes en las ciencias durante un período dado y su reem- nuevos elementos cognoscitivos estén fuertemente impregnadas por
plazo, por nuevos .patrones científicos, las matrices buscan más bien las intluenc..~ias sociales y culturales, permitiría suponer que, entre el
establecer las líneas de continuidad histórica de determinadas co- sentido común -ligado con las normas del pensamiento precientífico
rrientes de pensamiento, vinculadas con la recuperación explícita o y con las pautas que condicionan l(ls conductas instrumentales de la
implícita de concepciones y valores fundantes que se reproducen en inteligencia práctica- y los proyectos políticos con sus fundamentos
las distintas vertientes o actualizaciones desarrolladas a partir de un' teórico-conceptuales -quc requieren mayores niveles de
tronco común. sistenultizadón y coherencia inlerna- existe uml conlilluidadotorg¿l-
Para la construcción del concepto de matrices teórico-políticas da por los S)lstnltos culturales y los modos diversos de ver el mundo
consideramos especialmente valiosos los aportes que pueden derivar- y practicar d conocimiento2.1• Est(' punto de vista --<J.Ul~ permite
se de los trabajos de Jean Piaget y Rolando Oareía"- Aún con el retomar el (Inálisis dl~ José Luis Romero acerCé! de la l.'onstrucción
temor de excedernos en la libertad interpretativa de sus investigacio- histórica de las ide<ls de la Ilustritción'- conllev<l la recuperación de
nes sobre psicogénesis e historia de las ciencias exactas y naturales, un saber, de un conoejl1lil~llto válido, de Ullll slIbidurí" propia de.1
:¡" algunas de esas ideas centrales nos permíten formular hipótesis de sentido eomún, <lún cuando l~stc Sl~ manifieste b<ljo fOflllClSno siste-
aproximación al problema de las relaciones entre patrimonios cultu- máticas y l.'on eventuales inl.'oherenc.ias inlernas. Las matrices de
rales. sentido común, política. filosofía y cienci.as sociales. Una pri- pens<tllliento serí"n entonce.s las sistemaliz(leiones teóricas y las arti-
mera línea se vincula con el carácter de los mecanismos e instrumen- culaeionc..~s conceptuales eohuentizadas dc. esos saberes y mentalida-
11'
tos del conocimiento: dl~s propios de distintas c..~apasde 1(1 pohlación de un p(lís, de Jos
euales se nutren y a los que, a su vez, les ofreeen modalidades de
Todo conocimiento, por nuevo que parezca., no es jamás interprct<ll.'.ión tendientes a enriquecer los procesos del conocimiento
un "hecho primigenio" totalmente independiente de los y el desarrollo del sentido común.
¡i
1
"
que lo han precedido. Se llega a un nuevo conocimiento
I.~ La persistencia de Jos patrimonios culturales --como acervos
1,
por reorganizaciones, ajustes, correcciones, adjunciones ...
colect.ivos de diversos estratos sociales o identidades tl<lCiolla1e.s,que
:;1
No se integran sin más al acervo cognoscitivo del sujeto:
constituyen las estmctu£a!'; primigenias del sentido común, él partir de
hace falta un esfuerzo de asimilación y acomodación que
las cuales se van incorporando )¡IS llueV(lS expe.rienciíls, conocimien-
condiciona la coherencia interna del propio sujeto, sin el
tos c..~ideas- cstablece las líneas dl~ continuidad histórica, transmiti-
cual éste no se entendería ya a sí mismo ... En el caso de los
das gencracionalmenle. En ese prol~eso, los d<ltos <.le las nucvas rea-
procesos cognoscitivos se agrega otra determinación: la
lidades vitalizan, re.fonnulan, actualizan y enriquecen los signific<tdos,
transmisión cultural. Dicho de otra manera, el conocimien-
to no es nunca un estado, sino un proceso influido por las Jos códigos, símbolos y valores oc las memorias sOl..¡(llcs, otorgando
etapas precedentes de desarrollo ... De aquí surge la necesi- tluidcz a la relación entre las distintas expresiones de una compleja
dad del análisis histórico-crítico. El conocimiento cientí- concepción l.'ul!ural. Es lo que plantea Arturo Andrés Roig con refe-
renci,l td primer JU(ln Bautista Albcrdi, el de las Ideas y el Fragmen-
fico no es una categoría nueva, fundamentalmente diferen-
to preliminar al eSlIIdio del Derecho:
te y heterogénea con respecto a las normas del pensamiento
precientífico y a los mecanismos inherentes a las conductas
instrumentales propias de la inteligencia práctica. Las
normas científicas se sitúan en la prolongación de las
normas de pensamiento y de prácticas anteriores, pero ~J Garcíél Canclini, Néslor: "¿Reconstruir lo popular'?" en Seminario sobre CuLtura
incorporando dos exigencias nuevas: la coherencia interna pupular: 1111
balance illlerdiscipfillario. RuellOS Aires, Instituto Nilciolléll de Antro-
(X)logíél, 19H8.
23 Piaget, Jean; Garcfa, Rolando: idem. :.:!~Alberc.1i, JUilll ~autislél: Frngmemo prelimin(lr (11estudio .del Derecho, Buenos Aires.
1
1
I
.,1 A1.CIRA ARGUMEDO
Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMÉRICA LATINA
Junto con la crítica negativa de los "filósofos sociales cuales se articulan las respuestas. A su vez, tales respuestas se reor-
europeos" eonsagrados, se prodUl'C en Albcrdi el rechazo ganizan, se corrigen o se ajustan mediante nuevas experiencias o
del eclecticismo ... Plantea c.~1problema de la naturaJeza de mayores niveles de tematización:
la [ilosotla desde dos ángulos: es entendida como una
suerte de saber espontá neo, scmejítute a aquella "metafísi- Nuestra tesis será (por el momento, para los adultos) que un
ca habitual" de. la que hablaba Hegel y que anticipa la sujeto enfrenta al mundo de la experiencia con un arsenal
problcm{¡tica de los horizontes de comprensión que carac- de instrumentos cognoscitivos que le permiten asimilar,
teriza a las lIamdas concepciones del mundo y de la vida. por consiguiente interpretar, los datos que recibe de los
H(IY,en efecto, ciertos "principios que residen en la con- objetos circundantes, pero también asimilar la información
ciencia de nuestras sociedades" que "están dados" y"son que le es transmitida por la sociedad c.nla cual está inmerso.
conocidos", Se trata de un ~(Iber que surge naturalmente Esta última información se refiere a objetos y a situaciones
como "razón" y "sentimiento" de una época y de una ya interpretadas por dicha sociedad ... A partir de la adoles-
, sociedad, que si bienes, en un primerIilOmento, una especie cencia, cuando se han desarrol1ado las estructuras lógicas
" ~I
,":i de saber "precicntífko", se organiza luego como saber de fundamentales quc habrán de constituir los instrumentos
ciencia y determina las modalidades propias u origimdes de básicos de su desarrollo cognoscitivo posterior, el sujeto
l'.sle. Oc ahí que Alberdi entienda ... que su propio discurso dispone ya, además de dichos instrumentos, de una concep-
~
filosófko no sea incompatible con otras formas discursivHs, ción del mundo (Weltanschaung) que condiciona la asimi-
de otros grupos humanos colocados en estamentos sociales lación ~Iterior de cualquier experiencia. Esta concepción
"populares":::5. del mundo actúa a diferentes niveJes y de diferente manera
en cada nivcl.2(,
Al recuperar en esta perspectiva algunos conceptos de Piagct y
Garda, puede. considerarse que las matrices de pensamiento son for- Dada esta dinámica, en el campo de las ciencias sociales _
mas de tematización dc determinadas visioncs del mundo que han mucho más marcadamente tal vez que en el de las ciencias físÍCo-
sido procesadas por las mentalidades sociales. Constituirían una resul- naturalcs- los factores externos tienen una influencia decisiva en el
tante del pasaje desde el uso o aplicación implícita de una noción desarrollo conceptual. El contexto cultural de distintos estratos socia-
particula r, que ya ha sido utilizada cn numerosos casos prácticos, les o espacios regionales no puede ser eludido en -la sistematización
hada la reflexión que permite su utilización consc.iente, una concep- teórica que, a su vez, incide con distinta intensidad en los procesos
tualización de esas nociones. La tematización requierc mayores nive- históricos y políticos de carácter extracientífico. Por ello, la perspec-
les de organización y refinamiento ,dl~ ideas que han guiado el com- tiva nacional y popular latinoamericana de la filosofía y las ciencias
portumiento práctico; pero ello no implica que una nlenor tematización sociales recupera como punto de partida la presencia contundente de
acerca de los fundamentos teórico-conceptuales lleve necesariamente las visiones del mundo, de los saberes, valores, memorias y experien-
a un pragmatismo ciego. La praxis política y las experiencias vitales cias de las capas populares del eontinentc. Se desarrolla a partir de
conllevan interpretaciones implícitas, derivadas de marcos culturales esas otras ideas de América Latina ignoradas o despreciadas por las
e históricos que olorgan significados y orientaciones a ese accionar, vertientes hegemónicas en los ámbito$ académicos.
actuando como estructuras cognoscitivas básicas susceptibles de un
mayor enriquecimiento. Así, la actividad práctica se desarrolla en 4. MATRICES y. "EPISTEMES"
pt.~rcepciól1 en una época histórica determinada --es válido interrogar- atravesara el mundo europeo: la confianza en el progreso indefinido :11
nos f1cerca de las relaciones del t'(lllcepto de matrices con esa idea. de. 1<1 historia humana y en la suprem¡¡c.ía de la Razón; la
Foucault señ<tla que en la episteme no interesan las eventuales co- autodcfinición del pensamiento occidental, con sus raíces en la ¡¡nti-
nexiones internas que obedezcan a una especie de armonía gua Grecia. COlllOla únic.a Hm'.a legítima y superior del conoc-imiento
prestablt.~c,ida; importa, sobre todo, relnarcar las discontinuidades, las humano.
rupturas, la dispersión que, caracteriza al campo epistemológico pre-
Cabría preguntarse en este punto hasta dónde la supremací<t de la
dominante en un período de la historia. Indica expresamente que no
Razón ---que dcsplaza el predominio religioso en Europa- no l~lantie-
es posible establecer líneas de continuid¡.¡d o progreso histórico den-
ne, sin embargo, una continuidad mlorativa más profunda fllln que las
tro de una episteme ni puede habhtrsc de una historia de epistemes,
propias epistemes; que recorre el conjunto del pensamiento europeo
porque no se trata de una historia global ni de una historia de las
desde fin¡¡les del siglo XV, ruando la historia comienza a transformarse
ideas, en tanto no existe continuidad entre ulla y otra ep;steme.
cn historia universal. Un hilo de Ariadml unificante dc las sucesivas
Fenómeno subterráneo, inconsciente, que establece el "lugar" donde
epistemes que predominaron desde entonces en el viejo continente, al- l'
los hombres están instalados y desde el cual se conoce y actúa. Una
rededor de esa idca que define a Europa como la llnica propietaria.
disposición gener¡¡l que carece de reglas estnlctuTéllcs, que se diferen-
indiscutida y legítima, de la religión, del conocimiento, la Razón, la
;!
CÍa de una ('onCl~pción del mundo y a la cual sólo puede accederse '1
Ciendíl y por lo tanto, la Verdad. £Sé! idea que, al margen de las \I
por la arqucologÍa para dekctar c1f1v(~s,pasadizos, dispersiones, in- I~
disputas por las hcgl~monías nacionales o sociales, designa a los euro-
cógnitas de difícil resolución. 11
pe.os como artífices de la hllmíluización de l.é!hunulI1idad, legitimados ~j
A partir de estas nociones, conside.ramos posible afirnulf que, e.ll para utilizar' los medios de la conquista y la colonización que tHn I;i,
'1'
el marco de UIla misma episteme, puedcn convivir distintas concep- magna tarca re.quería. Una idc<I cuya contrac;ua es el desprecio por las
cioncs o matrices de pensamiento. De hecho, si. se toma como refe- culturas dc ultramar -formas primitivas, arcakas, pre-rac.ionales de ]0 ~
rcnda la "epis1'e.mc modc.rna" --quc, para Foucitull, (Jhrt~a comicnzos humano- y que, dl~ la misma manera qUl~ se apropiara por la violenci.a i.
del siglo XIX los umbrales de lit modernidad curoPCit y dc lit cual dl~ I<\s tierras y los cuerpos de los pueblos periféricos, dejó pa ca sí l.
forman parte las cienc.ias humanas- ésta contiene cn su seno, entre también el privilegio de la palabra, el relato de la histori<t, el derr.cho I'1 '
nómico, la nt<ltriz derivada de la filosofía jurÍdico-poJítil'a liberal y una re.ligión como un<lcultura. Esta idett adquirió su mayor 11
vigor en E~paña y fuc la que inspiró 1<1lKtitud de los '1
la que cstruclllnl el m¡¡rxisl1lo.
Las profundas contradicciones y antagonismos. que signaron la
conquist<ldores. En grado distinto inspiró la actitud de
Portugal o Inglaterra. Y fue. C!'iaidea la que justificó la
lil~
política europea desde la primera mitad del siglo pasado se fueron
conquista y la colonización, Las poblacion(~s illdígl'.nas
articulando básÍl'.ame.nte alrededor de. csas matril'e,s en tanto las ex-
americanas fueron l'.quip<lradas a los turcos que amenaza-
presiones más representativas en los espacios social.cs, políticos y. l,11I;
ban a Europa y comprometían no sólo la posesión del sudo
culturales y en la evolución de las ciencias humanas, (~nriquecidas
por las múltiple.s vertientes que se procesaron a partir de cada uno
de los troncos principales. A través de diversas influcnci<ts,
sino también la cuHum eurof'ca de signo cristiano. La
conquista fue una gucrra de culhlr¡¡S, esto es, una guerra sin
ii¡
cuartel en 1;1que la victoria significaha el aniquih\llliento ,¡
rcformulaciones, líneas de contacto y ruptura con ]¡IS corricntes dcl ¡,
del venc.ido 0, al menos, la sumisión incondic.ional... Esa
romanticismo, las peculiaridades nacion¡¡les o la recuperadón crítica .i
irnagcnquc los europe.osse hicieron de América correspon-
de aportes parciales, tales matrices sc consolidaron como los modos
día a l<tque, en las guerras de cultura, sc hahían hecho los ~
más contundentes de vcrtebr¡.¡ción de las mentalidades en Europa,
europeos dc Europa mismél. Europa era, en última instan-
acampa ¡lando los procesos de formación de las naciones y del mer-
cia, el nuevo pueblo clc,gido; el posecdor de la verdad, el
cado mundjal. Las confrontacioncs ideológicas se fueron desarrollan.
dcstinatllCio de la revclación, esto es, el dcpositario de la
do en el marco de un distanciamienlo creciente respecto dc las
cuHura superior. .. ~¡¡
influencias teológicas, pero conservaron algunas premisas que pare- 'l.
CÍan no discutirse <1 pesíH d{~ los lorrcntosos procesos de c(tlUbio que
~o Pomer, León: "¿Qué celebrar'!" en Dossier Pá¡;illl/ 12. 9 de octulm~ de 1988.
ALe/RA ARGl!MEDO Los SII.ENelos y LAS VOCFS EN AMÉRICA LATINA
Así, desde esa Edad Moderna iniciada al promediar el siglo XV, perteneciente al sentido del mundo, y no un sin sentido
las cosmovisiones que se sucedieron en .Ia hegemonía cultural de histórico delmismo30•
Occidente lendieron 1I autoconccbirse como integrantes de la expre-
sión verdadercl, exclusiva, del pensamiento humano. La superioridad Una trtlnSepiSleme entonces que hunde sus raíces en las vetas
europea -tanlo bajo sus formas religiosas como más tarde bajo el discriminatorias del pensamiento platónico y en las formulaciones de
Iluminismo y la Razón, la civilización y el progreso, la moderniza- Aristóteles sobre los bárbaros. Que se extiende hacia el presente
ción o el desarrollo- relegaría a la categoría de residuos de la penetrando las visiones contl~mporáneas en múltiples aspectos, legiti-
historia, de expresiones primitivas, de manifestaciones de la barbarie, mando silencios, negando en última instancia el re.conocimiento de la
a los pueblos que integraban las vastas regiones sometidas a su do- historicidad de estas regiones; que impregna el pensamiento de las
minio imperial. Es lo que reiteran diversos escritos, interrogándose c.lases dominantes y de una parte significativa de las elites ilustradas
sobre el verdadero significado del "encuentro" entre Europa y nues- . de América Latina:
tras lierras:
Una exigencia de reconocer la historicidad de todo hombre
Durante siglos Europa había preparado a gran parte de sns es equivalcnte al reconocimiento de que todo ser humano
hijos para ser dominadores de otros pueblos, para hal~erlo posee voz. En l'onse(~uencia, la distinción entre "hombres ,
desde una certeza: la superioridad de lo propio. Las con- históricos" y "hombres natur(lles", entre un ser parlante y
,
cspailolcs y portugueses. Están ahí los conquistadores Si, tal C.OIllOlo corroboran diversos autores latinoamericanos, es l'11'
h?hl1ldescs, ingleses y franccsl~s para corroborarlo ... 29 posible detel~télr como Ulm constilllle del pensamiento europeo de los
últimos cinco siglos esa idea más profunda que las propias epistemes "
"1',
, 1
Todavía en los ailos inmediatamente anteriore.s a la Segunda Guerra acerca de )a superioridad oce-idenf<tl. De la incuestionada primacía de II
Mundial, csta posic.ión predominaba cn cl seno dc la
filosofía euro- sus idearios en tanto las únicas formas váli~as, como la culminación ']I¡
pea. Entre otros, Edmund Husserl c.onsideraba que, fr<.~ntca la crisis de las expresiones oe lo humano; debemos interrogarnos al"CrCa de
de la c.iencia como expresión de ulla crisis integral de la <.~ultura, los las características de la otra episteme que se constituye en nuestro
filósofos -funcionarios de la humallidad- debían encontrar el sen- c.ontinentc luego de la conquisLa. Dc esas otras ideas existentes en , ';1
tido de una humanidad iluténtica, una radical autocomprensión" por- América Latina, que se van con[oflllando a partir de la experiencia !
que:
traumática del dominio occidental. Las que se procesan desdc esas
culturas at'-osadas; lus que hundiendo sus raíces en los ancestros pre-
Solamente con ello se resolvería si la humanidad europea
es portadora en sí de una idc(I absoluta y no de un mero tipo 1"
" i
II
1
1,1 ALClI{A ARGUMEDO
¡¡
II colombinos y en los (ICcrvos de la esc1avitud negra, también mues-
Ij tran su pCIIllaI1cnC'i(l, mestizadas y enriquecidas, a través de estos
duro siglos, él pesar dl'.1 hostigamiento y las derrotas. Las que emergen
i~
en grandes moviliZii('joncs de 11HI5(1S, en movimientos reivindicativos
I de la dignidad y las identidades populares. Se, trata de ver cuál es
¡ii
el potencial teórico, las concepciones autónoméls inmcrstls en esos
r:,' códigos ignoffldos, los significantes que expresan esas voces silencia-
das.
1;
¡
+;
III
LAS MATRICES DE PENSAMIENTO EN EL MUNDO CENTRAL
1 primer principio de la nalura!cz(l bUlllan.l- que coloca él los indivi- entre los hombres ... El derecho y el gobierno existen para
11 duos en mutua {'ontraposición. Sin embargo, el otro principio natural la seguridad mutua y sólo son eficaces porque las penas
,1 establec-idas por la ley hacen que la injusticia no resulte
~ -Irt razóu- .11permitirles prever las consecue.ncias negativas de (~sta
lucha, les cnseila a evitar una disolu<:ión antinatural y aporta la provechosa:!.
~
condición para que los hombres puedan unirse y cooperar. Los dos
factows combimldos -la búsqueda cgoíSIH de la supervivencia y la Retomando esta idea de la naturaleza humana egoísta y del Es-
razóu- dan como resultado la posibilidad humana de formar una l;;ldo como un artificio cuya utilidad se manifiesta en las funciones
1; de resguardo de los individuos y sus posesiones, Hobbes va a fun-
sociedad. La constitución de la sociedad se realiza a través de un.
pacto; pr,TO sólo es posible garantizar ese pacto si cxisk un gobierno d¡l1llent;¡r la necesidad de la monarquía absolula, en tanto no existiría
fuerte y eficaz paril castigar al incumplimiento: "Los }Jactas que. no opción cntre la anarquía totill y el poder del soberano. Sin embargo,
de~cansall cn 1,1 espada no son más quc p;;i1abras, sin runza pam en l~speci;;Jl ante la incierta situac.ión política de una Inglaterra que
,i:
proWger al hombn.~ en modo alguno"]. alravesaba el conflicto cntre Croll1well y los EstUtlfdos, intentará de-
mostrar que sus opiniones ('.ran compatibles con cualquier gobierno
Eu"csta medida, la razón daría una base suficient('. pan! el acuerdo
de lacto, ya que LOdo gobierno poderoso e.'; bueno si garantiza la
mutuo, pero es demasiado débil para frenar el egoísmo de los hom-
propiedad, la seguridad, la paz y el orden.
bTl~s en masa: su teoría identifica así el gobierno t.'on la fuerza, que
debe esta r constantementc presente, como trasfondo o de manera Luego de la Revolución Gloriosa inglesa de 1688, la monarquía
:;1
"'Ir,!1 efectiva, al tiempo que otorga í11sobl~rano lJlla legitimidad natural y parlamentaria -el Estado Representntivo- encontrará en John Locke
\
no de origen divino. La sociedad apucce entOI1C(~Scomo un contrato el fundamento teórico de su legitimidad. Según Loeke, el cstildo de
entre individuos racionak~s en virtud del I.:ual todos renuncian a to- IHlturalcza en que se encuentran los hombres cs de t.'olllpleta igualdad
marse justicia por sus propios medios y Sl~ someten a un soberano. y libertad para ordellClr sus actos y disponer dl~ sus propiedades y de sus
Hobbes va a rCl'uperar las nociones de la filosofía epicúrea, que en personas c.omo ll1<.~jorles p,uez<.'a. dentro de los 1ímite.5 de la ley IHltu-
el siglo IV a.C. formulaba una ácida crítica a la religión y los ral. Dicha ley coincide con la razón y C.llSellClquc, siendo iguaJes e
valores convellcionales, concibiendo él la natumkziI humalUl COmo indcpcndientes, IUldic debe dañar a otro en su vida, libertad o .posesio-
esencialmente cgoíSlfl. Un egoísmo expresado l~n. el deseo de cada nes. A fin de ejecutar la ley natural e impe.dir que los hombres atro-
hombre de alcanzar su felicidad individual y donde cualquier forma pellen los derechos de los demás y Sl~dañl~11recíproc;IIHcnle, es preciso
de orgallizildón SOCii¡) se justifil'ilba sólo l'.omo i1rtifido parrt conse- castigar a los 1ransgresolcs COIl un castigo tal que impida su violación.
guir el mayor bien privado que fuera posible. Es por ello que el Paroi ello' y dild<ls las deficiencias e inconvcnientes que experimentan
Estado se constituye con el único objetivo de garantizar la seguridad, viviendo aisladamcnle, los hombres superan el cstado de naturaleza a
en especial contra las depredaciol1es de los otros hombres en ht tn)vé.s dc un pacto por el cual lodos acuerdan fonmu Ulla sola comu-
b(lsqued;) de su propio interés. Para los epicúreos, que en sUllUlyoría nidad y un solo cuerpo político. Por lo tanto, la sociedad es producto
provenían de las clasl$ poseedoras: de UI1 contraLo cntre individuos qUl~ tienen voluntad y concienc.ia para
ingresHr en él y se da sólo por consentimienlo de sus miembros.
Todos los hombres son escncialmcnte egoístas y no hus<.'.all En esta cOllcepcióÍ1, el orden social que se constituye a través del
sino su propio bien. Pero con ello, el bien de cada uno se ve pacto es un orden jurídico, en tanto la sociedad civil se ll1anifiesta
amenazado por la acción igualmente egoísta dc todos los y concreta en las kyes o ilormas. El (lcto primero y primordirl1 de
demás hombres. En consecuencia, los hombres lle.gan;l un U1H1sociedad <.~s1(l conslitución del poder legislativo. porque con ello
acuerdo {;Ícito de no ül11ingirse daños unos a otros ni provee ti la penn(ll1l~n<..iade su unidtld bajo la dirección de ciertas
sufrirlos ... De l'.SIl'. modo, el Estado y l'-I derecho nacen personas y por medio de los lazos de las leyes hechas por mandato
como un contrato encaminado a facilitar las r<.~lac.ione.s expreso del pucblo. Pero, al mismo tiempo, sólo se constituye una
sociedad política o civil cuando un cierto númno de hombres se une
renunciando cad;;) uno de ellos al poder de ejecutar la lcy natural. De
L Hobbes, Thomlls: Lel'ia(áll u la materia, furma y poder de l/lIa r!!ptÍbliea eclesiástica
)' civil, México, Fondo de Cultura Económica, 1966.
-Sahine, George: Historia de/a reorÍapolítica, México. Fondo de Cultura Económica.
1965, ! Sahine, George: op. á/.
ALCIRA AKG1JMEDO
~
~! Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMÉRICA LATINA
1, esta manera, el Eslndo dispone del poder de hacer las leyes ---origen
a semejanza dt~ los epicúreos y Hobbes, 'su forma política es secun-
! del poder Icgislativo- y líHllbiéll de la facultad de caslig.u las trans-
daria respecto dd rol principal de garantizar la seguridad de los
gresiones eOlllctidns por los miembros de esa sociedad o por al,guíen
1 ajcno il ella --el poder de la paz y de 1ft gucrra- origen del poder
bienes privados y promover 'la libertad mercantil4•
I
Desde esta versión el estadista liberal no hace las leyes; sólo las
"
ejecutivo.
I Locke otorga la soberanía al pueblo, que reticlle el derecho supre-
pone en evidencia y ltts libera, eliminando los Obs1áculos que les
impiden desplegarse con plenitud. En tanto la sociedad se constituye
mo de apartar o cambiar a los legisladores; en ronsecuencia 'ambos
al margen de la voluntad de los individuos que la componen, se
poderes -el legislativo y el ejccutivo- están subordinados él 'la
vuelve nna entidad exterior a cada uno de ellos y, como tal, exhibe
comunidad polític.l. La forma de gobierno del Eo;tado dependerá dt;
resultados inevitables que e.s absurdo e inconveniente pretender evi-
la manera. como se otorgue el poder de hacer las leyes (democracia,
tar. Al dcnomilUula "natural", se enfatiza la absoluta exterioridad
oJigrlrquÍa, monarquía electiva, monarquía hereditaria)3, Para que ese
proPÜI de leyes inalterables que es característica de la naturaleza. Lo
contnlto se siga reproduciendo es necesario que los individuos'
único pleno de sentido enlonccs es alimentar esa actividad liberadora:
interioriCl~n las normas, pautas o valores y las transmitan a los nue-
no inventando nuevas leyes sino destrabando las ya existentes, corri-
vos miembros que se incorporan a la sociedad por el proceso bio-
gicndo Iéls distorsiones que provienen de toda r.ltlse de ingerencias
lógico del hombre. La educación cívica es así esencial, dado que
extraÍlas. En este marco, el Estado. debe asumir el papel de mal
sólo se es "ciudadano" cuando .se está preparado o maduro para
necesario que garantiza la libre iniciativa de la sociedad, que sustenta
participar en el pacto. Estos lineamientos de Lockc van a conformar
la seguridad privada sin interferir en el sano despliegue de las leyes
la lllatriz del liberalismo jurídit'o-político, asentado en la (eoría del
naluI<llcs del mcrcado.$
contrato social y lel división de los poderes, posteriormcnte enriquc-
cida, l~lltre otros, por Monlesquieu o StuartMilL En 11mbas matrices -Ja filosófka~jurídica y la cconómica- el
derecho natural de propiedad de los hombres sobre sus bienes, ori-
Un siglo más tarde, la aira formil fundamental que loma el con-o
ginados por el trabajo y transmitidos por hercnci<l, sólo puede gcnc-
cepto de sociedad en el pensamiento liberal es la desarrollada por la
r<lr contlicto en tanto alguien pretenda arrebatarle a un hombre sus
Economía Política, cuyos primeros representanles SOIl Adam Smith y
pertenencias. Ni aún d podcr supremo o legislativo de una comuni-
David Ricardo. Basándose en el conecpto de Í1rtturaleza humrtutI
dHd polílica puede disponer arbitrariamente de los bienes de sus
egoísta formultlda por Hobbes, t1unquc con una idea distinta de Jo
súbditos, ya que quien detente el poder lo ha recibido para que los
social, el liberalismo económico va a articular una matriz teórica
hombres puedan poseer con seguridad sus propiedadcs. Tampoco el
clanllllcnle dift~rellciada de la filosofía jurídico-política liberal. Para
"cstado de guerra" conlra quien ha IIcvtldo adelante una "guerra
cstfl matriz de pl~nsall1iento, ,la sociedad ap,ln~ce tomo un orden o
injusta" y, por lo tanto, ha perdido ti derecho a la propia vida y
estructura que los individuos crearían sin tener concieltcia de cIJo, al
puede ser tomado como esclavo por el vencedor ---que sería lino de
perseguir sus fines particulares. En la búsqueda individual del lucro
los fundamentos partt la cómoda convivencia del liberalismo europeo
los hombres -guiados por Ulla "mano invisible"- V,111conformando
y norteamericano con el colonialismo y la escJavilud- otorga, para
ti través del mercado una estructura donde el comporlttl.l1iellto indivi-
Locke, derechos sobre los bienes del vencido.
dual egoísta redunda en el bjent.~s(ar generflI. Este orden natural que
se desarrolla a espaldas dc los individuos, tielle una legalidad o En esta medida, las -dos matrices liberales eluden la desigmlldad
necesidad propia de carácter ?bjetivo, en tanto 110 es producto de la que genera el poder económico -por lo demás, no concebido como
voluntad o d(~ la conciencia subjetiva de cada uno de dios. E<; la poder sino como derecho- y afirman una total independencifl entre
naturaleza dt~ cste orden -y no la formulación de un pacto racional la economía y 1<1política. Los individuos sólo se vinculan en tanto
cntrc los .individuos- el que otorg<l al Estado la fuución prioritaria ciudadanos o en tanto propietarios de bienes interl~élmbiables en el
de gar.lI1lizar el libre desarrollo del juego del mercado. Así, la forma mercado, sin que estas actividades teng<ll1 ninguna relación entre sí:
de gohierno. el modelo de Estado -<Ibsoluto, autoritario o represe. n-
tativo- se define para esta matriz en términos [uncionales ya que,
4OIS.sOIl.GUllnar: '.Nolas sobrt.=el pensamicnto nacional" enAlllrop%gía TercerMu"do
Nl!5, Buenos Aires, 1970,
~Lockc. Jolm: E"sayo .wbre el gobierno cil'i/, México, LCCIUrllS Críticas, Nuevomar,
1984. ~Wilocr, Norherto: La recuperación dI!la historia: la "isián jusricia/isla. Buenos Aires.
Editorial C¡murrón, 1975.
¡
¡,1
ALClKA ARGlJMEDO
Los SILENCIOS y I.AS VOCES EN AMERICA LATINA
sino pt.~rmiticlldo d fluir de !tIS exisk.nles, las qUl', definen a la Ríen rdo. David: Principios dI! Economía Polílica )' Tribll(aciólI. Bucllos Aires, Orbisl
11
Hyspamérica, t985.
naturaleza como tal. De Ir! llliSlll<l Jll(lnera el EJ;jtado no debe inter-
- Schulllpelcr. ,Ioseph A.: Capitalismo, socialismo)' dl!moc:racia. Buellos Aircs, Orbisl
venir sino sólo libenu el "estado de Ilr!turaleza" que es anterior al Hyspa01éricn.1983.
gobierno mismo. Ad<lm Smith afirma que "ahsorto en su propio - Harvey. David: .rile COlldirioll ojPo,vfmO(lemil)'. USA. Cambridge, I31ackwclJ Inc ..
1991,
- Willler, Norbeno: op. dI.
6 OISSOll. Gunnar: op. cil.
"OISS()Il, GUllllar: op. cit.
I ALCIRA ARGUMEDO Los SILE.t'\CIOS y lA" VOCI:S E:'IJ AMÉRICA I...ATINA
ciencia social, se desarrolla gran parte del debate c-ie.ntífico, teóric.o, que tendría el 11l1lIH.l0
colonial para la resolución de las contradicdo-
1 epistemológico y metodológico de la filosofía y las dencias sociales nes socül)es europeas. En esos 'allOs, Francia ha consolidado su do-
ligadas COll las matrices del pensamiento burgués europeo en general minio en Argelifl <.~Inglaterra culmina la lenta penetrllción en la
l'
I
y, en especial, con las vutielltes que. se proce.san, íl través d<.~nuevas India. Se ejercen fuertes presiones pílra la npertura de los ríos inte-
"1 sÍntcsis y actualizaciones, a partir de los dos troncos principales del riores en Asia y América Latina ---<landa lugé'IT,entre otros episodios,
pensamiento liberal. <1la Guerra dd Opio en Chiun y al hloqueo anglo-francés de) Río
i
Il 1i
En el períouo que corre enlre fines uel siglo XVlII y la segunua
de la Plata-
llueva expansión
y se insil1únn con vigor los primeros pasos de una
imperial. De allí que esa d<.~portación de los
insurre.dos y los ohreros de las barricadtts de París, denunciada por
mitad dd XIX, se producirá en Europa un doble proceso de turbulencia
'Marx al analizar 1<ISluchas sociales en Frandall, iba a tener su
social inlerna -acelerado por el ascenso de las nuevas clases burguesas contracanl en los territorios argelinos:
y proletarias ligadas con la madurez de la Revolución Illdustria]- y de
ant:lgonislllo enlre las emergentes potencias nacionales por la hegemonía Por un curioso capricho del destino, fueron los obreros
l~UrOpC!l y el dominio de las áreas coloniales. En este contexto se parisienses que habían vcncido a Luis Felipe (en los cua les
proces(ll' hlS luch.IS dClllocratizanlcs de masas que. con múltiples mati- la Segunda República preveía a posibles revoltosos y a
ces y (.'oíllr<tdiccionc.s, forjarán la idea democrática en la cultura política seguros descmpleados) los que marclHlron a Argelia para
occidenlill, conjugando las' reivindicaciones de las cllISCS subalternas y completar 1(1obra del gene.ral Bugeaud. En menos de dos
Jos objcL vos de las nacientes burguesías en contro de los privilegios de aÍlos descmh<lTcaron en Argc.lia cerca de veinte mil france-
sangre y los absolutismos reales. Estos procesos ('.uIll1inal~en las protes- ses, dando comienzo a aquel sistemát.ico despojo de las
tas de alcance continental que durante los años 1848 y 1849 conmocionan tierras fértiles que debía ser una dl'.las notas dominantes de
a Europa, como la última gran expresión del deu.1Ocratisll10 popular. Es la colonización de Argel iaY
al mismo tiempo un punto de inflexión de 1:1historia l'.uropea de masas.
A partir de. entonces comenzarán a diseñarse opcione,s polares en la
definición de esas sociedades, dentro del contexto de una nueva época 2. LA i\1ATRJZ J)E Pt:NSAMl[~TO MARX1STA
fuerza de trab(ljo y 1(1.extracción de pJusvalorY La sociedad se y aislados, con los que comienzan Smith y RiclITdo, perte-
presenta para Marx como una tO((llid;ul (lrliculada en dos instancias necen a las imaginariones desprovistas de l~mtasía que
',' diferenciadas: el Est"do y la socit.~dad civil. La verdad del Estado se produjeron las robinsonadas del siglo XVIII. .. Cuanto más
cncucnlra en lil estructum de 1ft soriedad civil, conformada por clases lejos nos remontamos t~nla historia, tanto más aparece el
soci¡des antagóniras en fundón de las relaciones dc. producción, de individuo -y por consiguiente tamhién el individuo pro-
, l<lS formas de propir.dad de los Hu'.dios produdivos: de allí que la ductor- ('omo dependicnte y formando. parte de un todo
i <.~ríti('a de la teoría política se formula a través de la críti<.'a de la mayor: el1 primer luga r y de una mane.ca todavíil muy
I economía política. entera mente natu ra 1,de la famil ¡a y de esa fa milia i1lllpliadil
1,; que es la tribu, de Itls comunid;¡des en sus dislintas formas,
La definición de 1" nal.undeza humana originaria constituye uno
de los núcleos escnciaks de la teoría marxista de la historia: en el resultado del antagonismo y dc In fusión de las Lribus.
r', Solamente al llegar el siglo XVIII con la "sociedad c.ivil",
comienzo dc 1(1 cicncia en M,ux sc cncuentra el concepto de ser
social, base de ];1 crítica al pens;lmicnto liberal. Cuestionado el las difcn~nles formas de conexión social apareccn ante el
! "robinsonismo" sobre el que se "sienta la concepción dt' la naLuralcza individuo COl1l0un simple medio para lograr sus fines
privados, como una neccsidad t~xtcrjor, .. 15
I lHumllla y de 1<1sOl'iedad cn el liheralismo, M<lrx señala qu<.~eSil
¡ visión pretende convertir en condiciones naturales aquc]]o que {'.s una
resultante histórica de un determinado desarrollo so<.~j;J1,La naturali- De. esta manera, micntr;¡s las corrie.ntt~s de la n~onomía política
¡ zación de la histori<t 1l1.Imana supondría ];1 existencia de individuos y de la filosol"í<t jurídico-política liberal parLen de un concepto del
aisl(1dos capIl<.'es de subsistir RI milrgen de sus relaciones con un hombrc, COJllO st~r individual, idealmente pre.social; donde J~ soc.iedad
contexto sodal llllís abarcador, como individuos qUt~ existen con se constituye respectiVal1ll'.nte como un orden creado <1 través del
anterioridad a la sociedad. Y en tanto el individuo se enfrenta dircc- ílccionar de los individuos en el mercado o por medio de un supuesto
tamenk con la Iltlluralezil -sin ltl mediación de lo social- 1(1 na- contrato para conformar un orden jurídico, p¡na Marx el hombre es
turaliza<.'ión de la socicd::ld atribuye a propieuéldes de los objetos y de un ser social que 110 puede t'oIlcebirsc (.'.omo lal al nungen de su
la nal.un,1c,za un conjunto de fenómenos que tienen origen esencial- inserción {'.n una sociedad históricamente determinada:
mente. social. El dinero es concehido 11 partir de. las cualidades na-
El homhre es, en el scnLido m~s literal, un ZOO/1politiko/1,
tundes del oro o li, plata y no como expn~sión de un proeeso de
no SOlélIllCIl1l'.
un animal soci:lI sino un animal que sólo
int<.~rc;lInbio donde juega el rol del cquiv(l!enLc general. Si la renta
puede individualizarsc en Ja sociedad, La produc{~i(m por
brota de la tierra, basta un individuo p(lra cxtr1lnla; por el tontrario,
park de un individuo aislado -hecho raro que bil~11puede
si es resul1"nte d<.~un proceso social, cxprestl una porción del v;llor
ocurrircuando un civilizado, que potcnci<dmente posee ya
trabajo que es apropiada cn función de las relaeiol1c~ de propie.dild
en sí las fuerzas de la stH.:icdad, se extr(lvÍa a('Cidenla lmente
dominantes en una soeicdad y un período histórico. dado1-l.
en una COlmHC<I salvaje- no es mcnos ahsurdfl que la idea
Así, esta concepción, que vincula el s'istcma teórico con una in- de un desarrollo del lenguaje sin individuos que vivan
tcrprel;¡cióll sodoeconÓmll.'él de la historia, abarcando la filosofía y la junLos y habkn cntre sí.1ii
política, se deriva de un determinado con<.~cpto del. hombrc y la
socied;ld como su brls<,'.fundantc, En la lntroducción a la Crítica de
I,
"
1
la Economía Politiea, Marx sciHl1a:
A partir de este (.'ollcepto dt~~la naLuralcza dd hombre, Marx y
Engcls van a desplegar su sistema teórico estabkcicndo los diversos
factore.g que intervienen en la vida material de los seres hUlllélllOS.
Individuos que producen en sociedad, o SC¡Ila produc.ción
Al'inmlll que el modo como éstos producen y las rdaciones de. pro-
de los i ndividuos so"cié,llm~nLe
dcLerminada; estc t~Snatural-
dll(,.'dón e intercamhio que. establecen-condicionadas por el desarro.
mente el punlo de partida. El crlzador (}el pescador solos
110 de las fuerzas productiv<ls y I~l división social d<.~ltrabHjo- ea-
\3. Marx, Cnitos: El Capiu¡J: Crítica de lu Economía Po/ílic(I. Buellos Aires, Cartago,
1956. l~ Marx, Carlos: Introduccián g":lIernl ti la Crílica de la Ecollomía Polílica (1857),
- op. cit.
01SS011. GUllllílr: Córdoha. Cuadernol' de l)astldo y PrL:Sclltc, 1970.
14 Wilm:r: Norberto: Sa .,.ocial y Tercer MI/lldo, Buenos Aires. Ga lema. 1969. lb Marx. Carlos: ¡',lmt!ucciól1 1:t!nt:raja la Crítica ... or. cil.
1
ALcIRA ARGllMEDO Los SILENCIOS y LAS VOClli EN AMÉRICA LATINA
racleriza a líts diversas formaciones sociales y es la base real que En estas formaciones sociales previas al desarrollo del capitalismo
cxpJicÜa las formas de (.'one-ienda en tanto producto soda 1: 11 escala intern<lcional, el proceso de re!tlción entre los hombres ca-
II1 rece de ]<-IScondiciones malerialr.s para su aut.o-reproducción irrever-
No es la conciencia del hombre la que determina su sersino,
sible, capaces de gtlCantizar una evolución esperable de las fuerzas
por el contrario,. el ser social es lo que determina su
produc.tivas, de sus contradicciones intrínsecas y de la división social
conciencia ... 17
I
del 1mbajo. Por lo tanto, no están dadas en ellas las potencialidades
~ ' P(lfH akanzar formas sociales resolutivas de la t.'.najenación humana,
~, En este marco, la sociedad es siempre histórica. Las distintas
formaciones sociales (.'olU;tituyen modos de articulación de soeiedades En 1.111 momento histórico posterior, el capitalismo -mediante Itl
"
históricamcnte. determinadas y permiten establecer los elementos creación de la gran industria y con ella del Illcrc(ldo mundial, que
d<tn lugin a un desarrollo universal de las fUC'.fZ(lSproductivas- ha
"
"
sust<tnciail'.s específicos de cada una de ellas, más allá de las carac-
terísticas comunes a p<trtir dt.,. las cualc.s c.l liberalismo pretende uni- de establl~<.'er una necesidad dentro de la evolución histórica. Nece-
ficar a la historia hU1ll(lna como un proceso abstr(lctamentt.~ lIniver- sidad en c.l doble sentido de gennar sus propias condiciones de
......•a PI'!. reproduceión, determinando la existenc.itl de leyes estructurales que se
impol1l~n (1 los hombres como leyt.~s naturales; y también en t(lnto el
En la idea histórico-filosófica de Mflrx y Engels, la "prehistoria"
1: nivel alcanzado por el desarrollo de las fuerzas productivas bajo esta
de lo humano cafflcteriza aJ hombre como un ser genérico enajenado,
formación social -de carácter irreversible, nccesario- gesta 1(18
donde sus prácticas sociales se le aparecen como fenómenos naturales
condiciones materiales piua la construcción de tilla llut.'.V(lforma de
y las relaciones entre los hombres se le manifiestan como relaciones
sociedild capaz de superar las anteriores sociedades de explotación.
enlre las COS(lS.De esta manera, la sociedad adquiere una opacidtld
iIltríl1st.~capar(l el hombre que lo lleva a un l~0l1ocimicnl0 distorsionado Si el capitalismo h(l creado I(lS condiciones histórico-materiales
de su propia cxislcnd<-l, una de cuyas expresiones más sintomáticas para el pasaje del azar a la necesidad, c.I socialismo- gr<lcias él la
sería el pensamiento mágico y la religión. Podríamos afirmar que, a propiedad social de los medios de producción, a la anul<-lción de la
su vez, esta "prehistoria" de lo humano se divide pa ra Marx en dos propie(,jad privada y la división socia 1 del tra bajo --('on8ti1uye el
gr<-ludcs momentos: por un lado, las fonn(lciones soci<des prc-nlpita- pasaje de la necesidad a la libertad. El desarrollo necesario de las
listas y, por otro, el dcs(lrrol1o del cHpitalismo l'ón' carác.ter universal fuerzas productivas, en tanto leyes que se mueven al mélIgen de la
a través de la consolidación oc la gran industri(l y el mercado mun- conciencia y la volunlad de los hombres, Iievtlrían al socialismo
dial. como "movimiento de lo real". como rcsllllanlt.~ de una potenci(l
indctenible quc, al ser alcanzado, daría lugar a 1(1 posibilidad de
Los p(~ríodos anteriores al capitalismo se encontraban regidos,
(~jercer una dirección consciente d(~ lo soci(ll y anultlr la enajenación
SCglltl Marx, por el azar:
del ser gCIlérico.~o
Bilst(lll los simples accidenles fortuitos, tales como las En las sociedades capitalistas. ese movimiento de lo real es1á
irrupciones de los pueblos bárbaros o iIl~~lusolas guerras lllotorizltdo por las contradicciones ('.ulre el niveJ alcanzado por las
hClbilualcs, para reducir las fuerzas productivas y las nece- fuerzas productivas y las relaciones de prflu.ucción asentadas en la
sidades de un país ti un punto qUt.~se vea obligado a apropiación privtlda, que sociaJm~nte se mallifiest<1 como lucha de
COI11(,.liZlIC todo de lluevo ... J9 clases. En este. marco se define el problema del E'ittldo, cuytlS formas
no pueden comprcndcrs(~ por sí mismas sino en términos de la eslruc-
tUltl de la sociedad civil. El Estado es producto de los antagonismos
en el interior de la sociedad, es untl fuerza que (lparcntemcnte se
coloca por encima de ella para resolver esos ;Intagonismos, pero en
I~ Marx. Carlos: Prúfogo a 1(1COII(ribllci/m a la Critica de la Ecollomía Polftica (1859), realidad está al servido de, la clase dominante:
CórJob;1. Cuad.crnos d.e l'asado y PresenLe, 1970.
- Marx, Carlos; Ellgels. Federico: La Ideologi{/ Alemallll, MosclÍ, Obras Escogidas,
f Progreso, 1971. i
¡
1,
18 Wilncr. Norberlo: Ser social ... op. cito
Los distintos Estados de los distintos países civilizados, revolución garantiza la emancipación general del hombre y
pese a la abigarrada diversidad de sus formas, tienen en comienza c.nlonces la verdaderl\ historia hunwlHl~J.
común el que todos ellos se asientan sobre las bases de la El pensamiento ¡Jc Marx y Engels está inl1uido por li'ls concep<:io-
moderna sociedad burguesa, aunque ésta se halle en algu- nes positivistas de la época y, a.ún desde su crítica radic.al, conserva
nos sitios m,'is desarrollauu que en otros, en el sentido una perspectiva de progreso indefinid'o y unilineal del proceso de la
capitalista. Tienen también, por tanto, ciertos caracteres hislori<l. Dcntro de cste csqucm<\ se l~ncuadra la idea rectora de que
esenciales comunes. En este sentido puede hablarse del i, la gran industria, como la forma más desarrollada de la división
"Estado actual" por oposición al futuro, en el que su act.ual socj¡.¡J del tnlhajo ---condición y resultante de 1.1 [ofmación del mer-
raíz, la sociedad burguesa, se habrá extinguido.2!
Esto, naturalmente, no podrá cumplirse sino por una viola- El período del pasaje del azar a la necesidad como momento
ción despótica del derecho de propiedad y de las relaciones histórico que conlkva 1<1 posibilidad de superación de todas la for-
burguesas de produceión ...22 maciones sociales anteriorcs asenladas cn la explotación, permititía
l~onduir que el dominio y la e,xpoliación de las naciones bárhiITits
Transcurrida esa etapa de dicladura del proletariado, la trans- COllstiluyen costos históricos lamentables, pero necesarios; y sería el
formación de la propiedad privada burguesa en propiedad social fundamento de I;¡s cOllocidas posiciones que, Marx y Engcls iban a
de los medios productivos tiende a disolver la división antagó- adoptflr anh:~ diversos sucesos históricos y políticos de las regiones
nica de la sociedad en clases sociales y el Estado en tanto periféricas y coloniz(ld,IS1\
instrumento de dominio de una clase sobre otra, pierde su sen-
tido y se extingue. La sociedad reorganiznda sobre la bnse dc
la asociación libre e. igualitaria de .los productores:, permitirá n Marx, Ct1rlos: Crírica de la Filosofía de! Derecho de Hegel. Buenos Aires. Nuevas.
que al gobierno de las personas lo suceda la administración 1"68.
- Mllrx, Carlos; Engcls, Federico: Mal1iJies/o de! Par/ido Comunista, Moscú, Obras
consciente de las cosas y de los procesos de producción. ESla
Escogid¡lS, Progreso, 1971.
"4 Marx, Carlos; Engels, Federico: Manifiesro del Partido Comunista, op. cit.
2~ Marx, Cllrlos; Engcls. Federico: Correspolldellcia~ Buenos Aires, Ct1rtago, 1972.
21 Marx, Carlos: al Progrlll/w de Cotila (glosas /Jwrgilltlle,l' al Programa del
Crítica - Marx, Carlos; Engels. Federico: Sohre el colonialismo, Córdob", Cu"dcrnos de
Partido Obrero Alemcill), Moscú, Obras Escogidas, Ediciones ~n Lenguas Extranje- l)aslldo y Prcscnte, 1973.
ras. - Marx. Carlos; Engcls, Federico: Maleria/es para la "isfOria de América La/ina,
~l Marx, CurIos: CríricfI lIf Progrlllna de Gotl/(l.. op. eie Córdoba, Cuadernos dl~Pasado y Prescnte, 1972.
1;;
l'
¡, l....os SILENCIOS y LAS VOCES EN AMERICA 1...A'nNA
ALCIRA ARGtiMEDO
.',.
l. E'ite dl~splicgue universal y necesario de las fuerzas productivas, En este proceso, la c.najcnéldón de la conc.iencitt se manifestaría,
I signado por la lucha l~ntre las t'Jases sociales antagónicas de las esencialmente, (~omo In incapacidad para aprehender las condic.iones de
l' explotación II las cuales el capitalismo somete al prolet.ariado; sujeto
I SOt'icdades modernas -la burguesía y el proletariado- establece el
lugítr desde el cual puede interpretítrse la verdad de la historia hu- social que ticnde a hacer suyas la visión del mundo, los valores y la
mana. Dc la misma nUlnl~ra que el hombre cxplira al mono y no a ideología de la dase. que lo explota; c.n tanto "l"s ideas dominantcs de
la invecsfl, el de.vclfIT las contradiCl~ioncs y los procesos característi- UlUI época son las ideas de la clase dominante". L1 (',icnda propuesta
cos de lit socicdfld que h(l alc(lnzado el más alto dcsélrro]Jo de las por Marx aparecl~ría entonces como la prefiguración de la conciencia
fuerzas productivns otorga el modelo que explica toda sociedad; vcrdadem del sujeto sodalmente revolucionario, actuando como sustento
'1,
constiluyc para las mcnos desarrolladas "cl espejo de su propio por- decisivo para una transformación radical de la sociedad. Esta cieneia se
"JI,
I id venir"26• La necesitlad que caracteriza a la formación social capita- propone con un caníctu universal ---que se sustenta en el ues;¡rroJ)o
lista genera, él su vez, hts condicioncs materialcs p;ua el desarrollo universal de las fuerzas produelivas- frente a la cUfll todtt otra concep.
de la ('¡eneia; ya que no es posible hncer ciencia --cuyo núcleo es ciÓll aparece como prc-científica, limilada o distorsionanlc de 105 inte-
la capacidad dt' perccpción de regularidades y tendencias- sobre reses históricos -del proletariado y su misión transformadora:!7.
I:~J:
condiciones de flzar. De la inisma manera que csa denda se suprime
t
en 1,,1socicdad socialista --en el reino de 1<1libertad- donde los 3. LA ACTUALIZACiÓN DE LAS MATRICES LIBERALES
hombres serán C<tp(ICCSde ejercer una dirección consciente, verdade-
1;1'
I ramente humana, del proceso de la historia,
3. La ~ctualización weberiana delliheralismo político
). El capitalismo ha generado asimismo el" sujelo social portador de
1.1
ili la vcntaj<l cpistemológica que le permite alcanzar UI1(~onocimjento no Al finalizar el siglo XIX, las c.orricntes ideológicas predominantc.s
distorsionado, verdadero, dd devt~nir' de lo so.eial: r.l proletariado el viejo c.ontinente mostrélrán al liberalismo económico it11pl<lllt~n~
(.'.1\
industrial. Sujeto social destinado a subv.ertir la historia, a transfor- dose c.omo modo fundamental de desarrollo y (11liberalismo político
~I
",1
marse. l~n una clttse para sí que, al alcanzar la coneiencia de su estatal en tanto forma de gobernabilidad que ret~.upera una visión
i propift situación de c'xplotítdo, scrá CítpítZ de ítnular todél sociedítd de propia de la democracia, fre.ntc a las concepdol1'.~s de Marx y el
I explotación. En este ma reo el marxismo otorga a .la ciencia un doble Illovimiento obrero. En r.I contexto de hl derrota de la Comuna de
'1 papel: por una parte, el1 tanto existe una legalidad material que no París y el inie-io de la nueva expansión imperialisfa, que. se. conjuga
,1
es illmediatflmente pcrce.ptiblr. por los hombres, se requic.rc de la con la p(lZ Aflnad,l, f<IS arlit~uladones políticas y económicas del
I¡!i:
cienci<t pa ra dcv('.hlr las le.ye.s que rige.n su desenvolvimiento y las liberalismo inst(lurado en los principa1c.s países e.uropeos se hará eco
1¡lji
condiciones de explotación que conlleva. Por otra, también esa for- de las ideas democrálicas desde Ull Estado que intenta rec.omponer
",!
mación social gc.nera, como ninguna otra, una el)ajenación de la sobre nuevas bases los acut~rdos con las clases proletarias. E'i una
1'" cOIH.'iencia de los sujetos soc.iélles explotados, trélS la aparjenc.ia del
1),,',
Europa donde. las tensiones socialcs internas comienzan a descolU-
trabajo libre y el intercambio de l'quivalentes ell ,la esfera de la primirse c-omo consecucncia dd drenaje pobhlcional de vastas capas
c.ircu);lción -la libertad y la igu(lldad proc1amad(ls por lél ideología marginadas por los nucvos esquemas productivos hacitt los territorios
burguesa --que encubre el verdadero proceso de explotación que se de uHnllnar, la entrada dc los beneficios que otorgan los mecflnismos
rc,dizn a t.ravés de la extracción de pJusva)or en la esfera de la de expoliación imperial y la prosperidad generada por eJ desarrollo
produc<,'.ión. Donde e.I desarrollo de la división social, dd trabajo da capitalista sobre. nuevas bases tecnológicas. Es el tiempo en que se
lugar a una fetichizac.i6n que. es preciso desentraÍlar, ya que existe un plantean en distintos países las posibilidades de un sufragio amplia-
desfasiljc entre esenda y apariencia, las relaciones entre los hombres do; una signit1cflliva reducción de las horas Iélborales, con la conco-
r,':
se. manifiestan <.'omo rcladolles entre las cosas y las idc<ts aparecen mitante mejora de las c0l19iciones de trabajo; el incremento de los
invertidas "como en una t~ámara oscura". salarios reale.s y lél crecientc incorporación de los scctores subalternos
a los proyectos de luc.h<l int.crhegemónica Y expa nsión colonial.
- Amill, Samir: La descollexión, Buenos Aires, Ediciones del pensamiento nacional, Ln matriz que recupera Max Weber p<tra formular su nítica a las
1989. corrientes nUlrxistas se vincula COll el liberalismo político estatal que
- Harvey, David: 0p. cit.
~6 Marx. Carlos: El Capital ... op. cit. 27 Olsson, Gunnar: op. cito
-
1':
1,'
ALCIRA ARGlJMEr>O Los SILENCIOS y lAS VOCES EN AMilRICA LATt:\A
se estéÍ consolid,llIdo en Europa, donde las luchas y reiviudicaciones i1SpiraClon racional al lucro y se asienta l',n la organización racional
sociélll~s habríml de dite paso a los pactos corporativos y a las alian- del cHlculo de la ganancia en dinero; en 1<1ciencia y la técnica
zas nacionales en función de una políticll colollialisÍ(l. Para Weber, el aplicadas a la industria; en la constitución dd Estftdo como una
tardío desarrollo del. capitalismo y el rdraso rcl<llivo de Alemania se organización política COIl un dereeho racional, administrado por fun-
revelan, entre otros aspectos, en la inmadurez política del pro1c.taria- cionarios cspedalizéldos que se guíi-ln por llormas rftcionalcs y previ-
do -que se vuelca h,I(:.ia el marxismo- y dc una burguesía econó- sibles: y en la organización racional del .trabajo libre, De e.sta forma,
mic.~al1lcntc dinámica pe.ro l~OJ1 dificultades para desplazar el poder en las so(~icdades modernas sobresalen los comport,llnientos indivi-
tradidonal de los junkcrs y consolidar él la lUición como una potencia duales guiados por tina r<lcionnlid(ld instrumental <.'reciente y desarro-
mundial. TOH1ilrá entonces como punto de partida un libt'.ralismo llados en múltiples espacios de i-IrticlIladón soC-Íal sin relaciones
político que incorpora la idea dt';lllocrática en un contexto de necesarias enlrt', sí.
disciplinamienlo social y expansión imperial. Desde esta noción del individuo con volUlltad y conciencia t'omo
Basándose en la matriz jurídico-política liberal, Wt~ber desarrolla lÍtomo y sujeto protagóniro ,k lo social, Weber dt~split~ga una interpre-
una crÍtka sistem(¡tica y abart~adora al pensamiento de Marx 1:1 partir tación cllternativíl a la teoría Illi\rxista en Jo relativo al capitalismo -
de dos trabajos elabonldos e1\ los primeros años dc- este siglo: La tanto en sus orígenes C0l110 en las. características de su estructuraci6n y
1;'
éticll prOlestante y el espiritll del capitalismo y La objetividad funeionamiento- que serfln la b<lse de su impugnación a 1ft"necesaria"
!": cognoscitiva de la ciencia social y d.e la política ,'¡ociaps. En ellos supcnlciólI de este sistema y la creilción de 1111<1 nueva sociedad. Con.
se plantea un cambio signifkativo tanto en términos teóricos como reJere.llcia al surgimknto del capitalismo, le interesa delcclnr la capaci-
metodológicos, respecto dt~ sus posiciollt';s anteriores .1cereel de los dad y aptitud de los homores pam ejercer determin<ldos tipos de acción,
juicios dt' v,dor y el car(¡rtc:r de las ciencias sodaks, La conce.pción en socied ••dcs donde primaban como elementos formativos la fe y el
wi"
¡.;¡ de Ja ciencia va a vincuhlfse con un concepto de. lo. social definido deber étit.o, contr<lponiendo esta interpretación a la idea marxista de la
1
1"
a partir del individuo dotado de vo/unllld y. conciencia como su acumuladón primitiva, Su ksis afirma que las conexiones entre la flica
'l¡i r¡: unidad esenda!' Lo social se conslituye en lanto los individuos par- racional del protestantismo ascético y el espíritu del capilalislllo .•.. 0111('
~-'
'1
ticipan en múltiples y variados espacios de acción; y las diferenks guías dt~ la acción individual permitieron, cn las sociedades occidenta-
¡I, forulíl<.'Íones socia les no son otra cosa que desa rrolJos y les, las articulaciones económicas y de sentido para el desarrollo de la
.¡: entrelazamientos de acciones individuales, ya que sólo los individuos economía capitalistil racional.
11:1 pueden ejercer ulIa acción t'OIl scntido. EII esta perspectiva, ];IS ins- Wt~b('r va <1enfalizélf, cmpero, que talcoS l'onexiom',s aparecen ('omo
"
tituciones soda les no designan un<t realidad superior o de existencia uno de los aspt',ctos cftllsaks y que sería erróm,;o recmplazar las inter-
'1"
!I heterogénea respecto dc las acciones individuales y es por ello que pretaciones unívocamente et'ollómkas típicas de) marxismo por otra que
el sistema t'ollceptual webcfÍano tiene su punto de partida en el también unívocamclIlc silíle las relaciones t'ausaJes en el factor religio-
comporlamicnlo individual: la acción social con scútido mentado. so-racional. Se trata sólo dc establecer h(lSI)l qué. punlo han cxislido
El devenir de la historia debe comprenderse como el pillllalino afinidadt';s electivas entre modalidílcles de la re religiosa y una ética
pasaje desde formas de pertcncllcÍ(1 a espacios soda les donde sc profesiomd, y en qué medida determinados contenidos de la civilización
sustenlan valores Iradicion;t1es y ]a acción de Jos individuos se ins- mode.T1Hlson imputables a motivos religiosos. El (lhjt'livo no es sustituir
!I
pira t';Il el senlimiento subjetivo de ('onstituir un todo (comunidades), entonces un planteo unilatcrahncntG: materialista dc la cUlr"r<1 y de la
{, hacia formaciones sociales arliculadas sobre lit base de fines raciona- historia por una visión conlraria de unilateral cí\usalismo espiritual. En
les, en las que los individuos se incorporan guiados por una evalua- la noción weberialltt, materialismo e idealismo son interpretaciones
ción .de su conducta en [undón de fines y medios (sociedad). El posioles como tnlb<tjo preliminar de húsqueda; pero si pretenden cons-
capitalismo modcrno -que se difercncia de otras formas histórints tituir el término. de la investigación, ambos son igualmente in<tdecua-
de aculllulación de capital- está carat~terizado por el énfasis en la dos.:!')
•
\i l
Siguiendo los lineamientos de la matriz. jurídico-política liberal, en el escenario internacional, unida a una visión de lo social con-
Weber considera que no existen sujetos colectivos capaces de plan- cebida desde el comportamiento individual y que afirma al capita-
I tear una transformación cualitativa de lus modernas sociedades capi- lismo como el modelo de sociedad racional por excelencia32• cues-
l'
,'1
1;' talistas, lo cual no niega la existencia de conl1ictos parciales. que tiona también al liberalismo económico. Weber desecha la existencia
enfrentan intereses pélftieulares en diferentes ámbitos de asociación. de leyes objetivas al margen de la voluntad y la conciencia de los
En este sistema conceptual el individuo con fines y valores va individuos y considera' que una percepción restringidamente
eslnlcturando distintos 'lcontratos"; tiene diversas áreas de actividad economicista de lo social impide incorporar la riqueza de las insti-
sin una vinculación necesaria entre sí, que relativizan tuciones políticas y culturales en el desarrollo de la historia. En su
1". significativamenle su eventual pertenencia a una clase social. Preci- doble crítica al liberalismo manchesteriano y al marxismo, Weber
samente una de las claves de la crítica él Marx es el concepto de
"
]1' afirma que gran parte del equívoco de las ciencias sociales entre lo
'1':"
clase sodtll: que es y lo que debiera ser se debe a la influencia de la economía
;1:'"
Los fines son seleccionados por e.l individuo a partir de creencias .y en lo qu{'. tienen de i.~spcdfico. L:JS proposidoncs generales o las
v(llorcs, pero es preciso diferenciar claramente entre la cluc.idaeión leyes hipotélicas til~nen v<Jlor de b(lsqucdH, pl~ro no son un fin sino
científica y el ntzol1itmicnto valorativo -entre el conocer y el juz- un medio par" lIeg<lr <ll <lmílisis de los hechos individmlles YiI que,
gor~. ya que d imperativo de la cicJ](,'.ia es la impiiIc.ialidad. Desde a difere.nda de las dencias naturales, cuanto m~s univc.rsílks son las
la óptica weberianll, se plantea entoIlces el problema de la validez Hfirnmciones, menor es su valor científico. Únicamenle los fenóme-
objetiva de la verdad, en torno a lo c.u(l1 existiría una gran disputa nos partic.u)¡ues y concretos son suscfptibles de explicación c<lus<tl.
de métodos, cOlH.'eptos y l~villuadones "al punto que un ilbismo pa- Dado que, las dencias sociaks sólo puedfll ahord(lr fcnómenos
i rece sep,lfilf los modos de consideración teórico e histórico" y casi partkulares, las explica<.,joJll~St.-~,IUSéllcs
no hat.-~cllreferencia a leyes
¡
l'
puede hahlarse de la l~xistcncia de dos ciencias de lel economía po-
lític;¡.3.'
Ul fund,lmcnlación del concepto de ('iencúl l'.H Max Weber se
sino a uqucllas causas que son imput<lbles para definir un !lecho
dado. En todos los Cll::;OS,tales imputacionr.s l',lusales se dan en
términos de probabilidad, negando 1<1pretensión de afirmar una ne-
(1 inscrta en el debate acerca del estatuto de las ciencias socia1cs y los cesidad en los procesos hisl.óricos y sod;¡Jes; y en lanto las rehtc.io-
¡ instrumentos válidos de invl~stig¡¡l~iól\ cil~nlífica que desde mcdiados ne.s l~ausales son sk'.mpre parciales, no pueden alcanzar nunl~a <t la
,
I del siglo XIX enfrentaba a las t.-'orricnles nl~ok<ll1tülluISy las cscuelas totalid,ld dl'. lo social. De esta forma, en 1<1versión weberi:JIla la
ciencia tienc un car~cter sustancialmente probahle y fragmentario,
historicistas. Recuperando los aporles de Dilthey, Willdelband y
Rickert, la eonl'cpción weheriana afirmar~ que, anle la multiplicidad que l1il~g<lCll<llquin ddermina<.'ión unilaleral dl~ los hechos sociales ()
y riqueza de los ftnómenos sociales c históri<.~os, ¿~s imposible cual. la posibilidad de definir uní! socit~dad futura a partir dc determin<ldas
i: quitr e.xposkión exhaustiva. Por lo tanlo, lodo conocimicnto concep- l~aractcrístk(IS de la sociedad ac.tual tal como pfl~tendl~ la ~lopía y 1<1
Ij,
i/", tual implica que sólo una parte dc 1,.11esfen6mcnos puedc Sl'.f el ciencia en el marXiSl11036•
objelo de la investigación cmpírica. El investig<ldor selecciona los La afirnHlción de que es imposible- cst,lblecer kycs en el t.-'ampo
l{~mas de estudio a partir de determinados crifcrios que permiten de las ciendas soci<lles e hisl6rkas, no impide a Weber seüa)ar
1 "islarios y caracterizarlos como signific:ttivos. Ello supone enlonces cicrt,ts tendencias de las sociedades modernas hacia UlI<l ,creciente
I
Siglo XX, 1976.
-Zcilling, Irving: Ideología)' teoría sociológica, Buenos Aires, Amorror!u. 1982. ~h Weber, M¡¡x: "Ln nbjetividnd cognoscitiva.. op. dI.
-(iouldner, Alvin: l.a crisis de la sociología occidclllal, J3uenos Aires. Amorrortu, 1970. .'" Marcu~e, Herhert op. cit.
•
li:
v
¡,
ALCIRA ARGUMEDO 1 Los SILENCIOS y LAS'VOC:ES EN AMERICA LATINA
il;
Sociedades que tienden él una incrementada burocratizac.ióll ~e ,sus La crítica illlegr(ll que Weber formula a Carlos Marx -incorpo-
esferns de. actividad más significativas, mientras los otros espacios rando la filosofía, la historia, la economía y la naciente sociología-
~'
socütles se dispersan en múlliples áreas de arficulación de intereses 110S permitiría situarlo como el primer postmarxista, ya que tal vez
l' , particulares. Donde los eventuales conllictos S011 puntuales. sin que n:ngún aIro autor denlro de las ma.trice.s liberales baya desarrollado
existan antagonismos colectivos susceptible.s de cuestionar el modelo una opción teórica sistemática c(lpaz de confrontar con todos y e.ada
de sociedad o la legitimidad del capitalismo, lo que equivaldría a una de las líneas conceptuales del marxismo. En cste sentido, el
. [" cuestiolllu la racionalidad de ]a conducta humana. Estos elementos esquema weberiano adquiere un carácter fundacional y podría afir-
coadyuvan en su crítica al sociaHsmo. Considerando que el destino marse que el grueso dc los desarrollos tcóric,os que desde mediados
de las sacie.dades modernas es la induslriaJiz(lción y la masificación de este siglo se van procesando ('.n las ciencias sociales y en las
y que éstas son inseparables de la organización burocráticít, el socill- vertientcs políticas ligadas con la matriz de la filosofía jurídico-
lismo solamente podría tlspinu ti una unión de 1<1burocracia de la política liberal, Cl\cu<'~lltran en la -al'tualización de Max Weber sus
empresa <'~l'onómic.a con la burocracia del Eo;tado; lo cual no signifi- puntos más consistentes de sustentación. Cabe señalar, empero, que
carÍ<1 revertir la expropiación de los trabajadores respecto de los el c1imft de Alellull1ia durante el período de la Paz Armada y l~
medios d<.~producción sino un incremento de la burocratización total. expansión imperialista, facilitaría a Weber hablar sin cortapisas sobre
A diferencia dc las formíls buroc.rátk'as que, tienen sus fines cla- difercnte-s temas, rompiendo con las tradieioncs del silcl1do liberal.
ramente cstablecidos -18 seguridad y la defenscl, el lucro económico, Así, 110 duda en afirmar que el cálculo radonal del lucro capitalist(l
el culto religioso, la educación en sus distintos niveles, etc.- la sólo es posible a partir del trabajo libre, que, tienc como condición
burocracia del Estado cs un instrumento, ull medio organizado racio- r<lcional la <.~xislencj¡:tde una masa de hombres "acuciados por el
'!
1:" nalmente en, función dc fines que han de ser dete.rminados por quien látigo del hambrc"; donde la ci<,'.ncia no emite juicios de valor sobre
I~
ocupe la dirección de ese Estado. Pero la racionalidad instrumental esos hombres hambrientos. Como también pued<.~demostrar cicntífica-
j
no se pregunta por los fines y la discusión acc~ca de Jos valores no mente que la pérdida de los países "acreedores" --de las colonias y
I~j 'i' I
, ,
es propia de la cicncia. He aquí entonces el problema crucia.l que las Ílreas dcpe.ndielllcs- tendría consecuencias alt<llllcnte negativas
JI'",,1 para hls 1U1Ciolll~Sc<lpitalistlls ~es(lrrollcld<ls, incluyendo sus dases
p);lI1tea el E~lado, ya que no hay medi'os racionales para seleccionar
1
I~
ALCIRA ARGUMEDO
definen
keYl1csiana desplaza
ma nchesteria no.
SILENCIOS y
el predominio
LAS VOCES
ideológico
EN AMÉRICA LATINA
fortaleza alcanzada por los nuevos grupos empresarios. Un laisse::. John M. Kl~ynes acepta las rClítcÍolles de clases existentes en las
faire como dinámica dominante en las economías nacionales conju~ sociedades capitalistas y la distrihudón dc la propiedad y de la renta
gado con el librecambio en el mercado mundial allí donde favoreCÍa qite reproducen estas relaciones. No obstante, sus propuestas van a
claramente Jos intereses !TI¡ís poderosos y con un férreo monopolio introducir cambios significHtivos l'.U la orientación social de las po~
del tnífico comercial con las colonias o un desembozado proteccio- JíticélS económicas de Occidl~nte dun1111eHproximadamente mcdio si-
nismo -económico y militar- frente a eventuales competidores. En glo, al colo(.'ar el problema del empleo en el centro del desarrollo de
Alemania, por el contrario, 'la fuerte direccionalidad política de la la economía aunque "nunca pudiera supcnlr las limitaciones del en-
economía ,iba a permitirle en pocas d~cadas transfonnarse en una foque neodÍlsico, que (.~ondbc la vida ('.conómica haciendo abstrac-
potencia que también requería sus propios territorios coloniales. Estos ción de su marco histórico":10 El núcleo central de la críticil de
son los países que hacia 1870 acuerdan la Paz Armada e inician la .KcYllcs a los clásicos se encuelltnl en el rechazo de la llamada ley
:1' era del capitalismo imperialista en gran cscala en las áreas de África, dc Sayo Esta noción suponíf'l que, eu tanto IH oferta crea sU propia
.:1
Asia y Oceanía que aún se encontraban al margen del "mundo civi- dCI11H !lda, cs imposible quc en los mercados competitivos se produz-
lizadu", reforzando al mismo tiempo el duminio neocolunial sobre can excesos de producción o que exista una desocupación involuntaria.
América Lalina:19•
Para los ec.onomistas liberales la siluació.1l de cesantíñ generalizada
El comienzo de la Primera Guerra estabiece un hito en la relación debía entenderse (.'omo el resultado dc elccciones voluntarias de los
entre las potcncias mundiales y muestra los signos iniciales de ]a desocupados.
i11.
crisis del laissez faire. La supuesta libre competencia económica entre Como s('.Íudara Paul Sweezy:
,1
1
1' ~
,1
I
los países desarrollados, el libre juego de las ieyes del Illcrc¡Jdo en
¡;¡I sus economías internas, serían paula,tinamente reemplazados ell el L1S r-ircullstancias ante las que r(,.llceionó Kcynes eones-
!; i~ marco de una lucha abierta -política y militar- por el control de IlOl1díancsencialmente a Ullacrisis de la economía tnldido-
!II los mercados exteriores que requería un fuerte consenso nacional: la nal, nisis que bt Gran Depresión había acentuado y puesto
I;!:: "unión sagrada". El liberalismo. político absorbe las ideas democráti- al desnudo. Kcyncs fue capaz de demostrar que sus compa-
cas con una participación ampliada de las masas a través del sufragio ñeros economistas, debido a su aceptación irreflexiva de hl
universal masculino y el liberalismo económico sufre sus primeros ley de Say, estaban l'.n realidad afirmando lil imposibilidad
'1
I eucs\'.ionamiclltos, para entrar en un franco repliegue al estallar la del tipo de catástrofe económica por la que el mundo estaba
crisis económica de 1929. indudablcmclÚe pasando. A partir dc.'.aquí pudo elaborarun
Durante los veinte afias de entre-guerras van a disefiarse en los análisis penetrante de la economía capitalista que muestra
prindpales países del Norte tres modelos de política económica cuyas que la depresi6n y el paro son en n.'.alidad las pautas a las
características se alejan con mayor o menor vigor del liberalismo que tiendl~ la economía, y que destruye de una vez p'flra
1" económico. Por una parte, la revolución soviética imiJJant.a un régi- siempre el mito d(~la arlllonía entre los inten~ses públi(:os
men de fuerte centralización política y económica estatal, que promo- y privados~ qm~constituí(lla piedra angular dd libcralismo
verá UIl desarrollo forzado, con altos costos sociales y la liquidación del siglo XIX."
sin reparo de toda ley del capitalismo de competencia. Por otra, los
regímenes nazi-fascistas se asientan en grandes grupos industrial-fi'- Hacia finales de la década de 1930 y en especial il partir de, la
nancieros Corno protagonistas del crecimiento económico, dirigido segunda postguerra, la inf:luencia de Keynes crece decididamente en
desde un poder político de alta concentración y un estado militariza- ht mayoría de los países capitalistas avanzados que, con las partic.u-
do y represivo con vocación expansiva. Finalmente, en la mayoría de laridades nacionales, van a implantar Estados de Bienestar e,omo modo
las potencias capitalistas occidentales, el New Deal y el Estado de
~oSwcezy, Pélul: .;La aporLacilÍlI de Keync:; ni al1iíli~¡s del capitalismo" en Kcynt:s,
Jolm M. y olroS: Crítica de la Economía CltÍsica, Barcelona, Ariel, 1968 .
.,y Romero, José Luis: OIJ. cit. .\1 Sweezy. Paul: op. cit.
,
!
'
dinámica de pleno empico y crecimiento sostenido de la dC1l1an~a y 4. EL DEBATE DEL OCCJ[)ENTE CENIRAL I<:N].•08 Aj~OS OCUI~NTA
el consumo. Para ello, d Estado debía implementar diversas políticas Los impados de la erisis internacional, que se. agudizan a lo largo
y mec.anismos de compensación que permitieran orientar los grandes de la dé.cada del setenta, junto a la ne.c.icnte competencia c.n el
obj('.tivos:
mercado mundial, proJnuevcn una concentración cconómica-finalldera
I!,II
sin prece.dcntes y una dura contrao[(,.llsiva del Norte ante las presio-
I Las consecuencias de la teoría f.xpuesta sonmoderadamcn-
nes y demandas del Tercer Mundo. Este contexto habilitará el
le conservadoras en otros aspcc.los, pues si bien indica la
I importancia vital de establecer ciertos controlcs centraliza- surgimiento de 'propue81as salvaeionistas que desplazan los planteos
ligados eon las reivindicadones soda les y .de las regiones de ultra-
dos cn asuntos que actualmcnte se dejan en manos de la
iniciativa privada, existen importantes sectores de activi-
,
"
I
mar. Así, la llamad" "crisis de las paradigm<Js" teórico-políticos, se
dad que no resultan afeclcldos. El Estado tendrá que ejercer !,¡ restringe a un hondo ('Ut'.stionamiento del marxismo y de las expre-
siones tercermundistas, que habían alcanzado notable presencia c.n los
una inlluencia orientadora sobre la prope.nsiónal consumo,
en parte a través de su sistema tríbutario, en parte fijando espacios culturales e intelectuales de los países Cllpita1istas centrales
el tipo de interés, y quizás también por otros ('aminos ... , durante los ailOs sesenta y comienzos de los setenta. Por entonces, el
,',I I
"espíritu de la épot'<I" re.cogía los l~COSde grandes luchas de masas,
Creo, por tanto, que una soc.ialización en cit~rlo modo ~
global de la inversión resultará scr cl único medio de de compromiso. junto a los desheredados, de indignación [rente a ht
L'
"
I1
.!:" injusticia, de divers;ls utopías y experiencias justic.icnls. Se conjuga-
ji:
,. garantizar un elevado nivel de empleo; esto, sin embargo,
¡ ban ('O n propucstitS lihertarias sohre la vidíl y el amor y con una
no cxc.luye forzosamente cualquier tipo de compromiso y
decidida crítira a la sociedad de consumo, que hacían aceptár a las
de. acuerdo por el cual las autoridades cooperen con )a
inieiativa privada ..J3 \1
jóvenes generaciones europeas y norteamericanas las aspiraciones de
; libertad de las antiguas coloni<n;. Pero el desplieguc de lél crisis
1
mundial iha a romper los SUeltoS de c-rec.imiento ilimitado y continuo.
li La era keynesiana del Estado de Bienestar iba él .durar en Occi- i
1
"
I dente hasta el estallido de la crisis de los años setenta. Como seña- ¡ Dada una lógica de confrontación para establecer un nuevo equilibrio
del poder illternaciona.) ---donde 10 que está en juego es la jerarquía
( I.lta Paul Sweezy, esta teoría no contemplaba el contexto histórico de
la vida económica ni tomaba en consideración el impaeto de los
,\ que cada \1no de estos países ha de alcanzar en el futuro- se va
I I aCcl)t<Jndo en el sl~lltido común mayoritario la lll~ccsidad de eliminar
clIlllbios tecnológicos en la economía y en espl~cia] en- el empico, ni
':
global. Cuando la crisis comienza a lIlanifestar un cambio decisivo de Bienestar hasla el pleno l'.ll1pleO, desde c.l cuestiona miento a la
,.
l
" cOllcentración del poder económic-o-financiero hasta las solidaridades
con el Tercer Mundo. L1S nuevas condiciones imponen un retomo a
42 Lckchman. Robcrt: ';Utilidad actual de Keynes" en KeYllcs, John M.: Crírica de la \ situaciones de exclusión y a la disputa acerca de. quiénes han de se.r
Economía Clásica, op. cito los excluidos y se va t'onsolidando ulla hegemonía restrictiva, basada
4.1 Kcyncs. John Maynard: Teoría general del empleo, el interés)' el dinero, México.
Fondo de Cultur •• Económica, 1971.
I, en la conciencia de que no se. está ante. una depresión cklica o
coyuntural, sino en una encrueijada orgál~ica, e-ivilizatoria, de época.
¡<
j
I
1I
~I
AtORA ARGlI".1[1)u Los SILEI'C.IOS y LAS VOCl'X EN AMÉRICA LATINA
li; .
L1 crít.ica alcHllza l~ll primer lug,H al marxismo l~n sus diversas más desta<.'ados eXpolll~ntcs del neolibe,ralismo, Friedrich van Hayek.
vertientes: al comienzo fue 'Lcnin y más tarde el mismo Marx, Engels, va ti cslable.l~e.r lIIla polarid:ld irreduc.tib1c cnlre dos y sólo dos inter-
Gramsci o Rosa Luxemburgo. Crítica que se asienta en las dcfórma- pretaciones de nuestf(ls sociedades: el orden madurado O espontáneo,
CiOl1l~S dt~ los socialismos reftlmcnlc exist(~111l$. l~on sus Gulags. sus que llama Kosmos, y t~1orden impuesto o decretado. al que deno"nlina
escritores perseguidos, las invasiones del Ejército Rojo: los estriden-
les contrastes enlre la rC(llidad y lfl utopía teórica, ayudan a desmoIl-
j, Taxis. El primcro. corresponde al liberalislllo~ en el segundo se engar
zan el socialismo, la soc,ialdemocrac.ia y las diferentes vt~rticntes de)
M
'11
{.Ir el prestigio del IllUXiSIllO en c.l pensamiento europeo continental.
M{¡s l;lfdc se retrotrae a Hegel y el rollHlnticismo, donde se e11C0I1-
t.nlrían las semillas del pe,nsamient.o autoritario en Mttrx. Junto .1
i social-e.st:llislllo. A partir de esta oposición. Hayek pretcnderá mostrar
la superioridad teórica, histórica y e.xperimental del liberalismo. es-
tableciendo un principio d<.~stin(ldoa establece.r la "í1utcntiddad )ibc-
ellos, C,lcn I;Ullhiéll los marxismos y los nacionalismos populares del ral":
Tercer Mundo, sospechosos de integrismos o fascismos.
1
E"ite proceso se acompailél, sin embargo. de un resurgimiento del
pensamiento liberal en sus dos matrices principales. Eliminados Marx
y Hegel de la filosofÍfI, Kant reniH.'C pleno de sabiduría y libertad;
¡
¡
PelTaHayck son libcTCllessólo aquellos que admitcn que el
mundo obedece a leyes que nosotros no domilUlJnos; el
corolario de l'steprincipio es que, para los liber:llcs, la suma
de 1<15inicialivas individuales es siempre preferihle él la
desplilz<ldos Gnllllsci o M'arcusc. Max Weber toma su venganza; y
phlllificación volunlarista de la elite gobCTIl<lnlc.'lfl
los mismos inleleclUilies qllt.~hacia fines de los scst.~nta lcvantah<ln 31
marxista G,JiV<lno Delia Vol pe. crítico del liberal Norberto Bobbio,
Li iniciativaindividu:J1 espont~nc¡.¡ y la se)ccción por la expcrien M
I
il:!.,]: Los sistemas ideológicos que privilegiab:tn a las masas ya cmpírica estrictamente terrenal y matelluíticamcn1e demoslrable. Los
'l no responden a los lluevos vicntos que soplan. Todo el prot¡.¡gonistas por excelencia de la historia de l¡:¡s mlcioncs, derrotadas
'J,: . las C01KTpciones c.slalistas y populares, vuelven a scr "los empresa-
discurso que colocaba al pueblo. al prokt:uiado o (11
'1 ,','
trabajador por encima d<.'.la person:1 es considerado parti- rios, los invt~nlorcs, los l..~omef(;ianles qu<.' :lfrastmn al crecimiento":
1
I
esas elites económicas no deben lUida el su origen social. El
'1
grupo de los "cmpresarios" sólo se distinguc por su volun-
1,:
11
, a. Be nuevo el IiheralislUo económico l(ld dc crear riquczas; ('.sun:l especie de caballería econÓ-
mica de los tiempos modernos ... Lo único que ticnen en
UI m¡.¡lriz del liberalismo que, articularan Smith y Ricardo hH<.'eyrt común es el deseo de cre.ar actividades cconómicíls.,¡7
dos siglos sc mantiene incólume, en SlIS rasgos esenciales, en estas
'1 renovélciones Illodernizantes. Pero es un liberalismo que debe da~ E,-;tos Clctivistas económicos lienen frente .1 sí como encmigos al
11':
respuestas a la presencia de M:lrx, y especialmente de Kcynes, ('.n la Estndo y las clases burocráticas, t'ompromdidas con ulla intcrfercnci:l
disputa por la ciencia económica. En esta pcrspcl..'tiva, uno de los estatal p;lTasitélTia. Contra esas e1ílSl~Sburocráticas se define la C011-
¡i ~
1
4.1 ArguOIcdo, Alcira: ..Lib~rtlles. neolibcmlcs y IllH::ional-popularcs", en Revista
ii! ,;, Unidos N"18, BUl:nOi; Aires. flbril de 1988. .16 Sorman, Guy: "p. cil.
~ I:
4~ Sorman, Guy: Ln soluciónlibernl, Buellos Aires. Allántida, 1988. .I? SOrmíllJ, Guy: op. cil.
•
~.
ALCIRA ARGUMEDO Los SILENCIOS y~ VOCES EN AMt:RICA LATINA
l'
" ,
{radicción principa I de las sociedades capitalistas modernas, donde el ~I capitalismo neolibcntl pretende c~Hltestar ti los reproches que" se
l' verdadero liberalismo se asienta en los empresarios. Propuestas de
unidad empresaria que, sin duda, le permiten a Hcrnalldo de 50t048
le formulan en el sentido de ignorar la' justicia social, planteando
respuestas a problemas sociales desde un punto de partida que afirma
f l.
plantctlc ulla alianza estratégica con la población marginadfl, infor-
mal, de América Latina para llevar adelante el capitalismo popular.
~
\
que la libre cmpresa no es un fin en sí mismo, SÜlO el único medio
de conciliar libertad y eficacia, prosperidad y solidaridad. La
Se trata de "nosotros los empresarios" frente él las burocradas esta- I privatización de divcrsas áreas sociales --educación, salud, recrea-
tales que cercenan la libertad, obsbtcuJizan la iniciativa, privan a los ción. seguridad socia) y simi1ares- se combina con fundamentos
individuos de 111posihilidad de progreso, coartan el crecimiento eco- acerra de las ventajas indudables de la [lexibiliiación laboral. unida
','
nómico. "Nosotros Jos empresarios" debemos unir nuestros intereses
privados contra un estado decadente que nos acosa, dice, Hernando de
fI a variadas forma de participación de los trabajadores en las empresas
de acuerdo con los paradigmas productivos de avanzada. Retomando
Soto; refiriéndose (".n ese "nosotros" a los grandes grupos económi- la ley de Say con referencia al empleo, las nuevas panaceas son la
cos, él las corporaciones lransn;¡cionaIes y a I;¡ señora que vende tlexibilización de los contratos laborales y los salariossl, junto a la
ristras de ajo sentada en la vereda. Les h;¡bla a las vastas capéis ampliación de las tareas de baja calificación en áreas de servicios
marginalcs de América Latina compuestas, bajo toda evidencia, de que no son económicamente viables, pero sí pueden ser socialmente
)
,
millones de "cmpresarjos". útiles y permiten evitar la desocupación.
i. .
El proyect.o de sociedad planteado por las vertientes renovadoras
del liberalismo manchcsteriano es postindustrial e individualista.
j El neoliberalismo tiene una paradójic.a posición ante el Estado.
Con los rasgos propios de los distintos ide.óJogos, se reivindica sin
1"
, ,
Reconoce sus bases en las fragmentaciones sociales producidas por reparos el estado de Hobbcs; ese Leviatán que garantiza la seguridad
una automatización que destruye la homogeneidad del mercado de de los individuos y Jos bienes contra cualquier ame.naza de sus va-
trabajo, las solidaridades entré los trabajadores y las l'Ormas tradicio- lores nuís decisivos: la propiedad privada. 1l1s leyes del mercado, la
miles de lucha, en especial Ifl huelga. El capitalismo popular o la 'competencia y el lucro. El estado policial, custodio de la propiedad
1:, ('.conomía popular de mercado. propucstospor el ncolibcm)jslllo con privada inviolable y garante de la eliminatción de perturbaciones al
1,'
sus distintos perfiles, St~ encuadra en estas segmentaciones laborales fluido desarrollo de las leyes del mercado, es una constante explíc.ita
y socialcs, en las tendencias conccntradoras ~cl poder econólUico~ o implícita del pensamiento liberal económico. Si tales preocupado'-
;¡ltamcnte sclcctivfls y excluyentes d<.~las mflyorías soeia1cs. que está nes no apa rceían suficientemente enfatizadas en los clásicos del siglo
:[1
'1' , . produciendo la rcconve,rsión productiva a partir de los nuevos para- XIX -la nwyoría de ellos pertenecientes al imperio inglés- es
,:"
I
digmas tecnológicos49• Una re\!álución conservadora que, junto al porque el poder económico de Inglaterra lograba imponerse sin de-
l'
I~'.
libre juego dc lils leye.s del mercado y 1<1 iniciativa privada, masiados obstáculos en su propio mercado interno y la división in-
promociona va lores tradicionales, nuevos modos electrónicos de ternacional del trabajo favorecía claramente sus inlereses. En todo
movilización y participación de l<ls "mayorías silc'n'ciosas" y una sig- caso, allí est(lban cl Foreign Orfice, la Royal Navy, el IntclJigence
nifirativa agitación intelectual y cultural mediante fundaciones y Service y sus ejércitos t'oloiliales para "privilegiAr a la persona hu-
medios de comunicación, reivindicando las conductas individu<l listas mil na".
y la fragmentación social. Impulsa, no obstante, l~iertas formas cor- E<;ta línea conreptual reaparece con toda lozanía en la exitosa
porativas particularistas y la formación de. lobbies sobre intercses Universidad de Chicago de los años ochenta. Porque si en nombre de
concretos, que rCt~ll1placen a I<lStradicionales decisiones mayoritarias la libertfld se. babIa, la libertad supone responsabilidad y no todos son
o fI la búsqueda de grandes consensos, en tanto "ya no hay una responsables; allí está el poder para definir quiéncs sí y quiénes no
mayoría tlllic(I sino mayorías infinitamente diversificadas en una lo son y actuar en consecuencia. La noción de responsabilidad per-
multitud de cuestiones de toda naturlllcza"so. mite cstahlccer criterios prístinos, porque só.lo a Jos irresponsables sc
'11'
les pue,de ocurrir poner límitcs al libre juego dc las Ie.yes mercantiles
'1 y el estado policial debe evitarlo. Tal como afirma Milton Fricdman:
,11'
~.'J De Soto, Hern<Jl1do: El otro sendero, Buenos Aires, Sudamericana, 1987.
4Q Argulllcdo, Alcira: Un horizonte sin certe:;as: América Latina ante la Rel'olució"
Cielltífico-T écllica. Buenos Aires, PUlllnsur/Ilct. 1987. 31 Quintar, Aída: La jlexihilizacióII laboral: una lu/epa modalidad de fragmentación
so Sorman, Guy: op. cit. de los :sectores obreros, Buellos Aires, ILPES/CEPAL, 1989.
ALClRA ARGUMEDO Los SILENCIOS y LAS VeX:H; EN AMERICA l.ATINA
La libertad es un objetivo defendible tan solo p,Ha indivi- de los <lños treintn y c.uarenta. Ese. ('.¡erante que agobia las iniciativas
duos responsables. No crccmos en la libertad para los Jocos privadas cuyo "ideal común parecía tener que aliar armónieamente
o los. niños. La necesid.ld de traZl:lr una línen entre indivi- prosperidad económica y justic.ia SOdéd. Los me.dios para lograrlo: la
duos n~sponsablcs y otros es inescapahlc. y esto significa centralización c-slatal, la d(,~mocratizac.iól1de la eduración, la fisralidad
que bay una ambigiit.~dad esencial en nllcstnt meta final d(,~ progresiva, la redestribución sodaF'. Una errónea visión respald;ldn
l en l<l tesis de que la riqueza de las n¡H:~jollesrcsulla de la demandll
¡
la libertad. El patcrnalismo es inevitable para con aqUl~lIos
a quienes nosc:'tros designamos como no responsables.52 y el l~onsumo de masas y no de la iniciativa individual. Donde la
política fisral tendía a disminuir todos Jos impuestos panl aUlllentar
Sustentándose en este pe.culiflr "nosotros", Millon Friedman apra. el poder iH.lqllisitivo global -romo en el caso de la administración
bilfÍa en Chile la agudización de las medidas represivas del Gral. Kel1nt~dy- y no como corresponde a la perspectiva ncoliberal con-
Pinochet, la eliminación de la democracia, la destrucción de los sin- snvadora de un Reagan, que sólo favorece a los más ricos para
dicatos y la consolidación de uní! férrea dictadura PflTil garantiziIf la rCflctivar Jil iniciativa privadil. LI reducción de las tasas impositivas
"normalización de la economía"53, En este mismo sentido se expre-
saría Hayek, al sc.ñalar que "CUilIHJo un gobierno está en quiebu y
1 y diversas IllcdidflS qm' favorecen la arul1lu}ación de recursos en
1l111nosde los empresarios supone que el gohierno I~s reconoee así
no hay reglas conocidas cs lH.",(x'.sariocn.~¡¡r las reglfls para dcc,ir lo una función soci<11 de crcadorcs de riqucza. Dc esta manenl:
que se puede harcr y lo que no se puede harer". Y en estas
',; circunstanri:-ts es préÍcticallll~nte inevitable que alguien tenga poderes El anlieslatismo no l~Sde hecho más que un intento por
(lbsolutos. Porqul..\ en esta l~spl~dlll idea de.lit libl'.rtad, "una sociedad restaurarel ordl~1l1ibt~rfll,un ordl~n en d CUflJel Estado y sus
',', rcprcsentilutes llilrían frc.nle a su única misión: mant(,~nerla
,.:, libre requiere de ciertas reglas morales ... las únicas reglas morales
son las que llevan ill 'c;íkulo de vida': l;¡ propieuad y c.I contrato"5.1. ley. Del resto, los ciudadanos se cll('arg;¡rf1n perrcctnmcn~
d
:'1 L1 concepción polirial del cst<ldo le otorg<1 a 'éste el pflp(~1 de un te.56
vigía dispuesto a entrar en escena cuando ese "nosotros" de Frie.dman
'1 Los ciudttdanos "responsables", se. entiende.
evaltJa que algunos irresponsables -para colmo, mayoritarios- hacen
1: peligrar la libertad del mercado. Por ello el lil~cnl1ismo eeonómko
congenié! perfeClanl.(~ntc eon dictaduras militares y gobiernos autorita-
1 b. Nuevus ncluulizuciones del liberalismo político
l
rios o 1~1sdstoidcs, como muestran diversas experienrias en Amérka Junto a hl ofensiva dd Iihcnllislllo económico renovado, el debiltc
Latina: nortcamericano y europeo de los aitos ochcnta va a prescntar, ade-
mÍls, diversas líncéls de actualizac.ión del pcnsfllllienló jurídico políti-
La mano invisible del merrado, ese fctkhc tan ClIro ti la
co liberélL Sin cuestionar ('.U dcnHlsía lélS tc.ndencüls impuestas por lils
lT<ldidón liheral, se tnlllsfomul impnccpl.ihlcmente en un
nuevas de nniciones económicas, la concentración del poder (,~n(~ste
puño de hierro en el cual se concentra la violencia
campo, las políticas migríltorias O la desocupación estructural -y
sojuzgadoT<) del E'itado hobbesiano.5.~
dejando dt'.cididalllcnl(,~ de lado léI prohlem{¡lica de las regiones
pt~rifé.ricas- las nuevas verti('~lltes bUSCílll alternativas de
No es este, por supuesto, el Estado que atemoriza a los liherales
gobernabiIidad y se imponen profundos interrogantes sobre Ji) historia
mancheslerianos. El enemigo t~S el Estado que se conforma a partir
y la cullunl. Se trata, ante todo, de fortalecer hlS opcione.s libenll-
de hls t'()n~~.cpc.ionessoci:-tl.estatistas predominantes en Occidente des-
d('~1l1ocrátil'lIs frente al resurgimiento de tendencias neofasdstas: el
cn~cilllicnto de la Nu('.va Derecha, inspirada entre otros por Alain de
~:!Fricdmilll.MillolJ, citndo por Boroll, Atilio: "Entre Hohhcs y Fricdman: libenllismo Benoist y la importante. prcse.nda eleeloral de Le Pe.n en Francia; el
económico y de~poti:Sl1lo burgués en América L,ltin¡¡" en el/(/flemos Políticos N~23,
nacionalismo germano de Armin Mohler :-tuspici(ldo por la Fundllc.ión
México. cncro-marzo de 1980.
Siemmcns, que husca desperlar mitos y utopías en una juvent.ud
.~~Borón, Atilio: 0p. cit.
desapasionada; llls llIanifestllciones fasdstas frente iI los inmigral1t(,~s
~4HinkdRmmcrt, Fr<llIz: ';Frcnlc a la cllllura de la postmodernid,td: proyecto político
del Tl'.rcc.r Mundo; la resurrección juvenil dt~ las neenrias y los
y utopía'. cn [){/l'id y Coliar/¡ Afio XVII, N~52, septiembre de 1987.
- I-Inyck, Fricdrich: r~OSfL/lld(/mcllr08 dI} ftlliber(ad, Madrid, Unión, 1978.
5~ .I3orón. Atilio: (lIJ. cit. jI> Sorman. Guy: op. ci/.
1,
Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AM~RICA LATINA
ALCIRA ARGUMEDO
I
I
problemas cuya magnitud no puede silcnciarsc.
Como ya adve.rtimos, no es nuestra intención profundizar en los
¡ aportes analíticos alcanzados, el núcko de estas propucstas no sobre-
pasa la erítica que Wcbt~r, formuhn3 a Marx. En téll sentido, antes
que postmarxistas deberían ser considerados neowe!Jeri,anos. No obs-
tn(lticcs de la adu(llización del Iibe.ralismo jurídiro-político, especial-
ji
11'
"
menle en cl eontincnte europeo. Nos interesa sólo señalar algunos
puntos que conside.r,amos clave en términos de la inl1uenda que estas
j tante, en las Ilu(~vas vc.rtientcs
fragmentación
(~nmaH~adns en nociones
sOl'ial y contraclualismo 1I partir de la acción indivi-
de
1'
i " vertientes ejercen en c.1 dcbéltc político-cultural de América Latina. 1,1 dual, existe un imporlanle punto de dit't~renciación con respecto al
!. I
Weber para qukn el elemento de' unificación social de estas
Desde csta óptica, consider(lIuos posible afirmar quc, en sus trazos
fragmc.ntadones es la idea de pertenencia a Ullll nación, a una poten-
cS(~l1ciales, tanto hls corrientes vinculadas <.'on las nociones de mode.r-
da lllundinl y <l una lr¡tdición cultural cuya envcrgíldura le otorga, l~1l
nidad-modernizilción como aquéllas que sc autodenolllinan post-mar-
e.special a Akmani¡¡, un ineludible papel en l<l historia.
xistas, cncuentran su f(~ferencia rentral ell Max Weber y su crítica al
pensamiento de Carlos Marx. En las adualiz:ldonc.s más recientes el elemenlo tlglutinante ha de
su sólo la idea ,kmoc.rátic.a. No es clIsual que se;1 otro .J1clllán,
Las id(~as de modernización y democracia ,que se derivan de las
postulaciones webcrianas -mediatizndas, cntre otros, por ideólogos Jiirgen H;lbermíls, quien desde un análisis d(~scarnado otorgíl a "no-
sotros los europeos occidentales" este paraguas unific:lIltc, tendiente
como Norherto Bobbio O las corrientes del funcionalismo norteame-
a superar lo que ilntes fuera el sodalislllo para las izquierdas y el
ricano- retollln,n con POC(lS v(lriadones las propuestas que cn la
!
pensmnienlo progresista de Europa. Una üka dl'lllocrática que debe
décad.1 de los sesentll tenían UlU) significlltiva innucncia en las cien-
':, desplazar el sentimiento lléldonal; porque ]<15gcncradones .dcmanas
cias sociales de América Latina,n. La drástica diferenciación cntre
que scp<lfan <1H~lbcrmas de Max Wlcbcr, ('o1\ocieron 1<1dcrrotit en dos
cicnci¡:¡ y polític<l; la é1uloJ1omizaC-Íóndc la esfenl política en relación
con otros ('_spacios de poder, en especial el poder militar y el eco- guerras Illullllülles, la experiencia del nazismo y el muro de Berlín.
Poco tiempo antes de quc U1\a inmcns<I acción de Illasas en Alemania
nómico-socin]; la jerarquización de la acción individual sustentada en
del .Esk derrumbara (~se muTO, abriendo nl1cvosinkrrogalltcs históri-
, " un contractuaJismo radonal en IriS distintas ~reé!s de actividad; la
d, cos lIcerCiI de 1m; relaciones entre las dos Europas. H;lhennas escrihía:
'1 interprclación de la historia y de los comporlamientos sociales él
partir de un contimmm entre la sociedad tradicional y la sociedad Succdl~ de una manera distinta con d p<ltriotislllo (xHlslilu-
mode.rna. El llamado de lItcnción sobre los potenciales autoritarismos cional... En este nuevo contexto, las idcntificat'ioncs con
inmersos en las rnasasS8; el supuesto de una relación lineal entre las
formas de vid" y tradicio11l~s\propias se vcn recubiertas d(~
sociedades y la definición de sus diferencias en términos de pautas un patriotismo abstracto que ya no sc retk.re al (~onjllnto
cuantitativéls de progreso y desarrollo; las relaciones iguéllmente li-
concreto de la nación, sino a procedimientos y prinr.ipios
igualmente abstractos ... Las tradiciones nllcional('$ siguen
lllitrcando una formll de vida con formasdevalorprivi1cgia-
S7 Bobbio, Norberto: £1 j!lturo de fa democracia, Madrid, Afie!, 1985. d<ls~si bienio ha(Tll tan solo en el marco de una jerarquía
-I3obbio, Norberto: ,ES/lidios de histor;a de la filosofía: de l'obbes a Gramsá, Madrid,
Debate, 1975. de formas dt~vida de distinto "kallc.c .. £<;tas. por su parte,
- Germani, Gino; .Políúca y sociedad en l/lIa época de lransición, Buenos Aires, se corresponden con identidadt~s colcctiv.ls qU('. se solapall
EUDEllA. 1965.
_ Andcrsoll. Pcrry: "Norberto Bobbio y la democracia di recta" en Imágenes descr)1lo-
ádas: la modernidad I:.n /(1 ellcrllcijada postmodema, Bucllos Aires, CLACSO! 1988.
! áa, Buenos Aires, Centro Editor de América l.,atina, Biblioleca
245/246. 1988.
Política Argenlin<l
ss Garcín Delgado, Daniel: Raíces cuestionadas: la trad;ció" popular)' la democra-
ALCIRA AKGUMEOO
Los SILENCIOS y LAS YOCE; EN AMERICA LA11NA
entre sí pero no necesitan ya de un punto central dc válidas y reformularlas -por ejemplo las rcferent(~s a la relación
<Igrupamienlo e intcgnlciól1 panl tralL'iformarse en una entre. base. económica y sociedad- y desechar aquello que se liga
idcntidad nacional. La noción abstfilcta de la generaliza- con una visión tcleológic.a y necesaria de la historia, con el planteo
ción de la demacrada y de los derechos humanos conslitu- revolucionario de la transición al socialismo, con la identificación de
y<.\en su lugar, la materia dura en la que se, quiebran los soc.ialismo y anticapitalismo o con la defensa de políticas keyncsianas
rayos de hls tradiciones nacionales del lenguaje, de la para responder a la crisis. Un nuevo paradigma que. incorpore el
lileratura y de la historia de h.•propia nat',ión.59 individualismo metodológico para refonnuJar el marco teórico' macro
habitual en el materialismo históric061,
En el marco de coordenadas democráticas altam<.~nle sensibles a la
potcndnlidad autorilaria inscripta en las idcntidade.s nacionales, el Empero, la metodología requiere definir eJ objeto de estudio y,
postIllarxislllo rce,upera las facelas Jiberalcs de Wt~ber y la riqueza dc 1 por lo tanto, supone un determinado conce.pto acerc.a de cómo se
conforma lo social. En este. punto, desde una perspectiva concordante
eSt~ sistema teórico bas.ldo cn la aceión social individual con sentido
. mentado. El t~amhio de paradigma que reclama un Ludolfo Paramio con el postmarxismo, L.lclau-Mouffe, señalan la necesidad de
p<tnt los Hntiguos marxistas, a fin de no recaer en los cntrampamientos refonllular el concepto de sociedad en función de la nueva estrategia
socialist<l, que supondría una radicalización de la democracia:
,
1,
!'
teórkos del lllflfxismo cuando sólo se' le injerlan nuevas ideas al
viejo tronco, va él cncontrar --conscientc o inconscic.ntcmcl1te, explí- 1 Lo que está actualmente en crisis es toda una conC(~pc.ión
I dta o implícitamente- en la malriz del libcralismo político su nuevo
11 del socialismo fundadtl en la centralidad ontológica de la
punto dc partida:
clase obrera, en la afinnación de la Revoluc.ión ,somo
1., Eo;;cinjerto de nuevas idclIs en el vicjo tronco t'.xigítt Jo que, momento fundacional en el tránsilo de.una sociedad a otra,
tomando UIUI vez mfls el nombre de Kuhn,en vano, deberÍa- yen la ilusión de la posibilidad de una volunladyolcctiva
l' ¡
mos llamar un cambio de paradigma ... En mi opinión, pcrfertamcntc una y homogénea que tornaría inútil el
momento de la política. El rarádcr plural y multifal:ético
" ,. cnlonres, sí tiene sentido (rata rde rC.COllstruir, a pa rtir dc las
que presl~lltanlas luchas sociales contemporiincas ha termi-
ruinas, algo así <.~omoUllpostmarxislllo. Pero el prefijo debe
tomftfsc. bastante al pie dc la ktlil: un parrtdigma para la nado por disolver el fundamento último en cl qUt~se hasaba
ciencia social que parta de Marx, pero asimile las lecciones este imaginario político, poblado de sujetos "universales"
de Jos cjl~n ••ños de historia que han tmnscurrido desde su y constituido en torno a una Historia conce bida en singular:
munle, dit1dlmente podría ser acr.ptado por el Marx real, esto es, el supuesto de "la socie.dad" como una estructura
históricamentc conocido y con toda seguridad no será inteligible, que puede ser aba r<.~aday dominada intelec.tua 1-
1, nll~nte a partir dc cierlas posiciones de clase y renlllstituida
aceplado como marxismo bajo ningún conl,'~.pto por quie-
nes defincnsu identidad polítira e ideológil.'a en nombre de romo orden racional y transpar<.'.nlc.a partir de un acto
fundacional de carácter político.';:!
aquella doctrina.t1O
El postlmuxismo no pretende romper con una identidad socia lista Se trata de concebir Ulla idea distinla de 10 social, crítica y
I
al a!cj;lfs{'. (I<.~ las teorías de Marx. La búsqueda 'se encamina hacia supef<ldora del con<.~cpto marxis,t.1 de sociedad . .Partiendo de la
una reformulación paradigmática donde "dejar de creer en un socia M
fragmentación y complejidad crecientes, de la proliferadón de dife-
lismo cienlífico no implica abandonar la creencia en un socialismo rencias entre los individuos que se observa en los países industriítlcs
previsibk'., razonahlemente factibJe." Ello supone t.omar algunas ideas avanzados --a las que también se refiere el ncolibc.ralismo económi-
c-o':-, el interrogante cc.utral de un nuevo l.'oneepto de sociedad se
vincula eOIl el tipo de arli<.'uhtciones sociales 'que es posible postular
S9 Habermas. Jürgcn: "Para una idca racional de patria: concicncia histórica e identidad
teniendo en cuenta tales diferencias. En esa reformulación, d kngua-
! postllilcional" en La CiL/e/alJ Ful/lra N'J11. Buellos Aires,junio de 1988.
- Habermas. Jürgen: Prob¡c:.ma~'de legitimación en el capitalismo tardío, Buenos Aires,
Amorrnrtll,1986.
~l Para mio. Ludolfo: op'. ci/.
60 Para mio, Ludolfo: ."Tras el diluvio: introducción al postmarxü,m~l" en Punto de Visla
ó: Laclau, .Ernesto; Mo~ffe, Chant,lI: Hegemonía)' estrategia :wcialis(a: hacia una
N\l30. Buenos Aires, julio-octubre de 1.987.
radicáJi=aci(m de la democracia, Madrid, Siglo XXI, 1987 ..
Los SILENCIoS y LAS VOCffi EN AMP.RICA lAl1NA
ALCIRA ARGUMEDO
je ha de tener un lugar sustantivo para la estructuración de las rc- de la clase o del se(~tor dominante que constituye el centro
laciones socia ks y para la de('onstrur.ción de la categoría de sujeto de una formación hegemónica, ya que, pordefinidóndic.ho
unívoC<lI11(~ntedd'inido, ('omo l~S el (~aso de las clases, f.n lo que se centro nos dudirá siempre.54
refiere a la <.'onstitlH.'ión de las identidades colectivas. Los agentes
sociak.s 50n concebidos como suje.tos "descentrados", que. se <.~onsti- Esta incxistenc.ia de puntos l'.stratégicos de poder de carácter per-
tuyen mediante una unid.ld rdativa y débillllent(~ integrada, parliendo Illílllcnte -por ejemplo el poder cconómico- rechaza la idea de
de una pluralidad de posiciones de sujeto. En tal sentido, una de las lugares privilegiados de confrontación y concomitantemente la posi-
claves se en<.'ucntra en el rechazo del concepto marxista de clase bilidad de que las luchas o los conflictos confluyen en espacios
social, que significa re<.~hazar también 'el nHlccpto de sociedad en políti<.~os unificados, en espec.ia I en las naciones desarrolladas. Preci-
Marx. En el marco de esta crítica, los ,autores explk.itan su <Idscripción samente, la idl~a de espacios diferenciados de distribución del poder
sin vinculación entre sí, fue una de las claves de' la crítica weberiana
al liher.lIislHo político:
(1) marxismo; ya que, con rcrerell<.~i<lal poder económico, proponía
1,: '
11 '1: La lareí! de la izquierda no puede por tfllllo consistir en hllbJ(lr de situaciones de clase, sin contradic-ciollcs necesHfias entre sí,
.! renegar de. la ideología Iiberíll.dcmocrMici'l sino al contra- micnlntS en otras fireas se procesan la política o el prestigio, junto
rio, l~n profundizarla y l~xpandirla en la dirección de una (1 los 'cu(lles exist.irian innumerables y variadas formíls de asociación.
1, l' democracia nldicalizada y plural.¡;3 Desde este <,'oncepto de lo social que ,retoma la tradición del
I individuo y sus eontrc'llos sc desprende la noción epistemológi(.'a de
i La recupenlclOn de la ma1riz jurídico-política libl~ral exhibe lílle.as
interpretfltiv<:ls de los procesos sociall~s que hlS ligan claramente con
1<1diversificación de 1<1verdad. El lugar epistemológk.o desde el cual
hablaban las clases y los sujetos "universales" es reemplazado por
l' el pcnsamieJlto de Wd>er: las posiciones de sujeto tienen un fuerte
"parecido de flllnilia" con la situación de clase we.beriana, aunque .se
una mulliplicidad de voces y verdades. El conocimiento se atomiza
y sólo es posible <lcceder a parcialidades, a aspectos acotados de la
han enriquecido con los aportl~s de la lingüística. Lo social se con- realidad sodaJ. En tanto no existe una idea posible de totaJidad, la
1: dbe ellton<.~es como una artic\lla<.~ión pcrmanente y sin fronteras de atención se. centra cn temas parti<,'ulares, segmentados, fragmentarios.
múltiples espacios o posiciones de sujeto; hay una indetermil1a<,'ión
Si bien el poslmarxismo tiende a definirse como socialista, evi-
última de lo social que impide que la sodcdad pueda significarse
dencia hasta el momento una posición ambigua (.~on relación al ca-
como una lotalidild. En este contexto, la políti<,'a es entendida esell-
pitalismo y, en p<lfticular, frente a la existencia d<.~un poder econó-
cii-tlmente como articulación y construcción de hegemonía~ es por lo
'1 mico-financiero altamente eonc.entrado. Para mio <.~ritica el carácter
t3nto autónoma con respe.clo a Ifls ddennillaciones econ6mici-ts. Las
radicalmente antj-capilfdista del marxismo, mientras LacJau-Mouffe
1 ':! posiciones de sujeto comhinan divers<ls ident.idades que no están
scflalan que una dcmoc-racia radkalizada requeriría, en una de sus
cristalizadas e impiden establecer comportamientos previsibles entre
dimensiones, "poner fin a las relaciones capitalistas de producción
" ellas: en tanto tr(lbf1jador, dudadall(~, l'onsumidor, homosexual, joven
que l~stéÍlIen la base de Ilumerosas relaC-Íolles de subordinac-ión". No
, o habitante de. un b<lrrio, tales poskiones pueden tener numerosos
obstante, los vínculos entre esa democracia y ese poner fin quedan
puntos oc antagonismos parcializados, pero no generan nec.esariamell~
! te "cadenas de equiv,¡)encias", es decir, reladones necesarias y pre-
decididamente oscuros, como mera enunciación o <.'omo toque de
nostalgia. Por su parte, las teorías de )a modernizadón y las vertien-
visibles entre eslflS distintas referencias. De allí quc no sea posible
tes que se asumen en el tronco jurídk-o-político liberal tampoco
postuhtr su orientación ('.n uno u otro sentido. L, pluralidad de po-
pretenden, por definición, formular una crítica a la concentración del
, sicione.s políticas y sociales que no remiten a ningún fundamento
1, poder económi(co y a sus consccllcnc.ias pam ampJios sectores socia-
unitario último, da lugar a múltiples puntos nodales o concel1tracio~
les en el Norte y para las regiones pcriféri<.'as.
nes de poder:
De esta ma nCrll, a semejanza de lo oc.urrido (.'on las expericnc.ias
1;' El poder no es nunca fundac.ionnL Por "lUto, el prohlema democréÍticas de los p,líses capitalistas ccnt.rales dunl11te un largo
del pod<.~rno puede plantearse. c_ntérminos de la búsqueda período de la historia, las actualizaeiones formuladas él partir de las
" ;
6~ Lacl<lu. Erne:slo; MoutTc. Chanl(ll: op. cil. 64 Lac1au, Ernt:sto; ~ourft::Chanlal: iJem.
Ai.cIRA ARCillMH>O
de las experiencias vitales y de lAs expresiones culturales de un los límites y ro1cncias del proyecto de lo modernidod; a resollor los
sujeto social heterogéneo, que encuentra sus puntos de unidad en una <lSpcctos silenciados de ,la historia y del presente, donde se encueu-
bistoria común de resistencias y desgarramientos, de sueilos de dig. tnlll lílS claves y valorcs fundantes de las propuestas ahemativas
nidad y autonomía. Historia integrada por innumerables identidad(.~s y frente a la modernización salvaje que nuevamente pretende consoli-
saberes, que ha ido generando lineamientos compartidos; una matriz darse en la región. La posición nacional latinoame,ricana, significa
de pensamiento cuyos rasgos esenciales asumen lo que Arturo entonces concebir la historia y el futuro desde un sujeto colectivo,
Jauretche lJamard una posición nacional, que es también latinoame. compuesto por múltiples fragmentos sociales, rico en expresiones
rÍCana: particulares y en yuxtaposiciones. Es la mirada de Jos protagonistas
de la otra historia de estas tierras, presente en las luchas
La expresión "posición nacional" ad.mite bastante latitud, independentistas, en los movimientos de resistencia, en los proyectos
pero entendemos por tal una línea política que obliga a
políticos de re.ivindicación nacional y social.
pensar y dirigir el destino del país en vinculación directa
En (.~staperspectiva, el tema de la heterogeneidad soeial de Amé-
con los intereses de las masas populares, la afirmación de
rica Latina no surge como conseeuencia de la nisis de los paradig.
nuestra independencia política en el orden internacional y
la aspiración de una realización económka sin sujeción a mas occidentales. Si se logra romper con la visión que reconoce una
única transepisteme europcizante y se mira la historia de. los otros
intereses imperialcs dominantes. Esta posición no es una
doctrina sino el abecé, el planteo elemental y mínimo que pensamientos y experiencias polític.as latinoamericanas, se bará evi-
requiere la realización de una na~ionalidad,- es decir, la dente que. desde hítcr. varios siglos, para ellos esa problemática apa-
rece como un dato COilstitutivo. Ya en las proclamas de Tupar Amaru
afirmación de su ser. No supone ni una doctrina económica
se reconot'e la compleja diferenciación sodal, étnica y (.ultural de las
o social dc carácterulliversalista, por más que no pueda ni
capas populares y Bolívar o Martí rcmarcan la original composición
deba prescindir de una visión de conjunto en el mundo, ni
de nnestros pueblos; el res pelo o los identidades y lo búsqueda de
tampoc.o una doctrina institucional, pues todas son contin-
lineamicntos de unidad; la aspiración de alcanzar una fusión de san-
gentcs al momento histórico y sus cOlldiciollcs(i.
,1
gres sin "elegidos" genéticos o culturales que permitiera encontrar
,1",
I~I
Este mirar desde el espacio social e bislór"ko de las masas popu- sendas comunes de justicia y libertad.
lares latinoamerieanas, fundamenta una filosofía y un conocimiento La metáfora hegeliana del amo y el csclavo es útil para pregun-
que necesariamente piel~sa la historia y el devenir humano "también tarse acerca del lugar epistemológico de las mayorías latinonmeric.a-
desde la escla.vitud'y -la servidumbre"7. Un lugar epistemológico que mis en la escena mundial. Sin penetrar en el complejo despliegue de
l'
lleva a evaluar críticamente las corrientes ideológicas del Norle ex- esa dialéctica9, interesa retomar la potencialidad que Hegel otorga al
presadas en el escenario político de nuestros paises preguntando, en esclavo para percibir el desarrollo de la totalidad del proceso histó-
c~da coyunluro hislórico, por el popel que ellos le otorgo n o los rico, en tanto la. historia del esclavo sólo puede hacerse inteligible al
mayorías sociales de) contincnte. El pensar desde América Latina incorporar la presencia del amo, mientras quien ocupa este último
requiere un instrumcntal teórico-conceptual que rel;upere las resistcn. lugar tiende a pensar su propia historia parcial como la historia. En
cias culturales, las manifestaciones políticas de masttS, las gestas, la la rilosofío de Morx se reemplozo la figuro del eselovn por lo del
literatura, el ensayo, las formas de conocimiento y las mentalidades proletariado industrial, otorgándo)e cl privilegio epistemológico de
populares; los testimonios, las microhistorias, las fiestas, los peque- contemplar el devenir histórico sin distorsiones; como el sujeto social
ños o grandes episodios de dignidod; los soberes que están en las que contiene la virtualidad de formular el único conocimiento válido
"orillas de la cienda"8. Un pensamiento crítico dirigido él cuestionar y verdadero. El sujeto cuya existencia genera las condiciones para
6 Jauretche. Arturo: FORJA)' la Década IlIfame, Buenos Aires. Peña Lillo. 1973. territorio. Buenos Aires, Punlosur, 1987.
_ Albo, Xavier: .'Nuestra identidad a partir del pluralismo de base" en Imágenes
7Zea, Leopoldo: Latinoamérica, Tercer Mundo, México, Extemporáneos. 1977. desconocidas: la modernidad en la encrucijada postmoderna, Buenos Aires, CLACSO,
_ Chavez, Fermín: La recuperación de la conciencia nacional, Buenos Aires, Peña 1988.
Lillo.1983. '"Roig, Arturo Andrés: Teoría)' crítica del pellsamientolatilloamericuno, México, Fondo
8 Ford. Aníbal: Desde la oril/a de la ciencia: ensayos sobre identidad, 'cultura y de Cultura Económica. Colección Tierra Firme. 1981.
Los SILENCIOS y LAS VOCES eN AM~RICA LATINA
AI...aRA ARGUMEDO
1
homhres que habían "entrado" en ella y de hombres, en sociedades humanas. Hacen referencia a un todo que nunca inco.rporó
algunos casos simplemente subhombres, que no lo habían a todos los hombres en su carácter de tales. La realidad de la ex-
hecho ni tal vez lo podrían bacer. Y de la misma manera plotaCión no se dispersa. las relaciones de dominio. se coneentran
habr. de quedaren cuestión la tesis según la cual había un cada vez más rígidamente sobre suje.tos que. bus(~an revertir un pre-
cil~rto grupo privilegiado perteneciente a una determinada sente insoporlable. La "crisis de los paradigmas" estabk,'e así una
cultura, y dentro de ella a ciertas naciones, que habían ilUtillomia: como cvitar ")os deseos de totalizadón. que siemprc han
recibido la misión de hacer entrar a los demás, hombres en co.ntribuido a aumentar la intolerancia bajo el pretexto dc la superación
aquella historia.1I el~rique.cedora de lo. diferentc"n y al mismo ticmpo. evitar los silen-
cio.s C.OJUo.otra forma de totalizacióll ahsolutizante y represiva.
Esta posición no pretende invertí"r el espejo exc-Iuyente del Los fenómenas de la histo.ria desbordan
las opcio.nes entre Kant
etnoc.cnlrismo e.u'ropeo.. No se plantean sistemas 'cerrado.s, de una y Hegel o enlre Weber y Marx si se incorporan otras voces. Si se
lógica implacable que, a partir de la definición del sujeto de la asume una perspectiva y un concepto diferente de totalidad que in-
,
'1 historia y del privilegio epistemo.lógico., afirman un concepto. de ver- cluye en el conceplo. de lo. humano a vaslas capas sociales de las
!' dad cuyo po.rhldor exclusivo es ese sujeto. y justifican la opresión de regio.nes periféricas.
! quienes no ingresun en el c.írculo de los se ledos. ,Pero es evidente La crítica a la Razón marxista lolalizanle, desplegada en el dcbate
europeo, habililó el resurgimienlo de las verlientes liberales y sus
"
d 10 Cullcn, Carlos: Ser )'cslar: el problema de la cultura, Rosario, Fundación Ross, 1986.
-Slavenhagcll, Adolfo: "La cultura popular y la creación inteleclUal"'cn Colombres,
Adolfo (comp.): La-c1I1Iura popular. Premiá/La red de Jonás, Puebla. 1987. Piscilelli, Alejandro: "Postmodernidad e idenlidad latinoamericanA" en Cuadernos de
.l:!
juntarse en comunidades, los relatos épicos, las leyendas y )a digni- miembros eJe la nobleza indígena fueron que.mados viv.os como l'-as~
dad rebelde de los mapucbes". tigo ejemplar. Esto 110 impediría la continuidad de las hostilidades,
creándose en.trc ambos bandos una situación de irreversible odio re-
b. La conmoción del "encuentro" cíproco y de guerra sin cuartel que, en el caso de los yaquis y los
mayos, duraría desde 1529 basta 1902.
Las guerras de... conquista iniciaron un período eJe aniquilamiento Un ensayo ,diferente, de colonización y evangelización pacífica,
,
, ,
' y degradación, donde convergieron derrotas devastadoras y formas de inicia Fray Barto)omé de las Cílsas a partir de 1537 en Tezu)utlán,
expoliación de.~los pueblos autóctonos que, junto con las pestes y la llamada "tierra de guerra" por lo indómito de sus habitantes. En ese
desestruc.turadón de los equilibrios ecológicos y sociales, producirían mismo aflO, el Papa Pablo III el1 su Sublimus Deus había establecido
la muerte de una proporción alucinante eJe la pobJación originaria. La que los indios estaban capacitados para recibir la fe cristiana aunque
implantación del dominio colonial babrá de ser largamente resistida 110 se dudaba de. que eran seres amentes, inferiores a la gente de
;11
l'
por los habitantes del Nue.vo Mundo. Luego de los primeros C.Olltac- razón. Los látigos. cadalsos y arcabuces fueron reemplazados en
tos, el enfrentamiento con las expediciones hispanas y port.uguesas Tezulutlán por cantHes religiosos, compuestos en lengua quiché con
,11
que comenzaron a pt~nctrar en el continente adquiri6 dive.rsas formas. una mÍlska apropiHda a los instrumentos indíge.nas, que acompañaban
Superada la sorpresa inicial y la capacidad de aceión de los la labor evangélica de los dominicos; medidas complementadas con
,::' conquistadores. que produjo una inmovilización de Jas capas dirigen- la prohibición al ingreso de soldados y encomenderos. Junto con las
l. ..
tes --en especial entre las grandes culturas, c..'omo sucediera con misiones jesuít.kas, que asimismo pretendían realizar una conversión
Moctezuma y Atahualpa.:.- lluevoS Hdc,res intentarán la resistencia: pacífica al cristianismo; Tczulutlán sena una de las pocas excepcio-
Cuitlabu3c y Cuauhtémoc en México; Manl~O Inca, Titu Cusi y Tupac Iles de If, conquista.
!j¡,1 AnllUU en el Perú. Con los chibchas de la región de Colombia - También el dominio sobre Venezuela costó largo tiempo ante la
divididos al Ikgar los españoles entre dos jefes rivales, el zipe de valentía de Jos guerreros y la estrategia ~e sus líderes, entre qu'ienes
Bogotá al sur y el zaque o Hunsa al norte- se rcpetiría la experien- se destaca Guiacaipuru. Los nativos de Macarao, Jos mariches o los
::;:: cia de los incas y Jos azte<.."as y ambos jefes son sUl'csivamcnte tcques, )uc.haron sin desmayos y con una dignidad que admiró a los
derrotados: el incendio del templo de Sugamuxi y la muerte del hispanos. Los cumanagotos y Jos ijdisos de Chacot.apa juntaron sus
sacerdote Tiquczuza cn Facutativá, marcan el fin del imperio chibcha. fuerzas para frenar el aV<Jnce de los invasores y los caribcs que
No obstante, diversos grupos que habían pertenecido a él, como los poblaban I<JScost(ts de Valend(l se unieron a sus hermanos del inte-
pijaos de la región de Tolima, recién serían vcncidos cuarenta años rior panl resistir. En el Río de la Plat<J, los charrúlIs y querandícs
11
más t.ardl~ en una guerra intermitente que sólo finaliza con la muerte sostuvieron un acosO sistemático contra los intentos de ocupar sus
del jefe Cakar •. territorios durante m{¡s de medio siglo. obligando a despoblar el fuerte
Las trihus 'de la familia lingüística maya-qu'iché se encontraban de Buenos Aires, que había sido fundado en 1521. Al sur del río
por entonces divididos en gran número de grupos independientes, que Bío-Bío en Chile -que los inc(ls no se animaran a c.ruzar en los dos
constituífln fragmentos de la legendaria c..'onfederación Nachán, siglos anteriores- Caupolicál1 y Lautaro enfrentan a los espaúolcs
!¡'I
Co)huacán o Xibalha, fundada por el SClllidiós VotfÍn en sus peregri- con gran astucia y coraje; y llevar{¡ otros trescientos ailOs derrotar a
naciones mesiánicas. Los mayas~quichés sostuvieron una defensa acé. los mapuchcs19•
rrima de sus tierras y su c.ultura. Entre otros, e) cacique Urraca A difcrcncia de las áreas conquistadas por Espaúa, en el Brasil
impediría durante aftOs a partir de 1520 la penetración espafloJa en los portugueses se encontraron con una cultura indígena uniforme a
la aelual Costa Rica. Pero Pedro de Alvarado logra actuar sobre los
cont1ictos e.ntre las divr.rsas fracciones y estableccr alianzas con al-
gunas dl~ ellas para doblegar a los rebeldes: a) igual que en otros 1barra y Rodríguez, Eduardo (coordinador): Historia del mundo en lo Edad Mo(Ierno,
1'1
sitios, en la dudad d" Utallan en Guatemala el rey y los prindpales Tomo XXV, Universidlld dc Cambridge/Universidad ue Zaragoza, Buellos Aires, La
Nación, 1912.
_ Ribciro, Darcy: op. cit.
15Columbres, Adolfo: "Los perros del Paraíso" en Suplemento Página 12, Buenos Aires, -Stavcnhagen, Adolfo: op. cie.
-Durán. Leonel: "Cultura popular y mentalidades populares" en Colomines, Adolfo:
9 de octubre.de 19R8.
-Maciel, Nélhuel: "Dos oídos y una lengua" en idcm. op. cit.
,
,1''',,--
lo largo de lodo el territorio. donde la influencia tupí-guaraní ahar- acción quc. termina, en tan corto tiempo, con' el 90% de la
eaha una gran cantidad de tribus con háhitns y conocimientos simi- población de un territorio (70 millones de seres humanos):
lares. que hahlahan variantes de una misma lengua. Las relaciones genol~idio:!l.
iniciales fueron relativamente cordiales por amhas parles, favore-
ciendo el mestizaje de madre india y padre portugués. Los hijos de No menos arrasadora fue la acción europea sobre el sustrato
estas uniones fueron los IHWlI.eiLlCO,\', identificados predominantemen- n13tcrial de las culturas indianas: los templos y construcciones reli-
I
te con las padres, pero conservando la lengua y los rasgos culturales giosas se derrumban para construir sobre ellos las iglesias del con-
.,!
maternos en cuyas comun,idadcs habían nacido. Sin embargo, luego quistador; las artesanías de oro y plata se fundían en lingotes a fin
',I,I'! de las primeras décadas de comercialización del palo hrasil, el de transportados al vicjo mundo; se quemaron los documentos y
desarrollo del cultivo de la l:aña dc azúcar en el nordeste comienza fueron eliminados Jos sabios y las capas intelectuales que resguarda-
a degradar esas relaciones. Los requerimientos de mallO de obra han la hercncia de estos pueblos en sus manifestaciones más elabo-
originan una persecución de los nativos a fin de someterlos como radas. Como escribe Fray Diego de L<111daen su Reladón de las
esclavos y para esa tarea los porlUgucses tendnln en los IHlI11le1IU'()S Cosas de Yuclllán, dando cuenla de su accionar sobre la cultura
sus principales. aliados: una de las manifestaciones 1m1S sórdidas de[ maya:
r;',
mestizaje durante los prill1eros tiempos de la conquista. No obstan le,
HaHámosles gran número de libros deestas leúas, y porque
"la reheldÍi.l del indio contra [u esclavitud se fundaha cn su propia
no leníanotra cosa que no hubiese superstición y falsedades
cstruclura social igualitaria (jue, a[ 110 diferenciar una capa sumisa
1, 1 dcl demonio. se los quemamos todo, lo cual sintieron a
ni un estrato superior. volvía imposihle. su dominaci6n glohal". Esta
maravilla y les dio mucha pena.,,::!::!
dificultad para someter a los puehlos autóctonos, impulsa a partir de
entonces la introducción en gran escala d~ esclavos negros, que
r,',',' De esta manera, el primer siglo del dominio hispano-portugués iba
hacia la misma época se reproducc en otras áreas del continenle
(1 significar brutales lrastocamicntos sociales y culturales para los
aptas para la producción 1l7,UC:Hcra. Sustentado. en la afirmación
plI('.blos originarios y Jos esclavos africanos que, junto a las nuevas
'ji,' teológica de que los negros 110 tenían alma, ya en 1454 el S•.mlO
""
, ,'h
.,' Ij" líneas de mestizac.ión de estos dos troncos principales entre sí y con
:' Padre hahía autorizado la esclavitud dc los africanos y ello permitíría
los pobladores blancos, refundarían sobre hases alta mente trauméÍticas
1
~4 Flores Galindo. Alberto: Buscando fin Inca: identidad y utopía en los Andes. La
Habana, Casa de IllS Américas, 1986.
1~ Ib¡ma y Rodrigue •.•.
, Eduardo: op. cit.
2~ García Calderón, Vúntura: Cuentos peruanos. Madrid, Aguilar, 1961. Citado por
- Flores Galindo. Alberto: op. cil.
Flores Galindo. Alberto: op. cit.
l)!'
'i!
ALCIRA ARGUMEDO
das en lo alto-de los cerros- junto a un férreo espíritu comunitario hatientes agotados; todos aquéJlos que c.onservan un resto de vida,
y combativo, que llevaba a las mujeres él luchar junto a sus bombres, v<ln arrojándose a un precipicio: en un ado final de libertad, han
hicieron de los calcha(IUícs un poderoso enemigo de los encomenderos dcgido la muerte:l8•
tunnuanas. La ofensiva indiana ]JC'.gar~hasta 1;:ISpuertas de las prin- Durante el siglo XVIII, nuevas resistencias volvernIl a conmocionar
cipales c,judadcs, que dl~ben ser abandonadas, se acosan e incendian los territorios del antiguo Tahuantinsuyo. Hacia 1710, en el Cuzco,
las antiguas fincas y los fortines son arrasados. Sólo con el arribo de Diego dc- Esquivel y Napia se autodenomina Apu intentando reinstaurar
crecientes refuerzos desde Cbiucas, Buenos Aires y Chile, logran los 1;1dinaslÍa incaica. En Oruro, en 1739.Juan Vélez de C6rdoba, un
espaüoles dominar la rebelión. mcslizo de Moquegua, considerándose descendiente de Huáscar, orga-
La paz no duraría mucho tiempo. En 1660, los hijos de quienes nizó Ulla conspiración plUa ser rey del Perú; aborhldo antes de. esta-
participaron en la primua insurgencia protagonizan un nuevo estalli- llar, el movimiento comprometió a numerosos caciques y curacas det
do. Pl~dro Bohorquez ---<,'uyos orígcnes algunos l'onsideran espaftol y .l/liplano. Dos <tilOS .lI1tes había comenzado la primera rebelión ma-
otros mestizo- se proclama descc.ndk.ntc del Inca y convoca a los siva. que se l'.xtiende a varias provincias del virreynato, llegando
calchaquícs a sublevarse una vez rnás. El gobl~rnador Alonso Merca- hilstn las puerlas de la cuidad de Lima; pero luego de algunos meses
do forma un ejércilo y se inlerna en los valles; pero le llevará otros de enfrentnmienlo, será duramente reprimida. Entre 1743 y 1756, en
;'11' cinco ailOS doblegarlos luego de una gtierra de. exterminio. Esta v<.~z, la región de HUilrochiri se produdríél una nueva sublevación de gran-
a fin de garantizar la paz, sólo una pcquefta frllcción de las familias des proporciones. Juan Santos Atabualpa, un indio piro de la selva
.1',
y los guerreros sobrevivientes permanecen. en Ja zona tucumana, central, alumno de los jesuitas, se procl<ll11a Inc.a e inicia una insu-
l1lientnls otros --entre ellos los quihnes, asentados en la periferia de rrección a la que se unen campesinos indígenas, mestizos y negros.
Buenos Aires- van a ser trasladados a distintas regiones. Cic.n años El virrey Manso de Vdasco organiz(t varias expediciones panl repri-
I:!I';I, más tarde, los dest'endic.ntes de aquéllos que quedaron, mestizados mirlos, pero los sublevados encuentran fácil refugio en la selva' don-
'.'1
con crioHos, volverán a l~ombatir junto iI Tupac Amaru ]l21. lit' se internan cada vez 'que pretcnden apresarlos. Durante trece ailOs,
En esa misma época, los esclavos en Brasil inician huidas indi- las expe.dkiones lanzadas contm los seguidores del nuevo caudillo
viduales o en masa hacia la se.1va brava de Pernamhuco y AI<1goas, fueron rcpJkadas por otras tantas contraofensivas; y si bien no logra-
,1:'
donde formaron poblilc,iones -Jos moclImbos- que reproducían vie- ron. derrotarlo, en 1756 se pierde su rastro en la selva. Ningún hom-
jas costumbres e instituciones africanas mezcladas con influendas bn~ occ,idental podrá penetrar cn cIJa hflsta el siglo siguie.nte y la
blancils. A su vez, estas poblilciones se agrup ••ban en confedenlciones selva ser~ el espado imaginario de la utopía andina, el lugar donde
o repúblicas denominadas quilombo.",. El quilombo de Palmares nació pervive el reino dorado de los incas29•
hacia 1630 y llegó a tellcr una población aproximada de 20.000 Hilcicndo extensivo a todo el continente d seítalamiento de Darc.y
babitantes. Palmares' se mantendrá durante casi siete décadas como Ribciro con Tl~rercncia al Perú, puede afirmarse que un elemento
una soci<.~dad negra independiente y guerrera, dc.fcndida a ultranza dl'.dsivo CilTact('.rizó a los movimientos rebeldes en Jos tres siglos de
por los pobladores. Su primer jefe, el rey Ganga-Zumba y más tarde dominación colonial:
el legendario Zumbí, lograríall utilizar inteligentemente, las defensas
naturales que les brindaba la sdva a fin de construir fortificaciones,
inabordabJcs para IflS veinticinco expedidones militares que, a lo
"
i" liugo de sesenta años, organizaron holandes{'.s y portugueses. En 1697, ~5 Vcdoya, JU;lll Carlos: f.a expoliacir)n de América, Buenos Aires, La Bastilla, 1973.
la última gran ofensiva fue larga y sangrienta: los hombres, mujeres, -Ianni, Octavio: Esc/al'irLld y CfIpitalismo, México. Siglo XXI, 1976.
niilos y iHlc.ianos de Palmares se batieron ante un número de soldados - Frcilas. Decio: Palmare~': a guerra dos escral'Os. Sao Paulo, General Llda., 1981.
- Mour<l. Clovis: Os quilombos e 1I rebeliuu ncgrtl"Sao Paulo. Brasilicnse, 19.81.
varias vec,cs supe.rior y mejor anl1ados. Cuando ya no fue posible
'~uFlores Galindo. Alberto: op. cit.
- Ribciro, Oétrcy: up. cit.
~?IbarrH y Rodrigu~z. Eduardo: op. cit. - Ribeiro, Darcy: El dilema de América Latina: estructuras de poder)' [ucr:.as
_ Flores Galind.o. Alherto: op. cit. insurgentes, Siglo XXI, 1971.
i !~
ALCIRA ARGUMEDO Los SII.ENCIOS y LAS VOCES EN AMÉRICA LATINA
Fueron aplastados con mayor o menor trabajo por las el C.ribe. En 1802 Napoleón manda al general Leclerc con 86 barcos
fuerzas represivas en virtud de sus debilidades intrínse~ y cer<.a de 30.000 hombre.s para retomar la isla y allí sufrirá la
cas ... Pero también eran inevitables porque expresaban la primera gran derrota de su historia militar. Pero logran apresar a
protesta contra una situadón social insoportable suscepti- Louverture y llevarlo a París, donde mucre en )a cárcel dos uños más
ble de mantener siempre em.:endido el fuego insurreccional. larde. Jean Jacques Dessalines toma su lugar y en 1803 vence a una
Esta situación era la que produda, en cada generación, nueva expedic.ión francesa. Nombrado gobernador vitalicio, elIde
nue,vos grupos dirigentes que actuando en nombre de la l~Jlero de 1804 proc.Jama la independenda de Saint Domingue cam-
vieja leyenda renacentista mantenían viva la conciencia de biando su nombre por el de Haití. El asesinato de Dessalines e.n 1806
hl expoliación de que eran objeto. Se, generó así un estado desala graves conllictos, mientras el país se divide en dos regiones
endémico de inquietud social y de rebelión incipiente que l~nrrent.adas entre sí: en el norte, el gobernador Christophe impJanta
no llegaba jamás a un enfrentamiento vic.torioso, pero que uml di(.~tadura política que más tarde se transforma en monarquía. En
conseguía mantcne.r y fortalecer los lazos de cohesión l'.1 sur, Alexander Pet.ión eslablcl.'e una repúblka democrática: la
étnica, perpctuarsu propia visión de la conquista y conser- primera en el mundo. de alcance integntl, si se tiene en cuenta que
var la esperanza de una revancha que devolviese a las los E"itados Unidos y Francia mantenían la esclavitud y el colonia-
poblaciones del aIlipla no la autonomía y la dignidad perdi- lismo. Petión reparte las tierras enlre Jos antiguos -esclavos y durante
das.30 más de una década, hasta su muerte en 1818, gobernará por consenso
en un clima de paz. &a democracia integra) y su líder, ejercerán
Este deJo de resistencias se cierra al finalizar el siglo XVllJ con drl.~isiva intlucncia en las luchas y en las ideas de Simón Bolívar31•
el levantamiento de. Tupac Amaru II en 1780-1781 y con la revolu- A su vez, estos movimientos expresan los complejos fenómenos
ción negra liderada por Boukman, Touissant LOllverture y Jean Jacques soeiales y culturales que se fueron procesand.o en los tres siglos de
Dessalines en Haití; que proclaman en ese 'dominio francés del Ca- dominación hispanoportuguesa. En el transcurso de ese período, las
ribe h, primera república independiente de América Latina. Contem- soberbias civilizatorias, las ambiciones e intereses, las experiencias
." poráJ\l~os de la Revolución Francesa, los haitianos llevarán hasta sus vitales límite, las tradiciones étnico-culturales, las nuevas condiciones
;' L
últimas consecuencias los postulados de igua.ldad, libertad y fraterni- (k prodUCc.iÓll e intucambio, las aflucncias poblaeionales y los
, ,':
dad. En agosto de 1791, una insurrección de los 500.000 esclavos lrastocamicntos sociales, van constituyendo dos grandes patrones socio-
que trabajaban (.~nla (.~olonia destruye. las plantaciones e incendia la l•• culturales a través de una amalgama de aportes de marcada diversi-
ciudad de Puerto Príncipe. Poco después, designan gobernador a dad. En cada uno de ellos será posible detectar elementos básicos de
Louverlure y se decreta la abolici"n de la esclavilud; algo que las ddinición en torno a valores constitutivos, percepciones existenciales
ideas igualitarias de. la Revolución Francesa no contemplaban: la y visiones del mundo, que se irán reproduciendo y aliment.lndo en
Asamblea Constituyente había definido al tráfíco de negros como hls sucesivas generaciones sin haber logrado, basta el presente, una
"c.omerc.io nacional" y sólo anuló las diferencias de sangre. entre síntesis capaz de revertir su histórico conl1icto: por una parte, el
aristócratas y plebeyos franceses, pero no la de. libres y esclavos en patrón socio-cultural de corte oligiÍrquico~señorial; por otra, su con-
las (.~olonias. tnlpartida popular.
Ante la situación creada en Saint Domingue. la Convención envía E')tos dos sustratos tienen ('.ntre~sí m(lltiples puntos dc c.ontacto,
en 1793 a los jae-obinos Santonax y Polvcrel con seis mil hombres interc.ambios, espacios grises y elementos de yuxtaposición. Exislen
para reprimir el levantamiento; pero el fracaso de su empresa los préstamos, readaptaciones y fc.nómenos de adopción de elementos de
obliga a rcconocer el nuevo gobierno. Sin cmbargo, seguirán años de (';ild.l Ull0 de ellos por parte del otro. Dado que, la historia es diná-
luchas internas: primero, los negros y mulatos contra los blancos; mica, lanto los patrones sodoculturalcs de las clases dominantes como
más tarde, lcuando estos úJtimos fueron expulsados, se desatarían los de Jos sectores subalternos se transforman continuamcnte, creando
nuevos contlktos entre negros y mulatos, aunados a las presiones
francesas para recuperar ese estratégico enclavc colonial y al
hostigamiento de. Inglaternl que temía por sus propias posesiones en 1I Bosch, Juan: 8olíl'Or)' la guerra social, Buenos Aires, Jorge Álv~rez, 1966,
J
Los SILENCIOS y LAS Vocrs El"; AMERICA I.ATINA
ALcIRA ARGUMEDO
ALcIRA ARGUMEDO
",:
!'t Los SILENCIOS y lAS VOCES fiN AM~RICA LATINA
1
"~
}' '1,1',';
vida religiosa, y las tradiciones laborales, mientras las lenguas, la pl~rmitiendo el surgimiento de algunos fac,tores 'de <.~ohesión social;.
alimentación, la farmacopea, las vestimentas y las artesanías, conser~
varían un perfil autóctono más nítido. Y si bien a partir de entonces
pero, al mismo ticmpo, se buscó incentivar las rivalidades para evitar j,
la arlil~uiación de las rebeldías. Se fueron dando así situaciones con. ~Ij 1
se mantienen ejes de eobesión social y resistencia de los grupos ~'1
tnuJictorias, donde el desprecio, la desconfianza y la agresividad en l'l
nativos en tanto grupos -no como individuos aislados- las identi- el interior dc. las clases populares contrastaron muchas veces eDil su "
dades étnicas originarias serán transformadas por fenómenos de ,,"i' \,1
participación conjunta en diferentes levantamientos de protesta31•
mestizaje rac.ial y cultural de cnvergadura3S• f' ¡!,
).
En la dinámica de la relación entre estos dos grandes polos socio.
Junto a las culturas indianas, los africanos constituyeron un aporte' ~. c.uJlura les, los mestizajes de europeos, indios y negros habrán de l',"
fundamental en la conformación popular americana. A pesar de las jugar un rol dramático, <.~omoexpresión de los intercambios produci- :;;01
' .. J
condiciones infrahumanas de existencia que se imponían a los escla- dos en las sucesivas generaciones. Los mestizos conforman en los ¡J r
vos -el promedio de vida desde que eran vendidos se calcula en romienzos una franja ineierta dentro de la población colonial, donde ljl
cinco ailOS- su influencia cultural se fue imponicndo en cicrtas
áreas, especialmcnte en la danza, la música y los rituales religiosos,
el tono de la piel pasnría a ser el factor determinante del valor
humano. En un l~xtremo de esa escala estaba el blanco puro y en el
1¡',
"~ 1
casi las únicas expresiones de creatividad pernlitidas por una dura
explotación: .
Olro, rayano en la animalidad, el negro africano y muy cerca el
indio. Sus entrccruzamientos darían origen a los mestizos, castizos,
~i~;
*11'
mulatos, moriscos; chinos, salta atréÍs, gríbaros, lobos, albarazados y
Aunque esta maSa humana pertenecía a diversas c.ulturas
"no te entiendo"; en unaestratifkación social donde, cuanto mayor
como la yoruba. fanti, il.shanti •. mandinga. bakongo, jll:.
fuera la cantidad de sangre blanca, mayor era la consideración que
: benguela, cte., tenía la base común de unallimismo vitalista ~~I
recibía el individuo38.
II!" y una serie de costumbres en muchos aspectos semejantes.
,1 ,1
Al llegar a América, se produjo entre' ellas una fuerte En las primeras generaciones, estos vástagos de la conquista ter- ni
intcrcu1turación, inevitable ante el contacto o la fonada minaron rechazados cuando los padres europeos deciden organizar sus
convivenc.ia en las senzalas y la nccesidad de dl~fendcrse familias, acabar con el cOIlcubinato y reemplazar a sus mujeres in~
del blanco. Tal interculturación se extendió también a los tlias por españolas o portuguesas. Para las madres, tenían el estigma
:!'"
indígenas, como lo vemos en la mitología de) llamado de la derrota y )a eventual violación, creándose situaciones que blo-
':',1' "
cnndomblé caboclo en el nordeste brasileño ... Las c.u1turas queaban los afectos y su inl'orporación natural en los grupos familia,:,
africanas pueden existir como rest-culturas (elementos res maternos. Engrosaron entonces las filas de Jos vagabundos, a los
,~l, inconscientes que flotan en otras realidades c.uHurales que quedaba la posibilidad de buscar nucv()s tierras o enrolarse en
, enriqueciéndolas con las modifkacioncs gramaticales por los ejércitos, para combatir o apresar indios rebeldes y esclavos fu-
,.,1'
la intluencia negra, palabras, modismos, ete.), como neo- gitivos. En ellos la identidad scrÍtt un problema angustiantc. Huían de
culturas (el candomblé cabodo de los sertoncs, la capoeira, l'ste modo de la violencia que pesaba sobre los pueblos nativos y')os
el bambuco, la StlnterÍa, etc.) y como formas relativamente cselavos, identificándose. ,con los blancos, como los mamelucos que
puras como ciertos candomblés gegés-nag9 (yoruba- asolaron las misiones jesuíticas en el Brasil, los mulatos frente a los
d.homeyano o ewe) y kelú de Bahía, donde el lenguaje negros en Haití o una amplia fracción de mestizos que sustentarían
ceremonial africano se mantiene pese a los siglos.36 las fuerzas del orden c.olonial cn e1 virreynato de México, Nueva
"
para aportar al enriquecimiento de las identidades l~ulturales acosa- biél1 a través de olros canales ---eJ testimonio, el ensayo, la biogra~
das~. . fía, la litcratura- como múltiples maneras de expresar:
A lo largo del siglo XVIII, pasadas alguna, generaciones desde U. c.apacidad del hombre, de la cultura del pueblo para
105 primeros (',ontactos, los mestizos crecen demográfic.amente y van bloquear, desviar, reelaborar oinvcrlir lo que recibe.; para
creando agregados sociales (',on perfiles más definidos, con un papel crear propue.stlls a partir de sus necesidades polílicas,
más dinámico en las' socie.dades latinoamericanas, aunque "sumergi- económicas, cultura les o meramente "humanas"; para leer
dos en la constante tormenta de sus tendencias contradictorias". A hechos y no palabras; para defcndc.rsu identidad aún en las
diferencia de los indígenas o los negros, que permanecen entre los condiciones más prccarias.,. Una ancestral reivindicaeión
estratos más bajos; y de los blancos, que integran las capas acomo- del hombre común frente a esas concepciones que, abierta
dadas, los mestizos comienzan a participar en diferentes dase.s socia- oso lapa da mente, desde el autoritarismo o desde la más fina
les de la estructura colonial, impregnando como un fenómeno nuevo cultura, lo tralaron como bárbaro. ignorante o idiota. Como
y multiforme su engarce entre los polos socioculturales que .1portaron manipulable ... 42
a su formación 40,
En ('.ste despliegue iU<lbordabJe de nl<luifcstaciones sociales y cul-
turales del mundo popular en América Latina -lenguas, vestimcntas, d. [.,os procesos político-culturales a partir de la emancipaci<'ín
comidas, memorias, arte.sanías, saberes, c.reencias, medicinas, rituales, Por último, Ja crisis del imperio español y IlIs luchas por la
fiestas, danz<ls, múska, rilos de jnicja~ión, héroes, hermandades- independenc.ia harán emerger estas fuerzas subterráneas que, en la
resaltan dcrtas <Ispiraeiones y valores l'Olllunes que establecen los nueva etap(J, adquieren formas dccididamcnh.~ políticas, C.Oll mayor
puntos mínimos de cohesión por encima de tnle,s diferencias. La grado de sistemtllización cn sus formulacioncs. Las 'arliculacione.s
recuperación de la dignidad y la autonomía, ,la dcfens<1 d(~ sus iden- ('.conómil',ls, polític.IS, soci.J!es y cultun1.les que sc pC<Kcsan desde
tidades, 1.1 rebt:1día frente a la opresión, )a solidaridad l'0I110 herra- entonces, van constituyendo las dos líneas más gravilantcs que han
mienta para afrontar situaciones crítkas, son deml'.ntos que otorgan de confronta r l~n los doscientos allOs siguicntes, como expresión de.
rasgos de similitud al heterogéneo sustrato popular latinoamericano, mundos que conviven l'ont1ictivamente en América Uitina; de socie-
Como toda cu1tura de resistencia de las clases sometidas, el peso dades dilo/es con graves dificultades de intc.gración cntre los poJos
proporciom,l de los códigos, formas de Ira nsmisión y articulaciones socionllturales originarios. El complejo dl'.sarrollo de una historia de
de sentido a través de la tradic:ión oral -relatos, historias, cuentos, antagonismos, permutas y yuxt •.•posiciones, no logró superar el abis~
I¡;:' poemas- es altamente significativo. La lengua oral es medio de mo l~ntre (~SOSsustratos que. 1l11ll'hasveces se enfrcntaron abicrtamen-
comunicación en las rclaciones sociales primarias, entre v(~cil1os, en te y otras permanecieron como raigmnbres cuyos contactos superficia-
las pe.qucüas transacciones comerdales, en fiestas y ceremonias tra- les, metamorfosis o lugares de aparente contluencia 110 pudieron di-
dic-ionale.s, ('.U aspectos de la vida poHtica local y, l'undamentaJmente, simular la distancia entre disímiles ve.rdades, enlre códigos perdura-
es un elemento de socialización y transmisión generacional de los bles, e,l1trc formas dl' perc.ibir cl mundo hondamenle difcrenciadas.1J,
principales valores y cosmovisioncs de lo popular41, Con la paulatina
incorporación de la escrilura y 1ft emergencia d(~ ';intclectua!cs orgií-
nkos" propios, estas l~oncepciolles comenz(lTán a manifestarse t.lm- _ Accvcdo Hcrn;índcz, A.: Los canlores populares chile/lOS, Sanliago de Chile,
EJitorial Nascimellto, 1933.
_ Americano do Brasil: C(lflciom:iro de trovlIS de Brasil Central, Sao ])"u\o, Editorial
.\9 Cervantes, Miguel de: Don Quijote de la Mancha. Daracelona, Editorial Druguera, Montciro, 1925.
- Stavcnhagcll, Adolfo: op. cit.
1979.
_ Flores Galindo, Alberto: op. cil. 4'2 Ford, Anibal: op. cit.
_ Ribeiro, Darcy: op. cit. - García Canclini. Néstor: .'La cultura visual después del arte cullo y popular" ell
dolor. De un lado una fuerza americana, territorial, que XIX; los movimientos de oposición a esos dominios entre finales de
da primacía y respeta el desarrollo interior. que prefiere siglo y 1" Primer" Guerra ,Mundial; las dictaduras militares de la
los modos mentales y sentimentales propios ... esencial- décadtl del treinla; Jos nacionalismos populares de los cuarenta y
mente constituyente, autonomista, federalista. De otro cincuenta; las dictaduras y los gobiernos dcsarrollistas de l~omienzos
lado una fuerza europeizante prime.ro y, en los últimos de los sesenta; el resurgimiento de los movimientos de masas al
tiempos, \'crs:.'ílil hacia distintos rumbos extraños, por- finalizar ese decenio; las dictaduras ncomonetaristas al promediar los
tuaria y metropolista, apegada a los vín~ulos ideológicos setenta; la reimplantación de las democracias y los modelos de ajuste
y económicos externos a quienes l:oncede primada ... Por Iwoliheral en los ochenta y los interrogantes que plantean Jos años
encima y por debajo de las denominaciones eventuales o noventa'¡7.
disimulantes que lOman esas fucrzas, todo el acontecer Las fragmentaciones impulsadas por los proyec-tos imperiales a
nacional se nutre de su dialéctica: '4
, partir de la emancipación. se consolidaron por medio de t~SOSgrupos
oligárquicos y clases acomodadas locales que ohtcníall prebendas de
Frente a las sucesivas influcncias de los centrós del poder mundial las aliflnzéls "bilakrales" con las mctrópoJis. en detrimento de la
que impregnan a los estratos dominantes, esas otras ideas ser;.in las posibiliditd de integrarse como un pitís-continente verditderamentc
bases de los proyectos autonomistas populares opuestos a las alterna- autónomo; al tiempo que tendííln a marginar a los sectores populares
tivas. de rearticulación oligárquico-imperial, que. signan la historia que poblaban sus mismos espacios territoriales. Artífices del interés
latinoamericana en los siglos XIX Y XX. Estas corrientes habrán dc permanente de Gran Bretaüa y los, Estados ,Unidos en mantener las
reproducirse hajo distintas propuestas políticas, como manifestaci6n divisiones entre países débiles, como Jo muestran sus respec.tivas
de un connicto originario no resuelLO que otorga a la historia, a b intervenciones desde las ]uchfls por la independencia hasta la guerra
cultura, a la política y a la conformación económica caracteres de de las Malvinas O la negociación de la deuda externa continenta 1.
dram:.ítica complejidad y profundos dcscncuentros. Donde en la
cstructuración entre clases dominantes y vastas capas sociales en
condiciones de subordinación, las diferenciaciones económicas están pensar la modernidad sin dejar de ser indios". en Dal'id)' Golialh, op. cii.
-Ribeiro, Darcy: "O povo Latino-americano", op. cir.
fuertt:mcnrc connotadas por las expresiones étnico-culturalesJ~; como
lh HernánJez Arrl,lgui. Juan Jase: up. cit.
17 Ribeiro. Darcy: op. ej¡.
4~ Del Mazo, Gabriel: El radicali,\"IIlO: /'1I.l"tIyo ,wbrc su hi.ftori'-l)' ,\'11t/oci,.il/II. BUCllllS
- Argumcdo. Aleira: Los laherimos de la crisis (América LatiJla: poder fralU"Jlaciollal
Aircs, Edicioncs Gurc, 1957.
y comunicaciones). Buenos Aires, l)unlosur/ILET, 1985.
4~ Calderón. Fernando: "Am¿riciI Latin41: Idenlidad y tir;mpos mixtos (J como lratar Jc
,
ALCIKA ARGUMEDO
Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMÉRICA LATINA
el proceso. histórico que diera origen a una c.orriente autónoma de 3. SUSTRATOS CUI/nJRALES y CONSENSOS
ideas de signo lladollal y popular. Modos de interpretación,
verlebraciones conceptuales, valores constitutivos, cosrnovisiones de- En la persistencia de esas estructuras profundas de significantes y
experiencias socio<,'ulturales, se encuentran las claves de la compleja
sarrolladas en infinidad de experiencias, conocimientos y prác,ticas
evolución de la política y las ideas en América Latina:
sociales,' en momentos de repliegue o 'confrontación. Con hilos de
continuidad que expresan la otra versión de.) relato; capaces de alcan- No Hamo ideas solamente a las expresiones sistemáticas de
zar mayores niveles de articulación tcórica y confrontar, también en
un pensamiento metódicamente ordenado sino también a
el plano del pensamiento sistematizado, con las grandes matrices
aquéllas que aúuno han alcanzado ulla formulación teórica
europeas que inl1uyeron en los proyectos orgánicos a los cuales se
rigurosa; y no sólo a las que emergen de una reflexión
enfrentó predominantemente en términos políticos.
teórica sino también a las que se van constit~yendo lenta'-
Desde esta óptica, los movimie.ntos populares no son, como a' mente como una .interpretación de la realidad y de sus
menudo se afirma, una mera manifcstac.ión dc fucrzas tradkionalistas posibles cambios. E"itas otras ideas, las no rigurosas, suelen
o anac,rónicas, de oposición a:' las transformaciones del mundo. Por el tener más influencia en la vida colectiva. En verdad, son
contrario, dan cuenta de ideas y voluntHde.s sociales acerca de cómo expresiones de ciertas formas de mentalidad y suponen una
han de estructurarse estas sociedades; de opciones frente a los mo- actitud frente a la realidad y un esquema de las fomlas que
delos de modcrnización salvaje impulsados en distintas coyunturas se quisiera que la rea lidad adoptara. Todo ello no suele ser
por los grupos de poder más conccntrados y las estratcgias engendrado en la mente de las elitt~s. Sucll~ ser el fruto de
hegemónicas del campo intcrna<.~iomll. No se trata entonces de una un movimiento espontáneo de vastos grupos sociales que se
disyuntiva entre cambios modernizalltes y statu quo, entre progreso y enfrentan con una situación dada y pie.nsan en ella como en
regresión, entre civilización y barbarie. E" el ,antagonismo de proyec- su constrictiva cir<.~unst(lI1c.ia,
sin perjuicio de que de las
tos Ilcocolonialcs concentradores y fuertcmente excluyentes, frcnlC a elites salga quien provea la forma rigurosa de la expresión
los proyectos de soberanía nacional y continental, de integrnc.ión conceptual y, aeaso, la divisa rotunda capaz dl~polarizar a
sodal, étnica y <..ultural, con consensos mayoritarios y una amplia las multitudes y enfrenlar amigos y enemigos.-'IO
participación, como procesos endógenos asentados en la trama histó-
rica de cada país. Dos formas disímiles de enfrentar la moderniza- El d<.~siguald<.$arrollo de estos sustratos socioculturales se manifiesta
ción: en uml parndoja reilerad" en la historia política del continente. Mientras
las corrientes originarias de Europa y los E"itados Unidos -el liberalis-
1..1 modernización pretendida poroccidente cs la moderni-
mo político, el libcnllismo económico, las vertientes positi-vistas, el
zaciónli~eraJ y capitalista que. intenta llevar a su término
marxismo ortodoxo o los nacionalismos arislocratizantes- tienden a
la absorción cultural, económica y política 'illscrita en el
mostrar un rel(1tivo predominio en los espacios culturales, educativos o
sentido último de la conquista. Dicha modernización es no
académicos oficiales, los movimientos políticos que se conformaron a
sólo la que nos instala en la dependencia ... sino que se
partir de ellas l~nfrclllaron fuertes dificultades para encarnar (:onsen'iOS
orienta a consumar la dependencia en la integración a
llmyoritarios p<.~rmancntes. Por el contrario, los hitos de maduración de
occidente. Frente a ella, Castro POl\Oadvierte otra posibi-
las vertientes nacional-populares gestaron amplias convocatorias, estruc-
lidad de modernización, cuya condición dt~ realización es
turas de movilizllción capaces de pcrmancecr en las memorias sociales
la reconquislfl de la autonomía político-estatal la eúal sin
como momentos indaudicabks 11 pt~sar de la represión, la proscripción
embargo sólo es posible por la reconquista de la aulonomía
o la derrota. Lo cual no implica dt$conoccr las experielldas de degra-
intelcdual, de la autonomía cultural y de las autonomías
dación que signaron el derrotero de r11gunas expresiones políticas popu-
psicológicas, político-sociales, económicas, elc. Esa posi-
lares, las nisis dc. rcpn~sentatjvidHd, el desgaste de ciertos liderazgos,la
bilidad de modernización solo puede arraigarse e.nuna base
desvirluación de los mandatos o la pé.rdida de su capacidad militante,
material, orgallizativa y cultural original, viva, vital...49
como consecuencia de los múltiples factores que actúan en los procesos
políticos latinoamericanos.
~IlRomero, José Luis: Lalinoamérica: situacioncs e idcología:;, Buenos Aires, Ediciones
.9 Fr<lIlCO, Carlos: op. ciJ. del Cilndil, 1967 (Sub"yado A.A.)
AI.:aRA ARGUMEDO Los SILENCIOS y LAS VOClli BN AMÉRICA LATINA
Una perspect.iva de doscientos años de historia política en América Durante las primeras ctapas de la independencia, las vertientes
Latina permite establecer que, como tendencia general, las vertientes del liberales adoptadas por las clases privilegiadas crioJlas -llluchas veces
pensamiento europeo o norteamericano sólo Jograron penetrar en delga- en cOIlt1k~lo con las corrieutcs populares innuenc.iadils por Rousscau-
das capas dominantes, en algunos sectores dc clases medias, en elites se bilsaron en grupos ilustrados partidarios de gobiernos resLrictivos,
intelec.tuales o en gmpos minoritarios que alcanzaron distintos grados de excluyentes de las nu,sas que habían constituido el grueso de los
estructuración política o institucional, con escasa capacidad de convoca- ejércitos liberladores. La definición del ciudadano se. restringía a los
toria persistente entre los estratos populares, aun cuando en ciertas sc<,'lores acomodados, hijos de 10s colonizadores cspaílOles o portu-
coyullhlras hayan despertado expectativas en ellos. Diversos y contradic- gueses, decididos a manten(~r el orden cstamc.ntal de la colonia con
torios féletores han inlluido en su incapacidad para introducirse en las el sólo reemplazo de las elites dirigentes, en una indepcndeneia des-
capas mayoritarias latinoamericanas, dando lugar a un fenómeno que tinada a favorecer sus intueses, aventando los obstáculos que impo-
recibiera diferentes explicaciones sin que eUo cuestione eJ reconoci- nían los imperios en deca~cneia. Siguiendo las influencias de IéIS
miento de su existencia: monarquías parlamentarias europeas o de la república (~n los E'Hados
Unidos, estos estratos enriquecen las concepciones oligárquko-scito-
El esquema de las corrientes ideológicas en Europa Occiden- rial(~s con los aportes del libr(",<.~ambioy la rcprcscntatividad política
tal no pucde servirnus de modelo porque el desarrollo de las
calificada. Sus modelos sociales concebían un im:.rcú,cnto de 1(1(".011-
corrientes ideológicas tiene aUí una profunda cohercncia con
<.~cnlraci6n de la tierra y los n~cursos naturales en sus manos y un(l
el desarrolJo cc.onómico, social, político y cultural. Esta
apertura de las economías al comt.~rcio mundial, qut.~iba él arrasar con
situación no se da en Latinoaméri~a ... un análisis de sus
las manufaeturas locaks ante las pujantes industrias inglesas alimen-
contenidos en L,tinoamérica no ayudaría murho a ~ntender
tadas por las kcnologías de la Revolución Industrial. Las mentalida-
los problemas latinoamerici:lJlos, porque a su :vez se han des y los inl<.~resl~slargamente trabajados de esta "gt.~nte de razón" los
desarrollado otras corrientes de opinión mucho mcnos preci- llevaría a una dura confronlación con las c.xpresioncs populares que
sas y sistemá ticas ... aunque de a rraigo mucho más profundo ...
pretendían imponer sus pcrspcctiv,ls igualitarias y autónomas53• Entrc
Con esto se llega a lo que para lUí constituye cl nudo del
otros. hacia 1830, refiriéndose. a las fuerzas unitarias, el caudiBo
problema. En los países de desarrollo social y cultural autó-
santafecino E.,>tanislao Lópcz scñil1.lba:
nomo las idcas constituyen un haz coherente con ese desarro-
llo; pero en Latinoamérica 001110en e.Jmundo árabe y en los Ellos y su facción se han arrogado exdusiv;uuellle la
países recién emancipados de Asia y África, las ideologías se 'calidad de hombres dc(:entcs e ilustrados y h;ln prochlmaoo
. "'i; mueven de distinta manera ... 51 en su rabioso despecho que "sus rivales", es decir, la
ma yoría de los ciud,lda nos élrgenlinos, son hordas de s<llva-
Así, el contraste enlre las cotrientes del mundo. metropolitano ---con jl~Sy una chuslUil, ulIa canalla vil y despreciabk ... que miÍs
alto grado de sistematización conceptual y escasa capacidad de penetra- vale sepultar a la R('.públinl en sus fuinas que permitir
ción social- frente él concepciones con menores niveles de prevalezcan los fcdl~Tales. Esa (',husma, (',SOS gaU<.~hosque
fUlldamelltadón y desarrollo teórico pero con profundo arraigo entre las no doblarán la rodilla delante de dios, son nuestros padres,
masas, da cuenta de la necesidad de introducir nue.vas variables en el hermanos, parientes, amigos y <.~ondudéldal1os.5'1
análisis de los procesos políticos e ideológicos del continente. Hace
estllllar las falaces polarizaciones entre racionalidad e irracionalidad,
conciencia enajenada y elites iluminadas y otras fonllas de descalifica- 32 Hern¡indc7. Arrcgui, Juan José: Naciollalismo y liberachíll. Buellos Aires. Ediciones
ción del pensanúcnto popular. Para d<.~sen(raf13rla lógica del procesa- Hachea, 1969.
miento de estas otras ideas es preciso entonces eliminar el prejuicio -I-Iermíndcz Arregui, JUílll José: La formación de fa conciencia fIllciOlWf, Buenos Aires,
Editorial Plu~ Ultra, 1973.
eurocéntrico sustentado en una articulación sistcmática de categorías de
ilJlálisis, fundamentaciones filosóficas y epistemológicas que H Gll rcia Delgado, Daniel: Raíces cl/c:slioltadas: la tradición popular y 1(1democracia,
Buellos Aires, Cenlro Editorde América LItina. BibJ ¡olee,l Política Argcntiníl NU245-
sistcmáticalnente también, habrían de despreciar las versioncs de las 246,1988.
mayorías sociales latinoamericanas5:\. - Rosa. José Muía: op. cit.
~~Cil<ldo por Rivcr;l. Jorge: El generlll.l//(/II Facundo Quiroga, Buenos Aires. CUlldernos
Romero. José Luis: op. cit.
.~I de Crisis NQ8. 1974.
ALCIRA ARGUMEDO
Los SILENCIOS y lAS VOCES EN AMÉRICA I~11NA
Hac.ia fines del siglo XIX, las inlluencias positivistas fundamen- gama de la cuadrÍGula positivista destinada a diagramar un
taron "cicntíficamcnte" nuevas formas de dcspotismos ilustrados modelo de país donde las instituciones trazarán el límite en
neocoloniales, ~l~onscjcntes de la necesidad de reforzar sus espacios de cuyo intcrior se asimilarían los scctores integrables a la
poder económico, político y militar frentc a la expericncia de varias modernidad, en tanto q1Je la variable coercitiva operaría
décadas de antagonismo con Jos proyectos populares. Estas bases también instituc.iona lizadamenle expulsando de él las frac-
ideológicas orientarían los gobiernos dictatoriales de Guzmán BJanco ciones pre o extr(lcapitalistas renuentes a incorporarse a la
en Venezuela, Por11rio Díaz en México, Rafael Nuñez en Colombia, estructura nacional... L111lirada dc los cpígonos nativos de.
Lorenzo Latrorre en Umguay, las democracias oligárquicas en Chile, Spencn qUl~d1lráno pocas veces fascinada por los faclores
Argentina o Perú y las polítit'as del Brasil republieano5s• Las resis- raciales que. presuntamente explicarían el retraso o las
tencias opucstas a los proyectos oligárquicos llevarían a la adopción frustraciones modernizantes especialmente en aqut'.llos
sin repaTOs de un pensamiento legitimador de la superioridad genética país~s que --como México, Bolivia o Pe.rú- conserva ban
de esas cliks. Por entonces, nuevos centros impcriales habí;11l actua- un denso y supérstilc.'. fondo indígcllíl.s7
lizado en Europa la fundamentación de la supremaC-Ía blanca. No
ohstante sus eventuales eontmdicciones, esa superioridad illdist'utida Complcnwlltariament'e, las fl'.beldías populares ihan a sc.',rinterpre-
de la raza, la cultura y la civilización europeas, unidas a la férrea tadas como manifestaciones regresivas de oposición al progreso, como
decisión de legitimar la empresa impcrial, en tanto "deber" de exten- fuerzas irracionales incapaces de compfl~lldcr los nuevos caminos
der a toda la humanidad ];1 evolución alcanzada por hls regiones dcl emprendidos por los c.'entros civilizados, como afirmación de esa
norte occidcntal, justificarían las guerras de conquista, las políticas inferioridad genética e irreversible. No l~ntraban cn la c,ollsidcr¡¡ción
represivas y las masacres de. población. La t'.onrepción tcológic.a arerca de estas elites 1.15 duras condiciones de vid;1 (lue el Huevo orden
de.1 alma de Jos negros se refonnu}a bajo formas laicas apoyadas por c.collómico volvía a imponer a las c1itsl~5 somelidas, los efectos de
la ciencia, con alcant'e. a toda población de color; y esa convic.ción desarticulación cultural, el hostigami(~nto y ruptura de los lazos
modernizada de. la inferioridad innata de vastas capas soc.ialcs incluyc societales, el se.nlido de dignidad y juslicia lalenle en csas mayorías
su incapacidad para gestar un pensamiento que no sea bárbaro o sociíllcs. Se niega toda legitimidad 11I<ls alternativas opuestas a esas
bastardo. Con estas idcas, las dases cultas e.uropcizantcs en América formas de modernización, dirigidas a inne.mentar el podn de los
Latina van a plantear la neccsidad del genocidio, de. I~s soluciones est.lt.l.\Cnlos privilegiados y los Ct~J1trosimpcrja les, condenando a las
finales, de la expurgación de estas t.ierras, del cambio de las sangres frat'ciones populares (l solvent.lr los c\lílnliosos costos que tal lIloder-
nativas por rtlzas trabajadoras c inteligcntes de origen blallc056: nizHe-ión supucstamente requería56•
El contraste entrc estas posidones y las verticntes de signo popu-'
La incorporación más plena al mcrt~ado mUlldia I y las tareas lar, se reproduce en los más diversos pitíscs y en diferenles períodos.
de homogcnci:lllr las estructuras socÍiJles. para tornar y si es posihle l'OmpaTilr en términos de vidas paralelas a pensadores
gobernables a países provenicntes del período de Jatinoamcricanos y curopeos cn distintas t~oyunturíls de la historia, el
enfrenta mientos civiles posindependistas coincidieron con ejerddo es tílmhién válido para los expollentes de CSilS dos grandes
una etapa de centralización cstatal y con la penetración y fuerzas que rct~orrcn la vida poHtica latü104IIUl'.ricana. Las línefls de
difusión de la filosofía positivista ... Existe. así toda una continuidad entre un Estanislao López en la Argcntina de 1830 y un
José Martí en Cuba mcdio siglo más tardc, permiten confrontar cse
bagaje de ideas con las l~sbozadas, ('.ulfe otros, po.r Domingo Fauslino
,~Halpcrin DOllghi, Tulio: Historia contemporánea deAmériclILalill(z, Madrid, Alianza, Sarmiento. En uml carla .JI encargado de negocios de Su Majestad
1969. Británica, a quien solicitaba ayuda panl derrocar fI Juan Millluel de
_ Tcrán, Osear: Posiril'l'smo y Ilació" c.!1l la Argentina, Buenos Aires. I'untosur, 1987. Rosas, deda:
-Romero. José Luis: op. cil,
- Biagini, Hugo: op. ál.
'6 RÚS<l.José Marí<l; op. ál. ~1 Tcrán, Osear: of'. cit,
- H<llperin Donghi, Tulio: op. ciJ.
-Halpcrin Donghi. Tulio: El e.\pejodl! {ahi.\.lorill:problemas argentinos yper:>pectil'll,\' Romero. José Luis: El desarrollo de las ideas en la sociedad argentina del siglo XX,
.\8
latinoamerica/las. Buenos Aires. Sudameric<lna, 1987. México. Fondo de Cultura Económic.1. Colección Tierra Firme, 1965.
- Ter;ln, Osear: op. cil. -Romero. JOSt~Luis: op. cit.
ALCIRA ARGUMEDO
Los SILENCIOS y 1.AS VOCffi EN AM~RICA LATINA
Rosa. José María: op. ci/. 6~ Bialel Massé, JUfln: Informe sobre el estado de las clases obreras en el interior de la
/:10 1: RepLíh!ica, Buenos Aires, Imprenta y casa cdilora de Adolfo Gra!l. 1904.
/:11 Halperin DOllghi, Tulio: El espejo ... op. cit.
6~ Bjalel Milssé, Juan: op. cit.
ALCJKA ARGUMED()
Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMERICA LATINA
-' dir cn más de una oportunidad a una parte importante dc los grupos
alguien que lodo fue chino y después marxista; que en esa larga
ante
man.:ha supo compenetrarse con las trudicioncs, las identidades y los nmrxislils con los libcralism.os oligárquicos en las interpretaciones de
la historia, de los movimienlos políticos y de las concepciones del
patrimonios culturales de su pueblo -en especial del campesinado-
y sintetizarlos, refundirlos, enriquecerlos con las herramientas que le mundo popular:
aportaha el marxismo. No sólo el pensamiento libera l cuestiona la vaJidez de las
En el continente latinoamcri<.:ano, los principales teóricos y polí- t'.uJtUnlSindígenas; también lo hacen ciertas corrientes del
ticos marxistas se ligaron predominantemente con los espacios urha- "1
pensamiento marxista ... En medida en que la cultura es
nos, "modernos", de estas sociedades duales; y en la húsqueda del expresión de las condir.iones soda les de producdón, 10 quc
proletariado que debía estar en las ciudades, mantuvieron un sentido sc puede llama rcultura indígena en México es expresión de
i1umillista -positivista en última instancia- que los llevaría a des- los ve,sligios de modos de producción pre-c.apilaJistas.
preciar las raigamhres culturales y las tradiciones rebeldes de las Conforme se gencmlizan las relaciones c(lpitalistas de
clases populares, que componían una proporción decisiva de la pobla- producción y desaparecen las fornuls de produ<.'ción antc-
ción cn los distintos países. En esta perspectiva, Juan B. Justo fue en riores, tílmbjén desaparecerán irremediablcmente. las di~
la Argentina el claro exponente de un pensamiento político socialista versas nUlllircs(al~ione.sculturales asociadas a éstas. E~te e.s
que sc insertaba en las úreas urbanas del litoral, de esa pampa de la un prol'eso histórico irreversible y adcmás deseable. Pre-
cual fueran desalojados los pobladores nalivos y sus desccndientes tender la preservación dc las culturas indígenases anacrónico
mestizos luego de Jos genocidios de 1860 y 1880. Y si bien una de yen el fondo rea{'cionario ... Plantear la cuestión (',ultural es
sus propuestas esenciales fue la necesidad de nacionalizar a los obre- frenar el desarrollo dc la lucha dc clases y la revolución
ros extranjeros que llegaban al puerto de Buenos Aires con el obje- social. Con base a estos argumcntos y otros similares, la
tivo de parlicipar en la acción política a través del voto universal y izquierda en México se ha manifestado en favor de una
secreto, tal nacionalización no planlearía nunca un reconocimicnto de acelerada proktarización de los grupos indígcnas y de
las idenlidades populares, que hacia esa épuca se sentían expresadas hecho coincide c-on el pensamiento liberal en cuanto a que
J',
-por Leandro A1em e Bip61ito Yrigoyen, •.1 quienes "dcspreciaha por la des(lparkión de las culturas inoígl~nas es a la vez inevi-
sus formas pleheyas de aceptaci<3n ele [a inot'ganicidad de las m¡j- tablc desde el punto oc...vista histórico y descable desde. el
sas"(,(,.
punto de vista político.~1
Ya bien entrado el siglo XX, el crecimienlo de [as ciudades como
cOllsecuencia de las migraciones internas que se produce a lo largo de Por dio, en el extremo opueslo, el valor de un José Carlos Mari¡'jtegui
América Latina, incorporó en la cullura urhana nuevos elementos de fue señalar las claves e.scondidas en J(lS raíces culturales y en el. pro-
mixluración provenientes de las tradiciones rurales' que, a su vez, se blema del indio, como bases ineludibles .desde las cuales promover el
conjugan con la implanlad6n masiva de los medios de cOlllunica- soch,lismo611• Para Mariátcgui el marxismo era el mito moderno y plan-
ción, dando lugar a procesos de fuene interpenClración sodal y cul- teaba una revolución conccbida como un acto colectivo, romo creíldón
tural. Con una visión "censal", economicisla, de las clases sociales, de las masas, como traducción dc sus impulsos y pasiones; en un
que ignoraba su carácter de sujclOi; hislóricos, las concepciones mar- dcrrotero conslruido desde ahajo ha~ia arriba, a partir de las comunida-
xistas mús significativas buscaron imponcr Ulla ideología homogénea, des y Jos pueblos. Por lo tanto, era imprescindible quc el marxismo se
en lanto se consideraban poseedoras dc una ciencia capaz de prcri+ Cxpres(Jfa r.n qucchml, amalgamándose con el mito andino69• L-, conver-
gura!' la vcrdadera conciencia rcvolucionaria que debían alcanzar t,:;sas ge.ncia c...ntre las idcntidades ü1dígena~ y la cultura de );;ISamplias frac-
clases. La dislancia enlre sus propias verdades y el sentido cOllllín
que impregnaba a los estratos populares, confirmaba sus tesis de
(07 Stavcllhagcll. Adolfo; op. ci/.
lIna conciencia sodal enajenada. Esta incomprensión haría coinci-
63 MarilÍtegui. José Ctlflos: Sit:te ellsl/)'osdc illterpretación de la rcalidad peru(lna, Lima,
Biblioteca Amaula, 1967.
- Flores Galindo, Alberto: 0p. cit.
,~, Arico, José: "Debemos I'cinsenar América Latina. pero ... ¡,JesJe qué COJll,;CpIOS
- Franco, Carlos: op. cil.
'pcnsar' América?" en J)(II'id y Coli{lf", Año XVI. N"49, Buenos Airc.s. CLACSO.
1>'1 M.lriátegui, José Cmlos: La polémica del indigenismo, Limn, Mosca Azul, 1976.
julio de 19B6.
- Biagini. Hugo: 0fJ. ci/. Citado por Flores Galindo, Albcrlo~ op. cir.
ALCIRA ARGUMEOO Los SU.ENelos y LAS VOCES EN AMÉRICA LATINA
dones dc mestizos;" debía incorporar IR potcneiilJidad dc las ideas que Por otra parte, el nacionalismo integrista comienza a cobrar pre-
brindaba .~Imarxismo para IR construcción dc unlt nueva sociedad pe- sencia alrededor de 1930 con decisivas influeneias del fascismo ita-
fUltlUL Capaz dc sintetizar el .pasado y el presente, ]a tradkión y la liano y el ideario de León Daudet y Charles Maurras, a los cuales
mode.rnidad, el nacionalismo y el socialismo, donde los patrimonios se adosaba un espec.tro de pensadores que incluían a Aristóteles,
culturales que tenían sus fuenlc.s en las comunidades campesinas serían Santo Tomás de Aquino, Joseph de Maistre, Juan Donoso Cortés,
el fundamento del (,.'8mino IUlcional hacia el sOCÜtJiSIlIO.Pero esto reque- Jacques Maritain, Ramiro de Maeztu, Oswald Spcnglcr o Giovanni
ría una reformulación crític.(t de la teoría 'originaria, un proceso de. Papini. En las distintas vertientes que este nacionalismo expresara
metabolismo conceptual que la transformase en un elemento de la cul- c.on mayor O menor vigor en Améric.a Latina, se evidencia l~omo un
lura endógena y el pensamiento naciomll contemporáneo'o. Es lo que rasgo común su orientación claramente autoritaria, opuesta al voto
Artigrts y Bolívar hideran con las ideas de Rousseau; o la 1l1od;llidad popular y a los gobiernos basados en la partkipadón de las mayo-
con la que Martí iIH..'orporó lo más avanzado del pensamiento universal rías. Convencidos de la superioridad de. las elites, plantean la nec.e-
de su tiempo. Actitudes que se distancian sigllifit'ativamente de las sidad de garantizar por cualquier medio el gobierno de aristocracias
formas predominantes en que fueran introducidos en América Lfltilla Jos naturale.s y e.vitar las demagogias frente al pueblo que sólo posee "un
oporles de Corlos Morx y Federico Ellgels. pensamiento difuso"72.
A su vez, el 1Hlcionalismo aristol'ratizantl~ tuvo dos manifestacio- De esta forma, t<lmbién el nacionalismo aristocratizante descalifica
nes principales en el continente y en especial en la Argenlina. Por <1las clases subalternas, pretendiendo imponerles una subordinación
una parte, hacia Jos inicios de este siglo, las vertientes del frenle a otro tipo de "elegidos", El escaso arraigo a1canz<ldo por esta
regionalismo oligárquico cOlllenzttríall a l~sboz(lfse como una expre- visión en América Latina, tiene como contraeara su importante par-
sión rcacc.ion;triH frente (t 1;18 forrkntcs migratorias que llegllbiin ticipación en las dictaduras militare.s que se sucedieron a )0 largo de
maSiValll(~llte (11puerto de Buenos Aircs y en muc..choscusos inlentaron este siglo; donde las convicciones antiliberales se restringcn al campo
buscar en los trabajadores del campo a los que POt~Oantes habían de la gobernobilidod político -a los ideos de representatividad del
derrolado -en las montoneras federales, en e.1 Paraguay, en los liberalismo j\lrídico~político- pero han logrado convivir cómodamen-
desil'.rlos del sur-, un alitldo frcnte a los nuevos trabajadores luba- te con las expresiones del liberalismo económico que acompañaron
nos y a Jos colonos rurales extranjeros: los lineamientos de 1ft economía en una parte significativa de esos
regÍmcnes.
El1la regresión aristoc.rátiea Hute el presente, en d rechazo
del "cosmopolilismo",la "potencia igmtladora".lo "monó- A<;í, en sus principales mftllifestaciol1c.s, las ideologías del Occi~
n
tono O vulga r se comienza a ;1 rticula r tambié.n el naciona-
,
dente central que arribaron a nuestras costas han tendido a enfatizar
lismo de la Ley dt~ Residencia, la fl~presión social y la U1\(I visión elitista de la política y la cultura, que mcnosprecia los
revisión de la políticfl inmigratoria. Un nacionalismo que patrimonios largamente defendidos por las mayorías latinoaUlcricanas.
está también t~n 1<1base del ruralismo oligárquico y sus y a pesar de los antagonismos entre las fuerzas políticas identifica-
derivados. La apologí<t dcJ agro, la vuelta al campo, se das con uila u otra de esas 'corrientes ideológicas, desde la perspec-
nigirá como reacción frente a la l'iudad, al proletariado tiva popuhlr es posihle percibir en eHas una coincidencia que afirma
urbano, a las'masas migratorifls ;Indadas c.n Buenos Air('.s, la superioridad del pensamiento occidental y la concomitante desca-
ti las primeras luch(ls sindic(lic.s y tillubién, (J pesar de.la lificación de las tradiciones articu]a'das alrededor de esas otras ideas.
crisis, como conlirmación dl~ la Argt~nti1H1dependiente y Ut Iloción primigenilt de que América era un "vacío cultural" o que
agrocxporttldonl, base dd poder oligárquico." hls fulturas pag;l1las debían ser exterminadas para impostar en estos
¡ territorios hl Ve.rdad73, pennaned6 como una l~onstante en las con-
f. cepciones o('cidentales y en sus epígonos de la Amé.rica Latina ciu-
En el mejor de los casos, las confrontaciones registradas a lo Las corrientes ideológicas incorporadas acrÍtic.amentc en Améric~
largo de la liistoria tendieron a interpretarse como una oposición Latina pretendieron de esta forma generar una ruptura con las tradi-
entrc, '~razón" y "sentimiento"; entre intuición y ciencia; entre elites ciones populares, corno modo de .construir consensos para proyectos
ilustradas y masas populares; cntre "intelectuales y pueblo-nación"74. políticos y modelos soc.ialcs que pretendían instaurarse "contra su
Formas sin duda benévolas si se las compara con la drástica división pasado"76. Por el contrario, Jos líderes, ensayistas o intelectuales que
sarmientina entre civilización y barbarie; pero que, en conjunto, ig- calaron hondamente en el registro político-cultural latinoamericano,
noran que también en esas tradiciones populares existieron intelectua- fueron vudaderos intérpretes; capaces de sintetizar, con mayor o
les de peso, consistentes elites ilustradas. Nadie puede afirmar que menos envergadura, los deseos. identidades y reivindicaciones; los
Bernardino Rivadavia o Carlos María de Alvear fueran más cultos line<llnie.utos a menudo complejos y contradictorios contenidos en el
que José de Artigas o Simón Bolívar; Domingo Sarmiento y Bartolomé modo de percibir el mundo de las mayorías. Al margen del refina-
Mitre eran ilustrados, pero no más que José MarH. Ju.lio Roca no miento teórico alcanzado por cada uno de ellos, gestaron consignas.
exhihÍa una formación intelectual superior a las de Aristóbulo del y hena mientas de interpretación de los procesos históric.os y políticos
Valle o Lcandro Alem; ni tampoco Juan B. Justo en reladón a a p(lftir de códigos básicos de justicia, autonomía y dignidad, que
Gabriel del Mazo, Moisés Lebensohn o Manuel Ugarle. Lcopoldo sería n volcados hacia los protagonistas originarios como modo de
Lugolles no superaba a Raúl Scalabrini Ortiz o a Arturo Jauretchc. enriquecimiento y (¡vanee de sus conccpeiones comunes. De allí la
Un ejercicio de comparación que puede extenderse él la mayor parte decisiva integración que se establece {'.utre. esas memorias yesos
de las naciones del continente y acercarlo hasta nuestra actualidad. líderes, cnlre esas (.~apas sociales yesos intcle.duales org~nkos que
El contraste entre un Sarmiento y u.n Martí indica que la clave han ido procesando d pensamiento naciollal-popular latinoamericano.
del distanciamiento se encuentra en el dualismo cultural fundante, en En. una actitud crítica frente a los esquemas c.onceptuales
la existencia de dos racionalidades encontrad.as; en el corte abismal ofiej<tlízados, bust'aron el diálogo con los oprimidos afrontando el
entre disímiles puntos de partida: por una parte, aquéllos que reivin- reto de crear sus propios instrumentos teóricos, de romper COIl los
dican los patrimonios históricos populares y, desde allí --desde ese cánone.s establecidos, de negar la supuesta (Iutoridad de los
"trollco latinoamericano"- se plantean las actualizaciones, la recupe- iluminismos desprec:iativqs de lo popular. Dec,ididos él quehrar las
ración crítica de las más ric,as ideas del pensamiento universal. Por máscaras de <;horrctcr:ts y togas que dC,llullciaba Martí, a buscor la
otra, quienes avalan sistemas de pensamiento que, .con las adaptacio- virginidad mental que. pe.día Raúl Scalabrini Ortiz porque:
nes del caso, las eJiles ilustradas deben insertar "desde afucrt)" a las"
Todo lo que nos rodea es falso e irreal. Es falsa lo historia
mayorías para sacarlas de las tinieblas, la barbarie o la irracionali-
dad. Es posible interrogarse entoucr.s hasta dónde estas diversas co- que nos cnseilaron. Falsas las creencias económicHs que
rrientes manifiestan con mayor o menor erud~za aquello que el nos imbuyeron. Falsas las perspectivas mundiales que nos
positivismo d(.~ finC'.s del siglo pasado llevó hasla sus límites: presentan y ]¡tS disyuntivas políticas que nos ofrecen.
Irreales las libe.rtades que los le.xtos aseguran ... Volve.r it la
En la visión positivista del conservadorismo, las mayorías realidad es el imperativo inexcusable. Para ello es preciso
fueron vistas como rebaflOs carentes de conciencia o de exigirse una virginidad mental a toda costa y una resolución
77
ideología orgánicas, que podían caer fácilmente en la inqul'.brant"bIr. de querersab~rcxactamente eómo som05.
intolerancia o el auto'ritarismo ... Esta des(.'alificac.ión fue
avalada por uni) apoyatura ckntífica, la raza, la religión, el I Romper el encarcelamiento de los sistemas de ideas y las ('.orrien-
clima, servían para diagnosticar la falta de capacidad pard tl'.S idcológi(~as predominantes, era eJ modo de expresar nuevas opc.io-
el autogobierno ... 75 ,1 nes soc.jales y culturales, de cuestionar los patrones de. dominio.
oligárquico imperial que pretendían imponerse. Significaba reconocer
;1 la legitimidad de esas fuerzas resistentes, c.uyas exprcslones intelec~
- Todorov, Tzvetan: 0p. cit.
Romero, José Luis: Lati,roamérica ... , op. cit.
"
"T~
- Arico, José: La cola del diahlo: itillerario de Gramsci en América Latina, Buenos jJ 76 Hnlperin Donghi, Tlllio: El espejo ... op. cit.
Aires. Puutosur. J 988.
'~García Delgado. Daniel: op. cit. r
,!'
71 Scalabr;ni Orliz. Raúl: Política británica en el Río de la 1'laJa: págillas de la historia
ICllebrosa de ll1l pa:wdo polílÍco. Buenos Aires. l.kehos e IdeHs. 1950.
,
l'
1",
ALCIRA ARGUMEDO Los SILENCIOS y LAS VOCPS EN AMERICA LATINA
tuales más jerarquizadas habían sido sutilmente distorsionadas o metropolitRno. Porque, c.omo afirmara Simón Rodríguez. "la masafía
crudamente silenciadas. Se trataba de elegir un camino que debía consiste en conocerse, no en contrahacerse". En este sentido. Martí
interpretar y escuchar antes que imponer o negar, buscar las otras es un ejemplo paradigmático ya que. al tiempo que c.onvoca a la
razones contenidas en los saberes de las clases populares. haciendo creatividad para enriquecer .1as identidades de América Latina, para
estallar esa mezcla de soberbia y subordinación típica de las capas enc.ontrar puntos unitarios desde las diferencias étnicas o sociales y
intelectuales oficiales en nuestro continente: vertebrarlas en tina sola voluntad de autonomía y justicia, conoce las
ideas contemporáneas y reivindica en París Jas invenciones de Tbomas
Durante siglos el mensaje redentor e ilurninista de ]a Edison. mientras eSl~andaliza a Mitre y Sarmiento con sus análisis
arrogante Europa señaló el paso e indicó el camino a sobre el capitalismo norteame.ricano79•
seguir. De lo que se trataba era de integrar a las díscolas
También es dara la influencia de Rousseau en Artigas, que incor-
periferias -Latinoamérica o Asia o África- dentro del
pora esos conceptos para sistematizar aspira(,..~iones y expcrie,ncias
magnético círculo irradiado desde el centro de la raz6n
populares. como las formas de dcmocrac.ia directa. Pero ello no
universal. Cual obedientes discípulos. nuestros pensado-
impliert que su arraigo en las masas fue,ra producto de 'una pedagó-
res y dirigentes siguieron mansamente por generaciones
gica explicación de la teoría. Las tradiciones guaraníticas, c.~harrúrts y
el mandato según el cual cuando lo real no coincidiera
gauchas arrastraban modos de partidpación por consenso en las gran-
con lo racional, tanto peor había de ser para lo real.78
I¡ des dec.isiones comunitarias, en la elección de los liderazgos y jefa.
turas, en- el tratamiento de. la "propiedad" de la tierra, en los esque-
"
4. ¿MATRICES DE PENSAMIENTO o ECLECTICISMOS IDIWLÓGICOS? mas solidarios y colectivos de producción y distribución económicos,
que. dieron sustento al ideario de Artigas. Estas tradiciones se enri-
El dilatado proceso de maduración ,de las ideas nacionales y quce-ieron sin duda al contrastarlas con los aportes dc Rousseau, que
populares no ha hecho emerger concepciones' autárquicas, cerradas por cntonce.s encarnaba las ideas democráticas más progresivas del
sobre sí mismas y alimentadas sólo con sus propios recursos. A mundo europeo. No obstante, sería ilógico afirmar que, como e-1
partir de una vertebración fundante de valores y lineamientos que burgués gentilhombre de Moliere, las bascs sociales artiguistas eran
:I impregnan sus significados más consistentes,. se incorporan ideas, rousseauneanas "sin saberlo".
1;
: temas, experiencias y conceptos provenientes de distintas vertientes De la misma manera, es posible rcJevar la innuencia de Krause
l' ideológicas con las cuales se encuentran en relaciones de diálogo, . en Yrigoyen o de Clausewilz en Pcrón. Pcro son los patrimonios
(1 debate o ~onfrontación. De ellas se extraen aportes que son matiM socioculturales quc provenían del fe.deralismo' -y no Krause o
,r t,: zados, metamorfoseados, decantados y absorbidos críticamente en
, f', " Clausewitz- los que otorgan los hilos de continuidad histórica cntre
el interior de las redes de sentido de la propia matriz. I el yrigoycnismo y e.l peronismo en la Argcntina. En esos patrimonios
I
Simón Bolívar y José Martí incorporaron ideas de las propuestas se as'ie.nt.a la sistematización conceptual que los. sectores radicales
libertarias de Rousseau o Montesquieu. Pero esas influencias serían
reformuladas en el marco de la lucha por' la soberanía continental y I intransigentes e)ahoraran cn el transcurso de. la década de los treinta:
la recuperación de las propuestas fcderale.s, el sefla lamiento de las
las reivindicaciones sociales ante situaciones límite de sometimiento, dos grandes corrientes históricas en el país -la europeísta y la ame-
como es el caso de los esclavos negros o las etnias indígenas y ricana-, las banderas de justicia "Social y de sobcnmí(l económica y
mestizas. Parten de una conciencia de la originalidad de América I política nacional, la denuncia de los' mecanismos neocoloniales, la
Latina, de la necesidad de construir bases propias para el conocimien- I promoción de la unidad latinoamericana. Sobre. estas hases, Perón
to y la transformación de sociedades heterogéneas, fuertemente gol-
peadas 'por una larga historia de expoliación. Y sin caer en un des-
i adosó más tarde los aporte.s de )a teoría militar en la que se había
I formado, illduyendo el len,a del poder y de la organización popular.
lumbramiento acrítico o pueril, 'pueden tomar' como interlocutores a 1'1
las 'versiones de'.su época' para ,contrastarlas con estas realidades. con. ,,1
problemáticas y desafíos que difieren marcadamente del mundo I Marln. Jaime: "Martí: un corazón mirando 111 sur" en Página 12, Buenos Aires, 2 de
7<1
II julio de 1989.
_ Morse. Richard: El espejo de Pró ..•
pero: un estudio de la dialéctica del NI/cvo MUlldo,
78 Piscitelli, Alejandro: op. cit. México, Siglo XXI. 1982.
.,.
1" :"'.
"
ALCIRA ARGUMEDO Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMERICA J..ATIN.~
La contradicción entre el pueblo y la oligarquía aliada con los pro- pensamiento latilloameric-ano. Por ello es posible cstabIc.ccr coinci-
yectos imperiales, reproducía bajo nuevos términos el histórico anta- dencias fundamentales acerca de la llel'esidad de encontrar c,aminos
gonismo entre la Causa y el Régimen formulado por Yrigoycn y el autónomos de inte.rpretación de los procesos históricos y soc.ialr.s, dt~
coucepto de pueblo adquiría un significado que inequívocamente recuperar una visión propia dcJ mundo para dar respuestas a eondi-
señalaba ti tus mayorías sociales y en especial a los trabajadores. La ciones esenciHlme.nlc semejantes, en pensadore.5 y líderes tan disímiles
complejidad de estos proccsamie.ntos históricos no impide detectar entre sí o distantes en el tiempo como Bolívar, Artigas, Hidalgo,
esas líneas genealógicas que caracterizan a la mayoría de los movi- Morelos, Felipe Varcla, Alcm, Haslos, MarlÍ, Sandino, Yrigoyen,
mientos políticos y (1 las vertientes del pensamiento latinoamericano, Zap<lta, Villa, Mariátegui, Haya de la Torrc., Manuel Ugarte, Gabrie)
Jigiíndolos con las idcnlidadc's, Jos símbolos y las aspiraciones de del Mazo, Lázaro Cárdenas, Perón, Juan José Torres o VeJaseo
otros momentos populares que los precedieron. Por eso, al margen de Alvarado, por mt~llcionar sólo algunos81.
su posterior definición por el marxismo, la lucha de los cubanos en Una mayor rigurosidad en el análisis de las concepciones nacio-
la sierra se hHrÍ<Ibajo la sombra de José MartÍ y las tradiciones más mll-populares en Amérit'a Latina, indicaría que en estas tierras la
caras al campesinado; y la resistencia a la dictadura de SOJl1oza en historia de hls mayorías sociales no hH sido forjada "a c¡e.gas", sin
Nicafilgua hilbría de lomar el nombre de Augusto César Salldin080. fund(lmenlos e intcrprel<lciones propias. Como ya se ha seitalado, en
De estc modo, las vertienles latinoamericanas exhiben diversHs elida una de CSflS gr<l11dcsctllpas dl'. confonuac.i6n de los proyec.tos
;'
influencias, entrecruzamicntos y mutaciones ideológicas en combina- autonomiSl,ls y dt,. Hfirmación social han existido intdcct.uales y po-
\ ción con cl entram(ldo o.riginal, q.ue permiten estahlecer l~n cad.1 una líticos c.on una formación equivalente. a )a de las elites ilustradas
de ellas diferenles puntos de continuidad y ruptura, intercambios y ondules. Capaces de exponer sus ideas con un signifkativo nivel de
3nt<lgonismos, con las concepcioncs predominantes en los períodos de articulación, aún cuando siempre haya sido más fádl repetir o copiar
I su clllcrgcncitl o aclu<llizaci6n; sin que cllo sigl.tifiquc que SCan Ulcras
imitaciones o formas degradadas de versiones ideológicas y experien-
-H Locke, Montesquieu, Ricardo, Adam Smith, 'Maurras, Weber,
Marx, Lenin, Gramsc.i o sus respe.ctivos c.omentaristas y continuado-
~ cias políticas del mundo central. Los comunes l'.ntrctejidos de t"Condi- res- que crear las propias herramientas, criticar los cánones domi-
,¡
ciones soci<tks y nacionaks, de aspiraciones y valores, construidos n,mtes, romper los mc.canisnlos y las 1ógkas de. razonamiento susten-
en el transcurso del largo período que se ahre con hl conquista, tadas en fundamentos cicntíficos SUplH.'stamelltc inapelables.
1
1, otorgan los puntos de contHdo y las similitudes más consistentes Tomando l'.ste marco, consideramos <Ibsurda la afirluación de que
I entre Jos sucesos políticos sÍ1Krónicos de masas en América ,Latina Jas tradiciones político-cultura1cs de las cJases desposeídas en Amé-
I¡:1 J',' indicando que, en los contenidos fundamentales dl~ l~stos movimien- rica Latina ticnl'.n una conformación ecléctica, El pensamiento popu-
tos, se hace presente una concepción más abarcadora que cada uno
,,'" de ellos aisladamente considerado. Una vcrlebración conceptual y de
Jiu hltinoaml~ricano no es una mera mezda dl'. ideas de diverso ori-
,l.
gen; un mixto dl~ concepciones y significantes l~on erráticas propor-
valores, una matriz autónoma latinoamericana de orientación nacio- dones de libera lismo, marxismo, ftlsc.ismo, doctrina social de la igle-
nal y popular, que se ha ido COlL'ilruyendo predominantemente bajo SÜI o teoría militar prusiana. Sin de.sconoccr sus múltiples inlluencias,
formas poJíticHS Hntcs que como discursos teóricos o filosóficos. 1 en unu pe.rspt'xtiva histórica de su dcsarro110 resaltan hls coordenadas
ParH las vertientes populares de América Latina cit los más diver-
sos períodos, se impondría con ulla fuerza teórica e histórica inapelable
]a necesidad de desentrañar los mecanismos. del dominio imperial, de
I
,!
que contienen esas vertebracioncs
de sus dirl~rel1tt~s expresiones'.
enriquecimiento
cultura1c.s fundanles como matriz
En síntesis, la capacidad
y actualización de las verticntes nadonal-popuJarcs
de
a
pl(lutear reivindicaciones naciollilles y sociaks, de defender ]cIS iden- ;
partir de rclaeiones dinámicas c.on IHs corrientes ideológicas presentes
lioades, la sobenlnía y hl dignidad de estos pueblos. Y es precisa- ,1 en una coyuntura histórica dada, no debl~ confundirse t~on la simple
i)
mente frente al silencio o las c.omplicidades, cuando no anle el ro- e.nmlación o la adopción ac.ríticH de las ideas de moda. Por cl1dma
tundo desprecio de las principales exprcsiolwS ideológicas de) occi- de los diversos fadores que actúan cn las realidades polílicas de
dente cenlral, que han de elaborarse las propuestas originales del
América Latina, no es tan fácil entonc.~es hacer tabla rasa con las '¡;I~'"i
concepciones populares, considerando que se está en presencia de Ulla ¡¡
mixtura sin contenidos c'scnciaJcs ni fronteras, de experienc.ias no ,
procesadas, de 3c..,.tivismos ciegos, de política sin cultura. ;,:,;'
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EL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO
V
LA IDEA DE NATURALEZA HUMANA Y SOCIEDAD EN
entonces l'omo maya, azteca, inca, guaraní, negro o europeo; pero al lo rchltivo a la doble dimensión social e individual que. conHe.van. La
mismo tiempo los incluye. Los disímiles componentes que integran .persistencia de las id('.ntidadcs sociales y l~ulturales a 10 largo de Jos
América Latina, los roces, malentendidos y conflictos entre los dis- siglos; la vitfllidfld llwnifcslflda por h,s nacionalidades y las reivindi-
tintos espacios político-culturales., han sido elementos decisivos en el l'at''¡ones étnicas. en los paíscs del Este y del Oeste, del Norte y del
draul<1 de su historia; y plantean el relo de construir modos de ar- Sur, en U11mundo c.ad•• vez nuís interconectado y l~on comunicac.io-
ticulación de' estas diversidades que, sin desvirtuarlas, permitan alcan- ne.s en "ticmpo rea 1", dan cuenta de fenómenos que las grandes
zar síntesis más aban."¡)doríls como sustento de una integración con- matrices dd pensamiento político-académico -tcndicron a desjerarquizar,
tinental sobe.rana. Así, la problemática de las identidades sociales y sustentando el principio de la cultura humana universal y de un
culturales constituye una fa<.'.e13 esencial para la matriz de.1 pensa- desarrollo lineal de la historia --donde abstractos contratistas políti-
miento popular latinoamericano; un elemento constitutivo de Jo hu- cos, mcrcaderes o dases sociales actuaban en la sodedad- o a
mano, Ulla instancia ineludible en la c,oncepdón acerca de la natu- jerarquizar, afirmando la cxisicncia de una nlla o una cultura supe-
raleza del hombre y de la evolución política e histórica, Y el con- rior y elegida, con dt~recho a imponer sus dcsie;nios sobre los bélslar-
cepto de sociedad con todas sus cOllnol<tCÍpncs teóricas y conceptua- dos e inre,riores, E~tas {lllimas concepcioncs lu,brán de alcanzar tal
les, se reformula l~rítil'amente al incorporar en );1 definición el tema vez su manifcstnción más abcrnwte en las doctrinas pangermanistas
~
de la identidad.
Sin embargo, la n(~n~sidad de jennquizar los interrogantes ,acerca
del papel de las identidades (',uhurale.s en los pron~sos políticos e
histórÍC-os no implica desconocer el. peso de las diferencias
I
I
qUl~ emergen con fuerza en los reinos alcl11.ll1es durante el siglo XIX.
Pero no mcnos <Ibcrrantes serán las versiones liberales que acompa-
ftaron las ideas de un "destino manifiesto" en la mayoría de las
demás naciones europeas y en los Estados Unidos, como fundamentos
I
l
)l<lfa la confrontación entre las potencias y la e.xpansión l~olonial o
SOCiocl'onómicas, de Irts divisiones en fiases y fracciones soeialcs qne
asimismo intervienen sustantivfllllenk en tales, procesos. Entre otras J nt~OColollial. A su vez, también en la actualidad el t~sta1lido de. las
llaciomtlid<tdl~s y l<ts dl',lll<lndas de. democratización que desintegran el
experiencias, 1;1rebelión de Tup(ll~ Amaru 1I pondría cn evide.ncia las
'l bloque sovié,tico, o el necimielllO del racislllo en Europa Oc,ddental,
diversas líneas de identidad étnico-cultural y también de diferencia-
1111p0l1encomo un problema teórico y político dt.'. erueüll importancia
ción socia) que se habían ido procesando durante d imperio español.
(~sa ü,ceta que hace a la definición de. la naturale.za humana:
Es significalivo qU(~ en la derrolrt del leva lilamiento indígena más
importante de la historia americana, haya cumplido un papel
t:~1
i\'r:'
protagónico la participación de caciques quechuas que habían recibi-
do reconocimientos y prebendas de lils autoridades coloniales. En la
La antigua confusión de indígena y campesino o de etni.1 y
clase era oriunda dc UI1 enfoque supuestamente IlIflrxisl(l,
1\1'1;'1 fundado Olla nocióndt~ quc ludia lk clases sería el únko
[ti
l..
batalla del Cuzt'o, Tupac Amaru y sus tropas fueron hostigados por
el tristemen1e l'élebre c.uraca Mateo Pumacahua quc, jUllto con el
cacique Choquchuflnc(1 -transformados en ricos terratenientes y tilu-
motor dc la historia, E.-;teenfoque dt.$conocía el hecho de
que las etnias y los contlictos interétnicos son muy anterio-
res a hls dases, ya que las sociedrtdes cstralifinldas tendrán,
I lares de encomiendas- aduaroll como fflnáticos realistas y arma l~uando mucho, seis mil a¡lOSdl'.existl~l1c.ia,mic,ntras que las
fUlldamelltéll dc la represión 5. Por lo 1.lnto, el movimiento tupacalllarista etnias viencn oc til~mpos inmemoriales, No sólo eso, ade-
\. ., no puede entendcrsl~ sólo des.de una perspectiva sociocconómica _ más dc lo a ntcrior no es imposible que las etnias sobrevivan
I donde quedaría marginada la significación del problema colonial y de a las clases, porque de estas llltimas se v<tticina y espera que
la beterogeneidad étnica- ni tampoco l~omo 1.111 mero l~onfliclo de dcsaparecerHn prontamente, pero t'stamos viendo que mu-
l. identidades raciales y culturales, en el cual Sl' l~vaporarían los ele- chas p('.fsoml1id<ldesétnicas singuhlres promete.n sobrevi-
mentos .sociales que signaron la lkserción de los altos l~stamentos de
ji '" origen indígena eooptados a lo largo del pcríodo de la colonia. 1iI vir 11 la futura civilización. Todo esto signil'ica que, los
conllictos intcrétnicos y las luchas de emancipación nacio-
., 11
i, Estrt perspedivél reconoce la complejidad del problcll1<t de las nalmcrecen más <ttención de 10qUl'.hasta.ahora les h<llldado
. 1
I
identidades, t¡Hllo l~n términos de su procesamiento histórico como en •.
: [ los teóricos del fenómcno hUlliano.6
,'.
}.
:t'lAl
H , Lewin, 13olcsl<1o: La rebelión de Tupac Amaru, Buenos Aires, Hachette, .1957. •,, 6H.ibcirn, Dare)': "Elnicidad, indígellíls y campesinos" en Arrospide de la Flor y otros,
- Millones. Luis: "Sociedad indígena e idenlidíld nílcion;lI", en Arrospidc de líl Flor y
otros: Perú: ide"fidad '1OciOIl(lI. Lima, CEDE)'. 1979. op. cit.
[:.
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.///'
AtelAA ARGUMEDO Los SILENCIOS y LAS VOC~ Ii."l AMÉRICA L"11NA
',:1
2. ACERCA UE lA NATURAU:ZA UUMAt~''A: EL BOMBRfo:COMO SER SOCIAL la sislematización teórica del probleJl1? nacional-c.ullural y sociaL
[J)EN1U'iCAI>O
En su crítica al eonc.epto del hombre ahstractamente universal,
Los elementos fundantcs para la sistematización de una matriz de propio del pensamiento burgués europeo, Carlos Marx parte de )a
pensamiento -el comienzo del despliegue teórico sistcmático- illl- determinación de diversos factores que intervienen en la vida mate-
plkan un resultado; ulla conclusión acerca de las líneas decisivas en rial de los hombres, seÍlalando que el modo como éstos producen y
el desarrollo de los PCOl":CSOS sociales e hist6ricos. De esta forma, se lus formas de rcladón que establecen, condicionadas por el nivel de
intenta la solución él una crisis leórica entendida rOl11o la superación desarrollo de las fuerzas produ("1ivas y de la división social del tra-
de los límites conceptuales, de las falencias que se de,tcctan en las bajo, caractcriz¿1 a hls diversas formaciones sodaks y cs la base real
carric,nle,!; ,idcológil'as y en los ejes de illtcrpretHción predominantes: que explicita las formas de l'oncicncia el1 tanto producto social. Ya
el pensamjento crítko parte del scflalamicnlo de una crisis del cono- seilalamos que esta definición del hombre como ser social es el
dmicnto qUl~ se manifiesta en Ul1ít antinomia sin solu(~ión que emane punto de partida panl la l'rítica al idealismo y nI "robinsonismo" de
de ella misma. Y así ('omo la crílica de Marx se inicia con la las vertientes liberales y base d<.'.1despliegue teórico sust(~ntado en la
dcfinici6n de la antinomia --que ('.slá afuera y antcs de su exposición afirmación de que "no e.s la conciencia del hombre la que determina
sistelllHtica- manifestada por la contradicción entre las teorías bur- su .ser sino por el ('ontr<trio el ser social es lo que determina su
1, guesas de Ja igualdad de todos los sercs humanos y la realidad de conciencia". !l
la explotación capitalist(l, en las vertientes del p(~nsamicnto popular Para Marx, h, primera forma de conciencia existe en I<tSsOl'icda-
I latinoil1lu'ricano csa crisis se ha 1ll(lnifcstado históricamente en )(1 des más primitivas como (~()ncjr.nciél dl'. 1;1 necesidad de mantener
1 antinomia enrre las propuestas eurocéntriclIs de la civilizHción, el lazos con otros hombrl'.s para la procn~adón y la cooperación produc-
.~
progreso, Iíligualdad, la libertad, la soberílnía o la modernización, tiva, como medio c.s('.llci;J1de supervivencia. E..• una cOlll'.ieneiil aún
frente a la persistencia de la suhordinación .étnica y cultur ••l y las en ('.s'l:ldo de naturl\leza:
dramfllic(ls situaciones a que fueran sonwtjdas ItIS mayorías sociales
en nombre d('. aqucllils concepciones. Que (~S lilmhién esa f.l.Iacia de La conciencia de entahhH relación con los individuos
" "i circundantes es el comienzo de. la conciencia dl' que el
oponer el progreso frenk a la justicia y la autonomía, planteada en
América 1..<ltina desdc ha('c ya dos siglos p.or las corrientes liberales, hombre vivc, en gencral, uentro de una sociedad. Este
i- {.'on las <Jdapt¿ldon(~s y las nlCacterÍsticfls de l~ad3 período histórico de 1 comienzo (~stan animal como la propia vida sodal en esta
~~', :, ,:¡:'
rearticu.laci6n ncocolol1iaI7 •. fasl~; es, simplclH('.nte., una condencia gregaria ... E"ta
E..,te hit sido el problemll crucial, el punto de partida que permite condcnt'ia gregari» o trihal se desarrolla y s(~pl~rlccdon»
!,' :','
afrontar una reconstrucción teórica e histórica tendiente a superar los dcspués ,ti <Jumentar 1"productividad, al incrcmenta rsc las
r'r": ,
I
neresidades y al aum('.ntllr la población, que es el factor
límites, la opat'idad y los silelleios de los paradigmas teóricos
j" !
ofic.ializados en la política y las dendas sociales. Al incorporar el sobre d cmll desca nSíln los dos anteriores .., <)
,¡;,
en d desarrollo de: la historia como ell sus manif(~staciones del pre- 1 fOfllHlciones eronúmicits, la articulación de hl sociedad en clases
sente, La (~risjs que puede cst(lb)ccnsl~ en las vertientes del pensa-
¡,
'j.,.,;: mienlo ocddcnt.iJ que hemos venido analizando, es precisamenk este ti sodfdes antagónicas, inciden sohre la conciencia de los sujetos socia-
les y, (~n espe.cial, sohre la potencialidad del proletariado para a]c,u\-
caní.cter p3rcializado con que una u otra de hls perspectivas enfrentan
1,
I
I 'iti
,SI
Zlle una conde.nciil verdadera, no distorsioIHlda, acerca de su papel
histórico. Panl nosotros, HI no introducir d problema de las identi-
."1::" 7Ols~on, GUlluar: El resLlI/aclocomo fundamento de interpretación de la historia, Buenos
Aires, 1970 (mimeo). 3 M~rx. Carlos: CO/l1ribuci{¡" a /(1 crítica de: 1t1 Economía Política (1859), C6rdoba,
11 - Wilncr, Norberto: La recuperación de la historia, Bu~nos Aires, Cimarrón, 1975:
1 I
Cuadernos de Pasado y I)rcscnte, 1970.
- Wilncr, Norberto: Ser mcial)' Tercer MUlldo, Buenos Aires. Galerna, 1969. " Marx, Carlos, Engcls, Federico: La Ideología A iemmw, Moscú, Progreso, 1976.
:';,
1,1
';j'
dudes culturales romo elementos c.onstitutivos de lo humano, como tivas y ['.n las altamente 'desarrolladas, en las pre-capitalistas, en las
un aspecto esencial y no subordinado de la naluraleza de los ho01- capitalistas, en las socialistas o en las post-socialistas,
bn.~s, t~n estas pre,misas acen.~a de, la coneicndH sOt~irll estHn ya con- La cooperaci6n y el antagonismo aparecen entoltces como las dos
tcnidas las t~OnnotHt"iOIWsque habrHIl de signar el esquema teórico formas polares de relación del hombre como ser social identificado
marxista' y sus propucstas de resolución de la historia universal. respecto de los otros hombres. En sus manifestaciones extremas -
A través de las dos relaciones primarias -la fiuuilia y la coope-, desde las guerras primitivas hasta las modernas- tienden a
ración produ<.~tiva- el individuo adquierc fundamentalmente una jerarquizarse las necesidades de supervivencia del nosotros cualquiera
conciencia de pertenencia, una identidad sociocultural. Esa concien- sea el costo que para c110 deba pagar el otro, Lo verdaderamente
cia primigenia no lo Jiga al hombrc sino a determinados hombres; no humano se define por d nosotros social y al otro se 10 deshumaniza
adquiere el lenguajc sino un lenguaje, un habla. Formas culturales y hasta el punto de la esclavitud o la muerte. E'itH primigenia c-oncien-
particulares de rdación, visioncs del mundo y de 1<1naturaleza que cía de identidad en sus manifcslae.iones extremits ha pcrmal1e.c.ido así.
le dan identidad él través de ese proceso tan antiguo como cl hombre lamentablemente, titnto entre las socil',dadcs más simples como en los
mismo, que es IH incorporación dc las nuevas generaciones a los eont1ictos que prt~SencialUos hacia el fin del siglo XXI!.
propios códigos clIJluralcs él lravés de la Sodéllización1o. En esta mc- Históricamente. tHles pertenencias otorgaron las bltses para la
dida, el homhrc es en cscnria un ser social identificado, con distintHs constitución moderna de las nacionalidades, lo cual no excluye cír-
instancias de perlclle.ncia: felll1ilÜl, clan, tribu, clases sociales, regio- culos mayores o menores de ide.ntidad (continentales. regionales,
nes, culturas, religiones, razas, etnias, naciones, continentes. étnicos. religiosos, políticos, sexuales, generacionales, cte.) que, a su
Los diversos ('omponentes ('lIlturales' --el habla, las formas de vez, sc vertebran con las diferenciaciones sociot~conómicas, con las
alimentnción, los valores, li:ls pautas de relación y todos aquellos c.Iases y fracciones soda les consideradas en función de las formas de
(Ispectos (IUC definen a IH cultura t"omo "subjetividad"ll, t~S decir, distribudón de la riqueza y los beneficios y, en especial, de las
porlada y dinamizada por determinados sujetos sociales- conforman posibilidfldcs de acceso y control a los núcleos estratégicos de la
elemcntos de identidad so(~ial que son iilcscindibles ,del scr humano. subsistencül y la producc.iólI económica de una sociedad dada. De
i::;j
En tanto ser social indentificado, el hombre se desarrollel en el in- este modo, las identidades forjadas a lo Jargo de un cic.lo vital se
terior tlt' un nosotros social, en e,] seno de grupos de solidaridad y manifiestan <.'omo un entralWldo de múHiples adscripciones sociales y
\ ¡ ads('ripción que lo diferenc.ian de otros sociales, con los cuales pue- cllltumlcs -afgllnas vcce.s incluso contradictorias entre sí- que lic-
1"; den t~stable('crsc distintHs relaciones dl~ntro de los marl~OS pola,res de
i;,;
uen diferentes alcances.
'I"q la cooperación y d ant.lgonis1l1o.
1;' UI nacionalidad es una dc hls fonmls históricfls y no excluyentes
1I, Esta adscripción, que supone la alteridad, constituye la base de de esa's identidades conformadas a partir de distintas pertenencias; y
los primeros enfrentamientos entre Jos hombres -Jas luchas 1riha les concebir al hombre como un ser social identificado supone reconocer
o enlre danes- y es una de las claves explicativas del drama hu- la complejidad de los compone.ntes que actúan cn el procesamiento
mano hflsta nucstros días, que se manifiesta en las guerras, en los dc las identidades sociales'), En estH perspectiva, la identidad se
('ontlictos dc nacionalidades y t'.]1la dominación de lInos pueblos por manifiesta como un fenómcno hidimensional, en tanto cs al mismo
otros. Las idcl1tióadl's cullurales, (lctuando como fuerzas materiales tiempo social e individual y en cada uno de esos nivele.s constituye
en el devenir de Jél historia, han dHdo lugar a IHS Hcciones m{¡s un proceso e.n el cual con mayor 'o menor L1uidez según las circuns-
nobles y a las m{¡s aberrantes, por cncim(l de IHS formaciones sOt~ia- tancias, se enriquece.n, reformulan y transforman los e.kme.ntos que
I
les -predominantes en cHda período histórico: en las sociedades primi-
¡I
Argumcdo. Alcira: "'Conciencia popular y conciencia ena.ienada" en Comunicación)'
I'~
1,
tutda es social y cultural -expresada,
del habl:l- ]a conformación
enlre otr.IS t~1cclas, a trllvés
individual de cada person(l, su proceso
biológi{'o de c.rccimicnto, se engarza l'OIl significados que k van
I c.ultural es s<.~ntimicnto dc.! pasf\do y del
La COlH.'iclll',i<l
prcsentl'., herencia y renovación, pues la c.onci<.'.nciahistó-
ril'tI misma es unél categoría móvil... Sólo las !'joci(.~déldes
'IJi
otorgando un sl'.ntido de pertcllcllci.a ligado con el de.v{'_uir histórico que tiellc.1lconcicnci.l de su csla bOllamiento cultu ra 1,que es
1 ' de las sol'Ícd<ldes. UI sodlllizaeión se realiza en 11111rCOS his1órica- tanto solidaridad {'on los orígenes como certeza de un
i:"
mente dados, que son l'.scnciahncnte sociales y fultunlles16• Estas futuro, puedl~n c,onsidnarse comunidades bistóricas ... En
identidades socioclIltllraJc.s constituyen d plilsmll a pflrtir del cual se esta ligazón ... reside la conciencia histórictl de.l individuo,
va desplegando c.J proceso dl~ crccimiento individual y Sl~ discitan 1¡18 inserto en su comunidad y ('.11 su época, testigo y autor del
cambio social, espt'.clador e intérprete de la historia .. Y'
!'
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".~,
r
;l
ALcIRA ARGlIMEDO
',]1
Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMÉRICA LATINA
que, más aJlá de los azares de la vida individual, comparten sus dignidad de las más diversas 'identidades sociales y culturales, recorre
I perspcl'livas vitales dentro de un destino común o potencialmente el pensamiento popular latinoamericano en tanto reivindicación de
! semejante. Como tendencia general, las identidades "nacionales" (en ese mundo largamente acosado. Porque se sabe que la abstracta.
i sentido cultural amplio) y las definiciones relativas a su inserción en
detcnninados estratos o clases sociales, ticnen un peso específico más
homogeneización de lo social, las postulaciones que hablan del hom-
¡ bre universal, fueron fundamentos para legitimar la subordinación,
decisivo que otras formas de pertcncnc.'ja. Pero esta doble definic-ión para negarles su condici6n humana.' Se trata entonces, ,también, de
nacional y sodal se encuentra penetrada por distinciones raciales, elaborar una concepción de lo universal que parla del reconocimicnto
1 étnicas, culturales o regionales que hacen él particulares experiencias
y él diversos modos de articulación dentro de los encuadres mayores.
de Id diversidad constitutiva de los hombres.
"1, .
¡
"l
En esta óptica, Leopoldo Zea señala que una de las bases del
El concepto' de la naturaleza del hombre como un ser social verdadero concepto de igualdad está en el reconocimicnto de la di-
identificado implica asimismo reafirmar esa tendencia a la
1 "insepanlbilidad del hombre de su territorio, de su contexto social y
ferencia, en la plena conciencia y en el
que "de otra forma la supuesta igualdad,
respeto al ser distintos, ya
tomada cn sentido abstracto,
cullural, de su historia concreta, de su pueblo"II). Por algo una de las originaría, como originó, nuevas formas de discriminación Y de de-
penalidades más graves que 11311 impuesto las sociedades a lo largo pendencia":
de la historia sea la del destierro. la del exilio forzado para aquéllos
considerados peligrosos por las capas que detentan el poder en una Ha sido frente a esta afirmación que el hombre de cultura
Coyulltura dada. El dcsgarrdllliento de ,las raíces, la lejanía del con- latinoamericano y posteriormente el asiático y el africano
texto vital y de los Jazos afectivos, se considera UII castigo equiva- afinnan, en prirnerlugar, la igualdad expresada en la diversi-
lente a la cárcel, inmediatamente después de la pena de muerte en dad. Lo esencial al hombre no es su ser semejant.e somática o
su jerarquía punitiva. El exilio como imposici9n o como opción fren- espiritualmente a otro hombre sino el ser distinto, diverso,
te al riesgo de muerte, da cuenta de la fuerza de las identidades en individual. Pero no tan distinto o diverso que deje de scr
la conformación de los r<lsgos primarios y permanentes de la persona hombre ... Lo r..:onr..:reto
es lo latinoamericano, es lo negro, es
.1,
humana. y si bien en todo tiempo y lugar existen las excepciones, lo asiátir..:o,pero sólo como punto de partida desde los cuales
los "ciudadanos del mundo", la historia de las migraciones en su ha de ser asimilada toda expresión r..:ultural.Lo original como
cotidia nidad, en las nostalgias profundas; la ilusión del voJver o la ventana abierta a la recepción y a la entrega. Lo peculiar como
conciencia del sin retorno ,se reneja en las vivencias personales, en expresión de quc la cultura es algo que crean hombres
las secuelas psicológicas del migraule y de quienes los vieron partir. 1 concretos. Hombres con unas determinadas características
En las naciones de América Latina, las pertenencias sociales personales, al igual que todos los hombres: somáticas, cultu-
t.ienen una amplia correlación con las identidad<.'.s, culturales y rada- rales, geográficas, Pero a partir de las cuales se hace toda
~1
cultura. No yala cultura como exclusividad de este o de aquel
I
h,
:i',
t
les, donde la vida individual muchas veces está signada --<..~omo
st~üalara Frantz Fanon para la Argelia colonial- por el color de la
pieFo. Con los marices que establece la partkular ('ol1stirución de las
¡ hombre, sino la cultura como universalidad, corno lo propio
de todo hombre cualquiera sea su piel, su educación o su lugar
l' , sociedades I.ltilloéllnericanas, también en este continente el color de 1 en el planeta.21
[1 la piel tiende a délr ('lienta de una espedfica historia de dominio y I
,¡;'
~ ' de una inserción social, de una estratificación sot'Íoeconómica con ,1 La conciencia de las innumerables formas de :identificación que
I "
fuertes conllotflcioncs culturales. Por ello la definición de la multipli- atraviesan la historia de estas sociedades y la aspiración de construir
,:; cidad cultural C01110 esencia de lo humano, el reconocimiento de la •, marcos de unidad, igualdad y soberanía partiendo del reconocimiento de
'¡i q tales diferencias, ha sido una constante del pensamiento nacional-popu-
~
lar en América Lalina, Concebir al hombre como un ser social identi-
.1"
ficadu no supone por lo tanto plantear la existencia de una identifica-
19 Ford. Aníbal: op, cit. ft ción abarcadora y excluyente, ya que las identidades son síntesis histó-
~
Fallon, Franlz: Los condenados de In_tierra, México, Fondo de Cuhura Económica, ricas de diversas formas de adscripción que se vertebran -J veces
~(1
r
!
contlictivamenlc-
la vida cotidiana
ALCIRA ARGUMEOO
",
cn los <Illlagonismos de dascs, en los comport:ullicntos de cilldad(tllos
üldividuaks o en 1<1conformación de los m('.fcados, se muestran inca-
,•
L
los nllltra10s ciudadanos o dc los intercambios en el ml~rcado.
1"';
paces de responder il! renónn~no de las identidades culturalcs cuya pre- Tampoco son simililres :l Ifls experiencias vit:l!cs del proletariado que
SCI1Ciflha sido constitutiva desde los orígl~ncs dl~ la historia hUI11(II1.1. creciera tll rillllo de !l1f1dumción de los paradigmas prodllclivos de la
Revolución Industrial en las princip<lle-s nacioncs de Europa. l..;ts clases
E"ta idea de perlenencia, que s(~ entrecruza con las diferencias
ohreras se constituyeron en el Viejo Mundo b;ísic<lmcnte a t.rHvés dl'. las
sociocconómicas y que. tiende él conservarse a pC$ar de los intercambios,
"
l'
1,!;'
refinamiento de las divcrsas culluras, de la profundjdad alcanzad •.•ell.l"
fundamentac.ión dc sus CTceI1('.iaso de las formas Illcdifllltc 1;15cuales Sl~.
,'1
!,
tación.de los trahaj<ldores, integra TOnlos t~jcs fund(ll\lcnla les de la teoría
de Marx y Engcls. Donde el contenido esenciHl de los procesos histó-
), han ido c.xpresando, enriquecicndo o degr:HJando ('11 c.1 Ir<lIlS(,:UfSO dcJ
tiempo, porque: ricos se encontmb<l en los (,ollt1ictos cstOlclurales entre esas clases en
crc-l'imiento y en el desarrollo d(' las fuc.rzas produclivas, que. rc.legi-tban
No St~hil conocido jHl1lásni se (x.ldrádocunlcnlar la existencia hls identidades llilcionaks ti una mera forma secundaria, dcstinadH a
l.
n de i1grupadoJ1(~shU11lan<ls,por disgregadas quc ellas hayan d(~Silpilreccr15
.
,
sido, que no hayan juslificado su presencia l'OlleTetasobre la En Amérir.l Latina, por e.1 contrario, l<ls ¿lItc.rnalivas populares
tierra mediante Jos siempre elocuentes milos de origen.:n tendieron a la Tl~ivindieill'iól\ de poblnciones cuyas comunidades ha-
I ,
" bían sido arrasadas. QUt' sufrieran biS devaslacioncfi no sólo como
I
;~¡
;;tr) t. Albo", Xilvier: "NueSlrtl identidad a partir del pluralismo de h(lsc" en lmágl!lle~¡
le.! ~' dl!scollOcid(/s: 1(/modl!rIlidad I!I/Ia cl/crlIcijada pmamot1er¡j(I, fiueno$ Ai r~s, CI..ACSO,
1" 1988. 2,1Bonfill B<ltaJla. Guillermo: "Lo propio y 10 íl.icl1o: Ullil aproximación <11problema del
I
- Vega, JU<l1lEnriquc: "Signos y designios Cilla sociedad Jati Iloam~ricalla" cnlmágclle:>' eOlllrol cultural" en Colomhres. AJolro (comp.) Lo Clflfllra popl/lar. op, cil.
fl dcscvlloc:id{/:>~ op. cil. '2' Marx, Carlo~: Crítica al Pmgrama de GOl/lit: glosas marginales al Programa del
Roig, Arturo Andrc.:s: Teoría y crÍlica ti!!! pCl1:ilImit:JlfO !a/illvamcriclIIw,
.2J 'México, 't Par/ido Ohrerol1/emáll, Obríl~ E$cogiJas, MOSClí, Ediciones en Lengu<ls Extranjeras .
11' Fondo de Cultura Econümic'l, Colección Tierra Jo"irmc, 19¡{1. ~ Hilrvcy. l),lviú: op. cil.
,,1 - De Gregori, Carlos iván, en Sánchez Alhnvcr(l y otros, 01" cit. ~ ¡\Illin, Silrnir: (lp. cit,
,1
:1
individuos sino como grupos sociales, como sujetos colectivos con esta problemática. se cslablr.ce su vinculación con el teIlla de la
cxpresíones culturales propias; como hombres y mujues integrantes ,~., doble l'ontlictualidad de lo nacional y lo social y la pregunta acerea
de un nosotros sodal hostigado por un otro social diferenciado étnica, ,
" de) carácter que ésta asume en el presente, como punto de partida
racial y eulturalmentc, Por lo tanto, la pertenencia comunitaria, la para una re.visión nítica de, la bistoria y l~Om() base para el diseño
referencia a un colectivo sociocullural sin que ese nosotros funa de las propuestas de resolución hada el futuro. Lll~va a interrog<tcse
necesari.llllcnte homogéneo, tendría un peso contundente aún antre sobre las connotaciones de la heterogeneidad cultural y del papel ,de
los negros esclavos que, destrozadas sus raices y los lazos sociales ti las identidades sociales e11 los prol'esos políticos, de las fonnas y la
originarios, encontraban en el color de 1<1piel l<t mínima referencia. dinámici:l de la cooperación y el antagonismo (los dominios iinperia-
",,;
"
a una historia y un destino comunes que los IIcvnría a llamarse les, las fusiones nacionales (} continentales, los contlictos étnicos y
'1:'
"hermanos" l~ntre sFti. Sin duda, estas referencias alcanzan una mayor religiosos, las dH1fronlaciones entre sociedades o en c1 interior dc
o menor intensidad según las circullst,Ulcias vita les e hislóril'fls, la una sociedad dí\da) Gue caracterizan la ~istorja del hombre Y. en el
magnitud de las migraciones intcTIlíls o externas, los inkTl'ambios y prescnte, c.onstituyen un tema e.se,nc;ial pam nuestros países:!1.
mestizaciones culturales o rae-iales, 'los gTi'ldos de orgHnizHci6n o La presencia indudihk de. las identidades culturales en la inter-
atomización social, l:Js diferentes coyunturas políticas, Jos niveles de pretac.ión de los procesos históricos y políticos no significa, como ya
¡¡rticulación o degradación d(~ grandes proyectos org¡ínieos de orien- 1 se ba indkado, la reivindicación de un nacionalismo abstracto, No se
, tación POPUlllf, el manejo e impacto de Jos medios dl~ c.olllunil'ación trala de enfatizilr sólo en las facetas de lo nacional desconociendo la
y demás factorcs que inJluyen en el tllutank desarrollo de las socie- tnlmfl inkrnfl de. las socicdadl's en té.rminos de Ifls contradit.dones
,hldes. No obstante ello, las identidildcs conforman un¡¡ dimcnsi6n entre dases o estamentos sociales. El seitalamiento de la doble
constitutiva dl~ Ja naturaleza humana y de las sociedades CUYi:1 conllil'lualidad de lo nacional y lo social establece así una explícita
l'ontundcncitl es históric(llllente iniIJX~bblc. Y l'.st" ,idea esttlhlc<....e una distanda con las vertient('.s del nacionalismo aristocralizante o
de las líneas csenciaks de continuidad y fundamentación de la matriz integrista, que pretendl~ imponer un pla nteo de nacionalidad sustenta-
1'1 ¡
"
de. p(~llsamiento nacional-popular en Amérka Liltina, do en la identidad dl', dcte,rminados S(".l~toresdominantes y afirma !a
c.xistencia de grupos T<tcialcs o <.~ulturaJc.sselectos frente a otros in-
3. EL CO:'liCt:l)TO m: SOCII-:I),\O
1 fe riare,s , Los dc,sgarramicntos sociales, étnicos y culturalc.s que bHn
¡ acosado a las mayorías de nuestro continente, fundamentan Ji! taj<lI1tc
:\"1'
t, a. Las dimensiones del concepto 1: dist.inción que es posible, l~stélblecer enlre las vertientes l1t1ciomal.po-
pulaTl~s yesos naciontllismos:!1:l.
Por e nl'i m.1 dl~ sus distinciollC.s y d(" las fonu<Js adquiridas en las
ti\. diversas etapas his{óril'f1s y en cada rc.gión, los movimientos popuhl-
En esta perspl~ctiva, d COUl'cpto de, sociedad conlleva el reconO-
JI l'imie,nto de las difuc.ncitts y contradkdones que. se proccsHIl en el
¡". n...,sdel l'ontincnk proponen 1<1Tl~solución del doble problema de. la
!.)r,: seno del nosotro,\' articulí\do en los espacios nacionales modernos.
i,li autonomía --como forma colectiva dl' 1,1 lihntad, que otorga el
Como seílfila Hern~ndez Arre,gui:
contexto real a hl libertad illdividual- y d(~ la igualdad social. De
este modo, !tI cuestión de la soberanía y la justicia cOlltiCIl(~ la Eo; preciso desnudar e.I "ser nac.ional" de sus prcll~ndidas
,.,'
problemática lIl{¡s suslalllivi:1 Ul" la historia latilloamcricilna, hija de
'1 connotaciones ontológicas, de su brumosidad
I
una situación Iraum{¡til'a y <tlípica en su conformación C01110 socic. irrac.ionalista ... es preciso romper su corteza formal partl
dad. Al ccntrar ,,, definíci6n del cOI1('eplo d(' sociedad ti partir dl~ sumergirnos en el mundo histórico en cuyo seno ... el ser
,
! naciollill (',omicnza a desplegarse <tnlenosotros ... como una
:\1 ' actividad social viviente y desgiuffldít.,. 'La comunidad de
11 26Quij<lllO, Aníh<ll: "Modernidad, identidad y utopiil cn Améric¡1 L.atiJHI" eh lmáge1le,\'
'n, desco"ocidas, op. elt. cuJtura de un pueblo, asentado en ~lIla delcnnilUula ~rea
':' - Dutlln, Lcond: .'Cultura popular y mcntalidades popularcs" en La culfura popular,
op. cil.
,1
-Colombres:Adolro: .. Elemcn!os para una lenria de I¡l cultura cn 1...<I!innaOlérica", cn :¡ ~7 Lópa. Sinesio, en SfÍnchcz Albavcra y ot'ros, np. cir.
La eul/ura popular, op. ciL '~! _ Argulllcdo. Alcinl: Los laha;'f/os de /a crisis, (.lp. cil.
- Bialet M;l$sé, Juan: I"forme sobre el eS/{Idode las clases ohreras e" el interior (le la 23 Bruchrucli.cr,Christian: NaciVlUllismo )' l'eronismo: la Argenrina el! la crisi~. ideoló-
República, Buenos Aircs, Imprenta y Ca Sil Editor;l de Adolfo GrilU, 1904.
1; )
~,' gica mfllfdial. Buenos Aires. Sudamerican<l, 19R7,
,iÍ1'
:l'
,1
h
,
ALCIRA ARGtlMP..DO Los SILENCIOS y LAS VOCffi EN AMERICA LATINA
geográfica, si bien muestra en su taxonomía fflSgOSexter- ción y el eontrol de los recursos cc,onómicos estratégic.os y de ]a
nos que individualizan él ese pueblo como distinto de otros, rapacidad de acceso a condiciones de vida estabkddas cultural e
~ no es uniforme en su individualidad. Dentro de cada históricamente de "cuerdo con el desarrollo de las pote.ncialidades
comunidad nacional se compmeban divisiones económi- técnicas y productivas; 2) el papel y la confofllHldón de las identi-
cas, villlils cuJtunlJes, puntos de osificación que aísla JI a las dades culturales, que otorgan los lineamientos más abarcadores del
clases socia 1cs, tanto como ramificaciones convergentes sentido de pertenencia a un nosotros sodal y se vincula con el tema
que las acercan o separan al compás de las luchas internas Iri, de las nacionalidades y la cuestión nacional; 3) el carácter de las
y las presiont~s externas. En suma, la comunidad nadonal relaciones establecidas entre estas comunidades sociales y otras socie-
.~
,
.
[1
de cultura es una multiplicación de tensiones congéneres y dadc.s en el devenir de la historial que hacen referencia a ]a proble-
antagonistas ... que se expresan según las clases sociale.s mática internacional. El análisis del desarrollo histórico y de la di-
como concep<.'iollC.sdiverge.ntes de la cuestión nacional.29 námica del presente en las distintas sociedades adquiere un c"rácte.r
'íl;:} parcializado, abstracto, en la medida en que intente susteIltarsc en
Por lo tanto, la idea de sociedad tiene un t~arácter esencialmente sólo uno de estos condidonantes, eludiendo las r('.formulaciones que
,~'i
,
I hislórico. Señala la existencia de comunidades económica y política- necesHiamentc introduce su articuh,ción de conjunto.
:;¡ mente organizadas en un ámbito territorial dado, unidas por una En la definición de la sociedad el carácter de las relaciones entre las
'1 misma lengua --o al menos una lengua predominante que comunica c1ílse.s o los estamentos sociales que la componen y el nivel alc"nzado
'1"1:
al ('onjunto-, un pasildo común, crecncias y tradiciones inmersas en por el desarrollo de sus recursos productivos, por la división social del
~ la memoria cO!cctiVil que hacen a una' identidad, al sentimiento de trabajo y por las formas que adquiere la distribución de la riqueza
1,;
I~~,
integrar un nosotros que, a pesar de sus antagonismos internos, tiende social, sellt1)a una primera dimensión fundamental. Sin embargo, al tomar
a actuar solidariamente en situaciones críticas y, eIl particular, frente c.omo único niterio de la historicidad de lo humano el desarroll~ alcan-
"
a los emhaks externos. Así, en este cOll<.'epto; lo politico --entendido zado por las fuerlas pro.ductivas y las relac.iones de producción que hls
en su acepción más aharcadora- es [undante y aparece como defcll- acompaüan en Ulla época y en un espacio geográfico determinados,
s~ de las identidades sustantivas de las distintas comunidades que, pueden derivarse. supuestos que conlle.van una parcia)ización
hada el pasado, se manifiesta como experiencias de auloafirmación; distorsiollanlc. Ya que estaría implícita una pauta de validación para el
como una memoria que es la base del sentido de pertenencia. La comportamiento d<.'.ilqueBas sociedades que, cn un período dado, garan-
constitución histórica dl~ las Ila<.'iones dl:1 cuenta en t.odas ellas de tizan c.I mayor dr.sarroHo de esas [uerLas productivas y actúan pílra las
grandl~s momentos de resolución de contlictos t~lItre voluntades socia- mellOS de.sarroll"d<ls como "espejo dt~ su propio porvenir". Se legitima
les e intereses contrapuestos,' que fueron conformando idcntidades y
I
entonCl~S una ~.ivisión de la humanidad entre "modernos" y "atrasados",
signaron por largos períodos los rasgos de su desarrolJo, de su com- "civilizados" o "bárbaros" en tanto los pueblo:s o se.clores sociítles que
posición social y eullural y de sus relaciones COIÍ otras comunidades. no accedan a pkgarsc al desarrollo de las fuerlils productivílS en las
La historia de una sodedad dada permite perdbir la t~ompleja condiciones impuestils por los núcleos más dinámicos dd poder políti<..o.
,r,1
estructuración de ese nosotros a menudo fraccionado internamente eeonómico, son (~onsiderados "nacrónit'os () regresivos y se condeml1l las
por divisiones sociales o contlictos élnico-culluTttlcs' no resuellos, que ,1 resistencias al sometimiento.
adquieren a su vez diferentes dinámkas en función de las relaciones ~'l
j Por el contrario, al introdLi'cir simultáneamente I<lS identidades
que <.~seconglomerado sodal ha tendido a l~stablece.r con otras socie-
culturales COBlO vilfiable eonstitutiv<l, se rcformuhl el sentido de la
dad.es en la compleja evolución de lo humano.
historicidad humana. La contmdicción del progreso versus la autono-
En sus términos más abstractos, .Ia definición del <.~onccpto de ~""'¡" lnía y l<t justicia se revc.Ia como una f{llacia; ya que c.I progreso -
sociedad rcquie.re de la convergencia de tres dimensiones inescindibles: f; qUl~ no es un proceso nculro- dehe mcdiarse por la pregunta accrCél
.t) las cariwtcrístÍ<.'as de su diferenciación en clases, fracciones o A de quiénes y cómo promueven el progreso, Y qué significa el progre-
I
sectores sociales artiruJados en función de la propiedad, la distrihu-
f
(,
n
so desde los valores de justicia y autonomía. Cambia t.~ntOllecs eJ
vaíor absoluto que se le otorga al progreso y por lo tanto il let
división entre "hOlúbres históricos" y "hombres naturales"30. E~ta con-
Hermíndez Arrcgui. Juan .Jose: Naciollah.\'mo y liberación. 0r. cie
"
!"
,,1 - Fr<lnco, Carlos: Castro Po::o: nacián, modern;::ac;ú" elldógella y socialismo, Li ma,
Ediciones CEDEP, 1989. ~o Roig. Arturo Andr~s: op. cir.
rq'
ALCIRA ARGUMEDO Los SU.E.">lCIOS y U\S VOC.'S UN AMERICA LATINA
,ró soberaml de los pueblos sometidos, l'.1 tenla de las identidades Incorporando est;:¡s variables, también cohran otros signifkados la
socionilturales incorpora la relaci6n entre sociedades como marco ! cuestión de la concienda dd prolet<triado inglés en el siglo XIX, las
explicativo c,ont1uyente en el análisis de la doble conj7ictualidad de f contnidicciones de la Segunda Inlernacion<ll frentc.~ a' las guerras
i~
:1'
lo nacionl1l y lo social. La propuesta teórico-metodoJógica
dlo se dl~riva es la necesidad de. analizar la problemática de cada
que de
, mundiales o el acciolliu de los oh re ros francescs que, desde l<ls
barric;:¡das del París de 1848, fueron deporlados a Argcli<l, transfor-
f"
lit'I¡iti
sociedad considerándola, no COl1l0 un sistema aUlárquico y (lisIado ¡ méÍndose el1 los' bruhlles l'olonos pied noires. Asimismo );:¡ lógica de
cuya dinámica tiendl~ a. dirimirse en s.u propio interior ----<:OIno la las llamadas revoluciones p;:¡sivas en Gramsc.i adquiere un sentido
i', socied.ld- sino en tanto. un espacio social inserto en el nunco de sus
1,
problema de las identidades nacionales es abstraclo y distorsionantc de a romper con I<lSsimplificacionc.s teóric..'as que señalaban sujetos
i ¡1~i'
t •.\!, ,¡
en t<lnto no se lo articule con las relaciones entre las clases sociales,
el lugftr que c<ld.i sociedad ocupa en el contexto intcrn<lcional en un"
unívocos y l~olllportamicntos preestablecidos -proletarios,
o em¡'Hes;uios-
ciudadanos
pcrmiti("ndo una mftyor complejidad en las hipótesis
Ul et<lpíl histórica r-ollforma un dato ineludihle de su dinámica real. aCCrl'<l'de Jos procesos cc.onómicos, sociaks, polític..'os y culturales ,
3l
II
,~',
~
La vcrtebración de eslas tres dimensiones ¡¡brc un abanico de hay elemenlos de identidad que aún l'onscrViW su vigor y resurgen
,n " problemas que, para nosotros, cucstionan scveramente hls líneas de con rUCfZéllinte. situacioncs críticas. Es difícil tlceplílr qUl~ esos mo-
'111 ~t
vimientos sociales plurifacéticos, que esas periferias interntls, dejen
ff"
1,,1,:;'1 ~ '
fundanientadón de las matrices de pensamiento que hemos .venido
analizando. En este mareo, los desarrollos "lIaturaks" o "ncccs<lrios"
j de percibirse l'omo franceses, alcm<lIH'.s, itali.lnos o simplemente eu-
dl~ las soci('.dades humanas, las "leYl~s" cconómica.s, la lincal evolu- ropeos, distinguié.ndose claramenle de los pobladores de otms vastas
"./'
c.ión de "la civilización", los "contratos" entre etéreos ciudadanos, 1<1 '",~
~1
regiones del gloho. El comportamiento de unfl parte significativa de
s<lbidurítl de las "manos invisi.bles", los "destinos manifiestos", Jos ¡
la población de. EUrop.l Occidcnt<ll .hllc.ia la Europa Oriental o hacia
procesos de neutra "moderniza~ión", la cultura "superior", relativizan los inmigrantes' del Tercer Mundo en los aüos ochentll y novcnt<l es
.il
;'10:l!
un fenómc,no que no puede ignofflfse_
!¡ll'" su Icgitimid<ld o su Cflp<lcid<ldexplic.ativa ue los procesos históricos
,iUI y soci<lles. ¿Es posible, por ejemplo, <lnalizHr el <Iclual "célpitalislllo" Ui convergenri<l ('.ntrl'. estas tres dimensiones es dinámica y mu-
del líIpón sin tener en cuenta la alta homogeneidnd de su composi. IU<llllCnlecondicionante; donde. pueden producirse predominios lle una
eiÓll étnil'll, la fuerZ<!, de las tradic.iones (~ul1uralcs o ItI experiencia
límite de HiroshiIwI y Nag<ls<lki, que. pCS:<lnsust<lntiv<lll1cnte en el 1'1
II¡.\', .'...."'., '
1
• ,
, diseño de ese pcculiar modelo de soded<ld-y E.;;tado? ¿Puede Hlcanzar i¡ ~l Piscitell;, Alcj<lndro: "l'oslmodcrllidad e identidad lalinoamer;ca 11<1" en Cuadernos de
su verdadero significado 1<1erisis del "socialismo" en la Unión $0-
la ComulI(I NQIO, Municipalidad de Puerto Gral. San Marlín (Sanl<l fe), 1988.
\,;.11'
viélil'a al margcn de su comportamiento como potenda, de. la carrera
-l'l<lrvcy, David: op. ej¡.
~ '
¡
AtelltA ARGUMEDO Los SILENCIOS y LAS VOC~ EN AM£RICA LATINA
~
~"
ti otca de ellas al1h.~ diferentes situaciones históricas sin que sea ! gonistas de un largo enfrentamiento que iba a culminar en las dos
posibJe cstablcrcr una necesidad en su desarraBa. Ello obliga a un guerras mundiales. Por otra, las manifestac-iones defensivas de los
refinamiento de las interpretaciones y a la formulación de líneas de países o nacionalidades subordinados por diferentes (~entros de podcr
análisis que sólo pueden desplegarse a partir del rc.. ..lcvamicllto de los o Estados-naciones, como los polacos, lituanos, iumenios, irlandeses
rasgos específicos y. las pcc-uJiaridades que se presentan en los diver- o búnglHos; que una vez más en la historia muestran la potencia del
sos espacios nadonales y momentos dl~ la historia. sentimiento dt." esas nacionalidades forzadn5 a inlegrarse en articula-
;~
,~. ciones políticas mayores y su vigencia a tT<ivé.sde 'las g(~neraciones.
b. Identidades culturales, nacionalidades y naciones y de la misma manera que no puede equipararse. el naciollnlismo
alemán, inglés o frttncés t.'on la defensa de las identidades narionalcs
El problema de lo nacional presenta. diversas facetas. Por una de polacos O irlandeses, tampoco es posihle homologar con aquéllos
parte, el concepto de nación carece de un sentido unívoco, aún cuando los sentimientos nacionales de las mayorías populares latinoamerica~
genera Ime,ntc se lo aSOt~ja con una comunidad organizada política. y nas. En el conceplo de sociedad que vt.'.nimos de,sarrollando, estas dos
¡~'~ el'onóllljcal11elltl~ alrededor de una forma de esl'ado cuya autoridad y dintel1sion(~s se articulan a su vez con la estructuración socioct.'onómic.a
legitimidad se extiende en un territorio determinado. A su vez, la interna de esos espacios sociales, otorgando nuevos dementas a la
nacionalidad, que supone una colectividad cuyos miembros compar- complejidad de la problemática nacional:
ten un pasado histórico, una tradición cultura I y un sentido básico de
11: solidaridad y perlcne,ncia, ha sido el sustento para la constitución de Hay un nacion¡'lIismo defensivo de los pueblos débiles y un
¡!I los modernos estados nacionales. Pero .Ia ('OnfOrm3ción histórica de Ilflcionalisll1o l~xpíH1sivoo que tiende a él. .. Elnadonalis-
J¡:IS naciones no Ileccsnriamcntc ha hecho coincidir estas dos nociones 1110 posee un doble. sentido scg(lIl corresponda id contexto
esenciaks. El concepto de nación debe diferenl,:itust.~ del de naciona- histórico de una nación IXldcrosa o de un país colonial. Hay
lidad en su accpción más amplia, cn tanto' csta última hace a un pues ... UIllIdiferencia de naturaleza entre el nacionalismo
¡
sentido de adscripción más dcfinidamcnte cultuHlI, que puede o no de las gr<lndes potencias que son formaciones históricas ya
t.'oincidir con un Eo;tado-nacióll: han existido y existen nacionalidades constiluidas y el nacionalismo de los países dél;iles que
difere.nciadíls en el interior de un E.~tado-nnc_!ón y también naciona- ilspira n a t.~onstiluirse en nadones. El nacionalismo adquie-
lidades desgarríldas entre distintos Estados-naciones o aún naciol1ílli- re connotiH.'iones irredurliblcmente contrarias según las
dades sin un asiento territorial claramente definido. Asimismo, la d.lses sociales que lo proclaman o rechazan. En síntesis, el
nacionalid.ld es una entidad más amplia y cualitativamente distinta de }! concepto dc. naciol1ídismo no es univoco,' da origen a
una trihu, u.na etnia o una casta, en e) sentido que tiende a generar. ,,
,~ dispares ideologías ... y los intereses materialt'.s de las
una conciencia de pertenencia con un alcance más amplio y complejo diversas clases sot'iales que se contraponen en la luc.ha
'1 :
~i: aunqu(~ no nec.esarifllnente se confunda t.'on la adhesión a Ull &tado-
ji política de. un país. aunque se escuden en Ullil misma
:-~
nación en el término jurídi('o-político:;~. palabra gcncntn imágenes nacionale.s divergt.'.llle.S... El
'~¡:
hj Elitos aspectos vinculados con el tema de lo nacional se imbrican nat.'ionalismo de las naciones oprimidas no amhie..'.ionala
l.' con la dimensión de la relación entre sociedades, 'que da cuenta de supcrioridíld como las naciones opresoras, sino lit igualdad
I!i I
1<1 posición de cada una de ellas dentro del escenario mundifll. Corno
ejemplo, lo nacional tendría distintas expresiones en el viejo conti-
entrc los pucblos3\
i¡ nente: por un lado, d naciomJlismo expnJlsivo dt.~hls pote.ncias que, En sentido invuso, la dinwnsión internacional -la
socicd.ldcs-
relación entre
ha jugado Ull' papel fuertemente, condicionante en la
li 1: en difert.'.ntes etapas, buscaron- imponcr S\l dominio bmlo en otros
territorios europeos como en las re.gioncs ultramarinas, siendo prota- confonmte.ión eslrudural de las clases y las fra(Tioncs sociales eJe los
f¡',:1 países tic América uttina. La subordinat':Íón de estas sociedades a
1;~¡ diferentes centros del poder muntlial en distintos momentos de su
.\::! I3iagini. Hugo: Filosofía americana e identidad: el cOIlf/icril't) c((soargelltino, Buenos hislorÍfI, actúa como uno de los faclores fundiHllcntalcs pina la cons-
Aircs. EUDEBA~ 1989.
- D(~J\lthullS. Miguel: .;Jdcntidad nacional y Est"do en el Perú.' en Arrospide de la Flor
tituci6n de sus (~structunIS económkas y sociales, t.~n tanto la capa~
y l)(rOs, op. cit.
- Frílllco.-Carlos; '.Izquicrda polílica e identidad nacionar' cn ¡dcm.
"1 - Gut:rra G¡ucía. Francisco: .;Política e identidad nacional" en ¡dcm. n lkrnándcz Arrcgui. Juan José: Nacionalismo)' libaaciáll. op. cil.
!~ ~
AtelltA ARGUMI3DO Los Sl1.ENCIOS y LAS V(X:l~ EN AMÉRICA LATINA
cidad 'de prcslOll que han podido ejercer esas pol,encias sustenlándose el USO de la pólvora, las arnulS de fuego y los caballos, el elemento
(',t~.alianzas con fuerzas nativas, daría lugar a sucesivos esquemas sorpresa, la capaddíld. para percibir y" utilizar inteligentemente los
produl'livos según el papel otorgado a esta región, Con potentes conflictos dinásticos o las contradicciones con las etnias dominadas,
impactos en la definidón de las clflses sociales: los mitos y tradiciones que debilitaron las respuestas indi;¡nas y otros
::r. múltiples aspeclos contluyentcs en el des(lrrol1o de ese dramático
L1S et;-¡pas "del proccso de incorporación a la historia ;~.
t.~ncucntro35. Pero t'.n tanto expresión de un vasto enfrentamiento de
mundial, la conquista, la colonización, y la rCl'olonización voluntades colel'.tivas, de, \In antagonismo po1ítil'o-militar donde inter-
o I1cocolonialismo, suponen l'ambios en las relaciones de
vinieron eomplcjos factores mílteriaks y morales, su resultado no era
producdón l'omo asimismo en la política de población. necesario, De esta manera, en las ¡'íreas l\l',ocolollialcs o depcndie.ntes,
.&as etapas que se extienden, la primera durante los siglos
la conformación dl~ las clases sociaks en vincuhtción con los domi-
XVI y XVII, l. scgund. cnlos siglos XVIII-XIX y l. tcrcer.
nios l',xtcrnos y sus alianZHS nativas h;:¡ adquirido formas y mediacio-
dUTélntclos siglos XIX y XX no se mucslran con los nlismos
nes pCl',uliares en dislintos pcríodos dt', la hisloria. Tal como en la
caractcres cn todo el continentc. Ello se cncuenlra en
aetualideld e.l inl'fl~mcnto de la desocupación, la t1liuginalidad y el
tcladón dircclfl con la estmctura que mucstran o han 'il l~mpobrl'_cimiento crítil'o de las mayorías, tie.ne una relación directa
moslrado los diferentes estamentos sociales, como también
con la dinámica del poder impuesta por los E<.;tados Unidos y los
las diferentes etnias, tanto las indígenas como las que se han
1," grupos cconómko-rinandcros localcs, una dl~ cuyas l1lanifl~staciol1es
incorporado. provenientes del continente africano y de 1(1 mÍls nítidas ha sido (~I origen y lratamicnto lk la dcud::l l~xterna36,
::'i Europa misma l~n las diferentes etapas.34
11 j c..Clases sociales y sujetos históricós
l ¡,"
Es por de,más evidente que las formas de Jo ecoilómicosocial
se fueron estructurando en América Latina luégo de la conquista _
los csquemas de. produc<:ión aSl~nl¡ldos en la mita o la cnl~omicnda y
que
1....<1
dife.rcnclación intcrna dt~ las sociedades a partir de los modos
de inserción dl~ los distintos sedo res (~n el sistema de rdaciones
'j;' ",' la reimplantación en gran escala de la esclavitud para extraer riquc-
zas cn t~l contexto del capitalismo comcrC-ial- .son n~sult;¡l1lcs dl~ un \
produetiv,",s y de illlcrcilmbio. l'onstiluyc un dato d(', ccucial importan-
cia panl el ell1áliSis dl~ los procesos políticos l~ históricos. LfI e,struc~
j' l~:
pron~so esencialmcnte político-militar y no dl~ una evolución natural {i tura sociocconómic,¡ da cuenta dc la conformación de las distintas
l' de los potenciales tTOI1Ómi<.'osprecolombinos. Tampo(:o se derivaron dases. cstr¡.¡tos y fran'iones sociales e,l11ergclltl's dl'. IHS formas de
el de un "contrato" entrc individuos libres, iguales y propie.tarios o a propi(;d,ld y control de los rl'.CUrSOSproductivos y del procesamiento
partir dd at'Cionar de una mano invisihlc que, en la articuléll'ión del dl~ las difercllle,s adividadl',s vinculadas ('on la cconomÍa, E<.;tas "ca-
i' ~ Illcrl'ado, logra lransfonnar !tI conducla egoístél de los individuos en tc,gorías censales" rclkjan la composición dd poder cl'ollómko, sus
;¡;: un bkllcstar general. modos de :Jfticul(ll~ión y l~oncenlradóll, el Pl',SOespecífico relativo de
I1
I Lel condición decisiva para la implantación de cstos nuevos modos los direrl',ntes grupos. el grado de heterogeneidad dc ('ada uno de
: produc,tivos ad.lptados <1 las condiciones socioculturales y a Jos recur- ellos y un conjunto de ele.mentos que permitcn evaluar los niveles de
sos exislentes en l¡:¡s diferentes án.~as, scría In posibilid;¡d de someter' 1 vida y las Celfóu.:lerísticflSde la distribución de 1" riqueza c.n un país
,,' CI las pohhlc-iones autóctonas; y así, la dinámica económica y la 1,1 y un período dados:\?,
l~strueturad6n cn clases y estamentos socicdcs, serán el resultado de
JélS guerras entre los conquistadores hispano-portugueses y los pueblos
tI
!
i'; originarios que huscaron resislir al sumetimiento. No había, sin
\1
, embargo, ninguna lógica intrínseca de caráctcr natural que hiciera
ineludible la derrota de las euJturas amerinl1las. Sin duda, la
.'~Todoro\'. TI.\'elan: La cOllqui.\'/a deAmérica:
1987.
el problema del olro, México. Siglo XXI,
I
.\8 Fcim<1nn, .losé 1)"bJo: El perollismo
Cimarrón, 1974.
)' la primacía
de la política, Buenos Aires, '.,l' del sistc.ma prod\lctivo- seüa}¡tbll: "Frente a una situación tan dum,
c.u:ilquie.ra de nosotros solo con su familia Sl~destruye. Nuc.stra única
.1 .\<1 Portilllliero, Juan Cilrlos: op. cir.
- Húvey, D<lvid: op. ell. s.did(l es la solidaridad y la organización, Hay que organizarse para
1:'1
'[
'"
AI.erRA ARGlJMEDO Los SILENCIOS y LAS VOCI3 EN AMf::RICA LATINA
la necesidad porque si no, 110 la podemos resolver: nuestra primera desviaciones populistas, a una forma de distorsión de. los verdaderos
necesidad fue la vivienda y nos organizamos para' tomar las tierras; objetivos histórieos formulados por el socialismo científic.o. En
ahora la necesidad es la comida y nos organizamos para 'las ollas; pero Gramsei, una visión historicista de la conformac.ión de las t.'Jase.s
también es una necesidad que nuestros hijos estudien; es una necesidad sociales haría resaltar sus- manifestaciones c_ulturales en el interior del
trabajar; es una necesidad participar políticamente; es una neccsidad .. ."40. pueblo-nación. El concepto de pueblo conserva en Gramsc.i la idea de
Los habitantes de cada manzana eligen un delegado para integrar la conjunto ,de los sectores soc.iaks que han de ac.ompaftar las luchas
asamblea del asentamiento; a su vez, de esa asamhlea salen los repre- proletarias; pero al adquirir una cspc.cificidad nadonal, recupera los
: 1
sentantes que componen la federaci6n de asentamientos urbanos, rasgos ('.ulturales de su constitución como un dato no secundario de
gestando nuevas formas de rearticulación del tejido social. Una visión los procesos históricos. Empero? la relación entre sot.'iedades no juega
organizativa y una concepción que evocan, al finalizar el siglo XX, las en Gramsci un papel importante para la definición de los procesos
propuestas de Artigas al comenzar el XIX, nacioml1-popularcs; se trata de un énl't1sis (-entrado en las facetas de
Este caráctcr "nadonal y popular" de las clases subordinadas las identidades y cOl1ccpl'iones del mundo e.11 el interior de soc.ieda-
latinoamericanas se vjncula eon una significación espccífica del CO/l- des con una historia predominantemente autónoma, Por el cOl.ttrarÍo,
cepto de pueblo. El pueblo en tanto categoría política estLÍ.presclltl: en la perspectiva maoíst-a -formulada desde una nación que ha
en la matriz del liberalismo jurídico: concebido por Lockc COlllll el sufrido la experiencia colonial:- el' concepto de. pueblo adquiere un
conjunto de los homhres libres que acuerdan una unión volulltaria carácter más defillidamente polítit.'o. El proletariado --o al menos la
para formar un gohierno ya que "todas las sociedades políticas arran- ideología del proletariado- aparece conm la ('ondic.ión nuclear para
',' la constitución del pueblo; pero su partic.uJar composición cn <.'ltda
caron de una unión voluntaria y del 'mutuo acuerdo entre hombres,
que actuaban libremente en la elección de sus gobernantes y de SlIS t'oyuntura histórica o poJític:1 se define por los comportamientos de
ALCJKA ARGUMEDO
Los SILENCIOS y I.AS VOCES EN AMéRICA LATINA
El pueblo <tI que pretendía representar Arligas estttba fonnado en el marco dc.~las relaciones inte.rnadonales y de las condiciones
mayoritariamcllk por los indios, gau<.~hos, mestizos, Illulatos y negros, históricas conc.rct<ls cn las cuales se discute el problema. La dinámica
base social estratégica a la que habrífl11 de sumarse otras capas mÁs
estructural deja de tener una necesidad a I mismo tiempo que se
favore<.'idas de IR pobJttción, pero igualmente dispuestas' a afirmar la cuestiona la definición de pueblos, culturas o nadones superiores e.
autonomía nacional y la equidad social. Estos planteas, que también infer"iores; a partir de lo cual cambian esend<tlmente los supuestos
fueran formulados por la rcbdión de Tupac Amaru, pesaban con ji
teóricos como bl\se de una matriz de pensamiento diferenciada.
fuerza en la mentalidad de Jas mayorías federales y estarían prescll'- r Dentro de este marco, es preciso considerar los tiempos en los
les. con rasgos propios, en las más diversas experiencias de masas de
América Latina, olorgando al concepto de pueblo un iguaJitarismo cuales se desenvuelven los diversos fenómenos en té.rminos de larga,
esc1wial. étnica y culturalmclltc más inclusivo que el pltllltcado por medialUl o corta duración. En el análisis histórico-político de los
las corrientes liberales. procesos nacionales e internacionales y del desarrollo de hlS identi-
dades sociales, existen algunas líneas que mucstran su pcrsislenda en
La heterogénea composición de Jo popuJar en América Latina y el l<lrgo plazo, como las adscripciones lingüísticas familiares, coinci-
el dilema no resucito de tél 3utonomí<1 y la justicia sOl~iaJ, otorgan al dan o no con la lengua oficial de la nación; ciertos aspectos cultu-
pueblo una complejidfld política signifkativll aún cuando, en sus lí- rales básicos~ los asentamientos territoriales y otras formas de perte-
neas fundamentales, hace referencia al conjunto d(~ Jos sectores socia- nencia que pueden medirse por centenares de años. Por otra parte.,
les y de las fuerzas políticas dispucstos a afirmar Jos intereses nacio-
hay in!oita.ne-iilsde mediana duración que en América Latina sc ligan
nales y la solidaridad, frcnte él los proyeclos ncocoJoniaJes. La idea c.on las formaciones nacionale.s a partir de la unificación de diversas
de pueblo vinculada con la neccsidad de '(.'ollvocar 11 Jos más amplios
¡; regiones y la consolidación de los modernos Estados O las evenluales
sectores de !tI sociedad, que tiende a {'ol1formar propue.stas
formas dc. integración continental o supran<lcional. La c.',onstitución
Illovimientislas donde se <..'onjugan distintos hile reses y f1spiraciones
, formal dc.! E'itado-nación en los países latinoamericanos tiene poco
alrededor de grandes objetivos comunes, se ha reproducido cOI\tcarac.
más de ele.u ailos; y en algunos de ellos, como el Perú, existen aún
teres simiiflfcs en las exp{~riencias nacional-populares del continenfe
amplias franjas de pobladón escasamente integnldas a esas estructu-
!¡ durante los últimos dos siglos. El concepto dc pue!JIo hace refercnc.ia
ras nacionales.n. Finalmente, los procesos de. corta duración o de
entonces a la conslrucción de UII bloque político-socia I del conjunto
carácter coyuntur¡lI, hacen referencia a los distintos sucesos que ex-
de las clases subordinadas cuyas caraclcrístic<ls son esencialmente presan fas disputas entre IfI!oifuerzas sociales pua de.finir las orie.n-
11 históricas, ya que la C'omposiciól1c.~n clases y fmccjones s(Kiales que
tadone.s y la configuración política de. una sociedad dada, tanto en
han ido integrando l.~SOS movimie.ntos populares ha fldquirido rasgos
sus aspectos internos como en su inserción dentro del contexto
~ disímiles en los dislintos pflíses y coyunturas dehl bisloria:lt;
mundial. E'itán ligados a través de. múltiple.s mediaciones e.on espe-
I 1
i
los proyectos populitrcs, que han sufrido derrotas, acosos o proscrip- rric.-'Illes libe,ntlcs, del nuuxismo ortodoxo y de los nacionalismos
i done,s. Se sabe que cl il11pac.~tode los medios de comunicación es ;\'1 Inlc.'.gristas; en tanto hace ya varios milenios que no existe en el
':1 invcrsamentc.~ proporcional ni grado de vitalidad del tejido social, a la rt~gistro real de ];1 historia algo como la cultura o la soc.iedad, COll-
, I
extensión d(-, ),IS formas organizativilS populares, a lel cre.~dibiJjdad de l'l'bidas e11 términos de un espacio cerrado sobre sí mismo, interna-
sus referentes políticos y sociales, a la capacidad de instalar opciones lIIente homogéneo, aislado de otras sociedades o integrantes dt., una
viables frente a Jos discursos y propuestas dominantes. 11" Hupucsta cultura universal..
A m,lIlera de ejemplo, la ('apacidad ofensiva que en la América
L,tína de los o('.henta y noventa akanzaré!n los proyectos de corte
ncoliber.al, se vinculé! con su implantación luego de un período de
dict<tduras militélf('.s represoras, que é1niqllilaron las formas orgíll1izativas
y los liderazgos de orientación popular y se acompañaron de un
hostigamienlo económico a través de )¡t dcsocupat~ión, e.l empobrc('i-
mÍe,nto y la margimlción. Ta les t'ondiciones produjcron un repliegue
"¡ ; atomizildo de las clases populares que. htvorece el accionar de los
ji medios de comunicf.lción, de los discursos nionocordcs, de las técni-
"
cas del marketing político. Se manifiestan entonces conductas electo-
,I rales relativamente imprevisihlcs, un vertiginoso asccnso y descompo-
\I sición de los c.~ons(~nsosy lidenlzgos y otras .nulllifestaciones de dis-
~ ji
persión caractcrístÍ<..'as de una lenta y trabajosa rcartic..'ulaeión de los
1~
U ¡!:;
espacios sociales. Por el contrario, una miradll de mediélllo o I<lTgo
I~ plazo permite percibir (~sas (~tapas de aV<lnces y retrocesos de hls
, '
fllternativas JHldonaJ-poplllares frenle a los proyectos del bloque
oligárquico vertebrado con las potencias hegemónicas; en un proceso
~j'
JI que, como tenclcncill general, se ha mil nifestado a través de grandes
t movimienlos sincr6nÍ<..'os en los cuales partkipfln la mayor parte de
~! nuestros países.
&tos lineamientos derivildos de un concepto de ~wciedad esencial-
lllcnlc histórico y político, donde c.onfluyen tres dimensiones
inescindibles que se articulan eOIl la definición del homhre como un
ser social identificado constituyen, para nosotros, la trama fundante"':
i: '!
de la matriz de pensamiento nacional y popular en América Latina,
~I
a partÍr de lil ('ual ('obran un significado dislinto las idl-'as y COIK'CP-
,1,1' " los presentes en '-el debate teóric.'o y político. No sc trala de plantear
,'1
1" ' sistemas conccplllitles ccrréldos, leyes inapclilhlcs (l atlrmadones ab-
18
solulas' , sino de formular un .encuadre.., un punto dc.~p<lrtida distinto
,
~1IBi<lgini. 1:I1Igo: op, cit.
- NlIll, .José: op. cit,
[
"
"
,
~.!
VI
LI¡'" ¡
1,: ALGUNOS CONCEPTOS DEL ANÁLISIS POLÍTICO EN LA
!ji PERSPECTIV A NACIONAL Y POPULAR
n;
:¡
(,
1
i' \., l. LA ]IRIMActA J)f; LO IIOLfnco
:r-
~l
a. 1..0 político como síntesis de relaciones de poder
:r,!
~:
'
Las identidades étnico-culturale.s, las diferenc-ias socioecollómicas
~ y las relaciones entre sociedades, que definen el c.oncepto de soci-e-
~ dad en la perspectiva popular latinoamericana, constituyen al mismo
tiempo los principales eje,!; de conlliclo que pue.den registrarse. en la
r'~j,.
['
, '1
historia, con sus distintas combinaciones o predominios en difere.ntes
f..'oyunturns. Así, cualquier utopía de un mundo padfic.o debe necesa-
riamente plantear la resoluci6n de. (',stas tn~s IÍlH.~as básicas de
,
I ,'
fl."" " enfrentamiento e.ntrc los seres humanos: el respeto (l l.as identidades
1
~' culturales, la equidad social y la c.ooperación entre países y re,giones
i! soberanos, sin subordinación ni expoliadones, serían la base de un
mundo donde los acuerdos y compromisos puedan reemplazar la idea
de la polítil"a entendida como guerra, (.01110 una lógica de antagonis-
; moS entre amigos y enemigosl. Porque mientras existan pueblos en-
'::)
, ¡;;
teros, fracciones sociales, 'hombrr.s, y mujeres humillados, sometidos a
.1 l",oudiciones miserables de vida, será difícil la paz en la historia.
ji
,
~,f,
ti Para nosotros, estas tres dimensiones y sus específicas
combinntorias en cada circunstancia, actúan como elementos explica-
tivos fundamentales tanto en las remotas confrontaciones entre clanes
,- o tribus, como en las grandes guerras, r.n los contlictos religiosos, en
'.t:
los procesos de expansión imperial, en las manifestaciones del racis-
mo, en las luchas civiles y de c.lases, en los movimientos de libera-
],, ción nacional o en la actual desintegración de los bloques de poder
¡,I
,,:! I Lechner. Norberl: Los patio .••inleriores de la democracia: subjeti\'idad )' política,
'1/
Santiago de Chile. Fondo de Cultura Económica. 1990.
lil
j'" Los SILENCIOS y LAS VOCFS EN AMÉRICA LATINA
ALCIRA ARGUMEDO
k~.,
'C-!,
",;"
mundial que hegemollizaron la Unión Soviétit'a y los Eo;;tados Unidos. l'.xpresan en ellas. Entendido como un proceso altamente dinámico y
,1
"
i
Tales c.ontlictos se han Jll¡:mircstado C0l110 complejos procesos políti- complejo ._y no como un c.stado permanente, siempre igual a sí
j
'ti' E'ita perspcctiviI concihe ti ltt historitl como un proceso de tas tendencias y probabilidades"'.
Ir.,
1-",
"
enfrentamientos o (Icuerdos entrc. intereses, aspiraciones, identidades,
fuerzas socütles y proyectos políticos que expresan voluntades SOCi;I-
Como síntesis abarcadora donde se expresan las contradicciones
de una sociedad en un contexto de relaciones inlernacionales, incor-
[,i I les; y no (X)lllO un avance hacin formas superiores de raciona lidtld pora los elementos económico-materiales pero no es un mero emer-
:1', cuyas pautíls esliín dad<ls sólo por el criterio de los más poderosos. gente de los mismos; conlleva t~oncepciones del mundo e ideologías,
L1 historia deja dl~ presentarse entonces como un proceso unilhleal pero no se n~slringe a ellas; illtervienl'.n explícitas a implícitas ins-
:1
l' h¡ICiel mctilS conl~cbidas por el homhre universal y hacc emerger ~ tancias milit:ucs y múlliples fonnas de organización social o poJític.o-
1 illtcrroganks referidos al protagonismo, la participación y las conCl~p-
dones de al.l.~lias capas sociales marginadas. Tiende a disolver la
institlll~ional, que no agotan el sentido último de su composición; y
también 1"ldorl~Ste.cnológil'os, l'omunk(lciona)es y de información cuyo
J',1 necesidad de las leyes que imponen los núcleos dominalltts del poder, peso relativo y modos de actuación pue.den tener una gran variabi-
lidad según las circunslancias. La lluidez y complejidad qUl~ c.arac-
lImpliclJldo Jos espacios de 1(1autocreal~ión popular en contra de su-
puestos fatalismos'\ te.rizíI a lo politico tienden a dcsdibujarse. en etap(ls de relativo equi-
La primacía de lo político l~n Jos procesos históricos y sociales librio, donde. un dcte.rminada proyecto ha logrado imponer su inercia
conslituye uno de los nudos teórkos fundamclltales de la matriz de y alguno de. los componentes parece alcanzar una marl'ada preemi-
pensamiento nacional y populclT en Amérka Latina. En el sentido que nencia ---económica, militar, polílico-instilucional, etl~.- susceptible
le damos en este trabajo, el c.oncepto de lo político en tanto COlll- de CllmaSCClfar las transformaciones que se vaH procesando en su
pleja configuración dl~ distintas manifestaciones del podl~r, incluye interior. Pero adqui('.rell toda su- relevancia si se reconoce la presencia
I j;l'
del acontecimiento en la evolución de la historia.
I ' como llllO de sus componentes a las formas de la 'política ligadlls con
/¡II los fenómenos Il1~SH~otlldos de la rcpresentatividlld y Ja organización Llamamos acontecimiento al 'Ocurrir de determinados hechos o
~¡lli institucion;ll. En este sentido, una dktadura militar es UlI fenómeno procesos que generan una nueva dinámica ell el devenir político y
,~,'
'ir
esencialmenle político, a1111<,.~uandouno de sus rllsgos fundament¡lIes sociill; lluevos lineamientos de desarrollo y contradicciones que dan
sea la inslllllTaciólI de un poder que anula o prcsl'ribe las institucio- lugar II UIl replanteo de las alternativas históricas existentes con
nes de representativid;¡d política. A su vez, la primacía de lo político antcriorid;¡d5. La lógica del acontecimiento significa que un hec.ho
reconoce la rclativiI autonomía ell el desarrollo de esas distintas esferas detonante. reformula el proceso histórico ante.rior y produce un esce-
de 1.1 activid'ad social y de las mallHestaciones del poder qUl~ se nario dife.rcnte en el ronjunto de una sociedad o en la arena mundial.
"1"
i,
~Argumedo, Alci fa: Los I((herintos d~ 1(( crisis (América Latina: poder trallSllaciol1a/)' .¡ José: La rehelión del coro: eswdios sobre la racionalidad
NUll, polílica)' el sell1ido
".1: comunicaciones), Bucno:- Airt.::-. Punlosur/ILET. 1987. común, Buenos Aires. Nueva Visión, 1989.
:!j
li .\Wilner. Norberto: La recuperaciól1 de la historia: 1(1 I'isiáll juslicialista, Buenos Aires, - Lechncr, Norbert: op. cil.
Cimarrón, 1975, s Olsson. Gunnar: "La lógica del acontccimiclllo". México DF. t979 (m.~meo).
1!1 :i
11:
'1\
Los SILENCIOS y I.AS VOCES EN AMÉRIC.A LATINA
ALCIRA ARGUMEDO
•.
¡
~.¡
.
,'o' ~
~
El acontecimiento es un resultado que aparece ('.omo respuesta a una
historia precedente, ti una crisis histórica sin parámetros necesarios
vuelve contra sus utilizadores, una domillélc.ión que se
debilita, se envenena a sí misma, algo distinto que aparece
de resolución. Por lo tanto, ]a resolución de esa crisis a través del ell escena enmascarado, Las fuerzas presentes en la historia
'L¡ acontecimiento va siempre más allá de la situación previa. En tal no obedecen ni a un destino ni a Ulla mecánica sino al azar
medida, es posible intentar explicarlo a posteriori en función de las 'f; de la lucha ... No se trata de coloc.(lr todo en el mismo plano,
'1.,
'! condic.iollCS dadas, pero no es un resultado necesario de esas cOlldi- r qUl~ sería el del suceso, sino de considerar dclenidamente
¡
"
~;
('-iones;' su real significación no se akanza mediante una mera deduc-
ción histórica. Como se ha a(irmado, el hombre explica al mono,
pero desde el mOIlO uo puede deducirse el homhre; auuque el h«,ho
de que lo histórit~o pueda interpretarse desde el presente, establecien-
que existe toda Ull(1cstralificaci6n de tipos de sucesos
diferenks que no tienen ni la misma importancia, ni la
misma amplitud cronológil'a, ni la misiuíI capacidad para
pr?ducir efeetos.7
ri¡ do cierta coherencia en el desarrollo de los procesos, otorga la falsa
j.,
J' imagen de que el presente puede úeducirse úel pasado6• Desde nuestro punto de vista, c.I dcscubrimic.nlo y la conquista de
¡ América fueron un acontecimiento; ]a Revolución Francesa, el des-
f' El aconteómiento es siempre político. Aparece como síntesis de
l..
:
embarco de Guillermo de Orange en las ('ostas británicas, las dos
tt. innumerables factores --económic.os,
duales, organizativos,
cultuntles, tecnoJdgicos, indivi-
militares"""-- que intluycn en las definiciones de
guerras mundiales y sus resu1t(ldos, los golpes milita res o los levan-
tamientos sociales de magnitud, la caída de.1 muro de Berlín ola
", grandes momentos de la historia t.~n determinados p.IÍses o en lo
desintegración de la Unión Soviétiva fueron acontecimientos. SUl~esos
internacional. Es t'onsecuenc.ia de ulla particular conjunción de los
que marcan hitos de reformulación histórica de mayor o menor en-
ele.men.tos intervillientes que cada UIlO de. ellos aisladamente no es
¡j capaz de producir.
rcformulaciones
Marca mome.ntos de -ruptura
de vasto alcance cuya magnitud puede ser ignorada
e ine-Juso
vergadura; sin embargo no estahan il1sniptos como necesidad en la
situación anterior. Y si existen acontecimientos t.~nla historia, ésta no
~ puedc ser interpretada nunca desde una perspectiv(l unilineal o a
I
por Jos propios at~tores que lo protagonizan. Sin embargo, el acon-
~ partir de la formulación de leyes. Lo cual se hace e.xtc.nsible al
1I
tecimiento no es algo que ocurra a partir de la nada, un cmergente
prest.'.nte histórico y a las perspu ..tivas del futuro, por encima de la
I~ .Izaroso sin condiciomllltes socio-históricos .. Las potencialidades están
legitimidad de las hipótc.sis, tendenr.i.ls o proyecl'i011t.'.Sque pucden -
siempre -inscriptas en la historia anterior y sin ellas es imposible que
f1 ocurra; pero su ocurrencia efectiva, su capacidad de superación de
y deben- [onnulilrst.'. desde las ciencias sociales o e.l acdonar polí-
I tico.
ulla crisis, de un (lcolltecer que se redefine decisivamente, no es
necesaria. Puede sueedcr o no; eS(lS potencialidades podríml orient(lr-
11 se haci(l olras direc.eiones, hacia otréls c.ombin(lCÍones posibles u otros ti
~
b. l)olítica y economía
:1 lineamientos de resolución. En este sentido el" c.ontepto que utiliza. I'l E~ sabido qUl~ el concepto de política tiene divt.'.Tsos significados.
1110S gll(lrda eierta simililud con la "irrupción del suceso" señalada En este aspedo, las matrices de pt.~nsamiento st.~diferencian entre. sí
í.
ij"
por Michel Foucaull: ti no sólo con reraenC-Ía a las relaciones pOSlulfldas t.~ntrc las formas
políticas y los pron'sos cl~onómico-f".stnlctural(~s; ade.más, el sentido
11¡i Hay toda ulla tradición de la historia (teológica o racionalista)
que ('(Ida una de ellas otorg(l a~ la concep(:ión de. la política está
J.<.
que tiende a disolver cl suceso singular en una t.'ontinuidad
'~l idea) al movimiento teleológico o encadenamicnto natural.
fucrtemenh.~ c.onnotado por aspectos ideológicos y culturales y funda-
II La historia "efectiva" hace resurgir el suceso en lo que
mcnta las propuestas acerca de la reprcsentativitlad, la participación
y el akance de 1(1democrada. De al1í que uno de los ejes dr.cisivos
lil puede tener de único, de cortante. Suceso, por es lo es
de la lucha política sea el definir qué. significa hacer políticaS.
f necesario entender no una dedsión, no un tmtado, un reino
,
o una bat(llIu, sino una relación de fuerzas que se invicrle, Ul idea del predominio de lo político se. distingue daramcntc de
" I
un poder confiscado, un vocabulario retomado y que se las vt.'.rsioncs de.! liberalismo jurídico que hablan de la tllltonomía de
la política, t'_onsiderando al siste.ma político .como un orde.l\ nonuati~
I vo-instituc.ional, un esc.enario en (~l clIal se mueven los protagonistas Mao Tse Tungl~ --desde planteos estratégicos di1'ercntes- van a marcar
por (~xceJenda, es dedr, los representantes de Jos ciudadanos integra- r.I problema del predominio de la políticil, aunqu(~ sin cuestionar hasta
dos en partidos. En su fonfonuadón y funcionílluiento, este orden sus últimas instancias las vcrtebretciones conceptuales fundantes de esta
político está supuestamente desvinculado de los procesos que se matriz de pensami(',nlo:
jll.
, desarrollan en la soc.iedad civil, donde el carácter de las relaciones
Gramsci es el prilm~ro que. desde el interior dd m<lrxisllIo
económico-sociales es solamente el fruto del despliegue de los dere-
t trata de poner las bases tc.óriCttSde la primada de la política
r
"
chos- individuales garantizlIdos por el orden jurídico. Como ya hemos
señalado, para esta matriz ideológica, d derecho natur<ll de propiedad
,1 en la eslructuración y de.seslructuradón de las so(~iedades.
I
no conlleva confrontaciones entre intereses antagónicos derivados de f. Para ello, debe romper con los restos de 1<1tcoría liberal
las diferencias económicas y de las consecuencias quc para amplias ehísica qtJ(~sobR ..vive e_nlos análisis del marxismo vulgar
¡I~; masas de población genera la conccntración de ese derecho. En esta sobre. las r<.~laciones('.ntrc.economía y polítka, cnlre sO('ie-
l.'.
:1
l.
'¡
~
1', ,:.'
,,'1
1,
i
,;1
tífero desarrollo de );IS Icy(~s 111cr<..~antiles.
El predominio de la ecollomí;¡
postulado de hecho por estas vertientes, deja a los procesos políticos un
te. El cambio e.stá dado en que el1ibcralismo ve al Estado
como el rcpn'.scntallte de los intef('.ses de la sociedad y el
mélrxismo vulgílT como el represe.ntante de los intereses de
rol secundario, suhordinado a ]a verdadera l"ohsisteneia de lo social. Por
i uml clase, pero en ambos casos la rclaci61l l~Sidéntlcfl,
ello, pueden ser eliminados si en su accionar dificult<lll el sano devenir
aunqll(~ d l"l~onoll1icisll1obusque "dialectiz<tr" el esquema
del mercado, reemplazándolos por dictadur<ls militares, por gohiernos
1\1('.dÍflnkla introducción de la teoría del ("olltliclo socialu.
rcstriclivos (1 ('u<llquicr forma funcional de ,lIIulélción de Irl política en
beneficio de la primacía económica l0.
En lil5 ideas que venimos desarrollando, intent;unos cvit<lr una
Se'" diferencia
también del marxismo ortodoxo, que concibe a la inversión rcdlH.'.cionisla de las rda('jones entre los diversos espac.ios
polítiCfl como emergemc. de UIl<lverdad más profunda Hs(~ntada en las de 'la aclividad soci:t1,. cn tanlo la ¿Irliculación de.. distintas expre.sio-
relaciones de producción e inlercambio; base de la división de ]a socie- neoS del poder que ~e sinteliza en el cOlll~eplo de lo político no
d,ld en clases socia-les y nivel cslructural a partir del cual se revelan Jos po,,,tulil el papl'i decisivo de uno u otro de sus componentes en todo
:1
v(~rdaderos significados de los cOlllportilmil~ntos poJítü:os de una socie- tieJllpO y lugar'4. Lil evolución df. las sociedades y d(~ las relaciones
I!r dad dada. En este sentido, d(~J1trodel m<lrxislllo tanto Gra111sdII como
¡ji inleTllationa!c.s illvolurra particulares configuraciones de factores eco-
nómiros, cultura ic.s, poi ítico-institucionalcs, mi litares, tecnológicos,
<l Portantiero, Juan Carl~)s: "De la contradicción a los conflictos" en l.a Ciudad Futr(Ta cOlllunicacionalc~ y dein1'ormaci61l, organizaciones sociales de diver-
N!! 6. Buenos Aires, noviembre 1986. so tipo y otros l11úlliplcs elementos que ticnen una rclalivfl autonomía
-Srnulo\'itz, Ctlttllina: Entrevistas (f rcpres~nt(flltcspolíricos sohre la reforma consti-
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Buenos Aires. La Lltaro, 1958. 1,1NUIl. JOSl~: op. cit ..
I
ALCIRA ARGUMEOO
Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMERICA LATINA
i¡:,
y pesos específicos diferenciados en di~tjntas coyunturas. Al mismo
tiempo, cada uno de' ellos 110 puede ser t1prchendido en lodo su
significado a] margen de la vcrlebración de Ullél il1stancüI más
f~
¡~K.~
T¡¡llto en los escenarios nacionales' como en lo internacional, las
contradicciones e.ronómicas e.stán insertas en relaciones de poder cuya
.lharcac,Jora que dcfülimos Como lo polftico. composkción excede lo cspcdfkamcnte económico. Las supuestas leyes
11' , de la economía son resultantes de tales relaciones de pode.r, allll cuando
Esto no implica, por lo tanto, negar la (~xjstcncia de una :I¡.~~'~" la dinámica que imponen pueda a su Vt.~Zgenerar nuevas condiciones
materialidad económico-social susceptible de ser leída: la concentra- iW~;
ción del poder económico puede establecerse con rigurosidad ti través
de estadísticas, cifras y proporciones. La magnitud de la dislribueiól1
,.".I~;\
~, .~¡,}¡'
",,'
estructurales, un reordcnamicnlo más o mcnos severo de los sectores
sociales y las relaciones internacionales y, en l:onsecuencia, renovadas
formas de cshlb]cl'cr los ejes del antagonismo de intcresesl6:
positjv~, o regresiv(I de Ja riqueza social tiene té.cnicas muy refinadas :~.,'
de lllc"dición; la potencia económica de un país en fuución de sus '.\ En Jos países dependientes, la región política es dominante ...
>
,-1','
recursos productivos, su PBI o la composición de la balanza comer- esta dcpcndcl1ci.l les ha sido impuesta por las naciones
cial y de pagos es ac.cesible a Un conot'.imie.llto ajustado. Pero UJUI ~. impcrüllisl(lS quienes han realizado su política de dominación
cosa es leer o hacer diagnósticos y o(ra afirmar que hay Ulla reso- con la más poderosa de sus armas: la cl'onomía. ¡,Por qué el
ludón ne.cesarül de esa materialidad en t.'.I IllCdÜlno o largo plazo librccomeTl'io deSmitb y Ricardo'? ¡,Por qué esa confianza e11
hada uno u otro destino. En el campo de lo político Ja ciencia las leyes objctiv,lS dclmcrcado, de los procesos? Porque allí
carece de esa aparente capacidad de conocimiento que mostraría en ganaban ellos, los duellos de 1(1economía ... Inglaterra fue la
la economía; pero lo polí/ico es el It~gar de Ja resolución de contra- que realizó con Illayorcjcmplaridad e] principio imperialista
dicciones entre fuerzas sociales y, por lo tanto, también de ]a del primado de la economía. No ocurrió asÍ, por ejemplo con
düel'donalidad que se olorga a ]0 económico. La nalIlralización de Alemania ... Alemania, IUIc.ión¡¡Irasada en el desarrollo c.api.
la economía derivada de eoncebirJa como regidtl por leyes se da, téJlista, no puede confiar su suerte a las leyes objetivas de la
precisamente, al obviar eJ podcr polílico que, ell su sl~n1ido más cl..'onomÍa,de los procesos, deberá forzarlos con la IX'lítica ...
(..ompreftsivo, permite a determinados sectores o nélciones imponer sus El proteccionismo bismarekiano, .. significó la compren.sión
',!:
propios intereses como leyes t1utónomas, naturé¡]es, sUpucslélmentc es- profunda del siguiente problema: una nación en atraso no
pontáneas, de.) desarroJlo de las sociedades .. pUt~deabandol1;¡rsu destinoa la espontalleidaddelos procesos
Los cOlldidon(lllles cstmcturaJcs forman parte esenci(lJ en la t'ompo- históricos, pues las lIamadcls kYl~Sobjetivas de la historia
sición de ]as fuerzéls socülles; ya que quienes poseen el control de la jélm~sson otm cosa qut.'.la cxprt.~sióndel poderde las naciones
, ,
riqueza y de los recursos productivos estratégicos delentan una de hls que detentélll la hegemonía mundiaL. el poder en el plano
"
Soviética en sus respcctivas áreas de inlluellcia. E~ precisamente lit abiertos, que obligan a elegir entre las múltiples posibilidades que
incapacidad norl<'.americana para seguir imponiendo unilateralmente sus plantca cada situación. En este sentido. carecen de certezas y única-
+! propios intereses, sus propias "Ie.yes" en el comportamiento del mercado ~ mente pueden evaluarse a posteriori como corrcctas O incorrectas, de
1':;
1;', mundial -incluyendo entre otros aspectos los precios del petróleo y la , acuerdo con sus aciertos o fracasos. En el diseilo y planificación de
;:1' ;;, sobrevakmH.'.i6n del dólar- lo que actúa como dctonánte del desequilibrio JI
'~'I:
las coordenadas de al~ción económica o política, es posible ajustar
~¡ el~onómico internacional. Por otra parte, el incremcnto del valor del "'i
criterios con el máximo de rigurosidad para optar entre allcrnativas,
j'
crudo manifiesta la relativa fortaleza alCanzada me.dianle la acción ~i sin que ello garantice los resultados esperables, dada la complejidad
';jf conjunl3 de los países del Tercer Mundo en esos momcntos, que cuJ- de los aspectos que intervienen en los procesos históricos y sociales.
¡j. minaría cn la decisión de la OPEP; y se conjuga con el crecimiento de A su vez, tales decisiones operan sobre la rcalid3d y produccn diver-
nuevas potencias emergentes -Chil13 Popular, EUroPíl Occidental y el sas consecuencias y rcordenamicntos e.n los diferentes planos, que no
I pueden preverse con la exactitud de las ciencias físico-matemáticas;
I Japón- cuyo accionar desestnactura la bipolaridad mundial. En este L~
I'r; l:ontcxto se prolx~sará ailOs más tanle la desarticulación del bloque lo eua) incluye las supuestas "leyes" cconómic..'as:!o.
!l soviético y el planteo de lluevas rehH..'iones dr poder a partir de la Dc,sde este punto de vista, )a organización de la economía y la
existencia de un policentrisI11o mundial, que acompañan la caídfl del estructur(lción sodal interna de una sodedad dada, da cuenta de una
predominio que los E.'itados Unidos y la URSS ejercieran durante cuatro particular forma de distribución de la propiedad y el con/rol de los
décadas18, recursos de producción más significativos en una etapa histórica. Tal
Por lo tanto, el análisis de la dinál.uica de Jo e(.~onómico-fin<lncicro distribución se deriva dcJ poder alcanzado por determinados sectores
es un momento pardal, una lógica susceptible de ser estudiada en sociales que, en un momento dado, lograron imponer sus propias
condiciones de aislamiento <."onrespecto al resto de las variables que conce.pciol1cs e intereses renejados en un tipo específico de propie-
l'ontluycn en los pro<'TSOSpolíticos. Pero es un momcnto ahstracto, dad. Desde la perspedivtl popular latinoamericana, la propiedad pri-
limitado, de la evolución global; sólo una de las manifestaciones con. vada que sustenta las actuales estructuras socioeconómicas escasa-
dic-ionadas y coudicionantes del desarrollo histórico y del carácter reso- mente puedc ser csgrimida como un "dcre<.~ho natuml". Las formas de
lutivo y condensador de lo polieica. Y en tanto las "leyes" o tendenci<ls propiedad predominantes en las culturas precolombinas o la
económicl:ls son resultantes de determinadas re1a(.'iollcs de fuerzas nacio- inexistencia de la idca misma de propiedad entre la mayoría de los
naJes e intcrnacion;llcs, expresadas en términos d(.~contlicto, negocia- pueblos que habitaban el c.ontinente, fueron recmplazados por modos
c.ión, acuerdos o antagonismos, las principalcs corricntes teóricas de las de apropiación dcrivados de la gracia real espailOla y portuguesa,
ciendas económicas -las vertientes de la economía política liberal, los dando origen a grandes terrettcnientes y mineros cuyos "derechos" se
k<,'.ynl~sianosy aún los marxistas- tienden a formular una perspectiva estructurarían sobre la base del despojo, el aniquilamiento o el
economicisla en la interpretación de los procesos globales. La reJ¿.tiva genocidio. En pocos lugares del mundo, como en América sería evi-
autonomía quc adquiere el desarrollo de las divcffi3s esferas de lo so~ dentc que las tierras y posesioncs de los Huevos "propietarios natu-
dal, se tnmsform¡1 para los (.~conOll1jstasen Uli campo ;mtárquico, ais- rales" estab;¡n empapadas en la sangre dc aquéllos qUl'. durante siglos
j
lado del conjunto dc los factores que condicionan. y redcfinen la acti- l.
,!J
las hahían trabajado y habitado. Este origcn político-militar de la
"
i' vid;ld económica, no obstante sus referencias a los ceteris jJariblls y \. propiedad y dc la consiguiente estructuración en dases y estamentos
¡¡ similares f1pdaciones al contexto extra-económicoJ'l. soci3le.s durante el período rolon'irtl, reapare.ce c.n 10da su rnagnitud
Al igual que en otros campos de la actividad hUlllíl113, las deci- al estalhu las guerras dc la independencia.
\
sioncs económicas y políticas se. inscrl;¡n cn procesos escnci;¡lmente Las grande.s corrientes políticas que se enfrentan luego de expul-
sado el imperio espailOl, tc.ndrÍan en la definición de las formas de
Argumedo, Aleira: Un IlOri=onresi" certe=as: Ambica La tilla onte la RCI'olución
1!3
propil'.dad a partir dc las cuales iban a conformarse las nuevas socie-
Científie(J~.Técllica, Bucllos Aires, PUlltosur/I1el, 1987. dades, Ul10 de los ejes fundamentales de confrontación, Desde las
- I\.rgumcdo, Alcira: 1.0 IIl1eva realidad mundial al comell::ar el decenio de 1990, vertientes populares --c.on mayor o menor radica1idad- la propiedad
Buenos Aires. IDEP/ATE, 1991.
19 71w Conditi01I o[ Postmodcrnity. USA, Blackwell lile. Cambridge,
H<lrvcy, David:
1991.
'.!
1'1'
(' - Boyer, Roben: La leoría de la regulación; //11 allálisis erílico, fiucnos Aires. 2tl Nun, José: op. ál.
:1 CONICET/l-lumanil,ls.19R9. - Lcchner, Norbert: op. ál.
íl
i I
I ALCIRA ARGUMEOO
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,¡~
las liernls cune los antiguos esclavos que realiza PCtiÓIl en Haití, las
rcivindicadolH;s promovidas por Hidalgo, Morclos o Artigas, o la
¡rrl~striclo se redefine eu términos de consenso poJítico y equidad; y
es por ello que las ideas de. humanizae-ión del e.apital, de la propie-
cJncJ en función sodal o las propuestas derivadas de diversas concep-
posición de Bolívar en el Congreso Constituyente de Bolivia, mues-
tran el severo cucstion3mienl0 al carácter inviolable de la .propiedad riones socializantes, se artic-ulan Ouidamente en las tradic.iones poJí-
privada sustentado por las corrientes liberales. La idea de una pro- Ikas populares de AmérÍ<'.a Latina que, sustentándose en su propia
piedad que sólo se legitima en función de su capaddad para garan- historia, niegan legitimidad a las versiones ideológicas liberales que.
tizar "la dic.ha de los ciudadanos", el bienestar de las mayorías, la reivindican a la propiedad como un "derecho natural":!3.
;j: justicia social, la "ley de las leyes, la igualdad", constituye una de
¡, las bases de. estas concepciones. Lo cual puede apreciarse tanto en 2. EL I'ROBLEMA DIo:LAS CONTRt\OlCClOl''F.S SOCIAU:S
'f'
! las propuestas de. Bolívar cuando señala que "cn cuanto ti la propie-
La caracterización de las formas que adquieren los principales.
dad, ella depende del c.ódigo civil que vuestra sabiduría debiera
l'onf1ietos y contradicciones en el interior de las sociedades y en la
componer lucgo para la dicha dc vuestros conciudadanos":!I; como 1In ';1;~ urcn<l internacional, SI:'. deriva del concepto de sociedad en las diver-
siglo más larde, en las rellexiones dc Raúl Scalabrini OTtiz con
I!:
referencia íl la "hunHtllización del l~apital": I~iS<lSmatrices teórico-políticas. Hemos intcntado marCH anteriormente
rómo las vertientes del Iibcr.1Jismo jurídico-político y sus actu(lliza-
El capilal... pasa sobre las cosas perecederas sin perecer, l'ione.s, tienden 11 considerar que la complejidad de las socicdildes
'1 I pasa sobre los hombres mortales sin fenecer ... El capital no modernas origina diferentes espacios de conflicto sin una vinculación
.L fcúeee y por eso fundamcntahnente es inhumano. «Huma-
nizar el ca pita]" significa a mi entender emplazarlo, tra ns-
IKcesaria entrc. sí, ya que los individuos tendrían múltiples formas de
adscripción --económicas, sexuales, políticas, barriales, generacionales,
forma rlo en marta l y perccedero como las cosas a las cuales rntre otrns- sin que pueda prescribirse una articulación entre elh,s
está aplicado ... Afirmarimplíeitamenlequc la propiedad es aln~dedor de ejes más englobadore.s de confrontación:'ot, Desde este
violablc, con fines de utilidad públil'a, se sobreentiende, es punlo dc vista las relaciones entre los distintos estratos soc.ioe(,'onó-
proyectar de inmediato nuevas perspeclivas p<ITala convi- micos serían de carácter lineal, sin que la concentración de riquezas
vencia. Sin la inviol.lbiJid<ld de !tI propil~dad, todo el por piHte de un sector tenga una lógil~u contradicloTÍ<l con la pobreza
ar.tifidoso edificio de la Constitudón (de 185~) sc derrum- (l la exl'lusión dl~ otros; se trat" sólo de un problema de m"yor o
ba con estrépito, porque toda ella ha sido c,oncehida, l'omo menor c<lpa<,'.idadde l~o1UpC'.tenciadt los individuos e.n el men'ado.
bien lo comenta Alberdi, pam sostener y <Ipuntalar esa Esta idea, similar a la de.l libcmlismo {',conómico, se hace extensiva
, 1,
illviola biJidad~~, ¡¡ las relaciones internacionales, donde el "subdesarrollo" y el "desa-
~ rrollo" son asimismo estadios cuantitativos -.seg(1ll las C<lpacidades
1
Dado que es resultante de hechos de poder .• de la correJacj(Sn de t.¡, demost.nldas en el mercado mundial- de.ntro de uml l~voluc.ión ascen-
;1,
fuerzils entre proyectos políticos enfrentados, el sistema de propiedad d<.~ntC'.
y progresiva que sólo se. perhlfba por la protesta de los fraca-
~~ , como inslrumento pflfa definir los modos dc producción y distribu-
ción de la rjqueza social sólo adquiere legitimidad entone,cs, si se
deriva de In voluntad soberana del ptiehlo; de una d(,~c.isióm política ".\ G¡¡rcía Dclg"do, dilllicl: Raícc.<;:cLlc!óf;olfada.<;::la IrlllficióI1 popular y la democracia,
que no es necesaria ni natural, Todo proyecto que pretende alcanzar Buenos Aires. CEDAL, Bihlioteca Política Argentina N 245/246,
1I
1988.
una n~distTÍbucióll del poder social, de ampliar los márgenes de jus- _ Argumcdo, Aldra "Ret:orma constitucional y sistema político: un dcb,ne entre dos
trildicinllCs ideológicas'., Seminario sobre Refnrm¡¡ Constitucional y Sistema Políti-
co, Bue,nos Aires, Revista llnidos/CEDES/Fundilción Fricdrich Ehcrt, 1988.
_ Delgado, Carlos: op. cit.
2l Bolívar1 Simón: Escritospolítico.\', MAdrid, Alianza, 1971 .. ~ol Weber. M<lx: Ecollomía y Sociedfld: c:>ho:.o de sociología comprellsil'll. México,
1
2~Scalabrini Ortiz, Raúl: Yrigoyen y Perú". Buellos Aires, Plus Ultra, 1972. Fondo de Cultura Económica, 1964.
- Scalabripi Ortiz. Raúl: El capifal, el hombre'y la propiedad en I{/ vieja y la lWC1'a _ L..aclau, Ernesto, Mouffc, Ch¡¡ntal: Hegemonía y eSlralegia socialista: h(lcio
'1
,1
Constitución, Buenos Aires, Reconquista, 1948. rfldicali:.ación de la democracia, M"drid, Siglo XXI, 1987.
l/IUl
:J
J: 1'.
sadas o la emergencia de anacrónicos nacionalismos de distinto tipo:Zs, de contradicción que consideramos ese.nciak.s en la evoludón de la
:\'!
r,) A su vez, desde la perspectiva de Marx, en ias modernas sociedades historia han tendido fI artkulflfse en los patrones socioculturales 1'un-
1 .
capitalistas las contradicciones antagónk.as entre las clases sociales fun- dmUt.".ntalcs, polarizando los proyectos políticos ¡dredcdor de una
1: contradicción condicionante del conjunto de los enfrentamientos que
damentaJes f-hl hurguesía y el prolctariado- otorgan sentido al movj~
miento histórico en su conjunto. La expansión del capitalismo y la Sl~ procesan en un período dado. Por encima de los nivdes de con-
i¡{
i\ consolidación del mercado mundial daban carácter universal a la "revo- solidación o desintegración dl~ l~SOSproyectos, la incompiltibiJidad
lución burguesa" y tendían a eliminar )cIS determinaciones nacionales de Cl1tCl~las aspiradoncs de dignidad, jusliciil y autonomía de las clases
i'l' la cultura. Sibicn la lucha de clases debía adquirir necesariamentc cn popul(l[cs y las estrategias impcriaks en alianza ron hls d;;lscs domi-
~- -
p~incipio una forma nacional, la verdadera sustancia de su desarrollo las nantes nativas, canstituye.n las líneas más sust.antivas de confronta-
'1,if ción en 1(1 historia IéltinOilllle.ricítna. El carácter definitorio de esta
"
~¡'J
dcvelaba como dases universales. En tanto el trabajo industrial moderno
y la explotación capitalista eran iguaJes en Francia, en Inglaterra o contradit-t'ión aban.'ativa, principal, ha sido una constante en el pcn-
W1,
í,fl Alemania, los caracteres nacionales -las leyes, 1(1moral, las creencias, :,~: samicnto de los 1ídl~res dc América Latina y el TeR'u Mundo, ante
l.
1" 1(1religión, J¿tS idcnlidadcs- se manifestaban como otros tantos prejui- '¡'
la contundenda del.dominio colonial y Ilcocolonial, más allá de las
'lt"
$ cios que sólo encubren los intereses universales de la burguesía. Por lo distancias históricas o geogriÍficas y de las diferente.s intluencias ideo-
lógicas qUl~ ;;lctuaran sobre sus respec.tivas concepdones:!8.
tanto, el internacionalismo proletario debía constituir la fuerZa legítima
de. esa nueva clase universal antagónica. Los procesos de expansión
¡it El se.ltalamicnto de esta contntdicción .de ninguna numera significa
ti colonial que se acelemn durante la etapa madura -de la vida de Marx, l~
",,; una hOlllogcneizaeión sustal1cialista de cada uno de los polos enfren-
"
¡l. se incluyen en los niismos marcos inlerpretativos del desarrollo de las 'r! tados, ni pnmite negar la riqucza dl~ los matices o las dificultades
I fuerzas productivas y el mercado mundial, como gestación de las con- para establecer clarfls de.limit(l(.'ionl'.s entre uno y otro de los campos
diciones materiales par(l una emancipación universal: la ide<l rectora de en el devenir de los procesos políticos o históricos. Por lo demás, el
la constitución de una clase proletaria inte.rnacionaJ y el sustrato carácter de las clases, s(".t'1ores, estratos o fracciones sodales que
eurot'éntrico de la cu1tur<l universal, se articulan en su propuesta reso- integmn los polos de {".sacontradicción varía históricamente" tanto en
lutiva de la historia cenlrada en lo social. relegando el papel de las lérminos de su composición sodal romo en lo referido a los núcleos
identidades culturales y nacionales en la (.'onstitudón de lo humall026, idc.ológkos y cultuCflks convocantes o a Jos proyn.tos políticos que
Dc allí que en el posterior desarrollo del marxismo, la problemática se diseñéln en );IS distintas coyunturas.
l!!"!!
nacionaJ va a introducirse eon caracteres dispares, según se trate del En tanto c.s un proceso esencialmente político, su mayor o menor
marxismo "europeo" de Lenin, Stalin o Gramsci; o el de los. revolucio- transpart'.ncia en un 1ll0ml~nto dado depc.nde. de un conjunto de faclore.s
narios del Tercer Mundo como Mao Tse Tung, Franlz Fanon O c.l Che que hacen a la partit~ular e.xpericnda histórica dl~ una sociedad: nive.l de
':;'1 Guevara:!7.
1, madurez y exten .••• ión de. las organizaciones pop~dares; profundidad al-
Dada la penlliar conformación de América Latina, las tres líneas l'anzada por los debates ideológicos; mayore-s o menoreS grados de
l
,
,:j
articulación y participación social; perfile.s más o menos cOélctivos de.
los gobiernos durante un período signitlrante; vivl~IK'i<tScolectivas dni-
I
" " vad(ls de triunfos o derrotas de cnvergaduCfl; formas de des(trrollo de la
! ~, Amin. Samir: op.cit.
- Rulin. lean Christophe: op, cit.
l~omunicac.i6n populélr y de masas; (.'omport3111icnto de los prin(.'ipales
voceros de las clases dominantes; orientaciones y t'aractcrísticas de I(lS
::!li Marx. Carlos: Crítica al Programa de Gotlw (GIMas marginales al Programa del
fucrlas «finadas; alianzfls intcrnacionale.s predominantes o potenciales y
Partido Obrero Alemán), Moscú, Obras Escogidas, Ediciones en Lenguas eXlra nje-
ras. otros aspedos similares. En l'.stc sentido, l'.I imbricado mflpa sO<..'.ialy
- Marx, Carlos. Engcls, Federico: Mani[ic.\,to Comunista, Moscu, Obras escogidas, cultural de lo popular en c.J contincnte, ohliga ¡¡ formular hipótesis con
Editorial Progreso, 1971. un alto gmdo de llexibilidad y desagre.gación para cadfl lugar y momen-
- Amin. Samir: op. cit.
to histórico cspec.írico, aCl'.fca de las contmdkrioncs miÍs sustantivas -
- Nun, José: op. cit.
principalcs- dentro de la profusión de l'olltlil:los que se manifiestan en
27Mao Tse Tung: op. cit.
"el seno del pueblo" y con referencia a los II',h, ..leos del poder dominall-
- Fanoll. Frantz: Los condenados de la tierra. Buenos Aires, Fondo de Cultura
1\ Económica, 1963.
-GUCVílrfl, Erneslo: Ohras Completas, Buen-,?s Aires, Ediciones del Plala, 1967. ~~Arguntcdo. Alcinl: l.o.~ l(lbail1fos de la crisis, (¡p. á/.
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I!
ALelltA ARGIJMEI)O Los SlI.Et'>lCIOS y LA'i VOCffi EN AMT!RICA LATINA
I
I
le. Y si el dcslHrollo de tales conlmdiccioncs permite establecer los ejes intc.rU<-lc.ionalen una etapa históric.A ddennin.H.Ja, detentadas por uno
polare.s e11 los cuales se van estructurando los hloques político-sociales 1I otro de grand~s proyectos políticos enfrentados, Entre las más
y los proye<.~tos qllt.~ confrontan en la realidad histórit'a de América importantes manifestaciones de ese poder se c.ncucntran: el poder
L11iml, de ninguna manera signific.a que esos CSPílcios se revelen sielll- militar, como capacidad real o pote.nc.ial del ejercicio de la violencia
pre príslinamenlc en el acontecer reHl. Más bien, sigukndo ti Foucault, l',JIdistintos nivcks; el poder económico en tanto propiedad y control
dehen entenderse <l partir de "Ullfl producción multiforme de relaciones de los medios de produ<.~ción, financieros, de. comerdalizitdón interna
de domimlción -que son parciahllcntc intcgrablc.s en <.~stralegias de con- o exterior y scmcjante.s; el poder derivado de. la' capacidad de ges-
junto" y no como un esquema binario carente de intersticios y complc. 11ICiól'.,decisión y utilización de los recursos tecnológicos de carácter
jidadcs09• cstmtégico; el poder comunicacional e informativo, el saber y la
Una de '"'las críticas más comunes formuladas él Jos (lllfilisis en tér- información como instrumentos de poder que han ido adquiriendo un
minos dl~ rcl1lciones de poder, proviene de las concepciones que tienden papel dccisivo en las l,ltimas décadas debido a la expansión de las
;1 restringir la actividad política dentro de estrie,tos marcos instituciollilles comullicae-ione.s y los procesos tclcinl'ormáticos. El poder de
'" y en los t~spacios parlaul<'.ntarios, donde e.l pueblo sólo gobierna a través representatillidad social o político-cultural, que se manifiesta en la
de sus representantes, Representadón ligada con la supuesta autollolllí;l L"llpacidad oc gestftr consensos o .hegemonías tanto en la sociedad
dt~ la política quc, al daborar UIHI nurada politicisla que ignora Jos (ivil como CII c.I control dc1 nparalo estatal; y tftmbién cn la
rasgos de la distribución del poder y la riqueza de la socied<Jd civil, rcpresentativiuad -en términos de conjunto de lIaciones- en la arena
presentan el peligro de un «dejar hacer" a. las gnlndcs fuer:i'..<1srelamentc mundial. En el interior de las sociedades, este poder de
concentradas que disput(l1\ la hegemonía t.~n.c<lda país y en lo interIl<l- reprcscnlatividad se desagrega en form<Js institucionales (i'glesias, sin-
cional. PUt~de.transformarsc cn una complicidad conscieute o ilH:ons- dicatos, movimientos politieos y soc.iaks) o en cntidHdcs sociales no
1
cienle al silenciar los ('ostos sociales y naciollilks il11puc~t(lSpor esos nccesarianlt'.nte organizad<ls (étnicas, rcligioslls, culturftles) más allá
poderes y por las «leyes" supuestamente inmutables que act.úan en favor dd grado de estructuración que estos distintos sectores hftyan ilk311-
" de los privilegios JO, Afirnulr que existen proyectos políticos, intereses, zado en cada t'oyuntura.
"[', concepciones del mundo y aspiradoncs sociales COJltnl<!iclori<lso anta- f:~' Al situar e.stos fenómenos cn su historicidad, emergen en grandes
, '
gónicas; que se lllHlIifiest(11lprofundfts contradict'iollcs en el seno de un rasgos las distintas mcdiaciones que, en 1In;1et<lpa dada, estructuran
p<lís dado y en J;IS rehl('.ioncs entre socicd;ldes, lIO implica UJI llamado y cxprcsilll las distintíls íÍreas dcl poder. Las futrzas milit(lfcs, los
a la guerra o a la Ilcccsftfia confcontadón militilf, Por' el contrario, sólo rccursoS tecnológicos, los intereses. económic..~o-s()c.iales. las concep-
a p,arlir del pleno reconocimiento de las difen'ncüls y contradicciones es ciones c.lIltllfitlcs, las orientacioncs en lit illfofl11ílción y l:ls comuni-
posible establecer eventuales acuerdos o punlos d<.'.confluencia, N<".gar cac.ioncs, son propios d(~ dc.termimllJos sectores cuyo ac.cionllr se
esos anl<lgonisl11os o prclender quc 110existen, ha sido siempre el com- dGsarrolla .1 través de diferen1es formns orgánicas y modos de. acción,
portamiento de los más poderosos, las bases de esplIreos intentos de con nmyorcs o 1l1cnoresmárgcne.s de fortaleza, Los partidos y los
coacción de la crílica, el modo de avalHr silcndos y favorecer el devenir movimientos políticos, las instituciones sindicales o empres(lrias, el
"nalum]" de procesos qU<.~cxpr<,~slln lInil d<.'.lermin,lda correlación de ejército oficiClI O las (ofmilciones militares irregulares, las distin111s
fu<.~rzllsllacionaJc.s t'. intenülcion<lks, e.xpl~ricucias de organización popul,í1r, los diferentes ámbitos y expre-
'1"
.1,
: ~' ALClRA ARGUMEDO
Los SILENCIOS y LAS VOCffi EN AMÉRICA LATINA
I
luego de e.sa peculiar "Tercera Guerra Mundial" que fuera la Guerra 11'
I las posibilidades de imponer los lineamientos fundamentales de un ,
determinado proyecto político y Jos clcmciltos de resistencia que en- de las Galaxias34• "
c.uentran; porque la dominaCión no es lineal ni compacta. Los diver- Dadas las aduales c,onfigurac.iones de la política mundial, las
sos espacios de poder presentan modalidades particulares de compen- relaciones de fue.rzas entre los proyectos políticos nacionales en pugna
saciém' y dcscompcnsación, de ,incremento o desagregación; donde es están condicionadas por las características del cnfrentamiento y los
posible alcanzar uml mayor precisión en el análisis de ciertos poderes ejes de alianzas en el ,c.ampo internacional. Salvo casos límite, como
de tipo «material" --económico, militar. inslitucional- frcnte a otros la intervención militar extra njera, son las situaciones internas las quc ¡
asentados en comportamientos colectivos, ('.apaces de exhibir todos resuelven en una coyuntura dada 1a correlación de fuerzas entre un 1
lo~' matices de los movimientos sociales. proyecto de orientación autónoma y los proyectos asociados al domi-
nio hegemónko internacional. Pero las relaciones. de fuerlas se en-
I
En este marco, las"experiencias organiz3tivas populares, la capa-
cidad de transformar e.J número en fuer.!:3 él través de la organización, garzan en un marcO exte.rno de alianzas y enfrentamientos que actúan
constituyen una clave imprescindible para las opciones mayoritarias. fuertemente sobre esa correlación interna y
en muchos casos pueden
La potendación de la creatividad y la participación popular en los tener capacidad definitoria para volcarla hacia UllO u otro lado. Cada
diversos ámbitos otorga una dinámka t.~special a cada uno de ellos, proyecto p~lítico put'.de. ser allaJizado entonces en términos de su
ya que ningún lugar donde se ejerce el poder es exclusivo de un viabilidad y potencialidades dentro del contexto de la correlación de
grupo soc.ia I determinado, sin l~ol1taminadones, resistenc.ias o inters- fuer£as uaciouak.s e inlernaciona1e.s en las que se encuentran los
licios por donde se manifiesta el l~ol1t.ra-poder. No ohstante entonces principales sedo res que lo impulsan. considerando que esas relacio-
las grandes c.oordenadas que puedan trazarse como marco para el nes son esencialmente dinámicas y puedt~n exhibir, en distintas co-
análisis de la t~orrt.'.laci6n de fuerzas, las formas concretas cn que se yunturas, una gran llexibilidad.
construye, l'onlrasla o se dispersa el poder tequinen la formulación De una evaluación estática de las relaciones de fuerzas pueden
de interrogantes creativos. En síntesis, se parte de un concepto del derivarse, por una partc, un. cierto "posihilismo" que asume una
poder y las relaciones de fuerzas que supone la existencia de múl- correlación del podu prácticanwnte inamovible; lo cual neva a acep-
tiples modos de vertcbración y entrecruzamicnto, de numerosas y tar resignadamente las políticas trazadas por el conglomerado más
'piITtil'~ulares c.ombinatorias, de t~onfigllraciol1es' {'omplejas que 110pue- poderoso, con el consel'uente debilitamiento en la credibilidad, en el
den ser contenidas en supuestas JcYl~S3::. COI1Sl~nSOy c.n la voluntad colectiva que sust.enta el proyecto más
Una situación de equilibrio de fuerzas entre campos político.so- dé.hil. En el extremo opuesto, el '''voluntarismo'' e.onUeva la presun-
ciales enfrentados no significa necesariamente c1 control de idénticos ción de iguorar las raracterísticas reales que en un momento dado
factores de podu por pilrte de cada uno de ell0!i. Un poder cronó- presenta e.S8 correla(',ión y considera posible que un actuar omnipo-
mico o militar concentrado pero incapaz de gestar bascs sociales panl tente puede detonar {'ambios decisivos en las potencialidades de un
su legitimación, puedc ser t1ln cndr.hlc en un tiempo histórico como proyecto. De .111í que un- diagnóstico riguroso 8cerC8 de la¡; posibili-
un amplio poder de convocatoria social carenh.~ de capilcidad para dades y la composición del poder en cada uno de los campos polí-
controlar l..,jertas instancias económicas o militares 'Y establecer alian- ticos, uc sus principales tendencias, del tipo de alianzas y contlidos
zas internacionales. En esk mismo sentido, Paul KennedyH señala existentes en los rcspec.tivos bloques sociales -illduyendo los aspec-
que una de las <..'ausas fundamentaks de la l.caída de los grandes tos l1aC-Íonalcs y los rasgos predo;ninallles en lo internacional- apa-
imperios en la historia, ha sido la descompensat'ión entre el desplie- rece como una condición indudible par8 la toma de decisiones y el
gue. de un fuerte pode.r militar y el debililamiento del poder econó- acciollctr político. Es el\ton<.~cs cuando el "artc" de la política, la
mico que debe sustentarlo. Una descompensación que amplía los in- audacia y las capacid8dcs de quienes cOl1du<.'en a esos sectores co-
tersticios por los cualcs eme.rgen las resistencias y (:onlradicdones mienzan a cobrar una importancia nedenle. Desde las vertientes
frente a los proyectos imperiales, como muestran, con características populares, el '"arte" inc.luye un alto componente de participación de
propias, la decadencia de los Ec.;tauos Unidos y la Unión Soviétiva masas, de confianza ('.n lil ac.tividad colectiva, de decisión de oponer
una voluntad política consciente al espúreo desarrollo de ciertas "Ie-
~\~
Foucallll. Michcl: op. cir.
3.1KCllllCdy. Pélul: TlI!! ri,\'1!l/lid fa" al grcc" powers., USA. I3lackwell lne. Camhridge, 'H Argllmcdo. Alcira: VII llOriz.otlfes sin cerfe:::as, op. cil.
1988. - Argumedú, Alcira: La IIL/I!I'(I realidad mundial, op. cil.
¡I\ " ..
J ,1 .;;-
JI!:1 ;;1
ALCIRA ARGUME[)()
'll';-!w Los SILENCIOS y LAS VOCffi EN AMÉRICA I..AllNA
'i
r yes", L:I ('n~alivjd;ld, la capacidad organizativa, las posibilidades de
profundizar las cOlltmdjeciollcs del adversario; de ncutntlizar parte de
~¡~
'¡.'~;j
tes que intervienen l~n los procesos de socialización. Es prcc.iso por
lo tanto considcrílf la situación pre.sentc, las prácticas y las circuns-
:~;:
" I t,
sus potcnc.iaJidildes; la búsqueda de Ulla ampliac.:ión de las propias
alianzas, sin que cIJo desvirtílc los objetivos esenciales del proyecto
tancias en I<ls cuales actúan Jos suje.tos soci(lles mientras las tran.sfor-
Illall y a su vez son transformados por ellas. Pero también los hilos
'.;1'"::"
polítit~o impulsado, forman, COII sus errores y aciertos, parte insepa- v. J,
rable del "arte" de la política qlll~, C0l110 todo arte, carece de lt'.ycs
tJ". gt~nealógicos, los ílnkcedentcs culturales, de esos comportamientos en
"salen al camino" panl ha en justicia":!, Una literatura alimentada por explican la c_cle.ridad sorprendente con que se e.structurnn los movi-
'el rC.1Jismo mágko y poético, pero también por el realismo ti secas mientos políticos de orientación nacional y social aHí donde se pre-
sentan c.ondiciones favorables para una oposición (Ibiertfl4~.
J
\~
que exhibl~n CClI(.hllllcntc cntre otros, nUt~stros "tiempos del (:~óJe.ra"43.
Así, en las mentalidades popul:ucs se entremezclan tradiciones cen- Sin embargo, la recuperación de los potenciales y valores cultu-
tClUlrias con influcneias de la cultura y los medios de comunicación rales de Jos sectores populares frente a quienes bajo diversas concep-
de masas; conviven en ellas elementos conscrvadon.~s y de las l'OIl- ciones los consideran amentes, debe eludir toda mistificación o
cClxiol1cs dominantes ron ese "espíritu de distindón" que expresa idealización. El mundo popular, como lodo 10 humano, está compues-
múltiples rasgos rebddcs y l'ontestatnrios44• to por hombres y mujeres c.ol\ sus virtudes y mezquindades; y apa-
Es difícil por 10 tanlo aceptar qlll~ existe una conciencia enajena- rece fraccionado en innumerables espacios soci<Jlc.s dondc.~ las expre-
da de las clases subalternas en estas regiones. en d sc.~ntido dc.~in- siones soJidilrias y la defensa de su dignidad~ conviven con conduelas
(-'orporar como válidos la visión deJ mundo y las formas de expoJla- de desespc.'.ración ante el acoso económico y condiciones límite de
1,':1:
dón implantadas por los proyec.~tos imperia,les en las diversas l~tilpas. supervivencia: delincuencia, alcoholismo, drogas, prostitución adulta
de subordinarse a 1;1 hegemonía de Itls c.'apas 0pf(~soras. Lo cual no c infantil, mt.~ndicidad, desintegración familiar y otras manifestacioncs
excluye que hayan absorbido pautils y elelllentos provenientes de las de vioJenda cuyas vídimas son muchas veces los sectores más clll-
I pobreddos. Alguien dijo una vez que no hay valientes y cobardes;
1', cOllc.',epciont'.s dominantes, rearticulándolos ~,on sus propios cOlltc.~nidos
de base, c.~nuna dinámica que adquiere diferentes cruacteríslicas se- porque lodos tenemos lUie.do y todos lenemos vergüenza. Simplcmcn-
! gún los momentos de alzil o repligue de las resistencias y Iils luchas. te. Jos valienles son aqué.lIos que tienen más vergüenza que miedo y
46
1:11
A lo largo de estos cinco siglos, es posible delectar en América Jos l~obardes los que sienten más miedo que. vcrgüenza • Es un pro-
,1'
Latina esos períodos de protesta activa,. estructurada, de amplia blema de proporciones y facetas p(\ffl tratar de comprcndc.~r lo huma-
movilización social; junto a otros de retracción, de comportamientos no que rompe. con los maniqueísmos, que. i1ll'orpora las debilidades
defensivos. Pero aún en estas últimas l'Írcullst.ll1cias es posible encon- de los [uc,rtes y la forlaleza de los débiles. Porque es el peso pro-
trar signos, conduelas, compliddilde~ que indic.'i1n que esa apilTente porc.ional de esas divers<ts fflel'.tas lo que define. las conduelas de los
pasividild no significa consenso o alienación hada el dominio. Cons. hombres y mujeres, que nunca se presentan sin fisuras ni matices.
tituyen un cúmulo de símbolos y contraseÍHls ~\W "pflreccn como hls En esta medida, el protagonismo social no implil~a la reivindkil-
dón de un basistllo ac.rítico que pretenda promover sin deeantaciones
los elementos inmersos en las mentalidades populares. Un proyecto
Ferntindez Lalour. OIga: Calltarl:s históricos de la tradiciállargelltina,
.19 Bucnos Aires. democrático y participativo requiere, por el contrnrio, potenciar el
Instituto N;H;iollaJ dl~ Investigaciones Folklüricas, 1960.
diálogo y c.I intercílmhio de informaciones y expericncias cn la de-
- Fcrmíndez Latour. Olgll:Aportes delfolklorl: ala crítica dd Martín Fierro, F<lcultad
de Filosol"ía y Letras de la Universidad de Bueno:, Aires. 1960. finición de las líneas de ltcción, común. La candencia social no es
un fenómeno estático e inmutable. Posee esos «filtros culturales"47 a
'"
:; ,~ 40Amcric;lIIO do f3r<lsil, A.: CallciOlwiro de frol'llsde IIrasil Central, Süo Paulo, Montciro
Loba to. 1925. partir de los quc.'.se procesan las propiils versiones, absorbiendo ele-
H Fermíndc7. Ltltour, Oiga: Cml1arl:S' históricos, op. cit. mentos que provienen de diversas concepciones y circ,unstancias vi-
4"2 Acevcdo Hcrnández, 1\.: Los call1ores populares chilellO.\'. Santiago de Chile,
tajes; y para una participación efectiva se necesita incorporar cono-
N::t:,cimcnto, 1933. . cimicntos y recursos técnicos y de inrormaci6n que no siempre son
-Carri. Roberto: lsidro VdtÍ;;quc=:/orma.}'pre-rcl'oluciollarias delal'iolellcia, Buenos
Aires, Sudestada, 1968.
43 Garda Márqucz, Gahriel: El amor en los tiempos del cólera. Bucnos Ai res, Sudame-
4~ Argumedo. Alcira: Los laberintos de '(1 crisis, op. cito
ricana. 1985.
"6 Perón, JUlln D.: Entrevista con los corresponsales extranjeros, Buenos Aires, 19 de
H Cnlombrcs. Adolfo (compilador): La cultura popular, )uchla. Premiá/La red dcJonás,
1987. noviembre de 1972 .
- NUll. José: op. cit. .17 NUIl. Jo~é: op. cit.
T¡'I' ! AterRA ARGUMEDO
Los SILENCIOS y LAS VOC15 EN AMÉRICA LATINA
"¡ 1,1 1,
.
1"li\ 1
'
:
. detentados por Jos sectores sumergidos. ,Allí se eneuentra la clave del
,
papel de los intelectuales orgánicos populares, en lauto los saberes 1ll1lchflSvec(~s choca con las certezas intelectuales. y se sabe quc las
y las posibilidades de gestar proyectos autónomos se potencian con ¡lkas sólo cobran verdadero vigor cuando son incorporadas como
51
1 los aportes de cuadros políticos. técnil'os y profesionales <:aptlces de propitlS por las masas ,
I
cnriqucrcr ese ditílogo, que no puede ser nunca un monólogo elitista La transformación de las resistencias y las protestas en una fuerza
'\ '
para introd.lIcir "desde afuera" la verdad. ('o\tcliva con vocación de podu, requiere la formadón o incorpora-
Rctomal1í1do los análisis de lean Piaget y Rolando Garc.ía..lB, los dón de esas "personas especializadas", de esos intelectuales orgáni-
[1
diferentes niveles de sistematizat',¡ón del (~OnOcilllknto permiten la l'OS, de esos cuadros políticos que, al mismo tiempo, son un potcn-
incorporación de esos aportes técnicos e intelectuales sin que elJo cial invalorab1c Y un peligro cierto en la construcc.Íón de los proyec.
signifique un corte, 1I11asolución ,de continuidad con valores, crCCll- tos populares. Ll reiterada penetración de los movimientos nacionales
CÜIS, aspimcioncs y demandas más o menos cxplkitas y más o mcnos de América L;ltinlt por parte de fnlllj<ls tecnológic<ls que responden a
11
J '"" contradictorias. Tal vcz la difcrencia más sustantiva con Gramsci sea intereses ideológicos y materiaJes no preciSal1lentl~ populares, logra-
quc, en su pcrspl~(~tiva, la identidad cntre filosofía, historhl y políticH r(lll distorsionar la orientación de esos movimientos, amparados por
~
"
suponc la cxistenciH dc una filosofía unit!ersal que ensombrece sus el hostigamiento de ..ltlS cJases dominantes y utilizando el aflUa del
propias intuicioncs ~istoCÍcistas. En América Latina, los patroncs saber técnico-profesional. Por eso los travcstismos intelectuales Y la
socioculturaJl~s POPUliHl~Stienen una gran heterogeneidad, pero al cnoptac.ión de cuadros técnicos y profesionales por parte de. los gru-
mismo ticmpo prcscntan scmejanzas Gscncülles que pcrmitcn la «tra- pos de poder no son un dtllo menor en In construct'Íón de los pro-
"
I ducción" de los elcmcntos tcórico-políticos, con el resguardo de con- yectos a1te.rnativos, como lo denunciaran ('.ntre otros Jauretehc,
cebirlos como modos de ar1ieulaci6n de heterogeneidades y no como Hernándcz Arregui o Scalabrini Ortiz.
ulla homegcncidnd sin maliCl~s. Los ejl~s de' conlinuidad de elementos L1 heterogeneidad y multiplicidad de los flmbitos donde se pro-
suslantivos permiten es('. diálogo cntrc intelectuales y scctores popu- cesa la adividad colectiva de las capas populares, junto a los com-
htres y la fluidez de la relación entre dif~rcntes niveles de tematización plejos condidonant('.s que actúan sobre la conciencia sodal, impiden
de los conocimicntos. Pcro si no. Sl~ elimina la idea de una culluT<l pensar hls articulaciones po.líticas a partir de un supuesto únic-o de
universal y un sujclo universal no hay posibilidades de un real racionalidad. Espedalmente en pcríodos de marcada atomización Y
historicismo democrático; si Jas identid;ldes no se conciben como una repliegue, la reconstrucción dc.) entramado de relaciones obliga a una
instancia constitutiva de los sujetos sociales, el racionaJisIllo elitista gran tlexibilidad y a la profundizíI(;ión de esOS (liólogo8 que permitan
, re.aparece nccesaCÍa mcnte49• .~ ir ('.11contrando los puntos de unidad. Entre otros aspcdos, esto plan-
r tea como problema el pasaje desde las concepciones y modos de.
No existe cntonces un privilegio de cualquic.ra de los niveles del
conocimiento sino interpCl~ta(~kllll~S,posibles dé la r(~a1idad que se organización pre-políticas hacia 1a cstrueturac.ión de una fuerza c.apaz
procesan en un movimiento de espiral y construcción conjunta 50: )¿IS de disput:u el poder con los grupos dominanlt.'.s e. impulsar un pro-
trHdicioncs y los significados culturales constituyen el humus a part.ir yecto alte.fl\ativo de sodedad. Qu('. es la cuestión (',sencitll de la
del cual se kmatizHn hls ('oncl~pciones d<.~1mundo con mayon~s ni- construcción de la organización, la hegemonía y el consenso. Signi-
"1 veles de coherencia interna y se expresan en Illtltrices teóricas y en [ictl tClllloién dar respuesta a cso~ inte.rrogantes tan1as ve(~CS formula-
"
Iineamient.os ideológicos y doctrinarios. Estas tcmHtizacioncs enriquc- dos desde las vertiente.s 11acional~populares acerca de ••¡.dónde se
cen y decantan los (~ontl~lIidos de ht (~onciellcia popular que, a su dcdde d modelo de desarrollo, de progreso'? ¡,Quiéne.s generan la
vez, vuelven a cllimentar (.'on la experiencia práctica y la creat.ividad .~ 'cultuTíI' del proye.cto'? ¿Los economistas'! ¿Los planificadores'! ¡,Es
colectiva CSclSredes cuhuraks sobre las que se susten1an los consen- seguro que se sabe re.cibir desde las clases popuhtres y devolvl'.fles
sos y los proyectos políticos. Pero en esta (~omplcja rclal'-Í6n es pre- una problcm¡\tica que, a su vez, sufre los ('.fectos de una bmtaJ
: 1
ciso tener en cuenta ,que las c.Iases populares poseen una especifica desinfofl\wción colectiva,?"52. Es .pn'.guntarse acc.rea del potencial
Ii'
i 11
de hegemonia para un proyecto dClllocrático, asentado en la creativi-
dad de capas sociales actualmente condenadas por )as políticas de
modernización salvaje, por los mecanismos de la dependencia de
para la implantadóll de políticas coactivas y de prosl~ripción. Su
prc,dominio el} los "aparatos ideológicos" ofidales, en la enseñanza.
en los medios de comunicación, 'en las versiones de la historia, en
I . nuestras nac.iones, por la creciente polarización de la riqueza, por la las interpretaciones de los procesos políticos, daría lugar a una apa~
. "
descalificación de Jos recursos contenidos en las clases subalternas . rente hegemonía, corroída no obstante por las concepdones populares
El reconocimiento de la capacidad "de elaboración de un saber desparrmnadas en la condenda social mayorit.aria; por ese "espíritu
j'
I'! colectivo que ticne potencialidad para orientar Jos caminos ante co- de distinción"s4 que es pClfte de una experiencia común a los pueblos
,
yunturas críticas o construir alternat.ivas autónomas y justas, forma de América Latina; ,que puede detectarse en la continuidad de las
parle intrínseca de las tradiciones nacional-populares. 'Lo cual supone resistencias y en la fortaleza de sus ideas frente a las presiones
criticar las noeiones de una ciencia o un conocimiento superior que políticas, ideológicas o culturales ejercidas sohre ellos.
se impone desde. afuera; significa afirmar que en esas concepciones La diferenciada composición de las clases soda les en este conti-
populares se encuentran las bases de un- conocimiento sus<.~eptibJc de nente y la necesidad de establecer objetivos comunes, puntos de
ser organizado, articulado, enriquecido, por encima de los aspl~ctos coincidencia cntre disímiles intereses y aspiraciones, señalan la im-
1' ~I , 1:'
contradictorios y confusos que manifiesta el sentido comÍln. Implica portancia de promover formas creativas de rcprcsentativioad y parti-
r{',conocer la potencia autogestiollaria contenida en las experiencias y cipación, capaces de cuestionar un poder altamente ('oncentrndo y
tradiciones de las clases sub;:Jltcrnas; la iniciativa manifestada en exduyente. Modos de vertebrac.íón de un poder alternativo dispuesto
disímiles estrategias de resistencia, en astucias que forman parte de a construir acuerdos a partir del respeto a lclS diferencias; y repreSC¡l-
un acervo cultural, susecpliblc de Sl~r enl~auzado en aCciOl1eS de re- ladones que no renejen una espúrea homogeneidad o un mcro núme-
beldía o en la construcción de propuestas integradoras. Energías so-
!I ciales de "los simples" que las visi(}nes elitistas y tecnócraticas
tendido a despreciar. \.
han
ro, sino una real (~ontlucncia entre particularidades
dad.
y pautas dc uni-
11 l.
I ('oncepto de dClllocrac,i<1. Los Iíl1lité~ opuestos a 1(1integración de las partícipes de la dcfinkión de las polítkas nacionales, t'onstituíall los
clases populares en una idea eomún de pertenencia a )(1 nación, la componentes esenciales de este concepto de ue.mocral',ia. Las vcrtic.n-
negativa fI construir un "nosotros" con J¡:IS IllHyoríHs sociales, iIllprcg~ les populares fonllularon una dura crítica al orden estamental que
I
~.
'....
~
1.
nan IclS definiciones oligárquicas J;llinoamcrkalHls sobre aquéllos que intenta ha reimplantarsc mediantt'. el voto calificado en [undón de la
1 ' " riqueza, cuestionando las pretensiones de las dasc$ privile.giadas. Así,
" 1: podían scr-rconsidcrados maduros o re.\}JonsalJ1es P,lffl participar C~l el
sistema político. Uno de Jos fundamentos clave utilizados por estas con referencia a esa Constitución argt~ntina de 1819 Manuel Dorrego
corrit~nks par;¡ expulsar a las clases mayorillHias de Jos espacios de seña la hH:
decisión y de los bCllcfkios económicos, es la reivindicHdón del
Porque tengan algunos ese capital no deben tenerdistinción
"ordt~n", 0polliéndolo (1 la supuesta ,irracionalidad, al peligro conteni-
ante la ley. De lo contrario lIegarí<lmos al vicio notable de
do en la prcscllc,ia de (~sas capas plc.beyas caracterizadas por su
hacer establecer que en proporción de las rjqut~zas que cad(J
incapacidad o por las tendencias al autoritarislllo, a los deshordes
': .~
violentos y ,JI delito. uno poseyese fuese el número de sufragios que diera ... ¡,Es
regul:u que en una sociedad como estil, una vigésirna parte
En el Rio de la Plata, el voto "universal" sancionado por el de ella sea sólo la que delermina sobn~ los demás'! ¿Cómo
gobit~rno de Rivtldavia t~n1819 sólo induía como ciud.ldtlnos (J los se puede permitir esto en el sistema republic(lno'! ¿Y se
hOlllbrcs iluslr<ldos y propictarios, t~111<1tesis de que Ílnicamente ellos le ha de cchar fuera a la mayorítl en los actos populares, en
tenían la indcpe ..ndencia requerid<l para decidir ral'Íollfllmcnte entre las donde deht~ejercer sus dtrcchos'! ... He aquí la aristocracia
opciolH..'.s declonJlcs. Esk planlco reslridivo, fornHtlI1lt'.nlt~democráti- dd dinero. Y si c.sto es <lsÍpodría ponerse en giro la suc,rle
1(:
co pero crudamente selectivo en los hechos esttlblet'Ífl, en nombre de dd país y mercarse, el Banco sería el que ganara las
los idcalcs cívicos, que una participación amplia hahría de promover
t~lceciolles. 57
la anílrquítl y el despotismo, derivados del .atraso y la irrcspons;lbi-
lidad de I(JS masas. La idea de una rcprescnlac.ióll selectiva aparece El principio de la soberanía popular, entendido en su doble sig-
j:: ;',
ti ';1:'
con caracteres simil<lrcs en la mayorí.1 de los países latinoamericanos, nifit'lHl0 dt~ ¡nltollolllía nacional y orientación de los destinos colec-
1:1: I¡ donde los estratos privilegiados y una porción considerable de los tivos a través dd conSt'.nso llI;Jyoritario, dcbía dcsc(Jns<lr sohre la
1, intelectuales considt~raban nct.',esario restringir la ciudadanía él la parte volunti\d del pue.blo ~un pueblo abarcador, sin restricciones- único
"s<tna y decentc" de la población. Se trataba, ell síntesü;;, de <tle.jar a poder legítimo p<lHI la consolidación de los proyectos estratégicos.
los sectores populares de I<ls posibilidades de incidir en }¿IS orienta- Pero los interrogantes acerca del nut~VOoroen <l construir una vez
ciones gubernamentales. Con una voluntad elitisla que cercenab" los ,dc;lllzada la independencia Y la decisi6n de incorporar los v<llores
dcrcG1Jos, denoslando la cultura, las tradiciones y la dignidad humana denlOniíticos en t~stl\S sociedades no se limita a la definici6n dc. un
de amplios segmentos de habitantes en nomhre de la nect~sidad de régimen político. Con mayor o mCllor radicalidad hahrán de phtl\tcar-
civilizar o modt~rnizar .JI pllís55. Recordemos que sólo diez años (lllles 'Se un cúmulo de posiciones cOIl referencia <1 la propied<ld de la
de esa Constiturjón de Rivadavia, en los avisos dasificados de un lierra, 1" redistribución de las riquezas, las autonomías regionales,
periódico de. Buenos Aires podía lccrst~: "Por quince pesos fuerte que 1mblan de. formultlciones democráticas referidas <l modelos inte-
vt~ndo negra de unos veinte <Iños, sin cría, bucna cocine.ra, sabe
hachar"~(,. grales de sociedad y Estad05((.
1'1 Se tfilta dt'. una idea de la democracia que, partielldo de la incor-
;:i Para las corrientes del nacionalismo popul<IT, una visión integrad<l por<lción del conjunto de los sectores soc,ialcs en el sistema político,
I
de la democracia ampliaha el car;ícter de ciudadanos a );1S capas pretende construir sociedéldt,.s cquitatív(Js y sobe.ranas, gar<mtizando un
'1:::: "
indígenas, negnls y mestizas que dehÍ<1t1ser consideradas como com- mínimo de bienestar pélra todos los habitantcs, Dondc el estado tiene
ponentcs plenos de la comunidad. El Ihulltu.1o a fusionar tod(JS las la misión dt~ rt~sguardar los intereses nacionales y responder a las
s<l11gres, 1:1 abolición de la t~sdilvil:ud,la eliminación de l<ts cnco- nccesidades y demllnd(ls de las mayorías, en especial de las elases
miendas y la .mita, el derecho a incorporarse como homhres libres y
l'
ji más dcsprotcgidas;. «para que los demás infelices sean los más pri- "privatizar" el poder a partir de individuos o empreS¡¡s oligopóHcas,
!
1, l
,
vilcgiados"S9. La democracia C0l110 modelo integral de sociedad sig-
nifica de esta manera la aspiración de democratizar el conjunto de
los espadas en los cuales se procesa la vida social; y el consenso
sino de ganllltiznr un ejercicio sociahnellte democrático de sus distin-
tas manifestaciones. La capacidad de decidir y el control de los
recursos productivos, de las riquczas, de los medios de comunicación,
¡,~' ;
lllayorita:'~io aparece como la única forma legítima de poder. suscep- de la educaeión, de la salud y otros ámhitos d('. la sodedad se
tible de definir las principales or;cntacioncs del desarrollo global de lnlllsfieren hacia institudones u organizacioncs de orientación social,
la sociedad. Como el fundamento él parlir del cual pueden rcformularse generando nue.vas fonmls de artkulación y gestión social-estatill de
---dentro de los lllilCCOSdel acuerdo y el debalc- );IS otras formas modo tal que se democratizan las decisiones concentradas en las
del poder, incluido el poder económico-social que se deriva de un bl1rocral~.ias partidarias o públicas y en los grupos 01igárquicos •
63
participativH necesliriall1ente conlleva la redet1nici611 de las relaciones ccsariame.nte dulOS derechos considcnldos inviolables por el libera-
,1 económicas, de Jos regímenes de propiedad. y de las vías de acceso lismo en sus dos vertientes, como son la libertad dc empresa impu-
al control de la riqueza y Jos recursos estratégicos. Supone modificar ne, el derecho irres'ricto a la propiedad y similar<.~s. Al establecer
;:, :~i
la escncia del funcionamicnto de la cconomÍa y, por lo tanto, el que la propiedad debe estar en fum:.ión social, euyas formas, límites
':'1 fundamcnto úllimo que da sentido a 1<1estru.ctura de las sociedades; y características principales han de determinarse a pHrtir de acuerdos
I ya que la únic,1 forma de alcanzar una democratización r<.~aJ,cs la
distribución del poder <.~conólllit061. E<;ta idea de la democracia partc
democráticos, se recuperan tradiciones armigad.ls en América Latina,
I reconociendo el l'ilfitcler usurpfltorio y no "natural" del poder econó-
del principio de quc d poder no debe concentrarse sino difundirse, mico en el ('ontinentc y jerarquizando IHS necesidades de las mayo-
ampliando crecientementc la capacidad de deeisióll y de gestión so-
rías.
brc los diversos n'.cursos. Porque sólo cuando los mecanismos de
El énfasis en la solidaridad social, en las tareas y objetivos co.
decisión son realmente rc.~prcscnla(ivos y las torinas de la riqueza se
munes, cn los fincs colectivos, en la reivindicac.ión de los aclores
difundan cquil¡ltivamentc. (~n ('.1 eonjunto sodal, es posible hablar de
sociales antes que en la prol1lo<"ión del {'.goísmo individualista no
participación dcmocrática efectiva; porque existe eficacia en la par-
ticipación6::. implica tampoco una "insectific,ación del individuo", sino una bús-
queda de un equilibrio entre llt re.aliz<lción individual y la c.olectiva.
La participación integral requiere de dos factores ese.nciales: por Donde se concibe. ,1 las personas en sus rasgos individuales pero
uml parte, una crecil~ntc inlllsfercticia del poder ('.11todas sus dimen- t •• mbién en sus vl~rtebracioll{,.s sociale.s, en sus pertl~nelldas grupales
siones; por olra, la consolidación de organizaciones sociales t~apaces y comunitarias, (~n sus diferentc.s lormas dc inserción tn ténninos de
de ejercerlo. La d(~scol1centración del poder implica una transferencia intereses y vocaciones, a través de distintas modalidades de organi-
hacin instituciones u org,lIlizaciones sociales, Y;:I que no se trata de
zación y partidpación:
¡ljl
:'i Si bkn el yrigoye.nismo no se aparló del sistema represen-
~"R~Yt:sAb¡ldic, W,n.hington, Bruschcra, Osear, M~logno, Tabaré: op. cit. tfltivo, su concepción de la libertad difirió de las nociones
60 Delgado. Carlos: 0p. cit. <.'orrientes dcl1iberalismo, no sólo por vincular la libertfld
ó! Delgado. Carlos: op. cit .. c.olediva a la individual, la reafinnaci6n del lazo social,
6:: Delgado, Carlos: up. cit.
- NUIl, José: óp. ch.
6~ Delgado, Culos: op. cit.
--¡ \1
- '
1.
Los Sn.ENcIOS y LAS VOCI:S EN AMERICA LATINA
tll ii
ALCIRA ARGUMEl>O
dc.rivfldo d(~ conceptos como pueblo, solidaridad, movi- propia eficacia política"M, esta forma de hacer política produce un
'1 I I
' L1istal1ci<nniento creciente entre el com.portamiento de los políticos y
Il' ,
miento, apartándose de una visión asoci(lliva, artificial, de
1,'.1interés o la nedibilidad de importantes franjas de la población. La
individuos sin fines colectivos. L:a libertad postul3<.1<1no
II
sentallles ('onstiluY(~ll la éscllcia de Ja dnnonacia; y si bil~1l desde
eslil perspectiva las represenltlciones partidaritls btlcen del Parlamento
t-,~: Dl~ esta manera, el gobierno parlanu'.ntario se. complementa C01\
I'¡'
1 1',
otros canitlcs de pélrtir.ipitción, al tiempo que las representaciones
I ' uno de Jos recintos donde las e1t1ses sociaks suoordin(ldas pueden
•
deben garantiZéIf llleCflnislllos de conl.rol por parte de los represcnta-
lIeg;lr ti predomin(lr políticamcnte66, eIl los hechos esta forma eseIl- dos para que h,s decisiones scitn coherentes con los acuerdos alcan-
fttj¡
cialmente racionalista-mercantil de la polílka jerarquiztt los itparatos li'~': zados y cvilar las conduclas expropiatorias de los aparatos p<Htida-
partiditrios en delrimt~nt.o de una participación reéJl l~ll las esferas de !,{l' rios. La articulaci(ln de los distintos espacios socio-políticos aparece
decisión. El "llIerc(ldo político" se tnlllsformil en \111 lugar de disputa l',utonces como Ulla instancítt dccisiva de dl~lllocratización Y
el1tTl~ pttrtidos, apoyados por costosísimas camp.lñas publicilari;¡s y reprcscntatividad; que se.r¡í eficaz en t¡lIlto admita y respete 1" "'par-
I¡, 1':1
Ul1élmerCéllltilización de Jas propueslfls, .ldaptadas él las indical~joncs ticularidad de cada uno de ellos. El trat¡l111iellto de hlS diferc.nl'Ías a
que brindan Jas encueslas de 0pülión. El doble' discurso, las retribu- travé.s del dchélte y el consenso constituyen un antídoto contra el
ciones que Juego rcd:lI11tln los !Jponsors empresarios, las presiones de verticédísmo, actu(lndo al mismo tiempo contra las tendn\c.ias
los lobbies, diversos modos de cooplttción o corrupci6n de la p¡¡rticularistas que suelen condenar al fracélso a las movilizaciones dc
represent<llividad, CnC\lelltnlll un campo fé.rtil l~n l~sta lógica política, b¡ls<,~spopulares69• En muchos C<1S0S"tales ámhitos dl~ organización
La carencia de mecanismos efectivos de conlrol por parle de los tienen un CélTiktcr prc-político, llQ obslélntl~ sus fuertes connotaciones
rcpresentéldos revierte en una e>.propiación de la capacidad decisoria polítiq)-culturales en términos de valort'.s, concc.pciones y neccsidadc.s
y en Ull proceso de suslitutismo y exclusión de los volantes61• Si comunes, Como tendencia gc.nnal, su distanciamiento con <.~xprcsio-
existe una "relación directél entre la jlélTlicipéll'¡ÓIl y el sl~ntido de la nes o identidades m<Ís espedficamcnle polílinls ha sido cttradcríslico,
en América Lttlina, de las clapas de profulH.las crisis o dc.gnHlacióll
I!;
'1' de. los movimienlos populares que t'l\ un mOl\ll'.Hto histórico lograron
~l Gilreía Delgado, Dillliel: op. cit.
expr<.'.sarlos. Como manifiesta ettrlos Delgado:
63Lcchllcr, Norhcrl: op. cit.
(>(> POrlanlicro, Juan Carlos: '.Economía y política en la crisis ugclltinil" en Ansaldi, I,S NUIl, .Jo~é:op. cil.
Waldo~ Moreno, Jo~é Luis: E~'lado)' sociedad en el pellwlmil!1I10Ill1cio1lal:All1ología ~QDelgado. Carlos: op. cit.
conceptual para el al1{i1¡siscomparado, Buenos Aires, C1ÍnlilrO, 1Q89.
- NUll •.hISé: 0p. cit.
67 Delgado, Carlos: up. cil. _ Argumedo. Alcira: Los lanerilltos de la crisis. op. elt.
)," ..
"
1
1,:1 1
1', I" . ALCIRA ARGUMBDO Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMÉRICA LATINA
¡f' ' Hay que saber comprender por qué, en un país de grandes IHI verdad y se renejan en la calidad de las vidas cotidianas: la
I inconstancias como ha sido siempre el Perú, el APRA fue (,ltsocupación. la crisis de )05 sistemas de salud y educación públicas.
d¡ durante más de cuarenta aftos el movimiento político
organizado m~s importante del país. Debe existir alguna
111distribución nacional del ingreso y el incremento de la pobreza,
hacen a la vida cotidiana de las familias populares, a todos y cada
1 ,'razón panl cxplicarquc el APRAfucra el único movimiento uno de Jos miemhros de esos grupos familiares. Una propuesta de
político de este siglo que caló profundamente en el alma de democratización real dc' los espacios políticos requiere entonces una
nuestro pueblo. Esto es por entero separable de la circulls- ve.rtebración creativa eutre las [onuas poJítico-institudonales y -las
i' la 1H..'iade que COIlesa fe se comercia ra política mente, de que organizaciones soda les de diverso tipo que, a partir de una idea
lodo eso fuera cntregadoa Jos intereses rcae<..',ionarios y pro- distinta del "hacer polític.a", permita una efectiva transferencia del
,
I
imperialistas por una dirección parfidaria que ha corrompi-
: ':1
poder desde los aparatos buroerático-partidarios hada instancias
do profu ndomente 01 APRA desde el punto de visto político, organizativas de participación sociaFI.
ideológico y moral... Nunca entendí al APRA ni él mi
En América Latina, la cristalizadón de. ~na abismal desigualdad
IUilitant.~ja como un fin en sí mismo ... sino como un
{',ntre sus habitantes; la existencia dc vastas <.~apasmarginadas y gru-
instrumento ... para la tntnsformación de todo un mundo
pos de privilegio atlamente concentrados; las severas difcrencias
derrumbado por la injusticia ... por la suerte verdadera mell-
étni<.'as y culturales ligadas con esos grandes patrones que se cons-
te trágica de las grandes l~layoríasque vivieron literalmente
tituyeron con la conquista y aún perduran en la mayoría de estas
aplastadas por una minoría apátrida. fenicia. insensible,
nacioncs; tienden a generar fuertes antagonismos y dific.ultades pard,
fundamentalmente ajena a lo que ,es el Perú ... Cuando
alcanzar acuerdos y rompromisos. En oposición a la idea de goberna-
Lillalmente quedé convencido de que ese instrumento había
hilidad por consenso que integra las tradiciones populares -por
sido invalidado, había sido prostituido, hahía devenido en
II
"~¡ encima dc las espedficas formas institucionales que se estruc.turan en
su antítesis, entonces Jo abandoné ... Es decir, abandoné
1;. , ('1
aquel instrumento sin jamás haber olvidado la finalidad iJ: las distintns expcriencias- entre las clases dominantes latino;:¡merica-
,
,
":i, misma por la cual lo utilicé ... El APRA tipificó la corrup-
ción de un determinado tipo de partido-político en el Pero
1I nas, la actitud predominante
concentradas del poder --económico
fue el <,~ol\trol de las instancias más
y milita r- y la promoción de
"
'-1>
dictaduras frente a cve.ntualcs o rCíllcs decisiones democráticas que
'1
llluestnl igual prostitución dentro de otra vertiente de 1}7: podían afectar sus intereses:
partidos políticos aquí y en el resto delmundo.70 ;If
;,- En la mayoría deJos <.~asos,lasdictaduras tradicionales han
pertcnccido generalmente al tipo de aquéllas que han
Eso dcgmdaeión similar al APRA sufrid" por muchos de los recibido el apoyo de grupos ya representados en el orden
movimientos nacional~populares de América LHtina -más allá de las institucional... No es menos frecuente que haya aparecido
consecu<.~ncias de la proscrip<.~ión, el terror y las persecusiones ejer- para cOllten<.~rel pcoreso de cambio de. la estructura cconó-
cidas sobre ellos a lo largo de' décadas- obliga a un anáJisis sin Illko sodal interna o para canalizarla en e.I sentido favora-
concesiones acerca de las nuevas formas de organización y ble a los grupos privilegitldos ('.xistentes.7:!
rt~presentatividad políti<.'a y sodal capaces de neutralizar los factores ,
, 1;1 de prostitución. Es preciso re.flexionar sobre e,l tipo de cnlramados De esti:l manera, las dificultades para estabilizar las democracias
que permitan una fluidez entre. representantes y representados, entre en el continente no S(' deben a la supucstamente escasa educación
las grandes decisiones políticas y las experiencias organizativas más cívica de. las mayorías, a sus tendencias anárquicas o auloriiarias; y
"1, 11,,",
ligadas con la vida cotidiana y con esas manifestaciones pre-políticas el péndulo enlre democracias y golpes de Estado está lejos de expre-
de participación popular. Porque los proyectos estratégicos muestran
ir
I
"
/,',
'1Delgado, Carlos: up. cit.
- Lechncr, Nnrbert: op. cil.
10Delgado. Carlos: op. á/.
- NUIl, José: op. cit.
-Por quéII0S "limos (c~rla de renuncia de un grupo de miJitanlcs aI pcronismo), Buenos 1:'
;~Romcro, lo::;éLui::;:Larinoamérica: situaciones e ideologías, Buenos Aircs, Ediciones
Aires, 1985.
t,, del Candil, 1967.
AI.CIRA ARGUME~ Los SU.ENelos y I.AS VOCl~ EN AMERICA LATINA
sar abstractos comportamienlos dl~ ciudadanos individuales, civiles o hknlid¡¡d colcctiVH quc permite al conjunto re<.'ol1oce.rse como inte-
militares. Las diet.lduras fucron siempre cívico.militares y en Un 90% urnlllc..~sde. una comunidad; y también su oricntac.ión en términos de
de los casos re.spondieron a los intereses del bloque de poder h1Mvínc.ulos de. csa sociedad ('on otros Eo;tados y sociedade.s del
oligárquico-impl~rial amenazado por las medidas que --con mayor o ,.Cllmpo internacional. Sin duda, ruanto mcnores sean las distancias y
Illl'nOr profundidad y no obslanlc sus errores y contradicciones- .' IUN antagonismos socioeconómicos internos y más firme la presenc.ia
prctendi(~rol1 impulsar las corrientes papulare.s, como se demostranl ~. rt,ll~ lIna identidad cllglobadora -que no requiere ser homogéne.a, sino
reiteradas ve.ces en Brasil, Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, ~ llxpresar una tramil de diferencias n~spetadas y consensuadas- mayor
"';
Nic.aragU<l, Santo Domingo, Hilití o Quatcmala, entre otros, ~(: 01' c..~1
poder poHtiro relativo de una nación y una forma de E~tado
". y I"s posibilidades de (~onsolídar una hegemonía, Por el contrario, en.
6. EL TEM.-\.DEL ESTADO IHlril'.dades como las latinoamericanas, altamente segmcntadas en las
lrlldicioncs culturales y en la distribución de la riqueza y el poder,
Antcs seilahlmos que las dimensiones princ,ipalcs dcl conceplo de ., ~l\ han encontrado graves obstHCUJOS1)3m 1:1construcción de formas
~ ~
sociedad en las distinlas matrices de pensamiento, se artkuJan cohe- f~: Nillllales c.apal'cs de alcanzar un c.onsenso lUJc,ional de base73•
I;:i' rentcmcnte con las concepciones acerca del papel y las funciones dd ~.: En América Latina, las profundas desigualdades económicas y
Estado. En su definición más abstracta, el Eslado moderno es el
modo institucional de articulación dc las sociedades IHlciollales, con
ir IHWiillcspromovidtls por las clases dominantes no agotan el problema
'~dl\ la dl'.bilidad nacional y est<lt<ll. A dlo sc sumtln I<ls dificultades
jurisdicción sobre un terrüorio y una pobhld6n determinada, lilulo ;,;:! f~llrll la idenlificación dcl <.'onjunto soci;JI en un único patrón cuHuraJ
<.~omoel marco social de identificad6n 'y perten<.~ncia jurídieo':poJítica :~..qUl' otorga ese sentido de pcrtenclH',ia a una nacionalidad no
en relación con olnts nacione.s. También en e.ste nivcl, existe un 'f, tl)Cl'luycnk7'1, Los patrones soc.ioculturaks de corte oligárquico mos.
conjunto dl~ árcéls en las cuales se dcsarrQ]]¡¡ prioritariamente la ac- ::';lrllron Ul1íl fuerte n~sistenda a considcrar como integrantes. plenos de
tividad estatal: el monopolio de )a violencia legítima que h(lce a la
~' lHitns sociedades a vastos segmentos d<.'.pohlación, unido a una voca-
defensa exterior y la seguridad interna, la coacción jurídica y fiscal, ~;.:t'h\n gl'.n~ncial y suhordinada a los centros de podc..~rexternos, que
I;J administrflc-ión dl~ los recursos nacionales, el traz.ldo de las polí- :l~'IUtll'undizaron la dcbilidtld de estos países. De allí que, como tendcll-
l'
ticas económicas y la prestación de snvicios púhlicos, (~IIIgeneral, se ha dado un fuerte peso del Estado con referencia a
A pesar de los evcntu.t1cs acuerdos que puedan existir entre las Ijl soried(ld civil pero al mismo tiempo una gran endeblez frente al
dislintas mil trices teóricas eJl eslc tipo de definidón, sus diferencias ,'upill1l t~xtrilnjero y las potellcitls rectoras de lo internacional ('.n cada
re.lles se manifiestan en lo relativo .11 papel y las funciones del 1'11I\l1lde su historia7S,
Estado, 1;I1Ito con referencia a la sociedad civil como en sus relacio- I)c..'ntro dl~ eslas dinu~nsiones se enmarca la ,,'m'.stión del poder
, ~l'
nes con otros Est.ldos. Cada proyecto estratégico conlJeva Ulla visión l\~lllllll en tanto la cilpaeidild de determinadas dilses, fracciones o
:1 '
acerca de la forma y lil5 funciones del E"itado; es decir, dd 1110do hl(l(llleS político-sociales de ulilizar los me.dios de l'Oilcción jurídica,
específico de confonllilciólI esl<itaJ con respccto a los diferenles scc- Ilnlllic..'¡¡,militar o impositiva ('.n función de un proyecto de socic-
lOTl~S<.k la so<:iedad, a lo olros Estados y a 1.1()rielltacióll global en 1 dlld'I¡,. El control dd aparato estatal manifiesta una resolución -
el cumplimiento de sus funciones. La forma de Estado da <.'.uenla dt~
:1.", tl~llIhle o inestahle- de la corrc)a,dón de fuerns entre campos 1'0-
la particular ;Irticulación política, económica, sodal y cullural de '::1'< IItkos enfrentados que tienen su sustento en la sociedild civil y
, 1 cada realidad u<lcional en un momento histórico; l~S la resultante del i;:~" ,,_lt:~Il¡l'irala conquista de un importante margen de poder institm~ionill.
proyecto cstratégico de las clases sociaJe.s qll(~ alcanzan el poder ~",tilíl (:lIlhargo, esto no supone d control del conjunto de las manifes-
,'1 estatal, de las condiciones ante las cuales se l~nfrenta ese proyecto y ~:~' tlldolll's de) pod(~r existentes en una sociedad, El Estado l'onformil en
de su correlación de fuerLas con los campos polític.o-sociales antagó-
nicos, en una soci<.~dad incorporada dentro del contexto mundial.
~.
Así, la forma del Estado da cuenta de, una específica articulación :~,,H ¡\r¡;lllllCdo, Alcirtl: Los /abcril"os de la cri,\"is, op. cit.
.~+ de I<IStres dilllt'nsiolles esenciales que defincn el concepto de sacie . ::'1 1.IId\lwr. Norhert: op. cit.
" I dad: expresil dl'ltrmilladas relaciones entre las r.lascs () fTflccioncs :i" Ansl11di, W<llu¡). Moreno. José Luis: Estaelo)' .wciedad cn el pell.Wlmicllro Ilaetonal,
sociales; los r¡¡sgos de su conformflción culturtd interna y. en l~spe- é:' tlP, l'iL
•
I
~ 1
l~ial, )¡IS potcncialidades u oost¡íc.ulos P¡Wl J;I conformación de una %'i~ "m,nldi, Waldo. Moreno, José Luis: op. cit .
ALClkA ARGllMEpO Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMF..RICA LATINA
sí mismo una instancia de poder pero, al mismo tiempo, reneja la En las tradidones populares, .los lineamientos relativos al papel y
co,uposidón de las fuerzas político-sociales en cada nación y en el hls funciones del Estado se derivan de sus ideas de democratizac.ión
ámbito internat'ional, dando cuenta en su organización y dinámi<..~ade integral y soberanía nacional. Ticnden a reservar para el E'itado la
los fenómenos políticos --en el sentido comprensivo del término- l'(Ipaeidad de conduC-(;ión y <..~ontrolde las actividades y 10s rccursOS
que se desarrollan en un país. De esta manera, la forma de Estado considerados estr(ltégieos, como un instrumento fundtlmenlal para
se difncnda del régimen político, en tanto hace referencia a síntesis revertir el poder concenlmdo dd privilegio y promover Ulla justicia
dc relaciones de poder que incluye sus manifcsblciones en la socie- distributiva en benelicio de las c.Jases más golpeadas de la sociedad.
dad civil y cn cl mismo Estado. El régimcn político es una de las Se trala de formas de Estado cuyo carácter "intervencionista" supone
expresiones del poder micntnls la forma de Estado remite a una UlUL modificación de ese orden "natu[<\I" de) poder económico domi-
configuración de relaciones de poder que no se agota ni en el régi- nant.e y los intefl~ses externos, para oricntarlos en bencficio de los
men político ni en Jos límites estalalesT'l. scetorcs nUlyorilarios y de la autonomía nacional'N. La forma de Es.
Ello significil que, por un lado, existen organizaciones y segmen- tado en estos proYl'.clos se define. a partir de un concepto de de.mo-
tos sociales, políticos y culturales que se oponen al poder estatal eracía que desborda d sistem3 político para promover un modelo
ejercido por determinado proyecto estratégico. Por otro, las clases democrático abarcador incluyendo la democratización de los procesos
privilt~giadas de América Latina tendieron a articular sus fuerzas en económicos; de la educacióil, la stllud, la vivienda, el hábitat y la
función de las alianz<ls con los centros metropolitanos externos y. en seguridad social; las comunÍC-ac.ioncs y la infonmlción; la producción
ttll medida, la trama hásica de la estructura de su domilla(."ióll está cultural y demás Rreas de actividad. Sin e.mbargo, de esta visión no
dada no sólo por las relaciones Estado-sodedad civil sino además por se deriva una necesuia concentración dcl E'itado. Por el contrario,
la de. Estndo-rel<lciones de poder internacional. Lo cual no quita que corno ya scflalamos, la descentralización de las a<.'.tividades estatales
los sel~tores nativos tengan cierta c<tpaddad de acumulación interna es uno de. los faclores que permiten reforzar el poder de las mayorías
de poder tll margen de esa depcndl~llci<t. Pero en este l'ontincnte las (1 través de formas cogcstiol1arias de lcarácler social-e.stataJ, de la
presiones inte.fUtlciomlles ban redeJinido signific,flfivamcnte las carac- promoción de organizaciones sociales autogestionarias. cooperativas u
teríst.icas de la composición económica. polítictl y social de cada otras experiencias de conducción y ptlrlicipa<"iún popular que garan-
país, actuando con mayor o menor fort<tleza sobre la ('onsolidadón ticen una transferencia del poder del E'itado hacia la sociedad civil.
de un determinado modelo estaltl), En este sentido, pueden diferen-
I'.~ E.sta transferencia actÍla c.amo un elemcnto dl~ consolidación demo-
ciarse dos fOflUtlS polares de, confonl1ación del Estado: por una parte
Jos proyectos nacionales autónomos promue.vcn formas de. E.<;tado que
:'',f:
..
crática que conserva la pre~encia estatal en las dncislones noda1c.s y
cn la coordinación de las tlcrioncs naciontlles e internacionales del
~,ti proyccto estratégico sustentado por el consenso popular. Una forma
intentan reordenar el conjunto de la sociedad dl~ntro lle una mayor iii*
de Estado que, lejos de. monopolizar 13s actividades económicas, de
indcpend'encia econ6mica y política frente a las .polencias hegemónicas 't servicios públicos, l~omunictlc.ionalcs Y semejantes, abre las posibili-
en un período dado. Por otnl, las formas de £Oitado que responden a
dades legales y maleriales para garantizar condiciones partie-ipativas
it
los proyectos de suhordinación e integradón con los intcrese.s domi-
nantes externos. Demás estfl decir que entre estos dos poJos se esta- que permitan -dentro de las coordenas cstable.ddas por el proyccto
hlel'e una amplia g<IIIHlde posibilidades y formas estata les que res- po1ítico y en función de la correlación de fuerzas en que éste se
ponden a las circunstancias de cada socie.dtld, en ta,uto existen distin-
'lo'
encuentre en términos' nacionales e inlcrnae-iOlUl1es- la promoción de
tos márgenes de autonomía y asociación, diversos grados de negocia- "~ h, creatividad social.
j
La política deja de ser entonc.es patrimonio exe1usivo de, las re-
ción (} enfrentamiento y también diferentes condiciones en la corre-
lación de fuerzas y en la consolidación inteTll(l e intetnacional
esos proyectos 78. A su vez, estos f(lctores han inlluido sobre la
de ¡ present(Jciones partidariils o los fun(".ionarios públicos Y se recupera
como actividad de. las divt.~rs3s organizaciones social<.~s. Donde los
, I
cstrueturación de determinadas formas de Estado en términos predo-
mimllltcs de consenso o represión.
I ., 78 Argumedo. Alcira: ¡dem. 7~ Lechncr, Norbert: E.\'I"do )' política ell América Ltaina. México. $iglo XXI, 198L
1' "
1
!I, '1' ALelRA ARGUMEOO Los SILENCIOS y lRi VOCES EN AMÉRICA LATINA
~ reque.rimientos. UIHl fOfllHI dc' El)lado capaz de impulsar los movi- las tropas de Peña loza o Felipe Varela; dc los soldHdos del Parrlguay
mientos socif,lcs y las cxp~ricncias organizativas populares, encon- autonomista y sus aliados. Pertenecían a una amalgama cultural dis-
,1'
, '
l'
trando los puntos de articula<.'ión para polenciar Jos esfuerzos y res- tinta; portaban las tradiciones, los códigos, t.estimonios y demandas
, ! gUélrd<l'f las tendencias alomizéllltes que atentan contra la solidaridad dc las propuestas federales del interior. Y para responder a esas
y )a cohesión de la sociedad. Una fOfma de E'itado que dispersa sus aspiraciones mayorit¡¡rias era imprescind,ible. transformar el papel y
funciones en la sociedad civil, como modo de creación de alternati- I<:IS funciones del E<;tado. Se trataba de consolidar una forma de
vas frente él las características cont'entradoras y excluyentes del poder Estado que, como señalara el enton<'T-S diputado peronista John
de Iils dl:lses dominantes. William Cook('" cue.sliollarH drásticamcnte los. supuestos ideológicos
Sin duda, la forma de Estado dcbt~ adaptarse él las cambiantes que habían fundamc.nlado durante dé.cadils cl proyc.do oligárquico
situacione,s históricas nadonalcs e internacionales y a las transforma- lIcocolonial: "hl (~cono11lí(l aUlorrcgulada por e.1 mcn,'ado, el papel
ciones producidas en términos Ct'onómicos, financieros, tccnológicos, ncutral del Estado en 10 ct..~onómico-social, el Estrldo mal administra-
culturales, poJítit-os y militares. No se trata entonces de reivindicar dor, la supucsta igualdad de todos los contratantes, el respcto ilimi-
un modelo arcaico e inmutable, de Estado, sin posibilidades de. gene- lado por la propiedad privada"llo.
rar respuestas flexibles para revitalizar la energía social y Irl prcscn-
ci.1 dcl país en el contexto mundial. PeTO no debe confundirse la
:Ietualiz<lción de las fOntUlS y las funciones del Estado en términos de
las tmnsform(lciones l'onteI1lporán<'~<lsY. 1<1cspccífic<l configuración de
¡ 1<"sociedad en una dapa histórica, con un cambio en d carácter de
I los protagonistas, purtícipes y beneficiarios principales de un<l deter-
I minada orientación c.k los aparatos estatales. Desde est.l óptica, los
! proyectos populares sustentados en cl protagonisHlo y la participación
popular dehen definir nucvas formas de Estudo, capan~s de impulsar
procesos de ¡;lctu.l1iz4Ición y modernización justos y autónomos, que
están inscriptos COHlo posibilidad en los nuevos paradigmas tecnoló-
gicos. Pero es preciso supenlf )¡;lSf.daccs dieo1omías entre priv<lti?-ación
en favor de los grupos l'conómicos miís poderosos y )¡;IScorporacio-
nes transllllcion;ilcs o degradación c.~st(ltal derivada del saqueo y 1<1 ~,
¡ ción por los nidos y bizuielos de los guerreros mapuc.hes del sur; de
,
'~~
so Cnokc. John William:
-Sc"l;lbrini
Perollismo y re\'{)/tlción,
OrLiz, 'R.lúl: n capiw/, el Jwmhre
Bu{:nnsAircs. Papiro. 1Q71.
y la propietlad.op. cil.