¿Qué Es La Ética?
¿Qué Es La Ética?
¿Qué Es La Ética?
Por ello, en el lenguaje común, la ética también puede ser entendida como el
sistema de valores que guía y orienta el comportamiento humano hacia el bien.
Ética y moral
La ética es diferente de la moral. Mientras la moral defiende el cumplimiento de
las normas surgidas de la costumbre, la ética defiende los principios que guían
el comportamiento, aunque desafíen la tradición.
En la filosofía, la ética analiza las acciones humanas y las normas, sin limitarse
a la moral, ya que no prescribe normas como tal.
La ética solo define normas explícitas para los profesionales en ejercicio de sus
funciones, a fin de garantizar que actúen correctamente cuando la moral
personal entre en conflicto con el deber profesional.
Vea también
Moral
Ética y moral
Valores Éticos
Formación Cívica y Ética
Tipos de ética
Si bien no existe una clasificación sistematizada de los tipos de ética, podemos
determinarlos según sus áreas de aplicación.
Tipos de ética
Ética profesional
7 ejemplos de ética en la vida cotidiana
Origen de la ética
Los antecedentes de la ética se remontan a la Antigua Grecia. Sócrates es
considerado el padre de la ética, ya que todo su pensamiento giró en torno a la
noción del Bien. Platón también dedicó buena parte de su obra al Bien, la
Verdad y su papel en la República.
Historia de la ética
Platón y Aristóteles asentaron dos corrientes éticas presentes hasta hoy. Para
Platón, el Bien y la Verdad son un fin supremo, y la búsqueda de la Virtud es
inherente al alma. Para Aristóteles, la ética es el móvil y el medio para alcanzar
la felicidad y, en esa medida, es una operación racional, no del alma.
Ética nicomáquea
La ética nicomáquea hace referencia a la obra Ética para Nicómaco, escrita por
el filósofo Aristóteles. Se trata de su principal obra sobre ética; es de gran
importancia, ya que es el primer tratado sistemático sobre este tema.
la Ética en cuanto a que también estudia los actos humanos, pero ésta
acto como objeto material, el por qué ocurre. La Ética en cambio estudia
Ética, el Bien y los Deberes La Ética es una ciencia práctica, por lo tanto, está
hecha para ser encarnada en la conducta humana. Lo normal de derecho pide
su realización hasta convertirse en lo normal de hecho. La obligatoriedad de
esa presión por parte de la razón, para que la voluntad escoja el valor
propuesto. La realización de la moral se puede estudiar bajo varios aspectos.
El principal es la serie de deberes que en concreto se imponen a cada persona
en relación con los demás hombres, consigo misma, con Dios, con la sociedad,
como profesional, etc. Pero antes de estudiar los deberes del hombre debemos
mencionar y describir las propiedades de un acto honesto que forma parte de la
conducta humana. Responsabilidad. Es la propiedad del acto humano por la
cual el sujeto que lo ejecuta debe dar cuenta de él, es decir, debe participar de
los beneficios, si el acto es honesto o reparar los perjuicios si el acto es
deshonesto. La responsabilidad está en función de la libertad del sujeto. La
razón de la responsabilidad que recae sobre él está justamente en el hecho de
que ese acto se ha originado en una elección libre del sujeto. El Mérito. Es el
derecho a una recompensa por haber actuado bien. Lo contrario sería el
demérito. Este derecho a la recompensa tiene su base en el hecho de que un
acto honesto produce beneficios a otras personas. Esas personas, por lo tanto,
deben recompensar el beneficio recibido. La Sanción. Es el correspondiente
premio o castigo que se merece por el cumplimiento o violación de la ley. Se
consideran dos tipos de sanción: la intrínseca que es la consecuencia natural
de la misma conducta humana, por ejemplo, la satisfacción o el reproche de la
propia conciencia. Y la extrínseca que es el premio o castigo expresamente
señalados por el legislador, aparte de la sanción intrínseca o natural. El
Progreso moral. Consiste en el mejor conocimiento y aplicación de las normas
morales. Puede registrarse tanto individual como colectivamente.
Independientemente del juicio que se haga con relación a la moral de la
humanidad es necesario evitar el optimismo y pesimismo exagerados. Ni es
cierto que el pasado fue mejor, ni que sólo lo moderno tiene valor. La virtud. Es
la propiedad de los actos, honestos, en cuanto que se repiten y dejan en el
sujeto una huella que facilita la buena conducta. No hay virtudes innatas. Todas
deben adquirirse basándose en un esfuerzo y repetición. La virtud, como todo
valor moral, depende de la actuación voluntaria y libre del sujeto. Otros valores
pueden heredarse, más la virtud no. Es una predisposición para hacer el bien;
una motivación interna que nos lleva no sólo a hacer lo que es correcto sino a
amar lo que es correcto. Las virtudes son el justo medio, y ese justo medio
varía según la situación en la que cada persona se encuentre. Por ejemplo, no
es la misma fortaleza la que se exige a un capitán en la guerra que a una
madre de familia en situaciones cotidianas, pero ambos tienen que ser fuertes.
Para llegar a ser virtuosos, hace falta que nuestro sentido del dolor y del placer
estén educados de tal manera que nos agrade hacer lo que es bueno, aun
cuando sea a un alto costo. Deber: Dice Habermas «La moral no responde a la
cuestión de ʺqué soyʺ, o ʺqué deseo ser», sino a la cuestión de qué norma
queremos compartir y cómo pueden ser regulados los conflictos de acción en
intereses comunes». Guía de ÉTICA 26 Responsabilidad La responsabilidad
que hoy nos importa no es la del precepto sino la del proyecto: la que subraya
que únicamente asumiendo nuestras acciones —esto es, haciéndonos cargo
de ellas— podemos hablar con sentido no sólo de cuanto nos pasa sino de
algo aun más importante, a saber, de lo que estamos en condiciones de
esperar. La responsabilidad es lo que delimita al hombre en el universo, lo que
conforma su libertad y le permite escribir su relato de ser. Responsabilidad y
existencia son la textura que configuran toda teoría acerca de la acción
humana: la esencia de la responsabilidad, está formada por una tensión
constante entre nuestro ʺyoʺ, como sujeto de las acciones en cuanto
experiencias y un ʺhorizonteʺ de sentido que actúa como un ʺalgoʺ ante el cual
somos responsables. De esta manera la responsabilidad es la ʺexperiencia de
las experienciasʺ a través de la cual configuramos nuestra identidad y el
sentido social de lo que somos. Pero, aún más, la responsabilidad es
primordialmente una responsabilidad por alguien, significa hacer cargo del otro,
que existe antes del yo-mismo, que concreta la responsabilidad ʺhacia todoʺ y
precisa el significado de responsable de la propia responsabilidad. Sólo en esta
ʺeconomíaʺ de la ética podemos construir la plenitud de sentido como seres
humanos. La Responsabilidad se entiende como la acción de sujetos morales
que son capaces de ʺresponderʺ por sí mismos en el ámbito no sólo de su
propia conciencia sino del espacio público. La responsabilidad ante sí mismo
constituye, el acto de asumirse como persona cuyos actos y sus consecuencias
siempre tienen su significado último en relación bienes públicos y sentidos
comunes. Por ello toda responsabilidad es siempre ʺresponsabilidad socialʺ. El
acto de responder por lo propia implica el reconocimiento y el respeto de la
¿autonomía¿ y dignidad de los otros. De este modo, responsabilidad es un
ʺresponderʺ, que exige ʺescucharʺ, discernir y decidir en el horizonte de sentido
que es el ʺllegar a serʺ. La responsabilidad social implica constituir una
ciudadanía comunitaria. Su identidad está dada en relación al todo y construye
sus valores en el proceso de construir a la vez su pertenencia en la sociedad.
La clave está en la reciprocidad. En el reconocimiento de diversos procesos de
construcción cultural de las ¿pertenencias¿ o de adhesión a comunidades de
sentido. Esto significa la valoración de la pluralización de sujetos o actores en
la sociedad y la diseminación de comunidades diversas que configuran el
entramado social. Esta realidad de sociedad mutual o activa exige reconocer
que la responsabilidad se ejerce públicamente, en espacios ciudadanos, a
través de mediaciones asociativas e institucionales que debe ser el sustento de
la democracia entendida como régimen político, pero sobre todo como
patrimonio que debe pertenecer a todos y que como tal debe ser resguardado y
acrecentado. La ética de la responsabilidad pone el acento en el compromiso
con los otros, especialmente con los excluidos y más débiles, y con la
naturaleza que hace posible la vida humana. La ética de la responsabilidad nos
obliga a la acción que es la única facultad que tenemos para producir los
cambios sociales necesarios