Paralisis Del Sueño

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Paralisis del sueño

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La pesadilla, por Henry Fuseli (1781) representa la interpretación folclórica de la parálisis del sueño:
un incubo, gnomo o duende que oprime el pecho del durmiente.

La parálisis del sueño es una incapacidad transitoria para realizar cualquier tipo de movimiento
voluntario que tiene lugar durante el periodo de transición entre el estado de sueño y el de vigilia.
Puede ocurrir en el momento de comenzar a dormir o en el de despertarse y suele acompañarse de
una sensación de gran angustia. Su duración suele ser corta generalmente entre uno y tres minutos,
tras los cuales la parálisis cede espontáneamente. Durante el episodio, la persona está totalmente
consciente, con capacidad auditiva y táctil, pero es incapaz de moverse, hablar y abrir los ojos, lo que
puede provocar gran ansiedad. Sin embargo, no existe peligro alguno para la vida, pues los músculos
respiratorios siguen funcionando automáticamente.[1] Este trastorno está recogido en
la Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño dentro del grupo de lasparasomnias.

EpidemiologíaEditar

La parálisis del sueño se considera que ocurre por lo menos una vez en la vida a un porcentaje muy
alto de la población: entre el 50% y el 60% según los diferentes estudios que se han realizado.[1]

CausasEditar

Expertos creen que ocurre cuando la persona se encuentra bajo mucha presión o estrés, y al
momento de dormir el cuerpo aún sigue estando alerta sobre la amenaza (estrés) lo que dificulta la
posibilidad de recuperar el organismo. Algunos circuitos neuronales siguen sobreexcitados y produce
algunas pesadillas que la persona puede sentir que son reales, se despierta abruptamente para
defenderse pero el organismo no responde rápidamente. Esta falta de respuesta se debe a que el
organismo está en momento de profunda relajación. Se cree que los
neurotransmisores GABA y glicina además de otros neuropéptidos disminuyen fuertemente la
actividad de la corteza motora y sean los causantes o al menos contribuyan.[cita requerida]

Características clínicasEditar
Le Cauchemar (La Pesadilla), según Eugène Thivier (1894).

Si la parálisis del sueño se produce en la fase de adormecimiento, se denomina forma predormicional


o hipnagógica, y si tiene lugar al despertar, es la forma posdormicional ohipnopómpica.[2] [3] La
mayor parte de las personas afectadas presentan únicamente episodios aislados a lo largo de su vida,
sin embargo el trastorno puede tener lugar de forma repetida y asociarse a otros síntomas, como
crisis de sueño a lo largo del día y pérdidas bruscas del tono muscular (cataplexia). En este caso, la
parálisis del sueño es considerado uno de los síntomas de la enfermedad denominada narcolepsia.[1]

TiposEditar

Se reconocen tres tipos, las formas aisladas, las asociadas a otra patología y las de tipo familiar.

Formas aisladasEditar

Puede aparecer de manera aislada en individuos sanos. En estos puede asociarse a niveles altos
de estrés y ansiedad, o a un sueño demasiado fragmentado y un horario irregular de descanso.[4] Los
casos aislados ocurren más frecuentemente al levantarse, mientras que en la forma familiar y en la
asociada a narcolepsia, la parálisis es más común al inicio del sueño[2] (forma hipnagógica).

Forma familiarEditar

La parálisis del sueño de tipo familiar sin que existan otros síntomas acompañantes como ataques de
sueño o cataplexia es poco frecuente, con sólo unas pocas familias descritas en la literatura. Se
produce cuando uno o varios miembros de la familia sufren del mismo trastorno.

Forma asociada a otra patologíaEditar

Puede estar asociada a otra patología, principalmente narcolepsia. Entre el 40 y el 50 % de las


personas que sufren narcolepsia presentan episodios de parálisis del sueño.[1]
Características cualitativas de la experienciaEditar

Análisis factorialEditar

A partir de los relatos de las experiencias de los encuestados, se pueden destacar tres factores
cualitativos:

Factor «intruso»: sensación de una presencia, que se identifica como un “intruso” y sensación de
temor; suele ir acompañado de alucinaciones visuales, auditivas y táctiles.Factor «incubus»:
sensación de ser tocado o presionado en alguna parte del cuerpo (con frecuencia en el pecho), con
dificultad para respirar (asfixia), dolor y pensamientos de muerte inminente. Se denomina así como
metáfora del relato arquetípico de losíncubos. (Véase también Efialtes (enfermedad)«experiencia de
movimiento ilusorio»: experiencias que incluyen sensaciones de movimiento como caer, volar, flotar,
yexperiencia extracorpórea.[5]Tipos de experienciaEditar

Son seis las experiencias típicas que suceden durante el transcurso de la parálisis:

Sensación de presencia: sensación de una o varias presencias en la casa a las que se considera como
«intrusos». Es una impresión neutra acompañada de aprehensión y temor. Se presupone la presencia
sin necesidad de corroborarlo sensorialmente. En algún momento sienten que la presencia se mueve,
entra en la habitación, puede acercarse a la cama, incluso sentir presión en el colchón. La mitad de
las personas relatan que saben que son observados fijamente, pero no saben identificar desde
dónde.Presencia amenazante: los encuestados interpretan que la naturaleza de la presencia y el
ambiente que la rodea es peligrosa omalévola, y que intenta la posesión (a veces el rapto
o abducción en el caso de losvisitantes de dormitorio). Se acompaña de un fuerte sentimiento
de terror, peligro y urgencia; necesitan despertarse lo más pronto posible. Este estado de pavor no
siempre se asocia a la posibilidad de sufrir daño físico, sino más bien al sentido misterioso particular
de la maldad que desprende la entidad. Se siente la amenaza de
fuerzas sobrenaturales y demoníacas que buscan robar el alma o poseer el cuerpo del
durmiente.Alucinaciones visuales: más o menos vívidas, inconstantes, vagas e indefinidas, cercanas a
la pseudo-alucinación; el estímulo externo percibido se reconoce como real. En el caso de la
presencia, esta queda fuera de la vista, o en la periferia del campo de visión, o camuflada entre las
sombras de la habitación; en algunos casos se relatan imágenes detalladas de objetos y seres
comofantasmas, figura oscura a los pies de la cama, esqueletos, calaveras, etc.Alucinaciones
auditivas: al igual que en las visuales, se tiene la convicción de que los sonidos son reales y que
provienen del exterior más que de su mente. Son sonidos elementales, mecánicos e intensos, como
zumbidos, rumores, siseos, correteos, rugidos, campanadas, golpes, vibraciones, silbidos, chillidos,
rechinadas y gimoteos. En otros casos son sonidos identificables concretos como timbres de
teléfono, sirenas, herramientas, motor eléctrico, golpes de puerta, arrastrar de muebles, vidrios o
vajilla rompiéndose, música extraña, sonido de radio con ruido blanco o que recibe varias estaciones,
sonidos de viento, rugido de olas del mar, etc.; las voces humanas son el sonido más frecuente en un
37 por ciento de los casos, en forma de griterío o leves susurros, sin mensaje identificable ni
claro.Alucinaciones táctiles: comunes y relacionadas con la presencia intrusiva; incluye la sensación
de que el colchón se hunde, que alguien se sienta, que le retira las sábanas o que la agarra de las
manos.Dificultades respiratorias: sensaciones de presión en el pecho, dificultad para respirar,
estrechez alrededor del cuello como si fueraestrangulado, y sensaciones de sofocación yasfixia; estas
percepciones pueden explicarse por la parálisis de los músculos voluntarios; el estado de sofocación
produce gran angustia, pánico y temor de morir asfixiado. Los ataques físicos en este sentido se
asocian igualmente a la presencia maligna.[5] [6] [7]

TratamientoEditar

Para poder moverse, se recomienda relajarse y no perder la calma, ya que se trata sólo de un
proceso temporal, en el que en realidad no corremos ningún peligro. Dado que la respiración se
produce automáticamente, la persona sólo necesita percibir que está respirando con normalidad
para entender que se encuentra en una fase temporal de parálisis del sueño.

Puede ser útil intentar mover zonas del cuerpo lentamente, como las piernas, manos o brazos;
también abrir los ojos. Tras vencer el episodio de parálisis, es conveniente levantarse de la cama y
procurar estar despierto unos minutos, antes de volver a acostarse, para evitar que aparezca de
nuevo el episodio.[8] En algunos casos el médico puede recomendar la utilización deantidepresivos
tricíclicos, por su acción inhibidora de la fase de sueño REM.[9]

Véase también

Referencias

Enlaces externos

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Última edición hace 2 días por Evasivo

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