Las 5 Solas de La Reforma Evangélica o Protestante

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

Las 5 Solas de la Reforma Evanglica o Protestante

Posted: 01 Nov 2011 08:45 PM PDT Lunes 31 de Octubre del 2011

Las 5 Solas son 5 frases en latn que emergieron durante la Reforma Evanglica o Protestante y resumieron las creencias teolgicas bsicas de los reformadores en contraposicin a las enseanzas de la Iglesia Catlica Romana de aquellos das. Las 5 Solas articulaban 5 creencias fundamentales de la Reforma Protestante, pilares que los reformadores creyeron esenciales para la vida cristiana y su practica. Si bien estas 5 verdades fundamentales fueron la esencia constante en la lucha de los reformadores del siglo 16, tambin podemos rastrear algunos usos de estas 5 Solas en ciertos escritos y Confesiones de aquella poca. Las 5 Solas de la Reforma Evanglica o Protestante son: 1.- SOLA SCRIPTURA - SLO LA ESCRITURA La doctrina de que la Biblia es por s sola la autoridad suprema, fue el Principio Formal de la Reforma. En 1521, en el histrico interrogatorio de la Dieta de Worms, Martin Lutero declar su conciencia cautiva a la Palabra de Dios diciendo: Al menos que se me convenza mediante testimonios de la Escritura, y claros argumentos de la razn (porque no le creo ni al Papa, ni a los

concilios, ya que est demostrado que a menudo han errado y se contradicen entre si), por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la Palabra de Dios. Del mismo modo, la Confesin Belga (1561) estableci: Creemos, que esta Santa Escritura contiene de un modo completo la voluntad de Dios, y que todo lo que el hombre est obligado a creer para ser salvo se ensea suficientemente en ella Tampoco est permitido igualar los escritos de ningn hombre (a pesar de lo santos que hayan sido) con las Divinas Escrituras, ni la costumbre con la verdad de Dios (pues la verdad est sobre todas las cosas), ni el gran nmero, antigedad y sucesin de edades o de personas, ni los concilios, decretos o resoluciones; porque todos los hombres son de suyo mentirosos y ms vanos que la misma vanidad. Por tanto, rechazamos de todo corazn todo lo que no concuerda con esta regla infalible (VII). La Escritura solamente es la regla inerrante de la vida de la Iglesia, pero una buena parte de las congregaciones de hoy le han quitado a la Escritura su funcin de autoridad. En la prctica la Iglesia se gua con mucha frecuencia por la cultura. Las tcnicas teraputicas, las estrategias de mercadeos y el ritmo del mundo del entretenimiento y de los medios de comunicacin tienen mucha ms influencia sobre las necesidades, el funcionamiento y los objetivos de la Iglesia que la Palabra de Dios. Muchos pastores han descuidado su derecho y obligacin de decidir y supervisar los servicios de adoracin, que incluye el contenido doctrinal de la msica. En la medida en que la autoridad bblica ha sido abandonada en la prctica, las verdades bblicas se desvanecen de la realidad cristiana y las doctrinas bblicas han perdido importancia, la Iglesia poco a poco se ha despojado de su integridad, autoridad moral y direccin. En lugar de adaptar la fe cristiana para satisfacer las necesidades que sienten los consumidores, debemos proclamar la Palabra de Dios como nica medida de verdadera virtud y el evangelio como el nico mensaje de verdad salvadora. La verdad bblica es indispensable para el entendimiento, alimento y disciplina de la Iglesia. La Escritura debe transferirnos de nuestras necesidades percibidas a nuestras necesidades reales, y debe liberarnos de nuestra miopa de vernos a nosotros mismos a travs de las imgenes seductoras, clichs, promesas, y prioridades de la cultura de las masas. La nica manera que podemos comprendernos correctamente a nosotros mismos y ver las provisiones de Dios para suplir nuestras necesidades es a la luz de la verdad de Dios. La Biblia, por consiguiente, debe ser enseada y predicada en la Iglesia. Los sermones deben ser exposiciones de la Biblia y sus enseanzas, y no expresiones de las ideas y opiniones de la poca y culturas. No debemos ir ms all de la verdad que Dios nos ha dado. El trabajo del Espritu Santo en la experiencia personal no puede estar desconectado de las Escrituras. El Espritu de Dios no habla en forma contraria o independiente de las Escrituras. Sin las Escrituras nunca hubiramos conocido de la gracia de Dios en Cristo. La Palabra bblica, no las experiencias espirituales, son la base de la verdad.

Bases bblicas: Salmo 119:18; Salmo 138:2; 2 Timoteo 3:16-17; Hechos 17:11; Glatas 1:8; 2 Corintios 4:2; Romanos 1:16; 2 Timoteo 4:2-4; 2 Timoteo 2:15; 1 Timoteo 6:3-4. 2.- SOLA FIDE - SLO POR FE El Principio Material de la Reforma fue la justificacin solamente por fe. La Confesin de Fe Westminster establece, La Fe, as recibida y reposada en Cristo y su justicia, es el nico instrumento de justificacin; aunque esta no esta acta sola en la persona justificada, sino que est siempre acompaada de todas las dems gracias salvficas; no siendo una Fe muerta, sino mas bien, una Fe que obra por el amor (Cap. XI). De la misma manera, la Confesin de Ginebra seal la necesidad para aquellos justificados por fe diciendo: Confesamos que la entrada que tenemos a los grandes tesoros y riquezas de la bondad de Dios que nos son aseguradas son por fe; como tambin, con confianza cierta y seguridad de corazn, creemos en las promesas del evangelio, y recibimos a Jesucristo como nos es ofrecido por el Padre y nos es descrito por medio de la Palabra de Dios (Artculo 11). La justificacin es a travs de la gracia solamente, por fe solamente debido a Cristo solamente. Este es el artculo por el cual la Iglesia se mantiene en pie o cae. Hoy en da este artculo es ignorado, distorsionado o a veces an negado por lderes, profesores teolgicos, acadmicos y pastores que se creen ser evanglicos. Aparte de que la cada naturaleza humana siempre se ha negado a reconocer la imputacin de la santidad de Cristo, las ideas modernas avivan las llamas del descontento con el Evangelio bblico. Nosotros hemos permitido que este descontento dirija la calidad de nuestro ministerio y lo que estamos predicando. Muchos miembros del movimiento de crecimiento de iglesias creen que la comprensin sociolgica de los miembros de la congregacin es tan importante para el xito del evangelio como las verdades bblicas que se proclaman. Como resultado de esto, convicciones teolgicas son frecuentemente separadas del trabajo del ministerio. La orientacin y tcnicas de mercadotecnia en la Iglesia nos alejan mucho ms, borrando la distincin entre la Palabra bblica y el mundo, robando la cruz de Cristo de su ofensa, y reduciendo la fe cristiana a los principios y mtodos que traen xito a las corporaciones seculares del mundo. Mientras la teologa de la cruz puede ser creda, estos movimientos en la realidad la despojan de su significado. No hay evangelio excepto el de la sustitucin de Cristo por nuestro lugar de tal manera que Dios le imput a Cristo nuestro pecado e imput en nosotros la santidad de Cristo. Debido a que Cristo recibi el juicio que nosotros merecamos, por esto nosotros ahora caminamos en su gracia, como aquellos que han sido perdonados para siempre, aceptados y adoptados como

hijos de Dios. No hay ninguna base para ser aceptados frente al Santsimo Dios, excepto el trabajo salvfico de Cristo. Nuestra aceptacin por Dios no depende de nuestro patriotismo, devocin eclesistica o decencia moral. Solamente depende del trabajo de Cristo. El evangelio declara lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo. El evangelio no declara lo que nosotros podamos hacer para encontrar a Cristo. Reafirmamos que la justificacin es por gracia solamente, a travs de fe solamente por Cristo solamente. En la justificacin la santidad de Cristo es imputada a nosotros como la nica posible satisfaccin a la justicia perfecta de Dios. Negamos que la justificacin depende de cualquier mrito encontrado en nosotros, o depende de cualquier infusin de la santidad de Cristo en nosotros, o que una institucin se llame iglesia, cuando esta niega o condena esta sola fide. Bases bblicas: Glatas 3:6-11; Romanos 3:28; Romanos 5:1; Glatas 5:6; Romanos 5:8-10,19; Hebreos 10:10,14; 2 Corintios 5:21.

Las 5 Solas de la Reforma Evanglica o Protestante son: Sola Escritura, Sola Fe, Sola Gracia, Slo Cristo, Slo a Dios la Gloria.
3.- SOLA GRATIA - SLO POR GRACIA Un clamor central de la Reforma fue la salvacin por gracia. Aunque la Iglesia Catlica Romana ensea que la misa es un sacrificio [que] es verdaderamente propiciatorio, y que por medio de la misa Dios. nos otorga la gracia y el don de la penitencia, remite nuestras faltas e incluso nuestros enormes pecados, los reformadores regresaron a la doctrina bblica de la salvacin por gracia mediante la fe.

Nuestra postura justificada ante Dios es imputada por la gracia a causa de la obra de Jesucristo, nuestro Seor. En contraste con las doctrinas de mrito personal impartido por Roma, sola gratia y las doctrinas de la gracia, (depravacin total, eleccin incondicional, redencin particular, llamamiento eficaz y la perseverancia de los santos) fueron predicadas por todos los reformadores protestantes en todo el movimiento protestante. Como declara la Confesin Bautista de 1689, Cristo, por su obediencia y muerte, sald totalmente la deuda de todos aquellos que son justificados; y por el sacrificio de s mismo en la sangre de su cruz, sufriendo en el lugar de ellos el castigo que merecan, hizo una satisfaccin adecuada, real y completa a la justicia de Dios en favor de ellos; sin embargo, por cuanto Cristo fue dado por el Padre para ellos, y su obediencia y satisfaccin fueron aceptadas en lugar de las de ellos, y ambas gratuitamente y no por nada en ellos, su justificacin es solamente de pura gracia, a fin de que tanto la precisa justicia como la rica gracia de Dios fueran glorificadas en la justificacin de los pecadores. Somos rescatados de la ira de Dios solamente por su gracia. El trabajo sobrenatural del Espritu Santo es el que nos trae a Cristo a travs de liberarnos de nuestra esclavitud del pecado y resucitarnos de la muerte espiritual a la vida espiritual. Negamos que la salvacin sea de alguna manera el resultado de alguna obra humana. Mtodos humanos, tcnicas o estrategias, por s mismas no pueden producir esta transformacin. De la misma manera la Fe no es producida por nuestra naturaleza humana no regenerada, sino un don de Dios y fruto de la gracia de Dios hacia sus escogidos. La Confesin de Fe de Westminster (1647) dice al respecto: A todos aquellos a quienes Dios ha predestinado para vida, y a ellos solamente, le agrada en su tiempo sealado y aceptado, llamar eficazmente por su Palabra y Espritu, fuera del estado de pecado y muerte en que estn por naturaleza, a la gracia y salvacin por Jesucristo; iluminando espiritual y salvadoramente su entendimiento, a fin de que comprendan las cosas de Dios; quitndoles el corazn de piedra y dndoles uno de carne; renovando sus voluntades y por su potencia todopoderosa, inducindoles hacia aquello que es bueno, y trayndoles eficazmente a Jesucristo; de tal manera que ellos vienen con absoluta libertad, habiendo recibido por la gracia de Dios la voluntad de hacerlo. Este llamamiento eficaz es solamente de la libre y especial gracia de Dios y de ninguna otra cosa prevista en el hombre; el cual es en esto enteramente pasivo, hasta que siendo vivificado y renovado por el Espritu Santo, es capacitado por medio de esto para responder a este llamamiento y para recibir la gracia ofrecida y trasmitida en l (Cap. X). Bases bblicas: Efesios 1:3-8; Efesios 2:8-10; Romanos 4:4-5; Romanos 11:6; Juan 6:44; Juan

6:64-65; 1 Corintios 2:14, Juan 3:3; Hechos 16:14-15; Hechos 11:18; 2 Timoteo 2:25-26; Hechos 13:48; Filipenses 1:6. 4.- SOLUS CHRISTUS - SLO CRISTO La Reforma hizo un llamado a la Iglesia a regresar a la fe en Cristo como nico mediador entre Dios y el hombre. Mientras la Iglesia Catlica Romana mantuvo que hay un purgatorio y las almas que son detenidas all son ayudadas por las oraciones intercesoras de los feligreses, los santos deben ser invocados y venerados;, y que, sus reliquias debern ser veneradas, los reformadores ensearon que la salvacin es solamente a travs de la obra de Cristo. Como escribi Juan Calvino en Institucin de la Religin Cristiana: intervino Cristo, e intercediendo por nosotros tom sobre sus espaldas la pena y pag todo lo que los pecadores haban de pagar por justo juicio de Dios; que expi con su sangre todos los pecados que eran causa de la enemistad entre Dios y los hombres; que con esta expiacin se satisfizo al Padre y se aplac su ira; Que l es el fundamento de la paz entre Dios y nosotros... que no podemos albergar sentimiento alguno de su benevolencia y amor paterno hacia nosotros, sino en Jesucristo (Libro Segundo. Captulo XVI. Punto 2). De la misma manera en el Catecismo de Heidelberg, Pregunta 30: Creen pues tambin en el nico Salvador Jess, aquellos que buscan su salvacin en los santos, o en s mismos o en cualquiera otra parte? No, porque aunque de boca se gloren de tenerle por Salvador, de hecho niegan al nico Salvador Jess: pues necesariamente resulta, o que Jess no es perfecto Salvador o que aquellos que con verdadera fe le reciben por Salvador tienen que poseer en El todo lo necesario para su salvacin. En la manera en que la fe evanglica ha sido secularizada, sus intereses han sido mezclado con los intereses de la cultura. El resultado es la prdida de los valores absolutos, individualismo permisivo, y la sustitucin de bienestar por santidad, recuperacin por arrepentimiento, institucin por verdad, sentimientos por creencia, destino por providencia, y gratificacin inmediata por esperanza perdurable. Cristo y su cruz ha sido desplazado del centro de nuestra visin. Reafirmamos que nuestra salvacin es obtenida por el trabajo mediador de solamente el Cristo histrico. Su vida sin pecado y su pago imputacional (sustitucional) solamente son suficientes para nuestra justificacin y reconciliacin con el Padre. Negamos que el evangelio es predicado si la obra sustituta de Cristo en la cruz no es claramente declarada y la fe en Cristo no es solicitada. Bases bblicas: 1 Timoteo 2:5-6; Colosenses 1:13-20; 1 Corintios 1:13, 30, 31; Glatas 1:9; Glatas 5:4; Romanos 1:16; Colosenses 2:10; 1 Juan 1:7. 5.- SOLI DEO GLORIA - SLO A DIOS LA GLORIA

La Reforma recupero la enseanza bblica de la soberana de Dios sobre todos los aspectos de la vida del creyente. Toda la vida deber ser vivida para la gloria de Dios. Como pregunta el Catecismo Menor de Westminster, Cul es el fin principal del hombre? Y responde: El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios, y gozar de l para siempre. Este gran y apasionado propsito fue enfatizado por aquellos en el Siglo 16 y 17 que buscaban reformar a la Iglesia de acuerdo a la Palabra de Dios. En contraste a la divisin monstica de vida de lo sagrado contra lo secular perpetuado por la Iglesia Catlica Romana, los reformadores vieron que toda la vida debe ser vivida bajo el Seoro de Cristo. Cada actividad del cristiano ha de ser santificado para la gloria de Dios. Cuando en la Iglesia la autoridad bblica se ha perdido, Cristo se ha desplazado, el evangelio se ha distorsionado, o la fe se ha pervertido, siempre ha sido por una razn: nuestros intereses han desplazado los intereses de Dios y entonces hacemos su trabajo segn nuestros intereses y como nos plazca. La prdida de la centralidad de Dios en la vida de la Iglesia de hoy es un hecho comn y lamentable. Esta prdida es la que nos permite transformar adoracin en entretenimiento, la predicacin del evangelio en mercadeo, fe y creencia en tcnicas, la gracia de Dios en libertinaje, y fidelidad en xito o sentimientos de haber obtenido santidad. Como resultado de esto, Dios, Cristo y la Biblia comienzan a tener poco significado para nosotros y no tienen tanta influencia sobre nuestras vidas. Dios no existe para satisfacer ambiciones humanas, deseos y apetitos de consumidores o nuestros intereses espirituales privados. Debemos enfocarnos en Dios en nuestra adoracin, en lugar de buscar en la adoracin la satisfaccin de nuestras necesidades personales. Dios es soberano en adoracin; nosotros no lo somos. Nuestra preocupacin absoluta debe ser por el reino y la gloria de Dios, no por nuestros imperios, popularidad o xito. Reafirmamos que debido a que la salvacin viene de Dios y ha sido obtenida por Dios, sta es para la gloria de Dios y que debemos glorificarlo a El siempre. Debemos vivir nuestra vida completa en la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios y solamente para su gloria. Negamos que nosotros podemos propiamente glorificar a Dios si nuestra adoracin es confundida con entretenimiento, si descuidamos el Evangelio en la predicacin, o si auto-superacin, autoestima o satisfaccin propia se han convertido en alternativas para el evangelio. Bases bblicas: 1 Corintios 10:31; 1 Pedro 4:11; Romanos 11:36; Apocalipsis 1:6; 2 Pedro 3:18; Efesios 3:21; Apocalipsis 7:12; Apocalipsis 4:9-11.

También podría gustarte