T de La A - El Proceso de Diseño
T de La A - El Proceso de Diseño
T de La A - El Proceso de Diseño
Contenido:
EL PROCESO DE DISEÑO
Año: 2021
Proceso
Definiciones
(Diccionario)
La palabra Proceso presenta origen latino, del vocablo processus, de procedere, que
viene de pro (para adelante) y cere (caer, caminar), lo cual significa progreso, avance,
marchar, ir adelante, ir hacia un fin determinado.
- Por ende, proceso está definido como la sucesión de actos o acciones realizados
con cierto orden, que se dirigen a un punto o finalidad, así como también al conjunto de
fenómenos activos y organizados en el tiempo.
Metodología
(Definición
Diccionario)
Termino compuesto del vocablo método y el sustantivo griego logos, que significa juicio,
estudio, esta palabra se puede definir como la descripción, el análisis y la valoración
crítica de los métodos de una investigación o trabajo.
La metodología es el instrumento que enlaza el sujeto con el objeto de una
investigación o trabajo. Sin la metodología es casi imposible llegar a la lógica que
conduce al conocimiento científico.
- Ciencia que estudia los métodos de conocimiento.
- Aplicación coherente de un método.
- Es el camino ordenado que se sigue para la aplicación de un método.
- Conjunto de operaciones que se desarrollan de manera secuencial y ordenada.
Diseño
Definición
Actividad creativa que tiene por fin proyectar objetos que sean útiles y estéticos.
"Diseño de modas; Diseño de interiores; Diseño Arquitectónico".
Diseño Arquitectónico
Definición
Se define a la disciplina que tiene por objeto genera propuestas e ideas para la creación
y realización de espacios físicos enmarcados dentro de la arquitectura.
Mediante el diseño arquitectónico se planifica lo que será finalmente el edificio
construido con todos los detalles, imagen de estética, sus sistemas estructurales y
todos los demás sistemas que componen la obra de arquitectura. El diseño
arquitectónico debe ser apropiado, emplear la tecnología, buscar la eficiencia y la
productividad, como también permitir la accesibilidad a todos los segmentos sociales.
Proceso de Diseño:
Definición
Proceso de Diseño está definido como la sucesión de actos o acciones realizados
con cierto orden, que se dirigen a un punto o finalidad, así como también al conjunto de
fenómenos activos y organizados en el tiempo.
En el diseño arquitectónico no solo debe depender de las habilidades del individuo, ni
ser un proceso intuitivo, es necesario seguir una metodología para obtener los
resultados más adecuados.
Tomando como base el proceso de diseño general o base, en estudio, se puede
plantear diferentes métodos, un ejemplo de las instancias de producción-creativa
(primeras dos Etapas del Proceso de Diseño) sería:
EL PROCESO DE DISEÑO
CUALIDADES CRITERIOS
Cuantas diferencias cuantos complejidades
Elementos: Los elementos que se ordenarán
Cualidades: de los objetos a ordenar
Criterios: es la decisión que se toma para ordenar
Para que exista orden, son imprescindibles los tres puntos anteriores.
EL PROYECTO DE ARQUITECTURA
La cultura moderna ha sido desde el comienzo y es todavía una cultura del proyecto.
Especialmente en la arquitectura, el proyecto es visto por todo el pensamiento contemporáneo
como un momento fundamental e intuitivo, lo que constituye la misma arquitectura, el principio
de su producción; lo que, tomándola en su origen, permite, también literalmente, volver a los
orígenes e indagar las razones primeras. Entre arquitectura y proyecto se ha establecido una
identidad tan fuerte que la misma existencia de la arquitectura no se cree posible fuera de su
realización en los proyectos: no hay arquitectura que no sea fruto y resultado de un pensamiento
proyectante.
Proyectar arquitectura es una aventura fascinante, mediante la que creamos nuevos seres,
materializando nuestras ideas y nuestros sueños, mientras descubrimos cosas insospechadas y
aprendemos constantemente. Es, pues, una labor creativa, intelectualmente enriquecedora y
personalmente muy satisfactoria.
Pero el proceso de su aprendizaje no es fácil. La complejidad de la actividad proyectual, los
múltiples factores que en ella intervienen, la diversidad de técnicas y conocimientos que debe
poseer el proyectista y la necesidad de desarrollar simultáneamente la libertad creadora y el
control crítico, hacen del aprendizaje del proyecto una de las labores más arduas a las que se tiene
que enfrentar el estudiante de arquitectura.
Pero proyectar es una tarea compleja, y el desconcierto de los alumnos que empiezan a
ejercitarla es grande. Los estudiantes se encuentran ante una asignatura en la que tienen que crear
nuevos seres y normalmente se sienten perdidos ante la complejidad de los problemas que tienen
que afrontar, la diversidad de factores que intervienen, los distintos instrumentos que tienen que
aprender a manejar y la gran cantidad de condicionantes funcionales, constructivos y
compositivos que tienen que aunar en una síntesis creativa.
Por esta razón puede ser útil para el alumno disponer de algunos instrumentos que le
ayuden y le hagan más asequibles sus primeros pasos en el camino del conocimiento. Actividades
como contemplar y experimentar la arquitectura, viajar o consultar libros y revistas, le ayudarán a
enfrentarse a la práctica de la realización de proyectos con más facilidad y con más
conocimiento. De esta manera podemos apreciar cómo un proyecto es la resolución de ciertas
necesidades humanas mediante un ejercicio intelectual de diseño arquitectónico, pero también
puede ser una propuesta innovadora de relaciones espaciales, organizativas o sociales.
Las voces ‘proyecto’ y ‘proyectar’ empezaron a usarse en España a finales del siglo xvii o
comienzos del xviii, coincidiendo con la fuerte influencia francesa que recibieron las artes en
España a partir de llegada de la dinastía borbónica. El término ‘proyectar’ se tomó del francés,
lengua en la que se desarrolló a partir de la palabra latina proiectare. En francés antiguo aparecen
purjeter (siglo xii), pourjeter (siglo xiv) y projetter (siglo xv). En el siglo xvi, François Rabelais
usaba projecter. Según el Oxford Dictionary, en Inglaterra la palabra project se emplea desde el
siglo xv, pero con sentido arquitectónico, sólo desde el xvii.
El término ‘proyecto’ es, por tanto, relativamente reciente en nuestra lengua, ya que
cuenta sólo con tres siglos de existencia. Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la lengua
castellana o española, publicado en 1611, no recoge los términos ‘proyecto’
ni ‘proyectar’. En el Diccionario de autoridades, publicado en Madrid en 1737, se define
‘proyectar’ como «disponer o proponer el proyecto para el ajuste o disposición de alguna cosa»,
pero se advierte: «Es voz modernamente introducida.» Por otra parte, se define la voz ‘proyecto’
como «planta y disposición que se forma para algún tratado, o para la ejecución de alguna cosa
de importancia, anotando y extendiendo todas las circunstancias principales que deben concurrir
para el logro de ello».3
En la arquitectura moderna se ha dado una indisoluble unión entre esos tres conceptos,
que enuncian realidades distintas aunque complementarias. La arquitectura deseada, ideada o
intuida sólo puede hoy hacerse realidad a través de un laborioso proceso de creación, mediante el
que se obtiene un complejo modelo documental previo. Y a esas tres realidades (idea, proceso y
documento) las denominamos con esta palabra mágica: el ‘proyecto’, un término moderno que en
el siglo xx unificó el significado de otras voces más antiguas: composición, arquetipo, idea,
modelo, trazas, etcétera.
El proyecto como creación
El proyecto es en primer lugar un deseo de transformar la realidad que nos rodea para
resolver nuestras necesidades, permitir la realización de ciertas actividades y lograr un entorno
más adecuado. Esta forma de proceder es innata en la naturaleza del ser humano que, a diferencia
de otros animales, interviene siempre sobre su entorno para adaptarlo a las necesidades de su vida
individual y social.
El proyecto nace, pues, como un primer enfrentamiento del hombre con el problema de
resolver unas necesidades, mediante la creación de algo que antes no existía: «La primera tesis de
trabajo es definir una aproximación, ya que el proyecto es algo que no existe, algo que
imaginamos, aquello que está en el intelecto. A través de la inteligencia, de los conocimientos y
de la experiencia que poseemos de la arquitectura, pre imaginamos una realidad, siendo después a
través de su construcción cuando se realiza su verificación. En el plano –en los dibujos– hemos
prefigurado una situación que no es modelo acabado y que se halla en pleno fluir.»5
Esta iniciativa para la transformación de la realidad –que está en el origen del proyecto–
no nace normalmente del arquitecto, sino que es algo que le viene ya dado. Así, el proyecto
inicial es un deseo de modificación del entorno que sobrepasa la esfera de acción del arquitecto y
es previo a su intervención. Su naturaleza es más amplia y genérica que el campo técnico del
arquitecto, ya que en la definición inicial del proyecto intervienen factores sociales, políticos,
económicos y culturales externos a la disciplina arquitectónica.
Sin embargo, en cuanto el proyecto como deseo está formulado, la intervención del
técnico resulta fundamental para iniciar el proceso de creación y a la vez definir la forma de
actuar, evaluar costes, establecer plazos, valorar los impactos, etcétera. Este técnico podrá ser un
arquitecto siempre que el proyecto incluya una transformación material del entorno. En España,
según la Ley de Ordenación de la Edificación, el arquitecto tiene competencia exclusiva para los
proyectos de edificación residencial y de equipamientos docentes, sanitarios, culturales,
religiosos y administrativos; y compartida con otros técnicos para otros tipos de edificación,
como edificaciones industriales, agrícolas, etcétera.6
Imaginaos que ya sois arquitectos. Una mañana recibís en vuestro estudio la visita de una
persona que quiere construir una vivienda unifamiliar en una parcela que posee en una
urbanización. El cliente ya sabe lo que quiere: una vivienda con cuatro dormitorios, un amplio
salón, una luminosa cocina, un estudio o despacho, garaje, gimnasio, una piscina...Esa persona ya
posee un proyecto de vivienda, expresado inicialmente en un programa, y os lo transmite para
que iniciéis el proceso de proyecto que desembocará en el documento con el que poder realizar la
construcción. Ese proceso que habéis de recorrer es el que une su deseo inicial con el conjunto de
planos y escritos que le entregaréis para que pueda construir su casa soñada.
El proceso de realización del proyecto es complejo e incluye actividades de muy variado
género: análisis del programa, reconocimiento del lugar, revisión de casos similares, estudio de
materiales y técnicas a utilizar, ideación de soluciones, elaboración
de maquetas, representación de alternativas, diálogo con el cliente, elección de la solución
adecuada, dibujo de los planos, diseño y cálculo de estructuras, definición de soluciones
constructivas, diseño y cálculo de instalaciones, elaboración de presupuestos, definición de
condiciones técnicas, redacción de la memoria, etcétera.
El proceso de proyecto quedará al final plasmado en un documento que servirá para llevar
a cabo la construcción de la obra, dejando fuera mucho material que habrá sido utilizado como
instrumento de trabajo para ir definiendo el proyecto: croquis, maquetas de trabajo, fotomontajes,
planos modificados, cálculos, etcétera .Al proceso de elaboración del proyecto le vamos a dedicar
muchas páginas de este libro, así que no vamos a entrar ahora en excesivo detalle. Baste con dar
dos advertencias generales. En primer lugar, el proceso de proyecto no es lineal ni simple; está
lleno de encrucijadas, de callejones sin salida, de retrocesos, de atajos, de laberintos; es un
camino complejo e intrincado el que hay que recorrer y por ello conviene llevar con nosotros
siempre la brújula de objetivos concretos e ideas claras: «El proceso de proyecto está compuesto,
en realidad, por una serie de fases sucesivas en la que el paso de cada una a la siguiente se apoya
en un juicio estético subjetivo realizado sobre la primera, de modo que el itinerario depende de la
estrategia a que los sucesivos juicios dan lugar.
La estructura de la actividad que describe el programa establece un marco de
posibilidades formales que se sobrepone a las que el lugar sugiere y permite: el juicio del autor
actúa sobre estos dos ámbitos de formalidad posible, proponiendo una estructura.
Tal propuesta se somete a la verificación tanto del programa como de las condiciones del
lugar: de esa confrontación surgen modificaciones de la propuesta que pueden afectar tanto al
modo de estructurar la actividad como a la incidencia del edificio en el sitio. De estos cambios
puede desprenderse una modificación de la propuesta que sugiere un modo diferente de plantear
la actividad, lo que, a su vez, sugiere un cambio en el dominio de la síntesis formal. Y así
sucesivamente, hasta que se da con una propuesta que satisface las variables en juego.»7
En segundo lugar, el proceso del proyecto no puede ser establecido con carácter general.
Cada arquitecto desarrolla su propia forma de trabajar, planea sus propias estrategias, crea o
adapta sus instrumentos y concibe el proceso de manera distinta:
«El proceso proyectual es una serie de operaciones que darán por resultado un modelo ‘del cual
se copiará un edificio’. Pero no hay un solo proceso proyectual, una sola manera de llevar a cabo
ese proceso. La gradación desde representaciones de mayor generalidad hacia otras de mayor
definición, aunque sea válida para la mayoría de los procesos de proyecto, no indica un
procedimiento único. Aunque pudiéramos imaginar que el camino desde los ‘croquis
preliminares’ hasta el ‘proyecto’ sea siempre un aumento en la precisión con la que el diseñador
imagina –y, por tanto, representa– el objeto que está creando, subsistiría la incógnita de cómo
llegó a producir la primera configuración que luego ‘desarrolla’.»8
Ese proyecto desde el que se genera la arquitectura tiene una estructura interna compleja,
ya que debe aunar muchos tipos distintos de análisis, de fuentes, de técnicas, de disciplinas
diversas para llegar a la síntesis creadora del proyecto. Esta complejidad inherente al hecho
arquitectónico, así como la personalidad y biografía de cada Proyectista, hacen que cada proyecto
sea fundamentalmente diferente de cualquier otro, constituyendo una experiencia única e
irrepetible.
A partir de ese momento, el edificio comenzará a vivir su propia vida, que será más larga
o más corta, más feliz o más desdichada, según hayamos sabido acertar en nuestro proyecto y
hayamos creado una arquitectura adecuada a las necesidades y al lugar, y preparada para los
retos, las transformaciones y los imprevistos a los que un edificio, como cualquier otro ser, tendrá
que enfrentarse en su existencia.
El Proceso de Diseño Tradicional o Histórico
Etapas del Proceso de Diseño
1) Programación
2) Prefiguración
3) Materialización
4) Verificación
Programación:
a) Nacimiento de necesidad, mediante los requerimientos de un comitente.
b) Sistematización de las necesidades: análisis y ponderación de las mismas;
sistematización de un Programa de Necesidades con cualificaciones y
cuantificaciones de los espacios a proyectar.
c) Evaluación y análisis del programa (cuerdo del programa con el usuario)
El programa implica:
- Condicionantes funcionales
- Circulaciones
- Condicionantes económicas
- Condicionantes Morfológicas, insertas en la realidad socio-
cultural
Además de consideraciones sobre:
- Presupuesto y tecnología posible y adecuada
- Sitio de emplazamiento: clima, orientaciones, entorno,
dimensiones, topografía, suelo, etc.
- Crecimiento y flexibilidad (cambio futuro de usos
programáticos y modificaciones de tamaño.
d) Pautas y diseño: que posibilitan la articulación entre la programación y la
prefiguración; enmarcarán el diseño propiamente dicho. Se verifican y/o reformulan
durante el proceso de la propuesta y se constituyen en el sostén metodológico y no
en una imposición limitante. En las pautas de diseño se conjugan las condicionantes
planteadas por el problema concreto; relaciones funcionales; materiales
constructivos; hitos físicos; etc.
Prefiguración:
Las conclusiones de la primera etapa, más los antecedentes de proyectos de obras
similares, dan pié para esta etapa.
El diseño propiamente dicho, o sea la creación la definimos como:
“La ideación de los espacios que resuelven el programa y las condiciones de acuerdo a
las pautas prefijadas”.
El Anteproyecto:
Se trata del ajuste y verificación de la idea del partido e incluye el dialogo con el
destinatario del trabajo.
Ese ajuste se refiere a los siguientes aspectos.
- Dimensionales (forma y tamaño de los espacios)
- Funcionales (relaciones espaciales y esquema circulatorio)
- Estructurales (determinación del sistema y su pre
dimensionamiento)
- Constructivos
- Imagen y Morfología (de la envolvente)
En esta etapa se pone a prueba la validez del partido; mediante el dialogo con el
destinatario, se debe provocar la comprensión de la propuesta y reelaboración de la
misma en un afinamiento de ida y vuelta hasta llegar a una solución satisfactoria.
Se incluyen en esta etapa consultas con asesores técnicos diversos.
El dibujo sirve para verificar la validez del partido y como canal de comunicación con el
exterior del proyectista. Tiene características más convencionales en escala adecuada
(1:100 o 1:50) para su correcta visualización, contenidos llenos y vacíos, estructura,
cualidades espaciales, equipamiento, estructuración del partido, etc. para ser
comprendido, modificado, aceptado o rechazado, pero siempre debe ser inteligente y
completo.
El Proyecto:
En esta etapa se define totalmente la Prefiguración de la obra, instrumentando por
medio de la documentación técnica, la posibilidad de construcción de la misma.
- Se precisan todos los aspectos técnicos y constructivos
necesarios para la materialización de la idea abstracta.
- Se realizan los cálculos definitivos de las estructuras e
instalaciones.
- Se lleva a cabo la documentación completa para
presupuestar, controlar y construir el proyecto: mediante
elementos gráficos y escritos para comprensión del
constructor y elementos legales como parte del contrato de
construcción entre el cliente y el constructor. Importa tanto
lo que se dibuja como lo que se escribe, especificaciones,
planillas, medidas, etc. no dando lugar a interpretaciones
ambiguas.
Materialización:
En esta etapa aparece un nuevo personaje, el constructor.
El rol del arquitecto en la etapa de la construcción es controlar que el constructor,
ejecute la obra según el proyecto y las reglas del arte, además de verificar la idea del
proyecto, que hasta este momento solo está expresado mediante dibujos y/o maquetas.
Toda verificación implica ajustes, el proyecto no se congela en los planos: sigue
madurando durante la obra, en la que interviene el usuario que suma su opinión con
sugerencias y propuestas que enriquecen el proceso.
Durante la ejecución de la obra, el arquitecto manifiesta sus ideas de croquis realizados
en el sitio y asentado en el libro de obra; o detalles dibujados en las paredes como
complemento de explicaciones verbales.
Verificación:
Cuando la obra se culmina, se puede realizar la verificación mediante la ocupación del
destinatario, que sería la verificación final del proceso. Comienza el tiempo en el cual
podrá verificar la validez de las ideas, propuestas y si se han cumplido con eficacia los
requisitos y satisfechas las necesidades planteadas por el usuario o emergentes del
programa.
Durante la vida útil de la obra, pueden cambiar las condicionantes que le dieron origen,
por cambio de formas de vida, costumbres, usuarios, usos, etc. en el tiempo. La obra
genera también su adecuación espacial a las nuevas circunstancias, mediante posibles
modificaciones leves o de fondo a su estructura primitiva. De la reflexión sobre esta
realidad, el arquitecto aumenta su bagaje instrumental para futuras experiencias.
Tomando como base el proceso de diseño general o base, en estudio, se puede plantear diferentes
métodos, un ejemplo de las instancias de producción-creatividad (primeras dos Etapas del
Proceso de Diseño) seria:
Información especifica
Datos del usuario
Características del medio
Información Normativa: Reglamentaria
Criterios funcionales
Criterios formales
Criterios Técnicos-Constructivos
Programa de necesidades
Programa arquitectónico, general y particular
Diagramas de Relación, general y particular
Estudio de Áreas (análisis)
Análisis del Edificio respecto al sitio y al terreno
(Fase reflexiva)
Estudio conceptual
(Fase productiva)
Alternativa de solución: Desarrollo
Evaluación
Selección
Conclusión
Anteproyecto
Proyecto Ejecutivo
Cuando iniciamos un proceso creativo iniciamos una búsqueda, utilizamos todos los
recursos que estén a nuestro alcance. Muchas veces buscamos una fuente de inspiración, esta
fuente pueden ser básicamente la geometría, la historia, la naturaleza y la técnica.
Íntimamente relacionada esta la búsqueda de una idea generatriz para nuestro proyecto la
cual puede ser un concepto.
A diferencia de otros temas, el concepto arquitectónico es fácil de definir, aunque en
ocasiones es difícil de aplicar en la arquitectura. El concepto le da forma a la arquitectura; en
algunas ocasiones, un concepto arquitectónico ha llegado a definir una corriente artística.
Muchos arquitectos contemporáneos dan mayor importancia al concepto arquitectónico
que a cualquier otra fase del proyecto: Santiago Calatrava es un ejemplo de ello, así como
también los arquitectos Agustín Hernández y Frank Ghery. En los proyectos de estos tres
arquitectos encontramos repetidamente conceptos arquitectónicos fáciles de identificar y que,
además, rigen poderosamente todo el proyecto. El concepto puede ser tan protagónico o tan poco
relevante como el arquitecto decida, pero en todo caso nunca deja de estar presente en su labor.
Santiago Calatrava
Anatomía Humana
Agustín Hernández
Casa Álvarez
¿QUÉ ES UN CONCEPTO ARQUITECTÓNICO?
La abstracción es muy importante cuando hablamos del concepto arquitectónico. Salvo raros
ejemplos, ningún concepto podrá aplicarse directamente en el proyecto arquitectónico.
Abstracción significa que la idea del concepto se transforma, de tal modo que una idea formal o
ideológica pueda ser utilizada de manera eficiente en un proyecto arquitectónica.
Cuando se va a realizar la abstracción de un concepto, es importante saber dos cosas: qué se
quiere comunicar, y cómo interpretará el espectador lo que vea. Para ello, el arquitecto necesita
conocer bien la semiótica y la semántica de su oficio. También debe saber cómo afectan las
reglas de la percepción a su obra.
Al imaginar un concepto arquitectónico, deberán tenerse en cuenta las limitaciones constructivas
que éste tendrá. Por ejemplo, al imaginar un concepto esférico el arquitecto deberá ser consciente
de que éste se puede construir, pero que la estructura del mismo tendrá que diseñarse con
consideraciones distintas que si se tratara de un proyecto en forma de prisma.
En este punto es especialmente importante que el arquitecto sea eficiente para utilizar cualquier
elemento en su proyecto. Siguiendo el ejemplo de la estructura redonda, es casi seguro que ésta
requerirá de algún tipo de soporte externo. Aquí, un arquitecto poco desarrollado vería su trabajo
“contaminado” por esta estructura que él no había considerado, en tanto que un arquitecto
competente usará a su favor esta circunstancia, diseñando estos elementos de tal modo que, lejos
de devaluar su labor, le otorguen realce.
El arquitecto mexicano Félix Candela, por ejemplo, tuvo que recurrir a soportes auxiliares
en el Palacio de los Deportes, una estructura con forma semiesférica. En este proyecto, Candela
diseñó eficientemente estos soportes, de modo que éstos se convirtieron en parte del proyecto,
conviviendo de modo agradable con la estructura semiesférica original y sin afectar en modo
alguno la estética de ésta.
Félix Candela
Palacio de los Deporte. México
Pasando por alto muchas corrientes ideológicas, se llega a la época actual. Aquí, se encuentra una
gran proliferación en el campo de la arquitectura, con un sinnúmero de estilos arquitectónicos y
arquitectos. Y, por supuesto, nuevos conceptos y formas de utilizar los mismos. A continuación
se analizarán tres maneras de ocupar el concepto arquitectónico: en lo formal, en lo ideológico y
en un contexto histórico.
El español Santiago Calatrava es uno de los más reconocidos arquitectos contemporáneos,
y también uno de los que más profusamente utilizan el concepto para dar forma a sus obras. Por
ejemplo, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en Valencia, Calatrava quiso crear un ojo que
mirase al espectador. Este concepto, el ojo, fue el que le dio forma a todo el concepto: Calatrava
creó una estructura hemisférica, con una forma elíptica que parece, en efecto, un ojo humano en
un rostro. La entrada redonda a la sala de proyecciones completa el efecto visual, siendo parecida
al iris y a la pupila del globo ocular, y el efecto es completado cuando, por las noches,
el complejo se cierra al público. Entonces parece que el párpado cubre el “ojo”.47
Santiago Calatrava es tan sólo un ejemplo del uso del concepto en el proyecto arquitectónico en
la actualidad. Otros arquitectos también lo hacen, por motivos ideológicos distintos de los
meramente formales de Calatrava. Uno de éstos es el canadiense Frank Owen Ghery,
representante de la arquitectura deconstructivista. Este arquitecto utiliza superficies no lineales,
formas abstractas y ángulos agresivos para crear obras visualmente poco estables, desequilibradas
y que producen, a los ojos del espectador, una arquitectura fragmentada y al borde del colapso
geométrico.48 Esto lo hace como oposición a los enfoques historicistas de la arquitectura; sus
obras, en efecto, rompen con los referentes que se tienen de la historia de la arquitectura. Otro
importante rompimiento que hace el de constructivismo es su oposición a las ideas funcionalistas
de que “la forma sigue a la función”: las formas de esta corriente no tienen ninguna relación con
la funcionalidad del proyecto.49
Es un concepto arquitectónico diferente: no una forma, si una ideología, algo parecido a lo que
ya se vio al hablar de la arquitectura gótica. Una ideología de rompimiento, de caos y de
desequilibrio, que hacen nacer una nueva forma. Frank Ghery es un ejemplo de cómo un ideal se
plasma en un concepto arquitectónico.
Llegamos así a otra postura respecto al concepto arquitectónico: la historicista. Ésta utiliza el
concepto arquitectónico para hacer referencia a culturas, ideologías o tendencias históricas
pasadas. Para ilustrarla, se tomará como referencia la obra de un arquitecto mexicano: Agustín
Hernández Navarro, autor del Centro Corporativo Calakmul de la ciudad de México, y del
Heroico Colegio Militar en la misma localidad.
El concepto es la esencia del diseño arquitectónico, se entiende como la transición de una idea
subjetiva y materialización de la misma o bien, como una metáfora proyectada en un espacio que
da sentido al hacer arquitectónico. Un concepto claro guía la función y el valor estético de
cualquier diseño, evitando caer en caprichos formales.
Cada época ha marcado una referencia en la forma de plantear la arquitectura y sin
embargo, existen criterios clásicos que continúan vigentes en la arquitectura contemporánea, tal
como Vitrubio quien afirmaba que cualquier obra arquitectónica debería ser útil, firme y bella. El
concepto permite entender la evolución de las corrientes arquitectónicas a lo largo de la historia y
cómo la perspectiva del diseño se ha vuelto cada vez más compleja.
Diseño Analógico: Desde siempre se ha tomado en cuenta el diseño con formas parecidas a
partes conocidas por nuestros organismos desarrollando así la metodología analógica en el
proceso de construcción tanto de monumentos como así también de las grandes ciudades actuales
y prehispánicas. La analogía arquitectónica busca la semejanza existente entre las cosas que se
comparan; la analogía no implica similitud, pues los conceptos que aproxima tienen puntos
semejantes y puntos diferentes. Son razonamientos por analogía las deducciones que se hacen
sobre la base de dicha semejanza tiene como fin inmediato establecer la semejanza de los
objetos,
Analogía con la naturaleza: Cuando se estudian formas orgánicas de animales, vegetales o
minerales.
Analogía con otros proyectos: Para entender el carácter arquitectónico dependiendo el género de
edificio a desarrollar.
Metáforas formales: Cuando se relaciona un diseño formalmente con objetos conocidos, sin
copiarlos de manera idéntica
Metáfora de alguna idea: El diseñador expresa en tres dimensiones alguna idea intangible como
la tranquilidad, el silencio, la pasión.
Inspiraciones vernáculas: Tienen como bases la arquitectura hecha por sus habitantes.
Para elaborar un proyecto arquitectónico, se lleva a cabo un proceso previo de investigación que
guía al Arquitecto en su tarea a lo largo de todo el proyecto.
La interpretación que hace el Arquitecto de los resultados de esta etapa es lo que define en buena
medida la personalidad del proyecto.
Etapa 1
• Planteamiento del problema.
• Se refiere a la etapa inicial donde un Cliente busca un especialista (en este caso,
Arquitecto) para que diseñe un edificio que resuelva sus necesidades específicas de espacio y
usos.
• El cliente también le describe al diseñador los recursos de los cuales debe partir (terreno o
construcción existentes, presupuesto asignado, tiempo de ejecución, etcétera).
Etapa 2
• Interpretación del problema.
• El arquitecto estudia las necesidades del cliente y de acuerdo a su interpretación y su
Capacidad profesional, establece los objetivos a investigar antes de hacer una propuesta.
• Las interpretaciones que el Arquitecto hace de las necesidades del cliente le servirán de guía en
la siguiente etapa, pero están siempre sujetas a modificaciones posteriores según vaya avanzando
el proceso de diseño.
Etapa 3
• Investigación.
• Tomando los resultados de las dos etapas anteriores, se hace el análisis y también la síntesis de
la información.
• En primer lugar se requiere de investigación de campo y bibliográfica que permita
Conocer los detalles del edificio, según su tipología.
Programa de Diseño
• De los resultados de la síntesis de la investigación, el diseñador hace una lista identificando los
componentes del sistema y sus requerimientos particulares.
• A esta lista se le denomina Programa Arquitectónico.
• Por ejemplo, en el proyecto de una casa, o habitación multifamiliar (departamentos).
Elementos del programa arquitectónico
• Acceso
• Pórtico
• Cochera o garaje
• Vestíbulo o recibidor
• Sala o cuarto de estar
• Comedor
• Cocina
• Cuarto de servicio
• Baño para visitas
• Dormitorios
• Baños
• Terraza
• Jardín
• Patio
Por ejemplo, la cocina debería estar relacionada con el comedor, pero no con los dormitorios.
Mediante la presencia (o ausencia) de flechas se señala este tipo de relación.
A este gráfico de las relaciones entre los espacios se le llama diagrama arquitectónico.
Hipótesis de Diseño
• Contexto arquitectónico
• Criterios estructurales
• Forma
• Función
• Presupuesto
• Moda
Zonificación
Esquema
Bocetos
Análisis de la función
Entrega final