9/6/23, 11:17 “Culpa mía”, “After”, “A través de la ventana”… Las relaciones tóxicas conquistan las plataformas - Aceprensa

“Culpa mía”, “After”, “A través de la ventana”… Las relaciones

tóxicas conquistan las plataformas
ANA SÁNCHEZ DE LA NIETA

PUBLICADO
DURACIÓN LECTURA: 10min.
09 JUNIO, 2023

Fotograma de “Culpa mía”

Los estrenos de Culpa mía, basada en el primer tomo de la superleída

trilogía Culpables, de la argentina Mercedes Ron, el 8 de junio en Amazon
Prime, y de A través del mar, segundo episodio de A través de mi ventana,
de Ariana Godoy, el 23 de junio en Netflix, confirman la tendencia: muchos
de los éxitos de Wattpad están siendo adaptados al cine y engrosando los
catálogos de las principales plataformas. Netflix o Amazon albergan ya una
decena de títulos, y hay otras 29 producciones en cartera. Pero una cosa es
la cantidad y otra la calidad, y se podría decir que la relación de estas
plataformas es tan tóxica como la mayoría de las que estos libros-películas
recrean.

Sí, vamos a hablar mucho de toxicidad en este artículo. En primer lugar, porque, para
escribirlo, hemos analizado las películas ya estrenadas y hemos comprobado lo que
sospechábamos: que, si Wattpad no tenía demasiado que aportar a la literatura,
tampoco iba a cambiar el mundo del cine. Quien escribe estas líneas está
acostumbrada al cine bueno, regular y malo… pero hacía mucho tiempo que no
consumía tanto malo junto. Y lo malo en dosis altas puede resultar tóxico (esto es una
llamada a mis editores para que me suban el sueldo este mes, y a mis lectores para
que valoren que el trabajo del crítico puede llegar a ser una profesión de riesgo).
Hablamos de After (con sus cinco películas), El stand de los besos (1, 2 y 3), A través de
mi ventana, Perfecta adicción, Anónima y Culpa mía.

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Pero la toxicidad viene, además, porque uno de los elementos que comparten estas
películas es su irresistible imán hacia las relaciones venenosas. Unas relaciones que,
paradójica y afortunadamente, se lucha por exterminar desde la política, la educación
y la psicología.

Pero entonces… si las novelas son malas, las películas, peores y, en principio, estamos
todos contra las relaciones tóxicas ¿por qué se sigue apostando por ellas?, y ¿por qué
Wattpad ha creado su propia compañía –Wattpad Webtoon Studios– para seguir
produciendo estas películas? Hay una primera respuesta sencilla: porque hay
mercado y millones de jóvenes espectadores enganchados a estos títulos. Y, si
profundizamos, tendremos que concluir que, además, estas películas contienen una
receta, casi siempre la misma, que genera adicción. En el fondo, es algo similar a la
comida basura; a nadie le hace daño una hamburguesa y puede hacerte muy feliz
durante un rato, pero si terminas basando tu dieta en la fast food, peligra seriamente
tu salud. En el campo de la alimentación los expertos le echan la culpa a la
abundancia de azúcar y carbohidratos. ¿Cuáles son los ingredientes de estas
producciones? ¿Cuál es la receta que explica el enganche?

Un lujoso envoltorio

Es lo menos importante, pero las películas que hemos analizado tienen una
producción muy por encima de su calidad cinematográfica. Y, cuando hablamos de
producción, hablamos de unas casas de lujo –porque siempre hay algunos personajes
muy ricos– coches, vestidos o localizaciones. A nadie le amarga un dulce, y de esta
manera se cumple la expectativa aspiracional de todo joven. Las fiestas exclusivas
alrededor de la piscina son uno de los must de estas películas. En el capítulo chequera
del productor hay que incluir también los derechos de conocidos cantantes o temas
musicales. Culpa mía, por ejemplo, arranca con un tema de Rosalía. Casi nada en
términos de presupuesto.

Los padres, culpa, trauma y secreto

Entremos en materia. En estos títulos los padres no son nunca los protagonistas…
pero sí suelen ser los culpables de los traumas de estos protagonistas. En Culpa mía,
el nuevo matrimonio de la madre pone patas arriba la vida de Noah. En After, el
descubrimiento de los amoríos extramatrimoniales de la madre de Hardin –con un
hombre que al final resultará ser su padre– le supone a éste uno de los momentos más
violentos de la saga. También en A través de mi ventana hay una madre infiel –otra
más– descubierta traumáticamente por los hijos. Entre medias, y en personajes
secundarios, hay más infidelidades, hijos secretos y mentiras.

Más que adultos, los padres son adultescentes, volcados en su hedonismo y con las
mismas o peores taras afectivas que sus vástagos. Para un adolescente, siempre es un
consuelo poder culpar a sus padres y, en estas películas, hay abundante material para
repartir reproches.

Psicoanalicemos lo de los hermanos

Porque es digno de estudio el interés por meter a los hermanos en la ecuación. Aquí
hay parte de morbo –siempre lo son las relaciones cuasi-incestuosas– y parte de
pereza narrativa, porque te ahorras mucho trabajo de desarrollo de personajes. Los
protagonistas de Culpa mía son hermanastros; la de El stand de los besos deberá
decantarse entre la amistad con Lee Flynn y la pasión por Noah Flynn (sí,
hermanos). Raquel, en A través de mi ventana, es vecina de Ares… y de sus cuatro
hermanos, que irán saliendo y entrando de la relación, mientras que Perfecta adicción
arranca cuando Shienna descubre que su novio la engaña… con su hermana
pequeña.

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A por los protas: Él, el malote irresistible con corazón de oro

Reconozco que he tenido que hacerme un esquema, porque los personajes

masculinos –también los femeninos– se me superponen de puro cliché. Hardin,
Nicholas, Ares, Noah o Jax son, en cierto modo, intercambiables. Guapos,
musculosos, engreídos y promiscuos. Muy promiscuos. Y la culpa no la tienen ellos…
sino unas chicas –pobres– a las que hay que contentar. Por eso se pasean por las
fiestas repartiendo besos apasionados con cara de “qué remedio”. Lo suyo es sumar
conquistas, que eso son para ellos las mujeres. Son infieles compulsivos y un pelín
abusadores. Pero, ay, en el fondo, esconden un corazón de oro. Son los protagonistas,
no lo olvidemos. Pobrecitos también ellos, porque hay dolor, traumas y heridas
afectivas. Y así se disculpa el maltrato.

Ella, la niña buena que esconde una ninfómana

Ellas son también intercambiables. Monísimas. Normalmente rubias. Sensibles.

Buenas estudiantes. Sin novio o con novio formal. Y sin experiencia sexual. Como
son buenas, listas y sensibles, rechazan al malote… aproximadamente diez minutos.
Porque las protagonistas de estas películas y sagas lo que son, fundamentalmente, es
débiles. Y, aunque parece que tienen las ideas claras y no quieren que el guapo de
turno les engañe (recordad lo de que se pasean por las fiestas besándose con la
primera que encuentran), al principio fruncen el ceño… pero dura poco. En el fondo,
se mueren por ser ellas las besadas. Y es tanto el atractivo de sus crush, que no tienen
ningún problema en dar un paso adelante en lo sexual.

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La romantización de lo tóxico es uno de los
elementos más dañinos de estas películas

A medida que avanza la película irán cambiando su vestuario y mostrando que,

además de ser monas, tienen curvas. Conscientes del público al que van dirigido,
estas películas construyen la historia sobre una enfermiza y febril tensión sexual (sí)
resuelta. Raquel está absolutamente obsesionada por Ares (A través de la ventana),
Tess por Hardin (After), Noah por Nick (Culpa mía), Elle por Noah (El stand de los
besos) y Sienna por Jack (Perfecta adicción). Ya pueden sentir traicionadas o
humilladas. Una mirada lánguida de él y empieza la rueda.

Un cóctel explosivo: Celos, sexo y mucha dependencia

Esta obsesión es tan ridícula y afectada que podría dar risa, pero el problema es que
es el inicio del romance. Si acudimos a la sinopsis, se nos hablará de cine romántico
adolescente. La mayoría de los protagonistas de las películas son menores de edad,
pero durante 120 minutos –si es una película, muchos más si es una saga– les
veremos sufrir como adultos por despecho, mentiras, traiciones o celos. Veremos
mucho sexo y bastante explícito. Les veremos cambiar de pareja como venganza,
después de haber sido engañados. Humillados después de haberse entregado. Y, sobre
todo, les veremos volver una y otra vez –especialmente a ellas–, porque la
dependencia es mayor que los celos, las traiciones o las mentiras.

Con otras palabras, una relación abusiva de libro. Que no se llamará así, porque lo
que se repite es que ha triunfado el amor. La romantización de lo tóxico es uno de los
elementos más dañinos de estas películas. Y de nuevo, una paradoja en una sociedad
que valora como positivo el empoderamiento de la mujer. En el colmo del paroxismo,

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el empoderamiento de algunas de estas protagonistas parece estar en elegir –

libremente y con la cabeza alta– estar sometidas a los deseos y caprichos de un
maltratador. La sombra de Grey es alargada…

Con amigas como estas…

Y para que no haya dudas de que lo anterior no es una excepción sino la regla,
pongamos la lupa en otros personajes femeninos estereotipados: las amigas de la
protagonista. Las vemos en After o en El stand de los besos. Suelen ir en grupo. Y como
la protagonista es callada, sensible, inteligente y dulce, ellas son atrevidas, sexys y
lanzadas. Y, en realidad, no son amigas sino rivales. Pero molan. Son populares.

-
Este cine de “amor romántico adolescente”
puede llevar a los espectadores más jóvenes
a normalizar patrones de relación muy
dañinos

Y la protagonista –pon un poco más de veneno al argumento– hará lo que haga falta
para que la acepten. Y lo que haga falta es lo que haga falta. Y hay cosas que harán
que la protagonista entre en este olimpo de diosas. Entre otras, perder la virginidad y
conseguir al malote. Y así es como se cierra el círculo.

Por último, unos gramos más de adrenalina

Para que nada falte en el cóctel adictivo, la mayoría de las películas –y novelas–
añaden algo de violencia a la trama: puede ser un accidente casi mortal (A través de
mi ventana), unas carreras de coches secretas o un secuestro (Culpa mía). Que en una
historia plana sucesos así sean absolutamente inverosímiles no tiene mucha
importancia. Lo único necesario es enganchar al adolescente.

Anónima: en el país de los ciegos…

El tuerto es el rey. Y la película tuerta de las que hemos analizado es Anónima. Una
cinta mexicana inspirada en una novela de Wendy Mora publicada primero en
Wattpad y luego en Planeta, y protagonizada por dos famosos tiktokers (Annie
Cabello y Ralf). La película cuenta la relación, a través de WhatsApp, de dos
adolescentes que no acaban de encajar. Desde el punto de vista cinematográfico, la
cinta es muy floja, pero al menos responde mejor a la etiqueta de romance
adolescente y la relación entre los protagonistas no contiene la toxicidad que
muestran el resto de las películas que hemos analizado.

Conclusión: lo tóxico, cuanto más lejos, mejor

Lo tenemos claro. No necesitamos toxicidad en nuestra vida porque lo tóxico acaba

envenenando. Lo tóxico, cuanto menos y más lejos, mejor. También en la pantalla. Y
especialmente para los espectadores más jóvenes, que pueden normalizar patrones de
relación muy dañinos. Se habla de la necesidad de la formación afectiva y sexual, de
la necesidad de educar en igualdad y respeto. Ninguno de los títulos analizados juega
en esa liga. Las productoras y plataformas tienen una responsabilidad. Y mientras no
la asumen, les toca a los padres y educadores.

Ana Sánchez de la Nieta

@AnaSanchezNieta

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Cine / Literatura Infantil y Juvenil

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