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CUERPO Y SEXUALIDAD

Francisco Vidal
Carla Donoso
Editores

Marco Becerra
Claudia Dides
Caria Donoso
Eduardo Goldstein
Paulina Gonzalez
Gabriel Guajardo
Loreto Hernandez
]osefina Hurtado
Enrique Moletto
Ana Cristina Nogueira
HugoOcampo
Gladys Orellana
Irma Palma
Silvia Parada
Pia Rajevic
Alfredo Rojas
Marco Ruiz
Carlos Sanchez
Lucia Sante/ices
Teresa Valdes
Francisco Vidal
Sergio Zorrilla

.Universidad ARCIS FLACSO VIVO POSITIVO


~.. ll(. '1­
C. J:: ',,,\. C.

Cuerpo y Sexualidad
Las opiniones que se presentan en este trabajo, asf como los
analisis e interpretaciones que en ct se contienen, son de res­
ponsabilidad exclusive de sus autores y no reflejan ncccsaria­
mente los puntas de vista de FLACSO nl de las instituciones a
las cuales se encuemra vinculado.

El seminario Cuerpo y Sexualtdad, que da origen a esta publi­


cacion. fue realizado con el apoyo financiero del Programa
Regional de Capacitaci6n en Salud Sexual y Reproductive para
America Latina y EI Caribe (PROGRESAR) y cl auspicio de
CONASIDA. FLACSO-Chile y OMS/OPS. La publicaci6n de
sus resultados fue posible gracias a los recursos entregados
por el Fonda de Naciones Unidas para la Poblaci6n (t'"""NUAP).

Ninguna pane de este libro/documento, incluido el disefio de


portada, puede ser reproducida, transrnitida 0 almaccnada de
manera alguna ni por algun medic. ya sea elecuonico. mecani­
co, qufmico, opuco, de grabacion 0 de Iotocopia, sin autoriza­
cion de FLACSO.

612.6 Vidal, Francisco; Donosc, Carla, eds.


V649 FLACSO-Chile; Universidad ARCIS; VIVO
rosmvo.
Cuerpo y sexualidad.
Santiago, Chile: FLACSO-Chile, 2002.
201 p. Serie Libros FLACSO
ISBN: 956·205-174-9

SEXUALIDAD I IDENTIDAD SEXl:AL I SIDA I


HOMOSEXUALIDAD I MUJERES I HOMBRE I
DERECHOS SEXUALES I DERECHOS REPRO­
DUCflVOS I EDUCACI6N SEXUAL I CHiLE

Inscripcion !,\°128.428, Prohibida su reproduccion.


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© 2002, FLACSO-Chile
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Av. Dag Hammarskjold 3269. Vitacura. . •'a. .",:!:.:__ ::':"1.~"--=--...JW="'''.J---t
Tblefonos: (562) 290 0200 Fax: (562) 2900263
Casilla Electronica: [email protected] !~:
FLACSO-Chile en Internet: http://www.flacso.cl

Produccion editorial: Marcela Zamorano, FLACSO-Chile ,


Diagramaci6n interior: Marcela Contreras, FLACSO-Chile
Disctto de portada: Claudia Winther
Irnpresion: LOM Ediciones
INDICE

Presentaci6n
Teresa Valdes 9

Presentaci6n
Rodrigo Pascal 11

Introducci6n 13

I. SEXUALIDAD EN CHILE

Sexualidad y modernidad en Chile: una relaci6n espiirea


Francisco Vidal 27

Goces privados, publicos castigos


Pia Rajevic 45

Sexualidad y etica: una relaci6n posible


Sergio Zorrilla 55

La identidad sexual y de genera como fen6meno de integraci6n


social y politica
Marco Rui; 71

II. CUERPO Y SEXUALIDAD

El cuerpo femenino como representaci6n simb6lica:


repraducci6n y violencia
Carla Donoso 79

Protesis para fracturas. Tres estampas del tabu de la pornograffa en Chile


Enrique Maletta 89
Sexo virtual: la escisi6n defmitiva entre el estar y el placer
Loreto Hernandez 97

Escenas, nriradas, cuerpos


losefina Hurtado 105

III. DIVERSIDAD SEXUAL

Minorias sexuales y participaci6n poiftica


Carlos Sanchez 113

Aproximaciones a la sexualidad lesbica en Chile


Paulina Gonzalez 119

ldentidad sexual en las personas transgencro


Silvia Parada 123

Reflexiones en lorna ala diversidad sexual


Irma Palma 127

Cuerpo, sexualidad homosexual y prevenci6n del VIHlSIDA


Gabriel Guajardo 131

IV. SEXUALIDAD Y VIHlSIDA

Algunos resultados de la Encuesta Nacional de Comportanriento Sexual


Eduardo Goldstein 139

Mujer y VIHISIDA
Gladys Orellana 145

Historia y perspectivas del proyecto de Ley de SIDA


Hugo Ocampo 149

Sexualidad y VIHlSIDA
Ana Cristina Nogueira 157

Vistiendo encuentros: prevenci6n del VIH en hombres homosexuales y HSH


Marco Becerra 163
V. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS

Derechos sexuales y reproductivos: concepto y condicionantes


de su ejercicio
Teresa Valdes 175

El proyecto Ley Marco sobre derechos sexuales y reproductivos


Claudia Dides 181

La educaci6n sexual en Chile: tensiones y dilemas de una agenda


Alfredo Rojas 191

La educaci6n de la sexualidad: un marco conceptual y una


estrategia didactica
Lucia Santelices 197
I.

"SEXUALIDAD EN CHILE"
SEXUALIDAD Y MODERNIDAD EN CHILE:
UNA RELAC/ON ESPUREA

Francisco Vidal

El presente trabajo analiza los condicionamientos a que se ve sometido el debate


sobre la sexualidad en Chile. De igual modo, se describen las principales caracteris­
ticas de nuestras relaciones sexuales con perspectiva de genero, En este contexto,
este documento analiza y sistematiza los resultados de algunas investigaciones en
sexualidad realizadas en Chile a la luz de las transformaciones que, producto de la
modemidad, se habrfan producido en el ambito de la intimidad y de la sexualidad.
Tambien se seiialan los elementos que pudiesen estar jugando un rol promotor u
obstaculizador de la materializaci6n de cambios en la esfera de la sexualidad.

En primer termino, abordaremos algunos condicionamientos hist6ricos de la sexua­


lidad, para posteriormente analizar los enfoques te6ricos desde los cuales es posi­
ble abordar esta ternatica.

1. Condicionamientos Hist6ricos de la Sexualidad

El termino sexualidad aparece por primera vez en el siglo XIX con un significado
mas 0 menos parccido al que tiene hoy para nosotros, ya que hasta el 1800, la
palabra s610 era utilizada dentro de los lfmites de la jerga tecnica de la biologfa y
la zoologfa '. Sin embargo, las primeras referencias a la sexualidad se remontan
mucho tiempo arras, encontrandose los primeros antecedentes en la tradici6n
judeocristiana, que Ie imprime connotaciones que la restringen al ambito de la
procreaci6n. Es asf como los cinco primeros libros de El Antigua Testamento con­
tienen normas relativas a la conducta sexual; en Los Die: Mandamientos se prohi­
be el adulterio (Exodo, 20,13) y en el Levitico (18,22 y 21, 14) se prohibe catego­
ricamente la homosexualidad. Ademas, en El Cantar de los Cantares se alude al
sexo como un impulso creativo y placentero, pero restringido iinicamente al am­
bito de la procreacion-. Durante, los siglos XII Y XIII, a medida que la Iglesia

Katchadurian. 199.1.
Masters, Jonson y Kolodny. 1995.

27
Sexualidad y modemidad en Chile: una ... Francisco Javier Vidal

consolida su poder, se observa un predominio de la moral puritana', que considera


el celibato y la castidad como valores centrales en materias de sexualidad.

Durante el siglo XIX, la Iglesia establece una alianza con la ciencia, especfficamente
con la medicina, en la adopcion de actitudes negativas hacia la sexualidad; la
masturbacion se considera lesiva para el cerebro y para el sistema nervioso cen­
tral, la homosexualidad se entiende como patologla y a la mujer no se la concibe
como capaz de respuesta sexual. Lopez y Fuertes afmnan que "la ciencia se limi­
taba a legitimar 10 que afirmaban los moralistas. (...) Estaban convencidos que
existia una perfecta coincidencia entre la moral y los criterios educativos y clini­
cos. Si algo era considerado por la moral como inadecuado, los profesionales 10
catalogaban como desviado 0 patologico'": El ultimo cuarto del siglo XIX estuvo
marcado por la ideas del psiquiatra Richard von Krafft-Ebing, quien -adhiriendo
a los principios de la moral victoriana- establece una pormenorizada clasificacion
de las disfunciones y perversiones sexuales, dentro de las que destacan el
sadomasoquismo, la homosexualidad y la masturbacion. De este modo, la sexua­
lidad entra al campo de estudio de la medicina, pero 10 hace a traves de la puerta
de la patologia.

Posteriormente, el medico ingles Havelock Ellis relativiza el concepto de norma­


lidad y rechaza muchos t6picos considerados anteriormente como verdades cien­
tfficas. Es asf como la masturbacion deja de conceptualizarse como una conducta
degenerativa, pasando a ser caracterizada como una practica corruin en ambos
sexos; la homosexualidad se entiende como una conducta minoritaria y no como
una desviaci6n y el placer es considerado deseable tanto para el hombre como
para la mujer. Es asf como, junto con imprimir a la sexualidad una connotacion
positiva de la que carecia, Ellis se convierte en un precursor de las ideas que
posteriormente desarrollara Sigmund Freud. En la concepcion de Freud, la sexua­
lidad se entiende como una fuerza primigenia que motiva todos los actos huma­
nos, que esta enraizada en 10 biologico y que es vivenciada como una permanente
biisqueda de placer. Freud plantea que la relacion entre sexualidad y neurosis se
origina en la coerci6n que ejercen las normas morales sobre los individuos. Poste­
riormente, las ideas freudianas son interpretadas ala luz de la teona marxista por
Reich y Marcuse, quienes analizan la sexualidad al interior de una sociedad capi­
talista que se expresa en un conjunto de instituciones, leyes y valores que refuer­
zan y transmiten la represi6n de los instintos por parte del sujeto'.

Salvo excepciones como la Refonna Protestante que se mostraba mas tolerante que la IglesiaCat6li­
ca en materias de sexualidad.
Lopez y Fucrtes, 1991: 21.
Vcr Marcuse. 1984; Reich, 1986.

28
Francisco Javier Vidal Sexualidad y modemidad en Chile: una ...

Una nueva manera de abordar el estudio de la sexualidad humana se inicia con los
trabajos de Alfred Kinsey, quien provoc6 una enorme conmoci6n en la sociedad
norte americana al publicar sus informes sobre Sexualidad Masculina y Sexuali­
dad Femenina''. De acuerdo a los resultados obtenidos por Kinsey al entrevistar a
mas de 12.000 estadounidenses, el 37% de los hombres encuestados habfa tenido
al rnenos una experiencia homosexual en su vida; el 40% habra sido infiel a su
esposa y el 62% de las mujeres se habfan masturbado. La publicacion de sus infor­
mcs le valio la crftica de la jerarqufa eclesiastica por considerarseles amorales,
contrarios a la familia y con un trasfondo comunista. Sin embargo, las publicacio­
nes de Kinsey tambien hicieron que muchas personas se sintieran liberadas al
saber que sus conductas y fantasfas sexuales eran tambien compartidas por otros
individuos.

Las definiciones contemporancas de sexualidad ya no la entienden solo en tcrrni­


nos de su asociacion con la reproduccion biologica, ya que existe consenso entre
muchos cientistas sociales en que no todas las practicas sexuales tendrfan por que
tener esa finalidad. De este modo, los estudios actuales sobre sexualidad enfatizan
la necesidad de rescatar en su conceptualizacion los elementos que se encuentran
mas alla de 10 meramente biol6gico. De Barbieri, por ejemplo, senala que "el
relacionamiento sexual no es s610 un intercambio quimico que asegura la repro­
ducci6n de la especie. Mucho mas alld, la sexualidad es el conjunto de maneras
muy diversas en que las personas se relacionan como seres sexuados, en inter­
cambios que, como todo 10 humano, esuin cargados de sentido'": En la idea de
poner el erotismo como elemento central de la sexualidad, Lamadrid y Munoz
destacan que "aunque sepamos la estrecha relaci6n que existe entre sexo y repro­
duccion, para los individuos el significado primario de la sexualidad esui centra­
do en la posibilidad de encontrar placer:". Para estas autoras, el placer no se
encuentra vacfo de sentido, ya que "La sexualidad humana es La elaboraci6n so­
cial de los significados que para los sujetos tiene la capacidad de derivar placer
y de reproducirnos en nuestros cuerpos sexuados?",

A juicio de Masters y Johnson, no seria posible dar una respuesta categorica a la


pregunta sobre que es sexualidad, debido a la multiplicidad de aproximaciones
dadas al concepto. En este sentido, plantean que una forma de responder esta
prcgunta consiste en describir las dimensiones que se encuentran implicadas cuando
hablamos de sexualidad. Una primera dimension que distinguen estos autores es
la biol6gica, que tiene que ver con la existencia de factores bio16gicos que contro-
Kinsey, 1948; 1953.
Dc Barbieri, 1993: 154.
Lamadrid y Mufioz, 1996: 13.
Idem, pag. 13.

29
Sexualidad y modemidad en Chile: Wla ... Francisco Javier Vidal

Ian el desarrollo sexual, desde la concepci6n hasta el nacimiento y la aptitud para


procrear despues de la pubenad. La segunda dimensi6n es la psicosocial, que
conjuga factores psicol6gicos y sociales que aluden tanto al modo en que las per­
sonas se influyen recfprocamente, como a la regulaci6n de la sexualidad mediante
normas a traves de las cuales los individuos encauzan su conducta sexual en una
senda determinada. La tercera dimensi6n, la conductual, permitiria conocer 10
que las personas "hacen" y comprender mejor "como" y "par que" 10 hacen. La
dimensi6n clinica tiene relaci6n con los impedimentos que disminuyen el placer
sexual del individuo y con las soluciones disponibles para alcanzar el goce sexual.
Finalmente, la quinta dimensi6n es la dimensi6n cultural, que apunta a la inexis­
tencia tanto de un sistema de valores sexuales que tenga validez universal, como
de un c6digo maral que sea indiscutiblemente justo y aplicable a todos los indivi­
duos'".

Sin embargo, las dimensiones sefialadas por estos autores no consideran dos ele­
mentos de imponancia central en la "regulacion social de la sexualidad", parti­
cularmente en el caso de nuestro pais". Un primer elemento tiene que ver con los
cambios que ha experimentado la sexualidad en la epoca modema y con el rol que
determinados grupos y movimientos sociales han jugado en la produccion de es­
tos cambios. Un segundo elemento que proponemos relevar al hablar de sexuali­
dad dice relacion con las presiones y con las restricciones que ciertos sectares
politicos y eclesiasticos han ejercido sobre el aparataje gubemamental con el ob­
jeto de obstaculizar la implementaci6n de polfticas piiblicas vinculadas con la
sexualidad. Estos dos elementos, a los cuales nos referiremos como "dimension
sociologica" y "dimension politica" de la sexualidad, seran tratados de manera
mas amplia en el siguiente punto, que versara en tomo a estas "dimensiones olvi­
dadas de la sexualidad".

2. La Dimensi6n Sociol6gica de la Sexualidad

La Dimensi6n Sociol6gica de la sexualidad se centra fundamentalmente en Ires


aspectos:

• La influencia de movimientos sociales en el ambito de la sexualidad


• Las caracteristicas de la sexualidad en la sociedad modema
• Los cambios en las conductas sexuales

ic Masters, Johnson y Kolodny, 1995: 5-9.


n Al respecto, vcr Rajevic, 2000.

30
Francisco Javier Vidal Sexualidad y modernidad en Chile: una ...

2.1. La Influencia de Movimientos Sociales en el Ambito de la Sexualidad

Probablemente el movimiento social con mayores implicancias en el ambito de la


sexualidad sea el movimiento feminista, que surge como una denuncia de la dis­
criminacion de que es objeto la mujer en diversos ambitos de una vida social
estructurada en favor de los hombres. En el ambito de la sexualidad, la liberacion
sexual de la mujcr se ve facilitada por la tendencia a limitar el mimero de hijos y
par las posibilidades de contracepcion efectiva. La aparicion de los metodos anti­
conceptivos provocan una verdadera revolucion en la vida sexual de la mujer yen
las posibilidades de tener sexo sin el peligro de un embarazo no deseado. En
segundo termino, el movimiento feminista crca concicncia sobre el derecho al
placer sexual de la mujer en sus relaciones intimas. De este modo, se rechaza la
concepcion machista predominante hasta ese momento sobre una "naturaleza
asexuada de la mujer" y se plantea una igualdad en el plano sexual entre hombres
y mujeres. En la actualidad, el movimiento feminista ha incorporado fuertemente
en su discurso la nocion de genero, con la cual se pretende destacar que los atribu­
tos masculinos y femeninos son condicionados sociocultural mente, sin que en
ello tengan alguna incidencia los aspectos biologicos 0 fisiologicos".

La nocion de genero tarnbien influye en el ambito de la masculinidad, ya que si las


diferencias entre hombres y mujeres se enrafzan en 10cultural y no en 10biologi­
co, los atributos tradicionalmente asignados a 10 masculino tampoco responde­
nan un deber ser "natural", sino a una determinada socializacion de gcnero. De
este modo, surge un movimiento que plantea una identidad masculina en crisis y
que impulsa una nueva forma de entender al hombre, que conjugue su parte afectiva
con la personalidad del "cazador" y del "proveedor", En el terreno de las relacio­
nes interpersonales, se postula la necesidad se desarrollar mayores grados de afec­
tividad en las relaciones que los hombres establecen en sus entomos mas cercanos
y se promueve la igualdad de la mujer en todos los planes de la vida social, 10que
se traduce en una mayor igualdad sexual entre los generos. El interes por el estu­
dio de los hombres en nuestro pais se encuentra en estado incipiente, comenzando
solo en los ultimos aiios a producirse investigaciones que dan cuenta de la viven­
cia de la masculinidad desde el punto de vista de los hombres y de los mandatos
sociales que la determinan",
" Estudiando el hennafroditismo, Robert Stoller y John Money descubrieron que los sujetos definfan
su identidad (masculina 0 femenina) dependicndo del sexo que les habfa asignado la familia 0 e1
cntorno inmediato. En otras palabras, asumir 1aidenridad masculina 0 femenina dependia mas de las
fonnas en que los individuos habfan sido socializados y de Ia idcntidad asignada par sus padres que
de los datos bio16gieos u horrnonales. De este modo, Montecino y Donoso sefialan que la distinei6n
entre sexo y genera radica en que "el primer concepto apunta a los rasgos fisiologicos y bioJ6gicos dc
ser macho 0 hcmhra y el segundo a la construccion social de las diferencias sexuales (masculine y
femenino)" Montecino y Donoso, 2000: 54.
vcr Olavarrfa, 2001 a: 2001 b: Fierro, s/f.

31
Sexualidad y modemidad en Chile: una ... Francisco Javier Vidal

Por otro lado, a rafz del enfrentamiento entre policfas y homosexuales en el bar
Stonewall en Nueva York en 1969, surge un fuerte movimiento politico en defen­
sa a los derechos de las minorfas sexuales. La fuerza que alcanza este movimiento
incide en que, en 1973, la Asociacion Psiquiatrica Estadounidense quite la homo­
sexualidad del diccionario de trastomos mentales. Las reivindicaciones homo­
sexuales han seguido adquiriendo fuerza con los afios, centrandose actualmente el
debate en tome al reconocimiento legal de las relaciones entre personas del mis­
mo sexo y en la posibilidad de adoptar hijos.

2.2. Caracteristicas de la Sexualidad en la Sociedad Modema

Giddens considera que la sociedad moderna ha experimentado un cambio en la


forma en que se inscribe el amor en la biograffa de las personas. Este cambio
tendria que ver con la emergencia de 10 que denomina "amor confluente", que se
caracterizarfa por ser un amor activo, contingente, que rechaza el "para siempre"
propio del amor romantico, predominante en epocas anteriores". El arnor con­
fluente pone al erotismo en el centro de la relacion conyugal, buscandose alcanzar
el placer mutuo en la pareja. Ademas, no dice relacion directa con la
heterosexualidad, como era el caso del amor romantico.

Otra caracteristica de la sociedad modema que sefiala Giddens, tiene relacion con
el papel que han desempefiado las mujeres en la produccion de una "igualdad
sexual" entre los sexos, que a su vez, habrfa conducido al establecimiento de 10
que llama "relaciones puras", Una relacion pura se entiende como "una relaci6n
de igualdad sexual y emocional con connotaciones explosivas respecto de otras
formas preexistentes de poder entre los diversos papeles sexuales':", Esta rela­
cion pura tambien implica un tipo de sexualidad propio de la sociedad moderna
que Giddens denomina "sexualidad plastica", que serfa una sexualidad descentrada,
liberada de las necesidades de reproduccion, La sexualidad plastica tambien con­
llevarfa un proceso inedito de negociacion sexual entre los sexos de manera que
ambos encuentren placer y gratificacicn en la relacion sexual.

2.3. Camblos en las Conductas Sexuales

Los estudios de sexualidad muestran la existencia de cambios, tanto en la


edad de inicio de la actividad sexual, como en el tipo de practicas sexuales en
que se involucran las personas. Un estudio sobre conductas sexuales de casi
De acuerdo a Giddens, el amor romantico surge a fines del Siglo XVIll, asumiendo el ideal de
pennanencia con el objeto amoroso y donde los lazos y los afectos predominan por sobre el ardor
sexual.
Giddens. 1995: 11-12.

32
Francisco Javier Vidal Sexualidad y modernidad en Chile: una ...

mil norteamericanos revel6 que la primera experiencia sexual de los entrevis­


tados de mas de 40 afios contrastaba dramaticarnente con la de los grupos mas
jovencs". Estos resultados son concordantes con los obtenidos por Pollak en
Francia, donde se constat6 que la edad de iniciaci6n sexual de los menores de
35 afios era radicalmente distinta de la de los grupos de mayor cdad"

Otro hallazgo importante que se desprende del estudio de Rubin citado, tiene que
ver con un cambio en el tipo de practicas sexuales en que se involucran las perso­
nas. Asf, este estudio revel6 que, entre mujeres y hombres de mas de cuarenta
afios, solo un poco mas de un 10% habfa practicado sexo oral. A diferencia de
ello, entre los adolescentes, el sexo oral frecuentemente fonnaba parte de la acti­
vidad sexual. En cuanto a la masturbaci6n, uno de los primeros infonnes sobre
sexualidad --el infonne Kinsey- mostr6 que el 90% de los hombres y el 40% de
las mujeres se habian masturbado alguna vez". Sin embargo, estudios mas recien­
tes han elevado estas proporciones a casi el 100% en los hombres y a cerca del
70% en las mujercs".

3. La Dimensi6n Politica de la Sexualidad

Probablemente el autor que mas ha analizado la relacion que existe entre sexuali­
dad y poder sea Michel Foucault, quien entiende la sexualidad como "un constructo
social, que opera en campos de poder, y no meramente un abanico de impulsos
biol6gicos que se liberan 0 no se liberan "20. De acuerdo a este autor, los benefi­
cios de la modemidad tendrfan un costa: la producci6n de cuerpos dociles y disci­
plinados, incapaces de responder espontancamcnte a los influjos del deseo. Desde
una perspectiva similar, Weeks plantea que el poder disciplinario en materias de
sexualidad en la epoca modema es ejercido por quienes promueven la libertad
individual, pero circunscrita solo al ambito economico. De este modo, en la socie­
dad inglesa, Weeks observa una oposicion entre la derecha polftica radical y la
"mayor revoluci6n en las costumbres sexuales de este siglo "21. Segun este autor,
este antagonismo se habrfa originado en el intento de la derecha politica de redu­
cir la libertad individual a los margenes establecidos por el mercado, donde se
tiene libertad para comprar y vender pero no para elegir el compafiero 0 compafie­
ra sexual, el estilo de vida sexual y la identidad 0 las fantasfas sexuales, De este

Rubin, 1990.
Pollak, 1992.
Kinsey, 1953.
Masters. y Johnson, 1993.
Foucault, 1993.
2. Weeks, 1995: 171.

33
Sexuolidad )' modemidad en Chile: una... Francisco Javier Vidal

modo, se estaria restringiendo al individuo en uno de los aspectos centrales de su


libertad: su autodetenninaci6n. Weeks tarnbien observa que las proclamas con­
servadaras de la derecha han encontrado apoyo en las filas eclesiasticas, quienes
han visto con muy buenos ojos este nuevo intento de rescate moral de la socie­
dad".

En el caso de nuestro pais, larealidad no parece ser tan distinta a las descripciones
que hace Weeks sobre la sociedad norteamericana 0 inglesa. Asi al menos 10 de­
muestran los resultados de una investigaci6n periodfstica acerca del tema de la
sexualidad en nuestro pais, donde se destacan las restricciones y limitaciones que
la Iglesia Cat6lica y los sectares de derecha --es decir, el poder econ6mico- han
impuesto a los medios de comunicaci6n social para hablar del tema de la sexuali­
dad. Al respecto, Rajevic sefiala: "En Chile hay una minoria muy poderosa que
impone su punto de vista mas alld de 10 visiblemente politico 0 econ6mico y uno
de sus intereses mas profundos es la mantenci6n de los valores morales a
ultranza '~5.

En el siguiente punto describiremos c6mo, en el caso de nuestro pais, el plantea­


miento de la derecha politica --en alianza con la autoridad eclesiastica- se ha con­
vertido en un importante obstaculo para las politicas ptiblicas impulsadas par el
Gobiemo de la Concertaci6n en temas referidos con la sexualidad. Asi, al hablar
de dimensi6n politica nos referimos a las decisiones que las autoridades gubema­
mentales han tornado 0 dejado de tamar en relaci6n a aspectos vinculados con la
sexualidad, asi como tambien a las presiones que -segun los antecedentes que se
expondran- podrian haber incidido de manera directa en ello. Aun cuando reco­
nocemos que se han registrado algunos avances en materias de sexualidad durante
los tiltimos aiios en nuestro pais -corno la ley de filiaci6n 0 la despenalizaci6n de
la hornosexualidad- nos parece evidente que existen grandes vacios en muchos
aspectos y que queda mucho camino por recorrer.

La ausencia de carnpafias de prevenci6n del SIDA a traves de los medios masivos


de comunicacion, la dificultad para implementar programas de educaci6n sexual
en los establecimientos educacionales, la inexistencia de una ley de divarcio vin­
cular y la prohibicion de comercializar anticonceptivos de emergencia, son -a
nuestro juicio- una expresi6n concreta del esfuerzo que han realizado algunos
grupos minoritarios de la sociedad par imponer sus posturas y creencias a toda la
poblaci6n, recurriendo a todo tipo de estrategias que les permitan llevar a cabo
sus objetivos. Veamos algunos ejemplos.
rz Weeks. 1993.
B
Rajcvic. 2000: 17.

34
Francisco Javier Vidal Sexuolidod y modernidad en Chile: una ..

Las campaiias de prevencion del SIDA dejaron de ser emitidas a traves de los
medios de comunicacion masivos en 1997, con la subsecuente invisibilizacion
del tema dentro de la opinion publica. Los personeros gubemamentales han sefia­
lado que la estrategia que han adoptado es la realizacion de campaiias focalizadas
de prevencion dentro de grupos especificos. Frente a esto uno puede preguntarse
si la epidernia afecta solo a grupos especificos focalizados 0 a la poblacion en
general. Como tambien, en que medida habrii influido la negativa de la Corpora­
cion de Television de la Universidad Catolica y de Megavision a transmitir los
spots preventivos impulsados por el Ministerio de Salud, en la decision de esa
cartcra de no continuar con esta linea de prevencion. Resulta sintomiitico que ese
afio fuese el ultimo afio que pudimos ver campafias telcvisivas de prcvencion del
SIDA.

Con respecto a la educacion sexual, debemos recordar que cuando el Gobiemo


implernento las Jornadas de Conversacion sobre Afectividad y Sexualidad
(10CAS), algunos poderes facticos reaccionaron de inmediato. El Mercurio -prin­
cipal medio de cornunicacion escrito de cariicter conservador- publico un repor­
taje acerca del esciindalo que resultaba hablar de preservativos y de metodos anti­
conceptivos en los establecimientos educacionales; Maria Angelica Cristi acuso
al Estado de "transgredir los principios y valores fundamentales a la hora de
diseiiar programas para la formaci6n de niiios y adolescentes como son las Jor­
nadas de Conversaci6n sabre Afectividad y Sexualidad", y el entonces Obispo de
Valparaiso, Monsefior Jorge Medina, declaraba a un matutino santiaguino que "se
esta rebajando el sexo a un nivel como no 10 conocen los animales y los animales
no tienen "chipe libre' en materia sexual"?', Es posible que, producto de estas
presiones, las JOCAS actualmente hayan sido objeto de importantes recortes y
cercenamientos en sus contenidos".

Par otra parte, cuando el Senado rechaza el Proyecto de Ley de divorcio vincular
presentado por los democratacristianos Mariana Aylwin y Patricio Walker, Jarge
Medina recibe un importante espaldarazo de Roma, que se traduce en que el cle­
rigo pas a a ocupar un importante cargo en el Vaticano. Respecto de la necesidad
de legislar sobre este tema, Pia Guzman sefialaba "l Par que vamos a legislar par
la excepci6n, par dramdtica que ella sea, si dejamos al resto en la incertidumbre
y debilitamos a lafamilia "26.

Finalmente, con la ferrea defensa de abogados del Opus dei, el Gobiemo se via en
La Tercero, 10 de Septiembre de 1996: 3-4.
Kleincsek, 2000. Lna reflexion sabre la situacion de la educacion sexual en Chile se encuentra en
Vidal, 2002.
Revista Elle, 1999.

35
Sexualidad y modernidod en Chile: una ... Francisco Javier Vidal

la obligaci6n de impedir la comercializaci6n del farrnaco para la anticoncepci6n


de emergencia que contiene Lovonargestrel que, utilizado despues de una rela­
ci6n sexual no prategida, impide la fecundaci6n. EI dictamen de la Corte Supre­
ma coincide con la ultima visita de Jorge Medina a nuestro pais.

4. Sexualidad y Modernidad en Chile

En este apartado haremos referencia, principalmente, a las investigaciones sobre


sexualidad realizadas en Chile con perspectiva de genera, es decir, aquellas que
dan cuenta de las diferencias en la vivencia de la sexualidad entre hombre y muje­
res. Ello con el objeto de contrastar la realidad de la sexualidad en Chile con las
trans formaciones que en este ambito se habrian praducido, segun Giddens, con la
modemidad.

Respecto al tema de genera y sexualidad, cabe sefialar que las investigaciones


muestran la existencia de diferencias en terminos de la manera en que la sexuali­
dad es vivenciada par ambos sexos. Una primera diferencia tiene relaci6n con las
motivaciones para iniciar la vida sexual, ya que los estudios muestran que, en el
caso de las mujeres, la principal motivaci6n para tener relaciones sexuales es la
afectividad, mientras que para los hombres es el placer, siendo este elemento el
que ambos sexos rescatan cuando evahian una relaci6n sexual. Asf, un estudio
concluye: "Para las mujeres el sexo tiene nombre y apellido. Esto significa que
esta asociado principalmente con la pareja conyugal, marido 0 pololo. EI sexo es
valorado en la medida que existe un compromiso afectivo. (...) Por su parte, la
asociacion principal de los hombres al sexo se refiere al placer. La palabra sexo
esui ligada al hecho de tener relaciones sexuales, a 10 genital, al deshogo fisico y
a la satisfaccion "", Esto es concardante con los resultados obtenidos en una en­
cuesta aplicada a 495 adolescentes, donde se encontro que dos tercios de las mu­
jeres y s610 un tercio de los hombres respondio que su iniciaci6n sexual estuvo
mediatizada par el amor, A la inversa, eI85,5% de los hombres y eI14,5% de las
mujeres expres6 que el motivo central tenia que ver con el deseo".

En el caso de los hombres, el inicio de su vida sexual no solo encontrarfa relaci6n


con la satisfacci6n del deseo, sino tambien con cumplir un mandato social que
permite que se reafmnen como hombres heterasexuales al poseer y penetrar a una
mujer, 10 cual Ie abre las puertas al mundo "de los hombres'?•. Este mandato

Sharim, Silva, Rode y Rivera. 1996: 34.


Valenzuela, 1994.
Covarrubias, Munoz, Poblete y Reyes, 1990; Olavarrfa. 2001 a.

36
Francisco Javier Vidal Sexualidad y modemidad en Chile: una ...

social--como destaca Luco- se inscribe dentro del gui6n establecido por la sexua­
lidad hegcm6nica, segun la cual "los hombres deben estar siempre dispuestos,
siempre activos para iniciar un encuentro sexual, aunque muchas veces los de­
seos y las necesidades digan 10 contrario" 3D.

Respecto a la primera experiencia sexual, los estudios muestran que las mujeres
se inician con parejas estables de edades similares, mientras que los hombres 10
haccn con mujeres mayores que "los inician"". De este modo, tambien observa­
mos la existencia de diferencias de genero en relaci6n a la figura del iniciador/a.
En cuanto ala valoraci6n que los sexos hacen de la experiencia sexual previa de
su pareja, tarnbien se observan diferencias, encontrandose que, para ambos sexos,
es importante que el hombre tenga mayor experiencia sexual. Asf, aiin cuando las
mujcres valoran ser las primeras en la vida sexual de su pareja, tarnbicn conside­
ran que esta inexperiencia masculina dificulta su propia satisfacci6n y aprendiza­
je sexual". A diferencia de ello, para los hombres, la virginidad se conceptualiza
como algo valioso que se entrega, que se da, motivo por el cual tienden a valorarla
como algo hermoso. Sin embargo, esta valoraci6n s610 se circunscribe al ambito
de las relaciones estables y no a otro tipo de encuentros sexuales.

Resulta curioso que aun cuando para ambos sexos la virginidad femenina conti­
nue siendo algo valioso, tanto hombres como mujeres Ie asignan un significado
subjetivo que se acomoda con la particular situaci6n en que se encuentran. De
este modo, cuando los hombres se relacionan afectivamente con mujeres que no
son vfrgenes, tienden a restarle importancia a la virginidad, considerando que 10
realmente importante es que 5610 con ellos alcanzaron la satisfacci6n sexual. Como
podemos observar, desde la perspectiva masculina, sigue presente la idea de ini­
ciar a la pareja, si bien no en la sexualidad, sf en el placer". Esta resignificaci6n de
la virginidad tarnbien opera en el caso de las mujeres. Un estudio cualitativo rea­
lizado con 48 mujeres de distintos estratos socioecon6micos, mostr6 que aun cuan­
do las mujeres no parecfan asignarle demasiada importancia a lIegar virgenes al
matrimonio, sf consideraban que era muy relevante no tener sexo con cualquiera
y/o haber tenido relaciones sexuales con un solo hombre. Esta resignificaci6n que
las mujeres hacen de la virginidad pasarfa necesariamente por las percepciones
que las mujeres tienen respecto de su importancia para los hombres". Estudios en
varones muestran que, para estes, "las mujeres cuyo deseo no nace del amor; son

," Luco,2001.
Gysling, Benavente y Olavarrfa, 1997.
Idem.
Idem.
Valdes, Benavente y Gysling, 1999.

37
Sexuolidod y modemidad en Chile: una ... Francisco Javier Vidal

enfermas, tienen alma de puta 0 son putas. Tienen relaciones sexuales con cual­
quier hombre">.

En relaci6n ala comunicacion en materias de sexualidad, se observa que la mayor


parte de las mujeres manifiesta problemas para expresar a su pareja 10 que sien­
ten, ya sea respecto de 10 que les disgusta 0 molesta en la relaci6n sexual, como
tambien acerca de aquello que disfrutan. En este punto se observa una contradic­
ci6n en la vivencia de la sexualidad de las mujeres, ya que, desde su perspectiva,
expresar 10 que les disgusta en el terreno sexual podrfa ocasionar problemas 0
conflictos en la pareja y, al mismo tiempo, indicar 10 que les gusta podrfa traer
consigo ser catalogadas como mujeres faciles 0 muy sexuadas". En muchas oca­
siones las mujeres prefieren no tomar la iniciativa en el terreno sexual" ni hablar
de la insatisfacci6n sexual que pudiera producirles la eyaculaci6n precoz de su
pareja", por el temor a las consecuencias que esto pudiera traer ya sea en terrninos
de represalias ffsicas, de evaluaciones negativas por parte del var6n 0 de eventua­
les problemas para la relaci6n. De hecho, algunos estudios han mostrado que las
mujeres se sienten con mayor libertad para expresar sus necesidades sexuales en
encuentros ocasionales que con sus parejas estables, ya que en este tipo de cir­
cunstancias, no se yen en la disyuntiva de tener que cuidar la relacion".

En general, los estudios de sexualidad muestran que para la mujer es mas impor­
tante satisfacer a su pareja que obtener placer sexual ella misma. As! se evidencia
en un estudio cualitativo realizado con mujeres de trabajadores portuarios, el cual
concluye que "en la vision de las mujeres 10 mas importante es que el hombre
tenga 10 que quiere en el plano sexual para que el se sienta bien, independiente­
mente de 10 que las mujeres mismas puedan sentir" 40. Este interes en lograr el
placer sexual del var6n lIeva a las mujeres al extreme de fingir el orgasmo, el cual
es visto como secundario en relaci6n al orgasmo del var6n. Esta necesidad de
fingir el orgasmo se explica en la falta de simultaneidad con el del var6n, quien
una vez que 10 alcanza da por terrninada la relaci6n sexual. "Desde esta perspec­
tiva es el orgasmo masculino el que determina la duracion y el exito de la rela­
cion sexual de la pareja, asi como el que define las posibilidades del orgasmo
femenino "4). La falta de comunicaci6n en materias de sexualidad se expresa tam­
bien en las estrategias que las mujeres deben desplegar para rehuir los contactos
sexuales cuando elias no tienen deseos y sus parejas sf, De este modo, algunas
Valdes y Olavarrta, 1998.
Sharim. Silva. Rod6 y Rivera, 1996.
Vidal Y Donoso, 2002.
Sharim, Silva. Redo y Rivera, 1996.
idem.
Vidal y Donoso, 2002.
Sharim, Silva, Rode y Rivera, 1996: 37.

38
Francisco Javier Vidal Sexualidad v modemidad en Chile: una ...

investigaciones han mostrado que las mujeres habitualmente inventan encontrar­


se padeciendo dolores de cabeza 0 algun otro tipo de padecimiento ffsico que
supuestarnente les impedirfa tener relaciones sexuales. Esto es concordante con
los hallazgos de otros estudios, segun los cuales, "generalmente es el hombre el
que define que es 10 que se hace en la relacion sexual y les da las indicaciones de
como tienen que comportarse, situacion que no es cuestionada por elias "4'.

Otro elemento cormin a la mayor parte de los estudios de sexualidad revisados


tiene que ver con la insatisfaccion que las mujeres sienten en el plano de la sexua­
lidad. En general los estudios muestran que las mujeres no vivencian la sexuali­
dad como algo placentero, sino como una obligaci6n que deben cumplir. "Res­
pecto a la satisfaccion sexual llama la atencion que entre las mujeres entrevista­
das hay varias que tienen una vida sexual insatisfactoria en la cual no se logra el
gore sexual, se logra solo a veces, 0 hay un componente de dolor" 43. Tambien
existen estudios que han encontrado que el tema de la insatisfaccion es un tema
tabu dentro de las mismas mujeres. En una investigaci6n cualitativa realizada en
base a entrevistas en profundidad y a grupos focales en mujeres del sector portua­
rio. el tema de la insatisfaccion sexual fue algo recurrente en las entrevistas en
profundidad, pero al cual ninguna mujer se refirio cuando se realizaron las entre­
vistas grupales". Por otro lado, un analisis acerca de la representaci6n social del
cuerpo y de la sexualidad en mujeres pobladoras rnostro que el placer corporal es
asociado principalmente con el descanso ffsico y con el afecto y solo secundaria­
mente con la sexualidad".

Por otro lado, existirfan factores vinculados con la clase social que intervienen en la
capacidad de la mujer para experimentar placer en la relacion sexual. Asi, las aproxi­
maciones cualitativas indican que todas las mujeres de sector medio alto entrevista­
das estan satisfechas de su vida sexual. "La mayoria ha superado inhibiciones y ha
logrado una sexualidad satisfactoria y plena. (...) Por su parte, entre las entrevista­
das de sectores bajos, solo una mujer manifiesta disfrutar parcialmente de las rela­
ciones sexuales, mientras que todo el resto se encuentra insatisfecha" 46. Sin embar­
go, la incidencia del estrato socioecon6mico en la sexualidad no solo se aplicarfa en
el caso de las mujeres, ya que una encuesta aplicada a 250 varones mayores de 18
alios residentes en Santiago, concluy6 que el 70,6% de los entrevistados se rnani­
fiesta satisfecho con su relaci6n de pareja en el plano sexual. Sin embargo, es en los
sectores altos y medios donde se concentra la mayor frecuencia de relaciones consi-
Idem. pag. 73.
Gysling, Benavente y Olavarria, 1997: 31.
Vidal y Donoso, 2002.
Rod6, 1987.
Valdes, Benavente y Gysling, 1999: 91.

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Sexualidad v modemidad en Chile: una .. Francisco Javier Vidal

deradas muy satisfactorias, con porcentajes de 43,4 y 45,4 respectivamente. A dife­


rencia de ello, solo el 27,6% de los entrevistados de estrato bajo califica de igual
modo su relacion de pareja en el terreno de 10 sexual".

5. Reflexiones Finales

De acuerdo a los antecedentes expuestos en esta presentacion se concluye que,


desde tiempos muy remotos, la sexualidad ha sido objeto de multiples intentos de
regulacion, Esta regulacion ha adoptado distintos matices, en un primer momenta
con connotaciones religiosas al relacionarla con el pecado y, posteriormente, re­
forzadas desde el punto de vista medico, al catalogar determinadas practicas como
patologfas. Esta alianza estab1ecida entre medicina y religi6n catolica comienza a
debilitarse cuando la profesion medica deja de avalar esta forzada relaci6n entre
pecado y enfermedad. Sin embargo, en la actualidad, los defensores de la fe cato­
lica han encontrado un nuevo y poderoso aliado en los sectores de la derecha
poluica, que junto con su influencia en el ambito de la polftica, desernpefian el
principal papel en el funcionamiento del sistema economico neoliberal, con sus
subsecuentes ramificaciones en el campo educativo y en el manejo de los rnedios
de cornunicacion social.

Sin embargo, esta alianza no siempre ha sido 10suficientemente fuerte como para
impedir que determinados grupos sociales adquieran un rol protagonico en la pro­
duccion de cambios en el ambito de la sexualidad. En la revision expuesta sobre
los cambios que ha experimentado la sexualidad en la sociedad modema consta­
tamos que los movirnientos de mujeres han resultado ser un importante motor de
cambio social a nivel de la sexualidad. De este modo, con sus dernandas de igual­
dad en el terreno sexual, las mujeres han puesto a los hombres en una posicion
que hasta entonces desconocfan, viendose en la obligacion de velar por el goce y
el placer sexual de su pareja y de compartir con ella muchos de los roles tradicio­
nalmente conceptualizados como femeninos. Los hombres, de igual modo, tam­
bien han planteado la necesidad de un cambio en las concepciones hegemonicas y
tradicionales de la sexualidad, consideraci6n que comparten los movimientos de
minorfas sexua1es, que se visibilizan como actores sociales propulsores de trans­
formaciones en el ambito de la sexualidad y de la ciudadanfa.

Cuando analizamos la sociedad chilena a la luz de estas gratas consecuencias que


ha traido la modernizacion en las sociedades europeas y norteamericanas, encon­
tramos que los resultados de los estudios de sexualidad realizados en nuestro pais
Diagnos, 1984.

40
Francisco Javier Vidal Sexualidad y modemidad en Chile: una ...

no permiten hablar de una modemizaci6n en el ambito de la intimidad y de la


sexualidad. Las transformaciones descritas por Giddens no se han hecho carne -al
menos de manera homogenea- en la vida cotidiana de la mayorfa de los chilenos
y chilenas. En este contexto, aiin cuando no negamos que se han producido algu­
nas transformaciones a nivel de las relaciones Intimas, estas no han apuntado al
centro de la problernatica: la democratizaci6n de la sexualidad en Chile. La
masificaci6n de la masturbaci6n, la precocidad en el inicio de las relaciones sexua­
les, la mayor flexibilidad y variabilidad en las conductas y practicas sexuales, si
bien constituyen caracterfsticas propias de nuestra modemidad sexual a la chile­
na, no se compadecen can los rasgos tradicionales que todavfa se pueden observar
en la forma en que los chilenos y chilenas vivencian su sexualidad.

Todavfa las mujeres chilenas parecen mas preocupadas de la satisfacci6n sexual


de su cornpafiero que de la suya propia, llegando al punto de fingir la excitaci6n
sexual y de no participar en la toma de decisiones respecto al cuando y al como
tener relaciones sexuales. El terreno de la sexualidad sigue siendo dominado por
el hombre, que cs quien establece los lineamientos generales respecto de cuando
tener sexo y que hacer en las relaciones sexuales. No obstante, esta ausencia de
transfonnaciones en el terreno de la intimidad en Chile no ha afectado de manera
homogene a a toda la poblaci6n, sino que sc ha asentado particularmente en los
estratos socioecon6micos mas bajos. De esta manera, cuando hablamos de la falta
de participaci6n de la mujer en las decisiones sexuales y reproductivas no nos
estamos refiriendo a "todas" las mujeres, sino s610 a aquellas pertenecientes a los
grupos mas desposeidos, que son aquellos en los cuales existe el mayor predomi­
nio de insatisfacci6n sexual en ambos sexos. En la cotidianeidad de las mujeres
populares, si tienen sexo es porque sus parejas 10 decidieron. Las mujeres de es­
tratos altos, en cambia, hacen una positiva evaluaci6n de su vida sexual yeviden­
cian una importante panicipaci6n en la toma de decisiones en el ambito sexual y
reproductivo.

Uno de los elementos que podrfa explicar esta tradicionalista vivencia de la sexua­
lidad, principalmente entre las mujeres, son las polfticas del Regimen Militar sa­
bre sexualidad. En 1984, Lucfa Hiriart destac6 las funciones de adoctrinamiento
que debia cumplir la Secretarfa Nacional de la Mujer. En la revista Amiga, propie­
dad de esa entidad gubemamental, se observa una clara tendencia a restringir la
vida de la mujer a su rol procreador, sefialando: "La mujer, desde que se hace
madre, ya no espera nada en eL terreno materiaL; busca y encuentra en su propio
hijo La finaLidad de su vida, su unico tesoro y La meta de sus suenos"48. Esta
polftica no s610 se impuso desde el discurso, sino tambien desde la practica, Exis-
Citado en Rajcvic. 2000.

41
Sexualidad y modemidad en Chile: una ... Francisco Javier Vidal

ten denuncias de consultorios en que se negaron a poner dispositivos intrauterinos


a las mujeres que 10 solicitaban y de otros en que simplemente se les retiraba el
dispositivo sin consultar a la paciente. La desarticulacion del movimiento de mu­
jeres que caracterizo al regimen militar tampoco parece haber ayudado a una mo­
dernizacion de las costumbres sexuales de este grupo.

Por otra parte, los grupos mas jovencs y de mayor nivel educacional -que no vi­
vieron la represion sexual caracterfstica del regimen militar- parecen estar vivien­
do una sexualidad distinta a la que vivieron sus progenitores. Los varones perte­
necientes a estos segmentos evidencian mayor preocupacion por que su pareja
alcance la gratificacion sexual, dedicando una importante cantidad de tiempo a
los juegos sexuales previos a la penetracion, Las universitarias, en tanto, tienen
incorporada la idea de que si bien es importante la afectividad en la relacion de
pareja, tambien Ie asignan valor a los aspectos vinculados con la gratificaci6n
sexual y con la posibilidad de decidir respecto de utilizacion de anticonceptivos y
otras medidas preventivas. La poblaci6n universitaria tambien pareciera ser el
grupo que mas cambios ha experimentado en relacion a las practicas sexuales en
las cuales se involucran. Es asf como dentro del repertorio sexual de estos grupos
habitualmente se encuentran la masturbacion conjunta con su pareja, la realiza­
cion de practicas bucogenitales y, en algunos casos, la penetracion anal.

De acuerdo a 10expuesto, podemos concluir que otro importante eJemento a con­


siderar cuando abordamos la ternatica de la sexualidad tiene que ver con 10 que
podrfamos llamar la "dimension economica de La sexualidad", Los estratos
socioeconomicos altos se encuentran viviendo una verdadera transformacion de
la intimidad y una democratizaci6n de la sexualidad, rnientras que los sectores
mas postergados contimian cefiidos a los canones tradicionalistas de entenderla y
vivenciarla. Aun cuando es probable que el hacinamiento, la falta de privacidad y
la clandestinidad en la que deben llevarse a cabo las relaciones sexuales en los
estratos populares sean factores que influyan en insatisfaccion sexual predorni­
nante en estos grupos, no creemos que estes sean los iinicos factores determinan­
tes. En este sentido, planteamos que tambien interviene un conservadurismo sexual
que obliga a importantes segmentos de la poblaci6n a vivir un periodo de
oscurantismo y de tradicionalismo en cuanto ala vivencia de la sexualidad.

Este es uno de los temas que seria interesante profundizar, ya que parece poco
claro que los grupos que se oponen a una mayor apertura de la sociedad en el tema
de la sexualidad sean, por una parte, quienes voluntariamente han optado por el
celibato y, por otra, quienes se encuentran viviendo una modernizacion de las
costumbres sexuales que se contrapone a la forma en que se vivencia la sexuali­
dad en los estratos mas desposeidos,

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Francisco Javier Vidal Sexualidad v modernidad en Chile: una ...

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