Resumen Final Adultos 2023
Resumen Final Adultos 2023
Resumen Final Adultos 2023
Conceptos claves:
El método del desciframiento Freud lo toma de los profanos. Quienes, mediante ese método,
tratan al sueño como una suerte de escritura cifrada en que cada signo ha de traducirse,
merced a una clave fija, en otro de significado conocido. Tomó como esencial de ese
procedimiento que el trabajo de interpretación no se dirige a la totalidad del sueño, sino a cada
uno de sus fragmentos por si, como si el sueño fuera un conglomerado cada uno de cuyos
bloques constitutivos reclamase una destinación particular. Es con esto ultimo con lo que
termina diciendo que al sueño mismo se lo puede tratar como un síntoma y aplicarle el
método de la interpretación.
El método de la interpretación, donde se trata de abrir, por vía asociativa, todo cuanto quiera y
pueda decir, lo mas libremente posible, el “paciente”. Es para incentivar (y no para reemplazar)
esa libertad asociativa, que el analista puede permitirse ensayar, lo más libremente posible
también, intervenciones; y especialmente interpretaciones que no tengan el carácter de
construcciones teóricas, ni la finalidad de explicar, adoctrinar o alcanzar un objetivo
predeterminado. El método freudiano de la interpretación implica que la intervención ha de
jugar con el absurdo, con lo incompleto, con lo paradójico, con el sin sentido, buscando una
reacción asociativa mas amplia del paciente, que añada mas ocurrencias por la vía de sus
formaciones del inconsciente, o una reacción critica e incluso correctiva respecto de la
intervención del analista.
¿Quién sería el intérprete último, el que en definitiva tiene la ultima palabra en la tarea del
desciframiento del sueño? A diferencia de la técnica original tomada de los profanos, Freud
dice que esta técnica que propone él otorga al propio soñante el trabajo de interpretación. No
quiere tomar en cuenta lo que se le ocurre al interprete (analista), sino lo que se le ocurre al
soñante sobre el elemento correspondiente del sueño.
¿Cómo explica Freud el nexo entre la “solución” interpretativa del enigma del síntoma y la
“resolución” del sueño? La solución del síntoma y la resolución del sueño son lo mismo, pues
en tanto se reconducen las representaciones patológicas del síntoma al lugar de donde salieron
el síntoma se desintegra, cae. El sueño es parte del encadenamiento psíquico y nos puede
llevar retrocediendo en el recuerdo a la idea patológica.
Se lo trata al sueño de la misma manera que al síntoma, retrocediendo en el sentido por vía
de la asociación libre.
¿Por qué Freud insiste en la importancia de lo fragmentario y del detalle en la interpretación?:
Porque si se toma como objeto de atención todo el sueño hay menos asociación. Preguntando
por los fragmentos singulares del contenido el paciente puede ofrecer a cada trozo del sueño
una serie de ocurrencias o “segundos pensamientos” (Es una interpretación en detalle, no en
masa).
Dato: damos cuenta de que es un texto anterior a 1920, todavía los sueños para Freud son
cumplimientos de deseos. Falta aún la conceptualización del “más allá del principio de placer”.
Reglas técnicas:
Analista:
-Atención parejamente flotante, prestar atención a todo cuanto uno escucha la misma
“atención parejamente flotante”. No querer fijarse en nada en particular, no hacer caso a sus
injerencias conscientes inmediatas, abandonarse a sus memorias inconscientes, escuchar y no
hacer caso sí, dominado por sus prejuicios, se fija en algo del material asociativo del paciente.
No seleccionar apresuradamente, porque seria como quedarse con lo que uno ya sabe,
comenta. Uno tiene que escuchar cosas cuyo significado solo con posterioridad discernirá.
-No obsesionarse con tomar notas de “todo”, no se puede.
-No especular, ni cavilar mientras se analiza, pensar solo después de concluida la sesión, o el
análisis. El analista es al menos dos, comentara Lacan al respecto: el que mientras escucha no
piensa, y el clínico-investigador que luego intenta reconstruir lo que ocurrió en la sesión o en
un tramo del proceso analítico.
-Intervenir sin censura: El analista “(…) debe volver hacia el inconsciente emisor del enfermo su
propio inconsciente como órgano receptor”. El inconsciente del analista como instrumento de
análisis. La interpretación es entonces tentativa, a ser evaluada en función de los efectos que
produzca en el analizante (asociativos, transferenciales, actuación).
-No obstaculizar el análisis del analizado: haber tomado noticia de sus propios complejos.
Cualquier represión no solucionada en el analista corresponde a un “punto ciego” en su
percepción analítica.
Texto 3: Lacan (1958) “La dirección de la cura y los principios de su poder” (cap. 1, punto 1,2 y
3; cap. 4, punto 7)
El analista dirige la cura, pero no dirige al paciente. La dirección de la cura consiste en primer
lugar en hacer aplicar por el sujeto la regla analítica (asociación libre, regla fundamental).
El paciente no es el único con dificultades que pone toda la cuota, el analista también paga.
Lacan conceptualiza 3 pagos del analista:
- Paga con sus palabras si la transmutación que sufren por la operación analítica las
eleva al efecto de interpretación.
- Paga con su persona, la presta como soporte a los fenómenos singulares que el análisis
ha descubierto en la transferencia. La persona del analista no juega nada, el analista
en tanto sujeto no está.
- Paga con juicio más íntimo, para mezclarse en una acción que va al corazón del ser, se
abstiene.
La dirección de la cura comienza por hacer aplicar al sujeto la regla fundamental del psa. El
problema de la dirección se muestra, ya desde las directivas iniciales respecto de la regla
fundamental, como no pudiendo formularse en una línea de comunicación univoca.
significativo.
La “acción de escuchar” del analista, que no obliga a comprender, mas bien lo contrario, incita
a desplegar lo que no se entiende. Rompe con el sentido común, lo que permite que uno
pueda sorprenderse. Es más allá del discurso donde se acomoda nuestra acción de escuchar, el
camino de oír y no de auscultar.
En el tratamiento analítico el síntoma duele, divide, se revela como ese real del hablante
indeciso, que Lacan “enseña” literalmente al escribir con el “matema” $.
El analista oferta hablar al analizado. Este último, pide, demanda algo. Pero lo que pide no es
eso, ya que la demanda no tiene ningún objeto, ni es suya, sino la que se creó. “con oferta he
creado demanda”.
Conceptos claves:
Dif. entre inhibición y síntoma: La inhibición atañe a la “función” y pertenece al Yo, el síntoma
es una “formación” (de compromiso) y pertenece a la frontera entre el Yo con el Ello. En la
formación del síntoma también puede participar el Superyó. No hay que olvidar que el Super-
Yo “hunde sus raíces en el Ello”, que su enunciación es el “imperativo” y que por lo tanto
empuja las cosas hacia el goce aun cuando su enunciación sea el de una prohibición.
Beneficio primario del síntoma: del lado del Ello donde existe una satisfacción sustitutiva de
las pulsiones, es una ganancia de otra índole, más allá del padecimiento.
Beneficio secundario (ganancia secundaria de la enfermedad): por el lado del Yo, mantiene al
síntoma dentro de su organización, intentando cancelar la ajenidad y el aislamiento del
síntoma, lo incorpora a su organización. El síntoma es extraterritorial, se lo considera como un
cuerpo extraño que se alojó en el Yo, por lo que, este último le saca la máxima ventaja posible
porque sabe que no lo puede eliminar. El síntoma es encargado poco a poco de subrogar
importantes intereses, se fusiona cada vez mas con el Yo, se vuelve cada vez mas indispensable
para este. Adapta el Yo al síntoma, lo fusiona, lo vuelve indispensable y conlleva un punto de
fijación, no lo puede soltar.
Los dos procedimientos que el Yo aplica conta el síntoma (represión, compulsión a la síntesis)
se encuentran efectivamente en contradicción reciproca. El síntoma insiste, se renueva y el Yo
tiene que volver a defenderse.
Cuando falla la angustia señal, hay angustia traumática, perturbación por el incremento de las
magnitudes del estímulo, provoca un desborde psíquico, irrupción de lo no ligado, lo que no
tiene representación (no tiene contenido psíquico).
El síntoma puede ser una defensa ante la angustia, y la inhibición una defensa contra el
síntoma. Tenemos 2 polos: el de la angustia (que lindera con el acto y la certeza) y el de la
inhibición (que lindera con la inmovilidad y la dificultad). Y en el medio… el síntoma. El síntoma
esta en el medio, y es el medio a través del cual el análisis puede establecerse y
desarrollarse. Pero esto solo en la medida en que se lo haga intervenir. Si el síntoma no
empuja, no hay intervención del analista que valga.
El síntoma se podría definir como “algo que se señala”, como un sujeto que sabe que eso le
concierne, pero que no sabe lo que es.
La posición del analista se resumiría en lo que llamaríamos fetichismo. Que de no saber nada,
el analista seria como el hito donde ese nivel es el punto de impacto. El psicoanalista se
introduce en primer lugar como sujeto supuesto saber, es el mismo quien recibe y soporta el
estatuto del síntoma.
La categoría del saber: allí yace la función del síntoma. Hay siempre en el síntoma la indicación
que él es cuestión de saber.
La angustia es la sensación del ser hablante ante un llamado de lo real. Ese real le concierne
íntimamente en un punto en que no se reconoce (Extimo). La angustia le concierne con certeza
en su esencia de ser capaz de elegir, le abre opciones (huir, quedarse quieto, afrontar). La
angustia señal lo convoca al acto.
Otras lecturas:
Texto 4 y 5: Lombardi (2003), “El empleo fundamental de la fantasia”; Freud (1919) “Pegan a un
niño”
Interrogar es abrir paso a devolver la memoria y la dignidad del sujeto. Hay desinterés en
establecer la transferencia con el analista. El analista puede reemplazar al grano de arena al
que el analizante reacciona, el síntoma deja de ser solamente actual, su vínculo con la causa es
activado, deviene transferencia y otros canales pueden abrirse para dar paso a la energía
pulsional que almacena.
Problema: en ese trayecto del trabajo analítico se interponen las fantasías (articulada entre
síntoma y pulsión, soldada).
Relatar las fantasías en el análisis es ya abrirlas al corte. Corte que forma parte de las
consecuencias de la regla fundamental. “no es lo mismo jugar mentalmente con la fantasía
que hablar de ella”. Hablar de ella en las condiciones del análisis, es para el neurótico, ofrecerla
al corte. El atravesamiento de la fantasía es la asunción de la castrativa, el afrontamiento de
ciertas condiciones exigidas por la acción, que aun asi tiene efectos irreversibles, no asegura
para nada que el analizado no vuelva a su realidad enmarcada por la fantasía.
2°: Lo actual aparece en la reacción y solución precaria a los diques, que contiene la energía
pulsional, bajo las formas del asco, la vergüenza y de la moral.
3°: Lo actual es extraño, pero no exterior, es pulsión y defensa, es angustia o pasaje al acto para
el sujeto que no encontró el deseo como guía.
Modos contemporáneos de la subjetividad: tendencia hacia la desaparición del sujeto del
deseo, del que se aloja en la cadena simbólica y desaparece el sujeto que se deja representar
por el significante. Aparece el acting y el pasaje al acto como un encuentro con lo un real que
no responde con un síntoma o desde el deseo, sino con algo asociado a la pulsión. Han
cambiado los modos de presentación de los síntomas, ya no desde la formación de
compromiso o la sustitución. El sujeto en vez de estar representado por las formaciones del icc
se presenta más del lado del acting out para llamar la atención del Otro y encontrar
alojamiento.
El desafío del analista es lograr pasar de una clínica del hacer a una clínica del decir, lograr
pasar de una satisfacción autoerótica, pulsional, a un discurso regido por la cadena
significante.
Formas neuróticas de la fantasía: en ese trayecto del trabajo analítico se interponen las
fantasías (articulada entre síntoma y pulsión, soldada). La fantasía viene a cubrir lo traumático
insoportable y lo cubre con una respuesta. Una vez que estas fantasías producen una solución,
atenúan el trauma, es estabilizador y se fijan. La fantasía se presenta en el comportamiento, en
la marca de las relaciones con los otros, en las modalidades de elección de objeto. Incide en el
carácter y esta en la base misma de la formación de síntoma. Es escenario del deseo y
modalidad de satisfacción. La fantasía permite al neurótico sostener su deseo como inhibido,
no realizado, por identificación con un objeto a inadecuado, que se define por no satisfacer
una demanda, una exigencia pulsional.
¿A que viene la fantasía?: a suplir una carencia fundamental, la pulsión sexual del ser hablante
no tiene objeto y esta le provee alguno.
La fantasía entra en acción porque el inconsciente permite ubicar un objeto que es una parte
de si mismo, una parte del cuerpo, alrededor de la cual toda la trama de equívocos del
inconsciente se organiza. Objeto a de la pulsión que son efectos del lenguaje que recorta el
cuerpo. El objeto de la fantasía es una parte del cuerpo. Lo esencial de la fantasía es que el
sujeto se identifica con él. No existe un objeto adecuado, este objeto no es especularizable,
debe estar excluido de la imagen, debe estar velado. Lo ilusorio de la fantasía esta dado por la
operación de identificación en si misma, que induce ese efecto de velo tendido sobre lo real de
los elementos con que se produce. El falo es el velo mismo, es el instrumento que permite no
ver el efecto a del lenguaje sino disfrazado, con brillo fálico.
¿Qué pasa si se pierde ese velo?: El efecto ilusorio de la fantasía se pierde, y aparece la
angustia. Esta señala una ruptura de la identificación con el objeto a. El sujeto pasa a
encontrarse con el a. La fantasía ($<>a) a veces se da vuelta como un guante, entonces
angustia (a→$)
¿De que es señal la angustia?: Es señal de la presencia estructural de ese objeto a, que
usualmente el sujeto no ve porque se identifica con él. Cuando se pierde el velo, al sujeto se le
presentifica el a como señal desde lo real, un real que pugna por despertarlo, impedir que siga
soñando su realidad cotidiana en el marco dado por sus fantasías. Angustia como posición
intermedia entre fantasía y acto.
El lugar del analista: El analista debe ubicarse el mismo en el lugar del a, para luego desde ese
lugar cortar la identificación del $ con el a y asi realizar la distinción entre el a y la demanda.
Freud: la terapia analítica tiene dos etapas, una primera donde la libido es esforzada a pasar de
los síntomas a la transferencia y concentrada en el analista como objeto (a) y una segunda
donde se apunta al desprendimiento, la separación del analizante de ese objeto.
¿Cuándo aparecen las fantasías de paliza?: En el periodo de la infancia que abarca de los 2 a 4
años, cuando por primera vez los factores libidinosos congénitos son despertados por las
vivencias y ligados a ciertos complejos.
1° fase: “El padre pega al niño (que yo odio)”. El niño azotado es otro, no el fantaseador (un
hermanito). Es una fantasía sádica. La persona que pega es un adulto, en principio no se
distingue que es el padre, luego de manera clara y univoca es el padre. Satisface los celos y sus
intereses egoístas. Humillación y destitución de amor a ese otro niño.
2° fase: “Yo soy golpeado por mi padre”. La persona que pega sigue siendo el padre. El azotado
ahora es el niño fantaseador. Es una fantasía de carácter masoquista. La fantasía se tiñe de
placer. Se trata de una construcción en análisis, mas no por ello es menos necesaria. Es una
respuesta ante el sentimiento de culpa, ante la cual ahora sucumbe el amor por el padre. La
conciencia de culpa (ocasionada por la represión de la elección incestuosa de objeto de la
primera fase) es el factor que transmuda el sadismo en masoquismo. La conciencia de culpa
invierte la primera fase como castigo “no, no te ama a ti, pues te pega” (castigo por la
referencia genital prohibida). Este ser-golpeado es ahora una conjunción de conciencia de
culpa y erotismo. Restituye al padre en tanto partenaire de un amor incestuoso.
Esta segunda fase revela el núcleo estructural del Edipo, que es la perversión fundamental del
neurótico, el masoquismo. Pére-version, retorno al padre que forma parte de la estructura de
la fantasía.
3° fase: “Pegan a un niño”. La persona que pega es indeterminada o un sustituto del padre. El
fantaseador esta mirando. Son muchos los niños azotados. Es una fantasía de carácter sádica
(pero, solo la forma de la fantasía es sádica, la satisfacción que genera es masoquista, ya que
los muchos niños a los que se pega son solo sustitutos de la persona propia). Porta satisfacción
sexual intensa (procura satisfacción onanista). La fantasía enmarca la realidad psíquica, ya que
tiene variados efectos sobre la concepción del mundo que se hace el sujeto, sobre el carácter, y
sobre la conducta. Una posición en la vida que es característica de la inhibición neurótica:
quedarse mirando, no actuar. En esta fase, se observa como el sujeto queda identificado a la
mirada, sujeto borrado (formula del fantasma).
Las fantasías de paliza tienen una historia evolutiva, en cuyo transcurso cambia más de una
vez su vinculo con la persona fantaseadora, su objeto, contenido y significado.
Texto 6: Lacan (1962-63), “Seminario X: la angustia” (Clase 8, punto 3; clase 9 y 21, introducción
y punto 1)
El acting out es una acción dirigida al analista, le es relatada, mostrada, y como todo lo que es
dirigido al analista, pide interpretación, llama a la interpretación, se ofrece a la interpretación.
La característica particular del acting es que se trata, como afirma Lacan, de una transferencia
salvaje sin analista, una transferencia lateral, fuera de sesión, ya que la causa del deseo se ha
desplazado hacia otro escenario distinto del consultorio. (el síntoma solo queda constituido
cuando el sujeto se percata de él. El primer paso del análisis es que el síntoma se constituya en
su forma clásica, sin lo cual no hay modo de hablar de él. En el sujeto se debe perfilar algo tal
que le sugiera que hay una causa para eso. Esa ruptura es la complementación necesaria para
que el síntoma sea abordable por el analista. Lo que se trata de revelar en el análisis es la
causa del a.). Se afirma entonces que el acting out es una puesta en escena, dirigida al
analista. Se trata de un fenómeno que excede la transferencia operativa, se constituye en una
transferencia salvaje sin analista.
Diferencia con el síntoma: El síntoma neurótico, a diferencia del acting, no necesariamente
pide interpretación. El síntoma pone en juego lo real, por eso no se puede interpretar, porque
está más allá de la palabra. El síntoma en su naturaleza es goce, no tiene necesidad del Otro
como si el acting, el síntoma se basta a si mismo. Allí donde el síntoma incita al despliegue de
un trabajo por la vía del significante, el acting out no pregunta, muestra. el síntoma solo queda
constituido cuando el sujeto se percata de él. El primer paso del análisis es que el síntoma se
constituya en su forma clásica, sin lo cual no hay modo de hablar de él. En el sujeto se debe
perfilar algo tal que le sugiera que hay una causa para eso. Esa ruptura es la complementación
necesaria para que el síntoma sea abordable por el analista. La implicación de la causa forma
parte legitima del advenimiento sintomático, la causa implicada en la cuestión del síntoma es
una pregunta. El efecto de esa pregunta es el deseo (como falta) y el resultado el síntoma.
Pasaje al acto: es una respuesta del sujeto frente a la angustia, a lo real. Tiene como
característico el exceso, exceso que empuja a lo real. Se trata de un fenómeno dirigido al Otro
como imbarrable, Otro a quien no le falta nada. Por otro lado, el sujeto del pasaje al acto se
presenta tan radicalmente barrado que se “hace” objeto. Identificación absoluta del sujeto con
el objeto a, al que se reduce. Se trata de un “dejarse caer” del sujeto, haciéndose objeto y
dirigido al Otro. De este modo, la intervención frente al pasaje al acto no puede ser de tipo
interpretativo. Se trata, mas bien, de una intervención en acto que frene ese empuje hacia lo
real, esa caída.
Diferencia con el acto: Acting out y pasaje al acto son en relación a un acto verdadero. El acto
no esta desligado del DECIR, se trata de decir si o no, tiene consecuencias. Mientras que en el
acto hay creación, invención y modificación subjetiva, en el acting out no encontramos nada de
eso, sino que mas bien observamos que esta respuesta obedece a la repetición y siempre en la
línea como señalamos, del rechazo del saber. El analista opero desde un lugar de saber,
desfalleciendo su función, produciendo más división en el sujeto. El pasaje al acto es una
identificación masiva del sujeto con el objeto, se cae la escena fantasmática, se arroja al Otro.
El acto arranca a la angustia su certeza. En ese instante las referencias del saber cambian. En el
acto no interviene el analista, pues si lo hiciera seria un acto del analista y no del sujeto.
Texto 7: Lombardi (2008), “Singular, particular, singular: la función del tipo clínico en
psicoanálisis”
Síntoma/Sinthome: Lacan constató que no alcanzan estos tres elementos (real, simbólico,
imaginario /R.S.I/) para configurar un nudo borromeo capaz de alojar a un sujeto como ser
social. Es necesario una cuarta consistencia, de padre, de creencia que salva del
desencadenamiento, de la locura. Posteriormente se lo nombro como sinthome en algún caso
preciso, en otros simplemente síntoma (el síntoma del anudamiento resulta ser uno, no
muchos). El síntoma irresoluble, incurable. El padre como función mítica y lógica al mismo
tiempo, alivia al neurótico de lo que la singularidad tiene de excepcionalidad consificante para
el psicótico. El síntoma es algo extraño que lo habita desde hace algún tiempo, y el proceso
mismo del diagnóstico psicoanalítico tiene como función revelarlo en su extrañeza.
Ser un ser singular coincide con lo universal, todo hombre es singular como todo el mundo, lo
cual no le exige salir del principio de placer. Si bien todos somos singulares, esto no basta para
desenmarañar la neurosis. Lo que incomoda al neurótico no es la singularidad, sino la
particularidad de su síntoma, que lo señala como perteneciendo a cierta clase. Particular es el
diagnostico. El síntoma es algo extraño que lo habita desde hace algún tiempo, y el proceso
mismo del diagnóstico psicoanalítico tiene como función revelarlo en su extrañeza. La
particularización del síntoma es decisiva en el proceso diagnostico en psicoanálisis, ya que es
condición de la ubicación del padecimiento subjetivo para el paciente, y también de la
posibilidad de abordarlo analíticamente.
Conceptos claves:
1° método: método catártico, consistía en hacer reproducir los procesos psíquicos de aquella
situación a fin de guiarlos para que tuvieran su decurso a través de una actividad consciente.
En síntesis: recordar y abreaccionar por medio de la hipnosis.
3° método: técnica actual, consiste en una nueva modalidad de división del trabajo: el medico
pone en descubierto las resistencias desconocidas para el enfermo; dominadas ellas, el
paciente narra con toda facilidad las situaciones y los nexos olvidados.
La cura es una lucha entre aquel que consulta, que puja por repetir y el analista que intenta
que dialectice, es decir, que se mantenga en la esfera de la palabra aquello que insiste
compulsivamente en repetirse. El analizado no recuerda nada de lo olvidado y reprimido, sino
que lo actúa. No lo reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite, sin saber que lo
hace.
Uno espera que al aplicar la regla fundamental afluyan las comunicaciones, pero el paciente
calla y dice que no se le ocurre nada. (resistencia a todo recordar. Repetición como resistencia.
Repetición como modo de recordar)
La cura será bajo abstinencia: no solo de las demandas de satisfacción, sino también tendrá en
su horizonte la abstinencia de cualquier acción de la repetición. Lo que insiste en escenificarse:
todo aquello que desde las fuentes de lo reprimido se abre paso (síntomas, inhibiciones, rasgos
patológicos de carácter y actitudes inviables).
Se debe tratar la enfermedad como un poder actual. El analista debe realizar el trabajo
terapéutico que consiste en reconducir al pasado. El hacer repetir en el curso del
tratamiento analítico equivale a convocar un fragmento de vida real, y por eso no en
todos los casos puede ser inofensivo y carente de peligro. Puede aparecer el inevitable
“Empeoramiento durante la cura”.
Por medio de la transferencia se le abre como una palestra, donde tiene permitido desplegarse
y se le ordena que escenifique para nosotros todo pulsionar patógeno que permanezca
escondido en la vida anímica del analizado. Es con esto que conseguimos dar a todos los
síntomas de la enfermedad un nuevo significado transferencial, sustituir su neurosis ordinaria
por una neurosis de transferencia. El nuevo estado a asumido todos los caracteres de la
enfermedad, pero constituye una enfermedad artificial asequible a la intervención del analista.
OJO: nombrar la resistencia no produce su cese inmediato. Hay que dar tiempo al enfermo de
enfrascarse en la resistencia, no consabida por él, para que logre reelaborarla. Esta
reelaboración se la puede equiparar a la abreaccion de los montos de afecto estrangulados por
la represión.
Modos particulares:
Operativa: porque inaugura y posibilita el trabajo. El analista es tomado por el clisé que
escenifica repetidamente los vínculos con los primeros objetos edípicos.
Las mociones inconscientes no quieren ser recordadas, como la cura lo desea, sino que
aspiran a reproducirse en consonancia con la atemporalidad y la capacidad de
alucinación de lo inconsciente. El enfermo atribuye condición presente y realidad
objetiva a los resultados del despertar de sus mociones inconscientes; quiere actuar
sus pasiones sin atender a la situación objetiva (real). El medico quiere constreñirlo a
insertar esas mociones de sentimiento en la trama del tratamiento y en la de su
biografía. Esta lucha se desenvuelve, casi exclusivamente, en torno de los fenómenos
transferenciales. Domeñar los fenómenos de la transferencia depara al psicoanalista las
mayores dificultades, pero ellos nos brindan el servicio de volver actuales y manifiestas
las mociones de amor escondidas y olvidades de los pacientes.
La transferencia no se concibe sino a partir del termino del sujeto supuesto saber. El
psicoanálisis depende de aquel (psicoanalizante). Freud demostró que se puede concentrar en
el psicoanalizante la totalidad de la experiencia, lo que no por ello constituye un autoanálisis.
El analista consciente soporta esa suposición de saber, pero no debe olvidar la indicación
freudiana de escuchar cada caso como el primero (“excluir todo lo que el analista sabe cada vez
que aborda un nuevo caso”). No se trata de lo que el analista sabe acerca de la teoría, sino del
saber cifrado y retenido en el inconsciente que deberá advenir en el encuentro.
-La iglesia y el ejercito tomados como modelos del sujeto supuesto saber (me ayuda a pensar) -
- El valor del agravamiento del síntoma: Manifestaciones más resueltas del síntoma. Que
interrogan la equivocación del sujeto supuesto saber. Reacción terapéutica negativa.
El paciente se dirige hacia nosotros para “Librarse del síntoma que lo aqueja”, pero el síntoma
es nuestra brújula y, por lo tanto, necesitamos de él para guiarnos en nuestra tarea.
Obstáculo: reacción terapéutica negativa. Hay personas que reaccionan de una forma no
esperada frente a los progresos de la cura. “Toda solución parcial, cuya consecuencia debiera
ser una mejoría o una suspensión temporal de los síntomas, les provoca un refuerzo
momentáneo de su padecer; empeoran en el curso del tratamiento, en vez de mejorar”.
Prevalece la necesidad de estar enfermo, la fijación de la ganancia de la enfermedad. Freud
califica a este obstáculo como el más poderoso.
De este comportamiento, Freud infiere que algunos pacientes vivencian la cura como una
suerte de peligro y que la reacción terapéutica negativa es una resistencia a la curación. Se
trata de un sentimiento de culpa (incc) que halla su satisfacción en la enfermedad y no quiere
renunciar al castigo de padecer.
Modos particulares:
Texto 5: Lacan (1958), “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”
(Cap. 1)
Secretario del alienado, lugar del testigo (recibe el testimonio y aloja la subjetividad del
delirio): permite que el sujeto, que era mártir del incc, torturado por los significantes que
retornan de lo real, puedan ser elaborados para que el exceso de goce se restablezca en la
construcción de un mundo posible para ser habitado. Restablecer el lazo social con sus
recursos simbólicos.
No se dirigen a otro que sabe, porque él ya sabe, tiene la certeza.
Maniobra: no interpretar, ser orientador del goce, ponerle un obstáculo al goce, limitarlo y por
otro lado decirle que si al proyecto de vida dado por los referentes simbólicos. Ayudarlo a
construir su delirio, depurarlo y conducirlo.
Conceptos claves:
- De la pasión del significante al decir como acto: La angustia situada como previa del
acto. El síntoma $ reemplaza al acto por un decir que se contradice.
- Del trauma a la certeza de la angustia: La noción de apronte angustiado. El acto toma
de la angustia su certeza. ¿En que sentido el acto es un final de juego y es sin-Otro?
Texto 1: Lacan (1958), “La dirección de la cura y los principios de su poder” (Cap. 4)
- De la pasión del significante al decir como acto: La angustia situada como previa del
acto. El síntoma $ reemplaza al acto por un decir que se contradice.
Los analistas en su conjunto imaginan que comprender lleva su fin en sí, sin embargo, los más
grandiosos éxitos no implican que se sepa a donde se va. Vale más no comprender para pensar.
Renunciar a comprender. Permitir la sorpresa. El entendimiento no me obliga a comprender. Lo
que entiendo, no por eso deja de ser un discurso. (Inercia a tratar de comprender por la
angustia que nos provoca no comprender nada)
“El analista es el hombre a quien se habla y a quien se habla libremente”. Pero… El sujeto
invitado a hablar en análisis (regla fundamental = asociación libre) no muestra en lo que dice
una gran libertad. Esa “asociación libre”, no es tan “libre” como se piensa, sino que esas
asociaciones pueden desembocar en una palabra plena que le seria penosa. No hay nada más
temible que decir algo que podría ser verdad. “Cuando se dice algo que es verdad, no puede ya
volver a entrar en duda”.
¿Cuál es el procedimiento del análisis teniendo en cuenta lo antes mencionado?: Es más allá
del discurso donde se acomoda la acción de escuchar (no es una escucha pasiva). Se toma el
camino de oír y no de auscultar. Lo que se escucha es de entendimiento. Este ultimo no obliga
a comprender. A lo que se oye no hay nada que replicar. Silencio para alojar lo que pueda decir
el paciente, y dejar vacante el lugar del deseo.
El analista oferta escucha, creando demanda (el decir) en el paciente (la regla fundamental
como el motor de la transferencia). Su petición se despliega en el campo de una demanda
implícita (demanda de amor, de deseo, pulsional), aquella por la cual esta ahí: la de curarlo. Se
puede observar ahí la suposición de un saber al analista (el de responder a esa demanda de
curarlo, de saber que le pasa, etc). Por intermedio de la demanda, todo el pasado se entreabre
hasta el fondo de la primera infancia. Es por esta vía como puede realizarse la regresión
analítica. La regresión muestra el retorno al presente de significantes usuales en demandas
para las cuales hay prescripción.
El analista apoya la demanda, para que reaparezcan los significantes en que la frustración del
sujeto esta retenida. En un análisis, el analista tiene que vérselas con todas las articulaciones
de la demanda del sujeto. Pero NO debe responder ante ella, sino de la posición de la
transferencia. (regla de abstinencia). ¿Cómo responder esa demanda sin satisfacerla?: con la
acción de escuchar para que la palabra continue; el analista da su presencia. Para que haya
espacio para el deseo, la demanda no tiene que estar llena.
Texto 2 y 3: Freud (1926), “Inhibición, sintoma y angustia” (Addenda sobre la angustia). Lacan
(1962-63), “La angustia” (Sem. X, Clase VI)
Freud antes consideraba a la angustia como una reacción general del Yo bajo las condiciones
del displacer. (una libido/excitación sexual desautorizada por el Yo o no aplicada hallaba una
descarga directa en la forma de angustia) Se consideraba que libido de una moción pulsional
reprimida era lo que causaba angustia. Represión – Angustia. “El Yo como el único almacigo de
la angustia”
La angustia era la reacción general frente a la situación de peligro. Esto refirmaba el papel del
Yo como almacigo de la angustia al adjudicarle la función de producir el afecto de angustia de
acuerdo con sus necesidades.
2 Modalidades de Angustia:
La angustia tiene un vínculo con la expectativa, es angustia ante algo. La angustia es ante todo
algo. Lleva un carácter de indeterminación y ausencia de objeto.
Angustia realista: es lo que se siente frente a un peligro realista, del que se puede tomar
noticia. Amenaza desde un objeto externo.
Angustia neurótica: es ante un peligro del que no tenemos noticia. Un peligro pulsional
(interno). El Yo se defiende del peligro pulsional con ayuda de la reacción de angustia.
La angustia nace como reacción frente al peligro de la perdida del objeto. El dolor es la
reacción frente a la perdida del objeto, la angustia es la reacción frente al peligro que esa
perdida conlleva.
La angustia tiene una relación esencial con el deseo del Otro, frente al cual no hay respuesta.
¿Qué es lo que el Otro quiere de mí? Una forma de responder del neurótico frente a esto es
mediante el fantasma (fantasía incc), con el cual se arma una escena, donde yo soy el objeto
que el Otro quiere. Escena con la cual se sostiene el deseo.
¿Qué esperamos cada vez que se levanta el telón (fantasía), sino ese breve momento de
angustia?
Los significantes hacen del mundo una red de huellas. El significante engendra un mundo, el
mundo del sujeto que habla, cuya característica esencial es que en él es posible ENGAÑAR.
Necesario para constitución de un mundo: el significante como posibilidad de engaño.
LA ANGUSTIA FUNCIONA COMO CORTE. Corte que se abre y deja aparecer lo inesperado. Es a
partir de la angustia que se puede tomar cualquier orientación. La angustia como LO QUE NO
ENGAÑA, lo fuera de duda. La angustia escapa al juego del engaño creado por el significante
(que es la huella del sujeto en el curso del mundo). La angustia es sin significantes, un agujero,
un indecible. (los significantes y el fantasma nos dan una red en que sostenernos)
LA DUDA, los esfuerzos que invierte son para combatir la angustia, mediante engaños. La duda
como mecanismo, mediante engaños, para combatir la angustia, evitar la certeza que tiene. (la
duda ya es defensa, es en tratamiento)
Diferencias Lacan y Freud: Para Lacan la angustia tiene su sede en el cuerpo y para Freud en el
Yo.
Conceptos claves:
Texto 2: Freud (1925), “La responsabilidad moral por el contenido de los sueños” (Apartado B)
Conciencia moral: Nace junto con el sentimiento de culpa, una vez interiorizado el superyó. “Es
la percepción interior de lo que desestimamos que son mociones de deseos existentes en
nosotros”. Si es deseo es inconsciente. Porque hicimos algo o no lo hicimos genera culpa, haber
cedido o no ante el deseo. Se ve en la conducta si hacemos algo o no, pero eso es un
desplazamiento inconsciente ante haber cedido ante el deseo. La culpa también es un afecto
que indica coordenadas al deseo, pero lo que mide es la distancia que suponemos al deseo.
Neurosis obsesiva: El Yo se siente culpable de toda clase de mociones malas de las que nada
sabe, mociones que le son enrostradas en la conciencia, pero es imposible que él pueda
confesarse. Su conciencia moral es tanto mas puntillosa cuanto mas moral sea la persona. Ello
se debe a que la consciencia moral misma es una formación reactiva frente a lo malo sentido
en el Ello. Se desplaza la culpa como autorreproche a cuestiones nimias. La representación de
la que se siente culpable esta disociada de la representación original.
Texto 3 y 4: Freud (1937), “Análisis terminable e interminable” (Cap. 7); Freud (1926), “¿Puede
los legos ejercer el psicoanálisis” (Epilogo)
- Los dispositivos freudianos para la formación clínica: Las coordenadas del final del
análisis y los finales fallidos. La importancia decisiva del propio análisis: efectos
didácticos y autorización del analista.
Al analista se le exige, como parte de su prueba de aptitud, una medida mas alta de
normalidad y de corrección anímicas. ¿Dónde y cómo adquiriría aquella aptitud ideal que le
hace falta en su profesión?: En el análisis propio, con el que comienza su preparación para su
actividad futura. 3 pilares: Formación – Control – Propio análisis. (La formación no es suficiente
para ser psicoanalista)
Estructuras para velar la castración del Otro: el fantasma (fantasía incc), el síntoma,
identificaciones (?
¿Qué pasa cuando esto fracasa?: Cuando el fantasma fracasa como modo de respuesta
aparecen la inhibición, la angustia (como emergencia), el síntoma.
Saldos del análisis: En el fin de análisis, se debería poder soportar de otro modo. El síntoma del
inicio no va a ser igual al del final. La relación con el fantasma tampoco. EL ANALISIS COMO
TRAVESIA POR EL FANTASMA. Otro saldo, es que pueda advenir o no un analista.