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MESA D E ENTRADAS

LA CONVENCION NACIONAL CONSTITüYENTE


SANCIONA :

Sustituyese el artículo 106 de la Constitución Nacional por


el siguiente texto:
ARTICULO 106: Cada provincia dicta su propia Constitución,
conforme lo dispuesto en el artículo 5 " , consagrando la autonomía
política y económica de los municipios en el ejercicio de su
competencia y la administración de sus recursos.
Las más altas autoridades municipales serán electas por el
pueblo, El Poder Ejecutivo provincial no tendrá facultad de
remover a las autoridades municipales electivas, ni sustituirlas,
salvo cuando correspondiendo a la Legislatura, ésta se hallara en
receso; y en este caso, sólo bajo condición de convocarla
inmediatamente para tratar el asunto-
Las provincias establecerán un régimen de coparticipación
tributaria basado en pautas objetivas de distribución, que
asegure a los municipios la percepción automática de los recursos
que les correspondan.
1.- Introducción:

A lo largo del tiempo, el reconocimiento constitucional


acerca de la autonomía de los regímenes municipales ha tenido
un desarrollo controvertido.
Cierta doctrina y abundante jurisprudencia le restaron
trascendencia al tema, con el argumento que las municipalidades
eran meras delegaciones de los mismos poderes provinciales.
Con el transcurso del tiempo la tendencia opuesta fue
imponiendo su criterio y aún la Corte Suprema a través del
fallo Rivademar marcó un hito contundente a favor de las
autonomías municipales.
Por ello, ante la posibilidad que brinda la Constituyente
convocada por el Congreso Nacional, se intentará fundamentar
acabadamente el porqué de la necesidad de incorporar el
concepto de autonomía municipal al artículo 106 de nuestra
Constitución.
Para tal fin se abordará primeramente la naturaleza del
régimen municipal, se analizará también la autonomía municipal
según la redacción actual de la Carta Magna, se describirán las
diversas corrientes doctrinarias, el giro que ha tomado la
jurisprudencia, el derecho comparado nacional e internacional
respecto al tema y finalmente se concretará la propuesta.
2.- Naturaleza del ~unicipio:

Previo a abordar la problemática de la autonomía se hace


imprescindible desentrañar la ontología del órgano municipio.
Ello habida cuenta que de sus diferentes concepciones emergen
las principales corrientes a favor y en contra de la misma.
El problema de la caracterización del municipio nos lleva
a formularnos diversos interrogantes: el municipio es sólo una
categoría jurídica creada por el gobernante en función de su
idea apriorística de la eficiencia en la gestión de la cosa
pública, o es una realidad sociopolítica autosuficiente que se
erige con nitidez en medio de las realidades existentes?; es
una categoría jurídica por presencia o por consecuencia?. Como
se pregunta el Dr. Daniel Horacio ROSATTI "existe por que no
puede no existir o porque, pudiendo no existir es conveniente
que exista?". Habrá que preguntarse entonces si el municipio
es una entidad natural o una creación normativa?

Las distintas escuelas:


Para dar respuesta a estos interrogantes, surgen en forma
gruesa dos escuelas que conforman dos tipos de respuestas: a)
el municipio es una comunidad primaria surgida necesariamente
por las relaciones de vecindad, y b) el municipio es una
comunidad nacida en función de un esquema distributivo de
funciones considerado eficaz.
Puede hablarse en consecuencia de dos vertientes que se
encolumnan de manera diversa a la hora de definir la naturaleza
del municipio. Una es la socioldgica o historicista y la otra
la legalista o racionalista.
La primera sostiene que el municipio es una entidad natural
surgida en el proceso histórico de organización de una
comunidad política, fundada en la convivencia de vecinos que
se unen por estrechos lazos de vecindad.
En nuestro país son representantes de esta tesis los siguientes
tratadistas:
Salvador Eduardo BAUZA: e municipio es una sociedad
natural; nace naturalmente de la convivencia de los hombres que
crean las relaciones de vecindad, que constituye el grado
superior de las relaciones familiares (Curso de Municipalismo,
pag.64)".
Ricardo M. ZUCCHERINO: "... unidad básica, autónoma y
fundamental, generada naturalmente en función de la suma de
intereses y necesidades determinados por la vecindad y provista
por la ley de la categoría de personas juridicas de Derecho
Público ( Derecho Público Provincial y Municipal, Ed. Lex La
Plata, T 11 pag.159)."
José Roberto DROMI: M... reconocemos el origen natural del
municipio basado en las necesarias relaciones de vecindad que
lo constituyen como institución político primaria de la
democracia representativa, por imperio del ordenamiento
constitucional (Federalismo y Municipio, Ed. Ciudad Argentina,
Mendoza, pag. 138)11.
Vale la pena también transcribir lo dicho al respecto por
Alexis DE TOCQUEVILLE "El municipio es la Única asociación tan
reunidos se forma espontaneamente un municipio. La sociedad
municipal existe en todas los pueblos cualesquiera que sean sus

.i
co tumbres y leyestt (La democracia en America t,I, Madrid
Alianza Editorial 1980).
Esta corriente emergente del jusnaturalismo es importante
para perfilar el grado de autonomía que tendra el municipio.
Dicho de otro modo hasta donde el Estado puede tener legítima
ingerencia en los problemas locales de la comunidad o hasta
donde esta puede manejarse con mayor independencia.
En cambio, la corriente legalista niega la condición
natural del municipio, considerándola como una entidad de
creación normativa. El ordenamiento positivo ha creado las
instituciones asignándole una proporción de competencias
estatales. La legislación fija discrecionalmente una forma de
administración de los intereses locales y la esfera de
competencia de los municipios será lo que la ley le indica.
Adscribe a esta corriente el maestro Rafael BIELSA que
sostiene que "El régimen municipal según el art.5 de la
constituci6n es wlocaltten el sentido de que las legislaturas
lo determinan y limitan (pues el término local en el lenguaje
jurisprudencia1 es sinónimo de ttprovincialy no de municipaltt
(Estudios de Derecho Público, Ed. DePalma, T 111, pag. 53)It.
Esta también ha sido la interpretación originaria que la Corte
Suprema de Justicia de la Nación ha dado sobre el tema en el
caso ttFerrocarrildel Sud (01.06. 1911) , cuando expresó que los
municipios "no son más que delegaciones de los mismw poderes
que la constitución ha previsto como entidad de régimen
proprovincial y sujetas a su propia legislación (CSJN 154 :25)l l .
Sin perjuicio de ello, cabe apresurarse a aclarar que en un
pronunciamiento de fecha 21.03.89 (Rivademar c/ Municipalidad
de Rosario) el alto tribunal ha variado su criterio, lo que ya
fue expresado en nuestro informe anterior y voverá a ser
tratado mas adelante.
Como puede verse, la corriente mas numerosa es consistente
en cuanto a conferirle al municipio el carácter de comunidad
natural. A su vez es la tesis aceptada en la actualidad por la
mayoría de las provincias que incluyen tal definición en sus
textos constitucionales.

Las antitéticas corrientes sociológicas y legalistas han


dado origen a la tesis de la autonomía y autarquía municipal,
apuntando la primera a otorgar mayor esfera de acción frente
al poder central, retaceandolo la segunda.
Se Intentara en este apartado precisar los conceptos de
autonomía y autarquía para poder adentrarse posteriormente a
desarrollar las diversas tesis que insertan al municipio en una
u otra categoría.
Autonomía: Partiendo de un concepto estrictamente etimológico,
la expresión autonomía -de origen gyjego- supone la facultad
de poder dictarse sus propias normas (nomia= norma,
autonormarse), esto significa la posibilidad de un ente de
otorgarse su propia ley.
A mayor abundamiento cabe describir las principales
definiciones que se han efectuado en doctrina sobre la temática
en cuestión:
Linares Quintana señala que "en sentido jurídico la autonomía
denota siempre un poder legislativo. El poder legislativo de
las entidades autónomas debe desenvolverse dentro de los
límites que el poder soberano ha fijado a la autonomía, por lo
que la entidad autónoma no puede establecer leyes o normas en
oposición con las establecidas por el ente soberano (Gobierno
y Administración de la R.A., 2da. ed., Bs. As. 1959, ~ ~ 1 ,
pag.42)I1.
Salvador E. Bauza indica que I1autonomíaes la facultad que
tiene algunos entes de organizarse, de darse sus propias normas
de gobierno y de administrarse dentro de ciertos límites
(Autonomía Municipal, La Plata 1972, pag. 64)".
Dana Montaño sostiene que "la autonomía no es tan solo un
conjunto mas o menos grande de poderes mas o menos extensos;
es una cualidad específica de la corporaci6n que la distingue
de las demás; su capacidad de gobierno propio y, con más
precisión, su facultad de organizarse dentro de las condiciones
de la ley fundamental, de darse sus instituciones y de
gobernarse por ellas con prescindencia de otro poder (La
autonomía municipal, La Plata 1982, pg.24 y 25)11.
A modo de conclusión puede decirse que, desde el punto de
vista estrictamente institucional la autonomía es la facultad
que tiene determinado ente de poder dictarse sus propias
normas, las que deberán estar sujetas a las leyes de jerarquía
superior.
Autarquía: Este vocablo también es de raiz griega y
significa tener la facultad de mando sobre si mismo. En general
los diversos tratadistas han coincidido en la caracterizaci6n
de esta figura.
Linares Quintana considera que I1porautarquía debemos entender
la facultad de administrarse (ob. cit., T o pag.43)I1.
En conceptos similares se expresa Bauza cuando puntualiza
que lila autarquía es un concepto propio del derecho
administrativo y significa la facultad de una entidad o ente
de administrarse a si mismo, facultad derivada de la ley que
le concede la autarquía (ob.cit., pag.64).

4.- La autonomía municipal según nuestra constitución Nacional:

La controversia acerca de la caracterizaci6n de aut6nomos


y autárquicos que se le asignan a los municipios, y que ha dado
lugar a numerosos pronunciamientos doctrinarios y
jurisprudenciales que toman partido en uno y otro sentido,
tiene uno de los elementos mas ricos en la discusi6n referida
a si del art. 5 O de nuestra Constituci6n Nacional surge la tan
mentada autonomía municipal.
Corriente favorable:
Una corriente integrada preponderantemente por
constitucionalistas a la que se agregan municipalistas, adhiere
municipal.
Ahora bien, si es cierto que el texto constitucional no
define lo que debe entenderse por régimen municipal y que
tampoco hubo debate parlamentario en la constituyente de 1853,
cuales son los fundamentos que dan pábulo a la teoría seguida
por tantos tratadistas.
La respuesta es que existen antecedentes legales
inmediatamente precedentementes a la constituyente que llevan
a interpretar cual es el verdadero sentido del art. 5".
En efecto, nos referimos fundamentalmente al Decreto
dictado en 1852 por el Director Provisorio de la Confederación,
el General Urquiza, con el objeto de organizar el municipio de
la ciudad de Buenos Aires, y a la Ley Orgánica sancionada con
el mismo fin por la propia convención constituyente el seis de
mayo de 1953.
Los dos instrumentos legales sentaban el principio
electivo popular: por el Decreto, el Intendente era designado
por el Director Provisorio dentro de una terna presentada por
el Consejo Deliberante que, a su vez era elegido por el pueblo.
La Ley Orgánica en cambio establecía que el intendente debía
ser designado por el Poder Ejecutivo, cumpliendo así con las
previsiones de la flamante Constitución dictada. Por su parte,
el Organo deliberante (el Concejo) era elegido por el pueblo.
sim mismo, ambos instrumentos determinaban una esfera de
competencia del gobierno local y los recursos económicos para
costear los servicios que debían prestar.
-
expuesto queda claro, los hombres mayo
sostenían dos elementos que hacen a la autonomía municipal,
sino plena al menos atenuada, al estatuir el principio electivo
popular para el Órgano representativo de la comuna y atribuir
a esta una esfera de competencia en todo lo concerniente a los
servicios locales y capacidad financiera para cumplirlo.
De los grandes juristas que así pensaban, nos parece
adecuado rescatar lo expuesto por el maestro Joaquín V.
Gonzalez que nos recuerda que el art. 5" Ifno ha unido
caprichosamente en esa norma las exigencias de la
lladministración de justiciaf1,"la educación primariat1 y el
"régimen municipalw, para imponerlos al gobierno provincial,
sino que cada una se complementan con las otras. Si la
educación da al hombre el conocimiento de los derechos, si la
justicia los garantiza, el municipio le presenta el primer
teatro de operacionesn.
Por similares razones, Alcides Greca ha dicho que "los
fundamentos jurídico-políticos de la autonomía municipal en
nuestro país se encuentran en la organización democrática del
estado y se hacen efetivos en el art. 5O de la Constituci~n.~
Cabe también como fundamento de la autonomía municipal, traer
a colación el pensamiento del inspirador de nuestra
Constitución, Juan Bautista Alberdi, quien en la obra primaria
sobre derecho publico provincial argentino ffconsidero al
municipio como dueño de un auténtico poder políticoff.Además
en su anteproyecto de Carta para Mendoza estructura el gobierno
municipal (conf.art. 49 y SS). Allí determinaba la elección
popular de los miembros del gobierno municipal y su
inviolabilidad, la prohibición expresa del veto del Poder
Ejecutivo Provincial sobre decisiones de los concejos
municipales y la autonomía financiera entre otras cosas.
Cabe señalar por otra parte, que la postura de la
autonomía del municipio se encuentra muy jerarquizada en
nuestro país habida cuenta la cantidad y calidad de los
juristas que a dicho criterio adhieren, tales como, además de
los ya mencionados, Pedro Frias, Vanossi, Antonio Hernandez,
Sanchez Viamonte, Dana Montaño, Greca, Bidart Campos,
Zuccherino, etc.
Postura Negatoria:
La corriente favorable a la autarquía de los municipios
si bien no es menos prestigiosa que la contraria, se halla más
bien acotada a los cultores del derecho administrativo, tales
como Rafael Biesla, Villegas Basavilbaso, Bartolome Fiorini,
Manuel María Diez, Miguel S. Marienhoff y Mario Edgardo Bolla
entre otros caracterizados exponentes de esta disciplina del
derecho.
Todos coinciden en conceptuar a los municipios como entes
administrativos autárquicos, excluyendo naturalmente toda
connotación de índole política en esta temática y rechazando
ab-initio la posibilidad de existencia de autonomía en el plano
municipal. Afirman la condición de simples delegaciones de los
poderes estaduales que adquieren los municipios y reivindican
su tipología de ente administrativo.
municipios carecen de la facultad de dictarse su propia carta
orgánica y están sometidos a un control, lo cual resulta dato
esencial de la autarquía (Prólogo a la obra Crisis de la noción
de autarquía, La Plata 1975, pag.9)If.
Esta posición es la que históricamente ha sustentado la
Corte Suprema de la Nación en forma constante desde el caso
ffCastro,María c/ Pcia. de Buenos Airesfffallado en 1902, sin
perjuicio de lo cual tal postura parece haberse comenzado a
reveer a partir del fallo I8Rivademar c/ Municipalidad de
Rosarioffdel 21.03.89.
Como colofón de este pantallazo de los sustentos
doctrinarios que tiene la autarquía vale la pena transcribir
lo sostenido por Rafael Bielsa en cuanto a que "la crisis
sobrevenida en los municipios sudamericanos se debe a la
hipertrofia generada por el reconocimiento de su autonomía
(sistemas legales del régimen municipal en Anales del Instituto
de Derecho Publico, Rosario, Sta. Fe, ~'ll,p.22)~~.

Conclusibn:
Mas allá del sustento constitucional que evidentemente
contiene el carácter autonómico de los municipios, parece
adecuado retomar el análisis en orden a la rica discusión
doctrinaria acerca de la naturaleza del municipio que ya
desarrollaramos en el punto 1.
En ese sentido, considerar a los municipios como
autónomos, deviene de entender que los mismos son un? comunidad
originaria de la organización política de la sociedad fundada
primeramente en razones de vecindad. De tal concepto sostenido
por la escuela sociológica se desprende el argumento más,
consistente para sostener el criterio autonómico. No es una
creación de la ley -como sí lo son los entes autárquicos- sino
que son reconocidos por los cuerpos legales.
Uniendo ello a la interpretación mayoritaria que la
doctrina ha hecho del art. 5" de la Constitución, arribamos a
la conclusión de que los municipios conforman otra esfera de
gobierno con poderes propios, configurando entonces, en el
marco del federalismo, un segundo grado de descentralización
política.
Corresponde determinar ahora cual ha sido históricamente
la postura de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en lo
que hace a la caracterización del régimen municipal a la luz
de lo dispuesto en el art. 5" de nuestra Constitución.
Como ya se ha dicho en otro segmento de este trabajo
durante muchos años y con diferentes composiciones el alto
tribunal mantuvo el criterio de conceptualizar el carácter
administrativo de los municipios, asumiendo claramente la
postura seguida por los administrativistas.
Esta interpretación de la Corte tuvo su origen en el fallo
dictado en el año 1902 "Castro, María F.B. de c/Provincia de
Buenos Airesww,
siguiendo con el de 1911 wFerrocarriles del Sudww
en el que se sostenía que los municipios Iwno son mas que
delegaciones de los mismos poderes provinciales para fines y
límites administrativosw (CSJN 154:25).
Ahora bien, esta permanente postura de la Corte ha sido
modificada luego del pronunciamiento efectuado en la causa
IwRivademar, Angela c/Municipalidad de la Ciudad de Rosario, R.
593, L. XXIw dictado el 21 de marzo de 1989.
Dada su claridad de conceptos parece oportuno resaltar
algunas de las conclusiones a las que arriba dicho fallo sobre
todo al marcar claras diferencias entre lo que es un ente
autárquico y uno autónomo. Así, plantea el origen
constitucional de los municipios frente al meramente legal de
las entidades autclrquicas; el reconocimiento &e una base
sociológica conformada por la población, ausente en tales
entidades; la garantía de su existencia por parte de la
constitución lo que tampoco ocurre con los mismos; el caracter
de personas jurídicas de derecho publico y de caracter
necesario de los municipios frente al caracter posible o
contingente de los entes autarquicos; la posibilidad de
creación de entidades autarquicas en los municipios, ya que los
entes de tal característica no pueden crear otro dependiente
de ellos; la elección popular de sus autoridades inconcebible
en aquellas entidades.
Este fallo de la Corte parece entonces, poner una bisagra
en el trayecto interpretativo del Tribunal y comenzar con una
etapa en la cual al receptar los argumentos de las tendencias
doctrinarias proclives a la
autonomía municipal reelabora su pensamiento en ese sentido.

6.- El Municipio en las nuevas constituciones provinciales:

Con algunas diferenciaciones mas de matices que de fondo,


todas las nuevas constituciones provinciales determinan
explícitamente en su texto la autonomía de sus municipios, ello
sin perjuicio de que en algunos casos se establece la
calificación por grados de los mismos, en función de la cual
adquieren mayor o menor autonomía.
Nueve constituciones provinciales integran el nuevo ciclo
que refuerzan el municipalismo ya vigente. Ellas son: la de
Córdoba, Rio Negro, La Rioja, Jujuy,Misiones, San Juan, Salta,
Catamarca, Santiago del Estero.
En la nueva carta Cordobesa en su art. 180 se reconoce la
existencia del Municipio como una comunidad natural fundada en
la convivencia, asegurando el régimen municipal basado en su
autonomía política, administrativa, económica e institucional.
La Rioja, que tenía un sistema de categorías, lo ha
eliminado reconociendo a todos los municipios la potestad de
dictar su carta.
La de Rio Negro se destaca por la profundidad conceptual con
la que se define la autonomía. En su art. 225 dice "Esta
constitución reconoce la existencia del municipio como una
comunidad natural, célula originaria y fundamental de la
organización política e institucional de la sociedad fundada
en la convivencia^. Cabe advertir que se recoge el concepto de
municipio definido por la corriente sociológica, cosa que en
realidad hacen todas las nuevas constituciones provinciales,
así como también todas establecen el concepto de autonomía
institucional con facultad de dictarse su carta orgánica los
de primera categoría (salvo La Rioja en la que todos son de
convención).
A modo de coclusión y habida cuenta la claridad de lo
expresado recogemds las palabras del maestro Pedro J. Frias en
su obra "El proceso Federal Argentino de la decadencia de la
recuperacicónw (Córdoba 1988): El municipio ha iniciado con
la reforma un ciclo más definitivamente autonómico, sea porque
se restituyó al cuerpo electoral la designación de intendentes
Cordoba), sea por la atribución de la autonomía institucional.
En efecto, el municipio de carta, que con el dictado de la
misma por una convención, se sustrae a la ley orgánica
Municipal, se ha difundido; en San Juan para los 30.000
habitantes, en Cordoba a partir de los 10.000, en La Rioja para
todos... Las ilusiones de la clase política municipal serán
posiblemente defraudadas porque es poco el margen de
originalidad de que disponen; salvo que, a imitación del
municipio del consejo y Gerente pongan la gestión de los
servicios públicos bajo una administración no polítican.

7.- El derecho comparado y la autonomía:

También en las legislaciones extranjeras la idea de


autonomía municipal se encuentra arraigada y generalmente
incluída en su normativa.
Así en la legislación europea reciente reconocen la autonomía
municipial las cartas constitucionales de la República Francesa
(1946), de la República de Italia (1948); de la República
Federal Alemana (1949) y la del Reino de España (1978).
Por otra parte en el año 1953 y a expensas del esfuerzo
conjunto de prestigiosas entidades dedicadas a la materia
municipal como la Unión Internacional de Villas y Poderes
Locales y el Consejo de las Comunes de Europa, se dictó un
documento en pro de la autonomía municipal denominado "Carta
de las libertades localesw.
a preparar un importante proyecto de I1Carta Europea de la
Autonomía Localw.
En lo que hace a los EE.UU. puede decirse que el Estado de
Missori en el año 1872 dio el puntapié inicial al proceso de
municipios de carta al facultar a aquellos con más de 10.000
habitantes adictarse la propia.
Esto se fue inponiendo paulatinamente pero no puede decirse que
se haya adoptado en la totalidad del país, no teniendo rango
consitucional.
En lo que hace al conjunto de América las Únicas constituciones
que no hacen referencia alguna a la autonomia municipal son las
de Argentina (1853 y 1860), Colombia (18661, Chile (1925),
EE.UU. (1787), Paraguay (1940 y 1967) y Uruguay (1951). El
resto de las Naciones la estatuye en sus mas variados matices.

8,- Autonomía Política y Financiera:

Los fundamentos hasta aquí expuestos, se han referido


básicamente a la autonomía institucional de la que deben estar
dotados, a nuestro entender, los regímenes municipales. Sin
perjuicio de ello, es menester señalar que, según extendido
criterio, dicha autonomía no es plena si no se proyecta a lo
político y a lo económico.
Sin perjuicio de proponer que se consagre
constitucionalmente, no vamos a hacer hincapié en lo político,
toda vez que en la actualidad los municipios de todo el país
representantes son elegidos por la voluntad popular, ello no
obstante destacar que se encuentran sujetos a los regímenes
electorales nacionales y provinciales.
Sí profundizaremos en lo que hace a la necesidad de que
los municipios cuenten con los recursos necesarios para
gestionar adecuadamente las competencias y servicios a su
cargo. Dicho de otra manera, avanzar hacia una autonomía
verdadera de la institución municipal implica obtener su
autosuficiencia en el plano de los recursos, y su manejo propio
en cuanto a las erogaciones.
De ello se sigue que los mismos puedan crear y percibir
impuestos, además de las tradicionales tasas y contribuciones
de mejoras, y que a su vez obtengan recursos de conformidad a
los sistemas de coparticipación nacionales y provinciales. Lo
dicho sin perder de vista la necesidad de mantener el
equilibrio presupuestario y de hacer más eficiente el gasto en
cada nivel de gobierno, para lo cual la determinación del mismo
debe preceder a la asignación del recurso.
Cabe dejar constancia que la mayoría de las nuevas
constituciones provinciales a excepción de la Provincia de la
Rioja, incorporan a lo local las potestades tributarias
señaladas.

/
9.- Conclusion:

De lo expuesto a lo largo de este trabajo, emergen una


serie de elementos que llevan a la convicción de la necesidad
de incluir taxativamente Constitución Nacional
de la autonomía municipal.
En efecto, es mayoritaria y calificada la corriente de
juristas que sostiene enfáticamente que, conforme a su propia
naturaleza, los municipios deben considerarse autónomos más
allá que nuestra constitución no lo establezca explícitamente
en la actualidad.
Así también la jurisprudencia de nuestra Corte Suprema,
luego de sostener históricamente que los municipios eran meras
delegaciones de los poderes provinciales, ha trocado su
criterio a partir del ya citado fallo Rivademar y se ha
colocado decididamente en favor de la autonomia municipal de
los mismos.
Por su parte, todas las nuevas constituciones provinciales
dictadas a partir de 1987 han recogido tal criterio, definiendo
al municipio como una comunidad natural, originaria y de
carácter autónomo, reconociendo a los mismos la facultad de
dictarse su propia carta orgánica. En el mismo sentido se
inscriben las estructuras institucionales en el resto de
America y Europa.
Abunda asimismo el criterio en cuanto a que a los fines
de una autonomía m8s plena debe tenderse a dotar a las
instituciones municipales de los recursos propios necesarios
para atender sus servicios locales, proponiéndose en
consecuencia que se le reconozcan potestades tributarias y
armonizar las coparticipaciones provinciales para con los
similar a la relación provincias-nación.
Como puede verse el avance hacia la concepción autonómica
de los municipios, es respaldado por nuestra doctrina
mayoritaria, por la Suprema Corte de Justicia, incorporado por
las nuevas constituciones provinciales y así tambien en el
orden internacional.
Así las cosas y entendiendo al municipio como un poder del
estado en un segundo grado de descentralización politica
necesitado de gobernar por sí mismo sus asuntos inmediatos sin
las limitaciones y restricciones a las que actualmente se ve
sujeto, y siguiendo la mas sana y moderna doctrina, no puede
menos que proponerse la jerarquización normativa de la
autonomía municipal en lo institucional, político y financiero.
Para tal fin se propone reformar el artículo 106 de
nuestra constitución, incorporando en el mismo la necesidad que
las Provincias garanticen la autonomía institucional, politica
y financiera de los municipios.
Por tales razones se presenta este proyecto de reforma a
fin de que sirva como documento de trabajo en el momento de
estudiar la manera de dar forma a los cambios institucionales
que la Honorable Convención ha de establecer en este tema.

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