Puerperio y Cesarea
Puerperio y Cesarea
Puerperio y Cesarea
posterior al parto. Durante este tiempo, los cambios anatómicos y fisiológicos maternos,
inducidos por el embarazo, retornan a su estado no gestacional. Su duración,
aproximadamente entre 4 y 6 semanas, aunque variable, implica adaptaciones que, aunque
menos complejas que el embarazo, pueden resultar molestas o preocupantes para la nueva
madre.
La involución del tracto reproductivo postparto inicia poco después del parto y afecta al canal
del parto. La vagina y su salida experimentan una disminución gradual de tamaño, aunque rara
vez recuperan completamente sus dimensiones nulíparas. La rugosidad vaginal reaparece en la
tercera semana, pero es menos prominente que antes del embarazo. El himen se representa
mediante pequeños cabos de tejido que cicatrizan formando carúnculas mirtiformes. El epitelio
vaginal refleja un estado hipoestrogénico y comienza a proliferar aproximadamente entre las 4
y 6 semanas, coincidiendo con la reanudación de la producción de estrógeno ovárico. Las
laceraciones o estiramientos del perineo durante el parto pueden resultar en la relajación de la
salida vaginal. Algunos daños en el suelo pélvico pueden ser inevitables, predisponiendo al
postparto a la incontinencia urinaria y al prolapso de los órganos pélvicos. Un seguimiento
cuidadoso de estos cambios es esencial para una atención postparto efectiva.
Durante el parto, el margen del cuello uterino puede lacerarse, y su abertura se contrae
lentamente en las semanas posteriores, experimentando cambios en espesor y la reformación
del canal endocervical. Aunque el orificio cervical externo no recupera completamente su
apariencia pregrávida, permanece más amplio, y las depresiones endocervicales en el sitio de
las laceraciones pueden volverse permanentes.
Los hallazgos ecográficos revelan que la involución uterina y la reducción rápida de tamaño
progresan significativamente durante la primera semana postparto. Desde la perspectiva
ecográfica, el útero y el endometrio alcanzan su tamaño pregrávido aproximadamente a las 8
semanas después del parto.
La ecografía Doppler ha proporcionado información adicional, mostrando una resistencia
vascular de la arteria uterina en aumento continuo durante los primeros 5 días después del
parto, la involución uterina podría variar en mujeres preeclámpticas, ya que estas son más
propensas a presentar muescas diastólicas tempranas en la velocimetría de la arteria uterina.
Estos hallazgos ecográficos ofrecen una visión detallada del proceso de involución uterina y son
cruciales para evaluar la recuperación postparto.
Después del parto, la decidua basal, que no se desprende debido a la separación de la placenta
y las membranas, experimenta cambios notables. La decidua in situ presenta variaciones en
grosor, un borde dentado irregular y está infiltrada con sangre, especialmente en el sitio
placentario. En los días posteriores al parto, la decidua restante se diferencia en dos capas. La
capa superficial se vuelve necrótica y se elimina a través de los loquios, mientras que la capa
basal adyacente al miometrio permanece intacta y se convierte en la fuente de regeneración
endometrial.
Aspectos clínicos
Dolores posparto:
Loquios:
La involución del sitio placentario es un proceso que toma hasta 6 semanas para su completa
extrusión. Inmediatamente después del parto, el sitio placentario tiene aproximadamente el
tamaño de la palma de la mano. En las primeras horas de la expulsión, suele contener
numerosos vasos sanguíneos trombosados que eventualmente se organizan. Al final de la
segunda semana, su diámetro se reduce a 3 a 4 cm.
Este proceso de involución del sitio placentario implica exfoliación, siendo impulsado en gran
medida por el debilitamiento del sitio de implantación debido a la nueva proliferación
endometrial, Es importante destacar que la involución no es simplemente una absorción in
situ. La exfoliación comprende tanto la extensión como el "crecimiento hacia abajo" del
endometrio desde los márgenes del sitio placentario, así como el desarrollo de tejido
endometrial desde las glándulas y el estroma que quedan a la profundidad de la decidua basal
después de la separación placentaria. La exfoliación del sitio placentario se debe al
desprendimiento de tejidos superficiales infartados y necróticos, seguidos de un proceso de
remodelación. Este complejo proceso de involución es esencial para la recuperación completa
del útero después del parto.
La ecografía pélvica puede ser útil para descartar la retención de placenta u otras anomalías
vasculares como causas subyacentes. La metilergonovina (Methergine), a menudo
recomendada en dosis de 0.2 mg por vía oral cada 3 a 4 horas durante 24 a 48 horas, es un
enfoque común, aunque su eficacia es objeto de debate.
Para casos más graves, se pueden administrar antibióticos de amplio espectro por vía
intravenosa. Otra posible causa de subinvolución es la remodelación incompleta de las arterias
uteroplacentarias, que puede manifestarse como trombosis y falta de revestimiento endotelial.
La presencia de trofoblastos perivasculares sugiere una interacción anormal entre las células
uterinas y los trofoblastos.
La hemorragia posparto tardía, definida como el sangrado que ocurre entre 24 horas y 12
semanas después del parto, presenta una incidencia clínica preocupante, afectando
aproximadamente al 1% de las mujeres. Este tipo de hemorragia uterina suele desarrollarse en
1 a 2 semanas, siendo más comúnmente resultado de una involución anormal en el sitio de la
placenta.
La retención de un fragmento placentario o la presencia de un pseudoaneurisma de la arteria
uterina pueden causar este sangrado tardío. En algunos casos, los productos retenidos pueden
experimentar necrosis con la deposición de fibrina, formando un pólipo placentario que, al
separarse del miometrio, puede provocar hemorragias intensas.
Aunque en algunos casos la hemorragia posparto tardía puede deberse a enfermedades como
la enfermedad de Von Willebrand o coagulopatías hereditarias, se destaca que pocos casos
están relacionados con la retención de fragmentos placentarios. Por lo tanto, algunos
profesionales, incluidos los autores mencionados, no realizan el legrado de manera rutinaria,
ya que existe preocupación de que pueda empeorar el sangrado al expulsar parte del sitio de
implantación.
En casos de pacientes estables con cavidad uterina vacía según la ecografía, se administran
medicamentos como oxitocina, metilergonovina o análogos de prostaglandinas. Se añaden
antimicrobianos si se sospecha una infección uterina. En situaciones donde la ecografía revela
grandes coágulos en la cavidad uterina, se puede considerar un legrado de succión suave. Sin
embargo, el legrado se realiza solo si persiste o se repite el sangrado apreciable después del
tratamiento médico.
Después del parto, la vejiga experimenta un aumento de capacidad y una relativa insensibilidad
a la presión intravesical. Esto puede dar lugar a distensión excesiva, vaciado incompleto y
acumulación de orina residual de forma frecuente. La retención urinaria aguda también es más
común con el uso de analgesia narcótica. Aunque la incontinencia urinaria es inusual durante el
puerperio, se ha prestado atención al potencial desarrollo de problemas como la incontinencia
urinaria y otros trastornos del suelo pélvico en los años posteriores al parto.
Anatomía de los Senos y Productos Secretorios: Cada glándula mamaria o seno maduro consta
de 15 a 25 lóbulos, dispuestos radialmente y separados por grasa. Cada lóbulo contiene varios
alvéolos, los cuales se agrupan para formar un solo conducto más grande que se abre en el
pezón. Estos conductos lactíferos llevan la leche hacia el exterior. Después del parto, los senos
secretan calostro, un líquido amarillo intenso rico en componentes inmunológicos, minerales y
aminoácidos. El calostro se produce durante los primeros días posparto y se convierte
gradualmente en leche madura en 4 a 6 semanas.
Productos de la Leche Materna: La leche materna es un fluido biológico complejo que incluye
grasas, proteínas, carbohidratos, factores bioactivos, minerales, vitaminas, hormonas y
productos celulares. Las concentraciones y el contenido de la leche cambian incluso durante
una sola toma y son influenciados por la dieta materna y las necesidades del recién nacido.
Contiene inmunoglobulina A (IgA) que protege al recién nacido contra patógenos entéricos, así
como otros factores de resistencia como el complemento, macrófagos, linfocitos, lactoferrina,
lactoperoxidasa y lisozimas.
Cuidado de las Mamas: Los pezones requieren atención, especialmente en caso de fisuras. Las
fisuras pueden hacer la lactancia dolorosa y aumentar el riesgo de infección. El lavado con agua
y jabón suave antes y después de amamantar es útil. Para fisuras graves, se recomienda
lanolina tópica y protectores de pezón. Es esencial corregir la mala adherencia del neonato al
pecho para prevenir fisuras adicionales.
Monitoreo Vital: Durante las primeras 2 horas después del parto, se toma la presión
arterial y el pulso cada 15 minutos, o con mayor frecuencia si es necesario. La
temperatura se evalúa cada 4 horas durante las primeras 8 horas y luego al menos cada
8 horas. Se presta especial atención al control del sangrado vaginal y a la contracción
uterina.
Observación del Útero: Se vigila el útero para detectar relajación, y se realiza masaje
uterino si es necesario. La hemorragia posparto, un problema potencial, se monitorea
de cerca durante al menos 1 hora después del parto.
Observación Después de Analgesia Regional o Anestesia General: Las mujeres que han
recibido analgesia regional o anestesia general durante el trabajo de parto o el parto
son observadas en un área de recuperación debidamente equipada y con personal.
Deambulación Temprana: Las mujeres son alentadas a levantarse y moverse dentro de
unas pocas horas después del parto. La deambulación temprana tiene beneficios como
menos complicaciones de la vejiga, menor riesgo de estreñimiento y tasas reducidas de
tromboembolismo venoso puerperal.
Atención Perineal:
Función de la Vejiga:
La atención posparto aborda una variedad de aspectos para garantizar la salud y el bienestar
de la madre después del parto
Problemas Neuromusculoesqueléticos Después del Parto:
Neuropatías Obstétricas: Durante el parto, la presión en las ramas del plexo del nervio
lumbosacro puede dar lugar a neuropatías obstétricas. Esto puede manifestarse como
neuralgia intensa o calambres en una o ambas piernas, y en casos más graves, puede provocar
pérdida sensorial o parálisis muscular. Lesiones en el plexo lumbosacro, nervio ciático o nervio
fibular común pueden ocurrir debido a la compresión con la cabeza fetal o el uso de fórceps.
Anticoncepción
Coito: Después del parto, la reanudación del coito es un aspecto individualizado y no hay datos
basados en evidencia que guíen específicamente este proceso. Sin embargo, algunas pautas
generales pueden considerarse:
Momento para la Reanudación: Después de 2 semanas del parto, el coito se puede reanudar
según el deseo y la comodidad de la mujer.
Dispareunia: En mujeres sin episiotomía, la dispareunia es menos común, pero en aquellas con
episiotomía, se ha informado que el 67% experimenta disfunción sexual a los 3 meses.
Secreciones y Hipoestrogenismo: Después del parto, el epitelio vulvovaginal es delgado y la
lubricación es limitada debido al estado hipoestrogénico. Esto puede ser más prolongado en
mujeres lactantes.
Morbilidad Materna Tardía: La morbilidad materna mayor y menor es común en los meses
posteriores al parto.
Cuidado de Seguimiento: Después del alta, las mujeres que tuvieron un parto vaginal sin
complicaciones pueden reanudar la mayoría de las actividades cotidianas.
Es esencial tener en cuenta las necesidades individuales de las mujeres después del parto,
abordar cualquier problema de salud persistente y proporcionar el apoyo necesario durante el
proceso de recuperación. La comunicación abierta entre la mujer y los profesionales de la salud
es crucial para garantizar una atención adecuada y personalizada.
Definiciones: El parto por cesárea implica el nacimiento del feto mediante una laparotomía y
luego una histerotomía.
Mortalidad y Morbilidad Maternas: La muerte atribuible solo a la cesárea es rara, pero varios
estudios indican un aumento en los riesgos de mortalidad materna.
Las tasas de mortalidad materna son más altas en cesáreas repetidas optativas en comparación
con mujeres que experimentan el trabajo de parto después de una cesárea anterior.
Las complicaciones relacionadas con la anestesia también son más comunes en cesáreas que
en partos vaginales.
Morbilidad Neonatal: La cesárea se asocia con una tasa más baja de trauma fetal, pero, aun así,
aproximadamente el 1% de los nacimientos por cesárea resultan en daños al feto.
Las cesáreas después de un intento fallido de parto vaginal operatorio tienen tasas más altas
de daños neonatales.
Complicaciones a Largo Plazo: Algunas investigaciones sugieren índices más altos de asma y
alergias en niños nacidos por cesárea.
Consentimiento Informado:
Cuidados Preoperatorios:
Preparación de la Piel:
En la incisión vertical de línea media para cesáreas, se inicia 2 o 3 cm sobre el margen superior
de la sínfisis, siendo lo suficientemente larga (comúnmente 12 a 15 cm) para permitir el parto
del feto. La disección mediante cuchilla electroquirúrgica o bisturí a través de las capas
subcutáneas revela la cubierta del recto anterior. Se realiza una pequeña abertura en la mitad
superior de la línea alba para evitar una posible cistotomía. Los dedos índice y medio se utilizan
para elevar la fascia, y la incisión fascial se extiende primero hacia arriba y luego hacia abajo
con tijeras. La separación de la línea media de los músculos rectos y piramidales, así como la
entrada peritoneal, son similares a las observadas en la incisión de Pfannenstiel.
La elección entre una expansión roma y profunda de la incisión inicial puede variar, y aunque la
expansión roma se asocia con menos extensiones no deseadas, un tiempo operatorio más
corto y menor pérdida de sangre, las tasas de infección y la necesidad de transfusión no
difieren significativamente. La incisión uterina se hace lo suficientemente grande para permitir
el parto del feto sin dañar los vasos uterinos laterales. Si la placenta está en la línea de incisión,
se debe separar o diseccionar rápidamente. En casos donde una histerotomía transversal no
proporciona suficiente espacio, se puede extender en forma de J, U o T, cada una con
implicaciones específicas y un mayor riesgo de pérdida de sangre intraoperatoria,
especialmente al extenderse hacia la porción contráctil del miometrio.
Alumbramiento del Feto durante la Cesárea: En presentaciones cefálicas, la cabeza del feto se
guía suavemente a través de la incisión uterina. Se puede utilizar una presión transabdominal
moderada para ayudar en la extracción. En casos de desproporción cefalopélvica, se consideran
métodos como "empuje" o "jale" para liberar la cabeza. Además, se menciona la opción de
usar una "almohadilla fetal", un globo intravaginal distensible que eleva la cabeza del feto,
aunque la evidencia de su eficacia es limitada.
Después del parto, se administra una infusión intravenosa de oxitocina para favorecer la
contracción uterina y prevenir hemorragias. Se destaca la importancia de tener personal
capacitado en reanimación neonatal en el salón de parto y se menciona que la necesidad de
reanimación neonatal no difiere significativamente entre cesáreas y partos vaginales.
En la reparación uterina, el útero se eleva a través de la incisión y se cubre con una esponja
húmeda. Algunos prefieren esta técnica, mientras que otros cierran la histerotomía con el
útero en su lugar. La elección entre ambos métodos no muestra diferencias significativas en
términos de morbilidad febril, dolor y pérdida de sangre.
Cierre Abdominal: Después de la extracción del feto, se realiza la limpieza de los intestinos
paracólicos y el cul-de-sac. Algunos cirujanos optan por irrigar estos órganos, especialmente en
casos de infección o presencia de meconio. Se verifica la correcta cuenta de instrumentos y
esponjas antes del cierre abdominal. En casos de diástasis significativa de los músculos rectos,
se pueden aproximar con suturas. La fascia del recto se cierra con una técnica continua de no
cierre. En pacientes con mayor riesgo de infección, se puede considerar el uso de hilos de
sutura de monofilamento. El tejido subcutáneo se cierra según su grosor, y existe evidencia
variada sobre la necesidad de cerrarlo para prevenir complicaciones. La piel se cierra con una
puntada subcuticular continua con diferentes opciones de hilo de sutura.
Se menciona que la irrigación rutinaria no se asocia con una disminución significativa en las
tasas de infección posoperatoria. La elección del método de cierre de la piel (suturas,
adhesivos o grapas) no afecta significativamente los resultados cosméticos o las tasas de
infección, pero las tasas de separación de la herida son más altas con grapas metálicas.
Estas técnicas han demostrado tiempos operatorios más cortos, tasas más bajas de pérdida de
sangre intraoperatoria y menor dolor posoperatorio. Sin embargo, pueden ser desafiantes en
casos de fibrosis del recto anterior y adherencias peritoneales
La incisión clásica de cesárea se evita generalmente debido a que abarca el segmento uterino
superior activo, que tiende a rasgarse con embarazos subsiguientes. Sin embargo, se puede
considerar en diversas situaciones:
Dificultades en exponer o entrar al segmento inferior uterino: Puede ser necesaria en
casos de vejiga con adherencias densas debido a cirugías previas, presencia de
leiomiomas en el segmento uterino inferior, invasión del cuello uterino por cáncer, u
obesidad masiva materna que dificulta un acceso seguro al segmento inferior uterino.
Placenta previa con implantación anterior: Se prefiere en casos complicados por el
síndrome de placenta adherida. En situaciones extremas, la histerotomía clásica puede
colocarse más alto o posterior en el cuerpo uterino para evitar la placenta.
Indicaciones fetales: Puede ser necesaria en casos de fetos en posición transversal,
especialmente si el hombro está impactado en el canal del parto, o cuando hay una
presentación transversa hacia atrás y abajo, lo que dificulta la extracción a través de
una incisión uterina transversal. En fetos muy pequeños presentados de nalgas, la
incisión clásica puede ser preferible.
Fetos mal posicionados o prematuros en embarazos múltiples: En casos de múltiples
fetos, la incisión clásica puede proporcionar el espacio adecuado para la extracción de
fetos mal posicionados o prematuros.
Realización de la Incisión: Se inicia con un escalpelo tan bajo como sea posible,
preferiblemente dentro del segmento uterino inferior. En situaciones que impidan la
aleta de la vejiga, la incisión se realiza sobre el nivel de la vejiga. Se extiende
cefálicamente con tijeras de vendas.
Extracción del Feto y Cierre de la Incisión: Durante la extracción del feto, se deben usar
tijeras mientras los dedos de la mano no dominante se insinúan entre el miometrio y el
feto para evitar su laceración. La incisión expone numerosos vasos grandes que deben
manejarse. El cierre de la incisión puede realizarse utilizando catgut crómico con
puntadas continuas, primero para aproximar la longitud más profunda y luego la capa
externa del miometrio.
Asistencia para el Cierre: Un asistente que comprima el útero a cada lado de la herida
hacia la línea media puede ayudar a lograr una buena aproximación y prevenir que la
sutura rasgue el miometrio.