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Metáforas de ACT

Este documento presenta varias metáforas utilizadas en Terapias de Aceptación y Compromiso para explicar conceptos como la aceptación, la evitación experiencial, y cómo los pensamientos y emociones pueden crecer si se les da demasiado valor o atención. Algunas de las metáforas incluyen escaladores en montañas, arenas movedizas, un hombre cavando en un hoyo, y una gárgola en el hombro susurrando pensamientos negativos.

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Abigail Jacques
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Metáforas de ACT

Este documento presenta varias metáforas utilizadas en Terapias de Aceptación y Compromiso para explicar conceptos como la aceptación, la evitación experiencial, y cómo los pensamientos y emociones pueden crecer si se les da demasiado valor o atención. Algunas de las metáforas incluyen escaladores en montañas, arenas movedizas, un hombre cavando en un hoyo, y una gárgola en el hombro susurrando pensamientos negativos.

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Metáforas de ACT

Dos escaladores
Objetivo: Explicar qué hace un psicólogo y el contexto de la relación que se establecerá
durante el tratamiento. Es como si los dos fuésemos escaladores, escalando dos montañas
diferentes pero enfrentadas. Yo puedo ver un camino por el que puedes subir, no porque
conozca esa montaña. Tampoco porque sea más inteligente, sino porque estoy situado en una
posición diferente donde puedo ver cosas que vos no.

Yo estoy escalando mi propia montaña y vos, podrías hacerme indicaciones sobre el camino
que me espera a mí. Mi única ventaja con respecto a vos durante el tratamiento será la
perspectiva y la distancia. Aunque hay cosas que yo no puedo saber sobre tu montaña. Esas
tendrás que contármelas vos. Aunque yo te pueda aconsejar sobre el camino que veo, no
subiré la montaña por vos. Vos tenes la tarea más difícil.

Metáfora de las arenas movedizas y del Hombre en el Hoyo


Objetivo: Uno del argumento de las Terapias de Aceptación y Compromiso (ACT) es que las
estrategias de control de pensamientos, sensaciones o emociones, aunque parezcan lógicas en
ciertas circunstancias, muchas veces producen que la situación empeore. El mensaje que se
transmite es del concepto de Aceptación.

Arenas movedizas
Si vos estuvieras atrapado en arenas movedizas. Lo primero que intentarías hacer es salir de
ellas, pero cuanto más intentas escapar, menos te mueves. Cuánto más luchas, más te hundes.
Cuánto más intentamos luchar contra un pensamiento, una emoción, un hecho o situación
exterior, etc., más grande y pesado se vuelve, y más nos hundimos.

El hombre en el hoyo
Se cuenta la historia de un hombre que cayó en un hueco grande y profundo. No podía saltar
fuera y tampoco había otras vías de escape. En el hueco solo encontró una pala. Así que
comenzó a cavar más y más y más y más rápido, pero seguía en el hoyo. Lo intentó con
grandes paladas y con pequeñas, arrojando lejos la tierra o arrojándola cerca… pero seguía en
el agujero. Todo ese esfuerzo y todo ese trabajo, y lo único que conseguía es que el hoyo se
hiciese cada vez más y más profundo. Entonces, se dio cuenta que cavar no era la solución,
no era la forma de salir del hoyo. Al contrario, cavando es como se hacen los hoyos más
grandes. Como consecuencia, empezó a pensar que quizás todo el plan que tenía estaba
equivocado y que no tenía solución. Cavando no podía conseguir una escapatoria, lo único
que hacía era hundirse más.

Metáfora de la Gárgola
Objetivo: Generalmente se usa para pacientes con depresión, con el objetivo que comience a
detectar pensamientos negativos que aparecen de forma frecuente, y que influyen en el estado
de ánimo.

Imagínate una gárgola en tu hombro. Como las gárgolas son de piedra y, por lo tanto pesadas,
hace que se te dificulte moverte para realizar cualquier tipo de actividad. Además, te habla al
oído y te da mensajes negativos, humillantes, te culpabiliza de todo. Si te encuentras mal, la
gárgola te afirma rotundamente que así te sentirás siempre. Y lo peor es que tú te crees todo
lo que te susurra.

En las próximas semanas deberás aprender a identificar cuáles son estos mensajes y ser
consciente que vienen de la gárgola. Es imposible no escucharla, pero, si aprendes a
identificar cuáles son sus mensajes, sabrás que son opiniones de la gárgola y dejarás de creer
en ellos. La gárgola gritará más para convencerte, pero, con el tiempo, si no se siente
escuchada, tal vez se marche de tu hombro.

Metáfora del Calor


Objetivo: Quitarnos la culpa de los pensamientos negativos. Somos seres pensantes y no
podemos dejar de pensar.

Los pensamientos, sensaciones y emociones negativas son como el calor: muy desagradables.
Pero seguro que no te culpas de tener calor. No estás pensando todo el día que el calor es
horrible, insoportable, etc. Es molesto, pero sabemos que de vez en cuando hemos de pasar
por eso, sobre todo en verano y no le damos mayor importancia que esa.

Metáfora del Asno y el Granjero


Objetivo: Mostrar cómo muchas de las dificultades que tenemos en nuestra vida son las que
nos pueden hacer crecer como personas.

Había una vez un granjero que tenía un asno muy viejo. Un día, el asno cayó al fondo de un
pozo abandonado. El granjero cuando lo vio pensó que el asno era viejo y ya no podía
realizar ningún trabajo en la granja. Por otro lado, el pozo se había secado hacía muchos años
y, por tanto, tampoco tenía utilidad alguna. El granjero decidió que simplemente enterraría al
viejo asno en el fondo del pozo.
Cuando comenzó a palear tierra encima del asno, éste se puso más inquieto de lo que ya
estaba. No sólo estaba atrapado, sino que, además, lo estaban enterrando en el mismo agujero
que le había atrapado. Al estremecerse en llanto, se sacudió y la tierra cayó de su lomo de
modo que empezó a cubrir sus patas. Entonces, el asno levantó sus cascos, los agitó, y cuando
los volvió a poner sobre el suelo, estaban un poquito más altos de lo que habían estado
momentos antes. Los vecinos echaron tierra, tierra y más tierra, y cada vez que una palada
caía sobre los lomos del asno, éste se estremecía, sacudía y pisoteaba. Para sorpresa de todos,
antes de que el día hubiese acabado, el asno apisonó la última palada de tierra y salió del
agujero a disfrutar del último resplandor de sol.

Las paladas de tierra son como nuestros problemas, esos de los que nos entierran. Pero ¿Y si
hubiera alguna forma en la que usted, como el asno de la historia, pudiera encontrar la
manera de pisotear sus dificultades? Si hubiera un modo por el cual las mismas cosas que
ahora parecen estar amenazando su existencia pudieran en realidad usarse para elevarse,
¿podría entonces alcanzar esa vida que tanto anhela? Me gustaría hacerle notar que en esta
historia el asno no podría haber salido del pozo de no ser por la misma tierra que amenazaba
por enterrarlo.

El tanque de tiburones y el polígrafo


“Imagina que estás sentado al borde de un tanque rodeado de tiburones y además estás
conectado a un polígrafo extremadamente sensible. Tu tarea será evitar a toda costa presentar
algún atisbo de ansiedad. Si sientes ansiedad, el asiento sobre el que estás sentado basculará e
irás a parar directamente al tanque de los tiburones. ¿Qué crees que va a ocurrir? Como ya te
habrás imaginado, es muy posible que acabes sintiendo ansiedad.

Esta metáfora es muy apropiada para aquellas personas que sufren ataque de pánico.
Empiezas sintiendo un poco de ansiedad que no estás dispuesto a tolerar y al querer evitarla,
porque piensas ¡esto es horrible, no debo sentir ansiedad!, acabas sintiendo aún más. Cuando
te quieres dar cuenta, ya has caído al tanque de los tiburones.

Metáfora del tigre hambriento


“Una mañana te despiertas y frente a la puerta de tu casa encuentras un adorable cachorrito de
tigre. Lo adoptas y te lo quedas en casa. Tu precioso tigre empieza a maullar y tu intuyes que
siente hambre. Le das un pedazo de carne de hamburguesa y repites esta misma operación
cada vez que lo escuchas llorar. Cuando pasados los días, tu mascota empieza a crecer, ya no
puedes darle un poco de hamburguesa, sino que tienes que proveerle de costillares enteros y
piezas grandes de buey. Esto mismo es lo que ocurre con los pensamientos: crecen y crecen
como el tigre cuanto más los alimentas, es decir, cuanto más valor les das. Así, les otorgas
mayor poder y estos acaban controlando gran parte de tu vida”. Cría de tigre

Metáfora del juego de la trampa china


“Si alguna vez has jugado a la trampa china, sabrás que este juego consiste en un tubo de paja
trenzada del grosor del dedo índice. Cuando colocas ambos índices dentro, uno en cada
extremo y tiras hacia fuera, la paja se encoge y se tensa. Cuanto más fuerte tiras, más estrecho
se vuelve el tubo y más te atrapa. Sin embargo, si empujas los dedos hacia adentro, tendrás
más libertad de movimiento. Ahora piensa que la vida es como una trampa china. Cuanto más
luchas, más limitados quedan tus movimientos. Pero si dejas de luchar, consigues mayor
libertad para hacer elecciones nuevas”.

Metáfora del hoyo y la pala


“Te caes a un hoyo medianamente profundo y lo único con lo que cuentas para salir de ahí es
con una pala. Como no sabes muy bien qué hacer y te desesperas, empiezas a usar tu pala.
Poco a poco, te hundes más en el hoyo, ya que, al quitar tierra, este se hace más profundo y a
ti te es mucho más difícil salir. ¿No hubiese sido mejor usar la pala de otra manera? ¿No
podríamos haber esperado a que pasara alguien y nos ayudase a salir? Esto es precisamente lo
que ocurre en la evitación experiencial. El ansia por salir del malestar provoca que nos
enterremos aún más en ese malestar. Sin embargo, la aceptación del mismo podría ayudarnos
a buscar estrategias alternativas. Puede que al principio tengamos que tolerar el sufrimiento,
pero a la larga la solución será más beneficiosa”.

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