Rima 1 Análisis y Comentario

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RIMA 1 (11)

RESUMEN: El autor asegura que existe un ritmo universal, una poesía universal, que puede ser
captado en las rimas. La palabra escrita permite la fusión de la poesía, la pintura y la música. Sin
embargo, la lengua no puede captar ese sentimiento en su plenitud, sino sólo una parte,
insuficiente para trasmitirlo a la amada.

COMENTARIO CRÍTICO

El tema de esta rima es la creación poética como algo inalcanzable para expresar todo el
sentimiento del poeta.
Se trata de la Rima I del poeta posromántico español Gustavo Adolfo Bécquer, que pertenece a
la primera de las cuatro series en las que tradicionalmente se dividen las Rimas (de la número I a
la XI), que trata sobre el concepto de poesía para Bécquer. La segunda serie (XII-XXIX) tiene
una temática amorosa positiva; la tercera (XXX-LI) analiza el amor desencantado, y la cuarta
(LII-LXXXIV) trata sobre el amor desesperado, la angustia, la soledad y la muerte. Como es
sabido, la numeración de las Rimas no se corresponde con la que escribió Bécquer al final del
Libro de los gorriones, sino que es la que plantearon sus amigos a la hora de publicar el libro tras
la muerte del poeta sevillano en 1870.
Con respecto a la estructura externa, es un poema de tres estrofas de cuatro versos cada una,
combinando versos decasílabos en los impares y dodecasílabos en los pares, con rima asonante
arromanzada en estos últimos, muy del gusto de Bécquer por su tradición popular. El esquema
métrico es: 10-, 12A, 10-, 12A.
En relación con la estructura externa está la estructura interna, que presenta dos partes. La
primera abarca las dos primeras estrofas, que se inician con el ‘YO’ poético, que se identifica
con ese ritmo universal existente en la poesía (suspiros y risas), la pintura (colores) y la música
(notas). La segunda parte de la rima abarca la tercera estrofa, encabezada por una conjunción
adversativa ‘pero’, que supone el obstáculo que representa la dificultad de captar en palabras el
sentimiento del ser humano, y del poeta en particular. Este Yo poético se dirige al TÚ (¡Oh
hermosa!), utilizando la técnica apelativa tan frecuente en el poeta sevillano, en lo que supone el
culmen de la rima, por lo que aparece esa estructura inductiva habitual en las Rimas.

Al tratarse de un texto perteneciente al género lírico que plasma la expresión íntima del poeta, la
actitud del autor es totalmente subjetiva. Por tanto, la función que predomina es la expresiva, ya
que utiliza la primera persona característica de Bécquer, el ‘YO’ poético (versos 1 y 5). Pero
también, al tener el autor una intención literaria con la que expresa que la legua es inefable,
incapaz de captar el sentimiento poético en toda su plenitud, es importante la función poética ya
que se utilizan numerosas figuras retóricas o literarias con el objetivo de embellecer el mensaje
(anáfora del ‘YO’, verso 1 y 5; apóstrofes como ‘¡Oh hermosa!’ en el verso 10;
encabalgamientos repartidos por toda la rima, o hipérbaton en los versos 3-4), aspecto que lleva
también a contemplar la función fática, ya que Bécquer busca sorprender al lector con su estilo y
llevarle a la lectura de sus poemas. Al mismo tiempo, en el verso 10 tenemos una muestra de la
función apelativa ya citada, con ese ‘TÚ’ poético del verso 10 en ‘¡Oh hermosa!’, además de
otros recursos que se verán más adelante.

Según el contenido, se trata de un texto literario del género lírico, tanto por su forma externa
como por mostrar la expresión del sentimiento de Bécquer, y por utilizar un lenguaje connotativo
y subjetivo, como se ha visto antes. Hablamos entonces de un texto literario en el que aparecen
recursos retóricos que lo justifican y profundizan en la actitud subjetiva. Así, Bécquer utiliza
verbos en modo subjuntivo (‘quisiera’ v.5; ‘fuesen’ v.7; ‘pudiera’ v.12) con el que expresa lo
incierto; adjetivos valorativos, escasos pero bien situados, como ‘rebelde y mezquino’ del v.6
para referirse a la lengua; encabalgamientos repartidos por el poema que culminan en los
conceptos a los que se refiere ayudados por los hipérbatos; metáforas, especialmente la del verso
1 (‘Yo sé un himno gigante y extraño’). La antítesis ‘aurora/sombras’ de los versos 2 y 4 con la
que golpea al lector el dolor que le produce la esperanza y la realidad; o la enumeración
bimembre del verso 8 (‘suspiros y risas/colores y notas’) que expresan el ideal romántico de
unión de todas las artes. Todo ello permite dotar al poema de un ambiente de evanescencia que
concluye en los dos últimos versos, cuando todo lo que no se puede expresar antes, que es captar
la esencia del sentimiento con palabras, apenas se consigue con un suspiro al oído de la amada.
La separación entre el YO y el TÚ, entre el hombre representado en el YO y esa mujer ideal que
representa también a la poesía según Bécquer, avanza lo que será para el poeta ese concepto:
algo imposible de describir y de descubrir.

Comentario basado en: BÉCQUER, G.A.: Rimas, edición de Francisco Torrecilla del Olmo, editorial Akal
Literaturas, Madrid, 2012

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