Revista Voces... Angeles y Demonios.

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La revista del Plan Fénix año 6 número 45 junio 2015

ISSN 1853-8819

En las últimas décadas el comportamiento sexual de la población


ha cambiado y la sociedad lo ha ido aceptando mediante un
proceso por demás desigual. Mientras varias subculturas de
minorías sexuales están emergiendo a la visibilidad, muchos
prejuicios se resisten a desaparecer. Uno de los desafíos es
terminar con la subordinación del género femenino frente al
masculino y apostar a la naturalización positiva de lo sexual.
Para ello, el rol de la educación es fundamental.

Ángeles y demonios
sumario editorial
nº45 El amor en tiempos del
cólera

junio 2015
Abraham Leonardo Gak

Virginia Martínez Verdier Prefacio 6 Miguel Fernando Marlaire


Sexualidades de Oriente y Occidente. Dioses y demonios 16 Luis María
Aller Atucha Sexualidad, lenguaje y sociedad 22 Jorge Pailles
Sexualidades, salud sexual y el gobierno de sí 30 Amelia del Sueldo
Padilla Derecho de las mujeres: Acceso a la interrupción legal del
embarazo en los servicios públicos de salud 38 Augusto Labella
y Rodolfo RamoS Adolescentes: el discurso de la sexualidad 44
Michelle Abigail Mostowski Ser mujer, maternidad, sexualidades
y lactancia 50 Olga Marega Sexualidad femenina y climaterio 56
Osvaldo Macri Ser varón 62 Miguel Ángel Garcés La salud sexual
del varón luego de la segunda mitad de la vida 68 Olga Marega Las
personas adultas mayores y sus manifestaciones de amor 74 Luis María
Aller Atucha La pareja actual 78 Silvia Verdeguer Sexualidad y
discapacidad 86 Claudia Groisman Lesbianismo hoy 92 Rafael
Freda Homosexualidad, hoy 98 Adrián Helien Transgénero: “El punto
ciego de la ciencia”. Lo que no vimos (o no quisimos ver) 106 Virginia
Martínez Verdier Adicción sexual 114 José Oscar Chamorro
Sexualidad y adicciones a las drogas. El sexo… ¿una adicción más? 122
Jorge Garaventa Esa vieja costumbre de abusar. La responsabilidad
social ante el abuso sexual infantil 128 Chantal Stevens Prostitución
y trata de personas con fines de explotación sexual 136
Autoridades de la Facultad de Ciencias Económicas
Decano Secretario de Investigación Director Gral. de la Escuela
Dr. César Humberto Albornoz y Doctorado de Estudios de Posgrado
Prof. Adrián Ramos Catalino Nuñez
Vicedecano
José Luis Franza Secretario de Extensión Director Académico de la
Universitaria Escuela de Estudios de
Secretario General Carlos Eduardo Jara Posgrado
Walter Guillermo Berardo Ricardo José María Pahlen
Secretario de Bienestar
Secretaria Académica Estudiantil Secretario de Innovación
Contadora Carolina Alessandro Federico Saravia Tecnológica
Juan Daniel Piorun
Secretario de Hacienda y Secretario de Graduados y
Administración Relaciones Institucionales Secretario de Transferencia
César Humberto Albornoz Catalino Nuñez de Gestión de Tecnologías
Omar Quiroga
Secretario de Relaciones
Académicas Internacionales
Humberto Luis Pérez Van
Morlegan

Voces en el Fénix Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Económicas


es una publicación
del Plan Fénix Claustro de Profesores Claustro de Graduados Claustro de Alumnos
Titulares Titulares Titulares
ISSN 1853-8819 José Luis Franza Luis Alberto Cowes Mariela Coletta
Registro de Juan Carlos Valentín Briano Rubén Arena Juan Gabriel Leone
la propiedad Walter Fabián Carnota Fernando Franchi María Laura Fernández
intelectual en Gerardo Fernando Beltramo Daniel Roberto González Schwanek
trámite. Luis Alberto Beccaria Florencia Hadida
Héctor Chyrikins Suplentes
Andrés Ernesto Di Pelino Juan Carlos Jaite Suplentes
Pablo Cristóbal Rota Álvaro Javier Iriarte Jonathan Barros
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Suplentes César Agüero
Domingo Macrini Guido Lapajufker
Heriberto Horacio Fernández
Juan Carlos Aldo Propatto
Javier Ignacio García Fronti
Roberto Emilio Pasqualino
Sandra Alicia Barrios

Los artículos
firmados expresan
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y no reflejan
staff COMITE EDITORIAL
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DE REDACCIÓN
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DISEÑO EDITORIAL
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la opinión del Fernando Porta PRODUCCIÓN Diseño deL SITIO
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la Universidad de Abraham L. Gak Federico Schuster Erica Sermukslis Carlos Pissaco
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Verdier

Córdoba 2122, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires. Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. Teléfono 4370-6135. www.vocesenelfenix.com / [email protected]
El amor en tiempos
del cólera

D edicar un número de nuestra revista a la temática de sexualidades nos obliga a


reflexionar respecto de los procesos culturales en los que cada persona se halla
inmersa.
Si bien a lo largo de las últimas décadas se han registrado importantes cambios, aún
prevalece en nuestra cultura una desigual relación de poder que coloca al varón en un
rol de dominación respecto de la mujer.
Esta dominación se expresa en diversos ámbitos y circunstancias, más allá de los
cambios sociales que tuvieron lugar y que convirtieron a la igualdad de género en un
derecho básico e incuestionable. Por lo general, esos ámbitos están relacionados con
intereses económicos; basta con pensar en el lugar que ocupa y ocupó tradicional-
mente la mujer en la vida doméstica (dedicada al cuidado del hogar y a la crianza de
los hijos), al cual se le suma hoy el trabajo fuera del hogar con un salario inferior con
respecto al del hombre y con tareas a desarrollar que están específicamente signadas
por su sexo.
Ahora bien, estos cambios culturales de los que hablamos tienen particular importan-
cia cuando se trata de la sexualidad, por el rol que esta ocupa en la vida cotidiana.
De hecho, la sexualidad es valorada por la mayoría de las personas como parte del
confort de sus vidas. En este terreno, el avance del conocimiento y la investigación nos
permite visibilizar algunas cuestiones y repensar otras. Temas como la maternidad y
la lactancia, la adolescencia y la importancia del apropiado consejo adulto, la defini-
ción sobre el ser varón o ser mujer, las nuevas identidades sexuales, la relación de las
personas adultas mayores y sus manifestaciones de amor, la sexualidad en las perso-
nas con capacidades diferentes, los cambios operados en el lenguaje, el climaterio fe-
menino y masculino, los problemas de las adicciones (al sexo y a las drogas) requieren
su deconstrucción y reinterpretación al paso de los cambios sociales.
Además, temas como el derecho a la interrupción del embarazo, el gobierno del pro-
pio cuerpo (sobre todo en el caso de las mujeres), el respeto al autopercibimiento de
género, las necesidades de la sexualidad juvenil y el acceso a una ciudadanía plena,
necesitan aún de más debate y discusiones para alcanzar un acuerdo general; mien-
tras que cuestiones como la despatologización de las identidades de género y el fin
del abuso sexual infantil y la trata de personas con fines de prostitución siguen siendo
cambios pendientes que necesitan una respuesta urgente por parte de la sociedad.
Todo esto pretende debatir este nuevo número de nuestra revista. Pero por sobre todas
las cosas se pretende aportar a la visibilización de las bases de la inequidad de las
relaciones de género ocultas tras costumbres arraigadas que resisten el cambio, donde
las normas éticas y morales continúan regulando la vida social, y donde los medios
masivos mantienen un rol decisivo al reproducir en forma permanente los estereoti-
pos más clásicos de género.
Es en este escenario, entonces, donde se hace cada vez más evidente que la única ma-
nera de afianzar estas trasformaciones y seguir avanzando es fortaleciendo la educa-
ción sexual desde la infancia, concientizando a cada niño y niña en sus derechos y en
sus libertades, y apostando por la naturalización positiva de lo sexual, valorizando a
las personas por su calidad humana y no por su sexogenitalidad.

ABRAHAM LEONARDO GAK


(DIRECTOR)

4 > www.vocesenelfenix.com
Editorial > 5

sub.coop
por Virginia Martínez Verdier. Psicóloga,
Profesora de Psicología, UBA. Especialista en
Sexología Clínica y en Educación Sexual. Periodista
científica. Asesora y Capacitadora de profesionales y
docentes. Directora de www.sexuar.com.ar

6 > www.vocesenelfenix.com
> 7

La sexualidad nos convoca


a todas las personas, nos
reúne, nos identifica y
nos confirma estar vivos.
Dentro de esa palabra,
son muchos los conceptos
que podemos encontrar.
Esto se debe a que existen
diversos modelos desde los
cuales abordarla, desde
la represión y la tradición
hasta la liberación total y el
hedonismo. A continuación,
un aproximación a lo que nos
depara este volumen.

Prefacio
sub.coop
Organizamos los artículos en cuatro ejes:
“Socio-cultural”, “Géneros y ciclos vitales”,
“Diversidades sexuales” y “El lado oscuro
de la sexualidad”. Esta planificación no
pretende ser rígida ya que algunos artículos
podrían incorporarse en más de un eje.

E n este número de Voces en el Fénix invitamos


al lector a reflexionar sobre sí mismo, ya que el
tema que abordamos inevitablemente lo llevará
a autorreferenciarse en algún párrafo de las siguientes notas.
La palabra “sexualidad” nos convoca a todas las personas. Nos
reúne, nos identifica, nos confirma estar vivos en este presen-
xual es una cualidad real o ideal, deseada o deseable, cuya fuerza
orienta la vida humana desde su dimensión comunicativa y
simbólica. Vivimos en un mundo plural, con distintas formas de
pensar, de creer, de amar, de orientar la sexualidad y la vida se-
xual. Los valores sexuales adquieren un carácter o significación
tales que determinan lo importante para una persona, un grupo
te. Si bien de manera habitual la primera imagen que aparece o la humanidad. Estos valores abarcan los variados y complejos
ante la sola mención de la palabra son las “partes” erógenas del aspectos de la sexualidad, orientando las conductas personales
cuerpo humano y lo que se puede hacer con ellas, justamente y colectivas sobre la reproducción, el placer, el pudor, la vergüen-
porque somos humanos, el plural “sexualidades” nos diferencia, za, la formación de pareja, las actividades sexuales, las preferen-
nos individualiza, nos lleva a las más íntimas profundidades de cias y orientaciones sexuales, la expresión pública o privada de
nuestro ser. las mismas, las actitudes frente a las ideas y comportamientos
En una excelente síntesis conceptual la Organización Mundial de los demás, las inhibiciones ante la sexualidad, las actitudes
de la Salud (OMS) considera a la sexualidad como un aspecto frente al divorcio, las relaciones extramatrimoniales, el noviazgo,
central del ser humano a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las el aborto, la masturbación, los juegos sexuales, la prostitución, la
identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la in- homosexualidad, los delitos sexuales, las parafilias, la educación
timidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se sexual, el sexismo, los movimientos de reivindicación sexual, la
expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, estructura familiar, entre tantos otros.
actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones No hay valores únicos. Existen diversos modelos, que van desde
interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimen- la represión y la tradición hasta la liberación total y el hedonis-
siones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan mo. Ambos opuestos son fuente de lucha y competencia por el
siempre. Es necesario diferenciar la sexualidad reproductiva de predominio. Zambullidos en nuestra historia personal y social,
la placentera. Su expresión integral está influida por la interac- sin darnos cuenta vamos construyendo nuestro sistema de valo-
ción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, res sexuales generados a partir de los valores colectivos. Nuestro
políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espi- comportamiento final es el resultado de nuestro acatamiento
rituales. En este número abordaremos muchos de los conceptos voluntario a estos preceptos, que actúan en nosotros con mayor
vertidos en esta definición. o menor fuerza de acuerdo con nuestras creencias, ideología y
En este prefacio, a modo de contextualización, desarrollaremos filosofía sexual personal.
dos conceptos que atraviesan todos los artículos de esta revista: A partir de las luchas por la libertad y diversidad sexual, en las
los valores sexuales y los derechos sexuales. El concepto de va- últimas dos décadas el concepto de Derechos Sexuales comen-
lores humanos alude a aquellas ideas que comparten la mayoría zó a hacerse cotidiano. La Asociación Mundial de Sexología en
de las culturas respecto de lo que se considera correcto, direc- 1999 realizó la Declaración de los Derechos Sexuales como De-
cionando las conductas personales. En ese sentido, un valor se- rechos Humanos. Estos son:

8 > por Virginia Martínez Verdier


Prefacio > 9

1. El derecho a la libertad sexual. La posibilidad de la plena sexual va más allá del placer erótico o los actos sexuales. Todo
expresión del potencial sexual de los individuos. Sin embargo, individuo tiene derecho a expresar su sexualidad a través de la
esto excluye toda forma de coerción, explotación y abuso sexua- comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor.
les en cualquier tiempo y situación de la vida. 7. El derecho a la libre asociación sexual. La posibilidad de
2. El derecho a la autonomía, integridad y seguridad se- contraer o no matrimonio, de divorciarse y de establecer otros
xual del cuerpo. La capacidad de tomar decisiones autónomas tipos de asociaciones sexuales responsables.
sobre la propia vida sexual dentro del contexto de la ética perso- 8. El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres
nal y social. La capacidad de control y disfrute de nuestros cuer- y responsables. Abarca el derecho a decidir tener o no hijos, el
pos, libres de tortura, mutilación y violencia de cualquier tipo. número y el espacio entre cada uno, y el derecho al acceso pleno
3. El derecho a la privacidad sexual. El derecho de las de- a los métodos de regulación de la fecundidad.
cisiones y conductas individuales realizadas en el ámbito de 9. El derecho a la información basada en el conocimiento
la intimidad siempre y cuando no interfieran en los derechos científico. La información sexual debe ser generada a través
sexuales de otros. de la investigación científica libre y ética. Abarca el derecho a la
4. El derecho a la equidad sexual. La oposición a todas las difusión apropiada en todos los niveles sociales.
formas de discriminación, independientemente del sexo, género, 10. El derecho a la educación sexual integral. Este es un
orientación sexual, edad, raza, clase social, religión o limitación proceso que se inicia con el nacimiento y dura toda la vida y que
física o emocional. debería involucrar a todas las instituciones sociales.
5. El derecho al placer sexual. El placer sexual, incluyendo el 11. El derecho a la atención de la salud sexual. La atención
autoerotismo, es fuente de bienestar físico, psicológico, intelec- de la salud sexual debe estar disponible para la prevención y el
tual y espiritual. tratamiento de todos los problemas, preocupaciones y trastor-
6. El derecho a la expresión sexual emocional. La expresión nos sexuales.
Considerando valores y derechos sexuales universales, en estos El eje Socio-cultural incluye los primeros cuatro artículos:
últimos años nuestro país ha sido pionero en la elaboración de “Sexualidades en Oriente y Occidente. Dioses y demonios”, de
varias leyes nacionales de reconocimiento en los derechos hu- Miguel Marlaire, en el que nos convoca a mirar cómo se expre-
manos y sexuales de sus habitantes: sa la sexualidad en diversas culturas, hinduismo, tantrismo,
▶ Ley Nº 25.673 (2002): Programa Nacional de Salud Reproducti- budismo, taoísmo, confucianismo, islamismo, la cosmovisión
va y Procreación Responsable. judeocristiana, las raíces grecorromanas y la América preco-
▶ Ley Nº 26.130 (2006): Implementación de Métodos de Contra- lombina de los mochicas, incas y mayas. Propone la superación
cepción Quirúrgica. del sustrato cultural hacia “una realización erótica sin temores,
▶ Ley N° 26.150 (2006): Educación Sexual Integral. sin culpas, con responsabilidad y sobre todo con la consciente
▶ Guía Técnica para la atención de aborto no punible (Código manifestación de la fuerza y capacidad modificadora del amor
Penal argentino, art. 86) (2007). como expresión de la energía más poderosa del universo”.
▶ Programa Nacional de Educación Sexual Integral, del Ministe- Luis María Aller Atucha, en “Sexualidad, lenguaje y sociedad”,
rio de Educación de la Nación (2008). analiza y desarrolla términos nuevos y obsoletos por el avance
▶ Ley N° 26.618 (2010) Matrimonio Igualitario - Modificación al de la vida cotidiana contemporánea y sus efectos sobre la sexua-
Código Civil. lidad. Palabras como novios, pareja, matrimonio, conviviente,
▶ Protocolo para la atención integral de personas víctimas de concubino, feminismo, machismo, femicidio, maricón, puto,
Violaciones Sexuales (2011). amante, infidelidad, entre otras, nos invitan a reflexionar que “el
▶ Ley N° 26.743 (2012). Ley de Identidad de Género. comportamiento sexual de la población ha cambiado. El sexo
▶ Decreto Nº 903 (2015). Reglamentación de cirugías y trata- oficial con sus cuatro variables inamovibles, heterosexual, matri-
mientos hormonales para adecuación corporal. monial, monogámico y reproductivo, ha quedado atrás. La socie-
En relación a lo jurisdiccional, pocas provincias han legislado dad lo ha aceptado. El lenguaje todavía no lo ha incorporado”.
sobre la Educación Sexual Integral, y no la pusieron en práctica Jorge Pailles, en “Sexualidades, salud sexual y el gobierno de sí”,
de manera fehaciente y constante: a partir del concepto de género y sus diversidades, con la guía
▶ CABA: Ley 2.110/2006. de los derechos sexuales y de la educación sexual, propone que
▶ Chaco: Ley 5.811/2006. las personas nos hagamos dueños de nuestra salud sexual: “La
▶ Misiones: Ley 4.410/2007. persona se constituye en un ser protagónico, como sujeto moral
▶ Córdoba, Comisión de Educación Sexual, 2007. Programa de sus comportamientos sexuales y sociales. Implica la elección
Especial de Educación Sexual Integral Nº 10.947. Incluida luego de un estilo de vida, el conocer sus modos, aceptar los propios
la Educación Sexual Integral, en la Ley de Educación Provincial valores y aplicarlos. Posibilita la auténtica identidad, la autono-
Nº 9.870/ 2010. mía de la persona como sujeto moral, el guiarse en conciencia
▶ Entre Ríos: Ley 9.501/2003. hacia determinados objetivos. Implica anticiparse y adueñarse
▶ Santa Fe: Ley 13.066/1992. del propio destino”.
▶ Mendoza: Ley Provincial de Educación Sexual (1997). En “Derecho de las mujeres: Acceso a la interrupción legal del
Queda aún pendiente legislar la interrupción voluntaria del embarazo (ILE) en los servicios públicos de salud. Algunas pre-
embarazo. En este número Amelia del Sueldo Padilla se refiere guntas, algunas respuestas”, Amalia del Sueldo Padilla denuncia
profundamente al tema. e interpela a sus pares médicos a cumplir con las leyes y con el
La mayoría de los autores y autoras de estas páginas procede- bienestar de las mujeres desposeídas. “Esa mujer tiene derechos,
mos de una formación común, la Sexología, con diferentes pro- pero debemos empoderarla para que se reconozca como sujeta
fesiones de base: Sociología, Psicología, Medicina (Ginecología, de derechos”. La interrupción del embarazo es un tema aún no
Clínica, Psiquiatría, Urología), Comunicación Social y Docencia resuelto en nuestro país ya que los gobernantes y los servicios
trabajando en las áreas clínicas o educativas de la Sexología. de salud interponen sus valores y prejuicios a los de la comuni-
Convocamos particularmente a tres autores no sexólogos, que dad, “las inequidades en el acceso a servicios, en la disponibi-
abordan la temática sexual desde su objeto de estudio y campo lidad de recursos humanos y físicos adecuados y en la calidad
de trabajo. La totalidad de los participantes coincidimos en los de la atención sanitaria, impactan de diferente forma sobre las
aspectos ideológicos y valorativos de la temática. Varios colabo- razones de la mortalidad materna y generan un riesgo despro-
radores pertenecen a diversas provincias y localidades: San Juan, porcionado para las mujeres que viven en las jurisdicciones más
Tucumán, Misiones, Córdoba, Tandil, Pinamar y Mar del Plata, pobres del país”.
lo que nos aporta una mirada federal y regional.
Organizamos los artículos en cuatro ejes: “Socio-cultural”, “Gé-
neros y ciclos vitales”, “Diversidades sexuales” y “El lado oscuro
de la sexualidad”. Esta planificación no pretende ser rígida ya
que algunos artículos podrían incorporarse en más de un eje.

1 0 > por Virginia Martínez Verdier


Prefacio > 1 1

El eje Géneros y ciclos vitales incluye siete artículos.


Rodolfo Ramos y Augusto Labella en “Adolescentes: el discurso
de la sexualidad” proponen modos de comunicación entre los
adultos y quienes transitan la adolescencia. “Un acto educati-
vo es un intercambio que produce nuevos saberes que tienen
sentido en uno de los interlocutores en la medida en que estos
conocimientos puedan ser aplicados a su vida cotidiana. En esta
relación siempre hay poder de por medio, el cual puede ser con
una intención de buena fe o bien con un interés por colocar un
discurso propio en boca de otro”. Es imprescindible que los adul-
tos tengamos claridad sobre nuestros valores y prejuicios. “Este
discurso del que hablamos no es un discurso “limpio y objetivo”
sino que ya está cargado de ideologías dominantes, de estereo-
tipos y representaciones de un mundo adulto que invade una
expresión propia y legítima del adolescente”.
Michelle Mostowski, en “Ser mujer, maternidad, sexualidades y
lactancia”, desde una perspectiva de género, propone que la mu-
jer recupere su ser erótica aun siendo madre. Conflicto habitual
en las mujeres y en muchos varones que las acompañan sintien-
do que una madre no es una mujer sexual. “Históricamente el
secuestro del derecho al placer, al ejercicio de una sexualidad
libre y creativa continúa sustrayéndole a la mujer el empodera-
miento de su propio ser”. El embarazo y el amamantamiento son
puntos nodales de esa habitual disociación. Mostowski describe
los avatares de la lactancia, propone opciones y concluye: “Es
necesario desarrollar un nuevo paradigma donde consciente-
mente la mujer, su sexualidad, su eros, la maternidad y su ser
individual converjan holísticamente para su integración. Para
ello es imprescindible interpelar los mandatos de una cultura
habitualmente represora, que impone el imperativo de ser ma-
dre y dar de mamar sin dar lugar a otras posibles construcciones
y elecciones”.
Olga Marega en “Sexualidad femenina y climaterio” inicia su
trabajo definiendo el concepto de sexualidad y las diferentes
etapas por las que transita, para detenerse en la profundización
del climaterio y la menopausia femenina. Nos dice: “Una misma
condición biológica puede impactar de manera diferente en
personas con distintos mandatos o modelos sociales”. Especifica
que ha aumentado la expectativa de vida de la mujer, sin que
se modificara la edad de la menopausia, cuando aún tiene un
tercio de vida por delante. Marega describe los sentimientos,
cambios, síntomas, factores de riesgo de esta etapa. Sugiere
las medidas higiénico-dietéticas a seguir. Enumera los factores
que influirán en el futuro del erotismo a partir de este período y
detalla pasos a seguir. “Lo esperable para la mayoría de las per-
sonas es que esta parte de la vida se viva con calidad, tratando
de adaptarse a los cambios corporales, y también a los cambios
en sus relaciones familiares, laborales, y especialmente con sus Luis María Aller Atucha inicia “La pareja actual” con una confe-
parejas disfrutando del placer sexual, que para muchas personas sión: “Si me hubiesen pedido este artículo cuando me casé, hace
es fuente de calidad de vida”. cincuenta años, me habría sido sencillo cumplir con el pedido.
En “Ser varón”, Osvaldo Macri parte de su experiencia vital para Ahora las cosas son diferentes”. Por lo tanto, hace historia acer-
plantear preguntas y encontrar respuestas. Nos dice: “Ser varón ca de la concepción de pareja y los términos habituales para
depende mucho de la forma en que fuimos criados, pero tam- mencionarla. Describe los diversos tipos de parejas acorde con
bién de los diversos procesos sociales que nos atravesaron y nos la orientación sexual de sus integrantes. Intercala países y legis-
afectaron en diferentes momentos y circunstancias”. Recorre sus laciones, religiones y contradicciones. Se extiende en la pareja
diferentes momentos vitales en que fue generando su identidad heterosexual, con los noviazgos, las convivencias y matrimonios.
masculina, en los que predominó fundamentalmente la confu- Reflexiona acerca de los cambios en los roles sexuales, las reglas
sión “por no saber dónde estábamos parados, por no saber cuál y pautas tradicionales: “Esto creó desconcierto y temor en el
era nuestra identidad varonil o, al menos, cómo debíamos expre- varón y puso a la mujer en una situación que todavía no termina
sarla”. Plantea la transición hacia un nuevo modelo social dife- de manejar correctamente”. Concluye: “La pareja actual es cam-
rente al sistema patriarcal, binario y homofóbico que aún intenta biante, honesta, profunda y debe, necesariamente, ‘estar’ y ‘ser’
subsistir. Macri finaliza aclarando: “Esta visión es la de un varón feliz. La búsqueda de la felicidad tiene caminos desconocidos y
que nació y vivió siempre en Buenos Aires, heterosexual, hijo de hasta hace poco tiempo impensados”.
un pequeño comerciante, nivel socioeconómico medio bajo, con
tres hijas, cuatro nietos y dos nietas. Apenas puede resonar en
personas con historias parecidas a la mía. No es extrapolable a
otros sectores sociales ni a otras geografías y culturas”.
Miguel Garcés Rico nos presenta “La salud sexual del varón
luego de la segunda mitad de la vida”. Incursiona en los cambios
biológicos y funcionales de la sexualidad del varón y la influen-
cia de su salud general. “A muchas personas se les hace difícil
pensar que los hombres maduros posean todavía sentimientos,
necesidades y relaciones de tipo sexual”. “En el envejecimiento,
lleno de claroscuros e incomprensiones, la persona tiene una
crisis de identidad, en el sentido de que ahora no quiere dejar
de ser ni dejar de hacer, como pareciera que la sociedad se lo
tratara de imponer”. Garcés Rico propone a sus colegas “agregar
calidad de vida al varón que tiene varios síntomas y no le hacen
gozar plenamente de esta expectación de salud”. Finaliza decla-
“Cuando permitimos
rando que “es el objetivo retrasar la ancianidad limitante en la que la biología o su
población que se incrementa numéricamente día a día, de tal
modo que el famoso grito juvenil de ‘We are de world’ (Nosotros
sustituto, las drogas,
somos el mundo) ya es más aplicable a los varones de la segunda recetadas o no,
mitad de la vida que a los jóvenes”.
En “Las personas adultas mayores y sus manifestaciones de gobiernen nuestras
amor”, Olga Marega nos convoca nuevamente al aprendizaje y vidas amorosas se
la reflexión. “La falta de actividad sexual, la insatisfacción de su
vida sexual, y la presencia de problemas sexuales son asociadas está amplificando un
con una percepción de baja o pobre calidad de vida. Siendo co-
nocedores de esta información, no podemos seguir sosteniendo
punto débil en nuestro
los falsos prejuicios que asocian la ancianidad con el reposo diseño”.
sexual”. Marega pormenoriza detalladas sugerencias para man-
tener el placer general y sexual hasta el último momento de la
vida. “Conocer la función sexual y su impacto en la calidad de
vida en las personas mayores es esencial para poder diseñar
programas apropiados para promocionar la salud en general y
su calidad de vida”.

1 2 > por Virginia Martínez Verdier


Prefacio > 1 3

Entendemos por Diversidades sexuales otros modos no con- En “Homosexualidad, hoy”, Rafael Freda recorre la historia de las
vencionales de vivir y sentir la sexualidad. En este eje, desarro- condiciones de vida de gays, lesbianas y trans en nuestro país,
llamos cuatro artículos. desde la década de los ’80. Como activista gay, su mirada com-
“Discapacidad y sexualidad”, escrito por Silvia Verdeguer, es- parte la subjetividad con la objetividad, ofreciendo un panorama
pecifica la expresión de la sexualidad en los diferentes niveles amplio, vívido y auténtico: “...atestigüé que en relación con las
de las personas con discapacidad intelectual. “De discapacidad minorías sexuales el país había dado una vuelta de campana. De
hay mucho camino aún por recorrer, por ello se intenta instalar la persecución se pasó a la tolerancia, y de allí a la promoción de
en el devenir cotidiano la plena inclusión de las personas con políticas antidiscriminatorias”. También denuncia lo que aún fal-
discapacidad, en todos sus ámbitos”. Parte de las falsas creen- ta lograr y hacer y realiza propuestas concretas. “Mientras se van
cias instaladas socialmente y de los derechos fundamentales de produciendo reacomodamientos y encastres (no sin chirridos),
estas personas. “Desde el punto de vista fisiológico, la sexualidad las viejas costumbres se resisten a desaparecer, y los viejos pre-
no debería marcar una especificidad definida, pero sí lo hacen juicios insisten en permanecer”. “El hoy de la homosexualidad,
sus capacidades mentales, sus características emocionales y con todas sus ramificaciones, es la construcción del futuro”.
su historia de comportamientos, su entorno familiar y social, Adrián Helien aporta “Transgénero: el punto ciego de la ciencia.
quienes condicionan de una u otra forma la expresión de la se- Lo que no vimos (o no quisimos ver)”. “Este texto es una invita-
xualidad”. Recorre las ideas de la sobreprotección familiar, de la ción a observar nuestras certidumbres y a percibir con mente
negación de la educación sexual, de la mayor vulnerabilidad a de principiante, sin juzgar”. Helien parte de su experiencia como
los abusos, el acoso y la violación, entre otras circunstancias que médico en un hospital público, relata su proceso de acerca-
tiñen la vida de las personas discapacitadas. miento y aprendizaje: “Esto marcó un antes y un después en mi
Claudia Groisman, en “Lesbianismo, hoy”, contextualiza la realidad manera de comprender lo humano y pude darme cuenta de que,
actual de las mujeres homosexuales, sus sentimientos y actitudes a pesar de haberme formado como especialista en psiquiatría y
habituales. Plantea y responde preguntas acerca de sus vidas coti- en sexualidad, sabía poco y nada de la temática”. Explica la ideo-
dianas, que la curiosidad seguramente querría conocer. Con quién logía binarista y su derrumbe. Denuncia el maltrato que infligen
viven, de qué trabajan, si tienen hijos, cómo son sus relaciones los profesionales de la salud por desconocimiento, discrimina-
sexuales, entre otras respuestas que generan interés y sorpresa. “Es ción y prejuicios. Propone la despatologización de la diversidad
más correcto hablar de lesbianismos. Este trabajo pretende abrir sexual. Conceptualiza y contextualiza la temática. Describe los
una puerta para quienes lo lean, ya sea por ser conocedores del cambios actuales en la comprensión de la diversidad sexual.
tema o porque es la primera vez a la que acceden. No está termi- Concluye: “El compromiso con la despatologización de todas
nado. Seguramente cada lector/a tendrá párrafos para agregar y las identidades de género es una lucha que recién comienza y
confirmar y disentir. Sigamos reflexionando entre todxs”. continuará…”.

En “Adicción sexual”, quien escribe también


este prefacio, Virginia Martínez Verdier,
desgaja los conceptos de sexualidad,
erotismo, lo normal y lo aceptable en
sexualidad para comprender qué determina
que una persona sea adicta al sexo.
El eje “El lado oscuro de la sexualidad” incluye los últimos nas como dopamina, oxitocina, prolactina, receptores de andró-
cuatro artículos relacionados con padecimientos y delitos. genos, actúan en ambas situaciones. “Cuando permitimos que
En “Adicción sexual”, quien escribe también este prefacio, Virginia la biología o su sustituto, las drogas, recetadas o no, gobiernen
Martínez Verdier, desgaja los conceptos de sexualidad, erotismo, nuestras vidas amorosas se está amplificando un punto débil
lo normal y lo aceptable en sexualidad para comprender qué de- en nuestro diseño”. Concluye: “Esta adicción natural que utiliza
termina que una persona sea adicta al sexo. “La adicción sexual o el placer como motor tiene un propósito, la fertilización y la
trastorno de la hipersexualidad es una actividad sexual excesiva, continuidad de la especie humana. La otra, la adicción artificial
habitualmente promiscua e incontrolada. Es una dependencia (la que utiliza las drogas recreacionales), y que utiliza el mismo
sexual. Los adictos persisten en su conducta a pesar de las con- circuito, entiende el placer como objetivo, luego nada más…sólo
secuencias negativas que sufren inevitablemente”. Tomando a continúa un vacío existencial que sólo se podrá disimular… con
la compulsión como centro de cada conducta adictiva, describe más droga”.
algunas de las más habituales: el consumo de pornografía, la mas- En “Esa vieja costumbre de abusar. La responsabilidad social
turbación compulsiva, el cibersexo, el consumo de prostitución, ante el abuso sexual infantil”, Jorge Garaventa nos interpela
múltiples parejas sexuales simultáneas o sucesivas. Delimita el denunciando “los maltratos de la mano de la psiquiatría, la psi-
alcance entre la adicción sexual y las parafilias antiguamente lla- cología y la medicina en general”. “Son los casos en que las dis-
madas perversiones sexuales. Distingue entre una fantasía sexual ciplinas funcionan como ‘disciplinadoras’, al servicio del orden
de cualquier índole y su puesta en práctica. Finaliza: “Insistimos social”. “Al servicio de silenciar la denuncia de niños y niñas”.
vehementemente en la educación sexual desde la infancia como Garaventa pone el énfasis “en la necesidad de la reparación
la única manera de promocionar la salud sexual y emocional y de simbólica que llega a través de la Justicia”. Insiste: “No es fácil
prevenir trastornos en la constitución de la personalidad”. develar el secreto y cuando después de miedos y luchas internas
Oscar Chamorro, en “Sexualidad y adicciones a las drogas - El sin cuartel logran hablar, chocan primero con el descreimiento
sexo, ¿una adicción más?”, nos hace ingresar en aspectos fisio- de los próximos y luego de jueces, psicólogos y fiscales”. Descri-
lógicos complicados y a la vez sumamente interesantes y nove- be la situación de abuso desde los roles de víctima y victimario
dosos. Compara los efectos metabólicos del enamoramiento y la así como el alto porcentaje de abuso intrafamiliar y los efectos
relación sexual con los de las drogas recreativas (cocaína, heroí- en la psiquis de quien lo padece. “Quien ha sufrido abuso sexual
na, nicotina, anfetaminas, opiáceos, cannabis, alcohol). Hormo- infantil ha sido despojado de muchas cosas, entre las cuales su

1 4 > por Virginia Martínez Verdier


Prefacio > 1 5

dignidad, su alegría y su lugar en la niñez ocupan un lugar desta-


cado en este desalojo”. Finaliza con un “optimismo fundamenta-
En una excelente
do”, proponiendo “intervenciones adecuadas que esperanzan la síntesis conceptual
reversión del daño”.
En “Prostitución y trata de personas con fines de explotación
la Organización
sexual”, Chantal Stevens describe una realidad tan visible Mundial de la Salud
como oculta: “La explotación sexual y la trata no pueden ser
cabalmente entendidas sin la adopción de una perspectiva de (OMS) considera a la
género”. Menciona los modos operativos, las necesarias compli- sexualidad como un
cidades gubernamentales, empresariales, judiciales, policiales
para poder llevar a cabo este delito. Enumera la legislación que aspecto central del
se promulgó en estos últimos años como política del gobierno ser humano a lo largo
nacional. Especifica los objetivos de prevención y rescate y los
logros acaecidos. Discute los conceptos de consentimiento y de de su vida. Abarca al
prostitución autónoma. Denuncia el rol de los medios masivos
de comunicación y de Internet, Concluye: “Los parates o retroce-
sexo, las identidades
sos no pueden más que entenderse como instancias para tomar y los papeles de
aire y envión para seguir avanzando en la construcción de una
sociedad más justa e igualitaria en la que se respete la dignidad
género, el erotismo, el
inherente a todos y todas”. placer, la intimidad,
Aun con los oscuros temas tratados al final de este número de
la reproducción y la
Voces en el Fénix, esperamos que esta publicación promueva la orientación sexual.
reflexión sobre el presente de las sexualidades con una mirada
hacia un futuro con derechos, disfrutes, salud y armonía perso-
Se vivencia y se
nal y social. expresa a través
de pensamientos,
fantasías, deseos,
creencias, actitudes,
valores, conductas,
prácticas, papeles
y relaciones
interpersonales.
por Miguel Fernando Marlaire. Ingeniero UBA. Estudios Orientales
USAL. Docente de Fundación Columbia, cursos sobre espiritualidad: El
despertar del Maestro Interior

1 6 > www.vocesenelfenix.com
> 17

En cada cultura la sexualidad está íntimamente


relacionada con el conjunto de normas éticas y
morales que regulan la vida social, esto es, está
vinculada con la cosmovisión de esa sociedad.
En las páginas que siguen, un recorrido por las
raíces de la sexualidad en Oriente y Occidente
que nos permite entender de dónde surgen los
nuevos paradigmas y conductas que empiezan a
manifestarse.

Sexualidades de
Oriente y Occidente.
Dioses y demonios

sub.coop
E n el estado actual de la comprensión humana la
sexualidad ocupa un lugar importante, general-
mente aún oculta e incomprendida, y diferente
en su concepción según la cultura del lugar.
En una primera instancia podemos dividir las culturas del mun-
do en dos hemisferios: Oriente y Occidente, pero en ambos las
Nuevos paradigmas y
conductas múltiples
muy incipientemente
están saliendo a la
diferencias entre culturas que componen el mismo hemisferio
sigue aportando muy diferentes criterios en el enfoque de la luz. Esto posibilita una
cuestión sexual. realización erótica sin
Esto nos lleva a realizar permanentes aclaraciones sobre la cul-
tura particular que estamos analizando para poder contextuali- temores, sin culpas, con
zar un comportamiento tipificado de algún modo. responsabilidad y sobre
Así diremos que no es lo mismo el enfoque de la sexualidad en
China que en India, ni el enfoque del Islam por ejemplo, si bien todo con la consciente
todas estas culturas están enmarcadas en un mismo hemisferio.
En todo lugar el manejo de la cuestión sexual en el humano
manifestación de la
tiene íntima relación con su cosmovisión. Diríamos entonces fuerza y capacidad
que el comportamiento de la persona en este aspecto se refiere
directamente a las normas éticas y morales imperantes en su
modificadora del amor
medio. como expresión de la
Esto no quita que haya muchas variantes en un mismo medio,
pero la corriente del comportamiento está inicialmente orienta-
energía más poderosa
da a la pauta socio religiosa. del universo.
De este modo podemos decir por ejemplo que las culturas ju-
deocristianas se apoyan en la culpa en el momento de dirimir
su acción en este ámbito de la sexualidad. Esta culpa viene dada
por el mensaje de la desobediencia de Adán y Eva, que les valió
ser arrojados del Paraíso Terrenal.
Si ahora sumamos el hecho de que el sexo como originador de la
vida tiene en su poder un misterio, el actor en cuestión está en
un grave dilema.
El citado misterio no sólo se apoya en la generación de otro ser
con cuerpo, intelecto, volición e inteligencia, sino en el estado
alterado de conciencia que significa el orgasmo. La naturaleza
ha dotado al humano de este aliciente para seducirlo a realizar
el acto que lo perpetuará y mantendrá la especie.
En más, la sociedad y las religiones se articulan con normativas
que regulan la actividad sexual que se adecua a cada cultura.

1 8 > por Miguel Fernando Marlaire


Sexualidades de Oriente y Occidente. Dioses y demonios > 1 9

Sexualidad y cosmovisiones sufrimiento por este medio. Centra su accionar en el dejar de


En los dominios del hinduismo la categorización de la mujer sufrir. Aparece entonces el amor en la medida de la compasión
como engendradora del universo en la figura de la diosa Shakti, (karuna), siendo extensible a todo humano.
refundadora, aniquiladora y temible como la diosa Kali, cobra El budismo no conforma una religión deísta (con dioses), y por
una importancia activa en el imaginario popular, lo que se tras- lo tanto compone una filosofía de vida. Por este motivo no exis-
lada a la unión sexual. Así por ejemplo el respeto que se le debe te una normativa sexual, salvo un cierto moderado ascetismo
a la mujer hace que la consumación del matrimonio, una vez para los monjes.
formalizado, demore todo el tiempo que la mujer crea necesario. Busca la felicidad basada en la rectitud en la vida. Se trata de no
El varón dormirá a sus pies fuera de la cama nupcial hasta que ser esclavo del deseo, pues el deseo trae aparejado el sufrimiento
su mujer lo invite al lecho. Esto puede demorar semanas. posterior. Por este motivo la sexualidad resulta mesurada.
Los compromisos matrimoniales se pactan aún hoy entre las Existe una vía sexual para obtener la iluminación (Samadhi) al
familias mientras los futuros contrayentes son aún pequeños. igual que en el tantrismo. Esto implica controlar la eyaculación.
Esto hace que al llegar al matrimonio no se conozcan siquiera. En China coexisten tres cosmovisiones: el taoísmo, el confu-
Por este motivo es factible que el deseo sexual juegue por banda cianismo y el budismo (originario de la India). En todas ellas
separada, o que también en el hacer cotidiano y al construir su no existe el contacto con la divinidad desde el punto de vista
hogar los esposos comiencen a percibirse y el amor finalmente normativo de la sexualidad. El taoísmo promueve las prácticas
aparezca. sexuales de idéntico modo que el tantrismo, pero con distinto
En los albores del hinduismo aparece el tantrismo como una objetivo: el control eyaculatorio para obtener salud y larga vida.
fuerte corriente interna que promueve la cópula con abstención Aquí el varón mantiene el rol preferentemente activo y la mujer
de la eyaculación para lograr el beneficio del Samadhi. Se trata el pasivo, a diferencia del tantrismo.
de obtener la permanencia en un estado de paz interior. El Sa- La falta de acción de un dios para regular las actividades de las
madhi es un estado alterado de conciencia que se obtiene por personas hace que los chinos tengan mayor libertad sexual en el
gracia, y el Tantra dispone de las herramientas necesarias para fuero íntimo, y por lo tanto menos temor a incursionar en con-
suscitar su aparición graciable. Es un estado de iluminación. ductas sexuales erróneas. Las normativas son de orden social
Enfatiza la transparencia que existe entre la cópula humana que para fomentar el respeto y la convivencia apacible, pero no hay
denomina maituna, con la cópula divina entre Shakti y el dios prescripciones respecto de la actividad sexual.
Shiva que da origen al universo. Modernamente el Estado ha prohibido formar familias con va-
A su vez la figura activa de la diosa Shakti se traslada al rol de los rios hijos, dado que el enorme número de habitantes pone en
participantes del maituna en el hecho de que la mujer es prefe- riesgo la gobernabilidad del país y la superpoblación estallaría
rentemente activa mientras que el hombre asume un rol pasivo. en hambrunas y carencias. Esto ha ocasionado opresión en las
Como se ve en este caso, la divinidad se proyecta en el uso de la prácticas sexuales del pueblo.
sexualidad humana de un modo natural, desconocido en otras A su vez el confucianismo también enfatiza la preeminencia
culturas donde incluso ha sido censurado por milenios como de la función social del individuo, actuando en el mismo sentido
impuro. que el taoísmo.
El budismo es un desprendimiento del hinduismo, con la modi- En el Islam la cuestión sexual se radicaliza en grado sumo.
ficación de que el Buda propone una guía de ocho pasos, todos El Corán establece la normativa como palabra divina, sin po-
ellos asertivos, para obtener la iluminación (Samadhi), basado sibilidad de discusión ni evolución. Como religión planteada
en el hecho de que es bueno para el espíritu dejar de lado el inicialmente para el hombre del desierto, somete totalmente la
En todo lugar el manejo de la cuestión
sexual en el humano tiene íntima relación
con su cosmovisión. Diríamos entonces que
el comportamiento de la persona en este
aspecto se refiere directamente a las normas
éticas y morales imperantes en su medio.

voluntad de la mujer al varón. Establece que es preferible el ma- La promesa de un paraíso bucólico, pero la amenaza de un infier-
trimonio y promueve la sexualidad en la pareja marital en todos no feroz y eterno, motivan al musulmán a no desobedecer la ley
los casos. No concibe al hombre célibe, pero a su vez castiga coránica. Aparece un desmedido “temor de Dios”. Aquí ya no cabe
duramente a la mujer que se hace impura al copular fuera del la culpa como en el judeocristianismo, sino que impera el temor.
matrimonio. En tanto, en Occidente la situación imperante en la cuestión
Esta situación hace que entre los jóvenes varones se propicien sexual acontece a partir de una cosmovisión judeocristiana,
relaciones sexuales para atemperar el deseo. La religión es muy y en el nuevo continente levemente teñida por las culturas pre-
estricta en todos los aspectos y estipula siempre el predominio colombinas.
de la ley islámica basada en El Corán. Un puritanismo exacerbado, victoriano, dejó su huella. La bíbli-
A su vez la situación de la mujer en estado de menstruación ca frase “...y se vieron desnudos...” por la situación de Adán y Eva
la vuelve impura y no se la debe penetrar. Se permiten caricias luego de transgredir el mandato divino, asocia al cuerpo y los
pero se recomienda no invadir la zona púbica. genitales al pecado. Esta sentencia se ha estigmatizado con el
El Islam admite varias mujeres para un solo hombre, debido correr del tiempo hasta llegar a nuestros días.
justamente a que en el desierto el hombre está más expuesto El proceso sigue siendo relatado por el Génesis, cuando luego de
a encontrar la muerte en las guerras por defender el territorio cometer la falta Adán se percata de que Yahveh su Dios paseaba
que siempre se ve amenazado dado el poco alimento que allí se por el jardín del Edén, y se esconde. Al ser llamado y ubicado
encuentra. El límite a la poligamia está dado por la prescripción se excusa diciéndole a Yahveh: “Te oí andar por el jardín y tuve
de que todas las mujeres deben ser cuidadas del mismo modo, miedo, porque estoy desnudo. Por eso me escondí”. Aparece el
lo que incrementa los gastos del marido. miedo asociado a la desnudez de los genitales.
Esta particularidad de la poligamia es la que ha posibilitado el Con el correr del tiempo esta situación enraizada en el imagina-
ingreso del Islam a gran parte de África, ya que las tribus tienen rio humano encierra a la cuestión sexual dentro de un manto de
el mismo cuadro de carencia masculina por las guerras tribales impureza, miedo, castigo, ocultamiento.
y los peligros de la caza. Pero Occidente tiene también otras raíces en la cultura

2 0 > por Miguel Fernando Marlaire


Sexualidades de Oriente y Occidente. Dioses y demonios > 2 1

La proyección de la sexualidad en el
mundo que se inicia
Este breve paneo por los dioses y demonios que conforman
el sustrato de nuestra conducta sexual nos convoca al tercer
estamento que conceptualiza la filosofía actual: la reducción
erótica. Esta provee el reconocimiento del proceso de erotización
que está modificando rápidamente la posición del humano ante
la cuestión sexual. En otras palabras, más allá del “pienso luego
existo”, en el reconocimiento del ser, el tercer punto de apoyo
surge con la aparición del “otro”.
La globalización del planeta y el consecuente nacimiento del
Cuerpo Social Humano a partir de la intercomunicación global,
junto a la reciente desconexión posible entre sexualidad y proge-
nie, están desatando el nudo gordiano de la cuestión sexual.
En este sentido, nuevos paradigmas y conductas múltiples muy
incipientemente están saliendo a la luz. Esto posibilita una rea-
lización erótica sin temores, sin culpas, con responsabilidad y
sobre todo con la consciente manifestación de la fuerza y capa-
cidad modificadora del amor como expresión de la energía más
poderosa del universo.
Indefectiblemente las capacidades humanas que posibilitan
el genuino proceso de erotización terminarán por explicitarse y
universalizarse.
grecoromana, donde los dioses representan arquetipos que de- En el actuar de la dupla amatoria, cuando erotizo al otro, este
velan patrones de existencia y de conducta. En estos la libertad de me identifica en plenitud, ya que mi acción lo ha develado en la
expresión de la sexualidad encuentra cauce, por ejemplo la pasión glorificación de su carne. Este proceso de erotización transcurre
en Dionisos y su homólogo romano Baco, el amor en Afrodita y en una afectación recíproca. Se trata de un proceso que se vive
su homóloga romana Venus, el amor entre varones en Eros (dios de a dos, y que se multiplica en díadas hasta el infinito confor-
griego) así como el deseo amoroso en el dios romano Cupido. mando una totalidad amatoria. Lo interesante de este proceso
La cosmovisión grecoromana enriquece las posibilidades de de amor es que su universalidad resulta de la sumatoria de indi-
rescatar a Occidente del ocultamiento, el temor y la vergüenza vidualidades interconectadas. No existe el amor universal desa-
sexuales, condicionados por el judeocristianismo. pegado del contacto humano. Sólo puedo amar a quien entra en
En América la cultura Mochica del norte de Perú nos ha deja- contacto conmigo.
do el legado de su sexualidad profusa en posturas reflejadas en La sexualidad en el humano habrá ascendido entonces un pel-
vasijas de muy variadas formas. Esta cultura data desde princi- daño más en la escala después del animal.
pios de nuestra era hasta el año 800. Una vez conocidos y explicitados los beneficios de esta nueva
Estos huacos eróticos nos cuentan de la naturalidad con que era circunstancia, se romperán las barreras prejuiciosas que han
tratada la cuestión sexual en América precolombina, y si bien el anclado este nuevo proceso amatorio humano.
contexto cultural tampoco era homogéneo, nos permite estable- A partir de la asunción de la humanidad al estado de Cuerpo
cer las coordenadas que desde ese ambiente llegan a nuestros Social Humano, este reconocimiento del proceso de erotización
días. El planteo erógeno es en estas comunidades armónico con se volverá cada vez más necesario. Será preciso generar un per-
la naturaleza y los animales. manente pulsar de diástole y sístole en el dar y el recibir amor
En organizaciones más complejas como la maya y la incaica para posibilitar la circulación de este fluido necesario a la vida
se establece una referencia de pureza en ciertas jóvenes que se de la nueva especie humana en el Cuerpo Social Humano re-
reservaban vírgenes para los servicios a la nobleza y los sacrifi- cientemente creado. Podemos decir entonces que en el siglo XX
cios rituales. parió la humanidad. Todo está comenzando.
En las últimas décadas el comportamiento sexual
de la población ha cambiado y la sociedad lo ha
aceptado. Sin embargo, estos cambios acontecidos
en las prácticas y el modo de relacionarse no
han sido del todo incorporados al lenguaje.
Si bien existen términos o definiciones que
fueron dejadas de lado, resta aún avanzar en
la creación de nuevos conceptos que permitan
definir la nueva realidad.

Sexualidad,
lenguaje y sociedad

2 2 > www.vocesenelfenix.com
> 23

por Luis María Aller Atucha. Comunicador Social


(New York University). Especialista en Sexualidad Humana.
Sociología para el Desarrollo. Ex presidente de Asociación
Argentina de Sexología y Educación Sexual. Consultor de la
Organización Mundial de la Salud y del Fondo de Población
para las Naciones Unidas

sub.coop
E l cambio de comportamiento sexual observado
en la sociedad en las últimas décadas ha obliga-
do a modificar el lenguaje. Términos o definicio-
nes que fueron usadas durante siglos pasaron a ser, de manera
súbita, obsoletas y dejadas de lado. Al mismo tiempo, el actual
comportamiento sexual de la población obligó a incorporar
nuevos vocablos para describir actitudes y conceptos que difícil-
mente se pudieron haber imaginado nuestros ancestros.
Un ejemplo simple y claro lo constituye la expresión “relaciones
sexuales prematrimoniales”, que definía una actividad sexual no
aceptada o permitida, ya que se suponía que las relaciones se-
xuales se debían mantener únicamente dentro del matrimonio.
Por lo tanto, el hecho de catalogar una relación sexual como
“prematrimonial” era una manera de descalificarla y condenar-
la. Este concepto provenía de lo que se entendía y se aceptaba
como el Sexo Oficial.
Sexo Oficial era aquel que la sociedad esperaba que todos
respetaran y que las prácticas sexo coitales no se apartaran de
cuatro variables que eran inamovibles. La relación sexo genital
debería ser, necesariamente, matrimonial, heterosexual,
monogámica y reproductiva. Cualquier actividad sexo ge-
nital, inclusive las que no involucraban los órganos sexuales,
como por ejemplo las fantasías o simples caricias corporales
con personas del mismo sexo o los encuentros coitales que se
llevaran a cabo fuera del matrimonio, eran considerados fuera
de lugar. Lógicamente que la población no respetó esta norma,
pero no obstante aceptó y utilizó por siglos el concepto y el
término de “relaciones sexuales prematrimoniales”, confirmando
con esa expresión que el ejercicio de la sexogenitalidad debía ser
dentro del matrimonio. Esta expresión, o definición, ha quedado

2 4 > por Luis María Aller Atucha


Sexualidad, lenguaje y sociedad > 2 5

obsoleta y fuera de lugar porque en la actualidad no se discute lia, dentro de la cual se procrearían los hijos (único lugar válido y
el derecho al sexo juvenil placentero, ni se presume que la pareja permitido para hacerlo). En la actualidad, el concepto “noviazgo”
de “novios” espere la noche de bodas para concretar el encuen- ha perdido totalmente el marco de definición, ya que es común
tro sexo genital. escuchar no sólo que los novios conviven, sino que tienen hijos.
Hemos mencionado la palabra “novios” y esa palabra ha perdido No es raro encontrar una nota en un medio o una entrevista que
la significación que tuvo durante siglos. Si buscamos definicio- explique que el “novio actual es el padre de mis hijos” (tomado de
nes de novios o sinónimos, nos encontraremos que el noviazgo una declaración reciente de una actriz a un periódico). Por lo
está vinculado a algo transitorio, al futuro, a una promesa, tanto, el concepto de exploración mutua, conocimiento previo,
una etapa de mutuo conocimiento y exploración, con el que compromiso para concretar una relación permanente, queda
se describía la relación de pareja que, estando enamorados, se fuera de lugar y no se puede usar. El vocablo “novios” se puede
“comprometía” a explorar en conjunto el futuro, una vez que se emplear para describir a dos púberes vírgenes que se sonríen, se
concretara la segunda variable del sexo oficial, que la sexogeni- toman de la mano y comparten un helado, como para hacerlo
talidad fuera matrimonial. con una pareja que lleva conviviendo muchos años y producto
Era entonces muy simple y concreto saber que esa pareja (tam- de esa convivencia hay uno o más hijos.
bién analizaremos esta palabra) estaba en una relación prelimi- Otro de los conceptos del sexo oficial que ha quedado de lado,
nar con vista a concretar un “matrimonio” para formar una fami- al igual que los términos que se empleaban para definirlo, des-

En el mundo del varón los conceptos


peyorativos y castigadores de “maricón” y
“puto” han dado lugar a un nuevo concepto
de comportamiento sexual que es el de “gay”,
que no conlleva carga negativa alguna, sino
que describe la preferencia sexual de una
persona hacia personas de su mismo sexo.
Maricón y puto han sido archivadas.
cribirlo o denotarlo, es el de “monogámico”. Cuando las cuatro tiene hijos si es casada, si no ha pasado por los trámites legales
variables del sexo oficial eran por las cuales se regía la sociedad, del registro civil y de la iglesia ( fuera cual fuese el culto) encon-
la monogamia era un requisito indispensable de observar, sobre tramos respuestas tales como “no, no somos casados”, “estamos
todo para las mujeres, porque los varones siempre se atrevieron en pareja”, “él es mi novio”, “vivimos juntos”, etc. Por lo tanto, si
a (o se tomaron la libertad de) ser contestatarios con lo que ellos bien no se respeta el concepto de matrimonio del sexo oficial,
mismos habían impuesto y exigían sin contemplaciones a sus a pesar de que se cumplen con todas las características del mis-
compañeras. La monogamia estaba asociada a la virginidad fe- mo, vida en conjunto, compartir el mismo techo, tener hijos en
menina y los varones pretendían que sus compañeras tuvieran, común, no se describe esta unión como matrimonial, dando por
hubieran tenido o fueran a tener, relaciones coitales sólo con sentado que lo formal (registro civil e iglesia) tiene más peso que
ellos. Por eso el concepto de “virginidad” y de noche de bodas, la realidad que viven. Es también común escuchar “nos vamos a
en la que se suponía que la mujer por primera vez iba a conocer casar”, a una pareja que lleva conviviendo años y ya tiene hijos.
al varón. En algunas culturas (por ejemplo la gitana y ciertos El problema es que no se ha encontrado una palabra que defina
lugares de Italia) se llegó a exhibir la sábana con una mancha con exactitud qué tipo de relación es la que esas dos personas
de sangre para certificar que esa mujer había llegado virgen al tienen. Cuando tiempo atrás se decía o se ponía en un cuestio-
matrimonio y que el primer varón que había conocido era su nario “casado”, estaba claro que convivía en pareja, compartía
esposo. El ideal de esos varones era lo que en algún momento casa y tenían proyectos de vida en común. Muchísimas parejas
llegaron a hacer las viudas de la cultura milenaria de la India, actuales conviven en pareja, comparten casa y tienen proyec-
incinerarse en la pira funeraria junto con el marido muerto. tos en común (inclusive hijos) y en ese formulario o ante esa
Este concepto de monogamia absoluta, antes, durante y des- pregunta que sólo tiene dos posibilidades de respuesta, “casa-
pués del matrimonio, no se exige ni practica más. Aunque el do - soltero”, ponen “soltero”. El lenguaje no se ha adaptado a la
sinceramiento de mantener relaciones paralelas al matrimonio sociedad actual.
todavía está arraigado y constituye un tema de conflicto e inclu- Siguiendo con este tipo de relación (¿matrimonial?, ¿convi-
sive de ruptura del vínculo matrimonial. viente?, ¿pareja?, ¿novios?, ¿…?), para el varón se hace más fácil
Mencionamos la palabra matrimonio y cuesta definir qué signi- definir la convivencia con su compañera porque puede decir “es
fica el mismo. Cuando se le pregunta a una pareja que convive y mi mujer”. Su mujer es aquella con la que convive, tiene hijos

El comportamiento sexual de la población


ha cambiado. El Sexo Oficial con sus
cuatro variables inamovibles, heterosexual,
matrimonial, monogámico y reproductivo,
ha quedado atrás. La sociedad lo ha
aceptado. El lenguaje todavía no lo ha
incorporado.

2 6 > por Luis María Aller Atucha


Sexualidad, lenguaje y sociedad > 2 7

y comparten presente y futuro. “Mi mujer”; nadie se sorprende


cuando un varón describe así a quien lo acompaña y tiene que
presentarla. Para la mujer la situación es totalmente diferente ya
que no puede presentarlo diciendo “es mi hombre”. Por lo tanto,
por lo general, lo presenta como “novio” (que puede ser padre de
sus hijos), o su “pareja”, como si fuera una relación transitoria y
se tuviera una pareja circunstancial formada para jugar un parti-
do de tenis. Aquí también el lenguaje ha quedado obsoleto y está
necesitando un aggiornamiento.
La ley en la Argentina está tomando medidas para solucionar
algunos de los problemas legales que puede traer aparejados
la convivencia sin una estructuración y un paraguas legal, creó
la figura de “conviviente” y se puede obtener un certificado de
convivencia legalizando la misma. No obstante es casi imposible
encontrar a alguien que presente a su pareja cómo “mi convi-
viente” y aunque esté legitimada esa unión y relación seguirán
usando la palabra “novio” cuando deban definir la relación.
Evidentemente el término “conviviente” no es simpático y no
define lo que sienten las personas que han decido compartir sus
vidas.
Uno de los conceptos que ahora podría calificarse como peyo-
rativo es el término “concubina-concubino”. Se empleaba para
describir a dos personas que vivían juntas sin estar legalmente
casadas, es decir que no tenían un matrimonio formal que había
sido acompañado de todos los componentes que el mismo re-
quería, legalmente certificado en el Registro Civil y “bendecido”
en algún culto religioso. Ese término, que se empleó por siglos,
ya no se utiliza más. Sería extraño, y chocante que alguien pre-
sentara a quien lo acompaña como “mi concubina” o “mi concu-
bino”. La aceptación y generalización de las relaciones sexo ge-
nitales fuera de la tradicional pareja matrimonial hace que haya
sido definitivamente desterrado.
Otros términos nuevos se han impuesto, y si bien están clara-
mente definidos, todavía crean cierta confusión en la población,
como por ejemplo el vocablo “feminismo” y la vieja expresión
“machismo”. El feminismo es un movimiento reivindicatorio de
la mujer que exige igualdad en la sociedad en todos los aspec-
tos, en el estudio, en la oportunidad de trabajo, en los salarios
percibidos y en el derecho a tomar decisiones sin necesidad de
la aprobación de su esposo, compañero, novio o conviviente. Es
decir, el feminismo es un movimiento que lucha por la igualdad
de los géneros dejando de lado las diferencias y trabas que debió
enfrentar la mujer para realizarse en la vida. No todos lo entien-
den así y hay conceptos no sólo errados, sino totalmente peyora-
tivos respecto de este movimiento.
Por su parte, el término “machismo”, que en otras épocas se lo En el mundo del varón los conceptos peyorativos y castigadores
podía emplear para describir algunas actividades valientes y de “maricón” y “puto” han dado lugar a un nuevo concepto de
arriesgadas de los varones, “ser macho”, “ser decidido y fuerte”, comportamiento sexual que es el de “gay”, que no conlleva carga
“ser asertivo y líder”, ha quedado circunscripto a una definición negativa alguna, sino que describe la preferencia sexual de una
justamente despectiva hacia el varón que ejerce la fuerza y des- persona hacia personas de su mismo sexo. Maricón y puto han
trata a la mujer. El machismo ha pasado a ser una lacra social sido archivadas. En el mundo femenino ya hace tiempo que la
y describe con exactitud el comportamiento despreciable del definición de “marimacho” dejó de emplearse y la definición de
varón que hace uso de su fuerza o de algunas prerrogativas que “lesbiana” solamente describe una preferencia sexual y no lleva
le dan el dinero y el poder para no respetar a la mujer. la carga culpabilizadora y castigadora como era la de “marima-
Como consecuencia del machismo llevado al extremo en el cho”, ya que las mujeres que tenían relaciones con otras mujeres
maltrato hacia la mujer, se ha acuñado una nueva palabra (la- no respetaban el mandato de tener sexo solamente heterosexual
mentable) que es el “femicidio” o “feminicidio”, que puntualiza el dentro del matrimonio con fines reproductivos. También la
hecho delictivo hacia la mujer que termina en el maltrato físico obsolescencia de estos términos muestra un camino abierto
seguido de muerte. Tantos han sido los casos de violencia de al reconocimiento de que no existe una solo tipo de compor-
género que terminaron con la muerte de la mujer, que la ciencia tamiento sexual (y mucho menos solamente el que predica el
legal ha incorporado esa palabra para que tenga la fuerza y la Sexo Oficial), sino que cada día estamos más cerca de hablar de
connotación negativa que merece. El homicidio es de por sí un “sexualidades”, reconociendo que en el ejercicio de la misma hay
delito que merece toda la fuerza de la ley para aplicar la pena muchas variantes.
para el homicida; el femicidio es un homicidio agravado por ha- Una palabra que también ha perdido la carga peyorativa que
ber sido perpetuado contra una mujer. La incorporación de este conllevaba es la de “amante”. Durante siglos se la empleó para
término en el lenguaje cotidiano es un avance en la lucha por la describir las relaciones afectivas y sexuales que mantenían
igualdad de géneros. dos personas que no estaban casadas, es decir que realizaban

2 8 > por Luis María Aller Atucha


Sexualidad, lenguaje y sociedad > 2 9

Este concepto el encuentro coital fuera de la variable matrimonial que la so-


ciedad exigía. En la actualidad, cuando el inicio de la vida sexo
de monogamia genital comienza a edades cada vez más tempranas, es casi

absoluta, antes, imposible que un joven o una joven defina a su pareja sexual
como la “amante”, inclusive si se trata de una pareja esporádica
durante y después que se lleva a cabo de manera paralela a la pareja matrimonial,

del matrimonio, no a la pareja de convivientes o de novios. El término “amante” dejó


de tener la carga negativa con que se lo empleó durante siglos
se exige ni practica para convertirse en algo deseable y digno de aplauso: tener un
amante es dar amor a alguien. Hay que redefinir la explicación
más. Aunque el del significado de esa palabra.
sinceramiento de Paralelamente a la palabra amante está la palabra “infidelidad”.
En el concepto del sexo oficial era muy simple describir la infi-
mantener relaciones delidad, ya que el varón esperaba que la mujer elegida para ser
paralelas al su compañera “siempre” le hubiese sido fiel, es decir, no hubiese
tenido relaciones sexogenitales (hablamos ya de la noche de
matrimonio todavía bodas, de la pérdida de virginidad y de la mancha de sangre, y
está arraigado y explicamos que el concepto era diferente para el varón). Mucho
más grave, motivo de divorcio o de rompimiento de la relación,
constituye un tema de lo eran las relaciones paralelas, es decir, la infidelidad durante la
conflicto e inclusive relación de pareja, noviazgo o convivencia. En estos momentos,
sabiendo que la sexogenitalidad empieza a edades muy tempra-
de ruptura del vínculo nas, se da por supuesto que quienes en la edad adulta forman
matrimonial. pareja (matrimonio, convivientes, novias, “estamos juntos”,
“vamos viendo”, etc.) ya han tenido otros compañeros sexuales.
Con base en esta aceptación, no falta mucho para que también
se comiencen a aceptar las relaciones sexuales paralelas, con lo
que la palabra infidelidad perderá sentido. Tal vez también pier-
da vigencia la palabra “cornudo” o “cornuda”.
Otros términos que años atrás podrían parecer insólitos, hoy
son corrientes y explican con claridad lo que se quiere decir, por
ejemplo, con “esa es la novia de mi papá” o “ese el novio de mi
mamá”, ya que no está descalificando esa relación ni dando idea
de la clandestinidad en que se movían en el mundo de los aman-
tes, sino posiblemente se esté presentando a la nueva compa-
ñera de vida del padre o de la madre con quien tendrá hijos y
los mismos serán legítimos “medio hermanos”. Se puede hablar
con orgullo y satisfacción describiendo “el hijo de mamá con
su nuevo novio”, ese hijo de mamá que será medio hermano. A
raíz de esto, palabras que se empleaban con sentido peyorativo
y castigador como “entenados” o “bastardos”, para calificar a los
hijos que no eran producto de una relación matrimonial formal,
han sido dejados totalmente de lado. Si se siguieran empleando,
serviría tal vez para calificar al 50% de la población actual.
El comportamiento sexual de la población ha cambiado. El Sexo
Oficial con sus cuatro variables inamovibles, heterosexual, ma-
trimonial, monogámico y reproductivo, ha quedado atrás. La so-
ciedad lo ha aceptado. El lenguaje todavía no lo ha incorporado.
Nuestra cultura asigna al género femenino un rol de
subordinación frente al masculino, impidiendo las relaciones
simétricas entre varones y mujeres. Así, la equidad de género se
convierte en una preocupación central para la educación de la
sexualidad. El desafío es apostar a la naturalización positiva
de lo sexual y a valorar a las personas por su calidad humana
y no por su sexogenitalidad. Lograrlo dependerá de alcanzar
respeto y cumplimiento irrestricto de los derechos sexuales.

3 0 > www.vocesenelfenix.com
> 31

Sexualidades,
salud sexual
y el gobierno
de sí

por Jorge Pailles. Sociólogo (UCA). Educador de la


Sexualidad. Director de SOMOS AC y Consultor de Procesos
Educativos e Institucionales. Diseño y ejecución de Proyectos de
Capacitación en Salud Sexual y Reproductiva en Argentina, Chile,
Brasil, Bolivia, Perú, El Salvador, Costa Rica y Venezuela

sub.coop
D ecíamos en un trabajo presentado años atrás:
“La incorporación de la categoría de género ha
permitido comprender, analizar y cuestionar los
comportamientos de varones y mujeres y de sus múltiples impli-
cancias, ya que permitió reconocer que las relaciones no se forman
de una forma natural sino que se deben a una construcción social
rencian el comportamiento de las personas según su identidad
sexual; como se puede apreciar, por entonces, la mirada lucía
detenida en las dos sexualidades oficializadas: la sexualidad de
la mujer y la sexualidad del varón.
El género incluye –redefinido y ampliado conceptualmente
hoy– las diferencias de comportamientos, de actitudes y de
que alude a aspectos culturales asignados de manera diferenciada actividades de las personas sexualmente diferentes. Sus conteni-
a unas y otros. Mientras el sexo alude a las diferencias biológicas dos, liberados de toda consideración biológica, dan legitimidad
de mujeres y varones, el género define la red de creencias, expecta- a las “otras” sexualidades, antes condenadas por sus prácticas
tivas, actitudes, sentimientos, valores, conductas, habilidades, ac- sexuales, al considerárselas anormales, perversas y/o enfermas.
tividades, etc. que diferencian a mujeres y varones como producto La socialización, enmarcada por la pertenencia sociocultural,
histórico de construcción social. obra como resultado de las creencias sociales acerca de cómo se
“Siendo que en nuestra cultura la asignación o rotulación de géne- tiene que ser y del cómo deberán comportarse los integrantes
ro se hace a partir de la diferenciación sexual biológica, que esta de –y en– una determinada cultura. El mayor valor que la socie-
se traduce en una serie de inequidades sociales que implican la dad asigna a los varones y a la heterosexualidad ha originado una
subordinación del género femenino al masculino; y que a su vez, posición de desventaja para las mujeres y para los integrantes de
esta situación imposibilita las relaciones simétricas entre varones las diferentes sexualidades, en este último caso asignándole a la
y mujeres, la equidad de género se convierte en tema nuclear de la heterosexualidad la posición rectora, hecho que en la práctica
educación de la sexualidad y en uno de sus objetivos básicos”. sociocultural obliga a las personas no heterosexuales a soportar
En rigor, deberíamos haber dicho que el género define la men- problemas tales como un menor acceso a los recursos y opor-
cionada red de creencias, expectativas, actitudes, etc. que dife- tunidades y a enangostar sobremanera las alternativas relativas

3 2 > por Jorge Pailles


Sexualidades, salud sexual y el gobierno de sí > 33

a sus elecciones personales. La estrechez de miras de quienes dad. Se ejercita a través de los profesionales de la salud prove-
obran a partir de juicios moralizantes da cuenta de una cultura nientes del campo médico o psicosocial, quienes actúan como
caracterizada por los prejuicios sociales, la asimetría de poder y la educadores de la sexualidad, orientadores o consejeros sexuales.
discriminación sin reparos. Estudia asimismo los comportamientos y actitudes sexuales en
Se han experimentado algunos cambios, es cierto, pero queda forma metódica, bajo técnicas utilizadas por las ciencias psico-
un largo camino por recorrer; aún se debe reflexionar mucho lógicas y sociales.
sobre la naturaleza de lo sexual. Quedan sombras que iluminar, Existen, por otra parte, contradicciones por superar. Por ejem-
conocimientos por descubrir, resistencias, prejuicios y etique- plo, se objeta la clasificación biológica varón-mujer como punto
tados por vencer y tensiones y susceptibilidades que salvar. La de partida sexual indicativo, al tiempo que se aduce que la per-
tensión entre el saber científico y el posicionamiento ideológico; sona transexual habita un cuerpo que no le pertenece, volvién-
entre las ciencias médicas y las ciencias psicosociales y estas dose así, inocentemente, a la posición antes objetada (“tienen
últimas con los testimonios y argumentaciones provenientes del un cuerpo de varón pero se sienten mujeres”). Del mismo modo
“campo sexual militante” son parte de las cuestiones a resolver. se sustituye el término “cambio de sexo” por el nuevo “cirugía de
La sexología aún no ocupa el lugar de prestigio que gracias a sus reasignación de genitales”, cayéndose otra vez en evidente con-
aportes le correspondería tener, no lo ha logrado en el concierto tradicción, ¿A cuál cuerpo pertenecen los genitales reasignados?
científico, le faltan considerables espacios por cubrir en el pre- Desde el punto de vista teórico todo está bien, es universalmen-
grado universitario y en la atención hospitalaria. Hay quienes te aceptada la diferenciación entre la sexualidad y la sexogenita-
con autoridad distinguen la Sexología Clínica de la Sexología lidad, pero en la práctica educativa o de promoción de la salud
Social y Educativa; sin embargo esta última no se halla todavía se sigue cometiendo el error de reducir la sexualidad a la sexoge-
instituida. Recordemos que esta orienta sus objetivos hacia las nitalidad, casi como si fueran equivalentes.
acciones preventivas, la consejería y, la Educación de la Sexuali- La actitud profesional condescendiente, acomodada a lo que los
otros dicen o hacen, sea para evitar polemizar con ellos o para
no herir susceptibilidades y que oculta lo que uno de verdad
piensa o debería decir, no hace más que agregar más confusión,
en la línea misma de la definición entre lo científico y lo ideo-
lógico. Mucho menos sirve para profundizar los conocimientos
vigentes.
Creemos que las personas transexuales, transgéneros y No con-
formes con su género tienen subjetivas razones para cuestionar
o refutar las argumentaciones académicas, mucho más cuando
estas, pese al esfuerzo realizado, no terminan de salir de su en-
cierro biológico.
Sabemos que cualquier intento de definir a la sexualidad desde
una posición científica choca contra la perspectiva personal de
diferentes actores, quienes hoy tienen voz y voto por su militan-
cia sexual o por los significados que dan a sus propias y subjeti-
vas experiencias. La tarea no es sencilla, pero se deben extremar
los esfuerzos para lograr también que todas las personas –sin
retraimiento por su condición sexual– se responsabilicen a sí
mismas, emprendiendo el camino de atención de su salud se-
xual, haciendo las consultas pertinentes al momento que les
sea necesario hacerlas. No hace falta decir que los estereotipos
y los prejuicios están instalados en las actitudes, percepciones
y opiniones de un significativo número de personas integrantes a los vínculos afectivos, al cuerpo, a sus capacidades, al género,
del abanico de la diversidad sexual. No son pocos los casos que, al erotismo: todas estas dimensiones constituyen la sexualidad;
basados en ellos, nada hacen para alcanzar mejoras en su salud en consonancia con la formación y la visión totalizadora de per-
sexual. El respeto exigido por y para los otros debe conjugarse sona.
con el respeto de las personas hacia su propia sexualidad. Si tanto hablamos de “ellos y ellas” y nos creemos liberados de
Sin negar la importancia que la biología tiene, creemos que la prejuicios y tabúes mientras utilizamos los símbolos que en-
práctica sexológica formativa y asistencial crecerá en exten- marcan lo femenino o lo masculino (a/o) es quizá porque no nos
sión, calidad y profundidad cuando finalmente se independice hemos detenido –y tanto nos cuesta hacerlo– a ver y reconocer
de la clínica médica y se instale en lo psicosocial. Será cuando como personas a quienes tienen una sexualidad diferente a la
tome debida forma el redimensionamiento de la sexualidad y nuestra. Es común escudriñar los gestos y las maneras de los
se comprenda y se respete la diversidad sexual, desde una pers- otros, los que quedarán en sospecha o definitivamente condena-
pectiva integral. Consideramos que quedarán atrás estereotipos dos bajo la suposición de que sus relaciones sexuales son inter
y prejuicios así como las creencias establecidas durante varias y/o intragénero; se asiste a la mirada detenida por el observador
generaciones sin fundamento racional alguno; confiamos en que en lo genital y no en el valor o la calidad humana de la persona.
se asistirá a una concepción no medicalizada de la sexualidad No es necesario en este breve trabajo apuntar a las diferencias
alejada de consideraciones patológicas o encasilladas como enmarcadas en cada una de las sexualidades definidas al pre-
trastornos del comportamiento. La clínica médica redescubrirá sente, ni de sugerir siquiera una puesta en valor de cada una de
su necesaria presencia para tratar los casos que requieran su ellas; nuestro interés consiste en encontrar un punto de iguala-
intervención terapéutica, sin rotulaciones ni falsos planteos, ción y equivalencia, desde una perspectiva objetivada, al menos
simplemente orientada a lograr la salud sexual de sus consultan- en el intento. Es necesario adoptar una nueva actitud –dispo-
tes o pacientes. sición de ánimo– frente a la problemática, cambiar el eje de
La sexualidad es mucho más que una simple enunciación de observación, modificar nuestros criterios de acción, apostar a la
los órganos sexuales o de la transmisión de enfermedades. La naturalización positiva de lo sexual.
compleja forma de presentarse en el mundo muestra que la No obstante encontrarnos en un campo minado por las impre-
identidad de las personas se construye en base a la vida misma, cisiones, fallas y faltantes hallamos una certeza que bien puede

3 4 > por Jorge Pailles


Sexualidades, salud sexual y el gobierno de sí > 35

El mayor valor que ayudarnos: la de los derechos humanos. Entendemos que es un


buen punto de partida para aventurarse en el camino deseado.
la sociedad asigna Somos testigos de los avances obtenidos a costa de las antiguas

a los varones y a la concepciones enmarcadas en las “buenas costumbres”, la moral


del deber ser y el poder masculino. No obstante es oportuno
heterosexualidad advertir que todavía quedan claros vestigios por superar. No

ha originado una puede dejar de observarse que los avances logrados aún no han
servido para alcanzar la profundidad deseada, ni han sabido
posición de desventaja dar una respuesta total satisfactoria, ni tampoco han calmado
el apetito esclarecedor de quienes nos esforzamos para que las
para las mujeres y personas sean reconocidas como tales, más allá de su identidad
para los integrantes sexual, más allá del concepto de sexualidad al que cada una de
ellas, obviamente de manera diferenciada, adhiere; sin discursos
de las diferentes o posturas defensivas o “perdona vidas”, dándole a la vida el
sexualidades, en verdadero significado que en realidad tiene y que, como se sabe,
cuesta sobremanera aprehender. A las malas costumbres se las
este último caso siguen emparentando con lo sexual, el lenguaje cotidiano del
asignándole a la insulto es una de sus muestras, el sexismo no se ha rendido y
viene contraatacando con nuevos brotes atribuibles a la violen-
heterosexualidad la cia de género, la moral del deber ser sigue marcando y guiando
posición rectora, hecho innumerables actitudes y conductas.
La Salud Sexual define el estado pleno de salud física y emo-
que en la práctica cional de una persona. El goce de una vida sexual gratificante

sociocultural obliga y una definida armonía entre los deseos, las decisiones y los
sentimientos de la misma son una buena muestra o señal de ese
a las personas no estado. La percepción del dolor o del estado de bienestar, del

heterosexuales a goce o del placer sexogenital, la percepción de lo erótico y del


punto individualizado de sensibilidad de las zonas erógenas, la
soportar problemas sensibilidad puesta al servicio de los estímulos a dar y a recibir y
la percepción de la orgasmia, son un claro indicio de salud se-
tales como un menor xual. Incluye, asimismo, la conciencia de la necesidad de cuida-
acceso a los recursos do personal y del desarrollo corporal, de la plasticidad corporal,
de la estética.
y oportunidades La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que se
y a enangostar requiere un “enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de
las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener relacio-
sobremanera las nes sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discrimi-
alternativas relativas nación y violencia”. Para lograr la salud sexual y para conservarla
se requiere que los derechos sexuales de las otras personas tan-
a sus elecciones tos como los propios sean respetados, protegidos y cumplidos.
personales. Los derechos sexuales constituyen un buen número de afir-
maciones, entre las más destacables se encuentran el derecho
de las personas a gozar de una vida sexual gratificante, a tener el
control de su salud sexual (gobierno de sí), el derecho a ser res-
petado en el trato social y comunitario (tratar a la otra persona
A las malas costumbres se las
siguen emparentando con lo
sexual, el lenguaje cotidiano del
insulto es una de sus muestras,
el sexismo no se ha rendido y
viene contraatacando con nuevos
brotes atribuibles a la violencia de
género, la moral del deber ser sigue
marcando y guiando innumerables
actitudes y conductas.

3 6 > por Jorge Pailles


Sexualidades, salud sexual y el gobierno de sí > 37

en función de tal y no a partir de su adscripción sexual), el dere- tregas parciales, sea en la intimidad o en el espacio sociocultural
cho a ser socializado de acuerdo a tal adscripción, a tomar deci- de cada uno.
siones (saber decir sí cuando se siente el sí y saber decir no El cuidado de sí como arte de vivir es una práctica subjetiva.
cuando se siente el no) y el derecho a recibir servicios asisten- Exige voluntad, temperamento, actitud positiva hacia la propia
ciales de calidad y calidez, cuando se necesite y se demande. sexualidad, hacia el propio cuerpo y hacia la vida. La persona
El escaso control que las personas tienen de su cuerpo y de su se constituye en un ser protagónico, como sujeto moral de sus
sexualidad muestra un cuerpo vacío de subjetividad, un cuerpo comportamientos sexuales y sociales. Implica la elección de un
propuesto para ser manipulado por los demás, un cuerpo sujeto estilo de vida, el conocer sus modos, aceptar los propios valores
al poder de los otros, en actos signados por el menoscabo, la y aplicarlos. Posibilita la auténtica identidad, la autonomía de
degradación y la humillación por parte del otro, y convierte a la persona como sujeto moral, el guiarse en conciencia hacia
las personas en seres vulnerables a la explotación sexual, a la determinados objetivos. Implica anticiparse y adueñarse del
violencia, a los embarazos no deseados, no queridos ni progra- propio destino.
mados y a las enfermedades de transmisión sexual. Es la persona egosintónica, en conjunción y armonía consigo
En general las personas no tienen conciencia de su propio cuer- misma, en sintonía con lo que siente y desea, con clara disposi-
po, no viven el cuerpo como totalidad. Toda experiencia de sí ción para tomar iniciativas en su vida la que muestra el camino
y del mundo comienza y se sostiene a lo largo de la vida por el del goce existencial.
cuerpo, por el “cuerpo que tengo” y por el “cuerpo que soy”, el Tan sólo creemos que el tener una actitud positiva hacia la vida,
cuerpo es el sostén de la identidad. Es el cuerpo el que se ex- hacia la sexualidad y hacia el propio cuerpo en mucho ayuda a
presa ante los demás, el que dice algo de nosotros mismos. La tomar los recaudos de salud pertinentes y a prevenir los efectos
forma en que se percibe el cuerpo, las sensaciones y sentimien- de los comportamientos indeseados.
tos que fluyen, las imágenes que se tienen del propio, las que Con frecuencia se sobrevalora el conocimiento y se desprecia, en
creemos dar y las que generan u ofrecen los otros condicionan ausencia, la formación actitudinal, no obstante saberse que más
sin lugar a duda las relaciones afectivas y sexuales. Ni hablar del importante que agregar un conocimiento más a la biblioteca
enlace que dichas imágenes, precisas o equívocas, tienen sobre mental es saber qué se puede hacer en la vida práctica gracias a
el cuidado de la salud sexual. ellos.
El cuerpo y el decidir cuidarlo, el tomar las debidas decisiones Sólo la actitud positiva, correspondiente al deseo de aprender,
para alcanzar aquello que se quiere lograr según los propios garantiza un mayor cuidado de la salud. Puede conocerse
parámetros de vida, el brindarse la atención necesaria, el emo- todo acerca de la acción de cada uno de los métodos eficaces
cionarse, el desplazarse por el mundo de manera positiva, satis- pero ello no termina por resolver el necesario uso de un anti-
factoria, el brindar y brindarse placer, ya sea en la intimidad o en conceptivo a la persona que no desea ni quiere embarazarse, tal
el quehacer cotidiano, el cultivar el cariño, la ternura y el afecto como un fumador, aun conociendo el negativo efecto del cigarri-
son partes esenciales de la persona que entiende –aun teniendo llo, no hace nada por dejarlo.
en cuenta sus posibles equivocaciones– el sumo valor que con- El conocimiento del comportamiento fisiológico del mismo
lleva el gobernarse a sí misma. modo no es determinante para el buen estar sexual ni sostiene
Son enemigos del decidir: el abandono, el aburrimiento, el dejar- en sí la actitud del propio cuidado.
se estar, la obsecuencia, la indeterminación, la falta de un norte Algunas señales marcan el camino a seguir. Quizá la señal más
por el cual luchar. relevante sea la de revalorizar el concepto de persona. Mientras
La necedad e ignorancia, en oposición al gobierno de sí, desig- se trabaje para que la ciencia avance en el camino de la unidad
nan el rechazo a prodigarse cuidados o al abandono de sí mis- con los propios actores y sus subjetividades no deberíamos
mo, a vivir en la intemperie, en y con un cuerpo desguarnecido, dejar de tener en cuenta que aquello que objetivamente iguala,
indefenso, en ocasiones víctima de la intemperancia y el abuso equipara, lo que humanamente identifica, a las personas y sus
ajeno. Un cuerpo que en el mejor de los casos se brinda por en- sexualidades es justamente eso, el ser personas.
por Amelia del Sueldo Padilla. Médica Sexóloga. Presidenta
de la Sociedad de Sexología y Educación Sexual de Colegio Médico de
Tucumán. Presidenta de AASES (Asociación Argentina de Sexología y
Educación Sexual). Codirectora www.sexualidadyeducacion.com

Derecho de las mujeres:


Acceso a la interrupción
legal del embarazo en
los servicios públicos de
salud. Algunas preguntas,
algunas respuestas
3 8 > www.vocesenelfenix.com
> 39

En nuestro país, el derecho de las mujeres a la


interrupción legal del embarazo sigue siendo
una cuenta pendiente. Entre los principales
motivos encontramos una comunidad médica
a la que le cuesta demasiado garantizar
los derechos sexuales y reproductivos. Es
necesario trabajar sobre este orden patriarcal
establecido para intentar cambiarlo y eliminar
, así una de las principales razones de la
mortalidad materna al tiempo que se garantiza
un derecho fundamental.

sub.coop
P ara comenzar a hablar de este tema y el punto
en el que se encuentran algunxs de mis colegas
en la provincia de Tucumán, prefiero pensar que
desconocen los tratados internacionales, las leyes nacionales y
los artículos e incisos que posibilitan la práctica, reconociendo
únicamente los que hablan de penalidades para la mujer en
los derechos humanos, pero no somos tan humanxs cuando
no respetamos el principio de autonomía y mucho menos el de
intimidad.
En pueblos chicos del interior en seguida se conoce con nombre
y apellido quién fue, quién lo hizo, y los consabidos “y también
si se viste así”, y “si la madre no la cuida”, y “si es una buscona”. Y
situación de interrupción y de quien la practica. termina teniendo la culpa esa niña, esa adolescente o esa mujer
Menos aún conocen el Protocolo que el Programa Nacional de de una violencia desmedida, de un presente destrozado, de pro-
Salud Sexual y Procreación Responsable (PNSSyPR) pone a dis- yectos descartados. Y por supuesto, es etiquetada.
posición de todos los servicios del país. Qué distinto hubiera sido si al llegar al servicio de salud se
Mucho se ha conseguido en estos últimos años en cuanto a la hubieran seguido los protocolos vigentes. ¡Pero no se los imple-
ampliación de los derechos y al afianzamiento de las políticas menta! ¿Por qué nos cuesta tanto este tema? ¿Por qué nos adue-
públicas, pero qué pasa con el personal de la salud involucrado ñamos del cuerpo de esas mujeres, casi tanto como se apropia
en estos procesos. ¿Aseguran un efectivo cumplimiento? ¿Cómo quien las viola? Por supuesto que no hablo de aquellos colegas
es posible que unx adolescente sea atendidx en un servicio y no que todos los días luchan para garantizar el cumplimiento de
se tengan en cuenta sus derechos sexuales, se los desconozca, se esos derechos, hablo de lxs otrxs. Lxs que no garantizan el cum-
los vulnere? ¿Qué pasa con la comunidad médica que le cuesta plimiento del derecho a la interrupción legal del embarazo, lxs
tanto garantizar los derechos sexuales y reproductivos de la po- que no fortalecen el trabajo de los equipos de salud, lxs que no
blación en general, especialmente si de niñas y adolescentes se tienen un trato respetuoso, y a lxs que no les importan los dere-
trata? ¿Cómo es posible que en casos de violaciones de niñas de chos de las humanas.
10 años que quedaron embarazadas, continúen con el embarazo Generalmente trabajo con capacitaciones con colegas en temas
porque al solicitar la interrupción el personal de la salud les dijo de sexualidad, cuesta hablar del tema, ya que en nuestra forma-
a ellas y a sus madres que es un delito y que está penado por la ción como médicxs el cuerpo sexuado y el cuerpo sensual no
ley? ¿Cómo se construyen mujeres esas niñas? existen, el hablar desde una perspectiva de género levanta pol-
En nuestro país la legislación reconoce causales para la inte- varedas de irreverencia en un ambiente estricto y rígido como el
rrupción legal del embarazo (Art. 86 inc. 2 del Código Penal), médico.
este derecho incluye a todas las personas con capacidad para ¿Qué es esto que podemos estudiar medicina, entrar en los qui-
llevar adelante una gestación, o sea que inclusive se tiene en rófanos, hacer investigación, pero no decidir cuándo ligarnos las
cuenta las situaciones de aquellas personas trans que quedaron trompas libremente? ¿No conocen la letra escrita de la ley, o no
embarazadas. El ejercicio de este derecho se encuentra enmar- les importa? Sigo pensando que la desconocen.
cado en los derechos sexuales y reproductivos como parte de ¿Pasa lo mismo si es un hombre el que solicita una vasectomía?

4 0 > por Amelia del Sueldo Padilla


Derecho de las mujeres > 4 1

¿Cuántas se hacen en los hospitales públicos en nuestro país?


En las consejerías, ¿hablamos de ellas como método anticon-
ceptivo? O sólo nombramos aquellos métodos que correspon-
den a las mujeres como usuarias “y de paso, tome, lleve algunos
preservativos”. ¡Cuántas resistencias!
Necesariamente debemos reconocer un orden patriarcal esta-
blecido en estas conductas, con una posición ideológica muy
marcada y repetida en la historia del apropiarse o expropiarle el
cuerpo y los placeres a esa mujer.
Esa mujer tiene derechos, pero debemos empoderarla para que
se reconozca como sujeta de derechos. Esa mujer que llega al
servicio de salud está vulnerable, necesita de quienes confor-
mamos dichos servicios. Si no es imprescindible, esa mujer no
nos solicita. Cuando gozamos de salud no vamos donde va la
gente que está enferma. Según la OMS, la salud implica el
“completo estado de bienestar físico, psíquico y social, y
Las inequidades en no solamente la ausencia de enfermedades o afecciones”,
entonces todo el personal de salud está involucrado a fin de con-
el acceso a servicios, seguir un ambiente amigable y accesible. Inclusive el personal
en la disponibilidad administrativo y de seguridad.
Una atención adecuada y completa de situaciones que habilitan
de recursos humanos la interrupción legal del embarazo (ILE) implica necesariamente

y físicos adecuados una visión integral de la salud. Entendiendo que un peligro para
la salud debe ser entendido como una posibilidad a la afectación
y en la calidad de la salud, y no requiere de constatación de enfermedad, como
tampoco debe exigirse que sea de una determinada intensidad.
de la atención ¿Quién decide cuán intenso es un dolor? ¿Quién sabe cuán pro-
sanitaria impactan funda es la depresión por la violencia sufrida?
Cuando hablamos de salud nombramos las tres dimensiones
de diferente forma que la caracterizan: física, mental-emocional y social, por lo
sobre las razones de la tanto cuando hablamos de salud mental puede ser tanto un
trastorno mental grave, una discapacidad, como también cuán-
mortalidad materna to significa en esa psiquis el dolor y el sufrimiento por la situa-
y generan un riesgo ción que está viviendo, con amenazas y expulsiones familiares,
que a veces reforzamos ocasionando inclusive autolesiones. O
desproporcionado para suicidios, cosas y casos que no se hablan, que no se dicen, que
las mujeres que viven no muestran las estadísticas, pero que existen. ¿Quién se hace
cargo de esa mujer que recurre a la clandestinidad y muere?
en las jurisdicciones En los casos de violación, el único requisito para acceder

más pobres del país. a una ILE es que la mujer, o cuando fuera necesario su
representante legal, realice una declaración jurada don-
de afirme que el embarazo que cursa es producto de una
violación.
Entonces el equipo es responsable de garantizar y no obstruir el
derecho a interrumpir un embarazo.
La penalización del aborto que rige en numerosos países, lejos
de disminuir la incidencia de la práctica, impide el acceso a pro-
cedimientos seguros, con lo cual se generan riesgos para la vida solicitar una interrupción legal del embarazo cuando:
y la salud de las mujeres. ▶ El embarazo representa un peligro para la vida de la mujer y
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el aborto este peligro no pueda ser evitado por otros medios.
inseguro como un procedimiento para terminar un embarazo ▶ El embarazo representa un peligro para la salud de la mujer
efectuado por personas que no cuenten con las habilidades y este peligro no pueda ser evitado por otros medios.
necesarias o en condiciones carentes de los estándares médicos ▶ El embarazo proviene de una violación; entendiéndose
mínimos, o ambas (OMS, 2012). también como violación a la pareja o ex pareja por violencia de
Casi la mitad de los abortos que ocurren en el mundo son género.
inseguros. Se considera que en la Argentina se realizan entre ▶ El embarazo proviene de una violación sobre una mujer
370 mil y 522 mil interrupciones de embarazos por año. Estas con discapacidad intelectual o mental.
cifras son estimativas. La única información disponible es el nú- El ejercicio de la opción a la ILE en dichas circunstancias se
mero de hospitalizaciones producidas en los establecimientos encuadra en los derechos a la autonomía personal, la privacidad,
públicos por complicaciones relacionadas con abortos. Este dato la salud, la vida, la educación y la información; asimismo, a los
no distingue entre abortos espontáneos y provocados, por lo que principios de no discriminación e igualdad.
representa sólo una fracción de los que ocurren anualmente. La decisión de la mujer es incuestionable y no debe ser sometida
En 2012 murieron en nuestro país 33 mujeres a causa de emba- por parte de lxs profesionales de la salud a juicios de valor deri-
razos terminados en aborto. Dos de ellas eran adolescentes me- vados de sus consideraciones personales o religiosas.
nores de 20 años y siete jóvenes de entre 20 y 24 años. Y si hablamos del principio de autonomía, ¿dónde queda? ¿Real-
En 2013, el 50% de las muertes por embarazo terminado en mente se le brinda a esa mujer información veraz, adecuada y
aborto correspondió a mujeres de 15 a 29 años, entre ellas nueve completa para que pueda tomar la mejor decisión para ella?
de adolescentes de 15 a 19 años. Sin embargo, las inequidades ¿Cuánto se respeta su derecho a decidir sobre las cuestiones
en el acceso a servicios, en la disponibilidad de recursos huma- relacionadas con su cuerpo, su salud y su vida?
nos y físicos adecuados y en la calidad de la atención sanitaria Como médicxs tenemos la función pública y el rol ético de cui-
impactan de diferente forma sobre las razones de la mortalidad dar la salud de las personas sin decidir por ellas sobre sus con-
materna y generan un riesgo desproporcionado para las mujeres ductas íntimas y personales.
que viven en las jurisdicciones más pobres del país. Este principio es la base del secreto médico y del ser médicx.
La decisión de interrumpir un embarazo no deseado, no planifi- ¿Por qué elegimos ser médicxs? ¿Qué nos pasa cuando del cuer-
cado, inoportuno, se concreta en el cuerpo de la mujer, esa mis- po de la mujer pobre se trata? ¿Es lo mismo ser médico en el
ma mujer que en otro momento o en otras circunstancias puede sistema público que en el privado? ¿Soy objetxr de conciencia en
llevarlo adelante. O sea que el derecho a decidir no va a obligar ambos? ¿Aviso y me excuso por escrito?
a interrumpir un embarazo a quien no desee hacerlo. Pero sí lo Mujeres pobres, desprotegidas, con derechos vulnerados, vulne-
puede hacer quien así lo decida. rables. Las condiciones económicas crean un ciclo abortivo con
La penalización del aborto no incide sobre la decisión de abor- maternidades múltiples y precarias con abortos post natales y
tar, la mujer lo hace igual. La diferencia estriba en el circuito que abortos que ponen en riesgo su vida.
siga para llevar adelante su decisión. Entonces ¿por qué interponemos obstáculos médico burocráti-
La ilegalidad del aborto da lugar a prácticas diferenciadas según cos o judiciales para acceder a una efectiva prestación, si pone-
la condición socioeconómica de la mujer y la falta de informa- mos en riesgo la salud de quien requiere esta práctica?
ción. “Unas” acuden en forma privada a profesionales idóneos y Conocemos que los tiempos de la Justicia no son los mismos
las “otras” sólo tienen acceso a procedimientos caseros, de baja tiempos que los de una mujer en condición de interrupción de
calidad, riesgosos, las dos son mujeres, las dos dueñas de sus embarazo, entonces ¿por qué judicializamos innecesariamente
cuerpos y decisiones, con resultados diferentes. Hablamos de una práctica? Una situación estrictamente privada se vuelve
inequidad entonces. pública dejando de ser confidencial.
Sin embargo en la Argentina toda mujer, niña, adolescente y, en El mandato de no judicialización implica que con la in-
general, toda persona con capacidad de gestar, tiene derecho a tervención de un médico es suficiente para decidir si el

4 2 > por Amelia del Sueldo Padilla


Derecho de las mujeres > 4 3

caso se encuadra en las circunstancias que legalizan la Es derecho de esa mujer recibir buen trato y que se garantice su
interrupción. atención de manera adecuada, brindándole una información
Entonces algo de la esfera de lo privado se vuelve público, y se- amplia, completa, que pueda entender, hablando en términos
guimos violando a esta mujer en sus derechos, ya que la historia sencillos, dejando que elija estar acompañada por quien prefie-
clínica y sus datos son sólo de ella, de la mujer, ¿dónde queda el ra, compartiendo la información con quien decida, ofreciendo
derecho a la intimidad y al secreto profesional cuando se produ- asesoramiento y consejería en anticoncepción luego de realiza-
ce una divulgación? Sólo la mujer puede decidir compartir. do el procedimiento de ILE.
Entre otras preguntas, ¿por qué nos cuesta tanto respetar la Desconocer la libertad y autonomía de las mujeres en las de-
intimidad en los servicios?, la mujer en posición ginecológica, cisiones que refieren a su cuerpo y su capacidad reproductiva
circulando gente a su alrededor, observando, interviniendo, opi- como médicxs nos coloca en lo más visible del sistema patriar-
nando, ¿y la privacidad? Bien, gracias. cal.
En realidad tengo muchas preguntas sin respuestas, porque John Locke en el siglo XVIII reflexionando sobre la esclavitud
tampoco sé por qué estxs profesionales no garantizan una aten- manifestaba: “Aunque la tierra y todas las criaturas inferio-
ción rápida e inmediata. res pertenecen en común a todos los hombres, cada hom-
Por qué ocasionar demoras innecesarias, o brindar falsas infor- bre tiene (y podemos agregar: cada mujer tiene) una propie-
maciones o negarse a llevar adelante un tratamiento cuando no dad que pertenece a su propia persona; y a esa propiedad
notificaron por escrito que eran objetores de conciencia. nadie tiene derecho excepto él/ella mismx”.
por Augusto Labella. Antropólogo Social. Educador Sexual.
Vocal de la Asociación Argentina de Sexología y Educación Sexual y
Vocal de la Asociación de Sexología del Litoral. Coordinador General
del Colectivo Misionero de Educación Sexual

por Rodolfo Ramos. Profesor en Biología. Magíster en Salud


Mental. Educador Sexual. Profesor Consulto de la U.N. de Misiones.
Vicepresidente de la Asociación Argentina de Sexología y Educación
Sexual y Vicepresidente de Asociación de Sexología del Litoral.
Coordinador General del Colectivo Misionero de Educación Sexual

4 4 > www.vocesenelfenix.com
> 45

En la actualidad la información que reciben las y los


adolescentes es parcializada. Poco se dice acerca de las
necesidades de la sexualidad juvenil. Es responsabilidad
de los adultos acompañar el tránsito de la niñez a la
juventud sabiendo que los estereotipos y representaciones
del mundo adulto suelen invadir la expresión propia y
legítima del adolescente con todo lo que ello significa.

Adolescentes: el discurso
de la sexualidad

sub.coop
M uchas veces nosotros como adultos nos
encontramos frente a situaciones de diá-
logo con unos “otros” que nos resultan
distintos y a veces un poco ajenos, tanto por la relación de dife-
rencia notoria de edad como por una suerte de responsabilidad
que se da casi de forma implícita. Hablamos de unos otros que
son los y las adolescentes.
Lxs adolescentes representan a un sector de la sociedad actual
que no tiene fronteras estructurales de edad, género, ni rasgos
explícitos. Sabemos que se ingresa en la adolescencia una vez
que aparecen ciertos rasgos físicos, acompañados por desarro-
llos psicológicos (conductas, comportamientos), pautas de iden-
tificación del niño en adulto, y el cambio de una dependencia
a una relativa independencia, la cual se define como madurez
social. Lo que nos queda claro es justamente lo oscuro. Es un
“etapa-proceso” que transitamos los seres humanos de las socie-
dades actuales. Y como seres humanos nos relacionamos, inte-
ractuamos, nos comunicamos, dialogamos.

En la actualidad la información que reciben


lxs adolescentes es parcializada. No se
brindan las herramientas necesarias para
que transiten los cambios propios de los
procesos psicosexuales. Poco se dice acerca
de las necesidades de la sexualidad juvenil,
como la búsqueda del placer erótico, afectivo,
o la sexualidad sana y sin consecuencias
críticas.

4 6 > por Augusto Labella y Rodolfo Ramos


Adolescentes: el discurso de la sexualidad > 4 7

En este diálogo, ocurre un intercambio. Un ida y vuelta de “sa- tos, las reacciones violentas, sonrojarse, tartamudear. Aun así,
beres” ( formas de ver el mundo, de percepciones de lo real, de lo de estas expresiones somos nosotros los interlocutores adultos
que me gusta y no me gusta, de lo que creo correcto, incorrecto, quienes a su vez decodificamos, interpretando subjetivamente
anormal, normal; normas, valores, reglas); un intercambio de lo lo que nos están respondiendo. Este discurso del que hablamos
que piensa, dice, hace, dice que hace, y siente cada sujeto. no es un discurso “limpio y objetivo” sino que ya está cargado de
Ahora bien, en este intercambio muchas veces sentimos la nece- ideologías dominantes, de estereotipos y representaciones de
sidad de dar “respuestas” o de “corregir” algún saber o creencia un mundo adulto que invade una expresión propia y legítima del
que sabemos que es incorrecta o poco saludable. Desde algo adolescente. Es lo que muchas veces llamamos el “deber ser” o
tan simple pero con tantas consecuencias como “si no uso forro lo que se espera de mí. Lo que se espera que se haga y se sienta,
no pasa nada” hasta algo más maligno y violento como “le pego y que en el caso de los adolescentes la mayoría de las veces no
porque se lo busca”. Es allí, en esa relación, cuando intentamos pueden vivenciar; por lo cual construyen un discurso de proezas
(a veces inconscientemente) que ese intercambio se transforme y fantasías, tratando de cumplir expectativas provenientes de
en un acto educativo. ese mundo adulto.
Un acto educativo es un intercambio que produce nuevos sabe- A partir de estas aproximaciones sobre el discurso, podemos
res que tienen sentido en uno de los interlocutores en la medida enunciar también como una hipótesis que las diferencias en las
en que estos conocimientos puedan ser aplicados a su vida co- respuestas de jóvenes de uno u otro género están vinculadas con
tidiana. la existencia de otros discursos de mayor orden ligados a mode-
En esta relación siempre hay poder de por medio, el cual puede los vigentes y conflictivos de masculinidad y femineidad, y a mo-
ser con una intención de buena fe o bien con un interés por delos de relaciones afectivas y sexuales aceptadas socialmente.
colocar un discurso propio en boca de otro. Por ejemplo: trans- Estos discursos, estas “maneras de decir las cosas”, reproducen
mitir con la intención de educar un valor como llegar virgen modelos dominantes que se legitiman grupalmente, como en
al matrimonio podría ocasionar que un o una adolescente no colegios, barrios, grupos de amistades. A ello llamamos catego-
disfrute plenamente de su cuerpo (algo no propio del mundo rías intragrupos. Estas expresiones muchas veces chocan con las
juvenil hoy en día). Es por ello que debemos tener en cuenta que categorías intergrupos, es decir con grupos de otros jóvenes con
esta situación no provoque restricciones, desajustes, dificulta- otra formación, otra procedencia, otra práctica espiritual y (casi
des, obstáculos, angustias, en la cotidianeidad de lxs otrxs. A inevitable notarlo) con otros grupos de jóvenes y adultos.
esto se denomina iatrogenia educativa, todas las acciones socio- Muchas veces pensamos que el silencio significa represión, ti-
pedagógicas que no posibilitan a niños y adolescentes acceder midez o negación por parte de lxs adolescentes respecto de algo
al conocimiento y a los saberes que les permiten apropiarse de que nosotros preguntamos y queremos conocer. Esas interpre-
la realidad. taciones son propias de nuestro mundo adulto. Ello genera so-
Entonces nos preguntamos: en ese intercambio, en ese acto lamente una sensación de ansiedad y angustia en nosotros por
comunicacional y hasta a veces educativo, ¿qué tipo de lenguaje no obtener una respuesta desde un lenguaje adulto. Debemos
debemos usar? ¿Debemos preguntar algo? ¿Qué debemos pre- ser pacientes y respetar momentos y comprender que el silencio
guntar? ¿Cómo debo interpretar? es parte del código adolescente y no siempre significa lo mismo
Si nos pusiéramos a recolectar las opiniones y comentarios que en el adulto.
de los adolescentes respecto de algún tema que nos interese Además debemos tener presente que los adultos tenemos una
abordar de su sexualidad sólo llegaríamos a obtener datos no forma de entender y valorar la sexualidad, propia de cada unx,
respecto a las prácticas de estos y estas adolescentes, sino a los resultado de nuestra historia particular, nuestra educación y
discursos de las prácticas sexuales. formación. Esa filosofía acerca de cómo entendemos y vivimos
Es decir que sólo podremos concluir acerca de la manera de la sexualidad la llamamos sexosofía. Es como un par de anteojos
decir y expresar discursivamente su sexualidad, en vez de las desde lo cual vemos las sexualidades. Nos cuesta mucho despo-
maneras “reales” de hacer y/o sentir. Cuando hablamos de dis- jarnos de ella a la hora de valorar las prácticas y conductas de
curso reconocemos una expresión del lenguaje que no siempre lxs adolescentes. Tratar de separarnos y comprender lo que se
es hablado sino que incluye un código no verbal, como los ges- nos dice desde el lugar del otrx es un ejercicio constante y com-
plejo, que no siempre puede lograrse, pero la intención misma
ya implica una movilización y un reconocimiento de las respues-
tas y opiniones de un otro diferente.
Las respuestas de los jóvenes dan cuenta de la existencia de
estereotipos y representaciones, de mitos y falsas creencias, de
gustos y temores, que a medida que van creciendo tendrán dos
caminos posibles: o se aferrarán los miedos y temores, así como
los gustos, o se resolverán dando lugar a una existencia sana,
saludable, placentera.
Los estereotipos hacen de espejos que la sociedad presenta
al adolescente para reflejar una imagen que él o ella llegan a
considerar auténtica conformando su conducta hacia ella.
Los adultos estamos, en la mayoría de los casos, convencidos
de la validez de estos estereotipos ya que los legitimamos en
nuestras acciones cotidianas. Por lo general lxs adolescentes
se convencen de que lo que hacen es simplemente lo que todo
el mundo espera que hagan; y la sociedad adulta en general se
convence de que tiene que afrontar en este caso “un problema”.
Se instala una imagen dicotómica en torno a estos estereotipos,
dando lugar sólo a dos posibilidades: alejarse o acercarse de la
forma correcta y esperada de ser. De esta dicotomía parte la
repetición constante de un cierto modelo dominante, como es
el hablar de su genitalidad, de qué es bueno y propio de su etapa
psicoevolutiva. Pero ¿tienen conocimiento los adultos acerca de
los procesos fisiológicos y de las expresiones afectivas que van
acompañando estos procesos?
Comúnmente, si somos adultos no críticos, y no reflexionamos
sobre nuestras acciones, caemos en las siguientes reacciones:
en una reacción colectiva desde el estereotipo; en una reacción
idiosincrática, basada en la formas de ser de cada uno y sus
experiencias, y/o en una reacción de “transferencia” en la cual
vemos el mundo de los adolescentes a partir de nuestros valores
y reglas, de la percepción de lo que es correcto o incorrecto, a
menudo en detrimento de la relación.
Debemos prestar atención a la muy nombrada “sobreprotec-
ción” que se expresa en una marcada inquietud y seguridad
para con el adolescente. Ello puede llevar a prácticas para pro-
tegerlxs contra exposiciones prematuras a las tensiones físicas
y emotivas del mundo adulto, lo cual concluye muchas veces en
prohibiciones impuestas que frustran sus impulsos normales y
necesarios.
Las reacciones de los adultos frente a la sexualidad adolescen-
te tienen gran relación con la aceptación de la sexualidad en
la esfera familiar (ese círculo de relaciones compuesto por las
personas que el adolescente considera cercanas afectivamen-

4 8 > por Augusto Labella y Rodolfo Ramos


Adolescentes: el discurso de la sexualidad > 4 9

te), y se manifiesta en las demostraciones de afecto entre los afectivo. Reconociendo la perspectiva de género, desde su expe-
miembros de esta y en el nivel de conocimientos de los procesos riencia; notando y haciendo notar al sujeto todo y diverso como
fisiológicos. un sujeto de derecho.
Si nos pusiéramos a analizar las formas de comunicación entre Cualquier intención de diálogo consciente que establezcamos
los adolescentes y su familia nuclear (padres, madres, quienes con los adolescentes debe ser funcional. Aquello de lo que que-
ella o él identifiquen) puede ilustrar el modo en que ambas par- ramos hablar debe estar relacionado con las situaciones prácti-
tes desempeñan sus roles de forma consciente e inconsciente cas que encaren los adolescentes en la vida diaria. Por ello, un
respondiendo a deseos y miedos, placeres y temores, muchas objetivo educativo debería ser ayudar a comprender mejor sus
veces implícitos. problemas, discutir las razones por las cuales existen, y analizar
Los adultos tenemos y necesitamos acompañar desde nuestro la mejor manera de solucionarlos. Por consiguiente, los diferen-
lugar de adultos a los adolescentes en ese tránsito de la niñez a tes temas relacionados con la sexualidad deben ser considera-
la juventud. Acompañar los procesos involucrados en la evolu- dos importantes por lxs propixs adolescentes.
ción psicosexual de los adolescentes reconociendo sus curiosi- La clave para adoptar nuevas ideas es la motivación que se en-
dades e inquietudes, dando respuestas con conocimientos cien- cuentra dentro de ellos y ellas. La acción es voluntaria. La curio-
tíficos, fortaleciendo los vínculos sin dejar de lado lo afectivo y sidad inicial debe ser alimentada y resignificada en términos de
emocional. Un proceso que no es trabajado desde lo educativo lo saludable, placentero y aplicable prácticamente a su vida.
es la Respuesta Sexual Humana (RSH), el cual además de ser un La información proporcionada debe ser simple, amena y fácil de
proceso que se da de forma particular en la adolescencia, res- aprehender, es decir que no se requieran altos niveles de escola-
ponde a las relaciones interpersonales entre los adolescentes y ridad para entender. Utilizar términos criollos y populares para
repercute directamente sobre su vida adulta. acompañar las descripciones científicas suele ser una buena
En la actualidad la información que reciben lxs adolescentes es herramienta, así como aprovechar las capacidades específicas
parcializada. No se brindan las herramientas necesarias para de cada unx, combinando la comunicación verbal, la no verbal,
que transiten los cambios propios de los procesos psicosexuales. el uso de la memoria para la retención de información, y las
Poco se dice acerca de las necesidades de la sexualidad juvenil, imágenes y percepciones sensoriales, etc. Utilizaremos así for-
como la búsqueda del placer erótico, afectivo, o la sexualidad mas propias para entender y valorar las alternativas para aplicar
sana y sin consecuencias críticas. en las situaciones diarias.
Creemos que en lo sucesivo esto va a ser mitigado y superado. Lo óptimo, pero no imposible, es buscar constantemente un
La ley 26.150 de Educación Sexual Integral ha ido habilitando equilibrio entre lo que ellxs necesitan y lo que podemos proveer
en nuestro país un espacio que nos permite adoptar una pers- en cuanto al desarrollo de nuevos conocimientos y elementos
pectiva integral, articulada, que incluye lo sexo genital y lo sexo de juicio para la toma de decisiones. Así crearemos un código
afectivo, visualizando al sujeto como complejidad, no separando propio de complicidad afectiva que permita un intercambio
entre cuerpo y mente, sino integrando lo físico, lo intelectual y lo genuino y placentero de saberes.
Existe una idealización cultural que
atribuye un rol des-sexualizado a
la maternidad. En este contexto se
considera a la mujer como un envase,
una especie de máquina suministradora
de leche pura y sagrada, dejando
de lado la subjetividad propia y la
biografía sexual y afectiva que toda
mujer lleva consigo. Para terminar
con estas creencias es necesario
desarrollar un nuevo paradigma
donde la mujer, su sexualidad, su
eros, la maternidad y su ser individual
converjan holísticamente para su
integración.

Ser mujer,
maternidad,
sexualidades y
lactancia

5 0 > www.vocesenelfenix.com
> 51

por Michelle Abigail Mostowski. Psicóloga (U.N.


de Córdoba). Psicoterapeuta. Sexóloga Clínica. Especialista en
Educación Sexual. Coordinadora de la Asociación Argentina de
Sexología y Educación Sexual Filial Córdoba
N os proponemos hacer una lectura de la lactan-
cia materna desde una perspectiva de género,
desde una mirada de mujer que sea reflexiva
y que no permita el enajenamiento respecto de su identidad en
todas las dimensiones que la constituyen, entre ellas su sexuali-
dad ya integrada.
Las categorías “ser mujer” y “ser madre” son construcciones
subjetivas, singulares, atravesadas por cada psicobiografía, en
diferentes contextos socioculturales y económicos. No existe “La
Mujer” o “La Madre”: en palabras de Simone de Beauvoir, “no se
nace mujer, se llega a serlo”. Asimismo, no existe “La Sexualidad
Femenina”. Existen tantas sexualidades como mujeres. Existen,
En la concepción judeocristiana, mujer sacrosanta y sagrada eso sí, los conceptos oficiales (esto es, el conjunto de modelos y
(sometida) es quien concibe un hijo o hija. Derivan de esta con- mandatos que emergen de la cultura dominante) de mujer, ma-
cepción todo el comportamiento de los sistemas de creencias dre y sexualidad. En este contexto (y dentro de nuestra cultura
(represiones morales y religiosas, disciplinamientos socio-cultu- judeocristiana) el objetivo primero y último de toda mujer es
rales) respecto de la sexualidad y la maternidad. Contrariando cumplir con el ideal de ser madre y una buena madre disocia su
esta concepción, el sentido de la maternidad es mucho más que sexualidad reproductiva de lo recreativo y placentero. Un ejem-
ser “madre”. Pero también es importante señalar que en esa pa- plo de esto es la relación entre lactancia y sexualidad.
labra se concentra toda una psicobiografía y múltiples historias El proceso del amamantamiento encierra complejidades y par-
que se conjugan en el proceso ininterrumpido de la reproduc- ticularidades. Lejos de ser una función exclusivamente natural,
ción y producción de la vida. por el contrario, la cultura la ha naturalizado, desatendiendo
En los procesos actuales de sociabilidad se colocan en jaque una amplia gama de vicisitudes intervinientes en dicha etapa
diferentes concepciones que otorgan especificidad a esa cate- tales como la subjetividad femenina, que atraviesan a cada mu-
goría social de maternidad. Entonces podemos preguntarnos jer de un modo único, individual e irrepetible.
qué significa y cuál es el sentido de la maternidad en tiempos Se considera a la mujer como un envase, una especie de máquina
contemporáneos. ¿Qué marcas y qué registros se interpelan en suministradora de leche pura y sagrada. Se reduce entonces a la
nuestros cuerpos, en el pensarnos futuras madres de un ser que
se está gestando, se está preparando a partir de nuestras fanta-
sías y expectativas? Y también más allá de los cuerpos propios
ya que podemos ser madres/padres en lugares y posiciones no
convencionales.
Sin embargo, desafortunadamente la reproducción humana
continúa siendo la mayor de las veces un hecho predominante-
mente biológico-mecánico, es decir, producto de seres no inte-
grados en conciencia.
A partir de estas preguntas queremos analizar algunos aspectos
de la maternidad y su relación con la sexualidad. Es común con-
fundir la categoría “ser mujer” con “ser madre”.
Entendemos a la sexualidad femenina como una categoría uni-
versal en movimiento con lo particular y el embarazo, el parto
y la lactancia como categorías individuales. Así, toda mujer
tiene sexualidad pero no toda mujer tiene embarazo, parto y
amamantamiento. En esa dirección, se puede ser mujer, con una
sexualidad comprometida y disfrutada y no atravesar por la ex-
periencia individual de la gestación, parto y lactancia: la mujer
es mujer aunque no sea madre.

5 2 > por Michelle Abigail Mostowski


Ser mujer, maternidad, sexualidades y lactancia > 5 3

mujer a un rol estereotipado de madre. Se olvida que por detrás sensaciones claramente sexo-genitales en el momento preciso de
de esa máquina dadora existe una mujer con un cuerpo sexuado dar de mamar, ocasionando fuertes sentimientos de culpa, llevan-
y erotizante con toda una subjetividad propia y una determinante do a la mujer a interrumpir la lactancia de modo temprano y defi-
biografía sexual y afectiva con particularidades socioculturales y nitivo. Recordemos que Eros, principio de placer, abarca la sexua-
económicas que finalmente otorga o no la disponibilidad para dar lidad que a su vez es más amplia que el concepto de genitalidad.
de mamar. Pensemos a la lactancia como una posibilidad y una La sexualidad es afectividad, potencia deseante, comunicación
elección, no como un imperativo, no como un deber hacer, al me- verbal y no verbal, sensualidad, creatividad; es decir, ese territorio
nos para aquellas mujeres cuya condición económica les permite corpo-subjetivo, provisto de emociones, sentidos, sensaciones que
la elección. Pero aun en aquellos casos en que lo económico no es incluyen olores, sonidos, tacto, contacto, calor, arrullos, caricias,
condicionante, el mandato persiste y a menudo genera vivencias mucosas, miradas, también genitalidad y tanto más. Todo eso y
y sentimientos ambivalentes: situaciones de conflicto, de dolor, más abarca la sexualidad (sexualidades) e interviene en el encuen-
confusión y dificultad para establecer un vínculo satisfactorio en- tro de una mujer y su bebé.
tre la madre y su bebé, como consecuencia de no lograr integrar En algunos casos el esclarecimiento de las diferencias entre los
un aspecto vital como la sexo-genitalidad de la mujer a lo largo del conceptos de sexualidad y de genitalidad es suficiente para que
período del amamantamiento. Esto se debe, por ejemplo, a aspec- la mujer, en su función de madre, se desculpabilice (por ejemplo
tos como la disociación cuerpo-psiquismo, temores y fantasías el experimentar sensaciones sexo-placenteras en el acto de ama-
respecto de la estética corporal (imagen y esquema corporal) y mantar), mientras que en otros es necesario elaborar situacio-
creencias populares tales como la de quedarse sin leche luego del nes más complejas relacionadas con el cuerpo, la identidad y la
juego amoroso, mitos que finalmente impiden a la mujer que de- reactualización del vínculo de la mujer con su propia madre.
sea y que elige amamantar el acceso a una sexualidad placentera Es importante, cuando se aborda el tema de la lactancia, tener
e integradora. También existen mujeres experimentando placer y presente que en esta existe una trilogía de funciones:

Se considera a la mujer como un envase, una


especie de máquina suministradora de leche
pura y sagrada. Se reduce entonces a la mujer a
un rol estereotipado de madre. Se olvida que por
detrás de esa máquina dadora existe una mujer
con un cuerpo sexuado y erotizante con toda
una subjetividad propia y una determinante
biografía sexual y afectiva con particularidades
socioculturales y económicas que finalmente otorga
o no la disponibilidad para dar de mamar.
▶ Función nutricia. aguada”, “el bebé no quiso más”, e innumerables mitos y creen-
▶ Función erógena. cias al respecto. Cuando hablamos de la lactancia se omite con
▶ Función estética. mucha frecuencia referirse al placer de la mujer, sólo se habla
Nuestra cultura refuerza la disociación de estas funciones pri- del placer del niño o niña, es decir que esta vivencia que muchas
vilegiando la nutricia durante el período de lactancia, provo- veces podría ser enriquecedora queda como un hecho clara-
cando desajustes y empobreciendo el vínculo de la mujer con mente encubierto, necesitando una actitud reflexiva y conscien-
ella misma, con su cuerpo, con su pareja (si la tiene) y con su te por parte de la mujer para lograr adueñarse de su corporali-
bebé/beba. Con respecto a la función erógena, resulta difícil (e dad y de su sexualidad placentera integrándola a su identidad.
ideológicamente controvertido) hablar de sexualidad y de placer Históricamente el secuestro del derecho al placer, al ejercicio de
en la etapa del amamantamiento, dentro de una cultura que una sexualidad libre y creativa continúa sustrayéndole a la mujer
identifica con lo sagrado, lo puro y lo sublime el dar de mamar el empoderamiento de su propio ser.
con “Tetas” reducidas y transformadas en pechos maternos. Es Es necesario recordar la importancia estructurante, subjetivante
interesante saber que la hormona oxitocina, principal respon- y emocional que tiene el vínculo temprano en la díada madre
sable por la liberación de la leche, es la que también se secreta hijo/hija en la constitución del psiquismo temprano. Pero parece
durante el orgasmo femenino. Así, hay mujeres que reportan fundamental tener claro que lo que constituye su psiquismo no
tener sensaciones orgásmicas al dar de mamar. El orgasmo en es el pecho en sí mismo, sino cómo se vehiculiza el quehacer
las mujeres puede ser subjetivo, no genital y vinculado al eros, al materno. Es el cómo y no el qué cosa le doy al bebé. Como se
principio del placer. sostiene y se contiene. Es decir, todo lo que esa mujer en función
Existen varones que sienten culpa por el juego sexoerótico con de madre puede desplegar y recrear con su lenguaje analógico y
los pechos que amamantan, ocasionando algunas dificultades preverbal, tanto de ella como el de su hijo o hija, para que este/a
o a veces generando alguna disfunción del deseo. Todo esto devenga en sujeto psíquico. Toda una labor invisibilizada y natu-
provocado por la sensación de impureza ligada a la sexualidad. ralizada de gran compromiso psíquico y corporal.
¿Cómo atreverse a pensar en un aspecto de la sexualidad de El amamantamiento debería ser una elección de la mujer y no
la mujer que amamanta, en la que no participa el varón como un imperativo. Es un derecho de la mujer poder elegir el modo
protagonista, en ese espacio particular de interacción que se de maternar, son muchos los aspectos intervinientes en dicha
juega sólo entre una mujer, sus fantasías y su bebé en el acto de función.
amamantarlo? La lactancia es un proceso de aprendizaje y de decodificación
Indudablemente que si a la mujer se le ha vedado históricamen- mutua cuando no existen demasiadas interferencias desde el
te la posibilidad de apropiarse de su cuerpo y de su sexualidad, afuera de ese vínculo, como por ejemplo ciertas intervenciones
esto también se ha trasladado a su función de madre, impidién- del equipo médico a veces reproduciendo diversas violencias y
dole reflexionar e interpelarse en términos de sexualidad sobre mitos sustentados desde la cultura y de las propias instituciones
la “teta sagrada”. que asisten a la díada madre-hijo/hija. Este es un proceso com-
Es notable cuánto se desculpabiliza la mujer cuando advierte y plejo, en el que inevitablemente intervienen también aspectos
registra conscientemente su placer, su disfrute corporal y emo- de la propia mujer, tales como su mundo emocional, su psiquis-
cional, incluyendo sensaciones claramente localizadas. Uno de mo, su corporalidad, su estética, su narcisismo y la reactualiza-
los beneficios de ese registro, cuando es placentero y gratifican- ción del vínculo con su propia madre, entre otros.
te, contribuye, cuando la mujer lo desea, a proseguir la lactancia. Concluyendo, es necesario desarrollar un nuevo paradigma
Pues uno de los motivos encontrados en la interrupción tem- donde conscientemente la mujer, su sexualidad, su eros, la ma-
prana de la lactancia son los fuertes sentimientos de culpa que ternidad y su ser individual converjan holísticamente para su
las mujeres manifiestan ocasionados por sus vivencias sexuales integración. Para ello es imprescindible interpelar los mandatos
asociadas exclusivamente con el aspecto genital. Esto lleva a de una cultura habitualmente represora, que impone el impera-
destetar tempranamente al bebé, aduciendo dificultades de toda tivo de ser madre y dar de mamar sin dar lugar a otras posibles
índole como por ejemplo: “me quedé sin leche”, “mi leche es construcciones y elecciones.

5 4 > por Michelle Abigail Mostowski


Ser mujer, maternidad, sexualidades y lactancia > 5 5

En este contexto (y dentro de


nuestra cultura judeocristiana) el
objetivo primero y último de toda
mujer es cumplir con el ideal de
ser madre y una buena madre
disocia su sexualidad reproductiva
de lo recreativo y placentero. Un
ejemplo de esto es la relación entre
lactancia y sexualidad.
Sexualidad
femenina y
climaterio
La capacidad de desear y
de tener orgasmos no se
pierde nunca en presencia
de un estímulo adecuado. Lo
esperable para la mayoría
de las personas es que
esta parte de la vida se viva
con calidad, tratando de
adaptarse a los cambios
corporales, y también a los
cambios en sus relaciones
familiares, laborales, y
especialmente con sus
parejas. Para lograr ese
objetivo y poder disfrutar
de una sexualidad plena,
es fundamental el estado
psicológico, relacional y
social de cada mujer.

5 6 > www.vocesenelfenix.com
> 57

por Olga Marega. Médica especialista consultora en


Obstetricia-Ginecología. Especialista en Sexología Clínica.
Máster en Sexualidad Humana. Codirectora de www.
sexualidadyeducación.com

sub.coop
L a sexualidad es una función humana que constitu-
ye un elemento vital en todas las personas durante
las diferentes etapas de su vida. Comprende el
sexo, la identidad sexual, los roles de género, la orientación
sexual, los mecanismos de la reproducción, el erotismo. Tiene
distintas funciones, como el placer, la comunicación, la intimi-
responsable de crear un ser sexuado único e irrepetible en cada
uno de nosotros. Nuestra biología aporta el sexo somático, deter-
minado por genes, gónadas y hormonas, que nos marca diferen-
cias fisiológicas y estructurales en los genitales y en los cuerpos
diferenciándonos físicamente como “varones y mujeres”. Y el
sistema cultural le aporta valores, reglas, modelos, creencias y
dad, y la reproducción. Abarca todas las dimensiones del ser costumbres. De esta manera, se van construyendo los patrones
humano: el individuo, la pareja y la familia. Cada persona tiene de conducta femenina y masculina, los roles de género. Según
la capacidad de expresarla a través de sus pensamientos, senti- cómo cada persona vaya interpretando los mandatos familiares
mientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conduc- y culturales que se le enseñaron desde su infancia, irá constru-
tas, prácticas, roles y relaciones. yendo sus propios pensamientos, fantasías, sentimientos, signifi-
La sexualidad se desarrolla en cada persona según el delicado cados y deseos sobre la sexualidad.
ensamble que hagan los determinantes biológicos, psicológicos, La sexualidad va transitando distintas etapas a lo largo de la
sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, vida. Ellas son: etapa prenatal, infantil, adolescencia, juventud,
religiosos, y espirituales. La diversidad de determinantes es la adultez, adultez mayor (climaterio. andropausia). Cada etapa

Las mujeres que han tenido un pasado sexual


pobre en experiencias sensuales y sexuales
placenteras, encontrarán el argumento ideal para
responsabilizar a “la menopausia” de su desinterés o
apatía sexual. Las que han disfrutado de una vida
erótica placentera, ni siquiera notarán los cambios,
o buscarán rápidamente ayuda profesional para
solucionarlos.

5 8 > por Olga Marega


Sexualidad femenina y climaterio > 5 9

tiene sus características propias e individuales por lo propio de la ser físico, psíquico, espiritual y social, hay que valorarla como un
etapa en sí, y por el carácter de individualidad de cada persona. todo, teniendo en cuenta todos los aspectos de su vida: su pare-
Es decir, dependerá de cómo está su cuerpo en ese momento de ja, su familia, su trabajo, y su historia de vida.
su vida, y qué pensamientos y significados tiene sobre distintos Los síntomas pueden comenzar hasta 4 a 6 años antes de la
hechos de connotación sexual. Esto hace que una misma con- última menstruación y continuar durante varios años después
dición biológica se pueda impactar de manera diferente en per- de la misma.
sonas con distintos mandatos o modelos sociales. Por ejemplo, Los síntomas principales son: irregularidades menstruales, sofo-
mujeres de igual edad cronológica de menopausia podrían tener cos y sudoraciones nocturnas, labilidad emocional, irritabilidad,
distintas posturas ante su sexualidad, por haber aprendido dis- cambios en el humor y el estado de ánimo, alteraciones en la esfera
tintas costumbres, o por haber tenido distintas historias de vida. sexual (disminución del deseo, dolor con las relaciones sexuales,
Y después de haber definido los conceptos más importantes dificultad para alcanzar el orgasmo, etc.), cefalea, nerviosismo,
sobre la sexualidad, definiré el climaterio y la menopausia. palpitaciones, cansancio, insomnio, aumento de peso y distensión
La menopausia es la fecha de última menstruación y se la consi- abdominal, trastornos vaginales y urinarios.
dera como tal después de 12 meses de amenorrea; es decir, des- Los signos principales se pueden ver al examen ginecológico, al
pués que la mujer estuvo 12 meses sin ciclos menstruales. Existe examen clínico, o por estudios complementarios que cada pro-
una amplia diversidad de signos y síntomas como consecuencia fesional de la salud podrá indicar de acuerdo a las necesidades
de los cambios hormonales que se producen durante un período y factores de riesgo de cada mujer. Por esta razón, y para cursar
previo e inmediatamente después de la menopausia; esto es una menopausia y climaterio saludable, se aconseja hacer un
llamado climaterio o perimenopausia. control médico clínico y ginecológico, y seguir los consejos e
Hoy en día nos encontramos con una realidad social que nos indicaciones del profesional de confianza.
obliga a prestarle más atención a esta etapa de la vida de la mu- Los factores de riesgo más importantes se relacionan con el
jer, que en años anteriores. Los cambios en los estilos de vida, tabaquismo, la diabetes, la hipertensión arterial, la hiperlipidemia
los cambios en la alimentación y el aumento de la actividad (colesterol y triglicéridos altos), el sedentarismo, la obesidad, el
física en general, entre otras causas, han provocado el aumento cáncer de mama (más frecuentes entre 45 y 55 años).
en la expectativa de vida de la mujer, sin que se haya modificado También es importante recibir educación sobre los hábitos que se
la edad de la menopausia, siendo alrededor de los 50 años. Esto deben practicar en este momento especial de la vida. Las medi-
significa que cerca de un tercio de su vida la mujer debe vivir das higiénico-dietéticas más importantes que se recomiendan
después del cese de la capacidad ovárica (reproductiva y hor- incluyen: dieta rica en calcio y pobre en grasas animales, más
monal). Lo esperable para la mayoría de las personas es que esta consumo de frutas y verduras frescas, actividad física permanente,
parte de la vida se viva con calidad, tratando de adaptarse a los y fundamentalmente no fumar.
cambios corporales, y también a los cambios en sus relaciones Los ovarios claudican en su función hormonal (estrógenos, pro-
familiares, laborales, y especialmente con sus parejas disfru- gesterona, y andrógenos) y en su función generativa ( formación
tando del placer sexual, que para muchas personas es fuente de de gametas femeninas), pero los cambios fisiológicos y emociona-
calidad de vida. les derivados de este hecho biológico no deberían afectar las otras
Durante la transición a la menopausia, los cambios hormonales funciones de la sexualidad de la mujer.
son responsables desde el aspecto biológico de algunos signos y Si las mujeres y sus parejas estuvieran debidamente informadas y
síntomas muy molestos. Pero también hay que considerar que predispuestas para aceptar los cambios propios de esta etapa de
el estado psicológico, relacional y social de cada mujer podría ser la vida, y adecuadamente tratadas cuando esos cambios afecten
determinante de algunas dificultades que la aquejan. La biología su desempeño sexual, su vida erótica no debería verse afectada
no es la responsable absoluta. Considerando a la mujer como un de manera desfavorable.
El futuro del erotismo femenino en esta etapa de la vida depen-
derá de la conjunción de varios factores, además de su estado
hormonal:
▶ El estado de salud general.
▶ El significado que cada mujer le haya otorgado a su propia
sexualidad.
▶ La historia sexual de cada miembro de la pareja.
▶ La calidad del aprendizaje erótico que hayan atesorado en sus
vidas.
▶ Del nivel de satisfacción que hayan logrado en sus relaciones
sexuales.
▶ De la calidad de relación general que tenga con su pareja.
▶ De la capacidad de comunicación con su pareja.
▶ De la autoestima y autoaceptación que tenga la persona para
Los cambios en los estilos
adaptarse a los cambios de esta etapa de la vida. de vida, los cambios
▶ De los niveles de intimidad y amor que pueda compartir con
su pareja, y de tantas otras condiciones que entran en el terreno
en la alimentación y el
de la singularidad y la variación, tan frecuente en este aspecto aumento de la actividad
como en tantos otros de la vida misma.
Para una mujer que ha asociado su sexualidad sólo al aspecto
física en general, entre
reproductivo, los tiempos de la menopausia significarán para otras causas, han
ella el declinar de su vida erótica. Contrariamente, para aquella
mujer que supo disfrutar otros aspectos de su sexualidad, que provocado el aumento en
mantiene buen estado de salud y una relación armónica con su la expectativa de vida de
pareja, esta nueva fase de su vida la puede sorprender gratamen-
te. Con mayor libertad, con más disponibilidad de tiempo libre, la mujer, sin que se haya
y sin temor al embarazo, algunas parejas disfrutan plenamente
de su vida erótica hasta edades avanzadas.
modificado la edad de
Muchos de los trastornos sexuales tienen como base un sustrato la menopausia, siendo
biológico por la disminución de los estrógenos. Los cambios en
la piel y su consecuente pérdida de la identidad táctil, la hi-
alrededor de los 50 años.
poatrofia o atrofia genital de la mucosa y la falta de lubricación Esto significa que cerca
vaginal, la atrofia del clítoris o del piso pélvico muscular y su con-
secuente disfunción orgásmica, son algunos de los signos más
de un tercio de su vida la
observados en esta etapa de la vida. mujer debe vivir después
Pero también sabemos que muchas de las disfunciones que se
presentan en esta etapa de la vida de la mujer se han venido
del cese de la capacidad
arrastrando desde lejanos tiempos de su vida reproductiva. Por ovárica (reproductiva y
esta razón, es muy importante saber qué tipo de historia erótica
ha tenido la mujer consultante, que tipo de relación de pareja y hormonal).
familiar, para poder hacer una evaluación de situación lo más
objetiva y real posible.

6 0 > por Olga Marega


Sexualidad femenina y climaterio > 6 1

Las mujeres que han tenido un pasado sexual pobre en ex-


periencias sensuales y sexuales placenteras, encontrarán el
argumento ideal para responsabilizar a “la menopausia” de su
desinterés o apatía sexual. Las que han disfrutado de una vida
erótica placentera, ni siquiera notarán los cambios, o buscarán
rápidamente ayuda profesional para solucionarlos.
Algunas mujeres se encuentran confundidas por cambios de
roles familiares que se ven forzadas a sufrir: cambios laborales
propios o de sus parejas, hijos que se alejan del ámbito familiar
(“síndrome del nido vacío”), hijos y nietos de divorcios o fami-
liares políticos (abuelos solos o enfermos) que se instalan en el
medio de la intimidad conyugal (“síndrome del nido repleto”).
También es indispensable investigar sobre las posibles disfun-
ciones sexuales masculinas que puedan estar afectando el nor-
mal desempeño erótico de la mujer. Una disfunción erectiva del
esposo, o un trastorno en la eyaculación (precoz o retardada),
pueden provocar una conducta evitativa, o una disfunción or-
gásmica en ella.
Algunos tips para mantener una sana sexualidad durante el
climaterio:
▶ Hacer una control ginecológico para conocer el estado de tro-
fismo genital y recibir (si es necesario) tratamiento de reemplazo
local (óvulos o cremas de estrógenos) o general.
▶ Mantener el buen trato, el halago y la seducción, revalorando
el beso y la caricia.
▶ Prolongar el estímulo erótico genital, incluso usando vibrado-
res o cremas especiales para clítoris, y lubricantes vaginales.
▶ Prolongar el estímulo corporal mediante masajes y mimos.
▶ Utilizar juegos sexuales que permitan innovar los escenarios
eróticos y las formas de seducción.
▶ Y si hay una disfunción sexual hacer una consulta profesional.
Mediante una terapia sexual breve se puede solucionar un pro-
blema en poco tiempo para que se recupere la felicidad sexual y
general de la pareja.
La capacidad de desear y de tener orgasmos no se pierde nunca
en presencia de un estímulo adecuado. Y no es necesario que
el estímulo sea genital. Un halago, un mimo, una caricia, una
mirada cómplice, pueden encender el deseo de compartir un
encuentro intimo sensual que puede ser o no ser sexual.
Ser varón
A lo largo de las últimas décadas el
rol del varón se ha ido modificando.
Sin embargo, los estereotipos
clásicos de género siguen estando
a la orden del día. Si bien la crianza
sigue siendo central en la asignación
de determinados roles, cada vez es
mayor la importancia que cobran los
procesos sociales que nos atraviesan.
Ese es el campo de batalla de los
cambios por venir.

6 2 > www.vocesenelfenix.com
> 63

por Osvaldo Macri. Sociólogo (UBA). Psicólogo Social.


Educador en Sexualidad. Docente en Sexualidad. Miembro de la
Fundación Isabel Boschi y de la Federación Sexológica Argentina

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M enudo tema. ¿Qué es “ser varón”? ¿Qué
implica? ¿Desde qué mirada?
Soy varón, según está registrado en mi
partida de nacimiento y en mis sucesivos documentos. Esto sig-
nificó, más allá de lo formal, toda una manera de criarme y toda
una serie de expectativas, tanto familiares como sociales, con
bólica, como por ejemplo ir a comprar las pastas los domingos e
inculcar ciertos valores (que hoy llamaríamos correspondientes
a su género) a los hijos varones, preferencia futbolística incluida.
Es decir, ante semejantes determinaciones lo único preocupante
iba a ser el tema del sustento, claro que, eso sí, era también lo
único realmente importante; las tareas femeninas eran secunda-
respecto a cómo me tenía que portar en cada ámbito en el que rias o, lo que es peor, no reconocidas, invisibles, “naturales”.
me moviera, así como cuáles deberían ser dichos ámbitos. Con garantizar los ingresos la función de varón estaba cumplida,
Dichas expectativas moldearon una identidad que, a medida cabalmente cumplida. Claro, algunas cosas podían empañarla
que pasó el tiempo, fue teniendo rasgos en común con los ami- un poco –o mucho–, como que a algún hijo varón no le gustara
gos de la infancia y adolescencia, así como particularidades que el fútbol (¿Me habrá salido “trolo”?) o que MI esposa hubiera
hacían que fuera yo y no otro. tenido algún desliz erótico y esto se supiera. Es decir, cualquier
Claro que el camino no fue fácil, especialmente a partir del mo- desviación –real o supuesta– de la conducta sexual con respecto
mento en que comencé a darme cuenta de que las mujeres no a lo que marcaba el modelo ideológico hegemónico, por parte de
eran “un adorno del varón”, como canta Víctor Heredia en esa cualquier miembro de la familia, podía implicar una falencia en
hermosa canción que es “Bebe en mi cántaro”. En este sentido, el desempeño del rol de varón. ¡Ah, me olvidaba! Siempre debía
creo que a él le resultó más fácil, porque ese darse cuenta fue quedar en claro, al menos de puertas para afuera, que “en mi
gracias a las enseñanzas de su padre, cosa que no nos ocurrió a casa mando yo”…
la gran mayoría de los varones que hoy pasamos los sesenta. Pero lo antedicho no era tan complicado, porque casi siempre
Ser varón depende mucho de la forma en que fuimos criados, existía una aliada: la esposa, que generalmente sostenía la es-
pero también de los diversos procesos sociales que nos atravesa- tructura familiar dentro de los cánones esperables. Y en el peor
ron y nos afectaron en diferentes momentos y circunstancias. de los casos, una dosis de violencia masculina para enderezar la
Tal vez era más fácil ser varón adulto cuando yo nací. En ese en- cosa estaba aceptada…
tonces, las identidades de género no se cuestionaban, al menos Pero llegaron los ’60, los ’70, y con ellos el hippismo, los cambios
de manera masiva; por supuesto que ya había gente trabajando políticos en Latinoamérica, Los Beatles, algunas noticias sobre
en este sentido y viviendo de acuerdo a nuevas pautas, pero su ciertos movimientos llamados “feministas” o algo así, la inser-
voz aún no se escuchaba entre el común de la gente. ción de las mujeres en el mundo del trabajo… Algo se estaba
En ese contexto, todos sabíamos desde chicos que había muje- gestando, evidentemente.
res para casarse y otras para acostarse. El mensaje en mi puber- Pero no idealicemos las cosas: esas nuevas corrientes y otras
tad era “traten de llevar a la cama a toda chica que conozcan, expresiones de cambio no generaban adhesión inmediata o uná-
pero después la largan”. nime; sin embargo, la dinámica social hacía que tanto quienes
Por otra parte, había que pensar en el futuro, ya que en algún participaban en algunas de ellas como quienes las rechazaban o
momento formaríamos una familia cuya manutención iba a ser las desconocían o ignoraban quedaran involucrados en alguna
de nuestra exclusiva responsabilidad. Claro que esta responsa- medida.
bilidad, si bien era grande, era prácticamente la única, ya que Claro que no era fácil para nadie: salir a la calle con el pelo hasta
todo lo referente al hogar –orden y prolijidad, limpieza, compras, los hombros y una camisa floreada podía generar violencia que
crianza de los hijos, etc.– sería competencia exclusiva de la mu- iba desde risas socarronas e insultos hasta noches en la comisa-
jer elegida. A lo sumo nos reservaríamos alguna tarea casi sim- ría. Pero entendamos: era violencia en ambos sentidos, puesto

6 4 > por Osvaldo Macri


Ser varón > 6 5

que quienes insultaban también se sentían violentados por este imaginar a una mujer taxista, gerente de ventas o boxeadora,
esbozo –al menos desde las formas– de nuevo varón. como sucede hoy en día sin mayores sorpresas?
Por supuesto que esto no se limitaba al aspecto: de ser así hu- ¿Y qué se generaba entre nosotros, los varones? Creo que la pala-
biera pasado sin pena ni gloria, como una moda más. Los cam- bra más adecuada es confusión.
bios en cuanto a la inserción laboral de las mujeres, sumados a Confusión porque teníamos que vincularnos con compañeras
una mayor cantidad de espacios compartidos, generaban una de escuela o trabajo sin saber cómo hacerlo: ¿eran para la cama
dinámica importante de transformación y asunción de roles en o para casarse?, porque esa era la tipología que habíamos ma-
el colectivo de mujeres, que por supuesto modificaba el tipo de mado de pequeños. Ahora la teníamos en el banco o escritorio
vínculos establecidos con los varones e, indefectiblemente, a los contiguo, planificando reuniones de estudio o trabajo con noso-
propios varones. tros.
Las escuelas, tanto primarias como secundarias, comenzaron a Confusión porque qué podían pensar nuestros padres, al ver que
ser mixtas; la mayor parte de los trabajos y ocupaciones se hicie- la mujer elegida no respondía a las pautas esperables: cómo va
ron accesibles tanto a mujeres como a varones; ¿podía alguien a ser buena para mi hijo, si trabaja entre varones, anda todo el

Soy varón, según está registrado en mi partida


de nacimiento y en mis sucesivos documentos.
Esto significó, más allá de lo formal, toda una
manera de criarme y toda una serie de expec-
tativas, tanto familiares como sociales, con
respecto a cómo me tenía que portar en cada
ámbito en el que me moviera, así como cuáles
deberían ser dichos ámbitos.
día por la calle, llega tarde, hace que mi hijo tenga que hacer las uniforme ni está acabado, pero esas circunstancias nos atra-
compras y cuidar a los chicos… Recuerdo al respecto la cara ho- vesaron a todos, aun cuando pudiéramos tener una posición
rrorizada de mi padre un día que me vio venir del supermercadi- tradicional y conservadora, ya que en este caso era necesario
to del barrio con bolsas y ¡una escoba!, o la de mi madre cuando un esfuerzo, aunque más no fuera intelectual, para sostener un
empecé a cambiar pañales. modelo de varón que una generación atrás no se cuestionaba
Confusión porque qué podrían pensar los amigos, sobre todo los (les recuerdo que escribo con seis décadas a cuestas).
más tradicionales, al vernos como dominados o sometidos por Y en función de lo antedicho, creo que tenemos que disculpar-
compartir tareas y espacios que se suponían dominios exclusi- nos con quienes nos sucedieron, con nuestros hijos…
vos de varones o mujeres. Sí, no me iban a dejar de querer por ¿Por qué? Porque si aceptamos esa situación de confusión, ¿con
eso, pero la duda aparecía… qué pautas los habremos criado, con qué valores, con qué para-
Confusión porque la obtención de dinero compartida empezaba digmas?
a generar decisiones también compartidas e inclusive indepen- Recuerdo un amigo muy progresista que trataba de inculcar va-
dientes en cuanto al empleo del mismo. Aún hoy este tema es lores a su hijo de lo que hoy llamamos equidad de género, pero
central en los conflictos de pareja. que al llegar el pibe a la pubertad le dijo algo así como: “Si una
En definitiva, confusión por no saber dónde estábamos parados, chica te gusta, le metés la mano en el culo, para marcar el terri-
por no saber cuál era nuestra identidad varonil o, al menos, torio”; cuando le hice una observación por eso, lo más campante
cómo debíamos expresarla. agregó: “Y qué querés, que me salga boludo?”. Y aquí pienso:
Insisto en algo que dije más arriba: esto no fue ni es un proceso ¿qué hubiera hecho yo si hubiese tenido hijos varones?

6 6 > por Osvaldo Macri


Ser varón > 6 7

Y siguiendo esa línea, ¿qué ocurrirá con nuestros nietos y bisnie- mayoritariamente, una fachada diferente de un mismo sistema
tos? Ya que me parece que nuestros hijos, nuestras hijas, nacie- patriarcal, binario y homofóbico. Evidentemente ha cambiado
ron y fueron criados cuando estos cambios de roles estaban aún mucho en las décadas recientes, pero si uno tiene una mirada
más efervescentes. y una escucha atenta, los viejos valores mantienen su vigencia,
Pero además del posicionamiento ideológico paterno y materno incluso a través de personas con muy buenas intenciones (claro
y de su claridad o sus confusiones, aparece la escuela, que trata que esto no debería sorprendernos, porque lo veo y escucho a
de adecuarse a los nuevos modelos pero choca con resistencias diario entre los propios colegas sexólogos, pero esto es tema
enormes; de esto sabemos algo los que trabajamos en educación para otra oportunidad).
sexual: tenemos leyes de avanzada, pero su implementación En resumen, ser varón tiene sus bemoles, pero es lo que soy y, en
cuesta horrores. La resistencia es tanta que mucha gente cree todo caso, agradezco que me haya tocado vivir esta transición
que son leyes casi optativas, cuyo cumplimiento depende del hacia un nuevo modelo; sea cual fuere el resultado final, el pro-
deseo o la voluntad de cada uno… ¡No, compatriotas, son de ceso ha sido y es muy rico.
observancia tan obligatoria como pagar impuestos! ¡Ah, me olvidaba! Esta visión es la de un varón que nació y vivió
¿Y los medios masivos? Si bien se intenta mostrar la diversidad siempre en Buenos Aires, heterosexual, hijo de un pequeño co-
en algunos casos, en líneas generales los estereotipos más clási- merciante, NSE medio bajo, con tres hijas, cuatro nietos y dos
cos de género están a la orden del día en televisión, el medio con nietas. Apenas puede resonar en personas con historias parecidas
mayor penetración. Es decir, la confusión a que hice referencia a la mía. No es extrapolable a otros sectores sociales ni a otras
anteriormente se consolida en muchos casos, ya que se muestra, geografías y culturas; eso lo dejo para que lo piensen los lectores…

Ser varón depende mucho de la forma


en que fuimos criados, pero también de
los diversos procesos sociales que nos
atravesaron y nos afectaron en diferentes
momentos y circunstancias.
por Miguel Ángel Garcés. Médico. Especialista
Consultor en Urología. Master en Sexualidad Humana
(UNED), España

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La salud sexual del


varón luego de la
segunda mitad de la vida
Los varones adultos mayores son una población que se
incrementa numéricamente día a día. Con el envejecimiento
del cuerpo, se van modificando también el ritmo y la
intensidad de los encuentros sexuales. Es en este momento
en que la intervención de los médicos urólogos se vuelve
fundamental para retrasar una ancianidad limitante.

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A lo largo de la vida el cuerpo va envejeciendo
y esto determina cambios que intervienen de
una manera decisiva en la sexualidad y que
influyen para que la misma, después de la segunda mitad de la
vida, sea diferente. ¿Qué ha cambiado? No demasiado, debido a
que el deseo sexual suele permanecer. Lo que se ha modificado
hombres alcanzaban su máxima capacidad sexual hacia la edad
de 25 años, para después comenzar un lento descenso cuya
graduación y variabilidad dependería de cada individuo, pues
cada uno representa un patrón aparte con todo un abanico de
posibilidades. Para 1950 el profesor español Gregorio Marañón
señaló que los hombres mayores presentaban en su proceso
es el ritmo y la intensidad del contacto amoroso. de envejecimiento una fenomenología similar a la de la mujer
A muchas personas se les hace difícil pensar que los hombres premenopáusica. Proceso que denominó como el climaterio
maduros posean todavía sentimientos, necesidades y relaciones masculino, término que levantó ampollas y originó acaloradas
de tipo sexual. Esta idea errónea de que la sexualidad en el ser discusiones que periódicamente se reviven a la luz de los mo-
humano adulto es inconducente es provocada por la tendencia dernos conocimientos.
habitual de los jóvenes de negar el proceso evolutivo que se de- Para hacer una aproximación al tema del envejecimiento sexual,
sarrolla con el aumento de la edad. es necesario atender el proceso de envejecimiento general. El
No obstante, en algunas universidades a nivel global el tema está envejecimiento es una etapa de la vida que indica el inicio de
siendo considerado de creciente importancia y se ha confirma- la involución. Es el polo opuesto de la adolescencia, que es la
do en el año 2012 que la población adulta continúa siendo se- etapa de la vida que marca los cambios evolutivos más impor-
xualmente activa. Esto se debe, en gran parte, a que en la actua- tantes –físicos y psíquicos– en el paso de la niñez a la adultez.
lidad existe un proceso de maduración personal digno, ya que la El envejecimiento hace su tránsito de la madurez a la vejez. Tal
medicina aporta elementos para que ello se produzca. es el parangón paradojal desde el punto de vista psíquico entre
Asimismo, existen factores que pueden obstaculizar la vida se- la adolescencia y el envejecimiento al que se ha denominado
xual de este grupo etario. Entre ellos se encuentran los siguien- como la segunda adolescencia. Puesto que similitudes parado-
tes: hipercolesterolemia, hipertensión arterial, tabaquismo, jales también existen desde el punto de vista psicológico, ya que
taquicardia durante el reposo, antecedentes de infarto de mio- en la adolescencia se operan una serie de modificaciones en el
cardio, alteraciones en el electrocardiograma, adicción a ciertas comportamiento que tornan a la persona incomprensible, llena
drogas, antecedentes familiares, diabetes mellitas, hiperurice- de contradicciones y claroscuros, pues se halla en el momento
mia (gota), hipotiroidismo, tensión psicosexual, entre otros. de búsqueda de su identidad como persona: necesita ser y
En 1948 Alfred Kinsey presentó a la comunidad mundial su hacer. En el envejecimiento, de igual manera lleno de claroscu-
famoso libro La conducta sexual del varón. Allí remarcó que los ros e incomprensiones, la persona también tiene una crisis de

7 0 > por Miguel Ángel Garcés


La salud sexual del varón luego de la segunda mitad de la vida > 7 1

A lo largo de la
vida el cuerpo va
envejeciendo y esto
determina cambios
que intervienen de
una manera decisiva
en la sexualidad y que
influyen para que la
misma, después de la
segunda mitad de la
vida, sea diferente.
identidad, en el sentido de que ahora no quiere dejar de ser ni
dejar de hacer, como pareciera que la sociedad se lo tratara de
Desde el punto de vista
imponer. psicológico, ambiental,
El envejecimiento está caracterizado por una serie de cambios
que suelen operarse durante una larga etapa y por cambios hor-
laboral, familiar y social,
monales. La mayor y más evidente diferencia está en el aspecto el hombre como la mujer
endócrino y de reproducción. La mujer, una vez desaparecidas
las menstruaciones, termina su época reproductiva. El hombre tiene climaterio, una
en cambio mantiene esta capacidad –así sea en menor cantidad involución, un paso
y calidad– además de tener producción de andrógenos testicu-
lares y de esperma. Así pues, desde el punto de vista hormonal hacia la vejez, la vejez
y reproductivo, el hombre no tiene menopausia. Desde el pun- misma y la ancianidad,
to de vista psicológico, ambiental, laboral, familiar y social, el
hombre como la mujer tiene climaterio, una involución, un paso etapas lógicas del
hacia la vejez, la vejez misma y la ancianidad, etapas lógicas del
devenir humano, que no significan otra cosa, al haber llegado
devenir humano, que
a estas avanzadas edades, que un triunfo sobre la enfermedad, no significan otra cosa,
puesto que los menos fuertes han quedado en el camino.
¿Qué parámetros usamos para designar “la segunda mitad de la
al haber llegado a estas
vida”? Pueden existir varios, pero los 50 años en el varón puede avanzadas edades,
ser una buena referencia. Esta decisión se puede construir desde
lo social, cultural, familiar, laboral, etcétera.
que un triunfo sobre la
Los expertos han confirmado que, con el paso de los años, se enfermedad, puesto que
observa un descenso de los niveles de testosterona (hormona
sexual masculina) y un aumento de los niveles de globulina
los menos fuertes han
transportadora de hormonas, lo que se deriva en un descenso quedado en el camino.
de la testosterona biodisponible (biológicamente disponible), la
que el organismo normalmente usa para sus funciones vitales.
Definimos a las hormonas como sustancias de secreción de
glándulas internas, que se vuelcan al torrente circulatorio san-
guíneo. Existen variadas tanto en el cuerpo de la mujer como del
varón.
En este último se produce –en ocasiones– un cuadro clínico
debido al descenso hormonal, que se lo conoce (entre otros
términos) como andropausia, definido como un síndrome (con-
junto de signos y síntomas) bioquímico asociado con la edad y
caracterizado por un déficit de niveles de andrógenos (testoste-
rona) en el suero sanguíneo. Se puede ver afectada la función de
múltiples órganos del varón y –sobre todo– una disminución de
la calidad de vida.

7 2 > por Miguel Ángel Garcés


La salud sexual del varón luego de la segunda mitad de la vida > 7 3

Los rasgos clínicos más relevantes son: cáncer de próstata, la impotencia sexual o el déficit androgéni-
▶ Disminución de la calidad de la función eréctil, con reducción co, entre otras, lo que facilita su papel como médico generalista
de las erecciones nocturnas. del varón añoso.
▶ Falta de libido, entendiéndose como tal al deseo de mantener En definitiva y como conclusión, el especialista en urología
relaciones sexuales con personas del otro sexo o del mismo. –aparte de diagnosticar y tratar los problemas de todo el árbol
▶ Cambios de carácter, con disminución concomitante de la urinario– ha mostrado su convicción de que se impone un ma-
actividad intelectual, de la memoria, de la orientación espacial, yor conocimiento del “estado hormonal” del varón y que este
con fatiga, depresión, cambios emotivos e irritabilidad. estado puede ser la razón por la que el sujeto presente variadas
▶ Disminución del vello corporal y alteraciones de la piel. deficiencias funcionales y enfermedades orgánicas superiores a
▶ Disminución de la densidad ósea y osteoporosis. las inicialmente sospechadas. Por lo tanto, la visión integral de
▶ Aumento y redistribución de la grasa corporal. la salud del varón añoso se impone sobre investigaciones par-
▶ Menor predisposición a practicar deportes. ciales individualizadas. La misión del urólogo no debe centrarse
También aparecen signos y síntomas orgánicos como diabetes, únicamente en la hiperplasia benigna de próstata, el carcinoma
hipertensión arterial, aumento del colesterol, etcétera. de próstata, la disfunción o la deficiencia hormonal del varón,
Todos estos factores afectan la calidad de vida del varón. Por sino que debe pensar en la posibilidad de que todas estas alte-
esto puede afirmarse, basándonos en estudios epidemiológicos raciones puedan estar presentes, en mayor o menor grado, en
realizados, que la disminución de andrógenos puede afectar la el varón que envejece. Por lo cual, repetimos, el urólogo puede
salud del hombre, que el aumento de la edad supone un des- convertirse en un plazo de tiempo breve en el médico genera-
censo de la testosterona, situación que genera la aparición de lista del hombre. No sólo se debe interrogar sobre la función de
síntomas concretos que afectan a un número importante de los distintos órganos que conforman el aparato genitourinario.
varones, por lo que surge la imperiosa necesidad de mejorar la Sino que también se debe interrogar acerca de la vida sexual, de
información y la comprensión del problema. su interacción y comportamiento sexual, sus frustraciones, sus
Los especialistas convergen en la idea de que existen posibili- incapacidades recientes, etcétera.
dades terapéuticas para solucionar esta situación. La identifi- De esta forma tratará variadas patologías y –sobre todo– agre-
cación clínica y analítica de este síndrome corre por cuenta del gará calidad de vida al varón que tiene varios síntomas y no le
médico urólogo, dentro de un equipo multidisciplinario. Los hacen gozar plenamente de esta “expectación de salud”.
tratamientos intentan prolongar la salud del varón y prevenir Es el objetivo retrasar la ancianidad limitante en la población
discapacidades, máxime cuando se ha constatado que los varo- que se incrementa numéricamente día a día, de tal modo que el
nes siguen viviendo entre 7 y 8 años menos que las mujeres. famoso grito juvenil de “We are the world” (nosotros somos
El urólogo es el experto en el diagnóstico de las enfermedades el mundo) ya es más aplicable a los varones de la segunda
urogenitales, tales como la hiperplasia benigna de próstata, el mitad de la vida que a los jóvenes.
Las personas adultas
mayores y sus
manifestaciones de amor
La sexualidad es un elemento central en la vida de todas
las personas más allá de la edad que tengan. En el caso de
las personas mayores, la función sexual es fundamental
al momento de diseñar programas de promoción de la salud
en general. A continuación, algunas cuestiones a tener
en cuenta para alcanzar un mayor nivel de confort en sus
vidas.

7 4 > www.vocesenelfenix.com
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por Olga Marega. Médica especialista consultora en


Obstetricia-Ginecología. Especialista en Sexología Clínica.
Máster en Sexualidad Humana. Codirectora de www.
sexualidadyeducación.com

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L a sexualidad es un elemento vital de la vida de
todas las personas en sus diferentes etapas, siendo
niños, jóvenes, adultos, adultos mayores, y en sus
diferentes condiciones de vida, estando sanos o enfermos. Y está
valorada por la mayoría de las personas de ambos sexos como
parte del confort de sus vidas.
lidad se han publicado trabajos sobre la valoración de esta
función humana por personas adultas mayores de ambos sexos.
De su lectura se desprende el siguiente conocimiento: la falta de
actividad sexual, la insatisfacción de su vida sexual, y la presencia
de problemas sexuales son asociadas con una percepción de baja o
pobre calidad de vida.
El erotismo es una de las expresiones más importantes de la Siendo conocedores de esta información no podemos seguir
sexualidad porque le permite al individuo en todas sus etapas sosteniendo los falsos prejuicios que asocian la ancianidad con
expresarse desde su dimensión individual y como pareja en la el reposo sexual.
búsqueda de intimidad y placer. Es una condición humana na- También es válido recordar que la sexualidad no es sólo genitali-
tural, pero la cultura regula reglas que lo censuran en algunas dad, sino también se puede expresar mediante el erotismo sen-
condiciones, como por ejemplo cuando es expresado por las sual de las sensaciones corporales a través de los sentidos con
personas adultas mayores. De hecho, casi todas las campañas caricias, masajes, y besos. Todos los sentidos están preparados y
de marketing sobre productos que tengan alguna connotación disponibles para expresar y sentir placer, sin importar la edad ni
sexual utilizan como modelos a personas jóvenes, sanas y bellas, las condiciones físicas o mentales que se tenga.
como si sólo la juventud, la salud y la belleza fueran patrimonio ¡Hay que animarse a sentir! Es nuestro derecho.
absoluto y exclusivo de las expresiones sexuales humanas. ¡Hay que animarse a dar y recibir amor! Sin culpas ni vergüenzas.
Conocer la función sexual y su impacto en la calidad de vida en las Está demostrado que la capacidad de desear, y de tener orgasmos,
personas mayores es esencial para poder diseñar programas apro- no se pierde nunca en presencia de un estímulo adecuado, aunque
piados para promocionar la salud en general y su calidad de vida. la persona tenga una edad muy avanzada. Sí es cierto que se
En algunos espacios científicos que abordan temas de sexua- puede enlentecer o retrasar la respuesta a la excitación sexual.

La sexualidad es un elemento vital de la vida de


todas las personas en sus diferentes etapas, siendo
niños, jóvenes, adultos, adultos mayores, y en sus
diferentes condiciones de vida, estando sanos o
enfermos. Y está valorada por la mayoría de las
personas de ambos sexos como parte del confort de
sus vidas.

7 6 > por Olga Marega


Las personas adultas mayores y sus manifestaciones de amor > 7 7

Mujeres y varones de edad media o avanzada de la vida pueden Algunos tips recomendables para mantener un estado óptimo
adaptarse a los cambios fisiológicos y disfrutar de una buena vida de salud general y sexual:
sensual y erótica si aprenden a incrementar la calidad de los estí- ▶ Buscar la manera de conectarse con toda forma de placer.
mulos, y el tiempo mutuo de estimulación. La pareja necesita tener ▶ No creer que ya pasó la edad para enamorarse. Los años o las
una fluida comunicación, afecto, confianza, y seguridad mutua. distintas condiciones físicas o psíquicas no son impedimentos
Es muy importante recibir información profesional, educación, para el amor y el placer.
para poder hacer una adecuada prevención de enfermedades y ▶ Siempre mantener el halago y el buen trato para todo tipo de
disfunciones (sexuales, cardiovasculares, osteoporosis, etc.). comunicación.
La terapéutica farmacológica y el reemplazo hormonal para la ▶ Utilizar algún recurso de seducción para atraer a la pareja,
mujer y el varón muchas veces resultan de utilidad para revertir para ambos sexos.
algunas disfunciones o para complementar con otra forma de te- ▶ Revalorar la sonrisa, el beso, la caricia en las manifestaciones
rapia. Es muy importante recibir orientación médica y psicológica de amor.
para afrontar los cambios que puedan presentarse en esta etapa. ▶ Incentivar un mayor estímulo erótico genital en ambos sexos.
Algunas personas en esta etapa de la vida tienen algunas barreras A veces es necesario utilizar elementos de cosmética sensorial
importantes para poder expresarse a través del amor y la intimidad como geles para clítoris, lubricantes, o minivibradores, etc. Es
con otras personas. Hay quienes tienen problemas físicos por tener necesario evitar la penetración vaginal hasta que no haya una
enfermedades graves o crónicas que las llevan a tomar medica- adecuada lubricación. Si es necesario realizar un aporte hor-
mentos invalidantes, otras tienen problemas emocionales por estar monal local con estrogenoterapia para mejorarla, deberá ser de
solas, o estar sin pareja, por estar deprimidas, o tener conflictos exclusiva indicación médica.
familiares, y otras por tener problemas ambientales como falta de ▶ Revalorar la estimulación extragenital también utilizando
confort o espacio físico para hacer el amor en un clima íntimo. elementos de cosmética sensorial para estimular los sentidos,
como aceites, cremas, velas aromáticas, etc.
▶ Practicar una alimentación saludable: dieta rica en calcio y
pobre en grasas animales, más consumo de frutas y verduras
frescas, mucho líquido. Omega 3 marinos, Omega 6, fibras, mine-
rales, vitaminas y oligoelementos.
▶ Practicar siempre que se pueda algún tipo de actividad física
o deporte.
▶ Cuidado con los tóxicos: no fumar, poco alcohol.
▶ Es aconsejable la exposición solar limitada a los horarios leja-
nos al mediodía.
▶ Hacer regulares controles médicos. Importantes para el varón
y la mujer. Para controlar cómo el cuerpo se va adaptando a los
cambios de la edad y para recibir educación sobre los propios
factores de riesgo genéticos y del sexo que se tenga.
▶ Mantener siempre vivos nuevos proyectos, aunque parezcan
tontos o insignificantes, un proyecto nos mantiene las ganas de
vivir.
En el caso puntual de que hubiese una disfunción sexual en el
varón o la mujer, es aconsejable hacer una consulta profesional.
La misma se puede atender desde distintos niveles terapéuticos
apelando a una multiplicidad de recursos: terapias psicológicas,
terapias médicas (hormonas, fármacos, etc.), al uso de la cos-
mética sensorial (lubricantes vaginales, vasocongestivos para
genitales externos, etc.), terapias sexuales breves por profesional
especialista en el área.
¡Y siempre recordar que la ternura y el amor nunca envejecen!
por Luis María Aller Atucha. Comunicador
social. Sexólogo. Asesor Científico de AASES - Asociación
Argentina de Sexología y Educación Sexual

7 8 > www.vocesenelfenix.com
> 79

Hoy en día hablar de pareja


es preguntarnos a qué
tipo de pareja nos estamos
refiriendo, ya que existe una
amplia gama de posibilidades
y acercamientos entre dos
personas que van buscando
construir una vida en común.
Ya la sociedad amplió las
definiciones, sólo resta
profundizar la búsqueda de
la felicidad a partir de los
caminos desconocidos que se
van presentando.

La pareja
actual
sub.coop
S
tes.
i me hubiesen pedido este artículo cuando me
casé, hace cincuenta años, me habría sido sencillo
cumplir con el pedido. Ahora las cosas son diferen-

En primer lugar hay que definir, lo más preciso posible, qué se


entiende por pareja y para qué se usa ese término.
Volviendo a la historia reciente, años atrás podíamos definir con
facilidad qué era la pareja de “novios” y la pareja “matrimonial”.
La pareja de novios era el espacio donde dos personas, de sexo
opuesto, se encontraban para conocerse y explorarse mutua-
mente. En esa exploración la parte sexo genital estaba restringi-
da y cuando era aceptada por ambos integrantes de la pareja, se
la ejercía de forma reservada y privada (podría decirse que hasta
“secreta”). La pareja matrimonial era la que después del mutuo
conocimiento y la comprobación de que ambos integrantes
estaban hechos “el uno para el otro” se consolidaba mediante
la participación del Estado (matrimonio civil) y la Iglesia (sea
cual fuere el credo que se escogiera). Así, la unión certificada
por el Estado y “bendecida” por la Iglesia se establecía como
“indisoluble” y para toda la vida, jurándose fidelidad mutua y
acompañamiento en “las alegrías y en las penas, en la salud y en
la enfermedad, todos los días de la vida, hasta que la muerte los

En primer lugar se ha dejado de lado


el concepto (y la expectativa) de que
la convivencia sexual de una pareja
comenzara después de la boda. La vida
sexual activa se acepta que se establezca
desde el momento en que lo novios
decidan hacerlo, por lo tanto la “noche
de bodas” (con las sábanas con sangre)
no tiene sentido, ni nadie espera que lo
tuviera.

8 0 > por Luis María Aller Atucha


La pareja actual > 8 1

separe”. La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer lista desde julio de 2010. Esta unión es inclusive aceptada y ben-
constituían entre sí el consorcio ordenado por su misma índole decida por ciertas creencias, tema que ha sido objeto de diversas
natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de reacciones de las cuales las diferentes religiones del mundo han
la prole, fue elevada por la Iglesia Católica a la dignidad de “sa- tomado partido de forma activa. Estas reacciones van desde
cramento entre bautizados”. la acérrima homofobia de la Iglesia Bautista Westboro, la cual
Con esas variables y teniendo en cuenta la vigencia de lo que yo se manifiesta en las calles estadounidenses con carteles que
llamo el “sexo oficial” (heterosexual, matrimonial, monogámico dicen “Dios odia a los maricas” o “No a leyes especiales para los
y reproductivo) hubiese sido sencillo concluir este artículo expli- maricas”, homofobia que es compartida por la Iglesia Católica
cando, desde la razón y la poesía, la necesidad de la existencia Romana que, no obstante, poco a poco va atemperando su re-
de la pareja de novios para llegar al mutuo acuerdo de unirse chazo –aunque aún persisten posiciones muy duras, como la de
para toda la vida, y muy simple explicar la importancia de una algunos católicos estadounidenses que manifiestan que cuando
pareja matrimonial que se haya jurado mutua fidelidad y su la mayoría cristiana tome el control del país no se hablará más
relación sexo genital esté vinculada más a lo reproductivo que al del derecho de los homosexuales y el pluralismo será percibido
placer. como algo malvado e inmoral y el Estado no permitirá el dere-
En este momento hablar de pareja es preguntarnos, en primer cho de practicar “la maldad” (declaración de los Católicos para
lugar, a qué tipo de pareja nos estamos refiriendo porque es tan la Acción Política de EE.UU.)–, hasta posturas más liberales
posible y aceptado que la pareja esté constituida por personas como la de la Iglesia Episcopal de EE.UU. que nombró como
de sexo diferente (varón y mujer), como por dos personas del obispo de New Hampshire en 2003 a Gene Robinson, un homo-
mismo sexo (parejas de gays o lesbianas). sexual que vive con su pareja desde hace 17 años.
Todas estas parejas no sólo son posibles y aceptadas por la Como ejemplo es suficiente para demostrar que cuando habla-
sociedad, sino que son legítimas en 14 países. El primero fue mos de “la pareja actual”, el solo enunciado del tema en esos
Holanda, seguido de Bélgica y Francia y el nuestro se sumó a la términos es insuficiente. Dejemos de lado las parejas homo-
sexuales, que ha quedado claro que existen de manera legítima
y aceptada, para analizar la pareja actual constituida por dos
personas de sexo diferente. Veamos la pareja de novios.
Esa pareja no tiene como fin último, ni único, la mutua explora-
ción y conocimiento, sino que en una proporción significativa el
término “noviazgo” sirve para describir la convivencia, algunas
veces parcial y esporádica (noviazgos “con cama afuera”) y en
otros se usa la definición de “novios” para parejas con total con-
vivencia e incluso hijos.
Es común que una pareja de novios planee casarse y, después
de algún tiempo de convivencia, decida afrontar los trámites
legales y hasta religiosos. En esas parejas que “formalizan” su
relación no puede esperarse lo que por siglos se conoció como la
“noche de bodas”, en la que se daba por entendido que la mujer
“conocería al varón por primera vez”, lo que algunas culturas
(como la italiana y la gitana) certificaban exhibiendo la sábana
manchada por la sangre virginal de la reciente esposa. En ese
concepto, la mujer comenzaba a ser “mujer” después de que
un varón la penetraba. Julio Iglesias lo ejemplificaba cantando
cuando dice: “Si has pensado cambiar tu destino, recuerda un
poquito quién te hizo mujer”.
Por lo tanto la “pareja” de novios cumple en estos momentos un
papel diferente al de hace pocos años (décadas) atrás, aunque
sigue de por medio la posibilidad del mutuo conocimiento para,
una vez ambos seguros de que desean compartir el futuro, “for-
malizar” la relación mediante la ley y la religión. Existe, por lo
tanto, un nuevo tipo de pareja que es funcional a la que será la
futura pareja matrimonial.
No obstante, existe la posibilidad de un estadio anterior al del
matrimonio formal y tradicional y es el del reconocimiento del
“concubinato”, término que ha sido dejado de lado por lo peyo-
rativo que esa definición implicaba. Ahora podemos, y debemos,
hablar de “convivencia” y para eso remontarnos a lo sucedido en
el año 2006 en México, donde se dictó por primera vez la “Ley de
Convivencia”.
Esta ley, publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el día
16 de noviembre del 2006 y que entró en vigor al día siguiente
después del plazo de 120 días naturales de su publicación, es
decir, el 17 de marzo de 2007, da reconocimiento legal a aquellos
hogares formados por personas sin parentesco consanguíneo o

En este momento hablar de pareja es


preguntarnos, en primer lugar, a qué tipo
de pareja nos estamos refiriendo porque es
tan posible y aceptado que la pareja esté
constituida por personas de sexo diferente
(varón y mujer), como por dos personas del
mismo sexo (parejas de gays o lesbianas).

8 2 > por Luis María Aller Atucha


La pareja actual > 8 3

por afinidad. La ley contempla y determina ciertos derechos y


obligaciones para los miembros de la sociedad de convivencia, de
los que carecían muchas familias antes de la creación de esta ley.
En la actualidad, en nuestro país, no todas las parejas se casan,
algunas deciden, como explicamos más arriba cuando descri-
bimos la pareja de novios, irse a vivir juntos sin pasar por el
Registro Civil, estableciendo una unión convivencial que tiene
las características de estabilidad y permanencia de las relacio-
nes oficializadas. En la Argentina esta ley fue aprobada en la
Cámara alta el 28 de noviembre de 2012. El proyecto actualiza
las regulaciones en materia de matrimonio, divorcio, contratos
prenupciales, uniones convivenciales, adopción, derecho de las
minorías, y empezó a regir a partir del 1 de enero de 2013, incor-
porando en el texto la Ley de Matrimonio Igualitario, aprobada
en 2010. Las uniones convivenciales tienen un estatus legal y
quedan inscriptas en el registro local.
Ante estas modificaciones culturales y legales acerca de la
posibilidad de unirse para establecer una familia, la pareja
matrimonial ha sufrido profundos cambios en cuanto a usos y
costumbres.
En primer lugar se ha dejado de lado el concepto (y la expecta-
tiva) de que la convivencia sexual de una pareja comenzara des-
pués de la boda. La vida sexual activa se acepta que se establez-
ca desde el momento en que lo novios decidan hacerlo, por lo
tanto la “noche de bodas” (con las sábanas con sangre) no tiene
sentido, ni nadie espera que lo tuviera.
Así como se llega de manera diferente al matrimonio, de manera
diferente se lo transita, ya que la democracia también entró en
las casas y se instaló en las camas.
En las décadas de los años ’60 a los ’80, América latina se carac-
terizó por la cantidad de gobiernos militares dictatoriales con
que fue gobernada (Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Paraguay,
Brasil, Ecuador, Panamá, El Salvador, Nicaragua, Honduras y
Guatemala), situación que se revirtió y a comienzo de la década
de los ’90 no quedaba ningún gobierno militar en la región. Esa
democracia fue “contagiando” otros estratos e instituciones de la
sociedad. Si la democracia tiñó diversos sectores de la sociedad,
era lógico que también entrara en la intimidad de los hogares
donde tradicionalmente la “dictadura” del varón había sentado
fuertemente su plaza. La democratización de los roles dentro
del matrimonio desbarató algunos de los estereotipos que por
años se utilizaron para manejar la cotidiana situación familiar.
Los mundos del “afuera” y del “adentro” dejaron de ser para unos
y para otros. La mujer salió a compartir la responsabilidad de
traer a la casa parte del dinero necesario para su mantenimien-
to, el varón aprendió que no iba en menosprecio de su mascu-
linidad realizar tareas del hogar tradicionalmente femeninas,
como barrer, cocinar, planchar o cuidar y alimentar a los hijos.
Los derechos y obligaciones se hicieron iguales. Igual responsa-
bilidad por conseguir dinero, igual responsabilidad por la limpie-
za de la casa e iguales derechos en la cama, recibiendo ambos el
beneficio de una sexualidad placentera.
La democracia también se hizo sentir en la iniciativa sexual y el
varón dejó de ser el único que podía y “debía” tomar la iniciativa
y hacer los requerimientos sexuales, por lo general solamente
cuando él los necesitase. La mujer democratizó también este as-
pecto de la intimidad cotidiana y la democracia que había entra-
do en la cama cambió las reglas de juego, que tradicionalmente
estuvieron dictadas por una sociedad patriarcal, androcéntrica y
autoritaria; al cambiar las reglas, cambiaron también las pautas

8 4 > por Luis María Aller Atucha


La pareja actual > 8 5

tradicionales de conyugalidad. Esto creó desconcierto y temor y cultural. Aceptando ese cambio es que salimos del “encasilla-
en el varón y puso a la mujer en una situación que todavía no miento” de la “pareja” como descripción de un varón y una mujer
termina de manejar correctamente. que están explorando la posibilidad de compartir el futuro. Por
Estar de novio, estar en pareja o estar casados es la manera que eso pueden decir que están en pareja (no “son”), están de novios
definimos nuestra condición de convivencia y de compartir con o están casados. Ya lo sociedad amplió las definiciones para
el otro nuestra vida. describir la convivencia en pareja que antes estaba restringida al
Nos señala Silvia Aguirre que nuestra lengua tiene la posibilidad noviazgo y al matrimonio heterosexual.
cierta de separar lo permanente de lo pasajero. Entre lo intrínse- Por eso vamos incorporando nueva terminología para describir
co o propio del ser y aquello que no lo es. Entre lo que pertenece nuevos comportamiento aceptados en la pareja (novios, convi-
a la esencia y lo que representa sólo un estado (que puede ser vientes, matrimonio hétero u homosexual), como por ejemplo
transitorio y pasajero). Podemos de esta manera diferenciar la aceptación cada vez más amplia de que la pareja haya tenido
el ser del estar. Cuando decimos que alguien “es”, estamos ca- otras experiencias sexuales y que inclusive las pueda tener du-
racterizando a esa persona con una cualidad permanente que rante este período de “estar” y no de “ser” una novia, un novio,
trasciende el momento y los tiempos, que rotula, que marca, una esposa o un marido de forma inamovible y para siempre.
que inmoviliza. ¿A cuántas cosas de lo humano podemos darles Esto es lo que caracteriza a la pareja actual, una amplia gama
la categoría de ser? Pocas cosas pueden empequeñecerse tanto de posibilidades y acercamientos que dos personas en conjunto
como la pretendida quietud del ser. Soy un ser siendo. Soy (hu- van buscando para construir una vida en común, vida que mu-
mano) en la medida en que puedo cambiar. chas veces la sociedad no entiende y que por años castigó.
Es por eso que cuando comenzamos a describir qué es en la La pareja actual es cambiante, honesta, profunda y debe, nece-
actualidad una pareja, nos tuvimos que enfrentar al permanente sariamente, “estar” y “ser” feliz. La búsqueda de la felicidad tiene
cambio de lo humano, que ha impuesto un cambio en lo social caminos desconocidos y hasta hace poco tiempo impensados.

La “pareja” de novios cumple en estos


momentos un papel diferente al de hace
pocos años (décadas) atrás, aunque sigue
de por medio la posibilidad del mutuo
conocimiento para, una vez ambos
seguros de que desean compartir el futuro,
“formalizar” la relación mediante la ley y
la religión.
La vida sexual de las personas
discapacitadas tiene una
especificidad bien definida. En
nuestra sociedad abundan las
falsas creencias al respecto.
Para revertir esta situación es
necesario pensar en términos
de derechos y en ampliar los
límites de la educación sexual,
única manera de garantizar
su seguridad y su bienestar
interpersonal y sexual.

Sexualidad y
discapacidad
8 6 > www.vocesenelfenix.com
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por Silvia Verdeguer. Psicóloga (UBA)


y Sexóloga. Directora de Hogar y Centro de
Día Huarpes - Rehabilitación de personas con
multidiscapacidades, San Juan
H ablar de la sexualidad de las personas con
discapacidad es adentrarse en un mundo de
infinitas variables, tantas como personas dis-
capacitadas hay. Y si se pretendiera hablar de ese colectivo hu-
mano como un todo uniforme, se caería en una generalización
simplista y descalificadora de cada persona. Definir la sexuali-
depravados sexuales.
▶ Las personas con retraso mental en ningún caso conviene que
formen pareja y menos aún que tengan hijos.
Frente a estas falsas creencias partimos de la formulación de
algunos derechos fundamentales de las personas con discapaci-
dad a fin de garantizar su seguridad y su bienestar interpersonal
dad y sus manifestaciones es tema de todos los días. De discapa- y sexual:
cidad, en cambio, hay mucho camino aún por recorrer, por ello ▶ Derecho a la propiedad de su cuerpo.
se intenta instalar en el devenir cotidiano la plena inclusión de ▶ Derecho a tener una privacidad e intimidad.
las personas con discapacidad, en todos sus ámbitos. ▶ Derecho a recibir información y ayuda en el campo de la se-
Entre las discapacidades encontramos una infinita variedad: xualidad.
las visuales, auditivas, del traslado, de las secuelas de amputa- ▶ Derecho a relacionarse con iguales y a las manifestaciones
ciones, de enfermedades neurológicas, musculares, viscerales, sexuales propias de su edad.
psiquiátricas y de las que producen retardo mental, hoy llamada ▶ Derecho a explorar su cuerpo y descubrir sus posibilidades de
discapacidad intelectual, en sus diversos grados, del leve al mo- placer sexual.
derado y profundo. Y si tienen capacidad para ello, con autorización de los tutores,
Aquí nos referiremos al colectivo de personas con discapacidad otros derechos fundamentales como:
intelectual. Para ello es necesario repasar algunas de las falsas ▶ Derecho a mantener relaciones sexuales coitales o no coitales.
creencias sobre la sexualidad de los discapacitados, entre ellas ▶ Derecho a formar pareja.
destacamos las siguientes: ▶ Derecho a elegir el estado civil que más le convenga.
▶ Las personas con retraso mental son asexuadas. ▶ Derecho a tener o no hijos.
▶ Las personas con retraso mental son como niños, también Estos derechos relacionados con la sexualidad podrán ser acti-
sexualmente. vados o no por la propia persona con retraso, pero deben ser en
▶ Las personas con retraso mental no resultan atractivas sexual- todo caso promovidos por los tutores en la medida en que sea
mente para otras personas. posible su consecución, salvaguardando la ley, y teniendo en
▶ No debe despertarse su interés sexual, ya que o bien son ino- cuenta que los tutores comparten la responsabilidad sobre las
centes o pueden incrementar su deseo sexual y convertirse en consecuencias que su ejercicio conlleve.

8 8 > por Silvia Verdeguer


Sexualidad y discapacidad > 8 9

Sexualidad y personas con vulnerables al hecho de sufrir abusos y a cometerlos, tienen


discapacidad grandes dificultades para evitar las prácticas sexuales de riesgo,
Es indudable que la vida sexual de las personas discapacitadas no les es fácil establecer relaciones de pareja y mantenerlas. Por
tiene una especificidad, bien en sí misma y bien por las condi- ello conviene que vivan en ambientes protegidos: la familia, el
ciones en que pueden vivirla. centro de educación especial o la escuela de integración. Aun
La discapacidad intelectual, con independencia del modelo ellos pueden aprender, al menos en cierto grado, muchas cosas
teórico con que lo expliquemos (orgánico, evolutivo, conductual, sobre la sexualidad: respetar a los demás, la autoestimulación en
cognitivo, etc.), supone un retraso mental y un déficit que nor- privado, no abusar y no permitir ser abusados.
malmente afecta de una u otra forma el funcionamiento cogniti- Los “profundos” dependen aún más de los otros en todos los
vo, emocional comportamental y social. sentidos. Se puede decir con toda propiedad que dependen de
Este déficit determina la forma en que viven y pueden vivir, in- los demás, de tal forma que su sexualidad es la que ellos puedan,
cluso en el mejor de los casos, su sexualidad y las relaciones de pero sobre todo, la que los padres, educadores y la sociedad nos
pareja. podamos permitir que tengan. Por ello deben estar protegidos.
Desde el punto de vista fisiológico, la sexualidad no debería Las dudas y temores invaden a padres y profesionales. Con fre-
marcar una especificidad definida, pero sí lo hacen sus capaci- cuencia se plantean cuestiones tan difíciles como esta: si intenta
dades mentales, sus características emocionales y su historia de masturbarse y no lo hace bien, no lo consigue, se hace daño, etc.,
comportamientos, su entorno familiar y social, quienes condi- ¿qué podemos hacer? Es fundamental comprender que la res-
cionan de una u otra forma la expresión de la sexualidad. puesta a esta pregunta es más actitudinal y cultural que técnica.
En realidad debe hacerse un análisis caso a caso, porque aun con En todo caso es necesario tener en cuenta que cada persona, fa-
el mismo nivel de discapacidad pueden tener una vida sexual milia, centro educativo y sociedad pueden encontrar respuestas
diferente. En general, los “leves” pueden llegar a tener una sexua- diferentes. Aceptar el punto de partida –biografías– e intentar
lidad muy “normalizada”, incluyendo en los casos que lo deseen y ayudar a que las personas con retraso mental resuelvan lo mejor
tengan oportunidad de tener habilidades sociales adecuadas y un posible sus necesidades, consiguiendo el mayor grado de bienes-
entorno favorable, una relación de pareja. Algunos de ellos pueden tar, es la función de los profesionales.
formar una familia y tener hijos, aunque es frecuente que necesi- Estas son algunas de las dificultades o factores que condicionan
ten ayuda para la adecuada educación de estos. Las personas con la satisfacción de las necesidades afectivas y sexuales en perso-
un retraso leve tienen capacidad para aprender los contenidos nas con retraso mental. Dificultades para acceder a contextos
básicos de la educación sexual y llegar a protegerse de las prác- normalizados.
ticas de riesgo. Es verdad que tienen más limitaciones en estos Con frecuencia no tiene oportunidades para relacionarse con
aprendizajes, por ejemplo, cuando deben diferenciar sus deseos iguales en situaciones normalizadas, limitando su vida al con-
de las posibilidades reales, cuando deben interactuar y relacionar- texto familiar y/o de un centro especial.
se con los demás de manera eficaz y mutuamente satisfactoria, De hecho, algunos estudios reflejan que estos niños tienen
cuando deben planificar el futuro, evitar los contagios y no sólo el menos juegos sexuales prepuberales de imitación, exploración,
embarazo, autoprotegerse, pedir ayuda, disculparse, entre otras seducción, caricias, etc. La explicación de este hecho parece ser
habilidades sociales que no siempre tienen oportunidad de apren- fácil: tienen menos oportunidad de interactuar con los iguales,
der y desarrollar, porque desde el vamos la mayoría de las veces, especialmente en situaciones en las que no estén vigilados. Es
se minimizan sus verdaderas posibilidades. Por ello no hemos de necesario decir en este sentido que muchos de ellos aprenden
olvidar que nuestros programas educativos fracasan también con pronto que estos juegos no son deseados por los adultos.
frecuencia en las personas supuestamente “normales”.
Los “moderados”, especialmente en el intervalo bajo, tienen más
dificultades para tener una sexualidad normalizada, debiendo
aprender a tener, si es su deseo, conductas autoeróticas en pri-
vado, controlar sus deseos y emociones, y los impulsos sexuales,
respetando a los demás y haciéndose respetar. Son mucho más
Sobreprotección de la familia Déficit cognitivos, emocionales y
Las familias, con la mejor de las intenciones, suelen sobrepro- conductuales
teger a estos hijos y minusvalorar sus posibilidades de relación. Deficiencias cognitivas, como la dificultad mayor para genera-
Dicha sobreprotección suele provocar un empobrecimiento del lizar, hacer aprendizajes flexibles, planificar el futuro, procesar
entorno y ejercer un control mucho mayor de las conductas, es- la información, entre otras, hacen sus aprendizajes más lentos,
pecialmente las que se consideran peligrosas, como las sexuales. más erróneos y más deficitarios.
Ausencia de espacios y tiempos privados, íntimos, en los que
puedan tener determinadas conductas sexuales autoeróticas o Deficiencias objetivas en las
con los iguales. habilidades interpersonales y sociales
No solamente tienen un entorno pobre en el que son muy con- Estas deficiencias son acrecentadas por falta de promoción de
trolados, sino que carecen de tiempos y espacios de intimidad, las mismas y pueden llevar a estas personas a conductas afecti-
con lo que su sexualidad, si lo es, debe ser pública. Con ello les vas y sexuales inadecuadas, por defecto o por exceso. Saber de-
quedan dos posibilidades: la represión o el escándalo. cir sí y decir no, presentar quejas, piropear, citarse y tantas otras
Las dificultades objetivas y sociales (resistencias de la familia y habilidades interpersonales pueden estar limitadas. Algunas
de la sociedad) pueden hacer difícil o imposible la formación de características de personalidad, como la más frecuente labilidad
parejas y todo lo que ello implica. emocional, baja autoestima, dependencia de los demás, pueden
ser en buena medida resultado o factor condicionante. La con-
Negación de la educación sexual comitancia mayor del retraso mental con dificultades mentales
A muchas de estas personas se les niega información sexual que y problemas conductuales hace que numerosos discapacitados
pueden entender y se las supone incapaces de comprender y/o psíquicos estén en centros muy especiales y/o de reclusión, en
promover cualquier tipo de relaciones sexuales y de pareja. Por cuyo caso todo lo que acabamos de decir se multiplica por el
ello no son informadas, no son educadas en un sentido positivo, efecto devastador del aislamiento en esas instituciones.
recibiendo únicamente mensajes negativos sobre la sexualidad y
no se le ofrecen o dan ayudas específicas. Los efectos de los medicamentos
sobre las emociones y la sexualidad
Los modelos de observación Por unas u otras razones suelen tomar más medicamentos que
Sus padres, otros adultos y sobre todo los personajes que apa- la población “normalizada”, sin que se tenga en cuenta los posi-
recen en la televisión, junto con la falta de educación sexual, les bles efectos sobre la sexualidad.
lleva con frecuencia a tener expectativas no realistas, especial-
mente en relación con la pareja. No tienen la oportunidad de
observar modelos cercanos que pudieran servirles.

9 0 > por Silvia Verdeguer


Sexualidad y discapacidad > 9 1

Mayor vulnerabilidad a los abusos, el confundir. Tienen menos capacidad de defensa, de decir no
acoso y la violación cuando algo no les gusta y, sobre todo, de decirlo con eficacia.
Las razones de la mayor vulnerabilidad son muy numerosas. Los abusadores suelen usar estrategias con las que sorprenden,
Vale la pena exponerlas, comentarlas y sobre todo, tener en engañan, seducen y finalmente les amenazan. Se les ha educado
cuenta la necesidad de que estos niños y jóvenes estén pro- para depender y confiar en los adultos, especialmente en el caso
tegidos y aprendan, si es posible, a defenderse del riesgo a su de los padres, educadores y otros adultos que entran en contac-
integridad. Tienen menor poder de autonomía, dependen más to con ellos. Se les educa y aprenden que tienen que obedecer a
de los demás en la organización de los contextos y actividades. los adultos con formas de disciplina autoritaria, sin explicación
Casi siempre están con otras personas de las que depende el de la norma, o de chantaje emocional y amenazando con reti-
que estén seguras o sufran abusos, familiares, amigos, vecinos, rarles el amor o los cuidados. Tienen la curiosidad típica de las
educadores y otros profesionales. Tienen menos capacidad de personas que no reciben información sobre sexualidad y tienen
discriminación de lo que intenta el agresor, de forma que son que descubrirlo a tientas. Una curiosidad más ingenua que con-
fácilmente engañados, manipulados, etc. Les es más difícil co- lleva más dificultades para discriminar los límites de la propia
nocer las verdaderas motivaciones de los adultos, discriminar curiosidad. Normalmente no han recibido formación e ignoran
las situaciones y las propias conductas abusivas. Diferenciar casi todo sobre la sexualidad, por lo que durante un tiempo es
un contacto apropiado de uno inapropiado puede serles ex- más probable que no sepan lo que está pasando, cuando se ini-
tremadamente difícil, especialmente si el agresor les intenta cia un abuso. Así se les condena a la ignorancia o al aprendizaje
viciado a través de los propios abusadores. Por ello puede que
no lleguen a etiquetar un abuso sexual como tal, o tarden en
hacerlo, no lo denuncien e incluso lleguen a naturalizarlo como
una conducta positiva hacia ellos. Los abusos se presentan con
mucha frecuencia en un contexto de afecto y familiaridad, ofre-
ciéndole el agresor atención, cariño, comprensión, premios de
diferente tipo e incluso placer. Este contexto en la relación de
abuso, especialmente si se trata de personas con carencias afec-
A muchas de estas tivas, puede llevarles a colaborar con el agresor, que perciben
como amigo. Numerosas personas tienen acceso directo a su
personas se les niega cuerpo para ayudarles en actividades de la vida diaria personal,

información sexual que como higiene, cambio de ropa y traslados. Por eso están muy
acostumbrados a que los demás accedan a su intimidad. Dada la
pueden entender y se falta de información sexual y la dificultad de estas personas para

las supone incapaces manejar con éxito la información, puede darse por seguro que
si llegan a tener relaciones coitales, tienen mucho más riesgo de
de comprender y/o embarazos no deseados y otros riesgos vinculados a la actividad
sexual, si no se tienen prácticas seguras.
promover cualquier
tipo de relaciones Discapacitados físicos
Si la discapacidad física no va acompañada de discapacidad
sexuales y de pareja. psíquica, su capacidad mental para aplicar los criterios de salud
Por ello no son sexual es similar a la del resto de la población, por lo que el pro-
blema se reduce a que se acepten sus derechos y decisiones. Es-
informadas, no son pecialmente en el contexto más cercano con el objetivo de que
educadas en un se le presten las ayudas sociales y técnicas que pudiera precisar
a fin de ayudarle a lograr aquello decidido responsablemente y
sentido positivo, no pueda lograr por sí mismo.
recibiendo únicamente Cuando la discapacidad física va asociada con discapacidad in-
telectual las complicaciones se acentúan y los desafíos también.
mensajes negativos Pero ese es tema de otro capítulo.

sobre la sexualidad y
no se le ofrecen o dan
ayudas específicas.
por Claudia Groisman
Psicóloga. Sexóloga

9 2 > www.vocesenelfenix.com
> 93

Hoy no podemos hablar de una sexualidad normal sino de


sexualidades. En el caso de las mujeres, por lo tanto, es
mejor hablar de lesbianismos. Si bien en todas las épocas
hubo y hay mujeres lesbianas de diferentes aspectos,
grupos étnicos, clases sociales, edades, profesiones,
etc., el momento en el que nos toca vivir se caracteriza
por las diversidades, migraciones y errancias. Aun así,
el pasaje de la tolerancia a la aceptación está en sus
comienzos.

Lesbianismo hoy
sub.coop
La rigidez de estos modelos estalló y así como ahora es tan co-
mún vivir en cualquier lugar del planeta y mudarse a otro por
elección, puede suceder también lo mismo en la esfera sexual.
Por eso se habla de sexualidades migrantes que se incorporan

H
así a aquellas otras en las que predomina la permanencia.
Hoy no podemos hablar de una sexualidad normal sino de se-
xualidades.
asta no hace mucho los conceptos sexológicos Las sexualidades diversas (así como la pertenencia a diferentes
eran rotundos en relación a las definiciones. etnias, y determinadas religiones), además de progresivas y len-
“Orientación sexual”: atracción sexual y/o tísimas aceptaciones por parte de un sector minoritario de la
afectiva hacia personas del mismo sexo (homosexualidad), del población, siguen produciendo dolorosos rechazos por parte de
otro (heterosexualidad) o de ambos (bisexualidad); se entrecru- la mayoría. El pasaje de la tolerancia a la aceptación está en sus
zaba con “identidad de género sexual”: íntima convicción comienzos.
que tiene un ser humano de autopercibirse mujer o varón. Iden- Estamos en el segundo decenio del siglo XXI: época de diver-
tidad incluía la noción de lo idéntico e inalterable a través del sidades, migraciones y errancias. La sexualidad no escapa, por
tiempo. Los géneros sexuales estaban rígidamente definidos. supuesto, a estos movimientos. En el caso de sexo entre mujeres
Esto se extendía incluso al concepto de orientación sexual. Una lo correcto es hablar de lesbianismos. Sin embargo es útil encon-
vez que la persona se consideraba homosexual (se “asumía”) lo trar algunas cuestiones comunes.
continuaría siendo siempre; lo mismo si era heterosexual o bi- La experiencia de pertenecer a un sector de la sociedad que ha
sexual. sido y todavía es discriminado, genera la insoportable vivencia

En el siguiente texto se usa la x


para evitar el genérico masculino
utilizado en la gramática
tradicional.

9 4 > por Claudia Groisman


Lesbianismo hoy > 9 5

de persecución. Sentirse perseguida es algo absolutamente desa- en riesgo la autoestima, baluarte fundamental de cualquier ser
gradable. Sentirse perseguida significa también el establecimien- humano. Ser evitadas, ser y/o sentirse rechazadas no alimenta
to de estrategias de protección que acompañan casi la totalidad la vida social sino que la empobrece. El ámbito laboral comparte
de las acciones de las personas perseguidas. Las mujeres lesbia- con los otros dos ámbitos la experiencia del rechazo y la evita-
nas que no pertenecen a colectivos militantes (aquellos grupos ción y le da un valor agregado: puede poner en riesgo la propia
que apuntan a la visibilidad) tratan de pasar desapercibidas. El subsistencia.
sostener un secreto genera altos niveles de estrés y sufrimiento. Durante el siglo XX lograr la aceptación social implicaba la
Es bastante lógico ya que su visibilidad podría ser una cuestión adaptación a la norma heterosexual, llamada también hetero-
que las exponga a grandes riesgos. normatividad. Hacerlo evidenciaba salud, éxito, normalidad.
Hay tres ámbitos a resguardar: el familiar, el social y el laboral. El Hacerlo implicaba también para las que no eran heterosexuales
riesgo es la pérdida de enlaces afectivos primarios, la ausencia una doble vida. Pero la imitación de características físicas y/o de
o la evitación social en reuniones o grupos de pertenencia y las costumbres afectaba enormemente la estima de sí.
conexiones para conseguir o mantener empleo. En la heteronormatividad lo más importante como rasgos exte-
En relación a lo familiar es usual que las grandes ciudades sean riores era el estereotipo. Cuando alguien poseía un atributo que
receptivas de una migración que busca en la urbe la garantía el estereotipo no debía tener, ese alguien era estigmatizado. En
de anonimato. Ser individualizada como lesbiana en una ciu- Occidente, por ejemplo, mujer era aquella que se sometiera a un
dad pequeña o pueblo puede ser una marca humillante que se varón blanco, heterosexual, proveedor.
evanescería con el tumulto urbano. También la ciudad opera El estereotipo de las mujeres lesbianas supondría ausencia de
como lugar de protección de expulsadas por sus familias. En lo femineidad exterior, ausencia de deseo de hijxs, ausencia de
social, ser visibilizadas por una opción sexual minoritaria pone experiencias heterosexuales. Muy alejado de la verdad.

Las sexualidades diversas (así como


la pertenencia a diferentes etnias, y
determinadas religiones) además de
progresivas y lentísimas aceptaciones
por parte de un sector minoritario
de la población, siguen produciendo
dolorosos rechazos por parte de la
mayoría. El pasaje de la tolerancia a
la aceptación está en sus comienzos.
Algunas se autopercibieron como tales
desde la infancia, otras en la pubertad/
adolescencia. Otras en la madurez y las
hay cuando ya fueron abuelas. El término
errancia o migración viene muy bien para
acercar una descripción. La orientación
sexual (homosexualidad, heterosexualidad,
bisexualidad) puede, una vez que ha sido
registrada por una persona, establecerse
para siempre. Pero decir puede no significa
que sea así.

De afuera hacia adentro de vida de la cual se enamoró perdidamente pero en un momen-


¿Qué aspecto físico tiene una lesbiana? to todo terminó. Tiene una pareja mucho más joven. Tiene una
Es elegante y distinguida, es desprolija, se viste con ropa varios pareja mucho mayor. Tiene una pareja de su misma edad. No
talles mayores que su figura. Es delicada o tosca. Tiene cabello tiene pareja.
largo o muy corto. Se maquilla o está a cara lavada. Usa mini- ¿Cuál es el estado civil de una mujer lesbiana?
falda y un escote que deja ver el busto o usa camisas a cuadros Soltera, viuda de un varón o de otra mujer, casada o divorciada
cerradas hasta el cuello. Tiene las uñas pintadas o están corta- legalmente, está o estuvo en pareja con un hombre, tuvo varios
das al ras. matrimonios.
¿Qué edad tiene una lesbiana? ¿Tiene hijxs una mujer lesbiana?
Es una mujer mayor, anciana, joven, adulta, adolescente, púber, No, nunca tuvo. Tiene solx unx. Es madre de cinco. Adopta lxs
tal vez una nena. de su pareja presente. Se hace cargo como madre de hijxs ajenxs.
¿De qué trabaja una lesbiana? Recurre a técnicas de fertilización asistida. Tiene relaciones coi-
Es bailarina clásica, maestra, médica, modelo publicitaria, fotó- tales con alguien con el único objetivo de la reproducción. Tiene
grafa, periodista, ama de casa. Es abogada, psicoanalista, obrera, animales domésticos para paliar la ausencia de hijxs humanxs.
actriz, empleada doméstica, vendedora en un shopping. Puede Tiene profundos deseos de ser madre. Nunca deseó hijxs propixs
ser artista plástica o compositora y cantante de canciones infan- ni ajenxs.
tiles. ¿Dónde vive una mujer lesbiana?
¿Tiene pareja una mujer lesbiana? Vive en un pueblo, vive en una ciudad, vive en el mismo lugar
Tiene parejas múltiples porque lo único que le interesa es el donde nació. Vive rodeada de su familia de origen. Vive lo más
sexo. Tuvo un compañero de vida del cual se enamoró perdida- remotamente alejada de su familia. Vive en el campo o en la sel-
mente pero en un momento todo terminó. Tuvo una compañera va estudiando chimpancés. Vive en una mansión en Hollywood.

9 6 > por Claudia Groisman


Lesbianismo hoy > 9 7

activa un deseo hasta ese momento dormido. En otras el registro


es tan fuerte que buscan sitios reales o páginas de Internet para
encontrar pares. En otros casos la amiga de toda la vida despier-
ta el encanto de una nueva pasión.
¿Se observa algo muy distinto a lo que sucede con la heterose-
xualidad?
Las mujeres lesbianas pueden tener hijxs de relaciones hetero-
sexuales anteriores, buscarlxs mediante técnicas de reproduc-
ción asistida, incluir a un donante amigo como el caso de triple
filiación que se difundió recientemente: “dos mamás y un papá”.
También pueden elegir socialmente una vida heterosexual y sólo
desear el amor sexual de otras mujeres.
¿Cómo son las relaciones sexuales entre mujeres?
Hay mucha curiosidad respecto al cómo. ¿Qué hacen dos muje-
res en el lecho sexual? ¿Qué de particular hacen que las distinga
como lesbianas?
Los encuentros van más allá de lo genital, involucrando a todo el
cuerpo como fuente de satisfacción. Puede haber o no orgasmo.
Puede haber múltiples orgasmos. Se pueden incluir o no jugue-
tes sexuales. El tiempo tiene otra dimensión ya que la relación
corporal misma puede recomenzar una y otra vez.
Todo lo sexual que ocurre tiene que ver con las características
de personalidad. Suele haber mujeres lesbianas más fogosas,
otras más tiernas, convencionales, osadas, cándidas. Hay que
considerar que al igual que las relaciones heterosexuales pueden
variar con la edad, con la rutina, con la llegada de descendencia,
con la irrupción de un logro o de un fracaso.
¿Por qué un texto sobre “Lesbianismo hoy” si homo/hetero/
bisexualidad tienen más elementos en común que diferencias?
Las generaciones jóvenes viven esta sexualidad mucho más
libremente que la de otras mujeres lesbianas hace 40 años o
Vive en un departamento con su marido y sus hijxs. incluso 20, tal vez 10.
En todas las épocas hubo y hay mujeres lesbianas de diferentes Hoy en día las leyes de matrimonio igualitario y fertilización
aspectos, grupos étnicos, clases sociales, edades, profesiones. asistida no sólo facilitan a las parejas de mujeres la posibilidad
Algunas se autopercibieron como tales desde la infancia, otras concreta de formar familias y tener hijxs sino que también ha-
en la pubertad/adolescencia. Otras en la madurez y las hay bilitan en su imaginario el deseo o proyecto de hacerlo, algo que
cuando ya fueron abuelas. El término errancia o migración viene hasta hace unos años era un camino lleno de obstáculos al que
muy bien para acercar una descripción. La orientación sexual pocas se atrevían.
(homosexualidad, heterosexualidad, bisexualidad) puede, una Sin embargo, a veces una pareja de mujeres puede ser cuestiona-
vez que ha sido registrada por una persona, establecerse para da por lxs propixs hijxs, aquellxs que temen decir en el colegio
siempre. Pero decir puede no significa que sea así. Justamente o en la universidad que no hay madre y padre sino madre y su
muchas mujeres se autoperciben lesbianas después de una grata compañera, o madres, sencillamente.
vida exclusivamente heterosexual. Otras lo detectan con hijxs Hoy en día hay muchos espacios de reunión que no son exclusi-
ya adultxs. Tampoco hay “un perfil” de una mujer homosexual. vamente para seducirse, hallar partenaires sexuales. Hay centros
Hasta el siglo XX se podía sospechar de serlo cuando una mu- culturales o de salud en donde el objetivo es encontrar voces
jer no se casaba ni tenía hijos, hoy es un absurdo visualizarlas similares y ejercer actividades de todo tipo.
en estos términos ya que hay tantas mujeres exclusivamente El lesbianismo hoy está construyéndose. Dijimos que es más
heterosexuales que transitan por los mismos caminos, como correcto hablar de lesbianismos. Este trabajo pretende abrir una
también existen en la actualidad muchas familias formadas por puerta para quienes lo lean, ya sea por ser conocedores del tema
una pareja de mujeres y lxs hijxs de ambas. Las grandes ciuda- o porque es la primera vez que acceden. No está terminado.
des cobijan a muchas personas que viven solas, entre ellas, por Seguramente cada lector/a tendrá párrafos para agregar y con-
supuesto, mujeres. A veces la aparición de otra mujer “especial” firmar y disentir. Sigamos reflexionando entre todxs.
por Rafael Freda. Maestro. Activista gay desde 1983.
Presidente de la Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina.
Comisión Directiva de la Federación Sexológica Argentina.
Profesor invitado en la Facultad de Medicina de la Universidad de
Rosario y en la Universidad de Luján en San Miguel

9 8 > www.vocesenelfenix.com
> 99

A lo largo de las últimas décadas se han logrado


avances significativos. De la persecución se pasó a
la tolerancia, y de allí a la promoción de políticas
antidiscriminatorias. Los y las heterosexuales
comenzaron a aprender el lenguaje y los
modismos gaylésbicos. Varias subculturas de
minorías sexuales están emergiendo a la visibilidad
social. Queda mucho camino por recorrer, pero hoy
se está construyendo el futuro.

Homosexualidad, hoy
sub.coop
E n la calle se empezaron a ver parejas del mismo
sexo de la mano desde el 2010”, afirmó el coor-
dinador del grupo de reflexión de los viernes,
después de dos horas de debate acalorado y mientras algún
participante gritaba para hacerlo callar. Trece personas de todas
las edades, entre las que estaba incluido yo, estábamos de acuer-
las costumbres “del ambiente” (así se decía en la década de los
sesenta) a este mes de julio del 2015 en que algunos escuchaban
con asombro incrédulo el relato de las agresiones que algunos
habíamos sufrido no hacía tanto.
Gays, lesbianas y trans pasamos de un mundo disgregado y
nocturno a otro diurno. En el país de mi juventud la provincia de
do en que la aprobación de la ley había significado un permiso Buenos Aires prohibía votar a los homosexuales; la pregunta que
y una inyección de audacia: todos teníamos ejemplos. Yo había suscitó aquella descarnada y hoy olvidada ley era cómo hacía el
narrado de un ex tesorero de la Sociedad de Integración Gay presidente de mesa para darse cuenta de quién era homosexual
Lésbica Argentina (SIGLA), de cuerpo pequeño y frágil, que solía o no. Por supuesto que la ley suponía que todos los homosexua-
proclamar estar conforme con su androginia. Cuando se aprobó les eran travestis o prostitutos, pero las extorsiones cortaban de
la última ley feminizó su apariencia y cambió su documento; no cuajo casi todas las vocaciones políticas. A fines de los ochenta
hará un mes que logró someterse a una de las primeras opera- me tocó ir a La Plata a entrevistar al senador Manuel De Armas,
ciones de reasignación sexual del Gran Buenos Aires. radical, para que se restaurasen nuestros derechos electorales;
Estábamos reunidos alrededor de una mesa en la SIGLA, con me asusté al ver los fundamentos del proyecto de este senador
cartel a la calle, página de Internet y al menos veintitrés años autoritario pero el primero en defender nuestros derechos civi-
de existencia. Yo, nacido en 1948 y criado en un hogar de clase les. Según él, no era humanitario apilar otra desdicha más sobre
media baja de Chiclana y Boedo (barrio sinónimo de machismo la miseria de nuestra condición. Afirmó que lo único importante
porteño), atestigüé que en relación con las minorías sexuales el era que la ley se aprobase. Y así volvió, creo que en 1989, el voto
país había dado una vuelta de campana. De la persecución se a los homosexuales bonaerenses.
pasó a la tolerancia, y de allí a la promoción de políticas anti- Las leyes nacionales que garantizan los derechos de las minorías
discriminatorias. Habíamos pasado del ocultamiento defensivo sexuales son un firme trípode: la ley 26.618 del 2010, felizmente
y culposo, que solamente encontraba un respiro de libertad en bautizada “de Matrimonio Igualitario”; la 26.743 del 2012, “de

1 0 0 > por Rafael Freda


Homosexualidad, hoy > 1 0 1

Identidad de Género”, y la 26.657 del 2010, de Salud Mental,


cuyo magnífico artículo tercero declara: “En ningún caso puede
Religión y medicina
hacerse diagnóstico en el campo de la salud mental sobre la han sido opresoras de
base exclusiva de:…” y agrega su inciso “c” dedicado a nosotros:
“Elección o identidad sexual”.
las minorías sexuales.
Religión y medicina han sido opresoras de las minorías sexua- De la acusación de
les. De la acusación de pecado, Dios y las religiones piadosas
defienden a gays, lesbianas y trans creyentes, pero la psiquiatría pecado, Dios y las
y la psicología ejercieron (y si se les permite todavía ejercen) religiones piadosas
humillación y tortura con o sin consentimiento familiar. Aunque
supiéramos que éramos mentalmente sanos, conocíamos de defienden a gays,
sobra a personas de las minorías sexuales cuya estabilidad su- lesbianas y trans
cumbía a las presiones, ataques y culpas que la sociedad apilaba
en nuestras espaldas. El tabaquismo, la obesidad y el alcoholis- creyentes, pero la
mo hacen estragos entre las lesbianas, el VIH arrasa a gays, ho-
mosexuales y hombres que hacen sexo con hombres, y todas las
psiquiatría y la
minorías estamos sujetas a neurosis en proporción mayor que psicología ejercieron (y
la población general. Las causas son externas: no necesitamos
agentes de salud que eviten que nos suicidemos, como temía
si se les permite todavía
una alumna del más famoso curso de Educación Sexual Integral ejercen) humillación
de la Ciudad Autónoma; la asociación y la construcción comuni-
taria son sanadoras. Nuestros jovencitos gays y lesbianas en las
y tortura con o sin
secundarias sí tienen riesgo de suicidio incrementado: la escuela consentimiento
los deja solos y los ignora.
En los veintitrés años de existencia de SIGLA cientos de homo-
familiar.
sexuales, transexuales y lesbianas han compartido la compañía
e ideas de sus pares; han revisado y comparado sus creencias,
actitudes, hábitos y conocimientos frente a las creencias, hábi-
tos, actitudes, valores y conocimientos de otros. Así construimos
comunidad.
Uso el circunloquio “creencias, actitudes, hábitos, valores y
conocimientos” porque aunque suelo decir “cultura gay”, el
grupo rechazó mi frase que sugería autosegregación (ni insinué
“subcultura” porque años atrás una compañera había dicho
“subcultura gay, sí. ¿Pero cuándo vamos a tener una Cultura con
mayúscula?” La resonancia emocional cambia el sentido de las
palabras). La población general tiene un conjunto compartido
de creencias, actitudes, hábitos y conocimientos que forman su
cultura. En su enorme mayoría esa población es heterosexual, y
a menudo ni siquiera sospechan que paralelamente gays, trans
y lesbianas tienen un conjunto de creencias, actitudes, hábitos y
conocimientos compartidos ajenos al mundo heterosexual.
En los últimos treinta años los dos grupos se han ido acercando.
Los y las heterosexuales comenzaron a aprender el lenguaje
y los modismos gaylésbicos, fueron a boliches para ver cómo
eran y se comportaban las minorías sexuales. Los fantasiosos los boliches, que negociaban pobremente con la Federal. La
acudían entusiasmados, pensando encontrar dos lesbianas que CHA se opuso a los edictos policiales, sin saber bien a qué se
admitieran formar con ellos un triángulo en la pista de baile y enfrentaba. En poco tiempo la mayoría de esos pioneros se per-
más allá. dieron en la ciudad o en la muerte.
Esta intromisión generaba molestias y hostigamiento. De Hoy no hay necesidad de esconderse y la policía no es nuestra
todos modos los voceros de la sociedad general (periodistas enemiga, pero muchos y muchas se esconden. Se puede revelar
y estudiantes con un trabajo de investigación) pedían que la propia condición sexual en donde se quiera, pero muchos y
reconociéramos que no había discriminación contra las muchas no la revelan más que a pocas personas, en circunstan-
minorías sexuales, sino que nos autodiscriminábamos: por cias especiales. No están tan errados, porque hará dos meses
eso teníamos nuestros propios lugares de reunión y nuestras el intendente de SIGLA iba viajando en el subte con una amiga
asociaciones civiles. Muy conveniente para la sociedad hete- trans, una peruanita joven y hermosa bajo cualquier norma
rosexual. hétero o gay, y un pasajero que descendió al andén apenas se
Muchos gays, lesbianas y trans hicieron propio ese discurso y cerraron las puertas los escupió aprovechando una ventanilla
acusaron a su propia comunidad de ser discriminatoria y agre- bajada. No hubo a dónde recurrir ni a quién quejarse. La morale-
siva. Se repetía que en vez de dar ejemplo de solidaridad éramos ja era, dado que nuestro intendente es un muchacho masculino,
peores que los héteros. El primer periodista de la Comunidad “no viajes con chicas trans ni les muestres amistad”. La discrimi-
Homosexual Argentina protestaba en 1984: “¡En ningún lugar me nación intracomunidad (masculinos despreciando a femeninos,
han tratado peor que aquí!”. Aquel héroe cultural olvidado escri- gays segregando a las trans, trans operadas contra trans no
bió un librito cuyo título parodiaba el lema electoral del primer operadas, lesbianas contra mujeres bisexuales o lesbianas con
presidente de la democracia, y que se esperanzaba en desarro- hijos, “busco chico de 25 a 30 cero ambiente, no plumas” y todo
llos que insumieron treinta años en concretarse. lo demás que acompaña a este folklore viene desde el exterior,
A todos nos espoleaba la esperanza. Creíamos que la liberación igual que el escupitajo.
estaba a la vuelta de la esquina. Nos reuníamos en peque- La discriminación intracomunidad existe. Es lógico: nacemos,
ños grupos en salas de clase media. Organizamos la olvidada crecemos y nos educamos en familias, barrios y sociedades de
Coordinadora de Grupos Gays, de la que ya en democracia sur- heterosexuales con sus instituciones, y nos embebemos de su
gió la CHA, de la que se escindieron Gays DC y SIGLA. En poco ideología discriminatoria (gordo de mierda, negro villero, puto
tiempo hubo más organizaciones, incluso de personas trans. de porquería), de sus envidias dañinas (hacete la linda, quién te
El activismo y el VIH se tragaron a estos primeros gays (en creés que sos) y de sus idolatrías (divinas y populares, diosa, potro,
sentido estricto: habían asumido la cultura homosexual de los yegua, y nuestra ofrenda lingüística al repertorio de los animado-
Estados Unidos). En el primer año de democracia se instalaron res televisivos: chongo).

1 0 2 > por Rafael Freda


Homosexualidad, hoy > 1 0 3

La población general Otra acusación habitual es la voracidad sexual. Si el gay es afe-


minado, se descuenta que es un puto que se presta a todo; si
tiene un conjunto es una chica trans, se dedica necesariamente a la prostitución;

compartido de si es un varón trans, busca lesbianizar a todas las mujeres. Las


lesbianas son insatisfechas y esperan al hombre adecuado. Ya se
creencias, actitudes, acepta que hay homosexuales varones masculinos, morochos y

hábitos y conocimientos pobres, pero son Manuel y Cogote (¿recuerdan el video viraliza-
do en todas las oficinas, fábricas, comercios y escuelas?) y el lo-
que forman su cutor termina interpelándolos: “¿Se puede saber de qué se ríen?”
mientras los argentinos machos, derechos y humanos (incluyen-
cultura. En su enorme do varios gays) rumoreaban que eran reclutas paraguayos.
mayoría esa población Un excelente salto adelante de nuestra sociedad es que ya no
justificamos la violación de una mujer en sus modales o su apa-
es heterosexual, y a riencia. De todos modos, el Bambino Veira cada tanto vuelve a
menudo ni siquiera ser un ídolo televisivo con sus amigotes Beto y Guillote. No creo
que esto hubiera pasado si en vez de violar a un chico femenino
sospechan que que devino en mujer trans hubiera violado a una mujer de naci-
paralelamente gays, miento. Casella repite una y otra vez su “Pan Casero” amanerado
por radio y televisión, y hasta la TV pública lo imita. Otra mora-
trans y lesbianas leja: el miedo debe seguir persiguiendo a las minorías sexuales.
tienen un conjunto de Ahora debemos vocear “Pan Casero” con voz gruesa, mientras
la sociedad heterosexual… perdón, la población general se ríe y
creencias, actitudes, pide que tengamos sentido del humor.
hábitos y conocimientos Entre las creencias sociales generales está que el VIH-sida es
una enfermedad ya controlada. Se conocen una ristra de triun-
compartidos ajenos al fos, que hoy corona Cuba, que erradicó la transmisión de madre

mundo heterosexual. infectada a hijo. Los fracasos en las vacunas apenas si son no-
ticia. El optimismo domina porque la estrategia diseñada por
ONUSIDA y la comunidad médica está dando resultado: en los
diversos grupos vulnerables de los países desarrollados del norte
la epidemia retrocede, en los demás pierde ímpetu. Excepto en-
tre gays, mujeres trans y hombres que hacen sexo con hombres
(HSH en su designación epidemiológica).
El descontrolado avance del VIH en la población de hombres
que hacen sexo con hombres, gays y trans no es titular en nin-
gún medio. Entre gays, trans y HSH el uso de preservativo es
inconsistente; no llegan al 20 por ciento quienes lo usan de
modo que impida con certeza la transmisión. Los ministerios de
Salud de todo el mundo recetan más de lo mismo: preservativos,
información, educación de pares, e innovan con terapia preex-
posición (tome antirretrovirales antes de hacer sexo). Qué pasa
en la mente de los individuos nadie lo sabe ni lo investiga. La
policía paulista ofreció este año investigar los clubes de carimbo,
donde presuntamente gays y trans hacen sexo sin preservativo
para transmitir el VIH. Vuelven la desconfianza y el temor, re-
surgen los rumores estigmáticos como aquellos relatos sobre quedan de la antigua subcultura gay (perdón, amigos), que hoy
quienes dejaban en la almohada una rosa roja y una tarjeta que ayuda a la difusión del VIH.
decía “bienvenido al club del sida”, o sobre adictos que enterra- Quizá la mejor medida sanitaria tomada para reducir la ex-
ban agujas infectadas en los areneros. pansión del VIH en la comunidad gay-trans haya sido la Ley de
En tanto, en la comunidad gay el número de infecciones nuevas Matrimonio. Pero los más jóvenes no crecen pensando en ca-
aumenta y la investigación psicosociológica que nos haga dar el sarse, y sí sienten el deseo del sexo y quizá del enamoramiento.
salto cualitativo en prevención no aparece. Nadie sabe por qué No tienen dónde conocerse ni dónde ir a bailar. No hay matinés
entre gays y hombres que hacen sexo con hombres la educación gay-lésbico-trans. No hay modelos de rol. Una cierta amnesia
superior no es preventiva. En los demás grupos vulnerables (he- inducida borra toda la historia gay-lésbico-trans. No hay adultos
terosexuales y adictos a drogas) a mayor nivel educativo menor a los que parecerse o evitar parecerse. Las parejas igualitarias
probabilidad de infectarse; pero en el grupo de gays quienes dominan el ideario; las parejas transgeneracionales son casi des-
terminan la secundaria y los que siguen en la universidad son, conocidas. Y encuentran parejas sexuales en la Internet, donde
desde 1988 hasta hoy, alrededor del 67% de su grupo de transmi- ni el estatus serológico ni la precaución están garantizados.
sión. El nivel educativo pierde la facultad preventiva que tiene A mi modo de ver, varias subculturas de minorías sexuales están
en otros modos de transmisión. ¿Por qué? ¿Qué se está haciendo emergiendo a la visibilidad social, la sociedad general comienza
para cambiar esta negada e invisibilizada realidad? La mayoría a integrarlas, y ambos ámbitos se acercan y se interpenetran.
de quienes reconocen el problema cargan la responsabilidad Surgen conflictos de mayor o menor grado, chocan conoci-
en los individuos; yo la cargo en el sistema de salud y en el con- mientos, creencias y actitudes, y mientras se van produciendo
junto compartido de creencias, conductas y conocimientos que reacomodamientos y encastres (no sin chirridos), las viejas cos-

El descontrolado avance
del VIH en la población de
hombres que hacen sexo
con hombres, gays y trans
no es titular en ningún
medio. Entre gays, trans y
HSH el uso de preservativo
es inconsistente; no llegan
al 20% quienes lo usan de
modo que impida con cer-
teza la transmisión.

1 0 4 > por Rafael Freda


Homosexualidad, hoy > 1 0 5

tumbres se resisten a desaparecer, y los viejos prejuicios insisten de socialización se van cicatrizando las heridas de infancia y
en permanecer. adolescencia, de tantos recreos solitarios, de tantas horas de ver
El Estado ya se ha reformado; si queda algo por ganar en dere- cómo los demás jugaban mientras uno se preguntaba por qué
chos civiles, ha de ser poco. La sociedad está reestructurándose a mí. De esas reuniones saldrá el futuro, que debe girar sobre la
para hacernos lugar. Los espacios que nos corresponden hay construcción comunitaria.
que pedirlos sin enojos pero sin servilismos. Tenemos libertad y Los grupos políticos y sociales que hay son pocos. Deben pro-
hay que perfeccionar la igualdad: no es posible consentir el so- liferar. Faltan equipos deportivos, bibliotecas, cursos, librerías,
metimiento de tantas personas trans a la miseria y el VIH, pero clases de baile, guitarreadas, competencias, bandas, escuelas,
entre nosotros no es grande la solidaridad (nuestro moderno agrupaciones de policías y bomberos, asociaciones de padres,
equivalente de la fraternidad), que exige saltar barreras de clase, familiares y amigos, cementerios, geriátricos, asociaciones de
estatus socioeconómico y educación: como la sociedad general padres y madres gays. Todas esas estructuras deben estar com-
es incapaz de sobreponerse al miedo que le inspiran los pobres y puestas de minorías sexuales y tener dirigencias de esas mino-
los jóvenes, no es extraño que nos cueste comprender que nues- rías. Su gobierno se puede compartir en alianzas hétero-gays,
tra preferencia sexual nos hermana con ellos. fundamentalmente en escuelas y centros de salud; pero la red
Gays, lesbianas y trans tenemos mucho trabajo interno que comunitaria será el lugar a donde recurran los individuos afren-
hacer; individuos que crecieron condenados al silencio, al aisla- tados o agredidos por los sectores homofóbicos, que irán dismi-
miento y a la soledad no saben relacionarse bien. El humor, que nuyendo en número y poder, pero que difícilmente desaparez-
solía ser buena defensa, no es buen sanador. Necesitamos luga- can. El hoy de la homosexualidad, con todas sus ramificaciones,
res de reunión, conversación, debate y reflexión; en esas horas es la construcción del futuro.
El universo de la sexualidad ya no es tan fijo ni inmutable.
La identidad de género es una construcción compleja que
puede coincidir o no con el sexo asignado al nacer. La
diversidad abarca todas las clases sociales, y a toda la
humanidad en distintos momentos de la historia. Desde la
medicina, el compromiso con la despatologización de todas
las identidades de género es una lucha que recién comienza.

Transgénero: “El punto


ciego de la ciencia”. Lo que
no vimos (o no quisimos ver)

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por Adrián Helien. Médico Especialista en Psiquiatría.


Coordinador del Grupo de Atención a Personas Transgénero del
Hospital Durand. Presidente del Capítulo de Sexología y Diversidad
Sexual de la Asociación de Psiquiatras Argentinos

sub.coop
“El hombre está siempre dispuesto a negar aquello que no comprende”.
Luigi Pirandello

E ste texto es una invitación a observar nuestras


certidumbres y a percibir con mente de princi-
piante, sin juzgar. Es el fruto de haber coordi-
nado durante diez años un equipo que trabaja en un hospital
público: el Grupo de Atención a Personas Transgénero del Hos-
pital Durand (GAPET). Esta experiencia me acercó a un grupo
transgénero el tema se vuelve aún más desconocido, confuso
y lleno de prejuicios. Pienso que este fue un punto ciego de la
ciencia. Ese lado que no vimos o no quisimos ver. Sobre todo por
las secuelas que produjo en las personas que fueron abandona-
das a su suerte, sólo por el hecho de no entrar en las categorías
de varón o mujer normativos, o cisexuales, es decir, aquellos
de personas a las que el sistema de salud les había cerrado las cuya identidad de género coincide con la asignada al nacer.
puertas. Pude escuchar sus historias, sus narrativas y sobre todo El ojo es un scanner muy pobre, en la retina los vasos sanguí-
observar de cerca las consecuencias negativas de lo que había- neos y los cables nerviosos están situados por delante de los
mos (o no) hecho. fotorreceptores, de modo que bloquean la luz que llega y crean
Esto marcó un antes y un después en mi manera de comprender un punto ciego. Es decir que delante de nosotros hay un punto
lo humano y pude darme cuenta de que, a pesar de haberme en el que no vemos. Pero no nos damos cuenta, porque no ve-
formado como especialista en psiquiatría y en sexualidad, sabía mos lo que no vemos.
poco y nada de la temática. Empecé a comprender a las perso- Hasta la creación del GAPET del Hospital Durand en el año
nas transgénero cuando pude verlas y escucharlas más allá de 2005, no existía atención sanitaria para las personas transgéne-
lo que decían los libros. Quiero aclarar que las personas transgé- ro. No se las atendía, se las expulsaba, se las discriminaba. ¿No
nero o trans son aquellas que no se sienten identificadas con el nos dimos cuenta?
sexo que les asignaron al nacer. Hoy sabemos que la identidad No vamos por la vida con un agujero en la visión. Llenamos ese
de género, esa percepción subjetiva acerca de quién soy yo, es hueco. Estamos tapando agujeros perceptuales continuamente.
una construcción compleja que puede coincidir o no con el sexo Huecos de puntos ciegos que tenemos debido a nuestra estruc-
asignado al nacer, siendo una situación humana posible y per- tura anatómica, conductual o cultural. En este caso colocamos
fectamente normal. la diversidad en el casillero de lo patológico, sin ninguna evi-
La sexualidad de por sí es un tema poco estudiado y abordado dencia científica, y recién hoy lo estamos empezando a percibir,
dentro del sistema sanitario. Pero si hablamos de las personas para revertir ese error.

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El binario y sus consecuencias Los médicos y la diversidad


Actualmente asistimos al derrumbe de la ideología binarista. Profesionales de la salud muchas veces reproducen prácticas
Ese dogma que planteaba que había sólo dos formas de ser discriminatorias producto de la internalización del paradigma
persona en el universo: varón y mujer. Los mundos construidos del modelo binario y/o el médico hegemónico. Estos modelos
a partir del rosa y el celeste seguían las reglas de la ideología promueven la estigmatización y cosificación de las personas al
heteronormativa y heterosexista, bajo la cual desde una mayoría naturalizar los parámetros de normalidad/anormalidad, capaci-
heterosexual, sólo por el hecho de serlo, impuso las reglas. Des- dad/incapacidad, salud/enfermedad, y simplifica la importancia
de ese lugar de poder autootorgado, dictaminó lo que era ético, de los determinantes sociales a la hora de abordar la salud de
estético y moral; salud y enfermedad y normal y anormal, basa- una persona.
dos en la sexualidad heterosexual y reproductiva. Aún hoy existen profesionales de la salud que desconocen, nie-
Esta ideología dogmática actuó filtrando nuestra percepción gan, discriminan o califican como psicóticos, esquizofrénicos o
de lo que es una persona. De manera invariante dictaminó y masoquistas a las personas transexuales.
condenó a los que no entraron en los casilleros normativos a El 85% de las personas que consultaron en nuestro servicio reci-
quedarse afuera de derechos humanos básicos como el de tener bieron algún tipo de maltrato por parte de los profesionales de la
una identidad. salud (médicos, psicólogos, enfermeros, etc.).
A la vez creó en nosotros una policía de género, que vigila y cas- Numerosos trabajos científicos dan cuenta de los obstáculos
tiga a todo aquel que no se atenga a las leyes del rosa y el celeste. que tenemos los profesionales a la hora de abordar la diversidad:
Introyectamos esta forma de vigilancia, en nosotros, para cum- incomodidad, prejuicio, discriminación, mala formación. Falta
plir con las normas binarias que incluyen vestirse, movernos de entrenamiento en cómo preguntar/dialogar. Eventual hete-
corporalmente, hablar, la actitud, etc. A la vez también vigilamos rosexismo, homofobia u hostilidad. Desconocimiento del tema
que los otros las cumplan. Si no se cumplen y/o no entramos en diversidad sexual. Desinformación sobre el proceso identitario.
el casillero normativo, corremos el riesgo de ser juzgados, dis- Falta de tiempo, temor a abrir la “caja de Pandora” y mal manejo
criminados, agredidos y victimizados. Esta construcción binaria de la confidencialidad, son sólo algunos de los problemas detec-
se da a partir de lo biológico, como única realidad: “Sos varón si tados.
tenés pene, sos mujer si tenés vulva y vagina”. No se discutía, se No sabemos cómo se conforma la identidad: ninguna (ni varón,
aceptaba como “La verdad”. Hoy sabemos que nos equivocamos ni mujer, ni trans). Lo llamativo es que siempre la pregunta es
y aceptamos que no siempre es así. Existen múltiples variantes para las minorías. Como si tratáramos de señalar al diferente,
de construir las identidades de género, no todas coinciden con otorgándonos un supuesto lugar de normalidad y superioridad,
lo biológico. Una vez más hemos superado y complejizado nues- para clasificar como enfermo al otro.
tra biología. Hay infinitas maneras de subjetivar el género, todas Lamentablemente la ciencia médica actuó así. Lo peor es que
legítimas y normales. cuando los médicos clasificamos algo como patología, tratamos
Hasta hace muy poco, para definir la identidad de las personas de curar. Lo cierto es que jamás curamos a nadie (que además
se tomaban variables biológicas (sexo cromosómico y genital), no quería, ni debería ser tratado). El acto curativo más impor-
hoy reconocemos que la identidad de género es tan sólida y tante de la psiquiatría fue sacar la homosexualidad y a las va-
dominante como los preceptos anteriores. Por lo tanto, actual- riables identitarias del catálogo de las enfermedades mentales.
mente es el criterio de elección. Cosa que sucedió muy recientemente. La ciencia médico-psico-
lógica actuó desde el binario.
Hoy sabemos que cualquier intento de modificación identitario
o de orientación sexual es antiético y está condenado por todas
las asociaciones médico-psicológicas de reconocido prestigio en
el mundo.
Despatologización de la diversidad
sexual
La Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgé-
nero (WPATH) nos dice que “la expresión de las características
de género, incluidas las identidades, que no están asociadas
de manera estereotipada con el sexo asignado al nacer, es un
fenómeno humano común y culturalmente diverso que no debe
ser juzgado como inherentemente patológico o negativo”. Esto
significa que no sentirse identificado en el sexo asignado al na-
cer es una experiencia humana normal, que corresponde a las
diversas posibilidades de subjetivar el género.
Lo cual pone en blanco sobre negro algo que siempre existió: la
diversidad sexual estuvo presente a lo largo de toda la historia
de la humanidad. Numerosos escritos, obras de arte, relatos y
distintas formas de registro dan cuenta de ello. La diversidad
abarca todas las clases sociales, y a toda la humanidad en distin-
tos momentos de la historia.
Tenemos que admitir además que desde el mundo científico
no existe ninguna hipótesis aceptada universalmente acerca de
cómo se construye la identidad.
No sabemos cómo se conforma la identidad sexual. Ninguna: va-
rón, mujer, transexual, transgénero, intersex. Lo llamativo es que
siempre nos preguntamos por lo que queda fuera de la norma:
causas de la identidad trans, orientación homosexual, etcétera.
No existe causa aceptada con evidencia científica, en el mundo
médico, sobre identidad ni orientación sexual.
Sí sabemos que no es una elección. En el sentido de cómo esco-
gemos en una góndola de supermercado tal o cual marca de una
mercadería. Es un descubrimiento. Producto de múltiples facto-
res y de la interacción entre una matriz biológica y el medio.
También aprendimos que el órgano que se presenta como fun-
damental es el cerebro y todas sus conexiones. Lo cual nos lleva
una vez más a pensar en la integración cuerpo-mente-contexto,
de manera inseparable.

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Clasificar y cosificar Era sometida/o a infinitas pericias, físicas y psicológicas (exáme-


Utilizo la palabra transgénero para referirme a las personas que nes cromosómicos, urológicos, ginecológicos, test psicológicos
no se sienten identificadas con el sexo-género asignado al nacer varios) durante años. Tenía que demostrar lo indemostrable; ya
a partir de su biología. Incluyo aquí a todas las expresiones po- que la identidad de género está inscripta de manera subjetiva en
sibles. Ya que no hay una clasificación que las abarque mejor y lo más profundo de nuestra mente y cerebro. Lo más dramático
porque además no hay una sola forma de ser transgénero, como era que el juez de turno, según su propia ideología definía si le
no hay una sola forma de ser varón, mujer, homosexual, hetero- otorgaba o no su propia identidad. Podemos hacernos una pre-
sexual, etc. Hay diversidad en la diversidad. Por más que quera- gunta, más que obvia: ¿de quién es la identidad? La identidad es
mos encerrar a las personas: no van a entrar en los casilleros que de la persona que la posee. No es del representante de la ley, ni
les asignamos. Hay que tener en cuenta que las categorías de del médico actuante, ni de nadie, más que de la persona que la
identidad no son nunca meramente descriptivas, sino siempre porta. Lo mismo podemos decir de su cuerpo. Todos tenemos el
normativas, y como tales excluyentes. derecho a nuestra identidad y a disponer de nuestro cuerpo.
Por otro lado estaríamos etiquetando procesos, lo cual equivale Este privilegio era para las personas cisexuales (las que coinci-
a simplificar brutalmente y jerarquizar siempre lo binario: varón den con el sexo asignado al nacer, en general a partir de su biolo-
y mujer cisexual. gía), para las personas trans no. Desgraciadamente sigue siendo
Las clasificaciones médicas en el tema de la diversidad sexual así en la mayoría de los países del mundo.
significaron una forma de acallar subjetividades; borrarlas y Habría que poder ponerse en su piel, para poder experimentar
patologizarlas. por un rato aunque sea imaginariamente el monto de sufri-
Quizás hoy sea más correcto hablar de personas transgénero, cada miento padecido. O qué significa ser un ciudadano de segunda
una con sus necesidades específicas. o tercera categoría sólo por el hecho de no sentirse identificado
Cuando digo que las personas trans no tuvieron categoría de con el sexo asignado al nacer (o por no ser heterosexual en otros
persona, me refiero a que al decir “persona” estamos hablando lugares del planeta).
de quien es el sujeto de determinados derechos morales y, como Hoy la ciencia admite el error y reconoce que el mundo ya no es
tal, merecedor de protección moral por parte de terceros. tan binario.
Evaluar la noción de “persona” implica afirmar, entonces, qué La Ley de Identidad de Género argentina es única, ya que des-
es lo que hace que la vida sea importante y lo que hace que judicializa al sacar del ámbito de la Justicia el tema. Las perso-
algunas vidas sean más importantes que otras. El hecho es que nas trans ya no tienen que hacer un juicio al Estado para que
a las personas las protege la sociedad y les da derechos. Existe les otorgue el cambio en el DNI, ni autorice las intervenciones
protección moral. quirúrgicas necesarias. Despatologiza: reafirma que todas las
Previo a la Ley de Identidad de Género las personas trans no identidades son normales. Finalmente valida la autopercepción
tenían igualdad de derechos ni ciudadanía plena. Tenían que de las personas y sólo hay que hacer un trámite administrativo
hacer un juicio al Estado para que se reconociera su identidad para el cambio en el documento. Este hecho no es menor ya que
y para que un juez les autorizara a modificar su DNI y su propio da poder a la palabra. A la vez garantiza el acceso a las cirugías y
cuerpo. tratamientos hormonales para los que lo necesiten, a fines de vi-
vir más armónicos en consonancia con su identidad de género.

Hoy sabemos que la identidad de género,


esa percepción subjetiva acerca de quién
soy yo, es una construcción compleja que
puede coincidir o no con el sexo asignado
al nacer, siendo una situación humana
posible y perfectamente normal.
Un poco de historia Experiencia trans en la niñez
Sabemos que la diversidad existió a lo largo de toda la historia Un tema que resulta particularmente alarmante es que las ex-
de la humanidad, muchas sociedades la integraron y otras la periencias trans también pueden darse (y se dan) en la infancia.
castigaron. Donde niñxs que no cumplen con las expectativas de la tipifi-
La realidad, que no era binaria, fue redefinida en un momento cación varón-mujer también son estigmatizados y maltratados.
de la genealogía del saber como pecado, con castigos que po- Quizás uno de los problemas más invisibilizados. Los niños con
dían llegar hasta de muerte (aun hoy en siete países existe pena experiencia trans son en general obligados a entrar en un molde
de muerte para la homosexualidad: Arabia Saudí, Emiratos en el que no entran. No se les permite elegir sus juguetes pre-
Árabes, Irán, Mauritania, Somalia, Sudán del Sur, Yemen) y en feridos, por no cumplir con las expectativas esperadas según el
76 países sigue siendo un crimen. No es una metáfora: ser gay género asignado al nacer. Esto limita sus posibilidades de juego,
o lesbiana en los países citados puede hacer la diferencia entre de desarrollo de habilidades y de integración social.
estar vivo o muerto. Muchas veces reciben castigo o rechazo de sus familiares cer-
El paso siguiente lo dieron las ciencias de la salud. Salvo hon- canos. Con enormes consecuencias negativas para su salud. Un
rosas excepciones aceptaron el dogma binario heteronormati- estudio de Caitlin Ryan de la Universidad de California nos dice
vo-heterosexista y sin ninguna evidencia científica consideraron que el rechazo familiar multiplica por ocho el riesgo de suicidio
patología a todo lo que quedaba fuera de él. en niños y jóvenes homosexuales y transexuales. Otro realizado
No miramos o no quisimos reflexionar sobre las enormes con- en la ciudad de Nueva York nos cuenta que del 25 al 40% de los
secuencias de este hecho. La estigmatización, el prejuicio, la homeless en NYC pertenecen al colectivo LGBT. Fueron expul-
discriminación y la violencia sobre las personas afectadas son sados de sus hogares a edades tempranas cuando quisieron salir
algunos de los efectos producidos sobre ellos. Sólo por no entrar del closet. Hay que saber que la aceptación familiar disminuye
en las categorías de varón y mujer normativos o cisexuales. drásticamente las probabilidades de problemas de salud mental,
Este dogma/ideología binaria dejó afuera a muchos semejantes la deserción escolar, el abuso de sustancias y suicidio.
que no tuvieron el ejercicio pleno de sus derechos humanos. No
se los consideró personas, no se les permitió tener una identi-
dad, ni acceder al sistema de salud, al mundo laboral, al estudio,
o a la intimidad. Fueron estigmatizados desde los manuales de
psiquiatría que rigen las normas de atención de todos los siste-
mas sanitarios. Hasta ayer nomás se los tildó de enfermos, locos,
bizarros, psicóticos, raros, perversos, trastornados.
Sometimos a una vida de segunda clase a todx aquel que no
entrara en esos cajones binarios.

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Época de cambios Previo a la Ley de


A la vez, de manera vertiginosa se están produciendo enormes
cambios en la comprensión de la diversidad sexual. Una verdade- Identidad de Género las
ra revolución está transformando nuestras sociedades. Las perso-
nas que no fueron consideradas como tales están reclamando por
personas trans no tenían
sus derechos y son escuchadas. En muchos casos han provocado igualdad de derechos
cambios jurídicos al modificar las leyes: la Ley de Identidad de
Género argentina es un ejemplo. Otras veces han modificado las ni ciudadanía plena.
normativas de atención al incluir la salud de las personas trans- Tenían que hacer un
género en la agenda sanitaria. A la vez las empresas empiezan a
visibilizar el colectivo trans en el mundo de Internet donde por juicio al Estado para
ejemplo Google+ y Gmail han incluido las categorías: varón, mujer que se reconociera su
y otro. Facebook personalizó aún más las identidades de género
donde hay muchas opciones (50), entre las cuales están transgé- identidad y para que
nero, intersexual, andrógino, neutro, etcétera.
Sólo basta observar algunos aspectos de la realidad que nos
un juez les autorizara
atraviesan. Abrir los ojos y ver que vamos camino a la integra- a modificar su DNI y su
ción de las identidades trans en un plano de igualdad de dere-
chos. Hecho irreversiblemente nuevo y en el cual nuestra ley de
propio cuerpo.
identidad marca el rumbo y se lo señala al resto del planeta.
Hoy asistimos al derrumbe de esta concepción que afectó a
millones de personas. El DSM V saca de la categoría enfermedad
mental a la transexualidad y borra el trastorno de la identidad
sexual. Ninguna identidad es patológica y se empieza a desmo-
ronar el binario.
Están cambiando los conceptos referidos al género y todas las
clasificaciones quedan obsoletas porque las personas se autode-
finen constantemente, incluyendo posturas políticas disidentes.
Cambian los procesos cerebro-mentales y por consiguiente los
cuerpos que las representan. En ese sentido es más útil deshacer
el concepto de género tal cual lo conocíamos.
¿Qué es hoy ser varón, mujer, travesti, transexual, transgénero,
intersex, no conforme con el género, cyborg, neutro? Asistimos a
la era post género. Hay tantos géneros como personas existen y
se autodeterminan.
¿Qué cuerpos representan esos géneros? Hoy hay varones con
útero, vulva y vagina, mujeres con pene y mamas. Hay diversi-
dad de cuerpos y son más de diseño que nunca en la historia.
También cambian las parejas, las familias y la sociedad toda es
más diversa.
El universo de la sexualidad ya no es tan fijo ni inmutable. Es
diverso y cambiante. Hay cambios en la sexualidad, en el placer,
en los aspectos reproductivos, en el concepto de familia, en los
cuerpos de diseño, para todos (no sólo para cisexuales).
Nuestra tarea como profesionales de la salud es distinguir entre
las normas que permiten a las personas vivir, desear y amar
plenamente, de aquellas que coartan sus posibilidades de vida.
En ese sentido el compromiso con la despatologización de todas
las identidades de género es una lucha que recién comienza y
continuará…
La adicción sexual es una actividad
sexual excesiva, habitualmente
promiscua e incontrolada. Las
personas adictas persisten en su
conducta a pesar de las consecuencias
negativas que sufren inevitablemente
y no logran sentir auténtico placer.
La educación sexual desde la infancia
es la única manera de promocionar la
salud sexual y emocional y de prevenir
trastornos en la constitución de la
personalidad.

Adicción sexual

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por Virginia Martínez Verdier. Psicóloga, Profesora


de Psicología, UBA. Especialista en Sexología Clínica y en
Educación Sexual. Periodista científica. Asesora y Capacitadora
de profesionales y docentes. Directora de www.sexuar.com.ar

sub.coop
L a sexualidad humana es una energía vital que
reúne necesidades biológicas, psicológicas, socia-
les y espirituales. Como motor de nuestras accio-
nes, actitudes y sentimientos, su desarrollo sano nos guía hacia
la búsqueda de placer, armonía y comunicación en todo lo que
hacemos. Nos permite estructurar una identidad coherente, dar
Los seres humanos pasamos por situaciones comunes que son
culturalmente eróticas (por ejemplo en Occidente, un escote
pronunciado) y por necesidades eróticas que son exclusivamen-
te individuales. Cada persona da sentidos diversos a su sexuali-
dad, entre otros, puede ser importante o despreciable, un medio
para la procreación, una defensa contra la soledad, un modo de
y recibir afecto, elevar nuestra autoestima, sentirnos pertene- comunicación, una forma de agresión, un deporte, el amor, el
cientes a un grupo social. arte, una huida, una fuente de autoestima, una forma de expre-
El erotismo, vivencia sexual exclusivamente humana, es una sar afecto, un deber, un placer, una función biológica, un desafío,
experiencia ligada a la vida y a la pasión. Su finalidad principal un antidepresivo, un somnífero, una lucha por el poder.
no consciente es paliar la angustia existencial por la soledad al Como el erotismo es un aspecto de nuestra vida interior, las ca-
alcanzar la unión con otro sin dejar de ser uno mismo. Se des- racterísticas de la pareja sexual que buscamos responden a ese
pierta por los estímulos externos que reciben nuestros sentidos: mundo interior. De acuerdo con nuestra historia (especialmente
el tacto, el oído, el olfato, el gusto y la vista, y por estímulos in- la infantil), con los modelos y mandatos recibidos, nuestras
ternos: las fantasías y los recuerdos. creencias, ideología y momento vital, determinados estímulos

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Adicción sexual > 1 1 7

externos nos sensibilizan más que otros. Casi como una trampa, por cada sociedad. Lo anormal de ayer puede ser lo normal de
históricamente ligado a la prohibición y a la transgresión, si se hoy. Lo anormal en un país o región puede ser lo normal en otro,
convierte en repetición, deber y costumbre, el erotismo muere. aun coincidiendo en el tiempo social.
Qué es entonces “lo normal” para la sexualidad humana en Para acercar una respuesta que nos aclare, que permita consen-
relación a ideas, necesidades, fantasías, conductas o modos de so, que trascienda los tiempos y que no se esconda tras el relati-
vincularse. Estar dentro de la norma significa hacer o sentir lo vismo cultural, podemos concluir que como la palabra “normal”
que hace o siente la mayoría. Las personas necesitan identificar- es tramposa conviene reemplazarla por el término “aceptable”.
se con otros hasta casi actuar masivamente para sentirse segu- Lo aceptable sexualmente es toda conducta acordada entre
ros, aceptados, socialmente adaptados. La sociedad de consumo adultos, que no produzca daño físico ni psíquico y que no inclu-
–que masifica– promueve normas contradictorias, desde inhibi- ya menores de edad.
doras (“eso no se hace”) hasta mecanizantes (“cuánta mina que Dentro de este contexto ¿qué lugar ocupa la adicción sexual?
tengo”) de las conductas sexuales. En ambos casos la afectividad Suele creerse (y en la esfera sexual la mayoría de las personas
está ausente. Dentro de esta ambivalencia cultural, según dónde nos manejamos con creencias) que aquellos que llevan una vida
se pare la persona, su modalidad sexual será normal para una sexual sumamente activa están más ligados al placer que el res-
pauta pero anormal para otra. to de las personas. Nos encontramos aquí con un primer pro-
En sexualidad no hay una norma universal. Cada sociedad según blema, cómo medir ese “sumamente”. ¿Cuál es el límite entre lo
cada momento histórico y cada estrato social utiliza diferen- habitual y lo exagerado? Según la región, la época histórica o el
tes pautas para establecer qué es lo normal. Para analizarlo grupo social considerado, la frecuencia (alta o baja) en que una
podemos considerar diversos tipos de criterios (estadísticos, persona desea sexualmente puede ser considerada como habi-
filogenéticos, morales, legales o sociales) pero según se conside- tual o fuera de lo normal. La práctica usual de diversas actitudes
ren unos u otros, determinadas conductas serán “anormales” o sexuales (masturbación, acoso sexual, consumo de prostitución,
“normales”. Pensemos en el sentido de la desnudez en las playas pornografía, cibersexo, etc.) no implican necesariamente adic-
a principios del siglo XX (anormal socialmente) y en la actua- ción al sexo.
lidad (normal), así como el chador que cubre completamente La adicción sexual o trastorno de la hipersexualidad es
a la mujer islámica ortodoxa aún hoy (normal/anormal social- una actividad sexual excesiva, habitualmente promiscua e in-
mente). Consideremos a la homosexualidad: las personas homo- controlada. Es una dependencia sexual. Los adictos persisten en
sexuales rondan el 10% de la población mundial (anormal esta- su conducta a pesar de las consecuencias negativas que sufren
dísticamente), en variadas especies animales es una conducta inevitablemente, son incapaces de controlar su comportamien-
habitual (normal filogenéticamente), para la religión católica es to sexual. Los pensamientos sobre temas sexuales son constan-
un pecado (anormal moralmente), para las leyes de nuestro país tes e intrusivos. Ocultan su conducta sexual mediante engaños
hace poco tiempo que es aceptada (normal legalmente), la acep- y mentiras. Personas con muy baja autoestima, pueden quedar
tación social ha sido paulatina (anormal/normal socialmente). aisladas por la búsqueda constante de sexo, sin contemplar
Entonces, ¿lo anormal es lo antinatural, lo inmoral, lo ilegal, lo el riesgo físico o emocional propio o del otro. Sin la actuación
estadísticamente minoritario, lo que no se hace habitualmente sexual, padecen un malestar similar al síndrome de abstinencia
en determinado grupo social? Esta respuesta está condicionada (angustia, ansiedad, desesperación, depresión, etc.) y presentan
La adicción sexual o trastorno de la hipersexualidad
es una actividad sexual excesiva, habitualmente
promiscua e incontrolada. Es una dependencia
sexual. Los adictos persisten en su conducta a
pesar de las consecuencias negativas que sufren
inevitablemente, son incapaces de controlar su
comportamiento sexual.

cambios severos del humor relacionados con la ausencia o la


presencia de la actividad sexual (depresión o euforia). El umbral
de la adicción se alcanza cuando el comportamiento causa inco-
modidad o impide el funcionamiento social con concomitantes
económicos y familiares conflictivos. Si bien se considera el
aumento exagerado del deseo como señal de adicción, el punto
esencial de todo adicto está dado por la ausencia de autocon-
trol.
Toda adicción se define por la compulsión de tener que desarro-
llar determinada acción más allá de la propia voluntad. La com-
pulsión es un mecanismo psicológico que se diferencia del dejar-
se llevar por los impulsos. El impulso, si bien es descontrolado y
desapegado de la reflexión, nos habla de una vivencia placentera
de la conducta realizada, por ejemplo comer, fumar, beber al-
cohol, tener encuentros sexuales, juegos de azar, drogarse, etc.
Estas mismas conductas cuando son compulsivas generan una
imposición interna de hacer algo de manera automática y fuera
de control en la que se satisface la necesidad en el momento
pero surge el displacer y la culpa como resultado final.
Esta conducta compulsiva es llevada adelante por el sujeto para
calmar sentimientos negativos vividos como intolerables (an-
siedad, angustia, miedo, baja autoestima, vacío, soledad, entre
otros). Este adicto consume sexo en alguna de sus formas: mas-
turbación, acoso, búsqueda constante de un compañero sexual,
llevado a cabo con tal intensidad que en ella puede leerse la
desesperación por la descarga de esos sentimientos intolerables.
Salvo en la masturbación, cuando se necesita de otro para satis-
facer el consumo, ese otro no es vivido como un sujeto, ese otro
es un objeto de satisfacción desechable luego de ser utilizado.

1 1 8 > por Virginia Martínez Verdier


Adicción sexual > 1 1 9

La adicción sexual y la promiscuidad suelen ir de la mano. No En determinadas circunstancias la adicción sexual puede ser
hay selección, no hay real deseo, sólo hay necesidad de acallar transitoria, ya que surge sólo en determinado momento de la
un grito interno y cualquier cuerpo viene bien, por lo menos por vida como respuesta a una crisis personal, a modo de elaborar el
un tiempo la persona cree estar en paz, hasta que el grito co- duelo por una pérdida afectiva, por ejemplo, después de un di-
mienza nuevamente. vorcio, la persona necesita asegurarse de que aún continúa sien-
Parece ser que las enfermedades mentales, el consumo de dro- do deseable, eso suele llevarla a conductas sexuales irreflexivas.
gas, el alcohol, algunos medicamentos, las lesiones en la corteza A diferencia de la adicción como constituyente de la estructura
prefrontal izquierda del cerebro, pueden dañar las estructuras de la personalidad, estas personas, una vez superada la crisis,
relacionadas con el autocontrol y dan lugar a comportamientos retoman una vida sexual selectiva y “moderada”. Estas conduc-
compulsivos. Más allá de posibles causas orgánicas que justifi- tas no conforman una adicción patológica.
quen sus conductas compulsivas, los adictos sexuales sufrieron Consideremos sintéticamente algunas de las conductas adicti-
situaciones sexuales traumáticas en los primeros ocho años de vas habituales, que se transforman en tales cuando son compul-
vida (abuso, maltrato, represión severa, hiperestimulación di- sivas, excesivas, promiscuas, incontroladas y generan displacer y
recta o como testigo). En estos casos, la conformación del mapa sufrimiento posterior.
erótico personal puede oscilar entre la hiposexualidad (general- Dentro de la búsqueda constante de relaciones paralelas a la
mente encontrada en las mujeres) y la hipersexualidad (general- pareja establecida podemos observar que en ese caso lo habitual
mente efectuada por los varones). es que la pareja esté siempre conformada por lo menos por tres
La adicción sexual se observa más en los varones que en las (aunque uno no lo sepa). Este adicto no establece vínculos afec-
mujeres. Considerando una explicación filogenética de la mayor tivos profundos con ningún compañero sexual, ni siquiera con
actividad sexual de los varones, desde los mandatos de la natu- su pareja formal. Dentro de sus relaciones externas, este hombre
raleza, el macho debe impregnar la mayor cantidad de hembras se permite conductas sexuales que no realizaría con su pareja.
posibles para asegurar la continuidad de la especie. En cambio, Robert De Niro en la película Analízame responde a su analista
la hembra humana sólo puede procrear un hijo por año y debe cuando le pregunta por qué tiene amantes y le responde “¿¡Con
ocuparse de cuidar a la cría. Asimismo, desde los mandatos esa boca que besa a mis hijos!?”, aludiendo al sexo oral.
culturales y aun considerando los avances en este sentido en Si bien el adicto sexual busca encuentros con múltiples pa-
este nuevo milenio, el varón sigue teniendo permiso para inter- rejas sexuales simultáneas o sucesivas de manera inme-
cambiar sexualmente con un gran número de mujeres; eso lo diata, esta conducta se hace más evidente en algunos varones
hace “más hombre”. En cambio, en diversos ámbitos continúa homosexuales. Suelen visitar baños o boliches para practicar
considerándose que la mujer debe ser más selectiva y cuidadosa. sexo indiscriminado y sin ningún tipo de protección, que luego
genera intensos temores. Considerando que los varones son más “qué bien se TV”. El límite entre erótico y pornográfico también
proclives a la actividad, en la homosexualidad masculina pue- depende del estilo personal de cada uno. En la expresión social
den potenciarse las conductas promiscuas. del erotismo se trata a la sexualidad como sugestión, alusión y
La autoestimulación o masturbación es una conducta sexual ha- simbolismo del encuentro. En cambio, en las manifestaciones
bitual y saludable. En la masturbación compulsiva la persona de la pornografía las expresiones son explícitas, descriptivas de
necesita imperiosamente autoestimularse varias veces en el día, mecanismos sexuales, desprendida de las emociones. Existen
en cualquier lugar y circunstancia. Esa conducta no está incenti- diversos tipos de manifestaciones pornográficas con diferentes
vada por la necesidad de placer sino por una ansiedad destructi- gradientes, desde los que limitan muy cerca de lo erótico hasta
va que necesita ser descargada. La masturbación se convierte en los que están francamente alejados. El consumo de pornografía
estos casos en una forma de adicción que sólo aplaca la angustia se convierte en adictivo cuando es exclusivo, constante, compul-
momentáneamente hasta que vuelva a sentirse el vacío. El su- sivo y produce aislamiento social y sufrimiento.
jeto no puede conectarse con su vida cotidiana, ni proponerse El cibersexo, intercambio sexual a través de las computadoras,
proyectos de vida, ni relacionarse con los demás. facilita el consumo rápido y descomprometido, el lugar del otro
Tanto el erotismo como la pornografía despiertan el deseo como objeto, el aislamiento, la desconexión afectiva, protegien-
sexual. ¿Cuál es el límite entre ambos? En primer lugar el límite do de los riesgos a los que expone todo vínculo. Para algunas
está dado por la sociedad y la época histórica de cada cultura. personas puede convertirse en una forma ideal de satisfacción.
Aquello que en el siglo pasado podría haber sido catalogado Como en todas las conductas compulsivas, si la persona sufre
como pornográfico, en nuestra época puede ser considerado por ella, es una adicción.
erótico. Hace veinte años en nuestro país se censuró por escan- Reflexiones similares podemos encontrar en el consumo de
dalosa una publicidad televisiva mostrando las nalgas femeninas prostitución, en el que generalmente el usuario es un varón,

1 2 0 > por Virginia Martínez Verdier


Adicción sexual > 1 2 1

habitualmente con pareja estable y una vida aparentemente (presencia de un objeto determinado en la escena sexual, por
organizada. Este hombre se siente con todos los derechos ya que ejemplo un zapato), travestismo (vestirse con la ropa del sexo
abona por el servicio. La mujer prostituida es un objeto de su opuesto en el encuentro sexual, no indica homosexualidad ni
satisfacción, que no pide ni reclama ni ilusiona nada, casi como transexualidad)) y asociales delictivas como pedofilia (atrac-
una muñeca de goma. Este varón puede cumplir deseos que no ción por los niños), necrofilia (atracción por los muertos), sadis-
se permite con su pareja. Esta práctica se convierte en adictiva mo (infligir daño), exhibicionismo (mostrar los genitales por sor-
cuando es compulsiva y genera sufrimiento posterior. presa a desconocidos), entre otros. Comparten con la adicción
En síntesis, el adicto al sexo no siente auténtico placer con sus la imperiosidad y la dependencia del objeto de satisfacción, sin
conductas, no puede controlarlas, está dominado internamen- embargo, estas personas no suelen sentir culpa. El sufrimiento
te y le resulta muy difícil conectarse con otros intereses que aparece cuando no logran desarrollar su conducta parafílica. Lo
puedan ser armónicos y productivos para sí mismo. Esconde único que sacia la excitación es la realización de esa fantasía. La
su “doble vida” como algo vergonzante y teme ser descubierto. parafilia puede convertirse en una adicción cuando se impone
Siente culpa porque transgrede las pautas sociales y se castiga en automático, provoca malestar posterior y se mantiene en el
con el sufrimiento. tiempo.
Considero importante delimitar el alcance entre la adicción Hablando de fantasías, distingamos entre una fantasía sexual
sexual y las parafilias antiguamente llamadas perversiones de cualquier índole y su puesta en práctica. Las conductas que
sexuales. Estas personas tienen una forma no convencional fuimos mencionando en este artículo pueden formar parte del
de sentir placer como única manera de poder cumplir con su imaginario erótico de una persona, sin que implique adicción o
respuesta sexual completa (deseo-excitación-orgasmo). Las parafilia. En la vida sexual, las fantasías son un aliado necesario
hay sociales que no hacen daño a terceros, como el fetichismo y gratificante. Constituyen puntos de apoyo fundamentales para
el despliegue del erotismo. Como un estímulo que despierta el
deseo, continúan desarrollándose durante el estado hipnoide
que implica dejarse llevar por la excitación, apareciendo con
más facilidad la transgresión de normas o valores que no se
actuarían manifiestamente. Muchas personas suelen temer a
sus fantasías sexuales, creen que si fantasean puedan desear
llevar esas fantasías a la acción y hacer algo que no está permi-
tido por su propia conciencia. El miedo, la vergüenza, el pensar
que sólo uno es el que imagina “semejantes cosas”, suele actuar
como inhibidor de las fantasías y de su comunicación. La culpa
empobrece la imaginación e incluso lleva a algunas personas a
adoptar conductas sexuales totalmente opuestas a su fantasía
por temor a ser descubiertas y criticadas. La fantasía es una
conducta en sí misma que no desea ser llevada a la realidad, ya
que perdería su fuerza erotizante. Puede convertirse en adictiva
si es compulsiva, exagerada, aísla, produce trastornos vinculares
y económicos y genera sufrimiento.
Iniciamos esta nota mencionando los aspectos sanos de la
sexualidad como constitutiva del ser persona. Sin embargo, es-
tas líneas mostraron un lado oscuro de la sexualidad humana.
Las psicoterapias sexuales pueden aliviar de alguna manera el
sufrimiento, sin embargo, algunas marcas son prácticamente
indelebles. Por ello es que insistimos vehementemente en la
educación sexual desde la infancia como la única manera de
promocionar la salud sexual y emocional y de prevenir trastor-
nos en la constitución de la personalidad.
El sexo tiene muchas
características en común con
comportamientos adictivos. A
nivel neuroquímico, enamorarse
es “muy parecido” a tomar
drogas recreacionales. Si bien
todo lo que nos hace felices
nos hace adictos, siempre
existe la posibilidad de dejar
las adicciones artificiales y
quedarnos únicamente con las
naturales.

Sexualidad y
adicciones a
las drogas.
El sexo…
¿una adicción
más?

por José Oscar Chamorro.


Médico (UBA). Especialista en
Psiquiatría, Medicina Legal y Laboral
(UBA). Sexólogo y Psicólogo Social.
Médico en el Hospital Nacional en
Red Especializado en Salud Mental y
Adicciones (ex CENARESO)

1 2 2 > www.vocesenelfenix.com
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E l celo, “el estro femenino”, es el cebo biológico, es
lo que moviliza a los machos.
En la raza humana el celo cíclico ha desapareci-
do… y eso es permanente. Esta disposición continua ha logrado
fundamentar la asociación, la participación, el vínculo… dando
forma a la primera adicción, la más antigua: el sexo, el goce del
mientos adictivos. Regulado por el sistema límbico, o “cerebro
primitivo”, el sexo es conducido por la región definida como el
centro de la recompensa.
La dopamina, un neurotransmisor, es el neuroquímico del an-
helo que impulsa el comportamiento de fertilización… es el que
también impulsa adicciones a sustancias.
sexo… el sexo en todo momento... anhelando el momento cum- El ciclo de altos-bajos de la dopamina tiende a promover separa-
bre… el orgasmo. ción emocional entre compañeros, e incrementa la susceptibili-
“Ese ‘contrato sexual’, origen del sentido de parentesco, del al- dad a las adicciones.
truismo y del lenguaje, es el cimiento de todas las pautas de con- A nivel neuroquímico enamorarse es “muy parecido” a tomar
ducta que hoy día configuran la existencia humana”. Ese circuito drogas recreacionales. Muestra cómo estamos atados a tres
neurobiológico con sus neurotransmisores evolutivamente se ha programas: lujuria, amor romántico y lazos emocionales. Sin
ido “acomodando” para preservar la continuidad de la especie embargo, en alta proporción, las parejas encuentran que están
humana. El porqué hombre y mujer se sientan atraídos y de esa subordinadas a un cuarto programa: la separación emocional. Y
manera asegurar la fertilización y la trascendencia. aun cuando este impulso no separa del todo a las parejas, puede
El orgasmo es una respuesta casi convulsionante, aliviadora de encender frustración, desarmonía, una sensación de estanca-
una tensión muy placentera que constituye la cima de la satis- miento… y ansiedad por otras parejas… o por sustancias adicti-
facción emocional y física en la actividad sexual. Es una expe- vas recreacionales.
riencia de corta duración, muy individual, que dura de 10 a 20 Desafortunadamente las ráfagas de dopamina que acompañan
segundos y que posee una intensidad que muchos encuentran el clímax sexual son potencialmente muy adictivas e interfieren
difícil de entender, pero todos buscan repetir. con otras prioridades evolutivas (para épocas anteriores: tareas
De todas maneras podría ser un error señalar al orgasmo como como cazar, colectar alimentos, alimentar infantes… y en la
el criterio más importante de satisfacción sexual, menoscaban- actualidad, que el lector asocie con sus propios quehaceres co-
do la intimidad emocional, el cariño, las caricias, la cercanía y tidianos).
el compartir los profundos sentimientos con el ser amado que Ya en 2003 se halló que las tomografías de las personas teniendo
proporciona más plenitud que el orgasmo en sí. un orgasmo se asemejan a las tomografías de una “borrachera”
El sexo tiene muchas características en común con comporta- de heroína.

1 2 4 > por José Oscar Chamorro


Sexualidad y adicciones a las drogas. El sexo… ¿una adicción más? > 1 2 5

El orgasmo es una La dopamina se eleva durante la copulación y el orgasmo.


Estos altos naturales son sólo la primera parte de un viaje neu-
respuesta casi roquímico, un viaje que es, también, esencialmente el ciclo de

convulsionante, todas las adicciones.


Luego del orgasmo la dopamina cae, la prolactina se eleva, y la
aliviadora de una actividad del receptor andrógeno cae por un tiempo (aproxima-

tensión muy placentera damente durante una semana).


En la pasión neuroquímica vemos a la “persona de nuestros
que constituye la cima sueños”… luego, cuando aparece la “resaca”, vemos a “la Sra. X
o al Sr. Z”… O “necesitamos espacio”, o sobrerreaccionamos a
de la satisfacción comentarios, o nos sentimos necesitados, o encontramos a un
emocional y física en tercer partido irresistiblemente atractivo… o buscamos la droga
recreacional.
la actividad sexual. Existen tres componentes de la “resaca” posterior al orgasmo:
Es una experiencia de 1) La dopamina y su repentina caída luego del orgasmo.
En niveles ideales se compara con sensación de bienestar y una
corta duración, muy sana toma de decisiones. Genera comportamientos vitales para
individual, que dura la supervivencia como comer, beber, tomar riesgos, y sobre todo
comprometiéndonos en comportamientos de fertilización.
de 10 a 20 segundos Nuestra cultura ofrece incontables oportunidades para sobrees-
y que posee una timularnos con dopamina: alcohol, drogas recreacionales, com-
pras compulsivas, etcétera.
intensidad que muchos La baja concentración de dopamina está asociada con la depre-
encuentran difícil de sión, el sentirse incapaz de amar... y con las adicciones.
2) La prolactina. Para mantener el freno, la biología emplea
entender, pero todos este neuroquímico adicional.

buscan repetir. Ella ejecuta muchas funciones además de regular el sexo. Luego
del orgasmo sube su concentración inmediatamente, tanto en
el hombre como en la mujer, actuando como un mecanismo de
saciedad sexual.
La alta-prolactina podría estar contribuyendo al desaliento a
largo plazo que parece alcanzar a tantas relaciones íntimas.
El exceso de prolactina genera pérdida de libido, cambios de
humor y depresión, hostilidad, ansiedad, impotencia, cefaleas,
síntomas menopáusicos, infertilidad, aumento de peso, etc. (du-
rante el retiro de la cocaína –otra actividad de alta dopamina–
los niveles de prolactina suben y se requieren unas dos semanas
para que regresen a la normalidad).
3) Andrógeno: evidencia adicional de una persistente resaca
post-orgásmica. Los cambios se mantienen hasta una semana, y
comprenden una disminución o carencia de libido (esto responde
a una disminución del número de receptores en el hipotálamo).
Los cambios en los niveles de dopamina, prolactina y receptores
de andrógenos afectan poderosamente nuestro humor, nuestro
nivel de deseo de intimidad, nuestra percepción de nuestra
pareja, y nuestra susceptibilidad a las actividades y sustancias
adictivas.
Existen investigaciones que demuestran que los adolescentes
que son sexualmente activos usan más drogas recreacionales
que aquellos que no lo son.
Cuando permitimos que la biología o su sustituto, las drogas, querer), por oposición al placer consumatorio real (comúnmen-
recetadas o no, gobiernen nuestras vidas amorosas se está am- te denominado gustar).
plificando un punto débil en nuestro diseño. O sea, actúa como la señalización de la retroalimentación de las
Propongo introducir otro neuroquímico, la oxitocina, que si recompensas previstas. Si se asocia algo previo –por ejemplo,
bien no tiene directa relación con el orgasmo específicamente, armar un porro– con la sensación de placer posterior, la dopa-
hace a la conducta del lazo amoroso. Es un neuroquímico que mina ya empieza a producirse. O sea, sin duda alguna, en el caso
ejerce diferentes funciones dependiendo del lugar y cuándo es de las adicciones juega un papel mucho más importante esta
liberada. especie de motivación que el placer mismo de la acción.
Por ejemplo: goteada en una mujer embarazada puede provocar Ella también se libera ante el encuentro de estímulos desagra-
contracciones de parto. También causa la segregación de leche dables o aversivos y así motiva el placer de evitar o eliminar
materna, asociada a la prolactina. dichos estímulos desagradables.
Existen otras funciones importantes que dependen de ella, El bloqueo de los receptores de dopamina aumenta el consu-
como la habilidad de crear lazos recíprocos. Cuando es liberada mo de drogas. Dado que el bloqueo de dopamina disminuye el
en el sistema límbico está detrás de los lazos padres/hijos, de deseo, el aumento del consumo podría verse no como un deseo
amistades profundas. Sin ella no nos podríamos enamorar. químico sino como un profundo deseo psicológico de sentir
Está detrás del deseo no egoísta de consolidar, de acercarse uno algo.
al otro. Intentaremos una comparación entre la sexualidad y las bases
Esta cualidad explica el porqué fisiológico del compañerismo. neurológicas de la adicción a drogas: las sustancias adictivas
Desempeña un papel muy activo en la monogamia: parece ser (tales como opiáceos, cannabis, alcohol, cocaína, anfetaminas y
la clave del deseo de quedarse con una sola pareja. Así como la nicotina) inducen estados de placer (euforia en la fase inicial) o
dopamina y su resaca son las claves para la promiscuidad. alivio del dolor. El uso continuado induce cambios adaptativos
¿Podríamos tomar pastillas de oxitocina? No, ya que no atravie- en el sistema nervioso central, lo que se traduce en fenómenos
sa la barrera hematoencefálica. Si deseamos sus beneficios nece- como la tolerancia, dependencia física, sensibilización, craving
sitamos emplear comportamientos que animen su producción y recaída.
en el cerebro. Una manera es a través de las caricias, especial-
mente frotando. Otra, es dar sin egoísmo –o consolidándose
uno con el otro–, como un padre con su hijo. Un compañerismo
cercano, confiado, promueve su producción. Las parejas pare-
cen más y más atractivas con el tiempo (un hacer el amor más
cariñoso, no conducido únicamente al orgasmo, podría ayudar
al adicto, ya que estimula una producción más sostenida).
Pero, volvamos al tema principal… Las respuestas físicas de las
neuronas activadas por la dopamina son observadas cuando
se presenta una recompensa inesperada. Estas respuestas se
trasladan al estímulo condicionado después de apareamientos
repetidos con la recompensa. En la naturaleza aprendemos
a repetir comportamientos que conducen a maximizar
recompensa. La dopamina proporciona una señal instruc-
tiva a las partes del cerebro responsables de adquirir el nuevo
comportamiento.
Drogas tales como la cocaína, la nicotina y las anfetaminas,
por diferentes mecanismos llevan directa o indirectamente al
incremento de la dopamina en esas áreas… Y en relación a las
teorías neurobiológicas de la adicción química, se argumenta
que esas vías dopaminérgicas son alteradas patológicamente en
las personas adictas.
Hay quienes argumentan que la dopamina está más asociada al
deseo anticipatorio y la motivación (comúnmente denominado

1 2 6 > por José Oscar Chamorro


Sexualidad y adicciones a las drogas. El sexo… ¿una adicción más? > 1 2 7

La tolerancia y la dependencia física reflejan una adaptación sistema dopaminérgico mesocorticolímbico que se origina en
fisiológica a los efectos de la droga –sin embargo ambas no son neuronas del área tegmental ventral del cerebro. Todas las dro-
ni necesarias ni suficientes para un diagnóstico de abuso de gas de abuso actúan en este sistema a diferentes niveles.
sustancias–. Este circuito está implicado en efectos de reforzamiento agudo,
Las teorías sobre la adicción, fundamentalmente desde la evi- memoria y respuestas condicionadas unidas a craving y cambios
dencia neurobiológica y los datos de estudios de aprendizaje de emocionales y motivacionales del síndrome de retirada.
conductas y mecanismos de memoria, indican que ninguno de La respuesta a las drogas adictivas no está influenciada por la
ellos de forma aislada pueden explicar todos los aspectos de la habituación, y cada dosis de la droga estimula la liberación de
adicción. dopamina. Así la dopamina media las consecuencias hedónicas
Generalmente las drogas adictivas pueden actuar como reforza- del estímulo reforzador, promoviendo el aprendizaje asociativo
dores positivos (produciendo euforia) o como reforzadores ne- sobre el estímulo o anticipando sus efectos de recompensa.
gativos (aliviando síndrome de retirada o disforia). Los estímulos Durante el síndrome de retirada asociado con las drogas nom-
ambientales asociados con el consumo de la droga pueden por bradas hay un decremento sustancial en los niveles de dopami-
sí mismos inducir a una respuesta condicionada (retirada o na en dicho circuito neuronal.
craving) en ausencia de la droga, conduciendo a una búsqueda Esta retirada obliga a los adictos a continuar la búsqueda y
y comportamiento de consumo de la droga compulsivos, facili- consumo de la droga para prevenir o reducir síntomas físicos o
tados por dificultades en la toma de decisiones y en la habilidad disforia. Tanto la tolerancia (aumentar la dosis o la frecuencia)
para juzgar los consecuencias de las acciones propias. como la retirada incrementan el consumo compulsivo y son
Los rasgos de personalidad y enfermedades mentales son los esenciales para el mantenimiento de la adicción.
principales factores que condicionan la adicción a la droga. Aunque las drogas pueden producir dopamina de manera ar-
Rasgos como la búsqueda de riesgo o la búsqueda de novedad tificial al engañar al cerebro, eventualmente se necesitará una
favorecen el consumo. mayor dosis para obtener la misma sensación.
Sustrato neuroanatómico: al igual que en la sexualidad, el cir- Todo lo que nos hace felices por un momento nos hace
cuito neuronal de la adicción a las drogas es un componente del adictos, queramos o no… aunque casi siempre se puede
dejar.

A modo de conclusión: cuando nos enamoramos, la “culpable”


es la dopamina. Es la responsable de lo que llamamos amor
romántico, es decir, la primera etapa del enamoramiento. En
los enamorados la dopamina incrementa y mantiene constante
la concentración en el ser amado, enfoca la atención de manera
extrema, dirige el comportamiento hacia alcanzar la meta (el ser
amado), incrementa energía, genera hiperactividad, disminuye
el sueño y el apetito, promueve preferencia por la persona ama-
da al hacerla ver como única y novedosa, produce regocijo, y a
veces, manía, ansiedad o miedo. Es la responsable por el incre-
mento de la pasión de los enamorados cuando afrontan una
adversidad… y una de las cosas que queremos con la persona
amada… es tener sexo (el deseo es responsabilidad de la testos-
terona). Ambas (dopamina y testosterona) interactúan de tal
manera que el deseo sexual puede generar amor y el amor puede
generar deseo sexual. Esta “adicción” natural, que utiliza el
placer como motor, tiene un propósito… la fertilización y
la continuidad de la especie humana. La otra… la adicción
artificial (la que utiliza las drogas recreacionales), y que utiliza
el mismo circuito, entiende el placer como objetivo… y luego
nada más… sólo continúa un vacío existencial que sólo se
podrá disimular… con más droga.
El abuso sexual contra niñas y niños
tiene una presencia contundente
en la sociedad. Si bien muchos casos
son denunciados, la mayoría de las
veces se pone en marcha la hipócrita
maquinaria de mirar para otro lado. El
proceso judicial es fundamental, pero
es apenas el primer paso. Se necesitan
políticas públicas que contemplen la
educación sexual desde los primeros
estamentos, talleres para mayores
y una mayor difusión de los caminos
de la prevención para poder volver a
soñar con una niñez feliz.

Esa vieja
costumbre
de abusar. La
responsabilidad
social ante el
abuso sexual
infantil
por Jorge Garaventa. Psicólogo (UBA). Miembro del Tribunal de Pensamiento
Contra Delitos de Lesa Humanidad. Creador y Moderador del “Proyecto Listas y Foros
en Internet” y de los grupos virtuales: Espacio clínico Psi, Hablemos de Psicoanálisis,
Femicidios Hoy y Lectura del Seminario Los Anormales de Michel Foucault

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B ajó la vista, ni por pudor ni por arrepentimiento.
Apenas un gesto para rearmar la soberbia per-
versa que tanto daña y volver a izar la mirada
desafiante. El tribunal acababa de condenarlo por abuso sexual
contra un niño que se hizo adolescente de tanto transitar en busca
de justicia. Aun en esa instancia, el abusador tratará de reencon-
Este mecanismo, en definitiva, inocula un malestar activo y
constante en la psiquis de la víctima y es a su vez lo que perpe-
túa el dominio del victimario, aun en ausencia.
Mientras que quien padeció el abuso tiene la sensación de que
su vida ha sido arruinada para siempre, observa cómo el abu-
sador disfruta de su cotidianeidad sin mayores inconvenientes.
trar los ojos de su víctima. Si lo logra será su triunfo. Lo último que Este mecanismo no es inocente. Esconde un mensaje de desa-
se llevará el joven o el niño será esa mirada impertérrita, helada, liento y desamparo para quien lo recibe.
paralizante. En el mejor de los casos ya no hará mella, pero los Se comprenderá, a poco de andar en este artículo, por qué sole-
mejores casos suelen ser los menos. mos poner tanto énfasis en la necesidad de la reparación sim-
Cuando se cierra un proceso judicial sobre abuso sexual infan- bólica que llega a través de la Justicia. También se comprenderá
til, con o sin condena, la sociedad se alivia y se desentiende; la que con eso sólo no es suficiente pero sí altamente necesario.
macrosociedad y los cercanos. Pero para quien padeció el abuso El abuso sexual contra niñas y niños tiene una presencia con-
comienza un proceso nuevo, cruelmente solitario, que es el de la tundente en la sociedad. Las pocas estadísticas que se conocen
reparación del daño, de acomodar la devastación psíquica que
significó el vejamen. Porque bien lo dice el juez Carlos Rozanski:
“Quien ha padecido abuso, en su psiquis, no cesa nunca de ser
abusado”.
Intentando evitar que esta certera descripción sea una senten-
cia perpetua es importante entender que el proceso judicial es
fundamental, pero es apenas el primer paso y que a veces ni
siquiera es posible transitarlo.
Las niñas, niños, jóvenes y adultos que han padecido el abuso
sufren el mismo estigma que las histéricas hasta antes de la
llegada de Freud. Portan un sufrimiento extremo que a la ciencia
le resulta poco creíble porque, se sabe, no hay ciencia sin ideo-
logía, mucho menos en los dominios de la cultura patriarcal y el
capitalismo en crisis.
Hubo una psicoanalista inglesa, Melanie Klein, que describió
un mecanismo psicológico, hoy tan necesario de ser recordado
y tenido en cuenta como olvidado: la “proyección introyectiva”.
Refiere a que por avatares del vínculo se traslada desde uno, una
sensación, un sentimiento que el otro percibe y aloja. Un troya-
no, diríamos modernamente. Por eso afirmamos que si la impu-
nidad es dañina, la ostentación de la impunidad es doblemente
dañina y feroz.

1 3 0 > por Jorge Garaventa


Esa vieja costumbre de abusar > 1 3 1

abonan la alarma ante el tema, pero más preocupante aún es sobre este tema, plantea que el abuso sexual infantil es un ba-
cuando tenemos en cuenta las características particulares de lazo que se descerraja en la psiquis de quien lo padece. Coinci-
estos hechos gobernados por el descreimiento, los secretos y el diendo con ese concepto planteamos que el efecto es devastador
pudor. Por eso hablamos de cifras negras, que son los números y la necesaria reparación sumamente compleja y tan dificultosa
que se esconden detrás del silencio en que el miedo y la vergüen- como necesaria.
za someten a las víctimas. Decíamos que el concepto de víctima viene injustamente vapu-
De los múltiples mensajes que vienen por añadidura, el más leado. Tal vez, como ha ocurrido con otros términos, producto,
contundente es aquel que nos obliga a decir que las familias no en parte, de la banalización en su uso. Pero en este caso hay un
necesariamente son el lugar más seguro para la niñez. La expe- algo más.
riencia nos indica que un altísimo porcentaje de los abusos son Quien ha sufrido abuso sexual infantil ha sido despojado de
intrafamiliares y que el perpetrador más frecuente es el padre y, muchas cosas, entre las cuales su dignidad, su alegría y su lugar
siguiendo en orden de importancia, otros adultos significativos. en la niñez ocupan un lugar destacado en este desalojo. Se lo ha
Adelantándonos a posibles refutaciones viene bien aclarar que privado de todo, incluso de su posibilidad de reconocerse como
también existen madres que abusan sexualmente de sus hijos, víctima.
pero estadísticamente es inequiparable, lo cual no implica que La víctima es aquel que ha padecido un daño que lo sobrepasa,
no haya que prestarle atención e intervenir con absoluta con- y que por la contundencia del mismo no ha tenido posibilidades
tundencia. De cualquier forma, analizar lo hegemónico es lo que de reaccionar adecuadamente. Lucha desigual y salvaje si las
nos convoca en este espacio. hay.
Este recorrido nos lleva a detenernos un momento en un tema Por eso reivindicamos la necesidad de afirmar que en este tipo
al que la Dra. Eva Giberti ha dedicado dos libros, uno de ellos de de delitos, porque de eso también se trata, existen claramente
reciente aparición. Nos referimos al incesto paterno filial contra diferenciados víctimas y victimarios.
la hija-niña. Si se advierte la gravedad intrínseca en el abuso Adentrándonos un poco más en lo que ocurre en quienes han
sexual infantil, mucho más ha de entenderse lo que significa padecido el abuso, se verá con claridad el porqué de la reivindi-
que una niña sea abusada sexualmente por aquel que tiene la cación de este estado como punto de partida hacia otra situa-
responsabilidad social, moral, familiar, económica de tutelarla, ción que conduzca a la reparación de lo padecido.
pero en lugar de ello, o además de hacer un como si de ello, ter- El victimario no actúa espontáneamente, y mucho menos de
mina en una utilización sexual de esa niña arrojándola a la iner- manera compulsiva. Precisamente la paciencia, la estrategia en
midad que conlleva ser abusada por su propio padre, reducida al el tiempo y la seducción ocupan un lugar central.
mero lugar de desecho en que la coloca la utilización sexual de El abuso sexual infantil es perpetrado por un adulto que tiene
su persona en formación, y en formación precisamente bajo la una relación significativa con el niño, por proximidad fami-
responsabilidad del perpetrador. liar, porque es amigo de la familia, docente, etc. La relación es
Hacemos un paréntesis para intentar explicar por qué, pese a siempre cercana afectivamente. En muchas ocasiones se com-
que son conceptos cuestionados aun desde algún sector de las prueba que dicha proximidad es intencional y que el abusador
ciencias sociales, seguimos insistiendo con que en esta proble- ha realizado estrategias de acercamiento, pacientes y de larga
mática es necesario hablar de “víctimas” y “victimarios”. data cuando no es familiar conviviente. El niño, como todo niño,
La Dra. Irene Intebi, una de las investigadoras más prestigiosas demanda amor y en esa demanda queda atrapado en la perver-
sión del adulto que responde irrumpiendo sexualmente bajo dos artilugios de defensa para soportarlo, pero en ello se le va la
el disfraz del cariño. Esta estafa paraliza y confunde. Lo lleva a niñez y la alegría.
pensar que el cariño que sintió y siente hacia ese adulto lo hace Rozanski dice, en relación con el abuso intrafamiliar, que hay
responsable de la situación que, dicho sea de paso, rara vez con- que imaginarse cómo transita su vida ese niño que luego de ser
lleva violencia física. abusado por las noches, por la mañana necesita hacer un ejerci-
Es precisamente en esta etapa cuando el abusador descarga cio extremo de disociación para concurrir a la escuela y desarro-
toda su artillería que conlleva al silencio de la situación. Suele llar todas las actividades que le depara la vida moderna.
haber amenazas que aterrorizan al niño acerca de lo que puede Es precisamente la “disociación” uno de los mecanismos de de-
ocurrir con sus seres queridos y con su familia en general si es- fensa más usuales en estos casos. A quien observa le da la sen-
tos hechos trascienden, pero lo que más paraliza es la sensación sación de un niño disociado del mundo y de sí mismo. Pero el
interna de responsabilidad con lo que está ocurriendo. precio que paga es alto. No es raro, entonces, chocar contra una
El pudor y el miedo gobiernan esta etapa que se puede extender personalidad visiblemente empobrecida.
durante años, aún cuando el sometimiento próximo haya cesa- Pero hay otras circunstancias que además de enmascarar el
do. abuso los someten a otro tipo de maltratos de la mano de la psi-
También esta es la razón por la que se reclama la imprescriptibi- quiatría, la psicología y la medicina en general. Esto merece una
lidad de este tipo de delitos. breve introducción: la sociedad en general y la sociedad científi-
Sean como fueren las formas en que se desarrolló la situación, ca en particular son sumamente reticentes a aceptar la presen-
ha de quedar en claro que la responsabilidad es siempre del cia extensa del abuso sexual en la niñez. A veces por carencia
adulto que porta un recorrido vital y una capacidad asimétrica empática pero otras, no pocas, porque actúa la “desmentida”, es
por sobre la psiquis en formación del niño. decir, esa trampa de nuestra psiquis que para no angustiarnos
No obstante, más allá de miedos, pactos, silencios y amenazas, prefiere no ver lo que está ocurriendo delante de los ojos.
el niño siempre da señales que permiten concluir a la mirada Puede entonces negarse la presencia del abuso pero no la persis-
atenta del adulto que algo grave está sucediendo. tente denuncia sintomática de niñas y niños. La psiquiatría, la
La carga del abuso sexual es inmensa, pesada e intolerable para neurología, los laboratorios y la psicología se asocian entonces
quien la porta, razón por la cual el niño recurre a los más varia- para habilitar nuevos cuadros que agrupen la sinfonía de sínto-

1 3 2 > por Jorge Garaventa


Esa vieja costumbre de abusar > 1 3 3

El abuso sexual contra niñas y niños tiene


una presencia contundente en la sociedad.
Las pocas estadísticas que se conocen
abonan la alarma ante el tema, pero más
preocupante aún es cuando tenemos en
cuenta las características particulares de
estos hechos gobernados por el descreimiento,
los secretos y el pudor.

mas y habiliten correctivos terapéuticos y baterías medicamen- sociedad colaboran en el silenciamiento de la palabra infantil, y
tosas. Todo al servicio de silenciar la denuncia de niños y niñas. si los traemos, pese a su apariencia académica, es porque están
Nace entonces la patologización y medicalización de la infancia instalados en los diálogos cotidianos, más allá de las comunida-
y una cierta nomenclatura que rápidamente circula de boca en des profesionales involucradas.
boca ya que cada padre, madre o docente puede funcionar como Cuando un niño o una niña hablan denunciando abuso sexual
auxiliar de diagnósticos en esta cacería nosográfica. hacen temblar las estructuras en las que se asientan los valores
Hablamos entonces, como si se tratara de un kilo de yerba, de tradicionales de la sociedad y las instituciones que los represen-
ADD, ADHD, incapacidades, espectro autista y otros menjunjes. tan y recrean: familia, escuela, iglesia.
El espectro autista y varios otros que están en boga son un Esa es una lacerante realidad que no puede soslayarse. Los es-
ejemplo de lo que venimos diciendo. Actúa en forma de red que pacios de contención de la niñez suelen convertirse en cuevas
intenta que ningún pez, ni el más pequeño, escape a la encerro- de maltratos, violencias y abusos. En ocasiones es lícito suponer
na. Es así como quedan incluidos en el mismo espacio signos y que detrás de los abusos sexuales que se producen en ámbitos
síntomas, hasta contradictorios, que poco o nada tienen que ver institucionales se esconden redes de pedofilia y pornografía
con los títulos en cuestión. infantil. Independientemente de la credibilidad que jueces y
Son los casos en que las disciplinas funcionan como “discipli- fiscales hayan tenido sobre los testimonios de pequeños, estos
nadoras”, valga la redundancia, al servicio del orden social. No han denunciado en forma sistemática la presencia de terceros
decimos por supuesto que todas actúen así, pero no se pueden con cámaras fotográficas o filmadoras.
negar las fuertes tendencias, a veces hegemónicas, epocales y… El tema de la incredulidad, por otra parte, es una de las mayores
subvencionadas. crueldades que sufren las víctimas de abuso sexual infantil. No
Lo que no debe perderse en todo este análisis es que estos cua- es fácil develar el secreto y cuando después de miedos y luchas
dros, al ser desgajados de los acontecimientos que originan la internas sin cuartel logran hablar, chocan primero con el descre-
rebelión infantil, son refugio de encubrimientos de violencias y imiento de los próximos y luego de jueces, psicólogos y fiscales.
maltratos, siendo el del abuso sexual uno de los más recurrentes. Los niños y las niñas hablan. El tema es si quienes tienen que
Pero no son las interpretaciones de los síntomas procedentes poner la oreja para validar su palabra o para impartir justicia
de la disociación los únicos atajos por los cuales la ciencia y la están dispuestos a emular la valentía de los pequeños.
Por eso, a riesgo de ser reiterativos, subrayamos: con señas, con los guarismos son similares. No es ocioso recordar que la falsa
signos, con síntomas o con palabras los niños y las niñas denun- denuncia es un delito que obliga al tribunal de justicia a proce-
cian. Algunas veces se los escucha y se les cree; otras, las más, se sar a la persona responsable, cosa que rara vez ocurre.
pone en marcha la hipócrita maquinaria de mirar para otro lado. Estas situaciones y muchas otras revelan a menudo déficits en la
Decíamos al principio que el abuso intrafamiliar en primer tér- formación en quienes intervienen en estos procesos, tanto des-
mino y el abuso paterno filial son lo prevalente. Esto ha llevado de la Justicia como desde el campo de la salud. Otras, no pocas,
a que las madres queden instaladas a menudo en el lugar de la estamos hablando de posicionamientos ideológicos.
sospecha de complicidad. ¿Cómo no han advertido que su hijo Por otro lado, no podemos obviar miradas comprensivas hacia
o hija estaba siendo abusado por su compañero? ¿Es posible no los perpetradores, que surgen aún desde las entrañas de las cien-
ver? cias. Se ha dicho históricamente que los abusadores son perso-
La experiencia indica que son muy pocas las madres cómplices nas que han sufrido ellos mismos el abuso cuando niños. Esto
pero sí variados los mecanismos autores de esta ceguera psico- se deduce de la concepción que supone que se elabora en activo
afectiva. aquello que se sufrió pasivamente. Este constructo tiene al me-
La complicidad es la decisión consciente e intencionada de ser nos dos falencias. Por un lado es aplicable a la psicología de la
partícipe de ese abuso. El resto son distintos derivados de la niñez, no de los adultos. Pero por otro lado la experiencia clínica
desmentida, la negación y la desidia. Cuando esto último ocurre, demuestra largamente que quien ha padecido abuso sexual en
la alarma es inevitable ya que hablamos de alguien con serias su niñez está lejos de construir una subjetividad perpetradora.
dificultades para empatizar con el sufrimiento de los niños, y Mas bien los efectos son tan devastadores que queda en condi-
más aún para implementar mecanismos de protección que ga- ciones de ser devastado en todas y cada una de sus instancias
ranticen el bienestar. vitales.
A veces se escucha, maliciosamente y a caballo de la falencia
del Estado que no elabora estadísticas fiables, que hay un creci-
miento importante de falsas denuncias sobre esta temática.
Los escasos sondeos referidos a esto permiten una primera
respuesta. Se trata de una afirmación tan infundada como inte-
resada.
El tema es complejo y casi específicamente técnico, pero es
necesario aclararlo. A los fines de abultar lo que se quiere afir-
mar o lo que se pretende desacreditar, se hace una sumatoria de
denuncias que no han sido sustanciadas, lo cual implica que a la
vista de los jueces las pruebas aportadas no son suficientes para
condenar al acusado, pero que distan de ser una denuncia falsa.
En España y Estados Unidos las estadísticas informan que las
falsas denuncias rondan entre el 2 y el 3 por ciento de los casos.
En nuestro país las que surgen de sectores judiciales u organis-
mos paragubernamentales que investigan seriamente el tema,

1 3 4 > por Jorge Garaventa


Esa vieja costumbre de abusar > 1 3 5

Vamos a intentar cerrar este análisis desde un optimismo funda-


mentado. Es verdad que las consecuencias en la psiquis de niñas
y niños que han padecido abuso sexual son serias y preocupan-
tes. Pero también es cierto que las intervenciones adecuadas
esperanzan la reversión del daño. Esto es, que los adultos inme-
diatos tengan actitudes de comprensión y cobijo, que se los se-
pare inmediatamente del abusador, que concurran a un proceso
terapéutico con profesionales formados en la materia y que no
se dé lugar a la estigmatización subjetivante. Por supuesto que
la reparación simbólica que implicaría la condena del abusador
sería un aporte fundamental. Pero no podemos confiar el futuro
bienestar de buena parte de la niñez en el desenlace de situa-
ciones judiciales. Lo que ha de quedar claro es que un niño que
transitó semejantes experiencias necesita retomar la niñez que
le ha sido arrebatada. Importa entonces confiar en que ello es
posible y actuar en consecuencia.
Desde lo social, las políticas públicas son centrales. La educa-
ción sexual desde los primeros estamentos del sistema ocupa un
lugar de privilegio complementado con talleres para mayores y
difusión de advertencias preventivas a nivel público.
No se trata de políticas paranoides. Lejos estamos de proponer
la formación de brigadas detectoras de abusos. Hablamos de
sensibilizar a todos los sectores sociales sobre la importancia
de prestar atención a la palabra, verbal o no, de niños y niñas.
Serán luego quienes se han formado para ello quienes puedan
decodificar qué malestar denuncia su decir. Pero para los próxi-
mos al niño o a la niña no habrá dudas de que algo grave le está
ocurriendo.
Es hora entonces de que se establezca que quien utiliza su
matrícula para desestimar la palabra del niño que denuncia un
abuso, valiéndose de instrumentos de dudosa procedencia e in-
tencionalidad, está incurriendo en una falta ética de relevancia.
Nos referimos explícitamente a quienes diagnostican actitudes
de alienación o inculcación maliciosa de discursos o co-cons-
trucción de relatos, situaciones estas cuya cientificidad ha sido
largamente descartada por las instituciones científicas.
El abuso sexual infantil es uno de los delitos cuya tasa de inci-
dencia no ha decrecido con la visibilización; las políticas preven-
tivas se demoran y los mantos de impunidad siguen abrigando a
muchos abusadores.
Los psicólogos no somos jueces, ni fiscales, ni abogados, somos
profesionales de la psicología que tenemos una única herra-
mienta: un conjunto de conocimientos validados científicamen-
te. La sonrisa, y hasta la vida de muchos niños, dependen de la
eficiencia de su utilización.
Cerramos recordando que la sociedad no puede presumirse
inocente ante tanta niñez agraviada. Quienes borran las sonri-
sas de nuestro futuro también son productos sociales. Hacerse
cargo de ello implica facilitar los caminos de la prevención y la
reversión del daño y volver a soñar con una niñez feliz.
por Chantal Stevens. Politóloga y
Magíster en Sociología Política, Coordinadora de
la Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos
de Oferta de Comercio Sexual del Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos de la Nación

1 3 6 > www.vocesenelfenix.com
> 137

La trata de personas resulta inadmisible


en la Argentina de hoy. Combatir esta
expresión actual de la esclavitud es
una prioridad para el gobierno de
la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner, que desde su asunción ha
destinado importantes recursos y
esfuerzos a su prevención, persecución
y sanción, así como a la asistencia de las
personas damnificadas por este delito,
con resultados otrora impensables.

Prostitución y
trata de personas
con fines de
explotación
sexual
sub.coop
“Todo se compra y se vende, y sin embargo, no todo puede com-
prarse y venderse sin socavar las bases mismas de la humanidad”.
André Gauron

E n nuestro país, la lucha contra la trata de perso-


nas concentra el apoyo de las distintas fuerzas
políticas y de diversas organizaciones de la so-
ciedad civil, incluyendo organizaciones no gubernamentales re-
lacionadas con temáticas de género, derechos humanos y niñez,
sindicatos y organizaciones religiosas. En contraste, la cuestión
más aguda que atravesara la Argentina, su contribución más
significativa se centró en atacar los factores que vulnerabilizaban
a una población diezmada, arrinconada y expuesta al accionar
de las redes de explotación y de tratantes, mediante la reversión
de un modelo de política económica que generaba desempleo,
trabajo no registrado, pobreza, fragmentación y exclusión social.
de la prostitución no congrega los mismos apoyos y funciona, Entendiendo la trata como una grave vulneración a la dignidad
antes bien, como un parteaguas que no pocas veces desemboca de las personas, y en particular de mujeres y niñas, esta pasó a
en un debate paralizante, cuya superación constituye un desafío tener un lugar en la nueva agenda política estructurada en torno
ineludible si lo que se pretende es, efectivamente, erradicar la de la protección y promoción de los derechos humanos.
explotación sexual en todas sus expresiones. La sanción de la ley 26.364, de Prevención y sanción de la trata
Pese a que los registros históricos dan cuenta de la operatoria de de personas y asistencia a sus víctimas en el año 2008, proveyó
bandas dedicadas a la trata de personas desde fines del siglo XIX el marco para la profundización de la lucha contra la trata y la
–mal llamada, por aquel entonces, “trata de blancas”–, la visibi- creación de dispositivos específicos para el rescate y la atención
lidad de esta problemática fue intermitente a lo largo de nuestra de sus víctimas así como de divisiones especializadas dentro de
historia y nunca recibió la atención que suscita en la actualidad. las fuerzas de seguridad para la persecución del delito, que fue
El emblemático caso de Marita Verón, secuestrada en la provin- tipificado con carácter federal. La capacitación de funcionarios
cia de Tucumán en 2002 para ser sometida a prostitución, y la de diferentes organismos con injerencia en la materia ha redun-
lucha de su madre, Susana Trimarco, por encontrarla, fueron el dado en la implementación de un abordaje interagencial coordi-
puntapié inicial para que el gobierno de Néstor Kirchner retoma- nado, facilitado por la elaboración y puesta en funcionamiento
ra una problemática antiquísima pero acallada durante décadas, de protocolos de actuación para las fuerzas y organismos inter-
creando el primer programa para combatirla y promoviendo el vinientes en la asistencia de las víctimas. Desde la sanción de la
funcionamiento de una fiscalía especializada en su investigación. ley mencionada hasta la actualidad, fueron rescatadas un total
Más allá de estas medidas puntuales y atendiendo al particular de 8.696 víctimas de la trata y delitos conexos con esta. La mitad
momento histórico en que tuvo lugar su mandato, inmediata- de estos casos se relacionaron con situaciones de explotación
mente posterior al momento cúlmine de la crisis estructural sexual.

1 3 8 > por Chantal Stevens


Prostitución y trata de personas con fines de explotación sexual > 1 3 9

Esta cifra escalofriante no sólo es reflejo del lugar prioritario que


ocupa la trata de personas en la agenda de gobierno, también
da cuenta de la envergadura y la naturaleza de la problemática
que nos ocupa. La tristemente vasta experiencia adquirida en el
abordaje de la trata ha permitido una mayor comprensión de la
dinámica del delito, de las redes que lo perpetran, del modo en
que operan, de las víctimas que buscan, de los horrorosos tor-
mentos y vejaciones a las que las someten, y también de otros
factores que la posibilitan más allá de las causales de orden
socioeconómico cimentadas en un voraz ánimo de lucro que no vada para satisfacer una “demanda” masculina muy exigente.
pone reparos a la mercantilización de seres humanos. En efecto, la explotación sexual y la trata no pueden ser cabal-
Por lo pronto, las situaciones de trata sexual que se registran en mente entendidas sin la adopción de una perspectiva de género.
la actualidad son diferentes de aquellas que tenían lugar una Comprender que en el sistema prostituyente son siempre las
década atrás, puesto que el delito ha mutado ante el incremento mujeres las que son explotadas sexualmente (también hay una
de controles estatales. Lo que se mantiene constante son los porción de personas travestis y trans y, si bien hay varones que
esfuerzos por dotarlo de una aparente legalidad para eludir la son prostituidos, constituyen un porcentaje ínfimo en relación a
mayor vigilancia. En cuanto a las redes criminales, lejos de pa- las mujeres) y que prácticamente la totalidad de los que pagan
recerse a las mafias de las películas, son mucho más amplias y por sexo son varones, nos lleva a preguntarnos acerca de las
difusas de lo que se suele creer, contando con personas que lle- construcciones sociales que existen en torno de la masculinidad
van adelante diferentes tareas cuya compartimentación ayuda a y la feminidad, particularmente en lo que hace a la sexualidad, y
diluir responsabilidades y perder de vista su finalidad: “marcar” qué incidencia tienen estas representaciones en la perpetuación
a las víctimas que presentan alguna vulnerabilidad de la cual de las problemáticas que nos ocupan.
aprovecharse; captarlas mediante ofertas laborales engañosas Este entendimiento ha moldeado la política contra la trata
respecto de la actividad o de las condiciones en que se realizará; de los últimos años. Ejemplo de ello es la modificación de la
transportarlas a fin de distanciarlas de sus ámbitos de perte- legislación precitada mediante la ley 26.842, sancionada por
nencia, contención y ayuda; acogerlas en los lugares de tránsito unanimidad a fines de 2012, en aras de mejorar la detección de
y de destino cuando hay desplazamientos y, finalmente, regen- los casos de explotación y la protección de los derechos de las
tearlas y explotarlas. Para desplegar su accionar necesitan de la víctimas. Además de crear nueva institucionalidad, en lo sus-
connivencia de policías, jueces, inspectores y funcionarios, cuyo tancial esta ley redefinió los tipos penales relacionados con la
involucramiento se da por acción u omisión o, como ocurre trata de personas (art. 145° bis), la promoción y facilitación de
frecuentemente, por la naturalización misma de situaciones de la prostitución (art. 125° bis), y su explotación económica (art.
explotación sexual, dificultando su percepción como delito. Por 127°), tornando irrelevante el consentimiento otorgado por la
ello, la desarticulación de estas bandas exige una férrea decisión víctima sin importar la edad que tenga, en el convencimiento
política dispuesta a combatir estos crímenes en lo inmediato y, de que ninguna persona puede consentir su propia explotación.
en paralelo, trabajar en pos de un cambio cultural. Además de Asimismo, las amenazas, engaños, coerción o aprovechamiento
las muletas estatales, estas redes interactúan con numerosas
empresas y proveedores de servicios del sector privado, un actor
frecuentemente soslayado al analizarlas. Con niveles de respon-
sabilidad variable, los hoteles, las empresas de diferentes medios
de transporte, las distribuidoras de bebidas alcohólicas, los estu-
dios de fotografía, las imprentas y los medios de comunicación,
entre otras, proveen servicios a prostíbulos, vehiculizando el
accionar de los grupos criminales que lucran con la explotación
de la prostitución ajena.
Más allá de estos actores, siguen siendo los que pagan por sexo
el eslabón menos visibilizado de estas redes, pese a que son
quienes fomentan la existencia y continuidad de un sistema
prostituyente, no pocas veces presentado como un “mercado del
sexo”, que es capaz de engañar, amenazar, secuestrar, golpear,
violar, torturar, intervenir los cuerpos, generar adicciones y des-
aparecer mujeres con tal de generar una “oferta” diversa y reno-
de la vulnerabilidad y otros medios utilizados para obtener ese
consentimiento fueron eliminados de las definiciones penales
para pasar a constituir agravantes de estos delitos (arts. 145° ter,
126° y 127° CP).
La modificación normativa acaecida no es menor ya que expre-
sa un consenso en torno de una cosmovisión que es clave para
comprender de manera general los modos de relacionamiento
interpersonal que se promueven en nuestro país. La concep-
ción de la persona humana que subyace a esta reforma está
guiada por una noción de integridad e integralidad en la que
los cuerpos no son meros objetos o posesiones que puedan ser
escindidos de las personas para su comercialización, de ahí la
irrelevancia del consentimiento para que sean puestos en venta
o alquiler. Esta concepción es válida no sólo para analizar la
explotación sexual y la trata de personas, sino también para
comprender la institución de la prostitución, cuyo abordaje ha
resultado más elusivo, en parte, por las diferentes visiones que
existen en torno de ella.
Si bien la prostitución no está penalizada en la Argentina, el
sistema prostituyente no deja de ser uno en el que confluyen
diferentes situaciones, que no son estancas ni permanentes y que
pueden encontrar a una misma mujer atravesándolas en diferen-
tes momentos. Lo que abunda mayoritariamente son los casos
de explotación sexual a secas. En menor medida se presentan las
situaciones de trata de personas y, a contrario del imaginario ex-
tendido –tan funcional al patriarcado–, la prostitución autónoma
constituye una porción muy reducida. Más allá de la situación re-
lativa de quienes interactúan en este sistema y la manera en que
hayan llegado a formar parte del mismo, el contrato implícito no
varía y los estereotipados roles de género que caben a las partes,
tampoco: las mujeres (y/o quienes han asumido una identidad
de género femenina) ponen el cuerpo, como si este fuera una
mercancía de su pertenencia y no el territorio de su humanidad,
y los varones (y/o quienes asumen una identidad de género mas-
culina) ponen el dinero, como si lo que se intercambiara fuera
equiparable y se tratara de una relación entre iguales a la que
ambas partes hubieran llegado en las mismas condiciones y en la
que tuvieran el mismo poder de negociación.
Y en esta dinámica de “como síes” y pretensiones, abundan las
representaciones que reproducen y que son producidas por rela-
ciones desigualadoras y generadoras de violencia y discrimina-
ción. En efecto, en nuestra sociedad circulan permanentemente
mensajes, ideas y estereotipos que tienen cargas valorativas y
que ayudan a construir imaginarios sociales que configuran
distintos tipos de relaciones sociales entre varones y mujeres. A
fuerza de repetición y reproducción, estas construcciones so-
cioculturales terminan por instalarse como formas naturales de

1 4 0 > por Chantal Stevens


Prostitución y trata de personas con fines de explotación sexual > 1 4 1

pensar que justifican relaciones de poder desiguales, asignando deshonren, humillen o atenten contra la dignidad de las mujeres,
roles, expectativas y posibilidades de acceso y ejercicio de dere- como así también la utilización de mujeres, adolescentes o ni-
chos diferenciales para varones y mujeres, siempre en detrimen- ñas en mensajes e imágenes socioculturales reproductores de la
to de estas últimas. Si a ello se suma la constante cosificación desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres”. Más
de las mujeres en mensajes relacionados con el sexo, el cuerpo y allá del tipo y contenido de los mensajes de comercio sexual, su
con los roles sociales que a ellas se asignan, podemos empezar a prohibición evidencia un cambio en las condiciones materiales
vislumbrar una respuesta al interrogante planteado por el soció- de posibilitación de su producción, circulación y consumo, cues-
logo Richard Poulin acerca de cómo es que aquello que no es en tionándose la legitimidad de su existencia misma e invitando a
principio una mercadería termina convirtiéndose en una. reflexionar en torno de los límites de lo decible en el marco de
En este proceso, los medios masivos de comunicación juegan una hegemonía cultural determinada.
un papel crucial. Tanto es así, que hasta hace unos pocos años A fin de profundizar los resultados de la aplicación de este
la prensa gráfica argentina presentaba a las mujeres como una decreto en relación a las publicaciones de la prensa gráfica y
mercancía más en un rubro comercial, ubicando los avisos clasifi- otorgar un tratamiento similar a los avisos de Internet, que
cados de prostitución junto a los de compraventa de otros bienes. en la actualidad se presenta como el medio privilegiado para
Los mensajes del estilo de “conmigo vale todo”, “en mi cama lo la promoción del comercio sexual y donde persiste un trato
que pidas”, “calificada para tus exigencias”, “apasionada y compla- fuertemente denigrante hacia las mujeres, se encuentra en dis-
ciente” se publicaban de a miles en los diarios del país, dejando en cusión parlamentaria un proyecto de ley que cuenta ya con la
claro tanto el rol subordinado de las mujeres en el comercio se- media sanción de la Cámara de Diputados. Su reciente debate
xual como la anulación de su deseo, siempre a merced del placer en comisión del Senado ha expuesto algunas resistencias a su
sexual de quienes las prostituyen. Estas expresiones parecieran avance, que se contrastan con la gran aceptación social que tuvo
confirmar a Catherine MacKinnon cuando señala que lo que se el decreto 936 cuando la Presidenta lo anunciara cuatro años
compra y vende en la prostitución es sexo del tipo “haz lo que yo atrás. Reeditándose el debate centenario sobre la prostitución
digo”. Promoviendo incluso la pedofilización en las relaciones so- y el “trabajo sexual”, volvieron a quedar expuestos los tironeos
ciales y confiriendo a las niñas características de una sexualidad para la apropiación de la vieja consigna feminista, como plan-
adulta, voces como “bebota mimosa y ardiente”, “lolitas calento- tea Marta Vassallo, de “mi cuerpo es mío”, entre visiones que lo
nas”, “colegiala sexy”, también constituían un lugar común entre entienden inalienable de la persona y las que, atravesadas por
estos anuncios que extremaban el tratamiento de las mujeres y una lógica de mercado, ven en su venta o alquiler un ejercicio
niñas como objetos al punto de promocionarlas “2x1”. de libertad y plantean la necesidad de publicitarlo. El reclamo
La política de eliminación de la publicaciones de comercio sexual por el reconocimiento y la difusión del “trabajo sexual” evocan la
en los medios de comunicación establecida mediante el decreto definición de Pierre Bourdieu sobre la violencia simbólica que el
N° 936/2011 no sólo se dictó con el propósito de prevenir la trata sociólogo explica que se instaura cuando la persona dominada
de personas, en consonancia con las recomendaciones de los no puede no adherir al dominador y a su dominación porque
organismos especializados en la investigación del delito que ha- para pensar la relación que tienen sólo cuenta con instrumentos
bían indicado ya que estas publicaciones servían como señuelos de conocimiento que están atravesados por la relación de domi-
para captar personas a los fines de explotarlas sexualmente y nio, haciéndola parecer como natural.
para promover la prostitución ajena. También se ordenó su elimi- Mientras en el Congreso se daba esta discusión inconclusa so-
nación para dar cumplimiento a la ley de protección integral de bre un tema en torno del cual se logró un consenso de todas las
la violencia contra las mujeres, N° 26.485, cuyas prescripciones fuerzas políticas que se cristalizó en la legislación vigente tan
mandan combatir la violencia simbólica, definida como aquella sólo dos años y medio atrás, se difundía y viralizaba a un ritmo
que “a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íco- exponencial la convocatoria a lo que terminó siendo una mul-
nos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y titudinaria movilización en contra de los femicidios y todas las
discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subor- expresiones que asume la violencia de género, bajo la consigna
dinación de la mujer en la sociedad”, y la violencia mediática, que de #NiUnaMenos. Con este horizonte por delante, los parates o
comprende “toda publicación o difusión a través de cualquier retrocesos no pueden más que entenderse como instancias para
medio masivo de comunicación de mensajes e imágenes estereo- tomar aire y envión para seguir avanzando en la construcción de
tipados que, de manera directa o indirecta, promuevan la explo- una sociedad más justa e igualitaria en la que se respete la digni-
tación de mujeres o sus imágenes, injurien, difamen, discriminen, dad inherente a todos y todas.

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